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EL IMPACTO DE LOS IDEALES

Con el transcurrir de la historia de la sociedad se han desarrollado conductas


particulares, las cuales han dado origen a principios fundamentales del hombre en
sociedad y a su vez son respuesta de la naturaleza humana. No se puede negar
que el comportamiento humano en sociedad es producto de nuestros deseos y es
hacia esto a donde se dirige el conocimiento, es decir, cada ser humano se
esfuerza por conocer aquello que le preocupa y necesita, en consecuencia los
deseos, los sentimientos y la voluntad van por delante del conocimiento. Ese es el
motivo por el cual han surgido bases filosóficas tan fuertes que son el pilar
fundamental de la economía actual, Charles Gide señalaba que la economía
estudia el acto humano tendiente a satisfacer necesidades y deseos materiales,
esta forma de definir el objeto formal sigue siendo popular entre muchos
economistas, tales como Luis Pazos quien dice que el hombre produce,
intercambia y consume recursos escasos para satisfacer sus necesidades,
además que cuando la actividad del hombre se dirige a satisfacer sus necesidades
y deseos materiales que requieren un esfuerzo para obtenerse, está actuando
económicamente.
Sin embargo, la economía no solo se limita a lo netamente material que suple
nuestras necesidades, también se define como una filosofía sobre la cual crecen y
se desarrollan los diferentes tipos de sociedad y en torno de esto surgen
diferentes tipos de expresiones que marcan el entorno en todas sus formas.
Abordaremos 2 ideales opuestos que marcaron nuestra historia desde el siglo XIX.
Con la revolución industrial, los enfoques de economía, sociedad y producción, se
ven polarizados por las ideas de Neoliberalismo y Socialismo.
Los neoliberales apoyan la libertad en materia económica, lo que genera un
mercado abierto, sin regulaciones del estado, allí priman 3 leyes básicas
establecidas por el liberalismo de Smith: La ley del interés propio, en la que prima
el beneficio personal en materia económica por encima del bien común, La ley de
la competencia, donde todos los individuos están en la libertad de competir por
aumentar sus ingresos y la ley de la oferta y demanda que es la que impone los
precios por la mano invisible del mercado. Otra característica del Neoliberalismo
es la idea de la privatización, la idea de la eficiencia de la propiedad privada por
encima de la pública. Con esta ideología se promueve la libertad individual,
respondiendo a una necesidad natural humana de sobresalir y de trabajar por
aquello que se desea.
Contrariamente el Socialismo es una corriente que se orienta al valor, uso de las
cosas, es decir solo para satisfacer necesidades humanas en lugar de producir
exclusivamente un beneficio. El socialismo busca el bien común y basa las fuerzas
del mercado a producir valores de uso común, se basa en la planificación racional
de recursos y decisiones coordinadas para alcanzar objetivos económicos no
individuales sino conjuntos. La socialización de la producción genera que la
propiedad privada no tenga validez, en este sentido, todo es para el bien de todos
y en teoría todos tendríamos los mismos derechos. En el socialismo se acaban las
diferencias de clases sociales y todos los problemas que dichas diferencias
generan, además temas tan importantes como la salud y la educación ya se
tornan como un asunto social con la disposición de los recursos de todos.
Como se expone, ambas filosofías son una utopía desde que se crearon, ambas
se definen en términos que tienen la intención de crear una sociedad cada vez
mejor, por su parte el Neoliberalismo genera brechas sociales tan fuertes que la
desigualdad desintegra el hombre en su comportamiento colectivo, además el
trabajador es un medio y no un fin; el Socialismo genera retraso tecnológico y
científico por la difícil disposición de los recursos económicos, genera frustración a
nuestra necesidad de trascender y adquirir riquezas por encima del otro, la falta de
competencia en el mercado genera baja calidad en los productos.
El fracaso de las tendencias extremistas se da porque se pone por encima el
cumplimiento de normas del bienestar social, la actividad económica se da por la
necesidad de intercambio, ya sea por acumular o simplemente suplir una
necesidad, es allí, en donde surgen las necesidades básicas en donde la
humanidad debe primar.
En conclusión el hombre crea ambientes propicios para la expresión de sus
creencias, transformando su entorno y profundizando en el desarrollo ellas. Los
ideales difundidos en sociedad tienen la posibilidad de cambiar el curso de la
historia y somos regidos por ella.

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