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compartir con ustedes algunas impresiones de lo que he podido evidenciar, a partir del Marco
Para La Buena Enseñanza (MBE, 2008).
La DEBILIDAD que he considerado es la dimensión de:
DOMINIO “Enseñanza para el aprendizaje de todos los estudiantes”.
C3: “El contenido de la clase es tratado con rigurosidad conceptual y es comprensible
para los estudiantes.”
Al realizar el análisis sugerido, concluyo como una debilidad mis estrategias y en ocasiones
algunas metodologías esto dado que, si he considerado las experiencias previas y secuencia
curricular, mí falencia y debilidad se presenta en cómo abordar las habilidades de mis estudiantes,
ésta en ocasiones no es consecuente con lo que solicita el diseño universal del aprendizaje (DUA)
en relación a la metodología flexible y modificable que considera a todos los estudiantes sin
diferencia alguna entre ellos.
Ejemplo: Existen estudiantes con distintos ritmos en sus procesos de aprendizajes y comprensión
de los contenidos entregados en clases, sin embargo, esa gran diversidad de alumnos y alumnas
más la cantidad de estudiantes la sala de clases, no permiten atender y enseñar el contenido de
manera eficaz, si bien es cierto poseo las competencias, pero es una autocrítica constante no
lograr abordar en su totalidad a estos alumnos y alumnas.
He considerado este criterio debido que, durante el proceso de enseñanza – aprendizaje he tenido un
clima adecuado en el aula, no solamente desde la disciplina, sino que basado en el respeto y
participación. La asignatura de Lenguaje invita a la conversación y a la búsqueda de diferentes
opiniones y legitimidad de estas en el aula. Los educandos saben qué y cómo será la clase, saben cómo
es la docente y con qué se pueden encontrar en cada clase, se abre la opción constante a comentar y
correlacionar experiencias de vida, considerando los parámetros permitidos por la comunidad escolar
y la alteridad.
Durante la realización del debate, todo se cumplía según lo planificado, no obstante, cuando se abría
espacio a la audiencia (curso restante que escuchaba y apreciaba el debate de sus compañeros) nunca
pudimos cumplir con el cronómetro de 20 minutos, dado que, esa instancia, era el real ejercicio de
argumentación en un espacio resguardo y seguro para ellos, manteniendo los criterios de respeto por
el otro.
Se despide, Catalina.