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PRINCIPIOS PEDAGÓGICOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Las leyes generales .de la Educación Física tienen en el entrenamiento deportivo una forma
especial y singular de manifestación. Esto se fundamenta al analizar las características y la
esencia de los principios generales de la Educación Física con los rasgos característicos del
proceso del Entrenamiento Deportivo.

El proceso de adquisición de capacidades motrices y fundamentos técnicos de las diferentes


disciplinas deportivas debe organizarse previendo la secuencia metodológica de las
categorías de movimientos (habilidad, hábito motor y destreza), y teniendo en cuenta las
regulaciones fisiológicas y psico-pedagógicas del proceso de enseñanza-aprendizaje, para
lo cual el conductor del proceso (docente-entrenador) debe apoyarse en la utilización de los
principios didácticos.

La literatura especializada plantea cuatro principios básicos o generales de la Educación


Física aplicados al Entrenamiento Deportivo, ellos son:

-Principio Sensoperceptual.
-Principio de la Conciencia y la Actividad.
-Principio de la Accesibilidad e Individualización.
-Principio de la Sistematización.

Barrios y Ranzola (1995), a partir de las definiciones hechas por Matveiev y Nolkov (1997),
conceptualizan estos principios de la manera siguiente;

PRINCIPIO SENSOPERCEPTUAL.

"Cualquier proceso de conocimiento comienza por la percepción del fenómeno estudiado, el


entrenador organiza la metodología de la enseñanza del deporte aplicándola sobre la base
de crear el máximo de información posible, para que participen en el proceso la mayor
cantidad de analizadores corticales. La forma fundamental con que cuenta el entrenador es
la demostración y la explicación de la ejecución técnica del movimiento, luego permitir que el
alumno ejecute la acción para que sienta el ritmo y la participación neuromuscular
correspondiente. A través de la detección y corrección de errores, el entrenador va
reforzando la información y es frecuente, según los métodos de enseñanza empleados,
lograr la adecuada posición del cuerpo o sus partes, la orientación espacio temporal y la
dirección del movimiento" (Barrios y Ranzola 1995). Es importante aclarar que este principio
debe adecuarse a la edad del alumno, ya que un exceso de explicación en las edades
tempranas (de 6 a 12 años aproximadamente) genera la dispersión de la atención, y por
consiguiente, la no comprensión del movimiento a ejecutar. Hay que tener en cuenta que el
aprendizaje de una nueva destreza motora empieza propiamente con la ejecución del
movimiento.

PRINCIPIO DE LA CONCIENCIA Y LA ACTIVIDAD.

Este principio exige que .se asegure la relación consciente del atleta y su participación activa
en el entrenamiento. Los intereses, las motivaciones y aspiraciones del deportista juegan un
papel primordial en la elección del deporte, por eso se recomienda ofrecer diferentes
modalidades deportivas que, independientemente de la aptitud del atleta, puedan desarrollar
la disposición al rendimiento en mejores condiciones.
También busca la participación activa, creadora y democrática de los alumnos, además de
formar hombres solidarios y cooperativos, desarrollar la inteligencia, crear en la sesión de
entrenamiento un ambiente de vida, alegría y confianza, que a pesar de las dificultades
lógicas del proceso pedagógico, estimule la seguridad personal para alcanzar los elevados
logros deportivos.

Asimismo, que los participantes puedan comprender el camino escogido para llegar al
modelo representado en el deporte, factor regulador de su conducta y motivaciones.

La conciencia y actividad se muestran de forma independiente, pero están estrechamente


relacionadas, lo que facilita la dirección del entrenador, en función de lograr el esfuerzo del
deportista para resolver con eficacia la tarea planteada. Para el cumplimiento cabal de este
principio es necesario que el docente o entrenador explique y fundamente cada una de las
actividades o tareas a realizar durante la clase o unidad de entrenamiento, utilice gran
variedad de ejercicios, aborde científicamente los efectos producidos por el ejercicio físico en
los diferentes órganos y sistemas del organismo del atleta, resalte la importancia de la
preparación para alcanzar buenos resultados en las competencias, mantenga una labor
activa en la detección y corrección de errores, etc.

PRINCIPIO DE LA ACCESIBILIDAD E INDIVIDUALIZACIÓN.

Este principio requiere asignarle al deportista aquellas tareas que pueda asimilar en el
momento adecuado, determinando el grado óptimo de dificultad, para lo cual el entrenador
debe tener en cuenta las características individuales de sus atletas tales como: edad, sexo,
nivel de habilidades, hábitos y destrezas adquiridos, años de experiencia deportiva, así
como el grado de complejidad del ejercicio, desarrollo de la preparación física del atleta,
entre otros. La fuerza motriz del desarrollo, es la contradicción entre las posibilidades del
individuo y las exigencias del medio.

El grado óptimo de dificultad puede ilustrarse en dos manifestaciones negativas: que la


tarea seleccionada resulte fácil o que la tarea seleccionada resulte excesivamente difícil. Lo
que origina el lento dominio y retención del aprendizaje, pobre desarrollo de habilidades,
hábitos y destrezas de las capacidades condicionales y coordinativas, además la pérdida de
confianza, motivación e interés.

Las pruebas de aptitud física, morfofuncionales, etc., determinan el nivel individual de los
parámetros medidos, que representan un diagnóstico para el entrenador, lo cual le permite
orientar el entrenamiento en función de la metodología en el orden técnico-táctico o de la
preparación física. La aplicación de cargas en el atleta debe contemplar su carácter externo
e interno, es decir, la carga física y la carga biológica, elementos determinantes para
permitir la accesibilidad y la individualización, es decir, propiciar el óptimo grado de
dificultad, que provoque el desarrollo, mejore la capacidad de trabajo, pero que también lleve
implícito un esfuerzo, un desafío, que origine entrega, dedicación, pensar en la solución,
explorar, indagar. Resolver el problema significa valorar las posibilidades individuales,
alegría, disfrute del éxito, optimismo y una disposición al rendimiento superior.

PRINCIPIO DE LA SISTEMATIZACIÓN.

El entrenamiento deportivo requiere que se realice con continuidad, mediante un sistema


determinado. El aprendizaje y perfeccionamiento técnico-táctico, así como la educación de
las capacidades condicionales y coordinativas, son tareas básicas del entrenamiento
deportivo, que se logran únicamente cuando se cumple con el principio de la
sistematización. El aprendizaje y perfeccionamiento técnico-táctico, está íntimamente ligado
al proceso de formación de nuevos estereotipos dinámicos motores y a una de las
condiciones más importantes para su formación; la ejecución reiterada de las acciones
motrices. Los nuevos hábitos motores pueden formarse solamente sobre la base de los
adquiridos anteriormente, al igual que cada destreza motriz requiere el dominio previo de
otras. Por eso, es conveniente elaborar un orden determinado para la formación de hábitos
motores, que puedan garantizar el dominio consecutivo de las diferentes destrezas.

Para solucionar esta labor, hay que organizar el proceso de forma que:
 Asegure la ejecución reiterada por espacio de un tiempo prolongado.
 En determinadas etapas la ejecución sea en condiciones estándar y variable.
 Se cumpla la secuencia de enseñanza.

PRINCIPIOS CIENTÍFICOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Al entrenamiento deportivo le son inherentes leyes específicas que no existen en otras


formas de Educación Física. Esto nos obliga a que al organizarlo se concreten en el los
principios generales de acuerdo con las peculiaridades del proceso. Es de gran importancia
la comprensión clara de todos los principios del entrenamiento, además, es fundamental
para el trabajo del entrenador, debido a que la vulneración de los misinos induce a cometer
errores graves en el proceso de la preparación del deportista.

Matveiev (1983), define como entrenamiento deportivo la forma fundamental de preparación


del deportista, basada en la ejecución sistemática, y la cual representa en esencia un
proceso organizado pedagógicamente con el objetivo de dirigir la evolución deportiva.
Bompa (1983), lo define como una actividad deportiva sistemática de larga duración,
graduada de forma progresiva a nivel individual, cuyo objetivo es conformar las funciones
humanas, psicológicas y fisiológicas para poder superar las tareas más exigentes. Dicho
autor refiere que a través del entrenamiento se deben cumplir los objetivos siguientes:
 Lograr y aumentar un desarrollo multilateral y físico.
 Asegurar y mejorar el físico especifico de cada deporte en particular.
 Desarrollar y perfeccionar la técnica del deporte elegido.
 Mejorar y perfeccionar las estrategias necesarias.
 Cultivar la cualidades volitivas.
 Asegurar y procurar una preparación óptima para el equipo.
 Fortalecer el estado de salud de los atletas y prevenir enfermedades.
 Incrementar el conocimiento teórico del atleta.

García (1999), define como entrenamiento deportivo el proceso metodológicamente


estructurado por el entrenador, que consiste en la aplicación de cargas de trabajo que
provocan en el deportista la ruptura de su estado de equilibrio mediante una fatiga
controlada, la cual, tras una adecuada recuperación, permite una vuelta a la situación de
normalidad, que con el tiempo se transforma en adaptaciones que conducen a una mejora
en el rendimiento.

De acuerdo a las tesis desarrolladas por Matveiev (1977), Harre (1973), Ozolín (1983), y
Weineck (1988), existen siete principios fundamentales o básicos aplicados al entrenamiento
deportivo. Ellos son:
 Orientación hacia logros deportivos superiores.
 Aumento progresivo y máximo de las cargas.
 Continuidad del proceso de entrenamiento.
 Cambios ondulatorios de las cargas de entrenamiento.
 Carácter cíclico del proceso de entrenamiento.
 Unidad de la preparación general y especial.
 Principio de la alternancia y sucesión racional de las cargas.

Es posible que en otras bibliografías se señalen o encuentren principios con nombres


diferentes, nosotros seguiremos esta línea de principios por considerarla, hasta el momento,
como la mas adecuada.

PRINCIPIO DEL NIVEL DE DIRECCIÓN Y ORIENTACION HACIA LOGROS


SUPERIORES.

El deporte está dirigido siempre hacia la consecución de elevados resultados deportivos y


su constante mejoramiento. A la actividad deportiva competitiva le es inherente la orientación
tendiente al logro del máximo resultado; por supuesto, esto es diferente para los diversos
deportistas, teniendo de común la aspiración de cada uno de recorrer el camino más largo
posible de perfeccionamiento deportivo.

Los resultados deportivos son importantes, claro está, no por lo que representan en sí, sino
como índices concretos del desarrollo de las capacidades y del rendimiento. En muchas
ocasiones se utilizan diversas competiciones como métodos evaluativos del desarrollo de las
capacidades y a su vez como escalones para la competición principal donde se evaluará el
rendimiento alcanzado. Se lleva a la práctica la orientación para conseguir índices más
elevados por medio de la correspondiente estructuración del entrenamiento deportivo, del
empleo de los medios y métodos más eficientes y de una especialización profunda, durante
todo el año y durante muchos años, en el deporte elegido.
La Malerialización práctica de este principio presupone:

Orientación hacia * Estructuración del Proceso de Entrenamiento

logros Deportivos * Empleo de los medios y métodos eficientes

Superiores * Especialización Profunda.

ESPECIALIZACIÓN
PROFUNDA

DURANTE TODO EL AÑO EN EL TRANSCURSO


DE MUCHOS AÑOS
La orientación hacia el logro de los mejores resultados condiciona, de una u otra forma,
todos los rasgos distintivos del entrenamiento deportivo: la elevación del nivel de las cargas,
el sistema especial de alternar la carga y el descanso, su carácter cíclico, etc. La orientación
para el logro de elevados resultados tiene el significado de perspectiva en las primeras
etapas, cuando la práctica del deporte se realiza en forma sistemática, a medida que
transcurre la transformación del organismo por efecto de la edad y se eleva el nivel de
entrenamiento, la orientación se dirige hacia la obtención de óptimos resultados hasta que
se comienzan a sentir los factores limitativos de la edad o de otro tipo.

El principio general de la orientación adquiere en el entrenamiento deportivo un contenido


especial. Esto se debe entender como la exigencia de asegurar al máximo posible, el estado
de perfeccionamiento en el deporte dado, y de una especialización profunda. La orientación
hacia logros superiores en el entrenamiento deportivo, como principio, es una regularidad
pedagógica que se le debe plantear siempre al deportista, dentro de las posibilidades del
mismo.

PRINCIPIO DEL INCREMENTO PROGRESIVO Y MÁXIMO DE LAS CARGAS.

En el proceso de desarrollo del ser humano, surge, lógicamente, la necesidad de aumentar


de manera gradual las cargas funcionales. Esto es, en gran medida, para el entrenamiento
deportivo, porque el nivel de los logros deportivos es proporcional al nivel de exigencias del
entrenamiento. En este proceso, crecen gradualmente las cargas como las exigencias en
cuanto a la preparación física, técnica, táctica y psíquica.

La práctica del deporte moderno ha modificado considerablemente la idea que se tenía


sobre las magnitudes racionales de las cargas del entrenamiento, debido a que las
posibilidades del hombre y su grado de desarrollo han resultado ser superiores a las más
audaces suposiciones. Es por ello que se aplican, cada vez más en la práctica, las cargas de
entrenamiento elevadas, las que aumentan en cada uno de los entrenamientos y también en
la suma correspondiente a la semana, mes y año. El volumen anual de las cargas, que hasta
hace un tiempo atrás era exclusiva de los deportistas más calificados, se han convertido en
algo normal para los deportistas de calificación media.
Las cargas deben establecerse de acuerdo con las posibilidades del organismo en la etapa
dada de desarrollo. A medida que se elevan las posibilidades funcionales y de adaptación
por efecto del entrenamiento, debe crecer gradualmente la aplicación de las mismas; las que
fueron elevadas en ciclos de entrenamiento anteriores, podrían convertirse, si las
mantenemos estable reiterando su aplicación, en habituales en ciclos siguientes.
Esta razón nos obliga a prestar gran atención a los principios de la accesibilidad y la
individualización, debido a las exigencias que se plantean a las posibilidades funcionales del
organismo. No podremos aplicar un régimen de cargas si no consideramos las
características individuales; y sólo de esa forma, atendiendo rigurosamente las posibilidades
de cada atleta, someteremos a estos al trabajo en cada entrenamiento y a través de los
distintos períodos. En el entrenamiento deportivo, a diferencia de la educación física, crecen
las cargas paulatinamente y al máximo.
PRINCIPIO DE LA CONTINUIDAD DEL PROCESO DE ENTRENAMIENTO.
La esencia de este principio se explica como proceso de entrenamiento ininterrumpido. Este
proceso sólo se interrumpe al dar paso al descanso, es decir, que este principio es la
combinación de la actividad física con el descanso, siempre que ésta corresponda a la
recuperación de la capacidad de trabajo del organismo. En este principio se apoya el
entrenamiento anual y a largo plazo, y a su vez tiene una relación estrecha con los dos
principios anteriores.

Sus características fundamentales están dadas por los siguientes aspectos:

 El proceso de entrenamiento transcurre a lo largo del año y durante muchos años


seguidos, manteniendo la orientación al perfeccionamiento en el deporte elegido.
 La influencia de cada ciclo de entrenamiento anterior "se concreta" sobre la base de
las "huellas" del anterior.
 El intervalo de descanso entre los entrenamientos se mantiene en los límites que
garantizan el restablecimiento e incremento de la capacidad de trabajo, con la
particularidad de que se permite periódicamente la realización de entrenamientos con
deuda parcial de restablecimiento.

Cuando se trata de la necesidad de "materializar" el efecto de cada entrenamiento en base a


las "huellas del anterior", hay que entender por huellas, en un sentido general, los cambios
positivos operados en el organismo (de carácter fisiológico, bioquímico, psíquico, etc.)
condicionados por los entrenamientos, que se expresan en la elevación de la capacidad de
trabajo del organismo del deportista, en el desarrollo de sus capacidades, hábitos y
destrezas.

Por consiguiente, el sentido del segundo aspecto depende de la exigencia de no permitir


intervalos de descanso demasiado prolongados entre los entrenamientos, asegurar la
continuidad de su influencia y crear con ello las condiciones para el progreso ininterrumpido
en la actividad deportiva.

El tercer aspecto, donde se debe hacer énfasis, es en las peculiaridades del sistema de
trabajo alterno de las cargas y el descanso en el entrenamiento deportivo. La cuestión
consiste en que el deportista no realiza todos los entrenamientos en condiciones de pleno
restablecimiento y de "súper restablecimiento" de la capacidad de trabajo. Periódicamente
se permite la suma del efecto de unos cuantos entrenamientos en una situación de falta
parcial de restablecimiento. En este sentido, se le plantean al organismo exigencias muy
grandes para obtener, en consecuencia, un aumento de la capacidad de trabajo durante el
régimen de descanso, por lo que tal régimen de las cargas de entrenamiento puede
considerarse racional en ciertas condiciones.
Para la aplicación de cargas continuas con una falta parcial de restablecimiento, se deben
tener en cuenta las siguientes condiciones:
 Descanso suficientemente compensador.
 Elevado nivel de entrenamiento previo del deportista.
 Cuidadoso control médico y pedagógico.
 Períodos o etapas en los cuales se encuentra la preparación del deportista

Tenemos entonces, que la regla general "empezar el entrenamiento siguiente en un estado


de pleno restablecimiento y súper restablecimiento" tiene una aplicación especial en el
entrenamiento deportivo. Esta regla no tiene que llevarse estrictamente en cada
entrenamiento (microciclo-mesociclo), sino, a la "serie" de unos cuantos entrenamientos, que
es considerada en este caso como una carga total. El número de entrenamientos en series y
la duración de los intervalos existentes entre ellos, depende de un conjunto de
circunstancias y entre otras cosas de los períodos y etapas en que se encuentre el
deportista.

El entrenamiento anual y a largo plazo se considera como el primer aspecto característico de


la continuidad del entrenamiento deportivo. Esta situación, en la teoría y la práctica actual
del deporte, es indispensable. Al interrumpir por dos o más microciclos las clases de
entrenamiento deportivo, los hábitos motores se destruyen y se disminuye el nivel de
desarrollo de las capacidades motrices, los cambios positivos obtenidos en el organismo
pierden efectividad.

Para el atleta es muy importante conservar no sólo lo que ha logrado como resultado del
entrenamiento, sino que constantemente debe perfeccionar lo obtenido, dominar nuevos
hábitos y adquirir nuevas capacidades, que son necesarias para los futuros logros
deportivos.

PRINCIPIO DEL CAMBIO ONDULATORIO DE LAS CARGAS DE ENTRENAMIENTO.

En el entrenamiento pueden ser utilizadas varias vías de aumento de la carga, es decir, la


rectilínea, la escalonada y la ondulatoria. Para el entrenamiento deportivo es característico,
en mayor medida, la dinámica ondulatoria, lo que se debe, ante todo, al alto nivel de
exigencias que se plantean a las posibilidades funcionales y de adaptación del organismo
del deportista.

La esencia de este principio indica que cuando se aplica una carga grande, posteriormente
es necesario bajar el nivel de la carga. Esto se fundamenta fisiológicamente, en el hecho
que mientras mayor sea la carga, mayores serán los cambios que se produzcan, y por ende
mayor el tiempo necesario para la recuperación de la capacidad de trabajo y de adaptación a
dicha carga.

En relación con este principio, existen tres tipos de ondas: pequeñas, medias y grandes, que
caracterizan la tendencia general de la dinámica de las cargas en los diferentes ciclos del
entrenamiento.

a) Ondas Pequeñas:.caracterizan la dinámica de las cargas en los microciclos.


b) Ondas Medias:.representan la tendencia general de las cargas de unas cuantas
ondas pequeñas en los límites de las etapas y mesociclos de entrenamiento.
c) Ondas Grandes:.caracterizan la tendencia general de las ondas medias en los
períodos de entrenamientos.

El arte de la estructuración del entrenamiento consiste, en buena medida, en compaginar


correctamente todas estas ondas entre sí, es decir, en asegurar la correspondencia
necesaria entre la dinámica de las cargas en los microciclos y las tendencias mas generales
del proceso de entrenamiento, característico de unos u otros períodos y etapas.

Este principio tiene vinculación con el principio de los cambios progresivos de la carga.

PRINCIPIO DEL CARÁCTER CÍCLICO DEL PROCESO DE ENTRENAMIENTO.


El carácter cíclico, es la serie relativamente terminada de ciertos entrenamientos, etapas y
períodos, que son característicos de toda estructura del proceso de entrenamiento. En la
actividad práctica, el principio de la ciclicidad se expresa por dos situaciones básicas:
 El contenido del entrenamiento deportivo es necesario cambiarlo de tal forma que
contribuya al desarrollo de la capacidad de trabajo del atleta.
 Esto se logra por los cambios periódicos de todos los elementos durante el proceso
de entrenamiento en los límites de un tiempo determinado.
 Todos los cambios deben efectuarse en los límites de cierto tiempo, planificado con
anticipación.
Estas unidades de tiempo que abarcan la preparación del deportista definidas por Matveiév
(1977) y Harre (1983), descritas por Barrios y Ranzola (1995), se denominan de la manera
siguiente:

Microciclo.

Lo constituye el gran conjunto de actividades que son necesarias repetir constantemente. Su


duración está determinada por varios días (de 2 a 7), generalmente por una semana, aunque
pueden ser hasta 12 días en dependencia del nivel de preparación del atleta. Las estructuras
de los contenidos son cambiantes desde el punto de vista organizativo. Sus características
están determinadas por los objetivos de las Etapas y los Mesociclos. Su estructura la
determinan las siguientes condiciones:
 La correlación entre el volumen y la intensidad, características de la tendencia de la
dinámica de las cargas expresada a través de las ondas pequeñas.
 La necesidad del empleo reiterado de ejercicios con distinta orientación y con un
vínculo óptimo entre ellos. En el entrenamiento se ejecutan diversos ejercicios quq
tienen distinta finalidad preferente, siendo además muy importante la forma en que se
concretan en el entrenamiento y en qué orden se alternan entre sí.

Tipos de Microciclos.

En la literatura especializada se encuentran microciclos con diferentes nombres a los que


exponemos, sin embargo, esto no quiere decir que su contenido sea diferente, se refieren a
las mismas características de entrenamiento, solo que los nombres aquí utilizados son los
más comunes.
a) Microciclos Ordinarios: se caracterizan por un aumento del volumen de las cargas y
poca intensidad en la mayoría de las sesiones de entrenamiento. El objetivo de estos
microciclos es la preparación del organismo para un trabajo más intenso. Se utilizan
fundamentalmente en las etapas de preparación general y especial, al inicio de los
mesociclos.
b) Microciclos de Choque: se caracterizan por un crecimiento paralelo del volumen y la
intensidad de las cargas. Se utilizan fundamentalmente en la preparación especial, con el
objetivo de estimular, significativamente, los procesos de adaptación orgánica.
c) Microciclos de Aproximación: se aplican fundamentalmente cerca de la competencia,
para modelar elementos técnico-tácticos que se utilizaran en la misma. Se debe hacer una
distribución de la carga y el descanso lo más parecida al régimen o programa de
competencia, practicar en forma modelada las acciones tácticas, parecidas a como se van a
ejecutar en la competencia, por ejemplo: realizar entrenamientos con presencia de público,
en lugaes parecidos al sitio de competencia oficial, (en cuanto a clima, .altitud, humedad
relativa, etc).
d) Microciclo de Recuperación: se utilizan fundamentalmente al finalizar la serie de
microciclos donde las cargas han sido altas. como por ejemplo, después de una serie de
microciclos de choque o de un periodo de competición. Se caracterizan por la disminución
de las cargas de entrenamiento (descanso activo), cambio de los medios y métodos. El
carácter de las cargas se enfoca hacia lo general.
e) Microciclos Competitivos: se aplican el día antes de comenzar la competencia y en las
fases entre las presentaciones. Están dirigidos a asegurar el estado óptimo en el momento
de la competencia, contribuir al restablecimiento y supercompensación de la capacidad de
trabajo entre una presentación y otra, pero también pueden contener sesiones de
entrenamiento para completar las cargas planificadas o resolver problemas específicos
surgidos en la competencia.

Mesociclos.

Lo constituyen la unión de las repeticiones de los microciclos. Los mesociclos son etapas de
los macrociclos en las cuales se da cumplimiento a las tareas de la preparación del
deportista. Se pueden identificar con las etapas del entrenamiento. Por tal motivo tienen un
tiempo de 3 a 8 semanas.

Tipos de Mesociclos.

a) Mesociclo Entrante: Esta estructura inicia el período preparatorio del macrociclo. El nivel
de las cargas es más bajo en comparación con los principales, aunque el volumen de las
cargas puede ser elevado. Predominan los ejercicios de preparación general. Se utilizan en
las diferentes etapas del entrenamiento, pudiendo ser de preparación general o especial. Su
objetivo es proporcionarle a los atletas las capacidades necesarias para soportar el trabajo
especifico posterior, por lo que las cargas van dirigidas al desarrollo de la potencia y
capacidad máxima aeróbica.
b) Mesociclo Básico Desarrollador: juega un papel muy importante cuando el atleta pasa a
un mayor nivel de capacidad de trabajo, observándose un aumento considerable de las
cargas de entrenamiento acumuladas en la transición por meses anteriores. Este tipo de
mesociclo se alterna con mesociclos de carácter estabilizador. Se utilizan fundamentalmente
microciclos ordinarios y de recuperación. Tienen como objetivo aumentar las capacidades
funcionales de los principales sistemas orgánicos que intervienen en la disciplina deportiva.
c) Mesociclo Básico Estabilizador: se combina con el anterior e interrumpe temporalmente
el crecimiento de las cargas en los niveles que se han alcanzado, posibilitando la adaptación
a las exigencias de las cargas de entrenamiento aplicadas en el mesociclo desanollador. Se
utilizan fundamentalmente microciclos de choque y recuperación.
d) Mesociclo Preparatorio de Control: es el que se aplica entre los mesos Básicos y de
Competición. El entrenamiento se combina con series de competencias de control,
cumpliendo tareas de la preparación para la competencia fundamental. Debe constituir tarea
fundamental del trabajo en este meso, eliminar o corregir deficiencias técnico-tácticas, para
lo cual se utiliza un gran número de ejercicios competitivos. Deben combinarse los
microciclos ordinarios-cornpetición-aproximación y recuperación.
e) Mesociclo Precompetitivo: se aplica en la preparación inmediata para la competencia
principal. El entrenamiento se hace modelado, con la mayor aproximación posible a la
competencia (acciones técnico-tácticas, horarios, condiciones climáticas, de altura,
alimentación, etc.) para asegurar la adaptación de los atletas a la competencia. Igualmente,
se le dedica un tiempo importante a la preparación táctica y psicológica. Deben combinarse
los microciclos de aproximación y competición.
f) Mesociclo Competitivo: es el mesociclo principal y en él, se combinan los microciclos
que dan respuesta inmediata a la competencia, aproximación-competitivo-recuperación.

Macrociclo.

Contiene en sí la unión de varios mesociclos y refleja las distintas etapas de preparación y


competencia. Su duración y característica fundamental, es que contiene las tres fases de la
forma deportiva, es decir, siempre que estemos en presencia de un macrociclo, éste estará
caraeterizado por la obtención de una forma deportiva y sólo una.
Por la variabilidad competitiva que existe en el alto nivel en muchos deportes, se estructuran
más de dos (2) macrociclos anuales. Más adelante usted puede prolundizar algo más sobre
las estructuras del macro.

En la última década, es importante aclarar que respecto a la ciclicidad del entrenamiento


deportivo, algunos investigadores, como Weineck (1989), Gambetta (1990), Bompa (1983),
Tschiene (1990), Verjoshanski (1990), Bondarciuk (1985) (citados por Forteza (1999), han
cuestionado insistentemente la periodización de Matveiév. Sin embargo, la práctica ha
demostrado que para el deporte de desarrollo y de competencia no élite la propuesta de este
autor mantiene una gran vigencia.

No obstante, son muchas las formas que existen de estructurar el entrenamiento deportivo
en la actualidad, algunas tienden a perfeccionar el sistema de Matveiev, otras procuran
romper con él. Forteza (1999), expone de forma clara las críticas más significativas y las
variadas fórmulas para la planificación del entrenamiento actual. La Estructura Pendular, la
Estructura en Bloques y las Campanas Estructurales de Forteza, las cuales consideramos
de particular significación para la conducción del entrenamiento en el deporte élite, debido a
la dinámica competitiva de los atletas de corte internacional y en el Deporte de Alto
Rendimiento Nacional, en aquellas disciplinas que su clasificación anual para el ranking es
por válidas (hasta 4-5 en la macroestructura anual). Sin embarco, Forteza reconoce que
dichas formas novedosas de estructuración del entrenamiento, tienen su base en la
estructura cíclica definida por Matveiev y recomienda para el deporte menor y juvenil como
forma efectiva la periodización de dicho autor, aún cuando está desarrollando una
investigación internacional para comprobar la factibilidad de la estructuración del
entrenamiento en diferentes poblaciones deportivas a través de las campanas estructurales.

PRINCIPIO DE LA UNIDAD DE LA PREPARACIÓN GENERAL Y ESPECIAL.

La especialización deportiva no excluye el desarrollo múltiple del deportista. Por el contrario,


sólo es posible el máximo progreso en el deporte, a base del incremento general de las
posibilidades funcionales del organismo y del desarrollo múltiple de las posibilidades físicas
y psicológicas. Esto ha sido corroborado por muchos años de experiencia en la práctica
deportiva, al igual que los numerosos datos de las investigaciones teóricas y experimentales
de Vasilov (1974), Ozolín (1989), Harre (1973), Matveiév (1977) y Zintl (1991).
La dependencia de los resultados deportivos respecto al desarrollo integral del deportista se
explica por dos razones:
a) La unidad del individuo consiste en el equilibrio orgánico de todos sus órganos, sistemas y
funciones, en el proceso de la actividad y su desarrollo. Aunque cada deporte requiere
correlaciones especiales en el desarrollo de las capacidades motrices, siempre actúa la ley
general; sólo se logra el desarrollo máximo de las posibilidades funcionales del organismo, si
se somete a un proceso de desarrollo múltiple de la preparación.
b) La interacción de los distintos hábitos motores y las destrezas asimiladas en el deporte
elegido. Mientras más amplio es el círculo de los hábitos motores y destrezas del deportista,
existirán posibilidades más favorables para incorporar nuevas formas de actividad motora
con vista al perfeccionamiento, ya que las nuevas formas de movimiento surgen sobre la
base de los hábitos ya constituidos y comprenden unos u otros de sus elementos.

Las leyes objetivas del perfeccionamiento deportivo requieren que el entrenamiento


deportivo, siendo un profundo proceso de especialización, logre al mismo tiempo el
desarrollo múltiple. De acuerdo con esto, en la actividad deportiva se conjugan de manera
inseparable la preparación general y especial de todos los componentes de la preparación
del deportista.

Según Barrios (1988), la preparación física general persigue la formación multifacética,


multilateral, la cual es de extremo valor en el desarrollo de posibles talentos deportivos y vital
para el trabajo desde el nacimiento, por medio de las formas básicas de locomoción,
manipulación y adaptación al agua. Propicia la consecución del incremento de la capacidad
de trabajo en órganos y sistemas, así como la armonía funcional respectiva. Está orientada
al desarrollo de las capacidades del ser humano en forma integral y con una dirección
determinada.

La preparación física general, es básica para equilibrar relativamente segmentos corporales,


en función de las características del ejercicio competitivo de algunas modalidades
deportivas, el cual se presenta de cierta forma unilateral, como son los casos de esgrima,
tenis de campo, tenis de mesa, el servicio y el ataque en voleibol, tiro deportivo con pistola,
saltos y lanzamientos en atletismo. Asimismo, para la labor de fortalecimiento de la
musculatura de sostén con respecto a la columna vertebral, cintura escapular y cintura
pélvica.

La preparación física general es el soporte de la preparación física especial. El deporte


necesita de la elevación de las posibilidades funcionales, acorde con la modalidad deportiva
seleccionada, para poder resistir las cargas de entrenamiento y competencias, con la
correspondiente recuperación, según el empleo de los diferentes mecanismos energéticos
de cada disciplina deportiva. En la medida que el deportista se adentra en el alto
rendimiento, el trabajo especial es más pronunciado. Esto lo corrobora las nuevas formas de
estructurar el entrenamiento (sistema pendular y las campanas estructurales) en las cuales
se le da gran importancia a la preparación especial, existiendo una relación entre la
preparación General y Especial de: 10-60%, 30-70%, 20-80%, 10-90%, de acuerdo con los
mesociclos y en función de la cantidad de competencias principales planificadas, siempre
sobre la base de las direcciones del entrenamiento (determinantes y condicionantes).

Barrios (1998), a partir de investigaciones de Platonov y otros autores, define que sí está
demostrado que existen cargas de entrenamiento y cargas de competencia, entonces
también existen ejercicios de preparación física competitiva, y ella se convierte en un hecho
real para la preparación del deportista, en la planificación del entrenamiento deportivo. Los
rasgos distintivos del entrenamiento, los torneos y campeonatos, son apreciables, siendo la
competencia un estímulo que origina los mayores esfuerzos, que en muchos casos se hace
imposible dosificar, pero hay que acondicionar, adaptar para cuando sucedan esos
instantes. El estrés competitivo es determinante en la conducta del deportista e incide en la
aptitud y disposición en aras de obtener la victoria, que de no estar entrenado
correctamente, puede derivar en saltos negativos.

Las capacidades de trabajo general y especial no pueden ser excluidas del entrenamiento
sin perjudicar la preparación del deportista; ni se pueden sustituir una por otra. Por tanto,
cuando hablamos acerca de los principios que determinan la formación del entrenamiento
deportivo, es necesario orientarse tanto en la dirección especial, como en la dirección
multilateral para que no se contraponga una con otra.

La capacidad de trabajo especial está encaminada al desarrollo de las capacidades que


caracterizan específicamente un tipo determinado de deporte. Ejemplos: la capacidad de
trabajo especial de resistencia en la velocidad del corredor, la resistencia de la fuerza del
luchador, etc...

La capacidad de trabajo general resuelve otras cuestiones, pues está encaminada al


perfeccionamiento multilateral de las capacidades, que no son específicas para cierto tipo de
deporte, pero que el desarrollo de las mismas influye en los éxitos de la actividad deportiva,
directa o indirectamente.

Otro elemento importante a considerar en la aplicación de este principio, es la utilidad de la


preparación general como medio para el descanso activo y la lucha contra la influencia
negativa del entrenamiento especial.

Uno de los objetivos fundamentales del descanso activo es eliminar la fatiga física y psíquica
acumulada por la práctica sistemática de los entrenamientos y la participación competitiva,
así como preparar a los deportistas para los entrenamientos posteriores. El descanso activo
es una etapa de alivio dentro de la continuidad del entrenamiento deportivo.

Para este fin, uno de los medios fundamentales es la preparación general que asegure la
consolidación de las reestructuraciones funcionales y morfológicas alcanzadas, perfeccione
parcialmente algunas capacidades motoras y contribuya al restablecimiento de las
posibilidades de adaptación. La preparación física general contribuye a un desarrollo
proporcional de todos los sistemas del organismo, creando la posibilidad para el
perfeccionamiento más completo de los mecanismos de adaptación.

PRINCIPIO DE LA ALTERNANCIA Y SUCESIÓN RACIONAL DE IAS CARGAS.

La aplicación de este principio es de vital importancia para el logro de la adaptación


funcional que se busca con el entrenamiento deportivo, especialmente cuando se trata de
mejorar varios sistemas orgánicos en una misma sesión de entrenamiento.

En este sentido es preciso entender que las cargas de entrenamiento, según su dirección,
(desarrollo de la fuerza, de la resistencia aeróbica o anaeróbica, coordinación, etc.), afectan
de modo diferente al organismo, y que el tiempo de recuperación varia según el tipo y nivel
de afectación. Por ejemplo, un entrenamiento dirigido al desarrollo de la resistencia aeróbica,
generaría, particularmente, un agotamiento de las reservas de glucógeno muscular y
hepático (Weineck, 1988), lo que ameritaría cierto tiempo de reposo (72h aproximadamente,
según Platonov, 1988) para restituir los sustratos energéticos gastados y la capacidad de
trabajo aeróbica. Sin embargo, si en vez de dar reposo, se aplica una carga dirigida al
desarrollo de la fuerza, donde el sistema energético fundamentalmente es el de los
compuestos fosforados (ATP-PC), el atleta tendrá más capacidad para soportar esta carga
que si se tratara de una repetición de la aeróbica.

Este fenómeno fisiológico obliga a organizar las cargas de entrenamiento de manera tal que
los sistemas energéticos estimulados durante el entrenamiento tengan el tiempo necesario
para restituir sus reservas y capacidades.

Igualmente, para sacarle provecho a las sesiones de entrenamiento donde hay que
desarrollar varios objetivos, las cargas deben estar estructuradas de una forma racional, que
respete las características de los sistemas funcionales a estimular.

En este sentido, Weineck (1988), explica:

"Al principio de la unidad de entrenamiento se sitúan los ejercicios cuya eficacia requiere un
estado psicológico reposado. Este es el caso de los ejercicios de coordinación, de velocidad,
de fuerza explosiva o de fuerza máxima. A continuación vienen los ejercicios cuya eficacia
se basa en la recuperación incompleta, como por ejemplo los ejercicios de resistencia
general-resistencia fuerza. Para terminar, se realizan los ejercicios que favorecen el
desarrollo de la resistencia general".

La alternación y sucesión racional de las cargas permite sacar un mayor provecho a la


sesión de entrenamiento, pudiendo aumentar los volúmenes e intensidades, a la par de
permitir una mejor asimilación de las cargas.

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