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Módulo 1

FUNDAMENTOS DEL ASISTENTE


QUIRURGICO
OBJETIVOS

• - Conocer los aspectos bá sicos e histó ricos de la Cirugía


• - Dominar el concepto de Asistente quirú rgico
• - Conocer la relació n del Asistente quirú rgico y los demá s entes del

quiró fano

• - Dominar las funciones del asistente quirú rgico y del personal dentro

de quiró fano

• - Conocer sobre Riesgo laboral


• - Dominar aspectos Bioé ticos del Paciente Quirú rgico/No Quirú rgico
• - Ser capaz de dominar los tipos de Cirugía

DR. A. RODRÍGUEZ PROGRAMA ACADÉMICO ASISTENCIA QUIRÚRGICA

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FUNDAMENTOS DEL INSTRUMENTISTA Conceptos básicos de la Cirugía

Aunque los mé todos de tratamiento mé dico han ido diversificá ndose a lo largo de
la historia, el objetivo de los mismos siempre ha sido: - Recuperar al paciente hasta
lograr un estado funcional y anató mico ó ptimo. Conocer la historia es muy
importante para cualquier persona que incursione en el campo quirú rgico. Por lo
cual debe estar familiarizado con las contribuciones realizadas por cirujanos del
pasado y sobre todo con las té cnicas abandonadas por sus malos resultados. El
pasado es la base para progresar en el futuro. Señ alaremos a continuació n algunos
de los hitos que han llevado a la cirugía a su estado actual, así como sus
protagonistas.

Definició n:
- Cirugía es una palabra compuesta por dos té rminos de origen griego:

Χείρ (Jeir) traducido como M


̈ ano ̈ y ἔργον (Ergon) igual a ̈Obra/Trabajo ̈. El
significado etimoló gico es obrar con las manos.

Sin embargo en realidad va má s allá :


CIRUGÍA es la actividad mé dico sanitaria que tiene como objetivo la remoció n de la
enfermedad y la promoció n de la salud mediante operaciones efectuadas con las
manos o instrumentos.

Tambié n la Cirugía es: Parte de la Medicina que tiene por objeto curar la
enfermedad o corregir deformidades mediante operaciones con las manos o con
instrumentos. Otra definició n de cirugía es que es la especialidad mé dica que tiene
por objeto curar mediante incisiones que permiten operar directamente la parte
afectada del cuerpo.

Pero la verdadera realidad es que la prá ctica de la cirugía es tan antigua como la
existencia del hombre.

HISTORIA DE LA CIRUGÍA ÉPOCA PRIMITIVA:

Prehistoria:

El primer procedimiento terapé utico de la historia fue quirú rgico e imitando a los
animales: inmovilizació n de las fracturas, limpieza lingual de las heridas, cese de la
hemorragia por compresió n. Es decir, se preocupa esencialmente de las lesiones
externas, visibles o accesibles. Es la patología externa la que combate el cirujano-
artesano.

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CIRUGÍA EN LA EDAD ANTIGUA

Las trepanaciones tambié n aparecen en ciertas culturas desde la edad antigua; en


el caso de los egipcios se realizaban como ú ltimo recurso terapé utico, incluso en
los faraones. Las trepanaciones se efectuaban en cualquier parte de la bó veda
craneal, eran má s frecuentes en niñ os y adolescentes, y formaban parte de ritos
religiosos o má gicos. El proceso de cicatrizació n ó sea en los má rgenes de la
trepanació n indica que los sujetos sobrevivieron al procedimiento

En algunos casos se ve una conexió n entre ambas tendencias: mé todos de cirujano
en patología interna. El ejemplo típico es la trepanació n como mé todo de expulsió n
de espíritus malignos.

EGIPCIA

En el templo de Deir-el Bahari se veneraba a Imhotep, el mayor terapeuta del


antiguo imperio egipcio, a quien le estaba consagrada una capilla excavada en la
roca. Se sabe que alcanzó un gran desarrollo por la existencia de tres papiros: de
Ebers, de Brusch y de Smith. En el papiro de Ebers (siglo XV, a.C.) se encuentran
principalmente prescripciones terapé uticas, curació n de llagas, quemaduras y
tumores de cuello.

El papiro de Smith se considera que es un tratado de cirugía (siglo XVIII, a.C.) se


menciona la patología traumá tica, (heridas, luxaciones, fracturas), se describen 48
casos clínicos con toda minuciosidad e incluso se plantea el pronó stico (“un mal
contra el que yo lucharé o no lucharé ”).

Hay gran observació n y conocimiento de la


anatomía, que se deriva, sobre todo, de la prá ctica del embalsamamiento

En Egipto existen descripciones bastante detalladas de procedimientos quirú rgicos


como por ej.: Extracció n de cataratas, circuncisiones, embalsamientos.

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GRECIA A FINAL DE LA EDAD MEDIA:


en seis tomos. La parte dedicada a la cirugía trata de las articulaciones, fracturas,
heridas de cabeza, heridas en general, hemorroides, así como tambié n, fístulas.
Só lo admitía la cirugía en caso de extrema necesidad.

Hipó crates planteó el cará cter científico de la medicina al señ alar que: “Ninguna
enfermedad es mística, sino que todas tienen causas naturales”, con lo cual refutó
la idea acerca de que la epilepsia era una enfermedad sagrada, demostrando que se
trataba de una enfermedad basada en lesiones anató micas luego de disecar el
cerebro de una cabra. Introdujo el espíritu metodoló gico en la observació n del
enfermo y estableció el principio de: Primum non nocere (“lo primero es no
dañ ar”), concepto vigente hasta nuestros días. Es especialmente famoso su
juramento, que plantea la actitud é tica que debe observar el mé dico

CIRUGÍA EN ALEJANDRÍA

Debido a la falta de conocimientos sobre anatomía, fisiología y patología en esta


ciudad, no es posible llevar a cabo la cirugía como tal, pero se dan los primeros
pasos. Durante los tres siglos anteriores al nacimiento de Cristo, Alejandría se
convierte en el centro universal de la cultura, y Ptolomeo Filadelfo crea una
biblioteca que reú ne 700,000 volú menes.

Entre los representantes de esta é poca puede citarse a: Heró flo, quien realiza
estudios en pró stata, duodeno, hioides y ojo; Erasístrato, quien se encarga de
estudiar la anatomía del sistema nervioso central; Cornelio Celso, conocido por sus
libros, en los cuales relata operaciones oculares, tratamiento de verrugas,
hidroceles, vá rices y tallas vesicales, entre otras. Debido al desarrollo de estos
temas se llega a suponer que é l mismo realizaba las intervenciones. Describió la
té trada de la inflamació n: rubor, dolor, calor y tumor.

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El exponente clá sico fue Hipó crates (460- 356, a.C.), y entre sus aportaciones
puede mencionarse que le dio cará cter de razó n a la medicina. Ejerció este arte en
Tesalia, fundó el Centro Mé dico en Cos y fue autor del Corpus Hipocraticum, que
consta de 72 libros reunidos en Alejandría e integrados

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CIRUGÍA EN INDIA

En este país la cirugía es una de las má s avanzadas de la antigü edad; los escritos de
Charaka (siglo I, d.C.) y Susruta (siglo V, d.C.) dejan constancia de ello. Entonces se
diseñ aron 121 instrumentos quirú rgicos y se efectuaron rinoplastias, lo que los
convirtió en los pioneros de la cirugía reconstructiva. La educació n quirú rgica se
fundamentaba con disecciones en plantas, luego en animales y al final en el
hombre. Se efectuaban intervenciones sobre fracturas, heridas, abscesos, tumores
superficiales, hernias, cesá reas y perineo. Tambié n se usaban narcó ticos, como el
Beleñ o y el Cá ñ amo indio, en pacientes quirú rgicos.

CIRUGÍA EN LA EDAD MEDIA


Alta Edad Media (Siglos V-XIII): Se produjo claramente el divorcio entre medicina y
cirugía. Actuaron factores decisivos de separació n y degradació n de la cirugía:

Cronoló gicamente, se inició con la caída del Imperio Romano a manos de los
bá rbaros en el añ o 476, despué s de Cristo.

La autoridad má s admirada en esta etapa fue Galeno, cuyos textos se


transcribieron infinidad de veces, sobre todo en los monasterios. La cirugía se
consideraba una prá ctica bá rbara, condenada por la iglesia. Los barberos afeitaban
y cortaban el pelo, abrían los abscesos superficiales, realizaban sangrías y
aplicaban ventosas, cauterizaban y curaban las heridas de arma blanca, así como
las fracturas y luxaciones.

En el siglo XIII hubo dos cirujanos notables: Guillermo Salicetti (1201-1277), quien
intenta luchar contra el mé todo del hierro candente y prefería utilizar el cuchillo, y
Lanfranc, en cuya obra Chirurgia magna (1296) planteó la intubació n de esó fago y
la sutura de los nervios cortados, recomendó la sutura intestinal y aportó
indicaciones detalladas para trepanació n craneal en caso de fractura.

En Francia, centro mundial de la ciencia, el mé dico llevaba vestiduras largas y


bonete cuadrado, y el barbero cirujano usaba ropa corta. Los cirujanos intentaban
reaccionar; en 1268 consiguieron la fundació n de la cofradía de San Cosme, cuyos
miembros se consideraban la é lite de la profesió n; eliminaron las labores de
barbero e intentaron llevar la ropa larga.

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Pretendieron controlar a los barberos, y má s tarde un decreto de Felipe, El


Hermoso (1311), les otorgó la autoridad para examinar a cualquiera que quisiera
practicar la cirugía. Estos cirujanos fueron atacados por la Facultad de Medicina,
querella que duraría dos siglos má s.

COMIENZO DEL MUNDO MODERNO (S. XV-XVIII):

Debido al rechazo por la universidad los cirujanos terminan unié ndose para
reclamar sus derechos (dignidad social y formació n adecuada). Se dividirá n en:

• - Robe Longue: de la realeza que está n apegados a textos quirú rgicos


antiguos y operan poco.
• - Robe Courte: admitidos en la facultad pero con formació n deficitaria, son
los cirujanos del pueblo.

- Cirujanos-barberos:Operadores ambulantes pero los má s diestros. Aquí


nace realmente la cirugía moderna (Ambroise Paré , rechaza la curació n de
la herida de fuego con aceite hirviendo; Pierre Franco, tratamiento de la
hernia inguinal).
Existían continuas luchas entre mé dicos y cirujanos hasta que Luis XIV,
harto de esta situació n, ampara una sola corporació n de cirujanos bajo el
patrocinio de la Universidad (en gran medida estimulado tras ser operado
de una fístula anal por el cirujano Fé lix en 1686) y les concede autorizació n
para enseñ ar. Pero só lo en el siglo XVIII se producen oficialmente los
cambios decisivos: la fundació n de la Acadé mie Royale de Chirurgie en
1731, la ordenanza de Luis XV prohibiendo a los barberos el ejercicio de la
cirugía y, despué s de la Revolució n francesa, la abolició n de las diferencias
entre mé dicos y cirujanos con la creació n de las Escuelas de Salud y el título
de Doctor.

Durante el siglo XVIII el cirujano se convierte de nuevo en clínico y


pató logo. El cirujano comienza a estudiar los síntomas de la enfermedad,
sus causas y comienza a valorar la indicació n operatoria.

Destacan Petit en Francia; William Cheselden en Inglaterra y sus discípulos


Hunter y Pott (estudia la tuberculosis del raquis); Antonio Scarpa en Italia;
Heister en Alemania. En Españ a existe influencia gala y se forman
profesionales sobre todo al servicio de los ejé rcitos con Pepe Virgili,
Antonio Gimbernat.

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CIRUGÍA DEL RENACIMIENTO

Esta é poca se caracterizó por un espíritu crítico, observació n libre y deseo por el
saber. Las ciencias paramé dicas avanzaron y la medicina resultó beneficiada.

En anatomía tuvieron un papel importante los pintores como Miguel Á ngel y


Leonardo da Vinci, con disecció n de 30 cadá veres y realizació n de planchas de
numerosos dibujos. Vesalio fue considerado el má s grande de los anatomistas y
escribió su libro De Humanis Corporis Fabrica en donde rectificó algunos de los
postulados de Galeno.

La inquietud propia de la é poca originó la aparició n de numerosos investigadores,


como Falopio, Eustaquio, Fabricio de Acquapendente, Bartolino y Wirsung, Sylvius
y Willis, quienes hicieron numerosos aportes, sobre todo a la anatomía.

Ambrosio Paré (1510-1592) es considerado el padre de la cirugía. Adquirió el título


de cirujano con honores en el Hô tel Dié u. Estuvo al servicio del ejé rcito; es autor de
varios libros, entre los que destaca el primero, que es un tratado sobre las heridas
por arcabuz. Cambió la manera de tratar las heridas con aceite hirviendo por una
emulsió n hecha con yema de huevo, aceite rosado y trementina, y observó que las
heridas así curadas no producían dolor, tumores ni se inflamaban. Fue el primero
en utilizar la ligadura arterial en las amputaciones;
tambié n extendió el uso de vendajes y de pró tesis. Demostró que al tratar con
cuidado el cordó n espermá tico se salva el testículo en las operaciones de hernia
inguinal.

Se distinguió por su espíritu ló gico, su gran sentido comú n, su fina observació n
deductiva y gran valor moral. Fue el primero en hacer a un lado el latín y escribir
en francé s, con lo que se difundió la enseñ anza. De humilde barbero-cirujano llegó
a eminente cirujano de cuatro reyes de Francia.

CIRUGÍA EN LA ÉPOCA MODERNA

A partir de esta é poca se han realizado diversas y atrevidas intervenciones


quirú rgicas, que van de planos superficiales a sitios profundos, como abdomen y
tó rax. Algunos maestros que se impusieron por su fama y atrajeron a los cirujanos
de todo el mundo fueron Billroth y Mickulicz en Alemania, Doyen y Terrier en
Francia, Kocher y Reverdin en Suiza, Spencer Welles y Pages en Inglaterra, Mac
Burney y Halsted en Estados Unidos, y Pirogoff en Rusia.

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La patología externa o quirú rgica trataba de los miembros, del crá neo, de la cara y
del cuello, y fue en ese momento cuando se empezaron a efectuar estudios sobre
ó rganos internos, lo que dio inicio a lo que se denominó patología interna.

Se creó la patología mixta mé dico-quirú rgica, basada esencialmente en los


descubrimientos operatorios de los cirujanos y en el estudio detallado de las piezas
operatorias que se envían para observació n microscó pica

CIRUGÍA ACTUAL

Debido a las guerras, se crearon necesidades como la de evacuar con celeridad a


los heridos tras haberles impregnado las heridas con antisé pticos, y así se tuvieron
que organizar cuerpos de camilleros, puestos avanzados, ambulancias, automó viles
de campañ a y despué s los hospitales. La guerra sirvió tambié n para poner en
evidencia la necesidad de una concentració n de los medios y el tratamiento del
estado de choque, que ha avanzado en forma significativa en su conocimiento
fisiopatoló gico, diagnó stico y tratamiento.
La cirugía francesa se distanció del progreso debido a su estancamiento en el
pasado y a sus ideas de superioridad. Entonces los pueblos anglosajones fueron los
que se encargaron de abrir camino a los avances de la ciencia. Otros nombres
importantes de esa é poca fueron: Lecene, Gosset y Finsterer, quienes diseñ aron
instrumental quirú rgico, y Sauerbruch, quien estudió la fisiología torá cica y diseñ ó
el sello de agua (Sistema de Avenamiento).

Se comprendió la importancia del auxilio de laboratorios y la colaboració n de otros


especialistas, como químicos, fisió logos, bió logos y otros má s. La cirugía se
convierte en instrumento terapé utico, ciertamente esencial, pero no exclusivo.
Antes de decidir si el paciente será intervenido, se toman en cuenta los exá menes
de laboratorio y la opinió n de colaboradores en el diagnó stico, y se consideran a su
vez aspectos del paciente, como su posició n social, estado psicoló gico, etc.

La operació n se vuelve entonces algo má s que só lo el tiempo en que el paciente
está sobre la mesa de operaciones, y se tomará n en cuenta las etapas de estudio y
preparació n del enfermo para la intervenció n; es decir, el preoperatorio, el manejo
propiamente del aspecto té cnico quirú rgico en el transoperatorio, y los cuidados y
medidas que se deben otorgar al enfermo en la etapa subsiguiente, esto es, en el
posoperatorio, normal o patoló gico.

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El desarrollo de medidas de apoyo, como el empleo de venoclisis, analgé sicos,


antibió ticos, transfusiones, anticoagulantes, etc., resulta esencial y coadyuva a
lograr el objetivo primordial de la cirugía, que es reintegrar al paciente a su nú cleo
social y familiar en condiciones adecuadas para el desempeñ o de sus actividades.

ROL DEL INSTRUMENTISTA

¿Qué es la instrumentación quirúrgica? Es una conformació n de conocimientos


y procedimientos. Esto es, saberes y té cnicas que configuran una prá ctica de salud
o una prá ctica que se da en el campo de la salud, en el á mbito específico de una
intervenció n o proceso quirú rgico.

El Instrumentista o asistente quirúrgico: Es un profesional que cuida del


instrumental quirú rgico y lo proporciona al cirujano durante la intervenció n. Si
bien su especializació n es reciente, los orígenes de la cirugía se pierden entre los
de la Humanidad.

El profesional que trabaja en un quiró fano debe


conocer a la perfecció n el medio en el que se
desenvuelve, y esto implica un conocimiento exhaustivo, tanto del material como
del mobiliario y del aparataje, así como de la asepsia quirú rgica y los riesgos que
implica el simple hecho de la cirugía. La cirugía es una ciencia, y al mismo tiempo
un arte, cuya finalidad es el tratamiento de enfermedades, deformidades y lesiones
mediante la incisió n invasiva de tejidos corporales o la manipulació n no invasiva
de una estructura anató mica.
INTEGRANTES DEL EQUIPO QUIRÚRGICO Y SUS ROLES

El personal del departamento de cirugía varía segú n la capacidad del nú mero de
salas con que cuenta el hospital, nivel de atenció n y especialidades. Las funciones y
responsabilidades de cada miembro del equipo quirú rgico deben estar bien
definidas y establecidas, de las cuales brevemente describiremos.

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Jefatura médica de quirófano:

El titular debe ser Mé dico Cirujano y es el responsable de dirigir las actividades
profesionales mé dicas del departamento.

Jefatura de enfermería:

Es la responsable de dirigir las actividades profesionales del personal de


enfermería. En algunas instituciones la Jefatura de Enfermería del Quiró fano
depende organizacionalmente de la Jefatura Mé dica del Departamento. En estos
casos, la organizació n es tradicional y tiene un é nfasis jerá rquico y lineal. En otras
instituciones ambas jefaturas se consideran paralelas. Este tipo de organizació n es
horizontal y enfocada a la integració n del equipo multidisciplinario. En la
organizació n de tipo horizontal, ambas jefaturas tienen una intensa relació n
de comunicació n y coordinació n, y juntas son
responsables de la normatividad, del control de los
recursos tecnoló gicos, de los procesos de trabajo y de
los resultados del Departamento.

El equipo quirúrgico está formado por:

• • Cirujano (1)
• • Primer Ayudante (2)
• • Segundo Ayudante (3)
• • Anestesista (4)
• • Asistente quirú rgico o Instrumentador/a (5)
• • Enfermera de quiró fano o circulante(6)

Funciones de cada integrante del área quirúrgica. CIRUJANO:


El cirujano es el responsable del tratamiento mé dico y quirú rgico del
paciente, es el que guía las actividades durante el acto quirú rgico.

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Las normas de la actuació n del cirujano son:

• - Debe desarrollar y ejercitar su criterio, lo que permitirá tomar decisiones


rá pidas y seguras en los momentos necesarios (por ejemplo: situaciones
imprevistas o complicaciones que obliguen a variar los pasos de la cirugía).
• - Debe trabajar rodeado de las mejores con condiciones: buena luz, buen
instrumental, lencería suficiente, adecuada anestesia, debiendo haber
previsto con anterioridad todos los elementos que utilizaría durante el acto
quirú rgico.
• - Debe trabajar con orden y minuciosidad.
• - No debe realizar una cirugía careciendo del conocimiento de la patología
y/o de

la té cnica que debe aplicar.

• - El operador diestro se coloca a la derecha de la mesa de operaciones,


quedando el

anestesista a su izquierda y el/la instrumentador/a quedara su derecha.

• - El operador zurdo se coloca a la izquierda de la mesa de operaciones,


quedando

el anestesista a su derecha y el/la instrumentador/a quedara su izquierda.

• - Debe exigir orden y trabajo sistemá tico a todo el equipo y señ alar los
errores a

quienes lo asisten, pues es el responsable de su formació n y


perfeccionamiento.

• - Debe tratar de realizar los llamados de atenció n sin humillar a los


componentes

del equipo (usar tono severo pero cordial).

• - Debe conocer al detalle el trabajo de todos los integrantes del equipo para
poder

corregirlos y entender las dificultades que puedan presentá rseles.

• - Todo el instrumental que utilice debe devolverlo al/la instrumentista. Es


de mala

té cnica dejar el instrumental sobre la mesa de operaciones.

• - No debe realizar maniobras ciegas, debe reconocer bien lo que se incide o


se diseca;

no se deben realizar maniobras incompletas.

El trabajo del cirujano debe ser minucioso. Con los progresos de la anestesia
no tienen ya sentido las antiguas maniobras realizadas con la velocidad de
un prestidigitador, pero que muchas veces llevaban por delante un vaso
importante o incluía en una ligadura un filete nervioso. Lo recomendable es
el trabajo minucioso sin pé rdida de tiempo.

Al pedir instrumental no debe desviar la vista de la herida, es el/la


instrumentista quien debe ir hacia el cirujano, debiendo solicitarlo en voz
alta y clara, presentando la mano de manera que é sta pueda entregar lo
pedido, a travé s del lenguaje de gestos que está perfectamente reglado y
codificado.

Es conveniente que el cirujano se haga el tiempo necesario para hacer la


crítica o elogio de la acció n a cada uno de los componentes de equipo, una
vez finalizada la cirugía.

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PRIMER AYUDANTE.

Puede ser un mé dico adscrito, residente o interno, colabora con el cirujano en la
hemostasia, utilizando los separadores, aspiració n del campo quirú rgico, sutura
dependiendo de su experiencia y en ocasiones es tambié n el asistente quirú rgico.

Tiene participació n activa, practica el secado de la sangre continuamente, presenta


las pinzas hemostá ticas para las ligaduras, realiza hemostasia, coloca los
separadores, ayudando en acciones para facilitar la acció n al cirujano, tratando de
simplificar las maniobras del cirujano.

OJO: El mejor cirujano puede perder efectividad por la colaboración de un mal


ayudante. Normas de actuació n del primer ayudante:

• - Es la segunda autoridad del equipo. Debe conocer la operació n


perfectamente y facilitar el trabajo al cirujano, adelantá ndose a las
necesidades de é ste.
• - Trabaja enfrente y algo hacia la derecha del cirujano. Cuando no hay
Segundo Ayudante trabaja enfrente del cirujano.
• - Es quien suministra el instrumental al Segundo Ayudante.
• - No debe extralimitarse realizando maniobras que só lo competen al
cirujano.
• - Colabora con el cirujano en la colocació n de los pañ os de campo.
• - Puede pedir a la instrumentadora lo que necesita en voz alta, pero lo ideal
sería

que solo hablara el cirujano, utilizando entonces un lenguaje de gestos.

SEGUNDO AYUDANTE.

Tiene actividad má s está tica que diná mica, pero de su acció n y eficiencia
tambié n depende el resultado de la cirugía.

Normas de comportamiento del Segundo Ayudante:

• - Su funció n principal es sostener los separadores (separadores diná micos).


• - Corta las ligaduras cuando el Cirujano y el Primer Ayudante hacen
hemostasia en

serie.

• - No debe hablar en el transcurso de la cirugía.


• - Recibe el instrumental del Cirujano y el Primer Ayudante, no debe hacerlo

directamente de la instrumentadora.

• - Su accionar no debe entorpecer el trabajo del Primer Ayudante.


• - Generalmente trabaja a la derecha del Primer Ayudante, exceptuando
situaciones

que requieran un cambio de posició n.

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- Debe realizar todo lo que le indique el Cirujano y el Primer Ayudante. EL/LA


INSTRUMENTADOR/A.

Es responsable de colocar y entregar al cirujano y al ayudante, el material e


instrumental esté ril. Dispone y ordena el equipo, instrumental y material necesario
para la cirugía.

Su trabajo, si es correcto y eficiente, da mayor velocidad y orden al trabajo del


cirujano, pues debe atender todos los trastornos que se presentan y que no atañ en
directamente a las maniobras operatorias. De esta manera alivia al cirujano
permitié ndole no distraer su atenció n de la herida. Es el/la jefe/a de las
enfermeras del quiró fano (sucio o circulante), debiendo solucionar todos los
problemas que é stos le planteen y mandarlos en todo lo que necesite. Su
negligencia puede convertirla en una molestia y no en una ayuda como debería ser.
Su acció n le permite al cirujano no desviar la vista de la herida y no distraer así su
atenció n de la misma.

Los puntos bá sicos que debe tener claro el o la instrumentista son:

Conocimiento de la patología de base.

Conocimiento del tipo de intervenció n y de los pasos que deben seguirse.

Conocimiento de las prioridades en caso de que se presente una situació n


imprevista.

Ademá s, es responsable de los instrumentos, por lo que debe conocer:

Nomenclatura
Utilidad y usos Montaje y manipulació n Selecció n, segú n las necesidades Cuidado y
mantenimiento

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El asistente quirúrgico o instrumentista debe realizar una correcta preparació n de


las mesas de quiró fano, teniendo en cuenta que son de su absoluta
responsabilidad, por lo que debe responder del material que entra y sale del
campo quirú rgico. Es responsable de vigilar la asepsia y esterilidad del campo
quirú rgico

1. a) Los materiales entran siempre en zona esté ril a travé s del instrumentista
2. b) Antes de tocar cualquier material debe comprobar visualmente
3. c) Integridad del envoltorio y caducidad de esterilizació n
4. d) Que esté n los testigos químicos en el interior de las cajas de
instrumental. É stos

deben haber virado el color si el material está esté ril

5. e) Debe supervisar las zonas de seguridad del campo quirú rgico, no


permitiendo que

nadie se acerque a menos de 50 cm de las zonas esté riles

Para establecer el campo, se cubre con materiales y sabanas esté riles todos los
elementos necesarios para el procedimiento quirú rgico, incluido el paciente,
dejando al descubierto la zona donde se practicará la incisió n.

• - É sta se pintará , en primer lugar, con una solució n antisé ptica.


• - Comprueba que se ha conectado la toma de tierra al paciente.
• - Contabiliza el nú mero de gasas y compresas.
• - Contabiliza el nú mero de agujas y hojas de bisturí utilizadas.
• - Contabiliza el nú mero de implantes, en caso de utilizarse.
• - Contabiliza el nú mero de instrumentos.
• - Colabora con el cirujano en la colocació n de apó sitos.
• - Colabora en el paso del paciente de la mesa quirú rgica a la camilla.

NORMAS DE COMPORTAMIENTO DEL ASISTENTE QUIRÚRGICO:

• • Deberá conocer en detalle la cirugía en la que participará para preparar


todo lo necesario y prever toda complicació n posible.
• • Debe tratar, en lo posible, de resolver los problemas que se presentan sin
complicar al cirujano.
• • Debe ingresar al quiró fano antes que el cirujano y el paciente para tener
todo listo y preparado antes de la entrada de é stos.
• • El armado de la mesa debe hacerlo en un orden habitual y sistemático.
• • Se colocará en uno de los extremos de la camilla de operaciones.
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• • Una vez lista la mesa no se alejará de su puesto, salvo expresa orden del
cirujano.
• • Al pasar el instrumental deberá ir de su mano a la del cirujano.
• • Debe facilitar y acelerar el ritmo de la cirugía.
• • No discutirá ó rdenes ni opiniones del cirujano y ayudantes.
• • No se distraerá con hechos extra operarios y hablará solo lo
indispensable.
• • Debe pasar el instrumental de manera que el Cirujano sienta que lo tiene
en su mano (recordar que el Cirujano no la mira, sino que só lo tiende la
mano para

recibir lo pedido).

• • Seguirá la cirugía atentamente, adelantá ndose a las necesidades del


Cirujano o

Ayudantes.

Todo el material devuelto a la mesa debe ser limpiado con una gasa antes de
colocarlo en su lugar.

Mantendrá la mesa lo má s ordenada y limpia posible, para que al final de la


cirugía esté igual que al principio.

Terminada la operació n colaborará en el vendaje de la herida quirú rgica


asistida por la enfermera del quiró fano; supervisará y/o lavará el
instrumental ayudada por el circulante y chequeará n que el quiró fano y la
caja de instrumental queden en orden.

Funciones del asistente quirúrgico o instrumentista

Cuando el paciente está anestesiado es funció n del AQ abrir el equipo textil-


desechable y el contenedor del instrumental. El papel de instrumentista
puede cubrirlo una enfermera titulada, una enfermera licenciada o un
té cnico quirú rgico. El té rmino Asistente Quirú rgico (Instrumentista) se
aplica en todo su texto al personal específico que desempeñ e este papel y
que realice las té cnicas características de este trabajo. El instrumentista es
responsable de conservar la integridad, seguridad y eficiencia del campo
esté ril durante toda la operació n.

Los conocimientos y experiencia con las té cnicas asé pticas y esté riles
preparan al asistente para que disponga de los instrumentos y suministros,
y para ayudar al cirujano y ayudantes durante todas las operaciones al
proporcionarles los instrumentos y suministros esté riles que requieran.
Esto hace necesario que la instrumentista prevea, planifique y cubra las
necesidades del cirujano y demá s miembros del equipo, al observar en
forma constante el campo esté ril. Se requiere destreza manual y resistencia
física.

El temperamento estable y la capacidad para trabajar bajo presió n tambié n


son características deseables del instrumentista, ademá s del agudo sentido
de responsabilidad y el interé s por la exactitud al realizar todas las tareas.
En caso de usar

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CIFMEC 16

equipo textil es importantísimo verificar que los controles químicos externos han
virado, así como el segundo control interno del equipo.

ENFERMERA DEL QUIRÓFANO O CIRCULANTE.

Se encuentra bajo las ó rdenes directas del/la Instrumentador/a. Es un elemento


vital para la realizació n de la cirugía, vigila la conservació n de la asepsia
quirú rgica. Atiende al paciente desde su ingreso, realiza la asepsia quirú rgica del
paciente, revisa el expediente clínico, sirve de enlace entre los miembros del
equipo quirú rgico. Lleva un control exacto del material textil utilizado.

Es la enfermera/o encargada de atender al enfermo, de coordinar los actos que se


realicen y de atender las necesidades del Asistente Quirú rgico o instrumentista
desde la parte no esté ril del quiró fano.

Normas de comportamiento:

• - Debe preparar el quiró fano para la cirugía a realizar: lencería,


instrumental, guantes y vestimenta esté ril, suturas, gasa, una bandeja con
antisé ptico, una bandeja para retirar la pieza proveniente de la cirugía (si
é sta lo requiere).
• - Preparará el frontó n luz, el aspirador, el instrumental especial, etc. Antes
de la operació n debe realizar el control de todo el equipo elé ctrico para
asegurarse su funcionamiento.
• - Ayudará al Anestesista a tranquilizar al paciente.
• - Realizará , en la sala de preparació n del paciente (pre quiró fano), todos los
pasos previos que correspondan a la antisepsia del campo operatorio
(tricotomía y lavado).
• - Ayudará al instrumentista a vestirse asé pticamente y luego en todo lo que
é sta necesita para la preparació n de la mesa.

DR. A. RODRÍGUEZ PROGRAMA ACADÉMICO ASISTENCIA QUIRÚRGICA

CIFMEC
17

Estará atenta durante toda la cirugía (que por supuesto debe conocer y seguir
atentamente) a cualquier situació n imprevista que se presente al instrumentista o
al cirujano.

Cuidará de no contaminar lo que deba manipular, si esto sucede debe avisar,


aunque tema la reprimenda, para evitar una complicació n postquirú rgica. Su
acció n correcta y eficiente es tambié n necesaria para el buen desarrollo de la
intervenció n y el posterior buen resultado.

Una vez finalizada la cirugía, debe limpiar bien la zona de la herida y colaborar con
el la instrumentador/a en el vendaje de la misma.

Ayudará a el/la instrumentador/a en el lavado y secado del instrumental.

ANESTESISTA.

Es un mé dico especializado en la administració n y selecció n de la anestesia


aplicada al paciente, así como el monitoreo y conservació n de la homeostasia del
paciente. No debe estar vestido en forma asé ptica.

Normas de comportamiento:

• • Realiza la canalizació n del paciente.


• • Interviene en la preparació n del campo operatorio.
• • Da la orden para el comienzo de la cirugía.
• • Ayuda a la sujeció n del paciente en la mesa operatoria, tratando de que el
mismo

tenga la mejor posició n.

• • Debe monitorear permanentemente al paciente y llevar una planilla


anesté sica

donde figurará n la evolució n intraoperatoria de todos los pará metros


vitales.

• • NO se debe retirar de la mesa anestésica mientras dure la intervenció n.


• • Finalizada la cirugía debe seguir monitoreando al paciente hasta que
logre una

completa recuperació n.
• • Debe realizar un informe mencionando si hubo alteraciones pre, intra o
post

operatorias de los pará metros normales del paciente.

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18

RIESGO LABORAL

un padecimiento laboral o un accidente laboral

Un accidente de trabajo es la que sucede al trabajador durante su jornada laboral o


bien en el trayecto al trabajo o desde el trabajo a su casa. En este ú ltimo caso el
accidente recibe el nombre de in itinere.

Las enfermedades profesionales, junto con los accidentes de trabajo, se conocen


como contingencias profesionales, frente a las contingencias comunes
(enfermedad comú n y accidente no laboral).

Otra definició n de riesgo laboral son los peligros existentes en alguna tarea
laboral o entorno/lugar de trabajo, capaz de provocar accidentes (heridas, dañ os
físicos o psicoló gicos, traumatismos, etc.), o cualquier tipo de percance, sea cual
sea su posible efecto, siempre es nocivo para nuestra salud.

Clasificaciones de los Riesgos Laborables:

Á cidos/Anesté sicos/Desinfectantes/Plaguicidas/Otros
Virus/Bacterias/Pará sitos/Hongos/Desechos Bioló gicos

Exigencias/Falta de Apoyo/Estré s

Posturas inadecuadas /Materiales pesados/Gasto Caló rico/Movimientos


repetitivos

FISICOS QUÍMICOS BIOLOGICOS


Temperatura/iluminació n/Electricidad/Radiaciones

PSICOSOCIALES

ERGONOMICOS

DR. A. RODRÍGUEZ

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El riesgo laboral es la posibilidad de que un trabajador sufra

OJO

“In itinere” es una expresión latina que significa, literalmente, “en el camino”.

CIFMEC

19

LO QUE NOS INTERESA...

De acuerdo a la Organizació n Mundial de la Salud (OMS), para el añ o 2002, los


trabajadores del sector salud representaban aproximadamente treinta y cinco (35)
millones de personas a nivel mundial, lo que equivale a un 12 por ciento de la
fuerza laboral. Aun cuando es indiscutible que es grupo numé ricamente relevante,
é ste ha sido olvidado de las actividades de la salud ocupacional, ya que ni los
gobiernos ni las organizaciones de salud le han concedido la suficiente atenció n a
los factores de riesgos laborales presentes en los centros dispensadores de salud
que pueden ocasionar accidentes o enfermedades ocupacionales en este personal.
Tal situació n refleja una gran paradoja ya que mientras la comunidad acude a los
centros asistenciales en busca de salud, los trabajadores de esas instituciones se
ven expuestos (accidentan o enferman) debido a las deficientes condiciones de
trabajo y aspectos organizacionales, evidenciá ndose así una gran injusticia social
hacia este sector laboral.

Una de las posibles razones de esta “negligencia institucional” lo constituye la


afirmació n erró nea de que la industria de la salud es “limpia y sin riesgos”,
argumento que carece de validez ya que este sector no puede estar exento de
riesgo cuando la vida de un trabajador de la salud se ve amenazada continuamente
por la posibilidad de infectarse o morir a causa de un accidente por pinchazo o
cortadura con material contaminado por virus como Hepatitis B, Hepatitis C, Virus
de Inmunodeficiencia Humana (VIH), por nombrar só lo algunos de los riesgos de
tipo bioló gico y en el entendido, que existen otros factores de riesgos tales como la
lumbalgia y la violencia.
Los incidentes por punciones representan alrededor de dos (2) millones de
exposiciones en el mundo cada añ o. Una cifra alarmante, que puede
incrementarse considerablemente si se toma en cuenta que un nú mero elevado de
trabajadores no reportan dichos accidentes generando un subregistro, ubicado
entre un 30-80 por ciento, segú n los Organismos Internacionales de Salud, lo cual
demuestra que pese a la existencia de sistemas de notificació n de accidentes,
muchos de ellos no suelen ser reportados, dificultá ndose la obtenció n de una
dimensió n real del problema.

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20

En los países en desarrollo, la principal causa de accidentes por punciones y


contagio es la reinserció n de la tapa plá stica en la jeringa. Segú n el Centro de
Control de Enfermedades y Prevenció n de los Estados Unidos (2004), se registran
má s de 385.000 heridas por agujas y otros objetos punzo cortantes anualmente, en
una població n de má s de ocho (8) millones de trabajadores que laboran en
hospitales y otros establecimientos de salud.

Los datos del Sistema de Vigilancia Epidemioló gica (EPINet), arrojan que los
trabajadores de salud en hospitales de docencia en USA, incurren
aproximadamente en 26 heridas por agujas por cada 100 camas. Sin embargo, el
Instituto Nacional para la Salud y Seguridad Laboral en 1999, estimó un promedio
anual entre 600-800 mil heridas por agujas y otras heridas punzo cortantes en
establecimientos de salud. El reporte de la Organizació n Mundial de la Salud para
el añ o 2002 indica que el porcentaje de casos de

POR CITAR UN EJEMPLO...

El virus de la Hepatitis B puede provocar la muerte prematura por cirrosis o por un hepatocarcinoma en
aquellas personas con infecció n cró nica (15 al 25%). La infecció n por Hepatitis B ademá s, suele ser la causa de
hasta un 80 por ciento de los hepatocarcinomas a nivel mundial, seguido solamente por el tabaco entre los
carcinó genos humanos conocidos.

trabajadores de la salud a nivel mundial con exposició n ocupacional a Hepatitis B,


y Hepatitis C fue de 40 por ciento para ambas y de 2.5 por ciento para el VIH.

Así, los accidentes laborales por pinchazo en los centros de salud representan un
gran riesgo para el personal que labora en estas instituciones, ya que a travé s de
pató genos presentes en la sangre pueden verse afectados quienes han tenido el
accidente, con los virus de la Hepatitis B, Hepatitis C y el Virus de
Inmunodeficiencia Humana (VIH). Estos virus de

transmisió n sanguínea pueden producir enfermedades de curso agudo, cró nicas,


discapacitantes o, incluso terminar en la muerte del trabajador de la salud
infectado.

Es importante resaltar que los accidentes punzocortantes de los trabajadores de


salud, no es tan solo un problema relacionado con la infecció n o la enfermedad,
sino que contiene un impacto emocional significativo y prolongado, al verse é stos
expuestos a una lesió n por pinchazo, aú n en ausencia de una infecció n grave. Este
impacto es particularmente severo cuando la lesió n causa exposició n al VIH, pese a
existir hoy en día excelentes tratamientos con drogas retrovirales, tanto el
trabajador sanitario como compañ eros (as) de trabajo y miembros de su familia se
ven afectados emocionalmente.

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De acuerdo a los datos suministrados por la Corporació n de Salud del Estado


Aragua (Corposalud) Venezuela, la frecuencia de heridas por agujas usadas o por
objetos punzo cortantes en ese estado, durante el período 2002-2003, fue
aproximadamente de ciento ochenta y seis (186) eventos, la mayoría provenientes
del principal centro asistencial, con un promedio de cinco (5) eventos por semana.
El personal lesionado fueron enfermeras, mé dicos y estudiantes de medicina; la
Emergencia de Adulto y el Área Quirúrgica, resultaron los sitios donde se
registraron el mayor nú mero de accidentes y los instrumentos involucrados con
dichos accidentes fueron las agujas y escalpelos.

Por otro lado, Estudios epidemioló gicos, demuestran que la lumbalgia es otro de
los principales problemas de salud laboral del personal responsable del cuidado de
los pacientes a nivel hospitalario, la misma, es causa de elevadas tasas de
morbilidad, ausentismo laboral y demandas por compensació n de accidentes o
enfermedad profesional a nivel mundial. De igual forma sucede con la violencia en
centros de salud en USA donde má s de 5 millones de trabajadores de hospitales
está n expuestos a muchos peligros para la salud y la seguridad incluyendo la
violencia. Datos recientes indican que los trabajadores de hospital tienen un riesgo
elevado de experimentar la violencia en el lugar de trabajo. Segú n los cá lculos
aproximados del Departamento de Estadísticas de Trabajo (BLS), los empleados de
hospital sufrieron 2,637 agresiones no mortales en 1999, es decir, una tasa de 8.3
agresiones por cada 10,000 trabajadores. Este nivel es mucho má s alto que el de
las agresiones no mortales en todas las industrias del sector privado, que es de dos
(2) por cada diez (10) mil trabajadores. La violencia en los hospitales
generalmente es iniciada por los pacientes y de vez en cuando por los miembros de
su familia que se sienten frustrados, vulnerables y fuera de control.

Sin embargo, en los países en desarrollo, la solució n a esta problemá tica es


compleja pero sin duda alguna debe comenzar con la toma de conciencia de los
empleadores pú blicos o privados y de los empleados para que entiendan que la
salud de los trabajadores no es una cuestió n de costo econó mico sino de costo
social (justicia social). Debe existir la voluntad política para mejorar las
condiciones de trabajo y los aspectos organizacionales de los centros asistenciales
de los diferentes países.

En este sentido, es imperativo que tanto las autoridades políticas como las de salud
de los países desarrollados así como los en vías de desarrollo actú en con
decisiones legales, administrativas y econó micas que conlleve a mejorar la salud y
seguridad de los trabajadores de la salud.

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RIESGOS LABORALES EN LA REPÚBLICA DOMINICANA

La Repú blica Dominicana cuenta con un sistema de seguridad social y un seguro de


riesgos laborales que funciona, pero no muchos trabajadores conocen a fondo
sobre este tema, y por eso muchos de sus derechos son irrespetados

El Congreso Nacional de la Repú blica Dominicana aprobó el 24 de Abril del añ o


2001 la Ley 87-01, donde se creó el Sistema Dominicano de Seguridad Social. El
Libro IV de esta Ley se refiere al Seguro de Riesgos Laborales, que tiene los
objetivos de en primer lugar prevenir y en segundo cubrir los dañ os que son
ocasionados por accidentes relacionados con el trabajo, pero tambié n de
enfermedades profesionales, incluyendo tambié n las indemnizaciones por
discapacidad.

Má s importante que conocer la historia de nuestro sistema de seguridad social y


riesgos laborales, es conocer cuá les son los riesgos laborales que cubre este
sistema:
• • Las lesiones corporales que pueda sufrir todo trabajador (o aprendiz) por
consecuencia del trabajo que realiza.
• • Todas las lesiones del trabajador durante el tiempo o lugar de trabajo
(salvo exista evidencia que diga lo contrario).
• • Las enfermedades que directamente sean provocadas por el ejercicio del
trabajo o de la que realice una persona y que le ocasione discapacidad o
muerte.
• • Aquellos accidentes de trabajo que surjan por consecuencia de tareas
asignadas por el empleador, independientemente de que estas sean
distintas de la categoría profesional del trabajador.
• • Tambié n los accidentes de trá nsito dentro de la ruta y de la jornada
normal de trabajo. Es decir, si sufres un accidente camino a tu trabajo esto
tambié n lo incluye.

Los empleadores son los responsables de adoptar todas las medidas de


prevenció n de riesgos laborales dictadas por el Ministerio de Trabajo. Son
tambié n responsables de la implementació n y del costo de estas medidas en
su empresa.

Las empresas está n en la obligadas a poner en prá ctica las medidas bá sicas
de prevenció n establecidas por el Ministerio de Trabajo y el Comité de
Higiene y Seguridad Industrial. Si tu empleador no está tomando las
medidas necesarias para garantizar tu

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CIFMEC 23

seguridad y tu salud, entonces podría estar buscá ndose graves problemas. El


Ministerio de Trabajo es muy estricto con esto.

OJO: Ver reglamento de la Ley Laboral de la Republica Dominicana. (Ley 16-92)

ASPECTOS BIOETICOS DEL PACIENTE QUIRURGICO

Etimoló gicamente la palabra Paciente proviene del latín patĭens que significa:
padecer, sufrir.

El paciente es un adjetivo que hace referencia a quien tiene paciencia (la capacidad
de soportar o padecer algo, de hacer cosas minuciosas o de saber esperar). Pero el
té rmino suele utilizarse para nombrar a la persona que padece físicamente y que,
por lo tanto, se encuentra bajo atenció n mé dica.

Durante la intervenció n del personal mé dico en este caso Cirujano/Asistente


quirú rgico/Enfermera de quiró fano la misma debe ir regida por una serie de
principios los cuales se remontan a los inicio de la prá ctica mé dica y que con el
pasar de los tiempos han sido reformados con la finalidad de que la calidad de la
relació n Paciente-Personal de Salud sea mejor y duradera.
Hablemos de Bioética...

Conceptos

Con el propó sito de manejar conceptos uniformes, se proponen las siguientes


definiciones:

• Moral: del latín moris, significa costumbre o conjunto de costumbres y se refiere


a la “ciencia que trata del bien en general y de las acciones (humanas en orden a su
bondad o malicia”, considerá ndose como “condició n de las acciones humanas, que
las hace buenas”.

En un enfoque diferente se ubica a la moral como “conjunto de costumbres que ha


sido llevado a nivel de normas y que se propone como marco regulatorio para una
sociedad”.

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CIFMEC 24

• Ética: del griego ethikos, significa costumbre o há bito, y de eethos, guarida y,
posteriormente, carácter. Cará cter moral que orienta hacia el bien. La é tica se
concibe como el pensamiento filosó fico crítico sobre lo moral, en base a la libertad
de elecció n de los seres humanos, dentro de la justicia; lo é tico puede prevalecer
sobre lo moral, por un bien superior.

Para fines de este trabajo ubicaremos a la é tica como “parte de la filosofía que trata
de la moral y de las obligaciones del hombre”.

• Bioética: “rama de la filosofía que determina la prá ctica adecuada de los actos
relacionados con la vida de la persona en particular y de los seres vivos en general,
orientados hacia la preservació n de la vida, a la luz de los principios morales”.

• Deontología médica: tratado de los deberes de los mé dicos. Con base en los
conceptos previos se propone:

• Ética médica: “disciplina que fomenta la buena prá ctica mé dica, mediante la
bú squeda del beneficio del paciente, dirigida a preservar su dignidad, su salud y su
vida”.

LOS PRINCIPIOS ÉTICOS

Principio de beneficencia

“Dirigir las acciones de la prá ctica mé dica a buscar el beneficio del paciente y de la
sociedad, mediante la prestació n de la atenció n mé dica”. Incluye los siguientes
conceptos:

1. Todos los procedimientos mé dicos deben estar dirigidos a beneficiar al paciente.
2. Evitar cualquier acció n que pueda dañ ar al paciente (Principio de no
maleficencia): “Primero no hacer dañ o”.

3. Procurar que todos los actos mé dicos permitan lograr el má ximo beneficio para
el paciente, exponié ndolo al mínimo riesgo.

4. La atenció n mé dica debe otorgarse conforme a los está ndares má s altos de
calidad.

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CIFMEC 25

5. El mé dico que otorga la atenció n debe hacerlo con apego a los conocimientos
mé dicos vigentes. Para mantener la vigencia de sus conocimientos, el mé dico debe
estar involucrado en un proceso de educació n mé dica continuada y actualizar su
certificació n con la periodicidad establecida.

6. El mé dico no debe atender a pacientes correspondientes a una especialidad


diferente a aquella para la cual esté certificado, excepto en casos de
urgencia cuando no se encuentre el especialista
requerido, debiendo referirlo a dicho especialista en su

oportunidad.

7. El mé dico debe promover y mantener una relación médico-paciente, amable,


de confianza mutua y con comunicació n permanente en ambos sentidos.

8. En la atenció n mé dica el trato al paciente debe ser en forma individualizada y


amable, dirigié ndose al paciente como un individuo de la especie humana, con la
debida consideració n, por su nombre y ofreciendo el trato adecuado que deba
darse, conforme a su edad, gé nero, posició n jerá rquica, profesió n, etc., cuidando no
incurrir en exceso de confianza.

9. El mé dico tiene el compromiso de proporcionar información al paciente y a


sus familiares, con oportunidad, en forma completa, comprensible para ellos,
con veracidad; que incluya los diagnó sticos de probabilidad o certeza, el
programa de estudios y tratamientos; sus objetivos, los riesgos, efectos adversos,
secuelas y complicaciones que se podrían presentar; los beneficios esperados, el
pronó stico, sus variaciones y las expectativas de curació n, control, mejoría o
paliació n de la enfermedad.

10. Cuando la informació n no hubiera sido suficiente o clara, el paciente tiene


derecho a hacer las preguntas que considere necesarias y a que se le respondan. Al
final de la atenció n o cuando se requiera transferir al paciente a otro hospital, el
mé dico debe entregar un informe completo y por escrito, de la atenció n otorgada.

11. El paciente tiene derecho a contar con un expediente clínico que contenga la
informació n relacionada con su padecimiento, los resultados de los
procedimientos diagnó sticos y terapé uticos realizados, el programa de estudio y
tratamiento y el pronó stico. El expediente clínico es sujeto de manejo
estrictamente confidencial.

12. Son é ticamente aceptables los procedimientos para la reproducció n asistida.


13. El mé dico debe abstenerse de administrar la pena de muerte.

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Principio de equidad

“Otorgar atenció n mé dica a los pacientes, conforme a sus necesidades de salud, sin
distinciones, privilegios, ni preferencias”. Incluye los siguientes conceptos:

14. La atenció n debe otorgarse a los pacientes en congruencia con sus necesidades
de salud y con la especialidad del mé dico (excepto casos de urgencia),
independientemente del problema de salud de que se trate: mé dico o quirú rgico,
preventivo o curativo, infectocontagioso o no, dentro del servicio pú blico o
privado; de que le genere honorarios o “ú nicamente” sea con cargo a su salario
institucional, y del beneficio econó mico que represente para quien la otorgue,
siempre y cuando se cuente con los conocimientos, habilidades profesionales y
recursos necesarios para otorgarla.

15. La atenció n mé dica debe otorgarse sin privilegios ni preferencias relacionados
con la raza, gé nero, condició n social, condició n econó mica, principios morales o
religiosos, convicciones políticas, preferencias sexuales, edad, discapacidad física o
mental, condició n legal, privació n de la libertad, padecimiento (incluyendo los
infectocontagiosos), remuneració n que se perciba o recomendaciones de
autoridades. Es inaceptable otorgar una atenció n diferencial a los pacientes del
sector privado, en relació n a los del sector pú blico.

Principio de autonomía

“Derecho de los enfermos adultos, en uso de sus facultades mentales, para decidir
lo que ha de hacerse con su persona, en lo referente a atenció n mé dica”. Incluye los
siguientes conceptos:

16. El paciente tiene derecho a conocer quié n es su mé dico, aun cuando en su
atenció n participe un equipo de ellos.
17. El paciente tiene derecho a elegir a su mé dico y a solicitar su cambio y a que se
le conceda, cuando así lo desee.

18. No es admisible hospitalizar a un paciente en contra de su voluntad, a menos


que exista un ordenamiento judicial o exista riesgo para las personas con las que
convive.

19. El paciente tiene derecho a obtener una segunda opinió n.

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20. Con base en una informació n específica, vá lidamente otorgada, el paciente está
facultado para otorgar su consentimiento para la realizació n de procedimientos
diagnó sticos y terapé uticos, o rehusarse a otorgarlo.

22. El paciente en uso pleno de sus facultades mentales, tiene derecho a


otorgar su consentimiento o a negarlo, para la realizació n de procedimientos
terapé uticos extraordinarios o para la aplicació n de soporte vital, en forma verbal,
por escrito o mediante un testamento de vida.

23. En el ejercicio de su autonomía, el paciente tiene derecho a manifestar su


inconformidad por la atenció n recibida, a travé s de una queja, y es responsabilidad
de los mé dicos atenderla, darle una explicació n, resolver el problema o darle una
respuesta satisfactoria.

24. Con base en una informació n específica, vá lidamente otorgada, el paciente está
facultado para otorgar su consentimiento para participar como sujeto en proyectos
de investigació n, o rehusarse a otorgarlo.

25. El paciente en uso pleno de sus facultades mentales, tiene derecho a expresar
su voluntad para donar sus ó rganos para trasplante.

26. En caso de que el paciente esté imposibilitado para tomar las decisiones que le
conciernen, la responsabilidad recae en el o los familiares legalmente responsables
o un apoderado legal.

27. En casos de urgencia, cuando el paciente esté imposibilitado para tomar las
decisiones que le conciernen y no existan familiar legalmente responsable o un
apoderado legal, el mé dico está facultado para tomar las decisiones que se
requieran, debiendo registrar en forma explícita y escrupulosa, la justificació n
correspondiente en el expediente clínico.

Principio de confidencialidad

“Derecho del paciente de que se respete el secreto en la informació n


proporcionada al mé dico, durante la relació n profesional mé dico-paciente”.
Incluye varios conceptos:
28. La relació n mé dico-paciente debe realizarse en privado. En las unidades
mé dicas en que se lleva a cabo docencia, puede permitirse la presencia de mé dicos
residentes, sin embargo, si el paciente exige privacidad, se le debe otorgar.

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CIFMEC 28

29. Cuando el mé dico requiera apoyo para explorar al paciente o é ste sea de un
gé nero diferente al del mé dico y no existan familiares, es indispensable la
presencia de una enfermera. En caso de no contarse con enfermera, en estas
condiciones, el mé dico puede negarse a practicar una exploració n.

30. El SECRETO PROFESIONAL está consagrado desde Hipó crates hasta las leyes
vigentes, el incumplimiento de esta disposició n puede dar lugar a demandas
legales. Esta obligació n incluye la proscripció n

de realizar comentarios en conversaciones informales.

31. El mé dico só lo puede ser liberado de la responsabilidad de guardar el secreto
profesional por el propio paciente o por mandato judicial.

32. La informació n contenida en el expediente clínico está sujeta al principio de


confidencialidad, por lo cual todas las personas que lo manejen está n legalmente
obligadas al secreto. Situació n similar se aplica en caso del expediente electró nico.

Principio de dignidad

“Otorgar atenció n mé dica al paciente en forma congruente con su condició n


humana, en cuanto a su organismo, su conciencia, su voluntad y su libertad”.
Incluye varios conceptos:

33. En el proceso de atenció n debe tenerse en cuenta que el sujeto de nuestro


trabajo es un individuo de la especie humana que se encuentra en desventaja como
consecuencia de su enfermedad, y debe ser tratado con consideració n, con apego a
los preceptos y decoro que esta condició n le confiere.

34. Debe evitarse en el proceso de atenció n, el empleo de medidas terapé uticas


exageradas o de soporte vital que ocasionen sufrimiento al paciente o prolonguen
su agonía, como consecuencia de una obstinació n terapé utica no justificada,
particularmente cuando no está en condiciones de expresar sus decisiones.
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CIFMEC 29

35. El mé dico debe procurar para el paciente terminal, las mejores condiciones
posibles de calidad de vida: libre de dolor, con comodidad, afecto y apoyo moral,
preferentemente en el hogar y con respaldo familiar.

36. Se debe evitar durante la atenció n, cualquier acto que pueda representar una
humillació n para el paciente, ante otros pacientes, ante el personal de salud,
mé dicos en proceso de formació n o su familia.

37. Debe procurarse condiciones dignas para el paciente durante el proceso de


transició n entre la vida y la muerte: en el entorno, evitar el abandono y procurar el
afecto de quienes lo rodean, preferentemente en su domicilio y rodeado por su
familia.

Principio de respeto

“Compromiso del mé dico de otorgar atenció n a sus pacientes, con la consideració n
y cortesía que su condició n de humano enfermo requiere”. Incluye los siguientes
conceptos:

38. El mé dico está é ticamente comprometido a cuidar que el pudor de sus
pacientes no se vea afectado durante los procedimientos clínicos, diagnó sticos o
terapé uticos.

39. El mé dico debe abstenerse de intervenir en aspectos que afecten a la


privacidad y a la vida íntima de los pacientes, a menos que fuera estrictamente
indispensable, para preservar la salud o la vida del paciente.

40. Como parte de una relació n mé dico-paciente armó nica, el mé dico debe tener en
cuenta las preferencias del paciente en sus indicaciones diagnó sticas y
terapé uticas.

41. El mé dico debe consideració n a sus pacientes, a sus maestros, a sus alumnos, a
sus compañ eros, a sus subordinados, a sus superiores y a la institució n donde
labora.
42. El mé dico tiene el compromiso de respetar los principios morales y religiosos
de sus pacientes. Cuando de acuerdo a su criterio mé dico esto no fuera aceptable,
debe intentar convencer al paciente y a sus familiares, y en su defecto, transferir al
paciente con otro mé dico.

43. El mé dico debe respeto a la autoridad formal y a la autoridad moral de las
personas que ostenten cargos superiores en su institució n, maestros, otros
mé dicos, compañ eros de trabajo y pacientes, con base en su jerarquía, edad,
gé nero, conocimientos, experiencia, personalidad o su condició n de enfermo.

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Principio de solidaridad

“Compromiso del mé dico de compartir sus bienes y conocimientos, con las
personas que requieren de sus servicios o apoyo, y de promover la donació n de
ó rganos para trasplantes”. Incluye los siguientes aspectos:

44. Otorgar atenció n libre de honorarios para aquellas personas que requieran de
sus servicios y que no esté n en posibilidad de pagarlos, por sus condiciones de
pobreza y carecer de acceso a servicios pú blicos.

45. Otorgar atenció n mé dica libre de honorarios a sus maestros, a otros mé dicos y
a sus familiares directos, dependientes econó micamente de ellos.

46. Compartir sus conocimientos, habilidades y experiencia con sus compañ eros y
otorgarles su apoyo cuando lo requieran.

47. Compartir sus conocimientos, habilidades y experiencia en la formació n de


nuevos profesionistas de la medicina, ejerciendo la docencia y difundiendo sus
experiencias.

48. Participar en proyectos de investigació n que permitan el desarrollo y avance de


la medicina.

49. Es compromiso del mé dico defender a sus compañ eros que sean víctimas de
amenazas, demandas o acusaciones injustas.

50. El mé dico debe promover y participar en la donació n de ó rganos con los
pacientes, sus familiares y la població n en general, en beneficio de quienes los
requieran. En su momento, el mé dico debe participar donando sus ó rganos a
travé s de su “testamento de vida”.

Principio de honestidad
“Valor del ser humano que lo conduce a expresarse y obrar con apego a la ley, a las
normas vigentes y a los principios é ticos y religiosos”. Incluye los siguientes
conceptos:

51. Conducirse en la prá ctica de su profesió n y particularmente durante la relació n


mé dico-paciente, la docencia y la investigació n con apego estricto a la verdad.

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52. Evitar el desarrollo de relaciones íntimas con los pacientes a su cargo o con sus
familiares.

53. Evitar el acoso sexual a pacientes, sus familiares o compañ eros de trabajo.

54. El mé dico es é ticamente responsable de cumplir los compromisos establecidos


con sus pacientes, en relació n con el proceso de atenció n, en la medida que
dependan de su intervenció n.

55. Evitar aceptar participaciones econó micas de otros compañ eros, de


laboratorios o de gabinetes de diagnó stico y tratamiento, que gravitan sobre el
patrimonio de los pacientes y encarecen los servicios.

56. Desde el enfoque de la é tica no es aceptable la prá ctica de la medicina


defensiva, a travé s de la indicació n de estudios que no tienen como propó sito el
beneficio del paciente y lo exponen a riesgos innecesarios, con el propó sito de
cubrir posibles quejas o demandas por mala prá ctica mé dica.

57. El mé dico está é ticamente comprometido a percibir honorarios justos por su
trabajo, en congruencia con su capacidad profesional, la magnitud, complejidad y
tiempo invertido en la atenció n del paciente, en congruencia con las posibilidades
econó micas del paciente y con los honorarios promedio.

58. Es compromiso del mé dico evitar la prá ctica de especialidades o


procedimientos diagnó sticos o terapé uticos para los que no esté capacitado y
certificado, excepto en casos de urgencia en que no se cuente con el profesionista
requerido.

59. El mé dico deberá evitar hacerse publicidad con fines comerciales, para la
realizació n de procedimientos no aceptados científicamente o en especialidades
diferentes para aqué lla en la que esté certificado.

60. Es compromiso de los mé dicos no intervenir en la atenció n de un paciente sin


autorizació n de su mé dico tratante, salvo en casos de urgencia.

61. El mé dico está comprometido a no expresar críticas acerca del desempeñ o
profesional de sus compañ eros en su ausencia, ni atraerse a sus pacientes.
62. No es é tico que el mé dico participe como autor o coautor en trabajos en los que
no hubiera participado, así como la exageració n, falsificació n o plagio de
informació n.

63. No es admisible la publicació n de un trabajo con el mismo o diferente título en


diferentes revistas o medios de difusió n, sin las aclaraciones, cré ditos y
autorizaciones correspondientes.

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64. El mé dico está obligado a no hacer uso indebido de los recursos de la
institució n en donde labora, en beneficio propio o de terceros, o en perjuicio de la
propia institució n donde labora, incluyendo el desperdicio de su tiempo laborable.

Principio de lealtad

“Compromiso del mé dico de corresponder a la confianza depositada en é l”.

65. El mé dico está comprometido a corresponder a la confianza que el paciente ha


depositado en é l al confiarle su salud y su vida, a travé s de una atención médica de
alta calidad.

66. El mé dico está comprometido con sus alumnos a otorgarles una educació n,
capacitació n y formació n mé dicas, conforme a los conocimientos mé dicos vigentes,
con apego a las buenas prá cticas establecidas y dando ejemplo de buen
comportamiento personal y profesional.

67. El mé dico está comprometido a corresponder a la institució n donde presta sus
servicios, mediante un desempeñ o con calidad y eficiencia, en beneficio de los
pacientes que se le encomienden y a realizar una administració n racional de los
recursos que hubieran sido puestos a su disposició n, así como en casos de
controversias o conflictos con otras empresas o instituciones.

Principio de justicia

“Compromiso de otorgar a cada quien lo que le corresponda, segú n el derecho o la


razó n”. Incluye:

68. En atenció n al derecho constitucional a la salud, conferido al paciente por la


ley, es compromiso del mé dico participar en su conservació n y recuperació n.

69. El mé dico debe abstenerse de participar en actos mé dicos que puedan ser
considerados como delitos: la eutanasia, el aborto o la expedició n de certificados
falsos.

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70. El mé dico es responsable de informar a las autoridades y al Comité de É tica
sobre las faltas de honestidad, las faltas a los principios é ticos y la mala prá ctica de
sus compañ eros, siempre y cuando cuente con elementos objetivos de ello y que
previamente

lo haya comunicado a la persona involucrada. No hacerlo lo convierte en


corresponsable.

71. No es justificable por ningú n motivo, el abandono del paciente por

el mé dico, en ningú n momento del proceso de la atenció n, pero particularmente en


las etapas finales de su vida y en el momento de su muerte o hasta que quede a
cargo de otro mé dico.

72. Otorgar a cada paciente la atenció n que requiera para la satisfacció n de sus
necesidades de salud y sus expectativas, conforme lo establecen los preceptos de
una buena prá ctica mé dica, con apego a sus derechos y respeto a las leyes y
normas vigentes, sin restricciones ni limitaciones, en su nivel de competencia.

73. La atenció n mé dica debe ser otorgada conforme a los conocimientos mé dicos
vigentes y con las habilidades requeridas para ello, debidamente certificadas por la
Direcció n General de Profesiones de la Secretaría de Educació n Pú blica y la
sociedad de la Especialidad correspondiente.

74. Es obligació n del mé dico en el desempeñ o de sus funciones, evitar cualquier
acció n que afecte negativamente el medio ambiente.

75. El mé dico tiene la obligació n de otorgar el certificado de defunció n de los


pacientes que hubieran fallecido estando bajo su cuidado, directamente o a travé s
de un colaborador, un compañ ero o un mé dico residente.

76. Es deber del mé dico notificar al Ministerio Pú blico, cuando durante la atenció n
de un paciente se perciban lesiones o dañ os a la salud, que pudieran haber sido
ocasionados intencional o accidentalmente.

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La preparació n del paciente en cirugía una vez programada es llevada a cabo por la
enfermera circulante. El resto de la preparació n se llevara a cabo entre el/la
Asistente quirúrgico y la auxiliar de enfermería.

La llegada del paciente al quiró fano se debe de:

• - Asegurar que el paciente que va a ser intervenido llegue en las mejores


condiciones ideales para tales fines, tanto físicas como psicoló gicas.
• - Recepció n e identificació n del paciente en un clima de cordial armonía,
donde se confirmara:

Nombre, apellido y edad.


Diagnó stico y tratamiento quirú rgico.
Fecha y hora de llegada a quiró fano
Condició n de la intervenció n: programa o urgente.

• - Evaluar preparació n quirú rgica: Canalizació n y si esta permeable

Sueroterapia adecuada

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*ASISTENTE QUIRURGICO *ENFERMERA *ANESTESIOLOGO


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Profilaxis antibió tica si la lleva,


Comprobar que este en ayunas (Sonda Nasogá strica) Verificar el sitio y lado de la
intervenció n
Retirar cosmé ticos y pinturas, pró tesis, joyas etc.

• - Comunicar al cirujano o anestesió logo cualquier irregularidad percibida


en el preoperatorio y el estado físico y emocional del paciente.
• - Alergias, enfermedades concomitantes y medicació n actual.
• - Firma del Consentimiento informado.

VISTAZO GENERAL A LOS PROCEDIMIENTOS QUIRÚRGICOS Y SU


CLASIFICACIÓN

Grupo A:

REQUERIMIENTOS TRANFUSIONALES Grupo B:

Cirugías con bajo / nulo riesgo de transfusión

Cirugía oftalmológica:

Catara/Pterigion/Estrabismo/Etc.

Cirugía dermatológica: Extirpació n de lunares/Tumores cutá neos benignos

Cirugía otorrinolaringológica: garganta, nariz y oídos.

Cirugías con moderado / alto riesgo de transfusión

Cirugía general

- Gastrectomía
- Hepatectomía
- Trasplante de hígado - Cirugía de tumores

(Hígado, Pá ncreas, Colon)

Traumatología

- Implantació n de una pró tesis de cadera

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Cirugía general

• - Tiroidectomía
• - Colecistectomía
• - Apendicetomía
• - Herniorrafia/Hernioplastia

Traumatología

- Hernia Discal Urología

• - Varicocelectomia
• - Hidrocelectomia
• - Circuncisió n

Ginecología y Obstetricia

• - Histerectomía simple
• - Laparoscopia
• - Cesá rea

Cirugía vascular/Cardiaca /Torácica

- Bypass femoropopliteo **

- Implantació n de una pró tesis de rodilla

- Cirugía de la columna
(Escoliosis, Artrodesis de columna)

- Fracturas mú ltiples


Cirugía plástica y/o reconstructiva

• - Cirugía de mama
• - Quemados

Ginecología y Obstetricia:

• - Histerectomía
• - Complicaciones del parto

Urología:

• - Nefrectomía
• - Prostatectomía
• - Cirugía de tumores

Cirugía vascular / cardiaca / torácica


• - Implantes de vá lvulas
• - Bypass Aortocoronario
• - Aneurismas

(**) Estos procedimientos quirú rgicos no suelen precisar una transfusió n


sanguínea. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que cualquier procedimiento
mé dico o quirú rgico puede complicarse de modo inesperado y precisar durante su
desarrollo soporte transfusional.

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TIPO CONCEPTO EJEMPLO

Diagnostica

Reparadora

Curativa

Paliativa

Estética o Reconstructiva

SEGÚN LA CAUSA

Requiere intervenció n para determinar el origen, causa y tipo de cé lulas que ocasionan el
problema.

Se utiliza para fortalecer las á reas debilitadas, corregir las deformaciones, unir
nuevamente un á rea separada.

Aquella que tiene posibilidades, e incluso la seguridad, de lograr la curació n de una


enfermedad.

Se realiza para aliviar síntomas de un proceso patoló gico, pero no es curativa.

Se realiza para mejorar el aspecto personal.

Cá ncer, laparotomía exploratoria, endoscopia, colonoscopia, broncoscopio, biopsia, etc.

Correcció n de defectos herniarios, reemplazo vá lvula mitral, osteosíntesis

Extirpació n un tumor maligno

Resecció n de raíces nerviosas, reducció n de volumen tumoral o colostomía.

Liposucció n, rinoplastia, blefaroplastia, cirugías de mama, etc.


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SEGÚ N EL TIEMPO (URGENCIA QUIRÚ RGICA)

Son aquella que son impostergable, generalmente se efectú an para salvar la vida
del paciente (grandes hemorragias).

Son las que se realizan en un periodo comprendido entre 24-30 horas.

Son aquellas que van a ayudar a mejorar la calidad de vida de un paciente y si no se


realizan pueden poner en riesgo la vida de este. Se planifican para realizarse en
semanas o meses.

Son aquellas que pueden hacerse o no y la omisió n de esta no tiene consecuencias


graves.

Son aquellas que tienen una preferencia personal.

CIRUGÍAS INMEDIATAS
CIRUGÍAS MEDIATAS

CIRUGÍAS NECESARIAS

CIRUGÍAS ELECTIVAS
CIRUGÍAS OPCIONALES

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CIRUGÍA AMBULATORIA

Hoy en día se está haciendo má s frecuente la prá ctica de la cirugía ambulatoria,
dadas las ventajas que ofrece. El objetivo de la cirugía ambulatoria es proporcionar
una asistencia de alta calidad a los pacientes que necesitan una cirugía y reducir la
estancia hospitalaria y las posibles complicaciones, mediante un uso má s eficaz del
tiempo y economía. Para determinar a los pacientes candidatos a este tipo de
cirugía, es preciso efectuar un estudio sistemá tico y una asistencia muy
competente, segura y cá lida.

Selección del paciente


a) Cirugía con duració n hasta de 90 minutos. (120)
b) Ausencia de infecciones.
c) Tipo de cirugías con poca probabilidad de complicaciones post-operatorias. d)
Dolor controlable con analgesia oral.
e) Que se prevea que la pé rdida de sangre no implique transfusió n sanguínea.

Ventajas

1. Disminuye el estré s psicoló gico por la estancia hospitalaria.

2. Reduce el costo para el paciente, el hospital, agencias de seguros e instituciones


gubernamentales.

3. Disminuye el riesgo de exposició n a las infecciones hospitalarias.

4. Menor pé rdida de tiempo para el paciente en su trabajo, alteració n mínima de


las actividades y vida familiar del paciente.

Desventajas

1. Menor tiempo para valorar y efectuar la enseñ anza pre-operatoria al paciente.


2. Menor tiempo para establecer una relació n entre el paciente y el personal de
salud. 3. No hay oportunidad de valorar posibles complicaciones post-operatorias

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Módulo 2
ESTRUCTURA FÍSICA Y CIRCULACIÓN EN
EL ÁREA DEL QUIRÓFANO

Objetivos

• - Conocer la organizació n del quiró fano


• - Introducir la forma de circulació n
• - Identificar las distintas á reas del quiró fano
• - Aprender el mobiliario mínimo del quiró fano y su funció n

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ORGANIZACIÓN DE LA UNIDAD QUIRÚRGICA Y ARQUITECTURA DEL


QUIRÓFANO

El quiró fano es una estructura independiente en la cual se practican


intervenciones quirú rgicas y actuaciones de anestesia-reanimació n necesarias
para el buen desarrollo de una intervenció n y de sus consecuencias, que tienen
lugar en general en el exterior del quiró fano.

Se establece una clasificació n bá sica en tres categorías para los quiró fanos, que se
ha elaborado teniendo en cuenta la complejidad té cnica e instrumental de las
intervenciones, la susceptibilidad de los pacientes atendidos y la duració n de la
intervenció n, entre otros aspectos fundamentales que configuran el riesgo de
infecció n, ademá s de los estudios científicos sobre esta materia.

Clase A

Clase B

Clase C

Quiró fanos de alta tecnología.


Destinados a: Trasplantes de corazó n, pulmó n e hígado.
Cirugía cardiaca extracorpó rea y de aorta. Cirugía ortopé dica con pró tesis.

Quiró fanos convencionales y de urgencias. Destinados a: El resto de intervenciones


quirú rgicas.

Quiró fanos de cirugía ambulatoria y salas de partos. Destinados a: Intervenciones


ambulatorias y partos.

Clasificació n bá sica de los quiró fanos.


El quiró fano es un espacio cerrado que debe ser completamente independiente del
resto del hospital; debe pues quedar aislado al resto del mismo por una serie de
separaciones con las estructuras exteriores. El quiró fano permite la atenció n
global e individualizada de los pacientes por un equipo multidisciplinario
(anestesistas, cirujanos y tambié n radió logos, gastroenteró logos, neumó logos,
enfermeras de quiró fano, auxiliar de enfermería, camillero...) para todos los actos
que se hacen bajo anestesia (general o local segú n el acto que debe efectuarse y el
estado de salud del paciente).

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CIFMEC 42

Por lo cual el Área Quirúrgica la definimos como un conjunto de locales e


instalaciones primordialmente acondicionadas y equipadas, las cuales son
selectivamente aisladas del resto del hospital, que constituyen una unidad física y
funcionalmente diferenciada, cuya finalidad es ofrecer un lugar apto para tratar

quirú rgicamente al enfermo.

La arquitectura del Á rea Quirú rgica está pensada para favorecer en lo posible las
medidas de asepsia y disciplinas encaminadas a prevenir la infecció n. Al mismo
tiempo, tiene que estar sometida a

unas reglas determinadas para favorecer estas medidas. Debe estar construida de
forma que las zonas limpias esté n diferenciadas de las zonas contaminadas sin
necesidad de efectuar cruces.

Con relació n al resto del Hospital debe:

 Estar aislado del trá fico del Hospital


 Tener acceso fá cil con las Unidades de Hospitalizació n, Urgencias, UCI,
Reanimació n
Tener comunicació n directa mediante tubo neumá tico con los

Laboratorios, Farmacia, RX (Servicio de Radiodiagnó stico), Urgencias


 Tener comunicació n directa mediante montacargas con el servicio de

Esterilizació n

El ecosistema del quiró fano debe mantenerse a un nivel de contaminació n mínimo


por medio de una limpieza cuyas frecuencias está n establecidas y deberá n
observarse escrupulosamente. Los principios de la limpieza deben ser codificados
por procedimientos escritos discutidos por cada equipo.
Lo primordial es la evacuació n de todos los residuos e instrumentos manchados en
sistemas cerrados (contenedores estancos y bolsas hermé ticamente cerrados). La
limpieza de la sala de operaciones se hace varias veces al día, entre cada paciente.
Para ello, se desinfectan todas las salas de operaciones utilizadas despué s del final
de cada programa operatorio con protocolos de higiene, sin olvidar el resto de las
partes del quiró fano: oficinas, despachos, vestuarios, etc.

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43

Con relació n al á rea quirú rgica, tres apartados fundamentales:

1. Instalaciones y arquitectura del quiró fano 2. Dependencias


3. Equipamiento

1. INSTALACIONES Y ARQUITECTURA

Hay que conseguir unas condiciones ó ptimas en cuanto a iluminació n, sistemas de


aireació n, temperatura y humedad. Estas, no tienen que ser fijas sino que tienen
que tener
unas pequeñ as variaciones con el fin de mantener unas buenas condiciones en los
mecanismos reguladores del organismo del personal y del paciente.

Características físicas del área quirúrgica

• Localización:

• Forma

Normalmente en la planta baja o primer piso, cuidando el trá nsito de personas


ajenas a la unidad quirú rgica. Aunque en estos tiempos la unidad quirú rgica puede
estar ubicada en cualquier nivel de los centros hospitalarios
Cuadrada o rectangular con los á ngulos redondeados para evitar la acumulació n de
polvo. Las superficies deben ser lisas, sin angulaciones ni grietas, fá cil de limpiar y
no poroso, (Fibra de vidrio, paneles de polié ster termo-sellados)

Cuadrangular es la má s có moda, versá til, menos costosa y adaptada al concepto de
construcció n modular acerca de sus dimensiones hay controversia pero se acepta
que en un á rea de 38 m2 es suficiente excepto algunos procedimientos
especializados en los que se usa mucho equipo adicional y requiere superficies
mayores.

• Tamaño:

Lo suficientemente amplio para que se adecue el mobiliario y exista una buena


circulació n. El tamañ o ideal son de 6 m. x 6 m. o 7 m. x 7 m. (entre 36 y 49 metros
cuadrados).

Para un quiró fano multiuso para cirugía ambulatoria y endoscopía es de al menos


6x6x3 metros, aproximadamente 37 m 2 de superficie ú til. Deberían asignarse
aproximadamente 6 m2 de espacio para armarios fijos y estantes en dos paredes
opuestas.

Los quiró fanos para procedimientos cardiacos o cirugía mayor deberá n ser de
aproximadamente 60 m2.

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CIFMEC 44

• Paredes y Techos

Los materiales de las superficies deben de ser rígidos sin poros, resistentes al
fuego, impermeables, anti manchas, duraderos, sin costuras, con poco reflejo de la
luz y fá ciles de limpiar.

El techo debería de tener una altura mínima de 3m y sin uniones el color debería
de ser blanco para reflejar al menos el 90% de la luz en forma de dispersió n.

Las paredes de color pastel revestidas con material de vinilo rígido que es fá cil de
limpiar y de mantener. Las uniones de la pared deben de estar hechas con sellador
de silicona.

• - Lisas.
• - No porosas.
• - Lavables
• - Resistentes.

Las paredes y los techos a menudo se utilizan para fijar dispositivos, equipos y
otros elementos en un esfuerzo por disminuir la presencia de objetos en el suelo:

• - Circuitos de gases
• - Líneas de informá tica
• - Sistema elé ctrico

• Puertas:

• Ventilación:

Medidas 1.22 mts. De ancho. Deberá n ser de tipo vaivé n.


Nota: las puertas nunca deberá n de permanecer abiertas durante el procedimiento.

Los conductos de aire se colocan en el techo o en lo alto de una pared, la utilidad


real es la reducció n de la contaminació n transportada. La presió n positiva del aire
en el quiró fano debe ser 10% mayor que la del pasillo; á rea de lavado de mano y la
sala su esté ril.

En la actualidad la transmisió n aé rea ha adquirido mayor importancia en la


infecció n nosocomial. Esto se produce por la diseminació n de gotículas (gotas de
menor o igual a 5 micras de diá metro) o por partículas de polvo que contiene el
agente infeccioso,

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• - Impermeables.
• - Esquinas redondeadas.
• - Color blanco (Techo).
• - Color pastes (paredes)

- Equipo o sistema de aspiració n para vacío

CIFMEC 45
que permanecen suspendidas en el aire. Así, los microorganismos transportados
de esta forma, se pueden extender ampliamente por las corrientes de aire,
pudiendo ser inhalados o depositados en el hué sped susceptible.

Por tanto, se necesita una ventilació n y una calidad de aire adecuada para prevenir
la transmisió n aé rea.

En el Á rea Quirú rgica, con respecto a la climatizació n, los quiró fanos se clasifican
en dos grupos:

a. Quiró fanos de cirugía normal (GRUPO I): 15 renovaciones / aire / hora.

b. Quiró fanos de cirugía especial (GRUPO II): son los dedicados a:

 Trasplante de ó rganos
 Cirugía cardíaca
 Cirugía vascular con implantes

 Neurocirugía
 Traumatología especial

Requieren de 15-20 renovaciones / aire / hora.

El servicio de limpieza, junto con el de mantenimiento llevan a cabo


semestralmente y cuando proceda, la limpieza de las rejillas y difusores.
Anualmente realizan el mantenimiento del sistema de aireació n, que consiste en la
limpieza y desinfecció n de los tubos del mismo y el cambio de los filtros del Á rea
Quirú rgica.

• Temperatura

La temperatura en un componente importante para la atenció n y la seguridad del


paciente. La misma es controlada por el servicio de mantenimiento mediante unos
termostatos instalados en la sala operatoria y pasillos. Para el paciente, la
temperatura
adecuada oscila entre 20o y 24o C, rango menos beneficioso para el crecimiento de
los microorganismos y es có modo para el paciente y el personal. Aunque se
necesitan temperaturas mayores durante la cirugía pediá trica y en pacientes
quemados, aunque en ocasiones es alta para el personal. El sistema de
climatizació n ha de estar siempre en funcionamiento.

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CIFMEC 46

• Humedad

• Suelos

Recubiertos con cloruro de polivinilo. No porosos. El material que má s se usa


actualmente es el recubrimiento con polivinilo, se coloca soldá ndolo, sin costuras
en todo el piso y 15cm a cada lado de la pared. Tambié n se emplean azulejos o
baldosas, revestimiento o suelo veneciano.

La humedad relativa má s adecuada suele mantenerse entre 50 y 60%. En vista de


que disminuye la desecació n de los tejidos expuestos al aire, protege el tracto
respiratorio. Una humedad superior a esta produce condensació n mientras que la
humedad menor favorece la electricidad está tica.

Para los suelos de las salas de procedimientos menores se utiliza una variedad de
materiales plá sticos, duros sin costuras. Los suelos no deberían de ser porosos,
pero si lo suficientemente rígidos para permitir su limpieza mediante agua o
mediante aspiració n hú meda.

El suelo debería de ser a prueba de caídas por deslizamiento. Los suelos son
conductores para disipar la electricidad está tica del equipo y del personal. La
superficie

no ha de ser porosa, ni tener fisuras.


OJO: En la zona de lavado quirú rgico el suelo es antideslizante.

• Líneas de gas y aspiración


Los quiró fanos modernos cuentan con oxígeno, ó xido nitroso y aire comprimido en
línea. Todas las salidas deben tener un sistema de traba y estar suspendidas en
instalaciones fijas al cielorraso o montadas directamente
en la pared. Las líneas de gas y de aspiració n tienen
medidores de presió n. Las vá lvulas de control
principales se ubican en paneles fuera de la habitació n,
en general en el corredor adjunto. En caso de
malfuncionamiento o de emergencia, las líneas de gas y
de aspiració n deben cerrarse desde panel.

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CIFMEC 47

Las conexiones nunca deben modificarse para adaptarlas a otros tipos de entradas
de gas o de aspiració n. Si un conector de la línea de gas no se adapta a una vá lvula,
pida ayuda y asegú rese de que la manguera correcta está conectada al suministro
correcto.

El aire comprimido se usa como fuente de poder de taladros y otros dispositivos


mé dicos que requieren alta velocidad sin el peligro del uso de cables elé ctricos
sobre el campo esté ril. Antes de desconectar un instrumento de aire comprimido
de su manguera, se debe purgar el resto del aire (liberar el aire de la manguera
haciendo funcionar el aparato). Para eliminar el resto de gases comprimidos de un
línea o manguera se debe cerrar la vá lvula del gas (llave de Paso) y activar el
instrumento lejos del paciente y de los miembros del equipo. Despué s de liberar el
gas comprimido, el instrumentista puede desconectar el aparato y la manguera, y
el circulante desconectar la manguera de la fuente. La regla general para cerrar las
vá lvulas es girarlas en el sentido de las agujas del reloj (sentido horario) hasta que
se cierren ("hacia la derecha se cierra, hacia la izquierda se abre").

• Color:

• Iluminación:
Las paredes de la sala operatoria son azul claro y el suelo oscuro. Los colores má s
recomendados son azules, verdes, grises y las mezclas de é stos pues producen
relajació n. Los suelos oscuros dan má s sensació n de seguridad.

En general se colocan en el techo al ras y es parecida a la luz del día. Los sistemas
de iluminació n en general se colocan en el techo. La mayor parte de las luces de
sala son fluorescentes blancas, pero pueden ser incandescentes.

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CIFMEC 48

La iluminació n debe de ser adecuada para minimizar el cansancio del ojo, y la


proporció n de la intensidad de la luz debe de ser de 1:5 a 1:3 y no exceder de este
rango. La iluminació n del sitio quirú rgico depende de la calidad de la luz, desde un
artefacto, y su reflejo en los pañ os y tejidos.

Los pañ os deben de ser azules, verdes o grises, la calidad de la luz, permite
reconocer las condiciones patoló gicas de los tejidos. La luz de la mesa de
operaciones debe de generar una luz intensa.

La iluminación debe de ser:

• General luz intensa.

• Proporcionar un patró n de luz que tenga un diá metro y un foco apropiado al


tamañ o de la incisió n
• No generar sombras. Mú ltiples fuentes de luz permiten anular la sombra. •
Generar un color azul blanco de luz de día.
Sala operatoria:
o 2 lá mparas centrales mó viles. o Alumbrado general.
o Alumbrado de emergencia de tiempo definido con grupo electró geno. o
Lá mparas auxiliares.

Pasillos y otras dependencias:


o Iluminació n elé ctrica y natural.

La luz quirú rgica de la lámpara central superior debe cumplir los criterios
siguientes:

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CIFMEC 49

1. Debe ser suficiente, sin producir brillos ni deslumbramientos:

•  Existe un regulador de concentració n del haz de luz en todos los


quiró fanos.
•  Regulador de intensidad en los quiró fanos.

2. Estar conectadas a equipo electró geno (Generador elé ctrico); esta á rea está
alimentada por equipo electró geno tanto la iluminació n como todo el
equipo elé ctrico de la sala operatoria, con una autonomía de 2 horas de
batería.
3. No producir sombras, lo cual se consigue dirigiendo los dos haces de luz
hacia un á ngulo convergente.

4. Disponer de luz cercana al color azul/blanco de la luz diurna.


5. Poderse ajustar con libertad a cualquier posició n o á ngulo. En todas las
lá mparas del á rea existen mangos esté riles de fá cil adaptació n, por el
cirujano, de la luz al campo. Estas deberá n moverse lo menos posible para
reducir al mínimo la

dispersió n del polvo sobre el campo esté ril.

6. Producir un mínimo de calor.


7. Que puedan limpiarse con facilidad.
8. Cumplir con las normas de seguridad (controlado por el servicio de

mantenimiento).

• Agua

• Electricidad
Es un agua de la red pú blica, adecuadamente clorada, con la particularidad de que
al agua de los lavaderos quirú rgicos se le hacen controles bacterioló gicos y de
clorado con má s frecuencia que en el resto del hospital.

El nú mero de aparatos elé ctricos que se utilizan en los quiró fanos se debe prever,
para evitar problemas de sobrecarga. No es adecuado enchufar en una toma dos
aparatos mediante clavijas dobles, por lo tanto, tiene que haber un nú mero
suficiente de enchufes con derivació n a tierra. No utilizar «nunca» alargaderas con
varios enchufes.

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Se colocan lo suficientemente altos para evitar que una posible chispa haga
contacto con los gases medicinales inflamables que tienden a acumularse en el
suelo.

No se deben dejar los enchufes por el suelo, ni tratarlos descuidadamente, así


como desconectarlos tirando del cable, ya que un enchufe en malas condiciones
puede dar lugar a accidentes. Todos los enchufes tienen derivació n a tierra, así
como la mesa quirú rgica.

Las tomas elé ctricas deberá n estar a una altura de 1.5

metros de altura.

2. DEPENDENCIAS O ÁREAS DE QUIRÓFANO

En la actualidad existe el concepto de construir una zona limpia y una zona


contaminada, dentro del á rea quirú rgica. Tradicionalmente se ha construido un
corredor perifé rico o un acceso a un á rea de distribució n esté ril alrededor de cada
sala de cirugía. Aunque este concepto resulta ló gico en teoría, no se ha demostrado
una modificació n de las tasas de infecció n de heridas operatorias, en los distintos
estudios que se han realizado en este sentido. Posiblemente esto se debe a que el
enfermo y el personal son las principales causas de infecció n operatoria. Por otro
lado, no se suele respetar el sentido de la circulació n del quiró fano y ademá s el
grado de dispersió n de bacterias suele ser bajo.

Hay que considerar tres zonas o á reas dentro del Á rea Quirú rgica:

Á REA NO RESTRINGIDA / ZONA NEGRA / VERDE


Es La primera zona de restricció n y es una verdadera zona amortiguadora de

protecció n.

El personal vestido con ropa de calle y el equipo portá til que no ha sido
desinfectado deben permanecer en el á rea no restringida. Se trata de un á rea
controlada en la que se detiene a las personas que llegan al departamento
quirú rgico; en caso de que tengan que ingresar en las á reas siguientes, deberá n
cambiar su ropa por la de quiró fano.

Es el á rea de acceso en ella se revisan las condiciones de preparació n y


presentació n de los pacientes se hace todo el trabajo administrativo relacionado y
el personal se bañ a para cambiar su vestido por ropa especial de uso en los
quiró fanos.

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Esta zona incluye las oficinas de doble frente uno de ellos ve a zona negra y el otro
con una ventanilla a la zona gris que le sigue tiene la recepció n de los paciente,
bañ os y vestidores.
Á rea de transició n

El de transició n es donde el personal del quiró fano o los visitantes se preparan


para ingresar en las á reas semirrestringidas o restringidas. La preparació n incluye
obtener la autorizació n para ingresar y cambiar la ropa de calle por la de
quiró fano.

En el á rea de transició n se encuentran los vestidores para las personas que deben
mudar de ropa. Estas Salas contienen á rea de descanso, duchas y armarios para las
pertenencias del personal. Las ropas de quiró fano limpias (llamadas tambié n
pijamas o ambos) deben estar en un á rea protegida de la contaminació n por
líquidos o suciedad, pero cerca de los vestidores. Debe haber disponibles gorros de
quiró fano y cofias (gorros) en el mismo lugar en que se hallan los pijamas o ambos
(ropa/uniforme) de quiró fano, dado que la persona debe colocarse primero el
gorro o la cofia antes que el pijama para evitar que caigan cabellos o caspa en la
parte superior de la ropa limpia. No debe guardarse comida en los armarios
porque puede atraer insectos. Los vestidores deben limpiarse con la misma
pulcritud que cualquier otra parte del quiró fano. El desorden atrae al polvo y crea
á reas para la colonizació n bacteriana.

Si los vestidores conducen directamente al á rea de descanso, deben estar


separados por completo del á rea no restringida. Las á reas deben estar claramente
delimitadas para que el personal con ropa de calle no ingrese en el á rea de
descanso, en la oficina o en otras á reas usadas por los que trabajan en las zonas
restringidas. El á rea de descanso suele representar un problema para el control de
la infecció n porque el personal
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en ropa de calle puede tener acceso inmediato y el control del trá fico es limitado o
nulo. Es muy importante que la comida y las bebidas se limiten al á rea de descaso y
nunca se lleven al interior de las á reas restringidas.

Á REA SEMIRRESTRINGIDA / ZONA GRIS / AMARILLA

Es la zona limpia. Cualquier persona debe vestir un pijama quirú rgico y llevar
mascarillas, así como gorros para evitar la caída de cabellos en zonas esterilizadas.

• Central de equipos y esterilizació n


• • Central de anestesia
• • Laboratorio, rayos x de equipos portá tiles
• • Banco de sangre
• • Lavabos para cirugía

En esta zona se encuentra la sala de recuperació n anesté sica en donde los


enfermos permanecen hasta que sus constantes fisioló gicas se estabilizan.

Todo el personal que ingresa a la zona gris debe vestir pijama quirú rgica esta
consiste en ropa ligera de algodó n hecha de dos piezas una camisa con cuello y sin

mangas cuya porció n inferior se usa debajo del cinturó n del pantaló n la otra es un
pantaló n de

pijama con abertura lateral y muy amplio.

La cabeza se cubre con un gorro de tela y oculta todo el pelo si el sujeto tiene el
pelo largo debe usar gorras de diversos diseñ os que son incó modos se debe cubrir
con el gorro la frente para absorber el sudor e impedir el goteo.

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La nariz y la boca se cubren con una mascarilla que se anuda con una cinta detrá s
del cuello y otra en el vé rtice del crá neo de tal modo que quede sujeto.
Á REA RESTRINGIDA / ZONA BLANCA / ROJA

Las á reas restringidas son el á rea de mayor restricció n, es el á rea má s limpia del
quiró fano e incluyen las Salas de operaciones, las Salas de procedimientos
menores y los corredores esté riles donde está n los esterilizadores rá pidos y donde
se deja el material esté ril.

Estas á reas está n estrictamente controladas y las puertas deben permanecer


cerradas. Solo el personal vestido con ropa de quiró fano limpia, incluida má scara
(barbijo), bota y gorro o cofia, pueden ingresar en ellas.
Al realizar su trabajo el grupo se divide en dos secciones por esta razó n vestirá
ademá s de la pijama una bata de tela gruesa y guantes esté riles esta fracció n del
grupo se llama esté ril y está formada por el asistente quirú rgico, el ayudante y el
cirujano.

Al grupo que no tiene motivos para estar en contacto directo con los materiales
esté riles se le denomina grupo no esté ril lo forman el personal encargado de la
anestesia

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o la personal que hace las laborales colaterales como son la enfermera circulante,
los transfusores, hemodinamistas y consultores en general.

3. EQUIPAMIENTO O MOBILIARIO:

El quiró fano debe disponer de una serie de aparatos y material que estará en
buenas condiciones tanto de limpieza como de funcionamiento. Dicho material se
revisará antes de cada intervenció n para así evitar posibles contratiempos una vez
comenzada la intervenció n quirú rgica.

La enfermería comprobará que las aspiraciones funcionen correctamente, esté n en


el quiró fano los aparatos que se necesitará n en la intervenció n, no falte material
para sondaje, vestimenta del equipo de cirujanos, enfermeras, etc...

Todo el mobiliario debe hacer contacto con el suelo mediante el uso de materiales
conductores. Debe ser sencillo, fá cil de limpiar y lo má s liso posible.

Equipo o inmobiliario básicos del quirófano

o Mesa de quiró fano o Mesa riñ onera


o Mesa de anestesia o Mesa de mayo

o Aspirador
o Bisturí elé ctrico
o Brazo con tomas
o Calentador de aire para manta de calor
o Dispensador de mascarillas y cepillos de manos o Pinzas para contaje de gasas
y compresas
o Cubo (papelera)
o Enchufes

o Grifo

o Lá mpara mó vil


o Mando de la mesa
o Medidor de temperatura y
humedad o Monitor

o Negatoscopio o Taburete

o Tomas de tierra
o Toma de oxigeno
o Toma de vacío
o Equipo de reanimació n o Relojes

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Mesa quirúrgica:

La mesa de quiró fano es una parte muy importante, pues es donde el paciente se
coloca para la intervenció n, y la parte que má s contacto hace con é l. Por ello las
mesas de quiró fano deben tener una toma de tierra que evite descargas a travé s
del paciente.

- Colocació n del paciente.

- Posiciones quirú rgicas.


- Homologada para aguantar el peso del paciente.

La mesa riñ onera, denominada así por tener la forma de un riñ ó n, es la mesa de la
enfermera circular de quiró fano. Presenta dos planos: uno superior, compacto que
se utiliza para colocar todos los elementos de utilizació n inmediata, tales como:
hojas de bisturí, sondas vesicales, nasogá stricas, caté teres, paquetes con gasa,
apó sitos, vendas o

Mesa riñonera:

compresas esté riles y otro plano inferior, acanalado, en el que se colocan


elementos de uso mediato y pesado, tales como: paquetes de ropa de reserva,
soluciones parenterales, cajas con instrumental, etc.

Esta mesa se apoya sobre 4 patas que terminan en ruedas para facilitar su traslado.

Mesa de mayo

La mesa del instrumental es uno de los elementos mobiliarios que se encuentra


dentro de la sala de operaciones. Generalmente es de acero inoxidable; de
superficie lisa; posee cuatro patas, cada una de ellas terminando en rueditas para
poder desplazarse. La elecció n del tipo de mesa y la posició n que esta adquiera
dentro de la sala depende del tipo de intervenció n a realizar.
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Mesa de anestesia

Bá sicamente una mesa de anestesia incluye fuentes de oxígeno y gases, con
fluxó metros para medir y controlar su suministro, dispositivos para volatilizar y
administrar anesté sicos líquidos, un ventilador mecá nico impulsado por el gas,
dispositivos para vigilar el electrocardiograma, tensió n arterial y presió n parcial
de oxígeno inspirado o espirado y un sistema de alarma para indicar apnea o
desconexió n de circuito. Los tubos de caucho o plá sticos

corrugados llevan los gases del aparato a la mascarilla y sistema respiratorio. La


bolsa reservorio compensa las variaciones en la demanda respiratoria y permite la
ventilació n asistida o controlada por compresió n manual

de la bolsa.

Aspiradores

Aspirador para cirugía se utiliza para aspirar líquido, pus, sangre, contenido
intestinal, gá strico, etc y só lidos, membranas hidatídicas (de los quistes
hidatídicos), cá lculos, coá gulos, etc. El modelo má s difundido es el del profesor
Enrique Finochietto. Es elé ctrico y funciona presionando un pedal. Consta de un
frasco grande para aspiració n intensa, sobre cuya tapa se encuentran dos tubos
que terminan en forma de pico. Uno es corto y el otro má s largo, extendié ndose por
dentro del frasco hasta aproximadamente 8 cm de distancia de la base del mismo.
Sistema de iluminación central y accesorio

El sistema de iluminació n central ya que descrito dentro de la estructura del


quiró fano. En cuanto al sistema accesorio, se refiere al Frontoluz de Finochietto, es
el dispositivo de luz frontal má s difundido. Es simple y liviano. Utiliza lamparitas
elé ctricas de reducido voltaje, por ello debe funcionar con un transformador para
su adaptació n a la corriente alterna de 220 voltios.

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Balde de patada

Zafacó n metá lico con una base rodante.

Brazo con tomas

Calentador de aire

Permite la aplicació n de una corriente de aire caliente al paciente en el momento


que este lo amerite mediante el uso de un manto de calor. Este aparato dispone de
un regulador de intensidad de calor segú n el tipo de paciente.

Equipos de monitorización

- Respiratoria
- Cardiovascular
- Otros: Sonda transesofá gica para la temperatura, monitor para la funció n del
nervio recurrente en cirugía del tiroides.

Relojes

Cada quiró fano deberá tener dos relojes, uno debería ser visible desde el campo y
el otro sería ú til como cronó metro.

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Torre de laparoscopia:

Conjunto de dispositivos que permiten la correcta visualizació n y exposició n del


á rea quirú rgica en el interior del cuerpo durante la intervenció n.
- Cá mara
- Monitor
- Fuente de luz fría - Insuflador de gas

- Grabador.
Carro de parada cardiorrespiratoria.

El carro de paro cardiaco cuenta con un equipo desfibrilador con el cual se realiza
la desfibrilació n/cardioversió n elé ctrica ó sea 2 tipos de terapias que mediante la
aplicació n de choque elé ctrico de corriente continua para revertir los trastornos
del ritmo cardiaco. Ademá s de contener una serie de fá rmacos para dichos fines.

Negatoscopio

Para visualizar radiografías. Hay que decir que ya empiezan a estar en desuso. Ya
que los equipos actuales permiten visualizar las radiografías en pantallas digitales
en el momento sin necesidad de tener que esperar al revelado de las antiguas
radiografías.

Taburete/Elevador de cirujanos

Para subirse a é l en caso necesario durante la intervenció n.


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Cubo o papelera

En é l se desechan los residuos generados durante el procedimiento, plá sticos de


envoltorios, embalajes utilizados en el campo esté ril, Guantes del personal, etc...

Bisturí eléctrico

Es un equipo electró nico, generador de corrientes de alta frecuencia, con las que se
pueden cortar o eliminar tejido blando.

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Módulo 3
ASEPSIA Y ANTISEPSIA QUIRÚRGICA
OBJETIVOS

• - Conocer la Historia de la Asepsia y Antisepsia


• - Manejar los conceptos bá sicos y mé todos de Asepsia y Antisepsia
• - Conocer sobre desinfecció n
• - Aprender Esterilizació n y sus tipos
• - Instruirse en lo concerniente al lavado quirú rgico de manos

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HISTORIA DE LA ASEPSIA Y ANTISEPSIA

Durante los siglos XV al XIX, se desconocía la anestesia general y se ignoraba la


antisepsia y la asepsia. Antes de una operació n el paciente era embriagado o
narcotizado e inmovilizado por otros asistentes. En aquella é poca, las curaciones
de las heridas se hacían con hilas, vendajes de sá banas viejas, se utilizaban
cordones, emplastos, ungü entos etc. y el pú blico recurría a la "tela de arañ a" que
tomaban en las caballerizas y otros sitios y rincones de las casas.

Aú n, a finales del siglo se usaban estos procedimientos; el ejé rcito recogía hilas en
las casas de familias, que no desinfectaban, para curar a sus soldados: con tales
procedimientos casi todas las heridas supuraban. Los má s adelantados acudían al
agua fenicada y al yodoformo al finalizar el siglo. La podredumbre del hospital, el
té tanos y otras infecciones, hacían de é stos un sitio perfecto para encontrar la
muerte. La higiene era escasa, y los cirujanos operaban en habitaciones má s o
menos sucias con instrumentos que rara vez se lavaban entre operaciones. Era
frecuente no lavarse las manos antes o entre operaciones, o usar ropa limpia. Esto
se suma a la falta de una anestesia efectiva. Muchos morían a causa de los golpes o
el dolor de la operació n; si no morían en la mesa de operaciones, morían de una
infecció n.

En el siglo XVI se empleó un mé todo eficaz para detener una hemorragia,
utilizando ligaduras para atar los vasos sanguíneos en vez de la cauterizació n,
prá ctica introducida por el cirujano militar francé s Ambrosio Paré (1510-1590).
Otra de las innovaciones de Paré , fue un descubrimiento casual: en cierta ocasió n,
despué s de una batalla hubo tal cantidad de heridos que Paré agotó su provisió n de
aceite de sauco que utilizaba para cauterizar las heridas y tuvo que improvisar
desesperadamente una pomada a base de yema de huevo, aceite de rosas y
trementina; pensó que muchos de los heridos morirían durante la noche pero
inesperadamente, los pacientes tratados con este remedio estaban al día siguiente
sin fiebre ni inflamació n y con poco dolor, mientras que aquellos que habían sido
cauterizados, los encontró con "gran dolor, tumor e inflamació n en torno a sus
heridas". Nunca má s volvió Paré a quemar a sus pacientes utilizando mé todos
mucho má s suaves para desinfectar las heridas.

Otro avance fue introducido por William Budd (1811-1880), epidemió logo de la
é poca victoriana, tomando como base los trabajos sobre las epidemias y su
difusió n de su colega contemporá neo John Snow. Budd estudió como la leche y el
agua eran los principales difusores del contagio de enfermedades tan graves como
el có lera y el tifus, que causaban auté nticas epidemias y miles de muertes al añ o. El
trabajo de Budd no só lo supuso un gran avance en la medicina sino que sirvió
como revulsivo para que las autoridades se preocuparan má s de las condiciones
higié nicas de las ciudades en general

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y del sistema de aguas en particular, como principal difusor de los contagios. La


primera ciudad en la que se llevó a cabo este saneamiento de aguas fue en Bristol.

La historia de la asepsia no se puede contar sin incluir a Ignacio Semmelweis


(1818- 1865), quien demostró en 1846 en Viena la asociació n entre la infecció n
puerperal, en el pabelló n de maternidad y las manos de los mé dicos contaminadas
despué s de practicar necropsias; é l comparó la mortalidad hospitalaria de las
pacientes atendidas por los mé dicos con la mortalidad de las mujeres atendidas
por parteras en el mismo hospital y observó que las pacientes atendidas por los
mé dicos tenían una frecuencia mayor de muerte, para sustentar este hallazgo,
obligó a los mé dicos a lavarse las manos, desde entonces, la mortalidad cayó hasta
un nivel inferior a la del pabelló n de las parteras.

En 1880 Charle Chamberland (1851- 1908), bacterió logo francé s que trabajó con
Louis Pasteur (1822- 1895) desarrollo la primera esterilizació n mé dica mediante
el uso del “Chamberland autoclave”. En principio era similar a la olla que servía
para hervir todos los instrumentos del cirujano y la eliminació n de todo rastro de
bacterias, la té cnica fue desarrollada por Robert Koch (1843-1910).
Otro de los avances se produce con Joseph Lister (1827-1912), cirujano inglé s, uno
de los primeros investigadores que usaron el microscopio como principal
instrumento de estudio mé dico. En su trabajo como cirujano en la Royal Glasgow
Infirmary desarrolló un mé todo de asepsia y antisepsia mediante
el sometimiento del instrumental quirú rgico al calor, como
mé todo de desinfecció n, tras estudiar las conclusiones de Louis
Pasteur sobre los microorganismos bacterianos. Llegó a la
conclusió n de que la mayor parte de las infecciones contraídas en
las heridas eran de origen bacteriano, por lo que una perfecta
higiene y desinfecció n tanto del instrumental como de las manos
del mé dico eran fundamentales. Para erradicar las infecciones probó con increíble
é xito el uso del fenol como antisé ptico, no só lo para desinfectar los instrumentos
de operació n, sino para lavar las manos de los cirujanos y para aplicarlo a las
heridas abiertas como bactericida. Despué s del uso habitual de este mé todo en los
hospitales, las muertes por infecció n de heridas disminuyeron en un nú mero muy
considerable.

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Lister fue tambié n el inventor del pulverizador de gas carbó lico como mé todo
antisé ptico. Destaca la labor realizada por Florence Nightingale (1820-1910),
madre de la enfermería moderna cuya teoría se centró en el medio ambiente, en las
condiciones que rodeaban al enfermo, ella creía que un entorno saludable era

necesario para aplicar unos adecuados cuidados de enfermería, afirmó : “Hay cinco
puntos esenciales para asegurar la salubridad de las viviendas: el aire puro, agua
pura, desagües eficaces, limpieza y luz".

En el 1889 fue cuando William Halsted (1852-1922) crea guantes de goma para
su instrumentadora Caroline Hampton; hacié ndose la prá ctica de usar guantes
obligatoria durante las intervenciones a partir de 1894.

Con estos avances el quiró fano se había convertido en un medio libre de gé rmenes
y las tasas de mortalidad se desplomaron en todo el mundo. La prevenció n y lucha
contra las infecciones se remonta a períodos remotos, anteriores al
descubrimiento de los microorganismos como agentes causales de las
enfermedades
infecciosas.

Con los descubrimientos de Pasteur en el siglo pasado, se demostró que la causa de


numerosas enfermedades contagiosas reside en los microorganismos que se
transmiten utilizando diferentes mecanismos.

Lister asoció el descubrimiento de las bacterias y su participació n en la gé nesis de


las infecciones, por lo que introdujo el concepto de asepsia en la prá ctica
quirú rgica y la idea de prevenir la infecció n mediante los antisé pticos, utilizando
las nebulizaciones con fenol para desinfectar el aire, el lavado de manos del
cirujano, la desinfecció n de la zona quirú rgica. Posteriormente, con los
descubrimientos de nuevos antisé pticos y fundamentalmente de las sulfamidas y la
penicilina, ha ido mejorando la lucha contra las infecciones.

Todas estas té cnicas han modificado a lo largo de los ú ltimos añ os, el pronó stico de
las intervenciones quirú rgicas posibilitando el rá pido progreso de la cirugía actual.
Sin embargo, la infecció n hospitalaria sigue siendo hoy día un problema de salud
pú blica de primer orden en todos los hospitales del mundo. En los hospitales
actuales nos podemos preguntar ¿Por qué se producen las Infecciones?, la clave de
la Infecció n es lo que se llama la Cadena Epidemioló gica. Esta cadena está formada
por varios eslabones:

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Agente infeccioso, Reservorio, Puerta de salida, Mecanismo de transmisió n, Puerta


de entrada y Susceptibilidad del hué sped. De todos ellos el eslabó n má s importante
es el mecanismo de transmisió n.

Si logramos romper é ste eslabó n, estaremos impidiendo que la Infecció n se


propague de un hué sped a otro, y los medios má s importantes que tenemos a
nuestro alcance para romper el eslabó n son: Higiene de manos, desinfecció n,
limpieza y esterilizació n. Actualmente en nuestra prá ctica diaria tenemos
asimiladas unas rutinas cuyo fin es el de mantener una asepsia y antisepsia
correctas, son fruto del conocimiento transmitido durante muchos añ os y del
esfuerzo de grandes profesionales pero es importante reconocer que aú n nos
queda mucho camino que recorrer.

ASEPSIA
Es un té rmino que agrupa todos los procesos y las conductas necesarias para llevar
a cabo la manipulació n mé dica libre de agentes pató genos.

Etimoló gicamente significa "sin putrefacció n'. Ausencia de materia sé ptica; estado
libre de infecció n. (RAE)

La palabraasepsia viene del francé s “Asepsie”. El termino asepsia está conformado


por el prefijo “A” que hacer referencia a una negació n, o la ausencia de algo, y
“Sepsis” que significa contaminació n o infecció n, por ende se entiende por asepsia
la ausencia o carencia de materia séptica; o sea es la falta o inexistencia de microbios
y bacterias que puedan causar infección.

Para ello, existen diversas herramientas que han llevado a que la asepsia sea uno
de los grandes logros del pensamiento. Las herramientas que abarca la asepsia las
podemos dividir en las siguientes:

1. Conductas y políticas 2. Antisepsia


3. Desinfecció n
4. Esterilizació n

La asepsia y la antisepsia son un conjunto de procedimientos y protocolos


encaminados a la prevenció n de las infecciones, siendo la higiene de manos la de
mayor importancia y considerada como el pilar en la prevenció n y la contenció n de
las infecciones transmisibles.

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Como la asepsia produce la ausencia de todo germen y de cualquiera de sus formas


de resistencia, suprimiendo el aporte de microbios y su penetració n. El resultado
de una té cnica de asepsia correcta es la esterilizació n.

Consiste en la esterilizació n completa y la

ausencia total de bacterias en un á rea. Es de

ASEPSIA

Quirúrgica

Médica

fundamental importancia en la sala de


operaciones.

Es la protecció n de los pacientes y del

personal del hospital contra la infecció n o la

•••••

reinfecció n por la transferencia de

microorganismos pató genos de una persona

a otra.

La té cnica asé ptica se aplica en todas las etapas del proceso quirú rgico desde antes

que se inicie hasta despué s que finalice. Los procedimientos que se consideran
dentro de

las té cnicas de asepsia son:

Lavado clínico de manos

Uso de la mascarilla y gorro


Lavado quirú rgico de manos

Colocació n de ropa esté ril

Colocació n de guantes esté riles

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CIFMEC 66
ANTISEPSIA

La antisepsia, un proceso que destruye la mayoría de los microorganismos


pató genos sobre superficies animadas (vivientes). Los procedimientos usados para
la antisepsia son por ejemplo té cnicas de aislamiento, el uso de indumentarias
adecuadas, té cnica del flujo laminar y uso de productos antisé pticos.

Las té cnicas de antisepsia son generalmente divididas en 3 tipos:

• Desgerminación: consiste en un barrido superficial para disminuir la presencia


de microorganismos, como por ejemplo lavar las manos con jabó n.

• • Desinfección: consiste en disminuir o eliminar parcialmente los


microorganismos por medio de sustancias químicas como el alcohol.
• • Esterilización: consiste en la eliminació n total de microorganismos en un
objeto o á rea usando mé todos físicos como el calor, las radiaciones o las
filtraciones o usando mé todos químicos como el dió xido de etileno, ultra-
ionizante o aldehídos.

La antisepsia es importante ya que cuando el tejido vivo o la piel se rompen, por


medio de un rasguño o una quemadura por ejemplo, esta rotura permite el
crecimiento de microorganismos en dicha herida. Los microorganismos que
está n presentes en una piel saludable como bacterias, virus y hongos se
reproducen rá pidamente en esta situació n.

Los productos usados para la antisepsia se llaman antisépticos que se definen


como sustancias que matan o previenen el crecimiento de microorganismos.
Entre los antisé pticos má s usados hoy en día está el yodo, el á cido bó rico y el
alcohol.

NORMAS DE UTILIZACIÓN Y CONSERVACIÓN DE LOS ANTISÉPTICOS

Existen diferentes factores que influyen sobre la actividad de los antisé pticos
(germen sobre el que se quiere actuar, concentració n del desinfectante, etc.) por lo
que son necesarias unas normas que garanticen su eficacia y eviten el riesgo de
una mala utilizació n. Como medidas fundamentales destacan:

• Antes de utilizar un antisé ptico en un paciente determinado, es necesario


asegurarse que no es alé rgico al mismo, si lo fuera, debe utilizarse un antisé ptico
alternativo.

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• La piel debe limpiarse antes de aplicar la solución antiséptica.


• Es necesario elegir el antisé ptico adecuado para cada situació n, dejá ndolo actuar
el tiempo necesario, evitando de esta manera reacciones tó xicas o favorecer la
aparició n de resistencias.

• Se debe respetar la concentració n recomendada por el fabricante para los


distintos antisé pticos.

• Las diluciones preparadas deberá n estar etiquetadas con la fecha de preparació n


y la
de caducidad.
• No se deben mezclar antisé pticos, aunque sean del mismo tipo o naturaleza.

• Una vez vertido, no se debe trasvasar el antisé ptico a su envase original. El


antisé ptico que quede en las bateas se desechará y no se volverá a introducir en su
envase.

• Nunca debe rellenarse un envase semivacío a partir de otro.

• Los envases se mantendrá n cerrados tras su uso para evitar la contaminació n del
mismo o del ambiente, su evaporació n o los cambios en su concentració n.

• El envase de antisé ptico o desinfectante, no contactará con el paciente, gasas,


superficies a desinfectar u otros utensilios de cura. La solució n debe verterse
directamente sobre la superficie o material a tratar.

• Cuando el antisé ptico se utilice para la limpieza de heridas, é stas se deberá n


limpiar previamente con agua y jabó n, aclará ndolas con agua y secá ndolas. De esta
forma se eliminan el posible detritus y sustancias orgá nicas que limitarían o
inactivarían la acció n
del antisé ptico. La mayoría de los antisé pticos son inactivados por la materia
orgá nica.

• El personal encargado de la utilizació n de los antisé pticos debe estar


debidamente motivado y formado, debiendo conocer los diferentes productos y
procedimientos.

• Las posibles dudas sobre manipulació n, concentració n o indicaciones concretas


deben consultarse con el Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pú blica.

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ANTISÉPTICOS DE USO HOSPITALARIO

• ALCOHOL ETÍLICO / ISOPROPILICO


Líquido incoloro y transparente con acció n bactericida rá pida (2 minutos), pero
poco efecto residual. Presenta un inicio de acció n retardado, motivo por el que hay
que dejarlo actuar durante 2 minutos antes de cualquier procedimiento.
Su uso está indicado en la antisepsia previa a:
◦ Punciones venosas.

◦ Inyecciones subcutá neas.


◦ Inyecciones intradé rmicas.
◦ Inyecciones intramusculares.
◦ Extracciones de sangre.
Es inflamable y su uso prolongado produce irritació n y sequedad de la piel. No
debe utilizarse sobre heridas porque irrita el tejido dañ ado y porque puede formar
un coá gulo que protege a las bacterias sobrevivientes. La presentació n adecuada
de alcohol etílico para uso como antisé ptico es de 70o.

• CLORHEXIDINA (4%)
Pertenece al grupo químico de las biguanidas (clorofenilbiguanida), que poseen

actividad antimalá rica. Propiedades físico-químicas: Es poco soluble en el agua,


por lo que se utiliza bajo forma de sales (diacetato, diclorhidrato, digluconato). De
estas tres, el digluconato es la má s soluble en agua y alcoholes. Antisé ptico tó pico y
activo frente a un amplio espectro de microorganismos Gram+ y Gram-, algunos
virus como el HIV y algunos hongos, pero só lo es esporicida a elevadas
temperaturas. Reacciona con los grupos anió nicos de la superficie bacteriana,
alterando la permeabilidad.

La actividad antisé ptica de la clorhexidina es superior a la de la povidona, del


alcohol y el hexaclorofeno. Es un antisé ptico tó pico ideal, debido a su persistente
actividad sobre la piel con el uso continuo, un efecto muy rá pido y una mínima
absorció n, aunque se han asociado algunas reacciones alé rgicas al tratamiento
tó pico con clorhexidina. A bajas concentraciones, la clorhexidina exhibe un efecto
bacteriostá tico, mientras que a altas concentraciones es bactericida. Los siguientes
microorganismos muestran una alta susceptibilidad a la clorhexidina:
estreptococos, estafilococos, cá ndida albicans, escherichiacoli, salmonellas, y
bacterias anaeró bicas. Las cepas de Proteus, Pseudomonas, Klebsiella y cocos
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CIFMEC 69

Gram- muestran una baja susceptibilidad a la clorhexidina. Los estudios clínicos


han demostrado que no hay un aumento significativo de la resistencia bacteriana
ni desarrollo de infecciones oportunistas durante el tratamiento a largo plazo con
clorhexidina.

Indicaciones y dosificación: Indicado para la desinfecció n de la piel sana y la


desinfecció n de heridas y quemaduras, etc., segú n las diferentes asociaciones. Es el
antisé ptico de elecció n para la inserció n de caté teres y para realizar hemocultivos.
Tambié n se utiliza para irrigaciones oculares, para la desinfecció n uretral y la
lubricació n de caté teres vesicales. Ú til en irrigaciones pleurales, peritoneales o
vesicales y para el lavado quirú rgico de las manos, para el bañ o preoperatorio y en
antisepsia vaginal.
Colutorios: La clorhexidina para enjuagues orales se comercializa en envases que
contienen un vasito o medida de unos 15 ml. Esta es la dosis que se debe mantener
en la boca durante aproximadamente 1 minuto. Clorhexidina para aplicació n
tó pica: Utilizar una gasa o algodó n para tratar el á rea deseada. Evitar el contacto
con los ojos, los oídos y la boca. Si esto ocurriera, enjuagar inmediatamente con
agua abundante. Contraindicaciones: Se desconoce si la clorhexidina se excreta en
la leche materna.

• POVIDONA YODADA
Antisé ptico de uso tó pico de amplio espectro de actividad, que presenta la

actividad microbicida del iodo elemento. La povidona yodada es activa frente a


bacterias (Gram+ y Gram), hongos, virus, protozoos, y esporas. El compuesto en sí
es inactivo, pero lentamente va liberando yodo orgá nico, que es el que posee la
actividad bactericida. Su actividad frente a micobacterias es variable y a las
concentraciones habituales de uso no es esporicida. Su actividad microbicida se
mantiene en

presencia de sangre, pus, suero y tejido necró tico por


lo que mantiene su actividad en caso de infecciones en
cavidades sé pticas corporales como en pleura,
peritoneo, hueso, vejiga. Indicado para el lavado
quirúrgico de manos y de zonas con vello, también para el
lavado preoperatorio de pacientes y la desinfección de la piel
sana del paciente antes de la cirugía. Se usa tambié n en la
antisepsia de la piel antes de inyecciones y
extracciones de sangre y antes de la inserció n de
caté teres. Indicado en la limpieza y desinfecció n de
genitales antes de un cateterismo urinario y en la desinfecció n de pequeñ as
heridas, cortes superficiales, ú lceras antes de la formació n de costra. Tambié n para
la desinfecció n de pequeñ as quemaduras, segú n las diferentes asociaciones. Para
desinfecció n vaginal y tratamiento de vaginitis inespecíficas y lavados vesicales.
Contraindicaciones: No aplicar
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CIFMEC 70

a personas que presenten intolerancia al iodo o a medicamentos iodados.


Contraindicado el uso regular por vía bucal en personas con desó rdenes tiroideos.
Deberá n realizarse pruebas de la funció n tiroidea en caso de utilizació n
prolongada. Para las formas tó picas dermatoló gicas evitar el contacto con los ojos,
oídos y otras mucosas. Interacciones con otros medicamentos y otras formas de
interacció n: No aplicar concomitantemente derivados mercuriales. Se debe evitar
el uso prolongado de povidona yodada bucal en pacientes con terapia simultá nea
de litio. La absorció n de iodo, que contiene la povidona yodada, a travé s de la piel
intacta o dañ ada puede interferir en las pruebas de la funció n tiroidea. Pueden
obtenerse falsos resultados positivos en varias clases de pruebas para la detecció n
de sangre oculta en heces u orina, debido a la contaminació n de povidona yodada.
Embarazo y lactancia: Debe evitarse un uso continuado de povidona yodada en
mujeres embarazadas o lactantes, ya que el iodo absorbido puede atravesar la
barrera placentaria y puede excretarse a travé s de la leche materna. Reacciones
adversas: En raros casos, la povidona yodada puede producir reacciones cutá neas
locales, aunque es menos irritante que el yodo. La aplicació n de povidona yodada
sobre heridas extensas puede producir efectos sisté micos adversos tales como
acidosis metabó lica, hipernatremia y trastornos de la funció n renal.

• PERÓ XIDO DE HIDRÓ GENO


Actú a como antisé ptico y desinfectante de uso externo de corta duració n y amplio

espectro de acció n, incluyendo gé rmenes anaerobios. Se utiliza en solució n acuosa


al 3% sobre piel y heridas y al 1,5% sobre la mucosa bucal. En contacto con
diversos catalizadores inorgá nicos u orgá nicos, tales como la enzima catalasa,
presente en todos los tejidos, se descompone liberando oxígeno; así, dicha solució n
puede originar 10 veces su volumen de oxígeno y producir efervescencia, por lo
que su mayor utilidad es como desbridante de heridas. Debido a la formació n
rá pida de burbujas de oxígeno, el peró xido de hidró geno produce efectos
mecá nicos de limpieza de restos de tejidos y para despegar las curas -gasas- de las
heridas. Sin embargo, en cavidades cerradas, existe peligro de provocar lesiones
tisulares y de producir embolia gaseosa. La acció n del peró xido de hidró geno se
puede ver disminuida en presencia de materia orgá nica (proteínas, sangre, pus).
Su acció n es bastante corta por lo que no se aconseja el empleo ú nico del peró xido
de hidró geno como antisé ptico. No se considera un desinfectante adecuado para
el material quirúrgico. Incompatibilidad: No debe usarse

conjuntamente con agentes reductores, yoduros u oxidantes fuertes


(permanganato).
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• POLIHEXANIDA Y UNDECILENAMIDOPROPIL BETAINA

La polihexanida consigue la eliminació n de microorganismos gracias a un efecto


fisicoquímico selectivo, de forma que los elimina sin interactuar con las cé lulas
propias del organismo, siendo é sta, una té cnica segura y efectiva para la limpieza y
descontaminació n de heridas. Indicaciones:
◦ Lavado, descontaminació n y mantenimiento de las condiciones ó ptimas para la
correcta cicatrizació n.
◦ Retirada indolora de coberturas de fibrina.
◦ Eliminar malos olores.
◦ Buena tolerabilidad cutá nea.
◦ No existe absorció n.
• EOSINA

Antisé ptico tó pico dermatoló gico indicado para la desinfecció n de la piel en
infecciones cutá neas leves. No debe utilizarse en mucosas ni en heridas extensas y
profundas. En niñ os menores de 30 meses se debe utilizar só lo bajo prescripció n
facultativa. Aunque es improbable la absorció n sisté mica, no debe utilizarse
durante el embarazo o lactancia, salvo criterio mé dico. Debe evitarse la exposició n
al sol durante el tratamiento. Debe evitarse el empleo simultá neo o sucesivo del
producto con otras soluciones de antisé pticos de acció n local. Tambié n es
incompatible con agentes oxidantes o á cidos.

Embarazo y lactancia: Aunque es improbable la absorció n sisté mica, no debe


utilizarse durante el embarazo o lactancia, salvo criterio mé dico.

Normas para la correcta administració n: Aplicar con ayuda de una gasa esté ril o
verter directamente sobre la zona a tratar. Limpiar y secar la herida antes de
aplicar el preparado. Reacciones adversas: Riesgo de erupciones cutá neas,
reacciones de hipersensibilidad y fotosensibilizació n.

Conservació n: Conservar a temperatura


inferior a 30o C. Conservar protegido del calor. Caducidad: No utilizar despué s del
plazo de validez o fecha de caducidad indicada en el envase. Es relativamente fá cil
su contaminació n si no se respetan estrictamente las normas de higiene en la
manipulació n de sus recipientes, sobre todo tapones.

◦ No reseca la piel ni membranas mucosas. ◦ Excelente capacidad “detergente”.

◦ No reseca la piel ni membranas mucosas. ◦ Sin riesgo de citotoxicidad.

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DESINFECCIÓN

La desinfección es un grupo de procesos físicos o químicos por el cual se destruye


la mayoría de las formas vegetativas de algú n microorganismo pató geno sobre
superficies inanimadas (no vivas).

Es importante hacer menció n que ninguno de estos mé todos es capaz de eliminar
esporas. De los mé todos físicos el de mayor relevancia es la pasteurizació n,
protocolo de desinfecció n de alto nivel en el que se calienta un líquido a 77oC
durante 30 minutos. Otros mé todos son el hervido, la desinfecció n a chorro de
agua y la radiació n ultravioleta, procedimientos menos eficaces que en la prá ctica
han caído en desuso. Los mé todos químicos de desinfecció n, en cambio, son
actualmente muy socorridos. Para ello se utilizan distintas sustancias.

CLASIFICACION DEL MATERIAL SEGÚN SU DESINFECCION

El siguiente es un sistema de clasificació n del material que suele desinfectarse o


esterilizarse en el hospital. Aunque muchos de estos artículos no se encuentran en
el quiró fano, es importante comprender las distinciones y por qué se dividen en
grupos. Estas distinciones se desarrollaron en las ú ltimas dos dé cadas y aun se
siguen empleando.

Las categorías se basan en el grado de riesgo de infecció n asociado con cada


artículo. Los artículos de las categorías II y III se desinfectan segú n su clasificació n,
es decir, con un proceso y una sustancia específicos para lograr el nivel necesario
de desinfecció n.

CATEGORÍA I

ELEMENTOS CRÍTICOS

Los elementos críticos son aquellos que deben estar esté riles. Estos objetos ingresan en
tejidos esté riles o en el sistema vascular. En la mayoría de los casos, la esterilizació n
requiere equipo especial y una supervisió n intensiva

-Instrumental y material quirú rgico.

-Caté teres vasculares y sondas urinarias.

-Implantes. -Agujas.

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CATEGORÍA II
ELEMENTOS SEMICRÍTICOS

Los elementos semicríticos son los que entran en contacto con las mucosas o con piel que
presenta soluciones de continuidad. Estos artículos deben estar completamente libres de
microorganismos salvo de esporas bacterianas. Esto se debe a que las mucosas son
resistentes a las esporas bacterianas, pero tienen escasa o ninguna defensa contra las
bacterias como los bacilos de la tuberculosis y los virus. Se les desinfecta fuera de las á reas
de atenció n del paciente y requieren cierto tipo de equipo especial para la desinfecció n.

Los elementos no críticos son que entran en contacto con la piel pero no con las mucosas.
La piel es eficaz para proteger los tejidos internos del cuerpo contra la invasió n bacteriana
y viral; por eso, en esta categoría se

incluyen los artículos que suelen encontrarse en las á reas de atenció n del paciente

-Equipos respiratorios y de anestesia.

-Endoscopios.

-Manguitos de presió n

-Ropa
-Mesas de luz -Muletas -Paredes -Pisos

CATEGORIA III

ELEMENTOS NO CRÍTICOS

CARACTERÍSTICAS QUE DEBE REUNIR UN BUEN DESINFECTANTE

 Alto poder germicida.


 Amplio espectro de actividad.
 Estable (que se mantenga activo al menos de 3 a 6 meses).  Homogé neo.
 Penetrante.
 Soluble en agua y grasa.
 Con efecto remanente.
 Compatible con otros productos químicos.
 No ser tó xico ni corrosivo.
 Inodoro.
 No debe teñ ir ni decolorar.

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 Coste moderado.

NIVELES DE DESINFECCION Y SUS DESINFECTANTES Desinfección de Alto


nivel:
Empleo de un procedimiento químico con el que se consigue destruir todos los
microorganismos, excepto algunas esporas bacterianas. Este procedimiento se deja
exclusivamente para aquel material semicrítico termosensible que no puede ser
esterilizado en los mé todos tradicionales, como los endoscopios.

Los má s utilizados son: -Formaldehído. –Glutaraldehído

GLUTARALDEHÍDO Alkacide®, Cidex®, Sonacide®

• - Desinfectante de referencia para la desinfecció n de alto nivel. Solució n


estable al 2 %, bactericida de amplio espectro: Virus, efectiva acció n
esporicida.
• - Resulta activo ante presencia de materia orgá nica. La contaminació n de la
solució n con materia orgá nica influenciará en la pé rdida

-Algunas publicaciones indican que no es corrosivo para los metales, gomas


y lentes, mientras que otras indican presencia de corrosió n a largo plazo.
-Sin efectos deleté reos sobre cementos y lentes de endoscopios.

-Actú a afectando las lipoproteínas de la membrana celular y el citoplasma


de las formas bacterianas vegetativas, altera el sistema enzimá tico y el dañ o
en la membrana permite la salida de sustancias y componentes
intracelulares y facilita la entrada directa

del desinfectante al citoplasma.

• - Vida media: De 14 a 28 días. A mayor uso diario, se produce una


disminución de la vida media.
• - Los preparados comerciales: glutaraldehido al 2%+ solució n
"activadora“+ inhibidor de corrosió n. La solució n "activadora" se coloca en
el momento de preparar el producto para usar por primera vez. Debe
tenerse la precaució n de mezclar mu y bien la preparació n, para evitar
obtener una solució n parcialmente activada.
• - Los metales que se pueden desinfectar y esterilizar son: Aluminio, zinc,
acero de carbono, carburo de tungsteno, acero inoxidable, acero cromado,
cloruro de

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75

polivinílico, policarbonato, polietileno, poli propileno, sondas de neopreno,

silicó n, tubos de lá tex, y nylon rígido.

• - Resulta de utilidad para materiales especiales, como Laringoscopios,


Electrobisturies,

Endoscopios, Luces Ópticas, etc., que por su calidad no pueden ser sometidos
a

procedimientos de descontaminació n habituales o por calor.

• - DESINFECTANTE DE ALTO NIVEL: Instrumentos sometidos a limpieza


previa:

tiempo de contacto no menor a 10 minutos.

• - DESCONTAMINACIÓ N: 30 minutos
• - ESTERILIZACIÓ N: 10 HORAS o má s.

DERIVADOS CLORADOS/ HIPLOCLORITO DE SODIO

• - Los má s utilizados son los Hipocloritos, en forma líquida (hipoclorito


só dico) o só lida (hipoclorito cá lcico).
• - Para que sean efectivos frente a micobacterias se requieren soluciones de
1,5%.
• - Será n por lo tanto, desinfectantes de alto o medio nivel, segú n la
proporció n en

que se usen.

• - Siempre han de prepararse en agua y en recipientes opacos,

para evitar su descomposició n

• - Son relativamente inestables


• - No han de mezclarse con otros detergentes como el

formaldehído, derivados de amonio, etc., ya que se producen vapores


irritantes y carcinogé nicos.

Desinfección Nivel Intermedio:

virus y hongos
FENOLES

• - Fenilfenoles: orto-fenilfenol.
• - Fenoles halogenados: hexaclorofeno, triclosá n (monografía propia), orto-
benzil-

paraclorofenol.

Empleo de un procedimiento químico con el que se consigue inactivar todas las

formas bacterianas vegetativas, el complejo Mycobacterium

tuberculosis

, así como la

mayoría de los

, pero que no asegura necesariamente la destrucció n de

esporas bacterianas.
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76

• - Su mecanismo de acció n depende de la concentració n:


A bajas concentraciones (≤1%) tiene acció n bacteriostá tica. A elevadas
concentraciones es bactericida; inactiva de forma irreversible sistemas
enzimá ticos esenciales (oxidasas y deshidrogenasas de membrana),
desmorona la pared celular y precipita proteínas celulares.
• - El tiempo de actuació n oscila entre 15-20 minutos.
• - Desinfecció n hospitalaria de nivel intermedio: orto-fenilfenol y orto-
bencil-para-

clorofenol. En á reas semicríticas y no críticas (laboratorios, suelos, paredes)


e instrumentos mé dicos no críticos (por inmersió n). No debe utilizarse para
objetos semicríticos que entren en contacto con mucosas o piel no intacta.

• - Desinfectante de material de desecho bacterioló gico: tricresol en solució n


al 5% como desinfectante de excrementos.

Desinfección de Bajo Nivel:

DERIVADOS DEL AMONIO CUATERNARIO

(Cloruro de benzalconio, cloruro de benzetonio, cloruro de cetilpiridinio,


cetrimida)

• - Estos poseen cualidades detergentes


• - Son utilizados en productos desinfectantes-detergentes para la limpieza

ambiental, aunque su uso se encuentra limitado debido a sus propiedades


corrosivas.

• - No utilizar para desinfecció n de elementos críticos o semicríticos. Solo no


críticos.
• - Pisos, paredes, camas, muebles y superficies inanimadas.
• - Ademá s se pueden inactivar frente a la presencia de material orgá nico
como

sangre o heces.

• - Se habla de tres generaciones de derivados del amonio: primera, cloruro


de

benzalconio; segunda, cloruro de etilbenzilo; y tercera, cloruro de dimetil


dodecil amonio, variando en la estabilidad y eficacia del producto frente a
factores como: dureza del agua, presencia de jabó n, residuos anió nicos, etc.

Empleo de un procedimiento químico con el que se pueden destruir la mayor parte

de las formas vegetativas bacterianas, algunos virus y hongos, pero no el


Mycobacterium

tuberculosis ni las esporas bacterianas.

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COMPUESTOS YODADOS

Los compuestos yodados y yodó foros (yodo mezclado con un detergente) son
excelentes antisé pticos y se utilizan mucho en la antisepsia preoperatoria del
campo quirú rgico, así como tambié n en el cepillado de manos y brazos del equipo
quirú rgico. Estos agentes no irritan la piel cuando se utilizan en la forma indicada.
El má s conocido es la yodo-povidona.

Yodo-povidona: Es un Yodó foro que resulta


de la combinació n de iodo con un agente
solubilizador (PVP o povidona) que
mantiene la eficacia germicida del iodo y
resulta en un antisé ptico relativamente libre
de toxicidad e irritació n. Está disponible en
forma de solució n jabonosa y como solució n
tó pica. Esta forma de Yodo no irrita ni
mancha y ha sido ampliamente aceptada en
los ú ltimos añ os para una gran variedad de aplicaciones preventivas, de limpieza
(solució n jabonosa para lavado de manos y bañ o previo prequirú rgico) y
terapé uticas, incluyendo su uso en curació n de heridas. La má s comú nmente
empleada es la solució n al 10%. Hay otros compuestos que está n sometidos a
investigació n. Se cree que es microbicida, no meramente bactericida, lo que
significa que ademá s de las bacterias Gram (+) y Gram (-), eliminan virus, hongos,
protozoos y levaduras. Se recomienda usarla sin diluir.

Las soluciones jabonosas son desinfectantes de nivel intermedio y bajo,


pudié ndoselas usar en materiales semicríticos y no críticos.
COMPUESTOS MERCURIALES ( Mentiolate, Mercuricromo )

Son antisé pticos que inactivan rá pidamente en presencia de proteínas.


Se requieren altas concentraciones de mercuriales para alcanzar un efecto
bactericida: son desinfectantes de bajo nivel y prá cticamente no cumplen ningú n rol
en las estrategias modernas de desinfecció n.

Usado sobre materiales o superficies debe recordarse que corroe los metales

-
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ESTERILIZACIÓN

“Té cnica de saneamiento cuya finalidad es la desinfecció n de toda forma de vida,


aniquilando todos los microorganismos, tanto pató genos como no pató genos,
incluidas sus formas de resistencia (por ejemplo las esporas, que son formas de
resistencia de los gé rmenes para poder sobrevivir en condiciones desfavorables
del medio ambiente, como calor o frío excesivo, desecació n, etc.).

La esterilización se diferencia de la desinfección en que se elimina todo germen


presente en un objeto, incluyendo esporas.

La esterilizació n só lo se puede aplicar sobre objetos o material inanimado,


mientras que la desinfecció n se aplica sobre objetos (desinfectantes) y sobre
tejidos vivos (antisé pticos). Un objeto asé ptico es un objeto esté ril y, al trabajar
con é l, decimos que se actú a con asepsia. La piel no se esteriliza sino que se
desinfecta.

Los mé todos de esterilizació n son variados, sin embargo, el de mayor uso en la
actualidad es la autoclave, es decir el uso de calor hú medo. Casi la totalidad de los
materiales es esterilizada mediante protocolos de esta naturaleza, ya que este
procedimiento es el de mayor eficacia, el de má s indicadores que avalan dicho
proceso y un mejor control. Requiere mé todos má s sencillos, así como
temperaturas má s bajas y ciclos de corta duració n. Su empleo se ve limitado
cuando el artículo a esterilizar no es capaz de tolerar el calor hú medo. En tal caso,
se puede emplear el calor seco, cuyos inconvenientes incluyen el empleo de
mayores temperaturas en periodos má s largos, la aceleració n del proceso de
envejecimiento de los materiales expuestos y, por ú ltimo, un control má s difícil.

La esterilizació n con químicos gaseosos, principalmente con ó xido de etileno, es


una opció n poco socorrida, ya que a pesar de que el gas permite una mayor
difusió n y versatilidad, requiere de equipos muy especializados, así como personal
altamente capacitado, ademá s de ser muy tó xico, por lo que su manejo se hace
todavía má s complicado.

Por ú ltimo, tenemos la esterilizació n por inmersió n en químicos líquidos. De los


mé todos de esterilizació n descritos, é ste es siempre considerado la ú ltima opció n,
ya que el control de calidad sobre estos protocolos es el má s difícil de realizar y
por lo tanto es recurrente la recontaminació n. Asimismo, no permiten el
almacenamiento, por lo que deben ser usados inmediatamente.

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MÉTODOS FÍSICOS: CALOR SECO

INCINERACIÓ N o CREMACIÓ N

Es una forma de destruir la carga microbiana de un objeto por combustió n (es


decir, consiste en quemar un objeto hasta reducirlo a cenizas). Se utiliza para
eliminació n de residuos biopeligrosos (materiales de un solo uso y materiales que
esté n contaminados, que pertenecen a pacientes con patologías
infectocontagiosas) mediante su combustió n en hornos crematorios de
características especiales.

FLAMEADO

Es la acció n directa de la llama de un mechero tipo Bunsen o de alcohol de quemar


sobre el objeto a esterilizar hasta lograr su incandescencia. Su lugar de uso
habitual son los laboratorios de microbiología, para esterilizar las asas de siembra
(asas de platino Henle), tubos de vidrio o pipetas. Si es necesario esterilizar
rá pidamente un objeto y no se disponen de otros medios, tambié n se puede
emplear pero no se asegura que la esterilizació n sea correcta.

HORNO DE PASTEUR O ESTUFA POUPINEL


Agente físico empleado; calor seco (aire caliente).

El objetivo que se persigue con el empleo de estas cá maras es que el aire caliente
destruya por oxidació n las proteínas microbianas; es un proceso lento que necesita
altas temperaturas: -170oC durante 60 minutos o - 160oC durante 120 minutos.
Actualmente es un medio de esterilizació n que cada vez se usa menos a nivel
intrahospitalario, debido a la necesidad de altas temperaturas, el largo tiempo de
exposició n y, sobre todo, la dificultad para conseguir una

perfecta conductibilidad del aire caliente por toda la cá mara, a fin de evitar la
existencia de zonas frías.
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CIFMEC 80

Descripció n de aparato: Es una estufa de calor seco constituida por una cá mara
metá lica que en su parte anterior tiene una puerta; en su interior presenta filas de
bandejas donde se colocan las cajas del material a esterilizar abiertas, y en el
exterior se encuentra un termostato que regula la temperatura. Una vez
introducido el material y cerrada la estufa, se pone en marcha el termostato, de
forma que la temperatura irá aumentando hasta alcanzar el nivel adecuado y é ste
se mantendrá el tiempo necesario.

MÉTODOS FÍSICOS: CALOR HÚMEDO

AUTOCLAVE

El agente físico empleado vapor de agua a presión. Es un medio en el que se emplea


vapor saturado para producir la hidratació n, coagulació n e
hidró lisis de las albú minas y las proteínas en las cé lulas
microbianas.

Es, con diferencia, el medio má s idó neo y má s utilizado en el á mbito sanitario.
Requiere: 135°C durante 7-10 minutos o 120°C durante 20 minutos.

Materiales esterilizables: instrumental metá lico, material textil, vidrios, líquidos,


gomas y plá sticos termorresístentes.

Ventajas: gran eficacia, rapidez, fá cil manejo, nula toxicidad residual, coste
realmente bajo en relació n a su rendimiento y mayor capacidad que la estufa
Poupinel.

Inconvenientes: no se pueden esterilizar materiales termolá biles y necesidad de


realizar controles de presió n, tiempo, temperatura, etc. con cierta frecuencia.

MINICLAVES

Son autoclaves de pequeñ as dimensiones y capacidad reducida, de uso cada vez


má s frecuente en centros de salud, pequeñ os laboratorios, consultas de
estomatología, etc. Posibilitan la esterilizació n de instrumental de forma rá pida y
eficaz.
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MÉTODOS FISICOS:

RADIACIONES IONIZANTES

Agente físico empleado: radiaciones gamma (radioesterilizació n) que permiten


realizar una esterilizació n en frío Propiedades: las radiaciones ionizantes tienen
una gran capacidad germicida, junto con un gran poder de penetració n, lo que hace
posible la esterilizació n de materiales líquidos o só lidos envasados en cualquier
tipo de envoltorio (plá stico, cajas, cartó n, etc.)

Materiales esterilizables: prá cticamente cualquier tipo de material: soluciones


intravenosas, suturas quirú rgicas, material de implantació n' (pró tesis),
instrumental quirú rgico, jeringas, agujas, caté teres, sondas (lo utilizan sobre todo
las industrias que fabrican este tipo de materiales).

Ventajas: actú a a bajas temperaturas (material termolá bil), por su gran poder de
penetració n es el medio idó neo para esterilizar elementos de pequeñ o calibre y
gran longitud, el material esterilizado por este procedimiento se mantiene esté ril
mientras no se abra el envase de plá stico que lo contiene (aproximadamente dura
unos tres meses).

Inconvenientes: alto coste de sus instalaciones, por eso es un medio prá cticamente
reservado a empresas de gran producció n.

Las instalaciones deben cumplir estrictas medidas de seguridad, conforme a la


legislació n vigente.

MÉTODOS QUÍMICOS
OXIDO DE ETILENO

Es un gas líquido con propiedades antimicrobianas que consigue un efecto


alquilante sobre distintos radicales químicos, modificando la estructura molecular
de las proteínas celulares. Es un medio de esterilizació n a bajas temperaturas (30-
55°C), con un tiempo de exposició n de 3 a 8
horas; penetra con facilidad en
los materiales porosos, pero
luego se desprende con
lentitud. El ó xido de etileno se
utiliza en esterilizadores
automá ticos, diseñ ados para

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CIFMEC 82

realizar ciclos automá ticos en los que se incluyen las condiciones apropiadas de
concentració n de gas, temperatura, humedad y tiempo de exposició n.

Los materiales a esterilizar se introducen en unas cá maras en las que se libera
ó xido de etileno puro o mezclado con anhídrido carbó nico o con R 124 (otros gases
menos tó xicos para el medio ambiente).
Cabina de aireación: todos los objetos esterilizados con ó xido de etileno deben
10-12 ser sometidos a un tiempo de reabsorció n por aireació n forzada de 10-12
horas, bien en los propios equipos o bien en cabinas diseñ adas al efecto.

Materiales esterilizables: en general, por este medio puede esterilizarse todo


material que soporte temperaturas inferiores a 50°C, como guantes, mascarillas,
accesorios de anestesia, caté teres y aparatos termolá biles y ó pticos (tubos
endotraqueales, sondas uretrales, etc.).

Ventajas: sirve para esterilizar materiales termo sensible y objetos delicados de


corte y punció n. Inconvenientes: proceso de esterilizació n muy largo, toxicidad
residual (el material debe ser aireado posteriormente y es necesario sistemas de
monitorizació n ambiental y exposició n personal).

GLUTARALDEHÍDO

Se utiliza para esterilizació n en frío, ya que posee antimicrobiana. Se trata de una


agente alquilante que ejerce su acció n fundamentalmente sobre los á cidos
nucleicos y las proteínas. Para conseguir su efecto es necesario que los objetos
permanezcan sumergidos en el líquido un mínimo de 8-10 horas (antes de
sumergirlos es necesario limpiar los objetos). Luego deben ser aclarados con agua
esté ril Una potente acció n.

Materiales esterilizables: los objetos que por su composició n y estructura no


soportan altas temperaturas, sobre todo endoscopios y fibroscopios, pró tesis de
plá stico, marcapasos, termó metros, lentes, etc.
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Ventajas: esterilizació n a baja temperatura, no precisa instalaciones costosas.


Inconvenientes: por ser un elemento irritante y tó xico, es necesario adoptar una
serie de precauciones a la hora de usarlo: evitar la inhalació n y el contacto con la
piel y las mucosas.

El material esterilizado en este medio tiene que ser aclarado con agua estéril. El
efecto es de duració n bastante limitada (aproximadamente dura unas semanas.

CONTROLES DE EFICACIA EN ESTERILIZACIÓN

Se trata de una serie de medios y sistemas cuyo objetivo es comprobar que la


esterilizació n del material se ha realizado correctamente, y por lo tanto ofrece
garantía y seguridad su empleo posterior.
1. 1- Controles Inherentes. Sistemas propios de los aparatos: Permiten
observar si la realizació n del ciclo de esterilizació n ha sido idó nea o no. Son
necesarios, pero insuficientes para garantizar la esterilizació n. Los
termó metros, manó metros y los grá ficos alfanumé ricos son ejemplos de
estos sistemas.
2. 2- Controles De Proceso. Se trata de señ ales o marcas impresas en el
exterior de los envases, cuta finalidad es indicar,
mediante un cambio de coloració n
contrastaba con un testigo, que el

paquete ha estado expuesto a un determinado medio de esterilizació n. No


garantiza tampoco la esterilizació n de los objetos contenidos en el interior
del paquete.

3- Controles Químicos Internos. Son dispositivos que contienen reactivos


químicos, en los cuales, tras el contacto con el agente esterilizante y dentro de un
pará metro estandarizado de tiempo, temperatura y humedad, se produce un
cambio de coloració n. Se introducen en el interior de los paquetes o contenedores
y sirven para comprobar que en el interior de ese paquete o contenedor se han
alcanzado las condiciones prefijadas de esterilizació n. No pueden ser

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considerados como sustitutos de los controles bioló gicos, sino como elementos
complementarios.

4- Controles Biológicos. Son dispositivos inoculados con esporas de


microorganismos altamente resistentes a la esterilizació n. Suelen emplearse
esporas de Bacillus subtilis y Bacillus stearothermophilus. Se colocan en distintas
zonas de la cá mara de esterilizació n o en el interior de paquetes voluminosos. Son
imprescindibles para garantizar esterilizació n.

LAVADO QUIRÚRGICO DE MANOS

Es la remoció n química de microorganismos que destruyen o matan la flora


transitoria y remueve las residentes presentes en la piel.

• - Está indicado en la realizació n de té cnicas quirú rgicas o instrumentales


específicas.
• - Se utilizan antisé pticos, siendo los má s utilizados la clorhexidina, y en
algunos centros aú n se usa la Povidona yodada.
• - Se lavará hasta los codos manteniendo las manos siempre en alto para
que el agua siempre fluya hacia abajo (de las manos a los codos).
• - El secado será con compresas esté riles y haciendo movimientos circulares
empezando por las manos y acabando por los codos.

INDICACIONES DEL LAVADO QUIRÜ RGICO:

• - Antes de intervenciones quirú rgicas.


• - Antes de colocar un caté ter venoso central.
• - Antes de cualquiera té cnica o procedimiento invasivo en todo tipo de
pacientes.
• - Antes de cualquier maniobra en pacientes inmunodeprimidos.
• - En prematuros y quemados.
• - Y en cualquier otra circunstancia que requiera un té cnica esté ril
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NORMAS PARA EL LAVADO DE MANOS

1.- Debe quitarse todas las prendas de las manos y muñ ecas

2.- Se debe mantener la higiene de las uñ as (cortas y sin pintar)

3.- Usa mono quirú rgico, gorro, botas de quiró fano y tapaboca antes de iniciar el
lavado de manos

4.- No usar debajo de la indumentaria quirú rgica ropa de calle.

TECNICA (Ver VIDEO)

1.- Humedecer las manos con abundante agua en un lapso de 2 a 3 segundos. 2.-
Colocar jabó n meticulosamente en manos e interdigitalmente.
3.- Enjugar las manos e interdigital
4.- Colocar jabó n en antebrazo y codo

5.- Enjuagar antebrazo y codo


6.- Cepillares durante 5 minutos con cepillo esté ril o esponja y jabó n antisé ptico o
solució n antisé ptica cubriendo la superficie de manos antebrazo y codo: -
Comenzar desde la porció n distal hasta la proximal del miembro superior (lecho
ungueal, dedos, cara palmar, cara dorsal de las manos, muñ ecas, antebrazo y codo.

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7.- Enjuagarse con abundante agua desde la porció n distal hasta la proximal.
8.- Cepillares con solució n antisé ptica 5 minutos como la indicada anteriormente.

9.- Enjuagarse con agua y aplicar solució n de alcohol etílico al 70% durante un
minuto. 10.- Mantener las manos en alto por encima del codo y fuera del vestido
quirú rgico.

11.- Secarse dentro del quiró fano con compresas esté riles, manos, interdigitales,
antebrazo y codo en forma individual.

CAMPO ESTÉRIL

El campo esté ril es una determinada á rea que se considera libre de


microorganismos. Es la zona que rodea a un paciente y ha sido preparada para una
intervenció n quirú rgica.

El campo esté ril es la zona que rodea la incisió n quirú rgica y que, por lo tanto, se
encuentra libre de cualquier microorganismo que pudiera generar una infecció n.
Esta á rea incluye los miembros del equipo lavados y todo el mobiliario e
instalaciones fijas de dicha á rea.

Debe ser el primer paso antes de cualquier tratamiento o intervenció n que amerite
la aplicació n de una té cnica asé ptica. Es importante tener en cuenta que dentro de
un campo esté ril solo puede emplearse material igualmente esté ril.

Importancia del campo estéril

En medicina, el campo esté ril se utiliza en cirugía y es una parte fundamental de la


intervenció n. Si no se llevara a cabo esta separació n de la zona que va a ser
intervenida y el resto de espacios que pueden estar en contacto, habría un mayor
riesgo de sufrir infecciones que derivarían en complicaciones posteriores.
Asimismo, el personal mé dico que interviene debe ir equipado con la indumentaria
esté ril necesaria. El á rea esté ril debe formar todo el conjunto de elementos
aislados de otros elementos o personas no esté riles en el entorno.

Los campos quirú rgicos esté riles se utilizan antes de llevar a cabo una cirugía

mediante el cubrimiento de las á reas susceptibles de ser fuentes de contaminació n.


Son

barreras que dividen el á rea esté ril de los demá s elementos potencialmente

contaminantes.

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El objetivo es que nada "no esté ril" entre en contacto con la zona esté ril, puesto
que si esto ocurriera se rompe la cadena esté ril y deben sustituirse los materiales
que hayan sido contaminados. Así pues por ejemplo, si incluso la piel de los
miembros que intervienen en la operació n entra en contacto con algú n elemento
no esté ril, esta debe ser esterilizada de nuevo.

Técnica para abrir los campos y bandeja instrumental

1. Antes de abrir cualquier bulto esté ril, es necesario revisar su envoltura


verificando que no existan rasgadura del mismo, en caso de existir el bulto de ropa
será considerado NO ESTÉ RIL O CONTAMINADO.

2. Verificar mé todo de esterilizació n utilizando, fecha de proceso y caducidad


de acuerdo al mé todo de esterilizació n.
3. Retirar la cinta testigo de la envoltura original.
4. Las manos son colocadas en la parte externa del paquete o bulto a destapar,
las cuales

será n protegidas, con el doblez de la cubierta, la cual se levantará hacia


arriba y hacia

atrá s, lo cual disminuirá el riesgo de contaminació n del contenido del bulto.

5. La cubierta queda por debajo del nivel de la mesa y la parte inferior del
mismo permanece esté ril, no será tocada la parte inferior de la cubierta del
paquete esté ril ni su contenido, la cubierta deberá ser siempre levantada
hacia la persona que lo esté

abriendo.

El gran paquete de ropa se ubica de la mesa accesoria. Las cubiertas siempre se


tiran hacia la persona que está abriendo el paquete, esto para que el brazo no se
extiendan sobre el á rea esté ril.
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La segunda cubierta será retirada con las pinzas de traslado, lo cual dará
continuidad al proceso, cuando la instrumentista se encuentre vestida, con ropa
esté ril, lo cual dará la seguridad que el procedimiento es realizado libre de
contaminació n.

El material que se requiere para continuar el proceso quirúrgico como son:


paquetes de gasas, compresas, drenes etc.

Deberá n de ser colocados sobre la mesa quirú rgica, evitando posibles


contaminaciones, realizando el mismo procedimiento que fue utilizado para la
colocació n del bulto de ropa.

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Módulo 4
MATERIALES DE SUTURA
OBJETIVOS

• - Introducir el concepto de materiales de Sutura


• - Conocer los distintos materiales de sutura y sus características
• - Conocer la partes de la Aguja Quirú rgica
• - Aprender sobre las formas de sutura, lazadas y nudos

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SUTURA

La palabra "sutura" describe como cualquier hilo o material utilizado para ligar los
vasos sanguíneos o aproximar (coser) los tejidos. El propó sito de una sutura es
sostener en aposició n los bordes de una herida hasta que el proceso natural de
cicatrizació n este suficientemente establecido para hacer que el soporte de a
sutura sea innecesario y redundante. Se han encontrado referencias escritas tan
antiguas como 2,000 A.C., que describen el uso de cuerdas y tendones animales
como suturas.

A travé s de los siglos, se ha utilizado una amplia variedad de materiales seda, lino,
algodó n, pelo de caballo, tendones e intestinos de animales, y alambre de metales
preciosos en los procedimientos quirú rgicos.

En el papiro de Edwin Smith en el siglo XVI a.C. se registra quizá la primera


descripció n del empleo de una sutura al referirse al uso de cuerdas y tendones de
animales para ligar y suturar.

Joseph Lister introdujo el catgut que se originaba del intestino de gato,


actualmente se realiza de ovinos y bovinos. Mientras que William Halsted utilizo
por primera vez la seda en las intervenciones quirú rgicas.

En las tres primeras dé cadas del pasado siglo, se utilizaron mú ltiples materiales

de sutura, de origen animal, vegetal y metá lico. En 1931 se obtiene la primera


sutura

reabsorbible sinté tica, la fibra de polivinil alcohol y ocho añ os despué s surge la

poliamida, que se introdujo en la prá ctica mé dica a partir del añ o 1946. Por esta
fecha se

desarrolló la fibra colá gena en forma de hilo que se comercializa a partir de 1950,
en este

añ o surge el polié ster y a partir de 1960 el á cido poliglicó lico que sale al mercado
diez

añ os despué s.

A partir de entonces, surgen otros materiales sinté ticos, muchos de ellos

derivados del á cido glicó lico, de hidrocarburos o conteniendo flú or y se


perfeccionan los

mé todos de esterilizació n lográ ndose mejores productos y resultados superiores.

Las suturas de origen sinté tico han ido desplazando a las suturas naturales. Hoy

día los cirujanos tienden a rechazar suturas tan conocidas como el catgut, el
algodó n, la

seda, etc. y prefieren los materiales sinté ticos reabsorbibles o no, que consideran

superiores y con má s ventajas en muchos aspectos, y si está n disponibles los


utilizan de
preferencia.

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TIPOS DE MATERIALES

• • Hilos: se usan para las suturas y ligaduras manuales. Varían de grosor


segú n la zona a tratar, desde varios 0 (los má s finos) a los má s gruesos (0-1-
2).
• • Suturas mecánicas: son herramientas que grapan el tejido y ademá s
algunas tiene un sistema de corte. Los má s utilizados son: T.A. (Toracic
abdominal), G.I.A. (Gastro-intestinal anastomosis), E.E.A. (End to end
anastomosis).
• • Ligaduras mecánicas: clip y hemoclip para hemostasia.
• • Grapas de titanio: fá ciles de usar, producen poca reacció n local, se
utilizan

cada vez má s en suturas dé rmicas.

• • Esparadrapos quirúrgicos: tipo Steri-strip. Para laceraciones lineales y


evitar

tensió n en la herida.

• • Colas y adhesivos tisulares: suelen ser derivados del á cido cianoacrílico.


Se

utilizan poco para suturar heridas.

CLASIFICACION DE LOS HILOS DE SUTURA

Las suturas se pueden clasificar de diversas formas:

1.-Origen

Por su origen los hilos de sutura se pueden clasificar en:

Naturales: son como su nombre lo indica lo que está n fabricados de


materiales naturales o de seres vivos.

- Origen animal: seda, catgut.


- Vegetal: lino, algodó n.
- Mineral: Acero, titanio, plata, oro.
Sintéticos: son aquellos fabricados mediante distintos compuestos
químicos. Poliamida, polietileno, Polipropileno, Poliglactin 910
2. Por su permanencia en el organismo
Reabsorbibles:
Pueden utilizarse para mantener los bordes de la herida aproximados
temporalmente, hasta que haya cicatrizado lo suficiente para soportar la
tensió n normal. Se preparan con colá gena de mamíferos sanos o con
polímeros sinté ticos. Algunas se

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absorben rá pidamente y otras son tratadas, o químicamente estructuradas, para


prolongar el tiempo de absorció n.

Pueden tambié n estar impregnadas o recubiertas con agentes que mejoran sus
propiedades de manejo, y teñ idas con un colorante aprobado por la FDA para
aumentar la visibilidad en el tejido.

Las suturas absorbibles naturales son digeridas por enzimas del organismo que
atacan y degradan el hilo de sutura. Las suturas sinté ticas absorbibles son
hidrolizadas proceso mediante el cual penetra gradualmente agua en los
filamentos de la sutura ocasionando degradació n de la cadena del polímero. En
comparació n con la acció n enzimá tica de las suturas absorbibles naturales, la
hidró lisis tiene como resultado un menor grado de reacció n. Ejemplos: Á cido
Poliglicó lico, Poliglactin 910, Polidioxianona.

No reabsorbibles:

Las suturas no absorbibles son aquellas que no son digeridas por las enzimas del
organismo o hidrolizadas en el tejido. Las suturas no absorbibles está n compuestas
de filamento ú nico o mú ltiple de metal, sinté ticos, o fibras orgá nicas que se
reducen a un hilo torcido, o trenzado. Ejemplos: Seda, lino, poliamidas, polié steres,
polipropileno, polietileno.
3. Por su estructura:
Monofilamentos: son los que está n formados por una sola hebra. Multifilamento:
formados por mú ltiples hebras lazadas entre sí.

PREFERENCIAS PERSONALES DE SUTURA

La mayoría de los cirujanos tiene un "há bito de sutura" bá sico, una preferencia por
usar los mismos materiales, salvo excepciones. El cirujano adquiere habilidad,
dominio y rapidez en la manipulació n de los materiales al emplear un mismo
material repetidas veces; incluso puede decidir utilizar el mismo material a lo largo
de toda su carrera.
La elecció n de los materiales por parte del cirujano depende de varios factores:

• • Á rea de especializació n del cirujano.


• • La experiencia en el de cierre de heridas durante su formació n clínica.
• • Su conocimiento de las características de cicatrizació n de los tejidos y los

ó rganos.

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• Su conocimiento de las características físicas y bioló gicas de los distintos


materiales de sutura.

Por ejemplo, obstetras/ginecó logos y matronas prefieren normalmente VICRYL


RAPID (poliglactina 910 de bajo peso molecular) para la reparació n de
episiotomías. Gran parte de los traumató logos usan VICRYL Plus (poliglactina 910),
PDS Plus (polidioxanona) y sutura de polié ster ETHIBOND EXCEL para tejidos que
requieran cierres resistentes.
Los cirujanos plá sticos tienen preferencia por el ETHILON (nylon), MONOCRYL
Plus o PROLENE (polipropileno). Muchos neurocirujanos suelen utilizar VICRYL
Plus CONTROL RELEASE en duramadre, etc. En resumen, los cirujanos se adaptan
a cada situació n con el material má s adecuado a sus necesidades. Dado que los
requisitos de soporte de la herida dependen de factores concretos del paciente, de
la té cnica y del tipo de tejido afectado, el cirujano seleccionará el material de
sutura que mantenga su resistencia hasta que la herida cicatrice lo suficiente para
soportar la tensió n por sí misma.

CUALIDADES DE UNA SUTURA IDEAL

Para considerar una sutura como ideal esta debería reunir una serie de
características que mencionaremos a continuació n:

— Tener elevada resistencia a la tracció n — Ser fá cilmente manipulable


— Permitir un anudado fá cil y seguro
— Ser de pequeñ o calibre

— No provocar una reacció n hística ni precipitaciones


— No ser toxica ni provocar alergia (ni la sutura, ni sus productos de degradació n)
— Tener una superficie que dificulte la adherencia de bacterias y tejidos.
— Mantener sus propiedades el tiempo necesario
— Ser de bajo coste econó mico
— Tener características que cumplan los está ndares establecidos

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CARACTERÍSTICAS DE LOS MATERIALES DE SUTURA


1. Calibre: Denota el diá metro del material de sutura. Se mide numé ricamente
y esta

numeració n ha sido definida por la United States Pharmacopedia.

Los materiales de sutura fueron fabricados originalmente en calibres del 1


al 6, siendo el 1 el má s pequeñ o y un 4 por ejemplo como los hilos de una
raqueta de tenis. A medida que las té cnicas mejoraron se empezaron a
fabricar diá metros má s pequeñ os que fueron denominados 0 y para
identificar los má s delgados se aumentó el nú mero de ceros. Entonces
mientras má s cero menor el diá metro. Mientras más pequeño es el calibre
menos fuerza de tensión tendrá la sutura.

2. Fuerza Tensil: La fuerza tensil o de tensió n se mide por la fuerza en libras


(peso) que el hilo de sutura puede soportar antes de romperse al ser
anudado. La fuerza de tensió n del tejido que va hacer reparado
predetermina el calibre y la fuerza de tensió n del material de sutura que
elige el cirujano.

A medida que la sutura pierde fuerza, la herida gana fuerza tensil por si
misma de manera que para algunos tejidos como la piel, en un lapso de
aproximado de siete días la herida tiene suficiente fuerza tensil como para
sus bordes se mantengan unidos y ya no necesita la sutura para permanecer
afrontada.

La fuerza tensil es directamente proporcional al tipo de nudo empleado.


Mientras más nudos se realice, menor la fuerza tensil de la sutura.

3. Capilaridad: Característica que permite el paso de los líquidos tisulares a lo


largo de la línea de sutura. Es directamente proporcional a la retenció n de
bacterias. Las suturas multifilamentos poseen mayor capilaridad y por
tanto son menos recomendables en presencia de contaminació n severa o
infecció n.
4. Memoria y plasticidad: La tendencia a volver a su estado original en el
caso de la memoria o a retener su nueva forma despué s de ser sometida a
tensió n en el caso de la plasticidad. Las suturas mono filamentosas
sinté ticas posen mayor memoria y ello hace que sea necesario para realizar
un mayor nú mero de nudos para evitar que se deshagan los puntos.
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5.

Reacción tisular: Todo material de sutura representa un cuerpo extrañ o para el


organismo: sin embargo al grado de reacció n tisular varia grandemente
dependiendo del material de sutura. La reacció n puede ir desde irritació n hasta
rechazo de la sutura, obligando al cirujano tratante en algunas ocasiones a re
intervenir al paciente para retirar el material de suturas. Las suturas sinté ticas
absorbibles tienen un menor grado de reacció n tisular que las naturales
absorbibles.

Manipule o flexibilidad: se relaciona con la forma en que se maneja la sutura o lo


manejable o no de la misma.

7. Extensibilidad o elasticidad: forma en la que la sutura se estira ligeramente y


luego se recupera al hacer el nudo. Tambié n denota si se puede hacer algú n grado
de tensió n sobre el hilo antes de romperse.

MATERIALES DE SUTURA

Las suturas al saber su origen, estructura y permanencia en el organismo nos es


ú til para identificarlas y saber cuá ndo aplicar cada una y todas muchas es una
combinació n de características de la clasificació n.

Dígase que:

1. SUTURAS ABSORBIBLES Y NATURALES: CATGUT


Puede ser simple o cró mico. Ambos son hilos procesados de colá gena altamente
purificada. Se obtiene de la capa submucosa del intestino de oveja o de la serosa
del intestino de bovino.

Las suturas absorbibles basadas en proteínas como esta, tienen tendencia a


deshilacharse cuando se anudan. Al cró mico o cromado se le ha tratado con una
solució n de sales de cromo para resistir las enzimas del organismo prologá ndose
su absorció n. El proceso cambia de coloració n de amarillento cobrizo a café y
minimiza la reacció n tisular.

La fuerza de tensió n se mantiene de 7 a 10 días despué s de su implantació n y la


absorció n es completa a los 70 días para el simple. El cromado en cambio retiene la
fuerza tensil por 10 a 14 días y se absorbe despué s de los 90 días.

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2. SUTURAS ABSORBIBLES Y SINTÉTICAS:

Fueron desarrolladas en respuesta a los problemas de antigenicidad, reacció n


tisular y tasas impredecibles de absorció n del catgut.

VICRYL RAPID (POLIGLACTINA 910)

Esta sutura trenzada esté compuesta de un copolímero de lactato y glicolato, y está


recubierta de una combinació n 50/50 de lactato,
poliglactina 370 y estearato cá lcico. La sutura se
somete a un proceso de irradiació n, reducié ndose

su peso molecular para que la absorció n sea má s rá pida.

VICRYL RAPID es la sutura sinté tica má s


rá pida que existe en la actualidad. Esté indicada
para aquellas indicaciones que requieran una
sujeció n de la herida a corto plazo. A los 12 días aproximadamente, se pierde toda
la resistencia a la tensió n. A los 42 días, la absorció n es completa. VICRYL RAPID es
particularmente adecuada para el cierre de piel reparaciones de episiotomía y
mucosa oral. No esté indicado en ligadura de vasos.

VICRYL PLUS (POLIGLACTINA 910)

Esta sutura trenzada viene a cubrir una amplia gama de necesidades, ya que pueda
atravesar el tejido fá cilmente y con mínimo arrastre. VICRYL Plus ofrece facilidad
de manipulació n, suavidad al aproximar el punto y una gran seguridad de los
nudos. Al
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igual que en el caso del Vicryl rapid, el recubrimiento es una combinació n 50/50
de copolímero de lactatoglicolato (poliglactina 370) y estearato cá lcico con
IRGACARE MP*. El estearato cá lcico esté compuesto de calcio y á cido esteá rico, dos
sustancias presentes en el organismo que son fá cilmente metabolizadas y
excretadas. Estas características dotan al recubrimiento de una ó ptima capacidad
de absorció n, adherencia y suavidad.

VICRYL Plus es la ú nica sutura con datos a 28 días aprobados oficialmente por la
FDA. Toda la resistencia inicial a la tensió n se pierde a los 35 días tras la
implantació n. La absorció n es prá cticamente completa a los 56- 72 días (63 días en
promedio). Los á cidos lá ctico y glicó lico se eliminan rá pidamente del cuerpo,
principalmente a travé s de la orina.

MONOCRYL PLUS (POLIGLECAPRONA 25)

Esta sutura monofilamento ofrece una má xima flexibilidad para facilitar la
manipulació n y la realizació n de nudos. Compuesta de un copolímero de glicolato y
de é psilon-caprolactona recubierta de IRGACARE MP* es prá cticamente inerte en
los tejidos. El cirujano puede tener preferencia por el uso de suturas MONOCRYL
Plus para las intervenciones que requieran

una alta resistencia inicial a la tensió n en las dos primeras semanas de


postoperatorio. Por ejemplo, cierre intradé rmico de heridas, anastomosis
intestinal o tracto urogenital.

MONOCRYL Plus tiene la mayor fuerza tensil inicial de todas las suturas
absorbibles. Puede encontrarse en violeta o sin teñ ir. La sutura violeta mantiene la
resistencia durante 28 días. La sutura incolora conserva su resistencia durante 21
días. La absorció n de ambas es total entre los 91 y 119 días.
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ÁCIDO POLIGLICÓLICO

Es obtenida de la polimerizació n del aminoá cido glicó lico extraído y estirado para
formar fibras que despué s se entrelazan y producen la sutura. Es má s fuerte que el
catgut, no causa reacció n mística o solo muy ligera. Se desintegra a los 14 a 34 días
por degradació n enzimá tica a diferencia del catgut que lo hace por fagocitosis. Se
absorbe totalmente a los 120 días. Nombre comercial Daxon o Safil.
Esta sutura monofilamento está compuesta de un polímero polié ster
(Polidioxanona), que le confiere gran suavidad y flexibilidad, así como sujeció n de
la herida de hasta 98 días. PDS Plus es la sutura absorbible con el periodo má s
prolongado de resistencia que existe en la actualidad.

Este material es idó neo para la aproximació n de todo tipo de indicaciones que
requieran soporte prolongado, como en Traumatología (tendones, cirugía de la
mano), Cirugía Digestiva, Cirugía Pediá trica, Ginecología, Urología, C. Vascular o
trasplantes.

PDS es un material de primera elecció n para cierre general en todo tipo de


pacientes, y su prolongada fuerza tensil le convierte en especialmente adecuado en
pacientes obesos, o con factores de riesgo. Las suturas absorbibles de Vida larga
han demostrado superior eficacia y seguridad en esta indicació n, tanto frente a
absorbibles de Vida media, como a no absorbibles.

Se absorbe mediante hidrolisis, en forma mínima al día 90 pos implante y se


completa a los 6 meses. El 70 % de la fuerza de tensió n permanece a los 14 días
post implante. Su absorció n completa es a los 180 días. Induce solamente una
ligera reacció n tisular. Adicionalmente tiene baja afinidad por los
microorganismos. Las suturas PDS está n disponibles en color natural o teñ ido de
violeta.

POLIDIOXANONA O PDS
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3. SUTURAS NO ABSORBIBLES NATURALES SEDA

La seda cruda es un filamento continuo hilado por la larva del gusano de seda para
hacer capullo. En su estado natural tiene un color
crema o naranja, y cada filamento de seda es
procesado para remover las sedas naturales y la
resina sé rica exudada por el gusano al hacer el
capullo. La seda quirú rgica se tiñ e de negro para
facilitar su visibilidad en los tejidos.

Los filamentos de seda pueden trenzado o


retorcidos, es fuerte y se deja manipular bien pero
induce una fuerte reacció n tisular. Pierde la resistencia cuando se humedece y por
su alta capilaridad favorece a la infecció n.

ALGODÓN

Fibra celulosa natural. Gana fuerza tensil al ser humedecido. Pierde el 50 % de


fuerza tensil a los 6 meses y conserva un 30 a 40 % a los dos añ os.

4. SUTURAS NO ABSORBIBLES SINTÉTICAS


ACERO INOXIDABLE QUIRÚRGICO

Las suturas de acero inoxidable quirú rgico tienen gran flexibilidad y resistencia,
incluso en calibres muy finos, ofrecen elevada seguridad del nudo y alta
compatibilidad con los implantes y pró tesis de acero inoxidable, así como escasa
reacció n tisular. Las
suturas de acero inoxidable quirú rgico no deben utilizarse cuando se implante una
pró tesis de otra aleació n, dado que podría producirse una reacció n electrolítica
desfavorable. Las suturas de acero inoxidable pueden utilizarse en el Cierre de
esternó n, en intervenciones ortopé dicas o en Neurocirugía.

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Entre los inconvenientes asociados a las suturas de aleació n se incluyen dificultad


de manipulació n, riesgo de accidentes en el personal quirú rgico, posibilidad de
rasgar el tejido del paciente, fragmentació n, aparició n de rebabas en los hilos y
formació n de arrugas, que harían inservible la sutura. Cuando se utilizan para la
aproximació n y fijació n de huesos, la flexió n del hilo puede causar su rotura.

NYLON
Es un polímero de poliamida derivado de síntesis
química. Por su elasticidad, es particularmente ú til para
retenció n y cierre de la piel. Puede ser incoloro o tenido
en color verde o negro para mayor visibilidad. Estas
suturas se fabrican por extrusió n en forma de hilos
sencillos no capilares o monofilamentos caracterizados
por una alta resistencia a la tensió n y una baja reacció n de los tejidos. Implantadas
in vivo se degradan por hidró lisis a un ritmo de aproximadamente entre el 15% y
el 20% al añ o.

Aunque permiten una buena manipulació n, las suturas de nylon monofilamento


tienen tendencia a volver a su estado original (una propiedad conocida como
"memoria"). Por lo tanto, es necesario realizar má s nudos que en el caso de las
suturas trenzadas. Las suturas se utilizan con frecuencia en intervenciones
oftalmoló gicas y de microcirugía, en calibres muy reducidos.

POLIPROPILENO (PROLENE)

El polipropileno es un estereoisó mero cristalino isostá tico de un polímero


hidrocarbonado lineal que permite muy poca o ninguna saturació n. Se fabrica estas
suturas siguiendo un proceso que garantiza la homogeneidad del material para
evitar que alguna zona sea má s dé bil y pueda romperse al anudar.

El PROLENE provoca una mínima reacció n en los tejidos y


ofrece una buena seguridad de los nudos. Se utiliza ampliamente en Cirugía
cardiovascular y Plá stica. En esta ú ltima especialidad, tiene dos cualidades
especiales: por ser inerte, PROLENE no se adhiere a los tejidos y la retirada es muy
fá cil. Ademá s, al ser resistente a la luz UV, no pierde fuerza tensil una vez
implantada en epidermis. Tambié n es recomendable para minimizar la extrusió n
de la sutura en usos en los que se busca una mínima reacció n tisular, como heridas
contaminadas e infectadas.
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LEYENDA DE LA ENVOLTURA DE LAS SUTURAS

CARACTERISITICAS

CALIBRE

NOMBRE COMERCIAL

FORMA Y DIAMETRO DE LA AGUJA


FECHA DE FABRICACION Y CADUCIDAD

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LONGITUD

STERI-STRIPS

Sutura adhesiva esterilizada indicada para el cierre heridas o cortes cutá neos
superficiales, de forma que mantiene unidos los bordes de la piel. Funciona como
refuerzo adicional con grapas o tras la retirada de ellas.

Es fá cil de aplicar con guantes y fá cil de retirar, y ademá s posee un adhesivo
hipoalergé nico que reduce la posibilidad de alergias en la zona aplicada

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ADHESIVOS TISULARES

El Dermabond® (2 Octilcianoacrilato), es un adhesivo tó pico esté ril líquido que se


suministra en un aplicador para un solo uso en un envase de burbuja. El aplicador
consta de una ampolla de vidrio que se puede romper, contenida en un vial de
plá stico con punta aplicadora.

El 2 octilcianocrilato ademá s de mantener aproximados los bordes, tambié n actú a


como barrera para evitar la infecció n en la herida que está cicatrizando. Este
pegamento se aplica tó picamente y está indicado en heridas con los bordes de la
piel fá cilmente aproximables y totalmente limpias.

AGUJAS QUIRÚRGICAS

Las agujas son fabricadas con acero inoxidable templado de alta calidad. Resisten
la flexió n pero son templadas para que no tiendan a
doblarse o romperse.

Las agujas quirú rgicas poseen tres partes de estructuras: el ojo, el cuerpo y la
punta. Estas partes han sido diseñ adas de diferentes formas, con diferente
combinació n para diferentes propó sitos. Cada variació n tiene ventajas y
desventajas.

La aguja quirú rgica es una herramienta de base metá lica con pequeñ o calibre que

se emplea para realizar punciones a travé s de la piel u ó rganos de manera que


pueda

conservar los tejidos sin lesionarlos.

PARTES DE LA AGUJA QUIRÚRGICA

La aguja propiamente dicha, antes de darle alguna utilidad en el momento


quirú rgico llega a estar compuesta por: una punta, un cuerpo y un ojo las cuales en
su conjunto dará n la forma, funció n y utilidad adecuada a cada aguja. Las partes de
la aguja son:

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Punta

La punta llega a extenderse desde el extremo de la aguja hasta el corte transversal


má ximo del cuerpo, a su vez se divide en:
a) Cortantes. Compuestas por un filo semejante a la lanceta o de forma triangular.

- Las agujas con cuerpo triangular sirven para coser tejidos resistentes (piel,
aponeurosis, mú sculo).
- Aguja Tapercut combinació n de punta triangular y có nica. Empleada en tejidos
resistentes.
b) No cortantes. Compuestas en su totalidad con una punta fina y có nica.
- Las agujas de secció n circular son menos traumá ticas pero tambié n menos
penetrantes.

Sirven para tejidos delicados (vasos, peritoneo, vísceras, mucosa intestinal).


- Las agujas de punta roma se utilizan en tejidos muy friables (hígado, bazo, riñ ó n,
etc.).
Cuerpo

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El cuerpo se encuentra en la parte media entre el corte transversal má ximo


inferior de la punta hasta el inicio del ojo. En é sta porció n es donde se llevará a
cabo la sujeció n con el porta-agujas durante el procedimiento quirú rgico.

El cuerpo llega a presentar diversas formas y se las divide en rectas, curvas y


mixtas. a) Rectas. Pueden llegar a ser lineal, cilíndrica o angulada.

b) Curvas. Suelen tener una curvatura circular variante, estas las pueden
mencionarse en fracciones 1/4, 3/8, 1/2 y 5/8 de un círculo.
c) Mixtas. Presentan una combinació n entre una parte recta y otra curva.

Ojo

El ojo se encuentra en el extremo posterior a la punta y continuando al cuerpo, en


esta parte de la aguja es donde se une al hilo de sutura; a su vez se divide en:

1. a) El ojo cerrado.
2. b) El ojo abierto u ojo francés.
3. c) El incorporado u ojo ciego.
Presenta formas cuadradas, rectangulares, ovoideas; sabiendo que para ensartar el
hilo de sutura se tarda má s tiempo.

Debido a que se utilizó en Francia, presenta dos aberturas en forma de círculo,


para así en el momento de ensartar el hilo de sutura só lo se efectú e con una leve
presió n.

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Es aquel que ya lleva el hilo de sutura unido ambos conforman un conjunto ú nico
por tanto el diá metro del hilo será menor al cuerpo de la aguja. Prá cticamente
todas las agujas utilizadas en la actualidad.

CARACTERISTICAS DE UNA AGUJA QUIRURGICA IDEAL

Las mejores agujas quirú rgicas son:

• De acero inoxidable de alta calidad.

• Tan delgadas como sea posible sin comprometer su resistencia.

• Estables en el porta aguja.

• Capaces de pasar el material de sutura a travé s del tejido con mínimo trauma.

• Con filo suficiente para penetrar en el tejido con mínima resistencia.

• Lo suficientemente rígidas para no doblarse y a la vez suficientemente flexibles


para no romperse durante la cirugía.

• Esté riles y resistentes a la corrosió n para evitar introducir microorganismos o


materiales extrañ os en la herida.

TÉCNICAS DE SUTURA

Para cerrar las heridas cutá neas, es conveniente tener en cuenta la orientació n de
las líneas de menor tensió n o líneas de Langer.

Normalmente se corresponden con las arrugas y son perpendiculares a la


contracció n de los mú sculos de la regió n.
Las suturas pueden hacerse por planos o en bloque. Hay muchos tipos de cierres
quirú rgicos o suturas, los má s habituales se describen a continuació n:

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Sutura con puntos sueltos o discontinuos: con las pinzas de disecció n se eleva
uno de los bordes de la herida, mientras que con el porta-agujas se introduce la
aguja desde el exterior hacia el interior (de dermis a hipodermis). Se tira del
extremo del hilo con la aguja hasta dejar un cabo distal corto. En el otro borde se
realiza la misma operació n pero pasando el hilo desde el interior al exterior. Los
puntos deben

ponerse a unos 4 o 5 milímetros del borde de la herida y se deben espaciar entre


ellos unos 6 a 8 milímetros.

Sutura continua: se realiza un primer punto de sutura, se anuda en el exterior y se


corta solo el cabo distal. Se cose toda la herida. Hay que cruzar la aguja en el tejido
subcutá neo formando un á ngulo de 45o con el eje de la herida, y salir a travé s de la
piel del lado opuesto. Es aconsejable mantener cierta tensió n en cada pase para
que la herida se cierre uniformemente. Para terminar, se hace un nudo sobre el
propio cabo distal.

•Sutura continua intradérmica: Se trata de unir la piel (hipodermis), sin sacar el


hilo al exterior. Desde la profundidad de la herida, se introduce la aguja para que
salga por la hipodermis, debajo de la superficie cutá nea. Se vuelve a introducir por
el otro labio de la herida, pero en esta ocasió n desde arriba hacia abajo. Si
utilizamos hilo reabsorbible, se anuda dejando los nudos por debajo de la
hipodermis. Cuando utilizamos hilo no absorbible (monofilamento 2/0 o 3/0), no

hace falta anudar; los extremos se mantienen tensos fijando los extremos a la piel
con esparadrapo. Cuando se vaya a retirar la sutura, se corta uno de los cabos a
nivel de la piel y se saca tirando del otro extremo.

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Sutura de esquina: se introduce la aguja a travé s


de la dermis por el lado contrario al colgajo, a
unos 0,5 cm de la esquina de la herida. La aguja
se lleva a la punta del colgajo por la hipodermis
y se atraviesa la herida hasta salir por la dermis
del lado opuesto al punto de entrada. Así, los dos
cabos salen al exterior de la herida por la zona
opuesta al colgajo, y es aquí donde se realiza el
nudo. En el resto de la herida se usan los puntos discontinuos habituales.

• Cierre en bolsa de tabaco: sutura continú a alrededor de un orificio o herida.

Punto simple: se pasa la aguja de un lado a otro de la herida, procurando


mantener la misma distancia en los bordes y la misma profundidad.
• Puntodecolchonero:sepasalaagujaporlaherida,de un extremo al otro a unos 0,5
cm del borde. A otros 0,5 cm del punto de salida, se vuelve a introducir la aguja
para pasar de nuevo a travé s de toda la herida hasta el punto origen, pero de forma
má s profunda. Se mantiene la misma direcció n en los cuatro puntos.

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• Punto en U o colchonero horizontal: cada uno de los puntos pasa de uno a otro
borde de la herida realizando un trayecto intratisular en U. Los dos extremos del
hilo quedan en el mismo lado de la herida, donde se anudan. Se pueden proteger
con parches de Dacron (tejido sinté tico de polié ster) para que no desgarre el tejido
en heridas friables, vasculares o cardiacas.

LA LAZADA

La lazada y los nudos quirú rgicos pueden hacerse con una mano, con las dos
manos, o con instrumentos. Hay diferentes té cnicas para hacer los nudos y todas
ellas pueden ser ú tiles en determinadas circunstancias. Tres pilares bá sicos para
realizar bien los nudos quirú rgicos:

• • Ejercitarse durante mucho tiempo con alguna de las té cnicas descritas
• • Realizar siempre nudos planos
• • Evitar cruzar las manos. Un nudo que falla puede provocar una catá strofe.

Antes de echar la culpa al hilo, debes cerciorarte de haber escogido el hilo


adecuado y haber hecho bien el nudo plano.

La lazada se hace cruzando los dos extremos del hilo y pasando uno de sus
extremos por dentro.

El lazo lo cerramos tirando de los dos extremos del hilo. Dependiendo de la


direcció n en la que estiremos, podemos hacer una “media vuelta” o una
lazada plana.

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Este hecho tiene mucha importancia para la estabilidad del nudo. El hilo soporta
mucho mejor la tensió n si se hace en modo de lazada plana.

Por el contrario, si se estiran los extremos en direcciones opuestas (media vuelta),


se puede aflojar el nudo o romper el hilo por el punto de torcedura.
Cuando los hilos se cruzan de forma “plana” no se crea ningú n punto de rotura
prematura. Es muy importante hacer el cruce adecuado de los extremos del hilo
antes de apretar cada lazada.

EL NUDO

Un nudo se compone por lo menos de dos lazadas. Pero segú n sean las
características del hilo se precisará a menudo un nú mero superior de lazadas.
Cuanto má s fino sea el hilo mayor ha de ser el nú mero de nudos.

La realizació n de los nudos con una mano exige una habilidad especial con los
dedos, que cada cual ha de ir adquiriendo con el ejercicio de acuerdo con la té cnica
que haya elegido. Pero el cambio de direcció n al hacer las lazadas, es un elemento
comú n y necesario en todas las té cnicas. Vamos a exponer una de los
procedimientos má s habituales para hacer los nudos quirú rgicos: despué s de pasar
el hilo con la aguja entre los bordes de la herida, se coge el portaaguja, con la mano
izquierda. El extremo distal del hilo se agarra con los dedos pulgar e índice de la
mano derecha.

Las manos se colocan una a cada lado de la herida, la derecha má s alejada de
nuestro cuerpo. Con un giro de la muñ eca derecha, la ponemos entre los dos
extremos del hilo.

Despué s se mueve la mano izquierda dirigié ndola hacia el otro lado de la herida
(en direcció n contraria de nuestro cuerpo), envolviendo los dedos (anular y
medio) de la mano derecha con el hilo.

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Se coge el extremo distal del hilo con los dedos anular y medio de la mano derecha
para iniciar la lazada

A continuació n se lleva cada mano en sentido contrario para tensar la lazada. Los
dos extremos del hilo han quedado cruzados y por lo tanto no hay torceduras, es
una lazada plana

Las manos han quedado en posició n inversa a la inicial, y puede empezarse la


segunda lazada: Se vuelve a coger de nuevo el extremo libre del hilo entre el índice
y pulgar y la mano derecha. Se gira la muñ eca para interponer la mano derecha
entre los dos extremos del hilo. Se pasa la mano izquierda hacia el lado contrario
(hacia nuestro
cuerpo) para poner el hilo sobre la mano derecha y volver a pasar el extremo del
hilo con los dedos anular y medio de la misma mano. Esta ejecució n alternante de
la lazada obliga a efectuar un movimiento d de ida y vuelta con las manos,
perpendicularmente a la línea de sutura.

Cuando podemos utilizar las dos manos, como en las ligaduras (no hay aguja en
ninguno de los extremos del hilo), los nudos se hacen igual, con movimientos de
ida y vuelta con ambas manos.

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El nudo tambié n se puede hacer con instrumentos (baja-nudos, porta-agujas). Para
hacer un nudo con el portaagujas, pasamos el punto dejando un cabo distal corto.
Soltamos la aguja y cogemos el extremo del hilo con la aguja, con la mano
izquierda. Colocamos el portaagujas encima del hilo (extremo con aguja) y
rodeamos el portaagujas con el hilo.

Se agarra el cabo distal del hilo con la punta de la portaagujas y pasamos el


extremo del hilo a travé s del lazo para hacer la primera lazada. Se aprieta la lazada
cruzando las manos. A continuació n se repite otra lazada con el portaagujas sobre
el mismo extremo pero se aprieta sin cruzar las manos y así sucesivamente.

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RETIRADA DE LOS PUNTOS

El tiempo para la retirada de los puntos depende del lugar donde esté la herida y
del tipo de hilo o material empleado (Ver tabla No.3):
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Módulo 5
INSTRUMENTAL QUIRÚRGICO
OBJETIVOS

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-
-

Conocer el concepto de Instrumental quirú rgico


Aprender las distintas clasificaciones del instrumental quirú rgico Distinguir cada
uno de los instrumentos
Aprender sobre el cuidado de los Instrumentos

CIFMEC 117

CONOCIENDO AL INSTRUMENTAL QUIRÚRGICO INSTRUMENTAL QUIRÚRGICO

Con un origen en el vocablo latino instrumentum, instrumento es una palabra que


describe el elemento que, al combinarse con otras piezas, sirve en el á mbito de
algú n oficio o arte para determinado propó sito. El té rmino puede aprovecharse
como sinó nimo de herramienta, má quina o utensilio. El instrumental quirú rgico es
el conjunto de elementos utilizados en los procedimientos quirú rgicos. Es un bien
social costoso, muy sofisticado y delicado. Por ello su cuidado debe ser meticuloso
y estar estandarizado; debe someterse a la cadena del proceso de
descontaminació n, limpieza y esterilizació n.

El instrumental quirú rgico son el conjunto de instrumentos (productos/equipos

sanitarios) que utiliza el cirujano como herramientas para realizar un


procedimiento

quirú rgico. La responsabilidad de participar en el mantenimiento, el conocimiento


de los

mé todos de limpieza, la preservació n, el acondicionamiento y el empaque de los


instrumentos quirú rgicos para su posterior utilizació n es compartida con el

instrumentador quirú rgico y la enfermera circulante.

El instrumento tiende a ser un objeto diseñ ado té cnica y científicamente para el
desarrollo del acto quirú rgico y de acuerdo al tiempo quirú rgico y a la
especialidad.

Los instrumentos se diseñ an para proporcionar una herramienta que permita al


cirujano realizar las maniobras específicas en cada intervenció n; las variaciones
son muy numerosas y el diseñ o se realiza sobre la base de su funció n. Existen
maniobras bá sicas comunes a las diferentes intervenciones quirú rgicas. Segú n su
funció n pueden ser pequeñ os o grandes, cortos o largos, rectos o curvos, filosos o
romos.

A propó sito Hipó crates escribió : “Es menester que todos los instrumentos sean
propios para el propó sito que se persigue, esto es respecto a su tamañ o, peso y
precisió n”.

Las aleaciones que se utilizan para su confecció n deben tener propiedades


específicas para hacerlos resistentes a la corrosió n cuando se exponen a sangre,
líquidos corporales, soluciones de limpieza, esterilizació n y a la atmó sfera. Sus
variaciones son numerosas y el material de fabricació n de instrumentos
quirú rgicos puede ser de Titanio, Tuxteno, Vitalio, Oro, Plata, Cobre u otros
metales, pero la gran mayoría de está n hechos de acero inoxidable.

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CIFMEC 118

La fabricació n de instrumentos quirú rgicos puede ser de titanio, vitalio u otros


metales, pero la gran mayoría está hecha de acero inoxidable. Las aleaciones que se
utilizan deben tener propiedades específicas para hacerlos resistentes a la
corrosió n cuando se exponen a sangre y líquidos corporales, soluciones de
limpieza, esterilizació n y a la atmó sfera.

En el presente material se señ alará n las diferentes clasificaciones y se mostrará n


los set o cubetas de mayor uso en los centros asistenciales.

CLASIFICACIONES DEL INSTRUMENTAL QUIRÚRGICO

Estos pueden clasificarse de distintas formas tomando en cuenta una serie de


pará metros como son:

Según el trato a los tejidos

• - Traumá ticos
• - No traumá ticos

Según su composición
- Acero inoxidable: el acero inoxidable es una aleació n de hierro, cromo y
carbó n; tambié n puede contener níquel, manganeso, silicó n, molibdeno,
azufre y otros elementos con el fin de prevenir la corrosió n o añ adir fuerza
tensil.

Los instrumentos de acero inoxidable son sometidos a un proceso de


pasivació n que tiene como finalidad proteger su superficie y minimizar la
corrosió n.

Tipos de terminados:

• • El terminado de espejo es brillante y refleja la luz. El resplandor puede


distraer al cirujano o dificultar la visibilidad. Tiende a resistir la corrosió n
de la superficie.
• • El terminado adonizado es mate y a prueba de resplandor. Para reducir el
resplandor se depositan capas protectoras de níquel y cromo, en forma
electrolítica; a esto se le conoce como terminado satinado. Este terminado
de la superficie es un poco má s susceptible a la corrosió n que cuando está
muy pulida, pero esta corrosió n con frecuencia se remueve con facilidad.
• • El terminado de é bano es negro, lo que elimina el resplandor; la superficie
se oscurece por medio de un proceso de oxidació n química. Los
instrumentos con terminado de é bano se utilizan en cirugía lá ser para
impedir el reflejo del rayo; en

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CIFMEC 119

otras operaciones, brindan al cirujano mejor color de contraste ya que no reflejan


el color de los tejidos.

- Titanio: es excelente para la fabricació n de instrumentos microquirú rgicos. Se


caracteriza por ser inerte y no magné tico, ademá s su aleació n es má s dura, fuerte,
ligera en peso y má s resistente a la corrosió n que el acero inoxidable. Un
terminado anodizado azul de ó xido de titanio reduce el resplandor.

- Vitalio: es la marca registrada de cobalto, cromo y molibdeno. Sus propiedades de


fuerza y resistencia son satisfactorias para la fabricació n de dispositivos
ortopé dicos e implantes maxilofaciales.

Es importante recordar que en un ambiente electrolítico como los tejidos


corporales, los metales de diferente potencial, en contacto unos con otros, pueden
causar corrosió n. Por lo tanto, un implante de una aleació n con base de cobalto no
es compatible con instrumentos que tengan aleaciones con base de hierro como
acero inoxidable y viceversa.

- Otros metales: algunos instrumentos pueden ser fabricados de cobre, plata,


aluminio. El carburo de tungsteno es un metal excepcionalmente duro que se
utiliza para laminar algunas hojas de corte, parte de puntas funcionales o ramas de
algú n instrumento.

- Instrumentos blindados: se utiliza un revestimiento o una té cnica llamada


blindado de destello con metales como cromo, níquel, cadmio, plata y cobre,
colocando un terminado brillante sobre una pieza forjada bá sica o montaje de una
aleació n de hierro volvié ndolo resistente a la rotura o quebradura espontá nea. La
desventaja de los instrumentos blindados es la formació n de ó xido por lo que
actualmente se usan con poca frecuencia.

Según su forma

1. De un solo cuerpo: consta de punta y cuerpo; ejemplo: mango de bisturí,


cá nulas de succió n, pinzas de disecció n, separadores manuales, dilatadores
de Hegar.
2. Articulado: consta de punta, cuerpo y articulació n; ejemplo: pinzas y tijeras.
3. Con cierre: consta de argolla, articulació n, cuerpo, punta y cierre; ejemplo:
pinzas

de forcipresió n (clamps) vasculares y los intestinales.

4. Con fó rceps: consta de punta, articulació n, cuerpo y fó rceps; ejemplo:
fó rceps

ginecoló gicos, espé culos.

5. De fibra: son aquellos instrumentos que está n constituidos por fibras


ó pticas de

vidrio y recubiertas por un elemento de caucho o con aleaciones de


polietileno para hacerlos má s fuertes y resistentes; ejemplo: laparoscopios,
cistoscopios, artroscopios, ureteroscopios, gastroscopios.
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Según su función

Se clasifican en instrumentos para dié resis o corte, separació n, hemostasia,


aprehensió n, instrumental de síntesis, de drenaje.

 INSTRUMENTAL DE DIÉRESIS O CORTE: Para seccionamiento de tejidos. Se


pueden clasificar en dié resis roma y dié resis aguda. Para cortar, separar o extirpar
un tejido y para cortar materiales, este instrumental requiere de un manejo
cuidadoso al momento de manipularlo para evitar accidentes debido a que sus
puntas son cortantes y filosas. Entre estos tenemos:

a) Bisturí: Es el Instrumental de corte, bá sico en cualquier set de instrumental


quirú rgico. Es un instrumento de un solo cuerpo, pueden ser largos, cortos, rectos
y curvos, los encontramos en nú meros de 3, 4,7. Para estos elementos
encontramos tambié n las hojas de bisturí en calibres 10, 11, 12,15 que son
pequeñ as y se adaptan a los mangos nú mero 3 y 7, ya sean largos o cortos. Las
hojas de bisturí 20, 21,22, 23, 24 y 25 son grandes para adaptarlas a los mangos
nú mero 4, largos o cortos.

La hoja se fija al mango resbalando la hendidura dentro de las muescas del mango.
Al fijar o sacar la hoja del mango nunca utilizar los dedos, todo por medio de pinza.

Las hojas difieren en tamañ o y forma

b) Tijeras: elementos de corte o dié resis que se utilizan para cortar, extirpar
tejidos. Entre estas tenemos las tijeras de mayo para cortar materiales y las de
Metzembaum curvas o rectas para tejidos. Ademá s encontramos tijeras de plastia,
tijeras de Torex o tijeras de histerectomía, tijeras de duramadre, tijeras de
Fommon.
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 Tijera de Metzembaum:

son un tipo de herramienta

quirú rgica usado típicamente para cortar tejidos

suaves delicados. No só lo son las tijeras má s de

uso general para el tejido del corte, pero se

diseñ an para ser utilizadas solamente para ese

propó sito. Debido a su funció n específica, a veces

se llaman las tijeras de disecció n de

Metzembaum.
Tijera de Doyen: el lomo y el filo son casi paralelos, siendo la tijera que usa el
ayudante para corte de suturas o el instrumentista para cortar drenajes, hilos,
gasas, etc.

 Tijera de Mayo: ramas má s largas que la de Doyen. Es una tijera fuerte. Usada
para maniobras de divulsió n y para secció n de tejidos resistentes como
aponeurosis, fascias, etc.

 Tijera de

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Littauer: tijera que se

utiliza para retirar puntos de sutura.

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 Tijeras de Lister:

 Tijera de Potts:

c) Electro bisturí: elemento utilizado para corte y coagulació n o hemostasia.


Consta de un cable que contiene un lá piz y en su punta un electrodo el cual realiza
la funció n, ya sea de corte o hemostasia; el cable va conectado al equipo de electro
cauterio y para hacer contacto necesita de dos polos, uno que es el electrodo y otro
que es la placa conductora que se le coloca al paciente, la cual va conectada
tambié n al equipo a travé s de su cable.

es una tijera de punta

mixta y angulada. Sirve para cortar

vendajes y ropa sin dañ ar la piel.

tijeras acodadas de puntas

muy finas que forman un á ngulo con los mangos que son muy largos. Se utilizan

en cardiovascular y el á ngulo puede ser de 60o, 45o, o 30o.


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d) Bipolar: es un elemento utilizado para hacer hemostasia y corte en tejidos


delicados y pequeñ os se utiliza en neurocirugía, otorrinolaringología y cirugía
plá stica.

e) Se pueden considerar de corte otros elementos como: las gubias, cizallas,


curetas, cinceles, osteotomos, craneotomos elé ctricos o manuales, esternotomos
elé ctricos o manuales.
f) De corte, especializados: sierras elé ctricas o manuales, los perforadores
elé ctricos o manuales.

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 INSTRUMENTAL DE SEPARACIÓN: son aquellos utilizados para separar o


retraer una cavidad o un ó rgano durante el procedimiento quirú rgico y a su vez
son aquellos que mantienen los tejidos u ó rganos fuera del á rea donde está
trabajando el cirujano para dar una mejor visió n del campo operatorio. Pueden
ser:

a) Manuales: entre ellos está n los separadores de Senn Miller, de Farabeuf, de


Richardson, de Deavers, valvas maleables y ginecoló gicas.

Senn Miller

Utilizados en planos superficiales

Farabeuf

Es una lá mina de metal con ambos


extremos rebatidos, habiendo de distintos anchos. Se utilizan de a pares y sirven
para

separar los planos superficiales de las incisiones.

Deavers

Viene en diferentes tamañ os posee una

valva ancha que le permite separar en

profundidad cuando es necesario utilizar gran fuerza. Es

un instrumento de exposició n. Se usa en cirugías para

mantener abierta la herida y separar en profundidad

mientras se opera.

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Richardson
Este s

eparador con un mango y una hoja

separadora, viene en diferentes medidas.

Es un instrumento de exposició n y es manual. Se usa

cirugíaparamantenerlostejidosuó rganosfuera delá rea

donde se encuentra trabajando el cirujano. En

CIFMEC 125

ginecoobstetricia se usa para retraer la vagina en la primera

fase de la histerectomía vaginal.

Doyen Valvas ginecoló gicas o de doyen o

Ribbon o Maleable

b) Autoestáticos o fijos: ubicados dentro de la cavidad abdominal y fijados por


medio de valvas, generalmente son articulados:

-Balfour abdominal - Separador de Gosset - Separador O’Sullivan-O’Connor


Separador Ribbon valva maleable.

Instrumento constituido por un fijador, un

soporte, puede emplearse en cualquier parte del

abdomen. Se usa en cirugía torá cica o abdominal

que mantiene el abdomen separado permitiendo

así una mejor realizació n de la té cnica quirú rgica,

la mejoría del campo operatorio y la eliminació n

de un ayudante en la mesa de operaciones.

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Valva

abdominal de Doyen es un instrumento de

exposició n. Se usa en cirugías para mantener abierta la herida

y separar en profundidad mientras se opera.

CIFMEC 126

-Separador de Finochietto

Es un separador costal, fuerte y se mantiene en posició n por una cremallera que


permite abrirlo y cerrarlo.

cirugía torá cica o abdominal que puede mantener separado

Se usa en

el abdomen, las costillas o el esternó n permitiendo así una

mejor realizació n de la té cnica quirú rgica, la mejoría del

campo operatorio y la eliminació n de un ayudante en la mesa

de operaciones.

Los empleados para cirugías de tiroides, neurocirugía, mastectomías, fístulas


arteriovenosas, marcapasos:

-Separador de Gelpy

-Separador de Weitlaner
-Separador de mastoides Jansen

-Separador de Belkman Adson

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CIFMEC 127

Este instrumental es usado como bá sico y tambié n como especializado.

 INSTRUMENTAL DE PREHENSIÓN: es aquel instrumental utilizado para


tomar tejidos, estructuras u objetos. Pueden ser:

a) Fijos: considerados fijos porque tomamos la estructura o el elemento y lo


mantenemos fijo.
Entre ellos tenemos:
- Pinzas de Allis

- Pinzas de Judd-Allis

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- Pinzas de Foerster o corazó n

Pinzas de Backhaus
CIFMEC 128 - Pinzas de Doyen - Pinzas de Babcock

b) Móviles o elásticos: porque tomamos el elemento o la estructura en un


momento determinado sin mantenerlo sostenido en la posició n. Entre estos
tenemos:

-Pinzas de disecció n
con y sin garras largas y cortas -Pinza de Rush o rusa corta y larga

-Pinzas de disecció n Adson con y sin garra

-Pinzas en bayoneta
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CIFMEC 129

 INSTRUMENTAL DE HEMOSTASIA: es el instrumental utilizado para realizar


hemostasia en un vaso sangrante o un tejido. Entre estos tenemos:
-Pinzas de mosquito rectas y curvas

-Pinzas de Crile rectas y curvas

-Pinzas de Kelly rectas y curvas

-Pinzas de Rochester rectas y curvas


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CIFMEC 130

-Electro bisturí
 INSTRUMENTAL DE SÍNTESIS: es el instrumental utilizado para suturar
tejidos, afrontar o restablecer su continuidad; está formado por un conjunto de
elementos o instrumentos como:

-Porta agujas (específico) garra

-Pinzas de disecció n con y sin


Mayo-Hegar

-Suturas de los diferentes calibres

-Agujas viudas

Mathieu
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CIFMEC 131

 INSTRUMENTAL DE DRENAJE: su objetivo es la limpieza de la zona. Es


utilizado para aspirar o succionar líquidos de la cavidad del paciente al exterior a
travé s de elementos o instrumentos.

Entre estos tenemos las cá nulas de succió n:


-Frazier -Y ankawer
-Acanalada

- Andrews
- Poole
Estas cá nulas van conectadas al equipo de succió n o aspiració n a travé s de un
caucho de

succió n esté ril.

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PINZAS PARA FIJACIÓN DE PAÑOS DE CAMPO

Se usan para sujetar los pañ os quirú rgicos a la piel. Tambié n se la utiliza para fijar
las líneas de succió n y los cables del electrocauterio.

• • Backhaus: ramas con extremos agudos y se fijan mediante una


cremallera.
• • Jones: tiene ramas con extremos agudos y se fija mediante la
convergencia de é stas que son elá sticas.
• • Roeder: tienen una cuenta de metal o tope esfé rico en las puntas para
impedir que los pañ os se levanten.
• • Las de segundo campo se denominan de Doyen y poseen dos ramas
elá sticas con dos dientes en cada uno de sus extremos y sirven para fijar los
pañ os de campo al borde de la herida.

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CIFMEC 133
Según su uso (básicos y especializados)
 Instrumental básico: Utilizado en cubetas o sets bá sicos de la institució n
como por

ejemplo: cubeta general, mediana, de pequeñ a cirugía.

 Instrumental especial: Es aquel instrumental considerado especial para un


determinado procedimiento y que lo encontramos en canastas o equipos
especiales como la canasta o equipo de hernia, de histerectomía, de laparotomía,
colecistectomía etc.

 Instrumental especializado: Es aquel instrumental utilizado en determinado


procedimiento; ejemplo: laparoscopios, pinzas de laparoscopia, histeroscopios,
pinzas de liga clip.

CUIDADOS DEL INSTRUMENTAL

Es responsabilidad del personal que labora con ellos, custodiar, mantener y


asegurar el buen uso del instrumental y así incrementar su promedio de vida. El
descuido, el uso inadecuado y la falta de mantenimiento, puede obstaculizar y
quizá llevar hasta el fracaso los procedimientos quirú rgicos y, en su defecto, una
pé rdida econó mica considerable para el hospital.

Recomendaciones

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1) 2)

3) 4)

5) 6)

Mantener con buen filo el instrumental para corte en forma permanente. Reparar
las pinzas diseñ adas para presió n y clampeo, para evitar que al realizar hemostasia
queden abiertas y no cumplan su cometido.
Desechar las piezas que ya no pueden tener reparació n.

Utilizar desinfectantes y soluciones esterilizantes garanticen una desinfecció n y


esterilizació n adecuada pero que no causen corrosió n al instrumental. Un producto
que cubre los requisitos de la familia de antisé pticos clorados, es un cloroxidante
electrolítico. Es suficiente introducir el instrumental por espacio de 15 minutos en
una dilució n al 20 % y durante 30 minutos en una dilució n al 10 % para lograr la
esterilizació n del instrumental (respetar tiempo y diluciones recomendadas para
su uso). Mantener las superficies cortantes en buen estado y evitar que puedan
mellarse.

No manejar bruscamente el instrumental.


CIFMEC

134

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7)

8)

Emplear los instrumentos exclusivamente para la funció n que fueron diseñ ados, en
especial los portaagujas; al montar una aguja má s gruesa sobre un portaagujas
delicado dañ aría el instrumento; asimismo, cuando no se le da el uso adecuado a
las pinzas para hemostasia, y a las tijeras finas, quedan inutilizadas.

Realizar una limpieza escrupulosa (con solució n antisé ptica) y sobre todo no dejar
má s tiempo del indicado para lograr la esterilizació n en frío, pues se puede
descromar el instrumental (tener en cuenta la calidad del instrumental).

CIFMEC

135

Módulo 6
OBJETIVOS

ACTO QUIRÚRGICO

• - Introducir el acto quirú rgico


• - Nomenclaturas de intervenciones
• - Conocer las posiciones del paciente en la mesa quirú rgica
• - Aprender el preparado y distribució n de las mesas de riñ ó n y mesa de

mayo
• - Realizar un vistazo en la preparació n de la piel del paciente y colocació n

de campos

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CIFMEC 136

ACTO QUIRÚRGICO

Se conoce como acto, operació n o intervenció n quirú rgica al evento de curació n o


tratamiento de un enfermo utilizando maniobras instrumentales y manuales, a
travé s de una herida realizada en sus tegumentos.

Todo el periodo que conlleva un acto o intervenció n quirú rgica se suele dividir en
varias partes las cuales se denominan, Tiempos quirúrgicos fundamentales,
estos se ejecutan en cualquier tipo de operació n a realizarse, y todas ellas tienen
un numero de tiempos que le son comunes. Los tiempos quirú rgicos son 5:

1. Posición operatoria y preparación de la mesa quirúrgica


2. Antisepsia de la piel y colocación de los campos quirúrgicos
3. Dié resis (Disecció n anató mica de los tejidos.)
4. Operació n propiamente dicha
5. Síntesis. (Obliteració n de los espacios muertos en la herida y evitar zonas de
tensió n.)

NOMENCLATURA DE LAS MANIOBRAS Y DE LAS INTERVENCIONES


QUIRÚRGICAS

En medicina se emplean muchos té rminos para designar cada una de las
intervenciones quirú rgicas, y con frecuencia un solo tipo de operació n tiene má s de
un nombre; por tanto, surge una mayor confusió n del estudiante cuando la
operació n tiene un nombre propio, que le dio el uso o la celebridad de su creador.

La persona que se inicia en las profesiones relacionadas con las ciencias de la salud
tiene una preparació n bá sica sobre las etimologías griegas y latinas que conforman
el lenguaje científico. Con estas raíces se formaron los nombres de los actos
quirú rgicos, y no plantea problemas su aprendizaje o comprensió n; sin embargo,
con frecuencia el estudiante las olvida o les asigna poca importancia porque
desconoce su aplicació n prá ctica.

En el nombre de una operació n intervienen dos componentes: la raíz, que está


basada en la nomenclatura anató mica internacional, y que indica el ó rgano en el
que se opera; y el prefijo o el sufijo que, tomados del griego o del latín, describen el
modo y la maniobra que se ejecutan.

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CIFMEC 137
1.

-tomía, en griego tomée, significa “divisió n”, “secció n” o “corte”, y se usa para
señ alar que se hace un corte en el ó rgano al que se alude. El ejemplo má s accesible
lo dan los nombres de las té cnicas de abordaje a las grandes cavidades:
craneotomía, toracotomía y laparotomía.

La raíz indica que se actú a en la pared craneana, en la pared torá cica y en la pared
abdominal, la cual proviene del griego lapára (“flanco”, y se refiere a la pared);
para esta ú ltima hay otro nombre opcional: celiotomía, operació n en la que se
ingresa al celoma (koilía, “vientre”) que es la cavidad abdominal. Otro ejemplo má s
complejo es la piloromiotomía, que es el nombre que se da a un corte que se hace
en el mú sculo piló rico. En los casos citados el sufijo indica la acció n de cortar.

Estoma, en griego stoma, significa “boca” o “abocar”; tambié n se usa despué s del
nombre del ó rgano que se aboca a otro o a la piel, como en gastrostomía, en la que
se aboca el estó mago a la piel; la traqueostomía aboca la trá quea a la piel; la
colostomía aboca el colon, y la ileostomía aboca el íleon. La cistostomía aboca la
vejiga a la piel.

-ectomía, ektomée, significa “extirpar” o “resecar”; separar una porció n de tejido o


un ó rgano. Como opció n se usan sus nombres en castellano: escisió n, ablació n o
exé resis. De modo que es correcto decir apendicectomía o extirpació n del apé ndice
ileocecal; colecistectomía quiere decir exé resis de la vesícula biliar, y oniquectomía
es la resecció n de una uñ a.

-rafia, tomado del griego rhaphée, “sutura” o “costura”, es la aproximació n y


fijació n de dos estructuras anató micas una con la otra. Tenorrafia significa
entonces la sutura de un tendó n; neurorrafia se refiere a la sutura de un nervio y
arteriorrafia es la sutura de la pared de una arteria. En ocasiones, el prefijo parece
complicar el nombre, como sucede en la endoaneurismorrafia, que es la sutura de
un aneurisma desde su interior. En otras son varias estructuras las que se fijan,
como sucede en la colpoperineorrafia, en la que se fijan las paredes de la vagina y
el perineo para reconstruirlo.

-plastia tambié n se deriva del griego plássein, “formar”, “dar nuevamente forma”.
Contrario a lo que parece indicar, las plastias no tienen en general un fin
cosmé tico, sino un objetivo de restauració n de la funció n, como sucede en la
piloroplastia, en la que se realiza una correcció n funcional de la vá lvula piló rica.
Rinoseptoplastia

2.

3.

4.

5.

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CIFMEC

138

6.

7.

8.

9.

quiere decir dar nueva forma al septo o tabique nasal. Plastia ureteral significa dar
nueva forma al uré ter.

-pexia significa “fijació n” y se refiere a la sujeció n o fijació n de un ó rgano en su


mejor posició n funcional. Orquidopexia es la fijació n de un testículo en el escroto
cuando por un error del desarrollo no desciende a su posició n anató mica normal.

-centesis tambié n es de origen griego, kénteesis, punció n de una cavidad o de un


ó rgano para evacuar un líquido acumulado. Así, toracocentesis es una punció n del
tó rax.

Anastomosis quiere decir en griego embocadura de dos aná logos, y se refiere a la


unió n de dos segmentos separados. En cirugía se usa para designar la formació n
quirú rgica de una comunicació n entre dos segmentos de ó rganos tubulares
similares. Enteroenteroanastomosis es la comunicació n quirú rgica de dos
segmentos del intestino.

-scopia, de skopéin, “observar”, se refiere a procedimientos o té cnicas


exploratorias en las que se introducen equipos ó pticos en un ó rgano o en una
cavidad para observar su interior. Se hacen gastroscopias en el estó mago,
cistoscopias en la vejiga y peritoneoscopias en la cavidad abdominal

10. Plicatura. Algunos té rminos no son de origen griego, lo cual ocurre en este
caso, pues procede del latín plica, “sobre cerrado”; se refiere a una operació n o
maniobra quirú rgica en la que se cierran o se hacen pliegues en la pared de un
ó rgano hueco para reducir el volumen del mismo. Como en la gastroplicació n o
plicatura del estó mago.

11. Trepanación. El nombre de esta maniobra quirú rgica se deriva del nombre
latino de la broca, o trephina, que se usa para perforar el crá neo con fines
curativos.

12. Enucleación: del latín e, “fuera” y nucleus, “nú cleo”, que es la liberació n de un
tumor o del globo ocular de sus adherencias o envolturas.

13. Amputar, del latín am, “alrededor” y putare, “cortar”. Separar del cuerpo un
miembro, una porció n del miembro o una parte saliente.
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14. Injerto proviene del latín insertus, “introducido”. Es la acció n de injertar en el


cuerpo de una persona fragmentos u ó rganos obtenidos de otro individuo, o de
otra parte de su propio cuerpo.

15. Biopsia viene del griego bio, y opsis, “visió n”; alude al examen de los tejidos
vivos, en oposició n a necropsia, que sería el estudio de los tejidos muertos. Y la
biopsia se refiere al acto quirú rgico de tomar una porció n orgá nica para su
observació n microscó pica con fi nes diagnó sticos. Las biopsias pueden ser
intervenciones menores en las que se toma un fragmento de tejido, incluso por
punció n con una aguja hueca, o la toma de tejidos de muestra en el curso de una
intervenció n mayor.

16. Punción tiene origen en el latín punctio-onis, y consiste en el acto de introducir


un objeto de extremo agudo en una cavidad con fines diversos, como la evacuació n
de un absceso perforando el lugar en el que el pus está má s pró ximo a la superficie;
o bien para el abordaje quirú rgico de una cavidad o vaso sanguíneo.

17. Por ú ltimo, hay operaciones muy complejas que no pueden describirse en una
palabra. En algunos casos se acepta que lleven el nombre de su creador y, así, el
estudiante escuchará referirse a las operaciones de Billroth I y II; a la operació n de
Whipple, a la operació n de Fontan, entre otras. Algunas má s han sido consagradas
por el uso con nombres que no corresponden exactamente a la acció n, como es el
caso de la antiquísima litotomía, que es la extracció n de cá lculos o piedras
urinarias de la vejiga, o la tambié n antigua operació n cesá rea, que es la liberació n
del feto por la secció n de las paredes abdominal y uterina.

POSICIÓN QUIRÚRGICA

La colocació n correcta del paciente en la mesa de operaciones es una parte de la


asistencia, tan importante como la preparació n pre- operatoria adecuada y la
asistencia segura en la relació n con la recuperació n del enfermo, requiere
conocimientos de anatomía y aplicació n de principios fisioló gicos, al igual que
estar familiarizado con el equipo necesario.

La posició n en la que se coloca al paciente para la operació n está determinada


por el procedimiento quirúrgico que va a realizarse, tomando en cuenta la vía de
acceso elegida por el cirujano y la té cnica de administració n de anestesia, tambié n
influyen factores como la edad, estatura , peso ,estado cardiopulmonar y
enfermedades anteriores .Debe

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ser compatible con las funciones vitales como la respiració n y circulació n, debe
protegerse de lesiones vasculares, nerviosas y tensiones musculares de todo el
cuerpo.

La enfermera del pabelló n debe ser el guardiá n de la seguridad del paciente en el


quiró fano, debe colocar al paciente en la posició n correcta previa consulta al
anestesista, debe colaborar al cirujano y anestesista mientras lo hacen; es una
responsabilidad que comparten todos los miembros del equipo, por lo tanto debe
conocer muy bien los siguientes aspectos:

• • Posiciones corporales correctas


• • Mecá nica de la mesa de operaciones
• • Medidas protectoras
• • Mantener siempre preparado el equipo adecuado para las diferentes
posiciones
• • Saber có mo utilizar el equipo

Existen diversas posiciones para todas las especialidades quirú rgicas, para
las que se deben tener presente la fisiología del individuo, que puede
presentar variaciones tales como respiratoria y circulatoria.

1. Posició n Supina o decú bito dorsal 2. Posició n Prona o decú bito ventral 3.
Posició n de Sims o lateral
4. Posició n de Fowler o sentado.

Estas posiciones bá sicas tienen variaciones muy precisas, segú n sea la
cirugía que se va a realizar.

1) POSICIÓ N SUPINA O DECÚ BITO DORSAL

El paciente se coloca de espalda, la cabeza alineada con el resto del cuerpo, los
brazos y manos alineados al lado del cuerpo o sobre un apoyabrazos en un á ngulo
no mayor de 90 grados con respecto al cuerpo, se los sujeta con abrazaderas de
seguridad para evitar la caída del brazo y su consiguiente luxació n. Las
extremidades pueden ir sujetas con una banda colocada por sobre las rodillas del
paciente, permitiendo la pasada de tres dedos bajo ella. Los pies deben descansar
sobre la mesa y no colgando del borde de ella; ademá s, no deben estar cruzados
para evitar lesiones del nervio peró neo, que está cerca del tendó n de Aquiles.
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Esta posició n es la que con mayor frecuencia vemos en quiró fano. Se utiliza en:

- Intervenciones abdominales

- Ginecológicas - De cara y cuello - Cirugía vascular


- Urológicas - De tórax - Procedimientos ortopédicos.
Existen varias modificaciones de esta posición:

a) Trendelemburg
b) Trendelemburg invertido
c) Litotomía
d) Posició n en mesa ortopé dica

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TRENDELEMBURG. Esta posició n se inicia con la posició n supina normal. El


paciente descansa sobre la mesa de operació n en posició n dorsal. La mesa se eleva
para dejar la cabeza má s baja que el tronco. Las rodillas descansan a nivel de la
articulació n de la mesa, la mesa se quiebra en el segmento inferior dejando los pies
que caigan libremente. La faja de sujeció n se pone sobre las rodillas. El
apoyabrazos, la abrazadera de seguridad y los pies deben estar correctamente
ubicados, tal como se indica en la posició n supina. Esta posició n se emplea para
cualquier operació n de abdomen inferior o de la pelvis, en la que se desea tener
mejor exposició n del contenido pelviano, permitiendo que los ó rganos abdominales caigan
en direcció n cefá lica. Por lo tanto, el paciente no debe permanecer en esta posició n por
largos períodos.
TRENDELEMBURG INVERTIDO. Se utiliza para la cirugía de cabeza y cuello. Puede
tambié n ser de ayuda en los procedimientos que comprometen el diafragma y la cavidad
abdominal superior, ya que, permite que el contenido abdominal descienda en direcció n
caudal (hacia los pies) .Se recomienda poner apoya pie para prevenir el deslizamiento del
paciente hacia abajo. Las abrazaderas de seguridad de piernas y brazos deben estar en
posició n correcta.

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LITOTOMÍA. Esta posició n se utiliza para cirugía vaginal, perineal, urología y


rectal. El paciente está en posició n decú bito dorsal, las nalgas del paciente deben
sobresalir cerca de 3 cm, del borde de la mesa. Las piernas se mantienen
suspendidas en soportes como estribos o pierneras má s gruesas, protegidas con un
cojín para evitar el contacto de las piernas con el metal. En el momento de poner al
paciente en esta posició n, es importante que las piernas se eleven en forma
simultá nea con una leve rotació n externa de las

caderas. Por lo que se requiere de dos personas; las piernas se deben levantar
lentamente ya que un cambio brusco de postura puede provocar un desequilibrio
de la presió n sanguínea y shock. Las rodillas no pueden caerse lateralmente,
podrían luxarse. Al volver a la posició n supina debe tenerse las mismas
precauciones.

POSICIÓN EN MESA ORTOPÉDICA. El paciente en posició n decú bito dorsal. Debe


quedar con los pies fijados a las placas mediante una venda y un buen acolchado de
moltopren (Espuma de Poliuretano). Esta posició n permite traccionar, rotar,
aducir o abducir las extremidades inferiores, segú n sea necesario .El peroné debe
protegerse tambié n con suficiente moltopren
algodó n. Los brazos del paciente
deben descansar sobre el abdomen
o sobre el apoyabrazos. Puede
usarse intensificador de imagen
para visualizar los huesos. Esta
posició n se usa para realizar
procedimientos de reducción
ortopédica, enclavado endomodular de
fémur y pierna y algunas cirugías de
cadera.
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2) POSICIÓ N PRONA O DECÚ BITO VENTRAL

Una vez anestesiado el paciente en decú bito supino (dorsal), se voltea sobre el
abdomen. Esta maniobra se hará con gran lentitud y cuidado. Debe cuidarse que
las vías respiratorias esté n permeables, se flexionan los brazos hacia adelante por
sobre la cabeza, bajo el tó rax, hacia los lados se apoya con cojines para permitir
una buena expansió n pulmonar y soportar el peso del cuerpo; los pies y tobillos se
apoyan sobre un cojín para evitar la presió n sobre los dedos; bajo las rodillas se
recomienda poner una correa de seguridad.

Esta posición se emplea en:


- Operaciones de la parte superior del tó rax - Operaciones del tronco - Operaciones
de coxis

- Operaciones de piernas

- Operaciones de columna

- Operaciones de crá neo

MODIFICACIONES:

a) Kraske
(posició n de Navaja)

b) Laminectomía c) Craniectomía

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POSICIÓN DE KRASKE

Esta posició n se utiliza en cirugía rectal y coxígea. La mesa se quiebra al nivel de la


cadera, en un á ngulo que puede ser moderado o severo, dependiendo de la
necesidad del cirujano. Los apoyabrazos se dirigen hacia la cabecera de la mesa
para que los codos se flexionen có modamente, la oreja en posició n inferior se
protege con almohadas grandes, las rodillas se elevan por encima de la superficie
de la mesa, mediante la colocació n de una gran almohada debajo de las piernas.
Los dedos de los pies no deben descansar en la mesa, sino que deben elevarse
tambié n por una almohada, ni sobresalir del borde dela mesa, los genitales de los
pacientes masculinos deben cuidarse que no queden comprimidos y deben caer en
forma natural.

POSICIÓN DE LAMINECTOMÍA

Esta posició n se utiliza particularmente en las laminectomías de la columna


torácica y lumbar. Esta posició n necesita de un soporte que eleve el tronco sobre la
mesa, cuidando quede tal manera que quede un espacio hueco entre dos laterales
que permitan un má ximo de expansió n torá cica para una adecuada respiració n.

El Paciente es anestesiado en la camilla en posició n supina, una vez que esté


preparado y con la autorizació n del anestesista, el paciente es volcado desde la
camilla hacia la mesa de operaciones. Para efectuar esta maniobra se necesita por
lo menos seis personas. Es esencial evitar la torsió n de los miembros y el mantener
la cabeza estrictamente alineada con el tronco durante el movimiento. Las manos
deben protegerse del peso del cuerpo que cae sobre ellos, el codo está flexionado
có modamente y acolchado para prevenir la lesió n del nervio cubital, las rodillas,
las piernas, y pies sea colchan con almohadas, nunca deben dejarse en apoya píes
sin protecció n.

POSICIÓN PARA CRANIECTOMÍA

Esta posició n se utiliza para craneotomía, cuando el cirujano necesita que el


paciente esté con el rostro dirigido hacia abajo, la cabeza sobresaliendo del borde
de la mesa y la frente apoyada en el soporte especial en que la cabeza queda
suspendida y alineada con el resto del cuerpo, los brazos se ubican a los lados del
cuerpo protegidos por sá banas, para las piernas y pies. Se provee de almohadas
blandas

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3) POSICIÓ N DE SIMS O LATERAL


La posició n lateral se utiliza para la cirugía de riñón, uréteres y pulmón. Es la
posició n quizá s má s difícil de lograr con seguridad. El paciente yace sobre el lado
no afectado, la espalda a nivel del borde de la mesa, los brazos extendidos sobre un
apoyabrazos doble. La pierna de abajo se flexiona y la otra se conserva en
extensió n, colocando entre las rodillas una almohada o sabana doblada para evitar
la presió n entre ambas.

Para mejorar la estabilidad del paciente se coloca una correa de seguridad sobre la
cadera pasando por sobre la cresta iliaca, fijá ndola a ambos lados de la mesa. La
posició n bá sica lateral se modifica en operaciones específicas de tó rax, riñ ó n y
uré teres. La posició n de los brazos varía segú n el sitio y la extensió n de la incisió n
torá cica. Para mejorar la exposició n, se requiere de apoyos adicionales como
cojines de arena, tanto en operaciones de tó rax como riñ ones.

4) POSICIÓ N DE FOWLER O SENTADO

Esta posició n se utiliza muy poco, es difícil tanto como para el paciente, como para
el manejo de la anestesia, ya que debe disponerse de muchos implementos para su
estabilidad y control. La posició n se mantiene a travé s de un soporte de la cabeza,
que consiste en unas tenazas esté riles que rodean el crá neo y estabiliza la cabeza.
Los brazos se cruzan suavemente sobre el abdomen y se sujetan con una cinta o
descansan sobre una almohada. Un apoya pie ayuda a mantener firme la posició n,
este debe estar cubierto con cojines. Sobre las rodillas del paciente se pone una faja
de sujeció n.
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La mesa se quiebra a nivel de las rodillas y cadera, las rodillas se apoyan sobre una
almohada.- Operaciones a nivel de la columna cervical--Craneotomía posterior - Por
vía transfenoidal.--Procedimientos de cara o boca. El niñ o se ubica de acuerdo con lo
tratado anteriormente, pero se utilizan pañ os o sabanas enrolladas y soportes má s
pequeñ os. Para todos los procedimientos, los niñ os son inducidos en posició n
supina.

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PREPARACION DE LA MESA DE RIÑON

La mesa de Riñ ó n se debe montar poco antes del inicio de la intervenció n para
reducir al má ximo el tiempo de exposició n del material con el medio ambiente y la
posible contaminació n del mismo. Mientras que se coloca el instrumental, la mesa
ha de localizarse en una zona alejada del paso de personal que deambula por el
quiró fano para evitar la contaminació n de la misma.

Una vez que el instrumentista está vestido de forma esté ril, la mesa se cubre con
una sá bana de tela o una sá bana impermeable cogié ndola por los extremos y
teniendo la precaució n de que no roce en ninguna superficie no esté ril, siempre
desde el cuerpo del instrumentista hacia fuera.
Hay que tener en cuenta que si se usan equipos textiles, las mesas deben estar
adecuadamente cubiertas con pañ os-sá banas impermeables, ademá s del textil
utilizado.

Así, la mesa de instrumental quedará completamente aislada de cualquier


contaminació n por líquidos. Una vez vestida la mesa quirú rgica, se coloca el
instrumental necesario para la intervenció n. Es muy importante mantener la mesa
limpia y ordenada, prestando especial atenció n a que el instrumental no
sobresalga de las mesas quirú rgicas, para mantener así la esterilidad. En caso
necesario, pueden montarse mesas auxiliares esté riles para la colocació n de
instrumental o muestras de anatomía.

MONTAJE DEL INSTRUMENTAL

Para suministrar cualquier elemento esté ril se debe asegurar la integridad del
envoltorio y comprobar los indicadores del proceso de esterilizació n. El
instrumentista extrae el instrumental del interior del contenedor, comprobando
previamente que el testigo ha cambiado de color (lo que indica una adecuada
esterilizació n).

MESA DE RIÑ ON
Se dividirá la mesa en tres porciones

En el extremo derecho se colocará n el material textil del equipo quirú rgico, del
paciente, compresas, campos, guantes y palanganas.

En el tercio medio deberá de acomodarse el instrumental dividiendo este en una


parte posterior y otra anterior:
*En la parte posterior iniciando de izquierda a derecho.

- Á rea de fijació n: pinzas de piel y campo (Backaus).

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- Á rea de hemostasia: pinzas de mosquito (Halsted), pinzas de Kelly, pinzas de


Rochester.

- Á rea de tracció n: pinzas Allis, pinzas de Babcock, pinzas de anillo. (Foerster)

- Á rea de separació n: separadores de Farabeuf, separadores de Richardson,


separadores automá ticos, valvas, etc.

*En la parte anterior iniciando de izquierda a derecha se colocará n:

• - En la parte anterior iniciando de izquierda a derecha se colocará n:


• - Á rea de Corte: tijeras de Mayo- curvas y rectas, Tijeras de Metzembaum,
Mango

de bisturí

• - Á rea de especialidad: de acuerdo al tipo de cirugía


• - Á rea de reparació n: porta agujas, pinzas de disecció n con y sin dientes.

En el extremo izquierdo se colocará n las gasas, suturas, hojas de bisturí,


sondas, equipo de venoclisis, aspiradores, etc.

Es necesario tener especial precaució n de no tocar los bordes del


contenedor que se consideran contaminados. Para un manejo adecuado del
instrumental, el instrumentista tiene que conocer y seguir unas pautas:

• Conocer el nombre y el uso de cada instrumento.

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151

• • Saber las señ ales que realizan los cirujanos con la mano para
determinados instrumentales. El orden de colocació n del instrumental está
relacionado con los planos que se abordan en la intervenció n.
• • El tamañ o del instrumental está relacionado con la profundidad de los
planos que se abordan en la intervenció n: instrumental cortó para los
planos superficiales y largo para otros má s profundos.
• • Colocar el instrumental en la mesa de mayo en nú mero par para facilitar
su contaje.
• • Vigilar que se cumplan las normas de asepsia y esterilidad durante toda la
intervenció n quirú rgica, en colaboració n con la Circulante.
• • Entregar adecuadamente a la enfermera circulante o a la auxiliar de
enfermería los extremos de los aparatos elé ctricos, aspiradores y tecnología
específica de la intervenció n quirú rgica, para proceder a su conexió n y su
puesta en funcionamiento.
• • Entregar adecuadamente el instrumental a los cirujanos (en la posició n
en la que se vaya a utilizar) con un golpe firme, dejando siempre libre la
zona de agarre que tenga la pieza, de tal forma que el cirujano no tenga que
apartarse del campo quirú rgico para recibir el instrumental. El
instrumental se pasa rodeando la herida quirú rgica para evitar lesionar a
otros miembros del equipo.
• • Montaje adecuado de objetos punzantes e hilos de sutura: Las hojas
de bisturí se montan en su correspondiente mango con una pinza resistente
tipo Crile, porta agujas o Kocher. Si se usan los dedos, el instrumentista
corre el riesgo innecesario de cortarse.
• • Las suturas montadas en una porta agujas
se entregan sujetando la parte del portaagujas má s pró xima a la punta y
sujetando el cabo con la otra mano para facilitar el trabajo del cirujano y
evitar que se contamine el hilo de sutura.
• • Las ligaduras, segú n el tipo de cirugía, pueden presentarse montadas en
un Crile o Craford (dependiendo de la profundidad del plano quirú rgico) o
sueltas, haciendo un pequeñ o movimiento hacia arriba para que el cirujano
pueda cogerlas con una pinza de disecció n.

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Es imprescindible observar cada una de las etapas de la intervenció n y prever con


suficiente antelació n las necesidades del cirujano para poder anticiparse.

Siempre que sea posible, el instrumentista debe situarse de modo que pueda
seguir en todo momento la intervenció n. En ocasiones, se actuará como ayudante
del cirujano segú n los requerimientos de la intervenció n (cortando suturas,
separando, coagulando, etc.).

Otras Funciones durante el acto quirú rgico son:

• - Limpiar el instrumental de sangre y otros residuos con una compresa muy


bien escurrida en suero fisioló gico (para evitar que el instrumental se
oxide) y desechar todo aquel que no cumpla las condiciones idó neas de
limpieza y esterilidad. La sangre es corrosiva y, si se seca, aumenta la
biocarga dentro de la herida quirú rgica.
• - Mantener limpia la punta del bisturí elé ctrico y el terminal de aspiració n.
• - Reemplazar las gasas y las compresas sucias por otras limpias.
• - Retirar del campo el instrumental que los cirujanos van depositando,
volviendo a dejarlo en su sitio para tenerlo correctamente localizado y
poder usarlo rá pidamente si fuese necesario.
• - Retirar tras su uso los objetos cortantes que se depositan en el campo
quirú rgico y pueden dañ ar al paciente.
• - Colocar el instrumental contaminado en un extremo de la mesa para
evitar que entre en contacto con el instrumental limpio.
• - Utilizar pañ os limpios e instrumental limpio para el cierre de la
intervenció n quirú rgica.

El instrumentista debe revisar el instrumental comprobando su correcto


funcionamiento e integridad despué s de cada limpieza. Los mangos de las
pinzas han de estar alineados y las partes dentadas deben ajustarse
perfectamente, las cremalleras tienen que engranarse adecuadamente, los
instrumentos cortantes tienen que afilarse perió dicamente y los
instrumentos maleables deben enderezarse.

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El instrumentista realiza un contaje individual de instrumental, compresas, gasas,


torundas, objetos punzantes y cualquier otro material-instrumental susceptible de
quedarse dentro de la zona intervenida, puesto que la EC y el instrumentista, que
firman el recuento final, son legalmente responsables.

Contaje de instrumental: El instrumentista se encarga de realizarlo al inicio, al


final de la cirugía y antes del cierre de cualquier plano o cavidad en los que puedan
quedar depositados determinados instrumentales.
La Enfermera Circulante (EC) debe informar al instrumentista de todo aquel
instrumental que se ha caído o contaminado a lo largo del proceso quirú rgico; así,
la EI tiene que tener controlado el instrumental que tiene en la mesa quirú rgica y
el que se está utilizando en el paciente.

Todo aquel instrumental suelto que sea necesario lo suministra la EC de forma


esté ril al instrumentista. Se debe apuntar en una pizarra para realizar
posteriormente un recuento correcto.

Contaje de compresas: como norma general se realiza al iniciar y al finalizar la


cirugía (antes del cierre de la piel) y siempre antes de cerrar cualquier capa de
tejido ubicada entre dos planos en los que pueda alojarse alguna compresa, antes
del cierre de la aponeurosis, la fascia, la pleura, el peritoneo, el esternó n, etc.

Se deben contar en todas aquellas cirugías abdominales, cardiacas, torá cicas, etc.,
en las que el abordaje sea lo suficientemente amplio para pasar desapercibido.

No se utilizan nunca compresas sin control dentro del campo quirúrgico.

No se retiran las bolsas de recuento hasta que no ha finalizado por completo la


intervenció n quirú rgica.

Todas las compresas, gasas, torundas, etc., que se utilicen dentro del campo
quirú rgico poseen un control radiopaco para poder localizarlas mediante escopia
en el caso de que el contaje sea incorrecto.

Debe apuntarse en la pizarra del quiró fano el nú mero que el instrumentista tiene
en el campo.

Contaje de gasas: se utilizan en cirugías en las que el tamañ o de las compresas es


excesivo para la zona o el plano que se va a intervenir (neurocirugía, otorrino, etc.).
El recuento se realiza siguiendo las mismas pautas que las compresas. Es habitual
en cirugías en las que se requieren muchas gasas, torundas, etc., que la EC prepare
un cubo
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CIFMEC 154

cubierto por un pañ o para que la EI deseche todas las gasas, lo que permite realizar
un contaje y seguimiento má s exhaustivo de estos elementos má s pequeñ os.

Contaje de torundas: El instrumentista es la persona encargada de darlas


montadas al cirujano en la porta torundas y se asegura de que son devueltas. Es
recomendable que la EI emplee una bolsa esté ril o una cá psula en las que
depositen y haga el recuento de todas las torundas utilizadas.

Contaje de objetos punzantes: debe ser continuo durante el procedimiento,


verificando, cada vez que se abra un paquete, el nú mero de objetos punzantes que
hay. Estos objetos son depositados en un contenedor que ayude al instrumentista a
asegurar el contenido en la mesa. Cada vez que el instrumentista da al cirujano una
sutura con aguja montada en una porta, tiene que confirmar que se le devuelven
para posteriormente depositar la sutura en el contenedor para objetos punzantes
de la mesa quirú rgica.

Aquí lo importante no es contar el nú mero de suturas, sino asegurarse de que la


aguja de sutura se devuelve íntegra, teniendo especial cuidado en la recogida de
agujas, que debido a su tamañ o, corren el riesgo de perderse en el campo
quirú rgico (prolene o nailon de 8/0, 9/0, 10/0, etc.).

Todas las compresas, gasas, torundas, etc., vienen en paquetes con un nú mero
está ndar segú n el hospital o la especialidad quirú rgica. Siempre que haya un
cambio de turno se volverá a hacer un recuento minucioso de las compresas, las
gasas, las torundas, las agujas, el instrumental, etc. Si, finalmente, al iniciarse el
cierre del tejido subcutá neo, el contaje es correcto, la EC avisará al cirujano del
resultado.
En algunas ocasiones no se puede cerrar la herida quirú rgica del paciente porque
se encuentra muy inestable y se prevé que en un breve espacio de tiempo podría
ser intervenido de nuevo. En estos casos se realiza un packing y se deja un nú mero
determinado de compresas con control radioló gico tapando la herida quirú rgica
del paciente.

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PREPARACION DE LA MESA DE MAYO

La funda de la mesa de Mayo es larga de tela doble similar a las fundas que se
utilizan en las almohadas.

El instrumentista hace un doblez amplio en la boca de la funda y detrá s de é l


protege sus manos totalmente, el resto de la funda doblada en acordeó n se
sostiene en los antebrazos para impedir que caiga debajo del nivel de la cintura y
se deslizara sobre la funda en el marco, fijando la mesa con el pie para estabilizarla.
Para aumentar el grosor de tela esté ril, pueden colocarse dos pañ os uno sobre el
otro.
Colocación del instrumental: Dividir la mesa con líneas imaginarias en una
longitudinal que la dividirá en anterior y posterior y una transversa que la partirá
en una derecha y una izquierda

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Posterior e izquierda:

Corte (bisturí y tijeras)

Posterior medio:

Hemostasia Posterior medio: Tracció n


Posterior derecho: Sutura

Anterior izquierda: Gasas


Anterior medial: Disecció n y separació n. Anterior derecha:

Pinzas de anillos, charola de riñ ó n.

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Es importante tener en cuenta que la distribució n de los elementos quirú rgicos en


la mesa tambié n se pueden colocar en otras formas, quedando a criterio del
instrumentista la misma, siendo comú n encontrar que cada uno tiene su forma
habitual de prepá rala. Acercamiento de la mesa de mayo al campo quirú rgico y su
correcta ubicació n. Deberá mantener la mesa de mayo, de tal manera que pueda
entregar el instrumental y material en forma rá pida y eficiente Es responsable del
mantenimiento del orden y limpieza del campo quirú rgico La funció n primordial
de la Instrumentista durante el procedimiento consiste en:

• • Observar el campo quirú rgico.


• • Escuchar los pedidos del cirujano.
• • Anticiparse a las necesidades de instrumentos específicos u otros
materiales

(implica a estar muy atenta y conocer los pasos del acto quirú rgico).

• • Mantener el campo quirú rgico libre de instrumentos.


• • Depositar las gasas sucias en el depó sito asé ptico adecuado y se
suministra en su

lugar gasas limpias a los cirujanos.

• • Resguardar el campo de la contaminació n y notificar a los cirujanos en


caso de que

é stos hayan contaminado sus delantales o guantes.

• • Manipular el instrumento lo justo y necesario.


• • Pasar el instrumento u otro elemento de manera apropiada; de modo tal
que el

cirujano no tenga que apartarse del campo operatorio para recibirlos.

• • Ayudar al cirujano a reparar tejidos, cortar suturas, evacuar líquidos o


secar la

herida cuando se requiere.

• • Participar (junto con la circulante) en el recuento de gasas, instrumental,


agujas y

otros en forma ordenada antes, durante y despué s de la operació n para


asegurarse

de que no se ha dejado olvidado en el campo operatorio.

• • Prevenir el dañ o del paciente retirando el instrumental pesado o con filo


del campo

quirú rgico apenas dejan de ser utilizados por el cirujano.

Existen responsabilidades adicionales como: Mantener libre de coá gulos la


cá nula de aspiració n, esto se realiza con agua esté ril o solució n salina
Mantener las muestras patoló gicas de la manera indicada por el cirujano de
modo que el material puede ser examinado luego por el anatomopató logo.
Colocar la muestra patoló gica en una copela y entregá rsela a la circulante
para su envío a anatomía patoló gica, manteniendo hú meda y nunca colocar
sobre gasa, pues la muestra puede ser accidentalmente desechada.
Mantener limpia la punta del electro bisturí, esto se debe realizar con el
dorso romo de la hoja de bisturí. Conducta correcta ante la mesa de
operaciones.

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La correcta conducta ante la mesa de operaciones es importante para evitar


distracciones y reducir la posibilidad de contaminació n bacteriana. Para lo cual hay
que seguir una metodología de trabajo, la que debe cumplir todo el equipo
quirú rgico.

1. Só lo se debe hablar por iniciativa del cirujano que está operando, cuando sea
necesario.

2. Hay que esforzarse por mantener la mesa limpia y ordenada.


3. Una vez usadas, las compresas sucias se apartan del campo esté ril.

4. Si se hace necesario cambiar la posició n en la mesa de operaciones, los


individuos limpios deben pasar la espalda contra espalda o frente de frente.

5. Los instrumentos se deben pasar con movimientos decididos y firmes. Si un


instrumento se presenta correctamente, el cirujano se dará cuenta de que lo tiene
en la mano, y no tendrá que desviar la vista del lugar de la operació n.

SEÑALES MANUALES PARA PASAR INSTRUMENTOS

Hay algunas señ as manuales ampliamente aceptadas, para tratar de acelerar el


paso de instrumentos en la mesa de operaciones y evitar tener que hablar en
ciertas situaciones.

A. Hemostato: extender la mano supinada.

B. Bisturí: levantar la mano pronada con el pulgar contra la falange distal de los
dedos y flexionar la muñ eca para simular que se sostiene el bisturí y se está
haciendo un corte. La mano del cirujano se eleva ligeramente, los dedos índice y
pulgar juntos, luego descienden unos pocos centímetros. El bisturí se entrega con
el mango hacia el cirujano, la hoja no debe quedar oculta, no se entregara la hoja
hacia el cirujano.

C. Tijeras: extender el índice y el mayor, abrir y cerrar ambos dedos con un


movimiento de cizalla. Deben entregarse de la misma manera que una pinza
hemostá tica, tomá ndose por la punta y dirige los anillos hacia el cirujano. Cuando
el cirujano va a seccionar los hilos o suturas sobrantes, el mé dico o ayudante, hace
la misma manera (despué s de ligar, generalmente secciona o corta el hilo).
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D. Separadores: la palma de la mano hacia abajo y con los dedos flexionados, el


cirujano la desplaza hacia atrá s como si intentara separar algo

E. Pinzas de disección: los dedos pulgar e índice del cirujano, se abren y cierran
imitando el accionar de las ramas de la pinza. Se coloca en la mano del cirujano
lista para su empleo.

F. Hilo para ligadura: levantar la mano con la palma hacia el asistente. Esta
efectú a el corte en cada extremo y deposita la porció n media sobre la palma del
cirujano. El catgut se coloca enrollado en una gasa, y se pasa en la palma de la
mano del cirujano, y se hace pasar la sutura entre los dedos índice y medio,
dejando la hebra libre de 8 a 10 cm. de longitud. El hilo o algodó n con hebra
aislada; el cirujano mantiene los dedos flexionados pero con la palma hacia abajo,
un leve tiró n de la sutura, notifica al cirujano, que el material ha sido entregado.

G. Gasa chica: se extiende la mano y dedos, excepto el pulgar que permanece


flexionado. La palma de la mano hacia arriba.

H. Gasa grande: la mano y los dedos extendidos.

I. Pinzas hemostáticas: flexionar y extender los dedos de la mano con excepció n


del pulgar, un par de veces. La instrumentista toma la pinza por la punta y dirige
los anillos hacia el cirujano.

J. Sutura: extender y rotar de pronació n a supinació n. Esto simula que se sostiene


el portaagujas y el movimiento al insertar la sutura

K. Material de síntesis, aguja recta: la mano de desplaza de atrá s hacia adelante,


manteniendo el pulgar sobre el índice y el dedo medio, como si estuviera cociendo.
Se entrega con la punta oculta por la mano que la ofrece, y los extremos del hilo se
sostiene con la mano opuesta. Otra manera es la aguja con el hilo sujeta en la mano
de la instrumentista, con la punta opuesta hacia ella.

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L. Aguja curva: se usa con porta agujas, se imita el movimiento de la sutura,


efectuando un leve giro con la mano, como si se estuviera suturando.
M. Jeringa: la mano del cirujano se mueve como si tuviera una jeringa, y el dedo
pulgar empuja el embolo. Hay que tener cuidado de asegurar la aguja hipodé rmica
y probar su permeabilidad.

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PREPARACION DE LA PIEL DEL PACIENTE


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COLOCACIÓN DE CAMPOS

ELEMENTOS Y MATERIALES PARA LA COLOCACIÓ N DE CAMPOS

Los campos quirú rgicos se fabrican de telas (algodó n o mezcla de algodó n con
material sinté tico) o de material no tejido (sinté tico). Los campos esté riles deben
producir una barrera contra la humedad entre el paciente y el campo operatorio
esté ril. En la actualidad hay campos de material sinté tico descartables. Son
impermeables a la humedad y permiten la respiració n, con lo cual evitan la
hipertermia del paciente. Se dispone de varios tipos de materiales sinté ticos,
diseñ ados para usos específicos de acuerdo con el tipo de cirugía.

Los campos de tela, de algodó n y de mezclas de algodó n y material sinté tico está n
reforzados en los bordes de la fenestración y tienen un tratamiento químico para
que no pueda pasar la humedad y evitar así la contaminació n.
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Son má s fá ciles de doblar y de manejar que los campos sinté ticos, pero requieren
limpieza y reparaciones. Cada vez que se usen Campos de tela se deberían tomar
precauciones especiales para evitar la penetració n de las soluciones de irrigació n y
de la sangre durante la cirugía.

CAMPOS Y SÁ BANAS

Campos de diferentes tamañ os se usan casi en todas las operaciones. Se colocan


para formar un marco al á rea de la incisió n, lo que se denomina encuadrar el
campo.

Está n fabricados con tela o material sinté tico (desechables). Estos campos tienen
una banda adhesiva en uno de sus bordes. Cuando se entregan los campos con
autoadhesivos al cirujano, deben sostenerse con la parte del pegamento hacia el
lado del instrumentista. Campos de tela se pliegan en el borde superior y se
entregan al cirujano de modo que el pliegue se apoye sobre el cuerpo del paciente.
Los Campos se fijan con clips o pinzas no penetrantes o un adhesivo.

PROCEDIMIENTO DE COLOCACIÓ N DE LOS CAMPOS

El procedimiento de colocació n de los Campos depende del lugar específico del


cuerpo del paciente que se vaya a operar. Una ventana con los bordes reforzados
llamada fenestración se ubica sobre el lugar de la incisió n, y los campos se
despliegan para que queden en esa posició n.

Se dispone de muchos tipos de Campos fenestrados, cada uno diseñ ado para que la
fenestració n se ubique en la posició n adecuada en relació n con el resto del cuerpo.
Los campos está n plegados de manera tal que la fenestració n queda en el interior
de los pliegues. La fenestració n se coloca en el lugar de la incisió n. Con la
orientació n correcta en relació n con la cabeza y los pies del paciente, y luego se
despliega. Los campos desechables suelen tener marcas que indican la alineació n y
la ubicació n apropiadas, incluso con flechas que señ alan el orden en que se deben
desplegar los campos. El campo de laparotomía cubre el cuerpo del paciente y
puede incluir extensiones para los brazos. Tiene una sola fenestració n reforzada. El
campo con forma de U, o campo dividido un campo con forma rectangular diseñ ado
para cubrir al paciente sobre la mesa de operaciones en uno de sus lados y los
miembros en el otro extremo. Cuando el campo se abre, la divisió n separa el campo
en dos lados o colas: Los campos divididos desechables tienen una tira
autoadhesiva en los bordes de las colas.

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El campo de craneotomía puede abrirse e incluye una pequeñ a fenestració n para el


crá neo.

El campo de litotomía es un gran campo fenestrado que cubre el cuerpo del


paciente y expone só lo el á rea perineal. Algunos de estos campos de litotomía
incluyen accesorios para los miembros inferiores y es un campo fenestrado simple
con campos independientes para los miembros inferiores.

El campo ocular es un pequeñ o campo fenestrado. Se utiliza un campo similar para


la cirugía del oído. Junto con estos campos se usa casi siempre uno má s grande
para el resto del cuerpo.

El campo o Venda tubular es un calcetín enrollado de muselina elastizada


usualmente cubierto con plá stico impermeable. Se aplica en la pierna y se
desenrolla para cubrir la piel del paciente. Despué s del calcetín se coloca el campo
en U o campo abierto.
Los campos simples son campos no fenestrados que se usan para extender el campo
esté ril o para cubrir un miembro. Se presentan en diferentes tamañ os de acuerdo
con la necesidad.

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Los campos de incisión son campos plá sticos autoadhesivos que se colocan
directamente sobre el lugar de la incisió n. Pueden ser transparentes o estar
impregnados con yodo para una protecció n antisé ptica adicional. La incisió n se
realiza directamente a travé s del campo hacia la piel y los tejidos má s profundos.
Está n disponibles en diversos tamañ os y formas. El má s comú n es el que tiene
adhesivo en uno solo de los lados. Este tipo de campo se usa como barrera (campo
barrera). Por ejemplo, cuando la paciente Se encuentra en posició n de litotomía, el
campo adherente se ubica sobre el borde superior del ano para separarlo de la
vagina.

Los Campos con aluminio se emplean cuando se usa el lá ser, sobre todo en la
cabeza y el cuello, para evitar la combustió n en presencia de oxígeno. Ningú n
campo es a prueba de incendios si se expone a la energía del lá ser. Deben
disponerse campos hú medos sobre un campo impermeable para la protecció n
contra el fuego.

TÉCNICAS DE COLOCACIÓN DE CAMPOS

Las té cnicas específicas y el orden en el que se aplican los campos varían de
acuerdo con el procedimiento planeado, las normas de asepsia y las preferencias
del cirujano. Despué s de comprender los principios y las té cnicas de colocació n, se
puede aplicar con é xito cualquier combinació n.

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Las reglas de asepsia se respetan durante todo el procedimiento de colocació n de
Campos. Al disponerlos se debe tener en cuenta que cada campo tiene dos
superficies (la que está en contacto con el paciente y la que forma parte del á rea
esté ril). Para evitar la contaminació n de las superficies esté riles repase las reglas
de asepsia y aplíquelas a la colocació n de los campos. Siga estas recomendaciones
siguientes:

• • Manipule los campos con la menor cantidad de movimientos posible.


Á bralos por capas. Esto reduce el riesgo de contaminació n y evita la
liberació n de partículas que pueden ser vehículo de bacterias.
• • Verifique que el sitio preparado esté seco antes de colocar los campos.
Debe dejarse que de preparació n se sequen sola, porque la duració n del
Contacto es importante para actividad microbicida adecuada. las soluciones
de preparació n pueden iniciar un fuego sobre el paciente, los campos de
incisió n o los campos con tiras adhesivas no se adhieren a las superficies
• • Al colocar los campos, no toque el cuerpo del paciente o cualquier otra
superficie no esté ril. Manté ngase a suficiente distancia del paciente como
para evitar el contacto con su bata.
• • Despué s de colocar un campo no lo desplace ni lo mueva. Para proteger
manos enguantadas durante la colocació n de los campos simples sostenga
con firmeza el borde del esté ril y coloque sus manos dentro del pliegue,
formando un puñ o. Ubique cl campo y libere el borde del puno, dejando sus
manos sobre el lado esté ril.
• • Para la colocació n de los campos use exclusivamente pinzas de campo no
penetrantes. La perforació n de un campo permitiría el pasaje de que
contaminarían el á rea esté ril. Cuando los campos se fijen a la piel del
paciente, la zona de deberá cubrirse con un campo impermeable.
• • Recuerde que despué s de colocar el campo cualquier parte que caiga del
borde de la mesa de operaciones se considera contaminada. Si se sospecha
que un á rea del campo se ha contaminado, se la puede cubrir con otro
campo impermeable o, segú n las circunstancias, puede ser necesario
reemplazarlo.

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• • Despué s de colocado el campo recuerde que los bordes se consideran no


esté riles.
• • Cuando un campo se humedece durante la cirugía y la solució n pasa hasta
la superficie no esté ril, se produce una contaminació n por Penetració n.
Siempre que sea posible use exclusivamente impermeables. Si esos no está n
disponibles, coloque una lá mina impermeable esté ril entre el á rea esté ril y
el campo.
• • Si fuera necesario, en el caso de las cirugías en las que se sabe que habrá
exceso de líquido o pé rdida de sangre, use los campos ya preparados que
incluyen sistemas de reservorios y de drenaje. Las cirugías ortopé dicas y
ginecoló gicas son ejemplos. Los campos deben colocarse de manera que la
zona de drenaje este orientada hacia el sistema de recolecció n.

Antes de comenzar la cirugía planifique la colocació n de los campos.


Verifique el procedimiento usado por el cirujano al comenzar la colocació n
y apile los campos en la mesa auxiliar en el orden inverso a su colocació n.
Disponga de campos esté riles sin abrir, para en caso de que sean necesarios
má s tarde.

FINAL DE LA INTERVENCIÓN

• - Todo el instrumental utilizado o no, se considera contaminado por lo que


deberá n procesarse todos los instrumentos destinados al caso quirú rgico
aunque algunos no hayan sido empleados. Separar el instrumental delicado
y el cortante o punzante.

• - El instrumental se colocará abierto en el lugar donde se vaya a proceder a


la limpieza de sangre, detritos y su desinfecció n. Para ello se desmontará n
todos los instrumentos desmontables y se abrirá n los que sean con cierre
de cremallera.
• - Revisar los campos esté riles.
• - No desmontar las mesas hasta que el paciente no haya salido de quiró fano
• - Por ú ltimo se realiza el montaje de la caja instrumental, generalmente por
parte de la enfermera instrumentista para posteriormente una vez limpio,
proceder a su correcta esterilizació n.
Conocer los aspectos básicos e históricos de la Cirugía
Dominar el concepto de Asistente quirúrgico
Conocer la relación del Asistente quirúrgico y los demás entes del
quirófano Dominar las funciones del asistente quirúrgico y del personal
dentro de quirófano Conocer sobre Riesgo laboral
Dominar aspectos Bioéticos del Paciente Quirúrgico/No Quirúrgico
Ser capaz de dominar los tipos de Cirugía

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