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RESUMEN
Las estructuras de hormigón armado que han sufrido los efectos de la corrosión tienen
disminuidas su integridad estructural y su durabilidad. En el caso de que éstas se
reduzcan por debajo de un nivel determinado, las estructuras deben ser reparadas
para reintegrarles su aptitud de uso y permanencia.
En este trabajo se describe con detalle los aspectos básicos de las técnicas a emplear
y materiales disponibles para alcanzar con éxito la reparación estructural buscada.
1. INTRODUCCION
Para cumplir con su finalidad, los trabajos de reparación de estructuras deben tener en
general con las siguientes propiedades:
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Las estructuras de hormigón afectadas por corrosión que requieren reparaciones
tienen generalmente cierta edad y están en uso. Para efectuar la intervención se
requiere de estudios detallados y una cuidadosa planificación, combinando las
cuestiones técnicas con las operativas y el uso seguro de la estructura, la que no
siempre puede sacarse de servicio para la tarea de mantenimiento. De todos modos y
en todos los casos el hormigón deteriorado existente debe aislarse y removerse sin
afectar la integridad del resto, que debe quedar inalterado.
En este trabajo se presentan y describen en sus aspectos básicos los materiales y las
técnicas y procedimientos recomendados para llevar a cabo las reparaciones de
estructuras de hormigón afectadas por corrosión.
" Durabilidad compatible con la vida útil esperable de la estructura total a partir
de la reparación.
" Compatibilidad con las condiciones de servicio de la estructura (resistencia y
deformabilidad).
" Resistencia al medio ambiente y a los agentes agresivos que actuarán sobre
ella.
" Adecuado comportamiento por contracción
" Compatibilidad con el módulo de elasticidad del material de la estructura
remanente.
" Aptitud para ser moldeado y/o colado en condiciones satisfactorias en el lugar
necesario.
Para tareas de reparación pueden utilizarse, en principio, todos los tipos de cemento
portland disponibles para elaborar hormigones, cumpliendo con las directivas indicadas
en lo general para los mismos. Sin embargo, una buena práctica para asegurar la
compatibilidad con la estructura existente a la cual debe adherir la reparación es utilizar
uno semejante al cemento constituyente del hormigón original, siempre y cuando sea
adecuado con relación a la situación que provocó el deterioro.
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ganar resistencia rápidamente, lo que en general es de suma importancia en las tareas
de reparaciones.
Existen en el mercado varios cementos patentados de fraguado ultra rápido, cuyo uso
debe hacerse con cuidado en reparación de estructuras corroídas, ya que por contener
yeso y aluminatos no son durables ante una exposición al exterior a la humedad o a
cloruros. De todos modos, sus propiedades de fraguado y endurecimiento muy rápidos
restringen su uso a cantidades pequeñas y localizadas y pueden adoptarse en
situaciones de emergencia.
2.2. Agregados
Las especificaciones para los agregados a utilizar en reparaciones son iguales a los de
los constituyentes de hormigones y morteros. Según el espesor de la reparación a
efectuar estarán limitados en cuanto a su tamaño máximo (que no debe exceder del
tercio del espesor de la reconstrucción) y en el caso de la reparación de un acabado
con agregado expuesto, donde deberá elegirse de modo que coordine en cuanto al
color y la textura adyacentes.
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Los agentes adherentes, incorporados ya como aditivos en la masa del hormigón o
mortero de reparación o sólo como puente de adherencia entre el hormigón existente y
el nuevo de la reparación, se pueden clasificar en tres grupos: los basados en resinas
epoxi, los basados en látex y los basados en cemento (estos últimos son los
denominados “grout” para puente de adherencia)
El “grout” o mortero de cemento se elabora con arena muy fina y cemento de alta
resistencia y finura alta y en las más de las ocasione con el agregado de aditivos
fluidificantes. Deben estar dosificados de tal forma que se obtenga un mortero de
consistencia pastosa pero cohesivo y plástico a la vez con una mínima cantidad de
agua. Su utilización como puente de adhesión entre hormigón endurecido y hormigón
fresco, aplicado con la técnica adecuada, es muchas veces suficiente pero ha sido
dejado de lado últimamente por la utilización más confiable (especialmente en el caso
de aplicación de capas delgadas) de los otros productos aquí descriptos.
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acero) o el vidrio, no son del todo compatibles con superficies mojadas o húmedas,
como es el caso de aplicar sobre hormigón fresco, tienen pobre resistencia al agua y
corta duración en almacenaje.
Como terminación de las tareas de reparación, tanto sobre el material nuevo como el
remanente, con el objeto de reducir la permeabilidad a los agentes agresivos exteriores
y dar protección a la estructura contra la acción de la intemperie puede ser útil la
aplicación de un sellador o un recubrimiento de terminación superficial.
En cuanto a los recubrimientos, no son otra cosa que las conocidas pinturas. Se
pueden usar las pinturas de epoxi (como el caucho clorado y los epoxis clorados), las
pinturas de látex acrílico (verificando su compatibilidad con los cambios térmicos
esperados, el color de la superficie adyacente y otras necesidades de servicio) y las
pinturas a partir de cemento con agregados de polímeros (dispuestas en espesores
generosos).
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Los pigmentos que se usan son materiales inorgánicos pulverulentos (basadas en
óxidos estables de metales) compuestos por partículas muy pequeñas (de tamaños
inferiores a 0,001mm). Deben ser incorporados sólo en la capa final y nunca antes sin
hacer pruebas. No solo de las pruebas necesarias de color sino también de su
influencia en el material en estado fresco y en la durabilidad de la reparación, ya que
en general modifican a ambos en sentido desfavorable (estructura del hormigón más
poroso y permeable).
Se deberá tener en cuenta que el color del hormigón se altera con el tiempo por la
acción de los rayos UV y agentes atmosféricos, por lo cual, en casos especiales, será
conveniente evaluar a los colorante luego de efectuar un ensayo acelerado de
exposición a UV.
En los casos de hormigón armado en que la exposición de las barras de acero vaya
más allá de su punto medio, se requiere quitar hormigón no dañado para proporcionar
un mínimo de espacio de unos 2 cm por detrás de la barra a los efectos de garantizar
la adherencia y anclaje de la armadura con el material de reparación.
Los métodos para eliminar el hormigón deteriorado y el inalterado que sea necesario
para poder efectuar la reparación se pueden clasificar como sigue:
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Los métodos abrasivos o de desgaste son útiles para intervenir en superficie. Incluyen
la limpieza con chorro de arena, limpieza con chorro de perdigones y chorro de agua a
alta presión. Se aplican para quitar capas delgadas de hormigón deterioradas o para
dejar áspera una superficie como preparación para la reparación. La limpieza con
chorro de arena se puede realizar sobre superficies verticales u horizontales. Según el
grado de desgaste a obtener se puede utilizar arena silícea, cuarcítica o "filler"
calcáreo. La limpieza con chorro de perdigones se limita a las superficies horizontales,
como la cara superior de las losas. La aplicación del chorro de agua a alta presión
(vapor de agua) es semejante a la realizada con chorro de arena pero de acción
superficial sin penetración.
Los métodos por impacto consisten en el uso de una pistola manual para quitar
rebabas, una martellina, un escarificador, un desbastador o una rompedora montada
en una pluma (en caso de demoliciones grandes). La pistola para quitar rebabas o
martillo demoledor consta de una mecha tipo cincel, accionada en forma neumática o
eléctrica. Una martellina se acciona de igual manera pero tiene una cabeza con varios
dientes salientes que se aplican en forma perpendicular a la superficie y se usa para
dejarla uniformemente a plomo y para quitar material deteriorado. Los equipos
desbastadores, están montados sobre ruedas, y disponen de varias cabezas
accionadas por cilindros neumáticos, pudiéndose ajustar para quitar una profundidad
determinada en toda la superficie donde actúa. Este tipo de equipos tiene incorporado
la forma de recoger y disponer con facilidad el polvo y los escombros producidos,
aspecto que es siempre de suma importancia.
Los métodos por prepartición consisten en acuñado mecánico, pulsos por golpes de
presión de agua y la acción de productos químicos expansivos. En un tipo de acuñado
mecánico se usa un divisor hidráulico que se coloca en barrenos pretaladrados para
quitar volúmenes considerables de hormigón en grandes estructuras. El método de
productos químicos expansivos comprende el mezclado del producto químico con agua
y el vaciado de la mezcla en un patrón predeterminado de barrenos. La mezcla
experimenta un gran aumento de volumen en corto tiempo, lo cual tiende a fisurar y
romper al hormigón. Otros métodos pueden ser más económicos, pero la gran ventaja
del método de prepartición es que se pueden quitar grandes volúmenes de material de
una estructura de hormigón al colar el material expansivo en barrenos profundos con
muy poco o nulo efecto en el hormigón restante. Las desventajas de este
procedimiento son que en ocasiones las fisuras existentes en el hormigón dañado
pueden impedir el desarrollo de la presión hidráulica en los barrenos, por lo cual no
resultan eficaces. Por otro lado en el caso de hormigones armados, se necesita un
método secundario de demolición por la unión que generan los anclajes de las barras y
que persiste luego de la prepartición entre bloques demolidos.
Los métodos de corte, muy difundidos, incluyen el chorro de agua a alta presión, las
sierras de diamante o carborundo, el alambre de diamante y los alambres térmicos. En
el chorro de agua a alta presión se usa un pequeño chorro de agua impulsado por
presiones de 70 hasta 300 Mpa. Es un método excelente para quitar hormigón cuando
se desea preservar la armadura embebida y se busca el mínimo daño en el hormigón
restante.
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impedir la propagación de fisuras en el hormigón que debe subsistir indemne. Como
contrapartida es que el corte por esta vía es lento y altamente costoso. El corte con
alambre de diamante comprende la formación de un lazo con un alambre, impregnado
con diamantes, alrededor de la parte de la estructura que se quiere remover. El lazo de
alambre se hace girar por la aplicación de potencia, conforme se tira de él hacia afuera
a través del hormigón, se produce el corte con su avance
Una vez que se ha retirado el hormigón necesario para la reparación, no sólo deben
removerse los escombros producidos sino también y sobre manera eliminar todo el
polvo, suciedad o material suelto remanente, de modo de permitir la aplicación con
éxito del nuevo material de reconstrucción (lleve o no puente de adherencia). La
limpieza que se debe hacer es un lavado con chorro de agua que elimine el polvo, que
será recogido en un decantador para su eliminación adecuada del sitio de trabajo,
seguido por un soplado (con aire exento de aceite) para quitar el exceso de humedad
remanente. En ocasiones y debido a la posible acción perjudicial del agua sobre
elementos no estructurales que no pueden ser removidos o por el uso que se hace de
la estructura en reparación, deberá conformarse con una limpieza a seco con aire,
debiéndose en ese caso recoger el polvo mediante aspiración.
4. MÉTODOS DE REPARACIÓN
" Las razones fundamentales que causaron el deterioro y los daños que se
quieren reparar.
" La duración que se planea deberá tener la estructura reparada.
" Los programas y planes de mantenimiento que pueden implementarse en
el tiempo para actuar sobre la estructura.
" El efecto que sobre el uso de la estructura o las operaciones de la misma
pueden tener determinados métodos de reparación.
" Las condiciones climatológicas que imperen al momento de efectuar los
trabajos de reparación.
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" La necesidad de elementos de apoyo para realizar las tareas de
reparación.
" El costo de los diferentes procedimientos con relación a la estructura que
se desea reparar.
La reparación con hormigón convencional consiste en encofrar uno o los dos lados de
la sección de hormigón, de modo que el nuevo encofrado selle por completo alrededor
de la reparación. Debe tener un ajuste perfecto, estar bien aplomado y fijado para
contrarrestar el empuje del hormigón fresco al momento del moldeo. Es una buena
práctica, donde sea posible, disponer una buña en el empalme entre hormigón nuevo y
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viejo. Para permitir el hormigonado, se debe construir, de manera integral con el
encofrado, una chimenea o tolva en la parte superior, de modo que la carga hidráulica
ayude a mantener la presión sobre el hormigón. La parte superior del vacío a rellenar
con hormigón debe tener una ligera inclinación hacia arriba y hacia el exterior de unos
10° (como mínimo) para permitir que el aire escape fácilmente durante la compactación
del hormigón. Es conveniente que la tolva de llenado sea tan ancha como el vacío que
se va a reparar y cuente con una abertura suficiente para el colado del hormigón y la
inserción de los necesarios vibradores internos.
Antes de colar el hormigón nuevo, el área existente del que se va a reparar se debe
humedecer con el fin de que la superficie quede en estado saturada a superficie seca.
Este objetivo se alcanza cuando la humectación se efectúa unas horas antes del
llenado permitiendo escurrir al agua excedente. Las alturas de las capas de
hormigonado no deben ser mayores a los 30 cm, debiendo dejarse aberturas
intermedias en cantidad suficiente para poder realizar el colado del hormigón y su
compactación, además de controlar el correcto llenado. Tan pronto como se complete
el desencofrado (a la edad correspondiente según cada caso), debe curarse la
reparación mediante la aplicación de una membrana al efecto, de una cubierta
impermeable pegada con cinta o simplemente por el mantenimiento húmedo de la
superficie expuesta, cuando esto último es posible.
Los hormigones y morteros utilizados para reparaciones pueden ser modificados con
polímeros, como se indicó en la sección 2 para mejorar su resistencia, estabilidad
dimensional y adherencia al substrato existente.
Los modificados con epoxi producen altas resistencias (tanto a compresión como a
tracción). La durabilidad en condiciones variadas de exposición es satisfactoria, en
especial ante acciones de congelación y deshielo. Además con la adición de productos
epoxi, se mejoran la impermeabilidad, la resistencia a los productos químicos y la
adherencia. Las relaciones típicas agua/cemento son tan bajas como 0.25 a 0.35. Los
niveles de epoxi en el hormigón van desde el 15 al 20% de sólidos de polímero por
unidad de peso del cemento. Los contenidos de epoxi son altos y por ende también de
alto costo.
Las relaciones efectivas de los niveles de sólidos del polímero por unidad de peso del
cemento son similares a las de los epoxis pero las relaciones agua/cemento son
mayores (desde 0.30 hasta 0.45). En algunos casos, en experiencias de reparación
concretas han aparecido tanto un espesamiento prematuro de la superficie terminada
como fisuras por contracción, especialmente cuando se aplican en espesores
delgados. Las mezclas modificadas con látex tienen un módulo de elasticidad algo
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inferior a la que tendrían sin el polímero, por lo cual en casos particulares (donde las
tensiones a las que estará sometida la reparación se estimen altas) deberá
investigarse ese comportamiento y tenerlo en cuenta. Los aditivos de látex acrílicos, de
menor resistencia que los de butadieno estireno, son útiles para reparaciones con
hormigones blancos o colorados (pigmentados), en donde se exige determinada
coloración del acabado del hormigón.
En el caso de superficies horizontales, sólo las nuevas capas con espesores menores
de 5 a 7 cm necesitan adherirse completamente al hormigón de la losa base. Para
otras situaciones y espesores (posiciones no horizontales o capas de menos de 5 cm
de espesor), la adherencia de una capa final delgada al hormigón remanente del
substrato en reparación, debe ser garantizada mediante un puente de adherencia. Un
procedimiento admitido como mínimo es distribuir, previo humedecimiento de la
superficie hasta el estado saturado a superficie seca, un mortero pastoso en proporción
cemento arena 1:1, inmediatamente antes de la aplicación de la capa final. Se obtiene
un mejor resultado si al mortero para puente de adherencia se le agrega una emulsión
de látex (de butadieno estireno, acrílico o vinílicos, citados en orden de mayor a menor
adhesión) y aún mayor si se trata de polímeros de epoxi. Las proporciones de
polímeros, cemento, arena y agua y el espesor de capa a aplicar son en este caso muy
variables, en función del polímero utilizado y de la resistencia requerida a la unión.
Como desventaja al modificarse el mortero de adherencia con polímeros se tiene su
corta duración en el recipiente. Para aplicarlo con éxito, entonces, la dosificación,
colocación del adhesivo y puesta del material de reparación debe hacerse dentro de un
intervalo total de 20 a 30 minutos. Para evitar que se atrape aire en exceso, el
mezclado de los morteros que contienen los materiales sintéticos se limita a un máximo
de 2 min. Para el caso del uso de epoxis, que en este caso necesitan endurecer en el
ambiente húmedo que le brinda el hormigón de reconstrucción y adherirse a la
superficie húmeda fresca de éste, deben utilizarse productos aptos para adherir en
presencia de humedad.
Para minimizar la fisuración inicial por retracción pueden añadirse, a las mezclas para
capa final de recubrimiento, fibras de polipropileno, acero y vidrio. La generación de
óxido en el caso de las fibras de acero las hace poco aconsejables en la mayoría de
los casos. El aspecto inicial de la superficie de las capas finales que contienen fibras
de vidrio y de polipropileno no es tan liso como el de un acabado final con llana de
acero, pero las fibras desaparecen con el tiempo como resultado del desgaste y la
exposición a la intemperie.
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En el caso que deban ejecutarse juntas por aserrado en la capa final de reparación, la
profundidad de corte no necesita ser superior a los 5 mm.
En los casos en que las áreas de reparación sean profundas, el gunitado debe
acumularse en capas a las que se deja avanzar en su período fresco (con pérdida de
fluidez) antes de colocar una nueva capa, al efecto de impedir el desprendimiento del
conjunto. Para reparaciones de más de 5 cm de profundidad, se utilizan mallas de
alambres que tengan una abertura superior a 5x5 cm. Donde sea posible, la malla de
alambre debe sujetarse a la armadura existente en el hormigón en reparación. La
aplicación de gunitado alrededor de la armadura existente se hace colocando la
boquilla de modo que forme un ángulo de unos 45° de modo que se pueda colocar el
hormigón detrás de las barras (las que deberán tener como mínimo 2 cm de espacio
detrás).
Hay referencias que en algunos proyectos se han añadido fibras al hormigón o mortero
que se utilizó para colocar por proyectado. Esta incorporación debería darle al material
una mayor resistencia a la fisuración por retracción, aspecto siempre muy importante
en trabajos de reparación del hormigón, pero aún no se dispone de datos suficientes al
respecto.
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denominado “autocompactante” para llenar los vacíos. Conforme sube la superficie del
“grout” que se inyecta, se levantan poco a poco hacia arriba los tubos de inyección,
pero siempre manteniéndolos sumergidos en el “grout”. Esta forma de colocación ha
demostrado ser adecuada para las reparaciones de estructuras bajo agua, ya que a
medida que los vacíos se llenan con “grout” el agua es expulsada y reemplazada por
aquél, debido a su menor densidad. Como esta técnica lleva consigo presiones más
altas sobre los encofrados, las juntas de construcción de estos deben sellarse para
impedir la fuga del mortero que se inyecta.
Los epoxis, como producto separado sin modificar morteros de cemento, tienen amplio
rango de viscosidad y tiempo de endurecimiento (“fraguado”). Dada la alta fluidez que
puede conferírseles se pueden utilizar en la obturación de fisuras tan angostas como
0,5 mm. Tienen una muy buena adherencia a los substratos que se encuentren limpios
y secos. Sin embargo hay formulaciones aptas para adherir al hormigón fresco. La
corta vida útil que tiene, luego de mezclas los productos que desarrollan la reacción
que genera la resina epoxi, y el breve tiempo de trabajo disponible para aplicarlo,
disminuyen aún más con temperaturas ambientes elevadas. Su costo es otro
impedimento para su uso, a tal punto que si la estructura estuviese muy fisurada, una
demolición total y reconstrucción podrían ser más económicas.
Las formulaciones tipo gel, (como las acrilamidas y los poliuretanos), muy buenos para
la reparación de fisuras en estructuras que contienen agua, no son aptas para reparar
miembros estructurales por su muy baja resistencia. Los metacrilatos de metilo se han
usado para reparar elementos estructurales horizontales muy fisurados sólo con el
objeto de recuperar la impemeabilidad y rigidez de las losas pero no su integridad
estructural. Tampoco pueden utilizarse para trabajos de reparación estructural. Ambos
tipos se citan al sólo efecto de informar sobre los mismos.
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25 a 30 cm. Hay boquillas de inyección que tienen dos canales convergentes, de modo
que sirven para mezclar el epoxi y su catalizador precisamente al momento de la
inyección. El epoxi se inyecta por uno de los extremos de la fisura hasta que se ve que
fluye en la siguiente lumbrera más próxima. A continuación, el dispositivo de inyección
se transfiere hasta esa boquilla o abertura adyacente y se continúa el proceso hasta
que se llena toda la fisura.
El proceso anterior requiere de cierto criterio para juzgar el éxito de la penetración del
epoxi, antes de moverse hasta la siguiente lumbrera. En algunos casos, una mayor
viscosidad puede eliminar la mayor parte del desperdicio hacia grandes huecos
interiores que se encuentran comunicados con la fisura en proceso de obturación, y
que no es necesario rellenar con un material de alto costo (podría hacerse un rellenado
previo con poliuretanos). Debido a este desperdicio (no siempre posible de controlar),
los costos para las reparaciones hechas con epoxi son siempre importantes.
El necesario curado, como en los otros casos, se realiza pegando papel impermeable
sobre la zona reparada, fijado con cinta al hormigón remanente adyacente o aplicando
un compuesto para curado formador de membrana.
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muy socavado, ya que es difícil compactarlos detrás de las barras de acero
(principalmente para diámetros grandes).
La superficie del substrato, al igual que en los otros caso, debe hacerse áspera y
limpiarse para lograr la adherencia. Para esta reparación, el curado es crítico y se debe
iniciar tan pronto como se cuente con una superficie acorde al proceso que se adopte
para el curado (cuando las áreas en que se interviene son grandes) y tan pronto como
se haya completado la aplicación en un área pequeña aislada. Probablemente lo más
eficiente es la aplicación de una membrana para curado mediante la aplicación de un
compuesto formador de esa membrana, pero el uso de papel impermeable fijado con
cintas suele ser también eficaz (aunque hay que “volver” para retirarlo). Se debe tener
cuidado, al utilizar en el curado membranas de aplicación in situ (generalmente
transparentes) que no sea arrastrada sobre un área de trabajo adyacente no
terminada, ya que reducirá la adherencia de la reparación que se efectúe en ese sitio.
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