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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE FILOSOFÍA, LETRAS Y


CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

TEORÍA CURRICULAR

Envío: 22/10/19

TAREA N°2

DATOS INFORMATIVOS

ESTUDIANTE: Carlos Díaz Ortiz

CURSO: 3ER SEMESTRE “B”

DOCENTE: Mgs. Jorge Carlozama


UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR
FACULTAD DE FILOSOFÍA, LETRAS Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
CARRERA DE PEDAGOGÍA DE LOS IDIOMAS NACIONALES Y EXTRANJEROS-INGLÉS

SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS A LA HORA DE DEFINIR AL CURRÍCULO

Es necesario antes de introducirse en el extenso debate filosófico en cuanto a las


precisiones conceptuales derivadas del hecho de definir al currículo, en abstraer una
representación mental concisa en el marco del lenguaje, para lo cual se recurre a la
Academia Española de la Lengua, en aras de precisar una definición, quien señala al
currículo como un conjunto de estudios y prácticas destinadas a que el alumno
desarrolle plenamente sus posibilidades. Una vez puntualizado un punto de partida, con
el fin de esclarecer ciertos enfoques que, fundamentan los aspectos en los cuales el
currículo propende durante el ejercicio educacional riguroso, se pretende dirigir el curso
del debate conceptual, considerando dos propiedades claras a la hora de definir el
currículo, la primera, orientada hacia la consecución de experiencias inadvertidas, es
decir, se procura alcanzar un acervo de experiencias mínimas dentro del marco
contextual socio-cultural que el proceso de enseñanza y aprendizaje supone, las cuales a
su vez están sometidas a la expectativas educacionales que, desde una visión muy
general (tomando en cuenta el marco social de su desarrollo, políticas de estado,
económicas, desigualdad, etc.), esperan ser vistas como significativas dentro de los
objetivos filosóficos-educativos y similares en toda la población educativa (estudiantes
propiamente). La dilatación que toman estas experiencias en el individuo, emprende un
fin único y divisible desde cualquier perspectiva educativa, la transformación del
hombre y su autodescubrimiento, es decir, puntualizamos en la visión global y
objetivada sobre la síntesis educacional que supone la misma, ontológicamente (la
educación procura el desarrollo virtuoso del hombre como eje transversal dentro de su
desarrollo bio-psico-social permanente), desde las tres dimensiones (ontológica,
axiológica y teleológica) que la Antropogogía cuyo objeto de estudio de la educación
recoge.

En virtud a lo anterior se puede rescatar las definiciones de autores más


representativos como Bobbit (1998): rango de experiencias, dirigidas o no; Arrieta
(1994): serie de cosas que los niños y jóvenes deben hacer y experimentar; Tyler
(1949): son todas las experiencias de aprendizaje; Dewey (1994): medio de

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transmisión sistemática de la experiencia cultural de la raza. Así pues, se puede


apreciar como se consolida la primera propiedad que en síntesis se precisa, para dar
lugar a una definición clara del currículo en tiempos de actualidad, lo cual permite
avizorar como en materia teórica, el enfoque del currículo ha supuesto un complejo
análisis epistemológico de teorías psicológicas y sociales, de primer momento, y
posteriormente, se ha conducido hacia los alcances educativos a los cuales este se
proyecta.

Por otro lado, retomamos las ideas que introducen hacia una perspectiva un poco
más estructurada como lo supone el currículo en la actualidad, luego, entendemos la
importancia de conocer el devenir histórico que le advierte, ya que, sin esta precisión, el
curso que acarrea la discusión filosófica, implica la divagación subjetivada de las
autoridades a cargo del funcionamiento del sistema educativo en un país determinado, y
que estas, al no contar con conocimientos muy prolijos en materia psico-pedagógica,
configuran una realidad epistemológica muy distante de lo que supondría el currículo a
términos concretos y fehacientes.

Atendiendo a las ideas expuestas anteriormente, dirigimos el desarrollo


epistemológico conceptual del currículo, hacia la segunda propiedad que a este le acusa.
En este sentido se debe advertir el contexto en el cual se enmarca esta visión, para ello,
se requiere precisar la realidad administrativa que supone en materia epistemológica,
cambios muy visibles, y es que es en virtud del enfoque administrativo (la
administración enfatiza en que las instituciones educativas sean vistas como un ente
organizativo el cual se compone de elementos prescindibles para su desarrollo
administrativo u organizacional) que toman las instituciones educativas y su vez el
ejercicio educacional sistematizado, se consolida dicho panorama. Una predisposición
sistematizada y técnica, es lo que se le confiere al currículo en esta quimera (realidad
ilusoria, considerando la actualidad contextual) epistemológica, la cual divisa en la
organización (planeación) y administración coordinada, los fundamentos teóricos
necesarios, a fin que esta concepción del currículo sea posible de transmitir a manera de
perspectiva o enfoque, es decir, recurrimos a la tecnificación del conocimiento a bien
del educando, quien es visto como un miembro mas dentro de la organización

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educativa, en la cual se desarrolla, y a su vez, se le adjudican tareas concernientes a su


realidad de educando. Todo esto bajo un encuadre de integración y flexibilidad que se
propende direccionar en esta nueva concepción de currículo, luego, contrastamos a nivel
macro, aspectos que difieren durante el ejercicio educativo, ligados mayormente a la
época, los cuales están expuestos al enfoque epistemológico sobre el cual se materializa
la educación (dos realidades diferentes se evidencian en el proceso de definir al
currículo, la primera orientada a las experiencias, bajo un enfoque conductual y
tradicional de la educación; y la segunda con dotes técnicos y sistematizados a la hora
de transmitir conocimiento, dentro de un marco constructivista y cognitivo). A bien de
enriquecer estos fundamentos, se puntualiza las ideas de autores precursores en esta
concepción del currículo, como Stenhouse (1975): proyecto global, integrado y flexible;
Glazman y de Ibarra (1981): plan de estudios; Arnaz (1981): plan que norma y conduce
explícitamente un proceso y determinante de enseñanza y aprendizaje.; Fátima Addine
(2000): proyecto educativo integral de carácter de proceso, que expresa las relaciones
de interdependencia en un contexto histórico-social.

Para concluir, se puede referir a bien, los cambios conceptuales que le advierten al
currículo, ya que en aras a esta dinamización se construye finalmente lo que en
definitiva representa el currículo en la dimensión social actual; un documento sobre
papel en blanco, a bien de conseguir transformar la realidad nacional. Irrisorio resulta
concebir la posibilidad material al cambio y la transformación desde el accionar sobre
un papel, sin antes dar lugar a un análisis riguroso sobre políticas educativas y sociales,
primeramente, a fin de distinguir a las autoridades a cargo del sistema educativo, como
entes reguladores y configuradores de esta realidad educativa tan precaria que nos
aqueja actualmente.

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