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K, Zinn
La paciencia
La paciencia es una de las actitudes éticas fundamentales.
Constituye un recordatorio de que las cosas se despliegan a su propio ritmo.
Desde la perspectiva de la paciencia, las cosas ocurren porque otras cosas ocurren. Nada está separado y
aislado. No hay una causa raíz absoluta que constituya el final de la cadena y que sea la responsable
última.
La paz, y la voluntad de tener paciencia ante una provocación/ sufrimiento, solo puede emerger del
cultivo interno de la compasión. Este grado de compasión desinteresada. Debe ser practicada, cultivada.
Se puede trabajar con el enfado y se puede aprovechar para que su energía alimente la paciencia, la
compasión, la armonía y la sabiduría en nosotros y, quizá, también en los demás.
Soltar
Dejar de aferrarnos a lo que sea, ya se trate de una idea, un objeto, un suceso, un momento, una
perspectiva o un deseo determinados.
Decisión consciente de dejar ir con plena aceptación para fluir con la corriente de momentos presentes a
medida que éstos se van desplegando. Dejar de forzar, de resistirnos o de luchar, sin quedarnos
atrapados en la atracción, rechazo o deseo.
Debemos permitir que los miedos y las inseguridades se manifiesten y se desvanezcan en el ámbito de la
conciencia plena.
Soltar solo es posible si podemos observar con conciencia y aceptación aquello que nos lleva a quedarnos
tan atascados.
Esto nos generará calma, visión profunda y sabiduría.
No juzgar
Meditar significa cultivar una actitud libre de juicios hacia lo que emerge en la mente, sea lo que sea.
Ser testigos de cualquier cosa que emerja en la mente o en el cuerpo y reconocerlo sin condenarlo ni
fomentarlo.
La confianza
Es la certeza o la convicción que uno tiene de que las cosas pueden desplegarse dentro de un marco
fiable que encarna el orden y la integridad.
Si confiamos en nosotros mismos y en los demás o confiamos en un proceso o en un ideal podemos
encontrar un elemento estabilizados muy potente que abarca la seguridad, el equilibro y la apertura
dentro de la confianza
Confiar en nuestra capacidad de estar atentos.
La generosidad
Para cultivar la generosidad con atención plena, no es necesario darlo todo; no es necesario dar nada, si
quiera. Ante todo, la generosidad consiste en dar internamente, es un estado emocional, una voluntad de
compartir su propio ser con el mundo.
La meditación sentada
Implica sentarse en una postura erguida y digna, por lo general durante períodos largos de tiempo.
La postura misma encarna un estado despierto.
Esta postura recuerda a una montaña por su majestuosidad y su firmeza.
Consiste en adoptar una postura concreta con respecto a la mente. Consiste en asentar la mente.
Tomar asiento
La postura encarna el hecho de adoptar una posición, ya no solo físicamente sino también internamente,
en el sentido de “adoptar una actitud”.
Dignidad
Somos dignos, merecedores y valiosos.
Sentarnos con dignidad.
La postura
Una postura sentada digna es en sí una afirmación de la libertad y de la armonía, la belleza y la riqueza de
la vida.
Buscamos la comprensión simplemente a través de sostener la situación en la mente, junto con la
respiración, mientras mantenemos la postura sentada.
Sentarnos de un modo que nuestro cuerpo afirme, irradie y transmita una actitud de presencia, de que
estamos comprometidos a reconocer y a aceptar todo cuanto emerja en un momento determinado.