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¿Qué es el trigo?

El trigo (Triticum spp) es tanto la planta como el grano comestible perteneciente a


la familia de las gramíneas, se dividen entre silvestres y cultivados.
La palabra Triticum proviene del latín y significa “quebrado”, “trillado” o “triturado”, y
refiere al proceso de separación de la cascarilla de la semilla.
El origen del trigo se ubica en la antigua Mesopotamia, habiendo indicios de que
se cultivaba desde el año 6,700 a.C.
En México lo introdujeron los españoles en 1520.
Hoy en día, el trigo constituye uno de los principales cultivos, que junto con el maíz
y el arroz, abastecen el 80% de la producción total de alimentos en el mundo.
Pese a ser mayormente consumido en el Occidente, el principal productor en el
mundo es China, que aunque es el país que más grano trilla es la India quien más
superficie destina al cultivo.
México se encuentra en el lugar 31, siendo Sonora y Baja California los estados
con mayor producción, representando el 64% de la producción nacional (Atlas
agroalimentario, 2017).
El consumo por persona al año de trigo en México es de 57 kg y es a través del
consumo de pan, pastas y galletas.
¿Qué nutrimentos aporta?
El trigo, como cualquier cereal, tiene una alta concentración de carbohidratos, que
son los que nos brindan energía por varias horas.
La forma más común de consumir trigo en México es en productos procesados que
utilizan la harina de trigo refinada, es decir, que se le ha eliminado el salvado y el
germen.
El salvado es la cascarilla del grano y es fuente de fibra insoluble, que ayuda a que
la absorción de los almidones del trigo no sea tan rápida, a controlar los niveles de
colesterol en sangre y a tener mejor salud intestinal.
Por su parte, el germen concentra micronutrimentos, como las vitaminas K, E y del
complejo B, y minerales, como magnesio y fósforo, así como también es rico en
proteínas y grasas saludables.
Hay productos preparados con harina integral que en teoría deberían conservar,
como su nombre lo indica, todas las partes del grano, sin embargo muchas veces
lo que hace la industria alimentaria es agregar únicamente el salvado y dejan fuera
el germen, que como ya se mencionó es la parte más nutritiva, debido a que se
rancia fácilmente y disminuye la vida de anaquel del producto.
Para poder obtener los beneficios del grano de trigo se recomienda consumir el
grano entero cocido o bien germinado, es decir, fresco, ya que de esta forma no
sólo conserva los nutrientes antes mencionados, sino que además contiene
enzimas que las hacen más digeribles.
Además, se ha visto que los granos de trigo germinados tienen 10 veces más
antioxidantes que el grano seco (Yashin Y.I, 2010). Los antioxidantes protegen las
células de procesos relacionados con enfermedades del corazón, diabetes, cáncer,
entre otras.
¿Qué pasa con el gluten?
El gluten es una proteína presente en el trigo, y en otros cereales como la cebada
y el centeno.
Hoy en día, se reconoce la existencia de tres enfermedades relacionadas con el
trigo: 1) la enfermedad celiaca, 2) la alergia al trigo y 3) la sensibilidad al gluten
(Sapone A, 2012).
Se estima que uno de cada 140 mexicanos tiene enfermedad celiaca y una cifra
similar podría afectar con las demás condiciones.
La mejor forma de saber si se vive con esta condición es realizar los estudios
necesarios (incluida una biopsia).
Actualmente, muchas personas se autodiagnostican y llevan una dieta libre de
gluten cuando no es necesario.
Hay estudios que indican que las personas que llevaron esta dieta sin justificación
durante un mes afectaron su flora bacteriana y el sistema inmunológico.
Por lo tanto, si hay sospecha de enfermedad celiaca, alergia o sensibilidad al
gluten, se recomienda acudir con el especialista.

Por: Fiorella Espinosa

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