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PESAJ

La cena de Pésaj es el evento culminante del día que marca el comienzo de nuestra
independencia nacional, cuando fuimos sacados de la esclavitud a la libertad y de la Casa
de Limitaciones al Palacio de las Posibilidades. Sin embargo, como toda festividad de la
Toráh, lo grande ocurre en la víspera.

Pésaj no es la excepción. Se trata de toda una terapia que nos lleva de un punto oscuro de
la vida hasta la plenitud de la luz y la libertad. Como parte de la preparación de Pésaj, nos
imbuimos en el proceso de purificación del orgullo y la vanagloria personal, para
refugiarnos en la zona de seguridad de la humildad y el recato del alma ofreciendo a Di-s
los panes sin levadura de verdad y bondad.

Leyes Básicas de Pésaj en AMI:


1. Es una misváh positiva destruir todo Jametz que esté en nuestra posesión
antes de la hora de prohibición. (Shemot 12:14; 24:25).

2. Es costumbre comenzar a limpiar la casa entera durante un mes antes de Pésaj


para facilitar estas mitzvot. Es necesario limpiar todo, no sea que uno encuentre jametz
durante Pésaj. Es de piadosos revisar incluso los libros de uso regular pues se da el caso
que migajas de pan y otras golosinas que contienen jametz podrían haber caído entre las
páginas. Se revisan también los asientos, tanto del hogar como de los coches, oficinas,
etc., siempre que estén bajo propiedad y dominio de uno.

3. Una persona que piensa viajar a otro lugar por más de treinta días antes de Pésaj,
no tiene que limpiar su propiedad. También, si uno viaja antes de treinta días, y no piensa
volver antes de Pésaj, no hay que limpiar. Sin embargo, si piensa volver antes de Pésaj, la
ordenanza queda vigente y debe procurar esmerarse en eliminar todo el jametz en su
posesión.

4. Si Jametz es el producto que resulta cuando se mezcla con agua avena, centeno,
espelta, cebada o trigo, lógicamente si uno mezcla estas mismas con jugo de manzana,
uvas u otro jugo de fruta, no se considera jametz. Por lo tanto, es posible hacer postres
con harina kasher pura en base a jugos frutales. Recuerda: estas harinas deben ser Kasher
LePésaj, de lo contrario no son aptas.

5. Está permitido consumir arroz, maíz, habichuelas (frijoles) y otros granos durante
Pésaj.
6. Aunque está permitido usar cualquier vajilla hecha de barro aun cuando se haya
utilizado en jametz frío y se puede poner matzot en ellas durante Pésaj, con excepción de
aquellas donde se pone levadura o salsas condimentadas, ya que el jametz de éstas es
fuerte y permea, la costumbre es usar vajillas únicas y especiales para Pésaj por el honor
de la fiesta misma y para evitar confusiones innecesarias.

7. Toda vajilla hecha de la tierracomo “chinaware” y porcelana que se usó durante el


año para hacer platos con jametz, no se puede usar durante Pésaj porque estos materiales
luego que absorben jametz, no lo sueltan con facilidad y para evitar confusión, no los
usamos. Sin embargo, vajillas de acero inoxidable o de vidrio puro se pueden usar aun
cuando se usaron previamente, porque no retienen jametz, solamente se limpian bien. Lo
ideal, no obstante, en usar vajilla nueva por el honor de la fiesta y para evitar confusiones.

8. Envases hechos de plástico que se usaron todo el año también son permitidos.
Para calderos y ollas de metal es necesario hacer haghaláh. El procedimiento es como
sigue: Se llena una olla grande con agua y se pone a hervir. Luego que está hirviendo se
van colocando ollas pequeñas adentro de ésta primera. Finalmente, hay que limpiarlas
bien, quitando todo aceite y trazo de jametz que pueda contener ahí. Si son muchos y no
caben en la olla grande, se purifican con el agua hirviendo en un lugar seguro donde el
agua corra hacia el desagüe.

9. No se recomienda utilizar cucharas de madera, ya que el jametz se acumula entre


los pedazos y es difícil sacarlos entonces, para evitar duda, no las usamos.

10. Aquellos utensilios que se usaron directamente con el fuego, cocinando algún
alimento con Jametz durante el año, deben ser kasherizados por libbún. Libbún se hace
calentando el utensilio en fuego hasta enrojecer. Finalmente, se rocía agua fría por
encima.

11. Los antiguos sefardíes de Sefarad, llamaron a la Matzá “S y ” c c ll f


y relativamente suave. No usamos las matzot cuadradas hechas de máquinas. En el evento
que las redondas suaves no se puedan conseguir, usamos las que tengamos. Es
mandatorio comer Senseyas en Pésaj pero no así el resto de la semana. El que quiera
seguir comiendo Matzá (senseyas) puede hacerlo y es señal de piedad, pero no es
obligación.

12. Lo mínimo que se debe comer en Pésaj es: korbán Pésaj, es decir, la ofrenda del
cordero. Maror que son hierbas amargas y senseyas (Matzá). A falta de Templo, no se
come cordero para no dar la impresión que se hizo un sacrificio fuera de Jerusalén, en su
lugar, se coloca el huesito de un ala de pollo asado que sirve de memorial. Si estas tres
cosas no están presentes en la mesa pascual, no se cumple con la obligación de Shemot
12:27.
13. Para darle un ambiente festivo y de alegría al moed, es necesario que todo
participante tome cuatro copas de vino de uva kasher, sin alcohol. La mínima cantidad de
vino es un reiít que es aproximadamente la cantidad que uno puede guardar en un lado
adentro de la boca. Al momento de tomar estas copas, hay que recostarse a un lado como
hacen los reyes y príncipes de la antigüedad, simbolizando así nuestra libertad.

14. Se dice Kidush sobre la primera copa de pie y hay que tener cuidado que el fruto
de la vid que usemos para la primera copa y la tercera, no sea mebushal (cocinado) ni
bajo manipulación de los idólatras. Para la segunda y la cuarta se puede utilizar
mebushal.

15. Debemos evitar usar vino tinto primero y blanco o Rosado después, porque habría
que cambiar bendiciones. Para evitar eso, solamente usamos vino rojo.

16. No ponemos las tres senseyas (matzot) junto con la keará (bandeja), sino que
utilizamos dos platos separados para ello.

17. Siempre bendecimos con Netilat Yadaim antes del Karpas en agua o vinagre y así
seguimos la costumbre más Antigua de Sefarad.

18. Los días intermediarios se conocen por Ha Moed; b) No se debe considerar estos
días como días seculares o normales; c) Toda labor que al no hacerla resultará en gran
perdida, está permitida en hol haMoed. Sin embargo, no se debe perder mucho tiempo en
esto; d) No se debe postergar una labor para hacerla específicamente en hol haMoed; e)
Se permite trabajar en el empleo, pero hay que utilizar las ganancias para necesidades de
la festividad. Ej: comida, ropas, bebidas; f) Está permitido efectuar toda labor que es
necesaria para el público. Ej.: mantener el miqvéh, mantener las calles, dirigir los ríos para
que salgan de su curso; g) Está prohibido escribir durante hol haMoed, ni siquiera libros,
tefilin o mezuzoth sin embargo, se pueden escribir para uno mismo. Por otro lado, si uno
no tiene que comer, podrá escribir tefilin y mezuzoth para vender y sustentarse; h) Está
permitido escribir cartas a los amigos para saludar, ya que uno no es escrupuloso con ellas
como lo es con mezuzoth, tefilin y sifré torot; i) Está permitido digitar mensajes por medio
del computador; k) También está permitido escribir para arreglar presupuestos y hacer
cálculos; l) Está prohibido lavar ropas y cortarse los cabellos durante hol haMoed. Se
deben hacer éstas antes de la festividad; m) Todo lo que está prohibido para uno hacerlo
en hol haMoed, no se le puede pedir a un no-judío hacerlo; n) Por lo general, está
permitido efectuar toda labor para sustentarse, especialmente si uno no tiene qué comer.

19. Desde el mediodía del 14 de Abib/Nisán, se debe parar el trabajo. Desde la hora de
Minjá qetaná, está prohibido trabajar. Quien trabaja después de esta hora, no verá
bendición alguna de ella. Si es costumbre en un lugar dejar de trabajar desde la media
hora, hay que seguirla. Si uno no tiene esta costumbre pero viaja a otro lugar con ella,
debe ajustarse a la costumbre de su entorno.

20. Los Bené Avraham tienen esta responsabilidad también pero no obligación y deben
procurar estar bajo la autoridad de un yehudí de la Alianza en el ejercicio de sus
funciones.

Pésaj es una terapia de ocho días. Durante los ocho días de


Pésaj sólo se puede comer pan ázimo (Matzá), conmemorando así la salida de Egipto que,
al ser tan precipitada, no dio tiempo a los hijos de Israel para esperar que el pan
fermentara.

No solamente está prohibido ingerir Jametz durante Pésaj sino incluso su simple posesión
está prohibida, por lo que debemos despojarnos de cualquier alimento Jametz antes de la
víspera de la fiesta.

Definición de “Jametz“: Se denomina Jametz a toda sustancia fermentada, procedente de


los cinco cereales principales: Trigo, cebada, espelta, avena y centeno. Según la Halajá (Ley
Judía) la fermentación se produce al contacto del agua con estos cereales, al cabo de
dieciocho minutos en condiciones normales.

Alimentos Jametz son, por ejemplo: Pan, fideos, galletas, cerveza, whisky, etc.

La prohibición del Jametz incluye también otras categorías:


“Seor“. Levadura y todo agente fermentante.

“Taarobet Jametz“ Cualquier comestible que contenga, aún en una mínima proporción,
algún ingrediente Jametz se considera Taarobet jametz y no debemos tenerlos para
cuando se inicie Pésaj. El arroz, el maíz, los garbanzos, las legumbres en general, y otros
cereales que no pertenecen a las cinco especies, no se consideran Jametz.

“Jametz no comestible“ Todos los productos no comestibles adquiridos antes de Pésaj,


aún si contienen derivados del Jametz (tintas, pomadas para zapatos, goma de pegar,
etc.), se pueden usar debido, precisamente, a que no son comestibles, como tampoco lo
son los cosméticos, el jabón, los perfumes, etc. Los medicamentos están excluidos porque
la salud toma precedencia.
“Alimentos no Jametz“ Es imposible detallar una lista de alimentos permitidos, ya que la
elaboración de los mismos varía de lugar en lugar, de tiempo en tiempo y de firma en
firma. Cada cual mire que no tenga jametz.

“Hagalat Kelim“ Los utensilios que usamos durante todo el año para Jametzno deben ser
utilizados desde la víspera de Pésaj, hasta finalizada la Fiesta; se los limpia bien y se los
guarda en un lugar cerrado. Hoy en día está al alcance de casi todos proveerse una vajilla
especial para Pésaj. Sin embargo, para aquellos que no les sea posible, podrán usar la
vajilla normal luego del proceso de la Hagalá (escaldadura o purificación mediante agua
hirviendo), excepto los utensilios de porcelana o cerámica que no son susceptibles de
escaldar (“Kelí Jeres“) pues no contraen impureza debido a su constitución (porcelana o
cerámica no contiene poros que absorban jametz).

En total tenemos 11 instrucciones que regulan el korbán Pésaj, el sacrificio de Pésaj.


Debido a su importancia, en Shemot 12:43 se declara: “Ningún extranjero (extraño)
comerá de ella” (de la ofrenda de Pésaj). El targún Onkelós traduce: “Ningún judío que
venga a ser apóstata (meshumah) comerá de ella”. Esto nos dice la importancia que tiene
este moed en la vida de nuestro pueblo. Si seguimos observando las Escrituras, veremos
que hay dos mandamientos positivos que de violarlos, se incurre en karet (escisión, corte,
separación del alma de la comunidad de Israel).

El primero es relacionado con el brit miláh (pacto de la circuncisión). El segundo, es


relacionado con Pésaj, pues se afirma que el judío que coma algo leudado en Pésaj, será
cortado de Israel (Shemot 12:15).

Maimónides en su Hiljot Korbán Pésaj (Leyes del Sacrificio de Pésaj) enumera 16


instrucciones que tienen que seguirse para el cumplimiento de este moed. De esos 16
enumerados, 12 son negativos y 4 positivos, incluyendo cinco mandamientos que regulan
el de Pésaj Sheni (segundo Pésaj), para los que por causas justificadas, no pudieron
participar del Korbán Pésaj de Aviv. Si quitamos los 5 de Pésaj Sheni, tenemos un total de
11 mandamientos básicos que debemos conocer relacionados con las leyes de Korbán
Pésaj.

Esto significa que ningún otro sacrificio establecido en la Torah ha sido más elaborado y
adornado con mandamientos que Korkan Pésaj. Como el caso de Pésaj Sheni (segundo
Pésaj) fue establecido originalmente por causa de tumah (impureza ritual), al no tener el
Templo ni la ceniza de la vaca roja, la realidad es que desde el punto de vista de la Halajáh,
ningún judío hoy día podría santificar este moed, porque todo Israel, halájicamente
hablando, nos encuntraríamos en estado de tumah.
Por lo tanto, el Seder de Pésaj, técnicamente hablando, no es el cumplimiento de Korbán
Pésaj, sino en Memoria de Pésaj. Nuestro Ríbi adelantándose a esta realidad, anticipó que
deberíamos comer del matza, “en memoria de mi”, donde “mi” es un sustituto simbólico
del korbán Pésaj.

Los mandamientos de Pésaj


Hay dos positivos (los dos primeros) y nueve negativos.
1. Sacrificar del cordero designado para Pésaj en su tiempo apropiado.
2. Comer del cordero rostizado con matzá y maror (pan sin levadura y hierbas amargas)
entre las dos tardes. Los zadokim decían: la tarde del 14 de Aviv. Los perushim decían, la
tarde del 15 de Aviv.
3. No sacrificar Pésaj si hay jametz en tu posesión (casa, rancho, finca, tierra, etc.).
4. No permitir que pase la noche de Pésaj sin que las partes del animal destinadas al altar,
sea
consumida allí.
5. No comer del sacrificio parcialmente rostizado, ni cocinado en líquido, pues se establece
que debe ser pasado por el fuego. Cocerlo en líquido sería cocinarlo, no rostizarlo.
6. No remover la carne del sacrificio del grupo familiar que lo está comiendo (javurah, el
grupo de amigos) en el lugar seleccionado para la santificación del moed.
7. No puede comer del sacrificio uno que tema, sirva y adore a otro dios que el Eloah de
Israel. Tal persona es considerada “mumar” es decir “servidor de ídolos” y está prohibido
su acercamiento a la mesa.
8. No puede ser comido por alguien que no sea parte de la Casa de Israel. Un extranjero no
puede participar.
9. No puede ser comido por un incircunciso que le sea exigido estar circuncidado, la mujer,
por ejemplo, está exenta porque no se le exige circuncisión. Un nacionalizado sin la
exigencia del brit miláh en la carne, esta exento también.
10. No se puede quebrantar ningún hueso del animal considerado Pésaj.
11. No dejar nada comible hasta la mañana siguiente, todo debe ser consumido en la Cena
de Pésaj.
Como vemos, en el caso de Pésaj hay ordenanzas específicas que al mismo tiempo no están
presentes en otros korvanot. Por ejemplo: En el caso de korbán jatat (ofrenda por el
pecado), el sacrificio del animal y su consumo, vienen dados en mandamientos separados
como es evidente en los siguientes textos: Vayikrá 6:6 y Vayikrá 6: 17 y 6:18.
Lo mismo es cierto de korbán asham (ofrenda por la trasgresión) y por korbán shalom
(ofrenda de paz). En los casos previos, el mandamiento de sacrificar el animal y comerlo es
visto como uno solo, pero en Pésaj, es visto como dos mandamientos separados.

Esto nos dice de la importancia de Pésaj a los ojos del Eterno y el honor dado al moed
dentro de la Ley Judía. La explicación de la razón de la separación de estos dos mitzvot, el
del sacrificio del animal y el comer de dicho sacrificio, ha sido explicada como un
argumento a favor de la noche del 15 de Aviv como el día de comer el sacrificio.

En otras palabras, la frase, “entre las dos tardes”, es vista como una referencia a la tarde
del 15, cuando está por terminar el 14 de Aviv. Recordemos que según los Zadokim, la hora
del sacrificio de Pésaj era la tarde previa al comienzo del 14 de Aviv, para que se comiera la
noche del 14 de Aviv. La única manera de comer el cordero de Pésaj a la caída del sol del
13, cuando comenzaba técnicamente el 14 de Aviv, era sacrificándolo el 13 en la tarde. Por
lo tanto, para los zadokim, el comienzo del 13 de Aviv era el momento de sacar el jamez de
la propiedad de uno y el último jametz permitido sería el 13 al mediodía.

Esa tarde del 13, la víspera de la entrada del 14 de Aviv, se sacrificaba el cordero de Pésaj a
fin de que estuviese listo para cuando entrara la noche del 14 de Aviv. Los perushim
interpretaban diferente. Ellos afirmaban que sacrificar el cordero el 13 era inapropiado,
porque el mandamiento dice el 14. Por lo tanto como dice el 14 de Aviv, hay que hacerlo el
día 14, no el 13.

Además de esto, el mandamiento dice entre las dos tardes, es decir, entre las 12 del día y
las 6 de la tarde aproximadamente. El tiempo medio aquí sería las 3 pm. La única manera
de sacrificar el cordero a las 3 pm, sería el 14 de Aviv a las 3 pm. Por tanto, el cordero
estaría listo el 14 mismo, pero sería comido, por asunto de fuerza, el 15, pues para el
tiempo cuando el cordero estuviese asado, ya estaría concluyendo el 14 y entrando el 15
(con la caída del sol el 14).Como el mandamiento dice que se sacrifique el 14, no importa
comerlo el 15, porque el sacrificio fue hecho el 14 y por tanto se cumple el mandamiento.

Así que en los días de Yeshua, los zadokim hacían el sacrificio de Pésaj el 13 en la tarde y lo
comían el 14 en la noche. Mientras que los perushim, hacían el sacrificio el 14 a las 3 de la
tarde y lo comían el 15 en la noche. El día siguiente a Pésaj para los zadokim era el 15 de
Aviv. El día siguiente a Pésaj para los perushim era el 16 de Aviv.

Desde el punto de vista de los perushim, el mandamiento de sacrificar el cordero y


comerlo, viene dado en dos momentos y tiempos diferentes. De ahí que explicaban la
causa del sacrificio en la tarde del 14 y su ingestión el 15. Los zadokim enseñaban lo
mismo, pero aplicado al 13 en la tarde y al 14 su ingestión. Mientras que los otros
sacrificios, al momento de ser sacrificado, al momento de ser comidos, sin tiempo de
espera, excepto el de su cocción rostizada.

¿Qué día comió Yeshua el korbán Pésaj? Evidentemente el 14 en la noche, es decir, un día
antes del establecido por los perushim. ¿Estaba Yeshua apoyando a los zadokim en contra
de los perushim en esta Halajáh?
No necesariamente, pero según uno de mis maestros, durante los días del Segundo Templo
había una halajá que establecía que en caso de fuerza mayor, por ejemplo, si alguien tenía
que ausentarse por un viaje, y no podía comer el korbán Pésaj en su tiempo prescrito,
podía adelantar un día y comerlo. O también se hacía una comida festiva en ocasión de la
conclusión de algún plan de estudio de la Toráh entre el maestro y sus estudiantes.
Aunque no tenemos toda la información de los usos y costumbres relacionado con Pésaj en
los días del Segundo Templo, en principio sabemos que el Maestro no hubiera hecho nada
considerado inapropiado según la Toráh y aunque luego hablaremos más de esto, al
parecer, Yeshua usó este recurso para resolver la situación que tenía de su propio juicio y
muerte justamente el día cuando se iniciaría Pésaj según la cuenta de los perushim.

El Cordero de pesaj – Mashiaj:


Desde el punto de vista de la Halajáh, la intención con la cual hacemos ciertas cosas es
sumamente importante. En relación con el sacrificio de Pésaj, esto toma relevancia única y
nos permite comprender muchas cosas en relación a Mashiaj como “siervo sufriente”
usando la figura del profeta.Esto será precisamente, propósito de esta clase.
La Intención del Sacrificio Repetimos: desde el punto de vista de la Halajáh, en cuanto a los
mandamientos, la intención con la cual lo hacemos es críticamente importante. En relación
con el sacrificio de Pésaj, esto toma relevancia única y nos permite comprender muchas
cosas que tienen que ver con Mashiaj bajo la metáfora de una oveja sufriente, usando la
figura del profeta Isaías (53:3-6).

Desde el punto de vista de las instrucciones de los sacrificios, el propósito original que
estuvo en el corazón del oferente es sumamente importante y tal vez el factor decisivo
para los efectos de la Halajáh. En otras palabras, la intención original que tiene una
persona al momento de presentar cierto servicio o sacrificio al Eterno es considerada
fundamental para determinar la legitimidad de su avodah.

Por ejemplo, la Halajáh requiere que el animal que ha de ser sacrificado para una ofrenda
especial, haya sido previamente apartado por el oferente como olah ( lo que asciende, lo
que lo representa, su intención verdadera y que ha sido traducido como holocausto u
ofrenda del todo quemada). Pero si luego cambia su mente y lo usa para otro tipo de
sacrificio, tal cambio de pensamiento no descalifica el animal.

Sin embargo, hay dos tipos de sacrificios que si hay un cambio de intención luego de haber
sido seleccionado para los mismos, descalificaría el animal.Esos dos tipos son el Korbán
Jatat y el Korbán Pésaj, esto es, la ofrenda por el pecado y la ofrenda de Pésaj.
Esto significa que si un animal ha sido apartado por un oferente como sacrificio por el
pecado (korbán jatat) y luego, cuando llega al templo cambia de mente y lo quiere usar
como korbán shalom, tal cambio de intención descalifica el animal y su ofrenda no es
aceptable. Lo mismo ocurre con el korbán

Pésaj.
Esto es lo que hace distintivo el korbán jatat y el korbán Pésaj del resto de los sacrificios y
ofrendas.
Por ejemplo: Si yo aparto un animal para ofrenda de paz y en el camino al templo me
acuerdo de un pecado de asham (trasgresión) que cometí y cambio mi mente para usar el
animal no como ofrenda de paz sino de asham, tal cambio no invalida el animal, porque es
de su propio género: ofrenda.

Pero si luego me acuerdo que no fue trasgresión, sino jatat y quiero usar el animal para ese
propósito, no puedo, porque ahí mismo el animal queda descalificado. O si lo dedico como
korbán jatát y luego lo quiero usar como korbán shalom, no me es permitido, el animal
queda descalificado.

Lo mismo aplica al Korbán Pésaj. En Shemot 12: 27 está escrito: “Es el sacrificio de Pésaj
para
HaShem”. De este versículo, se deriva la halajah que establece que luego que ha sido
apartado y designado como Pésaj, no puede usarse para ninguna otra función. Incluso, la
Torah establece que hasta el número de personas que ha de reunirse para comer, debe ser
apartado de antes (Shemot 12:4).

Observa la expresión: “haréis la cuenta”, es decir, se designará de antemano quiénes van a


comer del sacrificio. Lo mismo aplica al caso de Korbán Jatat como hemos explicado. En el
caso del Mashiaj, cuando Kefa lo llamó aparte y le rogó que nada de esas cosas (su entrega,
dolor, rechazo, sufrimiento y muerte) le sucediera, la respuesta de Yeshua fue
contundente: “Apártate de mi satán, porque no pones la mira en las cosas del Eterno, sino
de los hombres”.
Sin saberlo, Kefa esta proponiendo algo que haría inválido a Yeshua como Mashiaj
sufriente.

Por otro lado, es entendible cómo Mashiaj sufriente fue “designado” de antemano para
ese propósito específico: “Un cordero inmolado desde antes de la fundación del mundo”,
es decir, pre-existente en el plan eterno de Di-s y escondido desde antes de la creación, en
la mente del Altísimo.
Entre las leyes de Pésaj, coma ya vimos, una persona que sea extranjera, idólatra o
incircuncisa, debiendo estarlo, no puede participar del korbán Pésaj. De esto deducimos
que ningún extranjero o idólatra puede hacer el sacrificio de Pésaj, porque Pésaj no fue
apartado para ellos, sino para los que lo pueden comer.

En el caso de Mashiaj, tanto judíos como no judíos participaron de su sacrificio como


korbán Pésaj. Aquí tenemos dos opciones: o su sacrificio fue en vano, porque participaron
extranjeros e idólatras en su ejecución, además de los judeanos aristócratas que
controlaban el gobierno del Templo, o de antemano fue establecido que su sacrificio será
válido para ambos.

Sabemos que en su caso fue intencionalmente anticipado que sería para ambos, pues se le
prometió a Avraham: “Serán benditas en ti y en tu simiente, todas las familias de la tierra”.
Rabino Shaul ha destacado que no dice “simientes” como tratándose de muchas, sino
“simiente”, en singular, la cual es el Mashiaj. Por tanto, aunque judíos y no judíos
participaron en su sacrificio, tal korbán Pésaj fue válido porque previamente se había
establecido que así fuese.

El Lugar del Korbán Pésaj


Devarim 16:5,6 establece el lugar: “No podrás sacrificar Pésaj en cualquiera de las ciudades
que el Eterno tu Elohim te da; sino en el lugar que tu Eloah escogiere para que habite allí su
nombre, sacrificarás Pésaj por la tarde, a la puesta del sol, a la hora que saliste de
Mitzraim”. De esto aprendemos que fuera de la ciudad de Jerusalem no es permitido el
sacrifico de Pésaj. Cualquiera que haga un korbán Pésaj fuera de Jerusalem, viola este
requerimiento bíblico. No obstante, hubo dos excepciones que necesitamos conocer.

El Talmud[1] establece lo siguiente:


“Un altar especial conocido como “bamat yajid” fue permitido por 14 años luego de la
entrada a Eretz Israel y los 57 años previos a la construcción del Bet Hamikdash, después
que el Mishkán sirvió por 369 años en Silo. Sin embargo, aun durante los primeros 14 años,
hubo un altar central en Gilgal que duró 57 años ubicado entre Siloh y Jerusalem. Se edificó
primero en Nov y luego en Givón. Durante estos dos períodos de 14 y 57 años
respectivamente, a uno se le permitía traer ciertos sacrificios en altares privados, pero el
korbán Pésaj tenía que ser traído al altar central”.

Estos dos periodos, como es evidente, son excepciones y no reglas y consecuentemente no


pueden tomarse como base para una Halajáh actual, en todo caso, sería válido solamente
para Eretz Yizrael pero no para la galut (exilio).

Dos Requerimientos
Por otro lado, la Torah nos enseña que hay dos requerimientos con relación al lugar donde
el Korbán Pésaj puede ser comido. Uno es de carácter general y el otro individual.
General El lugar general es la ciudad de Jerusalem en todas sus fronteras. Debido a la
santidad de Korbán Pésaj, un lugar de menor santidad que Jerusalem no es apropiado para
cumplir el mandamiento. Por lo tanto, más allá de los límites establecidos para Jerusalem,
incluyendo su eruv (1200 – 1400 metros más allá del extremo de sus murallas), no está
permitido. Esto requiere un poco de elaboración debido al hecho de que el Talmud
establece una relación entre este principio y otros relacionados con el cocinar en Shabat.

Por ejemplo, está prohibido cocinar en Shabat, sin embargo, teóricamente uno que cocina
un alimento no usando fuego, sino un calor proveniente digamos de otra fuente de energía
(en el caso de Israel, de las fuentes termales de Tiberias, por ejemplo), está exento de
castigo, desde que esta forma de cocinar no es por fuego.

En relación con Pésaj, el mismo principio sería aplicable, es decir, como el medio de
preparar el cordero no es por fuego, sino asado al calor de brasas que no tienen llama,
teóricamente no es considerado dentro de la prohibición de comer algo cocinado en
Shabat. Sin embargo, en el caso del korbán Pésaj, tal método de cocido está prohibido
porque la Torah expresamente declara que el cordero no puede ser cocido, sino asado por
fuego.

El Talmud [2]nos dice:


“Uno que come el korbán Pésaj que fue cocinado en aguas termales, es culpable porque ha
violado el principio de lo asarás al fuego”.

Esto requiere una explicación, porque en los días cuando el Templo estaba en pie, no era
posible mover el korbán Pésaj de Jerusalem y cocinarlo en las aguas termales de Tiberias.
Por las leyes de Pésaj, al momento que un cordero destinado como korbán Pésaj es movido
más allá de los límites permitidos en Jerusalem, queda inmediatamente descalificado. La
respuesta es múltiple, la más probable es que cerca de Jerusalem había también algunas
fuentes termales, semejantes a las de Tiberias, y los jueces entonces establecieron una
cerca de protección alrededor del mandamiento.

Particular
No obstante, además del lugar general (Jerusalem), la Torah sugiere un lugar particular.Ese
lugar particular para comer el korbán Pésaj es la casa de la persona asignada con
anterioridad para el cumplimiento de la mitzvá.

El Eterno le dijo a Moshé: “Se comerá en una casa…(Shemot 12: 46). Por tanto, la casa
deberá ser designada a tiempo y seleccionada para el cumplimiento de la mitzvá antes que
el momento llegue. Los que se junten para cumplir el mandamiento, todos tienen que
aportar para el cumplimiento del mismo, aun cuando sea una cantidad muy pequeña o
simbólica.

Hoy día con la modernidad, cada miembro de la comunidad participa con una cantidad
para cubrir los gastos del memorial. La costumbre es que los más pudientes aporten algo
más para suplir la necesidad de los menos pudientes y que los menos pudientes participen
con algo, aunque sea simbólico.

Una vez que se establece el costo monetario de una mitzvá, está prohibido criticarlo,
regatearlo o murmurar de su costo. La costumbre judía es que nunca discutimos el precio
que nos cuesta cumplir con una mitzvá porque ningún precio que pagemos supera los
beneficios espirituales que se derivan de la mitzvá.

Es importante que los nuevos creyentes que vienen del otro campamento, donde otras
costumbres existen, rompan con ese estilo de ideas que daña el espíritu y limita la alegría
del mandamiento.

Por el otro lado, los líderes deben asegurarse que los costos impuestos para las mitvot
comunitarias, sean los más accesibles posibles para el bien de todos, incluyendo Pésaj una
de las mitzvot que por su característica suprema, es de los más costosos de todos.

“No ofreceré al Eterno un sacrificio que no me cueste nada” es el espíritu del alma judía.
Es importante entonces que nos preparemos así para este momento de la más solemne
historia de nuestro pueblo y de la redención.

[1]Zevajim112a
[2] Pesajim 41ª

Pesaj y el tzadik
Uno de los conceptos más interesantes de las Escrituras es el que tiene que ver con la
definición de justicia, justo y justiciero. El primer hombre categorizado como “justo”
(tzadik) fue Nóaj (Noé) según está documentado en la Toráh (Gén.6:9). Elavorando sobre
eso, algunos sabios de nuestro pueblo han enseñado que muchas de las cosas que Di-s
creó, vinieron a la existencia por el canal de energía de la letra letra tzadik (de dónde
procede el título de tzadik y tzadikim), y que la fuerza del tzadik es tan grande, que por
medio de ella, “Di-s sostiene al mundo” (Sefer Yetzirá).
Todo esto nos da la base para el concpeto de Jasidut, desarrollado primariamente por el
rabino Shaul de Tarso, cuando enseñaba de la importancia de la vida de “piedad” (Jasid-
Jasdut) porque el Tzadik es un Jasid en el sentido primario del término. Esto significa que
así como Di-s usó la energía insuflada en la letra tzadik para crear muchas cosas, así
también el Tzadik es vehículo para trasmitir santidad y reconciliación al mundo.

¿Quién es un Tzadik?
Un judío o un justo de las naciones que ha llegado a un punto de su vida donde ha
superado las pruebas del camino que le fueron impuestas, renuncia completamente a sus
propios deseos y aspiraciones humanas y vaciándose de su propia voluntad, sirve
exclusivamente a los propósitos eternos de Di-os, agrandándole en todas las cosas y
viviendo siempre para hacer Su voluntad, como está revelada en las Escrituras. Un tzadik
no es una persona perfecta. Solo Di-os es perfecto en el sentido estricto del término. Pero
un tzadik es una persona que busca la perfección y su meta es ser perfecto en su nivel
como Di-os Altísimo, bendito sea, es perfecto en el Suyo.
Podemos compararlo a un joven hoy que decide ser un atleta profesional y una estrella en
el mundo del deporte y renunciando a todo, lo demás se dedica a entrenar, practicar día
tras día, concentrándose solamente en aquello que le llevará a la cima de su sueño, y
mientras los demás pasan el tiempo en cosas triviales, él los dedica al entrenamiento y el
cultivo de sus máximas posibilidades físicas hasta que finalmente alcanza la cima. De la
misma manera, estos varones de Israel e incluso, conversos sinceros, dejándolo todo,
pusieron sus manos en el arado, y sin mirar atrás, dedicaron sus vidas a conocer al Eterno,
Sus caminos, Su gloria, Su poder, Su Majestad y Su unidad.

Un tzadik de este nivel, está dedicado al Eterno en todo momento, a toda hora, en cada
circunstancia. Para ellos, los mejores manjares de este mundo no constituyen una
atracción. Ni las mejores ropas, ni la búsqueda de las comodidades modernas. Cuando ellos
comen, es solamente para dar energía a sus cuerpos con los cuales puedan seguir adelante
en su tarea. Su verdadera comida es hacer la voluntad de Di-os, eso es lo que nutre sus
almas y las eleva por encima del resto. En conocer a Di-os está su delicia suprema.

Tal demanda ha sido alcanzada, pero no por muchos. Aunque todos somos llamados, pocos
son los escogidos. La autodisciplina que se imponen y los niveles de consagración al Eterno
que les llena el corazón, constituyen el secreto de su elevación espiritual.

Y esta es una de las misiones del Maestro, hacer tantos tzadikim como pudiese. De ahí sus
palabras: “Si alguno quiere ser mi discípulo, niéguese a sí mismo, tome su vara y sígame”.
¿Para qué seguirle? Para educarles a fin de que llegaran a los niveles de un tzadik. El
Maestro quería reproducirse en ellos, que vinieran a ser como él. Y precisamente esa es la
meta, como está escrito[1]: “Hasta que todos lleguemos… al nivel de un tzadik (varón
perfecto) a la estatura de la medida de la plenitud de Mashiaj”.

La oposición del camino, el mejor aliado del tzadik para elevarse.


Como ha sido ensenado por el Maestro y sus discípulos, “el espíritu está dispuesto, pero la
carne es débil”. Esto significa que cada persona, después que nuestros padres comieron del
fruto prohibido, viene a este mundo con dos almas, o inclinaciones activadas y en
oposición: un alma bestial, que opera en el cuerpo y un alma celestial que opera en el
espíritu. El alma bestial, “lo animal en nosotros”, es vista como “la carne” o la
“concupiscencia” o “el poder del pecado que mora en mí”, o “mente (hombre) carnal”,
etc., todo lo cual expresa el mismo concepto. Pero el hombre interior, es decir, el alma
celestial, el espíritu del aliento divino que fue puesto en nosotros, tiene sed de Di-os, del
Di-os vivo. Ella no tiene descanso hasta que se une con la Divinidad. Ella no experimenta
reposo, hasta que vive para Di-os, haciendo Su voluntad y deleitándose en Su gloria.
Ahora bien, el Maestro habló de tres niveles que se dan en el servicio al Eterno. Usando
una figura del lenguaje, afirmó que “la buena semilla que cayó en buena tierra”, da frutos,
a 30 a 60 y 100 por uno[2].

Esto podríamos tomarlo como representativo de tres niveles de perfección diseñadas para
los tzadikim. El que alcanza el nivel de 30, es el nivel mínimo de un Tzadik. El que alcanza el
nivel de 60, es un nivel por encima del medio; y el nivel mayor o superior, 100 % de servicio
y entrega al Eterno.

Siendo que el secreto del Tzadik está en su capacidad para anular la fuerza de la mala
inclinación en él, Pésaj es una terapia precisamente para ayudarnos en ese propósito. Si
aprovechamos la energía extraordinaria de esta fiesta y si nos esforzamos tanto como
podamos en cumplir lo mejor posible todos los mandamientos positivos y negativos
relacionados con esta fiesta, podrías salir de ella elevado a un punto donde podamos ser
tenidos por dignos de ser considerados como tzadikim por el HaKadaosh Baruj Jú.

¿En cual de ellos te encuentras? ¿En cuál te gustaría entrar? Según tu esfuerzo, será tu
recompensa. Que el Eterno nos ayude a todos a usar la fuerza de esta fiesta para elevarnos
y purificarnos, para superar las debilidades del camino y hacer sendas derechas para
nuestros pies y que haciéndolo así, adelantemos el retorno de nuestro justo Mesías, pronto
y en nuestros días. Amén v’Amén.
[1]Efesios 4:13
[2] Matay 13: 23

Preparándonos para pesaj


En los albores de la festividad de Pésaj, quiero incluir esta historia que nos viene de la
España antigua, la España que hizo a los judíos de Sefarad, cristianos a la fuerza y los obligó
a vivir con doble identidad, una en la calle y otra en la casa, a escondidas.

La Inquisición española, bajo la bandera del Cristianismo y en nombre de “Jesús” procuraba


eliminar todo vestigio de “infieles” entre los cuales estaban nuestros ancestros judíos
sefarditas.

El protagonista de esta historia, José Manuel Rojas y Mejía, nos explica del origen de estos
apellidos y la relación de su familia con la sagrada línea sacerdotal y levita (Cohen y Leví) de
donde procede la historia. Aquellos días no eran como los nuestros. Los marranos, así
llamaba la Iglesia a los ”nuevos cristianos” de origen judío sefardí, tenían que santificar
Pésaj a escondidas y con peligro de sus vidas.

Y lo hicieron buscando en todo momento, acercarse a las costumbres ancestrales sefardíes


más puras. En esta historia aprendemos de esas costumbres que ellos tenían para entonces
como previo a Pésaj a) Ir a un río y golpear las aguas, b) marcar las jambas (marcos) de las
puertas con sangre de cordero, c) asar cordero para la cena entre otras.

Hoy no tenemos que escondernos para santificar Pésaj, pero ellos sí y en su memoria, pido
a todos que esta pequeña historia no la dejen fuera en la Hagadá pues como anunció el
profeta, “Vienen días cuando no se dirá más, Bendito es el Eterno que hizo subir a los hijos
de Israel de la tierra de Egipto, sino (que se dirá): Bendito es el Eterno que hizo subir a los
hijos de Israel del Norte y de todas las tierras adonde los había arrojado..” (Jer. 16:14ss.).

Y que al leer esta historia que nos viene tan cercana y nos toca el alma sefardí tan
profundamente, hagamos votos por continuar adelante con nuestra davídica tarea de
buscar las ovejas perdidas de la Casa de Israel que aun siguen al falso Jesús de la
Inquisición y viven aprisionados dentro del Cristianismo formado en su nombre que es una
completa desviación, falsificación y corrupción de la vida y enseñanza de nuestro justo
Mesías.

Que al hacerlo así perfeccionemos el gran Tikún generacional que el Cielo nos ha confiado
y que cumplamos con alegría y sacrificio supremos, si fuera necesario, la noble tarea de
rescatar a nuestro hermano que ha sido secuestrado por las fuerzas de las Kelipot impuras
que aun pululan en el mundo. ¡Am Israel Jai!
Dan ben Avraham

Pascua Marrana
Hoy es el día 16 de la luna nueva de marzo. El pastor del alba está alto todavía, los ruidos
de la noche aun son susurros que explotarán al amanecer. Yo, Don José Manuel de la Santa
Trinidad Rojas y Mejías, contemplo la noche que está pariendo el día de la pascua hebrea.
Mi nombre no es una casualidad, ya que arrastro los que fueron impuestos a los cristianos
nuevos, más el Rojas, que es una inversión de las letras de SAJOR (negro en hebreo) y
Mejía, que es una derivación de Mashiaj (Mesías), pero esto es algo muy oculto y muy
privado, caso contrario la desgracia caería sobre mí y sobre mi amada familia. Pertenezco a
los llamados “marranos” por la santa iglesia y debo hacer todo lo posible por demostrar mi
devoción cristiana. De hecho mi hermano Fray Pedro apóstol Rojas y Mejías es sacristán y
quien más se ha sacrificado, ya que no solo debe vivir una vida de hipocresía y negación de
su fe, sino que se ha condenado a ser un tronco sin gajos ni simiente, para “honor” de su
iglesia. Hoy deberé concurrir a misa con los míos y veré a mi hermano cuando coloque la
hostia en nuestras bocas, sabiendo que lo hacemos empujados por las circunstancias, ya
que en ello se nos va la vida.
Luego Pedro vendrá a lomo de burro hasta la finca, y juntos en la ribera del río,
golpearemos las aguas con varas de sauce, recordando a nuestro patriarca Moisés en el
desierto. No sé bien por qué hago esto pero hay algo muy profundo en mi que me lleva a
hacerlo. Quizá fuera el respeto a mis mayores. Pero no. Es algo que surge por mí más que
por ellos, por amor más que por compromiso.

Tengo una finca donde hago salado y curtido de cueros. Como es mucho el personal que
requiero, soy habitual en los remates de esclavos. Allí mi servidor, el mulato Lucas, de
quien nadie podría sospechar origen marrano (de hecho no lo tiene), se acerca a revisar a
los pobres descachados y cuando simula inspeccionar boca y oídos les dice en voz baja el
“Shemá Israel” (Oye Israel) a lo que muchos responden atónitos y embargados por la
emoción. Estos son los esclavos que compro para mi hacienda y en especial los traídos de
Portugal y Brasil, si responden positivamente a la contraseña.

Hoy, noche de pascua, todos esos “esclavos” que trabajan conmigo saben que serán
liberados de compromiso alguno, pues después de relatar sobre nuestra esclavitud en
Egipto, diremos: ¡ahora somos libres!, aunque sé que no lo somos aun. También “compro”
grupos que los piratas venden sin pasar por mercado alguno, y estos son los sospechosos
de judaizantes que eran llevados frente al Santo Tribunal de España y los corsarios
capturan en alta mar. Para poder afrontar estas “compras”, me ayudan los miembros de la
familia Sacerdote (Cohén) y Ivel (Inversión de las letras Leví) quienes están en igual
condición que yo.

Durante la semana quemamos mucha harina en los hornos para que nadie sospeche que
no comeremos pan. Mi esposa “deslizó” entre tantas horneadas unas pocas tablas de “pan
flaco” que retiró sin ser vista y guardó celosamente en el sótano de la casa, a fin de tener
Matzá (pan ázimo) para la noche.

Yo me ocupo personalmente de la “carneada” de corderos para lo cual elijo animales sin


defecto alguno, tomo cuchillos sin mella y después de despostar, pongo la carne en agua y
en sal sin olvidar “como al descuido” salpicar los cuchillos sangrantes sobre las jambas de
las puertas como hacían mis antepasados. Quisiera acompañar esto con las bendiciones
apropiadas, pero nunca las supe. Espero mis ruegos igual sean oídos.

Ya se acerca la hora de la cena. Pedro busca en el doble fondo de la capilla un libro muy
antiguo que yo no sé leer, pero mis hermanos sí y a su vez enseño a mi hijo a hacerlo. Yo
mando a Lucas al aljibe y con el pretexto de echar cal, baja con la hamaca hasta la segunda
calzadura donde hay oculta una copa labrada, un manto de oración y pequeños solideos
con la estrella de David. También un pedazo de pergamino que hallé en un viejo arcón
familiar y como creo está escrito en hebreo lo oculté hasta tanto me lo tradujeran. Bajo al
sótano. El olor fuerte de los “cueros” y el “charqui” me impregna la nariz y la tabla de salar
está cubierta por un mantel de lino blanco, la copa refulgente llena de vino y el pan de la
pobreza frente a la silla de cabecera.
Todos tenemos miedos y angustias, mi hermano Pedro está transformado, le brillan los
ojos que está llorando, mi hijo mayor con un solideo rojo me mira con amor y temor.
¡Ay hijo! Si pudiera protegerte del riesgo al que te expongo. Pero se que no puedo, con lo
cual me asalta la culpa. Esta se desvanece al oír palabras que no entiendo, pero con una
melodía que despierta en mí, recuerdos de experiencias que no viví.

Mi hijo se levanta y canta unas pocas frases en lengua extraña para mi y mis invitados. Sin
embargo, al oírlas todos rompemos a llorar. Mi hermano, hoy sin su crucifijo parece librado
de un yugo opresor, se levanta, me cubre con el viejo chal (manto de rezo o talit) a franjas
que ignoro a quién perteneció. Pero al envolverme en el siento una calidez extraña en todo
mi ser. Di’s Todopoderoso, ¿por qué no podemos sentir esto siempre? ¿Por qué debemos
mentir diariamente sobre nuestra fe? ¿Cuántos de nosotros seguiremos Tus caminos y
cuántos se alejarán para siempre de Tu senda? Quiera Di´s pudiera ver un futuro poblado
de hermanos que se manifiestan libremente como hebreos, hijos de Tu pueblo elegido”.

Nos invade el silencio. Todos lloramos en esta fiesta, que debería ser de alegría por la
libertad lograda. Pido a mi hermano sacristán que me traduzca el viejo pergamino. Lo
despliega y con dificultad lee las letras que el tiempo borra. Pero su contenido resalta y con
esfuerzo lee en alta voz… Avadim abinu veatá Benei jorim, Baruj Atá Adonai Elohenu
Sheejeyanu Vekimanu Vehiguianu lazman Hazé.. (Esclavos fuimos y ahora somos libres.
Bendito Seas que nos permitiste vivir para llegar y acercarnos a este momento…)
Quiera Di-s que en un futuro no lejano, mis hijos y los hijos de ellos puedan vivir una
pascua en libertad, tan sentida como esta “nuestra pascua marrana”.

Nota: Al terminar de leer esta historia, añadir:


“Bendito sea el Eterno, nuestro Di-s, Amo del Universo que nos ha redimido de las
prisiones del cristianismo, de la influencia del falso mesías romano y nos ha traído con
amor bajo las Alas de Su Shejiná y nos ha dado lugar de honor de nuevo junto a nuestro
noble pueblo Israel.

Que esta historia y la nuestra, sea una fuente de expiación para borrar el dolor de nuestros
antepasados que fueron obligados a practicar una fe extraña y ajena a nuestro pueblo. Que
la lectura de esta historia proporcione el mérito de ver prontamente el retorno de todos
los hijos e hijas de Israel aprisionados y oprimidos en los sepulcros de las naciones. Y
digamos Amén”.

Cada festividad es una terapia para el alma y Pésaj no es la excepción. En los días de Pésaj
trabajamos en nuestro carácter poniendo énfasis en la humildad y la gratitud.

Cuenta el Rabino Yosef Ovadía shelita (que en paz descanse), que un día un rey salió de
caza con sus ministros a campo abierto y de repente encontró un jovencito que tocaba la
flauta con muchísima habilidad y gracia. El rey se acercó al joven para dialogar con él y lo
hallo pleno de inteligencia por lo que decidió llevarlo a palacio. El chico fue escalando
posiciones poco a poco hasta convertirse en ministro del tesoro real. Fue muy apreciado
por el pueblo por tratarse de una persona mansa y con mucha sensibilidad que procuraba
siempre el bien del pueblo, sobre todo con el tema de los impuestos. Esto causó la envidia
de muchos otros ministros y comenzaron a levantarle calumnias incluyendo la de robar del
tesoro real. El rey no tuvo otra opción que abrir un caso e investigar el asunto. Solicitado
ante el monarca para rendir cuentas de sus funciones, el joven respondió las preguntas y
expuso claramente su inocencia.

Sin embargo, el ministro de justicia, su enemigo personal, le pidió al rey ir junto con los
demás ministros a la casa del joven ministro acusado inocentemente de sustraer fondos
del Palacio, para realizar una visita de forma sorpresiva y hacer una revisión de la misma.

El rey aceptó la propuesta e inmediatamente todos, junto al mismo dueño de la casa, se


dirigieron a la morada del joven acusado y comenzaron a revisarla. Se encontraron con una
vivienda simple, rectada y que no presentaba de bienes o adquisiciones que hubieran
requerido grandes sumas de dinero como sus acusadores habían avisado. Repentinamente
alguien se encontró con una habitación cerrada con llave. Al interrogarlo sobre el
contenido de la misma, el joven ministro acusado le explicó que no tenía allí nada de valor,
solamente asuntos personales que tenían un gran significado sentimental para él por lo
que rogó que no la abrieran.

El rey ordenó abrir la puerta y el acusado no tuvo más opción que obedecerlo. Y así lo
hicieron. Para sorpresa de todos, vieron que dentro no había sino un modesto bastón, un
morral y la vieja flauta que solía tocar cuando era pastor. Ante el estupor del rey y de los
que habían venido para “pillarlo con lo robado”, el joven funcionario explicó al rey por qué
guardaba aquellas cosas con tanto esmero. “Su majestad, dijo el joven acusado, desde el
día en que me sacaste de aquellos campos siendo un simple pastor de ovejas y me elevaste
a tu palacio, no me enorgullecí ni permití que me ganara la soberbia. Cada día entro a esta
habitación y toco la flauta por unos minutos para recordar mi antigua situación y no
enorgullecerme del prestigio y honor que ahora disfruto gracias a su benevolencia”.

Cuando el rey oyó esto, se emocionó, lo abrazó y lo besó y esto causo también que los
demás ministros, incluso su enemigo declarado, le tendieron la mano y se disculparon.

La tradición afirma que el rey David (que en paz descanse) imprimió una moneda que fue
conocida en el mundo antiguo, donde tenía grabada por un lado, la torre de David y por el
otro, la imagen de un morral y un bastón. Y así mismo se cuenta que Mordejai imprimió su
moneda con una corona de oro en una cara y el saco de cenizas que llevó por muchos días
en la otra. La enseñanza es evidente: Ellos no se olvidaron que Di-s es el único que tiene
poder para levantar y rebajar, para enaltecer y humillar y por tanto, aun cuando el Eterno,
Bendito Sea, los llevó a ambos a la cumbre, no dejaron que los invadiera la soberbia y la
arrogancia.
Pésaj siempre nos debe recordar que todo lo que tenemos lo debemos a El, la fuente de
donde proviene toda buena dádiva y todo don perfecto. Pésaj nos recuerda que la
Salvación no es de Moisés, ni siquiera del Mesías, la Salvación es de D-os y ellos son sus
siervos justos que sirvieron de instrumento útil en Sus manos para darnos la redención
prometida, pero todo viene de Di-s Altísimo y “no puede el hombre recibir nada si no le es
dado del Cielo”.

Dada que la gloria fundamental del hombre está en tener el honor de conocer íntimamente
a Di-s Altísimo, solamente un candidato de profunda piedad personal con un refinamiento
personal elevado califica. El orgullo, la vanagloria y la ingratitud, pensando que todo lo que
tenemos y somos y lo que podemos alcanzar y ser está exclusivamente en nuestras manos,
son toxinas espirituales que entorpecen alcanzar la meta principal del hombre.
Necesitamos entonces ciertas terapias permanentes para ayudarnos a purificar nuestro
carácter y ennoblecer nuestro espíritu en la disciplina de la adquisición de los atributos de
humildad y modestia. Es por eso que tenemos Pésaj, una terapia para el alma donde
tomamos conciencia de anularnos a nosotros mismos, como anulamos la levadura (jametz)
en nuestras casas, que es una alusión a la eliminación del jametz en nuestras propias vidas.

De hecho, el nombre del festival, Jag HaMatzot, el pan ázimo, nos es dado para que
recordemos los días cuando fuimos esclavos, cuando se nos alimentaba solamente con pan
barato, el pan de los pobres, de tal manera que con los bienes y bendiciones de hoy , no se
nos suban “los humos a la cabeza”.

¿Estás listo para la gran terapia de humildad y modestia que nos trae Pésaj?

Está escrito que el cordero de Pésaj debe ser rostizado (asado). Por lo tanto ninguna otra
forma es aceptable. En los días de Yeshua, se tomaba una madera especial que no echaba
sumos al calentarse, y se atravesaba el animal ya listo ceremonialmente y se le daba vuelta
sobre llama. No se permitía usar un pedazo de hierro porque al calentarse, cocinaba al
animal por dentro y era invalidado.

Había que usar una madera especial que no dejaba salir su savia mientras se rostizaba el
animal porque si echaba líquidos, se cocinaría, no asaría, y esto invalidaría el
mandamiento. Matzá y Maror puede ser traducido como pan sin levadura y hierbas
amargas y forman parte central de la comida para korbán Pésaj. Aunque hubo disputas
entre Shamai y Hillel, la Halajah siguió la decisión de Hillel y por tanto hoy día lo hacemos
según Hillel.
Shamai decía que había que comerlo cada cosa separadamente. Hillel que debían juntarse
(en forma de un bocadillo hoy día). Shamai afirmaba que debían comerse separadamente,
porque en ciertas condiciones los mitzvot se “neutralizan unos a otros”. Según Hillel,
debido a su naturaleza, los mitzvot “no se neutralizan unos a otros”, mas bien se
fortalecen. Shamai decía, “Si lo comemos juntos, el sabor fuerte de las hierbas amargas,
neutraliza el sabor débil del Matzá y por lo tanto no es contado como mitzvá”, es decir,
como si no hubiéramos comido Matzá. Hillel razonaba[1]: “Desde que hay varios
significados en la mitzvá de korbán Pésaj, al juntarlos, todos se cumplen y no se neutralizan
unos a otros”.

La cantidad mínima de Matzá y maror que debe ser comida para cumplir la mitzvá es de un
kasayit (tamaño de una aceituna). La hora límite ha sido determinada hasta la media
noche. Algunos jueces determinaron que podía ser hasta el alba, pero a fin de poner una
cerca alrededor del mandamiento y evitar que alguien se quedase dormido y le
sorprendiese el día sin cumplir el mandamiento, se decretó que el seder de Pésaj debe ser
cumplido antes de la media noche.
Por lo tanto, luego de la media noche, no se considera un cumplimiento del mandamiento,
desde el punto de vista de la Halajah. Es importante conocer este principio de la Ley Judía:
Todos los sacrificios tienen un tiempo para ser cumplidos, más allá del cual no es válido. En
el caso del korbán Pésaj, por su característica única, demanda de aquellos que intentan
participar de ella o recordarla, que sean cuidadosos de su cumplimiento apropiado con
relación al tiempo de su obediencia.

Por ejemplo, cualquiera que coma korbán Pésaj antes del 14 de Aviv, viola el
mandamiento. Y cualquiera que prepare el korbán Pésaj luego del 14 de Aviv, viola el
mandamiento. La comida de Pésaj es en la noche, no en el día, porque está así establecido
en la Torah: “Los hijos de Israel santificarán Pésaj a su tiempo” (Bemidbar 9:2). Basado en
esto, la Halajah[2] establece el siguiente principio: “Cuando un mandamiento negativo es
derivado de uno positivo, la persona que transgrede el negativo es considerada como si
hubiese violado también el positivo”.

“El primer mandamiento negativo establece la prohibición de hacer el sacrificio de Pésaj


mientras uno está en posesión de jametz. Esto se deduce de Shemot 23:18. Desde el punto
de vista de la ley judía[3], “Uno que degüelle el sacrificio de Pésaj mientras está en
precesión de jametz, viola un mandamiento negativo” De esto aprendemos que santificar
la memoria de Pésaj y la memoria de Mashiaj teniendo jametz escondido en nuestras casas
espirituales, viola un mandamiento negativo.

Rabino Shaul dirá luego: “Juicio come y bebe para sí… por lo cual hay muchos debilitados y
muchos duermen”.

Esto es debido a la santidad única de Pésaj, que al igual que la ofrenda por el pecado, su
violación es sancionada con karet, ex comunicación, destrucción o debilitamiento del alma.
Por otro lado, este mandamiento aplica de forma unánime tanto al que sacrifica el animal,
como al que tomaba su sangre y la salpicaba sobre el altar, como el que tomaba alguna
parte en el manejo de la ofrenda, incluyendo las personas que se reunían para comer el
sacrificio de Pésaj.

Cualquiera persona relacionada con ese sacrificio que estuviere en posesión de jametz,
para el momento que el sacrificio era ofrecido, era culpable de violación de este
mandamiento y sujeto a la sanción de karet (exclusión) o azote (debilitamiento). Ambas
cosas fueron mencionadas por Rabino Shaul en el comentario de arriba. La Ley Judía, para
proteger al ciudadano de incurrir en esta violación y exponerse a este castigo, demanda
que cada miembro de la Casa de Israel, en el tiempo oportuno, que proponga en su
corazón sacar todo jametz de su casa y de su posesión, hasta donde él tenga conocimiento.
Por otro lado, aun cuando alguien incurra en la violación de este mandamiento negativo,
tal violación no descalifica el animal para el sacrificio, solamente descalifica a la persona.
En otras palabras, nuestro pecado no anula la santidad de la ofrenda. Esto se deduce del
hecho que la Torah llama a Pésaj: Mi sacrificio, por lo tanto, “es la víctima de Pésaj de
HaShem”, de ahí que la santidad de Pésaj no es afectada por la pecaminosidad del hombre.
Esto pareciera estar en contradicción con una mishná que afirma[4]: “Cualquier cosa que
uno hace que la Torah
ha dicho que no sea hecha, lo que uno hace se descalifica, no tiene efecto”.

¿Cómo entonces explicar que sacrificando Pésaj poseyendo jametz, lo cual la Torah
prohíbe, no descalifica la acción y Pésaj se mantiene válido?

La razón es que en el caso de Pésaj, debido a su santidad única y debido al hecho de que es
visto no como el sacrificio del hombre, sino como el sacrificio u ofrenda (korbán) de
HaShem, no aplica el principio previo, pero descalifica a la persona, no el korbán, que no es
de la persona, sino de HaShem.

La eliminación del Jametz es parte importante de la preparación del festival de Pésaj, eso
será el tema de la próxima clase.

[1] Para un estudio completo de estos debates entre la Casa de Shamai y Hillel, vea Talmud
en Pesajim y Zevajim. También vea Baruj Tam responsa, Yeshuot Yaakov, Torah Jesed,
Kesav Sefer, Oraj Jaim y la responsa de Divrei Yisajar sobre Pesajim y Zevajim.

[2] Pesajim 41b


[3] Pesajim 63ª
[4] Shaar HaMelej, Korban Pesaj 1:5

Leyes de Jametz
Con respectos a las leyes de Jametz, tenemos que tener cuidado con espiritualizarlas tanto
que nos aislemos emocional y espiritualmente del mundo, cayendo en el mismo error de
los que piensan que separándose físicamente del mundo y yéndose a un desierto y
viviendo una vida monástica tendrán mucho más éxito en vivir en kedusháh. Al discutir las
leyes de Jametz y Matzah, relacionados íntimamente con el moed de Pésaj, aprendemos
que es la voluntad del Eterno que entendamos bien la manera cómo debemos vivir los
hijos e hijas de Israel. En otras palabras, debemos cuidarnos de excluirnos tanto de los
demás que nos hagamos un desierto para nosotros mismos, pensando que tendremos así
mejores oportunidades de no pecar contra el Eterno. Esto es incorrecto porque al
momento que asumimos esa posición, mental y eventualmente, física, nuestra obediencia
no tendrá la riqueza de aquella que viene como resultado de la elección del camino
tipificado por el Matzá, entre varios caminos, incluyendo el jametz y lo que representa. Es
cuando uno vive junto a (no revuelto con) los demás, trabajando con ellos, luchando con
ellos, sufriendo con ellos, haciendo negocios con ellos y exponiéndose a los mismos
problemas que ellos, enfrentando las mismas tentaciones y debilidades que los que me
rodean, es decir, exponiéndome a ser jametz, y no obstante mostrándome obediente a la
Torah, es decir, buscando siempre ser Matzá, que la luz fluye de nosotros y los hombres la
ven y glorifican a nuestro Padre que está en los cielos. Debemos siempre recordar que el
Matzá está hecho de una sustancia que tiene el potencial de ser jametz, sin embargo, por
las leyes de Pésaj, es preservada de ser jametz para cumplir con el mandamiento de korbán
Pésaj.

Entre las Leyes de Jametz podemos destacar siete pasos, que son los siguientes:
1. Búsqueda del Jametz
2. Anulando el Jametz
3. Eliminando el Jametz de tu posesión.
4. Deshaciéndote del Jametz
5. Derivando beneficios del Jametz
6. Mezclas que pueden contener Jametz
7. Vendiendo el Jametz en la posesión de uno.

Leyes de Jametz.
Las Escrituras nos piden que no tengamos jametz en nuestra posesión durante Pésaj y el
resto de los 7 días de los panes sin levadura. Jag Hamatzot. Dice la Torah: “Siete días
comeréis panes sin levadura y así el primer día causaréis que no haya levadura en vuestras
casas, porque cualquiera que comiere leudado desde el primer día hasta el séptimo, será
cortado de Israel… Y guardaréis la fiesta de los panes sin levadura…” (Shemot 12:15,16).
Desde que el korbán Pésaj hay que comerlo con panes sin levadura (matzot) se sigue que
cuando el 14 de Aviv arribe, no podrá haber jametz en nuestra posesión. La Torah dice: “Y
aquella noche comerán la carne asada al fuego y panes sin levadura con hierbas amargas lo
comerán” (Shemot 12:8). Esto nos lleva al concepto de Bedikat Jametz, “Búsqueda del
Jametz”.

Desde el punto de vista de la Halajah, jametz es todo grano sujeto a fermentación en


cualquier forma. Por extensión, cualquier cosa que esté fermentada, aun sin ser grano,
podría ser considerada jametz. Esto tiene que ver con sólidos y con líquidos. Por ejemplo,
una camisa “almidonada”, es considerada que contiene jametz. Una bebida fermentada,
(cerveza, vino, etc.) es considerado que contiene jametz. Desde el punto de vista de la
Torah, eliminando cualquier cosa comprendida dentro del concepto jametz, cumple el
mandamiento bíblico.
Los amoraim[1] llegaron a la conclusión de que basta que una persona diga: “Me propongo
que no haya jametz en mi posesión para korbán Pésaj”, ha cumplido con el precepto de la
Torah.

Sin embargo, el concepto de “bitul” (renunciación y anulación mental) depende mucho del
grado de luz y estado mental de la persona al momento de confesarlo y ante el temor de
que una persona estuviera haciendo algo mecánicamente, sin tener plena conciencia de fe
de lo que hace podría acarrear sobre sí juicio en vez de bendición, los jueces establecieron
una cerca alrededor de este mandamiento a fin de proteger al pueblo de violar la Torah.

Además de esto, uno pasa todo el tiempo comiendo jametz y de pronto llega toda una
semana donde jametz está prohibido. Esto significa que no estamos acostumbrados a vivir
sin jametz y tal costumbre podría llevarnos a pensar que no es tan importante, después de
todo, que nos deshagamos de cada partícula de jametz y entonces violemos el
mandamiento por nuestra negligencia.

A fin de proteger el pueblo de violar el mandamiento, los jueces decretaron que era
importante establecer estas ordenanzas para ayudarles en el cumplimiento del
mandamiento que dice: No será hallado jametz en tu posesión. Esto es lo que explica la
halajah que establece que el jametz no debe ser ni visto ni estar presente en tu propiedad
(en tu casa mayoritariamente) durante los 8 días de fiesta (1 día por korbán Pésaj y 7 días
por Matzot, panes sin levadura). Estas dos cosas actúan como un muro de protección de
violar el mandamiento que dice: “Guardaréis la fiesta de panes sin levadura” (Shemot
12:17). Este mandamiento vino luego de anunciar que Pésaj debe ser comido sin jametz
(12:8), por lo tanto, aquí los jueces han interpretado que está presente el principio de
bedikat Jametz (Búsqueda del Jametz).

Por supuesto, desde los días de Shamai y Hillel, grandes controversias existieron acerca del
tema. Recordemos que la Torah no demanda la búsqueda del jametz, sino su eliminación.
Pero los jueces interpretaron que es imposible eliminar el jametz si primero usted no lo
busca y lo detecta. ¿Cómo vas a echar fuera algo si no lo buscas donde esté visible o
escondido al ojo?

Por lo tanto, el mandamiento de buscar jametz es una derivación lógica del mandamiento
bíblico. Ahora bien, una vez que lo hemos encontrado, ¿cómo podemos estar seguros que
lo hemos eliminado? Los jueces antiguos determinaron que la mejor forma de eliminarlo es
quemándolo, específicamente todo aquello que pueda ser quemado. A los efectos de sacar
todo el jametz en la posesión de uno, es costumbre en Israel que al menos el día previo al
14 de Aviv, la mujer limpie bien su casa. Algunas lo hacen varios días antes, para ir por
partes. Es el tiempo de limpiar, arreglar, pintar, y dejar todo listo para korbán Pésaj.
Como eso requiere tiempo, los preparativos deben comenzar tan pronto se acerca Aviv. Y
como el 1ro. de Aviv es año nuevo para nosotros, entonces para recibir el nuevo año
debemos prepararnos para limpiar bien la casa, comprar las cosas nuevas que haya que
comprar, arreglar lo que haya que arreglar, y pintar todo lo que sea necesario de tal
manera que embellezcamos el mandamiento según la capacidad y recursos de cada uno.

Es creído que cuando un hijo de Israel por su amor a HaShem se propone guardar Sus
mandamientos, es asistido por los malajim que vienen en su ayuda para sostenerlo y darle
las fuerzas. ¿Cuántos malajim entran en acción para el festival de Pésaj? ¿Cuántos malajim
entrarán en tu casa estos días mientras te esfuerzas en cumplir los mandamientos del
festival de nuestra redención? Depende de ti

[1] Pesajim 4b

“¿Cuándo debemos “buscar el jametz”?La noche antes del comienzo del 14 de Aviv,
porque es el 14 de Aviv cuando marca el tiempo para korbán Pésaj, cuando ya no debe
existir jametz en posesión. La búsqueda del jametz está relacionada con la raíz verbal que
aparece en Breshit 44:12 donde aparece el término “Vayejapes” (de “Jipus” buscar). Luego
el profeta, haciendo una alusión a esta “búsqueda”, usó la figura de una lámpara o
linterna. Dice el profeta Tzafaniah (Sofonías): “Acontecerá en aquel tiempo, que yo
escudriñaré a Jerusalén con linterna…” (1:12). De esto, los jueces determinaron que la
mejor manera de inculcar en los hijos la búsqueda del jametz es la noche antes del 14 de
Aviv, con una luz (vela, linterna, etc.) y buscar por toda la casa el jametz. Es costumbre que
la mujer deja aquí y allá, ex profesamente algunos granos de jametz para que sea
encontrado y se haga luego el bitul jametz (declaración de que no hay jametz) y el biur
(eliminación por quemadura del jametz, como en la foto que encabeza este artículo).
Eliminando el Jamez
La Torah dice: “No será visto contigo nada leudado ni levadura en todo tu territorio”
(Shemot 13:7). Esto incluye tanto el jametz tuyo como el de tu hermano, porque algunos
dicen que si no es tuyo, puede ser visto, lo cual es contrario al espíritu de la Torah.Esto es
importante porque algunos, jugando a Halajah, establecen que desde el momento que
usted hace Bitul Jametz (Renuncia mental al Jametz), ya lo que tengas de Jametz no te
pertenece legalmente, pues renunciaste a eso, y por lo tanto, aunque tengas Jametz, no
violas el mandamiento, porque ya no es tuyo.

La Torah especifica que ni el jametz de uno ni el de cualquiera, el texto claramente afirma:


“No se verá contigo nada leudado”, sea de quien fuere. Por lo tanto cuando uno hace una
confesión por la cual se causa que algo cese su efecto legal (bitul) casi siempre incluye la
renuncia de propiedad.
Bitul es un concepto extraordinario en Pésaj
Significa que uno, sincera y conscientemente nulifica la presencia de jametz y que no desea
que esté más ante sus ojos ni en su propiedad. El concepto de Bitul aparece en Vayikrá
2:13 que dice: “Y no excluirás (no nulificarás) la sal del pacto…” Onkelós tradujo Vayikrá
2:13 así: “ Y no causarás que sea nulificada la sal…” Esto implica dos cosas: Primero: retiro
voluntario del derecho de propiedad sobre lo que he hecho la renuncia. Segundo:
Remoción del objeto renunciado de tu propiedad. Al momento que tu renuncias a la
propiedad de algo, ese “algo”, no tiene por qué estar más en tu poder, puede ser movido
de tu territorio.

Si lo dejas en tu territorio, tu renuncia podría ser objeto de tropiezo para tu alma pues
podrías tomarlo de nuevo haciendo que tu ¨jefker” fuese hecho en vano y serás culpable
de haber hecho un voto sin cumplirlo. Así que la nulificación del Jametz no es solamente la
intención del corazón, su deseo de que cualquier jametz sea declarado polvo y ceniza, sino
que implica también la idea de removerlo de tu propiedad físicamente hablando. Ambas
cosas están presentes en el mandamiento.

Por lo tanto, Bitul Jametz tiene la intención de protegerte de cualquier jametz que esté en
tu propiedad sin que estés consciente de ello, mientras que la remoción del jametz de lo
cual eres consciente, está incluido también por cuya razón lo remueves. Desde el punto de
vista de la Halajah, el Bitul se hace dos veces y por tanto, dos veces hay remoción del
jametz para santificar Korbán Pésaj.

Primera vez:
La primera vez, cuando llega la noche previa al 14 de Aviv o en la noche cuando el 14 de
Aviv comienza, si se usa esta noche como punto de referencia para el comienzo de la
santificación del korbán Pésaj. Antes de hacer Bedikat, se bendice:
“Baruj Atá Adonai Eloheinu Mélej Ha’Olam, asher kideshanu bemitzvotav vetsivanu al biur
jametz” (…que nos ordenó la eliminación del jametz).

Una vez que has hecho bedikat Jametz (búsqueda del Jametz) y has concluido, entonces
haces Bitul Jametz, la confesión que incluye la renuncia tuya y de tu casa. Esto tiene la
intención de no hacerte responsable de cualquier jametz no visto y no eliminado de tu
posesión.

Segunda vez:
La segunda vez que se hace Bitul es al día siguiente, después de quemar el jametz para
asegurarte que haya sido eliminado. La bendición dice: “Que haya visto y que no haya
visto, que haya eliminado o que no haya eliminado”. Debido a su importancia, esta
bendición hay que hacerla en el la lengua que uno lo entienda, porque de lo contrario, “el
espíritu se edifica, pero la mente queda sin entendimiento”. Consecuentemente puede ser
dicha en hebreo y luego se repite en la lengua vernácula que tú entiendes, excepto que al
decirlo en hebreo te sea entendible.

Si Pésaj para usted debe ser recordada el 14 en la noche, entonces su bedikat Jametz será
el 13 en la noche. Pero al momento que usted hace BITUL, usted no puede seguir teniendo
jametz en su casa para que su bitul no sea en vano. No obstante, técnicamente hablando,
usted puede tener jametz hasta un minuto antes del comienzo de Pésaj. Si usted hace Bitul
la noche antes, entonces usted tiene aun la oportunidad de comer jametz por varias horas
más. Por lo tanto, si usted hace Bitul la noche antes, asegúrese que ya no haya jametz en
su casa, ni conocido ni desconocido, ni ante la vista ni guardado. De lo contrario, hágalo al
medio día mismo previo a la llegada de Korbán Pésaj.

La noche previa a Pésaj, realizamos la búsqueda del Jametz, alrededor de toda la casa y sus
alrededores a la luz de una vela. Esta limpieza, búsqueda y anulación del Jametz incluye la
venta del jametz que deseas preservar para después de Pésaj y que ya debes haber
realizado. Mira la próxima clase donde un material específicamente ha sido preparado.

Limpieza, búsqueda y anulación del Jametz ¿Cómo hacer para limpiar, buscar y anular el
Jametz en tu casa, físicamente hablando? Se acostumbra a esconder pedazos de pan duro
(preferentemente envuelto en papel para que no esparza migas) en varios lugares de la
casa para que el que busca el Jametz los encuentre. Deben ser 10 pedazos porque diez es
representativo del todo. Tome una bolsa de papel, una vela (o linterna) y una pequeña
brocha y al anochecer, reúne a la familia y recita la siguiente bendición:

“Barúj Atá A-do-nái, E-lo-hénu Mélej Ha’Olam, asher Kideshanu Bemitzvotav, Vetzivanu al
Biur jametz”.
(Bendito eres Tú, Señor nuestro Di-s, Rey del Universo, que nos santificó con Sus preceptos,
y nos ordenó la eliminación del jametz).

Comienzas la búsqueda. Llamas a tus niños (si los tuviere) y le explicas lo que vamos a
hacer y lo invitas que te “ayude a encontrar el jametz”. Lo que se va encontrando se
levanta con la cuchara ayudándose con la pluma, que se utiliza como escobita, y luego se
coloca todo en la bolsa atándola y guardándola hasta la mañana siguiente. Después de la
búsqueda se anula el Jametz (que uno podría haber pasado por alto) y dice:

Todo jametz (cereal o masa fermentada) y levadura que se encuentre en mi posesión, que
no lo haya visto y no lo haya eliminado, y del cual desconozco su existencia, sea nulo y sin
propietario alguno, igual que el polvo de la tierra”.
Después de la búsqueda uno debe asegurarse de colocar el Jametz que se consumirá y el
que será quemado a la mañana siguiente, en un lugar seguro, para que no tengan acceso
allí los niños o los ratones y esparzan migas por toda la casa. En la mañana previa a Pésaj, a
la 5 horas del día (calculando desde el amanecer), normalmente 11:00 am, uno debe hacer
un fuego y quemar el Jametz y anularlo: La anulación dice lo siguiente:

“Todo jametz (cereal o masa fermentada) y levadura que se encuentre en mi posesión, que
no lo haya visto y no lo haya eliminado, sea nulo y sin propietario alguno, igual que el polvo
de la tierra”.

Los diez pedazos de pan deben ser quemados, y se debe decir lo siguiente durante la
quema del Jametz:

“Sea tu voluntad Eterno nuestro Di-s, y Di-s de nuestros padres, que así como elimino el
jametz de mi casa y de mi posesión, así elimines Tu todas las fuerzas extrañas que estén
operando en mi vida, purgues mi espíritu de la impureza de la tierra, erradiques nuestra
mala tendencia de dentro de nosotros y no concedas un corazón de carne para servirte en
verdad; destruye en fuego tota avaricia, codicia, malos pensamientos, malos deseos y toda
iniquidad, y haz desaparecer el imperio del mal de la tierra; y a todos aquellos que afligen y
contristan la Shejiná, concédeles arrepentimiento sincero, para que no sean eliminados
con un espíritu de destrucción y de juicio como sucedió a Egipto. Sea Tu voluntad Di-os de
Israel que todos los ídolos de la tierra sean destruidos y que solamente impere Tu Reino en
el universo. Que los méritos de Tu siervo justo Yeshua HaMashiaj, me guarden a mí y a mi
casa y a toda la Casa de Israel, Amén”.

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