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1 LA NOCIÓN DE PATRIMONIO

3.1. LA NOCIÓN DE PATRIMONIO, SUS REVISIONES Y AMPLIACIONES: DEL PATRIMONIO


HISTÓRICO-ARTÍSTICO A SU SIGNIFICACIÓN ACTUAL. VALOR, MUSEALIZACIÓN, GESTIÓN Y USO.
1.- Introducción. Concepto de Patrimonio. Sus revisiones y ampliaciones.
En 2017 el Gobierno declaró la Semana Santa, el Carnaval y la Trashumancia como manifestaciones
representativas del Patrimonio Cultural Inmaterial, por considerar que son fenómenos plurales que
configuran la identidad de España. Este concepto de “identidad” está relacionado con el concepto de
“tradición”, ya que junto a términos como “herencia” o “legado”, son denominadores comunes de las
diferentes acepciones que se atribuyen a Patrimonio cultural.
Siguiendo a Ana Macarrón, en “Conservación del Patrimonio Cultural” (Síntesis, 2008), el término
Patrimonio implica posesiones, adquiridas por herencia o por cualquier título, y afectan a los individuos o a
una colectividad. Es un concepto de Derecho Civil, que conlleva, por tanto, derechos y obligaciones al
respecto. Como expuso Francesco Messineo (1971), el Patrimonio no es sólo un conjunto de cosas sino un
conjunto de relaciones (derechos y obligaciones). El Patrimonio no se extingue con la persona propietaria, sino
que, conformado como una universalidad existencial, es transmisible a herederos y entes colectivos.
El concepto (más específico que el anterior) de Patrimonio Cultural es una categoría general que ha venido
a sustituir los antiguos conceptos de Patrimonio Artístico, Patrimonio Histórico, Tesoro Artístico o Patrimonio
Monumental.
Mª Ángeles Querol, en su “Manual de Gestión del Patrimonio Cultural” (Akal, 2010), lo define como “el
conjunto de bienes muebles, inmuebles e inmateriales que hemos heredado del pasado y que hemos decidido
que merece la pena proteger como parte de nuestras señas de identidad social e histórica”.
Algunos textos normativos del Consejo de Europa lo definen como “testigo de los vínculos del pasado y fuente
de inspiración para el futuro, constituye una aportación insustituible para la construcción de una Europa más
amplia” (3ª Conferencia Europea de Ministros responsables del Patrimonio Cultural, 1992, Malta).
La UNESCO, por su parte, dio una definición más amplia en la Conferencia Mundial sobre el Patrimonio
Cultural, celebrada en México en el año 1982: “El Patrimonio Cultural de un pueblo comprende las obras de
sus artistas, arquitectos, músicos, escritores y sabios, así como las creaciones anónimas, surgidas del alma
popular, y el conjunto de valores que dan sentido a la vida, es decir, las obras materiales y no materiales que
expresan la creatividad de ese pueblo; la lengua, los ritos, las creencias, los lugares y monumentos históricos,
la literatura, las obras de arte y los archivos y bibliotecas."
Según Mª Ángeles Querol, es imprescindible diferenciar también el concepto de Patrimonio Cultural del de
“Patrimonio Natural”, entendido aquí como “el conjunto de bienes medioambientales que no han sido
creados, alterados ni manipulados por la mano humana, sino que son producto de la naturaleza”. Son, por lo
tanto, dos tipos de Patrimonio distinto, con legislación diferenciada, diversas administraciones gestoras y un
peso desigual sobre ambos en lo relativo a la educación. A diferencia del Patrimonio Natural, el Cultural lleva
integrados una serie de conceptos de forma implícita. Estamos hablando, ante todo, de obras humanas, ya
sean muebles, inmuebles o inmateriales. El bien mueble es aquel que se puede trasladar, mientras que el
inmueble está ligado al suelo, vive en él. El bien inmaterial, por su parte, tiene que ver con canciones, bailes,
sistemas de comunicación, modos de hacer, técnicas, rituales o fiestas. Además, siguiendo las diferentes
acepciones del término de Patrimonio Cultural, todos estos bienes citados deben ser “heredados”.
2.- Del Patrimonio histórico- artístico a su significación actual.
2.1. Evolución conceptual y legislativa.
Seguimos en este punto a Mª Victoria García Morales y Victoria Soto Caba en su artículo Patrimonio
histórico-artístico y gestión de bienes culturales.
El concepto de Patrimonio ha experimentado una evolución conceptual y legislativa desde su origen. No es
algo natural o dado, sino una construcción social que se gestó en un contexto muy determinado, como es el
inicio del mundo contemporáneo.
El interés por su protección del Patrimonio Histórico viene dado desde la antigüedad. Encontramos ejemplos
en el Derecho Romano o en las Partidas medievales de Alfonso X el Sabio1, pero es opinión común de la doctrina
científica señalar el Siglo XVIII (el llamado Siglo de las Luces) como origen moderno de la legislación sobre

1 En su Fuero Real se preocupa por el estado de los bienes de la Iglesia Católica, prohibiendo a los obispos y abades vender cualquier
objeto de sus iglesias.

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Patrimonio Cultural. El Siglo de la Ilustración, es el momento en el que nace la Tutela, bajo una concepción
“moderna” donde empiezan a plasmarse algunas de las premisas que han marcado conceptualmente a los
bienes culturales (mecenazgo de la Corona). Los documentos, los monumentos y la arqueología2 empezaron
a valorarse como fuentes de conocimiento, ampliando con ello el hasta entonces estrecho concepto de
«monumento» y originando una mayor significación del patrimonio histórico artístico en el entramado social.
Es en el S. XVIII cuando se crean las Academias como instituciones responsables de los Bienes, como la Real
Academia de la Historia (1738, a la que se encomienda recoger y conservar los monumentos antiguos que
se descubrieran en el Reino con el fin de impedir su destrucción por ignorancia) o la Real Academia de Nobles
Artes (1752, que en 1873 pasaría a denominarse de Bellas Artes de San Fernando. A ella se le encomienda el
examen y aprobación de las obras de pintura, escultura y arquitectura que se realizan en los pueblos y
particulares). La lógica ilustrada tendía a la utilidad pública, lo que en el ámbito de las artes se tradujo en la
apertura de las grandes colecciones privadas a la sociedad (museos como el Prado (1819), el British Museum
(1753), el Museo Vaticano (1770), o el Louvre (1793)).
Revolución Francesa: La Revolución Francesa trajo consigo una nueva valoración del patrimonio
histórico, como conjunto de bienes culturales de carácter público, cuya conservación había que
institucionalizar técnica y jurídicamente en beneficio del interés general. Esto provocó un importante
cambio de actitud hacia las obras de arte en toda Europa: se pasó del coleccionismo de antigüedades realizado
de manera egoísta y lucrativa por unos pocos eruditos, a la nacionalización de tales objetos con el fin de
ponerlos al servicio de la colectividad. Junto al Louvre, otro museo establecido a raíz de la nacionalización de
colecciones privadas fue la pinacoteca del Prado. A partir de entonces los bienes culturales se consideraron
elementos significativos del acervo cultural de toda la nación. Una ley francesa de 1791 transmitía la necesidad
de inventariar y conservar los monumentos nacionales, aduciendo 9 razones por las que debían ser valorados;
entre ellas, su importancia histórica, su belleza estética y su interés pedagógico para el conocimiento de
las técnicas artísticas del pasado.
 Nace el concepto de Monumento Histórico Nacional: Conservación.
 Valores sociales, Instructivos y estéticos
 Uso cívico: Florecen los Museos
La consecuencia de todo ello fue una progresiva estima colectiva por el pasado y la adopción de las primeras
medidas dirigidas a garantizar la conservación del posteriormente denominado Tesoro artístico (S.XIX).
Ya en el Siglo XIX, siguiendo el modelo proporcionado por Francia, los Bienes histórico-artísticos pasarán a
la soberanía de la Nación3 a través de las diversas leyes desamortizadoras. El Estado hubo así de tomar
conciencia de la necesidad de su protección y mantenimiento, pero lo hizo en medio de una coyuntura histórica
delicada, lo que resultó en el principal problema del Patrimonio durante el siglo XIX: el deterioro, la enorme
destrucción o desaparición de buena parte del mismo (véase Guerra de la Independencia, desamortizaciones
civil y eclesiástica y las nuevas técnicas urbanísticas de ensanche y reforme en las ciudades).
No obstante, se avanza en el intento de definir el Patrimonio histórico-artístico del Estado y en tomar medidas
eficaces para su conservación: se empiezan a establecer los principios y la metodología de la disciplina. Cabe
decir que los Museos son, durante el siglo XIX, uno de los principales recursos para salvaguardar los Bienes.
Las primeras medidas de protección de los monumentos se materializan en la Real Cédula emitida en 1803.
En ella, para proteger los hallazgos arqueológicos se asimila Bien antiguo a Monumento y se enumeran
largamente toda una serie de elementos que comparten en común su pertenencia al pasado, valor que los
unifica y les clasifica como Monumentos. Casi medio siglo más tarde, en 1844, un decreto establece la
Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos y sus subordinadas Comisiones Provinciales para
hacerse cargo de los bienes desamortizados4. Por lo tanto, además de lo antiguo, se estima ahora el valor
artístico e histórico: se codifican legalmente las cualidades que desde el Renacimiento habían distinguido a
determinados Bienes permitiendo su permanencia en el tiempo.
El concepto de “patrimonio histórico” no existe, en sentido estricto, hasta este siglo XIX, cuando este
patrimonio cultural se simboliza en los llamados “monumentos nacionales”, expresión propiamente
decimonónica. En 1844 se declara Monumento Nacional la Catedral de León (el primero español) debido a

2 Ver excavaciones de Pompeya y Herculano con Carlos III.


3 Legado de la Revolución Francesa.
4 Creación del Museo de la Trinidad.

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su mal estado de conservación, con el objetivo de que el Estado interviniera en la restauración5 (ver
restauración de Matías Laviña6).
Tras establecerse qué Bienes debían ser protegidos, se hubo de acordar qué medidas podían asegurar su
permanencia en el futuro. Vemos por tanto que el siglo XIX ofrece importantes aportaciones a la historia del
Patrimonio, si bien la principal y de la que emanan las restantes es la competencia del Estado en materia
artística, aunque no menos mérito tuvo el mentalizar en la estima de los Bienes heredados tanto a la sociedad
emergente de la Revolución Industrial como al propio Estado. Riegl señalaba en su El culto moderno a los
monumentos (1903) que tal como se consideraban en su época en relación a su singularidad creadora y
capacidad documental, los monumentos mantendrían la admiración del público. El origen del concepto de
Patrimonio estuvo por tanto ligado a la investigación en torno a las Bellas Artes y la Historia del Arte.
En la primera mitad del S. XX se produjo un avance importante en la reflexión sobre los Bienes que
componen el Patrimonio histórico-artístico de la mano de los nuevos peligros para su conservación que los
amenazaron. Se hubo de replantear la justificación de su protección y se hubo de redefinir de nuevo lo que
abarcaba el concepto de Bienes para abarcar Bienes sin valor estético pero que proporcionaban igualmente
información sobre el pasado. Así, el legislador empieza a tener clara la necesidad de contar con un inventario
para conocer mejor la dimensión del Patrimonio, estableciéndose (Reales Decretos de 1 de junio de 1900 y 4
de febrero de 1902) la catalogación de Monumentos por provincias, bajo la supervisión de la Real Academia
de Bellas Artes, donde se recogerá su descripción, reseña histórica e ilustración con planos y fotografías. Nace
también en 1900 el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, apareciendo por primera vez la
Dirección General de Bellas Artes (1915).
Además en la primera mitad del siglo XX aparecen otras cuestiones que afectan a su protección, como el
turismo, por lo que se añadirán unos objetivos económicos a su gestión que llevarán a malas actuaciones pero
también a modelos de gestión eficaces.
De este contexto son las Leyes sobre Excavaciones Arqueológicas de 19117 y Monumentos Arquitectónicos
de 19158. En ellas se incide en las valoraciones significativas y materiales de los bienes que deben protegerse
(lo antiguo y lo artístico), y se introduce un nuevo principio9.
Posteriormente, se creó el Real Decreto Ley, de 9 de enero de 1923, que prohíbe a iglesias, catedrales,
colegiatas, monasterios y demás edificios religiosos enajenar obras sin autorización.
El Real Decreto- Ley de 9 de Agosto de 192610 introduce novedades en el concepto de Patrimonio Histórico-
Artístico, prevé la protección del conjunto de los bienes culturales creando el denominado “Tesoro Artístico
Nacional”. En este sentido, el Tesoro lo forman un conjunto de bienes muebles e inmuebles que deben ser
conservados “por razón de su arte y su cultura”. Se trata de una importante novedad que amplía el concepto

5 La gran restauración decimonónica verificó la recuperación de la estabilidad de un edificio que había arrastrado graves problemas
en su estructura a lo largo de los varios siglos de su existencia. Puede afirmarse que esta restauración fue una de las más complejas y
arriesgadas realizadas en Europa en el siglo xix Los minuciosos cálculos sobre la estabilidad de bóvedas, los portentosos sistemas de
carpintería armados a gran altura y los sistemas de cantería puestos en práctica para la reparación y reconstrucción de bóvedas de la
catedral de León sirvieron de modelo para la restauración posterior de otras grandes catedrales españolas, como la de Sevillao Burgos.
Pero también fueron referencia imprescindible en toda Europa para restaurar edificios que décadas más tarde resultarían dañados
seriamente en su esqueleto estructural como consecuencia de catástrofes bélicas. El elevado mérito de estos trabajos fue reconocido
en su momento, pues en el año 1881, Juan de Madrazo recibió a título póstumo la Medalla de Oro en la Exposición Nacional de Bellas
Artes por sus proyectos de restauración de la catedral de León.
6 En 1859 fue encargado por el gobierno de España de la restauración de la catedral de León que se encontraba en estado de semirruina,
siendo nombrado arquitecto director de las obras de restauración en 1859, permaneciendo en el puesto durante un periodo de diez
años.
7 La Ley de Excavaciones Arqueológicas, de 7 de julio de 1911, que regula medidas de protección y la titularidad de los hallazgos que
podrán corresponder al Estado, a las corporaciones, a los particulares y, restringidamente, a los excavadores extranjeros.
8 La Ley de Monumentos, de 4 de marzo de 1915, que exige autorización administrativa para el derribo de un monumento, lo que daba
lugar a un derecho de tanteo por parte de los entes públicos. Si éste no se ejercía, el propietario quedaba en libertad para realizar el
desmontaje y reconstrucción donde le conviniese, incluso exportándolo.
9 Para reconocer que un bien sea considerado Patrimonio histórico-artístico debe estar declarado como tal. Los monumentos protegidos

deben seguir un proceso formal para ser reconocida su existencia jurídica.


10 Real Decreto Ley Callejo, de 9 de agosto de 1926, sobre protección, conservación, y acrecentamiento de la riqueza artística
(antecedente inmediato de la legislación republicana). En él se reconoce la necesidad de una intervención directa del Estado en la
protección del Patrimonio, siendo destacable la imposición al propietario del deber de conservación de los inmuebles que no son
alterables sin previa autorización.

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3.1 LA NOCIÓN DE PATRIMONIO

al incluir el interés cultural como valor alentador de la protección. Hay que insistir en el concepto de Tesoro
ya que aglutina e identifica todos los bienes protegidos dentro de un conjunto.
La idea de lo cultural incorpora dos nuevas tipologías de monumento que perduran hasta la actualidad: el
Sitio Monumental y el Conjunto Histórico, dos nociones que se incorporan al bloque de los bienes
inmuebles.
La República trabaja rápidamente para proteger el Patrimonio y en 1933 se promulga la Ley 13 de mayo sobre
Defensa, Conservación y Acrecentamiento del Patrimonio Histórico- Artístico Nacional11, de la que
emanará un Reglamento para la aplicación de la Ley del Tesoro Artístico Nacional.
Esta ley está fundamentada en el artículo 45 de la Constitución de 9 de diciembre de 1931, que por vez primera
en nuestra historia constitucional recoge a este nivel la protección del Patrimonio, siendo objeto de desarrollo
reglamentario por Decretos de 16 de abril de 1936 y 15 de junio de 1972. Es esta la primera vez en el derecho
constitucional español que se considera la protección del Patrimonio Histórico. Su importancia es múltiple.
Primero por su largo período de vigencia, más de cincuenta años (hasta la vigente de 1985), que la convierte
en un referente continuo en la materia. No regula determinados patrimonios especiales. Pero, sobre todo, se
trata de la primera norma que impone plenamente la intervención administrativa por encima del derecho de
propiedad del particular sobre el bien.
En estas leyes se da el mayor rango legal a los principios procedentes de la ley de 1926, que son: la
determinación del valor cultural como elemento determinante de la protección dispensada a los bienes y la
incorporación dentro del ordenamiento legal sobre Patrimonio histórico de bienes de índole natural (lugares
notables por su belleza natural). También se define el concepto de Tesoro Cultural, fundamental para que el
Estado proceda a su protección. La legislación de los años 30 pretendía poner fin al expolio del patrimonio. El
concepto de patrimonio se cambia pasando a denominarse Patrimonio Histórico-Artístico e incorpora un
nuevo requisito: los bienes protegidos deben al menos tener cien años de antigüedad. Se trata de medidas
restrictivas, como la nueva tipología de bienes inmuebles que plantea sólo dos categorías: monumentos y
yacimientos arqueológicos, que no son definidos de una forma precisa, lo que dificulta su protección. La norma
de 1933 se hizo bajo una democracia y se aplicó bajo una dictadura, es una norma de larga vigencia que obligó
a redactar multitud de disposiciones para la ampliación y perfeccionamiento de la ley republicana. La
acumulación de normativa hace que la regulación sobre patrimonio se haga fragmentaria, dispersa y difícil de
coordinar llegando a ser contradictoria. Ver conceptos clave de la Ley12.
Con el inicio de la Guerra Civil, el peligro al que se exponía el Patrimonio Nacional provocó la creación de la
Junta de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico13. La Junta tenía como objetivo incautar y
conservar en nombre del Estado «todas las obras, muebles o inmuebles, de interés artístico, histórico o
bibliográfico, que en razón de las anormales circunstancias presentes ofrezcan, a su juicio, peligro de ruina,
pérdida o deterioro (ver su actuación en el Museo del Prado).
Revisión terminológica: Concepto de Bien Cultural (La Haya 1954). En la Convención de La Haya, la UNESCO
empleó por primera vez la expresión "bienes culturales", con la intención de otorgar una visión más
amplia y actualizada al concepto de patrimonio histórico artístico, incluyendo en esa categoría tanto los bienes
muebles e inmuebles de gran importancia cultural, como los edificios cuyo destino sea conservar o exponer

11 “Ley de Patrimonio Artístico Nacional”.


12 Se pueden señalar como conceptos claves regulados los siguientes: - Concepto de Patrimonio histórico-artístico nacional

(determinado por los valores artísticos e históricos) y diseño del marco organizativo básico de la Administración de Bellas Artes
(incluyendo una Junta del Tesoro Artístico). - Regulación de los bienes inmuebles, con un conjunto de técnicas de protección. - Régimen
de las excavaciones que, con ligeros retoques, remite a la Ley de 1911. - Los objetos muebles contarán con un régimen restrictivo y de
control sobre su circulación. - Promoción de la creación de Museos públicos y cooperación en la organización y mejora de los existentes.
- Se iniciará la formación de un Inventario del Patrimonio Histórico-Artístico, pues sin su conocimiento no se pueden llevar a cabo los
objetivos legales. - Finalmente, se declaran subsistentes cuantas disposiciones se hubiesen dictado en todo lo que no se opusiera a las
prescripciones legales.
13 Fue un organismo creado a comienzos de la Guerra Civil Española por decreto del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes
de 23 de julio de 1936. Poseía un ámbito nacional, aunque disponía de Juntas Delegadas de ámbito local, y obedecía a estructura
jerárquica que dependía de la Dirección General de Bellas Artes. Entre sus actuaciones más destacadas se encuentra el traslado de
obras del Museo del Prado durante la Guerra Civil desde Madrid. Se disolvió al finalizar el conflicto armado en el año 1939. Durante la
guerra, en el bando sublevado se creó el Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional.

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esos bienes muebles, y los centros monumentales que comprenden un número considerable de los elementos
anteriores.
En el Decreto de 22 de julio de 1958 (España) aparece un nuevo concepto asociado al patrimonio: el
entorno, en relación con los monumentos provinciales y locales.
Comisión Franceschini (1964-1967): Categorías de Patrimonio. La definición del concepto y las categorías
que lo componen provienen de ltalia, y más concretamente de la conocida como Comissione Franceschini, que
entre 1964 y 1967, llevó a cabo una importante reflexión
que se materializó dotando de contenidos jurídicos a los bienes culturales italianos y creando el Ministero peri
Beni Culturali e Ambientale en 1975. El informe de la Comisión Franceschini (1964-1967) define los bienes
culturales (patrimonio cultural) como «el conjunto de bienes que pertenecen al patrimonio cultural de la
nación y que hacen referencia a la historia de la civilización y que están sujetos a la ley de bienes de interés
arqueológico, histórico, artístico, ambiental y paisajístico, archivístico y librario, y todo otro bien que
constituya testimonio material dotado de valor de civilización».
Convención Sobre la protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural (UNESCO 1972): que
estableció la división de los bienes que integran el Patrimonio Mundial entre bienes culturales y bienes
naturales. Es la materialización de años de búsqueda de fórmulas de protección del patrimonio, cuyo
antecedente es en 1959 con la construcción de la presa de Asuán en Egipto y la posible inundación de Abu
Simbel.
En España, el 21 de junio de 1972 se promulga la Ley para la Defensa del Tesoro Documental y
Bibliográfico de la Nación (para regular lo relativo a la conservación de la riqueza bibliográfica y documental
de España).
Hacia 1975 se intenta compaginar la protección con lo establecido por organismos internacionales como
UNESCO e ICOMOS. Aparece un nuevo concepto a raíz de la Constitución de 1978: el Patrimonio Histórico,
Cultural y Artístico, que irá transfiriendo su gestión y protección a las Comunidades Autónomas.
La Ley 16/1985, de 25 de Junio, del Patrimonio Histórico Español será la norma que defina a nivel nacional
el concepto de Patrimonio y a partir de ella aparecen las diferentes normativas de las CCAA. Se dictó a partir
de la Constitución de 1987, cuyo artículo 44 disciplina el hecho cultural en sentido genérico y cuyo artículo 46
tutela a nivel constitucional el Patrimonio Histórico.
La incorporación de la idea de Patrimonio Cultural supera el viejo concepto de monumento y se une a una
corriente conocida como “Teoría de los Bienes Culturales” o “doctrina Gianinni”14 (desarrollada en Italia
por la Comisión Franceschini en los años sesenta). Esta Comisión define los bienes culturales como aquellos
testimonios materiales dotados de un valor de civilización. Partiendo de estas ideas se justifica la actuación del
Estado para proteger bienes históricos en base a una teoría de la propiedad dividida. El bien cultural como
cosa física o material es un “bien de pertenencia”, que puede ser de propiedad privada o pública. Junto a esta
propiedad está el “bien de fruición”, que es propiedad colectiva y cuya tutela corresponde al Estado. Solución
jurídica sobre la que se asienta el actual Derecho del Patrimonio Histórico: la propiedad privada y la
acción estatal sobre los bienes culturales. La Ley 16/1985 da una nueva definición de patrimonio prolija.
Se incluyen en el Patrimonio Histórico Español los “bienes inmuebles y muebles de interés artístico,
histórico, paleontológico, arqueológico, etnográfico, científico o técnico. También el patrimonio documental y
bibliográfico, yacimientos y zonas arqueológicas, los sitios naturales, jardines y parques, que tengan valor
artístico, histórico o antropológico. Asimismo, forman parte del Patrimonio Histórico Español los bienes que
integren el Patrimonio Cultural Inmaterial, de conformidad con lo que establezca su legislación especial.”. Se
trata de un concepto amplio, por tanto, que incluye el patrimonio natural.
La Ley 16/1985 del Patrimonio Histórico Español busca asegurar la protección y fomentar la cultura material
debida a la acción del hombre en sentido amplio, y concibe aquélla como un conjunto de bienes que en sí
mismos han de ser apreciados, sin establecer limitaciones derivadas de su propiedad, uso, antigüedad o valor
económico. Para alcanzar su objeto, se estipulan un conjunto de medidas tributarias y fiscales.

14 M.S. Gianinni. En la que prima el valor intrínseco del bien sobre el derecho de la propiedad privada. El titular de esa situación
jurídica es el Estado, porque es el único que tiene el poder para tutelar la función del disfrute colectivo. El bien de pertenencia puede
ser público o privado pero el bien de disfrute siempre tiene que ser público.

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La comunicación y el intercambio de programas de actuación relativos al Patrimonio competen al Consejo del


Patrimonio Histórico, formado por un representante de cada Comunidad Autónoma, designado por ella, y
el Director General correspondiente de la Administración del Estado que es su Presidente. Otras instituciones
consultivas de la Administración son: 1. La Junta de Calificación, Valoración, y Exportación de Bienes del
Patrimonio Histórico Español. 2. Las Reales Academias. 3. Las Universidades españolas. 4. El Consejo Superior
de Investigaciones Científicas.
La actual protección del Patrimonio Histórico (según la LPHE) incluye tres niveles que tienen la máxima
protección en la figura conocida como “Bien de Interés Cultural” (BIC. Tercer nivel de protección),
aplicado a bienes muebles, inmuebles y etnográficos. Cuando un bien se declara BIC lleva asociada la tutela
directa de la administración. Estos bienes se incluyen en el Registro General de BICs. El segundo nivel de
protección sería el de los muebles inventariados por su singular relevancia en un Inventario General. Por
último, el primer nivel de protección está integrado por los bienes que, quedando incluidos como integrantes
del Patrimonio Histórico, no se hayan clasificado o catalogados individualmente. Tales bienes siempre estarán
protegidos porque la LPHE dispone unas normas de protección del PHE. La clasificación anterior se completa
con los denominados Patrimonios Especiales que, además de las normas generales de protección, cuentan
con sus normas específicas: el patrimonio eclesiástico, el patrimonio arqueológico, el patrimonio etnográfico
y el patrimonio documental o bibliográfico. A posteriori de la Ley de 1985 surgen las leyes de las CCAA. La
gestión de los bienes culturales, por tanto, es en la actualidad básicamente responsabilidad de las CCAA.
La Ley 16/1985 también reconoce el museo como patrimonio en sí mismo y lo declara BIC en el caso de ser
de titularidad estatal. Reconoce a su vez a las colecciones que integra como "bienes integrantes del Patrimonio
Histórico Español". Por su parte, el Reglamento de Museos de Titularidad Estatal 620/1987, en línea del
"valor social", incorpora en la definición de museo el "área de difusión". A su vez, se estructuran en la
Administración nuevo cuerpos de funcionarios conservadores de museo.
En la ley 16/1985 también se habla por primera vez de "patrimonio etnográfico”. Aunque el término
evolucionará y será denominado por la UNESCO como patrimonio cultural inmaterial.15
Por último, la Ley 16/1985 se completa a nivel estatal con otras normas que conforman el actual régimen
jurídico de protección del Patrimonio Histórico español: -El Real Decreto 111/1986, de 10 de enero, de
desarrollo parcial de la Ley. -Las restantes normas reglamentarias de desarrollo de la Ley 16/1985, entre las
que figuran las relativas al régimen jurídico y protección de museos (Real Decreto 620/1987, de 10 de abril),
bibliotecas y archivos estatales. -Normativa penal de protección: Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre,
del Código Penal y Ley Orgánica 12/1995, de 12 de diciembre, de represión del contrabando. -Normas
internacionales sobre protección de Patrimonio cultural que ratifique el Estado español16. -Normas
tributarias sobre el mecenazgo. -La Ley 10/2015, de 26 de mayo, para la salvaguardia del Patrimonio
Cultural Inmaterial17. –Diversas Leyes Autonómicas en materia de Patrimonio Histórico.

15La nueva Ley española 10/2015, de 26 de mayo, para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial explica que el concepto de
patrimonio cultural ha seguido un ininterrumpido proceso de ampliación a lo largo del último siglo. De lo artístico e histórico y de lo
monumental como valores y tipologías centrales, ha pasado a incorporar también otros elementos que integran una nueva noción
ampliada de la cultura. Responde ésta a una nueva concepción derivada de la teorización científica de la etnología y la antropología, a
la que se asocia un incremento de la conciencia social acerca de estas otras expresiones y manifestaciones de la cultura. Este proceso
se podría sintetizar ahora en la propuesta doctrinal del tránsito de los «bienes cosa» a los «bienes actividad» o, dicho en términos más
actuales, de los bienes materiales a los bienes inmateriales. Constatamos pues que el patrimonio inmaterial es difuso, pues lo
conforman diversidad de manifestaciones que por su complejidad supone un gran reto.
16 Por ejemplo, CONVENIO EUROPEO SOBRE LA PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO (REVISADO). LA VALETTA
(MALTA), 16 DE ENERO DE 1992.
17 La Ley 10/2015, de 26 de mayo, para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (en adelante, LPCI) regula de forma expresa
esta materia y la acción general de salvaguardia que deben ejercer los poderes públicos sobre los bienes que integran dicho patrimonio,
en sus respectivos ámbitos de competencias. En particular, dota a la Administración General del Estado de mecanismos para proteger
las manifestaciones que integran el Patrimonio Cultural Inmaterial. Con ello se da cumplimiento a la Convención de la UNESCO para
la salvaguardia del patrimonio inmaterial, hecha en Paris el 17 de octubre de 2003. A estos efectos, las medidas de salvaguardia del
patrimonio cultural inmaterial podrán determinar las medidas específicas y singulares de protección respecto de los bienes muebles e
inmuebles asociados intrínsecamente a aquel, siempre que esa protección permita su mantenimiento, evolución y uso habitual, sin
perjuicio de las medidas singulares que, para la protección de dichos bienes muebles e inmuebles, puedan establecerse a tenor de lo
dispuesto en la Ley del Patrimonio Histórico Español y en la legislación de las Comunidades Autónomas competentes en la materia. La
LPCI regula especialmente las actuaciones que puede desplegar la Administración General del Estado en la protección de los bienes
inmateriales adaptándose a las peculiaridades derivadas de la naturaleza de este tipo de patrimonio. El Gobierno, a propuesta del

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Finales de Siglo y ppios del XXI: superación de la idea de monumento.


Todo conjunto de bienes referidos a la actividad humana: el concepto de patrimonio histórico supera la
idea del monumento del pasado, como obra de arte del genio humano, y se refiera a todo el conjunto de bienes
que se refieren a la actividad humana. A partir de entonces ya no va a ser sólo el monumento el objeto central
de atención de la conservación del Patrimonio y tampoco será la práctica restauradora el eje de toda política
de intervención, como todavía se desprende de la carta de Atenas de 1931 y de la Carta de Venecia de 1964.
Interés por el conjunto: “Conservación integrada”. Esto queda plasmado en la Carta de Amsterdam de 1975,
donde se habla por primera vez de "Conservación Integrada", considerando inseparables la restauración
material y la rehabilitación funcional, y el la Recomendación de Nairobi de 1976, verdadero código en materia
de tratamiento de los conjuntos históricos en el que se apuesta por una visión moderna e integral del problema
sobre la base del planeamiento urbanístico como instrumento técnico.
Interés por lo antropológico: se amplía el concepto de bien cultural, hacia un concepto más comprensivo del
mismo, menos ligado a lo estrictamente arquitectónico y más a lo antropológico. Interesan aspectos como la
arquitectura popular, el patrimonio industrial, rutas de comunicación e intercambios...
Incorporación del Patrimonio Inmaterial: Convención 2003, Ley 10/2015.
 La Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial fue aprobada por la Conferencia
General de la UNESCO, celebrada en 2003. En esa instancia, la comunidad internacional reconoció la
necesidad de reconocer la relevancia de las manifestaciones y expresiones culturales que hasta entonces
no tenían un marco jurídico y programático que las protegiera.
 En este contexto, la vigente Ley del Patrimonio Histórico Español de 1985 se limita a tratamiento sucinto
y limitado del denominado "patrimonio etnográfico" como patrimonio especial en los artículos 46 y 47 de
la ley, que hoy resulta claramente insuficiente.
 La Ley 10/2015, del Patrimonio Cultural Inmaterial se limita a perfilar un conjunto de líneas maestras sobre
estos bienes que no impiden que a su vez las Comunidades Autónomas, en virtud de la regla de
concurrencia normativa que las ampara, puedan dictar asimismo sus regulaciones específicas sobre la
misma materia.
Convención sobre la protección y promoción de la diversidad de las expresiones culturales (Unesco
2005). El espíritu y el texto completo de la Convención, van encaminados a la salvaguarda de la diversidad
cultural frente a la homogeneización que orienta la mundialización. El texto condensa, básicamente, las
siguientes ideas:
 1ª. La cultura adquiere formas diversas a través del tiempo y del espacio.
 2ª. La protección y promoción de la diversidad de las expresiones culturales presuponen el reconocimiento
de la igual dignidad de todas las culturas.
 3ª. Considera el patrimonio cultural inmaterial como elemento fundamental de la identidad.
 4ª. Y la diversidad cultural como uno de los motores del desarrollo sostenible de las comunidades, los
pueblos y los grupos sociales.
 Y 5ª. Con el documento se pretende contribuir a promover el respeto y el diálogo entre las culturas, así
como a fomentar la interculturalidad.
En la actualidad, hay que citar también el concepto relativamente reciente de “patrimonio integral”, uniendo
lo cultural y lo natural. Se muestra como un planteamiento innovador, ya que existe la tendencia a separar
ambas áreas de conocimiento. Ejemplo de esta unicidad es el concepto acuñado por la UNESCO en 1971 de
“Reserva de la Biosfera18” (MUY IMP.), en el marco del Programa MaB (el Hombre y la Biosfera). Las

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, y previo acuerdo del Consejo del Patrimonio Histórico, aprobará el Plan Nacional de
Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, destinado a desarrollar con las distintas Administraciones públicas una programación
coordinada de actividades en función de las necesidades del patrimonio cultural inmaterial a través de su Comisión de Seguimiento.
Por último, la Ley también recoge la creación de un Inventario General de Patrimonio Cultural Inmaterial, gestionado por el Ministerio
de Educación, Cultura y Deporte, que debe incluir tanto los bienes culturales inmateriales declarados por las Comunidades Autónomas
(con el máximo grado de protección), así como los protegidos por la Administración General del Estado bajo la categoría de
Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial.
18 Lugares geográficos representativos de los diferentes hábitats del planeta, abarcando tanto ecosistemas terrestres como marítimos.

7
3.1 LA NOCIÓN DE PATRIMONIO

primeras reservas de la biosfera española datan de 1977, y en 2010 son 40 los espacios integrados en la Red
Española de Reservas de la Biosfera (RERB). Ejemplos: Reserva de la biosfera Sierra de Grazalema, Reserva
de la biosfera de Muniellos, Reserva de la biosfera de Monfragüe, etc.
El año 2018 fue un año clave para el Patrimonio Cultural, ya que se celebró el Año Europeo de Patrimonio
Cultural 2018. A partir de estos principios, los objetivos del Año Europeo fueron fomentar el intercambio y la
valoración del patrimonio cultural de Europa como un recurso compartido, sensibilizar acerca de la historia y
los valores comunes y reforzar un sentimiento de pertenencia a un espacio común europeo. Durante 2018
tendrán lugar miles de eventos y celebraciones a lo largo de toda Europa. Los proyectos e iniciativas
implementados en los Estados miembros, los municipios y las regiones se complementan con proyectos
transnacionales financiados por la UE. En 2018, se financiarán proyectos de patrimonio cultural con el
apoyo de Erasmus +, Europe for Citizens, Horizonte 2020 y otros programas de la UE. También se lanzó una
convocatoria dedicada a proyectos patrimoniales en el marco del programa Europa Creativa, que financia
hasta 25 proyectos transnacionales.
El Año también ocupa un lugar destacado en las siguientes actividades de patrimonio cultural a nivel de la UE:
 Las Jornadas Europeas del Patrimonio son una actividad europea clave que se organiza anualmente
durante el otoño. Cada año se realizan más de 70 000 eventos que llegan a más de 30 millones de personas.
 La etiqueta de Patrimonio Europeo ha sido otorgada a 29 sitios que son hitos en la creación de la Europa
de hoy, celebrando y simbolizando los valores e historia europeos.
 Dos capitales europeas de la cultura se designan cada año para destacar la riqueza cultural de Europa. En
2018, las capitales son Valletta (Malta) y Leeuwarden (Países Bajos). La última española fue San Sebastián,
en 2016.
 El Premio de la UE para el Patrimonio Cultural / Premios Europa Nostra reconoce anualmente las
mejores prácticas relacionadas con la conservación del patrimonio, la gestión, la investigación, la educación
y la comunicación. En 2017(link is external) el Premio Europa Nostra reconoció, entre otros, la
rehabilitación del patrimonio por la obra de la cubierta del Monasterio de San Juan en Burgos, y la Fortaleza
de Llucmajor en Baleares.
2.2. Tipos de Patrimonio Cultural
Desde la ampliación del concepto de Patrimonio en el S. XX, los Bienes Culturales se han agrupado en diversas
modalidades de Patrimonio para un tratamiento singular dadas las cualidades y problemáticas específicas de
cada uno. Como hemos anticipado, en la Ley 1985 se establecen diferentes tipos de Patrimonio dentro de los
Patrimonios Especiales. Seguimos en este punto de nuevo a Ana Macarrón. La autora establece los siguientes
tipos de Patrimonio siguiendo las normativas y diferentes Organismos Internacionales y nacionales:
 Patrimonio Cultural: es ésta una primera categoría general que ha venido a sustituir los antiguos
conceptos de Patrimonio Artístico, Patrimonio Histórico, Tesoro Artístico o Patrimonio Monumental,
englobándolos a todos en una entidad más completa que incluye además las restantes tipologías. Se refiere,
pues, al conjunto de bienes y aportaciones del hombre a la cultura universal en todos sus ámbitos.
 Patrimonio Natural: Monumentos, formaciones y lugares que estén constituidos por formaciones físicas
o biológicas, o por grupos de esas formaciones con un valor excepcional estético o científico. También las
formaciones geológicas y fisiográficas, y las zonas que constituyen el hábitat de especies animal y vegetal
amenazadas, con un valor universal científico y estético; los lugares naturales o las zonas de valor universal
científico o estético. Se engloban dentro de este Patrimonio los Paisajes Culturales, Jardines Históricos19
y Sitios Históricos (estos dos últimos considerados como BIC).
 Patrimonio Material: aquí se encuentran todos los Bienes Materiales, desde las obras de arte en diversos
soportes y tipos: pinturas, esculturas, obras gráficas, orfebrería, textiles, vidrieras, etc., tanto antiguas
como producciones contemporáneas; los objetos arqueológicos, los documentos, etc. Lo que le define es la
necesidad de un soporte o vehículo material para manifestarse.

19 Jardines del Generalife (Alhambra), Parque del Retiro, Patio de los Naranjos. Mezquita de Córdoba, Parque Güell.

8
3.1 LA NOCIÓN DE PATRIMONIO

 Patrimonio Inmaterial20: la Convención de la UNESCO21 sobre Patrimonio Inmaterial de 2003 lo define


como “el conjunto de prácticas, representaciones y expresiones, así como conocimientos y técnicas que
procuran a las comunidades, los grupos e individuos un sentimiento de identidad continuidad. Los
instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales asociados a esas prácticas, que son reconocidos por
las comunidades y los individuos como formando parte de su patrimonio cultural inmaterial y que son
conformes a los principios universalmente aceptados de los derechos del hombre, de la equidad, de la
durabilidad y del respeto mutuo entre las comunidades culturales”. Es decir, incluye las manifestaciones
de la cultura tradicional, popular y folclórica, agrupadas en:
a) Las tradiciones expresiones orales (el lenguaje silbado de la Gomera, el Romancero, Repentismo).
b) Las artes de interpretación y el espectáculo (músicas como el flamenco, instrumentales y vocales, danza,
teatro, cuentos, poesía cantada, pantomimas, toques de campanas, etc.).
c) Las prácticas sociales, rituales y acontecimientos festivos (véanse los Tribunales de regantes del
Mediterráneo español, costumbres y fiestas como La Patum de Berga en Barcelona, la Semana Santa,
el Carnaval, Fiesta de San Juan, Autos Sacramentales, etc.).
d) Los conocimientos y prácticas concernientes a la naturaleza (la medicina tradicional y la farmacopea,
la trashumancia, cetrería, etc.) o las artes culinarias (dieta mediterránea).
e) Las técnicas propias de la artesanía tradicional (producción tradicional de esparto, el Mantón de
Manila).
Regulado en la Ley 10/2015, de 26 de mayo, para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial
(ver supra).
 Patrimonio Arquitectónico: la Carta Europea de Patrimonio Arquitectónico lo definió como aquél
formado no sólo por nuestros monumentos más importantes, sino también por los conjuntos que
constituyen nuestras ciudades antiguas y nuestros pueblos tradicionales en su entorno natural o
construido. La Convención de Granada incluye dentro de este Patrimonio los Monumentos, Conjuntos
Arquitectónicos o los Sitios22. La Ley 16/1985 lo engloba en los Bienes Inmuebles. Ejemplo: la Muralla de
Ávila.
 Patrimonio Arqueológico: conjunto de objetos, artefactos, herramientas y lugares creados por el hombre
en su afán de transformar su medio ambiente para procurarse refugio y sustento, para satisfacer sus
necesidades psicológicas, sociales y espirituales, conservados en mejor o peor estado a través del tiempo, y
que tengan un valor cultural y documental. En la Ley 16/1985 se define como los Bienes Muebles o
Inmuebles de carácter histórico susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica, hayan sido o
no extraídos y tanto si se encuentran en la superficie o en el subsuelo, en el mar territorial o en la plataforma
continental (una nueva referencia al Patrimonio Subacuático). También los elementos geológicos y
paleontológicos relacionados con la historia del hombre y sus orígenes y antecedentes. Ejemplo: la Cueva
de Altamira. También entran en este tipo el denominado Patrimonio Industrial, entendido como el
conjunto de restos o vestigios con valor histórico, tecnológico, social, arquitectónico o científico que han

20 Recientes inclusiones: en 2017 se han añadido en España, como Manifestación Representativa del Patrimonio Inmaterial, la Semana
Santa, El Carnaval y la Trashumancia.
21 Dentro de dicha Convención se contempla la reunión anual de un Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio
Inmaterial que selecciona las propuestas planteadas por los países firmantes de la Convención de 2003 para incorporarlos a unas Listas
de Patrimonio Inmaterial que en 2010 ascienden a 232 manifestaciones culturales. El 16 de noviembre de 2010 en Noairobi (Kenia) se
celebró la última reunión del Comité donde se aprobaron 46 propuestas, cinco de ellas propuestas o con una participación española:
el flamenco, el canto de la sibila de Mallorca, “los castells”, la cetrería (candidatura presentada junto a otros 10 países) y la dieta
mediterránea (propuesta elaborada junto a otros 3 países). Estas manifestaciones culturales se suman a otras cuatro que ya tenía
España (el misterio de Elche, La Patum de Berga, el silbo Gomero y el Tribunal de Regantes del Mediterráneo español). Ocho
expresiones que son solo una pequeña muestra de nuestro rico patrimonio cultural.
22 Monumento: todos los edificios o estructuras de destacado interés histórico, arqueológico, artístico, científico, social o técnico,

incluyendo sus instalaciones y los accesorios decorativos que sean parte integrante de los mismos.
Conjuntos arquitectónicos: agrupaciones homogéneas de construcciones urbanas o rurales que destaquen por su interés histórico,
arqueológico, artístico, científico, social o técnico, y que sean suficientemente coherentes para ser objeto de una delimitación
topográfica.
Sitios: obras combinadas del hombre y la naturaleza, parcialmente construidas y que constituyen espacios suficientemente
característicos y homogéneos para delimitarse topográficamente y que tengan un destacado interés histórico, arqueológico, artístico,
científico, social o técnico.

9
3.1 LA NOCIÓN DE PATRIMONIO

surgido en torno a los diferentes tipos de actividad industrial (ejem: Fábrica de pan de Valdemorillo,
siderurgia de Sagunto, chimeneas, molinos, vías del tren, pozos mineros, etc.; bienes muebles como
locomotoras, utensilios de trabajo, etc.).
 Patrimonio Etnológico: la Ley de PH lo define como los bienes muebles e inmuebles y los conocimientos
y actividades que son o han sido expresión relevante de la cultura tradicional del pueblo español en sus
aspectos materiales, sociales o espirituales (Ejem: las corralas de Madrid, los hórreos y cabazos gallegos y
asturianos, las pirámides Canarias23, etc.).
 Patrimonio Bibliográfico y Documental: la LPHE define el Patrimonio Documental como cuantos bienes
reunidos o no en Archivos, Bibliotecas, se declaren integrantes del mismo. Se entiende por documento toda
expresión en lenguaje natural o convencional y cualquier otra expresión gráfica, sonora o en imagen,
recogida en cualquier tipo de soporte material, incluso los soportes informáticos24. Ejemplo: un acta notarial
de 1830. El Patrimonio Bibliográfico lo forman las bibliotecas y colecciones bibliográficas de titularidad
pública y las obras literarias, históricas, científicas o artísticas de carácter unitario o seriado, en escritura
manuscrita o impresa, de las que no conste la existencia de al menos tres ejemplares en las bibliotecas o
servicios públicos. Ejemplo: un libro, una película.
María Ángeles Querol, en la obra citada anteriormente, añade a esta clasificación los conceptos de Patrimonio
industrial/científico/técnico, Patrimonio Artístico, Patrimonio Museográfico o Patrimonio Lingüístico.
En definitiva, no existe una separación clara entre las entidades que componen el Patrimonio Cultural,
tal vez por ello, la división está basada sobre todo en las especialidades profesionales que lo tratan.
3.- Valor, musealización, gestión y uso.
3.1. Valor del Patrimonio Cultural (y sus figuras de protección)
Alois Riegl (1858-1905): primera reflexión sobre la noción de los valores de los monumentos. El culto
moderno a los monumentos. Caracteres y origen, 1903.
En relación al valor de este Patrimonio Cultural, vamos a seguir a Josep Ballart (1997): El patrimonio
histórico y arqueológico: valor y uso. Barcelona, Ariel, 1997.
El concepto de patrimonio cultural va asociado, casi siempre, al de valor histórico y estético de las cosas.
Este valor histórico-cultural, entrando más en detalle, podemos dividirlo a su vez en tres grandes conceptos
generales: Valor de uso, valor formal y valor simbólico.
La acepción del patrimonio como valor de uso (instrumental), que “sirve para algo”, que satisface una
necesidad material, se refiere al valor original como herramienta o instrumento (ejemplo: útiles líticos del
Paleolítico). El valor de uso se asocia también al coleccionismo, con la idea de uso inmediato de los bienes
culturales. En una segunda instancia, se considera el interés por adquirir conocimientos.
El valor formal del patrimonio se relaciona con el uso de materiales a los que damos un valor especial (metales
nobles, piedras preciosas,…), y también cuando llevan características que asociamos a la belleza, al arte o a la
acumulación de artificio. La atribución de este valor suele tener un origen académico, hace referencia a los
aspectos formales de un bien cultural que normalmente derivan del estudio científico.
Los objetos del pasado, representan el medio de comunicación entre las personas que los produjeron o
utilizaron y sus actuales receptores, emitiendo mensajes históricos de un enorme valor social. Ese es el valor
que denominamos valor simbólico. Este valor comunicativo deriva la mayoría de las veces de su inclusión en
un museo, al considerar que el objeto puede transmitir información al espectador. Los valores simbólicos del
objeto pueden variar con el tiempo e incluso ser manipulados.
La valoración de los bienes culturales, por tanto, es un asunto complejo, ya que intervienen numerosos
aspectos, sobre todo cuando se consideran bienes públicos en los que la responsabilidad de la valoración
depende de la sociedad. Es entonces cuando los interlocutores sociales (políticos y gestores) asumen la

23 Parque Etnográfico Pirámides de Güímar. Polémicas.


24 De forma más específica: los documentos de cualquier época generados, conservados o reunidos en el ejercicio de su función por

cualquier organismo o entidad de carácter público, por las personas jurídicas en cuyo capital participe mayoritariamente el Estado y
otras entidades públicas, y por las personas privadas, físicas o jurídicas, gestores de los servicios públicos en lo relacionado con la
gestión de dichos servicios; los documentos con una antigüedad superior a los cuarenta años, generados, conservados o reunidos en el
ejercicio de sus actividades por las entidades y asociaciones de carácter político, sindical o religioso, y por las entidades, fundaciones y
asociaciones culturales y educativas de carácter privado, así como (…) los documentos con una antigüedad superior a los 100 años,
generados, conservados o reunidos por cualesquiera otras entidades particulares o personas físicas.

10
3.1 LA NOCIÓN DE PATRIMONIO

responsabilidad de valorar los bienes culturales. La valoración de un bien cultural se debe afrontar desde
principios económicos y sociales, enfrentándose tanto a las disposiciones del mercado del arte, como a la
necesidad de disponer fondos públicos para el mantenimiento y gestión de los mismos. De este modo, la
misión prioritaria de los poderes públicos es preservar estos bienes, protegerlos y transmitirlos.
El reconocimiento del valor de los diferentes BBCC por parte de los entes públicos obliga a estos a establecer
una serie de políticas conservacionistas, mediante las cuales se crean diferentes figuras de protección. Los
bienes culturales, por tanto, están categorizados atendiendo estas figuras. La ley 16/1985, como ya
comentamos, establece diferentes niveles, ya sean BIC25, Inventarios o Patrimonios Especiales.
El hecho de que los bienes culturales posean relevancia jurídica, conlleva ciertas medidas de protección, y
obligaciones para sus propietarios (particulares o poderes públicos) como:
1) La custodia y el mantenimiento de los Bienes, pudiendo ser declarados como BIC (siendo esta la máxima
figura de protección).
2) El examen o estudio del bien.
3) La catalogación obligatoria de todos los Bienes Arqueológicos y la publicación científica de las
excavaciones y los objetos descubiertos.
4) La garantía al acceso y goce público a los Bienes Culturales.
En relación con estos puntos, en la Ley 16/1985 aparece el concepto de bienes de dominio público (dentro
del capítulo V, patrimonio arqueológico). Se cita en el Artículo 44 que serán bienes de dominio público todos
los objetos y restos materiales que posean valores que son propios del PHE y sean descubiertos como
consecuencia de excavaciones, remociones de tierra u otras obras de cualquier índole o por azar. El descubridor
deberá comunicar a la administración competente su descubrimiento en el plazo máximo de 30 días. Hasta que
el objeto sea entregado a la Administración, el descubridor debe conservarlo como depositario legal (salvo que
se entregue a un Museo público).
Vista la complejidad y relevancia del tema, observamos que es necesaria una eficiente y organizada gestión
del patrimonio desde el ámbito del sector público.
3.2. Gestión del Patrimonio Cultural
Se podría definir como “el conjunto de actividades destinadas a la protección y difusión de los bienes del
Patrimonio Cultural; la mayoría de ellas son llevadas a cabo por las diferentes administraciones públicas”. La
sociedad española se ha venido dotando de una gran cantidad de mecanismos de gestión. Entre ellos
destacamos cuatro acciones principales:
 Conocer, es decir, adquirir conocimiento de los bienes.
 Planificar o programar en el futuro lo que se va a hacer con los bienes culturales. Va desde la elaboración
de una normativa adecuada, concebida como una herramienta de trabajo, hasta la previsión financiera de
los gastos, elaboración de inventarios o lo relacionado con el planteamiento territorial (evaluación de
Impacto Ambiental, consideración del resultado de los inventarios en los Planes Generales de Ordenación
Urbana, etc.).
 Controlar, referido a establecer una serie de obligaciones y normativas. El control de los bienes culturales
pretende evitar que se pierdan o se destruyan, produciéndose lo que la normativa denomina “expolio”,
definido como toda acción u omisión que ponga en peligro de pérdida o destrucción alguno o algunos de
los bienes que componen el Patrimonio Histórico o Cultural. Hasta el momento, el mayor control de expolio
se produce en la represión del comercio ilícito de bienes culturales.
 Difundir o dar a conocer los bienes patrimoniales.
La gestión, por lo tanto, no incide directamente sobre los bienes culturales, es decir, no los toca, ni los
manipula, ni los altera físicamente. Para ello está la Intervención, entendida como “cualquier actividad que
modifique o altere un bien cultural mueble, inmueble o inmaterial”. Según Querol y Martínez Díaz en “La
Gestión del Patrimonio Arqueológico de España” (Alianza,1996), podemos encontrar los siguientes tipos de
intervención:
 Intervenciones de preservación y mantenimiento (las que tienen por finalidad impedir el deterioro o
degradación de los bienes).

25 Ver proceso de tramitación para declaración de un BIC.

11
3.1 LA NOCIÓN DE PATRIMONIO

 Intervenciones de restauración (recuperar la materia, forma y función del bien).


 Intervenciones de investigación (aumento del conocimiento histórico).
 Intervenciones de emergencia (no han podido ser planificadas porque se deben a incidencias previstas)
La responsabilidad gestora de los bienes culturales recae, por lo tanto, en los diversos poderes públicos,
diferentes organismos y sobre la sociedad civil. Por ello, existen una serie de organismos e instituciones
competentes que se erigen como los principales responsables de la gestión y conservación del Patrimonio
Cultural, tanto en el ámbito privado como público. A nivel internacional destacan:
 UNESCO: Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (1946). Sus
funciones consisten en determinar la orientación y línea de conducta general de la organización,
pronunciarse sobre recomendaciones y convenciones internacionales y asesorar a las Naciones Unidas
en los aspectos educativos, científicos y culturales. Encargada de nombrar los títulos conferidos de
Patrimonio de la Humanidad o Patrimonio Mundial26.
 ICOMOS: Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Histórico-Artísticos (1965). Organización no
gubernamental que pretende promover la teoría, metodología y tecnología aplicadas a la conservación,
protección, realce y apreciación de los monumentos, conjuntos y sitios.
 ICOM: Consejo Internacional de Museos. Organización internacional no gubernamental de museos y
profesionales de los museos. Se encarga de preservar, asegurar la continuidad y divulgar el valor del
Patrimonio Cultural y Natural Mundial actual y futuro, tangible e intangible.
 ICCROM: Centro Internacional de Estudios para la Conservación y la Restauración de Bienes Culturales
(1959). Su objetivo principal es promover a escala mundial la conservación del Patrimonio Inmueble y
Mueble en todas sus formas.
 GCI: Getty Conservation Institute (L.A.): institución de investigación internacional privada dedicada a
promover la práctica de la conservación a través de la creación y fomento de conocimiento.
 INTERPOL: Organización Internacional de Policía criminal.
 CONSEJO DE EUROPA: COE, organización internacional compuesta por 46 países democráticos de
Europa.
A nivel nacional, y teniendo en cuenta la estructura administrativa en un Estado de Autonomías, una vez
fueron transferidas las competencias en la mayoría de las materias (entre las cuales figuran las de cultura), se
deriva que los organismos responsables en España de la protección, conservación y fomento del Patrimonio
Cultural son los de la Administración General del Estado por un lado, es decir, el Ministerio de Cultura en

26 Patrimonio de la Humanidad o Patrimonio Mundial es el título conferido por la Unesco a sitios específicos del planeta
(sean bosque, montaña, lago, cueva, desierto, edificación, complejo arquitectónico, ruta cultural, paisaje cultural o ciudad) que han
sido propuestos y confirmados para su inclusión en la lista mantenida por el Programa Patrimonio de la Humanidad, administrado
por el Comité del Patrimonio de la Humanidad, compuesto por 21 Estados miembros a los que elige la Asamblea General de Estados
Miembros por un periodo determinado. El objetivo del programa es catalogar, preservar y dar a conocer sitios de importancia
cultural o natural excepcional para la herencia común de la humanidad. Bajo ciertas condiciones, los sitios mencionados pueden
obtener financiación para su conservación del Fondo para la conservación del Patrimonio de la Humanidad. España cuenta en 2017
con 46 lugares (la tercera del mundo). Castilla y León es la región del mundo con más bienes culturales Patrimonio Mundial, con
8, por delante de las regiones italianas de la Toscana y de la Lombardía. De los 46: 40 son bienes culturales, 4 son bienes naturales, 2
son bienes mixtos, 4 bienes son compartidos con otros países, uno con Francia, otro con Portugal, un tercero con Eslovenia y un cuarto
compartido con otros once países europeos. Listado: Alhambra, Generalife y Albaicín de Granada, Catedral de Burgos, Centro histórico
de Córdoba, Monasterio y sitio de El Escorial en Madrid, Obras de Antoni Gaudí, Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del norte
de España, Monumentos de Oviedo y del reino de Asturias, Ciudad vieja de Ávila e iglesias extramuros, Ciudad vieja y acueducto de
Segovia, Ciudad vieja de Santiago de Compostela, Parque Nacional de Garajonay, Ciudad histórica de Toledo, Arquitectura mudéjar de
Aragón, Ciudad vieja de Cáceres; Catedral, Alcázar y Archivo de Indias de Sevilla, Ciudad vieja de Salamanca, Monasterio de Poblet,
Conjunto arqueológico de Mérida, Caminos de Santiago de Compostela: Camino francés y Caminos del Norte de España, Real
Monasterio de Santa María de Guadalupe, Parque Nacional de Doñana, Ciudad histórica fortificada de Cuenca, La Lonja de la Seda de
Valencia, Las Médulas, Palau de la Música Catalana y hospital de Sant Pau en Barcelona, Pirineos (Monte Perdido), Monasterios de San
Millán de Yuso y de Suso, Sitios de arte rupestre prehistórico del Valle del Côa y de Siega Verde, Arte rupestre del arco mediterráneo
de la Península Ibérica, Universidad y barrio histórico de Alcalá de Henares, Ibiza, biodiversidad y cultura, San Cristóbal de La Laguna,
Conjunto arqueológico de Tarragona, Sitio arqueológico de Atapuerca, Iglesias románicas catalanas de Vall del Boí, Palmeral de Elche,
Muralla romana de Lugo, Paisaje cultural de Aranjuez, Conjuntos monumentales renacentistas de Úbeda y Baeza, Puente de Vizcaya,
Parque Nacional del Teide, Torre de Hércules, El Paisaje Cultural de la Serra de Tramuntana, Patrimonio del mercurio (Almadén e
Idria), Dólmenes de Antequera, Hayedos de los Cárpatos y otras regiones de Europa (Madrid, Navarra y Castilla y León. 2017).

12
3.1 LA NOCIÓN DE PATRIMONIO

primer lugar, junto con el de Economía y Hacienda, y el Ministro de Fomento. La Dirección General de Bellas
Artes y Patrimonio Cultural, dependiente del Ministerio de Cultura, posee, además de la Subdirección
General de Museos Estatales, dos subdirecciones específicas sobre Patrimonio: Subdirección General de
Protección de Patrimonio Histórico y la Subdirección General del Instituto del Patrimonio Cultural de
España. Por otro lado, también corresponden las competencias sobre el patrimonio a las CCAA, responsables
directos y en primera instancia del Patrimonio de la región. La AGE cuenta, además de con el Consejo de
Patrimonio Histórico, con una serie de instituciones consultivas: la Junta de Calificación, Valoración y
Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico Español, las Reales Academias, las Universidades
españolas, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y las Juntas Superiores. Dentro del ámbito
privado, se hallan las distintas fundaciones y asociaciones culturales. Es muy importante también la labor de
los Cuerpos especiales de las Fuerzas de Seguridad del Estado27.
3.3. Uso del Patrimonio Cultural (y su difusión)
En lo relativo a la difusión del Patrimonio Cultural, su razón de ser es la posibilidad de que la sociedad
disfrute de ellos, los conozca y los valore. Para ello, existen dos grandes vías de difusión, la educación formal
o reglada y la no formal. La primera de ellas es el conjunto de enseñanzas cuyo seguimiento conduce a la
obtención de un título oficial. Hablamos de primaria, secundaria (ambas obligatorias), Bachillerato, F.P.,
grados y Posgrados. La educación no formal, o “divulgación”, llevada a cabo por iniciativas no especializadas
es la que tiene mayor peso en la sociedad actual, difundida mediante Internet, TV, museos, revistas, etc. La
importancia de la difusión es tanta, que en la mayoría de los textos legales vigentes se indica que los bienes
del Patrimonio Histórico o Cultural lo son en la medida que puedan ser conocidos y disfrutados por la
ciudadanía; sin embargo, en este campo falta mucho por hacer, especialmente en lo relativo a la inclusión de
textos en los currículos educativos.
Hay dos tipos de orientaciones en la difusión de los bienes culturales: por un lado, está la difusión de los
resultados de las investigaciones, de los bienes en sí mismos, de su historia y características. Por otro lado,
mucho más olvidado, la difusión de aspectos relacionados con su protección, gestión o administración. El
principal objetivo de la difusión debería ser que la población tomara conciencia de que se tratan de bienes
únicos no renovables de los que la sociedad tiene la posibilidad de aprovecharse, cultural y económicamente.
Un papel relevante en este tema lo protagoniza el turismo (añadir datos o estadísticas), uno de los principales
promotores de la divulgación sobre Patrimonio y a la vez, uno de los principales riesgos para su conservación
a día de hoy. La relación entre turismo y patrimonio es tal que ha acuñado el concepto de "turismo cultural",
en el que monumentos, yacimientos arqueológicos, parajes naturales, la propia historia, arte y cultura del
destino que se visita son su razón de ser. En el presente el turismo cultural se ha convertido en un fenómeno
de masas, por lo que su impacto en las áreas afectadas, tanto positivo como negativo, es enorme, llegando a
generar en muchos casos significativos cambios a nivel económico, pero también social y cultural.
Su alcance es tal que casi cualquier manifestación cultural puede ser objetivo de atracción turística: ciudades
enteras se articulan como grandes museos, como Toledo, declarada "Patrimonio de la Humanidad" por la
UNESCO en 1986 o el Camino de Santiago, que recorre numerosas ciudades y parajes, también "Patrimonio
de la Humanidad", todo él, desde este 2015.
Así, los límites de lo "patrimonializable" parecen desvanecerse y el riesgo de trivialización, los conceptos de
espectáculo y ocio están cada vez más presentes. Por lo que "la elaboración de proyectos y planes de
musealización y puesta en valor patrimonial deberían al menos partir de un trabajo previo de investigación
rigurosa, y de un enfoque que se base en la multidisciplinariedad y coordinación entre los agentes implicados".
(Mª Ángeles Layuno, 2007)
Al desarrollo turístico cultural han contribuido iniciativas nacionales como IBERTUR, con proyectos como
Arqueotur o las rutas iberoamericanas. A esto se le suma la gran oferta de turismo cultural actual,
materializado en rutas y visitas guiadas, itinerarios culturales, tour operadores, etc. También cobran
relevancia en este contexto los denominados Itinerarios Culturales Europeos28 (ver Instituto Europeo de
Itinerarios Culturales. Véase el Camino de Santiago, la Ruta de Don Quijote, etc.)

27 Brigada de Patrimonio Histórico (Policia Nacional).


28 Distintivo otorgado por el Consejo de Europa a aquellas rutas, recorridos y trayectos que aglutinen una serie de valores. Con los

itinerarios culturales, el Consejo de Europa pretende ir más allá del simple lanzamiento de productos culturales o turísticos y apuesta

13
3.1 LA NOCIÓN DE PATRIMONIO

Por lo tanto, la difusión sobre Patrimonio Cultural hace imprescindible una gestión profesionalizada,
materializada en una buena formación curricular en la educación formal, lo que conlleva potenciar las materias
relativas al mismo en las escuelas, institutos o Universidades. Bill Carter y Gordon Grimwade tratan este
tema en su artículo Balancing use and preservation in cultural heritage management (2007), con el
objetivo de crear una gestión integrada y eficiente de los diferentes tipos de patrimonio, tanto cultural o
natural.
3.4. Puesta en valor.
La puesta en valor está vinculada con un proyecto, es decir, es una operación espacial para establecer un
orden de ese espacio y jerarquizar sus funciones en un “proyecto total” que constituya su adecuación y puesta
al día. El proyecto es, sin duda, un instrumento y una metodología de intervención del que se pueden
desagregar dos componentes esenciales: el cultural y su formalización. El primero es producto final de un
proceso de investigación histórica donde se vincula la historia del bien, la cultura del lugar (locus) y el mensaje
que ese bien debe transmitir al visitante, un concepto amplio que implica la comprensión cabal del bien por el
usuario y su apropiación intelectual. El segundo componente es la formalización del mensaje operado
directamente sobre el bien, instrumentado a partir de la cultura proyectual y trabajando con el espacio: implica
diseño, organización, jerarquización de espacios y funciones y conservación.
 Recuperación y rehabilitación
 Nuevos usos: reinserción en el tejido social
 Conservación integrada
3.5. Musealización.
Actualmente, los museos son protagonistas de la Conservación del Patrimonio, además de generadores de
conocimiento en su ámbito temático. Es importante aquí el concepto de musealización, que José Antonio
Lasheras y Ángeles Hernández Prieto en su publicación “Explicar o contar”, definieron como la acción y
efecto de incorporar algo a la exposición estable de un museo. En referencia al patrimonio cultural mueble,
al depositar un objeto en el museo se transforma en símbolo de una persona, una situación o un momento en
el tiempo y en un espacio dado. Su naturaleza testimonial y documental está aquí en relación directa con el
significado de su mensaje simbólico. Existen tres dimensiones para que un objeto pueda integrarse en las
colecciones de un museo, convirtiéndose en objeto “museal”. En primer lugar, la dimensión de su existencia
física, material, tangible; a continuación, la dimensión que cobra el objeto, separado de su propio contexto,
perdida de su funcionalidad y colocado dentro del contexto del museo; por último, la dimensión que le otorga
la interpretación y valoración personal de quien lo contempla. No obstante, los bienes culturales suelen
necesitar ser explicados, tanto si se encuentran en un museo como fuera de él, deben ser comprendidos por
los visitantes. La fórmula para traducir las estructuras y objetos a un lenguaje comprensible para todo tipo de
público, pasa por la musealización de éstos in situ o por colocarlos en las salas de un museo.
El Patrimonio cultural inmueble refleja cómo no todos los bienes culturales necesitan ser incluidos en un
museo. Al hablar de “musealizar” nos referimos a dotar al yacimiento de los medios adecuados para su visita
y comprensión, no siendo necesario que exista una institución que responda a la actividad museística. Es más,
en muchas ocasiones los yacimientos simplemente se dejan visibles, y se cuidan lo suficiente para ser visitados,
pero carecen de carteles informativos. El yacimiento visitable o Parque Arqueológico es una fórmula común
y económica, que permite la creación de rutas turísticas sencillas o el uso de reclamos turísticos29. En otras
ocasiones se suma un edificio anexo, no muy grande, que se denomina a veces museo y a veces Centro de
interpretación (Ciudad romana de Cáparra, Cáceres).

por la protección de los valores culturales europeos, por fomentar nuevas formas de encuentros entre los jóvenes europeos, poner en
valor patrimonios poco apreciados y desarrollar programas de cooperación. Para ello, en 1997 creó el Instituto Europeo de Itinerarios
Culturales, institución dedicada a acompañar a los promotores de los itinerarios ya elegidos, a ayudar a los que aportan nuevos
proyectos a poner en práctica sus iniciativas y a difundir información acerca de este programa. Itinerarios en España: Los Caminos de
Santiago de Compostela, El Legado Andalusí, Caminos del Arte Rupestre Prehistórico, Red de Juderías de España, Ruta de los Fenicios,
Itinerarios de la Casa Dei, Ruta del Megalitismo, Carlos V, Destino Napoleón, etc. Véase también la candidatura de Urbs regia
(promueve el nuevo itinerario cultural Orígenes De Europa, basado en la historia de los pueblos que vivieron la caída del Imperio
Romano y el alumbramiento de Europa en los territorios de España, Portugal, Francia, Alemania, Italia y otros de la cuenca del
mediterráneo. Romanos, visigodos, ostrogodos, francos, suevos, vándalos, merovingios, etc.).
29 Ejemplos: Castro de Fazouro (Foz), Castro das Grovas (Ribadeo). Estos castros, parcialmente excavados. Son visitables y
transitables, no tienen ningún tipo de vigilancia y permanecen a la intemperie

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3.1 LA NOCIÓN DE PATRIMONIO

En lo relativo al patrimonio cultural inmaterial, llama la atención la dificultad por conservarlo, lo que le
dota de unos caracteres especiales. Los museos cobran en este aspecto nuevamente un papel protagonista
como garantes de su conservación. En palabras de Richard Kurin (antropólogo norteamericano) en “Los
museos y el patrimonio inmaterial, ¿cultura viva o muerta?”: “el museo como protector y difusor de la
cultura inmaterial, necesita estar vivo e integrado en relaciones sociales continuas. Necesita percibir vida a su
alrededor”.
3.6. Uso público
Conjunto de equipamientos, actividades y servicios que debe acometer la administración del espacio
natural protegido con la finalidad de acercar a los visitantes a sus valores naturales y culturales, de una
forma ordenada y segura, que garantice la conservación y difusión de éstos a través de la información,
la educación y la interpretación ambiental.
Funciones que cumple el uso público relacionadas con la visita de los ciudadanos a los espacios naturales
protegidos: divulgación, información-orientación, recreación, interpretación del patrimonio, educación
ambiental, comunicación, seguridad, turismo (oferta complementaria), señalización, etc. Además, puede llevar
una serie de funciones asociadas a las anteriores: capacitación, publicaciones, promoción y comercialización.
Planificación: primer paso antes de programar actuaciones. Acciones básicas para comprender e
implementar un sistema de uso público en territorios no protegidos:
 proponer delimitaciones territoriales sustentadas en homogeneidad territorial, cultural y productiva
(comarcalización)
 realizar inventarios patrimoniales (tangible e intangible) relacionados con dichas delimitaciones;
 realizar una planificación cultural e interpretativa de dichos territorios
 fomentar la coordinación de administraciones.
Para alcanzar una visión integradora y de conjunto se propone la utilización de tres temas generales: el paisaje,
el patrimonio integral y el desarrollo sostenible.
 Debería mostrarse el patrimonio natural y cultural a través del paisaje para relacionar e integrar el
patrimonio natural y cultural vinculado e identificar los procesos de evolución del territorio. En este
sentido, podrían identificarse los paisajes representativos a partir de las regiones ecológicas ya
identificadas. A partir de aquí, y para los espacios naturales protegidos de cierta magnitud y diversidad
(parques naturales), se pasaría a identificar los paisajes significativos de cada uno. Además de estos paisajes
se individualizarían los sitios y rasgos naturales y culturales asociados (relacionados con el patrimonio
etnográfico).
 El ámbito geográfico de aplicación de estos temas no debería ceñirse siempre a los límites del espacio
natural protegido o la delimitación histórico-cultural del territorio en cuestión. Esto dependerá de las
relaciones de influencia que se quieran mostrar con respecto al resto del territorio. De igual manera,
algunos espacios protegidos por su uniformidad paisajística no permiten una aproximación desde el punto
de vista paisajístico, sino que requieren de la identificación de rasgos relevantes en su territorio.
 Se debería, asimismo, mostrar el desarrollo sostenible a través de los usos y la conservación del espacio
protegido para sensibilizar acerca de la necesidad de que se compatibilicen ambas visiones y contribuir a
amortiguar los efectos indeseables derivados de las actividades turísticas y recreativas.
4.- Patrimonio y sociedad. El compromiso de una gestión integral.
La Interpretación del patrimonio: el arte de revelar in situ el significado del legado natural o cultural, al
público. Es decir, y cito a Jorge Morales, “una disciplina que conecta con la manera de pensar de los visitantes,
y en todo momento pretende la efectividad de su intervención; efectividad no es otra cosa que:
 un público que ha estado dispuesto a recibir un mensaje/explicación
 un público que ha comprendido el mensaje
 un público que ha asimilado algo de ese mensaje
 y un público que -gracias al mensaje interpretativo- es capaz de adoptar unas actitudes y comportamientos
adecuados al lugar que visita, y al patrimonio en general”.
Vinculación con la población residente

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3.1 LA NOCIÓN DE PATRIMONIO

Concienciación de la población: Fragilidad, Perdurabilidad y Pertenencia. En este esquema de la dinámica


de la gestión patrimonial observamos las relaciones especiales de la difusión en dicha gestión. Difusión en su
doble vertiente de dar, por una parte, accesibilidad al uso y disfrute del patrimonio a la sociedad y, por otra,
como una actividad de transferencia de conocimiento. La musealización y la interpretación son las disciplinas
para la presentación del patrimonio al público, tanto en su contexto, en un yacimiento arqueológico o centro
histórico, por ejemplo, como fuera de su contexto, en un museo o un centro de visitantes. El objetivo
fundamental es la concienciación de la sociedad de los conceptos de
 fragilidad: el patrimonio puede perderse;
 pertenencia: el patrimonio es de la sociedad;
 perdurabilidad: el patrimonio debe legarse a las generaciones futuras.
El Patrimonio pertenece y es producto de la sociedad, tanto en su materialización original como en su
contextualización actual. Pero no siempre la sociedad es consciente del valor de pertenencia que posee ni del
alcance del reconocimiento de todo lo que definimos como Patrimonio. Esta es la clave de la importancia que
establecemos en nuestra nueva definición de dicho vínculo, al que nosotros equiparamos con reconocimiento.
Es decir, que la misión de la Difusión es establecer un reconocimiento del patrimonio por parte de la sociedad.
 Este vínculo implica dotar a la relación patrimonio/sociedad de accesibilidad física e intelectual y de
sensibilización frente a los conceptos de fragilidad, perdurabilidad y pertenencia que aquejan al
patrimonio.
 La eficacia en el vínculo implica un trabajo en forma directa e indirecta con la sociedad:
 Directa cuando se gestiona a través de las instituciones del patrimonio: museos, archivos, bibliotecas,
centros históricos, yacimientos arqueológicos, espacios naturales protegidos, jardines botánicos,
reservas o jardines zoológicos y todos aquellos otros agentes culturales públicos o privados en cuyo
trabajo se incluya la gestión del patrimonio natural o cultural.
 Indirecta: cuando la difusión se incluye en planes o programas de formación y/o divulgación
profesional; en la relación con los medios de comunicación social; en programas de promoción e
información cultural a nivel general y/o en estrategias turísticas.
5.- Conclusiones.
En la actualidad asistimos también a la aparición de nuevos conceptos y tipos de Patrimonio, véase la
creación del Patrimonio Agrario (Carta de Baeza30), el desarrollo del Patrimonio gastronómico (incluido en
el Patrimonio Inmaterial pero desarrollando día a día una identidad singular y diferenciada. Véase la
declaración en septiembre de 2017 de la Pizza Napolitana como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad) o
el Patrimonio Virtual o Digital31 (Ejem: la primera página Web).
Observamos, por tanto, como el concepto de Patrimonio es un concepto dinámico en un estado de
renovación continua, a la par que la sociedad actual. De cara al futuro hemos de seguir promoviendo y
revalorizando también el concepto de Patrimonio Integral con el afán de unificar los conceptos “cultural” y
“natural” y así mejorar su protección. También se han de coordinar las políticas de conservación de ambos
tipos de bienes, buscar nuevas figuras de protección, así como proceder a agrupar los programas de
difusión y potenciar la educación y transmisión de los valores de protección de nuestro Patrimonio. Esta
labor comunicativa debe ser afín a los nuevos tiempos e integrarse con el desarrollo agigantado de las redes
sociales y los nuevos recursos tecnológicos.

30 La Carta de Baeza sobre Patrimonio Agrario es un documento surgido de las reflexiones de los investigadores del Proyecto PAGO
(El Patrimonio Agrario: La construcción cultural del territorio a través de la actividad agraria. Ministerio de Economía y
Competitividad) y de los asistentes al Seminario El Patrimonio Agrario: razones para el reconocimiento cultural de los bienes
agrícolas y ganaderos, celebrado los días 26 y 27 de octubre de 2012 en Baeza, y organizado por la Universidad Internacional de
Andalucía, en el campus Antonio Machado.
31 Patrimonio Virtual es un proyecto que nace de la mano de la Universidad de Alicante. Empleando las más avanzadas tecnologías
enfocadas al patrimonio ofrecemos formación e investigación aplicando ingeniería a la documentación y valorización del
patrimonio cultural.

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3.1 LA NOCIÓN DE PATRIMONIO

BIBLIOGRAFÍA

Ballart, Josep, (1997) El patrimonio histórico como recurso: valor y uso, Ariel.
Borsi, Franco, Introduzione alla Archeologia Industriale, Officina Ed., Firenze 1978.
GONZALEZ VARAS (2015), Patrimonio cultural: conceptos, debates y problemas, ED. CATEDRA.
Gosse, Marc (1997) Introducción a la mesa: El territorio como periferia, en AAVV. Conferencia Internacional
sobre Conservación de Centros Históricos y del Patrimonio Edificado, Universidad de Valladolid.
Hernando Carrasco, Francisco Javier, (1995) El pensamiento romántico y el arte en España, Cátedra, Madrid,
1995.
Prats Canals, Llorenç (1997) Antropología y patrimonio, Ariel.
Ortega Valcárcel, José, (1997) El patrimonio territorial: el territorio como recurso cultural y económico, en
AAVV. Conferencia Internacional sobre Conservación de Centros Históricos y del Patrimonio Edificado,
Universidad de Valladolid.
Roch, Fernando (1997), El territorio como recurso, en AAVV. Conferencia Internacional sobre Conservación de
Centros Históricos y del Patrimonio Edificado, Universidad de Valladolid.
MARIA ANGELES QUEROL (2010) Manual de gestión de patrimonio cultural. Akal.
Mª Ángeles Layuno El museo más allá de sus límites. Procesos de musealización en el marco urbano y
territorial. Universidad SEK. Segovia, 2007.
JOAN SANTACANA I MESTRE NAYRA LLONCH MOLINA (2016) El patrimonio cultural inmaterial y su
didáctica.

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