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2.

8) La investigación en el museo: objetivos y ámbitos


de actuación. El papel de los museos en el espacio
europeo de investigación y en la Ley de la Ciencia, la
Tecnología y la Investigación.

INTRODUCCIÓN

Desde su configuración moderna en el S.XX, el museo ha venido


realizando una serie de funciones indispensables para la
salvaguardia y el conocimiento del patrimonio histórico cultural.
Históricamente, han sido el afán de coleccionismo y la necesidad de
evitar su pérdida, los factores determinantes en la recolección y
almacenamiento de objetos en los museos. A ello hay que añadir el
afán de un constante aumento de fondos, la clasificación y
ordenación de las colecciones para su presentación pública y
posterior investigación y difusión cultural. Así, la documentación e
investigación de las colecciones es “la labor prioritaria sobre la que
se sustentan las otras”, una tarea compleja que incluye al menos las
funciones de registro, inventario y catalogación.

Todo objeto que entra en un museo, en primer lugar debe inscribirse


en el registro, con un número que varía en función de la procedencia
de la pieza y es la base del inventario general y de los catálogos. Esto
permite conocer la ubicación de la pieza, su relevancia y lugar
dentro del perfil de los contenidos del museo, su identificación y
análisis pormenorizado y todas aquellas conclusiones contrastadas,
razonadas o críticas. El listado completo de todas o parte de las
piezas pertenecientes al fondo del museo es el inventario: mientras
la ordenación de la totalidad o parte de los datos del museo, previo
establecimiento de categorías, se suele definir como el catálogo.
Existen infinidad de ellos, pero todos se engloban en topográfico,
monográfico y razonado o crítico.

La investigación en un museo debe entenderse como un compromiso


de los conservadores ante la propia colección; primero se deberá
investigar y conocer científicamente las obras, para poder
catalogarlas con rigor y, de esta manera, contribuir a que su difusión
responda a los criterios de garantía adecuados. La investigación es
una tarea básica, el fundamento a todas las funciones del museo,
pues no se puede proteger, conservar ni difundir el Patrimonio sin
conocerlo. Para desarrollar esta función los museos disponen de
herramientas como la biblioteca, el archivo, los laboratorios y
talleres. Con ellos la investigación se desarrolla en una doble
vertiente: como trabajo interno, y como resultado de la colaboración
con otras instituciones investigadoras.

CONCEPTO
Decía G.H. Rivière (1989) que “la función de investigación constituye
la base de todas las actividades de la Institución, ya que es lo que
ilumina su política de conservación y acción cultural”. Esta
información no ha perdido su vigencia por cuanto contiene la doble
naturaleza de la investigación que se realiza en los museos, la de
adquisición de nuevos conocimientos y la que traslada los resultados
de la labor científica a todas las áreas del museo.

La investigación en el museo no ha de ser un fin en sí misma, una


actividad cerrada. El museo precisa definir sus líneas prioritarias de
investigación, que han de seleccionarse en función de los intereses y
la identidad del museo. Se desarrollará en los campos a los que se
dedica, con el último objetivo del beneficio social. Debe abarcar
todas las esferas del museo: política de incremento de fondos,
documentación de las colecciones, programas de conservación y
restauración, y programas de difusión.

La creación, ampliación y tratamiento de los fondos requiere del


concurso del personal especializado. Respecto a esto debemos
destacar las palabras del informe anual de la Asociación Americana
de Museos, donde al referirse al trabajo intelectual del museo dice
textualmente: “El responsable trabajo intelectual, que es una marca
distintiva de los museos, es esencial para el pleno cumplimiento del
servicio público de ellos. Las decisiones acerca de las colecciones,
exposiciones, programas y de otras actividades, llevan consigo un
mensaje educacional poderoso y cargado de valor. Estas decisiones
requieren tanto excelencia en el trabajo intelectual como respeto por
los puntos de vista culturales e intelectuales que los objetos de las
colecciones de los museos representan y estimulan. El trabajo
intelectual en los museos apoya la educación, las exposiciones y los
publicaciones, además de informar al público, estudiantes y
académicos”.

Pero además, la investigación ha de poseer un carácter aplicado,


porque los museos han de cimentar en la investigación los mensajes
que ofertan a los ciudadanos, y de este modo hacerles partícipes de
un proceso, que en la mayoría de las esferas científicas es
minoritario y de escasa repercusión.

HISTORIA DE LA INVESTIGACIÓN EN EL MUSEO

En el museo, la investigación siempre ha ocupado un papel, que ha


ido evolucionando a medida que cambiaba el concepto de museo.
Buena parte de los museos fueron creados estrechamente
relacionados con la actividad investigadora. El origen científico de
muchas de las colecciones que conforman nuestros centros, fue la
consecuencia inmediata de un afán eminentemente erudito, producto
de la recogida de fondos, de expedientes, de campañas arqueológicas
y de una tarea coleccionista y de anticuario marcada por el prurito
de sabios y estudiosos, dedicados a esta privilegiada y minoritaria
tarea. Este sentido de laboratorio, de reducto de piezas de objeto de
culto, forjó a los museos como auténticos núcleos del saber.

Son los científicos, los eruditos, los investigadores o los artistas


destacados, los que dirigen los destinos de las colecciones, de los
futuros museos, y por ellos y para ellos van ampliando sus centros,
van dedicando sus esfuerzos a este menester, creando sin apenas
darse cuenta verdaderos archivos del futuro, recogiendo una
información que hoy es un tesoro insustituible en muchos campos del
saber humano. Así, en estas condiciones se crean los grandes museos
históricos europeos.

La sociedad que crea los museos, dentro de este marco, entiende que
está ejecutando una función primordial, la de recopilar piezas de
valor, generalmente histórico-artístico, y la de proceder de la mano
de los mejor las conocen, a su correcto tratamiento clasificatorio,
documental, de conservación y expositivo. Son varios siglos los que
están dominados por esta idea, podríamos afirmar que desde el
Renacimiento a la Revolución Francesa.

El museo vive, tras la Revolución Industrial, un proceso de cambios.


El acceso a los bienes culturales de la emergentes clases sociales, las
nuevas filosofías que determinan las políticas de clases y que centran
en la cultura buena parte de su discurso, van abriendo las puertas
del museo a sectores hasta entonces foráneos. Los intelectuales y
científicos siguen rigiendo los destinos de los museos, aunque las
transformaciones sociales ya apuntaban a unos nuevos usuarios de
los centros. La ósmosis de los distintos centros del saber se
ejemplifica en el papel que Academias, Universidades y Museos
poseen en estos tiempos, con el enriquecimiento consiguiente.

El siglo XX va a propiciar el consumo cultural como una parte más


del bienestar social. Los mecenas del pasado son los industriales del
presente, que recurren al acopio del legado cultural como un símbolo
de prestigio, como en otras épocas. En algunos países, especialmente
EE.UU., la mentalidad del libre mercado ligada a una sociedad
multicultural, abre la perspectiva del papel de los museos. En la
segunda mitad del siglo, los museos se van convirtiendo en
auténticos centros de participación ciudadana, reflejo de las
democracias imperantes. Los museos de Italia, Grecia, Portugal,
España y Francia, son más lentos que los del Norte de Europa. En
España el proceso se acelera a partir de los años 70. Con más
voluntad que medios, y sobre todo planificación, los museos
comienzan a diversificar sus funciones, teniendo en cuenta que ya el
fenómeno de apertura del museo era imparable. Van llegando los
escolares, los grupos de tercera edad, los discapacitados, hasta
completar hoy un denso espectro, teniendo los profesionales, en su
mayor parte de marcado cariz investigador, que reconvertirse. Esto
lleva a pensar que los museos deben reducir la investigación, y unos
profesionales se reciclan en nueve campos de la museología y otros
continúan con la investigación.

INVESTIGACIÓN INTERNA EN LOS MUSEOS

La toma de conciencia creciente sobre la importancia de la


investigación en España, se manifiesta en la Ley 14/2011, de 1 de
junio, de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación. Hoy la
investigación es una tarea intrínseca el carácter de estas
instituciones, puesto que está presente, de una manera o de otra, en
muchas de las actividades que el personal propio de un museo
desarrolla diariamente. La estrecha implicación que existe entre la
investigación y el resto de las funciones de un museo, desemboca en
el carácter dual de la profesión museística. Su personal debe ser
especialista en la materia del museo, en Museología y en
conocimientos ligados a su función.

El estudio de las colecciones asignadas al museo, la realización de


revisiones documentales y bibliográficas, los estudios
historiográficos sobre la disciplina o el pasado de la institución
forman parte de la investigación científica desarrollada por el museo.
Se trata, en la mayor parte de los casos, de tareas que pueden
desarrollarse internamente, con los recursos propios de la
institución, mejorando en su globalidad el conocimiento y la
valoración de la propia colección estable o de aspectos museísticos
con ella relacionados. El problema parece surgir cuando se enfoca el
segundo de los ámbitos propios de la investigación museística, el de
la especialidad concreta referida a las colecciones. En este caso, hay
que hacer referencia a una disciplina científica y asumir proyectos
de largo desarrollo. Además hay museos que, debido a su temática,
requieren de un trabajo de campo y de investigación sobre el
terreno. En este sentido, los museos arqueológicos, los
antropológicos o los de ciencias naturales, no se conciben sin una
labor de investigación continuada, que permita actualizar los
conocimientos de unas ciencias en continua renovación.

El museo presenta una dualidad en cuanto a su función


investigadora. Por una parte es un centro de investigación aplicada,
ya que la información que obtiene y custodia, tiene una utilidad
inmediata, para orientar las futuras adquisiciones, políticas de
conservación, exposiciones, y líneas de difusión del museo. Además
son centros de investigación de mayor alcance, puesto que el trabajo
desarrollado por su personal, supera los márgenes delimitados por la
colección.

Investigación de colecciones
El conocimiento de sus colecciones es el primer objetivo de un museo
como centro de investigación y documentación y la catalogación de
los objetos es el primer paso en esta investigación, que debe recoger
todos los datos posibles sobre las piezas: contexto histórico, técnicas,
etc. Su reordenación es una tarea básica de documentación, que
constituye un primer nivel de análisis e investigación de la cultura
material. Esta investigación primaria permite establecer una base
para realizar estudios de mayor profundidad, con el fin de
desentrañar las relaciones entre los objetos y su interpretación.

Investigación de la historia del museo

Al conocimiento de las piezas se une el del museo como institución.


Es habitual, y necesario, que el personal técnico desarrolle trabajos
de investigación en los que se rastrean y reconstruyen distintos
aspectos relacionados con el pasado del museo. Por ejemplo, las
circunstancias y contexto histórico de su fundación, la trayectoria
personal, profesional o familiar del fundador y el origen y formación
de sus colecciones. También es necesario conocer la historia del
edificio con sus modificaciones y ampliaciones, así como los
sucesivos montajes museográficos que ha habido en sus salas. Este
caudal informativo sobre el pasado del museo es imprescindible para
definir la orientación futura, planificar diseños museográficos y
estrategias de difusión cultural acordes con su propia identidad.

Investigación en conservación

Además de conocer los objetos que custodia el Museo, es necesario


posibilitar su transmisión. Por ello, es un deber prioritario del museo,
la preservación de sus colecciones. La observación diaria de los
problemas de conservación que presentan los fonos del museo,
desemboca en la necesidad de abordar una línea de investigación
que analice la patologías y posibles soluciones de las colecciones. Así
el personal debe estudiar nuevas técnicas de conservación,
tratamiento y restauración de materiales. Para desarrollar esta
función conservadora, es fundamental la existencia de talleres de
restauración y laboratorios de análisis químico, físico y radiológico.

Investigación del público

Además de las líneas anteriores, tanto la evaluación de las


exposiciones, como los estudios de público, se integran en una línea
de investigación que el museo no debe descuidar. Para ello, la
Museología utiliza métodos de la Sociología, la Antropología, y la
Psicología, tanto Social como Cognitiva.

PROYECCIÓN EXTERNA EN LOS MUSEOS


Uno de los servicios públicos del museo es el apoyo al investigador
externo a través del acceso a su biblioteca y colecciones. Por otra
parte, hay que mencionar los contactos que se mantienen con otras
instituciones investigadoras, como el Centro Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC) y los departamentos
universitarios, y la labor que desempeña el museo como difusor de
resultados de trabajos de investigación, a través de sus publicaciones
y de la organización de encuentros científicos. Todas estas iniciativas
convierten la investigación en un motor más para favorecer la
proyección externa del museo y su presencia en la sociedad.

Proyectos de investigación

El desarrollo de proyectos de investigación y la concesión de ayudas


para que se lleven a cabo estaban regulados en España por la Ley
13/1986, de 14 de abril, de Fomento y Coordinación General de la
Investigación Científica y Técnica, que estableció el Plan Nacional de
Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico (Plan Nacional de
Investigación y Desarrollo [I+D]). La ley menciona como objetivos de
este plan general, entre otros, la defensa y conservación del
Patrimonio Artístico e Histórico, el fomento de la creación artística y
el progreso y difusión de la cultura en todos sus ámbitos, objetivos
todos ellos relacionados con los fines de los museos.

Dicha ley reconoce a determinadas instituciones como Organismos


Públicos de Investigación (OPIS), entre los cuales tiene especial
relevancia el CSIC por su carácter plurisectorial. Los museos no
están incluidos por el momento en los OPIS, aunque se está
considerando esta posibilidad puesto que son instituciones que tiene
entre sus objetivos la investigación científica y realizan tareas de
apoyo a la misma. Esta propuesta va a ser trasladada al Foro de
Comunicación con las Comunidades Autónomas del Ministerio de
Cultura.

Los profesionales de los museos tienen la posibilidad de integrarse


en proyectos dependientes del Plan Nacional de I+D. Estos proyectos
se desarrollan como colaboración entre varias instituciones,
fundaciones o empresas públicas o privadas, y se traducen, en
trabajos conjuntos que implican al personal técnico de los museos,
con otros investigadores procedentes, por ejemplo, del CSIC, as
universidades, el Instituto del Patrimonio Histórico Español, etc.

La nueva Ley de la Ciencia (Ley 14/2011, de 1 de junio, de la Ciencia,


la Tecnología y la Innovación) deroga la mencionada Ley de 1986.
Desde unos principios novedosos que tratan de hacer frente a los
retos del nuevo milenio, en los que se reconoce la importancia del
I+D+i en los nuevos procesos de desarrollo económico. Se plantea la
investigación española partiendo de la creación de un Sistema
Español de Ciencia, Tecnología e Innovación, con un nuevo ámbito de
actuación alcanzado mediante el concierto del Estado central, las
Comunidades Autónomas y la empresa privada.

El artículo 38 (cultura científica y tecnología) declara que “las


Administraciones Públicas fomentarán las actividades conducentes a
la mejora de la cultura científica y tecnología de la sociedad a través
de la educación, la formación y la divulgación, y reconocerán
adecuadamente las actividades de los agentes del Sistema Español
de Ciencia, Tecnología e Innovación”. Desde estos principios, se
crearán Planes Estatales de Investigación Científica y Técnica y entre
sus objetivos estará apoyar a las instituciones involucradas en el
desarrollo de la cultura científica y tecnológica mediante el fomento
e incentivación de la actividad de museos, planetarios y centros
divulgativos de la ciencia.

En la disposición adicional decimocuarta aparece otra referencia a


los museos españoles y su relación con la investigación, se
consideran al Museo Nacional del Prado, la Biblioteca Nacional de
España (BNE), el Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE),
la Filmoteca Española, adscrita al Instituto de la Cinematografía y de
las Artes Audiovisuales, y los museos y archivos de titularidad y
gestión estatal, entre otras instituciones, como agentes de ejecución
a los efectos de los dispuesto en la ley. De este modo, podrán
contratar personal investigador de carácter temporal para la
realización de proyectos específicos de investigación científica y
técnica.
Existe, asimismo, la opción de participar en proyectos financiados
por la Unión Europea. Éstos se integran en el Programa Marco de
Investigación de la Unión Europea; propuesto y ejecutado por la
Comisión Europea tras la aprobación del Consejo y el Parlamento
europeos. Implican la colaboración entre varios países y por lo tanto
la búsqueda de socios, pudiendo solicitarlos cualquier persona física
o jurídica, constituida en virtud de la legislación nacional,
internacional o comunitaria.

Congresos y publicaciones

Los museos impulsan la celebración de congresos, asambleas o


encuentros sobre materias relacionadas con su temática. Así, el
museo se convierte en un foro científico que ofrece a los
investigadores la oportunidad de difundir sus aportaciones en la
materia objeto del congreso. Es más frecuente la programación de
ciclos de conferencias y cursos, a través de los cuales el museo
proporciona un medio de presentar los resultados de la investigación
en un campo determinado. Estas conferencias hacen de la
divulgación científica, otro de los principales servicios que ofrece el
museo a la sociedad.

Las publicaciones son el resultado más palpable de la labor


investigadora y la contribución más valiosa para el avance científico
general y el trabajo posterior de investigadores de otras
instituciones. De particular utilidad para el investigador son las actas
de congresos, los catálogos de colecciones permanentes y
exposiciones temporales y las revistas científicas.

BIBLIOTECAS EN LOS MUSEOS

La biblioteca es esencial para posibilitar la investigación científica.


En 1998, el Parlamento Europeo elaboró la Resolución aobre el papel
de las bibliotecas en la sociedad moderna. En uno de sus apartados
define a la biblioteca como apoyo imprescindible para los museos,
afirmando que “las bibliotecas revisten una especial importancia
para mantener vivas la lengua, la literatura y la cultura propias y en
este ámbito existen abundantes posibilidades de cooperación con los
museos, los archivos y otros agentes culturales”

En España existe interés en explotar las posibilidades de las


bibliotecas de los museos y mejorar su gestión, como se desprende
de la celebración de seminarios sobre este tipo de bibliotecas en el
Museo Arqueológico Nacional. En las distintas intervenciones se ha
subrayado el cariz más especializado y por tanto más apto para
servir al investigador, que estas instituciones presentan en relación
con el resto de bibliotecas de acceso público. Lo que distingue a la
biblioteca del museo, en cuanto a la composición de sus fondos, es
que junto a las monografías, obras de referencia y publicaciones
periódicas sobre el tema que sea especialidad del museo, disponen,
en número muy superior al habitual, de catálogos de colecciones
permanentes, de exposiciones temporales y de subastas. La
biblioteca del museo debe contener, además, tesis doctorales
relacionadas con la temática del museo, y material efímero (noticias
de prensa, anuncios de exposiciones, reseñas bibliográficas, etc);
siempre con el objetivo de ofrecer estos materiales, poco accesibles
por otros medios, al investigador.

Las bibliotecas de museos cumplen la doble tarea de ofrecer sus


servicios, tanto al personal técnico propio como al investigador
externo, quienes tienen acceso a la lectura en sala, orientación
bibliográfica y reprografía. Esto se completa con la informatización
de los catálogos y en el futuro serán cada vez más, las que den
acceso a ellos a través de Internet.

DEPARTAMENTO TÉCNICO DE INVESTIGACIÓN

Los departamentos técnicos de investigación de los museos


estatales, gestionados por la Dirección General de Bellas Artes y
Bienes Culturales, tienen encomendadas las siguientes funciones:
 Elaborar instrumentos de descripción y catalogación para el
análisis científico de los fondos, trabajando en colaboración
con el Departamento de Documentanción.
 Realizar investigaciones en el área de su competencia y emitir
los informes científicos que le sean solicitados, incluyendo la
recogida y registro de datos referentes al contexto de los
objetos, por medio de trabajos de campo y acopio de esos
objetos, para su preservación y defensa.
 Publicar y difundir los resultados de las investigaciones del
museo, y supervisar el contenido científico de cualquier
publicación del centro.
 Programar y proyectar la exposición permanente en su aspecto
científico, así como colaborar en la organización de
exposiciones temporales.
 Estudiar las necesidades científicas de incremento de los
fondos.
 Colaborar en programas de investigación de instituciones
ajenas al museo.
 Prestar servicio de asesoramiento e información a los
investigadores en lo referente a los fondos del museo y, en la
forma que establezca la Subdirección General de Museos
Estatales.
 Asistir al director en la elaboración de la memoria anual,
presentando un informe sobre las actividades del
departamento.

INVESTIGACIÓN SOBRE MUSEOS

El museo es también tema de investigación por parte de la


Museología. La Secretaría del Consejo de Universidades mantiene
actualizada la Base de Datos TESEO, donde se recoge información
acerca de las tesis doctorales leídas y consideradas aptas en las
universidades españolas desde 1976. Entre ellas son muy numerosas
las que estudian distintos aspectos relacionados con colecciones
museísticas, pero también las que abordan el museo como tal.

EJEMPLOS CONCRETOS DE INVESTIGACIÓN EN MUSEOS


ESTATALES: MÉRIDA Y ALTAMIRA.

En los años anteriores las dificultades para llevar a cabo proyectos


de investigación han sido notoria, ya que la Ley de 1986 no permitía
a los museos ser titulares en proyectos de investigación y debían
colaborar en proyectos con otras entidades. Pese a ello, algunos
museos buscaron financiación, y sacaron adelante proyectos, como el
Museo de Arte Romano de Mérida y el Museo de Altamira. El
primero, amparándose en la Asociación de Amigos del Museo, ha
logrado solucionar problemas de financiación en investigación y
conseguir una buena política de publicaciones.
En el Museo de Altamira, se refleja en el desarrollo de proyectos de
investigación en arqueología experimental para su inclusión en la
oferta didáctica del museo; en la abundante producción bibliográfica
relacionada con los diferentes programas de investigación y en la
participación en comités y proyectos en el extranjero. La
investigación en arqueología experimental ha repercutido en la
realización de talleres con los visitantes, así la iluminación de la
neocueva en el Día de los Museos con lámparas de tuétano, o la
práctica de tiro con azagayas a raíz del descubrimiento en la cueva
del Castillo del único propulsor paleolítico encontrado en la
Península Ibérica.

A parte de la realización de actividades de divulgación científica, los


museos deben proyectar su imagen científica hacia otro tipo de
usuarios; el experto y el investigador. La organización y asistencia a
congresos han sido una de las actividades que más han destacado en
el Museo de Altamira. La edición de la serie Monografías del Museo
de Altamira, además de la producción bibliográfica de investigadores
vinculados al museo, dan una idea de la intensidad del trabajo que se
viene desarrollando en el centro. Como ejemplo, entre 1994 y 2007,
la producción bibliográfica del personal técnico y de las
investigadores vinculados al Museo, ha generado más de ciento
veinte referencias sobre Prehistoria, Museología y Conservación.

RELACIÓN ENTRE LOS MUSEOS Y LA LEY DE LA CIENCIA, LA


TECNOLOGÍA Y LA INVESTIGACIÓN

La Constitución Española, en el artículo 44.2. dispone que “Los


poderes públicos promoverán la ciencia y la investigación científica y
técnica en beneficio del interés general”. Sitúa esta obligación al
lado del mandato de promoción y tutela del acceso a la cultura. En el
reparto de competencias, las Comunidades Autónomas tienen
atribuciones, también el Estado, que tiene el deber de coordinar. En
uso de las competencias de coordinación, el Estado aprobó la Ley
14/2011, de 1 de junio, de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación,
la norma más importante dedicada a la investigación del
ordenamiento jurídico español. Considera que la investigación, el
desarrollo experimental y la innovación son los elementos sobre los
que ha de asentarse el desarrollo económico sostenible y el bienestar
social, y sirven para resolver problemas esenciales de la sociedad.

No son muchas las conexiones entre esta ley y los museos, pues la
esfera de interés principal de la ley es la creación de un sistema e
investigación e innovación y la transferencia del conocimiento
obtenido a las empresas para fortalecer su posición competitiva en
una economía global en la que el denominado I+D+i es decisivo. Nos
centremos en las atribuciones a los museos, sin profundizar en los
temas que regula la ley; el Sistema Español de Ciencia, Tecnología e
Innovación y las competencias propias del Estado, la regulación del
personal investigador. Aunque hay que tocas estos aspectos para
entender la política de investigación, están lejos de la función social
de los museos.

La ley crea un Sistema Español de Ciencia, Tecnología e


Innovación en el que se integran los agentes de coordinación, de
financiación y de ejecución. Con él se pretender que la coordinación,
colaboración y cooperación entre esos agentes mejore la situación de
investigación, desarrollo e innovación. Es decir, le ley procura un
entorno de colaboración entre los agentes para mejorar en forma de
sinergia. Hay que mencionar aquí que los museos y archivos de
titularidad y gestión estatal, según la disposición adicional 14 ª, son
considerados agentes de ejecución de la investigación, aunque su
aportación a la ejecución investigadora no sea tan destacada como la
de otros centros.

El órgano de coordinación de este Sistema, en el que se integran


varias Administraciones Públicas, es el Consejo de Política
Científica, Tecnología y de Innovación, que recoge la opinión de
la Administración General del Estado, y de las Comunidades
Autónomas. Los principales instrumentos para perfilar estas políticas
de investigación y de innovación son la “estrategia Española de
Ciencia y Tecnología” y la “Estrategia Española de Innovación”. Las
dos Estrategias están refundidas en una para el período 2013-2020.

Como se trata de una ley estatal que no quiere invadir competencias


de otras entidades territoriales, destina normas más definidas
para la Administración General del Estado, como la creación de
una Comisión Delegada del Gobierno para estos temas o dos planes
de Investigación Científica y Técnica, por un lado, y de Innovación,
por el otro. Como ocurre con las dos Estrategias las dos Planes está
reunidos en un solo documento, para el periodo 2013-2016.

La ley regula el personal investigador al servicio de las


Universidades Públicas y de los Organismos Públicos de
Investigación, ya sean de la Administración General del Estado o de
otras Administraciones Públicas. Establece bases reguladoras para el
personal investigador de todas las Administraciones Públicas;
selección, contratos, movilidad, derechos, deberes, etc.

Para el final dejamos el diseño de medidas de fomento de la


investigación, innovación y transferencia del conocimiento obtenido
en la investigación entre los agentes y el sector productivo. Hay
muchas medidas de fomento para favorecer estos aspectos, así como
la formación o la iniciación a la investigación o la innovación de
jóvenes o jóvenes empresas. También incide en políticas
transversales, como la política de género o de inclusión de la
discapacidad. Pero la ley no especifica las medidas de fomento, sólo
cita convenios de colaboración entre agentes, y la creación de
unidades de excelencia.

Por lo que afecta a los museos es importante el otorgamiento de


funciones para la divulgación y a la cultura científico-técnica en la
sociedad. Para ello, se prevén medidas de apoyo a los museos, ya que
los museos tienen la función de contribuir a la cultura científico-
técnica de la sociedad. La ley también destaca la misión de los
museos de conservación del patrimonio científico y tecnológico
histórico. Por lo tanto, los museos de titularidad y gestión estatal,
según esta ley, en otros casos otros museos tendrán una
consideración similar, son agentes de ejecución de la investigación al
hacer investigaciones propias o colaborativas. Pero el papel de los
museos se extiende de forma principal a la difusión y a la creación de
una cultura científica, técnica e innovadora. La tercera función
atribuida es la de conservación del patrimonio histórico científico.

Ni en las Estrategias ni en los Planes estatales citados, como normas


de desarrollo de la ley, se observa ninguna referencia a los museos.
La divulgación y creación de una cultura científica dentro de la
sociedad española aparecen en un plano secundario en comparación
con la importancia de la investigación, innovación y transferencia de
conocimiento entre investigadores y empresas. Sólo se hace una
declaración de intenciones:

“El PLAN ESTATAL tiene entre sus objetivos fomentar e incentivar el


acercamiento de la ciencia, la tecnología y la innovación a los
ciudadanos acortando distancias entre el mundo científico y
tecnológico y la sociedad en general. La difusión a la sociedad de los
avances y resultados científicos y tecnológico de las actividades de
I+D el fomento del diálogo entre Universidades y centros de I+D, el
fomento del diálogo entre Universidades y centros de I+D con los
ciudadanos y sus entornos, etc. Constituyen actividades inherentes a
la comunicación social e la ciencia y contribuyen a estimular la
creatividad, la curiosidad y la vocación científica de los más jóvenes.

Igualmente, la cultura científica, tecnológica e innovadora de una


sociedad es una variable que influye decisivamente en la capacidad
de la misma para adaptarse a los cambios tecnológicos, absorber
tecnologías y los nuevos usos de las misas o participar activamente
en procesos abiertos de innovación. Especial atención se prestará a
la difusión de la cultura científica entre el tejido empresarial con
objeto de favorecer del diálogo y potenciar la colaboración entre
ambos. Por tanto y a través del diseño actuaciones específicas de
carácter transversal el PLAN ESTATAL fomentará los valores ligados
a la ciencia, la tecnología y la innovación en nuestra sociedad;
mejorará los canales de comunicación y difusión social de la ciencia
y la tecnología existentes y fomentará la construcción de una
identidad colectiva e imagen de España como un país de ciencia e
innovador”.
LOS MUSEOS EN EL ESPACIO EUROPEO DE INVESTIGACIÓN.

El espacio europeo de investigación (ERA, European Research Area)


es un área de colaboración para la investigación creada bajo la
cobertura de la Unión Europea, en la que la Comisión Europea hace
recomendaciones o invitaciones (la fórmula utilizada en la
Comunicación para agentes y Estados es “are invited to”) a
particulares, Estados miembros e instituciones de la Unión Europea
para fortalecer la investigación en esta área, en competencia
mundial con otra. No llega más allá de la invitación, pues no se trata
d euna competencia cedida a la Unión Europea. Tiene sus cimientos
en un acuerdo del Consejo Europeo celebrado en Lisboa en 2000.
Actualmente está regulado por una Comunicación de la Comisión
Europea al Parlamento, al Consejo, al Comité Económico y Social y al
Comité de las Regiones de 2012. Las prioridades que se indican en
esta comunicación son las siguientes:
 Maximizar la eficacia de los sistemas de investigación
nacionales.
 Optimizar la cooperación entre los estados miembros.
 Mejorar la circulación de los investigadores entre los estados
miembros.
 Favorecer el acceso por parte de la sociedad y la transferencia
de conocimiento entre los agentes, también superando las
fronteras de los diferentes estados.
 Integración de la perspectiva de género en las políticas de
investigación.

En la prioridad de favorecer el acceso de la ciencia por la sociedad,


los museos pueden tener alguna función no concretada en la
Comunicación o en los documentos de seguimiento de esta
Comunicación. Sin embargo, si ya resulta difícil entender la
importancia del papel de los museos en la ejecución investigadora en
la ley española, en esta ley el papel de los museos es contribuir en la
divulgación científica y la conservación del patrimonio científico. El
papel reservado a las instituciones museísticas debe estimarse
menor en esta incipiente política de investigación de la Unión
Europea.

CONCLUSIÓN

Puede entenderse que, si bien los museos participan en las políticas


de investigación, su papel no es relevante dentro del sistema de
investigación e innovación al nivel de otros centros de investigación.
Lo más importantes es la tarea de contribuir a la divulgación
científica. Entienden que la función de investigación de los museos
está más al servicio de la conservación y la propia difusión del
patrimonio cultural, mientras su soporte para la investigación y la
innovación con proyección a la aplicación técnica es menos
importante.

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