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Manual
de museos
Josep Ballart Hernández
EDITORIAL
SINTESIS
24 Parte I: El museo y sus estructuras
Los museos cuyas funciones hemos sintetizado, no trabajan aislados del mundo, sino
ejerciendo su particular cometido como instituciones culturales especializadas en la
adquisición, conservación, estudio y divulgación de unos bienes que forman parte
del patrimonio cultural material universal, dentro de un marco institucional y legal.
Es por ello que en su trabajo particular, cada museo (a menudo no es el propio museo
como tal sino la institución o autoridad del cual depende) conforma con otras orga
nizaciones o instituciones públicas y privadas que intervienen en la gestión del patri
monio mundial, un entramado complejo que crece con el paso del tiempo y se hace
más intenso y rico. Ser conscientes de esta complejidad es importante dado el nivel
de globalización de nuestro mundo contemporáneo, que permite que una exposi
ción concebida en Amsterdam, por ejemplo, se pueda contemplar sucesivamente en
museos de Málaga, Palermo o Singapur. O entender cómo es posible que un museo
local reciba estímulos en forma de premios y subvenciones de la Unión Europea. O
que algunas empresas multinacionales patrocinen grandes exposiciones-gancho capa
ces de atraer a segmentos de público cada vez mayores.
Todo museo, además, se moldea como organización, se administra a sí mismo y
se relaciona con el mundo, en función de la autoridad que asume su responsabilidad
legal y económica, que normalmente es la autoridad que lo instituyó. En España tra
dicionalmente han sido las administraciones públicas las que han ejercido de forma
preponderante este papel fundacional y tutelar; sin embargo, en países como Esta
dos Unidos es la iniciativa privada la que históricamente ha prevalecido.
A) Un caso
Cuadro 1.1
La interacción institucional por niveles
A) Internacional
2. Convención sobre las medidas que se han de adoptar para prohibir e impedir la
exportación, importación y transferencia de propiedad ilícitas de bienes cultura
les (París, 1970).
3. Convención sobre la protección delpatrimonio culturaly natural del mundo (París,
1972), que da lugar a la lista de Bienes del Patrimonio de la Humanidad.
4. Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y
flora silvestres (Washington, 1973).
5. Convención de las Naciones Unidas sobre la diversidad biológica (1992).
6. Convención de la UNESCO sobre la protección del patrimonio cultural suba
cuático (2001).
7. Convención para la salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial (2003).
Las Recomendaciones, cuyo número es notable (consúltese Ballart, J., 2001), son
documentos jurídicos de carácter no vinculante que pretenden orientar la toma de
decisiones de las administraciones públicas de los países en temas de patrimonio.
Entre las organizaciones de la UNESCO que trabajan para que surtan efecto sus
iniciativas conservacionistas hay que hacer mención especial del ya citado ICOM.
El Consejo Internacional de Museos, fundado en 1946 y con sede en París, tiene
como misión principal asesorar a la UNESCO en materia de museos. Se trata de la
mayor organización profesional internacional dedicada a la promoción y desarrollo
de los museos y de sus profesionales. Tiene sus propios estatutos (veíamos que incluía
la definición de museo en ellos) y sus aproximadamente veintiún mil miembros se
organizan en comités nacionales (hay actualmente 115 comités nacionales consti
tuidos) y en comités internacionales de carácter técnico, de los cuales hay 30 fun
cionando. Su cometido abarca seis campos: la cooperación profesional, la disemina
ción de conocimiento relativo a los museos, la formación, el progreso de los estándares
profesionales, la ética profesional y la preservación del patrimonio y lucha contra el
tráfico ilícito de bienes culturales. Sus publicaciones —Museo y Noticias del ICOM—
así como su Centro de Información y Documentación, son una referencia obligada
para todos los profesionales de los museos.
B) Supraestatal
a) El Consejo de Europa
t. I
28 Parte I: El museo y sus estructuras
del patrimonio cultural de los países de Europa. Recientemente parte de sus tradicio
nales responsabilidades, medidas en términos de políticas y de acciones concretas, han
pasado a la Unión Europea. Se pronuncia a nivel jurídico mediante Recomendaciones
a los Estados miembros, Declaraciones y Convenios que son de obligado cumplimiento
para los países miembros; como por ejemplo, el Convenio para la salvaguarda del patri
monio arquitectónico de Europa* de 1985. Para la promoción del acervo museístico euro
peo instituyó el premio “Museo Europeo del Año”, de gran prestigio. Este premio
por ejemplo recayó en 2004 en el Museo Arqueológico de Alicante, reconociéndo
sele su originalidad y claridad expositiva.
b) La Unión Europea
C) Estatal
Sólo los Estados son plenamente soberanos, por tanto sólo ellos pueden dictar
leyes y hacer que se cumplan. En los otros dos niveles superiores no hemos visto apro
bar propiamente leyes sino convenciones, convenios u otros instrumentos jurídicos
de ámbito internacional cuyo valor principal es que comprometen a los Estados que
los firman. La importancia de la UNESCO o del Consejo de Europa como institu
ciones internacionales reside sobre todo en el valor testimonial de las acciones que
promueven y en su capacidad de aunar esfuerzos y crear sinergias para llevar a cabo
acciones comunes de defensa del patrimonio de todos. Pero son los Estados quienes
tienen la responsabilidad mayor y más directa en la defensa, fomento y financiación
del patrimonio de los pueblos.
a) La Ley
España como Estado soberano, se autotransformó con la Constitución española
de 1978. Ella es el origen de una revolución insospechada también para el patrimonio
cultural y los museos de España. Tres hitos sobresalen. Veámoslos uno por uno.
En su artículo 46 la Constitución obligó a los poderes públicos a garantizar una
correcta conservación del patrimonio histórico, cultural y artístico del país, sin dis
tinguir ni régimen jurídico ni titularidad, y a promover su enriquecimiento. El sil
bato de salida de una nueva forma de concebir la defensa del patrimonio cultural del
país estaba dado, con lo que urgía aprobar una ley que pusiera al día conceptos bási
cos y mecanismos administrativos de intervención, al tiempo que ordenase la com
plicada madeja de decretos y normativas que estaban vigentes. Esta ley fue la Ley
16/1985 de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español (PHE).
tintos elementos singulares del patrimonio, distinguiendo sólo entre bien mueble y
bien inmueble. Reconoció el patrimonio como un bien de disfrute general indepen
dientemente de quien Riera en cada momento su titular o propietario, con lo que reva
lorizó la función social del patrimonio, y comprometió más a las administraciones
públicas al hacer recaer su tutela en el Estado. A efectos de protección real efectiva,
todos los bienes culturales pertenecientes a museos o a instituciones públicas queda
ron de oficio declarados bienes de interés cultural, debiendo ser inventariados. Más allá
de estos bienes específicamente designados, la ley estableció una jerarquía de niveles de
protección de acuerdo con la importancia de los bienes a proteger. Otra aportación
interesante de la misma es su definición de museo, que no se aparta ni un ápice de lo
establecido por el ICOM. En lo que respecta al fomento y enriquecimiento del patri
monio, la ley de 1985 es bastante parca. En cualquier caso tras su aprobación se insti
tucionalizó el llamado uno por ciento cultural, por el que toda obra pública con un
presupuesto superior a cierta cantidad (sometida a actualización), debía incluir una par
tida equivalente al uno por ciento de los caudales procedentes de las administraciones
públicas para financiar actividades de fomento y enriquecimiento del patrimonio.
La Constitución abrió el camino, segundo hito importante, para que se pudiera
sancionar penalmente el expolio y otros delitos contra el patrimonio, cosa que antes
no sucedía pues sólo se podían fijar sanciones administrativas. Tales delitos queda
ron tipificados definitivamente en la nueva Ley Orgánica 10 del Código Penal, apro
bada en 1995, y en la Ley Orgánica 12 de represión del contrabando, del mismo año.
Tercer hito, la Constitución dejó vía libre a las Comunidades Autónomas para
asumir competencias en materia de museos, con lo que se ponía fin al tradicional
mente alto grado de centralización de los museos en España. Estos cambios conlle
varían asimismo que se fueran aflojando los rígidos modelos de organización y ges
tión de museos tan habituales en las administraciones públicas hasta entonces.
I En España existe una red única de museos del Estado gestionada por autorida
des u organizaciones gubernamentales diferentes. Un grupo importante de esos museos,
los llamados museos estatales, están gestionados directamente por el Ministerio de
Cultura o a través de Organismos Autónomos (caso del Museo del Prado y del Museo
Reina Sofía) o de fundaciones (caso del Museo Thyssen-Bornemisza y del Museo Láza
ro Galdiano). Los museos dependientes directos del Ministerio de Cultura son, por
i
ciudades, los siguientes: en Madrid, Museo Arqueológico Nacional, Museo Nacio
nal de Artes Decorativas, Museo Romántico, Museo del Traje, Museo Sorolla, Museo
Nacional de Antropología, Museo Nacional de Reproducciones Artísticas, Museo de
América, Museo Cerralbo; en Valladolid, Museo Nacional de Escultura y Museo Casa
de Cervantes; en Valencia, Museo Nacional de Cerámica y de las Artes Suntuarias
González Martí; en Toledo, Museo Sefardí y Museo del Greco; en Almagro, Museo
í
El museo como institución 31
del Teatro; en Mérida, Museo Nacional de Arte Romano; en Cartagena, Museo Nacio
nal de Arqueología Marítima; en Santillana del Mar, Museo Nacional y Centro de
Investigación Altamira.
El organismo responsable de los museos estatales es la Dirección General de Bellas
Artes y Bienes Culturales, que ejerce sus funciones a través de la Subdirección General
de Museos Estatales. Estos organismos centrales cuentan con una Junta Superior de
Museos como órgano consultivo, siendo una de sus funciones principales, el ejercer
de puente con los museos gestionados por las Comunidades Autónomas. Se trata de
ejecutar el mandato de la Ley 16/1985 del PHE de promover la cooperación entre los
museos de España en el marco de un Sistema Español de Museos al que volunta
riamente los diversos museos pueden integrarse. Otros organismos dentro del orga
nigrama del Ministerio de Cultura, con misiones específicas en el campo del patrimo
nio, son la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de los Bienes del Patrimonio
Histórico Español y el Instituto del Patrimonio Histórico Español. Pero otros minis
terios aparte del de Cultura también gestionan museos, básicamente por razones his
tóricas, caso de los museos militares dependientes del Ministerio de Defensa.
Otro grupo importante de museos del Estado tiene la gestión transferida a las
Comunidades Autónomas. Muchos de estos museos se denominaban en el pasado
Museos Provinciales, por ubicarse en capitales de provincia —representación del nivel
de descentralización administrativa que tenía el Estado unitario centralizado—; y aun
cuando siguen manteniendo la titularidad del Estado, por ser éste el propietario de
colecciones e instalaciones, dependen ahora en su gestión de las Comunidades Autó
nomas. Los convenios suscritos al respecto entre administraciones, especifican en
cada caso las particularidades de tal cesión.
Hay también museos del Estado gestionados por otros organismos públicos, des
tacando a este respecto los museos que constituyen la red del Patrimonio Nacional.
Es éste un organismo muy peculiar toda vez que tiene una estructura de gestión pro
pia y un estatuto jurídico particular. La Ley 23/1982 de 16 de junio dice que son
bienes del Patrimonio Nacional aquellos de titularidad del Estado afectados al uso y
servicio de la Corona para el ejercicio de la alta representación que la Constitución
y las leyes le atribuyenJJ
D) Autonómico o regional
Una vez completado prácticamente este proceso en España, se observa que las Comu
nidades han tendido a introducir en su legislación elementos novedosos y singulares, tan
to para dar contenido a su visión de lo peculiar, como para responder a insuficiencias que
la experiencia de aplicación de la ley española había puesto de relieve. Asimismo, el desa
rrollo reciente de las normativas internacionales ha reclamado un esfuerzo de puesta al
día que a menudo la labor legislativa regional ha podido contemplar. También hay que
señalar que con la asunción de competencias las Comunidades han podido crear nuevos
museos propios, constituyendo una red de museos públicos paralela a la estatal.
Relativo al argumento de la singularidad, cabe citar el caso de Cataluña. El Esta
tuto de Cataluña asigna al Gobierno de Cataluña (la Generalitat) la competencia
exclusiva sobre los museos propios, es decir, no estatales, que podrá compartir con
los gobiernos locales. Por su parte la Ley de Museos de Cataluña de 1990 establece
al margen de su titularidad, una articulación de los museos en cuatro categorías: nacio
nales (con visión global de Cataluña y extensión de sus servicios por todo el territorio),
de interés nacional, comarcales y locales, y monográficos. Y la Ley del Parlamento de
Cataluña sobre el patrimonio cultural catalán de 1993 reafirma el aumento de pro
tagonismo de los entes locales al instituir una categoría nueva de protección de los
bienes culturales locales (los Bienes de Interés Local) apoyada técnicamente por la
introducción de la figura del arqueólogo municipal.
Cabe mencionar también, en este nivel regional, el papel activo que ejercen en
defensa del patrimonio determinadas organizaciones no públicas como la Iglesia cató
lica. La organización de la Iglesia católica a nivel territorial interviene a través de los
obispados y las diócesis en el campo de los museos. Como ejemplo de realizaciones
se podría acudir al nuevo Museu Episcopal de Vic inaugurado hace unos pocos años,
o a la remodelación del Museu de Montserrat (en la misma abadía de la patrona de
Cataluña). Ambos podrían citarse como dos de los importantes hitos museísticos
impulsados por la Iglesia católica catalana.
Como organización no pública destacada dedicada en otros lugares de España a
la conservación y difusión del patrimonio, se puede aludir, por ejemplo, a la Fun
dación Las Edades del Hombre, con sede en Castilla y León, comprometida con el
patrimonio artístico de la Iglesia católica de la región.
E) Local
Este nivel está protagonizado en la mayor parte de países por los municipios y los
distritos municipales, aunque en ciertos países existe un nivel administrativo supra-
local con competencias a un nivel superior que recibe denominaciones variadas, como
departamento, condado, etc. Las competencias de los gobiernos municipales en patri
monio varían, por tanto, mucho de un país a otro. En el caso de España han sido
tradicionalmente muy limitadas. Pero esta norma está cambiando. La Ley 7/1985
Reguladora de las Bases del Régimen Local más la Ley 6/1998 sobre Régimen del
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