Está en la página 1de 14

K.

Manual
de museos
Josep Ballart Hernández

EDITORIAL
SINTESIS
24 Parte I: El museo y sus estructuras

1.2. El marco institucional y legal de los museos

Los museos cuyas funciones hemos sintetizado, no trabajan aislados del mundo, sino
ejerciendo su particular cometido como instituciones culturales especializadas en la
adquisición, conservación, estudio y divulgación de unos bienes que forman parte
del patrimonio cultural material universal, dentro de un marco institucional y legal.
Es por ello que en su trabajo particular, cada museo (a menudo no es el propio museo
como tal sino la institución o autoridad del cual depende) conforma con otras orga­
nizaciones o instituciones públicas y privadas que intervienen en la gestión del patri­
monio mundial, un entramado complejo que crece con el paso del tiempo y se hace
más intenso y rico. Ser conscientes de esta complejidad es importante dado el nivel
de globalización de nuestro mundo contemporáneo, que permite que una exposi­
ción concebida en Amsterdam, por ejemplo, se pueda contemplar sucesivamente en
museos de Málaga, Palermo o Singapur. O entender cómo es posible que un museo
local reciba estímulos en forma de premios y subvenciones de la Unión Europea. O
que algunas empresas multinacionales patrocinen grandes exposiciones-gancho capa­
ces de atraer a segmentos de público cada vez mayores.
Todo museo, además, se moldea como organización, se administra a sí mismo y
se relaciona con el mundo, en función de la autoridad que asume su responsabilidad
legal y económica, que normalmente es la autoridad que lo instituyó. En España tra­
dicionalmente han sido las administraciones públicas las que han ejercido de forma
preponderante este papel fundacional y tutelar; sin embargo, en países como Esta­
dos Unidos es la iniciativa privada la que históricamente ha prevalecido.

A) Un caso

Un caso concreto internacional nos ayudará a comprender mejor la operativa real


de este entramado. La exposición “Spain in the Age of Exploration 1492-1819” fue
organizada en 2004 por el Seattle Art Museum (organización privada) en colabora­
ción con Patrimonio Nacional (organismo público español con museos estatales a su
cargo y estatus jurídico particular), con la intención de revisar y actualizar la visión
norteamericana del Imperio español (1819 es el año en que se firmó el tratado que
transfería La Florida a Estados Unidos). Tras permanecer unos meses en la capital
económica del estado de Washington, en 2005 la exposición viajó al otro extremo
del país, Florida, al Norton Museum of Art de West Palm Beach (un museo privado).
El Estado español contribuyó al éxito de la exposición prestando apoyo por medio de
otros organismos gubernamentales como su Embajada en Estados Unidos, el propio
Ministerio de Cultura y la Acción Cultural Exterior. El Gobierno Federal nortea­
mericano aportó fondos a través del Federal Council on the Arts and the Humanities.
Y el capital privado ejerció su patrocinio a través de la Robert Lehman Foundation
y The Boeing Company (cuya sede se encuentra en Seattle). Apoyos financieros
El museo como institución 25

adicionales procedieron del National Endowment for the Humanities, el National


Endowment for the Arts y la compañía española Iberia. El Estado de La Florida, par­
ticulares, y empresas y fundaciones locales privadas, completaron los créditos a cuen­
ta del mecenazgo ejercido.

B) Del caso al cuadro

Sigamos estudiando el marco institucional y legal de los museos, ayudándonos


ahora de un cuadro. La forma gráfica, como los ejemplos, facilitará la comprensión
de los conceptos individuales contribuyendo a la visión de conjunto, evitando así
que el árbol impida la visión del bosque. Tanto el marco institucional general como

Cuadro 1.1
La interacción institucional por niveles

Niveles Organizaciones Organizaciones Organizaciones


gubernamentales con profesionales privadas o
sus Organismos independientes

Internacional UNESCO: ICOM ICOM Foundation


ICCROM ILAM Iglesias
Centro del Patrimonio IIC Empresas
Mundial

Supraestatal Consejo de Europa Europa Nostra


Unión Europea Foundation

Estatal Gobierno del Estado: ICOM España Hispania Nostra


Ministerio de Cultura: ANABAD Amigos de los Museos
-Dirección Gral. de Colegios Fundaciones y
Bellas Artes y Bienes Profesionales Corporaciones
Culturales diversas
Otros ministerios Iglesia católica
Organismos AEM
Autónomos: por
ejemplo, Patrimonio APME
Nacional

Autonómico o Gobiernos Colegios Amigos de los Museos


regional Autónomos: Profesionales Fundaciones y
Departamento de Universidades Corporaciones
Cultura... diversas
Otros organismos Iglesia católica
públicos

Local Ayuntamientos: Asociaciones


Instituto de Cultura Empresas
Cabildos Diócesis
26 Parte I: El museo y sus estructuras

el legal, se estructuran en España y en los demás países en varios niveles o ámbitos


territoriales, cuyo número difiere en función de la organización administrativa y terri­
torial de cada país y su ubicación geopolítica. El nivel menos uniforme es el regio­
nal dada la diversidad de situaciones que aparecen en la escena internacional, que da
lugar a que en un país se conozca por nivel regional y en otro provincial, y aun esta­
tal, caso de Estados Unidos, mostrando un ancho abanico de competencias políti­
co-administrativas. A su vez, los organismos y organizaciones, públicos o privados,
que gestionan o colaboran en la administración de los museos, se ordenan según su
naturaleza y alcance, de la forma que el cuadro 1.1 refleja. Éste se ha adaptado a la
situación española, aunque sin pretender nombrar de forma exhaustiva a todos los
entes involucrados, sino sólo a una selección de los mismos.

1.2.1. Los niveles institucionales y su dimensión jurídica

A) Internacional

Los esfuerzos de cooperación internacional, coordinados por la ONU y su orga­


nización la UNESCO desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en defensa del
patrimonio cultural de los pueblos amenazados por guerras, conflictos y desastres
naturales, condujo a mediados del siglo XX al desarrollo de una nueva doctrina jurí­
dica, origen de importantes desarrollos futuros. Por primera vez se reconocía la exis­
tencia de un patrimonio de toda la humanidad merecedor de protección jurídica en
el ámbito internacional y se procedía a la toma de acciones legales conjuntas y corres­
ponsables. Desde entonces la UNESCO se encargó de velar por los intereses de los
bienes de la cultura y los museos, desarrollando campañas internacionales de carác­
ter conservacionista y llevando a cabo proyectos concretos de defensa del patrimo­
nio universal (por ejemplo, el famoso traslado en los años sesenta del templo de Abu
Simbel amenazado por las aguas de la presa de Asuán construida sobre el Nilo). En
cuanto a las acciones legales, la ONU y la UNESCO iniciaron en 1954 un recorri­
do que las ha llevado a producir un conjunto de instrumentos jurídicos de carácter
conservacionista y alcance universal, que pueden dividirse en dos grupos: las Con­
venciones y las Recomendaciones.
Las Convenciones son tratados multilaterales destinados a reforzar la protección
del patrimonio cultural mundial. Su ratificación, como documentos jurídicos vincu­
lantes que son para los países signatarios, implica que las medidas convenidas debe­
rán ser incorporadas a la legislación de estos países. La UNESCO ha aprobado
y el ICOM ha incorporado a su Código de Deontología las siguientes Conven­
ciones:

1. Convención para la protección de los bienes culturales en caso de conflicto arma­


do (Convención de La Haya de 1954 y Protocolo de 1999).
El museo como institución 27

2. Convención sobre las medidas que se han de adoptar para prohibir e impedir la
exportación, importación y transferencia de propiedad ilícitas de bienes cultura­
les (París, 1970).
3. Convención sobre la protección delpatrimonio culturaly natural del mundo (París,
1972), que da lugar a la lista de Bienes del Patrimonio de la Humanidad.
4. Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y
flora silvestres (Washington, 1973).
5. Convención de las Naciones Unidas sobre la diversidad biológica (1992).
6. Convención de la UNESCO sobre la protección del patrimonio cultural suba­
cuático (2001).
7. Convención para la salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial (2003).

Las Recomendaciones, cuyo número es notable (consúltese Ballart, J., 2001), son
documentos jurídicos de carácter no vinculante que pretenden orientar la toma de
decisiones de las administraciones públicas de los países en temas de patrimonio.
Entre las organizaciones de la UNESCO que trabajan para que surtan efecto sus
iniciativas conservacionistas hay que hacer mención especial del ya citado ICOM.
El Consejo Internacional de Museos, fundado en 1946 y con sede en París, tiene
como misión principal asesorar a la UNESCO en materia de museos. Se trata de la
mayor organización profesional internacional dedicada a la promoción y desarrollo
de los museos y de sus profesionales. Tiene sus propios estatutos (veíamos que incluía
la definición de museo en ellos) y sus aproximadamente veintiún mil miembros se
organizan en comités nacionales (hay actualmente 115 comités nacionales consti­
tuidos) y en comités internacionales de carácter técnico, de los cuales hay 30 fun­
cionando. Su cometido abarca seis campos: la cooperación profesional, la disemina­
ción de conocimiento relativo a los museos, la formación, el progreso de los estándares
profesionales, la ética profesional y la preservación del patrimonio y lucha contra el
tráfico ilícito de bienes culturales. Sus publicaciones —Museo y Noticias del ICOM—
así como su Centro de Información y Documentación, son una referencia obligada
para todos los profesionales de los museos.

B) Supraestatal

Dos instituciones poseen la capacidad de intervenir sobre el patrimonio y los


museos a este nivel: el Consejo de Europa y la Unión Europea.

a) El Consejo de Europa

Promotor de una conciencia cultural identidaria europea, es forzosamente una ins-


titución política sensible al patrimonio cultural. Desde su creación en 1949 hasta casi ' \
hoy mismo, ha abanderado en solitario el compromiso institucional europeo en favor ;

t. I
28 Parte I: El museo y sus estructuras

del patrimonio cultural de los países de Europa. Recientemente parte de sus tradicio­
nales responsabilidades, medidas en términos de políticas y de acciones concretas, han
pasado a la Unión Europea. Se pronuncia a nivel jurídico mediante Recomendaciones
a los Estados miembros, Declaraciones y Convenios que son de obligado cumplimiento
para los países miembros; como por ejemplo, el Convenio para la salvaguarda del patri­
monio arquitectónico de Europa* de 1985. Para la promoción del acervo museístico euro­
peo instituyó el premio “Museo Europeo del Año”, de gran prestigio. Este premio
por ejemplo recayó en 2004 en el Museo Arqueológico de Alicante, reconociéndo­
sele su originalidad y claridad expositiva.

b) La Unión Europea

La UE asume importantes competencias culturales a partir de su nacimiento


como tal en 1992 gracias al Tratado de la Unión, firmado en Maastricht. Antes, como
Comunidad Económica Europea, su implicación es sólo leve aunque deja un con­
junto interesante de proyectos y programas que tocan a los museos y al patrimonio
cultural, particularmente en su relación con los problemas medioambientales. Cons­
cientes los países firmantes del Tratado de la Unión del déficit que arrastraba la dimen­
sión cultural de Europa, se hace incluir en su articulado el compromiso de fortale­
cer el sentimiento de pertenencia a Europa al tiempo que se insta a respetar la
diversidad de las tradiciones y culturas nacionales. Las realizaciones que se derivarán
de este doble mandato en la década siguiente adoptarán a menudo la forma de Resolu­
ciones del Consejo de Ministros o de Decisiones del Consejo y el Parlamento Europeo,
y pretenderán integrar, como nunca se había hecho antes, los aspectos culturales en
las acciones comunitarias. De esta forma ven la luz a partir de 1996 los grandes pro­
gramas en materia cultural que siguen en vigor.
El primer programa específico relativo al patrimonio cultural será el RAFAEL.
Sus acciones se centrarán en el desarrollo de proyectos de conservación del patrimo­
nio arquitectónico, la financiación de obras de restauración de monumentos y yaci­
mientos arqueológicos de excepcional importancia histórica para Europa, y el repar­
to de ayudas a la formación en conservación y restauración. En el año 2000 se aprueba
el primer programa marco cultural, CULTURA 2000 (2000-2006), que agrupa anti­
guos programas de fomento de la identidad cultural europea y de cooperación entre
los países, incluyendo el RAFAEL. CULTURA 2000 es un instrumento único de
financiación y programación que atiende todo el espectro de las manifestaciones
de la cultura, dado el amplio concepto de cultura que asume. Destaquemos el signi­
ficado que tienen para los museos algunos de los objetivos que propone el progra­
ma: a) la promoción del diálogo cultural y el conocimiento mutuo de la cultura y la
historia de los pueblos europeos; b) la promoción de la creación y de la difusión de
las realizaciones culturales; c) la difusión de técnicas y la promoción de prácticas ade­
cuadas a la conservación del patrimonio; d) el reconocimiento de la cultura como
El museo como institución 29

factor económico y factor de integración social de la ciudadanía; y e) la mejora del


acceso a la cultura.
Pero no toda la acción cultural europea pasa por estos programas. El reglamento de
los fondos estructurales (FEOGA, FEDER, FSE, LEADER) vigente reconoce la impor­
tancia de la cultura para el desarrollo regional, lo que ha abierto nuevas vías para la
financiación de proyectos de carácter cultural, particularmente los asociados al desa­
rrollo del turismo cultural. Museos individuales, redes de museos y museos vincula­
dos a itinerarios turístico-culturales tienen en estos fondos a un potencial nuevo socio-
financiero.

C) Estatal

Sólo los Estados son plenamente soberanos, por tanto sólo ellos pueden dictar
leyes y hacer que se cumplan. En los otros dos niveles superiores no hemos visto apro­
bar propiamente leyes sino convenciones, convenios u otros instrumentos jurídicos
de ámbito internacional cuyo valor principal es que comprometen a los Estados que
los firman. La importancia de la UNESCO o del Consejo de Europa como institu­
ciones internacionales reside sobre todo en el valor testimonial de las acciones que
promueven y en su capacidad de aunar esfuerzos y crear sinergias para llevar a cabo
acciones comunes de defensa del patrimonio de todos. Pero son los Estados quienes
tienen la responsabilidad mayor y más directa en la defensa, fomento y financiación
del patrimonio de los pueblos.

a) La Ley
España como Estado soberano, se autotransformó con la Constitución española
de 1978. Ella es el origen de una revolución insospechada también para el patrimonio
cultural y los museos de España. Tres hitos sobresalen. Veámoslos uno por uno.
En su artículo 46 la Constitución obligó a los poderes públicos a garantizar una
correcta conservación del patrimonio histórico, cultural y artístico del país, sin dis­
tinguir ni régimen jurídico ni titularidad, y a promover su enriquecimiento. El sil­
bato de salida de una nueva forma de concebir la defensa del patrimonio cultural del
país estaba dado, con lo que urgía aprobar una ley que pusiera al día conceptos bási­
cos y mecanismos administrativos de intervención, al tiempo que ordenase la com­
plicada madeja de decretos y normativas que estaban vigentes. Esta ley fue la Ley
16/1985 de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español (PHE).

La importancia de una ley específica del patrimonio


La ley del PHE introdujo el concepto comodín de bien cultural, que ya se mane­
jaba en Europa desde los años setenta del siglo XX, tan útil por su carácter comprensi-
vo, puesto que evitaba la enojosa obligación hasta el momento de enumerar los dis-
30 Parte I: El museo y sus estructuras

tintos elementos singulares del patrimonio, distinguiendo sólo entre bien mueble y
bien inmueble. Reconoció el patrimonio como un bien de disfrute general indepen­
dientemente de quien Riera en cada momento su titular o propietario, con lo que reva­
lorizó la función social del patrimonio, y comprometió más a las administraciones
públicas al hacer recaer su tutela en el Estado. A efectos de protección real efectiva,
todos los bienes culturales pertenecientes a museos o a instituciones públicas queda­
ron de oficio declarados bienes de interés cultural, debiendo ser inventariados. Más allá
de estos bienes específicamente designados, la ley estableció una jerarquía de niveles de
protección de acuerdo con la importancia de los bienes a proteger. Otra aportación
interesante de la misma es su definición de museo, que no se aparta ni un ápice de lo
establecido por el ICOM. En lo que respecta al fomento y enriquecimiento del patri­
monio, la ley de 1985 es bastante parca. En cualquier caso tras su aprobación se insti­
tucionalizó el llamado uno por ciento cultural, por el que toda obra pública con un
presupuesto superior a cierta cantidad (sometida a actualización), debía incluir una par­
tida equivalente al uno por ciento de los caudales procedentes de las administraciones
públicas para financiar actividades de fomento y enriquecimiento del patrimonio.
La Constitución abrió el camino, segundo hito importante, para que se pudiera
sancionar penalmente el expolio y otros delitos contra el patrimonio, cosa que antes
no sucedía pues sólo se podían fijar sanciones administrativas. Tales delitos queda­
ron tipificados definitivamente en la nueva Ley Orgánica 10 del Código Penal, apro­
bada en 1995, y en la Ley Orgánica 12 de represión del contrabando, del mismo año.
Tercer hito, la Constitución dejó vía libre a las Comunidades Autónomas para
asumir competencias en materia de museos, con lo que se ponía fin al tradicional­
mente alto grado de centralización de los museos en España. Estos cambios conlle­
varían asimismo que se fueran aflojando los rígidos modelos de organización y ges­
tión de museos tan habituales en las administraciones públicas hasta entonces.

b) Los museos en las instituciones públicas u organizaciones gubernamentales

I En España existe una red única de museos del Estado gestionada por autorida­
des u organizaciones gubernamentales diferentes. Un grupo importante de esos museos,
los llamados museos estatales, están gestionados directamente por el Ministerio de
Cultura o a través de Organismos Autónomos (caso del Museo del Prado y del Museo
Reina Sofía) o de fundaciones (caso del Museo Thyssen-Bornemisza y del Museo Láza­
ro Galdiano). Los museos dependientes directos del Ministerio de Cultura son, por
i
ciudades, los siguientes: en Madrid, Museo Arqueológico Nacional, Museo Nacio­
nal de Artes Decorativas, Museo Romántico, Museo del Traje, Museo Sorolla, Museo
Nacional de Antropología, Museo Nacional de Reproducciones Artísticas, Museo de
América, Museo Cerralbo; en Valladolid, Museo Nacional de Escultura y Museo Casa
de Cervantes; en Valencia, Museo Nacional de Cerámica y de las Artes Suntuarias
González Martí; en Toledo, Museo Sefardí y Museo del Greco; en Almagro, Museo

í
El museo como institución 31

del Teatro; en Mérida, Museo Nacional de Arte Romano; en Cartagena, Museo Nacio­
nal de Arqueología Marítima; en Santillana del Mar, Museo Nacional y Centro de
Investigación Altamira.
El organismo responsable de los museos estatales es la Dirección General de Bellas
Artes y Bienes Culturales, que ejerce sus funciones a través de la Subdirección General
de Museos Estatales. Estos organismos centrales cuentan con una Junta Superior de
Museos como órgano consultivo, siendo una de sus funciones principales, el ejercer
de puente con los museos gestionados por las Comunidades Autónomas. Se trata de
ejecutar el mandato de la Ley 16/1985 del PHE de promover la cooperación entre los
museos de España en el marco de un Sistema Español de Museos al que volunta­
riamente los diversos museos pueden integrarse. Otros organismos dentro del orga­
nigrama del Ministerio de Cultura, con misiones específicas en el campo del patrimo­
nio, son la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de los Bienes del Patrimonio
Histórico Español y el Instituto del Patrimonio Histórico Español. Pero otros minis­
terios aparte del de Cultura también gestionan museos, básicamente por razones his­
tóricas, caso de los museos militares dependientes del Ministerio de Defensa.
Otro grupo importante de museos del Estado tiene la gestión transferida a las
Comunidades Autónomas. Muchos de estos museos se denominaban en el pasado
Museos Provinciales, por ubicarse en capitales de provincia —representación del nivel
de descentralización administrativa que tenía el Estado unitario centralizado—; y aun
cuando siguen manteniendo la titularidad del Estado, por ser éste el propietario de
colecciones e instalaciones, dependen ahora en su gestión de las Comunidades Autó­
nomas. Los convenios suscritos al respecto entre administraciones, especifican en
cada caso las particularidades de tal cesión.
Hay también museos del Estado gestionados por otros organismos públicos, des­
tacando a este respecto los museos que constituyen la red del Patrimonio Nacional.
Es éste un organismo muy peculiar toda vez que tiene una estructura de gestión pro­
pia y un estatuto jurídico particular. La Ley 23/1982 de 16 de junio dice que son
bienes del Patrimonio Nacional aquellos de titularidad del Estado afectados al uso y
servicio de la Corona para el ejercicio de la alta representación que la Constitución
y las leyes le atribuyenJJ

c) Los museos en las instituciones privadas u organizaciones privadas


o independientes
f Coleccionistas individuales, fundaciones y empresas poseen y gestionan museos
importantes en España y en el mundo. En este nivel estatal correspondería agrupar a
las instituciones privadas, es decir, no públicas, sin ánimo de lucro, de ámbito estatal
que gestionan patrimonio. Un ejemplo para España sería la Fundación “la Caixa” posee­
dora de Cosmocaixa, el nuevo Museo de la Ciencia de la entidad, con sedes en Madrid
y Barcelona. Sin embargo, a nivel estatal la organización no gubernamental que posee
más patrimonio y que gestiona más museos es la Iglesia católica española. Ella sola
■ r

32 Parte I: El museo y sus estructuras

representa en términos de bienes muebles un porcentaje cercano al cincuenta por cien­


to de todo el patrimonio cultural español. Su acción en defensa del patrimonio artís­
tico ha sido a lo largo de los siglos modélica en muchas ocasiones.
A este nivel estatal como a cualquier otro, la financiación privada de iniciativas
conservacionistas se revela como fundamental. La inversión pública no puede llegar
a todas partes puesto que, por más que crezcan los presupuestos de cultura, más cre­
cen las necesidades, dado el aumento de la oferta de patrimonio cultural al público
que responde al crecimiento de la demanda de protección, conservación y puesta en
valor del patrimonio, así como de formación y mantenimiento de colecciones y mu­
seos. Quizá por ello se ha dado el relieve que merecía a la Ley de Mecenazgo de 2002
destinada a fomentar las iniciativas de mecenazgo y patrocinio mediante incentivos
fiscales y mejora de la fiscalidad de las entidades sin fines de lucro, y promover en
general la participación de la sociedad civil en la defensa del patrimonio.
Finalmente hay que hacer mención de las instituciones de apoyo, aquellas que
no son directamente gestoras ni son profesionales, como las Asociaciones de Amigos
de los Museos. Su misión es estimular la complicidad de la ciudadanía hacia los mu­
seos y ejercer funciones de mecenazgo y soporte. Dos casos, uno español y otro bra­
sileño, a modo de ejemplo. El Museo Sefardí de Toledo tiene una página web patro­
cinada por la Asociación de Amigos del Museo. El Jardín Botánico de Río de Janeiro,
fundado en 1808 por el rey Joáo VI, y unos de los mejores del mundo, se apoya deci­
didamente en su Sociedade de Amigos, y así lo anuncia siempre en su publicidad.

D) Autonómico o regional

La Constitución de 1978 hace de España un país descentralizado que los distin­


tos Estatutos de Autonomía de los territorios históricos llenarán de nuevo conteni­
do. Se trata de un proceso de cesión de poder por parte del Estado central que impli­
ca asunción de las 17 Comunidades Autónomas de competencias y capacidad de
gestión en ámbitos como la cultura. Así, en el ámbito patrimonial, el Estado central
acota los campos sobre los que se reserva capacidad de intervenir (véase el caso de la
Ley 16/1985 ya comentada) y las competencias que conserva en exclusiva; a saber,
el control exclusivo en materia de exportación de bienes culturales y expolio, la ges­
tión de los museos de titularidad estatal y la coordinación entre Comunidades Autó­
nomas. A partir de aquí, por medio del artículo 148.1.15 de la Constitución, que
permite a las Comunidades Autónomas asumir competencias en materia de museos
y patrimonio, los distintos territorios entrarán en la gestión de los bienes culturales
de su interés, una vez incluyan las competencias cedidas en los respectivos Estatutos.
Las distintas Comunidades desarrollarán de hecho su obra legislativa sobre el patri­
monio y los museos de su ámbito territorial, mayoritariamente a lo largo de la déca­
da de los ochenta y los noventa del siglo XX, y crearán las correspondientes estruc­
turas administrativas.
El museo como institución 33

Una vez completado prácticamente este proceso en España, se observa que las Comu­
nidades han tendido a introducir en su legislación elementos novedosos y singulares, tan­
to para dar contenido a su visión de lo peculiar, como para responder a insuficiencias que
la experiencia de aplicación de la ley española había puesto de relieve. Asimismo, el desa­
rrollo reciente de las normativas internacionales ha reclamado un esfuerzo de puesta al
día que a menudo la labor legislativa regional ha podido contemplar. También hay que
señalar que con la asunción de competencias las Comunidades han podido crear nuevos
museos propios, constituyendo una red de museos públicos paralela a la estatal.
Relativo al argumento de la singularidad, cabe citar el caso de Cataluña. El Esta­
tuto de Cataluña asigna al Gobierno de Cataluña (la Generalitat) la competencia
exclusiva sobre los museos propios, es decir, no estatales, que podrá compartir con
los gobiernos locales. Por su parte la Ley de Museos de Cataluña de 1990 establece
al margen de su titularidad, una articulación de los museos en cuatro categorías: nacio­
nales (con visión global de Cataluña y extensión de sus servicios por todo el territorio),
de interés nacional, comarcales y locales, y monográficos. Y la Ley del Parlamento de
Cataluña sobre el patrimonio cultural catalán de 1993 reafirma el aumento de pro­
tagonismo de los entes locales al instituir una categoría nueva de protección de los
bienes culturales locales (los Bienes de Interés Local) apoyada técnicamente por la
introducción de la figura del arqueólogo municipal.
Cabe mencionar también, en este nivel regional, el papel activo que ejercen en
defensa del patrimonio determinadas organizaciones no públicas como la Iglesia cató­
lica. La organización de la Iglesia católica a nivel territorial interviene a través de los
obispados y las diócesis en el campo de los museos. Como ejemplo de realizaciones
se podría acudir al nuevo Museu Episcopal de Vic inaugurado hace unos pocos años,
o a la remodelación del Museu de Montserrat (en la misma abadía de la patrona de
Cataluña). Ambos podrían citarse como dos de los importantes hitos museísticos
impulsados por la Iglesia católica catalana.
Como organización no pública destacada dedicada en otros lugares de España a
la conservación y difusión del patrimonio, se puede aludir, por ejemplo, a la Fun­
dación Las Edades del Hombre, con sede en Castilla y León, comprometida con el
patrimonio artístico de la Iglesia católica de la región.

E) Local

Este nivel está protagonizado en la mayor parte de países por los municipios y los
distritos municipales, aunque en ciertos países existe un nivel administrativo supra-
local con competencias a un nivel superior que recibe denominaciones variadas, como
departamento, condado, etc. Las competencias de los gobiernos municipales en patri­
monio varían, por tanto, mucho de un país a otro. En el caso de España han sido
tradicionalmente muy limitadas. Pero esta norma está cambiando. La Ley 7/1985
Reguladora de las Bases del Régimen Local más la Ley 6/1998 sobre Régimen del
34 Parte I: El museo y sus estructuras

Suelo y Valoraciones dan nuevas competencias a los municipios en temas relativos a


la conservación y mejora del patrimonio, que los Ayuntamientos aplican con mayor
o menor celo. En todo caso, puesto que la gestión del patrimonio local depende enor­
memente de cómo se apliquen las leyes sobre urbanismo, el papel de las corporacio­
nes locales y de sus técnicos es de suma importancia para la conservación y acrecen­
tamiento del patrimonio cultural de todos.
El nivel local no es de ninguna manera el de menor importancia en relación a los
museos. Existe en todo el mundo una verdadera explosión de iniciativas museísticas
locales que abarca todos los ámbitos de la museografía y el coleccionismo. Muchos pue­
blos y ciudades pequeñas en España tienen su museo o sus museos que se mantienen
a veces a duras penas gracias al esfuerzo desinteresado de entidades y particulares, con
la ayuda de la administración local. Otras ciudades mucho más grandes, de gran tra­
dición museística, experimentan parecidos problemas con sus numerosos museos por
la carga económica enorme que en su conjunto suponen. El caso de la ciudad de Bar­
celona es paradigmático a este respecto, ya que diversos de sus museos locales, caso del
Museu Picasso, son verdaderos museos de alcance regional o nacional. Aquí, quien los
administra es el Institut de Cultura perteneciente al Ayuntamiento, que lo hace en soli­
tario a menudo y en convenio con la Generalitat en unos pocos casos.
Para fomentar el apoyo ciudadano a los museos, el Institut de Cultura de Barce­
lona impulsó en 2005 la creación de la Fundació Barcelona Cultura. Una de sus más
recientes iniciativas ha sido la constitución del Cercle del Museu d’História de la
Ciutat de Barcelona, concebido para dar apoyo al más municipal de los museos de
la ciudad. El Cercle del Museu reúne a empresas e instituciones barcelonesas que
piensan que el futuro de la ciudad pasa por la preservación y difusión de su memo­
ria histórica y su patrimonio. Su ambición es fomentar y mantener redes de relacio­
nes y de colaboración entre sociedad y museo que hagan más fructífero el vínculo
entre los gestores públicos de la cultura y el entorno socioeconómico.
En España la institución canaria del Cabildo presenta algunas peculiaridades
como ente político-administrativo de carácter local debido a la condición de archi­
piélago del territorio. El Cabildo insular de Tenerife, por ejemplo, tiene una notable
tradición de intervención en asuntos patrimoniales. En 1990 constituyó el Orga­
nismo Autónomo de Museos y Centros con plena capacidad jurídica para gestionar
los museos más importantes de la isla: Museo de la Naturaleza y el Hombre de Tene­
rife (que integra los anteriores museos de Arqueología y de Ciencias Naturales, más
el Instituto Canario de Bioantropología), el Museo de Antropología de Tenerife, el
Museo de Historia de Tenerife y el Museo de la Ciencia y el Cosmos.

1.3. Estudio de un caso

Una organización patrimonial digna de estudio: el Museu de la Ciencia i la Técnica


de Catalunya y su red territorial.
El museo como institución |
35

Se puede decir sin caer en el tópico que el Museu de la Ciéncia i la Técnica de


Catalunya es más que un museo. Veamos por qué. Se trata de una organización
dependiente del Departament de Cultura de la Generalitat de Catalunya que goza
de autonomía de gestión y está regida por un consejo. Su misión desde su creación
en 1984, es preservar el patrimonio tecnológico de Cataluña, difundir su historia
industrial y vertebrar la museología de la ciencia y la técnica del país. Desde enton­
ces el MNACTEC ha reunido importantes colecciones, ha instalado su sede en
una antigua fábrica textil de estilo modernista situada en Terrassa -el Vapor Ayme-
rich Amat i Jover— y ha contribuido a la salvación y revalorización de un valioso
patrimonio industrial disperso por todo el territorio de Cataluña. La característi­
ca más sobresaliente del MNACTEC es sin embargo su articulación territorial, es
decir, la conformación de un sistema de museos relacionados que comparten unos
servicios comunes, una imagen de marca y unos mismos apoyos técnicos. Cada
uno de los 18 museos que hoy forman el sistema MNACTEC es singular, puesto
que atiende a una parte de la historia industrial de Cataluña, la que representa en
función del patrimonio que preserva.
Para entrar a formar parte de este sistema, los museos candidatos establecen un
convenio con el MNACTEC comprometiéndose a cumplir una serie de condicio­
nes destinadas a facilitar su adaptación al sistema, de forma que el conjunto vaya con­
solidándose como un solo museo descentralizado. Los museos del sistema son de dos
tipos: los formados alrededor de colecciones y los que musealizan un lugar con una
interesante historia industrial detrás. Cuando un ámbito destacado de la historia indus­
trial o técnica del país no tiene su museo o colección, desde la sede central se pro­
cura impulsarlo.
Los museos del sistema pertenecen a titulares diferentes. Algunos son propiedad
del MNACTEC, otros son de organizaciones privadas, por ejemplo el Museu del
Ferrocarril de Vilanova i la Geltrú que es de la Fundación de los Ferrocarriles Espa­
ñoles, y la mayoría pertenecen a Ayuntamientos. Las ventajas para un pequeño museo
local de formar parte del sistema son manifiestas. No sólo adquieren más relevancia
y reciben más público, sino que además el MNACTEC les asesora en temas de ges­
tión y les ayuda a encontrar recursos, encaminándoles hacia potenciales fuentes de
financiación procedentes de las administraciones públicas, las empresas e incluso las
instituciones europeas.
Entre los aspectos más destacados del modelo organizativo del MNACTEC hay
que señalar el desarrollo de una imagen institucional de marca que afecta incluso al
discurso museográfico de los distintos museos, una política de marketing conjunta,
la externalización de las actividades de educación, de atención al público y en gene­
ral de divulgación, y la búsqueda de una financiación diversificada. En lo que res­
pecta a aspectos de la gestión del sistema, existe una comisión de directores que dise­
ña los programas que hay que compartir y aprueba las actuaciones comunes.
Además del propio MNACTEC forman parte del sistema, los museos (o colec­
ciones) siguientes: en la provincia de Barcelona, Museu de la Colonia Sedó d’Espa-
36 Parte I: El museo y sus estructuras

rreguera, Museu Molí Paperer de Capellades, Museo de la Pell d’Igualada i Comar­


cal de l’Anoia, Museu del Ferrocarril de Vilanova i la Geltrú, Museu de les Mines de
Cercs, Museu de la Técnica de Manresa, Farga Palau de Ripoll, Museu de la Colo­
nia Vidal de Puig-Reig, Museu de l’Escampació de Premié de Mar, Trens Histórics
de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya, Museu del Ciment Asland de Caste­
llar de N'Hug y Museu Industrial del Ter de Manlleu; en la de Girona, Farinera de
Castelló d’Empúries, Museu del Suro de Palafrugell y Colecció d’Automdbils Salva­
dor Claret; en la de Lleida, Serradora d’Areu; en la de Tarragona, Museu de les Mines
de Bellmunt del Priorat.

También podría gustarte