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Universidad abierta para

adultos
Participante:
Patricia Ramírez Cuevas
Matricula:
15-7311
Tema: 3
Asignatura:
Psicopatologia 1

Facilitadora:
Ramona alt. jimenez
Introduccion

En la siguiente unidad dessrrollare conceptos como . La atención. La


Psicopatología cognitiva. Alteraciones de la atención en algunos trastornos
mentale. Psicopatología de la percepción y la imaginación. Distorsiones
perceptivas o sensoriales. Alucinaciones. Psicopatología de la memoria.
Amnesia .Amnesia retrograda,con el proposito de enrriquecer mis
conocimientos al concluir esta investigacion.

En esta semana vas a continuar leyendo el Manual de Psicopatología I


para desarrollar las siguientes actividades:

Elabora un resumen informativo que contenga lo siguiente:

1. La atención:

Una definición global es la que ofrece Ríos y colaboradores ( Ríos et al; 2007):
"La atención es un estado neurocognitivo de preparación, que precede a la
percepción y a la acción, es el resultado de una red de conexiones
corticales;dichas redes funcionales diferenciadas se encargan de los procesos
atencionales, de orientación, de alerta y de componentes más complejos de
control ejecutivo”

Para Sholberg y Mateer la atención es una función cognitiva de tipo jerárquico,


por lo que cada nivel atencional requiere el funcionamiento correcto del nivel
anterior. Además, los niveles van aumentando en complejidad, es decir,
requieren más esfuerzo, control y recursos.

La atención es una cualidad de la percepción que funciona como una


especie de filtro de los estímulos ambientales, evaluando cuáles son los
más relevantes y dotándolos de prioridad para un procesamiento más
profundo.

Elsignificado de atención ha tenido una historia bastante accidentada desde su


surgimiento en los albores del nacimien- to mismo de la psicología
experimental. Baste sólo recordar que pasó de ser un tema fundamental dentro
del ámbito psicológico a quedar prácticamente relegado con el adveni- miento y
consolidación del paradigma conductista. Volvió a ponerse de moda, como han
señalado Eysenck y Keane (1990), con la publicación en 1958 del libro de
Broadbent Perception and Communication, y desde entonces ha ido
paulatinamente recuperando su posición de concepto cen- tral dentro de la
investigación psicológica. Una de las notas que siempre ha caracterizado a
este con- cepto es el de su diversidad; y ello resulta bastante peligroso, ya que
de todos es conocido que cuando un concepto se utiliza (o se puede utilizar)
para explicar muchas cosas acaba por convertirse en un concepto inútil o, en el
mejor de los casos, acaba por no poder explicar nada (Eysenck y Keane,
1990). Y es que, como señala Kinchla (1992), el término atención se ha
utilizado como si su signifi cado fuera eviden- te por sí mismo, lo que ha
originado que se volviera un con- cepto muy escurridizo. Sea como fuere, lo
cierto es que el de atención no es, en absoluto, un concepto unitario, sino que
puede aludir a distintas características y/o propiedades, y en este sentido es
defi nible tanto por sus modalidades como por los efectos que produce en el
procesamiento de la infor- mación

2. La Psicopatología cognitiva.

La influencia de los planteamientos cognitivos sobre la psicopatología ha sido


enorme y ha permitido que se recuperen temas como las alucinaciones,
delirios, conciencia o amnesias. En un primer momento el objetivo básico de la
psicología cognitiva es el análisis de las estructuras y los procesos de
conocimiento que controlan la aparición de los comportamientos y las
experiencias extrañas o anómalas, y no tanto las conductas anormales en sí
mismas. El énfasis se sitúa en el concepto de experiencia anómala que se
hace equivalente a los de disfunción o psicopatología.

Esta perspectiva critica las concepciones reflejas, automáticas y


predeterminadas de otros modelos (biomédico, psicodinámico o conductiva)
sobre la base de argumentos como: el SNC es un sistema que procesa
información. Incluso los reflejos incondicionados más sencillos (reflejo de
orientación), implican cognición (la RO es la consecuencia de una reacción al
cambio o a la novedad que conlleva la activación de procesos complejos de
juicio y comparación). Respecto a postulados como el psicodinámico de la
transmisión de energía, argumenta que lo que se transfiere no es energía sino
señales e indicios (información) que son los que activan los procesos de
conocimiento.

3. Alteraciones de la atención en algunos trastornos mentales.


Arousal

Las alteraciones de este sistema se manifiestan de una manera muy amplia a


lo largo de un continuo, donde el estado de coma representa la entidad más
grave, hasta el estado de vigila, en el que no aparecen disfunciones. Entre
ambas condiciones encontramos trastornos como somnolencia, desorientación,
delirium o ausencia del reflejo de orientación.

Atención sostenida

Las manifestaciones de una alteración en este componente atencional son la


fatiga y el bajo rendimiento en la tarea. Cuando un paciente exhibe síntomas de
fatiga mental durante el transcurso de una breve entrevista clínica se debe
sospechar déficit en este tipo de atención. De la misma manera, los pacientes
que se enfrentan a una evaluación neuropsicológica y muestran un patrón de
respuesta claramente decreciente podrían revelar trastornos de atención
sostenida.

Atención selectiva

Las dificultades de atención selectiva se manifiestan mediante trastornos de


distracción. Estos sujetos responden de manera inapropiada al entorno,
seleccionando todos los estímulos a su alcance, sin hacer una selección previa
de ellos. Así, algunos pacientes son incapaces de finalizar una tarea porque
continuamente cambian su foco de atención, encontrando serias dificultades
para inhibir la información disponible irrelevante.

Atención alternante

Los sujetos que muestran una conducta rígida y que no orientan su respuesta a
las demandas del entorno manifiestan alteraciones en la atención alternante.
Es común que estos pacientes proporcionen respuestas perseverativas y
conductas inflexibles que obstaculizan el logro de sus objetivos.

Atención dividida

Puesto que las tareas de la vida cotidiana que requieren la participación de la


atención dividida son extremadamente habituales, los trastornos de este
sistema se hacen pronto muy evidentes tras ocurrir el trauma cerebral en el
paciente. Las personas afectadas muestran problemas para llevar a cabo
tareas simultáneas que antes realizaban habitualmente de manera automática.
Por ejemplo, mantener una conversación mientras se redacta una nota o
conducir mientras se escucha la radio, se convierte en una ardua tarea para los
pacientes con alteraciones en atención dividida.

Negligencia
El síndrome de negligencia o síndrome de inatención, es el trastorno de la
atención más ampliamente estudiado. Se caracteriza por la incapacidad del
paciente para orientarse o responder hacia un estímulo que se presenta en el
espacio contralateral al lugar de la lesión cerebral. De esta manera, el paciente
con negligencia ignora los estímulos existentes a un lado u otro de su campo
visual, espacial o incluso corporal (heminegligencia unilateral).

La heminegligencia puede ocurrir tras lesiones derechas o izquierdas, pero las


lesiones que afectan al lóbulo parietal derecho (áreas 39 y 40 de Broadman)
provocan síntomas más frecuentemente y mucho más severos que lesiones
homólogas en regiones izquierdas. Una explicación a esta circunstancia es que
mientras el lóbulo parietal izquierdo es responsable únicamente del
procesamiento atencional del lado derecho, el lóbulo parietal derecho
contribuye a la atención de ambos hemicampos (Weintraub and Mesulam,
1987). Por este motivo las lesiones derechas suelen ser más discapacitantes,
ya que el procesamiento de la atención a uno y otro lado se ve íntegramente
afectado.

La prevalencia del trastorno varía del 15-75 % para lesiones vasculares del
hemisferio derecho y del 2-12% para las lesiones del hemisferio izquierdo (Arai
et al;1997 ).

A pesar que la sintomatología del síndrome de negligencia aparece de manera


abrupta y llamativa el pronóstico es bueno; en general los signos de
negligencia tienden a remitir con el tiempo, aunque aproximadamente un tercio
de los pacientes no logran recuperarse totalmente.

La negligencia es un déficit multimodal y puede afectar a una o todas las


modalidades sensoriales, a la conducta motora, e incluso a representaciones
internas. A continuación se describen los síndromes de negligencia más
frecuentes:

Negligencia espacial:

En los casos más graves el paciente se comporta como si la mitad de su


campo visual no existiera, omitiendo información de distinta naturaleza:

1. sensorial: Se manifiesta con signos de inatención sensitiva; por ejemplo, el


paciente ignora toda estimulación cuya fuente sonora proceda del lado
izquierdo.

2. espacial: El paciente fracasa en el reconocimiento de la mitad izquierda del


objeto o produce dibujos en los que la mitad izquierda del modelo está ausente
o distorsionado.

3. personal: La inatención se centra en el propio cuerpo de la persona afectada.


Es el caso de los pacientes que, por ejemplo, ejecutan sus conductas de aseo
en el lado contralateral a la lesión ( peinan únicamente el lado derecho de su
cabeza).

4. Psicopatología de la percepción y la imaginación.

Las psicopatologías de la percepción y de la imaginación constituyen temas


centrales para la investigación psicopatológica por varias razones. Por un lado,
porque los fenómenos que abarcan suelen ser muy llamativos y extraños. Por
otro, porque en muchos casos estos fenómenos conllevan anomalías en la
imaginación. Y finalmente, porque se imbrican también con uno de los
procesos mentales más importantes para la supervivencia y la adaptación: la
percepción.

La percepción no implica una mera copia de la realidad, sino un proceso


constructivo mediante el que se interpretan los datos sensoriales. La
percepción es un proceso fundamentalmente psicológico, entendiendo por tal la
interpretación activa que hace el individuo de aquello que están captando sus
sentidos, y que se fundamenta en las experiencias previas, las expectativas y
las predisposiciones personales. La ilusión es un ej de que la percepción no
está determinada solamente por las características físicas del estímulo: el
contexto nos proporciona las reglas en las que se basan nuestras percepciones
a la vez que guía nuestras interpretaciones.

El interés de la investigación psicopatológica por las imágenes mentales ha


atravesado fases desiguales. Frente al rechazo por psicometristas como Galton
o de los conductistas, Tolman afirmó que los mapas cognitivos constituían la
guía fundamental del comportamiento. Desde entonces, existen 2 opciones
teóricas antagónicas sobre el modo de abordar el estudio de las imágenes
mentales. Una de naturaleza dualista defiende la existencia de un código
representacional específico para el procesamiento de imágenes mentales y
otro para el procesamiento proposicional. La otra es de naturaleza
reduccionista o uniforme, que aboga por la existencia de un único formato para
las representaciones mentales, que subyace tanto a "las palabras" como a “las
imágenes", y cuya naturaleza es proposicional y abstracta.

Clasificación de los trastornos

Los trastornos de la percepción y la imaginación se suelen clasificar en dos


grupos: distorsiones y engaños perceptivos. Las primeras solamente son
posibles mediante los órganos de los sentidos (de ahí que muchas veces
se denominen como sensoriales), es decir que se producen cuando un
estímulo que existe fuera de nosotros, y que es accesible para los sentidos,
es percibido de un modo distinto al que cabría esperar dadas las
características formales de dicho estímulo. Hay dos formas posibles
para dicha distorsión de las características físicas del objeto: a) una
percepción distinta a la habitual y/o más probable teniendo en cuenta las
experiencias previas, las características contextuales, el modo en que otras
personas perciben ese estímulo, como sucede en las distorsiones relativas a la
percepción del tamaño, la forma, la intensidad, la distancia, etc.; b) o bien una
percepción diferente de la que se derivaría en el caso de tener solamente en
consideración la configuración física o formal del estímulo, como sucede en las
ilusiones. En cualquier caso la anomalía no reside en los órganos
sensoriales, si no en la percepción que la persona elabora a partir del
estímulo, es decir en la construcción psicológica que el individuo realiza acerca
del mismo. En muchas ocasiones las distorsiones tienen origen orgánico,
pueden ser transitorias, tratándose de una alteración perceptiva que puede
afectar tanto a la recepción sensorial propiamente dicha como a su
interpretación al nivel del sistema nervioso central.

5. Distorsiones perceptivas o sensoriales.

Se refiere a una percepción errónea de la realidad. Se producen cuando un


estimulo que existe fuera de nosotros y es accesible a los órganos sensoriales,
es percibido de un modo distinto al que cabría esperar dadas las características
del propio estímulo.

En este grupo se incluyen las anomalías que se producen en la intensidad con


la que solemos percibir los estímulos. Estas anomalías pueden producirse tanto
por exceso como por defecto a lo largo de un continuo, en el primer caso se
califican como hiperestesias y en el segundo como hipoestesias.

La ausencia absoluta de percepción de la intensidad estimular se denomina


anestesia. Una modalidad especial la constituye la percepción de la intensidad
de los estímulos que causan dolor, en este caso se habla de hiperalgesias
versus hipoalgesias, en donde la ausencia total de percepción de dolor se
denomina analgesia.

Puede parecer un sinsentido hablar de anomalías en este ámbito, ya que


admitimos la existencia de un continuo de intensidad de la percepción. Sin
embar- go, existen ciertas situaciones en las que sí que podemos hablar de
tales anomalías, especialmente cuando una persona califi ca como exagerada
o como mínima la intensidad de un estímulo que está al alcance de sus
sentidos, a pesar de que otras personas que se hallan en la misma situación o
momen- to dicen percibirlo con una intensidad normal, o al menos con la que
habitualmente se suele percibir ese estímulo concreto. Por lo tanto, son las
características del receptor, y no las del contexto o las del estímulo, las que
probablemente se hallan aquí alteradas. La anomalía puede tener origen neu-
rológico, o guardar relación con una alteración transitoria de los órganos
sensoriales como sucede en ciertos estados tóxicos, o bien puede ser de
origen funcional como ocurre en muchos trastornos mentales.

6. Alucinaciones.

Las alucinaciones constituyen los trastornos más característicos de las


psicopatologías de la percepción y la imaginación, y uno de los síntomas de
trastorno mental por excelencia, el prototipo del loco es el de aquella persona
que dice ver o escuchar o sentir cosas que nadie más que él puede
experimentar. Sin embargo, pese a su indudable valor diagnóstico, no siempre
indican la presencia de un trastorno mental, o dicho en otros términos, su
aparición no está reservada en exclusiva a personas con trastornos mentales,
algunas personas sanas mentalmente pueden experimentarlas en ciertas
situaciones, pueden ser provocadas bajo condiciones estimulares especiales y,
por último, históricamente han constituido incluso un objeto de deseo para mu-
chas personas de muy diferentes ámbitos culturales.

El concepto de alucinación

Una de las características más evidentes de la alucinación es, al mismo tiempo,


una de las más difíciles de entender y explicar lo que el clínico llama
alucinación es una experiencia sensorial normal para el paciente, es
decir, un percepto como cualquier otro (Sims, 1988). Entender esta
paradoja es, en cierto sentido, comenzar a entender qué significa la experiencia
alucinatoria. Sin embargo, la historia nos ense- ña que el camino de esa
comprensión no ha sido precisa- mente sencillo ni lineal. La primera defi nición
sobre este trastorno se atribuye a Esquirol (1832), quien habló de las
alucinaciones en los siguientes términos.

En las alucinaciones todo sucede en el cerebro (en la mente). La actividad del


cerebro es tan intensa que el visionario, la persona que alucina, otorga cuerpo
y realidad a las imágenes que la memoria recuerda sin la intervención de los
sentidos (citado en Slade y Bentall, 1988, p. 8).

Unos años más tarde, en 1890, Ball, psiquiatra de la escuela francesa,


ofrecería una defi nición mucho más concreta de los fenómenos alucinatorios,
ya que simplemente los conceptualizó como «percepciones sin objeto». Esta
defi ni- ción estaba destinada a hacerse extraordinariamente popular y sigue
manteniéndose aún hoy en muchos textos prestigiosos. A su amparo surgieron
multitud de modelos y teorías explicativas que, pese a sus diferencias, tienen
en común la insistencia en los aspectos perceptivos de la alucinación, o si se
prefi ere, de «falsa percepción». Este tipo de definiciones se han englobado
tradicionalmente bajo el rótulo de «postu- ra perceptualista», dentro de la cual
se desarrollaron a su vez tres acercamientos:

I. Las alucinaciones son imágenes intensas y, por tanto, serían más bien
un trastorno de la imaginación, ya que lo que sucede es que el sujeto
percibe la imagen con tanta intensi- dad, que cree que ha adquirido un
carácter perceptivo. Con otras palabras, la alucinación sería considerada
como una re- presentación exteriorizada. Psiquiatras de la escuela
francesa, como Falret, serían representantes de esta tendencia.

II. Las alucinaciones son un fenómeno más sensorial que perceptivo. Aquí
el matiz se sitúa en las estimulaciones ex- ternas, tan intensas que
harían que el sujeto tuviera un re- cuerdo de dicha estimulación y, por
ello, las experimentara como si la estimulación estuviera realmente
presente. Bai- llarger y Goldstein apoyaron este planteamiento.

III. Las características fundamentales de las alucinaciones son corporeidad


(tienen cualidades objetivas) y espacialidad (aparecen en el espacio
objetivo exterior y no en el espacio subjetivo), y por lo tanto se pueden
concebir como percep- ciones corpóreas vivenciadas en el espacio
externo (Jaspers, 1975). A partir de esta consideración, Jaspers defi nió
las alucinaciones como «percepciones corpóreas engañosas que no han
surgido de percepciones reales por transformación, sino que son
enteramente nuevas, y que se presentan junto y simultáneamente a las
percepciones reales» (Jaspers, 1975, pp. 87-88).

7. Psicopatología de la memoria.

Son muchas las enfermedades y situaciones que pueden condicionar el


funcionamiento de la memoria, ya que se trata de una dimensión ampliamente
distribuida en el parénquima cerebral. En el presente artículo ahondaremos en
las distintas formas de amnesia y en las anomalías del recuerdo o del
reconocimiento, esto es, en las psicopatologías de la memoria.
El funcionamiento de la memoria descansa en otros procesos previos: o el
estado de alerta y los procesos atencionales, por lo que si el paciente se queja
de su memoria serán necesario delimitar si hay otro proceso responsable. Su
exploración resulta imprescindible en los trastornos neurológicos, pero
también en otros trastornos mentales, especialmente los disociativos, dado
que la memoria se ve profundamente afectada por los acontecimientos
con una fuerte carga emocional.

En la memoria se codifican, almacenan y recuperan nuestros conocimientos


sobre nosotros mismos y sobre el mundo. o Codificación. Es la transformación
de los estímulos en una representación mental. o Almacenamiento. Consiste
en retener los datos en la memoria para una utilización posterior. o
Recuperación. Es la forma en que las personas acceden a la información
almacenada en su memoria. MEMORIA A LARGO PLAZO

 Memoria Declarativa/Explícita (saber qué).Almacena información y


conocimientos de hechos y acontecimientos. Es consciente.
 o Memoria Procedimental/Implícita(saber cómo).Se refiere a las
habilidades.
 o destrezas, a cómo hacer las cosas. Este conocimiento una vez
consolidado es inconsciente.

8.Amnesia:

El término "amnesia", de origen griego (y que podría traducirse como "olvido"),


subsume un grupo extenso de alteraciones de la memoria; heterogéneo en lo
que concierne a su origen, pronóstico y expresión clínica. Seguidamente se
ahondará en cada una de ellas.

Es la pérdida de memoria o la ausencia de recuerdos debido a un daño


cerebral o a un trauma psicológico. También se refiere a la incapacidad para
almacenar recuerdos a partir de un daño cerebral. No es una enfermedad
unitaria, sino que existen varios tipos. Con respecto al tipo de memorias que se
alteran, se distingue a la amnesia retrógrada (pérdida de recuerdos previos al
incidente o lesión) y a la anterógrada (incapacidad de almacenar nuevos
recuerdos a partir de una lesión o incidente).

Sus causas pueden ser orgánicas o funcionales. Las causas orgánicas incluyen
daño al cerebro, causado por enfermedades o traumas, o por uso de ciertas
drogas (generalmente sedantes). Las causas funcionales son factores
psicológicos como mecanismos de defensa. La amnesia histérica
postraumática es un ejemplo de causa funcional.
Según su clasificación etiológica

Amnesia postraumática. Generalmente es causada por una lesión en la cabeza


que no penetra el cráneo. Frecuentemente es transitoria y la duración de la
amnesia está relacionada con el grado de daño causado. Un trauma ligero,
como un accidente automovilístico, que no sea más que un suave latigazo,
puede causar una pérdida parcial de memoria de los eventos ocurridos justo
antes del accidente, debido a una breve interrupción en el mecanismo de
transferencia de la memoria de corto a largo plazo. A este mecanismo se lo
conoce como consolidación de la memoria, y consta de cambios moleculares
basados en síntesis de proteínas que forman representaciones fijas en el
cerebro. La persona que sufre amnesia postraumática también puede presentar
un estado de coma, que puede durar desde segundos hasta semanas,
dependiendo de la gravedad del trauma. Tras el estado de coma se presenta
un período de confusión. La persona sufrirá amnesia anterógrada de los
eventos ocurridos en el periodo de confusión.

Amnesia disociativa. Es un trauma psicológico causado por alguna depresión,


generalmente por algún ser u objeto.

Estado de fuga. También conocido como fuga disociativa, es causado por un


trauma psicológico y habitualmente es temporal. El Manual Merck lo define
como: «uno o más episodios de amnesia en el cual la inhabilidad para recordar
algunos o todos los eventos pasados y también la pérdida de identidad o la
formación de una nueva identidad ocurren cuando de repente, e
inesperadamente, se viaja con un propósito fuera de casa».

Amnesia de la niñez (o amnesia infantil). Es la incapacidad común de


recordar eventos de nuestra niñez. Mientras que Sigmund Freud la atribuía a la
represión sexual, otros han teorizado que se debe al desarrollo del lenguaje o a
partes inmaduras del cerebro.

Amnesia global. La pérdida total de la memoria. Puede deberse a un


mecanismo de defensa, el cual ocurre después de un evento traumático. El
desorden de estrés postraumático puede acarrear el regreso espontáneo de
recuerdos traumáticos no deseados.

Amnesia posthipnótica. Acontece cuando eventos ocurridos durante una


sesión de hipnosis son olvidados.

Amnesia psicogénica. Es el resultado de una causa psicológica en oposición


a la amnesia orgánica, cuya causa es el daño directo al cerebro generado por
una lesión en la cabeza, un trauma físico o alguna enfermedad.

Amnesia de fuente. Es un desorden de la memoria en el cual alguien puede


recordar cierta información, pero no sabe dónde o cómo la obtuvo.
Síndrome de desconfianza en la memoria. Es un término inventado por el
psicólogo Gisli Gudjonsson para describir una situación en la que la persona es
incapaz de confiar en su propia memoria.

Amnesia diencefálica medial. Amnesia que se ve en trastornos de la memoria


que están asociados con lesiones del diencéfalo medial. Un ejemplo de estos
trastornos es el síndrome de Korsakoff. Se han realizado autopsias a personas
que padecían el síndrome y las mismas han mostrado lesiones en el
hipotálamo medial y el tálamo medial.

Amnesia invocada. La ingesta excesiva de alcohol en un plazo muy corto


puede causar un fenómeno de bloqueo de la memoria similar a los síntomas de
la amnesia.

9. Amnesia retrograda

La amnesia retrógrada es, quizá, el problema de memoria más conocido. Se


describe como una dificultad específica para evocar sucesos del pasado, pero
manteniéndose inalterada la capacidad de crear nuevos recuerdos

as causas que originan lesiones cerebrales pueden ser muy diversas:


traumatismos craneoencefálicos, hipoxia, encefalitis herpética o problemas
vasculares. La lesión que provoca una amnesia anterógrada más pura es la
lesión del tálamo anterior, normalmente de origen vascular.

Además, es posible perder células piramidales en el hipocampo bilateral debido


a la falta de oxígeno o a algún golpe en el cráneo, causando una amnesia que
bien puede ser pura, o bien puede presentarse conjuntamente con otros tipos
de amnesia.

Conclusion

Al concluir esta investigacion puedo decir que la diversidad de conductas


objeto de estudio de la psicopatología, tales como la atencion, la amnesia, la
psicopatologia de la memoria, la alusinacion, percepcion y distorcion perceptiva
entre otros temas denotan, los límites entre la normalidad y la anormalidad,
estos son conceptos análizados por la psicopatológia, y resulta de gran utilidad
contar con diversos criterios para definir las orientaciones teóricas para
explicar los fenómenos psicopatológico.

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