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asumen como algo “natural” que forma parte de sus experiencias escolares. “Estáis muy
tranquilos hoy, comenta el profesor. Es que tomamos la Ritalina(2), responden los niños a coro”.
Se nombran a sí mismos con un “yo soy ADD”, rasgo con pretensión de identidad que espera
capturar algo del “ser” y no así de un “modo de estar” de los niños en la escuela.
Se trata de un episodio de la serie animada “South Park”(3) que apela a la ironía para presentar
una mirada crítica sobre la práctica difundida de diagnosticar por ADD a jóvenes y niños cada
Importa advertir que el tratamiento irónico de una situación cotidiana que se desarrolla en el
escenario escolar, en una serie televisiva, refleja la necesidad de reconocerlo como un problema
y el riesgo de su naturalización, al tiempo que puede ser una señal de su expansión, agrego,
alarmante. Estudios realizados ya en el año 2002 alertan sobre el hecho de que 4 de cada 20
niños son medicados con Ritalina en escuelas de Buenos Aires, Santiago de Chile, San Pablo, Río
La escuela requiere interpelarse en su posición ética cuando prácticas que no son inocuas para
nombrarlos con una sigla como ADD conlleva el riesgo de devenir en un estigma del cual es
difícil desprenderse, afianzando al sujeto en una posición que podría haber sido pasajera y que
lejos de ayudar compromete su relación con el aprendizaje. Asimismo, son dudosos los efectos
que podría producir la administración frecuente de medicación a edades cada vez más
tempranas(5).
Resulta necesario desentrañar cuáles son las operaciones que hacen florecer y expandir
prácticas que si bien no son exclusivas del ámbito escolar, son acogidas muchas veces de
manera acrítica por parte de docentes, psicólogos o funcionarios. Analizar los resortes que las
hacen posibles permitirá encontrar otros modos de afrontar los problemas a los que estas
clasifica a niños, niñas y jóvenes (“los que son ADD”, “los que toman la pastilla”) se constituye
como una dolencia sólo individual allí donde hay un problema que es de orden social e
factores que expresan los modos de producción de subjetividades en esta época, tarea de la cual
la escuela también participa. Las respuestas que dan diferentes sectores de la sociedad y el
Uno de esos factores intervinientes es el modo de afrontar el “imposible”(6) que toda educación
conlleva, que es estructural en tanto siempre hay algo que se sustrae en la tarea de encauzar, a
fugas hacia otros mundos imaginarios, deseados o padecidos, son una de las formas en que
siempre se expresó ese imposible. Es una modalidad que encuentra el sujeto para no dejarse
escolar fue históricamente el no “prestar atención”, o el popularmente llamado estar en “la luna
de Valencia”(7).
Cada época buscó sus modos de lidiar con ese imposible. Cabe entonces interrogar las razones
que hacen difícil afrontar hoy esa tarea en las escuelas, convirtiéndolas en un terreno fértil para
Estas prácticas son intentos fallidos de dar respuesta a las dificultades actuales para constituir
Identificar los factores que estarían abonando el terreno en el que se asientan tales respuestas
fallidas, nos puede ayudar a balizar el camino a la hora de pensar modos alternativos para
Los adultos al hallarse muy ocupados y atentos a sus propias fragilidades devenidas muchas
veces de las circunstancias socioculturales en las que desarrollan su labor, corren el riesgo de
anteponerlas a las de los niños o jóvenes que tienen a su cargo, contribuyendo de este modo
Los modos en que se tramitan los avatares por los que transcurren hoy las infancias y las
posiciones nostálgicas que atentan contra la posibilidad de atender, aceptar y reconocer al niño
La labilidad en las relaciones que mantienen los sujetos, tanto adultos como niños, con sus
semejantes y con los objetos, tiene sus efectos en los vínculos intergeneracionales. Los mismos
se expresan en las dificultades para establecer montajes filiatorios que aseguren a las nuevas
generaciones su inscripción en una genealogía singular, así como en una trama jurídica, cultural
y social.
Los cambios en los modos de percibir y asumir la ley y la palabra, el debilitamiento de las
las nuevas generaciones. Figuran entre ellos la graduación según edades, los tiempos fijos, los
saberes fosilizados, los desacoples con los diversos modos en que las familias regulan sus
relaciones íntimas y el lugar que tiene la escuela para las mismas en sus expectativas vitales, así
Se trata de una estrategia que puede estar al servicio de enmascarar las dificultades que tiene la
sociedad encarnada en los adultos que hacen la escuela, para brindar atenciones pedagógicas
adecuadas a estos tiempos. Cuando el discurso de la época que toma su forma en este territorio
pretende ser desmentido, retorna sobre los niños diagnosticados y los adultos desesperados por
encontrar una solución por fuera de sus propias herramientas, que son pedagógicas.
en el contexto actual, nos interpela a producir otra operación que va de la exclusiva atribución
del problema al sujeto que lo padece, hacia el discurso que lo constituye, reorientando las
responsabilidades y las posibilidades también hacia las instituciones.
delimitar claramente sus bordes. La función otorgada por el Estado y su proyecto político, los
edificios, las disciplinas, las alianzas con las familias, la preocupación por capturar la segura
atención de los alumnos, son algunos de los indicios que así lo atestiguan.
Herbart(9), allá por el siglo XIX, en “Bosquejo para un curso de Pedagogía” advierte que “la
atención es para la educación un objeto tan importante que se le debe dedicar un estudio más
detenido” (p.60). Del mismo modo y aún antes que él, Comenio afirmaba que los docentes
deben empezar por hacer dóciles y atentos a los alumnos. La pedagogía moderna creó
dispersase. En esta dirección, Anne Querrien (1979) describe cómo las miradas son captadas por
atenciones y miradas. En ese marco es que se diluyen y a veces quiebran aquellas referencias
que hacían posible la tarea de enseñar y el desafío de educar a las nuevas generaciones.
Cuando se desdibujan los bordes que permiten a los sujetos moverse en un territorio donde las
reglas estén claras, se torna difícil constituir una escena educativa. La misma cede entonces su
lugar a aquello que irrumpe constituyéndose en un “fuera de escena” hacia donde suelen migrar
las atenciones.
Es en esa zona en la que se instala el problema que nos ocupa, como respuesta a aquello que
por falta de referencias para significar lo que ocurre nos deja perplejos:“¿Por qué nos sentimos
siempre tan desamparados y los acontecimientos para los que siempre deberíamos estar
preparados nos dejan sin habla, a veces casi completamente aniquilados? (Meirieu,
2004,12)”(11)
Ante las perplejidades no se trata de reponer nostálgicamente aquella escena que fue posible en
sino de pensar los modos de conformar una escena posible en las coordenadas de estos
tiempos.
Meirieu(12) señala tres condiciones para que un dispositivo pedagógico cumpla su función:
afirma que debe permitir la conformación de un espacio sin amenazas, poder constituirse en un
lugar en donde el niño pueda aliarse con un adulto contra todas las formas de adversidad y de
ADD” se convierten en una amenaza para los adultos y sus compañeros, por cuanto la atención
es supuesta más allá de la presencia de un adulto al cual pueda aliarse un niño o un joven y a
cambio puede ser químicamente producida, y las ocasiones, estimulaciones y recursos a los que
puede apelar la pedagogía se neutralizan en pronósticos que suelen convertirse en una suerte de
destinos anticipados que los convierten de antemano en herramientas estériles. Las sentencias
se tornan performativas en tanto suelen determinar el rendimiento de los niños y de los jóvenes,
por el peso que tiene en ellos el modo en que son mirados por parte de sus maestros y
profesores.
derivación estarían ocupando el lugar del efecto de sentido, de la función del amor, del velo
simbólico promovido por la palabra, el juego, y los contenidos de la cultura, cuyas funciones
Siguiendo el recorrido de las razones ya señaladas en las que la desatención se asienta, y habida
cuenta del carácter fallido de la respuesta que el ADD ofrece, propongo intervenir:
• sobre la alteración de las asimetrías desde una perspectiva que no es autoritaria sino
democrática y necesaria para lograr que niños y jóvenes puedan hacer y aprender;
• en las representaciones nostálgicas que suponen que todo tiempo pasado fue mejor;
Este relato da cuenta de una intervención que requirió también de un más allá de la escena
pedagógica, pero que no pretendió disputarle protagonismo sino que se alió a ella. Muchas
otras pueden tramitarse al interior del dispositivo pedagógico, apelando a esa obstinación de la
Entender que se trata de los efectos en la subjetividad de un devenir histórico – político, con sus
padecimiento de muchos niños y jóvenes. En cada movimiento de derivación que deja afuera el
campo de la palabra y de las responsabilidades pedagógicas, se produce el debilitamiento de la
autoridad educativa.
El niño desbordado que se creía “el jefe del ejército irlandés”, pudo jugar su personaje lidiando
época en que transcurrió el tratamiento al cual corresponde este relato, como es hoy el ADD. El
despliegue del juego a diferencia de lo que puede producir la medicación, construyó en el niño
una filiación con una historia que hasta entonces estaba silenciada. El juego durante las
inestimables aliados. Allí no se atendió a una identidad apresurada: “el terrible”, “el agresivo”, “el
loco”, “el hiperkinético”, lo que permitió hacer derivar la atención hacia sus identificaciones
primarias mediadas por el analista y hacia los contenidos de la cultura mediados por el docente
que los puso a su disposición. El que podría haber sido hoy un potencial ADD, transcurrió por el
jefe del ejército irlandés, paso obligado para producir una filiación, y por la obstinación de la
maestra que no dejó de brindar una oferta estimulante que construyó una nueva filiación
cultural. Ambas intervenciones se aliaron para que la desatención cediera ante las atenciones
pedagógicas.
protagonistas
Notas
(*) Artículo publicado en “DDA ADD, ADHD, como ustedes quieran. El mal real y la construcción
(2) Nombre comercial que recibe el metilfenidato en los países anglosajones y en América latina
(Nota de L’Interrogant).
(3) South Park es una serie cómica animada creada por Matt Stone y Trey Parker y distribuida por
Warner Bros. Television y transmitida por Comedy Central desde 1997 en Estados Unidos de
América y el desaparecido canal Locomotion y por MTV Latinoamérica desde el 2005. Trata
sobre las aventuras de cuatro niños que viven en el pequeño pueblo llamado South Park,
Colorado. South Park hace sátira y crítica de muchos aspectos de la cultura americana y también
sobre eventos recientes, reta las firmes creencias y los tabúes y con frecuencia apela al humor
negro.
(4) Referencia tomada del artículo publicado en la revista Psicoanálisis y el Hospital Nº 25: La
infancia Amenazada, 2004, Ediciones del Seminario, Buenos Aires: “ADDH: un diagnóstico
(5) ” (…) en los Estados Unidos, en el seguimiento prospectivo de aquellos niños tratados en la
infancia con Ritalina, al comprobar que muchos de los actuales adolescentes no sólo son
extraído de “La desatención del Otro”, Elena Lacombe, en Revista Psicoanálisis y el Hospital, Nº
(6) Idea que retoma la afirmación de Sigmund Freud sobre las tres “profesiones imposibles”:
“educar, curar, gobernar”.Freud S., Obras Completas, Prefacio para un libro de August Aichhorn,
(7) Como muchas ciudades de la Edad Media, Valencia estaba rodeada por una muralla en cuya
parte exterior había emplazada una fortificación en semicírculo, conocida como luna en
términos militares. Al caer el sol, las puertas de la ciudad quedaban cerradas y quien llegaba
después debía pasar la noche fuera de ella. No le quedaba otro refugio que el de ese bastión.
sin poder cumplir un determinado propósito, con la consiguiente desorientación que ello supone.
Existe otra versión del dicho, relacionada con el puerto valenciano. Por la precariedad de su
muelle, los barcos debían esperar a que la marea les resultara favorable, lo que sucedía de
acuerdo con el régimen lunar. Quien se hallaba en esa situación flotaba sin rumbo hasta que las
condiciones fueran apropiadas. Estaba pues sujeto a la luna de Valencia. Una vieja copla popular
recoge la frase, sin aclarar su origen: “Me diste cite y, ¡cuidado! / te aguardé con impaciencia / la
(http://www.sermaestro.com.ar/paraelmaestro2.htm).
(8) Este tema fue desplegado por la autora en el texto “Contra el desamparo”, en Enseñar hoy.
Aires.2003
(9) Juan Federico Herbart (1776-1841) fue filósofo y notable psicólogo que realizó importantes
aportes a la pedagogía. La referencia al texto En Bosquejo para un curso de Pedagogía. Ediciones
de la lectura (s/f) es tomado del texto de Ana Laura Abramowski “Podrían ser tan amables de
dejar de mirar por la ventana y prestarme atención?” (p.97), incluido en el libro “El renegar de la
Sapiens, Rosario, Argentina) cuya autoría comparte con el pedagogo Estanislao Antelo. El
artículo permite ampliar referencias históricas y actuales sobre la problemática del “prestar
(11) MEIRIEU, Philippe (2004) Referencias para un mundo sin referencias. Ed. Grao. Barcelona.
(12) La referencia fue tomada de Daniel Korinfeld (2005) Introducción, en Autoridad, violencia,