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ALTERACIONES EN LA ATENCIÓN

Existe una gran diversidad de alteraciones de la atención, cada una de ellas aparece (en
la gran mayoría de los casos) por lesiones orgánicas. Estas lesiones tienen un impacto en
cualquiera de los dos tipos de atención que estudiamos previamente, la atención
voluntaria y la involuntaria. En este apartado encontrarás una breve, pero muy
fundamentada explicación de alteraciones en la atención voluntaria e involuntaria. La
brevedad de este apartado radica en la complejidad del tema, así como la necesidad de
un estudio mucho más a profundidad por separado y de forma única.
Luria da una explicación de las patologías de la atención, desde el espacio cerebral
afectado por una lesión. Esta lesión determinará la patología, por supuesto, pero también
el hecho de si se ve afectada la atención voluntaria o la involuntaria. Este autor explica
que si existe una lesión masiva en las áreas profundas del encéfalo la atención
involuntaria es la que tendrá una alteración, por lo que el reflejo de orientación (dirigir la
mirada hacia donde proviene el estímulo), también se verá afectado. Por lo contrario, si
hay una lesión en los lóbulos frontales del cerebro, la atención voluntaria es la que se ve
afectada. Recordemos que la atención voluntaria está relacionada con procesos
superiores, por lo que si una persona tiene una lesión en esta parte del cerebro, no sólo
su atención se ve afectada, sino una gran cantidad de procesos de orden superior. En
estos casos, el sujeto no tiene un déficit en el reflejo orientador, al contrario, en muchas
ocasiones éste presenta una mayor actividad, lo cual perturba la atención voluntaria. Las
alteraciones en la atención voluntaria son las más difíciles de tratar, ya que los sujetos
que la padecen no pueden concentrarse en tareas sencillas, fácilmente su atención se
desvía a cualquier estímulo externo (un sonido, un olor, una imagen, etc.). Es muy poco
probable que presten atención a instrucciones verbales, lo cual dificulta el tratamiento
todavía más. Su razonamiento (la conexión entre ideas) se ve imposibilitado, lo cual
tiene fuertes impactos sobre su comportamiento.
Por último, Luria señala que existe una tercera forma en que se ve alterado el proceso
atencional, y esto sucede en momentos de fuerte agotamiento o situaciones similares al
sueño (oniroides), e incluso las neurosis o cualquier estado de perturbación emocional
en las que, por supuesto se ven reflejadas cuestiones de personalidad, así como la
dificultad que existe debido a las diferencias entre sujeto y sujeto. Luria concluye su
extensa explicación neurofisiológica de las alteraciones de la atención con las siguientes
palabras: La diferencia entre la inestabilidad de la atención voluntaria y las formas
graves de su perturbación surgidas a consecuencia de lesiones de los lóbulos frontales
del cerebro, radica en que en el primer caso se logra la compensación de las deficiencias
movilizando la atención mediante el refuerzo de las motivaciones, recurriendo a medios
auxiliares de soporte y al afianzamiento de las instrucciones verbales; mientras que
cuando están lesionados los lóbulos frontales y se destruye el mecanismo regulador
básico de la atención voluntaria, dicha vía puede no dar el efecto necesario. La
inestabilidad de la atención voluntaria surge no sólo con motivo de estados patológicos
graves del cerebro, sino también en aquellos otros del sistema nervioso que resultan del
agotamiento y la neurosis […]
Para comprender las fallas en la atención involuntaria, puede diferenciarse la
hipoprsexia de la hiperprosexia, mismas que se presentan en múltiples trastornos. A
continuación, algunas explicaciones en este sentido. Hipoprosexia es aquella
disminución en la atención, es decir un déficit para focalizar la atención en estímulos
externos que se presentan. Esta alteración en la atención involuntaria, entonces está
ligada a una lesión en el encéfalo (tronco superior, paredes del tercer ventrículo o
sistema límbico). En ella se da una problemática en el reflejo de orientación. La
Hiperprosexia, por otro lado, es el aumento en la atención. Esto pude producirse por el
uso de drogas que activan el sistema nervioso, logrando que el sujeto no centre su
atención en un sólo estímulo, sino que salte de uno a otro constantemente. Esta
afectación también está relacionada con la atención involuntaria. Pero ¿qué es lo que
sucede con el reflejo de orientación? Pueden darse dos situaciones, por un lado un
déficit en él (hipoprosexia), o bien la sobrexcitación del mismo (hiperprosexia). Si existe
un déficit, el reflejo de orientación aparece tenuemente y se extingue antes de procesarse
la información; cuando hay sobrexcitación éste tarda mucho tiempo en desaparecer,
provocando una gran confusión al procesar la información, ya que se mandan señales
continuas sin posibilidad de procesarse. Ahora bien, ¿cómo se manifiesta esta alteración
en la atención? Puede manifestarse, en el caso de déficit (hipoprosexia) en el reflejo
orientador por “indicios graves de apatía, inactividad o no responsividad general a los
estímulos externos”.
Y para el caso de sobrexcitación (hiperprosexia) por “indicios de elevada excitabilidad,
se hallan en estado de constante ansiedad e intensa perturbación merced a cualesquiera
irritaciones y estímulos emocionales”.
Por último, cabe señalar una de las alteraciones más famosas, el Déficit de Atención con
o sin Hiperactividad (TDA y TDAH). Esta es una de las formas en que se manifiestan
las alteraciones en la atención (en la que se manifiestan problemas tanto en la atención
voluntaria, como involuntaria), es difícil de diagnosticar y de tratar (los tratamientos
incluyen medicamentos, ejercicios conductuales, cambios en la alimentación, etc.)
Desafortunadamente no es posible abordar, por el momento este trastorno, ya que es un
tema demasiado amplio y debe tratarse con especial especificidad.

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