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¿Qué condiciones estructurales y personales le impiden proponer y
accionar cambios?
4. Con la lectura del material leído e información recolectada interpretar los
datos obtenidos y elaborar propias conclusiones.
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la queja lamento en queja reclamo y luego intentar abrir el espacio de la
pregunta: para desactivar la queja hay que activar la capacidad de pregunta.
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escritura como hábito, no hay una solución posible que incluya a la
tecnología. Por esto el uso de las TIC por el alumno no elimina los
problemas conceptuales que deben ser resueltos por el sujeto que aprende.
Aunque, al mismo tiempo, las TIC pueden hacer mucho por la educación,
pueden ser aliadas poderosas si ayudan a vincular a la escuela y la
comunidad con la cultura; si ayudan a favorecer el desarrollo y el encuentro
entre la pedagogía y el juego; a romper el aislamiento, la soledad y la rutina
de la tarea docente.
El desafío central de los próximos años será diseñar una política educativa,
comunicacional y cultural que incorpore a las TIC a la vez como
herramienta.
Las TIC pueden aportar a la formación y desarrollo de profesional de los
docentes y ayudar a superar algunas de las debilidades del modelo
tradicional. Permiten dejar de pensar al aprendizaje permanente como una
utopía. Sin embargo, la introducción, o la posible introducción, provoca
temores y recelos.
La introducción de las TIC se plantea mirando a la escuela desde sus
inicios. Cuando el sistema escolar se pensó, se pensó para otra época.
Ahora el paradigma es otro y es difícil pedirle a un sistema pensado desde
lo centralizado y lo hegemónico, flexibilidad, autonomía escolar y
diversificación. Este sistema escolar no comprende por qué ahora hay que
“facilitar los aprendizajes”.
Evidentemente, no se plantea un cambio del rol docente sino de un cambio
profundo del mismo modelo escolar.
Empezando a pensar en un escenario posible. La cuestión docente,
tradicionalmente, ha sido escenario de fuegos cruzados entre posiciones
extremistas. Por un lado la retórica idealista; y por otro la pragmática
economicista.
La tarea aquí es simple y urgente: repensar integralmente las bases del
profesionalismo docente para un nuevo sistema escolar. Avanzar en la
línea de la profesionalización docente no significa revalorizar al docente
tradicional, sino revalorizar al nuevo docente.
La profesionalización docente es un movimiento hacia adelante, de
construcción de una nueva identidad. Construir esa nueva identidad y ese
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nuevo rol requiere trabajar no solo con los docentes, sino con toda la
sociedad.
Recomponer esta identidad implicaría entonces desarrollar en conjunto
diferentes líneas de acción:
1) Diversificar los perfiles y los roles docentes en consonancia con la
diversificación de las ofertas. No se trata de incorporar técnicos y
especialistas, sino de restituir a los docentes un saber profesional, sólido
y actualizado que hace a su propia identidad y especificidad profesional
y del cual han sido sistemáticamente despojados.
2) Reconocer las múltiples identidades de los docentes, que siempre han
tendido a ser encasillados en una única identidad, ser docente y en un
único ámbito, la escuela. Reconocer esto humaniza al docente, ayuda a
recuperar la integridad como persona y tiene consecuencias sobre su
formación y desarrollo profesional.
3) Promover una nueva representación social de los docentes acorde con
los nuevos roles de la institución escolar y de la profesión docente. Es
indispensable trabajar expresamente en la superación de estereotipos y
en la valoración de los docentes en su labor. Por un lado implica una
comprensión integral del sistema educativo, que permita percibir la
complejidad, así como las posibilidades y límites del oficio docente en la
actualidad.
El énfasis sobre el aprendizaje, el aprendizaje permanente, el aprender a
aprender y el (re)descubrimiento del (placer del) aprendizaje son
necesidades, en primer lugar, para los propios docentes.
El desafío que se plantea a los docentes es no solo enseñar de una manera
distinta a como les enseñaron a ellos, sino también estar preparados para
enseñar lo que no saben y nadie les enseñó.
El nuevo profesionalismo docente para el nuevo sistema escolar que ya ha
comenzado a gestarse deberá construirse atendiendo a la paradoja de
estos tiempos: construyendo calidad y equidad de las limitaciones de la
pobreza y las posibilidades de la tecnología.
Dejar de aprender es condenarse a quedar afuera
Velar por el profesionalismo docente implica bregar por el acceso individual
y colectivo al saber y al saber hacer especializado que hace a la profesión
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docente, supone luchar por un aprendizaje permanente que incluya ofertas
educativas relevantes y de calidad, oportunidades y condiciones para el
desarrollo profesional, individualmente y en grupo. Pero implica, también,
hacer valer un código ético en el ejercicio de la profesión y la participación
responsable e informada en los espacios y procesos de discusión y toma de
decisiones que competen a su tarea, tanto a nivel de la institución escolar
como a nivel local, nacional e internacional.
a-b)Los buenos maestros tienen metas altas para todos sus estudiantes y
objetivos claros bien escritos, están preparados y organizados, motivan a sus
estudiantes y les enseñan diferentes perspectivas, forman relaciones fuertes
con sus estudiantes y demuestran que les tienen afecto, exhiben amplio
conocimiento en las materias que enseñan y dedican tiempo para continuar su
propia educación, son apasionados por enseñar, compasivos, pacientes,
alegres, tolerantes, transmiten vocación, energía, compromiso, entusiasmo,
escuchan a sus alumnos, enseñan a pensar, a cuestionarse, a ser críticos, a
razonar y no memorizar, a ser buenas personas, ciudadanos de bien, y
además, reconocen sus errores.
Las transformaciones que está viviendo el mundo en materia económica,
educativa, social, política y cultural, unido a los grandes avances de la ciencia,
la tecnología y la información en estos tiempos ha producido un nuevo contexto
socio histórico donde la sociedad humana cada día debe asumir los cambios y
retos que le impone la sociedad de la información y el conocimiento. Todos
estos cambios han impactado al sistema educativo
Los docentes de antes tenían más reconocimiento social y una autoridad
indiscutible, tenían un lugar en la sociedad por el papel salvador que se le
asignaba a la educación y a la escuela. En la época en la cual el docente era
"palabra santa', estaba dedicado sólo al campo pedagógico. Su rol era
solamente el de la enseñanza y transmisión de valores y conocimientos. En
cambio ahora ese rol ha ido compartiendo otras áreas: asistencia social,
contención, entre otras, tanto en las escuelas de la ruralidad, en la periferia o
en el centro de la ciudad. Son áreas en las que no han sido preparados, no hay
una currícula para enfrentar situaciones nuevas que se plantean en la
actualidad. Mientras los formadores de docentes no se actualicen, no se
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pongan al día con las distintas problemáticas, seguirán formando maestros con
la misma base de hace un tiempo, y el chico ya es distinto.
El docente hoy tiene la misión de buscar que la educación del estudiante esté
centrada en los valores humanos y sociales y no sólo en el conocimiento, ya
que la formación del individuo debe ser profunda y sensible en cuanto al
compromiso social, la conservación y respeto de la diversidad cultural y del
ambiente, la superación personal mediante el autoaprendizaje, el
fortalecimiento de la autoestima y el desarrollo de la apreciación por el arte en
todas sus manifestaciones. Éste debe propiciar un ambiente de aprendizaje
favorable, motivador que permita desarrollar habilidades cognitivas, desarrollar
un aprendizaje autónomo. El alumno debe ser el constructor de su propio
proceso de aprendizaje
Actualmente aparece el docente no como quien tiene el conocimiento que el
alumno debe recibir pasivamente, sino el que guiará al alumno a su propio
aprendizaje, enseñándole a aprender a aprender, para transformar a ese niño
en un estudiante autónomo que pueda valerse por sí mismo en estudios
superiores o en una capacitación continua como la que se exige en el mundo
actual.
Se exige hoy compromiso, con el conocimiento de cada alumno como ser
individual, y del grupo en su conjunto. Debe indagar sobre sus intereses, para
poder asumir una actitud motivadora y contenedora en esta ardua tarea de
enseñar.
Actualmente es mucho más difícil ser docente: profesionales aún muy
preparados tienen más dificultades para educar y para legitimar su función.
Nuestra sociedad ya no es jerárquica, la escuela no es el único lugar para
saber, el mundo adulto es cuestionado y la autoridad no se le regala a nadie: el
rol docente debe ser construido cada día bajo enormes presiones. El
conocimiento se multiplica a un clic de distancia. Antes un docente sólo por ser
adulto y ocupar una cátedra ya era respetado. Ahora, la autoridad no se
impone sino que se construye. A diferencia de dos décadas atrás, los
educadores ahora se enfrentan a algunas miradas desafiantes, contestaciones
groseras y subidas de tono; muestras de total desinterés en las clases. Hasta
deben hacer oídos sordos a las murmuraciones y, en el peor de los casos,
sufren agresiones o acoso por parte de los chicos y de sus padres.
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Entrevistas
63 años:
Recuerdo que nuestros docentes tenían mucha autoridad, les teníamos miedo.
Con sólo que nos miren ya sabíamos que nos teníamos que callar. No volaba
ni una mosca en el salón porque sabíamos que si nuestros padres se
enteraban que nos portábamos mal se nos armaba…
Antes los maestros no se relacionaban tanto con sus alumnos como ahora, con
todos los problemas que los niños tienen, el internet. No digo que los
adolescentes de ahora sean maleducados sino que están educados de forma
distinta a como nos educaron a nosotros, ni se nos hubiera ocurrido contestarle
mal al maestro o subirle el tono. Capas habían uno o dos traviesos pero no
llegaban a eso.
Para mí para ser docente hoy hay que saber entender a los alumnos y lidiar
con todos sus problemas y con los cambios que ocurren diariamente en la
sociedad. La vida de estos chicos es muy distinta a la que se vivía antes.
45 años:
De mis docentes recuerdo que, en los primeros años, eran monjas y la verdad
es que eran muy malas, especialmente con los chicos que hablaban alemán.
Más adelante tuve maestras. Estas eran más buenas y pacientes, eso si no te
vayas a confundir alemán con inglés porque se armaba jaja.
Creo que antes ser docente era más fácil, los alumnos no les contestaban,
hacían caso. Ahora la mayoría están muy apañados por sus padres, saben que
no los retan y tampoco se preocupan.
Actualmente se necesita verdadera vocación, paciencia y amor por enseñar
porque debe ser muy difícil lidiar con los adolescentes.
21 años:
Recuerdo que eran muy pacientes porque éramos un curso complicado.
Estábamos en la pavada y tenían que esforzarse para llamarnos la atención y
que trabajemos, muy pocos de ellos lo lograban. No nos interesaba la escuela
y mucho menos estudiar.
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Algunos de nuestros profesores se rendían y nos dejaban hacer lo que
queríamos, pero pocos eran perseverantes y se interesaban para lograr que
aprendamos algo.
Creo que antes solo había que tener ganas de enseñar, hoy se necesita mucho
más que sólo eso, hay que tener paciencia y ser comprensivo; lograr llevarte
bien con tus alumnos y despertar su interés; convivir con la tecnología y
utilizarla en actividades porque si se aburren lo primero que agarran es el
celular.
23 años.
Lo que recuerdo es que mis profesores y maestros eran pacientes, amables y
con muchas ganas de enseñar, también que siempre buscaban la mejor
manera de enseñar para que todos aprendiéramos los temas que dictaban.
Antes para ser un buen maestro o profesor solamente se necesitaba saber
sobre la materia o el tema que se iba a dictar y tener ganas de enseñar, pero
ahora se necesita mucho más que eso, se necesita paciencia, comprensión,
tener una buena relación con los alumnos, adaptarse a los cambios que van
surgiendo.
63 años.
Recuerdo que mis maestros no eran de relacionase con los alumno, dictaban la
clase de una sola manera, si la entendías estaba bien, sino tenías que buscar
ayuda en otro lado; también tenían mucha autoridad y ellos siempre tenían la
razón.
Para ser docente hoy se debe tener autoridad (como antes), pero esa autoridad
debe ser más flexible, ya que los alumnos fueron criados de manera muy
diferente a la nuestra, y además se deben adaptar a los cambios que van
surgiendo en la sociedad.
45 años
Recuerdo más que nada profesionales que entendían perfectamente su
materia pero nada (o poco y nada) de pedagogía.
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Eso mismo recuerdo, su área la conocían perfectamente, daban clases
maravillosas, pero cuando surgían imprevistos o problemas tenían pocas
armas para defenderse.
Creo que antes se necesitaba menos pedagogía, ahora creo que (y para bien)
cambió mucho y es más importante el cómo enseñar que lo que vamos a
enseñar.
50 años
Tuve profesores de todos los tipos pero más que nada recuerdo algunas
profesoras que se centraban en el grupo más capaz y que más al día iba y nos
relegaba a nosotros que nos costaba más por diversos motivos seguir el ritmo
de la clase.
Creo que antes la educación era bastante distinta, había una orientación
secundaria que te permitía ser docente por lo que los/as maestros/as y
profesores/as que salían de ahí no estaban del todo preparados. Hoy es una
carrera de nivel terciario y creo que eso debería mejorar la educación en
general.
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Con mis colegas tratamos de innovar incluyendo las nuevas tecnologías a las
clases, pero esta termina siendo un problema ya que en algunos
establecimientos no anda la conexión a internet o no contamos con los equipos
necesarios.
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Trato de innovar incorporando las TIC como herramienta de trabajo en el aula,
estas a veces ayudan a para atrapar el interés de los alumnos, generan
motivación. Si les pedís a los chicos que traigan un diccionario, no lo traen;
pero les pedís que traigan la compu y la traen todos jaja. Aunque la mayoría la
tiene rota, o la trae sin batería. La usan para otras cosas más que para
estudiar. Si se aburren acuden al celular.
También me gusta que los alumnos salgan de la escuela, que se pongan en los
zapatos de un científico que se hace preguntas y busca respuestas.
BIBLIOGRAFÍA
“Sobre maestras (… y maestros), mujeres, mandatos y quejas.” Por Alicia
Fernández
“Educar en tiempos de cambio” por Rosa María Torres
Entrevistas realizadas a docentes y ex alumnos
http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2012/08/13/educacion/EDUC-01.html
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http://servicios.abc.gov.ar/lainstitucion/revistacomponents/revista/archivos/porta
l-educativo/numero02/archivosparaimprimir/ser_docente_en_el_siglo_21.pdf
http://www.lanacion.com.ar/2028219-los-maestros-de-antes-no-siempre-eran-
mejores
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