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Consigna 1: A modo de introducción, hoy se acepta que la matemática como ciencia, se inicia

con la primera demostración geométrica atribuida al filósofo griego Tales de Mileto y que,
desde Pitágoras y Platón hasta bien entrado el siglo XX, en filósofos como Leibniz, Descartes,
Frege, Hilbert, Russell, por citar solo algunos, la matemática y la filosofía han recorrido juntas
en forma solidaria el camino de la construcción del conocimiento matemático.

1.a) Ilustre esta unión con algunos ejemplos.

Consigna 2: ¿Cree Usted que los conocimientos matemáticos deben sociabilizarse?

2.a) de ser así, ¿por qué?

2.b) caso contrario ¿por qué?

Consigna 3: La caracteristica de la actitud filosófica para Aristóteles, es el Asombro:

3.a) Relate muy brevemente esta particularidad de Aristóteles.

Consigna 4: Cuando se estudia matemática, se piensa que es por “su belleza y por la curiosidad
intelectual”, o como “ciencia de la cantidad”, aplicada a la aritmética y al algebra:

4.a) ¿son correctas estas apreciaciones?

4.b) ¿Se imagina algún personaje de la Literatura Argentina hacienda sus aportes a la
matemática?

Consigna 5: ¿Por qué Fundamentos de la Matemática?

5.a) Cabe hacerse la pregunta si ¿Hay que creer en las afirmaciones de la matemática? O ¿por
qué es necesario considerarla como un elemento indispensable para el desarrollo de otras
ciencias?

Consigna 6: Crisis de los Fundamentos.

6.a) ¿Dónde advierte que la matemática, como ciencia, experimenta una especie de Crisis?
2.a. Creo que el conocimiento matemático debe sociabilizarse porque como dice el texto, el
conocimiento generado por científicos debe ser compartido con la mayor cantidad posible de
sectores sociales, para que sea posible crear un espacio de reflexión crítica para el análisis
colectivo y multidisciplinario de las dimensiones políticas, culturales y ético-sociales de la
ciencia y sus aplicaciones. Este ser patrimonio exclusivo de quienes lo producen ni tampoco de
ámbitos políticos y económicos que hoy deciden su utilización en términos de sus propios
intereses y en detrimento de las necesidades de la gran mayoría de la población.

la matemática que alguna vez ha sido llamada, la ”reina de las ciencias”. Como se podrá
observar, a la vez que ella presta, en calidad de ciencia aplicada, innumerables servicios a otras
ciencias, naturales y sociales, y también a la práctica tecnológica, su majestad no está exenta
de amenazas filosóficas.

Bien sabemos que existen científicos para quienes su interés radica exclusivamente investigar
en su ámbito específico, en el dominio interno de su comunidad profesional, y quienes la
docencia y la divulgación de los conocimientos les resulta un desagradable compromiso: la
vida es breve y la investigación demanda

3.a. Para Aristóteles, una de las características de la actitud filosófica es “el asombro”, puede
que, por razones prácticas, se reúnan con frecuencia con el conocimiento lo que le dará una
utilidad instrumental. Pero cuando “el conocimiento” se asocia con “el asombro” que produce
el hecho de que la realidad es como es, enorme, fantástica y emocionante, entonces el
conocimiento origina en el investigador una visión filosófica del universo. Para él la filosofía no
nace de un impulso del alma; por el contrario, las cosas se manifiestan y se convierten en
instigadoras de problemas, de modo que impulsan al hombre a investigar.

Ese asombro, admiración o thaumazein posee tres niveles, tal como lo especifica en


su Metafísica:

1- El que ocurre ante las cosas que se presentan inmediatamente entre las extrañas.

2- El asombro ante cuestiones mayores, tal como las particularidades del Sol, la Luna y los
astros.

3- El que sucede frente al origen de todo.

También sostiene que el hombre tiene en su naturaleza el deseo de saber; este lo lleva hacia lo
divino. Sin embargo, para que esta fuerza lleve a alcanzar la verdad, debe realizarse
racionalmente. Esto es de acuerdo con reglas lógicas y lingüísticas.

4.a. Cuando se estudia matemática, se piensa que es por “su belleza y por la curiosidad
intelectual”, o como “ciencia de la cantidad”, aplicada a la aritmética y al algebra pero esta
caracterización de la matemática no es correcta.

La matemática pone su atención en lo que llamamos estructuras, o sea, conjuntos de


elementos relacionados de determinada manera, y el estudio del matemático remite al de las
propiedades que tienen tales conjuntos. Sin embargo, no puede decirse simplemente que la
matemática estudia estructuras. Hablar de estructuras matemáticas, por supuesto, pone el
centro de gravedad más en aspectos lógicos que en aspectos cuantitativos.

Gran parte de las estructuras que pueden servir a los físicos, biólogos o economistas son
estructuras numéricas.

Desde luego, hay que reconocer que la matemática es importante también por otras razones.
Se trata de sus aplicaciones, ya que en ámbitos tales como la economía o la ingeniería en
cuestiones donde realmente la ciencia aplicada requiere de un lenguaje numérico especial, o
bien para formar leyes naturales, la matemática es un instrumento esencial para poder
solucionar problemas científicos y prácticos. Pero ambas perspectivas sobre la matemática son
igualmente válidas. Esto nos recuerda que el historiador de la matemática y escritor, Eric
Temple Bell (1883 – 1960) luego de celebrar la belleza de la disciplina, destacando que ella
“reinaba por su exactitud y por el rigor de sus desarrollos sobre todas las demás ciencias”,
tuvo que reconocer que era además un instrumento al servicio de muchos otros campos
científicos y tecnológicos, por lo cual escribió un libro titulado “La matemática, reina y
sirvienta de las ciencias”. Lo cual refuerza la idea de que debemos concebir a la matemática,
legítimamente, desde ambos puntos de vista.

Por lo cual, tanto desde el punto de vista filosófico, cognitivo y lógico, pero también estético y
tecnológico, la discusión sobre estas extrañas entidades llamadas estructuras y en general los
resultados de la matemática como ciencia abstracta y aplicada, es asunto que la civilización
contemporánea no puede desechar. Aunque ciertos intelectuales o humanistas tradicionales
puedan tener dudas ante esta afirmación, es necesario entender que la matemática es un
aspecto del pensamiento que, si no la poseemos, nos llevará a una visión mutilada de la
cultura humana.

5. Se comprende, luego de la apología que hemos hecho de la matemática y de su papel a la


vez científico, estético, lúdico y tecnológico, que cabe hacerse la pregunta acerca de por qué
hay que creer en lo que se sostiene en esta disciplina, pues bien podría acontecer, como ha
ocurrido muchas veces en la historia de la cultura, que las razones de tal o cual creencia se
fundasen meramente en ideologías y o tradiciones acríticas establecidas. La historia de la
ciencia nos muestra que ciertas teorías científicas han sido admitidas en determinados
momentos como si se tratase de algo incontestable y, por tanto, en el caso de algunas de
ellas, deberían guiar nuestra conducta o ser aplicados con propósitos terapéuticos. Aunque
hubo muchas que fueron descartadas, entonces, ¿no ocurrirá algo similar con la
matemática? La pregunta también podría formularse, si se adoptan los puntos de vista de
ciertos filósofos y sociólogos de la ciencia contemporáneos: quizás los matemáticos y otros
científicos, independientemente de la validez o invalidez de sus investigaciones, han
construido una suerte de secta con mucho prestigio, lo cual les otorga cierta ventaja sobre
otros sectores culturales, en particular, a la hora de solicitar y recibir partidas
presupuestarias. Por todo ello, si queremos adoptar una actitud racional, debemos dar
algunas razones acerca de por qué hay que creer en las afirmaciones de la matemática o por
qué es necesario considerarla como un elemento indispensable para el desarrollo de otras
ciencias.
Esta tarea, que se ha dado en llamar, “Fundamentos de la Matemática”, se ha transformado
en una disciplina a su propio derecho, aunque quizás en parte se pueda considerar como un
capítulo de la Epistemología.

La fundamentación de la matemática ha demostrado ser una especialización nada simple


para cuyo ejercicio es necesario conocer, amén de la propia matemática, cuestiones de lógica
y filosofía, pero también de historia de la ciencia, y esto último para comprender cómo 16

se han construido a lo largo del tiempo las estructuras que finalmente han venido a construir
la matemática actual.

Diferenciar la matemática de las ciencias fácticas, si es que ello corresponde, es tarea que
atañe a la fundamentación de la matemática.

6. a. Cuando los matemáticos se vieron obligados a fundamentar su disciplina, hicieron su


irrupción las cuestiones filosóficas inherentes a la naturaleza de la misma y en particular a las
características del conocimiento que ofrece. Dicho de otro modo, fundamentar la matemática
pone en evidencia la consideración de importantes problemas filosóficos a propósito de ella. Y
como ha ocurrido habitualmente en la historia de la filosofía, las respuestas que se han dado
son divergentes.

Pero todo esto se complicó a medida que fui percibiendo, como podremos ver, que había en la
matemática y en sus fundamentos serias dificultades y que, al menos parcialmente, podía
hablarse de una “crisis” de esta ciencia. Ello me llevó a inquirir qué soluciones se habían
propuesto para tales dificultades y entonces comprobé que, incluso en la actualidad, aparecen
constantemente nuevas opiniones y puntos de vista sobre la naturaleza de la matemática
desde una perspectiva filosófica. Entonces es importante los estudiosos de filosofía y por otro
lado los propios cultivadores y docentes de la disciplina, debían estar al tanto de estas
controversias principales que a propósito del tema habían sido planteadas en el siglo XIX.

Esto explica por qué se dedica tanto esfuerzo a la fundamentación y filosofía de la


matemática.

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