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Ética en Los Profesionales de La Salud
Ética en Los Profesionales de La Salud
Licenciatura en Nutrición
Ética Profesional en el Área de Salud
EUTANASIA EN LA NUTRICIÓN
DESARROLLO
La eutanasia está clasificada de diferentes formas: directa e indirecta según el
accionar médico, y voluntaria e involuntaria si se cuenta o no con el consentimiento
del paciente informado y consciente.
Según el accionar médico:
Eutanasia directa: cuando existe una provocación intencional del médico que
busca la terminación de la vida del paciente. Esta a su vez posee dos formas:
Activa o positiva: se le considera activa o positiva (acción) cuando existe
un despliegue médico para producir la muerte de una persona como
suministrar directamente algún tipo de fármaco o realizando intervenciones
cuyo objetivo es causar la muerte.
Pasiva o negativa: es pasiva o negativa (omisión) cuando la muerte es
producida por la omisión de tratamientos, medicamentos, terapias o
alimentos. En este tipo de eutanasia, la actuación del médico es negativa
pues su conducta es de «no hacer». En otras palabras se culmina todo tipo
de actividad terapéutica para prolongar la vida de una persona que se
encuentre en fase terminal pues se ha concluido que el tratamiento es inútil
para el mejoramiento del paciente.
Eutanasia indirecta: es la que se verifica cuando se origina sin la intención de
causar la muerte del paciente. Según la definición de eutanasia la indirecta no
lo sería pues uno de los elementos de esta práctica es la provocación intencional
de la muerte. En todo caso, la indirecta se da como resultado de efectuar
procedimientos médicos intensos, con intención terapéutica, que pueden
producir la muerte.
Según la voluntad del paciente:
CONCLUSIONES
En el caso de los profesionales en Nutrición el cuidar de la calidad de vida de los
pacientes en estado terminal o que su calidad de vida se vea disminuida
notablemente, debe existir una comunicación abierta entre el paciente de ser posible
y los familiares o personas a cargo del caso, ya que se debe tener un reconocimiento
de la autonomía del enfermo, entendida como capacidad de autogobierno. En virtud
de esta autonomía se le reconoce al paciente la capacidad para tomar sus propias
decisiones y para actuar con conocimiento de causa y sin coacción. Si el enfermo
es una persona adulta y responsable la relación que debe establecer con su médico
tiene que ser una relación horizontal, entre iguales, en la cual el médico aporta la
información, y el paciente, merced a esa información, tiene el derecho a aceptar o
rechazar las propuestas de su médico, o a elegir otra alternativa terapéutica. A este
tipo de relación se denomina consentimiento informado.