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La ética y el término de la vida

humana

Eutanasia
UNIVERSIDAD NACIONAL PEDRO RUIZ GALLO
FACULTAD DE ENFERMERÍA
ESCUELA PROFESIONAL DE ENFERMERÍA

LA ÉTICA Y EL TÉRMINO DE LA
VIDA HUMANA: EUTANASIA

ASIGNATURA:
ETICA Y BIOETICA
DOCENTES:
 Mg. Nora Elisa Sá nchez de García

INTEGRANTES:

 Aponte Zapata Patricia

 Cieza Pérez Diana

 Delgado Rodríguez Leska

 Sá nchez Vá squez Yamilet

SEMESTRE ACADÉMICO:
2019 – II
INTRODUCCIÓN

La muerte es una experiencia universal y profundamente personal. La muerte afecta a cada


persona, siendo la búsqueda tener una muerte digna. La muerte digna ha estado ligado a la
discusión de la eutanasia; hoy en día la decisión de la aplicación de la eutanasia ha sido y es un
problema persistente en la historia de la humanidad, ideologías diversas se enfrentan
defendiendo sus argumentos de si debe o no practicarse 1.

Los avances científicos han permitido curar enfermedades que antes eran incurables; también
han proporcionado los medios necesarios para que el hombre y la mujer puedan vivir más años.
En la actualidad, la mayoría de las personas no mueren de una manera brusca e inesperada, sino
que lo hacen en las camas de los hospitales o en su domicilio, siendo tratadas por profesionales
de la salud; las causas más frecuentes de muerte son las enfermedades crónicas, degenerativas y
tumorales, suelen ser progresivas durante varios años antes de la muerte y son susceptibles de
diversos tratamientos que prolongan a veces la vida por largos periodos. Estos hechos han
originado una serie de problemas ético 2.

Los médicos y las enfermeras muchas veces hacen uso de sus conocimientos científicos y éticos
para enfrentarse con soltura a situaciones de trato con pacientes en estado terminal. Siendo pues
un hecho frecuente la atención sanitaria de los pacientes terminales, sorprendiendo la
incomodidad del médico y de la enfermera ante este tipo de pacientes 2.

Ciertamente, cuando la actuación no está orientada a curar la enfermedad o prolongar la vida, el


personal sanitario parece encontrarse sin contenido. Se invocan diversas razones para explicar
esta actitud frente al enfermo terminal: ausencia de preparación, reacciones personales
(ansiedad, sentimiento de culpa, rechazo personal, incapacidad vocacional) y dedicación
preferente a otros enfermos con mejores perspectivas; también contribuyen factores
institucionales como la relación coste-resultados, la planificación social, etc. De esta manera se
produce un vacío asistencial en la atención a estos enfermos, originándose un grave problema
para la Medicina actual, no siempre bien resuelto.

No es de extrañar que se hayan presentado diversas soluciones. Una de ellas ha sido la de


reclamar la legalización de la eutanasia, que puede considerarse como la acción u omisión que,
por su propia naturaleza, o en sus intenciones, procura la muerte, con la finalidad de eliminar
todo dolor y sufrimiento 2.

Desde la perspectiva de los profesionales de salud, es impórtate conocer de este tema, ya que
son aquellos quienes curan y tratan las enfermedades, cuidan de las personas de manera
holística e integral.
DEFINICIÓN DE LA EUTANASIA

El término eutanasia proviene del griego eu (que significa bien o fácil)


y thanatos (muerte). Así que, etimológicamente sólo significa "buena muerte" 3. 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la eutanasia como aquella


“acción del médico que provoca deliberadamente la muerte del paciente”. Esta
definición resalta la intención del acto médico, es decir, el querer provocar
voluntariamente la muerte del otro 4.

La Real Academia de la Lengua Española define la eutanasia como “acción u omisión


que, para evitar sufrimientos a los pacientes desahuciados, acelera su muerte, con su
consentimiento o sin él”; o, como “muerte sin sufrimiento físico” 5.

De un modo más técnico, también se la ha definido como “la muerte indolora infligida a
una persona humana, consciente o no, que sufre abundantemente a causa de
enfermedades graves e incurables o por su condición de disminuido, sean estas
dolencias congénitas o adquiridas, llevada a cabo de manera deliberada por el personal
sanitario o al menos con su ayuda, mediante fármacos o con la suspensión de curas
vitales ordinarias, porque se considera irracional que prosiga una vida que, en tales
condiciones, se valora como ya no digna de ser vivida” 5.

Por otra parte, la Declaración ‘Iura et Bona’ de la Iglesia Católica sobre la eutanasia la
define como “una acción o una omisión que por su naturaleza, o en la intención, causa
la muerte, con el fin de eliminar cualquier dolor 5.

TIPOS DE EUTANASIA

La Eutanasia podemos clasificarla según distintos criterios, siendo los más usuales los
siguientes:

Desde el tipo de motivación por el que se practica 6:


Piadosa: Aquella que tiene por objeto evitar el sufrimiento de un enfermo
terminal principalmente cuando es exigida en forma seria y consciente.
Eugenésica: aquella que se dirige al mejoramiento de la raza humana.
Económica: aquella dirigida a eliminar a las personas cuyas vidas se
consideran inútiles, exentas de valor vital y de costoso mantenimiento.
Para estas dos últimas formas de motivación (eugenésica y económica) existe la
práctica unanimidad en que no pueden ser consideradas como eutanasia sino que
se trataría claramente de homicidios.

2. Desde el punto de vista del paciente 6:


Voluntaria: Aquella en que la decisión la toma el paciente directamente o
terceras personas obedeciendo los deseos que el paciente ha expresado con
anterioridad.
No Voluntaria: Aquella en que la decisión la toma un tercero sin que haya
posibilidades de conocer la determinación del enfermo debido a que éste no
tiene la capacidad para elegir entre vivir o morir.
Involuntaria: Aquella en que la decisión la toma un tercero sin pedir el
consentimiento de un pariente capaz de expresar su elección o en contra de su
voluntad.

3. Dependiendo de quién es el autor de la acción 6:


Autónoma (Suicidio): Aquella en que la propia persona se provoca la muerte
sin intervención de terceras personas.
Heterónoma: Aquella en que en la provocación de la muerte participan otra u
otras personas.

4. Desde la actitud con que se realiza 6:


Solutiva: Consistente en facilitar auxilio en el proceso de morir, mitigando el
sufrimiento, suministrando calmantes que no incidan en la duración de este
proceso. El Concepto comprende todas las conductas que tiendan a aliviar el
sufrimiento tanto físico como espiritual del enfermo terminal.
Resolutiva: Aquella que incide en la duración del proceso hacia la muerte, sea
reduciéndolo o suprimiéndolo en interés del enfermo.

Dentro de la Eutanasia resolutiva (aquella que es provocada por otra u otras personas
distintas del enfermo y que incide en el curso vital) se pueden hacer las siguientes
distinciones:
- Eutanasia Pasiva: Aquella que consiste en la inhibición de actuar o en el
abandono en el tratamiento iniciado, evitando intervenir en el proceso hacia la
muerte.

- Eutanasia Activa: Aquella caracterizada porque la provocación de la muerte se


obtiene mediante acciones dirigidas a acortar o suprimir el curso vital.

- Eutanasia Activa Directa: Aquella en que la muerte se produce directamente


como consecuencia de una acción, por ejemplo, la aplicación de una dosis
mortal.

- Eutanasia Activa Indirecta: aquella en que la muerte se obtiene indirectamente


mediante la utilización de un analgésico que tenga efectos colaterales y
comprometa alguna función vital, que sería el caso de suministrar algún
analgésico para calmar algún dolor y que como efecto colateral este produzca la
muerte de la persona. En estos casos se aplica el argumento del "doble efecto"
que consiste en que la aplicación de un tratamiento o el suministro de un
medicamento puede tener dos efectos en el caso de los enfermos terminales: Por
un lado evita un mayor sufrimiento para la persona y por otro, puede acortar su
vida.

Para una importante parte del colectivo que participa en el actual debate sobre la
eutanasia, únicamente puede catalogarse como tal, a la denominada Eutanasia
Activa Directa, mientras, tanto la Eutanasia Pasiva como la Eutanasia Activa
Indirecta han de ser consideradas como una correcta práctica médica 6.

DIVERSOS ASPECTOS DE LA EUTANASIA EN EL PERÚ

ASPECTOS ÉTICOS

Una vez realizada la delimitación conceptual de la eutanasia es posible preguntarse por


su valoración moral. Se consideran como elementos esenciales7:

a) Eliminación intencional de una vida humana (inocente): cosa que es siempre


gravemente inmoral.

b) Para evitar todo tipo de sufrimiento: finalidad buena.


En varios casos se presenta la acción eutanásica de modo positivo justamente haciendo
referencia a este segundo elemento, y se habla de “homicidio por piedad” o “por
compasión”. Sin perder de vista esta dimensión, que posee ciertamente su peso en la
valoración global del acto, no se debe diluir la caracterización del tipo de acción que se
elige en este caso para conseguir ese fin bueno: matar a una persona7.

Como ha enseñado la ética desde siempre “el fin no justifica los medios”, y como la
acción “matar a un inocente” es uno de esos tipos de acciones que nunca se debe
realizar, el sujeto que se encuentra ante esa posibilidad tendrá que buscar alternativas
para conseguir el fin bueno que se propone. En este caso, la admisión de la
incompatibilidad de un tipo de acción con la honestidad y la vida buena de la persona no
pone un punto final en la cuestión, sino que es un punto de partida para una nueva
búsqueda (moral) de aquellos modos de actuar que son adecuados y virtuosos, teniendo
en cuenta todas las circunstancias del caso7.

La respuesta a la pregunta sobre la valoración moral de la eutanasia está ciertamente


condicionada por el tipo de ética en el que cada autor se apoye7.

¿Dónde se apoya la neta valoración negativa de la eutanasia? Desde un punto de vista


filosófico las respuestas pueden ser diversas. Aquí se presentan dos filones principales7:

a) la sacralidad de la vida: se trata del concepto que históricamente ha tenido más


importancia como fundamento de la prohibición de la eliminación de la vida humana. A
veces se confunde la referencia a la sacralidad de la vida con la comprensión que de la
misma posee una determinada tradición religiosa. Por eso, la vida humana tiene una
importancia muy particular y su disposición está fuera del alcance del domino del
hombre, incluso para muchas personas que no se reconocen en una determinada
religión7.

b) la dignidad humana: aunque es un concepto antiguo, ha ido ganando importancia en


los últimos siglos, llegando a ser un punto cardinal para la fundamentación de los
ordenamientos jurídicos modernos, que encuentran en esta especial caracterización de la
persona humana una válida razón para condenar cualquier tipo de homicidio (también el
“homicidio por compasión”). Este concepto, como el anterior, puede tener una base
religiosa (la dignidad de la vida humana se apoya para los cristianos en que el hombre
es imagen y semejanza de Dios, y está llamado a participar de la vida divina por toda la
eternidad), o filosófica (para Kant la persona posee no un precio, sino una dignidad) 7.

La valoración que el Catecismo de la Iglesia Católica hace de la eutanasia es también


negativa. En este documento puede leerse que «cualesquiera que sean los motivos y los
medios, la eutanasia directa consiste en poner fin a la vida de personas disminuidas,
enfermas o moribundas. Es moralmente inaceptable» (n. 2277) 7.

Al mismo tiempo hace una distinción importante: «la interrupción de tratamientos


médicos onerosos, peligrosos, extraordinarios o desproporcionados a los resultados
puede ser legítima. Interrumpir estos tratamientos es rechazar el ‘encarnizamiento
terapéutico’. Con esto no se pretende provocar la muerte; se acepta no poder impedirla»
(n. 2278) 7.

PRINCIPIOS CARDINALES:

1. Autonomía

El respeto por las personas exige incorporar a la práctica clínica al menos dos
convicciones éticas: la primera es que los individuos deberían ser tratados como entes
autónomos y la segunda es que las personas cuya autonomía deben ser objeto de
protección8.

Una forma de respetar la autonomía es promover en la práctica la participación de la


propia persona y de su familia en la toma de decisiones, lo que implica: – Informar
comprensiblemente al enfermo y a la familia. – Garantizar la voluntariedad en la
aceptación del tratamiento mediante el uso del consentimiento informado respetando el
derecho a rechazar un tratamiento. – Proteger a los menores o incapaces que no lleguen
al grado de competencia necesario para tomar por sí mismos una determinada decisión,
lo que supone el respeto a las decisiones subsidiarias de los padres8.

2. Beneficencia

El principio de beneficencia implica que el médico, enfermera o personal de salud debe


buscar en todo momento el bienestar y mejora de la persona poniendo a su disposición
todos sus conocimientos. Por tanto, no podría causarle la muerte en tanto que no supone
mejoría ni cura para el paciente. El problema surge con los pacientes incurables o
terminales, a los que este principio no parece afectar ya que su enfermedad no tiene
cura y su destino es la muerte. La cuestión es si esa muerte, que ocurriría a corto o a
largo plazo, se pudiese adelantar para evitar el sufrimiento innecesario del enfermo8.

3. No maleficencia

Este principio implica aplicar un plan de atención integral, comprobar proporcionalidad


de medios diagnósticos o terapéuticos en un ámbito integral multidisciplinar y realizar
un análisis objetivo de la relación beneficios/riesgos8.

Si partimos de éste principio, la eutanasia no sería posible pues este principio implica
que el médico o personal de salud no puede usar sus conocimientos para producir daño
a la persona y por lo tanto no podría producirle un daño irreversible como es la muerte.
No se cumple este principio pues el médico o personal de salud accede a producir la
muerte de la paciente8.

4. Justicia

La justicia puede interpretarse desde diversas perspectivas. En este caso nos fijaremos
en su dimensión de equidad que nos exige ofrecer a los mismos casos las mismas
soluciones.

Este principio de justicia, implica en primer término comprobar que el nivel de calidad
del dispositivo asistencial que se ofrece garantiza los derechos del paciente terminal y
su familia sin discriminación8.

ASPECTOS JURÍDICOS

La ley no acepta la eutanasia basándose en la constitución política, cual en el capítulo I,


articulo 2, 1 dice: Toda persona tiene derecho a la vida, a su identidad, a su integridad
moral, psíquica y física y a su libre desarrollo y bienestar9.

El concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorece. La posición legal


también está en contra de la eutanasia y se basa en el código penal, decreto legislativo
Nº 635, libro segundo, título I, capítulo I, articulo 112 que dice lo siguiente: El que, por
piedad, mata a un enfermo incurable que le solicita de manera expresa y consciente para
poner fin a sus intolerables dolores, será reprimido con pena privativa de libertad no
mayor de tres años9.

Artículo 1 de la Constitución Política del Perú: La defensa de la persona humana y el


respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado.

• - Artículo 2 inciso 1 de la Constitución Política del Perú: A la vida, a su identidad, a su


integridad moral, psíquica y física y a su libre desarrollo y bienestar. […]

• - Artículo 7 de la Constitución Política del Perú: Todos tienen derecho a la protección


de su salud, la del medio familiar y la de la comunidad así como el deber de contribuir a
su promoción y defensa. La persona incapacitada para velar por sí misma a causa de una
deficiencia física o mental tiene derecho al respeto de su dignidad y a un régimen legal
de protección, atención, readaptación y seguridad9.

• - Artículo 112 del Código Penal: El que, por piedad, mata a un enfermo incurable que
le solicita de manera expresa y consciente para poner fin a sus intolerables dolores, será
reprimido con pena privativa de libertad no mayor de tres años9.

• - Artículo 108 de la Ley 26842: La muerte pone fin a la persona. Se considera


ausencia de vida al cese definitivo dela actividad cerebral, independientemente de que
algunos de sus órganos o tejidos mantengan actividad biológica y puedan ser usados con
fines de trasplante, injerto o cultivo. El diagnóstico fundado de cese definitivo de la
actividad cerebral verifica la muerte. Cuando no es posible establecer tal diagnóstico, la
constatación de paro cardiorrespiratorio irreversible confirma la muerte. Ninguno de
estos criterios que demuestra por diagnóstico o corroboran por constatación la muerte
del individuo, podrán figurar como causas de la misma en los documentos que la
certifiquen9.

Tal como señala el Dr. Luis Alberto Bramont-Arias Torres , especialista en Derecho
Penal, nuestra legislación ha tipificado en el homicidio por piedad a la eutanasia activa,
mas no a la pasiva (no prolongar artificialmente la vida de quienes indefectiblemente
están destinados a la muerte, en la medida en que tal alargamiento sólo traiga efectos de
sufrimientos), ni la indirecta (que supone el adelantamiento de la muerte -que se conoce
como cierta- mediante el suministro de medicamentos que sirven para mitigar el dolor
físico de la persona) 10.
Pero, no obstante tipificar el homicidio por piedad, el legislador lo ha atenuado
disponiendo una pena máxima de 3 años pues brinda vital importancia al
consentimiento expreso y voluntario de la persona , colocando al que realiza la
eutanasia como un mero colaborador, por lo que es este acto de colaboración lo que se
castiga10.

Así, existen tres aspectos fundamentales para concluir que estamos, legalmente, frente
a la figura de la eutanasia activa u homicidio por piedad: el móvil de piedad que es el
que impulsa al autor del hecho, la petición expresa y consciente de la víctima y la
existencia de dolores intolerables que hacen difícil la vida del paciente10.

Principales argumentos que se emplean para promover la legalización de la


eutanasia10:

 El derecho a la muerte digna, disponer de su propia vida, expresamente querida


por quien padece sufrimientos atroces.
El dolor y la muerte forman parte de la vida humana. Todo ser humano huye por
instinto del dolor y de cuanto cause sufrimiento, ya que la constitución natural
del hombre, está creado para ser feliz y, por tanto, reacciona con aversión ante lo
que atente a su felicidad10.
El dolor y el sufrimiento tienen también un valor positivo si nos ayudan a
comprender mejor nuestra naturaleza y sus limitaciones, si sabemos integrarlos
en nuestro proceso de crecimiento y maduración.
Es bueno aceptar el hecho cierto e inevitable del dolor, y también es bueno
luchar por mitigarlo. Es bueno luchar por vencer a la enfermedad, y no es bueno
eliminar seres humanos enfermos para que no sufran10.
El fin – el motivo subjetivo - no justifica los medios - en este caso, matar.
Una muerte digna no consiste sólo en la ausencia de tribulaciones externas, sino
que nace de la grandeza de ánimo de quien se enfrenta a ella. Es claro que,
llegado el momento supremo de la muerte, el protagonista de este trance ha de
afrontarlo en las condiciones más llevaderas posibles, tanto desde el punto de
vista del dolor físico como también del sufrimiento moral10.

 El derecho de cada cual a disponer de su propia vida, en uso de su libertad y


autonomía individual10.
La Constitución peruana reconoce el derecho a la vida de todos los seres
humanos, y el resto de las leyes, en especial el Código Penal, protegen este
derecho prohibiendo todo atentado contra la vida de cualquier ser humano e
imponiendo las más severas penas a quien quita la vida a otro.
La eutanasia siempre es matar a otro, con o sin su consentimiento, por presuntos
motivos de compasión o para evitarle dolores o situaciones dramáticas. Para
nuestro Código Penal, la eutanasia es homicidio10.

¿No es legítima la decisión de una persona de disponer de su propia vida?


No. En la conservación de la vida humana existen a la vez intereses individuales
y sociales. Ningún ser humano es una realidad aislada, fuente autónoma y
exclusiva de derechos y obligaciones10.
¿No es coartar la libertad y la autonomía individual el negar al ser humano la
capacidad de decidir cuándo y cómo quiere morir? No lo es, porque no tiene
sentido contraponer el derecho a la libre autodeterminación de la persona -como
expresión de su dignidad- al bien de la vida humana10.
 El progreso que representa suprimir la vida de los deficientes psíquicos
profundos o de los enfermos en fase terminal, ya que se trataría de vidas que no
pueden llamarse propiamente sociedad10.
 La manifestación de solidaridad social que significa la eliminación de vidas sin
sentido, que constituyen una dura carga para los familiares y para la propia
sociedad10.

ASPECTOS SOCIALES

Según la historia, La eutanasia fue un problema social en aquellas sociedades primitivas


en que se practicaba la eliminación de vidas consideradas inútiles, costumbre que estuvo
admitida respecto a los recién nacidos con malformaciones o los ancianos en distintos
pueblos de la antigüedad, hasta que la influencia del cristianismo acabó con tales
prácticas inhumanas11.

Desde la llegada del cristianismo, la eutanasia dejó de ser un problema social hasta el
siglo XX, en que algunos vuelven a convertirla en problema al pretender su
legalización. Desde los años 30 de este siglo se vienen constituyendo asociaciones en
defensa de la eutanasia y se han propuesto leyes permisivas, que habitualmente han sido
rechazadas, en distintos países11.

Sin embargo, la actitud a favor de la eutanasia de estos pequeños grupos, y cierta


mentalidad de relativización del respeto debido al ser humano (que se expresa, por
ejemplo, en el aborto), van calando en la sociedad, convirtiendo de nuevo a la eutanasia
en un problema social que vuelve a aparecer después de haber sido superado durante
siglos11

Los puntos a favor de la Eutanasia podrían ser11:

• Tengo un derecho a disponer de mi propia vida, y puedo reivindicar la autonomía


como parte integral de la dignidad humana y expresión de ésta.

• Una vida en determinadas condiciones es indigna, la imagen que proyecto ante los
seres cercanos o aún en los otros, puede ser considerada como humillante e indigna.

• ¿Por qué aceptar una forma de existencia en circunstancias limitadísimas sacrificando,


en cierta forma, a parientes y amigos?

• Así como se tiene un derecho a vivir con dignidad, ¿por qué no tener un derecho a
morir dignamente?

• No debe intentarse prolongar la vida cuando ésta no se pueda vivir, haciendo del
paciente no un ser humano, sino un caso clínico interesante (como ocurre en los
hospitales universitarios actualmente)

• Podría institucionalizarse unos derechos no sólo del paciente terminal, sino de la


familia en sí.

• ¿Es justo morir de un modo tan doloroso?

Como vemos, la cantidad de preguntas que nos arrastra aún es grande, sin embargo, ya
existe una cierta conciencia en nuestro tiempo para que ella sea aceptada de alguna
manera, los valores se han ido transformando poco a poco y ya se está llegando, a que
algún día, no muy lejano, se apruebe el derecho a una muerte justa, en los términos aquí
planteados.

Aún existen muchos aspectos indeterminados en torno a la Eutanasia, cabe mencionar


algunos como la dignidad humana y la autonomía, el no tomar al ser humano desde un
punto de vista eminentemente biológico, la calidad de la vida y la libertad de elección y
no hay que olvidar la ambigüedad a la que se puede llegar con su eventual legalización.

La sociedad está a favor de la aplicación de la eutanasia como un método que elimina el


dolor del enfermo, esta se afirma de cómo mantener a una persona viva si esta ya no la
posee y por lo tanto no posee calidad de vida. La sociedad está a favor de la eutanasia
ya que los órganos que estas personas dejan pueden ser utilizados para beneficio de
otras personas.

ASPECTOS RELIGIOSOS

La iglesia no acepta la eutanasia porque se basa en la moral, en respetar la vida del


Paciente; como creyente aun en la hora final, el Señor no abandona a los suyos. La
iglesia no acepta la eutanasia porque ellos se basan en la biblia, la cual dice en uno de
sus libros de Juan 11:25: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí aunque
este muerto vivirá”. Y en Juan 14:6 dice: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie
viene al Padre sino por mí” 11.

Según Juan Pablo II: Se da ciertamente la obligación moral de curarse y de hacerse


curar, pero tal obligación debe confrontarse con las situaciones concretas; es necesario
valorar si los medios terapéuticos a disposición son objetivamente proporcionados a las
prospectivas de mejora. La renuncia a medios extraordinarios o desproporcionados no
equivale al suicidio o a la eutanasia; más bien expresa la aceptación de la condición
humana ante la muerte11.

Juan Pablo II, en su encíclica "El Evangelio de la Vida" define la Eutanasia como:
"Adueñarse de la muerte, procurándola de modo anticipado y poniendo así fin
"dulcemente" a la propia vida o a la de otro"11.

No todos los asuntos morales tienen el mismo peso moral que el aborto y la eutanasia.
Por ejemplo, si un católico discrepara con el Santo Padre sobre la aplicación de la pena
de muerte o en la decisión de hacer la guerra, éste no sería considerado por esta razón
indigna de presentarse a recibir la Sagrada Comunión. Aunque la Iglesia exhorta a las
autoridades civiles a buscar la paz, y no la guerra, y a ejercer discreción y misericordia
al castigar a criminales, aún sería lícito tomar las armas para repeler a un agresor o
recurrir a la pena capital. Puede haber una legítima diversidad de opinión entre católicos
respecto de ir a la guerra y aplicar la pena de muerte, pero no, sin embargo, respecto del
aborto y la eutanasia11.

Nuevamente el 29 de octubre de 2007 en la Ciudad del Vaticano el Papa Benedicto


XVI, apelando a los profesionales de la salud a que sean “objetores de conciencia”
contra dichas prácticas. El Papa comentó en una Convención de Farmacéuticos
Católicos Romanos, que parte de su trabajo es ayudar a proteger la vida humana desde
la concepción hasta la muerte natural, la enseñanza de la Iglesia que descarta cualquier
interrupción deliberada del embarazo o la eutanasia11.

La eutanasia es un problema para toda persona que sea o no sea creyente. La eutanasia
implica matar a un ser querido por Dios, quien vela por su vida y su muerte. La
eutanasia es así, un grave pecado que atenta contra el hombre y, por tanto contra Dios,
quien ama al hombre y es ofendido por todo lo que ofende al ser humano, razón por la
cual Dios hace alusión en los mandamientos “No mataras” como exigencia para todo el
que quiera estar de acuerdo con Él11.

La iglesia dice: toda persona humana está hecha a imagen y semejanza de Dios.
También sustenta que el hombre no es el dueño de la vida. Solo Dios, quien creo el
hombre para su servicio y alabanza, puede poner fin a la vida humana. La teología
cristiana defiende que el primer derecho del hombre es el derecho a la vida11.

SITUACIONES PARA REALIZAR LA EUTANASIA

En todos los códigos de deontología médica de la historia se indica que la misión del
médico ha sido siempre curar o aliviar a sus enfermos, nunca provocarles
deliberadamente la muerte. En general, moralmente es lícito usar analgésicos para
aliviar dolores agudos, aunque éstos acorten la vida del paciente, siempre y cuando el
propósito sea aliviar el dolor y no matar al paciente.

En Grecia, Hipócrates, en su Juramento (460 a.C.) afirma que no dará ninguna droga
mortal a nadie por más que se lo soliciten.

Platón (427-337 a.C.) dice lo contrario en La República: “Se dejará morir a quienes no
sean sanos de cuerpo”. Desde entonces ya se presentaba este dilema y tal parece que aún
no lo hemos podido resolver.
Para Séneca, “es preferible quitarse la vida, a una vida sin sentido y con sufrimiento”.
Él defiende la eutanasia: “No se debe ni querer demasiado a la vida ni odiarla
demasiado, sino buscar un término medio y ponerle fin cuando la razón lo aconseje. No
se trata de huir de la vida, sino de saber dejarla”.

Tomás Moro, al describir en su famosa Utopía la forma de estado ideal, afirma por una
parte que se debe prestar a los moribundos todo cuidado y solidaridad, pero considera
que en casos de dolores extraordinarios se puede recomendar poner término a su vida.
Se le puede causar la muerte al enfermo, si éste está de acuerdo, privándole de los
alimentos o administrándole un medicamento. También se requiere el permiso de las
autoridades y de los sacerdotes para evitar los abusos que podrían seguirse.

Respecto de la postura de la Iglesia Católica, el Concilio Ecuménico Vaticano II


reafirma el derecho a la vida de la persona humana. Por eso denuncia los crímenes
contra la vida como homicidios de cualquier clase, genocidios, aborto, eutanasia y el
mismo suicidio deliberado.

La Declaración sobre la Eutanasia del Vaticano señala: “según la doctrina cristiana, el


dolor, sobre todo el de los últimos momentos de la vida, asume un significado particular
en el plan salvífico de Dios; en efecto, es una participación en la pasión de Cristo y una
unión con el sacrificio redentor que Él ha ofrecido en obediencia a la voluntad del
Padre. No debe pues maravillar si algunos cristianos desean moderar el uso de los
analgésicos, para aceptar voluntariamente al menos una parte de sus sufrimientos y
asociarse así de modo consciente a los sufrimientos de Cristo crucificado”. Desde la
perspectiva psicoanalítica habría que preguntarse, respecto de esta postura, ¿dónde
encontramos la salud mental?

Berengueras M. Eutanasia, crimen o derecho. [ en línea]. 2016. [Acceso el 20 de


diciembre del 2019] Disponible en

C:/Users/DIANA/Downloads/Dialnet-EutanasiaCrimenODerecho-2540937.pdf

La muerte asistida está permitida en cuatro países de Europa Occidental: Países Bajos,
Bélgica, Luxemburgo y Suiza; en dos países de América del Norte: Canadá y Estados
Unidos, en los estados de Oregon, Washington, Montana y Vermont; y en América del
Sur, en Colombia. Las leyes y los criterios adoptados para la realización de esta práctica
difieren en cada país. La situación en Brasil y en el Reino Unido se ha tratado al final
del trabajo con el fin de contrastar la posición de otros países.

ESTADOS UNIDOS

El suicidio asistido es legal en cinco de los cincuenta estados de Estados Unidos:


Oregón, Washington, Montana, Vermont y California. En Nuevo México se aprobó una
legislación afín a la práctica en 2014, pero la decisión fue revocada con una apelación
en agosto del año 2015. Dado que la eutanasia está prohibida en todos los estados.

El primer estado en legalizar el suicidio asistido fue Oregon, el 27 de octubre de 1997,


con la aprobación del “Acta de muerte con dignidad”, que permite a los adultos
(mayores de 18 años) competentes (capaces de expresar conscientemente su voluntad),
residentes de Oregón, con enfermedades terminales y con esperanza de vida de menos
de seis meses, recibir medicamentos en dosis letales, a través de la autoadministración
voluntaria, expresamente prescritos por un médico para este fin. De acuerdo con la Ley,
la auto-administración de estos fármacos letales no se considera suicidio, pero sí muerte
con dignidad. Vale la pena señalar que muchos hospitales católicos han optado por no
adherir a esta práctica.

CANADÁ

En febrero de 2015, después de seis años de debate en el Tribunal Supremo, con los
casos de pacientes Kay Carter y Gloria Taylor, Canadá suspendió la prohibición de la
eutanasia y del suicidio asistido. Se estableció un período de gracia de un año, durante
el cual el gobierno federal y provincial de Canadá, así como los profesionales de la
salud, debían prepararse para implementar la nueva ley. En enero de 2016, el plazo se
extendió durante cuatro meses, hasta el día 6 de junio, la legalización oficial de la
muerte asistida, y la fecha límite para que los gobiernos provinciales establezcan sus
directrices.

QUEBEC
Fue la primera provincia en regular la muerte asistida a través del “Acta sobre el
cuidado en el fin de la vida”, que entró en vigor en diciembre del año 2015. Aprobada
durante el año anterior, y basada en las leyes de Oregon, el Acta abarca a los adultos
capaces que fueron diagnosticados con enfermedades graves e incurables,
empeoramiento avanzado e irreversible de sus capacidades, además de intenso
sufrimiento físico y psicológico. Sin embargo, no exige una esperanza de vida máxima
de seis meses. De acuerdo con el Acta, “la asistencia médica para morir” consiste en la
administración, por un médico, de sustancias letales, después de la solicitud del
paciente.

SUIZA

Se permite el suicidio asistido en Suiza y, de conformidad con el artículo 115 del


Código Penal de 1918, la práctica sólo es punible cuando es realizada por razones “no
altruistas”. A diferencia de otros países, como Holanda, y algunos estados de Estados
Unidos, el suicidio asistido no está regulado con claridad, y no existen leyes específicas
que determinen en qué condiciones una persona puede pedir la asistencia.

Sólo tres instituciones restringen la asistencia a los pacientes con enfermedades


terminales, también se permite la atención de personas con enfermedades mentales, pero
el Tribunal Supremo exige un informe psiquiátrico que indique que el deseo del
paciente fue auto-determinado y bien considerado, y no parte de su trastorno mental.

BRASIL

A pesar de no estar reglamentada, la cuestión en Brasil viene siendo ampliamente


discutida entre médicos, filósofos, religiosos y profesionales del derecho, que buscan la
mejor forma de ingresarla en nuestro orden jurídico.

La eutanasia es considerada delito de homicidio en virtud del artículo 121 del Código
Penal, y, dependiendo de las circunstancias, la conducta del agente también se puede
configurar como delito de inducción, instigación o ayuda al suicidio, como consta en el
artículo 12238. Además, de conformidad con el artículo 41 del sexto Código de Ética
Médica, está prohibido al médico acortar la vida médica del paciente, aunque fuera a
pedido de este o de su representante legal; También señala que, en caso de enfermedad
incurable y terminal, el médico debe ofrecer todos los cuidados paliativos disponibles
sin emprender acciones diagnósticas.

COLOMBIA

Es el único país de América Latina donde se permite la eutanasia. A pesar de que se


despenalizó en 1997 por el Tribunal Constitucional, recién en abril de 2015 el
Ministerio de Salud definió cómo podía tener lugar. Hasta esa fecha se clasificó como
“asesinato por compasión”, de acuerdo con el artículo 326 del Código Penal.

Actualmente, la práctica está regulada por la Resolución 12.116/2015 del Ministerio de


Salud y Protección Social, que establece los criterios y procedimientos para garantizar
el derecho a la muerte digna. Las drogas por vía intravenosa pueden ser administradas
por los médicos, los hospitales, para pacientes adultos con enfermedades terminales que
provocan dolor intenso y sufrimiento significativo que no pueden aliviarse. El paciente
debe, conscientemente, solicitar la asistencia de la muerte, que deberá ser autorizada y
supervisada por un médico especialista, un abogado y un psiquiatra o psicólogo. Por
otra parte, la legislación vigente no prohíbe la asistencia a pacientes extranjeros.

REINO UNIDO

El Reino Unido no permite oficialmente la muerte asistida, aunque, en los últimos años,
las discusiones sobre el tema hayan sido muy frecuentes.

Las investigaciones recientes muestran que la mayoría de la población, incluyendo gran


parte de la profesión médica, está a favor del suicidio asistido; pero en la última década,
el Parlamento británico rechazó varias propuestas para su regulación. La última de ellas,
el “Proyecto de ley de muerte asistida”, elaborado por Lord Falconer, fue rechazado por
la Cámara Baja en septiembre del año 2015. El documento, basado en la ley de Oregon,
proponía la legalización del suicidio asistido (pero no de la eutanasia) para los pacientes
capaces, con más de 18 años, con una esperanza de vida de menos de seis meses.

Con el aumento de la esperanza de vida de la población también aumentan los casos de


enfermedades crónicas e incapacitantes. Sumado a esto, el foco principal de la medicina
humanizada y de los cuidados paliativos, provocó debates sobre la calidad de muerte en
muchos países. En este escenario, la muerte asistida es un tema actual y sigue siendo
muy controvertido.

En Brasil, la muerte asistida no es legal, pero el debate es oportuno, entre otras razones,
por la perspectiva de crecimiento de la población de edad avanzada en los próximos
años, lo que también aumentará el número de enfermedades crónicas e incapacitantes.
Se estima que en 2020 el país será el sexto en número de personas mayores.

Estos datos son preocupantes, ya que la calidad de muerte en Brasil es considerada


precaria y subdesarrollada. Por lo tanto, consideramos que las mejoras en la atención de
pacientes terminales son imprescindibles, independientemente del debate en cuestión.

Reis de Castro M. Eutanasia y suicidio asistido en países occidentales: una revisión


sistemática. [ en línea]. [Acceso el 20 de diciembre del 2019] Disponible en

http://www.scielo.br/pdf/bioet/v24n2/es_1983-8034-bioet-24-2-0355.pdf

OPINIONES DE LAS ENFERMERAS FRENTE A LA EUTANASIA

En la literatura se encuentran varios argumentos expuestos por profesionales de


enfermería a favor de la práctica de la eutanasia; a continuación, se describen aquellos
que han sido nombrados con mayor frecuencia.

Varios autores como Willard y Woods hacen referencia a que la eutanasia no es


incompatible con el concepto del cuidar.

Willard refiere que “la eutanasia es ciertamente compatible con el cuidar y es


moralmente posible”.

Así mismo, Woods también expone “la no incompatibilidad de la eutanasia con el


concepto de cuidar”.

Otro de los argumentos repetidos es el del respeto a la autonomía del paciente y el alivio
del sufrimiento.

Según Willard “el cuidado de un paciente es la mejor manera de demostrar el respeto


hacia la autonomía de dicho paciente, aun cuando él o ella solicita la eutanasia”.

Kushe también refiere que “una buena muerte es una muerte autónoma”
Farsides considera que “los médicos y enfermeras deben respetar la solicitud de
eutanasia como una expresión de la autonomía del paciente, aunque ellos no se
consideren capaces o no quieran atender a dicha solicitud”.

Otro de los argumentos a los que se hace alusión es el principio de beneficencia que
tiene como objetivo evitar el sufrimiento de enfermos irrecuperables y que la eutanasia
es una forma de llevar a cabo dicho principio

OPINIONES ENFERMERAS EN CONTRA DE LA EUTANASIA

La incompatibilidad de la eutanasia con el concepto del cuidar, que es considerado el


fundamento básico de la profesión de enfermería, ha sido un argumento bastante
frecuente en el discurso de los opositores a la eutanasia.

Otro de los argumentos nombrados ha sido la posibilidad de una pérdida de confianza


en el sistema sanitario y en los profesionales de la salud, ya que son ellos los que deben
asegurar el cuidado del paciente y el proceso de eutanasia podría verse como un proceso
contrario a la salud y al cuidar.

El respeto a la vida humana, muy vinculado a la religión, también está reflejado en la


literatura. Otros argumentos se basan en estudios realizados recientemente que muestran
que se produce una reducción de las peticiones de eutanasia por parte de los enfermos
cuando se mejora la formación de los profesionales en el tratamiento del dolor y en los
cuidados paliativos.

FACTORES QUE INFLUYEN EN LA OPINIÓN DE LAS ENFERMERAS

Se han encontrado varios factores determinantes en las actitudes de las enfermeras en


relación a la eutanasia y son los siguientes:

1) LA RELIGIÓN:

Varios estudios realizados en diferentes contextos y lugares han demostrado que la


religión es un factor influyente de gran peso en la actitud de las enfermeras en la
eutanasia.

Se ha demostrado que existe una relación entre las enfermeras creyentes y la


oposición a la eutanasia mientras que las enfermeras ateas o agnósticas son más
favorables a ésta.
Este hallazgo no es inesperado ya que las religiones suelen tener normas morales
muy estrictas en relación a la muerte intencionada. La religión católica es descrita
como uno de los elementos que condicionan más la actitud negativa de las
enfermeras hacia la eutanasia junto al papel de la iglesia, que también es descrito
como elemento determinante.

2) LA CULTURA Y PAÍS COMO FACTOR INFLUYENTE

La legislación y los valores culturales varían de un país a otro, por lo tanto, dichas
diferencias se ven plasmadas también en las distintas opiniones acerca de la
eutanasia.

El Reino Unido ha sido descrito como uno de los países con más reservas en la
aceptación de la eutanasia. Se ha demostrado que en el Reino Unido existe una
menor incidencia relativa a la eutanasia y una mayor incidencia relativa a la decisión
de no iniciar o retirar tratamientos que prolonguen la vida. En cambio, encontramos
situaciones contrarias en otros países como Holanda, Dinamarca, Francia y Bélgica
donde la opinión general es de aceptación de la eutanasia. El hecho de que
solamente en Holanda y Bélgica la eutanasia sea legal también influye en las
respuestas a favor o en contra de la. Por lo tanto, de aquí también se deriva que la
legislación vigente en el país es un factor determinante para la expresión de
opiniones a favor o en contra de la eutanasia.

En España gran parte de los profesionales de la salud manifiestan la necesidad de


elaborar una ley que regule la práctica de la eutanasia. Los resultados en cuanto si es
necesario permitir la eutanasia o por lo contrario prohibirla se encuentran bastante
divididos.

3) LA EDAD Y EL SEXO

Kuhse y Singer, Brown et. Al y Kitchener refieren que “la edad es un factor
influyente en las decisiones sobre la eutanasia siendo las enfermeras menores de 40
años más favorables a la eutanasia voluntaria que las mayores de 40 años. Esta
afirmación está respaldada en la bibliografía por varios estudios que aseguran que
las enfermeras más jóvenes son más propensas a aceptar la eutanasia y más
favorables a su legalización. Por lo que existe una relación inversamente
proporcional entre la edad y la actitud favorable hacia la eutanasia También se ha
examinado si el hecho de que la mayoría de profesionales de enfermería sean del
sexo femenino podría tener alguna influencia en las actitudes hacia la eutanasia
llegando a la conclusión de que no existe una relación significativa.

ROL DE LAS ENFERMERAS EN EL PROCESO DE EUTANASIA

La mayoría de las enfermeras manifiestan que el papel que desarrollan en la eutanasia


no está ni reconocido ni reflejado por la ley.

El papel de la enfermera en el proceso de eutanasia varía dependiendo de varios


factores. En los países en los que la eutanasia es legal, el papel de la enfermera puede ir
desde la simple presencia en la administración de la medicación letal o que sean ellas
mismas las que administren dicha medicación, aunque el porcentaje de enfermeras que
administran drogas letales es bajo sigue existiendo, por lo que exigen estar respaldadas
por la ley al igual que los médicos. Por lo tanto, las profesionales de enfermería
demandan la necesidad de esclarecer el papel profesional que tienen en el proceso de la
eutanasia mediante políticas éticas institucionalizadas.

En España la responsabilidad del diagnóstico, pronóstico y toma de decisiones al final


de la vida ha caído históricamente y legalmente sobre los médicos, con enfermeras que
llevan a cabo su colaboración junto al médico. Aun así, la Junta de Andalucía ha
promulgado la Ley de Derechos y Garantías de las Personas ante el Proceso de Muerte,
nombrada anteriormente. En ella se especifica la actuación de los profesionales de la
salud que atiendan a un paciente en su fase terminal. Además, todos los centros
sanitarios tendrán acceso a un comité de ética para consultar cualquier posible conflicto
que pueda surgir.

Las enfermeras muchas veces son las primeras en recibir la petición de eutanasia por
parte de los pacientes. Podrían llevar a cabo un papel muy importante en la toma de
decisiones referentes a este tema ya que son las que pasan mayor tiempo con los
pacientes y son capaces de reconocer una llamada de ayuda oculta o una petición
verdadera de eutanasia.

Blanch M. Opinión de las enfermeras en la Eutanasia. [ en línea]. 2016. [Acceso el 20


de diciembre del 2019] Disponible en
https://dspace.uib.es/xmlui/bitstream/handle/11201/4077/Oliver_Blanch_Marga.pdf?
sequence=1&isAllowed=y

La eutanasia en el Perú::

Actualmente la eutanasia ocupa un sitial en la discusión jurídico-penal caracterizado


esencialmente por las multiformes argumentaciones que giran alrededor de ella y por
la polémica que supone el tema en sí mismo. Constituye así, junto con otros grandes
dilemas teorico-jurÌdicos, una de las cuestiones más escrudiñadas pero a la vez más
necesitadas de respuestas tanto a nivel doctrinario como legislativo. No cabe duda que
dada su alta incidencia social e innegable relevancia práctica, la eutanasia ya no es un
problema que atañe solo a la ciencia médica; por el contrario, su principal
cuestionamiento apunta de modo inevitable a la punición de aquellos comportamientos
dirigidos a reducir la parábola vital de una persona gravemente enferma, aquejada por
un intolerable sufrimiento, que solicita expresa y conscientemente que se le ponga fin
a su vida de un modo y forma determinados por ella misma. 1

En el Perú y en el mundo la eutanasia no es un tema médico, sino un tema jurídico que


puede tener relevancia penal por el hecho de existir un tipo penal, previsto en el
artículo 112° del Código Penal conocido como Homicidio Piadoso, y relevancia civil
por existir una norma, prevista en el artículo 6° del Código Civil que prohíbe actos de
disposición del propio cuerpo, y sobre todo relevancia constitucional por entenderse
que la Eutanasia sería un derecho teniendo como base el artículo 1° de la Constitución
del Perú.1

 Artículo 1 de la Constitución Política del Perú: La defensa de la persona


humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del
Estado.
 Artículo 2 inciso 1 de la Constitución Política del Perú: A la vida, a su
identidad, a su integridad moral, psíquica y física y a su libre desarrollo y
bienestar. […] 1
 Artículo 7 de la Constitución Política del Perú: Todos tienen derecho a la
protección de su salud, la del medio familiar y la de la comunidad así como el
deber de contribuir a su promoción y defensa. La persona incapacitada para
velar por sí misma a causa de una deficiencia física o mental tiene derecho al
respeto de su dignidad y a un régimen legal de protección, atención,
readaptación y seguridad. 1
 Artículo 112 del Código Penal: El que, por piedad, mata a un enfermo
incurable que le solicita de manera expresa y consciente para poner fin a sus
intolerables dolores, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de
tres años. 1
 Artículo 108 de la Ley 26842: La muerte pone fin a la persona. Se considera
ausencia de vida al cese definitivo dela actividad cerebral, independientemente
de que algunos de sus órganos o tejidos mantengan actividad biológica y puedan
ser usados con fines de transplante, injerto o cultivo. El diagnóstico fundado de
cese definitivo de la actividad cerebral verifica la muerte. Cuando no es posible
establecer tal diagnóstico, la constatación de paro cardiorespiratorio irreversible
confirma la muerte.

Ninguno de estos criterios que demuestra por diagnóstico o corroboran por


constatación la muerte del individuo, podrán figurar como causas de la misma en los
documentos que la certifiquen.1

Los recientes debates sobre la eutanasia en el Perú han causado que se genere
diversas opiniones sobre el tema. Existiendo un punto de conflicto entre dos
derechos fundamentales como es i. el derecho a la vida, que va en contra de la
eutanasia, por cuanto esta interrumpe el ciclo existencial natural de todo ser
humano, es decir el ser humano nace, crece y muere; siendo el otro extremo ii. el
derecho a la dignidad de la persona humana, siendo para éste el sentido más justo y
humano, aplicar la eutanasia evitando la prolongación artificial de la agonía en
ciertas condiciones mínimas de existencia, postulando a esta posición una
autorización judicial.

Las legislaciones abordan el problema de la muerte buena, en el capítulo referente al


Homicidio. El Código Penal Uruguayo contiene una previsión expresa en su Art. 37
“Los jueces tiene la facultad de exonerar de castigo al sujeto de antecedentes
honorables, autor de un homicidio, efectuado por móviles de piedad, mediante
suplicas reiteradas de la víctima”. 2

En éste tipo de legislaciones así como la nuestra se disciplina la eutanasia como una
causa de impunidad (en el cual existe el delito y el delincuente, pero se suprime la
pena), y su fundamento se basa en la ausencia de peligrosidad del agente. La
eutanasia que contempla la disposición legal, se integra necesariamente con el
consentimiento de la víctima, ya que la piedad por sí sola no basta para configurarla
como eximente. 2

Esta posición se basa en el aforismo romano volenti et consentiende non fit injuria.
Sin embargo, a nuestro criterio no existe impunidad al momento de hacer uso de la
eutanasia (muerte sin sufrimiento físico), debiéndose entender que el fin supremo de
la sociedad y del Estado Peruano es el respeto y la dignidad de la persona humana,
siendo un derecho fundamental. Actualmente la dignidad es entendida como un
mandato de no instrumentalización del ser humano, el ser humano es un fin en sí
mismo significa que éste tiene valor per se y no puede ser abusado o eliminado por
el interés, el beneficio o el capricho de otros seres humanos. El valor de todo ser
humano no radica en un precio, intercambiable, sino en una dignidad única.2
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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http://openaccess.uoc.edu/webapps/o2/bitstream/10609/40885/1/mmarrerod_TF
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personal sanitario ante el enfermo en situación terminal. [Internet]. [Fecha de
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https://www.bioeticacs.org/iceb/seleccion_temas/eutanasia/EUTANASIA_2000.
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12.

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