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La eutanasia autónoma se creó con la función de dar una muerte digna, hay
personas que tienen enfermedades terminales o les pasan situaciones en las que
para ellos ya no es calidad de vida la que tienen, por ello recurren a ella, teniendo la
decisión de ponerle fecha a su muerte. También existe la eutanasia heterónoma en
la que los familiares de los pacientes sin conciencia y estado crítico de salud toman
la decisión sobre la muerte del paciente.
En algunos países está legalizada, sin embargo, en la mayoría de los países no lo
está y no se puede practicar.
LA EUTANASIA
El término proviene del griego eu (que significa bueno) y thanatos (muerte). Por lo
que etimológicamente significa 'buena muerte'. Pero desde un punto de vista
científico o médico, es mucho más. La eutanasia es el proceso de acelerar la muerte
de una persona con una enfermedad incurable para evitar que sufra. En la
eutanasia siempre es un equipo médico el que administra los fármacos a la persona
que desea morir.
1.-Sólo puede pedirlo la persona que desea morir. No pueden hacerlo ni los
cónyuges, ni los padres ni los hijos.
4.-Dos médicos deberán verificar que se cumplan todos estos requisitos para
realizar la eutanasia o el suicidio asistido.
Una de las situaciones más difíciles que se presentan para decidir la aplicación de la
eutanasia en cualquiera de sus formas, pasiva o activa, ocurre cuando el enfermo
cae en un estado de inconciencia y éste se prolonga por varios meses o años. En
estos casos, son varios los problemas a los que se enfrentan los familiares y los
médicos. El primero es el saber si el enfermo está realmente inconsciente o si su
padecimiento solamente le impide expresar sus sensaciones y pensamientos a
pesar de que sí tiene conciencia. El segundo problema consiste en conocer con la
mayor certeza posible si el estado de inconciencia es irreversible o existe aún una
esperanza fundada de que se recupere y, si éste es el caso, cuáles serían las
secuelas de haber estado inconsciente, saber si volverá a ser “el mismo que era
antes”. El tercer problema se refiere a los cuidados de un enfermo en esta condición
para mantenerlo vivo, lo cual incluye dos aspectos: 1) la atención técnico-médica
que puede referirse, por ejemplo, una máquina para mantener artificialmente la
respiración y el funcionamiento del corazón, o tubos para alimentar e hidratar al
enfermo vía sanguínea o intragástrica; y 2) la atención que deben brindarle los
miembros de la familia todos los días, y la repercusión que tiene sobre ellos. El
cuarto problema se refiere a la posibilidad de ensayar tratamientos médicos
estudiados, pero que, dada la situación, puedan parecer atractivos, como fuente
última de esperanza, para los familiares y para algunos médicos. El quinto
problema, es la decisión final de suspender todo procedimiento –respiración,
alimentación, hidratación, estimulantes cardíacos– para dejar morir al enfermo de
manera “natural”, lentamente, mediante lo que sería eutanasia pasiva, o bien,
administrar sustancias que causen la muerte rápidamente, mediante la eutanasia
activa.
La religión influye mucho en el tema debido a que la ideología indica que solo Dios
sabe cuando y como es que nuestra vida tendrá fin, por tanto no es moral que
nosotros tomemos la decisión.
BIBLIOGRAFÍA