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Definición
Los puntos de vista históricos y las primeras escuelas del pensamiento nos ven para
preparar el escenario que nos permitirá entender el comportamiento organizacional
anterior a 1900, la administración científica, la teoría clásica, la burocracia y la teoría de
decisiones se concentraron en la estructura y el diseño del trabajo y las organizaciones.
Las perspectivas conductuales, entre ellas las relaciones humanas, la dinámica de grupo,
la teoría de las decisiones y las escuelas del liderazgo se concentraron, en cambio, en
estudiar la satisfacción de los trabajadores, el liderazgo y las relaciones interpersonales.
Por su parte, las perspectivas integradoras que comprenden la escuela sociotécnica, la
teoría de sistemas y la teoría de las contingencias, analizaron la estructura y las
interacciones interpersonales.
Los administradores enfrentarán una gama de desafíos en el siglo XXI. Debido a que
operan en el terreno global, deben enfrentar los desafíos de la competitividad que operan
en el terreno global, deben enfrentar los desafíos de la competitividad global. La
administración de la calidad total ha combinado el interés por la calidad, la productividad
y la satisfacción de las necesidades de los clientes. Los avances de la tecnología de la
información tienen muchas consecuencias en la organización y la administración. El
interés por la ética en los tratos comerciales ha merecido renovada atención. El acceso
a los trabajadores más capacitados de una población de origen diverso permite que las
organizaciones enfrenten mejor las presiones de la competencia.
Globalización
El terreno global
Los administradores deben pensar en forma más abierta dónde ubicarán sus operaciones
y qué personal las realizará para aprovechar al máximo el bajo costo de la mano de
obra. La existencia de mano de obra barata ha llevado a las organizaciones a cerrar sus
instalaciones fabriles en el país de origen y a buscar las opciones más baratas en el
extranjero.
Por ejemplo, son innumerables las empresas japonesas, coreanas, estadounidenses, que
subcontratan toda su manufactura y maquila en la frontera de México con Estados
Unidos, y en el resto de Latinoamérica y el Sudeste Asiático.
John Ring, gerente de Okidata, innovó para lograr que las personas trabajaran juntas de
manera diferente. Motivó a seis divisiones de tres continentes, en las que no tenía
autoridad formal para que reunieran sus tecnologías y recursos en un producto común;
incluso superó la resistencia para reducir el tamaño del producto creando un prototipo
en una cochera de barrio, que combina una impresora de escritorio, un fax, un escáner
y una copiadora. Fue considerado el producto del mes de septiembre de 1992 por un
grupo de asesores industriales.
De la estabilidad a la flexibilidad
Los gerentes han estado siempre interesados en el cambio. Lo que es diferente hoy es
el tiempo que transcurre entre los cambios. Estos solían introducir programas de
cambios importantes una o dos veces por década. En nuestros días, el cambio es una
actividad continua para la mayoría de ellos. El concepto de la mejora continua, por
ejemplo, implica un cambio constante.
Por ejemplo, los empleados de producción de compañías como CEMEX, IMSA y CODELCO
ahora necesitan saber operar equipo computarizado de producción. Esta no era parte de
la descripción de su puesto hace 15 años. Los grupos de trabajo están también cada vez
más en un estado de cambio. En el pasado, los empleados eran asignados a un grupo
específico y la tarea era relativamente permanente. Existía una considerable seguridad
de trabajar con la misma gente día tras día. Esta posibilidad de predecir ha sido
reemplazada por grupos de trabajo temporales (equipos que incluyen miembros de
diferentes departamentos y cuyos miembros son diferentes todo el tiempo) y una
rotación cada vez mayor de empleados para cubrir tareas de trabajo de cambio
constante.
Cada campo de las ciencias sociales (e incluso las ciencias físicas) tiene una base
filosófica de conceptos fundamentales que guía su desarrollo. Por ejemplo, en la
contabilidad, un concepto fundamental es que "por cada débito existe un crédito". Todo
el sistema de contabilidad de la contrapartida se desarrolló basándose en esta filosofía,
cuando hace muchos años sustituyó a la contabilidad de un solo asiento. En física, la
filosofía básica es que los elementos de la naturaleza son uniformes. Se supone que la
ley de gravedad opera uniformemente en Tokio y en Londres, y que un átomo de
hidrógeno es idéntico en Moscú y en Washington D.C. Sin embargo, no se puede afirmar
lo mismo con respecto a las personas.
Con respecto a las personas, existen cuatro supuestos básicos: las diferencias
individuales, la persona como totalidad, la conducta motivada, y el valor de la persona
(dignidad humana).
Diferencias Individuales
Las personas tienen mucho en común (se alteran o se lamentan por la pérdida de un ser
amado); pero cada persona del mundo es individualmente distinta. En las colinas de
Groenlandia reposan miles de millones de pequeñísimos copos de nieve; sin embargo,
tenemos una seguridad razonable de cada uno de ellos es diferente. ¡En el planeta Tierra
existen miles de millones de personas complejas quienes son también distintas entre sí,
y es de esperarse que todos los que siguen también lo serán!. Cada uno es diferente de
los demás, probablemente en millones de distintas formas, al igual que cada una de sus
huellas dactilares lo son, hasta donde se sabe. Además, estas diferencias son casi
siempre sustanciales más que superficiales. Por ejemplo, piénsese en los miles de
millones células cerebrales de una persona y los miles de millones de combinaciones de
conexiones posibles y de fragmentos de experiencia que se almacenan en ellas. Todos
los individuos son distintos, es un hecho que está apoyado científicamente.
Conducta Motivada
Este hecho deja a la gerencia con dos formas básicas de motivar a las personas. Les
puede demostrar cómo ciertas acciones aumentarán la satisfacción de sus necesidades
o las que puede amenazar con una satisfacción reducida a menos que sigan un curso de
acción requerido. Obviamente, el camino hacia una mayor satisfacción de las
necesidades es la mejor opción.
Este concepto es diferente a los tres anteriores, porque es más una filosofía ética que
una conclusión científica. Confirma que las personas deben ser tratadas en forma
diferente que los demás factores de la producción, porque son de un orden más elevado
en el universo. Reconoce que como las personas son un orden superior, quieren - y
deben - ser tratadas con dignidad y respeto. Cada trabajo, por simple que sea, hace
merecedora quien lo desempeña del respeto y el reconocimiento por sus propias y
singulares, aspiraciones y habilidades. El concepto de la dignidad humana rechaza la
antigua idea de utilizar a los empleados como herramientas económicas.
Con respecto a las organizaciones, las suposiciones clave, son que se trata de sistemas
sociales y que están constituidas con base en un interés mutuo.
Sistemas Sociales
La sociología enseña que las organizaciones son sistemas sociales, por lo cual las
actividades que éstas comprenden están gobernadas por leyes sociales y psicológicas.
Al igual que las personas, tienen necesidades psicológicas, desempeñan papeles sociales
y guardan una posición particular. Su conducta se ve influenciada por su grupo al igual
que por sus impulsos individuales. De hecho, dos tipos de sistemas sociales coexisten
dentro de las organizaciones. Uno de ellos es el sistema social formal (oficial) y el otro
es el sistema social informal.
Los efectos del sistema social más amplio se observan en la experiencia de una
supervisora, Juanita González sancionó a un empleado debido a una violación de las
reglas de seguridad. Esta acción quedaba cubierta por las reglas y la supervisora la
consideró como rutina. Sin embargo, el sindicato local se encontraba ya contrariado
debido a lo que consideraba como una acción disciplinaria injusta por las violaciones a
los reglamentos de seguridad en otra sucursal de la compañía. El sindicato deseaba
mostrar su simpatía por sus miembros en la otra fábrica y, al mismo tiempo quería
demostrar a la gerencia que no estaba dispuesto a tolerar un trato similar en la otra
sucursal. Además, el presidente del sindicato, Carlos Pérez, estaba tratando de obtener
su reelección y se propuso demostrar a los miembros que estaba protegiendo sus
intereses. El sindicato alentó al empleado a presentar una queja por la llamada de
atención de Juanita González, con lo cual una simple cuestión disciplinaria se transformó
en intrincado problemas de relaciones laborales que distrajo gran parte del tiempo útil
de muchas personas.
Interés Mutuo
Figura 1: El interés mutuo hace emerger metas superiores de los trabajadores y de la organización
Uno de los modelos tiende a predominar en una época específica de la historia, pero, al
mismo tiempo, todos los otros se practican en diversas organizaciones.
Así como las organizaciones difieren entre sí, también lo hacen las prácticas en el interior
de los departamentos o las sucursales de una organización. El departamento de
producción puede trabajar de acuerdo con el modelo paternalista, mientras que el de
apoyo se aplica en el departamento de investigación. Además, por supuesto, las
prácticas de los gerentes en lo individual suelen diferir del modelo vigente en su
organización debido a sus preferencias, personales o a diferentes condiciones de su
departamento. El aspecto importante es que no hay un solo modelo de comportamiento
organizacional que sea suficiente para describir todo lo que sucede dentro de una
organización, pero ayuda a distinguir una forma de vida de otra.
Modelo autocrático
El modelo autocrático es una manera útil de efectuar el trabajo, por lo cual no debemos
apresurarnos a condenarlo en forma absoluta. La imagen del modelo autocrático que se
acaba de presentar es extrema; pero en realidad, el modelo existe en todas las
tonalidades del gris, desde el muy oscuro hasta el muy claro. Esta perspectiva del trabajo
fue la que impulsó los grandes sistemas de ferrocarriles, operó las gigantescas
siderúrgicas y dio origen a la dinámica civilización industrial que se desarrolló en Estados
Unidos.
A medida que los gerentes comenzaron a estudiar a sus empleados reconocieron pronto
que aunque éstos no protestaban cuando sus jefes los trataban autocráticamente, era
obvio que abrigaban "pensamientos de protesta". Había muchas cosas que querían decir
y en ocasiones lo hacían cuando renunciaban o "perdían los estribos". Estaban llenos de
sentimientos de inseguridad, frustración y agresión en contra de sus patrones. Puesto
que no podían dar curso libre y directo a estos sentimientos, en muchas ocasiones iban
a sus hogares y descargaban la ira en sus familias y vecinos, de modo que la comunidad
no se beneficiaba en absoluto con esta clase de relaciones.
A los empleados progresistas les parecía obvio que debía haber alguna manera de lograr
para ellos mejor satisfacción y seguridad. Si pudieran disolverse las inseguridades, las
frustraciones y la agresividad, estarían más dispuestos a trabajar con mayor eficiencia.
En todo caso, mejoraría la calidad de su vida laboral.
La seguridad del personal ha sido una gran prioridad para millones de trabajadores en
el mercado actual del trabajo, en que rara vez se les promete un empleo para toda la
vida. Sin embargo, la IBM ha hecho lo posible por estabilizar su fuerza de trabajo y
preservar el empleo. Para evitar despidos, somete su personal a una recapacitación
constante; reduce las horas extras, congela la contratación de nuevos empleados,
estimula las transferencias y las reasignaciones, ofrece incentivos por jubilación
temprana y reduce la subcontratación para adaptarse a las épocas de poca actividad en
la industria de la computación.
Modelo de apoyo
El modelo de apoyo depende del liderazgo, en lugar de hacerlo del poder o el dinero. A
través del liderazgo la gerencia crea un clima de ayuda a los empleados a crecer y
alcanzar las cosas que son capaces de realizar en conjunción con los intereses de la
organización. El líder supone que los trabajadores no son por naturaleza pasivos ni se
oponen a las necesidades de la organización, sino que se tornan así debido a un clima
inadecuado de apoyo en su trabajo. Si la gerencia les ofrece la oportunidad adecuada,
aceptarán responsabilidades, desarrollarán un impulso de colaboración y se superarán.
La orientación de la gerencia es, por tanto, de apoyo al empleado en su desempeño, en
lugar de simplemente respaldar el pago de las prestaciones al empleado como en el
acercamiento paternalista.
Juanita Salinas, una joven divorciada, con un hijo, tenía la marca de retardos frecuentes
en su trabajo como ensambladora en una fábrica de productos electrónicos. Su
supervisora, Ana Pérez, le llamó varias veces la atención al respecto, y cada vez, Juanita
mejoraba durante dos o tres semanas; pero volvía más tarde a su antiguo patrón de
comportamiento. Aproximadamente por esa época, la señora Pérez asistió a un
programa de capacitación para supervisores ofrecidos por la compañía, y entonces
decidió aplicar el método de apoyo con esa empleada en particular.
La siguiente ocasión en que Juanita llegó con retraso, la supervisora se acercó a ella con
preocupación y le preguntó la razón de su demora. En lugar de regañarla, mostró un
interés genuino por los problemas de su subalterna al mismo tiempo que le preguntaba
"¿puedo ayudarle en algo?", "¿Hay algo que la compañía pueda hacer?". Cuando la
plática se centró en las demoras que representa alistar a un niño para la escuela en la
mañana temprano, Ana le aconsejó que conversara con otras madres del departamento
con niños pequeños. Cuando Juanita se refirió a la distancia que tenía que recorrer para
tomar el autobús, su supervisora consultó con el departamento de personal para tratar
de conseguirle lugar con un grupo de empleados que se combinaban para ir en
automóvil.
Aunque es indudable que este último servicio fue de gran ayuda, un punto importante
que Juanita apreció enormemente fue el reconocimiento y la preocupación que le
expresaron, de modo que se sintió más motivada para llegar a su trabajo a tiempo.
También manifestó un mayor sentido de cooperación e interés en su trabajo. Fue
evidente que el modelo de apoyo influenció la conducta de Salinas. Un importante
producto secundario de esta experiencia fue que el trabajo de Ana se facilitó para el
mejoramiento en el comportamiento de Salinas.
El modelo de soporte funciona bien con los empleados y los gerentes, y ha recibido
amplia aceptación entre los administradores. Una encuesta de gerentes de nivel medio
reveló que 90% de ellos aceptaban muchas de las ideas básicas de este modelo del
comportamiento. Es difícil la transición de la teoría a la práctica. No obstante, cada día
hay un mayor número de informes sobre organizaciones que han obtenido beneficios del
modelo de sostén, como se advierte en el siguiente ejemplo.
El modelo de apoyo del comportamiento organizacional tiende a ser muy eficaz en las
naciones ricas, porque despierta los impulsos de los empleados hacia una amplia
diversidad de necesidades. Tiene menor aplicación inmediata en las naciones en vías de
desarrollo, pues son muy distintas las necesidades y las condiciones sociales de sus
empleados. Sin embargo, a medida que se satisfacen esas necesidades de premios
materiales y de seguridad y de que en otras partes del mundo los empleados se enteran
de la existencia de prácticas administrativas, cabe esperar que los empleados en esos
países exigen un enfoque de más apoyo.
Modelo colegial
Una ampliación útil del modelo de apoyo es el modelo colegial. El adjetivo "colegial" se
relaciona con un grupo de personas que tienen una finalidad común. Es un concepto de
equipo. El modelo colegial resulta muy útil en los laboratorios de investigación y en otros
ambientes semejantes de trabajo; poco a poco ha ido extendiéndose a otras situaciones
laborales.
El modelo colegial tiene menor utilidad en las líneas de montaje, ya que la rigidez del
ambiente de trabajo dificulta su desarrollo. Existe una relación de contingencia en que
el modelo tiende a ser más eficaz con el trabajo no programado, un ambiente intelectual
y mucha libertad en el trabajo. En otros ambientes, los administradores comprueban a
menudo que otros modelos pueden dar mejores resultados.
Muchos de estos conceptos (por decir algo, el nivel de motivación, las relaciones de
poder o la cultura de la organización) no son fáciles de definir. Así pues, quizá sería útil
empezar por los factores que se pueden definir con facilidad y conseguir sin dificultad,
datos que se pueden obtener, en su mayor parte, de la información existente en el
registro personal de un empleado. ¿Qué factores serían éstos? Algunas características
evidentes de cualquier empleado serían su edad, sexo, estado civil, número de
dependientes y años de servicio en la organización. Por fortuna, existe una cantidad
importante de investigaciones que han estudiado, concretamente, muchas de estas
características biográficas.
Edad
Cuantos más años, tantas menos probabilidades de que alguien renuncie a su trabajo.
Esta es la conclusión a la que llegan la mayor parte de los estudios sobre la relación
entre edad y rotación. La conclusión no debe extrañarnos. Conforme los trabajadores
tienen más años, tienen menos alternativas de encontrar otro trabajo. Además, es
menos probable que éstos renuncien porque sus años de antigüedad suelen
proporcionarles sueldos más altos, más vacaciones pagadas y mejores prestaciones de
jubilación.
Es muy tentador suponer que la edad también guarda relación inversa con el ausentismo.
Después de todo, si es menos probable que renuncien los trabajadores que tienen más
años, ¿no sería lógico que también fueran más estables y se presentaran a trabajar de
manera más regular? ¡No necesariamente! La mayor parte de los estudios sí establecen
una relación inversa. Sin embargo, un análisis más detenido demuestra que la relación
entre la edad y las faltas está en función, en parte, de que las faltas sean evitables o
inevitable. En general, los empleados que tienen más años registran tasas más bajas de
faltas inevitables. Esto probablemente se deba a los problemas de salud derivados del
envejecimiento y a la extensión de los periodos de recuperación que necesitan los
empleados mayores que se lesionan.
Sexo
Hay pocos temas que dan origen a mayores cantidades de debates, mitos y opiniones
infundadas que si las mujeres rinden tanto en su trabajo como los hombres. En esta
sección se repasarán algunas investigaciones sobre el tema.
Las pruebas sugieren que el mejor punto de partida es reconocer que existen pocas
diferencias importantes, si es que hay alguna, entre hombres y mujeres que afecten su
rendimiento laboral. Por ejemplo, no hay ninguna diferencia consistentes entre hombres
y mujeres en cuanto a capacidad para resolver problemas, capacidad analítica, afán de
competencia, motivación, capacidad de relacionarse o capacidad para aprender. Aunque
algunos estudios psicológicos establecen que las mujeres están más dispuestas a aceptar
la autoridad, y que los hombres son más agresivos y tienden más que las mujeres a
tener expectativas de éxito, las diferencias son mínimas. Dados los importantes cambios
que han ocurrido en los pasados veinte años en términos del incremento en los
porcentajes de participación femenina en la población económicamente activa y del
nuevo planteamiento de lo que constituyen los roles masculinos y femeninos, usted debe
partir del supuesto de que no existe ninguna diferencia importante en la productividad
laboral de hombres y mujeres. De igual manera, no hay diferencias significativas que
indiquen que el sexo de un empleado afecte su satisfacción laboral.
¿Qué decir de las tasas de faltas y de rotación? ¿Son las empleadas menos estables que
los empleados? En primera instancia, en cuanto a la rotación, las pruebas son mezcladas.
Algunos estudios establecen que las mujeres registran porcentajes de rotación más altos
mientras que otros no establecen diferencia alguna. Al parecer, no existe información
suficiente para obtener conclusiones sensatas. Sin embargo, las investigaciones sobre
las faltas son diferentes planteamientos. Las pruebas siempre establecen que las
mujeres tienen porcentajes de ausentismo más altos que los de los hombres. La
explicación más lógica de este resultado es que nuestra sociedad, históricamente, ha
encargado a las mujeres la responsabilidad del hogar y la familia. Cuando un niño se
enferma o alguien se tiene que quedar en casa esperando al plomero, tradicionalmente
es la mujer la que deja de trabajar. Sin embargo, no cabe duda que las investigaciones
están señaladas por los tiempos. El papel histórico de la mujer como parte que cuida de
los hijos y segundo ingreso del hogar ha cambiado definitivamente en los pasados diez
años y es cada vez mayor la proporción de hombres que están tan interesados en las
guarderías y los problemas ligados a la atención de los hijos en general como las
mujeres.
Estado civil
No existen suficientes estudios para obtener conclusiones sobre las repercusiones que
el estado civil origina en la productividad. Sin embargo, algunas investigaciones indican
que los empleados casados faltan menos, tienen menos rotación y están más satisfechos
con su trabajo que sus compañeros solteros.
Número de dependientes
La antigüedad
Las investigaciones que relacionan la antigüedad con las faltas son muy claras. Los
estudios establecen, de manera consistente, que la antigüedad guarda una relación
negativa con el ausentismo. De hecho, en términos de la frecuencia de las ausencias y
del total de faltas a trabajar, la antigüedad es la variable explicativa más importante.
La antigüedad, como en el caso de las faltas, también es una variable importante para
explicar la rotación. "Se ha visto que la antigüedad guarda una relación negativa con la
rotación y se ha sugerido que sea uno de los indicadores que mejor prevé la rotación".
Es más, en consistencia con las investigaciones que sugieren que el comportamiento
futuro, las pruebas establecen que la antigüedad del empleado en su empleo anterior
prevé muy bien la rotación futura del empleado.
Tratemos de resumir lo que hemos aprendido en términos de las repercusiones que las
características biográficas, la capacidad, la personalidad y el aprendizaje producen en el
rendimiento y la satisfacción de los empleados.
Características biográficas
Las investigaciones sobre otras dos variables (el sexo y el estado civil) también
produjeron resultados interesantes. Las mujeres tienen peores récords de asistencia que
los hombres. Sin embargo, no cabe duda que las estadísticas están anticuadas. Tienden
a reflejar el papel histórico de la mujer en nuestra cultura. Conforme aumente la cantidad
de mujeres que trabajan y éstas sigan carreras largas en las organizaciones, sin lugar a
dudas desaparecerá cualquier diferencia entre hombres y mujeres, en términos de
ausentismo. Por último, las pruebas indicaron que los empleados casados son más
estables y manifiestan más satisfacción que sus compañeros solteros.
CAPACIDAD
Al contrario de lo que nos enseñaron en la escuela, no es cierto que todos fuimos creados
iguales. La mayor parte nos encontramos a la izquierda de la media de una curva de
capacidades distribuidas normalmente. Aunque usted esté muy motivado, es poco
probable que pueda actuar como Meryl Streep, correr a la velocidad de Carl Lewis,
escribir novelas de terror como Stephen King, o cantar como Whitney Houston. Podemos
decir que el simple hecho de que no todos tengamos las mismas capacidades, no implica
que unos humanos sean inferiores a otros. Lo que quiere decir es que todo el mundo
tiene fortalezas y debilidades, en términos de capacidad, que lo hacen relativamente
superior o inferior a otros que realizan ciertas funciones o actividades. Desde el punto
de vista de la administración, lo importante no es si las personas tienen las mismas
capacidades o no. ¡Sí difieren! La cuestión está en saber en qué difieren las capacidades
de las personas y en aprovechar esa información para aumentar las probabilidades de
que el empleado rinda debidamente en el trabajo.
¿Qué quiere decir capacidad? Tal y como se usará el término, capacidad quiere decir
las facultades que tiene un individuo para realizar las diferentes actividades de un
empleo. Es una definición actual de lo que uno puede hacer. La capacidad general de
una persona está compuesta, en esencia, por dos series de facultades: Intelectuales y
físicas.
Las facultades intelectuales se necesitan para trabajar con la mente. Por ejemplo,
las pruebas de CI están diseñadas para determinar las facultades intelectuales. También
lo están los exámenes de admisión a la universidad y los exámenes de admisión a
postgrados en administración, derecho y medicina. Algunas de las dimensiones más
relevantes para las facultades intelectuales incluyen aptitud para los números,
comprensión oral, velocidad de percepción y razonamiento inductivo. La tabla describe
estas dimensiones.
Las demandas que los empleos piden a los interesados en cuanto a sus facultades
intelectuales no son iguales. En términos generales, cuanto más alto sea el puesto de la
persona en la jerarquía organizacional, tantas más facultades de inteligencia general y
verbal necesitará para realizar bien su trabajo. No todos los empleos requieren un gran
CI. De hecho, tratándose de muchos trabajos (donde el comportamiento del empleo es
muy rutinario y hay pocas oportunidades o ninguna de ejercer la discreción) el CI no
guarda ninguna relación con el rendimiento. Por otra parte, el análisis detenido de las
evaluaciones establece que las pruebas que evalúan la capacidad verbal, numérica,
espacial y perceptual sirven para prever la eficiencia laboral para todos los niveles de
empleo. Por tanto, los exámenes que miden dimensiones específicas de la inteligencia
han resultado buenos previsores del rendimiento laboral.
Aptitud para los Capacidad para hacer operaciones Contador: Calcula el impuesto
números con velocidad y precisión sobre las ventas de una serie
de artículos
Comprensión Capacidad para entender lo que se Gerente de fábrica: Seguir las
verbal lee o escucha y la relación entre las políticas corporativas.
palabras
Algunas investigaciones sobre los requisitos para cientos de empleos han identificado
nueve facultades básicas para la ejecución de actividades físicas. Las personas tienen
diferentes grados de cada una de estas facultades. Es normal que exista poca relación
entre ellas; una calificación alta en alguna no asegura una calificación alta en otra. Es
probable que se logre un buen rendimiento del empleado cuando la administración ha
determinado la medida de cada una de las nueve facultades que requiere un empleo y
después se asegura que los empleados que lo ocupan tengan esas facultades.
Capacidad
La personalidad y la emoción
Cada uno de nosotros afronta la experiencia vital con su propia manera de ser, con su
personalidad. De hecho, ello constituye el sustrato sobre el que se apoya nuestra
vivencia. De nuestra personalidad depende nuestro estado de ánimo, rendimiento,
motivación y actitud ante los conflictos y, en consecuencia, ante la enfermedad.
¿Qué es la personalidad?
Según lo anterior, podemos estudiar al ser humano desde tres puntos de vista: como
individuo, como persona y como personalidad. El hombre como individuo es un complejo
organismo vivo que tiene funciones motoras, sensitivas y vegetativas, o sea, con un
sustrato biológico físico. Al mismo tiempo es indivisible y un elemento único dentro de
su especie.
El dilema del origen de nuestra personalidad, por su complejidad seguirá sin resol-verse
por muchos años más, aun cuando cada vez entendemos más que existen variables en
nuestro cerebro que inciden notablemente en nuestros cambios de comportamiento
conductual.
Factores genéticos
La perspectiva biológica
Los seres humanos, somos criaturas biológicas, del reino animal y tenemos las
características de pertenencia a dicho reino: comemos, bebemos, respiramos,
eliminamos desechos y participamos en actividades sexuales que aseguran la
continuidad de la especie. También nos afectan otras fuerzas menos evidentes, que
surgen de nuestra naturaleza animal.
Como dice Carver, ― ¿Qué tan profundas son las raíces de estas presiones biológicas y
qué tan grande es la influencia que ejercen sobre nosotros? ¿Están genéticamente
determinados los atributos de la personalidad? ¿Su existencia en sí misma es producto
de la evolución ocurrida a lo largo de los milenios? ¿Qué tan grande es el influjo de los
procesos biológicos en la personalidad y con qué funciones adaptativas se relaciona?
Estas son algunas de las preguntas planteadas por la perspectiva biológica.
Esta perspectiva biológica tiene sus raíces en la antigüedad, pero ha evolucionado con
los avances metodológicos del pasado reciente que han permitido empezar a comprender
los procesos que componen el sistema nervioso, así como el modo en que el sistema
hormonal incide en la conducta. El punto de vista presentado en este trabajo constituye
en gran medida una aproximación al estudio de los procesos de la personalidad, el cual
examina la influencia de las funciones biológicas en las acciones humanas. Sin embargo,
este énfasis en los procesos no significa ignorar las diferencias individuales, porque los
procesos generalmente operan en grados diferentes para personas distintas, lo que crea,
en consecuencia, los patrones de unicidad que atribuimos a la personalidad.
Algunas personas tienen un cuerpo grande, otras pequeño; ciertos cuerpos son fuer-tes,
otros frágiles; unos muestran una graciosa coordinación, otros cierta torpeza; los hay
que se embellecen en cierta etapa de la vida y otros se deterioran.
Está claro que el cuerpo no constituye la personalidad, pero cabe preguntar si influye en
el tipo de personalidad que tiene. Hipócrates propuso una tipología de cuatro categorías
de personalidad y Galeno agregó que cada una de ellas reflejaba un exceso de cierto
humor corporal. Desde entonces, la idea de que la estructura física determina la
personalidad del individuo ha reaparecido bajo diversas formas.
Sin embargo, como en cada época la estructura física ha tenido diferentes sig-nificados,
la idea de que ésta determina la personalidad ha adoptado formas distintas a lo largo de
los años.
Físico y personalidad
La idea de que la forma del cuerpo se relaciona con la personalidad está representada
en los estereotipos populares: el gordo feliz y de buen carácter; el héroe musculoso,
intrépido y fuerte; el frágil intelectual. ¿Hay algo de cierto en ello? Así lo han creído
algunos teóricos en diversas épocas. Kretschmer psiquiatra interesado en los trastornos
psicológicos, elaboró una clasificación de la gente con base en tres tipos de estructura
física: delgada, muscular y obesa. Sus observaciones clínicas indicaban que cada tipo
era susceptible de patologías diferentes. Los individuos obesos tendían al trastorno
maniaco-depresivo, mientras que los otros tipos corporales eran propensos a la
esquizofrenia.
Esta línea de pensamiento fue retomada y ampliada por William Sheldon, quien estaba
más interesado en estudiar las características normales de la personalidad. Sheldon
propuso que las tres categorías de Kretschmer no debían considerarse como tipos
discretos sino como dimensiones de variabilidad.
Somatotipos
El somatotipo del individuo se identifica con sólo ubicarlo en algún punto de cada una de
las tres dimensiones corporales, endomorfia, mesomorfia y ectomorfia. El somatotipo es
designado por tres números que indican el grado en que posee cada característica
corporal. Sheldon describió cada dimensión en detalle y elaboró una exposición razonada
para explicar la presencia de cada una. Creía que durante el desarrollo cada tipo refleja
un énfasis exagerado en una de las tres capas del embrión, por lo que denominó las
características de acuerdo con el nombre de las capas.
Temperamento
Paralelamente a estas tres dimensiones de variación física, Sheldon propuso tres tipos
de temperamento, cada uno de los cuales tienen varias manifestaciones en la
personalidad.
1. La viscerotonía está conformada por características como la relajación, la tolerancia
(e incluso la complacencia), la sociabilidad, el gusto por la comodidad y la facilidad de
trato.
Note que el nombre de cada temperamento está vinculado con un aspecto del
somatotipo, lo que no es accidental. Sheldon creía que existe una relación entre el tipo
de temperamento y el somatotipo correspondiente. Por más de cinco años llevó a cabo
un laborioso estudio con 200 hombres para evaluar las asociaciones entre las cualidades
del temperamento y los componentes del somatotipo. Los resultados fueron
sorprendentes: encontró correlaciones en extremo elevadas entre cada aspecto del físico
y del temperamento que concordaban con la teoría. La mesomorfia estaba fuertemente
relacionada con la somatotonia, la endomorfia con la viscerotonía y la ectomorfia con la
cerebrotonía. Las correlaciones entre el resto de las combinaciones de temperamento y
físico eran negativas.
Sheldon encontró justo lo que deseaba, pero la importancia de sus hallazgos suscitó
dudas respecto a la posibilidad de que hubiera sesgado sus datos sin advertirlo. Esto
pudo haber sido posible porque conocía la hipótesis y porque al hacer la mayor parte de
las calificaciones ya sabía mucho sobre la persona que estaba calificando.
En conclusión, los estudios presentan evidencias de que el tipo corporal se relaciona con
rasgos de personalidad. Pero, ¿en qué dirección se ejerce la relación?, ¿la personalidad
es resultado directo de la estructura física o se trata de un proceso más indirecto? Los
somatotipos están asociado con estereotipos que aprendemos conforme crecemos y
éstos incluyen expectativas sobre el comportamiento del individuo que, si se
materializan, pueden inducir a los individuos a comportarse de la manera esperada.
El resultado podría ser una asociación entre el somatotipo y la conducta basada más en
la presión social que en el tipo corporal per se. En suma, es difícil saber con exactitud
por qué existen esas asociaciones entre el tipo corporal y la personalidad. En parte es
por ello que muchos autores permanecieron escépticos respecto a la teoría de Sheldon
y que el interés en ella acabó por desvanecerse. Aun cuando sus ideas no ocupan un
lugar destacado en la psicología actual de la personalidad, Sheldon resaltó un tema que
más tarde reapareció como importante, que la personalidad al igual que el tipo corporal,
es hereditaria y aunque Sheldon estaba convencido de ello no pudo comprobarlo.
En realidad, en esa época ni siquiera se tenía una idea de cómo podría probarse; sin
embargo, en otras áreas los científicos desarrollaron estrategias de investigación que les
permitieron examinar con más detalle la suposición de que las cualidades de la
personalidad son heredadas.
¿Cómo deciden los investigadores si los rasgos son heredados? Los estudios del parecido
familiar presentan muchos problemas. El conocimiento de que dos miembros de una
familia tienen personalidades similares nos permite establecer dos posibilidades: pueden
ser similares porque al estar siempre cerca han aprendido las mismas conductas o
pueden serlo por efecto de la herencia.
Para comprender mejor este tema se requerían nuevos métodos y quienes estaban
interesados en la influencia que tiene la herencia sobre el comportamiento acudieron a
la ciencia de la genética en busca de ideas. El resultado fue una mezcla de la psicología
y la genética de la conducta, que es el estudio de las influencias genéticas sobre
características conductuales como las tendencias de acción abierta, las disposiciones de
personalidad, las anormalidades psicológicas e incluso los procesos emocionales y
cognoscitivos.
Los métodos analizados en la sección precedente han sido empleados durante casi tres
décadas para estudiar la influencia de la genética sobre diversas características de la
personalidad.
Temperamentos
Buss y Plomin afirman que existen tres disposiciones normales de personalidad que
merecen el nombre de temperamentos: el nivel de actividad, la sociabilidad y la
emocionalidad. En cada una de esas dimensiones, como en todos los rasgos es posible
encontrar una gama de diferencias individuales.
Nivel de actividad
Sociabilidad
Emocionalidad
Buss y Plomin afirman que este temperamento atañe sólo a tres emociones: la aflic-
ción, la ira y el temor, ya que consideran que la activación generada por las otras
emociones no es suficiente para hacerla relevante para este temperamento. Estos
autores realizaron una encuesta de temperamento para adultos que tiene tres
subescalas para medir la emocionalidad general (aflicción indiferenciada), la
predisposición a la ira y la proclividad al temor. Es interesante notar que no existe una
elevada correlación entre esas escalas, salvo por una fuerte asociación entre la aflicción
y el temor, lo que indica que el temperamento de la emocionalidad puede estar formado
por dos o tres rasgos distintos.
Los tres temperamentos propuestos por Buss y Plomin también se parecen a las ideas
de Sheldon; de hecho, la semejanza es mucho mayor de lo que se reconoce. El nivel de
actividad y el impacto vigoroso sobre el mundo que dicho nivel implica son similares a
la somatotonia; la sociabilidad era una parte importante de la viscerotonía y la
emocionalidad, en forma de recelo, era parte de la cerebrotonia. Este parecido es
ciertamente curioso.
Factores situacionales
Una persona pasiva, cuidadosa, pensativa, apacible, controlada, leal, ecuánime nos
señala que tenemos frente a nosotros a una tipología de personalidad flemática, según
Eysenck.
En resumen, algunos teóricos proceden de acuerdo con la premisa de que las conductas
que componen la personalidad se derivan de funciones cerebrales. La derivación es
compleja y persisten muchas incertidumbres acerca de ellas, pero incluso en esta etapa
hay corrientes que parecen fluir juntas. Aún está pendiente ver cómo se resolverán las
otras diferencias.
Esta aproximación suscita una pregunta teórica importante relacionada con el hecho de
que las disposiciones biológicas de la personalidad (se trate o no de temperamentos
legítimos), por definición, están firmemente ancladas en el funcionamiento constitucional
del individuo. Por lo anterior, cabe preguntarse si es posible realizar un cambio
significativo de esos aspectos de la personalidad por conducto de cualquier proceso
terapéutico diseñado para aplicarse al problema. La psicoterapia puede producir un
cambio en el sujeto, pero ¿qué tanto puede esperarse que éste cambie en contra de su
naturaleza biológica?
El anterior es un problema interesante del que se sabe muy poco. Se ha sugerido que,
dentro de ciertos límites, incluso los verdaderos temperamentos pueden ser modificados.
Pero, ¿cuáles son esos límites? parece probable que ciertos cambios terapéuticos sean
mucho más difíciles de lograr y mantener entre algunas personas que en otras. Por
ejemplo, será más difícil que una terapia que pretende reducir las reacciones
emocionales resulte efectiva para una persona con un alto nivel de emocionalidad que
para otra menos emocional. En efecto, puede haber gente cuya constitución haga que
ciertos tipos de terapia resulten demasiado difíciles.
La emoción y la personalidad
¿Qué es la emoción?
Para nuestros propósitos actuales, lo más importante es que existen dos temas
fundamentales que separan a esas teorías. Uno se refiere a si los teóricos e
investigadores tendrían que concentrarse en la intensidad de los sentimientos, en su
frecuencia o en ambos. El otro tema consiste en saber si la palabra emocionalidad
debería referirse únicamente a la activación de emociones relacionadas con la aflicción
o a una tendencia más general a la experiencia de cualquier emoción.
El proceso emocional
Por tanto, la emoción es la conducta emotiva o respuesta adicional ante el propio estado
emotivo que se convierte a su vez en estímulo, conforme a la siguiente secuencia.
Origen de la emoción
Existe evidencia empírica de que los organismos con complejos sistemas nerviosos
buscan moderados niveles de arousal, por lo que hay dos mecanismos básicos para
producir experiencias de placer:
1. Muy bajo nivel de estimulación como revelan los trabajos en deprivación sensorial lo
que genera insatisfacción tras unas pocas horas. Es decir, la mera satisfacción de las
necesidades de supervivencia básicas (comida, agua, calor, descanso) no conduce a una
existencia satisfactoria debido a que las expectativas de las personas van más allá de la
simple reducción de sus drives, (impulsos o señales internas de que algún proceso
orgánico está en desequilibrio).
Importancia de la emoción
• Un fenómeno normal o
• Un fenómeno patológico, una interrupción de las condiciones normales de la actividad
cerebral bajo el impulso de estímulos desacostumbrados.
Es probable que el destino próximo de la emoción sea su integración en el ámbito
profundo, con el fin de que se manifieste menos exteriormente; y quizás posteriormente
llegue a desaparecer, si genera conductas no adecuadas a la supervivencia de la especie.
3. La corteza percibe el estímulo y lo interpreta con base en los datos que aporta el
proceso cognitivo.
El nivel de arousal crece con la activación de los dos primeros sistemas y decrece con la
activación del tercero.
Este sistema se moviliza por la acción del sistema nervioso central. El sistema vegetativo
es el que regula la actividad de los distintos órganos internos (corazón, vasos
sanguíneos, glándulas salivales, suprarrenales, etc.) y comprende dos sistemas, cada
uno constituido con diferentes fibras nerviosas:
1. El sistenza simpático o sistema de emergencia, el cual tiene como finalidad preparar
al organismo para la acción. La motivación de este sistema origina la reacción emotiva,
con la que el organismo se prepara para enfrentar casos de emergencia, movilizando la
energía necesaria.
Toda la compleja movilización del sistema fisiológico implica una serie de reacciones,
variables en función de las características del estímulo y del propio organismo, que
tienden a prepararlo para responder ante el estímulo activador de la emoción. Uno de
los cambios fisiológicos más significativo y estudiado es el miedo.
El miedo es uno de los sentimientos emocionales más extremos y va acompañado de
cambios fisiológicos. Cuando hay un estado emocional fuerte el cuerpo se prepara para
luchar o huir. La señal inicial viene del cerebro, el cual estimula al cuerpo enviando
adrenalina a la sangre.
5. El pelo se eriza.
13. Los demás vasos sanguíneos se dilatan y el hígado libera glucosa, el combustible de
los músculos.
Estas modificaciones que implica la emoción son fuente de trastornos del organismo,
funcionales primero y estructurales u orgánicos después, cuando las mismas presentan
alguna de las características siguientes:
Rasgos de la personalidad
Algunas de las características populares del ser humano son agresividad, sumisión,
holgazanería, ambición, lealtad y timidez. Cuando estas características se manifiestan
en innumerables situaciones, se conocen como rasgos de la personalidad. Mientras más
consistente sea la característica y
mayor sea su frecuencia en
diferentes situaciones, más
importante es el rasgo para
describir al individuo.
El primero se relaciona con el sitio de control en la vida de uno. Los otros son el
maquiavelismo, el autocontrol, la propensión a asumir riesgos y la personalidad.
Una gran parte de las investigaciones que compara los rasgos internos con los externos
ha demostrado en forma consistente que quien obtiene una calificación alta en la
externalidad está menos satisfecho con su trabajo, tiene tasas de ausentismo más altas,
está más alineado con el lugar de trabajo y menos involucrado en su labor que los
individuos internos.
¿Por qué los sujetos que presentan rasgos externos tienden a estar más insatisfechos?
La respuesta es probablemente porque se perciben a sí mismos con poco control sobre
los resultados organizacionales que son importantes para ellos. Por el contrario, los que
presentan rasgos internos, enfrentan la misma situación, pero atribuyen los resultados
organizacionales a sus propias acciones. Si la situación no es atractiva, creen que no hay
alguien más a quien culpar que no sean ellos mismos. También el sujeto insatisfecho
interno es más probable que renuncie a su trabajo si no le satisface.
Personalidad tipo A
Está agresivamente involucrada en una lucha crónica e incesante por lograr más y más
en menos y si se requiere hacerlo, contra los esfuerzos de otras cosas o con otras
personas.
Personalidad tipo B
ESQUEMA
El punto de control
Hay personas que piensan que son dueñas de su destino. Otras se consideran juguetes
del destino y piensan que lo que ocurre en su vida se debe a la suerte o al azar. El primer
tipo, quienes piensan que controlan su destino, han sido etiquetados de internos,
mientras que los otros, quienes consideran que su vida es controlada por fuerzas
externas han sido llamados externos.
Múltiples investigaciones que han comparado a los internos con los externos han
establecido consistentemente que las personas que tienen calificaciones altas en lo
externo están menos satisfechas con sus empleados, tienen tasas mayores de
ausentismo, están más distantes de su entorno laboral y están menos involucradas con
su trabajo que los internos.
¿Por qué están más insatisfechos los externos? La respuesta probable es que consideran
que tienen menos control sobre los resultados de la organización que les importan. Los
internos, ante la misma situación, atribuyen los resultados de la organización a sus
propios actos. Si la situación no es atractiva, piensan que solo ellos tienen la culpa. Por
otra parte, es muy probable que un interno insatisfecho renuncie a un trabajo que no le
satisface.
El impacto que el punto de control tiene en las faltas es muy interesante. Los internos
piensan que la salud está, en gran medida, bajo su control y que se logra con los hábitos
adecuados, por lo tanto toman más responsabilidad por su salud y tienen mejores
hábitos al respecto. Esto conduce a menor incidencia de enfermedades y, por tanto, a
menos ausentismo.
No se puede esperar una relación clara entre el punto de control y la rotación porque no
operan fuerzas contrarias. ―Por una parte, los internos tienden a actuar y, por tanto,
podemos esperar que renuncien a su trabajo con más facilidad. Por la otra, tienden a
tener más éxito en su trabajo y a estar más satisfechos, factores vinculados a una menor
rotación individual.
Las pruebas establecen que, en general, los internos suelen rendir más en su trabajo,
pero la conclusión se modera cuando se piensa en las diferencias entre un trabajo y otro.
Los internos buscan información, de manera más activa, antes de tomar una decisión,
están más motivados para realizarse y realizan un esfuerzo mayor por controlar su
entorno. Sin embargo, los externos son más dóciles y están más dispuestos a cumplir
órdenes. Por tanto, los internos funcionan muy bien en actividades complejas (que
incluyen la mayor parte de empleos profesionales y administrativos) que requieren un
aprendizaje y un procesamiento de la información muy complejos. Asimismo, los
internos son más idóneos para empleos que requieren iniciativa e independencia de
acción. Por otra parte, los externos suelen funcionar bien en empleos bien estructurados
y rutinarios, donde el éxito depende mucho de cumplir las órdenes de otros.
La orientación a la realización
Se ha dicho que los internos están motivados en su realización. Tal interés por realizarse
ha sido señalado como una característica de la personalidad que varía de un empleado
a otro y que se puede usar para prever ciertas conductas.
¿Qué se puede decir de las personas con gran interés por realizarse en el trabajo? En
empleos que presentan un grado de dificultad intermedio, ofrecen retroalimentación
rápida en cuanto al rendimiento y permiten al empleado controlar sus resultados, la
persona con orientación a su realización funcionará bien. Esto implica que este tipo de
personas funcionarán mejor en el campo de las ventas, los deportes profesionales o la
administración que en las líneas de montaje o en los trabajos de escritorio. Es decir, las
personas con gran interés por su realización no siempre rendirán más que aquellas que
tienen esta característica en grado intermedio o escaso. Las actividades que desempeñen
las personas con gran interés por su realización les deben ofrecer la información y
responsabilidad que buscan con objeto de que su personalidad guarde una relación
positiva con su rendimiento laboral.
El autoritarismo
Hay pruebas que indican que sí existe una personalidad autoritaria, pero su relevancia
para el comportamiento laboral abarca más el terreno de las especulaciones que él de
los hechos. Aclarado el punto, analicemos el autoritarismo y pensemos cómo se puede
relacionar con el rendimiento de los empleados.
El Maquiavelismo
¿Debemos llegar a la conclusión de que las personas muy maquiavélicas son buenos
empleados? La respuesta depende del tipo de empleo y de las implicaciones éticas que
se consideren al evaluar el rendimiento. En empleos que requieren la habilidad para
negociar (como las negociaciones laborales) o cuando existen recompensas
substanciales por el triunfo (como en las ventas a comisión) las personas muy
maquiavélicas serán productivas. Pero si el fin no justifica los medios, si existen
parámetros absolutos de comportamiento, o si los tres factores de la situación que se
señalaron en el párrafo anterior no son evidentes, nuestra capacidad para prever en
rendimiento de una persona muy maquiavélica será mucho menor.
Autoestima
El resultado más generalizable de la autoestima es que las personas con poca autoestima
son más susceptibles a influencias externas que las personas con gran autoestima. Las
primeras dependen de las evaluaciones positivas de otros. En consecuencia, es más
probable que busquen la aprobación de otros y que tiendan a limitarse a las creencias y
las conductas de personas a quienes respetan que las personas que tienen mucha
autoestima. En los puestos administrativos, las personas que tienen poca autoestima
suelen preocuparse por complacer a otros y, por tanto, es menos probable que adopten
posiciones poco populares que las personas que tienen mucha autoestima.
Es normal que se haya visto que el amor propio está relacionado con la satisfacción
laboral. Una serie de estudios confirman que las personas que tienen mucha autoestima
están más satisfechas con su trabajo que las que tienen poca autoestima.
Autocontrol.
Otro rasgo de la personalidad que ha recibido más atención en fecha reciente se llama
autocontrol. Se refiere a la capacidad del individuo para adaptar su conducta a los
factores externos de una situación.
Los individuos que tienen mucho autocontrol muestran bastante flexibilidad para adaptar
su conducta a los factores externos de la situación. Son muy sensibles a las señales
externas y se pueden comportar de manera diferente en distintas situaciones. Las
personas con mucho autocontrol son capaces de presentar inmensas contradicciones
entre su personalidad pública y la privada.
Las personas con poco autocontrol no se pueden disfrazar así. Suelen manifestar su
verdadera disposición y actitud en toda situación y, por consiguiente, hay gran
consistencia conductual entre su persona y lo que hacen.
Las investigaciones sobre el autocontrol están en su infancia, por tanto sus previsiones
se deben realizar con cuidado. Sin embargo, las pruebas preliminares sugieren que las
personas con mucho autocontrol suelen prestar más atención al comportamiento de otro
y son más capaces de conformarse que las personas con poco autocontrol. También
podemos establecer la hipótesis de que las personas con gran autocontrol tendrán más
éxito en puestos administrativos donde se requiere que las personas desempeñen
muchos roles, incluso contradictorios. La persona con mucho autocontrol es capaz de
presentar distintos ―rostros‖ ante diferentes públicos
Esta tendencia a enfrentar o evitar riesgos tiene consecuencias en el tiempo que tardan
los administradores en tomar una decisión y en la cantidad de información que requieren
para decidir. Por ejemplo, setenta y nueve administradores hicieron ejercicios que
simulaban la contratación de personal y que requerían que tomarán decisiones. Los
administradores que corren muchos riesgos tomaron sus decisiones con más rapidez y
usaron menos información para decidir que los administradores tendientes a correr
menos riesgos. Es interesante destacar que un grupo tomo la misma cantidad de
decisiones acertadas que el otro.
A cada uno de los seis tipos de personalidad le corresponde un entorno laboral. La Tabla
siguiente describe estos seis tipos, así como las características de su personalidad, y
ofrece ejemplos de ocupaciones congruentes.
¿Se puede prever qué personas rendirán bien en el campo de las ventas, la investigación
o la línea de montaje sólo con base en las características de su personalidad? La
respuesta es negativa. Sin embargo, el conocer la personalidad que suelen estar
relacionadas con el éxito laboral, aplicar pruebas en busca de estos rasgos y usar los
datos para que la selección resulte más eficaz. Una persona que acepta reglas, se
conforma y es dependiente y tiene calificaciones altas en autoritarismo probablemente
se sienta mejor en, por decir algo, un puesto estructurado en una línea de montaje,
como empleado de admisiones en un hospital o como administrador en una agencia de
publicidad grande y no como investigador o empleado con un puesto que requiere
muchísima creatividad. Es probable que esta integración en la selección conduzca a un
porcentaje menor de rotación.
Existe una fuerte evidencia que vincula los rasgos de la personalidad y la satisfacción
laboral. Las personas que, siendo adolescentes, tienen características de personalidad
positivas en general (que son alegres, amables, generosas) tienden a estar contentas
con su trabajo más adelante en la vida. Esto sugiere que la satisfacción quizá radique
más en la persona que en las características del empleo o el entorno laboral y reafirma
el valor de las pruebas de personalidad como posibles y potentes previsores de la futura
satisfacción laboral del solicitante.
EL APRENDIZAJE
Este tema se incluye porque resulta evidente que casi todas las conductas complejas
sean aprendidas. Para poder explicar y prever el comportamiento es preciso comprender
el proceso de aprendizaje de las personas.
¿Qué es el aprendizaje? El psicólogo ofrece una definición bastante más amplia que el
lego que dice que ―es lo que hacíamos cuando íbamos a la escuela‖. En realidad, todos
acudimos ― a la escuela‖ permanentemente. El aprendizaje es constante. Por
consiguiente, una definición aceptada del término aprendizaje dice que es cualquier
cambio relativamente permanente en la conducta, que se produce como consecuencia
de una experiencia. Irónicamente, podemos decir, que los cambios de conducta indican
que se ha dado el aprendizaje y que éste es un cambio en la conducta. Resulta obvio
que la definición anterior implica que jamás se verá que alguien ―aprende. Se pueden
ver los cambios que ocurren, pero no el aprendizaje mismo. El concepto es teórico y, en
consecuencia, no se puede observar de manera directa.
Ustedes habrán visto a personas que están en el proceso de aprendizaje; ustedes habrán
visto a personas que se conducen de una manera particular como consecuencia del
aprendizaje y algunos de ustedes (de hecho, supongo que la mayoría), en algún
momento de la vida, habrán ―aprendido. En otras palabras, cuando un individuo, como
consecuencia de una experiencia, se conduce, reacciona, responde de manera diferente
a la anterior, se infiere que se ha dado el aprendizaje.
Nuestra definición contiene varios componentes que merecen una explicación más
amplia. En primer término, el aprendizaje implica cambios, lo que, desde el punto de
vista de la organización, puede ser bueno o malo.
Aprendizaje
PERCEPCION
La percepción se puede definir como el proceso mediante el cual los individuos organizan
e interpretan sus impresiones sensoriales con objeto de dar significado a su entorno. Sin
embargo, como se ha dicho, lo que uno percibe puede diferir sustancialmente de la
realidad objetiva. Suele haber desacuerdos, aunque no tiene por qué ser así. Por
ejemplo, todos los empleados pueden pensar que cierta empresa es un magnífico lugar
para trabajar (buenas condiciones labores, trabajo interesante, buen sueldo y una
administración comprensiva y responsable); sin embargo, como casi todos sabemos, es
muy raro encontrar este acuerdo.
¿Cómo se explica que las personas puedan ver lo mismo y, sin embargo, percibirlo de
manera diferente? Hay una serie de factores que ayudan a dar forma y, en ocasiones, a
distorsionar la percepción. Estos factores pueden estar en el perceptor, en el objeto o el
blanco que se percibe, o en el contexto de la situación en la que se percibe.
El perceptor
A María le gustan los grupos pequeños porque suele hacerles muchas preguntas a los
profesores. Por otra parte, Juan los grupos grandes. Es raro que haga preguntas y le
gusta el anonimato que implica perderse en un mar de compañeros. En el primer día de
clases del semestre, María y Juan entran al auditorio de la universidad para tomar un
curso de introducción a la psicología. Ambos se dan cuenta que formaran parte de los
800 estudiantes, más o menos, que tiene el grupo. Pero, dado que la actitud de María
es diferente a la de Juan, no es raro que interpreten la situación de manera diferente.
María se entristece, mientras que la sonrisa de Juan refleja su alivio por poder pasar
inadvertido en el inmenso auditorio. Los dos están frente a lo mismo, pero lo interpretan
de manera diferente. Una razón fundamental es que tienen actitudes diferentes en
cuanto a los grupos grandes.
Las necesidades o los motivos insatisfechos estimulan a las personas y pueden ejercer
mucha influencia en sus percepciones. El caso quedó claramente demostrado por una
investigación sobre el hambre. Los individuos del estudio no habían comido durante
diferente cantidad de horas. Algunos habían comido una hora antes, mientras que otros
llevaban sin resultados establecieron que el grado de hambre influía en la interpretación
de las imágenes borrosas. Quienes llevaban dieciséis horas sin comer percibieron las
imágenes borrosas como imágenes de alimentos con mucha más frecuencia que los
sujetos que habían comido poco antes.
Este mismo fenómeno también se puede aplicar en el contexto de una organización. Por
ejemplo, no sería raro que un jefe inseguro percibiera los esfuerzos que hace un
subordinado por realizar un buen trabajo como una amenaza para su puesto. La
inseguridad personal se podría transferir a la percepción de que los demás están
empeñados en ―quedarse con mi puesto‖, sea cual fuere la intención de los subalternos.
De igual manera, las personas que son tortuosas tienden a pensar que los demás
también son tortuosos.
No le debe sorprender que un cirujano plástico tienda más a notar nariz imperfecta que
un plomero. El supervisor que acaba de recibir una reprimenda porque su equipo tiene
un porcentaje muy alto de retrasos seguramente notará que un empleado llega tarde
mañana más de lo que lo notó la semana anterior. Si a usted le preocupa un problema
personal, quizá le cueste trabajo estar atento en clase. Estos ejemplos ilustran que, al
parecer, nuestros intereses influyen en nuestro foco de atención. Dado que los intereses
individuales varían de manera considerable, lo que una persona nota en una situación
puede ser muy diferente de lo que perciben los demás.
Así como los intereses estrechan el punto focal personal, las experiencias pasadas
también lo hacen. Usted percibe aquellas cosas con las cuales se puede relacionar. Sin
embargo, en muchos casos, sus experiencias pasadas estarán en acción y anularán el
interés de un objeto.
Los objetos o las circunstancias que no se han experimentado antes se nota más que los
que se han experimentado en el pasado. Es más probable que note una máquina que no
ha visto nunca que un archivero normal que es justo igual a cientos de otros que ha
visto antes. Asimismo, que note las operaciones de una línea de montaje si es la primera
vez que se encuentra ante una. A finales de los años sesenta y principios de los setenta,
las mujeres y las personas de grupos minoritarios que ocupaban puestos administrativos
eran muy visibles porque, históricamente, los puestos eran propiedad exclusiva de los
hombres blancos. Hoy, estos grupos cuentan con más representantes en los niveles
administrativos, de tal forma que es menos probable que notemos si un administrador
es de sexo femenino o si es africano-estadounidense, asiático-estadounidense o latino.
El objetivo
Las características del blanco observado pueden afectar la percepción. Es más probable
que, en un grupo, se note a las personas gritonas que a las calladas. Lo mismo ocurre
con las personas sumamente atractivas o feas. Los movimientos, los sonidos, el tamaño
y otros atributos del objetivo dan forma a la manera en que lo vemos.
Como los objetivos se ven de una forma aislada, la relación entre un objetivo y su fondo
influyen en la percepción, al igual que nuestra tendencia a agrupar las cosas similares o
parecidas.
Aquello que veamos dependerá de la forma en que separemos una figura de su fondo
general.
Por regla general, los objetos que se parecen se percibirán juntos, en lugar de separados.
Como consecuencia de la proximidad física o temporal, con frecuencia, unimos objetos
o circunstancias que no guarda relación. Los empleados de un departamento cualquiera
son considerados un grupo. Si un departamento de cuatro miembros, dos renuncian de
manera repentina, solemos suponer que su partida estuvo relacionada cuando, de
hecho, una quizá no tuvo nada que ver con la otra.
Las personas, los objetos o las circunstancias que se parecen entre sí también suelen
ser agrupadas. Cuanto mayor la similitud, tanto mayor la probabilidad de que tendamos
a percibirlas como un grupo común. Las mujeres, los negros o los miembros de un grupo
cualquiera, que tengan características muy distintivas en términos de rasgos o color, por
regla general, también se percibirán como parecidos en cuanto a otras características
que no tienen relación.
La situación
FACTORES DE LA SITUACIÓN
• Tiempo
PERCEPCIÓN
• Marco laboral
• Marco social
LA PERCEPCIÓN DE PERSONAS:
La forma en que percibimos a las personas no es igual a la forma en que percibimos los
objetos inanimados, como serían escritos, máquinas o edificios, porque de los actos de
las personas inferimos cosas, mientras que no lo hacemos en el caso de los objetos
inanimados. Los objetos inanimados están sujetos a las leyes de la naturaleza, pero no
tienen creencias, motivos ni intenciones. Las personas sí los tienen. El resultado es que
cuando observamos a las personas, tratamos de encontrar explicaciones del por qué se
comportan de tal o cual manera. Nuestras opiniones y percepción de los actos de una
persona, por consiguiente, estarán sujetas a la influencia de nuestros supuestos sobre
la condición interior de la persona.
Las conductas causadas del interior son aquellas que se consideran sujetas al control
personal del individuo. La conducta causada del exterior es aquella que se deriva de
causas en el exterior; es decir, se considera que la situación obliga a la persona a
comportarse así. Si uno de sus empleados llega tarde a trabajar, puede atribuir la
tardanza a que se desveló hasta la madrugada en una fiesta y después se quedó
dormido. Ésta sería una atribución interior. Pero si atribuye el retraso del empleado a un
accidente automovilístico que congestionó el tránsito en la vía que suele recorre,
entonces estaría hablando de una atribución exterior.
Si todo el mundo que enfrenta una situación similar responde de igual manera, podemos
decir que la conducta es de consenso. La conducta del empleado que llega tarde se
ceñiría a este criterio si todos los empleados que recorren la misma ruta para ir al trabajo
también llegarán tarde. Desde el punto de vista de las atribuciones, si el consenso es
grande, podría esperarse que la tardanza del empleado corresponda a una atribución
exterior, mientras que si los otros empleados que recorrieron la misma ruta llegaron
puntuales a trabajar, la conclusión es que la causa fue interior.
Interna
Poca
Mucha
Externa
Conducta
Consenso
individual
Interna
Poca
Mucha
Externa
Consistencia
Interna
Poca
La figura 4 resume los elementos clave de la teoría de las atribuciones. Por ejemplo, nos
indicaría que si una empleada (llamémosla Sra. Solar) en otras actividades parecidas
suele rendir en grado más o menos igual al de su actividad actual (poco disentimiento),
si los otros empleados, con frecuencia, rinden en otro grado (mayor o menor) que la
Sra. Solar en su actividad presente (poco consenso) y que si el rendimiento de la Sra.
Solar en su actividad actual es consistente con el tiempo (gran congruencia), su gerente
o quienquiera que juzgue el trabajo de la Sra. Solar seguramente pensará que ella es la
principal responsable de su rendimiento en el trabajo (atribución interior).
Uno de los resultados más interesantes de la teoría de las atribuciones es que existen
errores o prejuicios que distorsionan las atribuciones. Por ejemplo, hay evidencias
sustanciales de que cuando juzgamos la conducta de los demás, tendemos a subestimar
la influencia de los factores externos y a sobrestimar la influencia de los factores internos
o personales. Esto se conoce como un error fundamental de atribución y explica por
qué un gerente de ventas tiende a atribuir el bajo rendimiento de sus agentes a la
pereza, en lugar de atribuirlo a la innovadora línea de productos introducida por la
competencia. Asimismo, las personas tienden a atribuir sus éxitos a factores internos,
como la capacidad o el esfuerzo, mientras que echan la culpa de sus fracasos a factores
externos, como la suerte. Esto se llama un prejuicio de autocomplacencia y sugiere
que la información que se ofrece a los empleados en las evaluaciones de su rendimiento
seguramente será distorsionada por los receptores, dependiendo de que sea negativa o
positiva.
Cuando juzgamos a otros usamos una serie de caminos. Es muy pesado percibir e
interpretar lo que hacen los demás. En consecuencia, las personas inventan técnicas
para que la actividad les resulte más manejable. Estas técnicas suelen ser valiosas (nos
permiten percibir con rapidez y exactitud y nos proporcionan datos válidos para hacer
previsiones). Sin embargo, no son infalibles. Nos pueden meter en problemas, y de
hecho lo hacen. Es conveniente entender estos caminos para poder reconocer cuándo
producirnos distorsiones significativas.
LA PERCEPCION SELECTIVA Cualquier característica que haga que una persona, objeto
o circunstancia destaque, aumentará la probabilidad de que sea percibido. ¿Por qué?
Porque nos resulta imposible asimilar todo lo que vemos, sólo se pueden captar ciertos
estímulos. Esto explica por qué, como se dijo antes, es más probable que note autos
como el suyo o por qué algunas personas reciben una reprimenda de su jefe por hacer
algo que, cuando lo hace otro empleado, pasa inadvertido. Como no podemos observar
todo lo que pasa en nuestro entorno, optamos por una percepción selectiva. Un
ejemplo clásico ilustra cómo los intereses creados pueden influir considerablemente en
los problemas que vemos.
Pero, ¿cómo opera esta selectividad como camino para juzgar a otros? Como no
podemos asimilar todo lo que observamos, captamos partes de aquí y de allá. Estas
partes no son elegidas al azar, por el contrario, son escogida de manera selectiva de
acuerdo con nuestros intereses, pasado, experiencias y actitudes. La percepción
selectiva nos permite ―interpretar‖ a los demás con velocidad, aunque a riesgo de
obtener un cuadro poco exacto.
Como vemos aquello que queremos ver, podemos llegar a conclusiones infundadas a
partir de una situación ambigua. Si en la oficina corre el rumor de que las ventas de la
compañía han bajado y de que podría haber despidos masivos, la visita de rutina de
algún ejecutivo de la oficina matriz podría ser interpretada como el primer paso de la
administración para identificar a las personas que serán despedidas, cuando en realidad
ello está totalmente alejado de la mente del ejecutivo visitante.
EL EFECTO HALO Cuando nos formamos una opinión general de una persona a partir de
una sola característica, como la inteligencia, la sociabilidad o el aspecto, está
funcionando el efecto halo. Este fenómeno se presenta muchas veces cuando los
estudiantes evalúan a su profesor. Los estudiantes quizá se fijen en un rasgo aislado,
como el entusiasmo, y canalicen toda la evaluación en su forma de juzgar al profesor a
partir de este único rasgo. Por tanto, un profesor puede ser tranquilo, seguro de sí
mismo, informado y muy capacitado, pero si no tiene un estilo impetuoso, sus otras
características recibirán una calificación más baja.
Un estudio clásico confirmó la existencia del efecto de aureola. Los sujetos recibieron
una lista de rasgos individuales, como inteligente, hábil, práctico, laborioso, decidido y
cálido, y se les pidió que evaluaran a la persona a la que referían estos rasgos. Con base
en ellos se juzgó a la persona que sabía, divertida, popular e imaginativa. Cuando se
modificó la misma lista, sustituyendo cálido por frío en la lista de rasgos, la serie de
percepciones que se obtuvo fue del todo diferente. Queda claro que los sujetos
permitieron que un solo rasgo influyera en la impresión general que se formaban de la
persona juzgada.
LOS EFECTOS DE CONTRASTE Los actores de variedades tienen un viejo adagio: Nunca
monte un acto con niños o animales. ¿Por qué? Se piensa que el público ama tanto a los
niños y los animales que, en comparación, uno se verá mal. De igual manera, este autor
recuerda que cuando acababa de entrar a la universidad, tuvo que presentar un trabajo
en clases. Era el tercero que hablaría esa mañana. Cuando vi que los primeros dos
oradores tartamudeaban, se atoraban y olvidaban sus palabras, de repente, me inundó
la confianza, porque pensé que, incluso aunque mi charla no fluyera demasiado bien,
era probable que obtuviera una buena calificación. Estaba contando con que el profesor
incrementaría mi calificación al comparar mi discurso con los anteriores.
Estos dos ejemplos demuestran que los efectos del contraste pueden distorsionar lo
que se percibe. Las personas no son evaluadas en abstracto. Con frecuencia, nuestra
relación ante una persona recibe la influencia de personas que acabamos ver.
Un ejemplo de cómo funciona los efectos del contraste, sería el caso de las entrevistas
de trabajo donde una persona ve a una serie de solicitantes. La evaluación de un
candidato dado cualquiera puede ser objeto de distorsiones como consecuencia del lugar
que ocupe en lista de entrevistados. Es probable que la evaluación del candidato sea
más favorable si le anteceden solicitantes mediocres y menos favorables si le anteceden
solicitantes fuertes.
LA PROYECCIÓN Es fácil juzgar a los demás suponiendo que se parecen a nosotros. Por
ejemplo, si usted busca desafíos y responsabilidad en su empleo, supone que los demás
quieren lo mismo. Esta tendencia a atribuir las características propias a los demás (que
se llama proyección) puede distorsionar la forma en que percibimos a otros.
Las personas que se proyectan suelen percibir a los demás de acuerdo con lo que piensan
de sí mismas, en lugar de hacerlo con lo que es la persona observada, en realidad.
Cuando estos observadores ven a otros que en la realidad son como ellos, suelen ser
bastante exactos (no porque sean perceptivos, sino más bien porque siempre piensan
que los demás se les parecen, así que cuando finalmente encuentran a alguien que sí se
les parece, están en lo cierto). Cuando los administradores se proyectan, afectan su
capacidad de respuesta ante las diferencias individuales. Tienden a ver a las personas
como más homogéneas de lo que son en realidad.
LOS ESTEREOTIPOS Cuando se juzga a alguien con base en la forma en que se percibe
el grupo al cual pertenece, se usa un camino llamado estereotipo. F. Scott Fitzgerald
cayó en un estereotipo durante una conversación que sostuvo con Ernest Heminway
cuando dijo: ―Los muy ricos son distintos a usted y a mí‖. La respuesta de Heminway:
‖Sí, tienen más dinero‖, indica que éste se negó a generalizar características de las
personas en razón de su riqueza.
Claro está que las generalizaciones tienen sus ventajas. Facilitan la asimilación pues nos
permiten conservar cierta consistencia. Es menos difícil controlar una cantidad
inmanejable de estímulos si recurrimos a los estereotipos. Sin embargo, el problema
surge cuando los estereotipos no son exactos. No todos los contadores son callados e
introspectivos, como tampoco todos los vendedores son agresivos y abiertos.
Es obvio que uno de los problemas de los estereotipos es que están muy generalizados,
a pesar de que podrían no tener nada de verdad o carecer de importancia. El hecho de
que estén tan generalizados quizá sólo signifique que muchas personas están
percibiendo la misma inexactitud, a partir de una falsa premisa sobre un grupo.
En las organizaciones, las personas están siempre juzgándose unas a otras. Los
administradores deben evaluar el rendimiento de sus subalternos.
Entrevistas de empleo
Por regla general, los entrevistadores se forman una primera impresión, la cual se
arraiga a gran velocidad. Si al principio de la entrevista se expone información negativa,
ésta tiende a ponderarse más si surge más adelante. Hay estudios que indican que las
decisiones de la mayor parte de los entrevistadores cambian muy poco después de los
primeros cuatro o cinco minutos de la entrevista. En consecuencia, la información
obtenida al principio de la entrevista tiene mayor ponderación que la información
obtenida después, y es probable que el ―solicitante bueno‖ sea calificado por la ausencia
de características desfavorables más que por la presencia de características favorables.
Es importante destacar que puede haber gran diferencia entre la persona que usted
considera buen candidato y la que yo considero buen candidato. Como las entrevistas
suelen tener una estructura muy poco consistente y como los entrevistadores no esperan
lo mismo de un candidato, los juicios sobre el mismo candidato pueden variar
muchísimo. Si la entrevista de empleos es un elemento importante para decidir la
contratación (como suele hacerlo), usted debe reconocer que hay factores de la
percepción que influyen en quién es contratado y, a largo plazo, en la calidad de los
empleados de una organización.
Aquí podemos señalar que la evaluación del desempeño de un empleado depende mucho
del proceso de percepción. El futuro de un empleado está estrechamente ligado a su
evaluación (entre los resultados más evidentes están los ascensos, los aumentos de
sueldos y la permanencia en el empleo).
La evaluación del rendimiento es la valoración del trabajo del empleado. Aunque ésta
puede ser objetiva (por ejemplo, un vendedor se mide con base en la cantidad de dólares
que generan las ventas en su territorio), muchos empleos son evaluados en términos
subjetivos. Las medidas subjetivas son más fáciles de aplicar y proporcionan a los
administradores mayor discreción, además de que muchos trabajos no se prestan a las
medidas objetivas. Las medidas subjetivas son, por definición, juicios. El evaluador se
forma una impresión general del trabajo del empleado. En la medida que los
administradores usan medidas subjetivas para evaluar a los empleados, aquello que el
evaluador percibe como características/conductas ―buenas‖ o ―malas‖ del empleado,
ejercerá una influencia significativa en el resultado de la evaluación.
Otro juicio importante que hacen los administradores sobre los empleados se refiere a
su lealtad a la organización. Pocas organizaciones aprecian a los empleados que no están
de acuerdo con la empresa, sobre todo si éstos están en los niveles administrativos. Es
más, en algunas organizaciones, si se corre la voz de que un empleado está buscando
la posibilidad de empleo en otra empresa, el empleado puede ser catalogado de desleal
y quedar excluido de toda posibilidad de progreso en el futuro. No se trata de que las
organizaciones tengan razón al pedir lealtad o no, aunque muchas lo hacen; esa
valoración de la lealtad o entrega de un empleado es un juicio subjetivo. Lo que una
persona que decide percibe como lealtad puede ser considerado conformismo excesivo
por otra. Algunos pueden considerar que el empleado que objeta una decisión de alta
administración es desleal y otros pueden considerarlo preocupado e interesado. Cuando
se evalúa la actitud de una persona, como cuando se valora la lealtad, se debe reconocer
que se trata de la forma en que se percibe a una persona.
En las organizaciones, las personas toman decisiones, es decir, eligen una de entre dos
o más alternativas. Por ejemplo, la alta administración determina las metas de la
organización, los productos o servicios que ofrecerá, cómo se organizará la oficina matriz
de la sociedad o dónde se ubicará la nueva fábrica. Los administradores de mandos
medios y bajos determinan los programas de producción, seleccionan a los empleados
nuevos y deciden cómo se asignarán los aumentos salariales. Claro está que tomar
decisiones no es característica exclusiva de los administradores. Los empleados no
administrativos también toman decisiones que afectan a su trabajo y la organización en
la que trabajan. Las más obvias de estas decisiones pueden ser presentarse a trabajar
o no un día cualquiera, la cantidad de esfuerzo que se hará estando en el trabajo y si
cumplir una orden del jefe o no. Por consiguiente, las decisiones individuales son una
parte importante del comportamiento organizacional. Sin embargo, en las
organizaciones, la manera de decidir de las personas y la calidad de sus opciones finales
están estrechamente sujetas a la influencia de sus percepciones.
Las decisiones se toman como reacción ante un problema. Existe una discrepancia entre
el estado corriente de las cosas y el estado deseado la cual requiere que se consideren
otros cursos de acción. Por ejemplo, si su auto se descompone y si depende de él para
transportarse a la escuela, tendrá un problema que requiere una decisión. Por desgracia,
la mayor parte de los problemas no se presentan en un paquete bonito con una etiqueta
que dice claramente: ―problema‖. El problema de una persona puede representar un
estado satisfactorio de las cosas para otra. Un administrador puede pensar que el hecho
de que las ventas trimestrales de su división hayan disminuido pos por ciento es un
problema serio que requiere de una acción inmediata. Por el contrario, algún compañero
de otra división de la misma compañía, cuyas ventas también han registrado un
disminución del dos por ciento, puede pensar que se trata de algo muy satisfactorio. Por
tanto, en pensar que existe un problema y que se debe tomar una decisión es cuestión
de percepción.
Lo más importante es que estas opiniones (que llamamos valores y actitudes) tienen su
sentido. Como descubrió Keith Dunn, éstas suelen estar relacionadas con la conducta.
LOS VALORES
¿Es justa o injusta la pena capital? ¿Qué podemos decir de las cuotas raciales para la
contratación, están bien o mal? Si una persona le gusta el poder. ¿Es ello bueno o malo?
Las respuestas a estas preguntas implican valores. Por ejemplo, algunas personas
podrían argumentar que la pena capital es justa porque es un castigo adecuado para
delitos como el asesinato y la traición. Sin embargo, otras podrían argumentar, con la
misma vehemencia, que el gobierno no tiene derecho a privar a nadie de la vida.
Los valores representan la convicción básica de que "una forma de conducta específica
o de condición última de la vida son preferibles, en términos personales o sociales, a
otra forma de conducta o de condición última de la vida contrarias u opuestas. Contienen
un elemento de juicio porque incluyen los conceptos del individuo en cuanto a lo correcto,
lo bueno o lo deseable. Los valores tienen atributos en cuanto a su contenido o
intensidad. El atributo del contenido dice que la forma de conducta o la condición última
de la vida son importantes. El atributo de la intensidad determina el grado de
importancia. Cuando se clasifican los valores de un individuo por orden de intensidad,
se llega al sistema personal de valores.
Todos tenemos una jerarquía de valores que constituye nuestro sistema de valores. El
sistema se identifica en razón de la importancia relativa que se conceda a valores como
la libertas, el placer, el respeto a uno mismo, la honradez, la obediencia y la igualdad.
Los valores son importantes para el estudio del comportamiento organizacional porque
establecen las bases para comprender las actitudes y la motivación y porque influyen en
las percepciones. Las personas ingresan a una organización con ideas preconcebidas de
lo que "debe" y lo que "no debe" ser. Es evidente que estas ideas implican valores. Por
otra parte, implican interpretaciones de lo bueno y lo malo. Es más, implican unas
conductas o resultados que se prefieren a otros. En consecuencia, los valores obscurecen
la objetividad y la racionalidad.
Por regla general, los valores ejercen influencia en las actitudes y en la conducta.
Suponga que ingresa a una organización con la idea de que lo acertado es asignar los
sueldos con base en el rendimiento y que no se debe fijar el sueldo de acuerdo con la
antigüedad. ¿Cómo reaccionaría si encuentra que la organización a la que acaba de
ingresar recompensa la antigüedad en lugar del rendimiento? Es probable que se sienta
decepcionado y ello puede llevarle a la insatisfacción laboral y a la decisión de no hacer
demasiado esfuerzo pues "de cualquier manera, probablemente no le produzca más
dinero". ¿Cambiarían sus actitudes y su conducta si sus valores concordaran con las
políticas de sueldos de la organización? Es probable que sí.
Las fuentes de los sistemas de valores
¿Por qué, cuando éramos niños, nuestras madres decían siempre que debíamos dejar el
plato limpio? ¿Por qué se ha pensado siempre, cuando menos en América del Norte, que
la actividad es buena y la holganza mala? La respuesta es que, en nuestra cultura, con
el tiempo, se han desarrollado ciertos valores y éstos se han ido reforzando. La actividad,
la paz, la cooperación, la justicia y la democracia son valores sociales considerados
deseables en América del Norte. Estos valores no son fijos, pero cuando cambian, lo
hacen con gran lentitud.
Nuestros valores en esencia se establecen en los primeros años de vida; los establecen
padres, maestros, amigos y otras personas. Los primeros conceptos que tuvo del bien y
del mal seguramente fueron formulados a partir de opiniones expresadas por sus padres.
Remóntese a sus primeras opiniones sobre temas corno la educación, el sexo y la
política. En su mayor parte, eran las mismas que expresaban sus padres. Conforme
usted fue creciendo y estuvo expuesto a otros sistemas de valores, quizás haya
modificado algunos de sus valores. Por ejemplo, cuando estuvo en bachillerato, si quiso
pertenecer a un club social entre cuyos valores estaba la convicción de que ―todo el
mundo debería ir armado, es muy probable que haya cambiado su sistema de valores
para alinearse al de los miembros del club, incluso aunque haya significado el rechazo
de los valores de sus padres, en el sentido de que sólo los pandilleros llevan pistola y
los pandilleros son malos.
Es interesante señalar que los valores son relativamente estables y permanentes. Esto
se explica en razón de que son resultado de su aprendizaje original. Cuando niños, se
nos dice que cierta conducta o resultado siempre es deseable o siempre es indeseable.
No hay términos medios. Por ejemplo, le dijeron que debía ser honesto y responsable.
Jamás le enseñaron a ser un poco honesto o un poco responsable. Este aprendizaje
absoluto de los valores, el "negro o blanco‖, es el que garantiza su estabilidad y
permanencia. Queda claro que cuando cuestionamos nuestros valores sí se puede
generar un cambio. Quizá decidamos que estas convicciones básicas ya no nos resultan
aceptables.
¿Por qué es importante conocer los valores personales? Si bien no tienen consecuencias
directas en la conducta, los valores ejercen mucha influencia en las actitudes de una
persona. Por tanto, al conocer el sistema de valores de una persona se puede obtener
cierta información respecto a sus actitudes.
Como los valores personales varían, los administradores pueden recurrir a la Encuesta
de Valores de Rokeach para evaluar a los posibles empleados y para determinar si sus
valores corresponden a los valores predominantes de la organización. Es probable que
el rendimiento y la satisfacción de un empleado sean mayores si sus valores concuerdan
con los de la organización. Por ejemplo, la persona que concede gran importancia a la
imaginación, la independencia y la libertad con toda probabilidad concordará mal en una
organización que espera que sus empleados sean conformistas. Es probable que los
administradores aprecien, evalúen de manera positiva y otorguen recompensas a los
empleados que "concuerdan" y es más probable que los empleados estén satisfechos si
perciben que concuerdan. Lo anterior sustenta la teoría de que los administradores,
durante la selección de nuevos empleados, deben tratar de encontrar candidatos que no
sólo tengan la capacidad, la experiencia y la motivación para rendir, sino también un
sistema de valores compatible con el de la organización.
Los administradores se deben preocupar por las actitudes de sus empleados porque
éstas advierten que podrían presentarse problemas y porque también influyen en la
conducta. Por ejemplo, los empleados satisfechos y entregados a la organización tienen
tasas más bajas de rotación y ausentismo. Dado que los administradores quieren tener
pocas renuncias y faltas (especial tratándose de los empleados más productivos),
querrán realizar cosas que generen actitudes positivas ante el trabajo.
Asimismo, los administradores deben estar conscientes de que los empleados tratarán
de disminuir las disonancias cognoscitivas. Es más, las disonancias se pueden manejar.
Si se pide a los empleados que se dediquen a actividades que les resultan inconsistentes
o que son contrarias a sus actitudes, las presiones por disminuir las disonancias
resultantes disminuyen cuando el empleado percibe que la disonancia es impuesta desde
el exterior y que está fuera de su control, o si las recompensas son lo bastante
importantes como para compensar la disonancia.
ANÁLISIS EN CONTRA
Pocos temas han sido objeto de sólo el medio para obtener el dinero
exageraciones tan desproporcionadas necesario para realizar lo que quieren
como la importancia que tiene la hacer mientras no están trabajando.
satisfacción laboral para el empleo. Suponiendo que uno trabaja cuarenta
Analicemos las evidencias con detalle. horas a la semana y que duerme ocho
No existe una relación consistente que horas al día, restan setenta horas o mas
indique la satisfacción conduce a la para que se realice y encuentre la
productividad, después de todo, ¿no es la satisfacción en actividades ajenas a su
productividad lo que cuenta? Las trabajo. Por consiguiente, salta a la vista
organizaciones no son instituciones que la importancia de la satisfacción
altruistas. La obligación de la laboral es exagerada cuando se reconoce
administración es usar con eficiencia los que el empleado insatisfecho puede
recursos que tiene a su disposición. No obtener satis-facción de otras fuentes,
tiene la obligación de crear trabajadores ajenas a su trabajo.
satisfechos si los costos son superiores a Un comentario final sobre la importancia
los beneficios. Como dijera un ejecutivo: excesiva que se ha dado a la satisfacción
"¡No me interesa que mi personal esté laboral: Analice el tema en un marco
contento o no! ¿Produce?‖ .Sería muy contingente. Incluso aunque la
ingenuo suponer que la satisfacción es lo satisfacción presentara una relación
único que afecta de manera importante significativa con el rendimiento, es poco
conducta del empleado. Por ejemplo, probable que la relación fuera consistente
piense en el tema de la rotación. Está para todos los segmentos de la población
claro que hay otros factores que tienen la económicamente activa. De hecho, las
misma importancia, o más, la decisión del evidencias señalan que las personas
empleado de permanecer en la conceden diferente importancia al papel
organización o de buscar un trabajo en que desempeña el trabajo en su vida.
otra parte: la antigüedad en el empleo, la Algunas piensan que el trabajo es lo
situación económica, la existencia de sustantivo de su existencia. Pero,
otros empleos, por sólo nombrar algunos. tratándose de la mayor parte de las
Si tengo cincuenta y cinco años, llevo en personas, los intereses centrales no están
la compañía veinticinco años, veo que el en su trabajo. Por regla general, las
mercado laboral no ofrece grandes personas que no están orientadas al
oportunidades tenga otra fuente de trabajo no se entregan emocionalmente a
ingresos además de mi trabajo, ¿influye él. Esta indiferencia relativa, les permite
mucho la insatisfacción en mi decisión de aceptar las condiciones frustrantes del
quedarme en la organización? ¡No!, ¿Ha empleo con, mejor disposición. Es
notado quiénes suelen ser los que más se importante señalar que es probable que la
preocupan por mejorar la satisfacción mayor parte de los trabajadores quepan
laboral de los empleados? ¡Los profesores en la categoría de personas que no están
universitarios y los investigadores! Ellos orientados al trabajo. Así que aunque la
han elegido carreras que les ofrecen satisfacción, laboral puede ser importante
bastante libertad y posibilidad de para abogados, cirujanos y demás
crecimiento personal. Conceden gran profesionales, seguro carece de
valor a la satisfacción laboral. El problema importancia para el trabajador medio.
está en que imponen sus valores a los
demás. Como la satisfacción al es
importante para ellos, presuponen que es
importante para todo el mundo. Para
muchas personas un empleo es