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Somos primates; no hace mucho aún nos parecíamos bastante a nuestros primos
los gorilas. Los primates no andan erguidos (de pie) y suelen apoyarse (en mayor o
menor grado) en las manos. Andan como agachados. Imagínese a usted
pasando por un túnel con el techo muy bajito.
[Un factor fundamental es] el desarrollo del cerebro en estas edades. Dada su
importancia, lo detallamos en el siguiente apartado.
La última parte, la más exterior es el cerebro más moderno, aquel que sólo
poseemos los mamíferos y que los humanos tenemos más desarrollado. De él
depende el lenguaje, el razonamiento, el pensamiento, la memoria a largo plazo
y la memoria episódica. Este tercer «cerebro» está incompleto cuando nacemos;
de hecho, la mielinización del córtex cerebral no se da hasta los 2-3 años. Por eso
los niños no hablan correctamente antes de esas edades y por esa misma razón
no podemos recordar nada de nuestra primera infancia.
¿Qué deducimos de todo esto? Que el niño es un ser emocional. Que su cerebro
más desarrollado es el sistema límbico y, por eso, ante cualquier amenaza a su
seguridad va a explotar y a reaccionar con exageración. Por eso los niños lloran
cuando «sólo» tienen hambre o cuando algo les causa dolor, como la simple
rozadura de una etiqueta en el cuello.
Nosotros no entendemos por qué pasa eso; total, no es para tanto. Lo que sucede
es que nosotros sabemos que eso no tiene importancia puesto que más tarde o
más temprano vamos a comer o nos quitaremos el jersey en cuanto lleguemos a
casa. Pero los niños no saben cuándo va a terminar su sufrimiento; dependen de
que alguien haga caso a su llanto y les atienda.
"A pesar de que las experiencias intrauterinas pueden ejercer una influencia sobre
el desarrollo posterior del niño, las experiencias que tiene aproximadamente
durante los diez meses después del parto son de mayor importancia. Una relación
simbiótica permanente entre madre e hijo diseñada para perdurar un "continuum"
sin interrupción hasta que el peso del cerebro del bebé se ha más que duplicado"
(Anthony Walsh, Biólogo).
El bebé humano nace usualmente 266,5 días después de la concepción debido a
su cabeza grande y al rápido crecimiento de su cerebro que tiene lugar durante
los últimos tres meses en el útero. El aumento de tamaño del cerebro y la
locomoción bípeda (sobre dos pies y posteriormente un reordenamiento y el
estrechamiento de la pelvis) implica una reducción de madurez al nacer, de casi
todos nuestros sistemas fisiológicos, para poder sobrevivir (Trevathan,
antropólogo).
El patrón que sería normal para completar la mitad del tamaño del cerebro
adulto no es posible antes del nacimiento debido al gran tamaño del cuerpo y la
cabeza del bebé, necesarios para acomodar a su cerebro en desarrollo (Cella
Conde, 94). Se produce entonces un cambio importante en la duración de la
gestación, y debido a este significativo crecimiento del cerebro, el desarrollo del
comportamiento, y la maduración de los sistemas se retrasa totalmente hasta
después del nacimiento. En el útero se interrumpe la gestación y el bebé nace
antes, simplemente por necesidad (Trevathan, antropólogo).
De acuerdo con el arqueólogo Timothy Taylor, los animales con cerebros más
grandes, como los primates, tuvieron que superar el problema de dar a luz a
grandes cabezas con relativamente pequeñas pelvis. El problema es aún más
pronunciado en los seres humanos cuya pelvis se redujo drásticamente debido a
su bipedestación. En consecuencia, los humanos evolucionaron para dar a luz
mientras que la cabeza del bebé es aún pequeña y el cerebro subdesarrollado.
Esto permite que el cerebro y la cabeza sigan creciendo fuera del útero.
El Dr. Heller afirma que "mientras está en contacto con la madre, los sistemas del
bebé se mantienen a un ritmo regular. Pero, además, el recién nacido debe
trabajar el doble para mantener la armonía fisiológica" (Sharon Heller, Doctora en
Psicología y profesora). Montagu defiende "La unidad biológica, la relación
simbiótica, gestionada por la madre y el embrión durante el embarazo no cesa al
nacer, de hecho está naturalmente diseñada para convertirse en aún más
intensamente funcional y comprometida mutuamente después del parto que
durante la gestación en el útero" (Ashley Montagu, antropólogo).
En 1944 Portmann fue el primero en sugerir que para que un recién nacido
humano alcanzara el estado de desarrollo de un mono recién nacido, la
gestación total sería de alrededor de 21 meses. Kovacs la situó entre los 18 y los 20
meses. Bostok informó de que la gestación ideal para un ser humano recién
nacido sería cuando la locomoción cuadrúpeda (movimiento en cuatro patas)
comienza, lo que significaría el gateo para el bebé humano, siendo capaz de
escapar de un peligro por sus propios medios. Lo que es interesante es que el
tiempo promedio que lleva a un bebé a gatear, o para que la gestación exterior
finalice en términos de Bostok, es de 266 días y medio después de su nacimiento-
exactamente el mismo tiempo que la gestación en el vientre. (Ashley Montagu,
antropólogo). De ahí la idea de "nueve meses dentro y nueve meses fuera".
"Las ventajas del nacer temprano en el ciclo de gestación incluyen una mayor
plasticidad y una exposición precoz a los estímulos ambientales importantes para
el aprendizaje" (Trevathan, antropólogo).
"El bebé no es una criatura pasiva que está determinada por su entorno, sino que
está explorando constantemente, tratando de aprender, y tener el medio
ambiente bajo su control" (Robert Karen, Psicólogo). Haber nacido antes en el
ciclo de gestación nos permite hacer esto más fácil, y nos da una inteligencia
abierta y una lógica flexible. Estar en "desarrollo incompleto" en realidad facilita
más la creatividad y la personalidad individual (Pearce, autor).
Dos tercios del crecimiento total del cerebro finaliza el primer año.
La naturaleza tiene el propósito de que los bebés estén con sus madres, sobre
todo en los momentos en que su cerebro crecerá más que cualquier otro
momento de sus vidas. Los bebés no podrían haber nacido con un desarrollo
incompleto y permanecer solos o separados de sus madres la mayor parte del día
si tuviéramos que sobrevivir como especie.
En la infancia se sientan las bases para todo el aprendizaje posterior. Cuanto más
trabajo cerebral hace nuestro bebé, más capaz se vuelve de hacer y más ganas
tiene de nuevo conocimiento. La importancia de los primeros años de la vida del
bebé en el desarrollo del cerebro no se puede negar, ya que "directa y
permanente, influye en la estructura y la función final de su cerebro" por lo que es
aún más crítico para un bebé estar sujeto a su madre, sobre todo durante su
período exterogestación, cuando su cerebro está en desarrollo más que en
cualquier otro momento de su vida (Lise Elliot, Profesora de Neurociencias). Para
muchas habilidades el período crítico puede extenderse durante toda la infancia
e incluso hasta la adolescencia, pero para otros, "se cierra en los primeros meses o
años de vida antes de que la mayoría de los padres ni siquiera sabe que el
desarrollo mental de su bebé es aún vulnerable".
Ella dice "Las sinapsis que se activan rara vez - ya sea por lenguas nunca oídas,
música que nunca se hizo, un deporte que nunca jugó, las montañas nunca
vistas, el amor que nunca se sintió- se marchitan y mueren. A falta de actividad
eléctrica adecuada, pierden el ritmo y los circuitos que estaban tratando de
establecer. Mientras un exceso en el número de sinapsis están presentes el
cerebro está en su mayor plasticidad y se puede desarrollar de muchas maneras,
pero una vez que las sinapsis se han ido, el periodo crítico ha pasado y debe
conformarse con los circuitos existentes, ya no hay negociación para un equipo
más rápido" (Lise Elliot, Profesora de Neurociencias).
Pero las madres están sintonizadas por la evolución para proporcionar un lugar
seguro mientras sus bebés continúan crecimiento, un lugar donde la nutrición, la
protección, el calor y la proximidad están cubiertos. El ambiente familiar cómodo
del cuerpo de su madre, tranquiliza al hijo diciéndole que está en un lugar seguro,
que está a su alcance, y que ella será el contacto con el mundo y "no estará
suspendido en él a la ligera" (Ashley Montagu, antropólogo). Es a partir de esta
base segura desde la cual la exploración de su mundo puede suceder.
Llevar un bebé en los brazos o usar un fular portabebé imita el espacio cerrado y
la presión de sostén de la matriz. Y como la matriz esto ofrece un entorno de
protección y seguridad y una excelente ubicación para ver el mundo que es
especialmente importante teniendo en cuenta que el cerebro está creciendo
más rápido en la primera infancia que en cualquier otro momento de la vida de
esa persona. El movimiento de la madre mientras realiza sus tareas es para el
bebé como cuando fue mecido en el útero y es para él tranquilizante y familiar. El
usar el fular conjuntamente el bebé y la madre facilita la lactancia y todos sus
beneficios psicológicos y fisiológicos. Lo más importante es que el bebé recibe
estimulación táctil ya que es tocado, besado, acariciado, y abrazado por su
madre. Él sabe que es amado y confía en que sus necesidades serán satisfechas.
Mientras que un bebé está cargado en un portabebé puede observar el mundo
que lo rodea y aprender mucho. Como dijo el Dr. William Sears, "portear humaniza
al bebé."
La Teoría del apego fue formulada en primera instancia por John Bowlby y
plantea que el ser humano tiene la necesidad innata de vincularse con otros
individuos. Bowlby describe el apego como una conducta instintiva.
• El ser humano desarrolla una intensa vinculación hacia una única persona (en
general, la madre) y, una vez establecida se mantiene constante.
• Este patrón presenta tres fases sucesivas según la separación se alarga. En este
orden: protesta, desesperación-desesperanza y, si es suficientemente larga,
desapego.
Desde el punto de vista de dicho adulto se traduce en: tener gran capacidad
reflexiva sobre sus propios deseos, conductas y situaciones; constancia y
estabilidad en su presencia; disponibilidad afectiva y emocional de forma estable
y respuesta sensible a las necesidades (percibirlas adecuadamente, interpretarlas
y satisfacerlas con rapidez).
Los Cuidados Madre Canguro (CMC) son las atenciones que se realizan a los niños
prematuros manteniéndolos en contacto piel con piel con su madre.
• Contacto piel con piel en la sala de partos (en caso ideal) o cuando la salud
del bebé lo permita, continuo y prolongado entre la madre y el bebé.
• Se trata de un método amable y eficaz que evita el ajetreo que predomina por
norma general en una sala de pediatría ocupada por bebés prematuros.
Los cochecitos sólo tienen 180 años de uso y fueron inventados en la época
victoriana, en Europa (reinado de Victoria I (20 de junio de 1837 — 22 de enero
de 1901). La época victoriana de la historia del Reino Unido marcó la cúspide de
su revolución industrial y del imperio británico. La sociedad en la época victoriana
estaba exacerbada de moralismos y disciplina, con rígidos prejuicios y severas
interdicciones. Los valores victorianos se podrían clasificar como "puritanos"
destacando en la época los valores del ahorro, el afán de trabajo, la extrema
importancia de la moral. Los varones dominaban la escena tanto en los espacios
públicos como en la privacidad, las mujeres se debían a los lugares privados, con
un estatus de sometimiento y del cuidado de sus hijos y del hogar.
Para los Victorianos la familia era el eje central de sus vidas, y el hogar, el lugar
idílico donde cuidarla. El modelo familiar de esta clase media y alta era la propia
Reina Victoria y su amado esposo Alberto. En el rol familiar el padre era el
encargado de mantener a la familia, y sus decisiones eran incuestionables. El
papel de la mujer era el de ser buena esposa y madre – de hecho hasta 1882 una
mujer casada era propiedad de su esposo.
Las familias eran, frecuentemente, numerosas y los niños eran criados con reglas
estrictas, donde la obediencia era parte esencial de su educación. La vida de los
niños se desarrollaba en las habitaciones de juegos o nurseries, donde las niñeras
o nannies se ocupaban de sus lecciones, juegos y comidas.
Al comienzo del siglo XIX los niños criminales eran castigados del mismo modo que
los adultos. Enviados a prisión podían ser incluso sentenciados a muerte.
Los niños pobres eran obligados a trabajar desde muy pequeños. Oliver Twist no
existió, pero la miseria y la explotación infantil de muchos niños europeos fue real.
En la "maravillosa" época victoriana el 15% de los críos moría al nacer.
Para los bebés, ser porteados aporta una larga lista de beneficios: los de ir en
brazos o los de cualquier otro tipo de contacto afectivo (caricias, masaje, etc.).
Estos efectos positivos son, presumiblemente, mediados por la oxitocina, tanto en
los padres como en los bebés. El contacto es imprescindible para la auto-
organización física, sensorial y sensomotriz, así como de la formación de la
personalidad y de las relaciones sociales del bebé.
Mejora la calidad del sueño. A un bebé nervioso le cuesta más dormir. Un bebé
tranquilo, que se siente seguro, concilia el sueño con más facilidad y tiene, por
tanto, más oportunidades de dormir. El resultado es que los bebés tranquilos y
seguros suman, al final del día, más horas de sueño y de mejor calidad. Esto último
es especialmente importante, ya que el cerebro humano organiza las
experiencias vividas durante el sueño.
Mayor bienestar físico. La instintiva flexión de las piernas del bebé junto con el
reflejo plantar y palmar sugieren que los bebés están adaptados a ser llevados en
posición vertical. El bebé espera estar sobre el cuerpo de su madre y no tiene
sentido nada de lo que hace, si no es desde ese punto de vista. La relación
madre-bebé proporciona la regulación fisiológica al bebé. Un bebé separado de
su madre experimenta disminución de la frecuencia cardíaca y de la
temperatura, trastornos del sueño y cambios en el electroencefalograma, es
decir, un deterioro en los procesos de autorregulación.
Desarrollo óptimo del sistema nervioso. El sistema nervioso del recién nacido es
inmaduro, por lo que gran parte de su desarrollo se produce fuera del cuerpo de
la madre. En brazos o en el portabebés, el bebé recibe la “estimulación
temprana” adecuada a su nivel de desarrollo. Estímulos adecuados en
intensidad, variabilidad y duración, puesto que son los que elige el bebé según su
nivel de desarrollo e interés. Es una estimulación multisensorial, que no solo incluye
estimulación visual y auditiva sino también estimulación vestibular, olfativa y
táctil(22). Por último, el bebé en brazos o porteado, pasa más tiempo en alerta
tranquila, el estado ideal para el aprendizaje.
Adaptación al entorno. Desde el lugar seguro de los brazos de sus padres, el bebé
conoce el mundo: su familia y su rutina, pero también los lugares dónde va a vivir
y la sociedad en la que está inmerso. Y el contacto acelera su desempeño social,
así como las expectativas de sí mismo como agente activo en las interacciones
sociales. Aprende a diferenciar situaciones amenazantes de las que no lo son,
porque reciben la información filtrada a través del adulto que le lleva. De otra
manera, estará en alerta hasta que por sí mismo consiga averiguar si está en
peligro o no.
Disminución del llanto. Los bebés que pasan mucho tiempo en brazos o en
portabebés lloran menos. El llanto es la manifestación más intensa de la falta de
bienestar: supone un aumento del estrés y del gasto energético.
Beneficios de portear
Se han descrito las ventajas de contacto y del porteo para el bebé, pero para los
cuidadores, el porteo y el contacto tienen otros muchos beneficios.
Higiene postural para el adulto. Portear no tiene un impacto tan negativo como
se podría suponer en la higiene postural del adulto, siempre y cuando se use un
portabebés ergonómico y que sea bien utilizado. Para usar adecuadamente un
portabebés ergonómico es necesario mantener una buena postura, además hay
que tener en cuenta que el recién nacido pesa menos que el peso que la madre
ha cogido durante el embarazo, el cuerpo materno está ya preparado para
cargar ese peso. Conforme va creciendo, si el porteo es constante, la
musculatura se va adaptando progresivamente, lo que junto con la buena
postura, resulta un ejercicio de cuidado de la espalda. El porteo si se inicia en el
recién nacido, no hay límite de tiempo, se puede portear todo el tiempo que se
desee. Sin embargo, si el porteo no se inicia con el recién nacido sino con un
bebé mayor, es necesario tener más precauciones cuanto mayor sea el peso:
empezar poco a poco, en periodos de tiempo cortos, y con un portabebés de
uso y ajuste sencillo.
Un porteo correcto no solo aporta beneficios, sino que es seguro. Las muertes
registradas por asfixia en portabebés se han debido al uso inadecuado de estos.
Estas son las normas para un porteo seguro (Fig. 1):
Figura 1. A. La región del la cadera a la rodilla, el muslo, no está apoyada. Las fuerzas resultantes sobre la
articulación de la cadera pueden contribuir a la displasia de cadera. B. La región de la cadera a la rodilla, el
muslo está apoyada. Las fuerzas en la articulación de la cadera son mínimas porque las piernas se extienden
apoyadas y la cadera se encuentra en una posición más estable. (Imagen tomada de International Hip
Dysplasia Institute)
• Colocar al bebé en la postura fisiológica descrita. Idealmente, en vertical, ya
que en posición tumbada no se pueden mantener las rodillas separadas una de
otra. Además los bebés con reflujo van incómodos tumbados. La posición
horizontal o cuna sólo es recomendada por Babywearing International para el
momento de amamantar.
• La barbilla tiene que ir separada del esternón para evitar riesgo de asfixia por
bloqueo de vía aérea. En la nariz del bebé ha de haber espacio para que circule
el aire, incluso si el bebé va con la frente apoyada en el adulto.
• Respeta las normas del porteo seguro (posición fisiológica del bebé, correcta
tensión y ajuste, la región abdominal debe ir contra el cuerpo del adulto, cabeza
correctamente sujeta, vías respiratorias despejadas).
• El bebé queda a la altura correcta (las nalgas del bebé nunca deben ir por
debajo de la región umbilical del adulto y, en bebés pequeños, que se le pueda
dar un beso con comodidad en la cabeza pero no darle con la barbilla).
• Tiene que ser cómodo para el porteador, respetar su fisonomía y resultar sencillo
de usar.
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