Está en la página 1de 6

Haydee Gorostegui de Torres

LA ORGANIZACIÓN NACIONAL

Capítulo 1: Evolución política y crónica del periodo

Lograda la victoria, el Gral. Urquiza dispuso las primeras medidas orientadas a dar a la provincia un gobierno provisional

Asumió como gobernador interino Vicente López y Planes el 4 de febrero y fue confirmado por la legislatura de Bs As.

La oposición creció con rapidez y se exacerbó ante la convención firmada en Palermo el 6 de abril cuando se reunieron
los gobernadores de Bs As y Corrientes con el delegado de Santa Fe y Urquiza e invocando el Pacto Federal de 1831,
otorgando a este la dirección de las relaciones exteriores.

Urquiza fue nombrado Director provisional y prestó juramento ante los gobernantes, concentrando en sus manos los
poderes legislativos y ejecutivo y recibiendo el auxilio de un consejo de Estado consultativo.

El Acuerdo de San Nicolás antecedente inmediato de la constitución de 1853 se aprobó el 31 de mayo de 1852 donde se
destaca:

La renovación del tratado del 4 de enero de 1831, la convocatoria a un congreso federativo, la elección de los diputados a
dicho Congreso de acuerdo a las leyes existentes en cada provincia aunque limitando su número, la abolición de los
derechos de tránsito interno y el otorgamiento al Gral. Urquiza del mando de todas las fuerzas mil, así como también la
reglamentación de la navegación interior, la administración de correo y la mejora de postas y caminos.

La legislatura porteña no había otorgado poder a su gobernador para tomar decisiones y por lo tanto faltaba su aprobación
al acuerdo, pese a ello el Gral. Urquiza ya había sido investido director.

Esto produjo un revuelo extraordinario en la ciudad. En los días que corrieron hasta el comienzo de las llamadas
“jornadas de junio” creció la desconfianza popular alentadas por la prensa. El acuerdo se discutió en detalle y fue
impugnado por varios legisladores. A partir de aquel 22 de junio se esfumó todo posible entendimiento. Desautorizado y
agredidos sus ministros, el Dr. López y Planes renunció. Urquiza disolvió la legislatura y asumió provisionalmente el
cargo de gobernador de Bs As.

La revolución estalló el 11 de septiembre y se comprometieron en ella los opositores de junio y militares del ejército
nacional. La revolución triunfó sin disparar un tiro, se tomó prisioneros a los jefes leales a Urquiza y en cumplimiento de
los planes trazados, el ejército entregó el gobierno a los civiles.

La provincia declaró que no reconocería ningún acto emanado del congreso de Santa Fe al que no aceptaba como
autoridad nacional y en lo relativo al ejercicio de las relaciones exteriores, revocó la delegación hecha en Urquiza. Estas
leyes implicaban la desvinculación de Bs As de la Confederación y en represalia, el gobierno confederado decidió
considerarla potencia extranjera a los efectos del comercio, lo que a su vez motivó una serie de disposiciones del
gobierno provincial para obtener la adhesión de las restantes provincias: el envió de una misión al interior del país, el
reconocimiento de la independencia del Paraguay y la concesión de la libre navegación del rio Paraná fueron los
proyectos aprobados por la Sala de Representantes.

Valentín Alsina, gobernador electo de Bs As desde el 31 de octubre y su ministro de gobierno y relaciones exteriores
Mitre pusieron entonces en marcha una política de agresión abierta contra Urquiza con el objetivo inmediato de precipitar
los acontecimientos antes de la reunión del Congreso que, sin duda, habría de dificultar la posición de la provincia al
legitimar lo actuado por el Director.

Bs As inició las acciones enviando tropas contra Entre Ríos. El plan experimentó las primeras dificultades al fracasar la
misión personal de Paz y recibió un golpe definitivo con la rápida reacción de Urquiza que batió a las fuerzas invasoras
de Entre Ríos, abandonadas a último momento por su aliado más valioso, el gobernador correntino Pujol, a estos

1
contratiempos se sumó el levantamiento en armas del Coronel Lagos, que inició una revuelta interna contra la política del
Dr. Alsina.

Este movimiento estalló a principios de diciembre de 1852 y logró el apoyo de sectores importantes de la campaña.

El congreso nacional sancionó la constitución federal en la que exigía a Bs As la entrega de la aduana en condiciones que
la ciudad juzgó inaceptable. Entretanto el largo sitio conspiraba a favor de los sitiados que iniciaron una política de
sobornos.

La decisión de convocar a un Congreso Constituyente había sido llevada a la práctica sin la presencia de Bs As; los
diputados se reunieron a fines de 1852 y el 20 de abril de 1853 la comisión constituida a tal efecto presentó al congreso
su propuesta de Carta. El proyecto inspirado en las Bases de Juan Bautista Alberdi y las constituciones de los EE.UU,
Suiza y Chile, fue aprobado el 1 de mayo y adoptado como Constitución Nacional; en ella se fijaba la forma
representativa, republicana, federal de gobierno; la división de poderes en legislativo, ejecutivo y judicial; los derechos y
garantía de las personas; la adopción de la religión católica como credo oficial sostenido por el Estado y toda una serie de
normas relativas al funcionamiento jurídico del país.

La federalización y la pérdida consiguiente de la aduana no fueron consentidas y la Confederación no contó con medios
para imponerla por la fuerza.

Con excepción de Bs As las provincias juraron esta Constitución y aceptaron el gobierno nacional. Esta adhesión
mayoritaria no implicaba total unificación del Estado por puro y simple respeto a la Ley Fundamental; el sistema de
caudillos, siguió aun vigente en las provincias, aunque se llamasen gobernadores.

En la medida en que la división era un hecho, ambas partes se aplicaron a mantener un modus vivendi que hasta 1862
osciló entre el contacto pacifico y los enfrentamientos abiertos en ambos campos.

El 20 de diciembre se firmó un convenio por el que se estableció el armisticio entre Bs As y la Confederación sobre la
base del statu quo; el tratado definitivo, firmado el 8 de enero de 1855, fue suscrito por Derqui y del Campillo en nombre
de la Confederación y Juan Bautista Peña en representación del Estado de Bs As.

En él ambos se comprometieron a defender la unidad del territorio nacional y a colaborar en la lucha contra el indígena y
aceptaron el principio de que la separación de Bs As no alteraba las leyes de la nación; acordaron el uso de la misma
bandera para los buques matriculados en la Confederación y en la provincia y autorizaron la introducción y circulación
libre de productos nacionales en ambas jurisdicciones; en lo que respecta a las mercaderías extrajeras salidas de los
puertos del estado de Bs As para la Confederación o viceversa, no pagarían otros ni mayores derechos que los que fueran
impuestos a los que procediesen de otros mercados; el tránsito de mercaderías podría efectuarse por agua o tierra y se
establecería una oficina de registro sobre la frontera; también se fijaron normas para facilitar las comunicaciones internas.

Importante paso a favor de la unificación económica, el tratado no solucionó, en cambio, el problema de la división
política, sin duda el punto más difícil, habida cuenta de los complicados intereses en juego donde se mezclaban la
cuestión de la hegemonía, las prevenciones personales e intrigas locales y los intereses de algunos países extranjeros
favorecidos por la desunión interna de la Argentina.

Capítulo 2: la economía

Apogeo de la organización tradicional y beneficios de la coyuntura. Avance de la unificación económica

El sector externo tuvo una fase favorable para los productos pecuarios en la década 1850-60 que benefició directamente a
los sectores de la economía tradicional.

El rápido incremento en la producción de manufacturas, la búsqueda de nuevos mercados y la necesidad de regulares


fuentes de aprovisionamiento tanto de materias primas como de alimentos.

2
Una de las consecuencias inmediatas derivadas de la coyuntura y de la regularidad en los contactos con el exterior es el
apogeo de los sectores vinculados con la producción pecuaria, esto se traduce en una prosperidad general que afecta a
sectores amplios de la población pero contribuye sobre todo a la afirmación de los aspectos tradicionales de la economía.

La más fuerte productora pecuaria del país es sin lugar a dudas Bs As y mantiene su hegemonía pese a las serias
dificultades que provoca en su campaña la situación política.

Cueros y sebos son los más favorecidos, en tanto las lanas sufren fuertes oscilaciones con tendencia al descenso, pese a lo
cual el ovino es el elemento dinámico del periodo merced a características propias del sector. Entre ellas, la nacionalidad
de los productores, casi siempre extranjeros y eximidos por lo tanto de levas y otras prestaciones gracias a la vigilante
protección consultar, la ubicación de las zonas de cría en regiones menos expuestas al ataque indígena y cercanas a los
puntos de embarque que los liberó de destrucciones y facilitó el transporte al puerto; la calidad del producto debido a un
adelantado proceso de mestización que ofreció también más oportunidades de comercialización y, al mismo tiempo, un
razonable nivel de organización permitieron a los criadores encarar con rapidez un aumento en la producción para
compensar la coyuntura menos favorable.

Comenzó a lo largo de la década la radicación rural de los primeros inmigrantes, origen de la futura expansión agrícola
provincial.

La prosperidad de los sectores altos rurales es entonces común a las tres provincias litorales, sea que se vincule con la
actividad ganadera o como consecuencia del proceso colonizador.

Unidas al Litoral por un estrecho corredor que los fortines protegen del indígena, las provincias del Interior han
desarrollado una actividad económica determinada en gran parte por las condiciones naturales de la región y que alterna
una agricultura de oasis con la explotación intensiva de la ganadería.

El gobierno trató de subsanar el problema económico mediante la creación de nuevos impuestos pero el sistema funcionó
mal y esto indujo a buscar nuevos mecanismos financieros entre ellos la emisión de papel moneda y la contratación de
empréstitos. En cuanto a lo primero ya en 1854 se tuvo que admitir el fracaso de la idea por lo que se recurrió al contrato
de empréstitos.

Pero estos recursos solo traían un alivio temporario y multiplicaban en cambio los compromisos de la administración,
agobiada por el aparato burocrático que debían mantener para justificar la imagen de un estado constituido, en tales
circunstancias se aprobó la ley de derechos diferenciales que entró en vigor a principios de 1857 y cuyas consecuencias a
corto plazo fueron más políticas que económicas. La medida que buscaba atraer el comercio extranjero directamente a los
puertos de la Confederación para aumentar su recaudación aduanera y al mismo tiempo disminuir la porteña, tuvo
resultados contraproducentes durante los primeros meses de aplicación: el número de artículos que entraban en forma
directa decreció vertiginosamente y con ello los ingresos del estado; la crisis mundial de 1857 afectó el movimiento
comercial y financiero, los recaudos tomados por las casas importadoras porteñas y la suspensión de derechos a los
productos importados establecida en represalia por el gobierno porteño invadieron de hecho la ley confederada.

Comienzos de la modernización económica-social: colonización, transportes

Cambios en el consumo, europeización, crecimiento urbano; todos indicios de una modernización en marcha tanto como
los primeros kilómetros de vías y la ampliación de comunicaciones telegráficas.

En el resto del país las transformaciones son menos espectaculares, y no pasan en su mayoría de proyectos oficiales que
tropiezan con dificultades financieras para ser llevados a la práctica.

También progresó en esta época el sistema de transporte de personas, para el que se organizaron en Buenos Aires y la
Confederación empresas exclusivamente destinadas a este fin.

El conflicto: alternativas en el equilibrio político

3
Urquiza buscaba a principios de 1859 la alianza brasilera y paraguaya para aplastar el movimiento separatista y el Dr.
Valentín Alsina, gobernador de Bs As desde 1857 dictaba en febrero de 1859 el decreto de represalias contra la ley de
derechos diferenciales.

A la situación financiera crítica de la confederación se agregó entonces la incidencia de los acontecimientos políticos
para apresurar el estallido del conflicto armado y el 23 de octubre de 1859 los adversarios se enfrentaron en Cepeda

En la batalla las fuerzas de Bs As al mando de Mitre fueron derrotadas aunque no destruidas por completo. Urquiza
avanzó hasta San José de Flores donde se firmó el armisticio el 11 de noviembre con la mediación de Francisco Solano
López. La renuncia previa del gobernador Alsina y las condiciones establecidas en el pacto permitían esperar un arreglo
definitivo; Bs As se declaraba parte de la Confederación obligándose a verificar su incorporación mediante la aceptación
y jura solemne de la Constitución Nacional; para ello y dentro de los 20 días siguientes a la firma de Convenio,
convocaría a una Convención provincial que examinaría la Constitución de 1853.

Mitre recién electo gobernador de Bs As declaró en el mes de mayo de 1860 su decisión de incorporar la provincia a la
nación y comisionó a Vélez Sarsfield para discutir con el gobierno de Paraná las modificaciones a la Constitución de
1853 propuestas por los convencionales porteños.

De estas gestiones resultó el Convenio firmado el 6 de junio en el que se aceptaba la obligación de residencia mínima de
tres años pedida por Bs As para los convencionales que representaban a las provincias y se establecía que la aduana
seguiría en manos del gobierno provincial hasta que la provincia se uniese oficialmente al Congreso y el cuerpo
promulgase nuevas disposiciones; a cambio de ello se subsidiaba a la Confederación con un millón y medio de pesos
papel por mes, reemplazables cuando el convenio fuese ratificado.

El 17 de septiembre de 1861 chocaron los ejércitos cerca del arroyo del Medio, sobre los campos de Pavón. El
movimiento liberal se afianzó con rapidez en el Interior y el gobierno del Gral. Mitre asumió el mando del país con
carácter provisional; hacia fines de enero de 1862 Urquiza había aceptado esta situación y solo restaba obtener la
colaboración de los elementos autonomistas de la propia Bs As.

El Congreso Nacional del 25 de mayo de 1862, consagra el triunfo final de Bs As, es también el aval a un programa
nacionalista liberal que liquidaría las aspiraciones hegemónicas de aquella en beneficio de una fuerte autoridad
centralizada que terminará por escapar al control de la provincia.

2 parte: Primeras etapas del nuevo Estado Nacional (1862-1874)

A principios de 1862 la mayoría de las provincias había aceptado el programa de Mitre para constituir una autoridad
nacional provisional delegando en el gobierno de Bs As y luego en un presidente, Congreso y Suprema Corte.

Pero el problema fue pacificar regiones con un alto grado de inestabilidad y donde los caudillos concitaban gran
prestigio.

Los primeros conflictos surgieron con el Gral. Peñaloza quien inició un movimiento contra los liberales que deponían
gobernadores urquicistas. Mitre firmó con él la paz en mayo acordándose que el Chacho se encargaría de pacificar La
Rioja.

Mientras tanto en Bs As la cuestión de la capital provocaba la división del partido liberal porteño en la fracción
nacionalista inspirada por Mitre y el grupo autonomista, encabezado por Adolfo Alsina. Apenas reunido el Congreso
Nacional, Mitre presentó un proyecto para federalizar todo el territorio de la provincia que el cuerpo aprobó pero fue
rechazado por la legislatura provincial, como también la opción de federalización de la ciudad. Se llegó al acuerdo de
“solución de compromiso” que legalizó la coexistencia de las autoridades nacionales junto a las provinciales. El 1 de
octubre de 1862 el Congreso aceptó el convenio y el 13 de ese mes Mitre asumió la presidencia del país electo por
unanimidad.

Reorganización política

Guerras civiles y guerra del Paraguay

4
El fermento revolucionario de las provincias más o menos controlado luego del tratado de la Banderita resurgió un año
más tarde, otra vez en torno de la figura del Chacho Peñaloza. Este tomó las armas y en su proclama a los pueblos
anunció sus intenciones de reivindicar los sagrados derechos que “los traidores y perjuros habían usurpado”; los
gobiernos de Tucumán, Catamarca y Santiago del Estero se unieron para derrotarlo y Mitre cedió a la presión de los
“duros” y encomendó la dirección de la “guerra de policía” a Sarmiento, gobernador de San Juan.

En los meses de mayo y junio las fuerzas nacionales derrotaron a las tropas montoneras en Lomas Blancas y Las Playas
aunque el Chacho mantuvo todavía en jaque a sus enemigos hasta el 12 de noviembre, día en que fue tomado prisionero y
muerto por el coronel Irrazabal.

Al declararse el conflicto internacional (La guerra argentino-paraguaya) y decretarse el reclutamiento de soldados,


surgieron problemas en ciertas provincias. En ese clima de apoyo popular se realizó en enero de 1867 una reunión de los
distintos jefes de San Juan que transformó el inorgánico movimiento en un sincronizado plan contra el gobierno nacional.
Ante esta situación el gobierno empeñó todos sus esfuerzos para desbaratar el movimiento y tras sucesivas luchas el
movimiento fue desbaratado en la Batalla de Pozo de Vargas, cerrándose así el último capítulo de la lucha contra el
sistema liberal en la región del Interior.

La guerra contra el Paraguay se inicio en 1865. En 1864 el Gral uruguayo y dirigente del partido colorado, Venancio
Flores, invadió su país con el objeto de derrocar al presidente en ejercicio, miembro del partido blanco. El hecho de
contar Flores con simpatías de Argentina y ante la duda de la neutralidad por parte de ésta se originó un pedido de
explicaciones por parte de Paraguay que el gobierno argentino lo consideró un agravio. Al mismo tiempo Brasil
estacionaba sus tropas en la frontera con Uruguay y lo invadía en apoyo de Flores. Solano López aliado de los uruguayos
blancos pidió permiso al gobierno argentino para atravesar el territorio de Corrientes para combatir a los brasileños. Ante
la negativa de Mitre aduciendo neutralidad, Paraguay declaró la guerra e invadió corrientes. En julio de ese año se firmó
el Tratado de la Triple Alianza entre Argentina, Brasil y Uruguay contra Paraguay, firmándose la paz el 20 de junio de
1870.

Presidencia de Sarmiento

El 12 de octubre de 1868 asumió el mando. Durante su desempeño y pese a carecer de un partido político propio que lo
respaldara, se aplicó a restablecer la disciplina a distintos niveles: en el ejército inició un sistema de jerarquización;
procedió al exterminio de los últimos brotes montoneros e intervino con fuerza en las elecciones provinciales que
ocasionaron conflicto.

Sucedió a Sarmiento el Dr. Avellaneda, designado en elecciones que fueron impugnadas por el Partido Nacionalista que
apoyaba la reelección del Gral. Mitre. El descontento desembocó en una revolución que estalló el 24 de septiembre.

La modernización económica

Mientras avanza la agricultura en Santa Fe, se mantiene la preeminencia ganadera tradicional en Bs As, si bien
comienzan a darse algunos cambios significativos en la esfera productiva.

Entre los de mayor influencia se destaca el sistema de la propiedad, cuya tendencia a la concentración se acentúa
favorecida por la política estatal de venta a precios altos, que solo permite el acceso a sectores reducidos.

Se observa un desplazamiento del vacuno hacia el sur, posibilitado por el avance fronterizo y la consiguiente apropiación
de las tierras nuevas por el grupo ganadero; mayores extensiones quedan así libradas al ovino y los cultivos, renglones
ambos que necesitaban de una ubicación cercana al puerto o mercado de consumo.

En el interior, la situación es algo más compleja dada la diversidad de regiones que la componen. En las provincias
andinas continua en la década del 60 el ascenso iniciado en la anterior y relacionado con la expansión del área del
Pacifico; progresa la concentración de la propiedad de la tierras irrigadas y como corolario se acentúan los conflictos
sociales.

5
A nivel económico la litoralización del sur de Córdoba y la construcción del ferrocarril une a la capital con el Puerto de
Rosario, y asestan así un rudo golpe a las actividades de las provincias andinas cuyo renacimiento reciente dependía no
solo de su propia producción sino de la expansión de la agricultura de potreros vinculada con el comercio de ganado,
provenientes de las regiones centrales hacia el Atlántico de la producción en zonas servidas por el ferrocarril, si bien
incorpora nuevos territorios al área unificada, precipita también la decadencia económica de aquellas y afecta de modo
indirecto su estructura social y política.

En lo que toca a las provincias centrales y en particular a Córdoba el tendido ferroviario que influye de modo negativo en
la económica de la región andina acentúa la expansión rural y urbana.

Economía y demografía: inmigración extranjera, migraciones internas. Equilibrio urbano-rural

Entre 1858 y 1869 el hecho más relevante es la duplicación de la población, apoyada en el crecimiento vegetativo y en
las migraciones internas, pudiendo además detectarse un cambio en las proporciones rurales-urbanas.

Solo a partir de 1870 habrán de darse los cambios más significativos, como resultado de la entrada masiva de
inmigrantes, la expansión cerealera y el avance del ferrocarril. En esa etapa podrá observarse el fuerte crecimiento de
nuevos centros urbanos vinculados con la campaña, la considerable incidencia de la población extranjera y algunas
consecuencias derivadas de la migración tales como una elevada tasa de masculinidad y altos porcentajes de población
activa.

[Haydee Gorostegui de Torres, La organización nacional, Paidos, Buenos Aires, 2000]

También podría gustarte