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Urquiza, el vencedor.
Sin embargo la ciudad no fue ocupada, Urquiza expidió una proclama en la que hablaba
de “olvido general de todos los agravios” y de la “confraternidad y fusión de todos los
partidos” para favorecer la tarea de organización nacional. En cambio se designo a
Vicente López y Planes como gobernador provisorio. Cuando Urquiza por fin entra en
la ciudad, se lo recibe con un despliegue de banderas y público en las calles, en
demostraciones que revelaron dosis variables de entusiasmo, desconfianza o
incertidumbre por parte de los habitantes.
El primer brote de desorden había sido superado. Urquiza encaro enseguida una
cuestión urgente: recomponer el orden a escala nacional, para lo cual debía conseguir la
subordinación de los gobernadores de todas las provincias a su persona y a su proyecto
de organización institucional, ya que salvo Corrientes y Entre Ríos las demás provincias
se habían mantenido fiel a Rosas y no habían brindado su apoyo al “pronunciamiento”.
De todos modos, el cambio fue rápido. Frente a los hechos consumados, casi todas las
provincias se apuraron a rendir tributo al vencedor de Caseros y no hubo mayores
cambios en los gobernantes de cada una de ellas.
Según Halperin el derrumbe del régimen rosista, dejo en Buenos Aires un vacío de
poder que alimento disputas entre quienes aspiraban a llenarlo, y dio paso a una agitada
vida política. La confrontación era por un lado interna, entre grupos que buscaron
diseñar y encabezar el orden provincial, como hacia afuera, con Urquiza y su proyecto
de organización nacional sin hegemonía porteña.
En poco tiempo se gesto una división, pero no en relación a las antiguas rivalidades,
sino a la nueva situación, pues la separación fue entre los que adherían a las políticas de
Urquiza y quienes se oponían a ellas. Esta separación se basaba principalmente en el
proyecto de organización nacional que se había puesto en marcha. Estaban por un lado
los que se mantenían a favor de que se dicte una constitución y por otro lado los que
querían otro orden con un lugar central ocupado por Buenos Aires.
Las potestades otorgadas a Urquiza fueron el motivo que esgrimió el porteñismo para
desatar el conflicto. La clausula que todas las provincias tendrían el mismo número de
representantes también molesto a los porteños pero no tanto como el factor citado
anteriormente. Para ellos las facultades otorgadas a Urquiza eran inaceptables y
convertían a su figura en despótica.
En la Legislatura se darán discusiones que irán subiendo de tono hasta que la se sesión
se levanto y los ministros se retiraron. A esto siguió las renuncias del gobernador y sus
ministros. La reacción de Urquiza ante el peligro de que su proyecto de organización
nacional peligrara por la deserción de Buenos Aires, provocada por una dirigencia
opositora a su liderazgo decidió intervenir y hacer uso de su principal recurso: la fuerza
militar. Envió tropas a la ciudad, dio órdenes de disolver la legislatura y repuso a López
en la gobernación.
La solución buscada por Urquiza fue frágil. No logro disipar el malestar generado por
medidas como el control de aduanas, el uso del dinero de la tesorería porteña para
mantener y premiar al ejército y, por sobre todo, el ejercicio de su autoridad sobre la
orgullosa provincia.
Urquiza había brindado su protección, sin embargo no todo era acción militar en la
provincia, ya que Lagos procedió también a organizar política y judicialmente todos los
departamentos. La provincia se institucionalizaba pero a diferencia de la ciudad, su
situación financiera era complicada.
La sanción de la Constitución
El periodo central del sitio coincidió con el de la reunión del Congreso Constituyente.
En la ciudad de Santa Fe se discutió y aprobó la Constitución Nacional en un clima
tranquilo. El Congreso fue inaugurado el 20 de noviembre de 1852 pero solo un mes
más tarde quedo constituida la comisión de negocios constitucionales, encargada de
redactar el proyecto. Aunque la tarea estaba prácticamente lista para marzo, la búsqueda
de un acuerdo con Buenos Aires para que se sumara al congreso demoro la presentación
del proyecto hasta mediados de abril de 1853. Finalmente la mayoría voto el proyecto
tal como estaba y el texto constitucional fue aprobado. Presentado a Urquiza, este
promulgo formalmente la constitución el 25 de mayo de 1853 y dispuso la jura en otra
fecha patria, el 9 de julio.
La sanción de una constitución nacional represento una novedad radical para la
confederación, la instrumentación efectiva de la República allí definida fue causa de
numerosos conflictos que experimento la Argentina en la décadas siguientes.
La constitución estableció, en primer lugar, una república federal que creaba un poder
nacional a la vez que fijaba que las provincias conservarían todo el poder no delegado al
gobierno federal. De esta manera cerro el capítulo de la tradición federal vigente desde
la década del 20. En segundo lugar definió la república como representativa. En tercer
lugar, derechos y libertades civiles, personales y de propiedad. Entre las libertades
sancionadas figuraba la libertad de cultos, y a su vez los derechos políticos entre los que
figura el voto universal masculino.
Finanzas
La creación de un gobierno central obligaba a prever y proveer fondos para sus gastos.
La principal fuente de recursos para gastos públicos eran las aduanas. La nueva
situación implicaba un cambio, el establecimiento de la libre circulación de las
mercancías dentro del territorio de la república llevó a la anulación de las aduanas
internas. Al mismo tiempo, los ingresos provenientes de las aduanas exteriores serian
destinados a sufragar los gastos del erario nacional, dejando a las provincias sin su
principal fuente de recursos.
La secesión de los porteños privaba a la confederación de los fondos que allí se
recaudaban, por lo que una de las primeras medidas de Urquiza fue la apertura de los
ríos a la libre navegación extranjera. De todos modos la escasez de fondos siempre se
hizo presente.
Juan Bautista Alberdi fue enviado a Europa en misión especial y logro inicialmente
resultados parciales favorables en Francia e Inglaterra, firmo un tratado con España que
incluyo el reconocimiento de la independencia de la república Argentina y abrió el
camino para la reanudación de las relaciones con el Vaticano. Urquiza encaro también
importantes negociaciones con los países vecinos, sobre todo con el Paraguay y el
imperio del Brasil. A pesar de las mutuas relaciones de amistad y buena voluntad, la
firma de tratados con estos países resulto más difícil de lo previsto. De todos modos, la
Confederación logro el reconocimiento de su gobierno en el plano internacional y
obtuvo cierta ayuda de los agentes extranjeros en sus negociaciones y confrontaciones
con Buenos Aires.
La Organización Militar
Como era costumbre en el s XIX, el aparato militar articulo dos tipos de fuerzas: los
cuerpos de profesionales y las milicias de ciudadanos. Así el nuevo ejército Nacional
incluyo el ejército de línea que tenía carácter profesional, y la guardia nacional
integrada por todos los ciudadanos. La creación de esta última imprimió un carácter
nacional a las milicias. Para dar forma efectiva al ejército de línea, Urquiza contaba con
las fuerzas entrerrianas bajo su mando directo, y en menor medida, con las que en
demás provincias respondían a los respectivos gobernadores. El principal problema que
tuvo que enfrentar fue la tradición de autonomía militar de las provincias, es por eso que
en la práctica, fueron controladas por los gobernadores más que por el ejecutivo federal.