Está en la página 1de 8

Definición de la OI

La Osteogénesis Imperfecta (Huesos de Cristal) es la formación imperfecta de los


huesos producida por la mutación de un gen encargado de producir una proteína
esencial (colágeno tipo I) que es la que da rigidez a los huesos.

Causas

En la mayoría de los casos, la OI es ocasionada por un fallo en uno de los dos genes
que codifican el colágeno I. Es decir, COL1A1, en el cromosoma 17; ó COL1A2, en
el cromosoma 7. El defecto influye en la producción de colágeno.
En la OI tipo I se produce muy poco colágeno, pero de calidad normal.
En los otros tipos, el colágeno es de mala calidad estructural, mientras que la cantidad
puede estar también reducida.

Diagnóstico

El diagnóstico de una persona con OI suele ser fundamentalmente por exploración y


basarse en alguna o varias de las siguientes manifestaciones:

MANIFESTACIONES GENERALES

• Fragilidad ósea (los huesos se fracturan incluso sin causa aparente)


• Cara en forma triangular (puesto que el cráneo crece empujado por el
encéfalo, mientras que la mandíbula no tiene qué la haga crecer).
• Escleróticas (lo blanco de los ojos) azules o grises.
• Sordera progresiva, habitualmente en la edad adulta.
• Dentinogénesis imperfecta (decoloración y fragilidad en los dientes)
• Tono de voz agudo
• Estatura baja
• Tendencia a magullarse la piel y aparición frecuente de "cardenales".
• Músculos débiles
• Articulaciones laxas.
• Escoliosis
• Deformidades óseas (extremidades superiores, inferiores, pecho y
cráneo).
• Estreñimiento
• Sudoración excesiva
• Coeficiente intelectual medio- alto
• Tono vital con tendencia al optimismo y la euforia

Lo habitual es que no se den todas estas manifestaciones al mismo tiempo


en un afectado de OI.
El diagnóstico de O.I. se puede establecer mediante ecografía perinatal, que
permite detectar afectos alrededor de la 16ª semana de gestación. Puede
llegarse al diagnóstico mediante la demostración de la síntesis de cadenas
pro-alfa anormales o de la secuenciación del DMA en las vellosidades
coriónicas obtenidas por biopsia entre la 8 y 12 semanas de gestación.
Ninguno de estos diagnósticos es fácil de realizar, y alguno puede tener
ciertos riesgos que deben ser evaluados por los especialistas médicos.

Clasificación

Se hace imprescindible clasificar los afectados en diferentes tipos. Si bien es


cierto que los caracteres clínicos de la O. I. dentro de un mismo tipo varían
apreciablemente de un afectado a otro y no todos ellos se manifiestan en
cada persona.

La clasificación realizada por el Dr. Sillence distingue:

• TIPO I (LEVE):

Es el tipo más frecuente. Se transmite con carácter autosómico


dominante, también por una mutación espontánea. La fragilidad
ósea limita la actividad física de estos pacientes por el riesgo
de fracturas, no obstante las fracturas suelen reducirse
después de la pubertad.

• TIPO II (FORMA LETAL PERINATAL):

Es la forma más grave. Se transmite con carácter autosómico


recesivo. Es letal para el bebé; éste fallece por lo general en el
útero, durante el parto o semanas después de éste, aunque
hay descritos casos con supervivencia superior.

• TIPO III (FORMA DEFORMANTE PROGRESIVA):

Forma intermedia. Se transmite con carácter autosómico


dominante. El prognóstico es severo debido a la curvatura y
fragilidad de las extremidades inferiores. Las escleróticas sólo
son azules durante la lactancia. Es degenerativa.

• TIPO IV (MODERADA):

Forma intermedia. Se transmite con carácter autonómica


dominante. Pronóstico leve o moderado. Al igual que la
anterior, las escleróticas sólo son azules durante la lactancia.

El equipo del Dr. Glorieux, del Hospital Shriners de Montreal, ha definido


recientemente un nuevo tipo de OI, adicional a los cuatro de Sillence.
Se ha llamado tipo V y tiene como caracteristica la formación de callos
hipertróficos en las zonas de fractura o de osteotomía.

Pronóstico

A causa de la variabilidad individual de la OI, es imposible hacer afirmaciones


generales sobre las perspectivas de una persona afectada. Se recomienda que busque
consejo personal.
En muchos casos, la fragilidad disminuye después de la pubertad por razones todavía
desconocidas.

Incidencia

La OI es una enfermedad rara. Su incidencia se estima entre 1:10.000 y 1:15.000.


Esta estimación es un límite inferior, ya que las formas livianas de la enfermedad
frecuentemente no se diagnostican. La OI ocurre en todas las razas y es independiente
de género.
Solamente un 0.008% de la población mundial está afectada por la OI. Esto significa
que en la actualidad hay unos 0.5 Millones de personas con OI en el mundo.
En España podría haber un minimo de 2700 afectados por alguno de los tipos de OI.
El siguiente cuadro, confeccionado por la Federación Europea de OI, OIFE, muestra
datos estadísticos, por países y asociaciones nacionales.
Asociación Número de Número de Nº de % de
PAÍS establecida miembros afectados Número de afectados afectados
en representados habitantes [Estimación] representados

[Millones]

Belgium 1985 42 53 6.4 427 12

Croatia 2000 60 30 5 333 9

Germany 1984 965 620 83.5 5569 11

Denmark 1982 187 155 5.3 350 44

España 1995 200 176 40 2667 7

France 1985 595 641 60 4000 16

U.K. 1968 823 1700 58.5 3899 44

Italy 1984 830 350 57.5 3831 9

Norway 1979 527 157 4.4 296 53

Netherlands 1983 225 250 15.6 1037 24

Finland 1979 297 154 5 333 46

Switzerland 1986 127 88 7.0 469 19

EUROPE 1993 4961 5680 348,2 23213 25

Australia 1996 192 122 18.3 1217 10

USA 2000 1000 X 272,6 18176 X

TOTAL 6153 6782 639,1 42606 16

Herencia

La OI presenta herencia genética dominante, lo que quiere decir que cuando uno de
los padres tiene OI, cada hijo recién nacido tiene un 50 % de probabilidades de estar
afectado igualmente.
Otras veces, la OI no es heredada, sino que es ocasionada por una mutación. En este
caso, ninguno de los padres presenta ninguna señal de OI. La mutación es
nuevamente de herencia dominante.
Y un punto especialmente complicado es la posibilidad de mosaicismo.
Debido a toda esta complejidad, se recomienda que busque consejo genético
personal.

La Osteogénesis Imperfecta (OI) es una enfermedad de tipo genético y, por tanto, es


hereditaria. Los tipos I y IV a veces aparecen en las familias a lo largo de varias
generaciones. El tipo de herencia es dominante: un padre o medre afectado/a tiene un
50 % de probabilidades de transmitir su gen alterado a cada hijo/a, y otro 50 % de
transmitir el gen no-alterado (todos nosotros tenemos dos copias de cada gen, a
excepción de los genes ligados a los cromosomas que portan la herencia sexual).

Aunque se da un cierto grado de variación entre familiares afectados (por ejemplo:


número de fracturas), la tipología clínica de la enfermedad en cada familia afectada es
generalmente la misma a lo largo de las generaciones, ya que es el mismo defecto
genético el que se transmite de padres a hijos.

Por otra parte, la O.I. es muy heterogénea entre casos sin relación familiar: cada caso
individual puede deberse a un defecto genético distinto en los genes que portan la
información del colágeno.
La OI, como otras enfermedades genéticas dominantes, puede aparecer
espontáneamente. Esto es particularmente cierto en los tipos II y III, que son
normalmente las formas más severas de O.I., pero también puede aparecer en el resto
de casos. Cuando nace un niño/a de padres no afectados suele ser debido a que ha
aparecido una mutación en un gen del colágeno. Las mutaciones son cambios
esporádicos e impredecibles en la información genética que porta el DNA. Lo más
probable es que la mutación haya ocurrido en alguno de los dos gametos (óvulo o
espermatozoide), cuya unión da lugar al niño/a afectado/a.
En aquellas familias en las que aparece un caso espontáneo de O.I. los hermanos/as
no afectados/as no son portadores de la mutación, por tanto los hijos de estos no
tienen un riesgo genético especial de padecer la enfermedad; por el contrario, el
niño/a afectado/a tiene una probabilidad del 50% de transmitir el gen mutante, y por
tanto la enfermedad, a sus propios hijos/as, comenzando una nueva cadena de
herencia genética, con probabilidad 50 %, a lo largo de las nuevas generaciones.

Mosaicismo

Por lo que respecta a los padres, estudios en un gran número de familias con niños
nacidos con OI tipo II (letal) de padres no afectados, se ha demostrado una cierta
repetición de la enfermedad (esto es, nuevos niños/as con O.I.), en un 5- 7 % de los
casos.
Esta extraña situación fue explicada erróneamente hace tiempo con un tipo distinto de
herencia genética (autosómica recesiva), y aún hoy puede llevar a confusión (y por
tanto, a un consejo genético erróneo) a médicos que no están totalmente al día en lo
que respecta a las nuevas investigaciones sobre la O.I. Peter Byers y sus
colaboradores en la Universidad de Seattle -EEUU-, y posteriormente muchos otros
investigadores han demostrado que la repetición de casos de O.I. en familias sin
casos anteriores de esta enfermedad es debida a mutaciones dominantes en uno de los
genes del colágeno (COL1A1 o COL1A2): la mutación espontánea, en vez de afectar
a un único cigoto (óvulo o espermatozoide), ha afectado a una determinada porción
de ellos en el padre o la madre, quien, por tanto, tiene cierta probabilidad de
engendrar más de un hijo afectado por la enfermedad.

A este fenómeno se le llama mosaicismo.

Es muy difícil diagnosticar los casos de mosaicismo: buscar la mutación en sus


células puede ser peor que buscar la aguja en el pajar. Sólamente después de que la
mutación ha sido identificada en el hijo/a afectado/a, que la porta en todas sus
células, es posible diseñar análisis moleculares para intentar buscar el mosaicismo en
los padres (generalmente en óvulos y/o esperma y, además, en los glóbulos blancos
de la sangre), y a partir de ahí, intentar estimar la probabilidad teórica de repetición
de hijos con OI
El mosaicismo puede ocurrir en cualquier tipo de OI, pero hasta ahora solo ha sido
documentado para los tipos más severos de la enfermedad (tipo II), y su frecuencia ha
sido estimada experimentalmente entre el 5 y el 7%.

Tratamiento

La enfermedad dura toda la vida del paciente, requiriéndose cuidados y


control desde antes del nacimiento (si es posible y si está diagnosticado):
estudio genético y de fertilización, cuidados obstétricos, y controles
ecográficos…

Posteriormente, son necesarios cuidados neonatológicos esenciales:


información y orientación a la familia; movilización precoz del paciente para
evitar la tendencia a la ostopenia y a las fracturas repetitivas.

Rehabilitación:

La rehabilitación debe comenzarse pronto en los niños con O.I., ya que


mantener un buen nivel funcional hace disminuir fracturas y fortalece huesos
y músculos. Los periodos de inmovilización tras las fracturas, deben ser lo
más cortos posibles y procurando que exista carga y bidepestación incluso
en el postoperatorio, cuando lleven escayolas o con férulas.

Tratamiento médico:

• Bifosfonatos: son de utilidad para corregir la osteopenia y disminuir el número


de fracturas. Los bifosfonatos de 2ª generación alendronato, olpadronato,
pamidronato y risendronato tienen efectos más eficaces. Así, consiguen una
disminución del número de fracturas y, con esto, una mejoría significativa en
la calidad de vida del paciente. En los niños se suele utilizar pamidronato y en
adultos alendronato.
...
• Hormona de Crecimiento: ocasiona un aumento del metabolismo óseo y de
estatura sin disminución del número de fracturas, pero si mejora de actividad
muscular y aumento de velocidad de crecimiento. Es de utilidad combinada
con otros medicamentos como Bifosfonatos.

Tratamiento quirúrgico:
Consiste en el enclavado de los huesos largos afectados, fundamentalmente
en miembros inferiores. El objetivo es mantener la alineación conseguida con
las osteotomías realizadas en un hueso largo y aumentar la resistencia
mecánica del hueso al sumarle la del clavo, evitando la tendencia a la
osteoporosis, a la deformidad progresiva y a las fracturas, permitiendo una
marcha y utilización precoz del miembro operado. Los clavos pueden ser de
dos tipos: sólidos o telescópicos.

Medidas que deben adoptarse

Entendiendo la salud como bienestar bio- psico- social, distinguimos medidas


en los tres ámbitos:

• Físico:

Utilizar las ayudas técnicas adecuadas (dependiendo de los


síntomas del afectado), rehabilitación física, recibir información
y orientación sanitaria.
...

• Psíquico:

En ocasiones se hace necesario el apoyo y orientación


psicológica; especialmente en fases como la aceptación de la
enfermedad, para prevenir rechazo, sentimiento de culpa…
...

• Social:

La eliminación de barreras arquitectónicas tanto en el exterior,


como dentro de los edificios; facilitar la integración en el mundo
laboral, escolar etc.; obtener información y orientación de
recursos sociales; es importante que tanto el afectado como su
familia mantengan relación y comunicación con otros. Una vía
que facilita, entre otras cosas, la información y relación es la
inclusión en Asociaciones sin ánimo de lucro especializadas en
esta enfermedad.

La vida con OI

A pesar de las restricciones que la OI puede imponer, un afectado puede llevar una
vida feliz como un miembro más de la sociedad. Mucha gente con OI vive
independientemente y puede desarrollar una profesión (incluso, hay algún famoso
afectado). Los afectados pueden estar casados o viviendo en relaciones estables y
tener hijos.
El apoyo mutuo por el intercambio de experiencias y la información son de capital
importancia para la gente con OI y para sus familias.

También podría gustarte