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Bingham en 1928,
a partir de los trabajos de Heráclito (filósofo pre-Socrático), dándole el significado
de “cada cosa fluye”. En este momento, la reología se ha establecido como la ciencia
de la deformación y el flujo de la materia, o sea, la manera en la cual los materiales
responden a un esfuerzo o tensión aplicada. Todos los materiales tienen propiedades
reológicas y el área que ocupa la reología es muy relevante en numerosos campos
como la geología, mecánica de suelos, procesado de polímeros y composites,
dispersión de pinturas y pigmentos, bioingeniería, procesos interfaciales, cosmética,
etc. Una gran atención debe ser prestada a la importancia de la reología en la
tecnología y procesado en alimentos. Más concretamente los datos reológicos de los
alimentos son necesarios en industria, por ejemplo: Cálculos necesarios para
ingeniería de procesos que implican el diseño de tuberías, bombas, mezcladores,
intercambiadores de calor, homogeneizadores, etc.
(c) Evaluación de la textura del alimento mediante relación con datos sensoriales.
Tomando en cuenta el amplio campo de uso de datos reológicos, viene a ser evidente que
las condiciones bajo las cuales las propiedades reológicas son determinadas, son
fundamentales para cualquier aplicación práctica.
Los alimentos, desde los alimentos sólidos, semisólidos hasta los líquidos, los que
al ser procesados cambian su comportamiento reológico en cada etapa, se clasifican
en la reología según propiedades físicas, tales como viscosidad, elasticidad o
fluidez, los cuales pueden ser descritos con una amplia gama de modelos
matemáticos.
Dada la complejidad y la amplitud del tema, los investigadores han hecho una
primera clasificación entre los alimentos newtonianos y no newtonianos según su
comportamiento reológico, siga o no la ley de Newton de la viscosidad. Existen
además alimentos en que el comportamiento reológico depende del tiempo de
esfuerzo de corte que se ejerce sobre ellos. Finalmente, existen otros grupos de
alimentos que se comportan como fluidos viscosos y sólidos elásticos a la vez, los
llamados fluidos viscoelásticos (HOLDSWORTH, 1971; MÜLLER, 1973; RAO,
1977b; BARBOSA-CÁNOVAS et al., 1993). Así, la clasificación de los fluidos
alimentarios según su comportamiento reológico puede establecerse de la siguiente
forma:
Fluidos newtonianos
Fluidos no newtonianos
Plásticos de Bingham
Seudoplásticos
Dilatantes
Fluidos tixotrópicos
Fluidos reopécticos
Viscoelásticos.
BIBLIOGRAFÍA:
HOLDSWORTH, 1971; MÜLLER, 1973; RAO, 1977b; BARBOSA-
CÁNOVAS et al., 1993