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METODOLOGIA

Preparación de soluciones:
La preparación de soluciones es el proceso de disolver una cantidad precisa de un soluto
en un solvente para obtener una mezcla homogénea llamada solución. Se realiza
siguiendo ciertos pasos y utilizando cálculos para obtener la concentración deseada de la
solución. Los pasos típicos para preparar una solución incluyen medir y agregar la
cantidad adecuada de soluto al solvente, mezclar hasta obtener una distribución
uniforme del soluto en el solvente y verificar la concentración final mediante análisis o
cálculos. (Harvey, 2021)
Tipos de soluciones:
Existen diferentes tipos de soluciones según la composición y la concentración de los
componentes. A continuación, se presentan algunos de los tipos de soluciones más
comunes:
1. Solución diluida: Es aquella en la que la cantidad de soluto es relativamente baja
en comparación con la cantidad de disolvente. Por ejemplo, una solución de sal
común en agua en la que la cantidad de sal es pequeña en relación con la
cantidad de agua.
2. Solución concentrada: En contraste con una solución diluida, una solución
concentrada tiene una mayor proporción de soluto en relación con el disolvente.
En este caso, la cantidad de soluto disuelto es alta en comparación con la
cantidad de disolvente.
3. Solución saturada: Una solución saturada es aquella en la que se ha alcanzado el
límite de soluto que puede disolverse en un disolvente a una determinada
temperatura y presión. En esta situación, cualquier cantidad adicional de soluto
no se disolverá y permanecerá como un precipitado en el fondo del recipiente.
4. Solución sobresaturada: Una solución sobresaturada es aquella que contiene una
cantidad de soluto mayor que la que podría disolverse en condiciones normales.
Estas soluciones son inestables y pueden precipitar el exceso de soluto si se
perturban o se les proporciona un estímulo, como la adición de un cristal de
soluto.
5. Solución acuosa: Es una solución en la que el disolvente es agua. La mayoría de
las soluciones utilizadas en la química y en la vida cotidiana son soluciones
acuosas.
6. Solución sólida: Es una solución en la que un metal, llamado solvente, contiene
en su estructura átomos de otro metal, llamado soluto. Los metales que forman
soluciones sólidas se mezclan a nivel atómico o cristalino y pueden tener
propiedades intermedias entre los metales puros. (cedron, 2011)
Estos son solo algunos ejemplos de los tipos de soluciones más comunes. Además de
estos, existen otros tipos específicos de soluciones, como las soluciones gaseosas, las
soluciones líquidas no acuosas, las soluciones coloidales, entre otros. La clasificación de
una solución dependerá de la naturaleza de los componentes y de la concentración
relativa de soluto y disolvente.

Normalidad:
La normalidad (N) es una medida de concentración que se utiliza principalmente en
reacciones químicas que involucran equivalentes. Se define como el número de
equivalentes de soluto por litro de disolución. Un equivalente es la cantidad de sustancia
que puede reaccionar con o sustituir a un equivalente de otro reactivo. La normalidad se
calcula dividiendo el número de equivalentes de soluto entre el volumen en litros de la
solución.
Molaridad:
la molaridad (M) es una medida de concentración que indica la cantidad de moles de
soluto por litro de disolución. Se utiliza ampliamente en química y es especialmente útil
para reacciones que no involucran equivalentes. La molaridad se calcula dividiendo el
número de moles de soluto entre el volumen en litros de la solución.
Ambas unidades de concentración son importantes en la preparación de soluciones, ya
que permiten controlar la cantidad precisa de soluto en relación con el volumen de
disolvente. La elección entre normalidad y molaridad dependerá de la naturaleza de la
reacción o del tipo de cálculo que se requiera realizar.
Disolución de sólidos:
La disolución de sólidos es el proceso en el cual un sólido se mezcla homogéneamente
con un líquido para formar una solución. Este proceso implica la ruptura de las fuerzas
intermoleculares en el sólido para permitir que las moléculas o iones del soluto se
dispersen en el disolvente.
A continuación, se presentan los pasos generales involucrados en la disolución de
sólidos:
1. Selección del disolvente: Es importante elegir un disolvente adecuado que tenga
una interacción química favorable con el soluto y que sea capaz de disolverlo.
La elección del disolvente puede basarse en la polaridad, la solubilidad y otras
propiedades químicas del soluto y del disolvente.
2. Medición del soluto: Se mide una cantidad precisa del sólido que se va a
disolver. Esta cantidad puede expresarse en masa o en moles, dependiendo de las
unidades de concentración que se utilizarán para la solución final.
3. Agitación y mezcla: El sólido se agrega al disolvente en un recipiente adecuado
y se procede a agitar o mezclar para facilitar la dispersión del soluto en el
disolvente. La agitación ayuda a aumentar la superficie de contacto entre las
partículas del soluto y el disolvente, acelerando el proceso de disolución.
4. Calentamiento (si es necesario): En algunos casos, es necesario aplicar calor
para aumentar la velocidad de disolución, especialmente cuando el soluto tiene
una baja solubilidad en el disolvente a temperatura ambiente. El calentamiento
puede aumentar la energía cinética de las moléculas, lo que facilita la ruptura de
las fuerzas intermoleculares en el sólido y promueve la disolución.
5. Control de la temperatura: Es importante controlar la temperatura durante la
disolución para evitar cambios no deseados en la solubilidad del soluto. Algunas
sustancias pueden ser más solubles a altas temperaturas, mientras que otras
pueden ser menos solubles. Se debe tener en cuenta la temperatura para lograr la
concentración deseada en la solución final.
Una vez completada la disolución, se obtiene una solución homogénea en la cual las
partículas del soluto están dispersas y rodeadas por las moléculas o iones del disolvente.
Esta solución puede utilizarse en diversos contextos, como en procesos químicos,
análisis de laboratorio, preparación de medicamentos y muchas otras aplicaciones.
Factores que afectan la solubilidad:
La solubilidad de una sustancia en un disolvente puede ser afectada por varios factores,
entre ellos:
1. Naturaleza de la sustancia y del disolvente: La polaridad y la naturaleza química
de la sustancia y del disolvente pueden influir en su capacidad de disolverse.
Sustancias polares tienden a disolverse mejor en disolventes polares, mientras
que sustancias no polares tienen mayor solubilidad en disolventes no polares.
Sin embargo, existen excepciones a esta regla general.
2. Temperatura: La temperatura puede afectar la solubilidad de una sustancia en un
disolvente. En general, el aumento de temperatura suele aumentar la solubilidad
de los sólidos en líquidos, ya que aumenta la energía cinética de las moléculas,
lo que facilita la ruptura de las fuerzas intermoleculares en el sólido y favorece
la disolución. Sin embargo, hay excepciones, como el caso de algunas sales cuya
solubilidad disminuye con el aumento de temperatura.
3. Presión: La presión tiene un efecto significativo en la solubilidad de los gases en
líquidos. Según la ley de Henry, la solubilidad de un gas en un líquido es
directamente proporcional a la presión parcial del gas sobre la solución. Esto
significa que a mayor presión parcial del gas, mayor será su solubilidad en el
líquido.
4. Tamaño de las partículas del soluto: El tamaño de las partículas del soluto puede
afectar la velocidad de disolución, pero no suele tener un impacto significativo
en la solubilidad en sí misma. Sin embargo, cuando las partículas del soluto son
muy grandes, pueden requerir más tiempo para disolverse debido a una menor
superficie de contacto con el disolvente. (Lifeder, 2022)
Estos factores pueden interactuar entre sí y afectar la solubilidad de una sustancia en un
disolvente de manera compleja. Es importante considerar estos factores al realizar
experimentos de disolución y al comprender la solubilidad de las sustancias en
diferentes condiciones.
CÁLCULOS
Normalidad de ácido fosfórico (H3PO4)
0.5 normal
P∗V 1∗X 1
N=
PE∗V 2∗X 2

N∗P∗V 2∗X 2
V1 ¿ P( X 1)

N= 0.5
V1=?
P= 1.685 g/mL
X1= 85.8 %
PE= 32.6
V2= 0.1 L
V2= 100%
0.5 N ( 32.6 )∗0.1∗100
V 1=
1.685∗(858)
v 1=1.127 mL
MOLARIDAD
Hidróxido de potasio (KOH) 1 molar
P∗X 1
M=
PM∗V 1∗V 2
P= ?
X1= 85%
PM= 55.11
V= 0.11
X2=100%
M∗PM∗V ∗X 2
P=
X1
P=6.48 gr

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