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3 MEMBRANAS BIOLÓGICAS Y TRANSPORTE 0k PDF
3 MEMBRANAS BIOLÓGICAS Y TRANSPORTE 0k PDF
En 1972, S.T. Singer y G.L. Nicholson1 propusieron un modelo de estructura de membranas que
sintetizaba las propiedades conocidas de las membranas biológicas. Según este modelo del mosaico
fluido1, que ha tenido gran aceptación, las membranas constan de una bicapa lipídica (esencialmente
una doble capa de fosfolípidos) en la cual están inmersas diversas proteínas.
Esta bicapa lipídica constituye la estructura básica de la membrana y actúa de barrera
relativamente impermeable al paso de la mayoría de las moléculas hidrosolubles. Las moléculas proteicas,
que normalmente se hallan “disueltas” en la bicapa lipídica, actúan como mediadores o facilitadores de
casi todas las funciones de la membrana, ya sea transportando moléculas específicas a través de ella o
catalizando reacciones asociadas a la membrana, como la síntesis de ATP. Algunas proteínas actúan
como eslabones estructurales que relacionan la membrana plasmática al citoesqueleto y/o con la matriz 2
extracelular de las células adyacentes, mientras que otras proteínas actúan como receptores que reciben y
transducen las señales químicas procedentes del entorno celular.
En la actualidad se sabe que los lípidos de membrana tienen propiedades especiales que les
permiten formar estructuras de doble capa, y que estas estructuras permiten la integración de membranas
biológicas. Pero, ¿Cómo es posible que los lípidos se comporten en esa forma?
Bicapa lipídica
Los lípidos son insolubles en agua pero se disuelven fácilmente en disolventes orgánicos.
Constituyen aproximadamente el 50% de la masa de la mayoría de las membranas plasmáticas de las
células animales, siendo casi todo el resto proteínas. Existen 109 moléculas lipídicas en la membrana
plasmática de una célula animal pequeña.
Las propiedades físicas de los fosfolípidos, en particular la forma en que dichas moléculas se asocian en
el agua, son las que permiten la
formación de capas dobles. Ya se
ha mencionado que los
fosfolípidos están formados por
dos cadenas de ácidos grasos
unidas a dos de los tres carbonos
de la molécula del glicerol. Las
dos cadenas de ácidos grasos de
la molécula son hidrófobas (no
afines al agua) y pueden tener
diferente longitud (usualmente
contienen de 14 a 24 átomos de
carbono). Normalmente una de
estas cadenas presenta uno o
más dobles enlaces cis (es decir,
es insaturada) mientras que la otra
normalmente no tiene dobles
enlaces (es saturada). Las diferencias en longitud y grado de instauración entre las colas hidrocarbonadas
son importantes porque afectan la capacidad de las moléculas de fosfolípidos para empaquetarse,
modificando su fluidez (como veremos más adelante). El tercer carbono del glicerol está unido por
intermedio de un grupo fosfato a una molécula orgánica hidrofílica (afín al agua), que generalmente
contiene un átomo de nitrógeno o un hidrato de carbono. Las moléculas de este tipo, con una región
hidrofóbica y otra hidrofílica, se denominan moléculas anfipáticas. Todas las moléculas que conforman el
centro de la membrana tienen características anfipáticas.
1Singer, SJ; Nicolson, GL (Febrero de 1972) «The fluid mosaic model of the structure of cell membranes» Science. Vol. 175. n.º
23. pp. 720–723.
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Gonzalo Vázquez Palacios
Debido a que las moléculas del tipo de los fosfolípidos tienen un extremo que se asocia libremente con el
agua y otro que no lo hace, cuando se encuentran dispersas en agua adoptan, por lo general, una
conformación de capa doble. La estructura en bicapa permite que los grupos del extremo hidrofílico se
asocien libremente con el medio acuoso, y que las cadenas hidrofóbicas de ácidos grasos permanezcan
en el interior de la estructura, lejos de las moléculas de agua. No todos los lípidos son capaces de formar
bicapas: algunos forman micelas con las colas hidrocarbonadas hacia el interior, como es el caso de los
ácidos grasos libres. Los triglicéridos, por ejemplo, son hidrófobos, de manera que forman gotas de aceite
dentro de la célula. Las características más importantes de los lípidos que forman bicapas son, entonces:
a) ser claramente dipolares, exhibiendo un polo hidrofóbico y otro hidrofílico, lo que hace que sus
moléculas sean fuertemente anfipáticas, y b) su forma les permite asociarse con el agua en forma de una 3
estructura de doble capa.
Estas bicapas lipídicas tienden a cerrarse sobre si mismas formando compartimientos herméticos,
eliminando así los bordes libres en los que las colas hidrofóbicas podrían estar en contacto con el agua.
Por esta misma razón los compartimientos formados por bicapas lipídicas tienden a cerrarse de nuevo
después de haber sido rotos, propiedades denominadas de autoensamblaje y autosellado. Además una
bicapa lipídica tiene otras características que hacen de ella una estructura ideal para constituir membranas
celulares, de las cuales una de las más importantes es su fluidez, crucial para muchas funciones.
1
Ocurren entre dipolos inducidos no permanentes de enlaces covalentes poco polares, como C H. Cuando los orbitales
moleculares de dos enlaces apolares se ponen en contacto, las nubes de electrones se rechazan mutuamente y se inducen
dipolos, lo que establece una fuerza de atracción débil. Conforme los átomos se alejan, los dipolos desaparecen y se pierde la
fuerza de van der Waals
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disminuye sintetizan ácidos grasos insaturados, de manera de evitar la pérdida de fluidez de sus
membranas por efecto de la disminución de la temperatura.
Los principales fosfolípidos que se encuentran en las membranas son la fosfatidilcolina,
fosfatidiletanolamina, fosfatidilserina y esfingomielina. La razón por la cual hay tal variedad de fosfolípidos
quizás se deba a que serían necesarios para los distintos tipos de proteínas que se hallan asociadas a la
membrana, que únicamente podrían funcionar en presencia de grupos polares específicos, como los que
brinda la cabeza polar de los distintos tipos de fosfolípidos. Algunos fosfolípidos como el fosfatidilinositol,
son funcionalmente importantes pero se hallan en cantidades relativamente pequeñas A menudo las
membranas plasmáticas bacterianas están compuestas por un único tipo de fosfolípido y no contienen
colesterol. Contrariamente, la composición de la membrana celular de la mayoría de las células 4
eucarióticas es más variada conteniendo además algún esterol (colesterol en las células animales) y
glicolípidos. Las membranas plasmáticas de algunas células animales contienen cantidades
especialmente elevadas de colesterol, hasta una proporción de más de una molécula de colesterol por
cada molécula de fosfolípido. Las moléculas de colesterol se acomodan entre los fosfolípidos y actúan
como "amortiguadores de fluidez". A bajas temperaturas las moléculas de colesterol se interponen entre
las cadenas de hidrocarburos, con lo cual evitan que
se acerquen y formen interacciones de van der
Waals, los cuales provocarían la cristalización de la
membrana. Por otro lado, a temperaturas elevadas,
las moléculas de colesterol restringen el movimiento
excesivo de las cadenas de ácidos grasos
disminuyendo la fluidez de la membrana.
Las bicapas lipídicas, sobre todo las que se
encuentran en estado de cristal líquido, tienen
también otras propiedades biológicas importantes.
Las bicapas tienden a resistir la formación de
extremos libres: como resultado tienden a
autosellarse y casi en cualquier circunstancia forman
vesículas cerradas espontáneamente. Por último, en
condiciones apropiadas, las bicapas son capaces de fusionarse con otras. La fusión de membranas es un
fenómeno celular muy importante y que requiere de membranas en estado fluido para producirse. Cuando
una vesícula se fusiona con otra membrana, ambas bicapas y sus compartimientos forman una
continuidad. Esto permite tanto la transferencia de material de un compartimiento a otro, o el movimiento
de una vesícula secretora hacia afuera de la célula, mediante un proceso Ilamado exocitosis. De modo
similar, aunque inverso, la endocitosis permite la incorporación de grandes moléculas del exterior mediante
la formación de vesículas en alguna porción de la membrana.
Otro aspecto importante es que la bicapa lipídica es asimétrica, hecho que tiene una obvia
relación funcional y se refiere a la diferente composición lipídica de cada una de sus monocapas. En los
glóbulos rojos, la mayoría de las moléculas lipídicas que tienen colina en su grupo cabeza (fosfatidilcolina
y esfingomielina) se encuentran en la mitad exterior de la bicapa, mientras que la mayoría de las
moléculas de fosfolípido que contienen un grupo amino (fosfatidiletanolamina y fosfatidilserina) se hallan
en la mitad interior. Algunos fosfolípidos, como el fosfatidilinositol, actúan como intermediarios en el
proceso de señalización celular: ante estímulos extracelulares, el fosfatidilinositol ubicado en el interior de
la membrana es primero fosforilado en dos oportunidades y luego hidrolizado en trifosfato de inositol y
diacilglicerol. Ambos fragmentos de la molécula actúan dentro de la célula como mensajeros solubles que
permiten la difusión de la señal hacia el interior de la célula.
Como ya se ha mencionado, la síntesis de fosfolípidos ocurre en el retículo endoplásmico liso y es
allí donde se genera la asimetría por traslocadores que trasladan específicamente moléculas de
fosfolípidos de una capa a la otra. Los fosfolípidos son sintetizados en la cara externa (citosólica). Si bien
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se sintetizan tanto fosfatidilcolina como el resto de los fosfolípidos, sólo la fosfatidilcolina pasa a la cara
interna de la membrana del retículo gracias a un traslocador fosfolipídico específico (una “flipasa”). La
pérdida de la asimetría de la membrana es una señal de muerte celular, ya que la exposición de
fosfatidilserina en la monocapa externa es un índice de apoptosis o muerte celular programada que
favorece la fagocitosis de estas células por macrófagos.
También existen glicolípidos en la membrana. Se presentan probablemente en las membranas
plasmáticas de todas las células animales, constituyendo el 5% de las moléculas de lípido de la monocapa
externa y son las moléculas que presentan una asimetría mas marcada en cuanto a su distribución en las
membranas celulares. Estas moléculas se encuentran exclusivamente en la mitad no citoplasmática de la
membrana plasmática. En la membrana plasmática, los grupos azúcares quedan al descubierto en la 5
superficie de la célula, lo que sugiere que deben desempeñar una función en las interacciones de la célula
con su entorno. Debido a que los azúcares se añaden en la cara luminal del aparato de Golgi, al formarse
la vesícula de transporte el residuo glicosídico queda hacia el interior de la misma, pero cuando ésta se
fusiona con la membrana plasmática, la porción glicosilada, que es hidrófila, queda hacia el exterior de la
célula. Hay variados tipos de glicolípidos: los más complejos contienen oligosacáridos con uno o más
residuos de ácido siálico que les proporciona carga negativa. Estos lípidos son más abundantes en la
membrana plasmática de células nerviosas.
La función de los glicolípidos puede ser variada: en las células epiteliales tapizan la cara que da al
epitelio, donde las condiciones son extremas (bajos o altos valores de pH, enzimas degradativas),
protegerían la integridad de las propias proteínas de membrana; también cumplen funciones aislantes,
como ocurre en la membrana que rodea el axón de las células nerviosas, tapizada totalmente por
glicolípidos en la cara externa. La presencia de carga eléctrica negativa en su molécula es responsable
también de la concentración de iones, especialmente Ca +2 en la superficie externa. Además desempeñan
una importante función en procesos de reconocimiento celular, ayudando a su vez a las células a unirse a
la matriz extracelular y a otras células.
Proteínas de membrana
Aunque la estructura básica de las membranas biológicas es provista por los fosfolípidos, la
mayoría de las funciones específicas de la membrana son llevadas a cabo por proteínas. De acuerdo con
ello, las cantidades y tipos de proteínas de membrana son muy variables: en la membrana mielínica, que
sirve de aislación eléctrica al axón de la neurona, menos del 25% son proteínas, en tanto que en las
membranas donde hay transducción energética (mitocondrias y cloroplastos) el porcentaje alcanza al 75%.
En promedio, hay un 50% de lípidos y otro tanto de proteínas, pero como las proteínas son mucho más
grandes, la relación numérica es de alrededor de 50 moléculas de fosfolípidos por cada molécula de
proteína.
Al principio, los investigadores encontraban difícil pensar que las proteínas se asociaran en otro
sitio que no fuese la superficie exterior de las membranas. Sin embargo en estudios fisicoquímicos de las
proteínas de membrana se mostró que gran parte de éstas son del tipo globular; esto significa que son
demasiado voluminosas como para asociarse sólo a la superficie de las membranas. Por último, se
obtuvieron pruebas por las cuales puede afirmarse que algunas proteínas se asocian con las membranas
de tal manera que una región (o dominio) de ellas se encuentra de un lado de la membrana y otra en el
lado opuesto. Por lo tanto, el modelo de la estructura de membrana más razonable es aquél en el que se
forma un mosaico de proteínas, en el cual gran parte de éstas son móviles y se extienden dentro o a
ambos lados de la bicapa lipídica.
Hoy se sabe que existen dos tipos de proteínas de membrana: proteínas integrales o
intrínsecas y proteínas periféricas o extrínsecas. Las proteínas integrales de membrana poseen
algunas regiones insertadas en las regiones hidrófobas de la bicapa lipídica. Algunas atraviesan toda la
membrana, de manera que gran parte de ellas se encuentra en alguno de los lados de la membrana; estas
proteínas integrales se llaman también proteínas transmembrana. Algunas otras proteínas integrales
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poseen solo una pequeña porción dentro de la bicapa que sirve como ancla y el resto de la molécula en el
citoplasma o hacia la superficie celular. Otras están casi por completo insertas en la región hidrófoba y
poseen cadenas polipeptídicas que atraviesan una y otra vez (incluso hasta doce veces) la bicapa lipídica.
Las proteínas integrales de membrana son capaces de insertarse en la bicapa lipídica debido a
que las porciones que lo hacen son hidrófobas y, por tanto, son compatibles con el interior de la
membrana. Cuando alguna proteína de membrana contiene una porción hidrofílica, ésta generalmente se
encuentra en protrusión por fuera de la superficie de la membrana, en contacto con el medio acuoso 2.
También las proteínas transmembránicas pueden estar unidas por una cadena de ácido graso a la
cara interna de la membrana, pasar una sola vez a través de la misma (1) o muchas veces (2), estar
solubles en el citosol pero ancladas a la cara interna por un resto acilo 3 o prenilo (3), o haber sido 6
sintetizadas como proteínas transmembrana en el retículo endoplásmico rugoso y unidas a un resto de
glicosilfosfatidilinositol, que las ancla a la cara externa de la membrana (4).
En las proteínas integrales, la parte que se halla dentro de la membrana usualmente adopta una
estructura en -hélice, con predominio de aminoácidos hidrofóbicos. Además este enrollamiento asegura
que todas las uniones peptídicas (que son polares) estén disminuidas en su polaridad debido a la
formación de puentes de hidrógeno. Sólo hacen falta 20-30 aminoácidos para atravesar la membrana en
forma de -hélice y sólo unos diez para hacerlo en forma de hoja -plegada. La mayoría de las proteínas
integrales atraviesan la membrana en forma de hélices , pero algunas (como las porinas de bacterias y
de mitocondrias) forman láminas que se disponen en forma de barril ( “-barrel”). Las proteínas
integrales de membrana pueden ser solubilizadas por medio de detergentes, que en agua forman micelas.
El otro tipo de proteínas de membrana, las proteínas periféricas, pueden eliminarse de ésta sin
alterar la estructura de la doble capa. Por lo general se unen a regiones expuestas de proteínas integrales.
Las proteínas periféricas están usualmente asociadas por interacciones no covalentes a otras proteínas
transmembránicas y se pueden ubicar hacia adentro (5) o hacia fuera (6) de la membrana.
Si bien las proteínas pueden migrar dentro de la membrana, existen distintos dispositivos por los
cuales las células pueden confinar a las proteínas dentro de determinados dominios membranosos. En las
células epiteliales que tapizan el intestino y los túbulos renales, las proteínas que miran hacia la luz del
2
La diferencia entre proteínas solubles y proteínas ligadas a membranas no consiste en que una contenga aminoácidos
hidrófobos y la otra no, sino en que en aquéllas los aminoácidos hidrófobos se encuentran en el interior de la molécula, lejos
del medio acuoso, en tanto que en éstas las porciones hidrófobas de los aminoácidos se presentan en la superficie de la
molécula, en contacto con las cadenas de ácidos grasos de la bicapa lipídica
3 Un grupo acilo es un grupo derivado de un oxoácido, normalmente un ácido carboxílico, por eliminación de al menos un grupo
hidroxilo. Los derivados de un ácido carboxílico tienen como fórmula general R-CO-.
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tubo no pueden pasar hacia las paredes laterales o hacia la cara opuesta de la célula debido a la
existencia de uniones estrechas (se verán más adelante) que les impiden el paso. Sin embargo no es el
único medio, aunque en algunos casos no se conoce el mecanismo que impide la migración libre: en
espermatozoides de mamíferos las proteínas del ápice, del resto de la cabeza y de la cola forman tres
dominios perfectamente individualizables con anticuerpos fluorescentes, pero se desconoce cuál es la
función de dichas proteínas y las fuerzas que impiden su migración. Otros ejemplos de confinamiento de
proteínas en determinadas zonas de la membrana están dadas por asociación de proteínas con el
citoesqueleto (glóbulos rojos), o con la matriz extracelular, o con ambos, o puede haber interacciones entre
proteínas de dos células distintas en zonas de membrana contiguas.
7
Asimetría de proteínas de las membranas
Una de las pruebas más evidentes de que las proteínas se insertan en la bicapa lipídica proviene
del estudio con microscopía electrónica por el método de criofractura, el cual prácticamente permite a los
investigadores observar las membranas de "adentro hacia afuera". Al comparar, con el método descrito,
las dos superficies de una membrana, se muestra que en una de estas superficies hay gran cantidad de
partículas, en tanto que en la otra superficie se observan muy pocas. Estas partículas son proteínas
embebidas en la doble capa de lípidos. De aquí se deduce que las proteínas presentes en una membrana
biológica están distribuidas de manera asimétrica. Cada lado de la membrana tiene características
diferentes debido a que cada proteína de membrana se orienta en la bicapa en un solo sentido. Esta
asimetría está dada por la forma tan específica en que se forman e intercambian las membranas de una
parte de la célula a otra.
Los hidratos de carbono se encuentran unidos a las porciones de las proteínas expuestas en la
superficie celular, y no a las que se internan al citoplasma. Esta distribución asimétrica de los hidratos de
carbono se debe a la forma en que las glucoproteínas se insertan en las membranas al ser sintetizadas.
Como se dijo, las proteínas de la membrana plasmática son producidas por ribosomas del retículo
endoplásmico rugoso (RER) y se insertan en la membrana de éste durante su síntesis. Los hidratos de
carbono se añaden a las proteínas en el lumen del RER. Si se sigue de cerca la gemación y fusión de
membrana que forman parte del proceso de transporte se podrá observar que la porción proteica en
protrusión hacia el compartimiento interno (cisterna) del RER también estará expuesta al interior del
complejo de Golgi, donde se encuentran las enzimas que modifican los hidratos de carbono de las
proteínas. La porción proteica permanecerá en el compartimiento interior al separarse del complejo de
Golgi para ser empaquetada en una vesícula secretora. Cuando la vesícula secretora se fusiona con la
membrana plasmática, la porción de la proteína que contiene el hidrato de carbono, orientado hacia el
interior de la vesícula, se convertirá en parte de la proteína de membrana expuesta en la superficie celular.
Difusión 9
Algunas sustancias se desplazan hacia adentro y afuera de las células, y se mueven dentro de
éstas por medio de un proceso llamado difusión simple, el cual se basa en el desplazamiento al azar.
Cuando se deja caer un terrón de azúcar en un vaso de precipitado lleno con agua, las moléculas de aquél
se disuelven y luego comienzan a difundirse hacia toda el agua del recipiente, como consecuencia de que
las moléculas de azúcar individuales se desplazan al azar en todas direcciones. En última instancia, la
difusión ocasiona una distribución uniforme de las moléculas de azúcar en toda el agua del vaso. Por lo
tanto, puede decirse que la difusión implica el movimiento neto de partículas en favor de un gradiente de
concentración (diferencia de concentración de una sustancia de un punto a otro).
La velocidad de difusión está en función del tamaño y forma de las moléculas, de sus cargas
eléctricas y de la temperatura. Al aumentar la temperatura, las moléculas se mueven con mayor rapidez y
aumenta la proporción de difusión. Este movimiento de las partículas pequeñas (llamado movimiento
browniano) constituye un modelo que explica el mecanismo de difusión de las moléculas.
Diálisis
La difusión de un soluto (una sustancia disuelta) a través de una membrana diferencialmente
permeable se llama diálisis. Para demostrar la diálisis se utiliza una bolsa de celofán, llena con una
solución de azúcar, que luego se sumerge en un matraz que contiene agua pura. Si la membrana de
celofán es permeable a azúcar y al agua, las moléculas de azúcar pasarán a través de ella hasta que la
concentración de azúcar en el agua de los dos lados de la membrana sea exactamente igual. A partir de
ese momento, las moléculas de soluto (así como también las moléculas de agua) seguirán pasando a
través de la membrana, pero ya no habrá ningún cambio neto en las concentraciones, ya que la velocidad
de movimiento será igual en ambos sentidos. La diálisis renal es una aplicación práctica de este proceso;
los productos de desecho, que se difunden a través de las membranas artificiales del aparato, pueden
retirarse del organismo, pero los eritrocitos, proteínas sanguíneas y otras moléculas grandes, no se
difunden a través de la membrana y por tanto se retendrán en el organismo.
El celofán con frecuencia se utiliza como "membrana artificial" Está compuesto por moléculas de
polisacáridos y puede formar una lámina delgada que permite el paso de moléculas de agua. Estas
membranas se fabrican con permeabilidad variable para diferentes solutos.
Con suficiente tiempo, prácticamente cualquier molécula acabará difundiendo a través de la bicapa
lipídica. Sin embargo la velocidad a la que se produce esta difusión varía enormemente dependiendo en
parte del tamaño de la molécula y principalmente de su solubilidad relativa. En general cuanto menor y
menos soluble en agua sea una molécula (es decir, cuanto más hidrofóbica o no polar) más rápidamente
difunde a través de la bicapa. Las moléculas pequeñas no polares (O 2, CO2) se disuelven fácilmente en la
bicapa lipídica y por lo tanto difunden con rapidez. Las moléculas polares no cargadas también difunden
rápidamente a través de la bicapa lipídica si su tamaño es reducido: por ejemplo agua, etanol y urea
atraviesan rápidamente una bicapa, el glicerol lo hace con menor rapidez y la glucosa prácticamente no la
atraviesa.
Las moléculas de agua, por ejemplo, pueden desplazarse fácilmente a través de una bicapa
lipídica fluida, pasando a través de brechas que se forman cuando una cadena de ácido graso se mueve
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momentáneamente. Por el contrario, las bicapas lipídicas son altamente impermeables a todas las
moléculas cargadas (iones) por muy pequeñas que sean; la carga y el grado de hidratación les impide
penetrar la fase hidrocarbonada de la bicapa.
Ósmosis
La ósmosis es una variedad especial de difusión y en consecuencia transporte pasivo, que implica
el movimiento de moléculas solventes (en este caso, el agua) a través de una membrana de permeabilidad
selectiva. Las moléculas de agua pasan libremente en cualquier dirección, pero al igual que en todos los
procesos de difusión, el movimiento neto ocurre a partir de la región de mayor concentración a la de
menor, separadas por una membrana semipermeable, para igualar concentraciones. De acuerdo al medio 10
en que se encuentre una célula, la ósmosis varía. Dicho proceso no requiere gasto de energía.
cuya presión osmótica es igual a la suya, no hay movimiento neto de moléculas de agua, ni hacia afuera ni
hacia adentro de ella; por tanto, la célula no se hincha ni se encoge. Se dice que el líquido en el cual se
colocó la célula es un líquido isotónico (es decir que tiene presión osmótica igual) con respecto al líquido
del interior de la célula. Normalmente, el plasma de la sangre (componente líquido de ella) y los demás
líquidos corporales son isotónicos con respecto al líquido intracelular; es decir, contienen una
concentración de agua igual a la del líquido intracelular. Una solución de cloruro de sodio al 0,9% (llamada
solución salina fisiológica) es isotónica respecto a las células humanas y a las células de otros mamíferos.
Los eritrocitos humanos colocados en una solución de cloruro de sodio al 0,9% no se encogen ni se
hinchan.
11
Concentración de solutos Concentración de Tonicidad Dirección de
en la Solución A solutos en la Solución B movimiento del agua
Mayor Menor A es hipertónica respecto a B; B hacia A
B es hipotónica respecto a A
Mayor Mayor B es hipertónica respecto a A. A hacia B
A es hipotónica respecto a B
Igual Igual Isotónica No hay movimiento
neto
Transporte activo
Algunas moléculas se transportan a través de la célula mediante el proceso de difusión; a otras las
requiere la célula en concentraciones mayores a su concentración extracelular. Estas moléculas se
incorporan mediante mecanismos de
transporte activo. Este mecanismo
exige una fuente de energía debido a
que el transporte activo implica el
"bombeo" de una molécula en contra de
su gradiente de concentración (de una
zona de baja concentración hacia una
de concentración elevada). Por tanto,
los sistemas de transporte activo
utilizan energía generada por el
metabolismo celular en forma de
trifosfato de adenosina (ATP) o bien
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utilizan algún otro tipo de energía almacenada, derivada de la hidrólisis del ATP. Los sistemas de
transporte activo están basados en permeasas específicas e inducibles. Las permeasas son enzimas que
transportan sustancias a través de la membrana celular, sea hacia el interior o hacia el exterior de la célula
al mismo tiempo que rompen por hidrolisis un enlace fosfato del ATP.
Un ejemplo de transporte activo es la bomba de calcio esta es una proteína de la membrana
celular de todas las células eucariotas. Su función consiste en transportar calcio iónico (Ca2+) hacia el
exterior de la célula, gracias a la energía proporcionada por la hidrólisis de ATP, con la finalidad de
mantener la baja concentración de Ca2+ en el citoplasma que es unas diez mil veces menor que en el
medio externo, necesaria para el normal funcionamiento celular. Se sabe que las variaciones en la
concentración intracelular del Ca2+ (segundo mensajero) se producen como respuesta a diversos 14
estímulos y están involucradas en procesos como la contracción muscular, la expresión genética, la
diferenciación celular, la secreción, y varias funciones de las neuronas. Dada la variedad de procesos
metabólicos regulados por el Ca2+, un aumento de la concentración de Ca2+ en el citoplasma puede
provocar un funcionamiento anormal de los mismos. Si el aumento de la concentración de Ca2+ en la fase
acuosa del citoplasma se aproxima a un décimo de la del medio externo, el trastorno metabólico producido
conduce a la muerte celular. El calcio es el mineral más abundante del organismo, además de cumplir
múltiples funciones.
Uno de los ejemplos más sorprendentes de los mecanismos de transporte activo es la bomba de
sodio y potasio que se observa en todas las células animales. Esta bomba consta de una proteína
específica, localizada en la membrana plasmática, que utiliza ATP para intercambiar iones de sodio del
interior de la célula por iones de potasio de su exterior. Esto provoca un desequilibrio en la concentración
de iones de sodio y potasio en los lados opuestos de la membrana, de manera que en condiciones
normales, la concentración de potasio sea de 10 a 15 veces mayor en el interior que en el exterior de la
célula y a la inversa para el sodio. Las células son capaces de utilizar estos enormes gradientes de
concentración para generar un potencial eléctrico (separación de cargas eléctricas) a través de la
membrana, el cual constituye la base para la transmisión de los impulsos eléctricos necesarios para la
transmisión de los impulsos nerviosos. Estos gradientes de concentración también almacenan energía, la
cual puede utilizarse para la conducción de otros mecanismos de transporte activo. El gradiente
electroquímico producido por estas bombas es tan importante que de hecho algunas células (p. ej., las
células nerviosas) utilizan el 70% de su energía en el funcionamiento de este sistema de transporte.
El uso de los potenciales electroquímicos con tales propósitos no es exclusivo de la membrana
plasmática de las células animales. Las células de plantas y hongos también utilizan bombas impulsadas
por ATP con las cuales "bombean" protones del citoplasma hacia el exterior de la célula. La salida de
protones (con carga positiva) del interior de la célula provoca una enorme diferencia en la concentración
de ellos, de manera que el exterior tiene carga positiva y el interior negativo. Como se verá más adelante,
estas bombas de protones que utilizan ATP, usadas en sentido inverso para producir ATP en bacterias,
mitocondrias y cloroplastos, constituyen el principal transductor de energía en todas las células, desde las
bacterias hasta las células de plantas y animales complejos.
La hipótesis aceptada en la actualidad sostiene que la bomba de sodio y potasio (y otras bombas
que requieren ATP) está formada por proteínas transmembranales que se extienden a través ella. La
proteína tiene centros de unión para el Na+ y el ATP en su superficie citoplasmática y para K + en su
superficie externa. Después de una serie de cambios en su conformación son capaces de intercambiar
sodio por potasio a través de la membrana celular. A diferencia de la difusión facilitada, parte de los
cambios de conformación de la proteína durante el ciclo de bombeo requieren de la energía liberada por el
ATP. Parece que la energía se transfiere del ATP a la bomba mediante la formación de un enlace
covalente entre uno de los fosfatos del ATP y la proteína, seguido por la retirada del mismo en etapas más
avanzadas del ciclo de bombeo. Debido al bombeo de 3 iones Na+ positivamente cargados hacia el
exterior de la célula cada dos que bombea hacia el interior, se dice que la bomba es electrogénica, es
decir dirige una corriente neta a través de la membrana tendiendo a crear un potencial eléctrico, con el
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interior negativo con relación al exterior. Por otra parte la bomba tiene un papel directo regulando el
volumen celular a través de sus efectos osmóticos, que pueden hacer que la célula se hinche o se
retraiga. Por último, también se utiliza para dirigir el transporte de azúcares y aminoácidos hacia el interior
de la célula, como se verá a continuación.
16
3. Endocitosis mediada por receptor o ligando: es de tipo específica, captura macromoléculas del
ambiente, fijándose a través de proteínas receptoras ubicadas en la membrana plasmática. Luego,
las moléculas ligadas al receptor emigran hacia las depresiones revestidas, que son regiones de
la superficie citoplásmica de la membrana recubiertas con estructuras en forma de cepillo
(proteínas denominadas clatrinas), momentáneamente forman una estructura en forma de cesto
alrededor de ellas. Algunos segundos después, las vesículas son liberadas dentro del citoplasma;
sin embargo, el recubrimiento se separa de ellas, dejando a las vesículas libres en él. En seguida,
las vesículas se fusionan con otras vesículas semejantes y forman endosomas, vesículas más
grandes que transportan materiales libres, que no están unidos a los receptores de membrana.
Los endosomas forman dos tipos de vesículas: unas contienen receptores que pueden regresar a
la membrana; otras, que contienen las partículas ingeridas, se fusionan con los lisosomas y
después son procesadas por la célula. La endocitosis mediada por receptor resulta ser un proceso
rápido y eficiente. La endocitosis mediada por receptores es un proceso importante: por su medio,
las células animales incorporan hacia su interior el colesterol del torrente circulatorio. Gran parte
del mecanismo de esta variedad de endocitosis fue detallada en estudios del receptor de
lipoproteínas de baja densidad (LDL, “low density lipoproteins”). El LDL está constituido por
proteína flanqueada por moléculas de fosfolípidos y colesterol; en el centro hay un acumulo de
moléculas de colesterol esterificado con ácidos grasos de cadena larga. Las partículas de proteína
de baja densidad (LDL) se unen a proteínas receptoras específicas en la membrana plasmática.
Los complejos receptores de LDL se mueven a lo largo de la superficie y se agrupan en la región
de placas recubiertas con clatrina de la membrana plasmática. La endocitosis de tales placas
recubiertas da por resultado la formación de vesículas recubiertas en el citoplasma celular.
Algunos segundos después el recubrimiento de clatrina se elimina y las vesículas se fusionan con 18
otras similares hasta formarse grandes vesículas (endosomas jóvenes “early endosomes”). En
estas estructuras, los receptores y las partículas de LDL se disocian, separan y dirigen hacia
diferentes regiones de la vesícula. A partir de los endosomas se forman nuevas vesículas. Las
vesículas que contienen los receptores se desplazan hacia la superficie y se fusionan con la
membrana plasmática, en la cual los receptores son reciclados. Las vesículas que contienen
partículas de LDL se fusionan con los lisosomas. Finalmente el colesterol se libera por medio de
diversas enzimas hidrolíticas: sólo entonces puede utilizarlo la célula. Las personas con
incapacidad hereditaria para la producción de receptores de membrana para el LDL (puede faltar
el gen o fabricar un receptor defectuoso, incapaz de unirse a la cubierta de clatrinas) son
propensas a arterioesclerosis prematura y a sufrir ataques cardíacos.
El reciclaje del receptor de LDL a la membrana plasmática a través de la formación de vesículas
ilustra un problema común a todas las células que emplean los mecanismos de endocitosis y exocitosis.
En las células que secretan sustancias en forma continua, una
porción equivalente de membrana debe incorporarse al interior
de la célula por cada vesícula que se fusiona con la membrana
plasmática; de no ocurrir así, la superficie de la célula estaría
en expansión constante, aunque el crecimiento de la célula
esté limitado. Existe una situación similar para las células que
realizan endocitosis. Los macrófagos, por ejemplo, incorporan
en forma de vesículas el equivalente del total de su volumen en
cerca de 30 minutos, y requieren un reciclamiento similar para
que las células mantengan su área de superficie y su volumen.
la célula emisora hacia la dendrita (u otra parte) de la célula receptora. Este neurotransmisor será luego
recuperado por endocitosis para ser reutilizado. Sin este proceso, se produciríaun fracaso en la
transmisión del impulso nervioso entre neuronas.
La secreción puede ser constitutiva, como cierto tipo de proteínas que son regularmente
secretadas por la célula, o ser una secreción regulada, cuando es necesario que una sustancia externa
(una señal, como una hormona o un neurotransmisor) desencadene un proceso (transducción de señal)
que finaliza con la secreción de una sustancia producida por la célula que es requerida en el medio
extracelular.
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CÉLULA I/Membranas Biológicas y Transporte
Gonzalo Vázquez Palacios
BIBLIOGRAFIA
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Stryer L.(1992). Bioquímica. Ed. Reverté. 3ra Edic.1992.
CUESTIONARIO TEÓRICO
1. ¿Por qué se dice que las membranas celulares no son paredes rígidas sino estructuras complejas y
dinámicas?
2. ¿Cómo podría explicar el “modelo del mosaico fluido” y cuál es su relación con el comportamiento de las
membranas biológicas?
3. ¿Qué características tiene una sustancia anfipática? ¿Todas las moléculas que integran la membrana
plasmática son anfipáticas?
4. ¿La membrana plasmática es simétrica o asimétrica? ¿Cuál es el efecto funcional de este hecho?
5. ¿Cuál es la función de las proteínas presentes en la membrana plasmática? ¿Qué tipos de proteínas de
membrana conoce?
6. ¿Cómo explica que si en la membrana plasmática hay un 50% de lípidos y otro tanto de proteínas, la
relación numérica sea de alrededor de 50 moléculas de fosfolípidos por cada molécula de proteína?
7. Explique por qué es falsa esta expresión: “la diferencia entre proteínas solubles y proteínas ligadas a
membranas consiste en que una no contiene aminoácidos hidrofóbicos y la otra sí”
8. ¿Qué diferencias existen entre los fenómenos de difusión, diálisis y ósmosis?
9. ¿De qué depende que una solución sea isotónica, hipotónica o hipertónica?
10. Los iones, azúcares, aminoácidos, nucleótidos y muchos metabolitos ingresan a la célula por el
mecanismo de difusión facilitada. ¿Es necesario algún componente especial en la membrana
plasmática para que esto suceda?
11. ¿A qué se denomina “transporte activo” de moléculas a través de la membrana plasmática? Mencione
ejemplos.
12. ¿Qué diferencia hay entre la endocitosis, la fagocitosis y la autofagia? ¿Qué es lo que tienen en común?
13. Describa la endocitosis mediada por receptores.
14. ¿En qué consiste un sistema de transporte múltiple integrado? Proporcione un ejemplo.
15. ¿Qué entiende por exocitosis? ¿Qué diferencias existen entre una secreción constitutiva y una secreción
regulada?
CÉLULA I/Membranas Biológicas y Transporte
Gonzalo Vázquez Palacios
El transportador defectuoso de la fibrosis quística formar una delgada capa sobre la superficie de
UN ACERCAMIENTO A LAS MEMBRANAS estos recubrimientos. La mucosidad, que lubrica
CELULARES los tejidos y ayuda a evitar infecciones, se desliza
Sin importar qué tan pequeña sea una célula, es libremente y sin dificultad sobre la película acuosa.
un ser vivo que lleva a cabo operaciones
peligrosas. Piensa en las células de todo tu cuerpo
y en cómo deben responder a algo tan común
como el agua. En todo momento deben desplazar
el agua y los solutos en uno y otro sentido de su 21
membrana plasmática. Las sustancias que pasan
a través de la membrana deben ser
cuidadosamente seleccionadas, ya que del
mantenimiento de las condiciones favorables
depende la supervivencia de cada célula, en último
término, de todo el cuerpo. Cuando todo va bien,
las células toman y expulsan las cantidades En ocasiones, la codificación genética para el
precisas, ni muy bajas, ni excesivas. Pero no regulador de la conductancia transmembrana de la
siempre salen bien las cosas. Existe un canal fibrosis quística, en inglés cystic fibrosis
proteico, llamado CFTR, que como todos los transmembrane conductance regulator o para los
canales atraviesa la membrana plasmática de las amigos CFTR, muta lo que provoca que el cloruro
células epiteliales. Este tipo de células formado un y el agua no atraviesen de manera adecuada los
tejido formado por una o varias capas de células epitelios, de modo que no se forma el resbaladizo
unidas entre si que recubren todas las superficies recubrimiento. En su ausencia, la mucosidad se
libres del organismo, y constituyen el recubrimiento hace espesa, se seca y su flujo se dificulta. Esto
interno de las cavidades, órganos huecos, provoca que, por ejemplo, se obstruyan los
conductos del cuerpo y la piel y que también conductos del páncreas, que las enzimas
forman las mucosas y las glándulas. digestivas no puedan llegar al intestino delgado, en
consecuencia los alimentos no se digieren y no
son absorbidos lo que genera a su vez que la
persona baje de peso. Las glándulas sudoríparas
excretan el exceso de sal alterando el equilibrio de
agua y sodio del cuerpo, lo cual afecta al corazón y
a todos los órganos con tejido epitelial. En los
varones ocasiona esterilidad.
¿Pero qué ocurre con las vías respiratorias? Por lo regular,
las células ciliadas, con finas estructuras semejantes a
pelos, barren los gérmenes y partículas de polvo que
inhalamos y que son atrapadas en la capa de moco que
recubre las vías aéreas. Pero en este caso no sucede así,
se forman biocapas, estructuras espesas y pegajosas
constituidas de poblaciones de bacterias ancladas sobre el
recubrimiento mucoso. Las biocapas resisten fuertemente
las defensas del cuerpo y a los antibióticos. La
Pseudomona aeruginosa es la más eficiente de las
colonizadoras, y es la causante de infecciones crónicas. La
Representación esquemática del canal CFTR. Este se
mayoría de los pacientes con fibrosis quística (FQ) mueren
compone de 5 dominios: dos dominios membrana-llave,
que forman el canal del ion cloruro; dos dominios
por insuficiencia pulmonar y, en general no tienen una
nucleótidos-vinculantes que unen e hidrolizan ATP, y un expectativa de vida mayor de 30 años.
dominio regulador.
La CFTR mutante es la proteína que inicia todos estos
En condiciones de salud, los iones cloruro eventos de la FQ, que en la actualidad es uno de los
atraviesan dichas células junto con el agua para trastornos genéticos mortales más común en niños. De
CÉLULA I/Membranas Biológicas y Transporte
Gonzalo Vázquez Palacios
acuerdo con la Asociación 1) Fibrosis quística: la frontera del conocimiento molecular y sus
Mexicana de FQ, alrededor de aplicaciones clínicas. Lorena Orozco, et al. (2006). Rev Inv
Clin 58(2): 139-152.
400 niños nacen cada año en http://www.scielo.org.mx/pdf/ric/v58n2/v58n2a7.pdf
México con esta enfermedad, sin embargo, con los
recursos e infraestructura actuales, solamente el 15% de 2) Fibrosis quística: Guías clínicas para el diagnostico y
ellos son diagnosticados con vida, el resto, 85%, fallece tratamiento, Dr. José Luis Lezama Fernández (Editor).
Editorial Intersistemas. México D.F., 2008.
antes de cumplir los 4 años de edad por complicaciones http://www.fibrosisquistica.org.mx/home/data/docs/Fibrosis_Q
respiratorias y desnutrición. Se cree que existen uistica.pdf
actualmente en nuestro país alrededor de 6,000 niños con
FQ los cuales no tienen acceso a un tratamiento 3) La fibrosis quística y el gen CFTR.
especializado. http://atlasgeneticsoncology.org/Educ/CistFibID30032SS.html