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Trastornos paroxísticos no epilépticos

21 Mª Teresa Alonso Salas, Alfredo Palomino García


Hospital Universitario Virgen del Rocío. Sevilla.

INTRODUCCIÓN tante, puede ser de mayor utilidad el conocimiento de


La epilepsia es una enfermedad neurológica la presentación sintomática de cada tipo de crisis no
común en la infancia, con una prevalencia de un 1%. epiléptica al objeto de establecer un adecuado diag-
Pero a lo largo de la vida hasta el 10% de la pobla- nóstico diferencial, que será casi siempre clínico y en
ción presentará algún tipo de crisis: febriles, metabó- ocasiones extremadamente difícil. Por último Nieto
licas, secundarias a enfermedades infecciosas o a trau- Barrera y colaboradores, partiendo de la primitiva cla-
matismos, por supresión de drogas, por accidentes sificación de Gastaut excluye de los trastornos paro-
cerebro-vasculares o procesos que simulan crisis epi- xísticos no epilépticos (que denominan crisis cerebra-
lépticas. El diagnóstico de epilepsia es a menudo difí- les no epilépticas) la causa tóxica o metabólica por-
cil, y con mucha frecuencia puede ser confundido con que puede tratarse de una crisis epiléptica ocasional
otros tipos de trastornos que cursan de forma episó- o no ser de causa cerebral. La clasificación que pre-
dica. Estos trastornos pueden acompañarse de altera- sentamos a continuación consiste en la agrupación de
ción de la conciencia, de movimientos anormales o determinados síndromes según su semiología clínica
de cianosis, por lo que es frecuente confundirlos con en unos casos y en otros según el posible mecanismo
epilepsia. El diagnóstico temprano de estos eventos fisiopatológico de la crisis (Tabla I). Los autores de
y la clara diferenciación con crisis epilépticas son este capítulo entendemos que la importancia del tema
esenciales para su manejo, al objeto de evitar trata- deriva esencialmente de un diagnóstico adecuado y
mientos anticonvulsivos prolongados, inefectivos e precoz, por lo que incluimos en este concepto a todo
innecesarios, así como para enfocar el manejo de estas aquel evento que pueda simular una crisis epiléptica
crisis, tanto desde el asesoramiento a los padres, como por la presentación de forma paroxística de trastornos
a la búsqueda de una causa subyacente si la hubiera del movimiento, en ocasiones con crisis tónicas o sacu-
y una alternativa terapéutica. Esto es de extraordi- didas clónicas, a veces acompañados de pérdida de
naria importancia sobre todo en las crisis de origen conciencia, y que no están desencadenados por una
cardiaco y en las crisis psicógenas. descarga anormal, excesiva y desordenada de una
Gastaut y Broughton ya en 1972, clasificaron las población neuronal, sino que reconocen en su ori-
crisis no epilépticas dentro de 4 categorías principa- gen mecanismos de producción diferentes al epilép-
les: Anóxica, Tóxica, Psíquica y Relacionada con el tico. Estas manifestaciones, por su espectacularidad
sueño. inquietan al entorno familiar y por su expresividad
Esas categorías siguen siendo relevantes en la clínica: aparición súbita, curso clínico estereotipado
actualidad para contextualizar el rango de enferme- y cese inmediato, pueden confundirse en no pocas
dades que se presentan como alteraciones paroxísti- ocasiones con crisis epilépticas. Según los distintos
cas y que simulan crisis epilépticas. Más recientemen- autores, hasta un 25% de los pacientes que acuden a
te Porter propuso la división en dos grandes catego- la consulta con el diagnóstico inicial de epilepsia pue-
rías: psicógena o fisiológica, dependiendo de si los de presentar este tipo de episodios, de los cuales el
eventos reflejan un proceso primario psicógeno u orgá- más frecuente es el síncope, seguido de trastornos psí-
nico. Pero aunque la clasificación etiológica es impor- quicos, espasmos del sollozo, terrores nocturnos y
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TABLA I. Clasificación de los trastornos DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LOS


paroxísticos no epilépticos EVENTOS PAROXÍSTICOS
Un diagnóstico erróneo de epilepsia es extre-
1. Crisis anóxicas madamente frecuente en las crisis paroxísticas no epi-
a. Espasmo del sollozo lépticas, de forma que entre un 10 y un 20% de los
b. Síncope niños enviados a consulta de neurología por crisis
intratables pueden presentar este tipo de crisis. La his-
2. Trastornos paroxísticos del Sueño toria es esencial para establecer el diagnóstico correc-
a. Terrores nocturnos to, que debe incluir la naturaleza de síntomas premo-
b. Movimientos anormales durante el sueño nitorios, la presencia o ausencia de palidez, y si hay
c. Alucinaciones hipnagógicas-hipnopómpicas cambios posturales. El aura es típicamente largo en
d. Narcolepsia-cataplejía
crisis sincopales y de segundos en las crisis epilépti-
3. Trastornos motores paroxísticos cas. Se debe conseguir una descripción precisa del
a. Tics
evento del paciente si es posible, y de los observado-
b. Coreoatetosis paroxística res en la mayoría de los casos. Los movimientos atí-
c. Discinesias paroxísticas yatrógenas picos y el comportamiento no estereotipado son más
d. Tortícolis paroxístico del lactante usuales en las crisis no epilépticas, en las epilépticas
e. Síndrome de sobresaltos o hiperplexia los movimientos suelen ser estereotipados, repetiti-
f. Estremecimiento. vos y tónico-clónicos bien organizados. Los movi-
g. Temblor mentoniano hereditario mientos de la lengua y la incontinencia son raros en
h. Síndrome de Sandifer las crisis no epilépticas. Hay que recoger la frecuen-
i. Síndrome distonía-mioclonía cia de las crisis, las horas y situaciones en las que ocu-
4. Otros trastornos paroxísticos
rren, posibles precipitantes como estrés, sueño o cam-
bios en el tono postural: las crisis epilépticas es impro-
a. Vértigo paroxístico benigno bable que se vean precipitadas por estímulos externos
b. Masturbación
c. Ensoñación
o cambios en la postura. Debe obtenerse una histo-
d. Migraña ria detallada de los posibles medicamentos que pue-
e. Síndrome periódico da haber tomado el niño o tome regularmente, la his-
toria familiar y social. En niños con crisis psicógenas
5. Crisis de origen psicógeno es frecuente recoger en la historia clínica la visión pre-
a. Ataques de rabia o síndrome de descontrol via de crisis en otros miembros de la familia, ami-
episódico gos o compañeros de colegio, de forma que los even-
b. Crisis psicógenas tos no epilépticos mimetizan las crisis observadas.
c. Trastorno facticio o síndrome de Münchausen Es esencial una exploración física completa: la
d. Síndrome de Münchausen por poderes. detección de soplos cardiacos, alteraciones de la pre-
sión arterial, trastornos del ritmo cardiaco, la existen-
cia de focalidad neurológica o alteración del nivel de
migraña. Y hasta un 12% de los niños con epilepsia alerta intercríticos sugieren que debe ser explorada
refractaria al tratamiento pueden presentar crisis no una condición no epiléptica.
epilépticas, en ocasiones asociadas a crisis epilépti- Si existen dudas diagnósticas después de una
cas y en otros casos (hasta 1/3 de los casos en la serie anamnesis y una exploración cuidadosas, o bien se
de Metrick y colaboradores, crisis psicógenas o fisio- sospecha epilepsia, se debe realizar un electroencefa-
lógicas puras). En la serie de Uldall y colaboradores, lograma (EEG) en vigilia y de sueño, con estimula-
hasta un 30% de los niños referidos a la consulta con ción fotónica e hiperventilación. Se debe intentar
diagnóstico clínico de epilepsia presentaba otros diag- reproducir durante la realización del EEG las causas
nósticos. que suelen desencadenar las crisis. Sin embargo, la
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información obtenida de un EEG intercrisis es baja. que pueda establecer el diagnóstico definitivo del tipo
Hasta un 2-18% de los niños sin epilepsia presentan de crisis e instaurar el tratamiento correcto.
descargas epileptiformes, especialmente en regiones
centro-temporales. Es más, existe un número de patro- 1. CRISIS ANÓXICAS
nes electroencefalográficos que son variantes benig- a. Espasmo del sollozo
nas no relacionadas con la epilepsia, que a menudo se Un espasmo del sollozo puede constituir una
pueden interpretar erróneamente como epileptifor- experiencia aterradora para los padres, porque el niño
mes. Por otro lado, un EEG normal no excluye la posi- se queda inerte y sin respuesta en el acmé de la crisis
bilidad de epilepsia. Sólo el 50% de los pacientes pre- debido a anoxia cerebral. Dos formas: cianótica, la
senta un primer EEG intercrisis anormal, que ascien- más frecuente, y pálida, pudiendo darse las dos for-
de hasta el 84% en el tercero y el 92% en el cuarto. mas en el mismo niño. Ocurre hasta en un 4% de los
El EEG puede permanecer normal, incluso durante la niños.
crisis en algunas crisis parciales. Además, un EEG 1. Crisis cianóticas. Siempre se desencadenan por
patológico no es diagnóstico de epilepsia. Sólo si se una reprimenda o por una emoción del lactan-
consigue registrar una crisis observada en el EEG pue- te. El episodio se inicia con un breve grito estri-
de ser diagnosticada una crisis epiléptica definitiva- dente, seguido de una espiración forzada y una
mente. apnea. De forma rápida aparece cianosis gene-
Si se plantea el diagnóstico diferencial con un ralizada, que en estadios avanzados se acompa-
síncope debe realizarse un electrocardiograma (EKG) ña de pérdida de conciencia, y una o varias sacu-
completo y un Holter que pueda detectar trastornos didas clónicas generalizadas, opistótonos y bra-
de la conducción cardiaca, como bloqueo AV, bloqueo dicardia. El EEG intercrisis es normal. El espas-
del nodo atrioventricular, o alargamiento del QT. mo del sollozo puede repetirse al cabo de unas
Los estudios de neuroimagen son especialmen- horas o hacerlo sólo de forma esporádica, pero
te útiles para excluir patología lesional, particular- siempre de forma muy estereotipada. Son muy
mente si existe alguna anormalidad en la exploración raros por debajo de los seis meses de edad, alcan-
neurológica. La Resonancia Magnética (RM) es alta- zan su máxima incidencia a los dos años, y sue-
mente sensible en la detección de anomalías estruc- len remitir antes de los cinco años. El tratamien-
turales sutiles. to consiste en tranquilizar y asesorar a los padres
La polisomnografía podrá utilizarse si se sospe- sobre la conducta más adecuada: colocar al niño
cha una alteración del sueño como narcolepsia, movi- en la cama a salvo de riesgos y evitando abrazar-
mientos anormales relacionados con el sueño o para- le, jugar o cogerlo en brazos durante la crisis y
somnias. Pueden también considerarse estudios meta- un espacio de tiempo después de haberse recu-
bólicos y hormonales que puedan tener relación con perado del todo.
la producción de crisis de repetición: hormonas tiroi- 2. Crisis pálidas. Menos frecuentes que las cianó-
deas, glucosa y parathormona (PTH). ticas. Se desencadenan de forma típica por una
Para pacientes con crisis persistentes, la realiza- experiencia dolorosa, como una caída, un golpe
ción de un video-EEG puede ser la prueba más efec- en la cabeza o un susto repentino. El niño deja de
tiva. respirar, pierde rápidamente la conciencia, está
Puede determinarse la prolactina intercrisis y pos- pálido e hipotónico y puede tener una crisis con-
tictal que estará elevada tras una crisis epiléptica, por vulsiva tónica. Puede registrarse bradicardia con
tratarse de una hormona de elevación rápida en res- periodos de asistolia de más de 2 segundos de
puesta al estrés. Su negatividad sin embargo no des- duración. El EEG intercrisis es normal. La mayo-
carta el diagnóstico de epilepsia. ría responde a las medidas conservadoras comen-
Por último es aconsejable en muchos casos con- tadas en las crisis cianóticas, pero en los casos
sultar a psiquiatría. El trabajo multidisciplinario de muy recurrentes, es aconsejable estudio cardio-
neurólogos, pediatras y psiquiatras es más probable lógico y terapia individualizada.
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b. Síncope mulación del vago o del glosofaríngeo y se desen-


El síncope se debe a una causa reversible de ano- cadena por tos persistente, la micción o defeca-
xia cerebral, que puede ser precipitada por factores ción.
cardíacos y no cardíacos. Aparece después de una alte- Para diferenciar un síncope de una crisis epilép-
ración del metabolismo cerebral, como consecuencia tica es fundamental la historia detallada del episodio
de una disminución del flujo sanguíneo secundaria y los desencadenantes. El episodio de síncope se carac-
generalmente a una hipotensión sistémica, que oca- teriza clínicamente por pérdida de conciencia y del
siona la pérdida de conciencia. La pérdida de concien- tono muscular. Con mucha frecuencia cuando el des-
cia asociada al ejercicio o al estrés rara vez se debe censo del flujo cerebral se produce lentamente, los
a epilepsia, y en todos los casos debe descartarse una pacientes pueden experimentar un aura, con sensación
causa cardíaca. de malestar, náuseas, cambios visuales, signos acústi-
El síncope cardiogénico es mucho menos frecuen- cos o vestibulares, tales como nistagmus y tinnitus.
te en el niño que en el adulto, pero el diagnóstico ade- Los pacientes están pálidos y caen lentamente al sue-
cuado es esencial por su potencial gravedad. Se debe lo. Pueden presentar taquicardia o bradicardia y dia-
en general a una disminución del gasto cardíaco secun- foresis. Pueden producirse breves contracciones tóni-
dario a arritmias (bloqueo aurículo-ventricular, alar- cas de los músculos de la cara, el tronco y las extre-
gamiento del QT y otros trastornos de la conducción), midades en aproximadamente un 50% de los pacien-
defectos anatómicos (especialmente estenosis aórti- tes con síncope. Las convulsiones son más frecuentes
ca) o disfunción miocárdica. si se hace permanecer al paciente incorporado. Si se
La disminución de la perfusión cerebral puede les deja en posición horizontal, suelen recuperarse
producir episodios sincopales de origen no cardia- en aproximadamente 10 segundos, cuando el gasto car-
co: díaco aumenta y se corrige el déficit de perfusión cere-
– La hipotensión ortostática debida a vasodilata- bral. Después del episodio el niño o adolescente está
ción periférica es una causa de síncope común en perfectamente orientado si el flujo cerebral se ha res-
la pubertad y la adolescencia, con calor o inmo- taurado completamente y el episodio ha sido de cor-
vilidad prolongada. También la hipovolemia pue- ta duración (Tabla II). El EEG durante la crisis mues-
de ser causa de síncope por el mismo mecanis- tra una lentificación transitoria, pero no descargas epi-
mo de producción. lépticas. En la mayoría de los niños con síncopes de
– El síncope vasovagal es el más frecuente. Se causa no aparente, la mesa basculante es capaz de
caracteriza por una pérdida brusca del tono pos- reproducir los síntomas. Si los síncopes vaso-vaga-
tural e inconsciencia asociada con una caída en les son muy recurrentes, pueden responder a beta-blo-
la presión arterial sistólica, que frecuentemente queantes por vía oral. En algún caso, cuando los sín-
es precipitada por una respuesta emocional extre- copes se acompañan de bradicardia extrema puede ser
ma producida por miedo o dolor. Se debe a vaso- necesaria la colocación de un marcapasos.
dilatación esplácnica y de vasos de miembros jun-
to a una estimulación vagal, que lleva a una hipo- 2. TRASTORNOS PAROXÍSTICOS DEL
tensión brusca y bradicardia. Suele acompañar- SUEÑO
se de síntomas prodrómicos (náuseas, visión Las parasomnias pueden ser definidas como epi-
borrosa, taquicardia, palidez, sudación). Si se pro- sodios recurrentes del comportamiento, experiencias
longa pueden aparecer hipertonía, clonías y rela- o cambios fisiológicos que ocurren exclusivamente o
jación de esfínteres. predominantemente durante o en relación con el sue-
– El síncope reflejo o situacional. El más frecuen- ño. Algunos son fenómenos primarios del sueño, otros
te es el secundario a una maniobra de Valsalva, pueden ser considerados secundarios o manifestacio-
que aumenta la presión torácica o abdominal, lo nes de enfermedades orgánicas o psiquiátricas.
que lleva a una disminución del gasto cardiaco y Los trastornos relacionados con el sueño son
el flujo cerebral. Se puede producir por la esti- importantes por muchas razones: por un lado la
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TABLA II. Características clínicas del síncope y de las crisis tónico-clónicas generalizadas.

Síncope Crisis
Factores precipitantes ~50% No habitualmente
Tono muscular Fláccido o rígido Rígido
Convulsiones ~50% < 30 segundos, arrítmica, Siempre, al menos de 1-2 minutos,
multifocal y/o generalizada rítmica, generalizada
Ojos Abiertos, transitoriamente Abiertos, a menudo con desviación
revulsión o desviación lateral mantenida
Alucinaciones Excepcionalmente pueden Pueden preceder a la crisis en la
aparecer al final de la crisis epilepsia focal
Incontinencia Común Común
Movimientos de la lengua Raro Común
Confusión postcrisis < 3 segundos 2-20 minutos
Prolactina y creatinkinasa Normal Elevada

angustia del niño y la preocupación que le supone tal. Por último aconsejarles que eviten despertarle,
presentar episodios que no puede controlar, espe- que lo controlen o que lo tranquilicen hasta que que-
cialmente si le ocurre fuera de casa, además del ries- de dormido de nuevo. En los casos de sonambulis-
go de daño accidental durante estos episodios. Por mo o terrores nocturnos que se presentan a la mis-
otro lado, el desconocimiento de la causa de las cri- ma hora, puede ser aconsejable despertarlo de 15
sis puede causar preocupación a los padres que no a 30 minutos antes de la hora habitual del episodio.
saben si el niño presenta algún disturbio psicológi- La medicación con benzodiacepinas debería ser
co o algún tipo de epilepsia. Los profesionales pue- reservada para situaciones verdaderamente preocu-
den compartir esta preocupación. Los trastornos del pantes o peligrosas donde han fallado otras medi-
despertar por ejemplo pueden ser la manifestación das. Por último, si existe evidencia de trastorno psi-
clínica de una condición psiquiátrica subyacente. cológico subyacente, es esencial un enfoque tera-
Cuando esto ocurre, suele tratarse de crisis muy fre- péutico dirigido a la causa.
cuentes, más tarde durante el sueño y no al comien- Pero posiblemente la principal preocupación de
zo, recurren después de haber parado, persistentes distinguir parasomnias primarias de las secundarias
en el tiempo o precedidas de una situación trau- es establecer un adecuado diagnóstico diferencial con
mática (ejemplo abuso sexual). En los niños, sin crisis epilépticas que puedan ocurrir durante el sue-
embargo, la mayoría de los trastornos del despertar ño, y que en muchas ocasiones se dan en los mismos
suelen ser propios del desarrollo y desaparecen con niños simultáneamente. Las crisis epilépticas que se
el tiempo. El tratamiento consistirá en general en presentan durante el sueño son muy frecuentes, a
tranquilizar a los padres, cuando está justificado, menudo pasan desapercibidas, con el riesgo de con-
que deben entender que estos trastornos no se deben fusión en el diagnóstico. En la mayoría de los casos
a una enfermedad mental del niño y que pueden ser la epilepsia puede distinguirse bien de las parasom-
esperables en esas etapas del desarrollo; en segun- nias primarias con una evaluación clínica cuidadosa
do lugar asegurar una adecuada y regular rutina del combinada con estudios del sueño y monitorización
sueño, evitando pérdida del sueño e interrupciones, del EEG. La presentación de los ataques no sólo de
en tercer lugar, organizar el entorno del niño lo más noche, sino también durante el día nos hará pensar
seguro posible para evitar riesgo de daño acciden- con más probabilidad en el diagnóstico de epilepsia.
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a. Terrores nocturnos les o táctiles. Se asocian con frecuencia a narcolep-


Son frecuentes en niños varones entre 5 y 7 años sia, cataplejía y parálisis del sueño.
de edad. Aparecen en un 1-3% de los niños y suelen
remitir pronto. Comienzo brusco entre la medianoche d. Narcolepsia-cataplejía
y las 2 de la madrugada, durante las fases 3 ó 4 del La narcolepsia se define como un ataque irre-
sueño de ondas lentas. El niño grita y se muestra asus- sistible de sueño durante el día, a menudo en conjun-
tado, con las pupilas dilatadas, taquicardia e hiper- ción con la tríada de cataplejía, parálisis del sueño y
ventilación. El niño habla poco o nada, puede agitar- alucinaciones hipnagógicas. La cataplejía ocurre apro-
se violentamente, no se consigue calmar y no se per- ximadamente en el 50% de los pacientes con narco-
cata de la presencia de los padres ni de lo que le rodea. lepsia y consiste en caída súbita, a menudo precipita-
Pocos minutos después vuelve a quedar dormido, y a da por risa o alguna emoción fuerte, pero la atonía
la mañana siguiente no tiene recuerdo de lo sucedi- puede afectar a cualquier parte del cuerpo, lo que oca-
do. Aproximadamente un tercio de los niños tiene tam- siona fácil confusión con una crisis epiléptica. Duran-
bién sonambulismo. En los niños con terrores noctur- te el episodio el paciente no pierde la conciencia, pero
nos de forma prolongada debe buscarse un trastorno se cae y permanece inmóvil unos minutos hasta que
emocional subyacente. Puede recomendarse durante recupera el tono muscular. El tratamiento es comple-
un corto periodo de tiempo diazepam o imipramina. jo y multidisciplinar, basándose sobre todo en adap-
tación de la vida del paciente a las circunstancias de
b. Movimientos anormales durante el sueño su enfermedad: siestas programadas, evitar la conduc-
Los movimientos que aparecen durante el sueño ción o situaciones de riesgo. El tratamiento con fár-
pueden ser confundidos con fenómenos epilépticos. macos permanece muy discutido, las anfetaminas,
– Mioclonías fisiológicas del sueño o sacudidas el metilfenidato o los antidepresivos tricíclicos pro-
bruscas de extremidades, que a menudo despier- ducen comúnmente efectos secundarios como ansie-
tan al niño. Se presentan en la fase de transición dad, euforia, somnolencia excesiva y desarrollo de
de vigilia al sueño y en la fase REM. tolerancia. Pueden ser útiles los inhibidores de la recap-
– Jactatio capitis nocturna: son movimientos rítmi- tación de la noradrenalina y el modafinilo.
cos de la cabeza sobre la almohada. Se conside-
ra como un ritual o conducta estereotipada que 3. TRASTORNOS MOTORES
ejecuta el niño para facilitar el sueño. Preferen- PAROXÍSTICOS
temente entre los 2 y 4 años. En la infancia se producen un gran número de
– Movimientos periódicos de los miembros infe- trastornos motores episódicos que pueden en ocasio-
riores: similar, pero más prolongados que las mio- nes plantear el diagnóstico diferencial con crisis epi-
clonías fisiológicas del sueño y pueden presen- lépticas. Los trastornos del movimiento focales o paro-
tarse a lo largo de todo el periodo de sueño, en la xísticos peden simular crisis motoras focales. La hiper-
fase no-REM. Puede estar asociado al síndrome plexia recuerda las crisis mioclónicas ó atónicas. La
de piernas inquietas. discinesia paroxística es otra entidad que puede con-
– Síndrome de piernas inquietas: imposibilidad para fundirse fácilmente con epilepsia.
mantener en reposo las extremidades, especial-
mente las inferiores, o cualquier otra parte del a. Tics
cuerpo, alterando la eficiencia del sueño. La cau- Son movimientos bruscos, involuntarios, bre-
sa puede ser genética, farmacológica o ligada a ves y sin objetivo que artefactan la motilidad nor-
alteración del metabolismo del hierro. mal y que se repiten a intervalos regulares. Pueden
ser reproducidos por el niño y pueden controlarse
c. Alucinaciones hipnagógicas-hipnopómpicas voluntariamente durante cierto tiempo. Es frecuente
Se presentan en la fase de transición vigiliasue- en niños en edad escolar y adolescencia. No hay nun-
ño-vigilia y consisten en sensaciones auditivas, visua- ca afectación de la conciencia y son más elaborados
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que las mioclonías. Se producen preferentemente en menudo no es valorada por los padres por tratarse
cara (periorales y palpebrales), cuello y hombros. de fármacos de uso habitual como tratamiento sinto-
mático de los vómitos.
b. Coreoatetosis paroxística
La discinesia paroxística, también llamada core- d. Tortícolis paroxístico benigno de la infancia
oatetosis paroxística, en sus variantes cinesigénica o Son lactantes que presentan crisis recurrentes de
no cinesigénica, ha sido descrita como un fenómeno inclinación de la cabeza, que se acompañan de pali-
aislado, de forma familiar o adquirida. dez, agitación y vómitos y que aparecen entre los 2 y
La forma cinesigénica se caracteriza por la apa- los 8 meses de edad. Durante las crisis el lactante ofre-
rición brusca de coreoatetosis unilateral o en ocasio- ce resistencia a los movimientos pasivos de la cabe-
nes bilateral, o de posturas distónicas de una pierna o za. Suele remitir a los 2 ó 3 años de edad. Como en el
un brazo, acompañada de disartria y muecas faciales. vértigo paroxístico benigno en estos pacientes se ha
Los movimientos anormales se desencadenan por encontrado alguna alteración de la función vestibu-
movimientos bruscos, especialmente después de levan- lar. Puede asociarse a migraña en edades posteriores.
tarse de la posición de sentado, o por emociones o Todo paciente con esta clínica debe ser estudiado al
estrés. Pocas veces duran más de 1 minuto y se acom- objeto de descartar anomalías de las vértebras cervi-
pañan de pérdida de conciencia. La edad de comien- cales o un tumor de fosa posterior.
zo es típicamente entre los 8 y los 14 años, aunque el
trastorno puede comenzar a partir de los 2 años de e. Síndrome de sobresaltos e hiperplexia
edad. Puede presentar varias crisis diarias o ser inter- Se trata de un trastorno condicionado genética-
mitentes, sucediendo 1 ó 2 veces al mes. La mayor mente de herencia autosómica dominante y que con-
parte de los casos son familiares, sugiriendo una heren- siste en la caída al suelo con hipertonía generalizada
cia autosómica recesiva. Pueden prevenirse con anti- tras un estímulo inesperado como un golpe en la cara
convulsivos, preferentemente carbamacepina a bajas o un ruido fuerte que desencadena una reacción exce-
dosis. siva al sobresalto. A menudo se acompaña de mioclo-
La forma no cinesigénica difiere de la anterior en nías nocturnas y sacudidas diurnas. Algunos pacien-
que los movimientos son más prolongados pero apa- tes han presentado también crisis epilépticas.
recen con menor frecuencia. Ambos grupos pueden
tener una premonición sensorial. f. Crisis de estremecimiento
La forma adquirida es similar en semiología clí- Aparecen en lactantes entre los 4 y 6 meses de
nica a las descritas, pero es secundaria a enfermeda- edad, pudiendo persistir hasta los 6 ó 7 años. Produ-
des metabólicas, como hipoparatiroidismo y a otras cen una postura característica, con flexión brusca de
condiciones neurológicas como esclerosis múltiple, la cabeza y el tronco, y movimientos de estremeci-
infecciones del sistema nervioso central o parálisis miento o escalofrío, similares a los que se producen
cerebral. cuando se vierte de forma inesperada agua helada
El estado de conciencia nunca está comprome- en la espalda de un individuo. Pueden presentar has-
tido y el EEG permanece normal, incluso durante los ta 100 episodios al día o permanecer varias semanas
ataques. Las drogas antiepilépticas son efectivas en sin ninguno. Existe una mayor frecuencia de familia-
el tratamiento de la variedad cinesigénica, pero no en res con temblor esencial benigno que en la población
la forma no cinesigénica. general, por lo que se sospecha pueda ser un precur-
sor infantil de esta entidad.
c. Discinesias paroxísticas yatrógenas
Inducidas por medicación que puede producir g. Temblor mentoniano hereditario
fenómenos extrapiramidales. Son frecuentes en la Puede confundirse con la epilepsia debido a la
infancia, y es esencial recoger en la anamnesis el dato repetición de movimientos rápidos de temblor de la
de la posible medicación que el niño tome, y que a barbilla. Estos ataques vienen precipitados por el
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estrés, la angustia o la frustración y se heredan con pero sin estimulación manual de los genitales. De for-
carácter dominante. Tanto la exploración neurológi- ma repentina comienza a sudar, enrojece, puede emi-
ca como el EEG son normales. tir gruñidos, pero no hay pérdida de conciencia. De
comienzo brusco suele durar varios minutos, a veces
h. Síndrome de Sandifer horas, y tiende a producirse durante los periodos de
Entidad asociada a reflujo gastroesofágico en lac- estrés o aburrimiento. Deben buscarse signos de abu-
tantes y que se caracteriza por sacudidas o contracción so sexual, aunque en la mayoría de los casos no se
tónica de miembros superiores y tronco, con extensión encuentra la causa. Es esencial tranquilizar a los
y flexión de la cabeza, coincidiendo con la regurgita- padres, pues se trata de un cuadro benigno que cede
ción visible o no, en ocasiones con apnea. En algunos espontáneamente a partir de los 3 años de edad y no
casos sólo se presenta el componente cefálico. precisa tratamiento.

i. Síndrome distonía-mioclonía c. Ensoñación


Trastorno del movimiento familiar de herencia En la ensoñación o ensimismamiento, el niño se
autonómica dominante causada por mutación del gen encuentra absorto, ajeno a lo que ocurre alrededor. Es
épsilon-sarcoglicano en el cromosoma 7q21. Es una fácil la confusión con episodios de ausencia o crisis
entidad benigna, caracterizada por temblor mioclóni- parcial compleja, pero un pequeño estímulo lo saca
co irregular y brusco, que mejora sensiblemente con de esta situación, mientras que en las crisis epilépti-
pequeñas cantidades de alcohol, y sutiles anomalías cas el niño interrumpe bruscamente lo que está hacien-
distónicas preferentemente axiales. do sin respuesta a estímulos externos. La presencia
de balanceo del cuerpo durante la crisis, la respuesta
4. OTROS TRASTORNOS PAROXÍSTICOS a estímulos y la no interrupción del juego son ras-
a. Vértigo paroxístico benigno gos característicos de las crisis de ensimismamiento
Se da en niños desde que empiezan a andar has- no epilépticas, mientras que la pérdida de orina, la
ta los tres años. Los ataques aparecen bruscamente desviación de la mirada hacia arriba y los movimien-
y se acompañan de ataxia, provocando la caída del tos espasmódicos de brazos y piernas son específicos
niño o su rechazo a caminar o a sentarse. Durante el de las crisis epilépticas.
ataque puede ser muy evidente un nistagmo horizon-
tal. El niño está asustado y pálido, puede tener náu- d. Migraña
seas y vómitos. No se altera el nivel de conciencia La migraña con aura, que cursa con síntomas de
ni la capacidad para hablar. Al término de la crisis no aparición brusca de disfunción del sistema nervioso,
presentan aletargamiento ni somnolencia. La dura- con síntomas iniciales sensoriales, alteración en oca-
ción de los ataques varía de segundos a minutos y la siones del nivel de conciencia, y a veces, ausencia de
frecuencia de diaria a mensual y también en intensi- cefalea, puede ser causa de confusión con una crisis
dad. Los niños de mayor edad describen la sensación epiléptica. El diagnóstico diferencial se basa sobre
de giro de objetos (vértigo). Es considerado un pre- todo en una minuciosa anamnesis, teniendo en cuen-
cursor de migraña. Puede detectarse alteración de la ta la aparición de los síntomas, los factores desenca-
función vestibular mediante las pruebas calóricas. El denantes, la evolución, la aparición de cefalea, náu-
resto de la exploración neurológica es normal. seas o vómitos, el estado de conciencia y la duración.
No obstante, algunas crisis migrañosas, como la migra-
b. Masturbación ña basilar y la migraña abdominal pueden plantear
La masturbación o conducta de autoestimulación problemas diagnósticos.
puede aparecer en lactantes del sexo femenino entre
los 2 meses y los 3 años de edad. Estas niñas pre- e. Síndrome periódico
sentan episodios estereotipados de posturas tónicas Se denomina síndrome periódico a la asociación
que se acompañan de movimientos de copulación, de cefalea, vómitos, dolor abdominal, fiebre y tras-
Trastornos paroxísticos no epilépticos 197

tornos autonómicos de forma episódica. En muchas genas. Un 20% de los niños enviados a consulta por
ocasiones no se presenta el cuadro completo o predo- crisis refractarias pueden presentar crisis psicógenas.
mina alguno de los síntomas, como es el caso del dolor Aunque este tipo de crisis es muy común, el retraso
abdominal recurrente y los vómitos cíclicos. Estas dos en el diagnóstico suele ser importante, oscilando según
entidades se asocian con migraña en edades posterio- los diferentes autores entre 2-9 años desde la prime-
res. ra crisis. La presencia de signos clínicos típicamen-
te asociados con epilepsia tales como movimientos
5. CRISIS DE ORIGEN PSICÓGENO de la lengua, caída o incontinencia en un principio
a. Ataques de rabia o síndrome de descontrol descarta el diagnóstico de crisis psicógena. Sin embar-
episódico go, en la serie de Kumar y colaboradores, encontra-
El descontrol episódico está clasificado por la ron al menos uno de de estos signos en un 66% de los
American Psychiatric Association (DSM-IV) como niños con crisis psicógenas. Según este trabajo has-
una enfermedad explosiva intermitente. Este tipo de ta un 16% de ellos tenían además alteraciones en el
manifestación puede confundirse en ocasiones con EEG intercrisis. Se debe sospechar un diagnóstico de
crisis parciales complejas. Son niños que presentan crisis psicógenas en niños con crisis incontroladas,
ataques recurrentes de conducta violenta, ante la menor presentación clínica atípica, dificultad para el apren-
provocación. Los ataques consisten en dar patadas, dizaje, retraso mental e historia de abuso sexual o físi-
arañar, morder o vocear, incluso con palabras soeces. co. El vídeo-EEG es extraordinariamente útil en el
El niño o adolescente no puede controlar su conduc- diagnóstico precoz. Hay que tener en cuenta que el
ta y durante el ataque puede parecer un enfermo psi- pronóstico de esta patología en niños es mucho mejor
cótico. El episodio va seguido de cansancio, amnesia que en los adultos tras el tratamiento, probablemente
y de sinceros remordimientos. El EEG basal puede porque se deba más a factores externos, más fácilmen-
mostrar anomalías inespecíficas, y durante la crisis te identificables y más accesibles a una pronta inter-
no muestra alteraciones. Es más frecuente en varones vención. Se presentan típicamente entre los 10 y 18
y se ha asociado con disfunción cerebral mínima y años de edad, con más frecuencia en el sexo femeni-
trauma cerebral. En los periodos intercrisis los indi- no. Aparecen en muchos pacientes con antecedentes
viduos son socialmente normales, y no se asocia con de crisis convulsivas y en algunos se simultanean con
ninguna enfermedad psiquiátrica. Las drogas antiepi- crisis reales. El episodio suele ser muy abigarrado,
lépticas, especialmente la carbamacepina, y los beta- con posturas extrañas, expresiones verbales y movi-
bloqueantes son útiles en el tratamiento. Son fácil- mientos tónicos o clónicos atípicos. El diagnóstico es
mente distinguibles de la crisis epiléptica por la agre- esencial por cuanto estos pacientes con mucha fre-
sión directa que no aparece en la epilepsia. cuencia son sometidos a politerapia anticonvulsiva
ante la falta de respuesta al tratamiento y la frecuen-
b. Crisis psicógena o pseudocrisis cia e intensidad de las crisis. Con frecuencia tienen
Las crisis psicógenas no epilépticas son episo- una personalidad neurótica y sugestionable, que debe
dios de movimientos alterados, sensación con expe- confirmarse por estudios psicológicos. Característi-
riencia similar a las debidas a epilepsia, pero causa- camente durante la crisis no hay dilatación pupilar ni
das por un proceso psicógeno y no asociadas con des- relajación de esfínteres. Pero la mayoría de las veces
cargas eléctricas anormales en el cerebro. El término el diagnóstico definitivo se hará por registro del EEG
pseudo-convulsión o pseudocrisis debe ser evitado durante la crisis que evidenciará un aumento de los
por cuanto no se debe negar la validez de las crisis. artefactos por la contracción muscular, pero con una
Es común en niños y adolescentes, estimándose su actividad de fondo normal libre de descargas epilep-
prevalencia entre 2-33 por 100.000. Es más, hasta un tiformes. Se ha pretendido encontrar una asociación
25% de niños neurológicamente normales y hasta un de la presencia de crisis durante el sueño para dife-
60% de niños con retraso mental enviados a consul- renciar las crisis epilépticas de las crisis psicógenas,
ta por crisis pueden identificarse como crisis psicó- llegando a la conclusión que en ambas entidades la
198 Protocolos diagnóstico-terapéuticos de Urgencias Pediátricas SEUP-AEP

prevalencia de crisis durante el sueño es similar, por tomas no fácilmente explicables, lo que nos hará pen-
tanto no tiene ningún valor para discriminar entre sar en la patología materna, que requiere un tratamien-
ambas, aunque la historia de eventos exclusivamen- to psiquiátrico adecuado, y en muchas ocasiones, un
te durante el sueño es más sugestiva de epilepsia. enfoque multidisciplinar que debe ser muy cuidado-
so e individualizado.
c. Trastorno facticio o Síndrome de Münchausen
En este trastorno los síntomas físicos y psicoló- BIBLIOGRAFÍA
gicos se fingen para simular una situación de enfer- 1. Duncan R, Oto M, Russell AJC, Conway P. Pseudos-
medad, por necesidad psicológica de mantener ese leep events in atienes with psycogenic non- epileptic
papel. La edad de presentación suele ser a partir de seizures: prevalence and associations. J Neurol Neu-
los 10 años de edad. Estos niños o adolescentes tie- rosurg Psychiatry 2004; 75: 1009-1012.
nen una base psicopatológica, con sintomatología que 2. Gastaut H, Brouhton R. Epileptic seizures. Clinical and
puede ser inventada, autoproducida o incluso agra- Electrographic features. Diagnosis and treatment.
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vando un trastorno orgánico previo. Habitualmente
dramatizan su sintomatología pero sin dar detalles 3. Kumar S. Psychogenin Non-Epileptic Seizures. Indian
muy precisos, sometiéndose de buen grado a todas las Pediatrics 2004; 41: 1050-1052.
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fesionales. No debe confundirse con una situación de 5. Metrick ME, Ritter FJ, Gates JR, Jacobs MP, Skare SS,
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Se trata de un trastorno especialmente grave. La
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dad inducida es una crisis convulsiva, a menudo son 8. Stores G. Dramatic parasomnias. J R Soc Med 2001;
inventadas, y en otras ocasiones producida median- 94: 173-176.
te fármacos o asfixia. El diagnóstico es con mucha 9. Uldall P, Alving J, Hansen LK, Kibaek M, Buchholt J.
frecuencia difícil y tardío porque nos encontramos un The misdiagnosis of epilepsy in children admitted to a
niño verdaderamente enfermo, y es la atipicidad de tertiary epilepsy centre with paroxysmal events. Ach
las crisis, la repetición, la simultaneidad con otros sín- Dis Cild 2006; 91: 219-221.

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