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Derecho Comercial
TOMO 1I
Santiago de Chile
IMPRENTA "EL ESFUERZO·'
Eyzaguirre 1116
1936
Índice
DERECHO COMERCIAL
TITULO V
los distintos riesgos que se corren en cada caso; por eso no era posible some-
terlos a los mismos principios. A los trasportes marítimos se refiere el Tí1ulo
IV del Libro lIl.
Las trasportes terrestres comprenden no sólo .los que se hacen por tierra;
sino también los que se hacen por canales, lagos o ríos navegables.
Debemos considerar también una tercera clase de trasporte relativamente
moderno: el trasporte aéreo,que se introdujo en nuestra legislación por DIL.
N.Q 675 de 27 de Octubre de 1925, modificado posteriormente por el D. C. F L.
N.Q 221 de 15 de Mayo de 1931. Veremos como este decreto ley aplica al tras-
porte aéreo reglas en parte análogas a las de1 trasporte terrestre, pero que en
muchos otros puntos aplica a las aeronaves los principios del trasporte maríti J
mo.
2.Q Trasportes hechos por empresarios públicos y trasportes hechos por
empresarios privados.-Se hace esta distinción en el arto 172 que da la., re-
glas aplicable,s a !lno y otr.o caso.
El C. de. C. dedica un párrafo especial a los empresarios públicos, pero
hay que conlpletar esas disposiciones del Código con las diversas disposiciones
que se han dictado sobre el trasporte por ferrocarril, que requiere un mayor
control de la a:utoridad en razón del monopolio de hecho o de derecho que ejer-
ce. Alntes de tender una línea ferroviaria debe obtenerse permiso de la autori-
dad, la cual puede conceder el monopolio durante cierto tiempo para asegu-
rar a la empresa el desarrollo de su negocio; sin embargo, aunqm: no se otor,..
gue este monopolio de derecho, ejercen las empresas ferroviarias un monopo-
lio de hecho, porque ldesallojan todo otro medio de conducción, ya que pueden
efectuar los .trasportes en mayor cantidad, a un precio más bajo y en condi·
ciones más ventajosas, de seguridad y rapidez, que cualquier .0'Íro medio de
trasporte. En estas condiciones, constituido este monopolio, el público no tie-
ne libertad para elegir; hay aquí un contrato de adhesión porque la empre-
sa de trasporte fija previamentes.Us tarifas y el público no puede ir a discutir
co,n ella las condiciones ¡de ese contrato, se le presenta el dilema de aceptar
esas condiciones o de prescindir de ese medio de trasporte.
Se puede temer entonces abusos de parte de esas empresas (tarifas de-
masiado altas, favores a determinados remitentes en desmedro de otros, etc.)
por .jo que ,se hace necesario restringir la libertad de las empresas ferroviarias;
tanto en Chile comó en otros países, ¡as empresas ferroviarias deben someter
sus tarifas a la aprobación del gobierno.
Otras razones que justifican esta legislaciánespecial, son los peligros que
ese monopolio puede acarrear y la ne~esidad de expropiar terrenos para esta-
blecimientos de la vía, constituyéndose servidumbres a favor de la empresa.
Esta industria del trasporte puede ser ejercida por particulares o por el
Estado, pero en ambos casos está sujeta a .jos mismos principios generales y
reglamentarios de todo porteador, contenidas en el C. !Civil y C. de Comercio.
3.Q Trasporte de cosas y trasporte de personas.-Si bien los principios
generales a que ambos se someten son los mismos, forzosamente hay que hacer
distinción, entre uno y otro."El Código de Comercio no hace muchas diferencias
entre ambos tratándose del trasporte terrestre; en cambio, en el trasporte ma-
rítimo hay un párrafo especial destinado a los pasajeros (art. 1067 a 1083).
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CONTRATO DE TRASPORTE
Art. 173. "Llámase carta de porte el documento que las partes otorgan
para acreditar la existencia y condiciones del contrato,' y la entrega de las
mercaderías' al porteador".
Ya habíamos dicho que el contrato de transporte es meramente consen-
sual y que no se necesita documen.to escrito a;lguno como solemnidad para
su perfeccio.namiento, de modo entonces, que la coarta de porte no es una
solemnidad ,del contrato, y de la letra mi'sma del ~rt. 173 se desprende que
es sólo un instrumento probatorio.
La carta de. porte es un recibo de las mercaderías que da el porteador al
cargador; no se 10 extiende sino una vez que" las mercaderías se hallan en
poder del que va a transportarlaJs, y, por el solo hecho de haberse {)ltorgado
carta de porte, se sabe que las mercaderías están en poder del porteador y
las responsabilidades que le incumben. Oracias a este carácter de la carta
de porte, puede ella servir' para Qtros fines que ya señalamos al hablar de la
compraventa, es decir, para hacer la tradición de las mercaderías que esa
carta de porte representa.
El hecho de que la carta de porte sea un medio de prueba, no significa
que se excluyan otros medios. A ese respecto, el art. 179, dice:
"¡En defecth de carta de por·te, la entrega de la carga hecha por. el car-
gador al porteador, podrá justificarse por cualquier medio probatorio".
El Art 174 contiene una disposición de c'arácter suplementario que dice:
"Convenidos los contratantes en el otorgamiento de la carta de porte,
deberán extenderla y firmarla por duplicado. . • _.
Es decir,' dos ejemplares iguales firmadbs por ambos contratantes. Tie·
ne esto gran importancia, porque uno queda en poder del cargador y otro
en pOlder del porteador, en resguardo de sus respectivos derechos. Sinem-
bargo, el Código no ha establecido aquÍ, como 10 hacía el Proyecto, dife-
rencia alguna entre los dos ejemplares. Según el Proyecto; uno de lo's ejem-'
pIares se llamaba "prihcipal" y el otro "duplicado"; cada parte firmaba un
solo ejemplar y ,se lo entregaba a la otra, 10 cual tenía una utilidad especial,
pOJ:1que al hacerse el canje de las cartas de porte, podia saherse si éste
habIa tenido lugar realmente, ya que ambas partes se devolvían recíproca-
mente los ejemplares que habían firmado; en cambio, si los dos ejemplares
son exaciÍamente iguales, como sucede hoy día, podrán cambiarse cuantas. ve-
ces se quiera sin que se pueda saber S'i se ,ha ejecutadó o no' el canje.
El Art. 175 exige que la carta de porte se redacte conforme a ciertas for-
malidades; y a este respecto debemos hacer una dobleobservaci.ón: 1) la
enumeraci.ón que aquí se indica no es ,taxativa (175, inc. final), y 2) estas
ménciones no son esenciales y la falta de una de ellas no vicia la carta de
porte 'Oi le quita su mérito probatorio (Mt. 1'77).
Art. 175 . "Lá carta de porte debe expresar:
l.'l El. nombre, apellido y domicilio del I~argaidor, porteador y consigna-
tario;
2.9 La ca:Iidad genérica de las' mercaderías, su peso y sus marcas y nú-
mero de los bu.ltos que las contengan;
3.QEl ,lugar de la entrega;
4.9 El preció de la conduc,ción;
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5.~ El· plazo en que debe hacerse la entrega de la carga;
6.Q El lugar, día, mes y año del otorgamiento, y
7.9 Cualesquiera otros pactos o condiciones que acordaren los contra.
tan tes". ,
El N.Q 2, que se refiere a la necesidad de dar todos los datos necesarios
para la identificación de las mercaderías, tiene una gran importancia, porql1t~
gracias a esas señales, 'puede el cargador o sus empleados distinguirlas de
l<lls otras y porque gracias a ellas puede el porteador distinguir las mercade-
rías qué le corresponden a cada consignatario. Tienen también sumo interés
práctico, porque generalmente el porté o flete se determina atendiendo a la
calidad de las mercaderías y a su peso. Finalmente, todas estas' menciones
sirven de base para regular después todas las cuestiones relativas a la res-
ponsabilidad en que incurre' el porteador en caso de pérdida o deterioro de
las mercaderías; a este respecto el Art. 209, concordante con el 185, estable-
ce una norma para fijar el valor de esas mercaderías.
Art. 209. "En caso de pérdida, el porteador pagará las mercaderías al
precio que tengan a juicio de peritos en el dia y lugar en que debió verifi-
carse la entrega.
La estimación se hará con .sujeción estricta a las indicaciones de la car~
ta de porte".
Art. 185. "Aun cuando el cargador no sea. propietario de las mercadt'~
rías, su,frirá las pérdidas y averías de ellas, siempre que en la redacción de
la carta de porte les hubiere atribuído una distin,ta calidad genérica de las
que realmente tuvieren.
En ningún caso podrá el cargador hacer responsable al porteador de las
pérdidas o averías que sufrieren los efectos que no se han expresado en la
carta de porte, ni pretender que los efectos expresado.s en la carta tenían
una calidad superior a la enunciada en ella".
El N.Q 3 del Art.175 consagra una de las principales menciones de la car-
ta de porte: la referencia al lugar de la entrega de las mercaderías. Durante
el curso 'del viaje este lugar puede modificarse a petición del porteador.
El N.Q 4 tiene importancia en el caso de que las mercaderías viajen 'sin
porte pagado.
El N.'> 5 tiene cierta importancia, porque una de las causales de respO'n-
sabilidad es el retardo en la entrega de las mercaderías y porque este plazo
sirve pan! apreciar la extinción de las acciones destinadas a hacer efectiva esa
responsabilidad.
Art. 214. "La responsabilidad del porteador por pérdidas, desfalcos y
averías, se extingue:
4.'> Por la prescripción de seis meses en las expediciones realizadas den-
tro de ía República, y de un año en las' dirigidas a territorio extranjero.
En caso de pérdida, la prescripción' principiará a correr desde el día en
que debió ser cumplida ,la conducción, y en el de avería desde la fecha de la
en trf!ga, d e las mercaderías".
Los principios sobre esta materia son básicos, porque se aplican también
al transporte marítimo.
}.Q Causales de responsabilidad del porteador. - Pueden reunirse todas
ellas en cuatro grupos. Cualqu.iera reclamación del cargador, que pudiera dar
lugar a indemnización de perjuicios, se encontrará comprendida en una de es-
tas cuatro caLLsales.
a) La infracción de la obligación señalada en el Art. 191 d~ recibirse de
las mercaderías. - Si el porteador se niega a recibir las mercaderías en el
tiempo y lugar convenidos, deberá satisfacer todos los daños y perjuicios que
con ello pudiera ocasionar al cargador. .
b)La péfldida de las mercaderías. - Puede ser total o parcial. Por el
momento, 10 único que nos interesa es precísar el concepto de "pérdid!a". En
el 'sentido vulgar, se entiende por pérdida la destrucción total de ,las merca-
derías (los vagones se vuelcan, etc.), en cambiQ.. en el sentido legal, y para
los efectos del transporte, hay pérdida siempre que el porteador no sepa dar
cuenta de las mercaderías, más todavía, siempre que el porteador no entrega
las mercaderías al consignatario en el lugar de su destino.
c) Averías en las ll,1ercaderías. - Se entiende que hay ,avería cuandt)
las mercaderías sufren un daño de cualquiera clase, sin destruirse totalmente.
Pero debe tratarse de un daño material y hay ciertos casos en que la l~y
considera a las averías como equivalente de una pérdida total.
En Derecho Marítimo, especialmente al tratar del fletamento, ,se entien-
de que hay avería no sólo cuando las mercaderías han sufrido algún daño'
(averías de daño), sino también cuando ha habido necesidad de efectuar
gastos extraordinarios o imprevistos en favor de mercaderías (avería de
gasto). Sin embargo, es ésta una situación especialísima del transporte marí-
timo y que no se aplica en el transporte terrestre. .
d) Retardo en la entrega de las mercaderías. '-- Se entiende que hay
retardo cuando no se hace el transporte dentro de los plazos convenciona-
les, legales o usuales. En cuanto a la medida de responsabilidad ldel porteador,
será muy fácil establecerla, pues, desde que el Art. 199 establece que éste es
responsable lo mismo que el depositario asalariado, habrá que' aplicarle las
reglas del depósito ya citadas.
En principio, el depósito es gratuito y conforme a los prinCipiOs genera-
les del Art. 1547, el deudor sólo será responsable de la culpa grave. Por eso
el C. C., al tratar del depósito gratuito declara en el Art. 2222 (inc. 1 y 2):
'~Las partes podrán estipular que el depositario responda de toda especie
de culpa.
A falta de estipulación responderá solamente de la culpa grave".
Pero si se estipula remuneración, entonces ya el contrato se entiende ce-
lebrado en interés de ambas partes, y conforme con el mismo Art. 1547, el
deudor deberá responder de la culpa leve.
Dooucimos de aquí que el porteador es responsable hasta de la culpa le-
ve, a virtud de la regla general del Art. 1547 y de los principios particulares,
puesto qüe· el transporte es Un contrato que se celebra en interés de ambas
partes y esa responsabilidad durará desde que se reciba de las mercaderías
hasta que las entregue al consignatario.
2.Q Causas eximentes de responsabilidad. - Son causas eximentes de
responsabilidad: a) el caso fortuito o fuerza mayor; b) el vicio propio de
las mercaderías, y c) el hecho o culpa del cargador o del consignatario.
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a) Caso, fortuita o fuerza mayor. - Es regla general establecida en e)
Art. 1547, que el deudor no es responsable del caso fortuito.
El e C. define el caso fortuito como el ~mprevisto a que es imposible re-
'sistir, sin hacer mayores distinciones, pero en doctrina se suele hacer distin-
'ción entre "caso fortuito" y "fuerza mayor", aplicando la primera expresión a
aquellos acontecimientos que provienen de fuerzas naturales, y la segunda a
'aquellos acontecimie~tos en que tiene intervención el hombre (guerras, mo-
tines, actos de autoridad, etc.). Pero, como decíamos, en nuestra ley no hay
que hacer estas distinciones, porque ambos producen iguales efectos.
Aplicando estos principios al transporte, podemos decir que el porteador
queda enteramente eximido de responsabilidad cuando la pérdida de las mer-
caderías se debe a caso fortuito.
ArL 184.• "Las mercaderfas se transportan a riesgo y ventura ,del car-
grudor, del consignatario o de la persona que invistiere el carácter de propie- '
tario de ellas, y por consiguiente, serán de su cuenta las pérdidas y averías
que sufran durante la conducción por caso fortuito o vicio propio de las' mis-
mas mercaderías, 'Salvo en estos casos.
1.9 Si u'n hecho o culpa del porteador hubiere contribuido al adveni-
miento del caso fortuito.
2." Si. el porteador no hubiere empleado tOlda la diligencia y pericia ne-
cesarias para cortar o atenuar 'los efectos del accidente que hubiere causado
la pérdida o avería;
3.Q Si en la carga, conducción' y conservación de las lTIercaderías no hu-
biere puesto ,la diligencia y cuidado que acostumbran los porteadores inteli-
gentes y precavidos". ,
Hay casos en que las 'mercaderías se destruyen a consecuencia de un in-
cendio; en este caso habrá que remitirnos a las causas mismas del hecho pa-
ra ver si hay caso fortuito o fuerza mayor, porque el incendio por sí sólo no
constituye caso fortuito, es un hecho material que ,consiste en la destrucción
de una cosa por el fuego, podrá ser caso fortuito o no según sus causas: si
proviene de un hecho irresistible e imprevisto, constituirá caso fortuito (te-
rremoto), pero si proviene !de un hecho imputable al porteador (mal estado de
los vehículos: descuido de sus empleados), es evidente que no 'puede hablarse
de caso fortuito o fuerza .mayor. •
De la misma manera, el robo de las mercaderías no es por sí ,sólo caso for-
tuito; así 10 han declarado numerosas veces nuestros tribunales y esa es la
doctrina uniforme a este respecto (R. de D9 y J. T. m, pág. 326). '
El caso fortuito o fuerza mayor puede no pwducir a veces este efecto na-
tural, de' eximir de responsabi'lidad al porteador, y ello o'currirá cuando el
'caso fortuito haya sido precisamente acompañado, o seguido dE!, culpa del
porteador. . ,
(Concuerdan a este respecto el arto 184 del C. de C. con los Arts. 1547,
1548, 1549 y 2016, inc. 2.9 del Código CMl).
b) Vicio propio ¡de las mercaid~rías. - No dice el Art.' 184 10 que debe
entenderse por vicio propio, pero se encuentra una disposición general a pro-
pósito del contrato de seguro y que es útilpara,rodos los demás 'casos en que
se trata de cuestiones de responsabilidad.
Art. 552, inc. 3.9: "Entiéndese por vicio propio el germen de destrucción o
deterioro que lle,van en sí las cosas por su propia \naturaleza o de~tino, aun-
que se las suponga de la más perfecta ,calidad en su especie".
. Vulgarmente suele creerse que vicio propio es un defecto accidental de
la cosa; puede serio, pero no es esto solo, porque puede ser un defecto inhe-
rente anáturaLeza, por perfe,cta que esa cosa sea. Así, por ejemplo, se trata de
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mercaderías que por su naturaleza están expuestas a disminución como los
líquidos (por evaporacíón), otras están sujetas a combustión espontánea (car-
bón. lanas, etc.). En todos estos casos, no se puede propiamente hablar de
"defectos", porque se trata de hechos inherentes a la naturaleza de la cosa.
Sería vicio propio el que un animal se muriera por una enfermedad anterior
durante el transporte.
Puede este vicio propio de la carga, acarrear una nueva consecuencia,
en caso de que los vehículos sufran a,lgún daño a consecuencia del vicio pro-
pio de laf' mercaderías. Al respecto el Art. 2018 del C. C. dispone:
"El que ha contratado con el acarreador para el transporte de una perso-
na o carga, es obligado a pagar el precio o flete del transporte y el resar-
cimiento de daños ocas,ionados por hecho o culpa pasajero o de su fami-
lia o sirvientes, o por el vicio de la carga".
c) Hecho propio del carglldor o del con:signatario. - Esta causal no
está mencionada expresamente en el Art. 184, pero .fluye de los principios
generales y es evidente que si el culpable Ide la pérdida, avería o retardo es
el carg;:,dor o el consignatario, no se ,puede responsabilizar de la culpa de éstos
al porteador. Así, por ejemplo, si la operación de cargar las mercaderías es
ejecutada por el cargador o sus empleados y la pérdida ocurre debido a la
mala forma en que esa operación se hizo, es evidente que no puede responsa-
bilizarse al porteador. .
3.Q Prueba de la responsabilidad. - A este respecto existe en el C. de
C. una disposición que aunque muy breve, tiene un gran alcance práctico. Nos
referimos al ine. 2. del
Art. 207. "Se presume que la pérdida, avería o retardo ocurren por culpa
del porteador". . .
Desde luego, en todo asunto que se presente al respecto, habrá que rc-
~olver previamente una cuestión de hecho (si las mercaderías se han averia-
do, cuantía de esas averías, etc.), pues bien, este artículo tiene una gran
importancia en cuanto al onus probandi, porque, al establecer que la pre-
~unción de la pérdida, avería o retardo ocurre por culpa ·del porteador, ecb
todo el peso de la prueba sobre él y el cargador o el consignatario que en-
tablen una acción de responsabilidad, quedarán libres' de la carga de la
prueba y será el porteador que pretende q'ue no es responsable quien tenga
que destruir esa presunción, demostrando que no hubo culpa de su parte
(puede hacerlo, porque se trata de una presunción simplemente legal).
Sin embargo, la ·ley habla aquí sólo de la pérdida, avería o ret,ardo, pero
nada ha' dicho de la causa cuya prueba corresponde al cargador. Pero esto
es sumamente fácil: probará en primer lugar, el contrato de transporte me-
diante la carta de porte y probará, en segundo lugar, la entrega de las mer-
caderías mediante la misma carta de porte, puesto que ésta· se otorga des-
pués de entregadas las mercaderías, ¿deberá probar que las mercaderías se
perdieron? NO, porque como hemos dicho, hay pérdida en el sentí.do legal,
110 sólo cuando las mercaderías se pierden efectivamente, sino también cuan-
do el porteador no prueba que las entregó al consignatario en el lugar el!':
su destino o· las depositó en poder de la justicia. .
Según el Art. 1698 del C. C., incumbe probar las obligaciones o su ex·
tinción al que alega aquéllas o ésta, es decir, si el cargador prueba la obli-
gación del porteador de entregar las mercaderías en el lugar de su desti~:o,
este últímo deberá probar que las entregó y si no lo hace, se. reputará que
hay pérdida (se entiende que en la acepción legal).
Cuando· lo que se reclama son sólo averías también es relativamente
fácil la situación del cargador y del consignatario, porque en la' carta de
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porte se señala el estaoo de las. -mercalderías y bastará comparar este estado
con el que presentan al llegar al l,ugar de Sl.t destino para ver si existen u
no esas averías y si procede o no acción d'e responsabilidad contra el portea-
Idor. Si. no se ha hecho esa mención en la carta d~ porte, el Código con,tem-
pla otra posibilidad que favorece al cargador o al consignatario, porque
presume que el porteador las ha -recibido en buen e.stado y en ca.so que pre-
tenda :;¡firmar lo contrário, sería 'Sobre él sobre quien recaería el onus probandi.
Art. 181. "No habiendo carta de porte o no enunciándose en ella el es-
tado de las mercaderías, se presume que han sido entregadas al porteador
sanas y en buena condición".
Parecería entonces que la disposición del inciso 2 del Art. 207 es de-
másiado rigurosa, porque,' ¿qué raz;ón ¡hay para imputar la pérdida, avería
o retardo a un hecho del porteador? En' realidad, no. hay tal excesiva rigu-
rosidad y esto que parecería una disp9sición excepcional, no es otra cosa
c¡ueuna confirmaclón de. ~os principios generales del C. C., y. aun borrán-
dola, se llegaría a las mismas conclusiones.
En primer lugar, tenemos el principio tan conocido del Art. 1698;'-. su-
pongamos que el cargador prueba haber entregado ,las mercaderías al por-
teador, -.le corresponder¿entonces a éste entregar las mercaderías conforme
a la carta de porte en el lugar de su ,destino y probar esa entrega o la extin-
ción de su obligación, por haber ocurrido la pérdida, 'avería o retardo, debI-
do a un hecho que no le es imputable. Vemos entonces,' cómo aplicándo las
reglas generales del Art. 1698 se l,lega a los mismos resultados, que parecen
tan excesivamente rigurosos del inc. 2 !del Art. 207 del C. de C. •
La situación también es idéntica a virtud de los Arts. 1547, inc. 3 y 1674
del C. Civil, con 10 cual se confirma 10 que decíam.os acerca de que este Art.
207, inc. 2, no es una disposición de rigor excepcional en contra' del por-
teador.
Por lo demás, esto se justifica por la equidad y por ,la razón: al carga-
dor o al c-onsígnatario ,le sería muy difícil averiguar la ca'usa de la pérdida,
avería o retando, los hechos han ocurrido cuando las mercaderías estaban en,
poder del porteador o ,de sus ,empleados y les sería. imposible averiguar si los
hechos, ocurrieron sin culpa' del porteador o· sus empleados o' con culpa de
ellos. También les sería muy difícil obtener medios de prueb.a. En cambio,
nada esto sucede respecto del porteador.
¿Qué es lo que el porteador deberá probar entonces para quedar libre
de responsabilidad? La ,prueba del porteador deberá ser precisa, no bastará
con que demuestre de una manera vaga que él empleó en el cuidado de la
cosa la diligenci9- de un bllen padre de familia, deberá probar que la pér-
dida, avería o retardo ocurrió por tal caso fortuito, o por tal vicio propio
\ de .las mercaderías, porque de otra manera no destruirá la presunción legal
que pesa sobre é L . . .
Hay a este respecto una sentencia que -tiene 'la importancia de haber re-
sueIto varios puntos de interés en materia de transportes y que ya citamos
tratar del caso fortuito como causa eximente de la responsabilidad del
porteador (Tomo 3, 2.;1 Parte, Secc. I, pág. 326) .
..Doctrina. - Los agentes de las Cías. de Vapores' que reciben de éstas
las mercaderías porteadas, celebran con los destinatarios un contrato de
"facto" que las obliga a' transportar las mercaderías desde la cubiei,ta del
buque hasta entregarla a los consignatarios. Por· consiguiente, habiendo reci-
bido en buenas condiciones un cajón én el puerto de Caldera, consignado a
un comerciante de Copiapó, el agente es responsable, de la entrega de dicho
cajón y su contenido en buenas condiciones. .
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Este contrato de fletamento marítimo no es como el que celebran las
Cías. de Vapores; y no le son aplicables las disposiciones que reglamentan
el transporte marítimo. .
El robo de las mercaderías, mientras éstas permanecen en poder del
porteador, no puede estimarse en derecho como un caso fortuito.
En este caso, el porteador había tratado de eximirse de responsabilidad
probando que había empleado toda la diligencia posible, pero sin probar la
causa de la pérdida de las mercaderías.
En resumen, podríamos entonces decir que siempre que exista cuestión
acerca de la causa ,de la pérdida, avería o retardo en la entrega de las mer-
caderías, deberá entenderse que es culpable el porteador, por no haber logra-
do destruir esa presunción legal del inc. 3 del Art. 207. Hay que ir, pues, al
fondo de la cuestión; así, a propósito del incendio, si el siniestro ha ocurri-
do en los vagones y éstos también perecen, no bastará con que el portea'dor
compruebe que las mercaderías perecieron a causa del incendio, . sino que
tendrá, además, que probar que el incendio ocurrió como -:onsecuencia de
un caso fortuito (un rayo), porque si este incendio ha provenido de un acto
neg1'igente de su parte (falta de lubricante) será culpable y responsable de
esa pérdida.
Tampoco podría el porteador exonerarse de responsabilidad alegando que
las mercaderías fueron robadas, porque el hecho mismo del robo no constitu-
ye caso fortuito y, en consecuencia, deberá probar que usó la debida diligencia.
(Ver sentencia de casación de 9 de Enero de 1906, publicada en el Tomo
III, !l Parte, Sección 1, Pág. 326, de la R. de Derecho y jurisp.).
Puede ocurrir que el porteador a pesar de haber probado con toda la pre-
cisión que requiere la ley el caso fortuito o la fuerza mayor que ha producido
la péndida, avería o retardo de las mercaderí~s, no se exima de responsabili-
dad. Ello ocurre cuando, como 10 dice textualmente el Art. 184 N.o 1, ha habido
un hecho o culpa del porteador que ha contribuído al advenimiento del caso
fortuito, mejor todavía cuando hay culpa del porteador antes, al tiempo o
üespués del caso fortuito. Es evidente que en este caso la carga de la prueba
pasa al cargador, porque si el porteaodor probó el caso fortuito este deberá
producir todos sus efectos ordinarios y será el cargador que alega que un he-
cho culpable del porteador ha ido acompañando al caso fortuito, quien tendrá
que demostrar este aserto.
To~as estas cuestiones se refieren. exclusivamente a la responsabilidad
del porteador y son enteramente independientes de la~ relaciones. de derecho o
.je negocio, que pudiera haber entre el porteador, el cargador, o el C0n-
signatario. Esta cuestión de la responsabilidad es, entonces, una cuesWm dis-
tinta de la relativa a los riesgos, que es ajena al tmasporte mismo y que mir",-
más bien a las relaciones del cargador con el consignatario o de tino de ellos
o de ambos con terceros. .
¿ Cuando se plantean entre esas personas, fuera del contrato de trasporte,
estas cuestiones !de los riesgos?
Pllede suceder que en un pleito sobre responsabilidad del porteador é~,te
pruebe que no tuvo culpa y que la pérdida, avería o retardo se produjo por
caso fortuito, fuerza mayor, o por vicio propio de las mercaderías, ¿quién so-
porta la pérdida o los perjuicios? Será 'el cargador' o el consignatario, según
las reglas generales de de~echo. . -
También habrá que recurrir a esos principios si el porteador, de ser lde-
darado responsable, es insolvente, pues habrá que determinar en este caso
quien debe soportar los riesgos. Lo mismo podemos 'decir para el caso en que
se declara prescrita la acción de responsabilidad en contra del porteador.
continuar
ir atrás
- 21-
'El C. de C., alude precisamente a esta materia y pone especial .cuidad'o
en distinguir perfectamente la cuestión de la responsabilidad de la cuestión
de los riesgos. Así, la primera parte del Art. 184 dice:
"Las mercaderías se trasportan a riesgo y ventura del cargador, del con-
signatario o de la persona que invistiere el caráoter de propietario !de ellas;
y por consiguiente serán de su cuenta las pérdidas y ave das que sufran ~tl
rante la conducción por caso fortuito o vicio propio de las mismas mercade-
rías". '
Pero ia ley no es del todo exacta, porque los riesgos son de cargo del
dueño sólo cuando la cosa no es materia de' obligación y, cuando hay contra-
to, predomina el principio de que las cosas perecen para el acreedor cuanqo
ella es un cuerpo cierto. (Ya habíamos hablado algo de esto al tratar de la
compraventa) .
Por el momento 10 que nos interesa es que el Art. 184 del C. de C., no
modifica esas reglasp del C. C., como ha solido enseñarse en esta Universidad.
Así por ejemplo: si se .trata de un contrato de compraventa entre el cargador
(vendedor) y el consignatario (comprador), las pérdidas o·demás daño,s serán
de cargo del consignatario o comprador aunque no se le hubiera hecho la tra-
dición de las' mercaderías" conforme a las reglas generales que establecen que
,los riesgos son de cargo del ,acreedor. (Reglas que no han sido modificadas por
el C. de C.).
Consecuencia¡s de la responsabilidad.
Privilegio del port~or por los créditos que tenga contra 'el cargador
o consignatario.
Esto era lógico que se reconociera. El porteador puede tener acciones: I.Q
para el cobro del porte, 2.Q para el cobro de los gastos en que hubiere incurri-
do en el porte (embalaje, etc.) 3.Q para el cobro de indemnizaciones, en el ca-
so de ,que las mercaderías adolecieran de un vicio propio. El e. de c., en el
Art. 212 le reconoce un privilegio, pero en este punto hay diferencias con el
e. e. Recordemos el Art. 2474 del C. C., que en su N.9 2 coloca entre los cré-
ditos de segunda clase, el del acarreador o empresario de traspoqtes, sobre
los ,efectos acarreados que tenga en su poder o en el de sus agentes o depen-
dientes, hasta concurrencia de lo que se deba por acarreo, espensas y dañOS;
con tal que dichos efectos sean de la propiedad del deudor" . 'Conviene llamar
la atención a dos puntos: 1.9 rec.onoce este privilegio sobre fas efectos que ten-
ga del cargador y desde el momento en que el acarreador se desprende
de esos efectos deja de ser privilegio; 2.Q que este derecho se reconoce
sólo sobre aquellos efectos que tenga en su poder y que sean de propiedad tlel
deudor. El C. de C., no exige ninguna de estas dos condiciones; reconoce un
privilegio de la misma naturaleza. (2.'1 clase), limitado a los efectos que el por-
teador conduzca. Luego ese privilegio no desaparece por el hecho de que las
mercaderías salgan de manos del porteador, ni exige que sean de propiedad del
consignatario.
Art. 212: "Sobre los efectos que el porteador conduzca, goza de privile-
gio para ser pagado, con preferencia a todos los demás acreedores que el pro-
pietario tenga, del porte y gastos que hubiere hecho.
Este privilegio .se trasmite de un porteador a otro hasta el último que ve-
rifique la entrega".
Como vemos, no exige que estén las myrcaderías en poder del porteador;
y su diferencia con el C. C. queda más marcada, ,con las palabras con que se
presentó en el mensaje; hay un párrafo en que se llama la atención a este pri-
vilegio. Se ha querido que no se retarde el trasporte mercantil y la entrega ,de
~as mercaderías al consignatario, so pretexto de ,perder sus privilegios. Por
consiguiente, el porteador puede entregar .las mercaderías y siempre se mantie-
ne su privilegio. Y 'al mismo tiempo no se ha querido que este privilegio sub-
sista largo tiempo después de entregadas las mercaderías, porque :s.erían un
estorbo para las transacciones. Por eso, al mismo tiempo que se ap'artó del
C. C., en el Art. 213 del C. de C., puso ciertas limitaciones.
Art. 213: "Cesa el privilegio del porteador:
1.'1 Si las mercaderías hubieren pasado a tercer poseedor por título legal
después de transcurridos tres días desde la entrega;
2.9 Si dentro de un mes, contado desde la fecha de la entrega, el porteador
no hubiere usado de su gerecho".
Esto confirma· que existe el privilegio después de la entrega, pero sólo
hasta tres días y un mes después de esa entrega en los casos que señala. ESi()
si, que es sólo 'el privilegio el que se pierde y no el crédito; no se trata de
extinción de acciones. En cuanto al rango mismo del privilegio se presta este
artículO para un análisis igual al del Art. 190. Se emplean los mismos térmi-
nos, dice: "con preferencia a todos los demás acreedores"; sin embargo no es
así, ya dimos la razón por que es ;de 's.egunda clase, es. análogo al N.'1 2 Art.
2474 del C. le., puesto que se ejercita sobre determinados bienes.
- 27-
Trasportes Ferro.viarios.
En relación con las empresas públicas de, trasporte hay que considerar
aparte los trasportes que se .efectúan por medio de ferrocarriles. Ya hemos in-
dicado las razones por las cuales se ha hecho necesaria la dictación de una le-
gislación especial para estas empresas en razón de los abusos a que pueden dar
lugar con motivo del monopolio de hecho o de derecho que ejercen en ·Ia zona
de atracción donde actúan.
Las Empresas ferrovjarias prestan Un servicio de carácter público y por
esta razón y las ya anotadas, podemos decir que se justifica plenamente el que
estén sometidas a una legislación especial.
La primera ley sobre esta materia fué dictada el 6 de Agosto de 1862 y se
la llamó Ley de Policía de Ferrocarriles, pero ha sufrido diversas modificacio-
nes que se encuentrap. refundidas en un texto definitivo fijatio por decreto su-
premo N.Q 1157 de 13 de Julio de 1931.
Es este un cuerpo legal muy extenso debido a que se han incorporado a
él muchas disposiciones de carácter administrativo. Trataremos de hacer un
resúmen lo más breve posible, eliminando todo lo que diga relación con la
parte administrativa de esta ley (expropiaciones para los servicios, servidum-
bres para tender las líneas, etc.). _
Entre nosotros los ferrocarriles están sometidos a la vigilancia del su-
premo gobierno, el cual la ejerce por medio del Departamento de Ferrocarri-
les, dependiente del Ministerio de Fomento.
. El Art. I de la ley comienza diciendo:
"La presente :ley se refiere a las vías férreas de toda naturaleza e.xistentes
a la fecha de su dicfación, 'a las que se establezcan en el futuro y a sus re-
laciones con las demás vías de trasportes. terrestres, aéreas y por agua.
Con todo, sus disposiciones se aplicarán a los ferrocarriles particulares
existentes, en lo que no contraríen los derechos y obligaciones creados a las
empresas por las leyes que hubieren otorgado, en cuanto no sean irrcompati-
bIes con los preceptos de las leyes especiales que rigen su administración.
Los trasportes en lagos y cursos de agua quedan sometidos al régimen
de la presente ley, cuan,do formen parte del sistema de comunicaciones aten-
dido por las empresas concesionarias de vías, férreas.
Las disposiciones contenidas en los Títulos IV y V, se aplicarán a lag
líneas que tengan por principal objeto el trasporte de pasajeros, con las mo-
dificaciones que se señalen en Un reglaIpento general para estas líneas veci-
nales, que dictará el Presidente de la República". .
El Art. 2 establece el principio general de que no puede extenderse una
línea férrea sin previa autorización de la autoridad pública pues dice:
"La concesión de permisos para el establecimiento de vías férreas desti-
nadas al servicio público, así como los ramales y otras líneas de uso privado,
- 33-
corre3ponderá al Presidente de la República. No se entenderán comprendidas
en esta disposición las líneas destinadas a la explotación agrícola oQ industrial
que se desarrollen dentro del predio rural o del establecimiento respectivo y
. para el uso exdusivo del propietario de éstos". '
, Solo se e~ceptúan de esta restricción las líneas destinadas a' una. explota-
ción agrícola o industrial, tendidas en Un. mismo predio y para el uso exclu-
sivo del propietario.
El Art. 3 está destinado a dar facilidades a las Empresas~ ferroviarias pa-
m· el eSitahlecimiento de s e rvi.ctlu mb re s, y dice:
'ILas so)i<;itudes de concesión de vías férreas deberán presentarse al Pre-
sidente de 'la República yen ellas se indicará principalmente:
a) Los puntos de origen y término del ferrocarril, 'las poblaciones ubica-
das en su zona de influencia y la longitud aproximada oe aquel;
b) El plazo que se estime necesario para la presentación de los planos
definitivos;
c) El. plazo para la iniciación de los trabajos y para su terminación por
secciones; y
d) La forma en que se constituirá e~ capital necesario para la construc-
ción y explotación".' .
Art. 44:'· "El domicilio de las. empresas ferroviarias es la capital de la
República, sin perjuicio de los domicilios especiales que corrésponden a las
cabeceras de departame'ntos para los acto:;; que en ellas se realicen, con' arre-
glo a 'lo dispuesto en el artículo 67 del Código Civil y del que corresponda a
las 'acciones inmuebles, las cuales. se ejercerán ante los tribun'ales del lugar
en que lós intereses se hallen situados.
Sin embargo, las reclamaciones producidas por pérdidas Q, deterioros de
efectos entregados para el trasporte, o por daños y perjuicios de cualquiera
naturaleza, podrán entablarse ante el juez de letras del dei!lartamento en que
estén radicadas las oficinas centrales de la administración.
Cualquiera que sea la ciudad en que se encuentre radicada dioha admi-
ilistración, las empresas deben mantener en la capital de la República un re-
presentante con plenos poderes para todos los efectos de la presente ley".
Nos interesan especialmente l'Os Art. 69 y 70.
Art. 69: "Las empresas de ferrocarrHes son responsable:> de los daños y
perjuicios derivados de los actos y omisiones que se relacionen con el servi-
cio y sean causados por los administradores o demás empleados, o dependien-
tes en los términos establecidos por los artículos 2314 y 2320 del Código Civil.
Esta responsabilidad pesará sobre el' Estado si la ex'plotación se hiciere por él
o de sU cuenta".
El Art. 70 es una, disposición que s.e cita en todas las sentencias que re-
cae'n sobre la materia y no es. sino la reproducción de una disposición análoga
consignada en la Ley ¡d·e Policía" de Ferrocarriles del año 1862:
Art. 70: "El servicio de trasporte de personas o mercaderías por los fe.:.
rrocarriles se sujetará, en cuanto a sus obligaciones, como porteadores a los
preceptos legales referentes al contrato de trasporte y a los reglamentos del
ramo aprobados por el Presidente de la' República. En conJormidad a ellos
se determinarán los derechos, obligaciones y responsabilidades de 1as empre-
sas y de quienes con ellas contraten".
En consecuencia, en 10 relativo al 'contrato. mismo, se aplic<l1n las reglas
generales del C. ,de C., las reglas< especiales. del mismo Código para los em-
presarios públicos y las reglas especiales contenidas. en esta ley.
El Art. 75 se refiere a la intervención del gobierno en lo relativo a·l esta-
bledmiento de .las condiciones del trasporte, etc.
- 34-
Art. 75: "Las empresas ferroviarias sólo podrán cobrar por sus servi-
cios los precios que resulten de las tarifas y sus condiciones de a~licación,
autorizadas por el gobierno.
Si una empresa cobrase por un trasporte un precio inferior al que le co-
rresponda según las tarifas legalmente estableCidas, el Departamento podrá
ordenar que se continúe aplicando la misma reducción en favor de todos los
artículos <de la misma categoría, según la clasificación de la carga. Esta redllc-
ción no podrá suprimirse sino con las formalidades establecidas para modifi-
cación de tarifas.
La sanción anterior no excluye la aplicación de la multa de $ 500 a $ 1000
en que la empresa incurra por cada día que haya cobrado alguna tarifa no
establecida can las formalidades previstas en la presente ley, o aplicando a
su cobro condiciones distintas de las que figuren en el cuaderno aprobado
por el gobierno".
Es un principio de legisl_ación un,iversal en materia de trasportes ferrovia-
riosel relativo a la unifofl.tnidad de trata.miento,' en el sentido de CJJ1e las la-,
rifas deben aplicarse uniformemente a todos los remitentes sin que pueda fa-
vorecerse a determinados remitentes.en desmedro de otros, igualdad de trata-
miento para todos.
Por último consignaremos el Árt. 9() que ya hemos citado y que se refie-
re a la responsabilidad de las empresas ferroviarias.
Art. 90: "Las empresas no responden por los objetos que lleven consigo
lOS pasajeros.
Tampoco responden por las joyas, pedrerías, dinero, billetes. de banco,
tftulos. de deuda pública o hipotecaria, u otros documentos de la misma clase
que se contuvLeren el'! bultos de equipaje entregados para conducir, salvo que
se hubiere manifestado especial y determinadamente y que se hubiere pagado
la tasa adicional de seguros".
Las demás disposiciones se refieren' a la organización del Departamento
de Ferrocarriles, a la supervigilancia del Estado y a otras cuestiones gene-
rales.
Los Ferrocarriles del Estado tienen entre nosotros una organización pro-
pia y se han dictado al respecto una serie de leyes sucesivas que fueron fi-
jadas en un texto definitivo por el D.C.F/iL 167 de 12 de Mayo de 1931, publi-
cado en el Diario Oficial el 27 del mismo mes.
Las disposiciones de esta ley se refieren casi exclusivamente a asuntos
administrativos y a nosotros sólo nos interesan las relativas al control de tras-
porte. Al respecto se aplican todas las disposiciones que hemos visío respecto
de las empresas ferroviarias. '
Art. 3: "La Empresa de los FerfO'carriles del Estado tendrá personalidad
jurídica propia y, como empresa de trasportes, estará sometida a las leyes ge-
nerales que rigen esta clase de empresas".
Es esta una disposición que también ha venido repitiéndose en todas las
leyes que se han dicíardo sobre los Ferrocarriles del Estado y que se cita en
todas las sentencias que recaen sobre asuntos en que éstas tienen intervenciór..
Trasporte de Personas.
Trasporte Aéreo.
En materia de trasporte aéreo rige ,en primer férminp el D.C.F /L N.Q 221
de 15 de Mayo de 1931. Este D.C.F /L vino a re,fundir las disposiciones sobre
la misma materia contenidas en el D /L 775 de 17 de Octubre 'de 1925
Y en diversas disposiciones posteriores.
No entraremos a fondo en el estudio de este' decreto can fuerza de ley
porque para ello necesita~os conocimientos de D.Q Marítimo, pues los prin-
cipios de esta legislación son análogos a los que rigen en materia de comer-
cio y trasportes marítimos. .
La mayor parte de las disposiciones de este D:C.F /L son más bien de D.~'
Público o Administrativo: se refieren a las facultades del gobierno para re-
glamentar la aeronavegación, a los permisos para manejar aeronaves, a todo
lo relativo a los puertos aéreos, etc., etc. Analizaremos brevemente las dispo-
siciones de esta ley.
,-,37 -
Título l.
El Art. 1 define lo que se entiende por ae¡;onave; dice:
"Para 'los efectos de la aplicación' del presente decreto-rrey se considera
como aeronave todo aparato capaz de elevarse o circular en la atmósfera".
El Art. 2 clasifica las aeJ:onaves:
'''Las aeronaves, ya sean del tipo más ligero que el aire o del más pesado
se subdividirán en privadas y del Estado.
Se cOil1siderail1i como del Estado:
a) Las aeronaves militares, o tripuladas por un militar comisionado al
efecto ..
b) Las aeronaves exclusivamente afectas a un servicio del Estado, como
Correos, Adu,ana, Policía, etc.
Las demas aeronaves son privadas y s,e subdividen en particulares y' co-
merciales. .
Son comerciales todas las aeronav,es dedicadas a comerciar con el tráfico
de p'asajeros, mercaderías o correspondencia, ya sea en un servicio regular o
even tual".
El Art. 3 determina la naturaleza jurfdica de las aeronav,es:
"Las aeronaves son muebles. Sin embargo las transferencias de dominio
pe las mismas deberá hacerse constar por escrito y no surtirá efecto con re-
lación a terceros sino mediante la inscripción en el Registro de Matrícula".
Se adopta en este artículo Un principio análogo al establecido para las
naves en los Art. 825, 827 Y 833 del C. de C. Las aeronaves son muebles, pero
su transferencia debe constar por escrito e inscribirse en un .registro esp-ecial
de que trata el título segundo, para que ella tenga efectos respecto de terceros.
El Art. 4 consulta 'un principio idéntico al establecido en el Art. 826 del
C.' de C., para 'las n a v e s , : -
"Las aeronaves conservan 'Su identidad aun cuando los materiales que las
formen sean sucesivamente cambiados.
Deshecha y reconstruída una aeronave, aunque sea con los mLsmos mate-
riales, será reputada como nueva y distinta".
Titulo II.
Trata este título <del Registro de Matrícula y de la nacionalidad, de las
aeronaves:
En ,el Regrstro de Matrícula debe estar inscrita toda aeronave chilena
(Art. 5). Para ser dlleño de aeronave chilena se requiere ser chileno. Si el due-
ño es una sociedad que debe estar legalmente cO!fiistituída en !Chile, las dos terceras
partes del capital social debe estar en manos, de chilenos, y su presidente y
las dos terceras partes de su Consejo Directivo deben ser chilenos. Vemos que
las aeronaves tienen una característi~a especial que las. distingue de las demás
cosas: tienen nacionalidad. Antes de la dictaeión de esta legislación especial,
unicamente las naves tenlan esta 'situación jurídica especial de tener naciona-
lidad, que las asemeja, en cierto modo, a las personas. '
De acuerdo con el Art. 10 todo acto que signHique transferencia de domi-
nio de una aeronave debe inscribirse en el, Registro de' Matrícula. E'ste registro
estará a cargo de 'la Dirección de Aeronáutica de Santiago~
Título III.
Trata este título de lo's certificados de navegabilidad de que debe estar
provista toda nave que vuele sobre territorio nacional. Trata además de los
certificados' de aptitud que deben tener los pilotos, ,mecánicos y personal de
las aeronaves.
.- 38 t-.
Título IV.
Da igualmente reglas de D.Q Administrativo, y que se refieren a la salida.
vuelo y aterrizaje de aeronaves.
Título v.
Se refiere a la circulación aérea y declara en el Art. 22:
"El Estado ejercerá plena y exclusivá soberanía sobre el espacio atmos-
férico existente sobre su territorio y sus aguas jurisdiccionales".
Título VI.
Se refiere a los aeropuertos, aeródromos y aterrizaje.
Titulo VII.
Este es el título que más nos interesa pues él se refie!'e al trasporte de
pasajeros y mercaderías.
El Art. 41 determina las reglas que rigen el trasporte aéreo:
"El trasporte aéreo se ceñirá a las disposiciones del ,Código de Comercio,
relativas al trasporte por tierra, lagos, canales o ríos navegable3 y a las leyes
especiales que existan al respecto, salvo en 10 que estuviere en contradicción
con lo que dispone ¡la Ley de Aerónavegación" ..
De acuerdo con este artículo el trasporte aéreo se rige en primer lugar
por las reglas de esta ley de aeronavegación, y en segundo lugar por las re-
gla's que da el C. de C., para el trasporte terrestre. Pero, en lo que se. refiere
a las aeronaves esta ley aplica los principios del D.Q Marítimo.
El Art. 43 permite al porteador mediante cláusulas expresas eximirse to-
talmente de responsabilidad: .
"El porteador, mediante cláusulas expresas en el contrato de trasporte,
podrá eximirse de la responsabilidad que le incumba, bien 'Se trate de pasa-
jeros o mercáncías, en razón de los riesgos. del aire y de las faltas cometidas
por la trip1!lación, cuando la nave antes de la partida se encontrare en buen
estado de navegabilidad y el Comandante y equipajes premunidos de los títu-
los de que trata el artículo 12", (certificados de aptitud).
Según el Sr. Palma, si en el contrato de tr8.'3portes aéreo se permite al por-
teador estipular COn los cargadores su total excención de responsabilidad, es
porque la ley misma considera que estas cláusulas eximentes de responsabili-
dad no son contrarias al orden público ni a las buenas costumbres y, en con-
secuencia, pueden estipularse en los demás contratos de trasporte. No es muy
fuerte el argumento; el contrato de trasporte aéreo se verifica en condicio-
nes especiales que no concurren en los otros trasportes. En conformidad a las
reglas generales, el porteador deberá probar que los riesgos ocurridos a las
personas o cosas trasportadas han ocurrido en caso fortuito. Ahora bien, en
el trasporte aéreo esta' prueba es muy difícil, por no decir imposible, debido
a que los accidentes en el aire acarrean por lo general la destrucción completa
de la aeronave,. En consecuencia, puede decirse que el porteador estará, en la
generalidad de los casos, imposibilitado para probar el caso fortuito, y pesará
sobre él la responsabilidad de los riesgos. Para remediar esta situación un
poco injusta se ,permite al porteador estipular su excención completa de res-
ponsabilidad, y esto solamente cuando concurren los requisitos 'Señalado~ en
el Art. 43; que la nave haya partido en buenas condiciones de navegabilidad
y que el personal de ella tenga certificado de aptitud. Todas estas circunstan-
cias no concurren en los demás trasportes y, por lo mismo, esta regla espe-
cial del trasporte aéreo no puede servir de antecedente para demostrar que
las cláusulas eximentes :se ilIdmitep. en .otros contratos de trasportes.
El Art. 45 autoriza al comandante de la aeronave para arrojar el carga-
mento cuando ello sea necesario para la seguridad.
índice
-' 39-
SECCION PRIMERA.
Los representantes.
El mandato, dke el Ar.t. 2116 dei Código Civil, es un contrato en que una
persona confía ,la gestión, de uno o más 'negocios a otra, que se hace cargo de
ellos por cuenta y riesgo de la primera. "
Nuestro CÓldigo Civil no incurre como el francés, en 'el error de definir
el mandato ateniéndose a la 'facultád de repres,entar" que pu:ede se'r otorgada
al mandatario. Porque,segú1:J. ya vimos si esa facultad pertenece 'ordi-
nariamente al mandatario cuando n.o ha sido privado de ella por acto ex-
preso del mandante, puede no ponerse en juego sin que por, eso deje de haber
mandato, lo cual ocurre en 'el caso previsto por el Art. 2i51 del Código Civil;
y porque, además, hay casos de verdadero mandato sin facultad de represen-
tar, a menos de convencÍón expresa, como ocurre tratándose de los, corredores.
El man.dato es mercantil, según l)uestr,!- legisl¡:tción, cuando el mandata-
rio recibe el encargo de "'ejecutar uno o más negocios lícit<;ls de comercio"
(Art. 233 del Código de Comercio). Nuestra ley, atiende, pues, para calificar
de mercantil el mandato, a la naturaleza de lq., operación encargada con res-
pecto al mandante. Lo cual lleva a veCeS a solucir.,nes absurdas. Si un agri-
cultor, por ej., encarga a un comisionista la venta de los. productos, de su fun~
do, el mandato deberá calificarse de civil con arreglo a la definiciÍ)n del Art.
233 porque el negocio tiene ese carácter para elquedió el encargo. Se exclui-
rán, pU,es, ~eri ta'l caso, las reglas del derecho comerdalque regulan ,la comi-
~ión que, ~s una especie de mandato mercantil. Sin embargo, el comisionista
es de ordinario un comerciante y la lógica reclama que se califique de mer-
cantil ese mandato para que las reglas de su profesión s,ean aplicadas al man-
datario., '
El mandato mercantil, agrega el Art. 233, puede ser gratuito o remunerado.'
La gratuidad del mandato es una reminiscencia romana, incorporada a nues-
tros Códigos a través de Pothier, Que considera la gratuidad como uno de los
requisitos de la esencia, del contrato (Tmité du coritrat de mandato pág. 209,
ed. Dupir, París 1824).
Planiol, refiriéndose al Código francés donde se reflejaron las mismas
ideas, dice que en los casos de remuneraciqn no es el mandato lo Que se remu-
nera, sino el servicio prestado, de manera que el contrato se desdobla en un
arrendamiento de servicios que justifica la remuneración. La explicación no
me parece satisfactoria; .según hemos visto. el mandato puede, subsistir sin
facultad de representar y entonces todo éi consiste precisamente en la presta-
Ción de un servicio; cómo, en tal caso, puede hablarse, sin desnaturalizar las
cosas, de desdoblamiento del contrato 'en: un arrehdamiento de 'servicios? En
ese supuesto vendrían a confundirse ,ambos contratos, y,' sin embargo, la doc-
trina empeñosamente cuida de mantener la diferencia. (Véase el mismo Planiol; .
JI, N.'> 2232).
La verda,d es que la idea de la gratuidad del ,mandato. no responde a nues-
tros hábitos actuales. El solo hecho de representar a una persona en la con-
clusión de un negocio es ya de por sí un servicio, que importa pérdida de tiem-
. po y sa~rificios que nwdie entiende hacer gratuitamente~ Sobre todo. en mate- ,.
rias mercantiles, y por ello es tanto más censurable que nuestro Código de (0-
,merclo no haya sabido desprenderse del peso de una tradición desconectada
de nuestras costumbres, y discordante con el principio general del lucro mer-
cantil.
Pero el defecfoes más técnico que práctico. Tratando de la comisi,ón dice
el Código que es por naturaleza asalariada (Art. 239); ocupándose de ,los co-
rredores, presume el derecho a la remuneración ya que les fija aranceles. (Art.
-- 44 - '
58, Y reglamento, Art. 6), etc. Por últ i.no , con respecto a los factores y depen-
dientes manifiesta su opinión de que de ordinario pre~tan servicios asalariados
y por ello reconoce entre las causas para rescindir el contrato: "La retención
de sus salarios en dos plazos continuos".
Según el artículo 234 del Código de Comercio, hay tres especies de man-
datn comercial: la comisión; el mandato de los factores y mancebos o depen-
dientes de comercio y la correduría. La enumeración, no es sin embargo, com-
pleta. También es mandatario el martillero en cuanto recibe encargo de ven-
der mercaderías y el Código reconoce esta calidad disponiendo que se le apli-
quen las reglas del mandato (Art. 94). Por último, se señala como especie de
mandato mercantil, el ,depósito mercantil que se constituye del mismo modo
que la comisión e impone al depositante y depositario los mismos ¡derechos y
las mismas obligaciones de los comitentes y comisionistas (Arts. 807 y 808).
El mandato de los factOires y de los dependientes de comercio.- Factor,
dice el Art. 237 del Código, de Comercio, es el gerente de un negocio o de un
establecimiento comercial o fabril, o parte de él, que 10 dirige o administra
según su prudencia por cuenta de su mandante. Denomínanse mancebos o
dependientes - agrega - los empleados subalternos que el comerciante tiene
a Sll lado para que le auxilien en las diversas operaciones de su giro, obrando
bajo su dirección inmediata".
El factor es el mandatario con poder general de administración del Dere-
chCl Mercantil. Sus fwnciones son las de administrar el establecimiento de que
ha sido nombrado gerente y en consecuencia está facultado "para todos los
acto~ que abrace la administración del establecimiento que se le confiare".
(Art. 340). ,
En el factor resaltan las condiciones propias de un representante y aun
cuando en sus relaciones con el mandante haya también que considerarlo co-
mo [In arrendador de servicios (yen este sentido se rige por el Código elel Tra-
bajo), tiene del mandatario po,der de deliberación, ya que administra "según
su p'rudencia" como expresa el Código, (Art. 237) y la facultad de representar.
Los dependientes, en cambio, sOn subordinados del principal o mandante
y obran "bajo su dirección inmediata". Propiamente nb son, pues, represen-
tantes y el Código 10 pone de manifiesto al decir que "no pueden obligar a sus
comitentes, a menos que estos les confieran expresamen te la facultad de eie-
cutar a su nombre c;:iertas y determinadas operaciones concernientes a su giro"
(Art. 343). .
Reglas relativas a los factores.-El Código Civil admite que el menor 110
habilitado o la mujer casada puedan ser mandatarios. No exige, pues, un re-
quisito especial de capacidad bastando, entonces, con que el mandatario tenga
discernimiento. Para ser factor, en cambio, es necesario tener la libre adminis-
tración de 10il propios bienes. Pero el hijo de familia, el menor emancipndo v
la muj~r casada que hubieren cumplido 17 años, pueden ser también factores
con la autorización de su padre, curador o marido. (Art. 338).
Forma y prueba del mandato de los factores.- Dispone el artículo 339
que los factores deben ser provistos de un poder especial otorgado por el pro-
pietario del establecimiento cuya administración se les encomiende. Ese poder.
debe ser inscrito en el registro de comercio.
Según el Código Civil el mandato es un cO:1trato consensual que pnede
constituirse por escritura pública o privada, por carta, verbalme!;te o de cual-
quier otro modo inteligible y aún por la aquiescencia tácHa de una per.,c,na
a la gestión de sus derechos por otra. El mandato de los factores, en call1bio,
está sujeto a formalidades puesto que la ley exige que se otorge un poder y
~lue éste sea inscrito. Pero las formalidades exigidas para el mandato de los
lacto res tienen la particularidad de que su incumplimiento hace nulo el con-
-- 45 -
trato entre los otorgantes; 'pero no produce el mismo efecto frente a terceros.
Tal es, en efecto, la regla consagrada, por 'el Art. 24. Con, arreglo a ella, la
falta de poder· inscrito no impide que los actos o contratos celebrados por el
mandatario surtan pleno efecto respecto de terceros' y obliguen al mandante.
La inscripción es exigida por la ley en protección de los terceros, y la
regla del Art. 24 antes recordada tiene por objeto proteger la buena fé de lo,s
terc,eros que hayan contratado creyendo que el factor estaba provisto de tús
pOlderes necesarIos con arreglo a la' ley. De donde 'debe seguirse que faltando
,la bl~ena fe en lo's terceros, también será nulo el acto con respecto a ellos: Lo
cual tiene particular importancia en caso de que el principal, ,al constituir su
factor, haya limitado 10~ poderes de éste con arreglo a la facultad que p'ara
hacerlo le reconoce el Art. 340 del. Códigó de Comercio.
Si los terceros contrataron con el factor á sabiendas de la limitación de
sus, poderes, no podrán mantener la validez del acto realizado excediendo esos
poderes a pretexto de que la limitación nO consta de documento inscrito en el
registro de' comercio. '
Puesto que la falta de poder inscrito no es alegable frente a los terceros
de buena fe (y la buena fe se presume), cuando éstoS' necesiten acreditar que
la persona que- contrató con ellos era realmente el factor, del estabIecimiento
de comercio, surgirá una dificultad sobre prueba.
Con arreglo a.I Código Civil ho se admitirá para probar el man-
elato la prueba testimonial sino en conformidad a las reglas generales,
ni la escritura, privada cuando las leyes requieran instrumento auténtico. El'
:\1'1. 2123 que esfableceesta leyes análogo al artículo 1985 del Código francés,
que se sleñala como su fuente. '
La mayoría de los escritor~s franceses estima que el mandato para todo
negocio que exceda de ciento cincuenta fran,cos (doscientos 'pesos entre nos-
otros) debe constar por escrito, 'y que si para la validez' del acto obje.to del
encargo, las leyes n!quieren escritura pública, será necesario igualmente que
el mandato sea 0torgado de ese modo (Planiol, II, N.9 1141 Y 2243). La iuriR-
prudencia ele los tribunales chilenos ha sidQ Idel mi:smo parecer. Se ha fallado
así que es nula la venta de un bien raíz que hizo un mandatario cuyo poder
no fué otorgado por escritura pública, sino ante un subdelegado (Gaceta 1875,
s. 1479, pág. 671) (Gaceta 1878, s, 2162, pág. 884) (Revista ele ,Derecho y,
Jurisprudencja, XX, segunda parte,' sección primera, pág. 462). Púo h'a ha-
biga algunas opiniones en contra (Gaceta 1918. s. 8. pág. 33, voto disidente).
"En el es.tudio de este punto debe hacerse una disfinció'n'. Es evi-
dente que la prueba del mandato está sujeta a las reglas generales, de
manera que el mandato para negocios que excedan de doscientos pesos, no
puede probarse mediante testigos porque la ley repugna ese media de prueba
(Cód. Civil, Art. 1708 y 1709). Pero en materia comercial la prueba de testi-
gos no se excluye para los negocios que ,exceden de doscientos pesos y es ,siem-
pre admisible cualquiera que sea el valo1" del negocio (Art. 128). De manera
que la prueba del mandato mercantil, incluso la del mandato del factor puede
hacerse por medio de testigos (con la salvedad para el mandato de los fac-
tores de que siendo solemne el contrato al artículo 24 declara nulo entre man-
dante y manda:tario el que :no obs:erva las formas legales)"
Otra cosa es resolver si para los negocios solemnes en .que la ley
exige ad solem.nitatem escritura pública debe también extenderse en esa.
forma el mandato. El Art. 2123 del Código Civil está regulando la prue-
ba del mandato; no la prueba de los negocios objetos del encargo hecho al
mandatario ni la forma de constituir éstos. >:ro es razonable, así, afif'mar que
si el negocio objeto del mandato requiere para su validez escritura pública,
sea ,neces-ario .también para la validez del mandato el empleo de esa forma.
- 46-
Lo que la ley dice es que no se admitirá para probar el mandato la escritura
privada cuando las leyes requieran para esa prueba la escritura pública; no
dice que el mandato toma la forma solemne del contrato que es objeto de él.
Sin embargo, .no es ésta la opinión comunmente seguida y conviene para.
evitarse dificultades, observar la opinión común y constituir por escri-
turapública el mandato cuando el negocio que es objeto de él requiera esa
forma; por ej., el mandato para constituir sociedad comercial, el mandato pa-
ra vender bienes raíces, etc.
Facultades y deberes de los factores.- El mandato de los factores tiene
por objeto confiarles la administración del establecimiento de comercio; de
donde se sigue que sus facultades serán realizar los actos necesarios para esa
administrq.ción, o sea, dicho en otras palabras, pertenece a la naturaleza .de
Jos poderes del factor, la facultad de realizar todos los actos necesarios para
cumplir el giro del negocio que administra. Tal es el sentido del artículo 340.
Pero está dentro del derecho del principal restringir esas facultades. Natural-
ménte, como ya 10 dijimos, para que esas restricciones produzcan efecto frente
a terceros de buena fe es necesario que ellas cons.ten del poder inscrito en el
registro de comercio. .
Son obligaciones del mandatario factor las propias de todos los mandata-
rios. a saber: cumplir con arreglo a las instrucciones recibidas, a la pruden-
cia y buena fe, el encargo que se les hace, rendir cuenta de su desempeño
v entregar al mandante lo, que haya recibido en su nombre en el cumplimien-
to de su encargo.. .
Además de esas obligaciones generales, que establece el Código Civil, la
lp.y comercial hace recaer sobre el factor la obligación Ide. respetar todas las
re,Q;las de contabilidad mercantil' (Art. 341). Esto es, sobre ellos pesan las obli-
gaciones del comerciante, su principal, en orden a la contabilidad del negocio
administrado. Pero no se sigue de aquí que el factor sea un comerciante.
Debe relacionarse esta regla con la que da el Art. 204 de la ley de quie-
bras. Con.forme a este artículo' la responsabilidad criminal por quiebra cul-
pable o fraudulenta recae sobre el factor cuando, en representación de su prin-
dpal y sin órdenes o instrucciones suyas, hubiere ejecutado alguno de los ac-
tos o incurrido en algunas de las omisiones sancionadas por los Arts. 188 y
siguientes. .
Reglas especiales a los dependientes de comercio.-'- A la inversa de los
factores, los dependientes de comercio no son en general representantes del
principal. Pero la >ley exige para ellos la misma capacidad que para ser fador
(Art. 342). Necesitarán, pues, el menor habilitado o el hijo de familia, permiso
cJ.e su padre o guardador, y la mujer casada, de su marido, para ser dependien-
tes de comercio. Pero este texto debe entenderse modificado por el Art. 46 del
Código del Trabajo, que considera mayores de edad, para los efectos del arren-
damiento de sus servicios, a los mayores de 18 años. La necesidad del perm i -
<;0 del padre o guardador sólo se mantiene para los menores de esa edad. Debp
l;enerse presente, además, otras limitaciones de la misma ley que tienen por oh
jeto asegurar la salud y la educación ¡de los menores.. Así, por ej., el Art. 47
c:or.cede a los menores de 14 años y mayores de 12 el derecho de arrendar
<¡us servicios, bajo ciertas condiciones, siempre que hayan cumplido la obliga ..
c::ión e3colar. Pero siempre será necesario a los menores de 18 años, el per·
tTIltiO de su representante legal, y en defecto de éste, de su madre, abuelo o de
la persona que' lo tenga a su cuidado. (Art. 121).
Los dependientes no son propiamente representantes del principal, de don··
de se sigue que carecen de la facultad de contratar ·en su n.ombre. (Art. 343).
Jurídicamente, el dependiente, es, no ya por faltarle la facultad de representar,
"ino por estar sometido directamente a la autoridad jerárquica de su prir:ci-
- 47-
pal y obrar bajo su inmediata• dir,ección (237), más que un mandatario, un
arrendador ;de sus 'servicios. Bajo este aspecto sus relaciones con el principal
se' rigen por el Código del Trabajo.
Sin embargo pueden también ser repr,esentantes del principal; y bajo' este
aspecto mandata~ios suyos. La facultad de representación, debe ser otorgada
expresamente, según los términos del Art. 343:. Pero puede resultar implícita
de la conducta del empleador que tolere la e}ecucióp por el dependiente de ac-
tos jurídicos en 'su nombre. Tal es lo que ocurre ,en la práctica; el empleado
del mostrador vende y recibe en nombre de su principal el producto de las
ventas que hace al contado ·en el mostrador. La' conducta del pri'ndpal de-
niuestra allí sú expresa voluntél!d de reconooerlo como su mandatario (Art.
346) 22. No basta sin embargo para .ciertos aotos, una autorización implícita,
Conforme al artículo 344 del Código de Comercio, la autoriza:eión para girar,
endosar o aceptar letras de cambio, firmar documentos de cargo o descargo,
recaudar y recibir dinero, será conferida al dependiente por escritura pública,
con especificación de los actos y.negociaciones a que se extienda el encargo ..
El poder debe ser registrado y publicado en la forma estableci:da en los ar-
tículos 22 y siguientes. .
Aparte de éste hay otros actos de representación del pri!ndpal por el de-
pendiente. Son los tratados por el artículo 345. Se refiere esa repres.entación
al caso en que el principal haya presentado al dependiente suyo como su man-
datario para ejecútar algunas operaciones de su tráfico, mediante circulares.
Los negocios qUie 'en tal hipótesis celebr,e el dependiente obligarán' al princi-
pal; pero sólo en las esferas de los que han sido objeto del encargo y fren1e
a las personas a quienes su comitente lb haya presentado mediante la forma
de circular, como representante suyo.
Por último, también es figura de representa'ción del principai por el de-
pendiente, la que ese produce cuando el principal ha autorizado a su dependien-
te para firmar su correspondencia y ha anunciado mediante circulares esta au-
torización. Los negocios que concluya por carta el dependiente obligarán así
al principal.
Al tratar de la contabilidad dijimos que el comerciante no suele llevarla
personalmente, sino que encarga hacerlo a sus depen,jientes. En este caso te-
nemos .también una figura de representación: tos asientos que el dependiente
haga en los libros de su principal perjudican a éste como' si los hubiera: veri-
ficado él mismo, dice el Art. 347. Significa ésto que los asientos que haga el
encargado de llevar los libros, se entienden hechos 'en nombre del principal y
. en consecuencia, 'es como si él mismo hubiere verifkado materialmente' el
asiento.
RegLas c()munes a factoreS! y dependientes . - Los factores como represen-
tantes del principal, y' los id,ependientes ,en los casos que también les corres-
ponde representarlo,' obligan a su principal. Pero para que exista representa-
ción es necesario como hemos visto, que la calidad de representante sea cono-
cida por 'el otro con.fratante. La manera de haoer, constar esta calidad de re-
presentantes consiste ,en firma,r poniendo en la ante firma la cláusula "por
poder "de." ," u otra equivalente que sirva para poner de manifiesto la calidad
de representante (325). Se' sigue' pu'es de aquí, por aplicación de una regla ge-
neral que ya hem.os conoddo, ·que si el representante concluye el negocio en
su propionomb,r.e, no obliga a su representado frente a terceros. Esta regla
se mantiene en el derecho comercial. Pero tratándose de factores y dependien-
tes hay casos de excepción. Según el Art. 328 del ,Código de Comercio, no obs-
tante que el factor o dependien,te haya conc1uído el negocio en su propio nom-
bre, se entenderá que lo han ajustado por cuenta de su principal en los :casos
que ese artículo enumera.
-48-
El primer caso enumerado es de interpretación ,de voluntad. Si el nego-
cio corresponde al giro ordinario del establecimiento que el factor administra,
se presume que el negocio ha sido hecho por cuenta del principal, a pe,;;m de
que el factor obre en nombre propio, 'en razón de que estando prohibido a
los factores traficar por su cuenta y tomar interés en nombre suyo o ajeno
en negociaciones del mismo género que las que hagan por cuenta de su prin-
cipal, de manera que si violaren esa prohibición, el beneficio del negocio apro-
vechará al mandante, razonablemente debe esperarse que el fador no ha que-
rJ.do violar la prohibición y que su propósito ha sido obrar por su mandante.
En consecuencia de esta presunción, la ley otorga al tercero que tratare con
el factor el derecho de perseguir a éste o a su principal para el cumplimiento
de las obligaciones contraídas. (329). Pero debe observarse que elegida una
de las acciones, el tercero no podrá intentar la otra, o sea, si persigue al. fac-
tor no podrá también requerir del principal el cumplimiento, del negocio, y
vice-versa.
La regla de que tratamos supone, naturalmente, que el tercero ha sabido
que trata con un factor de determinado establecimiento. Porqúe si hubiere con-
tratado en el 'entendimiento de que el negocio era personal de la persona con
quién contrató, no podría intentar la acción contra el principal, aun cuando
después de con.cluído el negocio llegue a_su conocimiento que tal persona era
factor de un establecimiento de comercio y. contrataba por cuenta de éste.
Supone además la regla del Art. 328, que el negocio conciuído por el fac-
tor corresponde al giro del establecimiento. Si se tratare de un negocio ajeno
a este giro, faltará la base de la presunción legal. Y puesto que se trata de
una presunción, el principal podrá probar, si la acción fuere intentada en su
I:ontra, que su factor obró por propia cuenta y, en consecuencia, que el nego-
cio le es ajeno.
Se resume igualmente que el negocio ha sido ajustado por el principal,
aun cuando no pertenezca a su giro ordinario ni se ha celebrado por su orden.
(Arf. 328 N.Q ,,2). En este evento, la orden del principal de ejecutar el nego-
cio, es un mandato, y aun ,cuando por regla general (Cód. Civil. Art. 2151),
el mandatario puede cumplir su encargo contratando en su propio nombre, y
entonces no obliga al mandante frente a terceros, el derecho comercial pres-
cirtde de este rigorismo y se atiene a los hechos. Conocida por el tercero la
orden de contratar dada por el principal, es razonable que éste entienda que
el negocio celebrado en cumplimiento de esa orden se hace por cuenta del
principal y que ese convencimiento haya consentido. A diferencia del caso an-
terior no s.e exige que el negocio pertenezca al giro ordinario .del principal.
Pero se trata siempre, como en los casos que seguiremós tratando, de una pre-
sunción que puede ceder a la prueba en contrario.
Si el principal ratifica, expresa o tácitamente el negocio concluido en su
propio nom):Jre por ,el factor o dependiente suyo, pone de manifiesto, aun cuan-
do falte la orden de que antes hablamos, su voluntad de hacer suyo el nego-
cio, reconociendo que fué hecho por su cuenta y que le obliga. Es ésta una apli-
cación particular del principio contenido en el artículo 2160 del Código Civil.
Conforme a esta norma si el mandante ratifica expresa o tácitamente las obli-
gaciones contraídas por el mandatario excediendo los límites de su poder, se
entiende que el mandatario ha reconocido que su negocio 10 obliga. Es ésta
también una presunción destinada a interpretar la voluntad; de man~ra que el
mandante podrá liberarse acreditando que su intención no fué ratificar el ne-
gocio haciéndolo suyo. Pero a la invúsa de los casos anteriores la carga de
la prueba 'destinada a destruir la presunción recae aquí sobre el mandante
(Art. 328 N.9 3.).
La cuarta regla presume que el negocio ha sido hecho por cuenta del prin-
CIpal, si sus resultados hubieren aprovechado a éste, (328 N.9 4). Como, por
- 49-
E:'j., si. la mer~adería comprada por el factor o dependiente, hubiera ingresado
a las bodegas del principal. El fundamento de esta regla es lá equidad; el ter-
cero contrató con el,dependiente o el factor, que obraron en su propio nombre;
contra ellos' debería solamente tener acción; pero el caso es que el principal'
se enriqueció éO'n ,el negocio, los beneficios de ésté a él aprovecharon. La equi-
dad manda que responda ,ante el tercero que de no tener acción en su contra
podría resultar perjudicado por la insolvencia del factor o dependiente con-
tratante. y enriqueCido, a su vez, sin causa, el principal que a]Jrovechó los
resultados de la nregociación.
Prohibiciones impuestas a factores y dependientes.- El mandatario civil
puede delegar su encargo, a menos que le haya sido prohibida la delegación
. (Art. 2135). El mandatario dél derecho mercantil (factor y dependIente) no
puede delegar su encargo sin -noticia y consentimiento del comitente. (Art.
330). Conviene aclarar con respecto al factor, que esta regla no le impedira
contratar los auxiliares necesarios para la. atencipl1 del' negocio de que sea .
gerente, puesto que ,entre sus facultades éstá la de realizar todos los actos
necesarios para el buen, desempeño de su ~enrcargo (Art. 340), Y la contrata-
ción de ,auxiliares es de ordihario indisp,enrsable para esos fines. De donde re-o
suHarán parcialmente delegadas alguna~ facultades de) factor, ya que le será
posible ~otorgar a los dependientes la facultad de celebrar por cuenta del prin-
cipal a quien representa, determinados actos, (ventas en, el mostrador, asien-
tos en los libros, etc,). Lo que la ley prohíbe es la delegación de la totalidad
de las funciones mediante la cual el factor o dependiente resulta descargado
de sn obligación. Pero siempre serán lícitas delegaciones parciales, qne de no
otorgarse harían imposible la buena administración del negocio. Por ej., el fac-
tor necesitará delegar la facultad de representar ,en juicio al principal en cada
negocio particular que se presente referente al giro del ,est¡i!blecimiento.
También está prohibido al factor y.al dependiente traficar por su
cuenta y tomar interés en nombr-e suyo o ajeno en negociaciones del mismo
género que las hagan por ,cuenta de sus comite;¡'tes, a menos de que fueran
expresamente autorizados ,para ello". (Art. 331).
El factor y el dependiente al contratarse prometen sus servicios al princi-
pal, y faltarían a la bUena fé con que los negocios deben cumplirse si dis:-.
-:,ra.jer-an su tiempo en la' atención de negocios de otros patr,ones. Los autores
franceses, car,eciendo. en su ley de un texto como nuestro arUculo 331, fundan
del modo dicho su opinión de que' el dependiente no puede ni atender otros
negocios ni hacer el comercio por su cuenta. (Lyon,. Cae:¡' y Renault op. cita
N.Q 50~). Pero en nuestra ley no s~ prohibe propiamente al fac¡tor y al ¡depen-
diente, atender otras negocios, sino "traiLcar por suctlenta y tomar interés
en nombre suyo o ajeno en n,egociaciones del mismo género que las' que ha-
. gan por cuenta de sus comitentes", con 10 cual se manifiesta que el propósito
de! legislador fué evitar que estos auxiliares del comerciante aprovecharan
el conocimiento ide los negocios de su principal para hacerle competencia. Se
trata como se vé de una figura de competencia desleal, o mejor todavía de
una competen,c,ia ilícita, cuya sanción establéce la misma ley: "Por el hecho
de contravenir' a, esta prohibición, dice el artículo 331 en su inciso 2.'1, se apli-
carán al comitente los beneficios que produzcan las negociaciones del factor
o dependiente, quedando las pérdidas de cargo exclusivo de ellos".
Es esta una situación análoga a la prevista en 'la primera parte del N.Q 4
del Art. 404, donde se prohibe a.1os socios, "'explotar por cuenta propia el ra-
mo de industria que opere la so"ciedad" sancionando la infracción del mismo
modo que hace ,el Art. 331.
No es necesario ,al comerciante dueño, probar que sufre perjuicio con el
hecho de que su factor o dependienf.ese ocupe en su mismo giro. Le ,bastará
probar la circunstancia de que ha infringido la prohibición para tener derecho
- 50-
a que los beneficios del ,negocio le aprovechen. Pero, además, puede tener de-
recho a indemnizaciones si el acto del factor o dependiente le ha sido daño-
so, como por ej., si el factor ha utilizado o dfvulgado un secreto de fabrica-
ción. CCód. Civil, Art. 2314).
La respor:sabilirdad del factor o del dependiente frente al principal, puede
provenir también de la violación de las instrucciones, la apropiación del resul-
tado de una negociación, o el abuso de confianza. Pero estos hechos no exo-
neran al principal del deber de cumplir los contratos concluídos por sus fa'~
tor~s y depcndientes (Art. 327).
El mandatario debe, en ge::eral, cumplir el encargo en cunformidad a las
instrucciones recibidas de su mandante. La recta ejecución del mar.dato, dice
el Art. 2184, comprende no sólo la substancia del negocio encomendado, sino
los medios por los cuales el mandante ha querido que se lleve a efecto. Pero
el mandatar'io puede eñcontrarse en la imposibilidad de cumplir las instruc-
ciones recibidas; en tal evento lo normal es que se abstenga de obrar. Sin
embargo de observar esa conducta puede resultar al mandante antes daño
que provecho, y el deber del mandatario será obrar en la forma que según su
prudencia, se acerque más a las instrucciones del mandante. (Cód. 'Civil, Art.
2150).
Las instrucciones que el mandante da al mandatario no constan de ordi-
nario del poder, porque no están destinadas al conocimiento del público, ni de
las personas con quienes el mandatario deba contratar, sino regulan sus re-
laciones con el mandante derivadas del contrato del mandato. De aquí, pucs,
que la violación de las iristrucciones del mandatario no exoneran al prindpal
del cumplimiento de los compromisos que aquél haya contraído en su nombre.
Pero si ellas ¿'onstan del mismo mandato, como por ej., si en el mandato para
comprar se indica la clase de mercadería o el precio que por ellas puede pa-
garse, esas instrucciones forman parte del mandato mismo y fijan los límites
del poder del mandatario. Conocidas de los terceros con quienes contrate el
mandatario, no podrán estos sostener la validez del negocio frente al princi-
pal si han sido hechos violando esas instrucciones, porque les falta el suplles-
to de la buena fe.
La responsabilidad del mandatario por la violación de las instrucciones
del mandato s,e apreciará según las circunstancias del caso. Ello queda de ma-
nifiesto en los artículos 2147, 2148, 2149 Y 2150 del Código Civil. Como la re-
gla es que el mandatario debe cumplir el encargo conforme a las instruccio-
nes recibi,das, a él corresponderá probar las circunstancias necesarias para
eximirlo de esta responsabilidad.
La responsabilidad del mandatario no existe sólo en caso de violación de
las instrucciones recibidas. Puede haber celebrado el negocio ateniéndose ex-
trictamente a las instrucciones de su mar.dante y sin embargo resultar respun-
sable. El mandatario responde hasta de la ,culpa leve, de conformiJad con lo
dispuesto en el Art. 2129 del Código Civil y ésto le impone el deber de obrar
con la prudencia que los hombres acostumbran emplear en la administración
de los negocios propios. (Art. 44 del C. C.). Un hombre prudente no realiza
Un negocio que le será manifiestamente' pernicioso; de aquí que el Código
Civil disponga que el mandatario debe abstenerse de cumplir el mandato, cu-
ya ejecución sería. manifiestamente perjudicial para el l1Iandante y de este
modo incurrirá en responsabilidad a pesar de acomodarse a la3 instrucciones
recibidas. (Art. 2149). .
También estas reglas deben aplicarse a los factores y dependientes, man-
datarios comerciales en virtud de 10 dispuesto por el Art. 2." del Código dE'
Comercio.
Terminación del co'ntrato del principal con sus factores y dependientes.-
Según el Derecho Civil el mandante puede revocar a su arbitrio el mandato y
- 51 -
ía revocaClOn produce efecto desde el día en que el mandatario toma conoci-
miento de ella (Art. 2165). En el concepto clásicó el manidante no necesita
justificar los motivos que le inducen a revocar el mandato; siendo· ~ste un con-
trato conc].uído en consideración a la persona del mandatario, el mandante,
tiene el derecho de' poner término al contrato tan pronto como la confianza
depositada en su mandatario falte. Pero en la jurisprudencia fran'cesa moder-
na se abre paso la idea de imponer al mandante responsabilidad por los per-
juicios qU(l, sufra el mandatario cuando la revocación impOrte un abuso del
derecho de revocar. (Colin et Capitan II pág. 717). El mandata~io tiene tam-
bién- el derecho de desligarse por su sola voluntad del vínculo contractual;
pero su renuncia no produce efectos. inmediatos, como ocurre con ~ la revoca-
ción por parte del mandante. Conforme al Art. 2167 del Cóidigo Civil "la re-
nuncia del. mandatario no' pondrá fin a sus obligaciones sino después de trans-
currido el tiempo razonable para que el mandante pueda 'proveer a '¡os ne-
gocios encornendados". Significa ésto que a pesar 'de su renuncia, el manda-
tario continúa responsable de la administración del negocio que le fué enco-
merda:do, y deberá indemnizar a su mamda11.te de los daños que le cause por
el abandono inmediato del negocio. Salvo, naturalmen,te, que el mandatario
"se halle en la imposibilidad de administrar por enfermedad u otra causa, o
sin grave perjuicio de sus intereses propios". (Cód. Civil, Art. 2167).
Otra es la situación en el mandato mercantil. de los factores y depen-
dientes de comercio. Este contrato, como hemos visto, se encuentra mezc1,ado
con elide arrendamiento de servicios o contrato de trabajo como hoy, se lla-
ma. El mandatario mercantil. ha consagrado todo su tiempo al mandante, ha
abandonado sus propios 'negocios en cambio de la promesa de un salario que
le hizo el principal al contratarlo. La ruptura inmediata del contrato por la
sola voluntad .de éste causaría un daño grave al mandatario. De aquí que el
Código de Comercio,' manteniendo el concepto en todo.s los contratos de tracto
sucesivo, ¡de que las partes son .libres de desligarse. por su propia vOluntad, me-
diarido un aviso anticipado de cierto lapso de Hernpo, reconozca a mandante
y mandatario el derecho de desligarse en esas condiciones,
El derecho que tratamos existe -en los contratos. que no tienen plazo de-
terminado' de duración. Conforme al Art. 335 del Código de Comercio, en la
situación de que tr:atamos, cualquiera de las' partes podrá dar por concJuído
el contrato avisando al otro .con un mes de anticipación. La misma es la regla
consagrada en el 'Código del Trabajo que es hoy la ¡,egislación destinada a
regir las relaciones. entre principal y dependientes,' incluidos los, factores, en
aspecto de arr,endamientode !>ervicios que estas relaciones p"resentan. (Art.
166). Si las funciones del dependiente no permiten calificarlO como empleado
particular, sino tan sólo como obrero, el plazo ele desahucio se reduce a seis días
(Cód. del Traoajo, Mt. 10).
Lo mismo en el Código de Comercio (Art. 335, inc. 2.9 ), que e'l Código
del Trabajo (Arts. 10 y 166), se reconoce sin embargo al patrón o al princi-
pal el derecho de poner inmediatamente término a: ,s,us relaciones con el depen-
diente abonálndole el salario correspondiente al tiempo del desahucio.
Pero si el contrato (tiene término estipul,ado de duración, carecen las
pal'tesdel der'echo de' terminado por la voluntad unilateral de una de ellas
mediante el desahucio. Con todo también en estos casos puede el contrato
terminar anticipadamente, en virtud de otras circunstancias. Aparte de las se-
ñaladas en ,el Art. 2163 del C'Ódigb Civil, el de Comercio indica: 1:9 La abso.,.
lUta inhabilitación del dependiente para el servicio estipulado; 2.9 La enajena-
ción del establecimiento en que sirvieren. (Art. 337). El Código del Trabajo
agrega otras causales, algunas de las cuales habla previsto el Código de Co-
mercio (Arts. 333 y 334) que, reúne bajo el nombre de causaJ.es de caduCidad
(Art. 164). Propiamente estos casos Ino son de terminación del contrato, en-
- JL..,-'
IIJ.- LA COMISION
IIJ.- LA COMISION
SECCION SEGUNDA
TítullO VII.
DE LA SOCIEDAD.
Reglas g~nerales.
Este requisito se contiene en los artículos 2053 y 2055 del !C. Civil:
Art. 2053: ":La sociedad o compañía es' un contrato en que dos o mas
personas e'stipulan polnrer algo eQ común, con la mira de repartirse entre si
los beneficios que de ·ello provengan".
Art. 2055: "No hay 'sloCiedad, sií' cada UtlO de los socios no pone alguna:,
cO®a en com.ún, ya consista en dinero o en efectos, ya en' industria, servicio o
trabajo apreciaible en dinero".
Alporte~ es, 10 que cada socio lleva o se compromete a llevar a la masa
.::omún. Este aporte puede consistir en bienes de cualquier clase y de cualquie-
ra cantidad y aun, como veremos, puede consistir en el trabajo o industria
personal. Lo único que se exige es que cada socio aporte algo a la masa co-
mún, 'a los fines comunes. Sise permitiera a algún socio formar parte de la
sociedad sin cbntribuir con aporte alguno, no habría a su respecto contrato
de sociedad, habría donación o cualquier otra' convención; pero no sociedad.
Como decíamos, la ley sólo exige que se haga un aporte. Pero en lo que
respecta a la naturaleza, cuantía y caUdad de los aportes la ley ha dado a
las partes la más amplia libertad. La ley no intervien~ en ésto, para nada;
predomina aquí, en toda su amplitud, el prineipio de la libertad de contratar.
Los aportes pueden consistir en dinero, en bienes corporales muebles e
inmuebles, en cosas corporales como créditos personales, etc., y aún en la in-
dustria o trabajo personal de un socio. Bn resumen" pueden ,~onsis,tir en cual-
.quier cosa aprecialble en dinero y que sea de utilidad para la sociedad.
Los aportes pueden hacerse en propiedad o en usufructo y, como vere-
mos después, la situación legal es distinta en cada caso.
Tampoco es de rigor que los aportes se hagan efectivamente, no es ne-
cesarioque los socios contribuyan efectiva e inmediatamen:te con su·s aportes;
'basta con que contraigan -la obligación de hacerlo's. Esto queda de !TIanifie~-,
to con la te'dacción del Art. 2053 del C.C: " ... es un ~ontrato en que dos o mas
personas estipulan poner algo en común ..." e '
b) Que los socros se unan con la mira de ()ht(~ner un beneficio, y que a todos
ellos corresponda alguna ,participación en este beneficio:
d) POi' 6ltimo, es requisito esencial de toda sociedad, que las partes tengan
la intención precisa y determinada dE~ celebrar un: contrato
de sociedad y no otro:
Después de inaicar el Art. 2053 en su inc. l.Q las características· de .la so-
ciedad, agrega en el inc. 2 que: "la sociedad forma una persona jurídka dis-
tinta de los socios individualmente considerados". Esta sola frase tiene una
importancia fra::;cendental desde dos puntos de vista: 1) Porque resuelve cues-
tiones que hasta el día de hoy son' discutidas en doctrina en otros paises'
(Franciá); y 2) Porque de este principio se deducen una serie de consecuen-
cias tanto legales como prácticas. . .
En Francia no hay ninguna disposición expresa, ni en el C. C., ni en el
C. de C., que reconozca personalidad jurídica a las soéiedades y se discute
acerca de .si debe o no cünsiderársela como un ser de derecho, con una per-
sonalidad legal distinta de la de los asociado!>.
Para evitar los ,graves inconvenientes que derivan del hecho de no reco-
nocer personalidad jurídica a las sociedades, ha debido recurrirse en Francia
a princip'ios y teorías rebuscadas. En Chile no se presenta dificultad alguna'
al respecto, a virtud de esta sencilla, declaración que hizo el C. C., en el inc.
2 del Art. 2053:
- 78-·
¿Que consecuencias se derivan del 'hecho de reconocer personalidacl ju-
rídica a las sociedades?
Desde luego, esto significa que la sociedad es un ente de derecho, es un
ser ficticio que puede adquirir derechos y contraer obligaciones, al mismo
tiempo que, lo mismo que una persona natural cualquiera, es susceptib!e de
ser representada y de actuar por sí, en la vida de los negocios.
Por ser' la sociedad una persona jurídica, tiene un patrimonio propio; los
bienes que aportan los socios pasan de la propiedad, de éstos a !a propiedad
de este nuevo ser de derecho que nace por el sólo hecho de celebrarse la so-
ciedad, y pasan a constituir el patrimonio social.
Por lo tanto, esos bienes no están en la situación de comunidad o indivi-
sión con respecto a los socios; ningún socio es condueño de los bienes socia-
les; en buenas cuentas, no le perte:1ece.n en todo ni en parte, son de la so-
ciedad.
Por consiguiente, si el aporte de un socio consi¡>te en un bien raíz" ten-
drá que hacer tradición de ese aporte inscribiéndolo en el Oonservador de
Bienes Raíces correspondiente al nombre de la sociedad; y, por lo mism'o que
los bienes son de la sociedad, ningún socio podrá verlderlos o h'ipotecarlos
alegando que tiene una cuota de dominio sobre él, a diferencia de lo que ocu-
rre en el caso de comunidad o indivisión donde cada socio puede vender o hi-
potecar libremente su cuota.
Los derechos del socio quedan limitados, durante la vigencia de la socie-
.dad. a recibir !..tna parte de los beneficios sociales, y una vez disuelta la so-
ciedad, a recibir, de lo que quede sobrante, una parte corre'lp'ondiente al va-
lor nominal del aporte que hizo.
,CoUl:,ecuencia de este mismo principio es el hecho de que aun cuando
la sociedad sea dueña de bienes raicE's, no basta .esa circunstancia par:l que
se ¡'JUeda decir que el derecho de ios socios en la sociedad es un derecho in-
mueble. Limitados los derechos del socio a una parte de los teneEcios y a una
parte de lo que quede en la masa social, su derecho será siempre de carácter
mueble, aun cuando haya inmuebles formando parte del capital social; porque
esos bienes figuran en el Conservador de Bienes Raices a nombre de ese ser
ficticio que se llama sociedad.
De esto fluyen otra serie de consecuencias: Así por ejemplo, 'si se trata de
vender .0 de hipotecar un bien raíz de la sociedad, aunque haya socios incapa-
ces, no habrá ,necesidad de cumplir COj todas las formalidades que establece al
efecto el C. C'
Hemos estudiado en D.? Civil, a propósito de la sociedad conyugal que,
por regla general, tod9s los bienes raíces, corporales o incorporales, que poseía
cualquiera de los ,cónyuges antes del matrimonio no entran' a formar parte del
haber de la sociedad c-onyugal; y que, en cambio, si se trata de bienes muebles
la situación es muy distinta, porque la regla general es que todos los bienes
muebles, corporales o ~ncorporales, que pos.eía cualquiera de los c6nyuges
antes del matrimonio, pasan a pertenecer en dominio a la sociedad. Pues bien,
supongamos que uno de los cónyuges pos.eía acciones del BancQ de IChiíe, o era
socio de una sociedad colectiva cualquiera que era dueña de bienes inmuebles;
estos derechos del socio ¿·entran o no a formar parte del haber de la 'sociedad
conyugal? evide,ntemen,te que sí, porque, como ya lo hemos dicho, estos derechos
son siempre muebles y no cabrá entonces duda alguna acerca de que esas ac-
ciones deberán entrar a formar parte del haber de la sociedad conyugal.
Otra consecuencia de la personalidad jurídica de la sociedad la consti-
tuye la circunstancia de que ella tenga siempre un domicilio propio y distinto
• del que pudiera tener cada uno de los socios y' que queda fijaflo en' la escri-
- 79-,
tura social. Por la misma r,a~ón, la ,soci~ldad tiene unnomb<re propio y que es
diverso según sea el tipo de sociedad.
Por ser la sociedad ,una persona jurídica, distinta de los socios individual-
mente considerados, existe la posibilidad de que ella caiga en quiebra en s.í
misma, sin necesidad de que forzosamente caigan tamQ:¡ién en quiebra sus aso-
dados. Así, la quiebra de una sociedad anónima comercial· no acarrea la quie-
~ra de' los so<;ios. Hay otros casos en que la quiebra de la sociedad acarrea
necesariamente la quiebra de los socios, como sucede por ejemplo en las so-
ciedades C'oleotivas, pero ello ocurre a virtud de otros principios que estudia-
.remos en su oportunidad. .
Por ser la sociedad una persona jurídica distinta de los sociosin:dividua1-
mente considerados, puede ella entrar como socia en otra sociedad. Así, una
sociedad colectiva comercial podrá adquirir acciones de una sociedad anónima
o podrá entrar como socia, ella, y no los socios, en otra sociedad colectiva.
Por ser la sociedad una persona jurídica distinta de los s,ocios individual-
mente 'considerados, puede también tener, y' tiene, una nacionalidad propia,
que por regla genera! 110 depende en lo más mínimo de la naCionalidad ,de los
asociados. Hay si, casos de excepción a este jJrincipio, pero esas excepciones
no se relacionan con esta cuestión de la personalidad jurí:dica, sino con otras
I ideas. Así por ejemplo, para ciertos efectos. se exige" que, 'para considerar co-
mo chilena una societlad, una parte del capital esté en manos de chilenos. '(El
Banco Central en sus relaciones cun los Bam,cos Nacionales; la Ley de Ca,botá,-
je; la Ley de Navegación A~,r,ea; etc.). .
Esto, mismo, no,s' lleva a diferenciar :la socltedad de la comunidad o indivi-
sión. Con respecto a este punto hay mucha confusión y es frecuente que en es-
c;rituras públicas, a contratos de "SOCIEDAD"'. se los llame "COMUNIDAD",
o vice-versa.
Desde luego, la sociedad es un contrato que se forma mediante una con-
vención, mediante un acuerdo expres.o de las voluntades de los" que se obli-
gan ;en cambio en la comunidad, la fuente de ella y de las oib1ligaciones que
crea eS' un cuasi-contrato, que se rige por las disposiciones del párrafo 3.Q del
Título XXXIV del C. C. (Art. 2304 y siguientes)., ,
Se forma una comunidad por el ,hetho de la acept.aciónde una herencia
o de un legado' que, en virtud del testamento o de la ,ley, eorresponde a varias
personas. La sociedad, en cambio; es una situación. buscada y deseada por las
partes, una si,tuación dinámica, porque las partes se asocian, trabajan e'm con-'
iunto una determinada situación.
La sociedad es un contrato estable y duradero, mienttas que la comuni-
'dad es un estado precipitado y no buscado, porque se produce generalmente
sin que las partes lo hayan buscado y es de duración transitoria. En una co-
munidad, los comuneros se limitan a mantener la utilidad ~que producen los
bienes comunes;. y es una situación transitoria" porque s.e puede terminar con
ella por el retiro de cualquier comunero. .'
'Por estos motivos, la ley considera la comunidad como una situación in-
conveniente, aún para 'los mismos comuneros, y no permite que se mantenga
sin partirse, por más de cinco años. En cambio, una sociedad se puede cele-
,brar por el tiempo que se quiera (aún por un tiempo indefinido).
El Art. 1317 del C. C., dice:
"Ninguno de los cOásignatanos de una cosa universal o singular será
obligado a permanecer en la indivisión: la partición del objeto asignado po-
drá siempre. pedirse con tal que los coasignatarios no hayan estipulado 10
contrario.
No puede estipularse proindivisión por más de cinco años, pero cumplido
este término podrá renovarse el' acto".
-·80 -
La comunidad no' constituye jamás una persona jurídica distinta de los
comuneros individualmente considerados, y los bienes de los comuneros ::0 per-
tenecen a un ente que se lIame comunidad (comúnmente se dice "los bienes de
la comunidad ,tal", pero ello sólo por comodidad); sino que pertenecen cuota-
tivamente a, los comuneros que la componen. Por esta misma razón, los bie-:
nes raíces de una comunidad figuran en el Conservador a nombre de todos
los comuneros ("Pedro, Juan y Diego son condueños del inmueble tal y cada
uno es dueño de tal cuota"), y, por el hecho de ser condueños, cada coml\né-
ro puede vender o hipotecar libremente su cuota sin necesidad de consultar
a los demás.
Art. 1812: _"Si la cosa es común de dos o más perso;-¡as pro indiviso, entre
las cuales no intervenga contrato de sociedad, cada Llna de elIas podrá ven-
der su cuota, aún sin el consentimiento de las demás".
,Art. 2417: "El comunero puede, antes de la división de la cosa común, hi-
potecar su cuota; pero, verificada la división, la hipoteca afectará solamente
los bienes que en razón de dicha cuota se adjudiquen, si fueren hipotecables".
Otra diferencia que conviene señalar, entre la comunidad y la sociedad,
es la relativa al hecho de que la sociedad no puede ser nu';-¡,ca a título universal
(excepto la conyugal), mientras que la comunidad puede ser a título univer-
sal o singular, pues así lo reconoce el C. C.
Art. 2304: "La comunidad de una cosa universal o singular, entre dos o
más personas, sin que ninguna :de ellas haya contratado sociedaq o celebrado
otra convención relativa a la misma cosa, es una especie de cuasicontrato".
Co.munidad a título universal sería la que se produjera con motivo de la
herencia; y comunidad a titulo singular, en los, términos del Art. 2304, sería
la que se produjera por el hecho de que varias, persona's compraran para todas
ellas una cosa en común. '
Otra consecuencia de la personalidad jurídica de las sociedades está ex-
presada en el Art. 380 del C. de C., que dice:
'ILos acreedores personales de un socio no podrán embargar durante la
sociedad el aporte que éste hubiere introducido; pero les será permitido soli-
citar la retención de la parte. de interés que en ella tuviere para percibirla al
tiempo de la división social.
Tampoco podrán concurrir en la quiebra de la sociedad con los acreedores
sociales; pero tendrán derecho para perseguir la parte que corresponda a su
deuda en el residuo de la masa concursada".
Los socios pueden tener acreedores personales de ellos, pero esos acreedo-
res no pueden tener acción para el pago :de sus créditos sobre los bienes de la
sociedad; en tales circunstancias, no podrán embargar los aportes de los so-
cios porque se tratará de bienes que ya han salido de su patri.monio y que han
pasado a pertenecer a una tercera persona que es la sociedad, ni tampoco po-
drán embargar el patrimonio social porque la sociedad es una persona dis-
tin ta del socio tramposo individualmente considerado. (En caso de embargo
del aporte hecho por el socio a la sociedad, ésta podría interponer una tercería
de dominio).
Es esta una fuente muy fundamental sobre la cual tendremos que volver
muchas veces en materias de sociedades, especialmente al ocuparnos de las
sociedades de hecho, o sea :de las sociedades nulas por falta de formalidades.
Es evidente que esto no cabría en la comunidad, en la cual no hay sino
acreedores de cada comunero, y como cada comunero es dueño 'de SLl cuota
sus acreeqores tendrán derecho a embargar en los bienes comunes.
,. Podemos, aún, 'señalar otras difere;-¡das entre la 'sociedad y la comunidad:
en la comunidad el comunero no representa nunca a los demás, a menos que
hubiera recibido mandato de los otros y por sí mismo no puede contraer obli-
gaciones en contra de la comunidad. En cambio, en algunos ~ip'os de sncie-
- 81.-
dades (colectivas) si nada se ha dicho en la escritura social será regla gene-
ral que cualquiera de los socios puede comprometer la responsabilidad per-
sonal solidaria ,e ilimitada de los demás socios. Dice el C. C.:
, Art. 2307: "A las deudas contraídas' en pro de la comllnidad durante
ella, no es obligado sino el comunero que las contrajo; el cual ter'ldrá acción
contr.a la comunidad para el reembolso que hubiere pagado por ella.
Si la deuda ha sido contraída por los comuneros' colectivamente, sin ex-
presión de cuotas, todos ellos, no habiendo estipulado solidariedad, son obli-
g,ados al acreedor por partes iguales, salvo el dere~ho de cada unO contra los
otros para que se le abone 10 que haya pagado demás sobre la cuota que fe
corresponda" .
Cuando 'se trata de una deuda contraída por todos los comuneros, todos
ellos son responsables a prorrata de sus cuotas, en cambio en las sociedades,
sobre todo eñ las mercantiles, no pasa esto y la responsabilidad recae solida-
riamente 'sobre todos los socios. ,
Tratándose de comunidaaes;, la mayoría no puede imponer su voluntad a
la minoría y para cualquier acuerdo -se requiere unanin)idad; en cambio, es
regla general en toda sociedad que todas las cuestiones se resuelva!) por ma-
yoría, en la forma establecida en el contrato social, y si nada se dice en el
contrato por mayoría numérica.
Solo una salvedad nos resta que hacer. Hay ciertos casos en que la ley
no ha manteni'do estos principios. Así, el c.' de M:in~ría del 88 tenía un título
especial que tratalba de las Compaftías Mineras y allí decía que "se constitura
Cíá Minera por un contrato especial de compañía", pero agregaba "también
hay compañía por el hecho de registrarse una mina en tCía.,' y por el hecho
de adquirirse parte en minas registradas". El Código actual ha r,esuelto' esta
cuestión en una fórma muy original y muy distinta a las que hemos venido
yiendo hasta ahora; pero por el momento 10 único que nos interesaba era ha-
cer ptesente la confusión que se' hacía en el' Código del' 88 entre sociedad y
comunidad.
1) Sociedades Colectivas.
2) Soclet,dades anónimas.
3) Sociedades en comanditas
Desde luego, no puede decirse que sean propiamente ur:a sociedad. Así el
ArL 348 dice:'
"La ley reconoce tres especies de sociedad:
1." Sociedad colectIva; ,
. 2.1). Socieda:danónima;
3.il Sociedad en comandita.
Reconoce también la asociación o cuentas' en participación".
Art. 507: "La participación es un contrato por el cual dos o más comer-
ciantes toman interé& en una o muchas op'eraciones mercantiles, instantáneas
o sucesivas, que debe ejecutar uno de el10s en su solo nombre y bajo su cré-
dito personal, a cargo de rendir cuenta y dividir con sus asociados' las ga-
nancias o pérdidas en lá proporción convenida".
Se asemejan en cierto modo a la& sociedades, porque en ellas tamhien
hay dos o más personas que se unen para hacer un negocio en común, pero se'
diferencian de ellas en cuanto la aso.ciación o cuenta en participación es esen-
cialmente privada, oculta (Art. 509), que no se revela al exterior y que no
constituye una persona jurídica como todas las demás sociedades, pues todas
las operaciones son efectuadas, por uno de los copartícipes _en nombre pro-
pio, sin indicar que tras él hay otros interesados en el negocio.
Las partes pueden adoptar la forma .que deseen dentro de los cuatro
tipos generales que reconoce la ley; pero este principio reconoce también tres
excepciones.
Hay ciertos negocios para los cuales no se puede adoptar legalmente sir:o
una de estas formas. Así por ejemplo, según disposición expresa de la Ley
General de Bancos, el comercio bancario sólo puede ser ejercido por sóciedades
anónimas e idéntica disposición consagra el D. C. FIL. N.Q 251 respecto del
comercio de seguros y las Bolsas ,de Comercio.
Toda sociedad de cualquier tipo, está sometida a las mismas reglas, cual-
quiera que sea la clase de negocio a que se dedica. Sin embargo, hay casos
en que se han establecido reglas especiales para las .sociedades que se d~di
can a determinadas clases de comercio; así por ejemplo, la Ley Genera! de
Banco& contiene disposiciones particulares para las Sociedades Anónimas Ban-
caria~ y la Ley sobre Comercio de Seguros establece en algunos puntos reglas
especiales para las sociedades anónimas que se dedican al comercio de se-
guro.
- 89-
SOCIEDADES . COl.iECTIVAS
. Es, la sociedad colectiva I¡:¡. más común y' la más antigua' en el orde~
históriGo (se cree que nació en el Derecho Romano con las sociedwdes de pU-'
blicanos y de banqu.eros); es la ,sociedad corriente, la que se adapta para ne-
gocios que también pueden estar al alcance de una persona y ya h~m(\s
indicado, en términos generales, cuales son sus rasgos distintivos. El C. de
C. no da una definición de la sociedad colectiva, y en el Art. 349 comienza
refiriéndose de lleno a la capacidad para celebrar este ~contrato; hay que re-
currir con este objeto al C. C. que da definición de la sociedad colectiva en
1:'1 Art. 2061 ine. 2, que dice:
"Es sociedad colectiva aquella en que todos los, socios administran por
si o por un mandatario elegido .de común acuerdo". '
Se contiene en esta definición uno de los rasgos esenciales que ya ha-,
bíamos señalado, pero uno solo: el que se basa en la administración. Este
es un rasgo común a toda sociedad colectiva, sea civil o comercial; pero ,tra-
tándose de sociedades colectivas comercia\es la definición dada puede esti-
marse incompleta porque en ella no se alude a la responsabilidad que pesa
sobre los socios y que es una de las bases de distinción de los diferentes tipos
de so~iedades. Es por eso, necesario completar esa definición.
La idea expresada en el Art. 2061 del. C. C. se encuentra reforzada por
el Art. 385 del C. de C., que dic~: '.
"La administración corresponde de derecho a todos y cada uno de los
sociús, y éstos pueden desempeñarla por sr mis.mos o por sus delegados, sean
socios o extraños".
Esto es por lo que se refiere a la administración; ahora bien, en cuanto a
la responsabilidad de los socios., es el Art. 370 del C. de C. el que señala
este elemento y dice:
"Los socios colectivos indicados en.. la escritura sociaL son . respons~oles
solidariamente de todas las obligaciones legalmente contraídas baja la razón
social. ,
En ningún caso podrán los socios derogar por pacto la so!idaridad en
las sociedades colectivas".
El inciso· 2.9 de este artículo nos está haciendo ver que la solidaridad
es uno de los requisitos de la esencia de la sociedad colectiva comerciaL No
siendo lo mismo en la sociedad colectiva civil y para darse cuenta de e~lo
basta comparar este ar.tículo con .el 2095 del C. C., que dice:'
"SI la sociedad colectiva es obligada respecto de te.rceros, la totalidad
de la deuda se dividirá entre los socios a prorrata de su interés' social, y la·
.curta del SociCi insolvente gravará a los otros: ~
No se entenderá 'que los. socios san obligados solidariamente o de otra
manera que a prorrata de su interés social, sino cuando así se exprese en el
título de la o!:?1igación, y ésta se haya contraído por todos los socios o con
poder especial de ellos".
En resumen, tenemos que eh toda sociedad colectiva (sea civil o comer-
cial) la responsabilidad de los socios es indefinida, ilimita:da, porque no se
concreta al valor de lo que el socio haya' aportado a la so'ciedad, sino que
éste es responsable con, todos sus bienes a los acreedores sociales. En la so-
ciedad colectiva civil esta responsabilidad pesa sobre cada uno de los socios
a prorrata de su cuota; pero en la sociedad eolectiva com.~rcial, esta respon-
sabilidad a más !de ser indefinida, es solidaria y esa solidaridad es uno de sus
requisitos esenciales. .
En la sociedad colectiva civil sólo puede haber solidaridad en caso de
estipulación expresa de los socios; en cambio, en la sociedad colectiva éomer-
dal ello ocurre de pleno derecho. '
- 90
Esta responsabilidad solidaria que queda pesando sobre los socios de Hna
sociedad .colectiva comercial significa para ella una fuente de mayor crédito
que para la sociedad colectiva civil, porque los acreedores no contarán sólo
CO'n el capital social 'Sino también con los patrimonios individuales de los so-
cios, y de ahí también ,porque se tenga en consideración la persona de los
socios (Sociedad de personas).
Las sociedades colectivas son s.ociedades de personas porque se forman
"in tu ita perso.nae", y se comprende que así sea porque por un lado cada
,socio tiene la facultad de obligar a la sociedad y a todos sus consocios .'1,
por otro porque cada socio está expuesto a ver comprometida toda su for-
tuna en el 'negocio que se haga; por eso los socios no pue<:ren ceder librementf.'
sus derechos en la sociedad y de hacerlo sin el consentimiento unánime de fiUS
consocios, ello sería causal suficiente de disolución de la sociedad.
Esto nos está demostrando que las sociedades colectivas comerciales no
podrán generalmente formarse por un gran número de socios, porque ill es
'
fácil que muchas personas tengan entre todas ellas la confianza necesaria pa-
ra asociarse en estas condiciones; por esto las sociedades colectivas son de
un personal reducido (5 a 6 socios, a 10 más), muy distinto de 10 que ocu-
rre en las sociedades de capitales (Anónimas: mil o más miembros).
Esto nos está indicando también que las sociedades colectivas sólo puc-
den dedicarse a negocios corrientes, porque no reuniéndose muchas personas
es difícil juntar grandes capitales que sirvan para 'explotar grandes empre-
sas y porque, además, ti.enen el inconveniente de estar expuestas a una diso-
lución inesperada por cualquier hecho independiente de la voluntad de los so-
cios '(muerte de uno de ellos, incapacidad sobreviniente, etc.).
Tramitación:
U Se presenta el extracto al juzgado de turno (se trata de un asunto
de "jurisdicción voluntaria), y el juez y el secretariü sin entrar al ,examen de.
la escritura, 10 único que deberán hacer será ordenar la fijación de ese ex-
tracto en la secretaría por el plazo que indica la ley.
Art.· 355. "El extracto será inscrito en el RegistK,o de Comercio, fijado
por treinta días en la secretaría del juzgado respectivo y publicado por cin-
co veces en un periódico del departamento. Si en el departamento no. hubie-
re periódico, la publicación se hará por carteles fijados en tres de los pa-
rajes más públicos del domicilio social. Si la sociedad estableciere casas de
comercio en diversos parajes de la República. la inscripción, publicación y fi-
jación se harán en todos ellos, a lo menos quince días antes de abrirse la
nueva casa".
(Esta disposición aparece aquí con la nlO'dificación que al texto ,primi-
tivo le introdujo la ley N.Q 1020 de 31 de Bnero de 1898, que modificó ,el inc ..
l de este artículo, reduciendo de tres meses a treinta días el término de la
fijación en secretaría, y de 10 veces a 5 las pub'licaciones en el periódico. Estos
plazos se cuentan corridos).
- 96-
2.v Debe publicarse este extracto por cinco veces en un periódico del
departamento y si no hubiere periódico se fij~w carteles en la forma indica-
da en el Art. 355.
Como ya 10 hemos dicho, estas formalidades deben cumplirse antes del
plazo, fatal de quince días. Sin embargo, según algunos, este plazo sólo rige
para presentar el extracto en la secretaría del juzgado y bastaría que el ex-
tracto se presentara dentro de dicho plazo para que se entendiese cumplida
esta disposición, aun cuando la publicación y fijación sobrepasen con mu-
cho el plazo de 15 días. Esta doctrina tiene asidero en los Arts. 354 y 355.
del C. de C.; pero, a juicio del señor Palma, es absurda, a. más de peligro-
sa, y considera. que todas estas formalidades deben cumplirse dentro de
15 días.
Desde luego, la inscripción debe necesariamente hacerse dentro del pla-
zo de 15 días, porque si alguna duda pudiera presentarse, ella quedaría re-
suelta por lo dispuesto en el Art. 23 del C. de C. que dice:
"La toma de razón de los documentos. especificados en el artículo ante.,.
rior, deberá todo comerciante hacerla efectuar dentro del término de quin-
ce dlas, contados, según el caso, desde el día del otorgamientO' del docu-
mento sujeto a inscripción, o desde la fecha en que el marido, padre o
guardador principie a ejercer el comercio".
Sería, pues, contradictorio que para ]lna de estas formalidades existiera
el plazo de 15 días y para las otras no. Hay algo peor todavía, habría pla-
zo para las publicacio!ll-es permanentes, como ser la inscripción, y no ha-
bría plazo para las publicaciones transitorias. Se cae además en otro absur-
do, porque si sólo hay plazo para dejar el extracto en secretaria y no para
hacer las publicaciones en un periódico, podría resultar que una vez depo- ,
sitado el extracto en secretaría, las publicaciones no se hicieran nunca.
Veremos después que el incumplimiento de estas formalidades acarrea
nulidad y que esta acción de nulidad sólo puede hacerse valer por el hecho
de no haberse cumplido con los requisitos ya citados dentro del plazo fatal
de 15 días. Habrá entonces que preocuparse de que la inscripción quede he-
cha antes del vencimiento de esos 15 días y que las 5 publicaciones en un
periódico queden hechas dentro del mismo término.
Cumplidas estas formalidades se lleva un ejemplar de cada uno de los pe-
riódicos en que se hicierOn las publicaciones a la secretaría del juzgado y se
pide por medio de un escrito que el secretario certifique que se han cumplido
todas las formalidades; el secretario certificará y será este certificado el com-
probante de la constitución legal de la sociedad.
Art. 356. "Para acreditar la inserción en un periódico, los socios debe-
rán presentar al juzgado de comercio un ejemplar de cada uno de los diez
números en que se hubiere hecho la inserción. .
La publicación por carteles será justificada con certificación del secre-
tario del juzgado, puesta al pie de uno de los ejemplares desfijad0s".
Sucursales.- -Cuando hay sucursales puede presentarse la cuestión de
que ellas se abran al mismo tiempo en que se abre el negocio o des.pués. En
el primer caso, las formalidades indicadas deberán cumplirse en todos los lu-
gares donde vaya a establecerse sucursales al mismo tiempo; pero si las su-
. cursales se abren algún tiempo después, las formalidades habrá que cumplir-
las quince días antes de abrirse la nueva casa. (Para que se entienda que hay
sucursal, no basta que se trate de una fábrica o de un es.tablecimiento cual-
quiera sino que es. necesario que en esa oficina se entre en relciciones de nCJ
gocios con terceros). '
Rige al respecto al Art. 355 inc. 2 que dice:
97 -
"Si la sociedad estableciere casas de comercfo en diversos parajes d,~ la
República, la inscripción, publicación y fijaci¡)n· se hará en todos ellos, a lo
menos quince días antes de 3.'brirse la nueva casa".
Modificacio11les del c()ntrato.~ Las modificaciones que con posterioridad
a la celebración del contrato y otorgamiento de la" escritura social se introduz-
can en las cláusulas deberán someterse a las mismas formalidades que se han
debIdo llenar para la celebración del contrato mismo, dice el Art. 350 inc. 2:
"La disolución de la sociedad que' se ,efectuare antes de vencer el térmi-
:10 estipulado, la prórroga de éste, el cambio, retiro o muerte de un socio, la
aIteraNón de la razón social,' y en general, toda reforma, ampliación o mo-
dificacíon del contrato, serán reducidos á escritura pública con las solemnida-.
des indicadas en el inciso anterior".' , .•
Se explica perfectamente esta disposición, porque sería absurdo que sien-
do· necesarias esas formalidades para formar la sociedad pudiera esta modi-
ficarse sin cumplir con esas formalidades, equivaldría ello a e3bblecer un me-
dio fácil -para burlar la ley. " <-,
.
Acudiendo exclusivamente al tenor literal del in e, 2 del Art. 350 del C. de
c., 'se desprende que en toda modificación debe necesariamente Cllmplirse con
los requisitos que hemos señalado: escrituré!: pública y formalidades de pll-.
blicidad, pero en realidad, no es así, si bien, la escritura pública se exige para
tod~ modificación es porque todas las clám,ulas deben constar' por escritura
pública, no es menos cierto que las formalidades de publicidad sólo ese requie-
ren cuando se trata de modificaciones de cláusulas que han debid() figurar en
el extracto del cual se dió publicidad, porque interesa a ter~eros. Contiene
la ley \Iarios casos de referencia a manera de ejemplo. \
Así, la disolución anticipada es evidentemente una reforma del contrato
y como tal tendrá que' hacerse por escritura pública y deberá sujetarse tam-
bién a las formalidades de publicidad. .
Igualmente interesa a terceros la prórroga de la sOcledad y en conse-
cuenciá ·habrá que cumplir con las dos órdenes de formalidade3,
Lo mismo se puede decir en caso de cambio, retiro ,o muerte de un socio;
porque cualquier cambio en el personal de 'socios será una modificación que
afecte a terceros, y como consecuencia de ello habrá que cumplir también con
los dos órdenes de formalidades.
Sin embargo, puede ser que se trate de una modificación.' que ver3e sobre
la participación en los beneficios; es evidente que estas r'eJormas deberán ha-
cer::¡e por escritura pública, pero no. habrá necesidad de cumplir con las forma-
lidades de publicidad, porque se trata de modificaciones que no interesfln a
terceros. " . '
Sanciones:r-Es esta una .materia muy importante y de mucha aplicación
, práctica, porque son desgraciadamente. muy frecuentes las sociedades en las
cuales por un'Ü u otro motivo, no se .<fumplen con estas for;maUdades, con ¡:o
cual quedan a:fectadas de un vicio. de nulidad que generalmente viene a pro-
nuncial1s,e algún ti,empo después de h'aber entrado en funciones lá sociedad, de
maner¡l, que es necesario conocer las cons.ecuencias que esto acarrea en todos
los órdenes de relaciones que la soCiedad engendra.
La sanción por, la ·faIta de cumplimiento de estas formalidades es simple-
'mente la nulidad; de antemano se podría comprender esto, ya que - como
lo dijimos - ellas se· exigen no sólo por vía de prueba silla también por ví;a;
de solemnidad. " ,
, El Art, 1682 sie'nta este principio ;;tI decir: "la nulidad caus.ada por un ob-
jeto o causa ilícita, y la 'nulidad producida por ~a omisión de algún requi'5ito
o foqnalidad que las leyes prescriben para el valor de ci¡;;rtos actos o contra-
tos en con.sideración a la naturaleza de ellos, y no a la candad o estado de las
personas que los ejecutan o acuerdan, son. nulidades absolutas"; e' idéntica
- 98 -"-
sanción establece el Art. 357 del C. de C., que no hace sino con firmar la regla
general. <
- 103-
Si la sociedad adolece de un vicio de. nulidad desaparece esta situación,
Jos aportes que lbS sociosptrdieran haber hecho a la sociedad están en Hna
masa común ose restituyen al patrimonio individual de cada socio; se elimi-
na .así' el obstáculo para que los acreedores particulares de los socios puedan
embargar esos bienes, la situación se torna difícil para los acreedores sociales
y mejora la situación de los ·acreedores personales.
• Hay entonces una sociedad de heGho y surgen los conflictos 'entre estos
dos tipos de acreedores, porque hay entre ellos interese.S contrapuestos: los
acreedores sociales están interesádos en que la sociedad se declare válida, y
los personales ~n que se anule. Sin embargo, triunfa y debe triunfar el inte-
rés d~ los acre-edores personales, por una razón muy sencilla. Los socios no'
pueden alegar la nulidad porque ellos son los culpables de la omisión de las.
formalidades, aquí se trata de acreedores particulares y sociales sobre los cua-
les na pesaba esa obligación y que son perfectamente inocentes y que si a
alguien se le pudiera hacer algún cargo sería a los acreedores sociales, por-
que ellos al contratar con la sociedad debieron primeramente cerciorarse acer-
ca de si esa sociedad se había constituído legalmente, mientras tanto que a
los acreedores particulares no se .les puede hacer este ~argo, porque .10 único
que hic.ieron fué contratar con un individuo.
En s~guida, hay que recordar que el derecho de los acreedores &ociales
para excluir en el patrimonio social a los acreedores particulares· es conse-
cuencia de la personalidad jurídica de la sociedad 'ficción. legal que sólo pue-
de existir en las condiciones: que la ley determina, y es justo, en·tonces que
desaparecida esa personalidad jJ.¡rídica los acreedores sociales no puedan tener
derechos preferentes soibre un patrimonio colectivo que no existe.
Dadas estas explicaciones vamos a leer el Art. 302:
"Los terceros podrán oponer a terceros la inobservancia de las solemni-
dades estatuídas; y el que fundare su intención en la existencia de la sociedad
deberá probar que ha sido constiiuída ·en ccmformidad con la's prescripéiones
de este título".
¿Quienes a quienes? Los acreedores personales a .Jos acreedores sOcla!es_
¿Quienes son los que fundan su derecho en la existencia de Ilá sociedad?; los
acreedores ·sociales. ¿!Cómo tendrán que probar estos la existencia de la so-
ciedad? Tendrán <que probar por los medios legales que la sociedad se formó
en todo con arreglo a la ley.
Como consecuencia de estos principios del Art. 362 surge otro principio:
no pueden los acreedores sociales, invoéando el ejercicio de su acción solida-
ria, perjudicar en nada la situac,ión de los acreedores personales. (Habrá que
eliminar esa :solidaridad en cuanto perjudique a los acreedores personale5 ¡_
Pueden también, aunque esto es menos frecuente, surgir cuestiones entre
acreedores sociales y otros acreedores :sociales(por ej., entre acreedores hi-
potecarios o prendarios y acreedores vaJistas o sin garantía). Los acreedores
valistas tendrán interés en pedir la nulidad de la sociedad para destruir de
este modo los privilegios de los otros acreedores y concurrir con ellos al pago
en igua-les condiciones. ..• .
E.n resumen.- "Pueden pedir la nulidad de lasocredad todos los que ten-
gan interés en ello, menos los, socios contra terc:fros acreedores sociales".
Modificaciones del contrato.- La ley exige a este respecto· el cumplimien-
to de algunas formalidades (escritura púb)ica, y en otros casos fijación de
cartel y publicaciones); pero si no se cumple con estas formalidades ¿que si-
tuación se produce? Ef Art. 364 resuelve esta cuestión: '
"Los actos enumerados en .el inc. 2 del Art. :350 no· producen efecto algu-
no contra terceros; si no fueren escriturados, inscritos, fijados y publicados
en la forma que designa el Art. 355"_ •
- 104-
Art. 350: inc. 2.9 "La disolución de la sociedad que se efectuare antes de
vencerse el término estipulado, la prórroga de éste, el camb~, retiro o mu,er-
te de un socio, la aHeración de la razón social, y en general, toda reforma,
ampliación o modificación del contrato, serán' reducidos a escritura pública
con las solemnidades indicadas en el inciso anterior". .
En dos palabras, la reforma se reputa como no existente sino se cumple
con esas formalidades. Pero las situaciones pueden ser diversas.
Supongamos por ejemplo, que se sustituye un socio por otro y no se
cumple con la obligación de otorgar escritura pública, inscrita, fijada y pu-
blicada; en este caso, los terceros no se consideran avisados y todos los con-
tratos que celebren con la sociedad con posterioridad al retiro de ese ex-socio
seguirán afectando a la responsabilidad de éste.
Supongamos que se constituye una sociedad con un personal de 5 socios,
estipulándose expresamente que la administración corresponderá a los 5,- pero
posteriormente se reforma el contrato y se estipula que la administración co-
rresR~nderá sólo a dos de ellos; en este caso si 'no se cumple con las forma-
lidades exigidas por la ley, la situación sigue como antes y el acto de cual~
quipra de los socios obligará a la sociedad.
Funcionamiento de la sociedad.
cisa en una forma que tiene la importancia de un· principio fundamental, y di-
ce: "Los. socios colectivos indicados en la escritura social son responsables so-
lidariamente de todas las obligaciones legalmente contraídas bajo la razón
social". La última frase' de esta disposición contiene dos ideas que es preciso
recalcar: en primer lugar, es necel~iario que .las .obligaciQlllieS hayan sidlo contraí-
das legalmente, y en. sjegundo lugar, que se las hayan CIOtltraídlo bajo la razón
social. Con lo primero se quiere expresar la idea de que las obligaciones deben
haber sido contraídas por quien tenía facpltades· para ello (un administrador);
no es éste el niomento de ver las reglas sobre esta materia, bástenos con sa-
ber que si no se cumple este primer requisito la sociedad, en principio, no
queda obligada, aun cuando se haya contratado en su nombre. Es esta la si-
tuación que· contempla el Art. 373: . . .
"Si un socio no autorizado usare la firma social, la sociedad no será reil-
.ponsable del cumplimiento de las obligaciones que aquél hubiere suscrito, sal-
v.o si la obligación se hubiere convertido e,n provecho de la sociedad. .
La responsabilidad, en este caso, se limitará a la cantidad concurrente
con el beneficio que hubiere reportado .la' sodedad".
En este caso la acción del tercero queda limitada, como lo dice el ar.tícu-
lo citado, al caso en que la sociedad haya obtenido beneficios y sólo hasta el
límite de ese bene.ficio (actio re im verso 'enriq uecimien'to si'!1' causa).
Idéntica situación contempia el Art. 2094 del C. c., en su inc. 3.Q:
"Si el socio contrata a nomore 'de la sociedad pero sin poder suficiente,
no la obliga a terceros sino en subsidio, y hasta concurrencia del beneficio
que ella hubiere reportado del negocio". .
La segunda .exigenda o sea, el que haya." obrado usando la razón "s.ocial
produce también consecuencias de gran fmportancia.
El derecho de usar la razún social corresponde generalmente' al mismo
socio que tiene la administración. ¿Qué situación se produciría si un socio con
poder bastante contratara en su propio nombre tratándose de un negocio que'
interesa a la sociedad? Pongamos un ejemplo para aclarar la idea: el socio
ddministrador de la sociedad firma una letra de cambio en su nombre parti-
cular sin indicar la raZÓn social aun cuando se trata de un negocio que in-
teresa a la sociedad, ¿queda ésta obligada? En este caso no queda obligada,
ni los socios ni la sociedad ni aún en razón del enriquecimiento. El C. de C.;
110 ha contemplado esta situación, pero tal solución se desprende del inc. 1
del Art. 2094 del C. C.:
"El socio que contrata a su propio nombre y no en el de la sodedad, no
la obliga re,specto a terceros, ni aúl\ en razón del beneficio que ella reporte del
contrato; el acreedor podrá sólo mtentar en contra de la sociedad las acCio-
nes del socio deudor" .
. En este ~aso los terceros no tendrán ningún derecho para decir que pen-
saron contratar con la sodedád y que contaron con el crédito de ésta y, en
consecuencia, no tendrán acción basada,en el contrato mismo ni tampoco ac-
ción qe re im ver.so, porque la sociedá¡d no tu.vo interés en el negocio.
La sociedad y todos los socios quedarán obligados cuando se cumplan
estos dos requisitos: que la obligación haya: sido legalmente contraída y que
se haya usado la razún social. Se aplica aquí en toda su amplitud el princi-
pio consignado en el Art. 370 del le. de C. ~ .
El Art. 374 se pone en el caso .de que una persona con poder suficiente
contrate a nombre de la sociedad en negocios que están fuera' de su giro y dice:
"La sociedad no es responsable de. los documentos suscritos con la razón
108-
social. cúando las obligaciones que los hubieren causado no le conciernan y
el tercero los ~ceptare con conocimien to de esta cin:unstan cia",
Si un socio que tiene poder bastante, gira una letra ·de cambio bajo la
razón social, la sociedad quedará obligada, aun cuando ese socio haya apli-
cado el valor de esa letra a sus negocios propios. Sólo en el caso de que el
tercero contrate de mala fe, o sea, con conocimiento que el socio iba a em-
plear ·en sus negocios propios, sólo entonces, podrá la ~ociedad eximirse de
responsabilidad; pero como la buena fe se presume, siempre será ella la que
tendrá que acreditar la mala fe del tercero.
o
377 del C. de C., que dice que no pueden ser objeto de aportes los oficios pú-
blJcos. \.
Art. 377 ",Los oficios públicos de corredor, agente de cambio y cualquier
otro que seá servido en virtud de nombramiento del Presidenté de la Repú-
blica, no pueden ser materia de un aporte". .
Se habla aquí de agentes de cambio. Esta institudón no existe entre nos-
otros; existía en el proyecto, pero fué suprimida por la" Comisión Revisora, la
cual seguramente no se fijó en esta disposición.
Los aportes pueden ser hechos en. propied!~d o en· usufructo, distinción que
tiene mucha importancia: a) Desde el punto de vista de los riesgos; b) Desde
el punto de vista de la üisolución de la sociedad; c) Desde el puntó de "Vista de
la restitución de la cosa; y d) Desde el punto de vista de la época de la res~
. titución d~ la cosa. .
a) Desde el punto de vista de los 'riesgos de la cosa.r- Si la cos,a se apor-
ta en dominio y ella perece, es evidente que esa .pérdida . tendrá que afectar
a la sociedad; él socio ya cumplió' su übligaeión, y no. puede imponérsele la
nueva obligaeión de reponer la cosa. Pero si el aporte s·e ha hecho sólo en usu-
tructo, el socio conserva la nuda propiedélld de la cosa, y ·en consecuencia, los
'riesgos corren a su cargo. . . .
Art. 2084: "Si - se aporta la propiedad, el peligro de la ·c·osa pertenece
a la 80eiedad según las reglas generales, y la sociedad queda exenta de res-
tituirla en especie .. . .
Si .s610 se aporta el usufructo, la pérdida o deterioro de la cosa, no im-
putables a culpa de la sociedad, pertenecerán al socio que hace el aporte.
• Si éste consiste en cosas fungibles, en cosas que se deterioran por el uso,
en cosas tasadas, o cuyo precio se ha fija:do de común acuerdo, en materia-
les. de fábrica o artículos: de venta pertenecientes al negocio' o giro de la· so-
ciedad, pertenecerá la propiedad a esta con la obligaciÓn de restituír· al 80- ~
cio· su valor. .
Este valor será el que tuvieron las mismas cosas, al tiempo del aporte;
pero de las cosas que se hayan· aportado apreeiadas, se deberá la apreciación".
b) Desde el punto de vilsta de lá disolución de la sociedad.-. Según. el
Art. 21OZ'''si un socio ha aportado la propiedad de una cosa, subsiste la so-
ciedad aunque esta cosa perezca, a menos .que sin ella no puedan continuar
útÍlmente. Si só16 se ha aportado el usufructo, la pérdida de la cosa fructuaria
disuelve la sociedad,. a menos que el socio aportante la reponga a satisfacción
de los consocios, o que estos determjnen continuar la sociedad sin ella".
c) Desde el punto de vista de la restitución de la cosa.- Si el aporte
se' ha hecho en dominio, la sociedád no está obligada a restituír la cosa mis-
ma que ha sido objeto del aporte; la so.ciedacl ha pasado a ser dueña' del ob-
jeto de ese, aporte y el .derecho del sócio queda limitado a una cantidad, a la
suma numérica en que fuéesíimado ese aporte. En cambio,- cuando se aporta
un objeto cualquiera sólo en usufructo, el socio ha conservado la nuda propi@-
dad,. y al .di,solverse la sociedad habrá que restituírle
' ~,
precisamente ·el objeto
mismo de su aporte. ,'~
d) Desde el pU'nlto de vista de la época de Iá restitución d:e la cosa.-
Si la cosa se ha aportado en propiedad, el aporte no podrá ser r-estituído sino
una vez liquidada la sociedad y si queda una suma suficiente para enterar el
valor de los aportes, después de ,satisfechas 'todas las deudas sociales. En cam-
bio, si el aporte se ha hecho en usufructo, como la cosa no -pertenece a la so-
ciedad y no forma parte del capital social ni está afecta, como ese capital, al
pago de las obligaciones sociales, puede exigirse su restitución inmediatamen-
te desp~és de disuelta la sociedad, sin tener que esperar su liquidación.
- 110-
Art. 381: "Los socios no pueden exigir la restitución de sus aportes an-
tes de concluírse la liquidación,de la sociedad, a menos que consistan en el
usufructo de los objetos introducidos al fondo común".
Cuando los aportes se han hecho en propiedad y versan sobre cuerpos
Ciertos, hay que aplicar reglas muy semejantes a las de la compraventa. En
una compraventa el vendedor siempre está obligado a responder de la ga-
rantía de la evicción para el caso de que el comprador sea privado del domi-
nio por acciones de terceros; aquí sucede lo mismo respecto del socio que
hizo el' aporte.
Los aportes pueden entregarse al tiempo del contrato o después, según
lo que los socios hubieran estipulado. A veces se estipula que deben entre-
garse inmediatamente, al tiempo de firmarse la escritura social, pero otras
veces se estipula, y esto es 10 más frecuente, que se entregl1e un saldo inme-
diatamente y que el resto se aporte en la época que los socios mismos deter-
minen.
Sin embargo, puede suceder también que un socio no cumpla con la ob!i-
gación de entregar su aporte en la época convenida. A este respecto hay que
concordar la disposición del Art. 379 del C. de C., con los Arts. 2083 y 2101
del C. C. '
Hay tres clases de derechos. Desde luego, el contrato de sociedad es un
contrato bilateral, a título oneroso, que impone a los socios obligaciones re-
cíprocas, la principal de las cuales es efectuar el aporte estipulado, y en con-
secuencia habrá que aplicar aquí los principios generaJes del derecho que rigen
a todo contrato bilateral (Art. 1489). '
El Art. 2101 conforme a ese principio, agregando algunas variantes p~<:u
liares al contrato de sociedad, dice:
"Si cualquiera de los socios falta por su hecho o culpa a su promesa de
poner en común las cosas o industria a que se ha obligado en el contrato, los
otros tendrán derecho para dar la' sociedad por disuelta"
Hay aquí una particularidad: El Art. 1489 establece una condición reso-
lutoria tácita, en virtud de la cual puede resolverse el contrato por incum-
plimiento de éste por una de las partes. Aquí esto no cabe; la condición re-
solutoria tiene' por efecto el volver las cosas al estado anterior como si el
contrato no hubiese jamás existido, sin perjuicio de la indemnización de per-
juicios a que haya lugar, pero no es posible tratándose de una sociedad, por-
que puede ser que la sociedad haya funcionado durante cierto tiempo y estos
hechos ya consumados no podrían borrarse. Por esta razón aquí la conidición
sólo opera para el futurq y con respecto al pasado las cosas quedan como es-
taban, no pueden deshacerse. (Es algo análogo a lo que pasa en otros con-
tratos 'de tracto sucesivo, Como el arrendamiento).
Tienen entonces, los socios este derecho en caso de que uno de ellos no
entere su aporte: pedir la disolución de la sociedad. .
. Pero tienen también otra acción que les confiere el D.\> Común y que les
reconoce el Art. 379 del C. de C.: pedir el cumplimiento del contrato. v así este
artículo dice: ~ .
"El retardo en la entrega del aporte, sea cual fuera la causa que lo pro-
duzca, autoriza a los asocIados para excluír de la sociedad al socio moroso o
proceder ejecutivamente. contra su persona y bienes para compelerle al cum-
plimiento' de su obligación.
En uno y otro caso el socio moroso responderá de los daños y perjuicios
qUE la tardanza ocasionare a la socie.dad". .
Se dice aquí que' se puede dirigir contra "su persona y bienes", La pri-
mera expresión no tiene hoy explicación, porque ya no se admite entre nos-
otros la prisión por deudas como medio compulsivo de pago de las Qblig":lcio-
nes; ahora sólo puede procederse contra los' bie;:·es del deudor.
- 111 -
Hay todavía un tercer derécho. establecido por este mismo Art. 37~:e1
derecho de excluir de la sociedad al socio- m'Ol'OSO. Es ésta una especie de di-
solución parcial. Simplemente se elimina de la .sociedad al socio moroso sin
qué é!:>ta se disuelva totalmente.
El Att. 380 contiene una disposición de gran' importancia pues determina
la situación .de los acreedores sociales y de los acreedores personales de los
socios ante los bienes sociales, y así dice:
"Los acreedores personales de un socio _no podrán embargar durante la
sociedad el aporte que éste hubiera introducido; pero les será permitido soli-
citar la retención de la parte de, interés que en ella tuviere para percibirla al
tiempo de la división >Social. '
Tampoco podr~n concurrir en la quiebra de la sociedad con los acreedo~
res sociales; pero tendrán derecho para perseguir la parte que corresponda a
su deuda en el residuo' de la masa concursada",
Resumiendo podemos decir que en cuanto a los bienes sociales los 'acreedo-
res sociales eliminan por completo a los acreedores particulares de los socios,
o sea, tienen un privilegio absoluto. (Es ésta una regla ~Dmún a toda socie-
dad). En cambio, cuando se trata de los bienes particulares de los socios hay
que hacer distinciones en cuanto a la naturaleza de la sociedad,
Los acreedores sociales en una sociedad colectiva comercial o civil, tienen
también acción sobre los bienes particulares de los socios" por ser estos inde-
imidamente responsables, en las sociedades, colectivas ('iviles, y además solida-
riamente 'responsables en las comerciales; por eso en el patrimonio individual
del socio entran por' igual los acreedores particulares y los acreedores sociales.
Lo mismo ocurre en las sociedades en comandita respecto de los socios
gestores. Pero nada de esto hay en las sociedades anónimas, ni en las, de res-
ponsabilidad limitada, en las cuales el derecho de los acreedores sociales se
halla limitado al patrimonio, ,social, y nó pueaen extender su acción sobre los
, bienes particulares de los socio,s.
Distribución .de las ganancias y pérdidlas.- A este respecto podemos decir
que lo único esencial es que se estipule esta: ,distribución; no importa la pro-
porción, las partes gozan, de la más amplia libertad para hacer esta distribi.!-
ción, La ley sólo interviene a falta de estipulación de las partes, de man'era que
las disposiciones que vamos a ver tienen un valor puramente interpretativo. '
Art. 382: "Los socios capitalistas dividirán eníre sí las ganancias y las
pérdidas en la forma que se hubiere estipula1do, A falta, de estipulación, las di-
vidirán"a prorrata de sus respectivos aportes".
'Idéntica disposición contenía ya el Art. 2068 del C. e, que dice:
HA falta de estipulación expresa,' se enteNderá que la división de los be-
neficios debe ser a pro'rrata de los, valores que cada socio ha puesto en el fon-
do social, y la división de las pérdidas a prorrata de la división de los benefi-
cios" .
O sea, si no se ha establecido la forma de distribuir los beneficio,s, y nada
se ha dicho acerca de la distribución de las pérdidas, entonces las ganancias de-
berán dividirse a' prorrata de los-aportes y las pérdidas en las mismas condi-
ciones fijadas para la distribución de los beneficios.
Los casos que puedan dar lugar a algunas ,dudas son los relativos alsoeic
industrial. Lo corriente ,será que ,se fije' expresamente su cuota en las ganancias
'y pérdidas; pero la ley también se ha puesto ,en el caso de que no se haya!) fi-
jado las cuotas' que en las ganancias y en las pérdidas habrán de corresponder
al socio industrial y al efecto ha dispuesto en el Art. 383 que éste no soportará
parte alguna, en las pérdidas. Dicho Art. dice:
"En cuanto a las ganancias y pérdidas correspondientes al socio industrial,
se estará a 10 que hubiere estipulado en el contrato; y no habiendo estipulación,
- 112 - ~
el socio industrial llevará en las ganancias una cubta igual a la que correspon-
da al aporte más módico, sin soportar parte alguna en las pérdidas".
Parece esto una contradicción del principio fundamental de toda sociedad
en que todos los socios deben tener participación en las ganancias y en las pér-
didas; pero en realidad, no es así, porque el socio industrial contribuye en lal'·
pérdidas, perdiendo el trab,ajo 'que había sido su aport~. a la sociedad.
Con respecto a este punto aclara bien la idea la disposición del Art. 2ü69
del C. C., que confirma la disposición del Art. 383 del C. de C., y que dice:
"Si unó de los socios contribuyere solaniente con su industria, servicio o
trabajo, y no hubiere estipulación que determine su cuota en los beneficios so-
ciales, se fijará esta cuota en caso necesario por el jueZ; y si ninguna estipu-
lación determinare la cuota que le quepa en las pérdidas, ~e entenderá que no
le cabe otra que la de dicha industria, trabajo o servicio".
En cuanto al caso de que- nada se haya estipulado acerca de la parte de
beneficios que habrá de corresponder 1l.¡' socio industrial, el Código Civil da un.a
regla distinta de la del Código de Comercio pues encomienda al juez la fija-
ción de esa participación, mientras que el Código de 'Comercio dice expresa-
mente que en caso de falta de estipulación corresponde al socio industrial tina
cuota igual a la que corresponda al aporte más módico.
En realidad, es mucho más racional la disposición del C. C. La regla del
C. de C., es entera,mente arbitraria; se tomó deLArt. 1853 del Código francés
en el cual se consignó como un medio de compeler a los socios' a determinar
la cuota de ganancias y pérdidas que corresponde a cada uno, evitándose así
los inconvenientes que nacen de la dificultad de valorizar el trabajo del socio
in dustrial.
Queda todavía un terce,r medio para hacer la distribución de las ganancias
y péqiidas: Es el indicado en el.Art. 2067 del C. IC., o sea encomendándole efl
el mismo contrato a una tercera persona la distribución.
Art. 2067: "Los contratantes pueden encomendar, la división de los bene-
ficios y pérdidas a a,ien'o arbitrio, y no se podrá reclamar contra éste, sino cuan-
do fuere manifiestamente inicuo, y ni aún por esta causa se admitirá contra di-
cho arliitrio reclamación alguna. si han trascurrido tres meses desde que fué co-
nocido del reclamante, o si ha empezado a ponerse en ejecución por él.
A ninguno de los socios podrá cometerse este arbitrio. Si la persona a quien
se ha cometido fallece antes de cumplir su encargo, o por otra causa cualquie-
ra no la cumple, la sociedad es nula".
Por el momento debemos fijar bien el concepto de lo que se entiende por
beneficio o pérdida; los detalles los estudiaremos al tratar de las sociedades
de capitales. '
En principio, en derecho puro, los beneficios no deben comprenderse con
relación a negocios determinados ni con relación a determinados bienes y en este
,sentido podemos decir que hay' beneficios cuando al terminarse la vida de, la
sociedad résulta un excedente sobre el capital aportado por los socios, y que
hay pérdidas cuando terminada la vida de la sociedad hay déficit con relación
al capital social aportado.
Art. 2070: "La distribución de beneficios y pérdidas no se entenderá ni
respecto de la gestión de cada socio, ni respecto de cada negocio en particular.
Los negocios en que la 'sociedad sufre pérdidas deberán compensarse con
aquellos en que reporta beneficio, y las cuotas estipuladas recaerán sobre e!
resultado definitivo de las operaciones totales". (inc. Lo y 2,Q).
Aplicando con todo rigor esta disposición resultaría Que durante la vida
.ae la sociedad no podría hacerse reparto de utilidades, porque habna que
compensar 1ás pérdidas con las utilidades ya obtenidas y aplicar esas cuotas
al final de la sociedad; pero si hul;>iera de procederse así, los capitalisltas no
querrían trabajar .en esta forma porque vendrían a recibir después de largos
- 113-
años los beneficios obtenidos, y por eso es que se aplican esas cU0tas en OE!-
terminados períodos. Generalmente el comprendido entre uno y otro balance
(1 año) o a veces más corto (6 meses), aplicándose la cuota de beneficios o
pérdidas al resultado de ese ejercicio.
Pero puede resultar que haya pérdidas o que la repartición de utilidades
se haya hecho a base de beneficios nominalés. En este caso, tal distribución
significa merma del capital social, o sea una restitución anticipa.da a los socios
de parte de sus aportes. .
Recordemos el Art. 381:
"Los socios no pueden exigir la restitución de sus apbrtes antes de con-
c1uírse la liquidación de la sociedad, a menos que consistan en el usufructo de
los objetos introducidos al fondo común".
Tiene esto una gran importancia en las 'sociedades de capitales, especial-
mente en las anónimas y en las de responsabilidad limitada, porque en ellas
la única garantía con que cuentan los acreedores sociales es el capital social
y esa restitución en fo¡ma de benefiCios del capital social revestirá suma gra-
vedad; por eso la ley toma precauciones y>ie presenta entonces la cuestión de
determinar si se puede exigir la restitución de esos aportes reembolsados inde-
bidamente.
- Al respecto el Art. 2070 en su inc. 3 establece que los s,ocios comandita-
rios o anónimos no son obligados a colacionar los dividendos que hayan reci-
bido de buena fe'; pero hay que precisar desde luego que esta cuestión no
tiene la misma importancia en las sociedades 'colectivas y fn las. en coman-
ditas respecto de los socios gestores; porque en ellas los socios son respon-
sables solidaria e ilimitadamente y hayan recibido o no esas sumas corres-
pondientes a los aportes (divi,dendos ficticios) siempre los derechos de los
acreedores quedarán a salvo porque siempre podrán dirigirse contra los so-
cios.
Hay todavía otro punto relacionado con esta misma idea y que se refie-
re a la cuestión de saber si se. puede establecer en el contrato social que 1o's
sócios habrán de recibir periódicamente una suma fija por concepto de inte-
rés. Así por ejemplo, podrá estipularse que :se pagará a los socios Un interés
sobre su aporte, a más de su cuota de beneficios, que se cargaría a gastos
generales: En este punto la cuestión se hace muy diferenie según la natura-
leza de la sociedad. Si la sociedad. obtiene beneficios en nada se afecta a los
acreedores sociales; pero si hay pérdidas, como siempre habrá 'que pagar esos
interef'es, se producirá la misma situación del caso anterior, pl.\es las sumas
para er pago deberán salir .del capital social, con lo cual esos intereses equi-
valdrán a una verdadera devolu·ción anticipada de parte de los ~portes del
socio.
Muchos hay que hacen aquí la distinción. En las sociedades de capita!es
esto no 'podría hacerse, en razón de las mismas consideraciones que vimos
en el caso anterior; pero en las sociedades ,colectivas ello 110 tiene mayo'r
importancia, porque aun cuando esto significa devolución anticipada de parte
de los aportes, los acreedores sociales no se perjupican porque conservan su
acción contra los bienes particulares de 1,0s socios. \ .
No hay en nuestra Jegislación una disposición expresa que prohiba estas
estipulaciones; aun más, hay disposiciones de las cuales ,podría desprenderse
la posibilidad de establecer estas dáusulas.
Así por ejemplo, podemos citar los Arts. 352 N.Q. 8 Y 404 N.Q 1 que dicen:
Art. 352: "La escritura social deberá expresar:
8.9 La cantidad que puede tomar anualmente cada socio para sus gas-
. tos particuláres".
Art. 404: "Se prohibe a los socios en particular:
- 114-
l.<¡ Extraer del fondo común mayor cantidad que la asignada para sus
gastos particulares.
La mera extracción autoriza a los consocios del que la hubiere verifica-
do para obligar a éste al- reintegro o para extraer una cantidad proporcional
.:al interés que cada uno de ellos tenga en la masa social".
Eso si que ha,bría que estipular esto expresamente en la escritura social,
porque es evidente que a falta de una estipulación expresa el socio no tendría
derecho a este interés.
- 119-
y contratos que celebren deban proceder de consuno, tratándose de ciertos
actos, etc.
En este caso, cuando se haya estipulado que los administrado.res deben
proceder de consuno, pueden suscitarse cuestiones· entre ellos. ¿Cómo se re-
~uelven? Si son sólo dos,· es evidente que el acto o contrato, que cualquiera
de ellos proyectaba, no podrá realizarse; pero si son tres o más, deben obrar
de acuerdo COln lo que resuelva la mayoría.
Rigen aquí las mismas reglas del caso anterior; y, si a pesar de la opo-
sición de la mayoría de los administrado.res, uno de ellos ejecuta el acto, ha-
,1)rá que distinguir si los terceros están de buena o de mala fe.
También hay- que hacer aquí una distinción importante acerca de los pun-
tos sobre 'los cuales puede pronunciarse esta mayoría. Lo mismo que en el
caso anterior, la mayoría de los admi,nistradores no puede pronunciarse sino
sobre la conveniencia o inconveniencia del acto proyectado, es decir, so.bre
asuntos de carácter exclusivamente económico y comercial y en ningún caso
sobre cuestiones .de interpretación de· las disposiciones legales, ,po~que· el
conocimiento de estas últimas está entregado a los tribunales de justicia.
Se presenta con respecto a este mismo punto,. una nueva cuestión. ¿Pue-
den los socios excluídos del dérecho de administrar, hacer uso del derecho
de oposición a los actos de los administradores? Se resuelve esta dificultad
haciendo u,na c\ísfinción, según que los socios administradores hayan sido uno
o más nombrados en el contrato s.ocial. Cuando los socios administradores
han sido nombrados en la escritura social, su nombramiento constituye una
de las bases, esenciales de la sociedad, una de las cláusulas del contrato, y
por consiguiente, el ,nombramiento de ese socio no puede ser modificado sino
por la unanimictad de los socios; por eso su mandato es irrevocable e irre-
. nuncíable (Art.· 2072 del C. C.). Pues bien, estas reglas se aplican también a
las facultades de que gozan y esas facultades también forman parte de" las
bases de la sociedad y no pueden series quitadas o restringidas por simple
mayoría, se requerirá para ello la unanimidad de las vol~ntades de los so-
cios, incluso 'la suya. '
Consecuencia de todos estos principios es la .disposición del Art. 400 del
C. de C. que dice:
"El administrador nombrado por una cláusula especial de la' escritura
,social, . puede ejecutar, a pesar de la oposición de sus consocio,s excluidos
de la administración, todos los actos y contratos a, que se extienda su man-
dato, con tal que 10 verifique si'n fraude.
Pero 'si" sus gestiones produjeren perjuicios manifiestos a la masa común,
la mayoría de los socios podrá nombrarle un co-administrador o 'solicitar la
disolución de la sociedad".
Esto es elemental, porque la oposición de· los consocios viene a signifi-
car en el futuro una verdadera disminución de las facultades de ;OS adm¡'nis-
tradores. Lo único que pueden hacer los sociors, cuando la gestión de los ad-
ministradores produce perjuicios manifiestos a la masa común, es nombrar-
le un ca-administrador.
A este respecto hay una contradicciÓ'n entre el C. C" y el C. de C. Este
último, en el Art. 400, es perfectamente explírci,to en el seln'Íitdo que acabamos
~de explicar; pero el Art. 2073 del ,C. C., que contempla el mismo caso dice:
"En el caso de justa renuncia o justa' remoción del socio administra-
dor designado en el acto constitutivo, podrá continuar la sociedad, siempre
que todos los socios convengan en ello y en la desig,nación de un nuevo
administrador o en que la administración pertenez~a en común a todos los
socios.
- 120 --
Habiendo varios socios administradores designados en el acto constituti-
vo, podrá también cOlntinuar la 'sociedad, acordándose unánimemente qué
ejerzan la administración los que restan".
El Código contempla aquí ambos casos: cuando el administrador es
nombrado en la escritura social y cuando es nombrado por acto posterior.
Ya vimos lo que' pasa cuando el administrador ha sido nombrado en
la escritura social; veamos ahora lo que pasa cuando es nombrado por acto
posterior. En este caso la situación es distinta, porque su nombramiento no
es una de las bases del contrato, y así como ese mandato puede ser revo-
cado por simple mayoría, así también puede ser disminuído parcialmente por
la mayoría.
5.Q De las prohibiciones a que están sujetos los socios en la sociedad colectiva.
b) La renuncia debe ser hecha. de buena fe. (Se entiende que hay mala
fe, c!lando el socio renuncia para apropiarse de una ganancia que debía per~
tenecer a la sociedad). ,
c) La renuncia debe 'Ser tempestiva. (Se entiende que la renuncia es in-
tempestiva cuando ella puede ac;arrear' perjuicio a los negocios lSociales).
El, Art. 2108 del C. C., comprende una nueva causal de disolución que
aparentemente parecería quedar comprendida en las an.teriores: 'la disolución
por graves motivos (in ejecución :de las obligaciones de otro socio, pérdida de
un administrador inteligente, etc). Siempre que exista un grave motivo como
,estos u otros análogos ,que redunde en grave perjuicio de los negocios' socia:-
les. (la enumer,ación no es taxativa), podrá pedirse la disolución de la socie-
dad;· pero e·n este caso deberán intervenir los tribunales de justicia para apre-
ciar la naturale.zª del motivo que se invoca.
, 2.9 Formalidades de la disolución.- La disolución de la spciedad está .so-
metida, en ciertos casos a formalidades de escritura pública y formalldades·
de publicidad: Veamos en qué casos debe cumplirse y en qué casos no debe
cumplirse con esas formalidades. Es evidente que no habrá necesidad de ellas
cuando la disolución de la sociedad se deba al vencimiento. del plazo. Púo
en todos los' demás casos en que la sociedad se disuelva anticipadamente ha- _
brá que otorgar la correspondiente escritura pública, para deJar constancia
de esa disolución, y habrá que inscribirla, fijarlla y publicarla conforme a las
reglas del inciso 2 del Art. 350: ,
"La disolución de la sociedad que se efectuare antes de vencer el térmi-
no estipulado, la prórroga de éste, el cambio, retiro o muerte de un s')cio, la
alteración de la 'razón 'social, y en general, toda reforma, ampli,ació,n. o modi-
ficación dei contrato, serán reducidos a 'escritura pública con las solemnida-
des !ndicaqas en. el inciso anterior". .
Hay todavía otro caso. Cuando la sociedad se haya constituído sin tér-
mino fijo, será necesario cumplir con todas estas formalidades para poner la
dis-o!ución en conocimientos de terceros.
3.9 Efectos de la disolución.~ Cumplidos todos los requisitos a que he-
mos hecho referencia la disolución produce todos sus, efecíos respecto de ter-
ceros y los actos ,(le los administradores ,no obligarán ya a la sociedad, a me-
nos que se use la razón social' más la fórmula "en liquidación". ,Piar ejemplo:
Pedro. Juan y Cía, en liquid;;tción.
Pero ¿que ocurre si no se cumplen, esos requisitos? En este caso los té'r-
ceros tienen derecho .a considerar a la sociedad como subsistente y el acto
de cualquiera de los socios obligará a. la sociedad y a' los demás socios, los
cuales no' podrán alegar contra los terceros el cono'cimiento privado que estos
pudieran haber tenido de la disolución, porque la ley presume que mientras
no se hayan cu'mplido esas formalildades los terceros ignoran esa disolución
(ArL 361. inc. 2 ) . · _ .
¿A quienes podrá interesar esta. disolución? Evidentemente, a los aqee-
dores personales de los socios, porque' ella les permitirá embargar los bienes
de sus deudores que éstos habían aportq,ido él la sociedad. Por la inversa,
los acreedores sociales tendrán un interés contrario para conservar sus pnvI-
legios sobre el patrimonio social con preferencia a los acreedores personales
de los socios.
'En este conflicto, ¿quién debe triunfar?; ya vimos que cuando se trataba
de discutir la validez de la sociedad triunfaban los acreedores personales de_
los socios; porque eran los acreedores sociales quienes debían probar esa va-
lidez. En este caso ocurre todo 10 co:n,frario y serán los acreedores personales
los ,que tendrán que empezar por probar que la sociedad .se disolvió y que esa
disolución se llevó a cabo con -todos los requisitos' legales.
- 12,8 -
Liquidación de la sociedad.
una disposición expresa que así 10 estableciera; como por ejemplo la Ley que
creó la Comisión Liquidadora de la Cosacn, en la cual se' estableció preferen-
cias entre unos y otros acreedores.
Todas las operaciones de que hemos hablado son las consecuencias que
siguen siempre a la disolución de la sociedad; pero pueden suprimirse todos
estos procedimientos, y si bien, la liquidación presupone una disolución, no
siempre la disolución es base ,de. una liquidación .
. Es frecuente, que disuelta la sociedad colectiva, y para abreviar todas
las cuestiones, se estipule que uno de los 'socios tome a su cargo todo el pa-
sivo de la sociedad y puede como dueño de todo su a,ctivo, pagando a los otros
sodas una suma determinada que s~ fije convencionalmente, de común acuer-
do por las partes, por la parte que pudi~ra corresponder a esos socios en la ma-
,sa social (De este mog.o queda eliminada toda la operación de .la liquidación).
Es esto muy frecuente; pero hay que advertir que estas estipulaciones no
tienen el efecto de dejar eliminada, por completo la responsabilidad de lo::;
demás socios en fre'nte de terceros y por las deudas sociales, por una razón
muy sencilla que ya insinuamos al tratar del principio ,del Art. 370 q1le esta-
blece cosas que son de la esencia de la sociedad colectiva.
La situación a que acabamos de aludir importa, en realidad, una deroga-
. ción a ese principio, derogación que no cambia principios esenciale~ de la
sociedad colectiva. Esas estipulaciones no son nulas en lo que se refiere a la~
relaciones de los socios entre sí, pero no afectan a las relaciones de los' socios
con terceros los cuales pueden dirigirse contra cualquiera de los socios, y el
socio que pague tendrá derecho~ a virtud del contrato celebrado con los otros
socios, a exigir del que había tomado a su cargo el pasivo el reembolso de
esa suma.
Art. 419: "Todas las acciones contra los socios no liquidadores, sus he-
rederos o causa-habientes prescriben en cinco años contados desde el día en
'que se disuelva la sociedad, siempre que la escritura social haya fijado su du-
ración o la escritura de, disolución haya sido inscrita, fijada y publicada con-
forme a los Arts. 350, 354 y 355. Si el crédito fuere condicional, la prescrip"
ción correrá desde el advenimiento de la condición".
,Las acciones. de los acreedores sociales contra la sociedad, están suje-
tas a los plazos ordinarios y generales establecidos por el C. C. (10 años p::tra
la acción ejecutiva y 20 años para la a¡:ción' ordinaria); pero esas mismas ac-
cienes, desde el momento mismo que se disuelve la sociedad colectiva, que-
dan suletas a Un plazo más corto (5 años), que empieza a correr desde el
momento en que la sociedad se disuelve. (Es esta una excepción que sólo rige
respecto de las sociedades colectivas comerciales, porque respecto de las ci-
viles siguen rigiendo después de la disolución los mismos plazos anteriores).
"Esta prescripci.ón, breve para estas acciones se ha tomado del Código
.francés y su objeto es atenuar las consecúencias rigurosas C] ue se producen
en virtud de la solidaridad existente entre los socios de esta clase de socie-
dades; aun d~spués de su disolución. Por eso sólo se aplica a las aCCÍotles
de terceros sociales contra los socios no liquidadores, porque en este solo
caso existe para estos la solidaridad". (La ley no es suficientemente clara).
Como lo -decíam()!s el fundamento de esta d1sposicíón lo encontramos en
el Art. 64 del C. de C., francés, cuyo alcance queda muy precisado recordan-
do la historia de ese 'Código. Se pensó que la disolución de la sociedad co-
- 133-
lectiva podría acarrear conseGuencia,s graves; que cada uno de los s()ci0s se
iría por Stl lado,' se dedicaría a otros negocios, y se perdería el vínculo estre-
cho que existió durante la' vida de la sociedad, de módo que' en tales con-
diciones la solidaridad sería muy dura, porque los socios' podrían caer en in-'
. solvencia gracias a esos nuevos negocios. Pues, 'bien, para atenuar esos efe c-
tos se disminuyó el plazo de prescripción sóllD¡ a 5 años para las accion~s de
los terceros acreedúres contra los socios no liquipadores.
De la expresión "socios no liquidadores" podría desprenderse que los so-
cios' liquidadores no están sometidos a este plazo ,breve; sin embargo no es.
así y todos están sometidos ,a este plazO' breve. ,
Podría suceder que la liquidación hubiera, sido encargada a, un solo so-
cio, ¿en qué plazo prescribirían las acciones confra est~ socio liquidador?
Para contestar esta pregunta hay que hacer una distinción. Contré\. el socio
liquidador tienen los terceros dos. clases de acciones, unas c'onsiderando al
liquidadQr como representante de la sociedad y en la cual no se demanda al
,liquidador personalmente' sino a la sociedad misma representada por éste (ac-
ciones que por consiguiente prescriben en 10.8 plazosqueseñalá. el C. C.), y
otrag contra el liquidador en cuanto socio y para perseguir 'su responsabili-
dad solidaria (éstas si que prescriben en 5 aiíos, porque quedan, comprendidas
dentro de la disposición del Art. 419). .
Cuando todos Los socios .son liquidadores la 16gica nos lleva a concltrsio-
nes análogas; pero; sin embargo no ls aSÍ; porque el Art. 422 dice expresa-
mente que "la pres,cripción no tiene lugar cuando 1.os socios verifican por sí
mismo,s la liqui;dación el+ la sociedad se en.cuentra en quiebra".
Como lo dice este Art. 422, el plazo breve de prescripción no . tien~ 'cabl-
da cuando la slbciedad se encuentra en quiebra. La quiebra supone la disolu-
ci.ón de la sociedad; y, estando esta en quiebra, los acreedores no pueden en-
tablar acciones individuales contra los sodos y deben cobrar sus créditol>
!'iiguiendo todos los trámites gernerales de esta (v·erifícación, etc.).
Como lo dice el Art. 419 este plaz:o breve se cuenta desde el día en ql1e
se disuelve la sociedad; de manera que !si hay plazo señalado én el contrato,
los terceros saben de antemáno. que desde eSle día empezará a correr el plazo.
breve de prescripción. Pero 'Si se trata de una disolueiól1 anticipada (por ej.,
a causa de: la muerte de un socio) la prescripción empieza a correr desde el
día en que la escritura de disolución na sido in'scrHa, fijada y publicada con-
forme a los Arts. 350, 354 Y 355 (Art. 419).
El Art. 420 se refiere a la interrupción y suspensión de la prescripción
y dice: . ' .
¡'La' prescripción corre contra los menores y personas jurídicas que gocen
de los derechos de tales, aunque 10's créditos sean líquido's, y no se interrum-,
pe sino por las gestio!nes judiciales que dentro de los cinco años hagan lo~
,acreedores contra los socios no liquidadores".
Según el C. C., conforme al Art. 2509, la prescripción puede suspenderse
:a favor de ciertas y determinadas, personas y, es regla general que toda pres-
cripción se suspende a favor de esas personas. Pues bien, el Art. 420, confir..
mando la disposición del Art. 2524 delC.C., dispone que esta prescripción
de corto plazo 'no se suspende.
Art. 2524: "Las prescripciones de corto tiempo ,a' que están sujetas las
acciones especiales que nacen de ciertos actos o contratos, se mencionan en
los títulos respecti,:os, y corren también contra toda persona; salvo que ex-
. presamente se' establezca otra r e g l a " . ' .
En cuanto a la interrupción, el mismo Art. 420 declara que esta prescrip-
ción no. se interrumpe sino por las gestiones judiciales que dentro de los cin-
co años hagan los acreedores contra los socios no liquidadores, de lo cual, a
pri111era vista,' pudiera desprenders'e que la ley ha querido excluir la intern.rp-
- 134 ~
ción natural; interpretaCión errónea, porque lo único que la ley quiso decir
fué que "para interrumpir civil'mente esta prescripción, se necesita que la ges-
tión judicial se dirija contra los socios no liquidadores", o sea, que una de-
manda interpuesta contra los socios mismos o contra e'l líquidador como re-
presentante de la sociedad no interrumpe esta prescripción; cosa que por lo
dem~s caía de su peso, porque esta prescripción no se refiere a las acciones con-
tra la sociedad sino a las acciones contra los socios para hacer efectiva su res-
ponsabilidad solidaria y porque a virtud del Art.' 2519, del C, Civil, "la inte-
rrupción que obra en favor de uno de varios coacreedores, no aprovech'a él
los otros, ni la que obra en perjuicio de varios cOdeudore.>, perjud,ica 'a ¡os
otros, a menos que haya solidaridad, y no se haya eRta renunciado en los
términCls del Art. 1516". índice
DE LAS' SOCIEDA)jES ANONlMAS
Tiene esta parte ~ n~estro estudio una gran importancia, debiLh) él su
gran aplicación práctica y debido también a que el C. c.. se remite al C. de C.,
en 1.0 relacionado con esta materia.
Objeto y ventajas.-· Al tratar de las sociedades colectivas vimos que
ellas presentaban ciertos inconvenientes en lo que se refiere a algunas maÍt'-
rias, desde el motr1f.l1to que no permiten reunir grandes capitales y es difícil
encontrar siempre entre muchos individuos la confianza necesaria para cons-
tituir una sociedad de este tipo. Además, las sociedades colectivas están ex-
puestas a disolverse por hechos independientes de .la voluntad de los sodos
(muerte, quiebra, incapacidad sobreviniente, etc.), y los derechos sobre ellas
son intransferIbles, pues los que entran en una sociedad' colecJiva quedan li-
gados con ella hasta su término.
Para salvar los inconvenientes expresados se han creado laR sociedades
an6nimas: ellas no se constituyen en consideración a la aptitud de las pert>o
nas y permiten reunir grandes cantidades de socios, los cuales por lo común
ni se conocen entre sí. De ahí, que cuotas pequeñas aportadas por innume-
rables capitalistas puedan llegar a formar un tipo de sociedad que se adapte
para negocios de largo aliento que no podrían ser emprendi,dos por otras socie-
dades, como las colectivas, que están expuestas a una fácil disolución. Por
10 demás, por larga que sea la vida de la sociedad, los socios tienen un medio
fácil de separarse de ella, porque las acciones (títulos representativos de S~IS.
derechos) son documentos fácilmente negociables.
Inconvenientes.- Las sociedades anónimas tienen el inconveniente de que
sólo pueden ofrecer como garantía el capital social y se prestan a abusos en
perjuicio de terceros, porque los socios llamados fundadores pasa:! a tener
una situación privilegiada con respecto al resto del personal social. Además,
la fácil negociabilidad de las acciones da margen a muchas especulaciones,
que han tratado de ser reprimidas por la legislación mercantil; sin embargo,
. cada día se descubren nuevas formas de engaño.
SLstema general a que se encuentran sometidas.- Al tratar de las socie-
dades colectivas, vimos que ellas podían celebrarse por libre acuerdo de las
partes tanto en su forma como en su fondo. Las sociedades anónimas no pre-
sentan estas características y .sólo pueden subsistir por un decreto del presl-
dente de la Rep., quien no sólo tiene intervención en su organizació'j1 y funda-
ción, sino también en su funcionamiento, En esto nuestro Cód. no ha hecho sino
seguir a las legislaciones extranjeras, en, las cuales las sociedades anónimas
han estado desde un principio sometidas a la i'ntervención gubernativa.
En primer lugar, se trata con esto de proteger los intereses de los accio-
nistas, los cuales no • se preocupan de estudiar las condiciones del neaocio
b )
y
por eso que para evItar que sean víctimas de engaño ha debido intervenir el
- 134 ~
ción natural; interpretaCión errónea, porque lo único que la ley quiso decir
fué que "para interrumpir civil'mente esta prescripción, se necesita que la ges-
tión judicial se dirija contra los socios no liquidadores", o sea, que una de-
manda interpuesta contra los socios mismos o contra e'l líquidador como re-
presentante de la sociedad no interrumpe esta prescripción; cosa que por lo
dem~s caía de su peso, porque esta prescripción no se refiere a las acciones con-
tra la sociedad sino a las acciones contra los socios para hacer efectiva su res-
ponsabilidad solidaria y porque a virtud del Art.' 2519, del C, Civil, "la inte-
rrupción que obra en favor de uno de varios coacreedores, no aprovech'a él
los otros, ni la que obra en perjuicio de varios cOdeudore.>, perjud,ica 'a ¡os
otros, a menos que haya solidaridad, y no se haya eRta renunciado en los
términCls del Art. 1516".
Una vez devueltos los antecedentes del Ministerio' de Hacienda con el in-
forme respectivo, el Presidente se pron,uncia sobre la solicitud por medio de
un Decreto, que puedeádoptar tres' formas' distintas: l.9 Negando la autori-
zación; 2.?exigiendo ciertas modificaciones.; o 3.9 concediendoJa autorización.
U El Presidente puede negar la autorización. A este 'respecto podemos
decir que goza 'de facultades priv,ativas que no tiene ninguna otra autoridad,
pues contra. est1:i resolución denegatoria no cabe ningúnrecu'rso, ni admi-
nistrativo ni judicial. Solamente este decreto debe 8¡er motivado (Ad. 439).
- 142-
2.Q El Presidente puede exigir modificaciones para conceder la autori-
zación. Así por ej., podrá considerar que hay algún vicio, podrá exigir qile
se completen los estatutos en determinado sentido, podrá pedir que se agre-
gue una disposición, podrá encontrar insuficiente el monto del fondo de re-
serva, etc. Generalmente es la misma Superintendencia la que insinúa estas
mOdificaciones, las cuales, una vez puestas en conocimiento del intere~arto,
deben incluirse en una nueva escritura pública que reemplaza a la primera y
a la' cual deben concurrir la unanimidad de los suscriptores. Se requiere una-
nimidad, porque la sociedad aún no está formada, y sólo una vez produddo
esto, es posible la adopción de acuerdos por resolución 'de mayoría; pero como
el ottener esa unanimidad puede ser a vcces un poco difícil, es corriente que
se confiem poder para estos efectos a la misma persona a quien se había en-
'~argado la trami,tación de la solicitud, para que acepte por sí solo - en re-
presentación de los accionistas - las modificaciones- que pudiera exigir el
Presidente de la Répública para autorizar la existencia de la sociedad.
3.Q Por último, cuando el Presidente de la República no encuentre repa-
ros que hacer o estima que se han cumplido todas las furmalidadesexigidns,
puede dictar el decreto de autorización de la sociedad, teniendo presente lo
dispUl.'slto en el Art. 433 del C. de C., que dice:
"La autorización contendrá siempre la condición de ser efectiva, dentro
del plazo que ella señale, la cuota del fondo social que el Presidente de la Re-
pública juzgue necesaria para que la sociedád comience sus operaciones y
pueda colocar las acciones con que haya de completarse el capital ~ocial.
Contendrá también la fijación de la cuota de los beneficios sociales que
deba je"tinarse para la formación. del fondo de' reserva, toda vez que no haya
side hecho en los estahltos o que la cuota designada sea insuficiente a juiclC!
del Presidente de la República.. .
El valor de las acciones de industria y privilegio no se tomará en cuenta
para determinar la cuota de que habla el inc. 1 de este Art.".
Según esto, la autorización es condicional porque debe~ llenarse previa-
mente los siguientes requisitos:
a) Desde luego, el decreto deberá fijar un plazo dentro del cual deba
completarse la suscripción del capital social (6 meses, 1 año, etc.), ya que se
precisa la suscripción de todas las acciones a fin de que exista realmente el ca-
pital social que ~e anuncia a terceros y a los primeros suscriptores. (Es evi-
dente que esto no tendrá lugar cuando desde el comie~zo estén tomadas to-
das las acciones).
lJ) En segundo lugar, el decreto de autorización deberá establecer otro
plazo, que puede ser el mismo del caso anterior, paTa que dentro de él se
complete una parte del valor de las acciones, el necesario para iniciar los
trahajos.
Nuestra ley no ha exigido, como lo hacen algunas legislaciones extran-
jeras, que al tiempo de firmarse la escritura se pague una parte del valor de las
acciones; lo único que exige es que el Presidente indique en el decreto un pla-
zo dentro del cual deba completarse ese capital.
Esta 'exigencia s,e explica por sí sola. No basta que la sociedad se anuncie
con un capital nominal determinado; quiere la ley que desde que la sociedad
comienza a funcionar tenga Un' capital más efectivo que sea una garantía para
los accionistas y para los terceros. Parece que habría esta:lo más de acuerdo
con <!ste propósito el exigir la realización de la totalidad del capMal social;
pero ello habría signifi.cado ir demasiado lejos, porque puede suceder que la so·
ciedad no, necesite todo su capi:tal desde el primer momento y aun más, pueda
serie II1cO:1Veniente si encuentra dificultades para invertirlo.
- 143-
En todas las legislaciones extranjeras ,encontramos iguales exigencias,
pero allí es la misma ley la que señala la cuota que debe enterarse y ello debe
hacerse al tiempo mismo de suscribirse las acciones u .otorgarse la escritnr?
social. Disposiéiones en este sentido encontramos en nuestra legislación con
respecto a las sociedades" en comandita, en· las cuales no se requiere autoriza-
ción gubernativa para su formación, pero no quedan definitivamente consti-
tuídas sino después de ISUS<;rito todo el capital y de haber entregado cada
accionista al menos la cuarta parte del importe de sus acciones. (Art.. 493 '
inc: U). ' .
Otra especialidad existe en las sociedades anónimas bancarias, con' res-
pecto a las cuales se exige que se pague de inmediato el 500'1c del, capital so-
<;ial y el otro 50% después de un año de la fecha de la escritura social.
P!.jede todavía el Presidente de la -República en el decreto de autorización
imponer otras condiciones. Así por ej., podrá pedir que seaument'e la c!lota
de beneficio destinada a formar el fondo de reserva legal, etc. Pero; no obs-
tante la dictación de este decreto, no puede todavía, decirse que la sOCÍecad
esté legalmente constituída como persona jurídica: habrá que' cumpJirprevia-
mente con ciertas finalidades de publicidad parecidas a las que 'vimos respecto
de, las sociedades coleotivas comerciales y de las cuales noS ocuparemos más
adelante.
, Una vez acreditado el cumplimiento de las condiciones impuestas en el
decreto de autorización, puede el Presidente de la República dictar un segun-
do decreto llamado de instalaciól,n legal die la sociedad, en el cual 'declar;a 1~
galmente constituída a la sociedad y le señala un plazo dentro del cual debe
comenzar a funcionar. (1). . .
Art. 434: "Justificado que exis,te en la caja social la cuota a que se re-
fiere. el inc. 1.<> del Art. anterior, el Presidente de la República expedirá un
decr~to en que declarará que la compañía, s.e halla legalmente instalada y Se-
ñalará ·el plazo en que deba empezar sus funciones".
Tramitación más br.eve.- Toda la tramitación a qtle hemos aludido pue-
de abreviarse obteniendo de una vez, en un mismo decreto, la autorización'
y la declaración de que la soc1edad está legalmente instalada. Esto ocurrirá
cuando al tiempo de otorgarse la escritura social esté suscrita la totalida~~ de
las rtcciones, s,e haya pagado todo el capital 'o una parte considerable de él,
se haya destin<tdo una cuota para formar -el fondo de reserva legal, etc.
En este -caso, bastará hacer presente todo esto al presentar la solicitud
de autorización, para que desde el momento d.e dictarse ese único decreto y
una' vez cumplidas las formalidades de publicidad, pueda considerarse a la
socie'dad como persona· jurídica.
Formalidades de publicidad:
Según el Art. 451e las acciOllles definitivas pueden ,ser nominales o al por-
tador.
, Esta distinción basada en la forma en que está redactada la acción tiene
mucha importancia para saber como se transfieren. ,
Las acciones nominativas pueden transferirse por endoso, que en este caso
• es· de naturaleza especial, porque el endosante 1!'l0 queda responsable del títu-
lo que se debe como sucede en los demás documentos endosables; pero la forma
más' común de hacer la transferencia es la inscripción hecha ,en los libros
de la sociedad, inscripción que se efectúa en la forma qu:é determinan lüs es-
tatutos, generalmente. otorgando Un instrumento privado ante dos testigos e
inscribiendo el traspaso en un registro especial que lleva la socie.dad. (La ce-
sión produce efectos para la sociedad 's-ólo una vez hecha 'esta inscripción).
Las acciones al portador se transfieren por la entrega, o sea, por la mera
tradición manual 'del título. Es dueño de e]iJé:lJs, el que tiene el título, títu10 se
identifica COn el derecho.
Las acciones al portador presentan ventajas por su facilidad de transfe-
rencia, pero por esto 'mismo se prestan a abusos y presentan, además, inconve-
nientes para los casos de extravío, hurto o robo, a que se refiere el Art. 454,
según el cual, en estos casos se expedirá al propietario de ellas un nuevo tí-
tulo, ,previo el otorgamiento de u'na fianza a satisfacción de los administra-
dores.
¿Desde qué momento puede cederse la acdón?-Sobre este punto la ley no
pone contra pisa alguna, y aún son transferibles las promesas de acciones antes
de obtenerse la autorización de la sociedad. .'
Sólo respecto de. algunas acciones la ley ha impuesto ciertas. restriccio-'
nes para su negociabilidad.' Así, ,el Art. 95 deí D.C.F /L 251 dis',pone: .
"Las acciones que a título de remuneración por los servicios prestados
correspondan ,a los organizadores y las que recibari las personas por' 108 apor-
tes. que hubieran hecho a lasoci~dad, no consistentes en dinero, no podrán
ser transferidas antes del plazo de dos años, contados desde la fecha del de~
creto de autorización 'de existencia de la ·sociedé:lJd. .
Estas acciones permanecerán durante todo el tiempo a que se refi~e el
inciso anterior, depositadas en la caja social",
y el Art. 446 inc. 2 del. C. de C., agrega:
- 154-
"Las acciones de industria permanecerá;n depositadas en la ,caja sochI
hasta que el socio industrial haya cump,lido su empeño".
Se presenta también la cuestión de saber si ,la sociedad puede en cualquier
momento emitir i'ndistintamente acciones nominativas o al portador. Si bien
es cierto que la cuestión no la resuelve la ley de un modo expreso, ello puede
resolverse deduciendo la solución de algunas disposiciones del Código.
En primer lugar, el Art. 541, al establecer que las acciones pueden ser
nominales o al portador, sólo se refiere a las acciones definitivas que, como
sabemos, son distintas de las promesas de acciones, de donde resulta que
:sólo las acciones definitivas o totalmente pagadas pueden ser al portador.
Además, según el Art. 452, si se ceden promesas de acciones. la sociedad
conserva su derecho para cobrar las cuotas insolutas, tanto de los cedentes
como de los cesionarios; en consecuencia sólo se está refiriendo a las promesas
de acciones nominativas, porque si las prorriesas de acciones pudieran ser al
poda'dor no ¡podría persegúirse la responsabllidad de los cede'tltes, porque la
transferencia de los títulos de esta clase no deja ningún rastro.
De todo esto podemos deducir que ias promesas ,de acciones sólo pue-
den ser nominativas.
Cediéndose una acción no totalmente pagada, se p¡esenta la cuestión de
&aber si el cedente queda o no responsable del pago de las cuotas insolutas.
Como lo acabamos de ver, nuestro Código resuelve afirmativamente este
punto en su Art. 452, que dice:
"La transferencia de una acción o de una promesa de acción, háyanse
hecho o no pagos a cuenta de. ella, no extingue las obligaciones del cedente
a favor de la sociedad",
Esto está de acuerdo con los principios generales del derecho. Tndos
los derechos son susceptibles de cesión, aún sin la voluntad o contra la vo-
luntad del deudor; pero una obligación no puede cederse libremente sino con
consentimient,o del acreedor, y en tal caso se produce novación (Art. 1635 del
C. C.) j lo contrario daría lugar a abusos, porque de otra manera, cualquier
accionista podrla libertarse de su responsabiiidad cediendo su acción a tina
persona insolvente. Sin embargo, nuestro Código presenta inconvenientes a
este respecto, porque no señala un plazo de prescripción para la responsabi-
lidad :del cedente, la cual, prescribiría, en consecuencia, según las reglas ge-
nerales, y porque en virtud de esta disposición podría hacerse responsable al
cedente por deudas contraídas por la sociedad con posterioridad a la cesión.
Para evitar estas dificultades se dictó la ley sQbre transferencia de ac-
ciones o promesas de acciones de Sociedades Anónimas de 6 de Septiembre
de 1878, tomada de la ley belga de 18 de Mayo de 1873, que establece que
,:1 cedente no responderá .de las deudas contraídas después de la cesión y que
agrega: "toda estipulación en 'contrario entre el cedente y el cesionario no
surtirá efecto alguno contra la sociedad o terceros" (Art. 1).
Para establecer la línea de separación a que alude este Art. 1 de.la ley,
los artículos siguientes establecen ciertas formalidades de publicidad paw
saber cuando se hace una transferencia. El Art. 5 establece plazos cortos de
¡Jre~crjpci6n para la responsabilida,d del cedente: 3 años contados desde 15
días después de la primera publicación (este plazo sólo se refiere a las accio-
nes de la sociedad contra el cedente, pero' no contra el accionista actual que
tenga el título).
155 -
,
FUNCIONAMIENTO DE ,LAS SOCIEDADES ANONlMAS.
esta~utos en estos puntos, con tal que así se lo haya estipulado expr,esamentc
COn anterioridad.
Además, peir muy amplios que' sean. los poderes que a 'la asamblea general
le hayan conferido los estatutos, no pueden alterarse en ellas, valiéndose qe
las mayorías fijadas en el contrato, los derechos personale.s de los socios.
Si la sociedad quiere aumentar su capital podrá la sociedad emitir accio~
nes privilegiadas, siempre que la junta haya .sido autorizada para ello en for·
ma expresa; se trata de resguardar los intereses de los accionisü.s, antiguo~
que podrían verse privados de sus ¡dividendos en beneficio de lós nuevos. ,
A este respecto existe en el D.F jL., 251 una disposición de carácter tran-
sitorio, que dice: .
¡'Las sociedades anónimas a que se refiere el título m, actualmente es·
tablecidas, conformarán, ~us estatutos a las disposiciones efe la presente ley
dentro del .plazo de un año, a contar de la vigencia de ella; y si la modiflica-
ción se hiciere extensiva a aspectos esenciales del contrato social, esta no po-
Idrá hacerse ,sino con el voto de las dos terceras partes de las acciones.
Si lás modificaciones consistieren en emitir acciones preferidas, estas no
podrán tener mayores beneficios que las acciones preferidas existentes, a me-
nos que 'consientan en ello las do.s terceras partes de las acciones con dere~
,cho a voto de la clase afectada".
Por ley 5082 pub.licada en el Diario Oficial de 22ide Mat:zo de 1Q32, se
prorrogó el plazo a que se refiere el inc. 1 del Art. citado por el término de
un año contado desde la fecha de dicha puhlicación, y nuevamente, por ley
5178, publicada en el Diario Oficial de 30 de Junio de 1933 se dispuso queestas
reformas deberían hacerse conjuntamente con ¡as primeras reformas que por
cualquier motivo deban introducirse en los re.spectivos estatutos, sin necesidad
de proceder a ellas antes de det.erminada fecha. 'Agregó esta {I'ltima' Iey que
en.tre tanto, y a partir de el 20 de Mayo de 1933 deberían primar las dispo-
siciones de la ley, sobre las de los estatutos ·si fueran contrarias a ella.
Tampoco pueden reformarse los estatuio.s en lo que se refiere a la con-
trataéÍón de préstamos con la sociedad, si la junta extraordinaria no está ex-
presamente facultadél para ello. (Los préstamos pueden contratarse con un
particular o con un Banco, o por medio de una emisión de bonos debentures, a
los cuales nos referiremos extensamente un poco más adelante).
- 162-
~ste 5070, Y tendrá ello una gran importancia desde el momento que, como sa-
bemos, es esta una cansal que opera de pleno derecho.
Sobre el particular el Art 92 del D.F/L., ha agregado que una copia de
esta declaración debe ser remWda a la Superintendencia, y que deben hacerse
publicaciones en el Diario Oficial' y en un diario del domicilio social por tina
y tres veces respectivamente, debiendo además hacerse b inscripción resper-
Uva en el Registro de Comercio que corresponda.
Por último, existe re.specto de .Ias socied8.des anónimas una causal de di-
solución especial indicada en el Art. 437: La revocación de la autorización de-
cretada por el P. de la R., previo i'nforme de la Superintendencia, revocación
que debe ser fijada y publicéllda en la forma prevenida en el Art. 355. (Los
administradores que omitieran estos trámites pagarán una multa de mil pesos).
La junta general extraordinaria puede acordar la disolución de !a socie-
dad, pero como ¡;e trata de una reforma esencial será necesario que esté E'X-
presamente facultada 'para ello por los estatutos. Acordada la disolución, 'ella
deberá ser aprobada por el P. de la R., y someterse a 10<: demás trámites le-
gales.
2.Q Liquidación.- Sobre este punto hay muy poco que decir porque el
Código se remite a las reglas. generales. La única salvedad que hay que hacer
es la indicada en el Art. 465, según el cual en todos los casos de disolución los
administradores deben hacer por sí la liquidación, salvo que los estatutos o !a
asamblea general dispongan otra cosa.
Según tuvimos ocásión de ver, en lassocieda,des colectivas no ocurre esto
y necesariamente deben nombrarse liquidadores.
El inc. 2 del Art. 465 agrega que los administradores se ajustarán en el
desempeño de este encargo a las reglas establecidas con respecto a la liqui-
dación de las sociedades -COlectivas, en cuanto dichas reglas no .se encuentren
en oposición con .las trazadas en este párrafo.
Antes de terminar d.ebemos recordar que la sociedad se entiende subsis-
tente como persona jurídica para los efecto.s de su liquidación, de modo que
se ie deben aplicar los estatutos en lo que le conciernan (Art. 110 del D.F /L).
La asamblea general sigue funcionando, pero sólo para los efecíos de pro-
ceder a la liquidación de la ,sociedad y no para celebrar nuevos contratos.
FO'rmalidades de la autorización.
LEY 4657.
Según la primera parte del Art. 1.9 , "sólo ¡as sociedades anónimas cons-
tituídas y domiciliadas en ,Chile y las. sociedades anónimas extranjeras Wle
hayan sido autorizadas para establecer agentes en el territorio de la Repú-
blica, siempre que tengan en el país la explotación principal de sus negocios
y constituyan en Chile un directorio responsable y con facultades suficientes
y a condición' también de que la emisión :s.e haga con garantías hipotecarias
o prendaria de bienes situados en Chile, podrán contratar empréstitos median-'
te la emisión de bonos o debentures, siempre que sus estatutos le concedan
expresamente esta facultad".
Con, anterioridad a la ,dictación de esta ley podía contratar empréstitos en
esta forma cualquiera sociedad. Hoy día no existe esta misma libertad y sólo
pueden emitir debentures las sociedades anónimas. Se comprende que así sea,
desd-a el momento que se r~curre a esta fórma de contratación de empréstitos
para empresas >de larga duración y de gran magnitud, y era necesario enton-
ces estuviera asegurada ~a vida' de la sociedad durante todo ese tiempo,
cosa que sólo ocurre en las sociedades anónimas, que, por lo demás, e:~tán
sujetas a la vigilancia de la Superintendencia.
El Art. 2.9 de la ley confirma esta idea, rileS dice:
"Las persoñas naturales, empresas particlflares, personas jurídicas de de-
recho privado o sociedades que no sean anónimas, no podrán contr,atar em-
préstitos mediante la emisión de bonos, a menos que estuvieren autorizadas
para e~lo por otras leyes especiales".
En realidad, esta disposición era innecesaria por cuanto el Art. 1.9 ya ha-
bía establecido quienes pueden emitir bonos, y al no cumplirse con esos re-
quisitos establecidos en forma imperativa por la ley se entiende que las demás
personas, ya sean jurídicas o naturales, no pueden acogerse a los beneficios
de ella.
Además, es menester que estas sociedades anónimas estén constihlídas y
lÓomiciliadas en Chile y que por sus estatutos estén' facultadas expresamente
para contratar empréstitos por este medio.
Se presentó la dificultad de determinar la situación de las sociedades ya,
establecidas a la época de la dicíación de la ley. Para sa,lvar esta 'situación
se dispusO en el inciso 2.9 del Art. 1.9 que estas podrían también emitir bonos
por' acuerdo de la Junta General Extraordinaria de AccicJillistas adoptado coa
el quorum y J;l1ayoría requerida para la modificación de sus estatu~os.
Ya vimos, en el Art. 1, que con respecto a las sociedades anónimas ex-
tranjpras la leyes aun más restrictiva porque es necesario que hayan sido au-
torizadas para establecer agentes en el territorio de la República, tenga!: en
el ,país la explotación principal de sus negocios, constituyan en Chile un Di-
rectorio responsable y cQn facultades suficientes y caucionen la emisión con
garantía hipotecaria o prendaria de bienes situados en Chile. •
El Art. 4 agrega que las sociedades anónimas extranjeras que no cumplan
con los requisitos indicados no podrán colocar bonos en Chile por suscripción
pública, aun cuando la emisión se haya hecho fuera del país.
Todas estas }iisposiciones tienen por objeto garantizar los intereses de
los suscriptores, a los cuales les sería muy difícil ejercer 'sus acciones ante
tribunales extranjeros.
169 -
Las otras sociedades tienen amplia libertad para hacer emiSIOnes con o
sin garantía, ello dependerá de la mayor o menor' confianza que inspiren al
público.
Sienta este principio el Art. 24 de la ley que después de :decir que la emi-
sión puede hacerse sin garantía, establece que en el caso de hacerse con ga-
rantía, esta puede ser especial de prenda o hipoteca o con garantía de una
institución que esté especialmente facultada para ello por leyes especiales.
(Con la última frase se ha querido aludir al Instituto de Crédito Industrial, que
está facultado para garantizar emisiones de bonos).
Tenemos entonces que son tres las clases de garantías de que pue,den
hacer uso las sociedades emisoras: la prenda, la hipoteca y la fianza de alguna
institución expresamente facultada.
Antes de la diclación de la ley de Deoentures no había manera de otor-
gar estas garantías por la imposibilidad de indicar el nombre de los acreedo-
res; hoy este problema se ha solucionado en forma muy sencilla hacier:JC!o
comparecer a Jos representantes de los futuros tenedores de bonos.
Art. 25: "Cuamdo fuere necesaria para el perfeccionamiento de la prenda
la entrega de la cosa ~mpeñada, se hará dicha entrega a los representantes
de los tenedores' de bonos, quienes 'cuid;:trán de gue se cumplan las' demás
lormalidades que correspondan".
y el Art. 26 agrega:
~'En la inscripción de la hipote'ca, prenda agraria, p'renda industrial o
prenda sobre regadores de agua a favor de los tenedores de bonos, no será
necesario indicar individualmente el nombre de los tenedores y bastará ex-
presar, en Jugar de estos', el nombre del representante o representan tes de los
tenedores designados en la escritura de emisiÓn y la célIidad que invisten ..."
Se modifica con esto, tanto al C. C. como a las leye.s especiales sobre
prenda, porque eh todas las ,operaciones en que debían intervenir los respec-
tivos acreedores (inscripciones, notificaciones, citaciones, etc.), intervienen en
<:alidad de mandatarios de ellos los respectívos representantes.
Termina este párrafo imponiendo prohibiciones a la sociedaa con el ob-
jeto de resguardar los intereses de los tenedores de bonos. Así por ej., scglin
el ArL 27, ~e prohibl: a la s)ciedad q!~e hubiere emitido bono,:; con garantía
hipotecaria :onstituir prendas industriales so'bre los inmuebles por destina-
ción existentes en la finca hipotecada, sin el ,consentimiento escrito de los rc-
presentantes de los tenedores. Se prohibe también a la sociedad vender una
partc cflnsiderable de sus maquinaríals y utensilios, el nombre del estableci-
mientú, las marcas comerciales y las patentes de invención existentes a la
fecha de la escritura de emisión, a menos también que en ello hayan consen-
tido por escrito los representantes de los tenedores (Art. 28). El ArL 30 prohi-
be así mismo a la .sociedad emisora repartir dividendos entre sus accionistas
si está en mora en el pago de los intereses o de los bonos sorteados o ven-
cidos (Art. 30).
- 173-
Párrafo 6.9 De la amortización y pago de los bonos.
A pesa,r del carácter general del _título de este' párrafo las responsabIlida-
des de que él trata no son sino las de los direc'tores, gerentes' y representantc~
de los tenedores: - ,
l.9 Cuando, hubieren ,emitido bonos sin sujetarse a las disposiciones de
la ley;
2.Q Cuando hicieren declaraciones' o enundaciones falsas en el cpntrato
de emisión, o en lo.s' títulos, avisos y publicacione5:
3.Q Si violaren las disposiciones de la ley.
Podrán también en estos casos ser perseguidos criminalmente con arreglo
al Códi.go Penal.
Los Arts. 76 y 77 de la ley fijan ,un' ,plazo corto de prescripción para las
acciones emanadas de esta ley: 5 años.
índice
DE LA SOICIEDAD EN Cq~MANDlTA.
A pesa,r del carácter general del _título de este' párrafo las responsabIlida-
des de que él trata no son sino las de los direc'tores, gerentes' y representantc~
de los tenedores: - ,
l.9 Cuando, hubieren ,emitido bonos sin sujetarse a las disposiciones de
la ley;
2.Q Cuando hicieren declaraciones' o enundaciones falsas en el cpntrato
de emisión, o en lo.s' títulos, avisos y publicacione5:
3.Q Si violaren las disposiciones de la ley.
Podrán también en estos casos ser perseguidos criminalmente con arreglo
al Códi.go Penal.
Los Arts. 76 y 77 de la ley fijan ,un' ,plazo corto de prescripción para las
acciones emanadas de esta ley: 5 años.
DE LA SOICIEDAD EN Cq~MANDlTA.
, De la comandita simple
Art. 474. "En general, esta sociedad se 'rige por las mismas' reglas apli-
cables a la colectiva. Hay que tener presente, naturalmente, la existencia de
los socios gestores de responsabilidad limitada o comanditários. De manera
que la capacidad de los contratantes será diversa, según se trate de gestores
o comanditarios; así se trata de un socio gestor, la capacidad que se requiere
:::erá la exigida para ser comerciante; en tanto que si se trata de un socio co-
manditario, se necesita lacapaddad para contratar en conformidad a las re-
glas generales.
Respecto de los requisitos externos, se requieren, las mismas solemnidades
que para las colectivas, o sea: escritura pública y formalidades de publicidad.
Art. 475:, "Establece este Art., una modificación a las reglas generales.
La razón de ser de esta disposición no es otra que esta: a los terceros sólo
interesa conocer las personas de los socios gestores, en copsideraciún a !a
responsabilidad que estos tienen;- además, considera el origen mismo de las
sociedades en comandi~as (la tenden.cia que existía por parte de los nobles a
ocultar sus nombres); y también, porque los terceros no pueden compeler a
los comanditarios a pagar el valor de sus aportes, lo mi5TI1o que en las 80-
~iedade.s anónimas.
Cabe preguntarse: ¿qué efecto producirá la infracción de esta disposición?
Según el Art. 476 inc. 2. 9 , existe una prohibición análoga respecto a la iniier-
ción en la razón social, y según el 484, otra respecto él la intervención en la
administración social, acarreando para íos comanditarios la infracción de es-
tos preceptos, la sanción que establecen los Arts. 477 y 485: la responsabili-
odad soUdaria.¿Se aplicará para aquel caso esta misma sanción? Podría esti-
marse que por analogía debía tener el comanditario idéntico castigo. Pero no
es así, porque una sanción no puede establecerse por analogía; si esta no
está expresamente establecida por la ley, no se deduce; y además, porque el
tundamento de la sanción que establecen los Arts. 477 y 485 es el error a que
pueden verse inducidos los terceros en. los casos de los Arts. 476 y 484, error
que no existiría si en la escritura social se dijera tales o cuales socios son co-
manditarios, ya que los terceros no' podrán aiegar esta inserción para decir ql'C
creían que se trataba de socios de responsabilidad solidaria e ilimitada.
En cuanto a la inobservancia de las formalidades la sanción es la misma
que en las 'colectivas: la nulida:d absoluta; pero Con, una salvedad: en las co-
lectivas, declarada nula la sociedad, qued,an los socios responsables solidaria-
mente a ,los terceros; al ,paso que en las en comandita, la nulidad no contraría
el carácter de la sociedad: esta respon'sabilidad 'solidaria sólo existe respecto
de los socios gestores y no de los comanditarios .. Sobre esta cuestión hay !lna
interesante sentencia de la Corte de Apelaciones de Santiago, de 11 de Enero
de 1888, publicada en la Gaceta de los ,Tribunales del año 1889 (Pag. 2266,
N.93227).
177 -
Las modificaciones que quier~n hacerse al contrato deben 'someterse, igual
que en Jas colectivas, q, ,las mismas formalidades de la {:onstitución.
Art. 476: Como toda sociedad que tenga un elemento personal, esta so-
ciedad requiere una razón social que exprese el nombre de uno o más de los
socios gestores y que sirva de n.ombre a la sociedad. Si en el contrato hay 'un
sólo socio gestor, la razón se formará con el nombre de éste y agregándole las
palabras "y compañía", agregación que, según el inc.' 3,5', no importa la in-
clusión en ella de los comanditarios 'ni le impone a estos responsabilidades di-
,versas que las que tienen en el carácter de tales. '
Art.' 477: Establece este Art., la sanción para el caso de que el coman-
ditario consienta en insertar su nombre en la razóll social. Esta actitud del
socio comanditario puede inducir a errores a los terceros contratantes con la
sociedad, porque pueden ellos presumir que se trata de un sOcio gestor. Dice
la ley: " .. , se constituye responsable' de todas las obligaciones y pérdidas de
la sociedad en los' mismos términos que el socio gestor".' y por su parte, el
Art. 483 establece que: "Los socios gestores son, indefinida y solidariamente
responsables de fo:aas las obligaciones y pérdidas de la sociedad". Se despren-
de de ésto que los socios comanditarios que han infringido' la regla del inc.
2.Q del Art. 476 tienen como sanción la responsabilidad solidaria e ilimitada;
pero esto en realidad, no es así, porque, seg'ún el Art. 486, "el comanditario
que pagare a los acreedores de la sociedad por algunos de los motivos expre-
sados en los Arts. 477 y 484, tendrá derecho a exigi!," de los socios gestores la
restituciól1 de la ca¡ntidad excedente a la de su aporte". ICon el agregado de
este Art., podemos decir que la responsabilida,ddel socio es solidaria, pero
limitada hasta la concurrencia de su aporte. El debe pagar sin limitación, pero
siempre le queda a salvo su derecho a ,la restitución.
Situaciones de los socios gestores y comandita¡riosr- Los socios gestores
están colocado:s en situación bien' diversas, de los comanditarios, considera-
dos ambos desde varios puntos de vista:
., a) En cuanto a ,la responsabilidad.- Los socios 'gestores responden soli-
daria e ilimitadamen,te de todas las obligaciones y pérdidas de la sociedad
(Arr. 483 inc. l.
Q
); al pa~so. que los comanditarios "sólo responden de unas y
otras hasta concurrencia de sus aportes".
b) En cuanto a los aportes.- L0S socios gestores pueden aportar todo
aquello que dé utilidad a la sociedad, como ser el crédito pe¡;,so;n.al, una indus-
, tria, etc.; e:n tanto que los comanditarios no tienen la misma libertad (Art.
478). La razón de ~sto estriba en que 16 contrario, equivaldría dar a lo.s co-
manditarios cierta ingerencia en la marcha de la sociedad, y esta situación no
podría aceptarse de ninguna manera, porque las sociedades en comandita des-
cansan en la consideración personal y crédito. de los socios gestores,y si el
comanditario pudiera aportar su in,dwstria, crédito. etc., se iría contra la na-
turaleza misma, de estas sociedades. '
c) En cuanto al. pago de los aportes.- Los socios gestores, lo mismo
que los comanditarios, deben realizar sus aportes en la época convenida (Arts.
474 y 378). Pero con ello no 'se iSuscitan cuestiones en cuanto al pago de sus
cuotas insolutas, en razón de sus responsabilidades solidarias e Himitadas,
mientras que con los soci.oS' {:omanditarios se producen. dificultades en lo re~
lativo al pago de las cuotas insülutas,en la misma forma que hemos estudia-
do en las sociedades anónimas, dificultades ,que deben solucionarse del mismo
modo, que en estas sociedades (Art. 480).
d) En cuanto a los dividendos ficticios.- Por la misma razón, sólo se
swscita cuestión con los comanditarios, en la misl1!a forma que en las socie-
dades anónimas y con idéntica solución. Así lo establece el Art. 479,disposi-
dón que consagra la misma regla del.Art. 2070 del ,C. C.
178 -
e) En cuanto a la facultad de ceder los derecho S.- Los socios gestores,
igualmente que los socios de una sociedad colectiva, no pueden ceder libre-
mente sus derechos en la sociedad" sino sujetándose a las mismas reglas esta-
blecidas para las colectivas (arts. 350 inc. 2.9, 352 N.Q 1 Y A04 N.9 3); en cam-
bio, los comanditarios, con pequeñas modificaciones, se encuentran él¡ este res-
pecto en igual situación que los socios de las sociedades anónimas (Art. 482).
En el hecho, como no es lo normal que los _comanditarios hagan uso de esta
facultad, no se les otorga acciones, , .
f) En cuanto a la administraciÓn.- Es esencial en este contrato que so-
lamente los socios gestores tengan derecho a administrar la sociedad;' los so-
cios comanditarios tienen prohibición expresa de ejecutar cualquier acto ad-
minis'trativo.
Todo lo que hemos dicho al tratar de las sociedades colectivas respecto
del momcnto en que es nombrado el administrador, de la revocación, de sus
poderes, de la extensión de elIos, etc., se aplican lisa y llanamente a la 'admi-
nistración de los gestores en las en comandita.
Art. 484. La prohibición que establE:ce esta disposición tiene un doble
fundamento: a) El intcrés de los terceros, y b) El interés de los socios mis-
mos, eg,pecia..lmente de los gestores. Lo primero, porque los terceros, podrían
considerar a los comanditarios como socios, gestores, cayendo así en el error
de creer que aquellos tenían responsabilidad solidaria; lo segundo, porque co-
mo la responsabilidad de los cómanditarios es limitada hasta sus aportes, no
vacilarían ellos en hacer operacion,es aventuradas, comprometiendo de esta
manera la responsabilidad solidaria e ilimitada de los socios gestores y, por
ende, la existencia misma- de la sociedad.
Según la parte final de esta disposición, a tal extremo lIeva la ley la pro-
hibición que ni "aún en la calidad de apodera:do de los ,socios gestores" puede
el comanditario intervenir en la administración.
¿Podría, sin embargo, ser empleado de la sociedad? Sí, porque esto no
importa acto de administración, dirección de los negocios, ya que el tral)ajo
del empleado queda reducido a funciones internas, sin crear relaciones de de-
recho. con terceros; además, siempre están bajo la vigila..nda de los gestores.
Por otra pqrte podemos llegar a esta mism,a conclusión examinando la histo-
ria fidedigna de la disposición: el primitivo Art. 27 del C. de C., francés decía
que ,no podía u,u socio comandi1;ario ser. empleado de la sociedad; una ley
posterior, de 6 de Mayo de 1863, suprimió esta prohibición y en este estado
de cosas, nuestro Código copió la disposición del Art. 484.
Se presenta con mucha frecúencia en la práctica este caso: puede).1 ü no
ser autorizados los gestores por los comanditarios para hipotecar un bien raíz,
facultad que no está incluída en sus poderes? La respuesta es afirmativa,
porque no existe para este acto una ingerencia decisiva de los comanditarios
en la a..dministración de la, sociedad.
Saber si tales o cuales actos ejecutados por un socio comanditario deben
considerarse o no como administrativos, es una cuestión de hecho que para
resolverla, hay que atenerse a estas dos circunstancias: a) sin son actos que
se hayan manifestado al exterior y hubieren podido inducir al tercero a creer
que ellos eran responsables solidariamente; y b) si han, sido de tal naturaleza
que hayan trabado la libre y espontánea acción de los gestores. Si se reúnen
esas condiciones, deben considerarse como administrativos.
Art. 485. La sanción de la prohibición que -establece el Art. anterior la
consagra la disposición gue estudiamos. Es sumamente grave, porque hace res-
ponsable al comanditario solidariamente "con los gestores de todas las pérdi-
das y obligaciones de la sociedad,· sean anteriores o posteriores a la contra-
vención". Esta sanción rué tomada a la ·letra del Código francés, en el cual,
- 179-
hoy en día ya no existe, porque !de acuerdo con la ley de 1863, que acabamos
d~ citar, se concedió al juez la facultad discrecional a este respeCto. (Véase
el Art. 2062 del C. C). ' .
Art. 486. Alcance de esta responsabilidad.-¿Qulén puede hacer efectiva
esta responsabilidad solidaria?, o en otros términos, ¿a favor de quién. está esta-
blecida? En v,irtud de esta disposición, sólo los terceros tienen !derecho para
hacer efectiva esta responsabilidad, y no los gestareIs. No es esta una solución
lógica, porque parece que la ley hubiera tenido en vista sólo uno de los fun-
damentos de la prohibición de administrar: el in'terés' de los terceros. Y el
interés de los propios gestores? Este fundamen,to no' ha sido considerado. Ló-
gicamente idebkra de habeflse 'dado al gestor el derecho de hacer efectiva esta
responsabilidad; en otras palabras, la responsabilidad del socio comanditario
debió ser igual a la del socio gestor o a la del coilectivo: solidaria e rlimitada.
En aquellos casos en que los socios comanditarios, por disposición ex-
presa de la ley Ison responsables solidariamente con> los gestores (Arts. 477 y
485), la quiebra de la sociedad acarreará consigo la quiebra personal de los
comanditarios? Según el Art. 1329, "la quiebra de una sociedad colectiva o
en comandita importa la quiebra personal de los socios solidarios, que la com-
ponen. ... " A primera vista, teniendo ,en cuenta lo que 'preceptúa esta disposi-
ción, parece que la contestación debe ser afirmativa; pero en' realidad la so-
lución es la. contraria, porque una disposición posterior la establece explícita-
mellte. En efecto, el lnc. 3 del Art. 1396 dice' (hablando de la aposición de
sellos) a la letra: ."Si la sociedad fuese comanditaria, se pondrán los ':;ellos.
, solamente en los luga..,res y objetos pertenecientes a los socios gerentes, aunque
los comanditarios <rean solidariamente respolllsables por haberse mezcládo ,en
la administración". Si bien es cierto que esta disposición sólo se refiere a la
responsabilidad' sobrevenida a consecuencia de la intromisión del comandita-
rio en la administración de la soci~dad, no obstante debe hacer extensiva por
analogía la sobrevenida por inserción del nombre del comanditario en la razón
social.
Alguno!s han comparado el socio .comanditariocon un mmu ante, porque
ambos entregan una cantidad de dinero con el objeto Ide obtener ganancias. Pero
hay entre ellos algunas diferendas sustanciales. E~n' efecto, .el mutuante es un
acreedor, al paso que el comanditario es un so'cio; el prim€(ro siempre tendrá
derecho a pedir el' reembolso de su dinero y los intereseses,tipulados ~ gane
o no el mutuario, - en tan·to que el segundo' ¡sólo puede exigir. la, devolución
de su aporte y las utilidade¡¡, cuando las haya; manteniendo el' aporte; lo que
'el ,mutuante recibe por intereses es determinado, mientras que lo que el co-
manditario percibe es variable - según las utilidades de la sociedad, - pu-
diendo aumentar mucho o reducirse a cero; etc. ,
u\rt. 487. Tratando de evitar dificu1tades, ya que no es muy fácil en la
práctica precisar qué acfos son de adminjstració'n y cuale~ no, la ley en' es'ta
disposición ha enumerado algunos que "no son actos administrativos de parte
de los, comanditarios". .
1.'1 En realidad, la regla que consagra este número está de más; porque,
si no se hubiera. establecido se habría llegado a la mi:sma conciusión con la
simple aplicación de los principios generales: es una situación análoga a la
que se produce cuandó un tercero cualquiera contrata con la sociedad.
2.'1 Esta dispositión si que era necesario establecerla expresamente, por-
que de lo contrario se habrían producido graves dificultades de orden prácti-
co. El acto o contrato lo ejecuta el comanditario a su nombre, pero, como obra
en virtud de una comi::¡ión o mandafoespecial, actúa por cuenta de la sociedad.
3.9 A pesar de que los comanditarios no tienen derecho de administrar,
pueden .fiscalizar la marcha de la sociedad: "El consejo,examen, irspección,
- 180
vigilancia ... " 'Cómo estas facultades no importan relaciones con terceros, no
las considera la ley actos administratorios. Pero las concede "siempre que no
traben la libre y espontánea acción de los gestores". De acuerdo con estas
ideas; el Art. 481 sólo '¡cs da derecho a voto consultivo, no deliberativo.
4.Q Es evidente, porque ya no se trataría de actos de administración, sino
de actos encaminados a efectuar la liquidación de una comunidad.
n(solución y liquidación.- La sociedad en comandita se disuelve por las
mismas causales que la colectiva; pero con una salvedad: las causales que
miran a las personas sólo ponen término a la sociedad en comandita cuando
esos hechos se refieren a los socios ,gestores. Por la in,versa, cuando esos he-
chos se refieren a los socios comanditarios, no se disuelve la sociedad.
La liquidación se hace en la misma forma y con las mismas reglas que
en las colectivas.
Prescripción de las acciones.- Es aplicable a la sociedad en comandita
la prescripción de corto tiempo (Art. 419) que existe para la colectiva. Según
la regla general del Art. 474, la sociedad en comandita se rige por 1m> r~g!as
de la colectiva, en cuanto dichas reglas no se encuentran en oposición con las
.disposiciones que expresamente establezca la ley y con la naturaleza jurídica
de aquella. ¿Cuál es el fundamento' de la prescripción que establece el Art.
419? La responsabilidad solidaria e ilimitada de los socios. En conse.cuencill,
atendiendo a la naturaleza jurídica de la sociedad en comandita, tenemos que
sólo es aplicable a las acciones que puedan entablarse contra los socios ges-
tores, y no contra los comanditarios. índice
,TITULO X
,TITULO X
Según el Art. 621, podemos decir que el contrato d'e cambio no supone
necesariamente la letra de cambio, porque ésta.no es solemnidad de él y
porque puede cumplirse por otros medios que no sean la letra de cambio. Pe-
ro ¿puede existir letra de cambio sin que exista un contrato de' cambio? Aqul
tocamos 1m pu'n,to fundamental de la letra' de cambio, en que nuestra legis~
lación ha experimentado tampién cambios fundamentales.' Dentro de las dj~
posiciones del C. de C., se consideraba a: la letra de cambio exclusivamente
destinada a ejecutar un contrato de cambio, de. modo que la letra no podra
existir sín este contrato'. Pero hoy esto no es así; por razohes que desarrolla-
remo.s después, por las funciones diversas que la letra desempeña~en la prácti-
sa, se .ha visto que '11,0 era de rigor que ella estuviera ligada a un con¡trato de
cambio; e'n otros términos, no era indispensable que la letra 'se girara para ser
pagada en otro lugar. En muchas legislaciones extranjeras se, permitió giral
letras de cambio para pagarse en el mismo lugar, y en Chile, siguiendo esto:;
principios,
.
se módificó el C. de C. por el D IIL 777 de 19 de didembre de
1925, en la forma que' sigue: ' ,
Art. l.Q "Modifícanse en la forma que a continuación se expresa, las si-
guientes disposiciO'n,es del Código de Comercio :
Art. 637: ~e reemplaza por el siguiente:
"Las letras podrán girarse para que se paguen en el mismo lugar en que
fueron fechadas 0 en otro distinto".
Esta disposición vino a consagrar un principJo análogo al que rige a las li-
branzas, pagarées y cheques. Como consecuencia de ello, no es de rigor que
la letra de cambio suponga Un contrato de cámbio. Puede' por ella ejecutarse
un contrato de cambio, pero puede no ser así; si se gira una letra en Santia-
go para pagarla fuera de este lugar, se ejecuta un contrato de cambio, cosa qw.
no ocurre 'Si se paga en el mismo lugar.
- 19.f -
El Art. 622 se refiere a la capacidad para celebrar el contrato de cambio y
dice:
"Las personas que pueden obligarse, pueden celebrar el contrato de cam-
bio por su propia cuenta o por la de un tercero que las haya autorizado espe-
cialmente al efecto.
Las personas a quienes está prohibido comerciar, por razón de la edad,
la naturaleza de su profesión, dignidad o estado, pueden celebrar el contrato
de cambio, y girar, endosar, aceptal" pagar o cobrar una letra, siempre que
lo hagan, accidentalmente, sin ánimo de especular y violar la prohibición".·
H<lIy aquí dos observaciones fundamentales que hacer: 1.0 Se refiere la
ley a las per,sonas con prohibición de comerciar. Pero nuestro C. de C. no
contiene reglas generales' a este respecto. Figuraban prohibiciones en el pro-
yecto, en el que a ciertas personas por su dignidad o cargo se les prohibía
comerciar. Las disposiciones pertinentes no figuran en el Código, y sólo a los
corredores se les prohibe el ejercicio del comercio. Entonces, la disposición
del inciso 2.0 carece de valor práctico; 2.\> Esta observación se refiere a un
defecto de la ley: esta ha incurrido en una confusión, pues para ella parece ser
lo mismo prohibición que incapacidad. Estas son cosas diferentes como lo he-
mos dicho en otra ocasión. Pero es fácil darse cuenta que el Código incurre
en confusión, porque en el MC. l.9 habla de incapacidad y en el 2.Q de prQhi-
bicion como si lós prohibidos fueran incapaces. Dice: "las personas a quienes
está prohibido comerciar, por razón de la edad ... ». Por esta razón no puede
prohibirse el ejercicio del comercio; la edad puede ser motivo de incapacidad,
pero no de prohibición. En cambio, las otras causas son causas de prohibi-
ción, y no de incapacidad.
De la letra de Cambio
E'n el Art. 623 empieza el Código a dar definiciones de las diferentes
personas que figuran en la letra. En vez de dar definiciones, y para compren-
der el papel de cada una de ellas, las' estudiaremos a medida que las encontre-
mos. Las personas que intervienen son, generalmente, tres: tomador, librador
y librado.
Art. 623: "Llámase librador el que contrae la obligación de hacer pagar
la cantidad convenida y gira la letra.
'Librador por cuenta, el que expide la letra por orden y cuenta de un
tercero.
Ordenador, aquel por cuya orden y cuenta libra la letra un tercero.
Librado, aquel a quien se manda que pague la letra.
Aceptante, el librado que admite el mandato de pagar la letra.
Recomendatal"lo o indicado, aquel a quien el librador o endosante ruega que
acepte y. pague la letra, a falta del librado.
Aceptante por interv~ción, pO'f honor o por protesto el que, a falta de
acep~ación del librado o recomendatario, acepta por honor a la firma del li-
brador o de uno de los endosantes.
Avalista el que, 'extraño a la' realización de la letra, afianza su pago
por una obligación particular que le constituye garante solidario con uno o
más de los ya obligados. .
Tomador o beneficiario, el que adquiere la letra de cambio, mediante un
valor prometido o entregado.
Tomador por cuenta, el que negocia y recibe la letra, por orden y cuen-
ta de otro.
Endosante, el que transmite a otro la propiedad de la letra en virtud del
endoso. .
Portador o tene(lor, el actual propietario de la letra".
- 195 -.'
La sola enumeración. >de 'este artículo, nos está' indicando que este docu-
mento puede dar origen a múltiples relaciones entre esas personas, relaciones
que se hace neoesario estudiar detenidamente, lo que harenios desptÍés de ha- .
cer Una reseña histórica de la letra de cambio.
. Reseña histórica
(1) Pu.:de consultarse al respecto un estudio del señor Palma qU,e apareció en fl To-
mo X de la Rev. de Der~cho . (1. Parte, Sccc. Derecho).
19S -
!Se hicieron representar en estas conferencias los principales paIses y to-
maron parte en ella los mejores expertos sobre la materia. El resultado de es-
tas conferencias fué la inclusión en el ante-proyecto antiguo, de los nuevos
principios y la elaboración de una nueva convención para su ratificación por
los diversos países.
efectúe el pago.
, .
El librado es el mandatario del librador, la persona a qllien se manda qlle
, Por esta~ razones, la ley estima de rigor que toda letra~ de cambio llevara
la cláusula a la orden, y al efecto, dispuso en el Art. 633 N.Q 3, que "la letra
de cambio debe necesariamente enunciar el nombre, y apellido de la persona
a cuya orden se manda hacer el pago".
Confirma esta disposición -el Art. 634 que dice: ,
"Las letra~ de cambio deben ser giradas a la orden;' pero esta cláusula
podrá ser reemplazada por las de al portatlor legitimo, a disposición de o
por otras equivalentes. '
Las letras que no contengan una cláusula que exprese claramente su tras-
1l1isibiJidad, sólo podrán ser transferidas en la forma prescrita en el título "De
la cesión - de créditos mercantiles".
El tomador o beneficiario de la letra puede conservarla hasta la fecha de
su vencimiento; pero antes de ese momento' puede transferirla por medio del
en.dosQ, en cuyo caso se opera un cambio en la letra y las partes pasan a
tomar los nombres de endosante (el antiguo tomador) y endosatario (el nuevo
tom&dor). - '
Según la definición del Art. 623, eno.osante es el que trasmlte a otro la
propiedad de la letra ,en virtuq del endoso, y es por eso. que frecuentemente
al hablar del dueño de la letra se dice "portador o tenedor", expresión gené-
rica que comprende tanto al tomador o beneficiario como a! en.dosatario.
Más tarde tendremos ocasión de ver que todo endosant~ de una letra de
cambio queda responsable a favor de su' endosatario, y de todos los, endo-
satarios de la cancelación de ésta; imposición que se explica por el deseo de
la ley de otorgar una garantía a, los endosatarios de un ,documento a la orden.
4.<'> Es también men,ción esencial en la letra de cambio, la, indicación de
la cantidad que el libl1ador manda pagar. (N.'I 4 del Art. 633). Ya hemos visto
'lue por la letra de cambio s<; manda pagar una cantidad de dinero" -es decir,
no se permite entre nosotros que la letra recaiga sobre especies, como ocurre
por ejemplo en Italia. .
Es de rigor que se mdique en forma precisa la cantidad de dinero que
se envía, sin importar el tipo de moneda de que se. trate. Es 'frecuente qUE'
la' cantidad se indique en letrás ty en números a pesar de no ser ella una
mención obligatoria; a diferencia de lo que ocurre con los cheques, los cuales
necesariamente deben llevar indicada la cantidad de las dos maneras; pero
si hay diferencia entre el valor, indicado en guarismos y e'i expi"esado en' el
cuerpo de la letra, se debe tener este último por el verdadero valor. ,
5. Q Ellugar, día, mes y ~ño en que es girada (Art: 633, N.Q 1). Antigua~ ,
mente la mención del giro de la letra tenía una importancia especial porque,
como sab~mos, era requisito esencial el giro de una plaza' a otra (distancia
loci). Hoy día, aunque ·si bien esta mendón no tiene importa.n,cia para estos
efectos, conserva su importancia para otros.
Así por ejemplo: si¡ve esta mención para saber dón.de, reside el librador,
en el caso de que haya necesidad de ,hacer efectiva su responsabilidad en el
pago de la letra; pues la ley faculta al tenedor de la letra que no obtiene el
pago oportuno para girar otra en sentido contrarIO que recibe el nombre de
"letra de recambio" o "letra de resaca" ,y que puede' girarse contra cualquiera
lle los obligados al pago de la h:itr'a primitiva. ,
También. tiene importancia la determinación del lugar' donde fué gimda
ia letra para los efectos de con,ocer la 'legislación aplicable a su forma, y esto
tendrá ,lugar especialmente cuando se trate de letras giradas qe un país a otro.
A. este respecto podemos decir que en todo caso se aplica la regla general: "lex
loctls regit actum", en virtud del cual la ,letra se rige -pdr la ley de lugar e'n
:¡ue fué girada. '
Por último, tiene importancia.la mención del lugar del giro de 'la letra,
para los efectos de su vencimiento, porque en ciertos casos el vencimiento
- 202-
del plazo para la presentación de la letra a su aceptación se determina en re-
lación con el lugar del giro, como sucede por ejemplo en los casos contem-
plados en el
Art. 685. "Las letras serán presentadas a la aceptación en los plazos si-
guientes: .
Las giradas a la vista o a días o meses vista de una ¡:lIaza a otra de la
.República, dentro de' tres meses de su fecha.
Las giradas en la República a la vista o a días o meses vista sobre al-
gU!1a plaza del ,continente america:no y sus islas, dentro de seis meses de 'su
fecha y dentro de nueve las giradas sobre cualquiera de Europa.
Las giradas a la vista o a días o meses vista sobre alguna otra parte del
globo, dentro de un año de su fecha.
Las giradas a días o meses de la fecha o a un plazo fijo y determinado,
dentro de los plazos que ellas designen".' .
Pero, no basta indicar el lugar del giro, es necesario mencionar también
el día, mes y año en que se expide la letra y tienen estas menciones mucha
importancia para diversos fines. '
Ante todo, sirve para conocer las circunstancias de capacidad del libra-
<lar que haya girado la letra, y sirve también -en la mayoría de los casos-
para determinar la fecha de su vencimientQ. Tiene esto una especial importan-
cia tratándose de letras a la vista, porque respecto de ellas existe un término
máximo de presentación, dentro del cual el librado Ll tenedor debe presenbr
la letra de cambio al librador. .
6.Q ,La época en que debe hacerse el pago. (Art. 633 N.Q 2.-Esto es lo
que se llama el término de la letra, el vencimiento de ella.
Es de importancia conocer. este vencimiento, porque la letra vale para to-
dos los efectos que hemos señalado sólo' en el caso de haber sido cobrada
dentro del plazo señalado; si no se hace así, se dice que la letra se perju-
dica (letra perjudicada) y el tomador pierde casi todas sus acciones, como
por ejemplo la garantía contra el girador y endosante; etc.
Si el tenedor de la letra no obtiene su pago en la fecha señalada debe
necesariamente protestarla al día sigUl~nte, so pena ,de que la letra pase tam-
bién a tomar el carácter de letra perjudicada lo mismo que en el caso anterior.
Además, alrededor de la letra de cambio se acumulan multitud de inte-
reses de diversas personas todas las cuales están pendientes, en cuanto a su
responsabi'lidad, de lo que vaya a ocurrir el día del vencimiento de la letra;
de modo entonces que para todos habrá interés por ~onocer con exactitud
la fecha de ese acontecimiento.
'Conviene. además advertir que, de todas las menciones que indica el Art.
633, esta es la única que puede omitirse sin que por ello se anule el docu-
mento o degenere yn otro distinto. Ocurre así, porque la ley ha suplido él
posible silencio de las partes y ha dispuesto al efecto. en el Art. 643 que "las
letras a la vista deben ser pagadas en el acto de su presentación; las libradas
a dla fijo y determinaao, \.!n el día designado; y las giradas a una feria, el
último día de ella. No estando designada la época del pago, se entenderá.
que la letra es pagadera a la vista".
Con.forme .al N.9 5 del Art. 633 del IC. de C., debía indicarse también
"si el precio de la retra había sido cntregadó en dinero efectivo 0 en mer-
caderías, o si era valor entendido o en cuenta con el tomador", pero esta men-
ción fué suprimi'da por el DIL. 777, qUi'zás si con muy buen acuerdo, porqtl~
generalmente ho se la comprendía bien en Ta práctica y se prestaba a fre~
cuentes confusion.es.
De todas ~aneras es bueno que sepamos cuál era su alcance y las ra-
7.ones que se tuvieron en vista al suprimirla, especialmente porque en los- for-
. .:. . :. 105 -
mularios impresos de letras de cambio que circulan en el comercio. - sea pOI'
ign1lrancia o por rutina - se ha mantenido siempre esta mención.
Se reJería ella al precio' de la' letra. Pero ¿cuál es el precio de la let.ra? y
'¿quién 10 paga a quién? Generalmente se incurría en el error, aun en .Ia prác-
tica misma de los negocios, de creer que el precio de la letra era lo que el
librador daba al librado para que la pagara, es decir, lo que nosotros hemos
llamado, "provisión de fondos", siendo que en realidad lo que constituye el
precio de la letra es lo que pagó o lo que debió pagar el tomador o beneficiario
al librador de la letra. ' .
Un ejemplo aclarará la figura. Supongamos que Juan Reyes ha necesitado
hacer un pago a Luis Díaz por la suma de $ 5,000 Y con este objeto le gira
una letra de cambio' por dicha cantidad; ¿dónde está el precio?: en el ,equiva-
lente que Luis Díaz debió entregar a Juan Reyes (dinero, especies, créditos)
para que éste le girara posteriormente esa letra por $ 5',000. .
Se decía "valor recibido en dinero" o simplemente "valor recibido", cuan-
do lo que el tomador o beneficiario pagaba al librador era una suma de di-
nero. Por ejemplo: Luis Díaz le' había entregado $ 5,000 en dinero a Juan
Reyes, y éste le, firmaba una letra por igual suma;
Se decía "valor recibido en mercaderías" cuando lo que Juan Reyes ha-
bía recibido de Luis Díaz eran ciertas me-rcaderías que le había comprado.
En este caso, el precia' de la letra se ha pagado en' mercaderías.
. y por último, se decía "valor entendido .¡} en cuenta", cuando la opera-
ción que había dado origen a la letr.a era•.un contrato de préstamo. Por ejem-
e
plo: Juan Reyes gira una letra a favor de iLuis Díaz, sin que éste haya pagado
aún ,su precio o valor.
Como ya lo habíamos adelantado, estas menciones Jueron suprimidas COn
muy buen acuerdo por, el DiL. 777, s.iguienclo con esto la línea' trazada por
casi todas las, legislaciones extranjeras que ya las habían suprimido en aten-
ción a la ningun.a. utilidad que prestaban.
En realidad, conforme a los principios generales del derecho, esta men-
ción equivalía a la causa del contrato; pero es sabido también que en COrifOl-
~idad a los mismo~ principios, no hay ningul1:a necesidad de expresarla, lo
cual hacía de ella una mención perfectamente inútil, puesto que a nadie po-
dían interesarle las, relaciones que pudieran. existir entre el librador y el to··
madoro beneficiario de la letra.
Por lo demás, la letra 'vale' en el comercio, como' medio de solucionar
I)'bligaciones o como' instrumento de crédito, por el .valor que ella represen-
ta, por el valor que ~e manda pagar, y no por lb que el tomador haya pagado
al librador; de modo que no había ninguna razón de peso para exigir esta
menciórn, que, en realidad, sólo daba lugar a confusiones y a dificultades, de-
bido a que generalmente se la confundía con la provisión de fon:dos.
También fué suprimida por el DIL. 777 la mención ipdicada en el Art., 633
N.Q 6,que exigía que se indicara en la letra '''el nombre y apellido de la per-
sona de .quien se récibía'el valor, o de la persona a cuya cuenta se 'cargaba".
Era esta una mención absurda y que se reJeria al caso de que el precio
de la letra n;O hubiera sido pagado por el mismo tomador o beneficiario, sino
por un tercero encargado por éste y que recibía el ,nombre de "dador del di-
nero". Sería' el caso .!le una persona ,que envía a un empleado suyo a tomar
una letra sobre París a la orden de una tercera persona. Era esta una mención
inútil,' porque sólo miraba a las relaciones particulares entre et dador yel to-
ínador o beneficiario y no afectaba para nada a los terceros que in:h:rvenían
en la letra.
7.9 El nOtÍtbre, apellido y domicilio del libr~do. (Art. 633 N.Q 7) yel
lugar donde ha <le verificarse el pago si fuere <listinto de aquel en que el li-
brado se halÍe. domiciliado.
Antiguamente esta menclOn tenía una gran importancia purqlle, compa-
rando el lugar del giro con el domicilio del librado se podía constatar el cum-
plimiento de la distancia 10cL
Actualmente sirve para saber dónde dirigirs~ el tomador o beneficiario
para el cobro de la letra y dónde deben hacerse las diligencias del protesto
en caso de no pago en la fecha señalada. Y. por último, sirve también para
determinar la competencia de los tribunales de justicia ante los cuales habrá
de dirigirse las acciones en caso de incumplimiento por algllna de las partes de
las obligaciones impuestas por la letra.
, Ahora bien, si el lugar donde ha de verificarse el pago es distinto de aquel
én donde el librado se halla domiciliado, habrá que decirlo expresamente; pero
no por eIlo pierde su importancia el dOJl1icilio del librado, porque será allí
donde tenga que dirigirse el interesado para los efectos de la aceptaciún dé
In letra. .
Se refiere a esta materia el ArL 639 del C. de C., cuya redacción actual
es la siguiente:
Art. 639: "El librador pllede girar la letra:
A su propia orden. .
A cargo de una persona que la pague en el domicilio de un tercero.
A nombre propio o por orden y cu~nta de un tercero".
Veamos estas tres situaciones.
1.9 Letras giradas por el librador a su propia orden.~Son aqueIlas en
que él mismo hace tambié;a las veces de tomador o beneficiario. (Juan Reyes
gira una letra por $ 5,000 a la orden de Juan Reyes). Estas l¡;tras son perfec-
tamente legales y muy comunes en la práctica debido a que facilitan ~nor
memen te los traspasos.
Habíamos visto que entre librador~ y beneficiario se vérifica siempre un
contrato previo al giro de la letra (puede ser Un contrato de cambio, una
compra-venta, etc.); pues bien, ·en estas letras giradas. a la orden del misr1to
librador es evidente que falta en absoluto cualquiera operación de esta na-
turaleza, puesto que nadie puede contratar consigo mismo.
Como lo decíamos, esta es una forma de letra muy usada en el comercio
porque presenta ventajas tanto para el deudor como para el acreedor de
un contrato cualquiera. Para el deudor, porque puede ocurrir que no tenga di-
nerodisponible en el momento de celebrar el contrato y así obtiene un plazo
para el pago de su crédito, y para el acreedor porque de este modo incorpora
su crédito a un documento de comercio que le proporcionará muchas venta-
jas, y porque, además de recibir nuevas acciones, puede descontar esa letra
antes de su vencimiento y de ese modo obtener el valor que ella representa.
Antes de' las reformas introducidas al C. de 'C. por el DIL. 777, estal>
letras sólo se perfeccionaban cuando el librador trasmitía a un tercero la pro-
piedad de la letra (de este modo el librador firmaba dos veces el documento:
como librador y como endosatario) y se éonocían, porque debían llevar la cláu-
sula "valor en mí mismo". Esas disposiCIones no, tendrían hoy día razón de
ser debido a que ya no es de rigor que exista un, contrato de cambio previo
al giro de la letra y debido a que siendo el librador la misma persona del to-
mador era de suponer que no fuera necesario que el librador se pagara a sí
mismo el precio de la letra.
¿A qué respondía entonces esta exigencia de la cláusula "valor en mí
mismo"? Se .explicaba en vista de la exigencia del N.o 5 del Art. 633 que exi-
gía la expresión de la causa de la letra (que se indicara el precio de la letra
que había pagado el tomador o beneficiario al librador); y como cn estos casos
- 205-
,ambos eran una misma persona y n,o cabía pi'ecio, para llenar esta exigencia
había que agregar la cláusula "valor en mí mismo". ,.
En la práctica, se producían frecuentes contusiones entre la mención del
pl'ecio de la letra que exigía el Art. 633 N) 5 Y la provisión de fondos. Ya
sabemos que 'la provisión de fondos consiste en los dineros, mercaderías u otros
valores, que el librador de,be poner en manos del librado, su mandatario, para
que pague la letra de canibio; es una operación que mira sólo a las relaciones
particulares entre librador y tomador y no se la menciona ni hay para qué
mencionarla en la letra misma. En cambio, el precio de la letra es lo que el
tomador o beneficiario paga al lib¡;ador, ya 'Sea en dinero efectivo, en merca-
deríaso"o en un valor 'enten,dido o en cuenta (Art. 633 N.9 5) .. Pues bien, como
,lo decíamos, en la práctica se confundían frecuentemente estas menciones, y
en el lugar destinado al precio de la letra se aludía a la provisión de Jondos
y ,se decfa "valor en mí mismo", etc., Hoy día no se debe poner "valor rec,i-
bido en dinero" ni "valor en mí rriismo", con lo cual se han evitado todas las
dificultades a que daban lugar esas confusiones. .
Hay todavía otro caso en que se presenta esta clase de letras. En las ins-
tituciones de crédito, especialmente ell1las instituciones de fomento, como el
Instituto de 'Crédito Industrial y la Caja de Crédito Agrario, suelen hacerse
préstamos a los c1ien'tes bajo la firma de letras de cambio giradas por la Ca~
ja a su propia orden y con,ha el deudor a quien se ha hecho el préstamo.
Por último, debemos citar otro caso de uso frecuente de este tipo de le-,
.raS. Cuando una institución bancaria concede un' sobre-giro en su cuenta co-
rriente a uno de sus clientes, para asegurarse mejor el pago de ese sobregiro
recurre al sistema de girar una letra de cambio por el molito del sobregiro
a cargo del cliente sobregirado y a la orden del mismo Banco.
. 2.Q Letras gimdas a nombre propio o pOor olidlen y cuenta de un tercero.
IJnc. 4.9 del 639).-Aquí la Ley ha querido rderirsé a 10 siguient~:
Puede ocurrir que sea el libradür el único interesado en el giro de la letra
y en tal caso ,la girará a su nrden y por su propia cuenta, pero podrá suceder
también que tras el librador haya otro~ interesados que no figuren 'en la letra
y que se mantienen ocultos, con lo cual la cosa se complica, y sólo se pueden
explicar estas relaciones recordando las relaciones que existen entre el ter-
cero y el que giró la letra.
Ejemplo: Juan Reyes gira una letra por $ 5,000 a la orden, de Luis Díaz,
pero por encargo y cuenta de un tercero: En este caso el papel de Juan Reyes
(librador) se ha desdoblado entre el verdadero librador (éJ mismo), que aquí
toma el nombre eje libradar por cuenta y el tercero que no se indica en la letra
y a quien la ley 'denomina ordenador.
Para que se pueda decir que existe una de estas letras, que se llama
"por orden y cuenta", es ,de rigor que no figure en ella el nombre del ve'rdadero
librador; porque si se indica el nombre de quien la gira, la cosa cambia fun-
damentalmente, y esta letra pasaría a ser de aquellas a que se refiere el Art.
626, que dice:
"Los que libran, aceptan o endosan como mandatarios legales ü conven-
cionales sólo obligan a las personas a cuyo nombre intervienen en la letra de
cambio, siempre que expresen en la antefirma,la calidad en que obraren.
Negándose al librador, aceptante. o endosante la representación que ellos
se hubieren atribuíd.o en la letra, se les co:nsiderará obligados al, pago de ella
hasta que justifiquen en forma 'Su personería. '
Los tomadores, en todo caso, podrán exigirles la exhibición del título
Justificativo de su repr.esentación".
Tiene una gran importancia hacer la, distinción, porque en el prImer caso
el único que se obliga es el mandatario, el comisionista, mejor dicho, ,el libra-
dor por cuenta, porque gira la letra como si la girara en 'su propio interés.
- 206-
Esto, que a primera vista parecía presentar algunas dificultades, no es
sino una aplicación lisa y llana de los principios generales que rigen el m~n
dato, e'n virtud de los cuales el mandatario puede proceder, o bien a nom-
bre y en interés de su mandante, o bien en nombre propio pero en interés
de su mandante. En ambos casos hay un mandato, en ambos casos las relacio-
rles entre mandante y mandatario son las mismas, pero con la difer,encia de
que mientras en el primer caso el acto se celebra a 'nombre del mandante, en
el segundo se celebra a nombre del mandatario, de tal modo que en el pri-
mer caso sólo el mandante queda obligado, y en el segundo sólo se obliga
p.ersonalmente el mandatario y los terceros carecen de acción contra un po-
sible mandante,' cuya existencia ignoran.
E~ por esto que quizás sería más correcto decir: "A nombre y por cuen-
la de un tercero".
3.Q Se refiere en último termino el Art. 639 a las letras giradas u a cargo
de ,una persona que la pague en el domicilio d~ un tercero".
A estas letras se les suele llamar "letras domiciliadas" y se gir:an en es-
ta forma cuando el librador no va a estar en su domicilio en la fecha de su
vencimiento, de modo que advierte al librado para que se le pague en el do-
micilio de un tercero donde va a estar ese día. . ,
En esta forma, el día del vencimi,ento el librado se dirigirá a ese domi-
cilio, pero no para pagarle al tercero dueño de casa, sino para pagarle la le-
tra al librador mismo que se encuentra allí can: esa fecha.
Menciones voluntarias o facultativas. - Se refiere a estas, el Art. 640
que consagra el derecho del librador para insertar en la letra estas cláusulas
voluntarias.
Art. 640. "El librador y tomador pueden acordar las cláusulas devuelta
sin gasto, sin más aviso, y otras expresivas de pactos' accesorios que no al-
teren la e~encia del contrato. '
Después de entregada la letra, sólo por convenio del 'librador y toma-
dor, podrá hacerse variación en la cantidad librada, el lugar clel pago, la
designación del libraclo y las demás circunstancias que aquella contenga".
Se comprend,e por sí sola esta facultad, pero debemos decir que ella tie-
ne una limitación. Estas menciones facultativas sólo pueden insertarse en la
letra en el momento de su giro, y más tarde no pueden agregarse otras por
la voluntad de una sola de las partes. . ,
Veamos ahora alguna. de estas menciones. Desde luego, podemos decir
que la mención del N.Q 5 del Art. 633, hoy suprimida, relativa al "valor reci M
En la,l; letras gir,adas a días vista, el plazo corre desde el día siguiente
al de su' aceptación, o ·en easo de no haber habido aceptación, desde el día
siguiente al del protesto.
Es esta una aplicación lisa y llana de los principios gen,erales del C. C., ,a
los cuales ya había llamado a regir el Art. 110 del e,. de C.
Art. 110. "En la computación de los plazos de días,' me,ses y años, se
observ.arán las reglas que contienen los Arts. 48 y 49 del Código Civil, a no
ser que la ley o la convención dispongan otra cosa".
y el Art. 48 del C. 'C. dice: .
Art. 48, inc. 1. "Tod.os los plazos de días, meses o años de que se hagan
menóón en las leyes o en los decretos del Presidente de la República, de los
tribunales o juzgados, se entenderá que h.an de ller completos, y correrán
además hasta la media noche del último día del plazo".· ,
Esta última frase: "hasta l¡;t media noche del último día del plazo" es 'la
que no explica la disposición del Arf. 644 del C. de C., que empieza. a contar
el plazo, no desde el mismo, slnodesde el día siguiente, con lo cual se llega a
los mismos resultados, pero por una vía mucho más sencilla.
Ejemplo: Se gira upa letr'a a 5 días fecUa; se quiere decir que eL plazo
empezará a correr des.de el día siguiente ,al de su aceptación, sin tomar en.
cuenta las horas que queden del día .en que fué aceptada.
- 212
Es preciso tener presente que todos estos plazos son de días corridos,
porque sólo en materia procesal se descuentan los días feriados en los pla-
zos de días.
Con respecto ,a las letras giradas a meses, el Art. 645 del C. de C. dispone
que los meses deberán contarse de fecha a fecha; de lo cual podemos des-
prender que no siempre será igual el plazo de un mes en, las letras giradas
en determinadas fechas (Febrero, por ejemplo) y así resultará que el plazo de
un mes podrá ser según los casos, de 28, 29, 30 ó 31 días.
También en esto no hay sino una aplicación lisa y llana de las reglas
contenidas en los incisos 2 y 3 del Art. 48 del C. C.
Art. 645. "Para determinar el vencimien,to de las letras giradas a meses
o usos, los meses se contarán de fecha a fecha. No habiendo correspondencia
entre la fecha del mes. en que se libra o del mes en que se p<resenta la letra y
la fecha del mes en que es pagadera, se tendrá por vencida el último día del
mes". .
Art. 48, incisos 1.9 y 2.Q "El primero y el último día de un plazo de meses
o años, deberán tener un mismo número de los respeCtivos meses. El plazo de
Un mes podrá ser, por consiguiente, ,de 28, 29, 30 Y 31 días, y el plazo de
un año de 365 Ó 366 día~, según los casos.
, Si el mes en que ha de principiar un plazo de meses o años, cons,tare de
más días que el mes en que ha de terminar el plazo, y si el plazo corriere des-
de alguno de los ,días en que el primero de dichos meses excede al segundo,
el último día ,del plazo será el último día de este segundo mes".
Sin embargo, existen en materia comercial, dos excepciones importantes,
a las reglas generales, excepciones que están contenidas en el art. 646.
Art. 646, inc. l. "Las letras a término serán cubiertas el día de su venci-
miento antes de ponerse el sol.
Inc. 2. lPero si el día del vencimiento fuere festivo, la letra deberá ser
pagada el precedente o protestada al siguiente".
l.íl El inc. 1 modifica el, Art. 48 del K;. C., pues para el vencimiento de los
plazos de una letra toma en cuenta la puesta del sol y no la medianoche.
2.;1 El inc. 2 contenla una doble excepción a los Arts. 48 del C. C. y 111
del C. de C.; especialmente a este último que dice: "La obligación que vence
en día domingo 9 en otro día festivo, es pagadera al siguiente".pecimos "con-
tenía", porque esta disposición fué derogada por el D/L 7'77 que volvió a la
regla consagrada por el Art. 11 l. . .
El inc. 3 del Art. 646, que dice que lo dispuestó en el Art. 112 es aplica-
ble al cumplimiento de las letras de cambio, no es sino una' repetición inútil
de aquella misma disposición.
Art. 646, inca 3. "Lo dispuesto en el Art. 112 es :aplicable al cumpli-
miento de las tetras de cambio".
Tendremos que distingufr aquí dos situaciones. En primer lugar, las obli-
gaciones del librador común u o.rdilnanio (Arts. 647 a 651) Y en seguida las
obligaciones del que hemos .1lamado "librador por cuenta", o sea, del que gi-
ra la letra en su propio nombre, pero en in,t~rés y por cuenta de un tercero
(Arts. 652 a 654).
-, 213-
A este ,respecto hay que examinar la situación del librador frente a las
distintas personas con quienes está en relaciones, porque como lo ligan con
ellas vín,culos de disHnlta naturaleza, es lógico que se,an tambié'n, distintas las
~bligaciones.
Art. 647. "Fuera de la obligación que el Art. 627 impone al librador, és-
te responde al tomador y endosatarios, hasta el último tenedor de la, acepta-
ción y pago de las letras de cambio".,
Según esta disposición" las obligaciones del librador p1;tra con el tomador
se reducen a las siguientes:
I.Q La que 'señala el Art. 627, o sea, entregarle los ejemplares de la le-
ira que le sean 'exigi,d:qs; •
- 2.9 Garantizar la aceptación de la letra, y
3.9 Garantizar 'Su pago. .
G<;trantiza la aceptación de la letra, o sea, si el tOlJ1ador requiere al libra-
do para que deje constancia en el documento de que acepta el mandato de
pago y éste se niega a dar su aceptación, puede el tomador protestar la letra
por falta de -aceptación y dirigirse contra el' librador, haciendo efectiva su
. garan,tía. -
. Art. 687. "Protestada la letra por falta ·de aceptación, el portador tiene
, derecho a exigir del librador o cualquiera de los endosantes que afia,n.ce a SU
satisfacción el valor de ella, deposite su importe o se lo reemboll?e con los gas-
tos de protesto y recambio bajo descuento del rédito legal por el ,términó que
falte para el ·vencimiento.
El portador no podrá ,ejercitar estos derechos sino en el o'rden :sucesivo
,en que aparecen enumerados"., . ,
I Garantiza también el pago ·de la letra, o 'sea, si al tiempo del yen.cimien-
to" el librado no paga la letra, el tomador tiene der'echo para reclamar su pra-
go del librador, ya sea por la vía judicial o ~¡or medio de una resaca o letra
de recambio
Ar.t. 6,48: "El. librador por cuenta propia o por orden y cuenta de un ter-
-cero, está obligado a comunicar oportunamente al librado el encargo de que
se le hace en la 'letra.
Girando por cuent¡¡. propia, está' además obligado a poner en manos del
librado antes del vencimiento los. fon¡:los destinadDs al pago de la cantidad li-
brada, 'y a cubrirle tanto los desembolsos que hubier,a verificado para llevar a
.cabo el mandato cuanto la comisión respectiva".. . .
• Se comprende fácilmente estas' obligaciones si se tiene en cuenta que en-
tre librador y 'librado media un mandato.
l.9 Debe comunicarle el en,cargo que .se le hace de 'la letra (no necesita
'.explicaciones), y
2.Q Debe hacer provisión de fondos.
El mandante, tanto en materia civil como mercantil, debe habilitar al
mandatario para el cumplimiento de sus obligaciones y si el' encargo consiste
en el p.ago de una sUIha de dinero; es lógico que deba poner en sus manos la
:suma necesaria para hacer ese pago.
- 214-
Es esto 10 que en derecho se Hama hacer provisión de fondos, y con res-
pecto a ella se presentan diversas cuestiones que' debemos resolver: ¿quién ~e
be hacer la provisión?, ¿en qué puede consistir la provisión?, ¿cuándo debe ha-
cerse la provisión?, consecuencias que acarre1j. la falta de provisión y, por úl-
timo, derechos que puede tener el portador de la letra sobre la provisión.
¿Quién debe hacer la provisión de foodO®? - De lo dicho hasta este
momento, se desprende que ésta es una obligación, que pesa sólo sobre el
librador. El librador es el, que gira la letra de cambio, el que crea el docu-
mento, lógico es entonces que pese sobre él la obligación de proveer de fon-
dos al librado. Sin embargo, hay casos en que el librador y Jos endosan tes
se encuentran en la misma situación, ¿se podría decir por eso que los endo-
santes tienen tambiél1¡ esta obligació.n? No, porque entre ellos y el librado no
media contrato alguno.
¿Cuándo debe hacerse la provisión de fondos? - Cuando se la necesite,
y como s610 será necesaria en el momento del vencimiento, bastará que en ese
!nomento la haga el librador, para que se entienda cumplida la obligación;
se compre.nde que tratándose de letras a la vista, la provisión deba hacerse
inmediatamente, puesto que no se sabe la fecha en que la letra será pre-
sentada en cobro. . .
Con respecto a este punto, conviene, desde luego, advertir que existe una
diferencia entre la letra de cambio y los cheques, én los cuales ,según la Ley
de Cheques, la provisión debe estar hecha de antemano, existiendo graves
sancron,es para el librador que gira un cheque sin tener en ese momento la
provisión de fondos correspondientes.
Manera de hacer la provisión de .fondos. - La provisión de fondos puede
hacerse de muchas maneras. La manera más sencilla será el envío de una
cantidad de dinero correspondiente al monto de la letra; sin embargo, no es
esta la más corriente y, por lo general" se emplean otros medios como los in-
dicaoos en el Art. 649, que dice: •
"Se entiende hecha la provisión, si al vencimiento de la letra el librado o
aceptante fuere deudor del librador de una cantidad en dinero igual, al me-
ntOs al importe de la letra y exigible al vencimiento de ella.
Se consider,a también realizada la provisión cuando el librador estuviere
expresamente autorizado por el librado o aceptante, para girar a su cargo, o
cuando éste hubiere admitido en propiedad¡ paFa cubrir su aceptación, merca-
derías, efectos de comercio u otros v,alores".
La forma de hacer la provisión indicada en este inciso 1.9 del Art. 649, es
la más conveniente en el comercio internacional de importaciún y exporta-
ción, pero para que pueda operar es ne~esario que concurran diversas. circuns-
tanciascasi análoga~ a las exigidas por el C. C. para que opere la compen-
sación. .
Así, es necesario, en' primer lugar, que el librador sea acreedor del libra-
do por una suma igualo superior al monto de la letra; es necesario también
que se trate de un deudor de dinero, y por último, es necesario que el crédito
del librador contra el librado sea exigible en el momento del vencimiento de
la letra.
También puede considerarse rea:lizada la provisión, en conformidad al .i,¡ic.
2 del Art. 649, cuando el librador está autorizado por el librado para girar a
su cargo. Aquí, el librado no es deudor del librador ni ha recibido de él dinero ni
mercaderías u otros valores; pero media entre ellos un convenio en virtud del
cual el librado se compromete a pagar a.l librador las letras que gire a su
cargo, de tal modo que en caso de no pago, queda tan responsable como si
hubiera recibido provisión efectiva.
Según expresa mención del Art. 649, inc. 2, II parte, también se puede
hacer la provisión,' enviando mercaderías al librado. Ocurrirá esto cuando en-
- 215 - -
tre librador y librado hay1a mediado un contrato de compra-venta y se ha re-.
o
currido .al giro de letras para que este último le pague al primero el precio de
las mercaderías compradas. Es esta una ,operación muy corriente en las ven-
tas al crédito y que da lugar a confusiones entre el precio de la letra (lo que
,~l tomador da al librador) y'la provisión de fondos (lo que el librador da al
librado). '
En .e,sta forma de provisión en que ha mediado un contrato de compra-
venta previo entre librador y Hbrado, tal vez no podría decirse que la provi-
sión de fondos consista precisamente en mercaderías; sino más. bien elpre~
cio que el librado estaba debiendo por esas mercaderías al librador. •
Por último, según la parte final del 'Art. 649, también se considera como
provisión de fondos los efectos de comercio u otro,s vlalores que el librado o
aceptante admite en propiedad. A este respecto, el Código no da nin,guna regla
especial, de modo que rigen las disposiciones generales. :,
'Consecuencias de la falta de plrovisión.-;·Laexistencia· de la provisión de
tondos hecha en cualquiera :de Jas formas que hemos estu.diado, le interesa
no solamente al portador de la letra sino también al Hbrado.
o Le interesa al portador, porque existiendo la provisión, tiene mayores pro:..
babilidades de recibir el pago a la fecha del vencimiento; y le interesa al li-
brado, porque existiendo provisión de fondos:,. no, corre riesgo alguno, mientras
'que si no hay provisión, debe pagar la letraén descubierto, lo cual puede
ol'lgina¡'le coniilictos con el librador.
Con respecto a este punto, debemos considerar dos órdenes de relaciones:
l.Q Relaciones del libr.ador con el librado, y 2.Q Relaciones :del librado eon el
portador. .
Art. 650. 'lEn los casos previstos. en el anterior artículo, el librador po-
drá exigir del librado o aceptante, la indemnización <;le los gastos que por fal-
ta de aceptación o de pago hubiere cubierto ,al p~rtadorde la letra.
Pero ,si el. librador nóacreditare que' había hecho la provisión en alguna
de las formaq que expresa' el cifado artículo, s,erán de su exclusivo cargo tódo~
los gastos que -la falta de aceptación o pago hubiere causado al tenedor de la
letra". .
Es lógico que en este últimO' caso, como el librador no se habla preO'cu-
padO' de cumplir con sus obligaciones, tend.rá que soportar los gastos en que
se pudiera haber incurrido por falta de pago1de ,la letra; y ·car,ecerá de
acción de reembO'lso contr.a el librado, puesto que no lo había provisto de
tondos.
Sin embargo, puede suceder que sin, que haya pwvisión de fondos, el li-
brado pague la letra.en descubierto; haGiéndo'le honor a la firma del librador,
y en talcáso tendrá acc,ión de reembolso en contra, de éste; por 10 que haya
dado o pagado. .
Pued~n ser, entonces, muy distintas las situaciones, y del pago o nO' pago
de la letra, pueden nacer acciO'nes contra el. librador o contra el librado, 'se-
o
, ~ún que haya habido o no provisión de fondos, por' lo cual presentará un gran
interés en los pleitos el saber si existe o no esta provisión; a este respecto,
cuandO' la letra ,no suministra ningún antec'edente, 'hay que recurrir a otros
nledios y ,as.lresu.Jta que habnlque resolver previamente la cuestión de a quien
corresponde la prueba (onus probandi). .
Desde luego, no es esta una cuestión, que se rija por reglas especiales;
de manera que no hay sino que aplicar los principios del C. le. sobre la mate-
• ría, y de los cuales resulta que será siem:pn~ el librador quien tenga que pro-
bar la eXistencia de la provisión de fondlosj y, en consecuencia, si no pmeba,
- 216-
tendrá que partirse del antecedente de que no había provisión de fondos. La
provision no se presume.
Art. 1698. "Incumbe probar las obligaciones o su extinción al que ale-
ga aquellas o ésta".
. (No olvidemos que el hacer la provisión, es una obligación del librador y
que esa obligación se extingue haciendo la provisión).
Ejemplo: El librador demanda al librado porque no pagó la letra, exi-
giéndole la restitución dé la provisión de fondo,s; éste se excepciona dicien-
do que no se hizo provisión. Será edonces el librador quien tenga que co-
menzar' por probar que hizo 'l,! provisión.
Otro ejemplo: El librado paga en descubierto y demanda al librador pa-
ra que le reembolse el monto ,de la letra y el demandado se opone diciendo
que hizo provisión de fondos. El librado alega aquí la existencia de una
obligación del librador y será, por lo tanto, a éste a quien corresponda pro-
bar que hizo efecHvamente la provisión.
Pues bien, el C. de C. no hace sino confirmar estas reglas del C. C. y en
el Art. 650, inc. 2, comienza diciendo: "Pero si el librador no acreditare que
había hecho la provisión ...• etc." .
Siempre con relación a la provisión de fondos, ha surgido la cuestión de
saber si la aceptación del librado supone o no provisión.
La aceptación de la letra es el acto por el cual el librado deja constancia .
en la misma letra que admite el mandato que se 'le da, de modo que si antes
no tenía re.sponsabilidad alguna ,a favor del portador, ahora pasa a compro-
meterse ,legalmente al pago de la letra. '
Podría creerse que por el solo hecho de dar el librado su aceptación,
por el solo hecho de comprometerse al pago de "'la letra, era de presumir que
haya tenido provisión de fondos. Sin embargo, no es así, y el C. de C. deciara
expresamente en el Art. 677 que "la aceptación no supone respecto al librador
u ordenadOr la provisión de fondos, y el aceptante podrá exigirle la entrega
de ellos aun después de aceptada la letra", o sea, el hecho de la aceptación no
modifica en nada 10,5 principios de ,la prueba que hemos estudiado. Y es lógi-
co que así sea, porque no hay ninguna disposición del mandato en virtud de la
cual se pueda concluir que el mandatario está provisto de fondos por el sol'Ü
hecho de la aceptación. (Salvo el caso del mandatario judicial).
En Francia existe una disposición absolutamente diferente a la de nuestro
Art. 677 y allá la aceptación exime del peso de la prueba a la persona a quien
favorece; si el libnido acepta la letra sin tener provisión de fondos queda
obligado asu pago, y en caso de conflicto será él quien tenga que probar
que el librador no le hizo dicha provisión.
Endoso regular.
Se dlce que el endoso es regular cuando contiene todas las menciones, que
exige la ley, como sería por ejemplo pon,er al respaldo de la letra: "Santiago,
3 de Octubre de 1934. Páguese a'la orden de ,Alberto Morales. fdo. Luis Díaz".
Las menciones obli~atorias: a que nos referimos son la,s indicadas en el
Art. 658, según el cual el endoso debe expresar: ' .
, 1.9 El nombre y apellido de la ,perrona a quien se transfiere la letra.- (El
Código dice impropiamente "trasmite"), o sea, el nombre del cesionar~o (Al-
berto Morales). '
2.Q La fecha y lugar en que se hace.- (N.9 4 del Art. 658). La indicación
del lugar tiene impo'rtancia desde varios puntos de vista. En primer lugar,
tiene importancia para los efectos de conocer la legislación de fondo aplica-
ble, en caso de letras giradas en, un país y endo:sádas en otro. En segundo lu-
gar, tiene importancia la mención del lugar para los efeCtos de 'Saber donde
debe dirigirse el tomador persiguiendo la responsabilidad del en,dosante; y por
último, tien:e importancia esta mención para los efectos del giro de una resaca
o letra de recambio (Art. 751).
En cuanto a la fecha del endoso, si bien dla no interesa mayormente en
lo que se refiere al vencimiento, porque éste se determina por la fecha de 131
letra misma, puede tener importancia para saber si el endosante era o no capaz
de endosar la letra al tiempo del endoso. '
Como podría antedaf<lrse la letra para burlar embargos u otras decisio-
ne~ judiciales, la ley la ha castigado expresamente diciendo en el Art. 662 que
"la antedata de los endosos constituye a su autor responsable de los daños y
perjuicios que de ella se sigan a terceros, si,n perjuicio de ,la Rena en que in-
curra por la falsedad, si hubiere obrado dolosamente". ,
3.Q La firma del endosajnte o' de la person:a legitim¡amente autorizada que,
suscribe por ,¡él, expresando en la antefirma el nombre ,de aquél y la calidad.
en que ,éste lo verifica. (Art. 658 N.Q 5). Se comprende por sí sola la exigen-
cia de' que la firma del endosante sea un requisito esencial puesto que é~ es
el antecedente de la letra. .
Estas tres son las única:;: mendones que se exigen como esenciales; sin
embargo, el C. de C., exig\il otras, que eran las ¡ndic,adas en los N.Q 2 Y 3 del
Art. 668 y sobre las cllales débemos dar de todas maneras algunas explicacio-
nes,
El N.Q 2 exigía que se indicara "si 'el valor se' recibe en dinero efectivo,
mercaderías o en cuenta". Era esta una menció,n semejan.te a la que ya había-
mos encontrado en eQ cuerpo de la letra, referente al precio que el tomador
paga al librador y también fué .suprimida por el DjiL 777 (Art. 633 N.Q 5).
Mediante esta mención se podía saber cual era la operación que había
servido de antecedentes al endoso. Y así, si entre endosante y endosatario ha-
bía existidQ un,a deuda de dinero, y el" primero para cancelarlaJe endosaba esa
letra a su acreedor había que,. poner "valor recibido en .dinero". O bien, pudie-
ra ser que el endoso funcionara como un medio de pago en un contrato de
compraventa; en tal caso se decía "Valor recibido en melrcaderías". Por últi-
mo podía ,suceder que' aún po s,e hubiera pagado por el cndos,atario el precio
de la ,letra; y en tal caso se decía "valor en cuenta".
Como ya lo dijimos, todas estas men,cioncs fueron suprimidas por innece-
sariqs debido a que se reférían a la causa deJendoso, que si bien debe existir
siempre, no es n-ecesari9 que se la exprese. No había, pue,s, una razóln de de-
recho que justificara estas menciones, ni había tampoco, una razón práctica,
porque es sabido que la letra vale' en cuanto documento de circulación por la
- 224-
suma expresada en ella, sin importar 'que el endosatariQ haya pagado o no e! ,
precio del endoso.
Según el sistema de C. de C., la omisión de esta mención, generalmente
por .simple olvido o ignorancia, producía nulidad o hacía producir al endoso
traslaticio de dominio, efectos completamen te distintos de los ordinarios, aún
sin el con9cimiento del portador, pues el Art. 660 decía al respecto:
"El endoso en que se omita la expresión del valor recibido no transfiere la
propiedad de la letra y sólo importa una simple comisión de cobranza. ,
En este caso los terceros podrán: objetar al endosatario todas las excep-
ciones que le competan contra el endosante".
Finalmente, fué suprimida por el DjL 777 la mención del N.Q 3 del Art.
658, según el cual "el endoso debía. expresar el nombre y apellido de la per-
sona de quien se recibe el valor o en cuenta de quien se carga, si no fuese la
misma a quien se traspasa la letra".
Era ésta una mención corresoondiente a la del N.Q 6 del Art. 633 y se re-
fería a lo que llamamos el "d~o; de va1or"~ mención, que as! como la anterior
fué suprimida por el D jL 777.
Efectos del endoso regular.- El principal efecto de esta operación es el
de transferir la propiedad de la letra. El endoso traslaticio -de dominio importa
en realidad una cesión de crédito que hace el endosante al endosatario; con lo
~ual vemos aparecer otro contrato más fuera d,e los estudiados en el ya com-
plicado mecanismo de la letra de cambio. Esta transferencia .se hace sin ma-
yores • formalidades y produce efectos respecto de endosante y endosatario y
respecto del deudor cedido y terceros sin necesidad de cumplir ninguna de las
. formalidades que vimos al tratar de la cesión de créditos. Basta el simple en-
doso para que la cesión quede perfecta respecto de todo el mundo.
Este sólo hecho nos demuestra' la mayor efectivi,dad en la circulación de
que gozan los créditos a la orden ¡¡obre los créditos nominativos en los cua J
mediante una cláusula expres:l. podrán modificarse estos efectos .del endoso.
Ahora bien, en cuanto a ,las excepciones qiUe puede oponer el deudor ce-,
dido al endosatario, debemos tener presente en primer lugar las reglas que
. vimos al respecto al tratar de la cesión de créditos. Vimos entonces que en
los créditos nominativos el deudor puede oponer al césionario todas las .excep-
ciones que pudiera haber podido 9poner contra el cedente, a más de las que
tenga contra él, o sea puede oponer a este tanto las excepciones que constan
del título mismo (nulidad del contrato, falsiJicación) como las extrañas al tí-
tulo y que existían contra el cedente, siempre que esto se haga al mome,nto
d~ la notificación o dentro de los 3 días siguientes a ella. ,
En lo.s créditos a la orden no ,sucede lo mismo; el deudor del crédito ce-
dido no puede oponer al'endosatario fuera de las excepciones que tenga con-
tra éste, otras que ,las que nacen del crédito mismo, pero .no las extrañas al título;
y que pudiera tener el deudor cÜ'n,tra el cedente o los dueños. anteriores·. Es éste
un principio de legislación universal que no está con.sagrado en forma expre-
sa en .nuestro Código, pero que siempre ha sido reconocido por nuestros tri-
bun~e~ -
Es una consecuencia inmediata de los documentos a la orden. En los cré-
ditos nominativos el cesionario tiene tiempo de ir .d<;mde el deudor del crédi-
to para averiguar si tiene excepciones contra el cedente, puesto que tiene que
ir donde él para requerir su acepitación o para los efectos de notificarle la ce-
, sión. En cambio, tratándose de documentos a la orden, como las letras de cam-
bio, el cesionario está casi en la imposibilidad de hacer esas averiguaciones y;
aun más, ello significaría hacerles perder gran parte de su eficacia como ins-
trumentos de circulación. .
Por el sólo hecho de naber emitido el libra,dor .la letra con la cláusula a
la orden y por el sólo hecho de aceptar el librado un doéumento emitido ,en esta
forma, queda obligado .no a favor de una persona determinada; sino a favor
de una persona a' quien seguramente no conoée y a la cual le bastará acredi-
,tar su derecho por medio del encadenamien,to sucesivo. de los endosos que apa-
recen al dorso del documento. .
Por eso se dice que el endoso purga las excepciones y que el obligado al
pago de la letra no está obligado para con el tomador primitivo, sino para
con el último dueño de la letra. como .sí éste hubiera, sido el dueño
. de ella des-
- 226-
de el primer momento y los deu·d-ores no pueden prevalerse del hecho de que
la letra sea presen'tada por dueños posteriores.
Vemos otra vez aplicando aquí el principio de que la letra' debe bastarse
a sí misma y debe valer por lo que en ella se contiene, de mo,do que por su
sólo examen se pueda determinar su validez y los derechos y obligacion,es de
las personas que en ella intervienen.
En resumen, el librado puede oponer al endosatario todas las excepcio-
nes que tenga contra él y las excepciones que emanen del título mismo, pero
en ningún caso las excepciones extrañas al título mismo y que pudiera haber
tenido contra el endosan te.
Las cláusulas accesorias o facultativas, las autoriza el Art. 665, que dice:
Art. 665: ¡, El endosante y endosatario pueden celebrar convenios que
modifiquen los efectos jurídicos dei. endoso.
Aunq!1e tales convenios se hallen consignados en el endoso, sólo serán
obligatorios para las partes y los que adquieran posteriormente la propiedad
de la letra".
Así por ejemplo, podría incluírse en el endoso la cláusula "sin garantía",
y, en general, todas las cláusulas facultativas que puedan insertarse en el cuer-
po de la letra de cambio.
La mención "SÍn garantía" es muy usada por las instituciones banca-rias
en las operaciones de descuento. Si el dueño de una letra de cambio la lleva
en descuento a un Banco tiene que transferírsela a éste en dominio por medio
del endoso, quedando responsable de su pago a la fecha de su vencimiento,
de mar.lera, que si a la época del vencimiento el librado no paga la letra, el
Banco se dirige contra el endosan te que hizo el descuento de la letra exigién-
dole el pago, para lo cual le devuelve la letra.
Pues bien, antes sólo se le ponía a la letra un timbre que decía "devuelto",
debido a que los Bancos se resistían a rE'endosar la letra en vista de la res-
ponsabilidad que podía quedar pesando sobre ellos, lo cual era insuficiente y
fácilmente subsanable por medio de la cláusula "sin garantía", que es la que
actL!almente se está usando en estas operaciones.
Cláusula "sin cuenta de retorno". Por ella el endosante excluye el derecho
• del endosatario para enviar una resaca.
~ndosq en blanco
Es aquel que lleva sólo la firma del endosante sin ninguna otra m'ención.
Podría habérsele llamado e,naoso irregular, en contraposicióhéon el regular,
pero habríamos caído en una impropiedad de conceptos, pues el endoso irre-
gular es aquel al que le faltan las menciones que exige la ley para que sea
regular. El endoso eh blanco es traslaticio de dominio.
Art. 661: ".El endoso en blanco, con fecha o sin ella, importa la confesión
de haber recibido el valor de la letra, transfiere la propiedad al portador legí-
timo y autoriza a éste para llenarlo, sólo en la forma que prescribe el Art. 658.,
, Las cláusulas adicionales que tiendan a agravar en cualquier sentido los
el'ectós del endoso regular, se tendrán por no puestas". .
Este· artículo es:tá modificado· por el DjL 777, que en realidad reproduce
la misma disposición, con la sola diferencia que éste suprimió la frase "im-
porta la confesión de haber recibido el valor. de la letra", frase que no era
necesaria, porque. en el endoso regular se suprimió la indicación del precio del
endoso, cuestión que sólo mira a las· relaciones que hay en,tre el endosante y
endosatarios, en forma ñndependiente de los efectos del endoso.
El endoso en blanco, pues, consiste en una simple firma del endosante, sin
mayor adi~ión y produce los efec'tos de una cesión: tránsfiere el dominio y
queda el endosante· responsable de la aceptación y pago.
Antiguamente, el endoso en blanco no era aceptado por la ley. Las Orde-
nanzas de Bilbao contenían una .disposición expresa que lo prohibían. Pero
eomo ofrece ventajas, y a pesar de esa prohibición, el comercio persistió en
el uso del endoso, la. ·ley hubo de aceptarlo. E-n el Mens.aje de nuestro
Código se hace mención a esa práctica, siendo esta la causa porque se le aceptó.
El endoso en blanco se usa mucho, a pesar de los riesgos que significa
para el endosatario; pues'ta la firma, la letra pasa a ser .un documento al por-
tador y como tal documento, el que debe pagar, paga sin entrar a averiguar
como llegó a manos del actual tenedor; la tr:an~ferencia del dominio s,e opera
- 228
por la mera entrega manual. (Con estos antecedentes es fácil apreciar los in,·
convenientes de esta clase de endos.o en caso de pérdida de la letra).
El endoso en b.1anco importa una facultad que se da al endosatarIO: la de
transformarlo en regular, colocando las menciones que indica la ley, pero sin
que pueda agravarse la ,condidón del endosante.
El que es dueño de una letra a virtud de un endoso en blanco, puede
iránsferirla de tres distintas maneras:
l.Q Supongamos que se entrega a Alberto Morales l.!na letra con ~ndoso
en blanco. Alberto Morales no figurá en ella, pero es dueño. Puede trasferír-
mela entregándome el documento, lo que me basta para cobrarla.
En este caso no queda rastro alguno en el endoso de Alberto Mora~es.
Por lo tanto, Alberto Morales. no ha contraído responsabilidad de pago.
2.Q Puede Alberto Morales regularizar el endoso, colocado sobre la firma
del cndosante las menciones que exige la ley. Habría pues, un endoso regular,
y para transferírmela, habría necesidad de hacer otro endoso regular o bien
uno en blanco; pero en uno y otro -caso, Alberto Morales pone su firma, con
lo que queda res,ponsable.
J.O Puede Alberto Morales colocar sobre la firma de su endosan te, no su
nombre sino el mío, con lO que me la transfiere directamente. Como en este
caso Alberto Morales tampoco coloca su firma, no contrae responsabilidad.
En cuanto a los efecíos de este endOSLJ, tales como garantías, etc. se ap!i-
Can los mismos principios del endoso regular.
Según el Art. 659, que ya copiamos, en la redacción dada por el DjL 777,
tenemos: "La cláusula "vruor en cobro". u otra equivalente, agregada al en-
rIoso, lo transforma en una simple comisión de cobranza".
De modo qut¡ si se' dijera: "Paguese a Alberto Morales, "valor en cobro",
ya no se trata de un endoso traslaticio de dominio, sino de una comisión d~
cobranza, y habría que aplicar las reglas del mandato. Alberto Morales sól0
será un comisionista y estará obligado a entregar al endosante el valor de la
letra que sea cobrada, y el endosante tendrá acción para que le entregue ese
valor.
Por lo mismo que el endosante conserva el dominio de la letra, hahrá
que considerarlo propietario frente a terceros. Los acreedores del endosante po-
drán embargarle la letra Y,. en caso de quiebra, ésta formará parte de los bie-
nes de la quiebra de éste; el endosatario no podrá. pretender dominio. (A pro-
pósito del endoso traslatici9 de dominio, vimos que el deudór no puede oponer
excepciones extrañas al título mismo contra los endosatarios; pei;o acá, como
el endo.satario cobra a nombre de su endosante, es claro que su deudor puede
oponer contra el endosatario las excepciones que tien.e contra el endosante). A
esto se refería expresamente 'el Art. 660 inc. 2 del Código, disposición por lo
demás innecesaria. Y qué fué reemplazada por el b jL 777. Damos sin embargo, la
disposición que existía en el Código:
"En este caso los terceros podrán objetar al endosatario todas las excf'p-
ciones que les competan contra el endosan te" .
(Se refiere al endoso en comisión de cobranza).
Con el endoso en comisión de cobranza nos encontramos con un nuevo
contrato 01 la letra: un contrato de mandato entre endosante Y endosatario
para el cobro de la letra.
Hay que emplear en este endoso la cláusula "valor en cobro" ti otra se-
mejante que denote claramente que el endoso importa comisión de cobranza.
La fórmula más usada'es la que anotamos.
- 229
, El sistema establecido por el Dff... 777 está de acuerdo con 'los princlplOs
-enunciados en la .conferencia de La Haya de 1912. Es ,sumamente sencillo y
modifiCa el que, mantenía el Código. Veamos; las razones de reforma: eJ Art.
'658 del C. de C., exigía la indicación del precio del endoso, mediante la men-
ción de si el valor se recibía en dinero efectivo, mercaderías o en cuenta, pero
sin' indicar su monto. La ley partía de la idea de que cuando había en'doso
traslaticio de dominio, había precio. De aquÍ negaba' el Código a ,la, conse:
cuencia de que si se omitía la indicación del precio, era porque no había en~
·d080 traslaticio de dominio y que ,esa omisión de la cláusula debía interpretar-:
'Se como que ese endoso sólo importaba una eomisión de cobranza. Era lo que
decia el Art. 6()O. Esta presunción de la ley, derivada del silencio de la:s' par-,
tes, podía no estar de acuerdo con la realidad' de las cosas, pues, muchas ve":
-ces, las partes por ignorancia, olvido o negligencia, aunque hubiera intención'
,de transferir el domi.nio, no ponían la cláusula "valor recibido". Entonces no se
,transfería el dominio y había una comisión de cobranza, lo que era un absur-
,do. Hoy día no hay para que entrar en complicaciones; si nada se dice, hay
'endoso traslaticio de dominiO, y si, por el contrario, se agrega la cláusula "va-
lor en cobro", hay comisión de cobranza.
Dos puntos interesan particularmen,te en el endoso en comisión de co-
branza:
l.Q Se trata de saber si eloendosa,tario puede cobrar judicialmente la le-
lrq. No hay a·este respecto, ninguna diSposición del Código que habilite al en-
,dosatario en comisión' de cObranza para hacer el cobro judicialmente. Enton-
·ces hay que recurrir al Art. 7 del C. de ,P. e, que trata del mandato judicial.
Vemos, según este artículo, que el mandato en, comisión de cobranza no tiene
'las sol'emnidades que en él se indican, por .lo que debemos concluir que el en-
·dosatario en comisión de cobranza no tiene la facultad d.e cobrar por la vía
judiciaL Por otra pa,rte, no hay que ólvidar que el endosatario,· aunque pro-
'visto !=le un mandato judicial, depe cobrar a nombre del endosante" y no -a su
-nombre.
2.Q Se trata de saber si el endosatario está facultado. para ceder la letra
a un tercero. En principio, no puede hacerlo, pues está facultado sólo para el
cobro. (El endoso traslaticio de dominio significa disposición y para esto se
:requiere autorización expresa).
c) Ell!doS() de garaltltia.
El endoso en garantía está' consagrado en el Art 660, cuya redacción ac-
-tual copiamos:
"La cíáusula valor en garantía, u o.tra equivalente, agregada al endoso,
faculta al endosatario para cobrar la letra y aplicar sin más .trámites su valor
.~,l pago de su crédito".
No existía este endoso en nuestra legislación. Fué introducido para fa-
·cilitar la constitución en prenda de estos títulos a la orden: lo que antes. no
'podía hacerse. Se hizo a virtud de los acuerdos de la Conferencia de La Haya.
Nue'stras leyes permiten constituir 'prenda sobre un título pero exigen no-
tificación al deudor. Aquí no hay esa exigencia, .no se ha seguido el principio
de la cesión. La letra se constituye en prenda por el endoso especial, .síin ne-
cesidad de notificar al <;leudor.
También en este caso .el sistema de la ,leyes sencillo, porque bastará sólo
con expresar el carácter del ,endoso; se le agrega la cláusula "valor en ga-
rantía". Tampoco la leyes' formalista en este caso y así puede, entonées que
se agregue otra cláusula que indique, el objeto del endoso. '
. Aquí no hay transferencia de do¡ninio, 10 conserva el endosante; pero hay
:un derecho del endosatario: cobrar la ,letra y aplicar sin más trámites su valor
- 230-
al pago de su crédito. (Como se vé en esto no hay modificaciones al principio
de' la prenda).
Tenemos entonces, un nuevo contrato, tuera de los enunciados anterior-
mente: una constitución de prenda.
Efectos de la aceptación.
El portador tiene dos deberes que cumplir cuando la letra no ha sido pa-
gada: l.Q Protestarla por falta de pago j y 2.Q Dar aviso a su cedente con re-
misión del protesto.
Art. 698: inc. 2 "No obteniendo el pago, protestará la letra en el tiempo
y forma que prescribe la ley, y dará aviso a su cedente, con remisión del pro-
testo, por el primer correo, o a más tardar por el segundo, para que éste a su
vez lo haga saber a su endosante, y as! sucesivamente hasta el librador".
Art. 699: "Protestada la letra por falta de aceptación o pago, el porta-
dor deberá requerir la aceptación o pago de los recomendatarios del libra<;ior,
y {'n su defecto de los indicados por los endosantes, según el orden de los
endosos. '
Omitido el requerimiento, el portador quedará responsable de todos los
gastos de protesto y recambio e inhabilitado, hasta que 10 haya v.erificado, pa-
ra repetirlos del que hubiere hecho la indicación".
Aparece aquí el "recomendatario" que, según el Art. 623 "es aquel a q1liell
el librador o endosante ruega que acepte y pague la letra, a falta. del librado",
Su nombre indica el papel que desempeña. En buenas cuentas. es una E'.~pe
cíe de librado subsidiario, con esta diferencia: el librado propiamente tal,
sólo puede ser nombrado por el librador, mientras que el recomendatario.pue-
de serlo por el librador o por los endosan tes. (E-sta designación del nombr\~ del
recomendatario puede agregarse a la letra en el endoso).
Si el pártado~ no cumple con los deberes señalados en el Art. 698, o sea,
. la de presentar la letra al pago y de hacerla protestar, su incumplimiento se
sanciona en el Art. 700, y la falta de aviso en el Art. 701. .
Art. 700: "Las letras no cobradas el día de su vencimiento ni protesta-
das en la oportunidad legal, se tendrán por perjudicadas j y en tal evento ca-
durarán los d(;!rechos del portador contra el librador y endosantes, salvo los
c;iguientes caso~: .
En cuanto al librador. si hubiere quebrado el librado o aceptante antes
del vencimiento.
Respecto del endosante que se mantenga en su sano crédito, cuando el
librador, aceptante y demás endosantes hubieren quebrado antes de vencerse
la letra.
Por lo que hace al librador y endosante, si alguno de ellos se hallare en
d caso previsto en el Art. 702".
-,239 -
Art. 701: "Omitido el aviso del protesto ordenado en el Art. 698, el por-
iador r.esponderá de los daños y perjuicios que irrogue la omisión; pero no
quedará privado de su derecho contra los responsables a las resultas de la
letra". '
Las disposicion,es que se refieren a esta materia son los Arts. 700, 701 Y
702, can los cuales hay que concordar los Arts. 651, 663 Y 695.
El principio "general es que la falta' de, cumplimiento de los deberes seña-
lados, acarrea el perjuicio de la letra, Esas omisiones son dos:
J.9 Falta de presentación oportuna al pago.
2.Q Falta de protesto o irregularidad del mismo en caso. de que se haga.
Si el protesto no se hace al día siguiente del vencimiento o se hace, pero
sin cumplir las formalidades de la ley, la letra queda perjudicada.
Art. 712: "Las letras deben ser pagadas en la moneda que eHas designen.
Si la moneda designada estuviere excluída de la circulación, se reducirá
a moneda corriente al cambio que tenga el día del vencimiento en el lugar tlel
pago". .
Este artículo es una aplicación de dos reglas generales ya conocidas: "la (I~
que el contrato es una ley para las partes" (Art. 1545 del C. C.) y la que dice
que "el acreedor no podrá s~r obligado a recibir otra cosa que lo que se le
deba, ni aUn a pretexto de ser de igualo mayor valor la ofrecida" (Art. 1569,
ine. 2 de! C. C.). En la letra de carribio tiene más importancia que en cualquie-
ra otra obligación que el pago se haga en la moneda designada.
Esta cuestión tiene interés cuando la moneda designada en la letra no es
la corriente. Hoy día está modificado el principio del Art. 712. Desde luego,
cualldo la letra se paga en el extranjero, se paga en moneda extranjera. Aquí
,no hay duda, 'r se paga en la moneda convenida, cuestión que dejamos esta-
blecida al tratar del Art. 114 cuyo inc. 2 está modificado por la ley de 1892,
según, el cllal las obligaciones que se contraigan en moneda de oro y de plata,
nacional o extranjera, serán exigibles en la moneda c,onvenida, salvo estipula-
ción en contrario.
Pero,. ,en cuanto a las letras giradas y 'pagaderas 'en Chile, la ley de 1892
l!stá modificada por la ley 5107 de 19 de Abril de 1932, sobre Control de Cam-
hios. Esta ley mantiene el principio de la ley de 1892 con respecto a los con-
tratos celebrados con anterioridad a ella, pero 110 en cuanto a los celebrados
~on posterioridad.
Art. 14: Ley. 5107 "Las obligaciones en moneda extranjera o en gramos
oro, provenientes de contratos que se celebren con posterioridad n la prnl11uI-
gación de ia presente ley, pC!drán ser pagadas en moneda legal chilena, con
recargo de cambio, correspondiente a la fecha de los vencimientos estipulados".
Esta disposición es aplicable a las letras de cambio giradas y pagaderas
en Chile,' cuando la moneda designada en ella es extranjera. Pero si la Comi-
sión da moneda extranjera, puede pagarse en esa moneda.
En cuanto a las letras giradas en el exterior para pagarse en el país, vimos
que según el Art. 114 del C. de C. no era exigible que se pagara en moneda ex-
tranjera, y de acuerdo con el Art. 113 del mismo Código, ese contrato cumpli-
dero en CI1i1e, se paga en moneda chilena. La duda consiste en saber si cse
principio ~e aplica en la letra de cambio, ya C\..ue pudiera creerse que el Art.
712 hace excepción a ese principio. La cuestión es discutible. En la práctica se
estima que la letra girada en el extranjero en moneda extranjera, deb.e paganw
{!n esa moneda. '
El Art. 713 se refiere a la época del pago, y al monto de él:
"En ningún caso puede ser obligado el portador de una letra a recibir su
importe antes del vencimiento ni a recibirlo parcialmente; pero si admitiere Up
pago parcial, deberá cúmplir la obligación que le hupone el Art. 671".
continuar
ir atrás
- 245-
Desde luego, el portador no puede cobrar antes del vencimien'to, porque
'f;S reglC1 general que el plazo está estipulado en favor del deudor, pero el acree-
dor ,en materia comercial, según el Art. 117 del .c. de e, no está obligado a
aceptar el pago antes del vencimiento de la obligaciÓn, mientras. que según el
'Art. 1497 del C C., el deudor puede renunciar al plazo. De modo pue5, que
para la letra de cambio no hay regla especial y el Art. 713 .no hace otra co-,a
qúe consagrar el principio general que él legislador, dió para las obl!gacion~s
mercantiles. .
. Evidentementi, que de común ac-uerdo entre librado Y ,portador puede pa-
· garse la letra antes de su vencimiento; pero ese pago puede acarrear algunos
,iei!gos al librado, ' , .
La ley establece algunos casos en qUe, por excepción, puede pagarse la
letra antes de su vencimiento. Ya vimos un easo al tratar del Art. 687, segúl1!
el cual en caso de. protesto por falta de 'aceptaci6n, ,el portador tiene derecho
para que se le pagueantidpadamente el valor de la letra con los gastos de
protesto y recambio, bajo descuento del interés legal por el término que 'falte
para el vencimiento.
Además, hay otro dsú en el Art. 725, que dice:
"La letra de cambio puede ser protesÚHia arrtes de su vencimiento, toda ~
vez que el aceptante se constituya en quiebra antes de esa época".
'. Se refiere al caso de quiebra del aceptante. Entonces,' cualquiera que sea
el tiempo que falte para el venciiniento, se protesta y el portador se dirigE'
contra cualquiera de 'los demás r.esponsables. ,
. Hay un tercer caso en el Art. 1369, articulo que figura en la actual ley
"de Quiebras sin ,
modificación: . I
. ,
"No obstante lo dispuesto en el inc. 1 UI(!! Art. 1367, quebrando 'el aceptan-
te de una letra de cambio, el librador de. una letra .no aceptada o el susK:riptor
de un pagaré a la orden~ los demás obligados pagarán inmediatamente, o ren-
,dirán fianza de pagar' al vencimiento".
. E.ste artículo' se refiere al caso de quiebra del librador de una letra no
· .aceptada.
También el Art. 713 da una r~gla referente al monto de pago. El portador
'no puede ser óbligado a recibir un pago parcial (aplicación' del principio del
· ArL 1591 dei re; C.). Sin embargo, en la aplicación de esta regla hay que dis-.·
· tinguir dos situaciones:
a) Si la I~tra fué aceptada parcialment·c y el portador aceptó. Entonces,
'en realidad como el aceptante no está obligado sino por lo que aceptó, esevi-
· dente que el portador debe recibir la suma aceptada; y
b) En. caso que el aceptante haya aceptado por el valor total de la le-
· tra no puede obligar a recibir menos de esa suma al portador. Claro es que
si hay acuerdo, puede rebajarse el monto del pago. ., ,
En el caso del pago 'parciál, el portador debe conservar la letra en su po-
'de'r, y según el Art. .671. debe anotar en' la letra lo que recibió y p'l'otestarla
por el resto.
1.Q Pago hecho por el librado. Una vez hecho el pago, ¿se extinguen todas
las responsabilidades? Si el librado estaba provisto de fondos todas 'las obli-
gaciones quedan liquidadas. En cambio, si el librado paga en descubierto, na-
turalmente, tiene acción de r,eembolso contra su mandante, a quien le ha heeho
un anticipo; y si la letra ha sido girada por orden y cuenta de un tercero,. la
acción se dirige contra el ordenador.
2.9 Supongamos que el librado no paga. Entonces, el port0dor se dirige
contra cualquier endosante, por ejemplo contra el tercero. Paga éste. Este en-
ctosante que paga, podrá dirigirse contra los endosantes que le precedan, y no
contra los que le siguen; el tercer endosante se dirige contra el segundo, éste
- 251 -
contra el 'primero, y el primero contra el librador. Paga el librador, ¿queda
todo extinguido? Hay que hacer una distinción: puede que el librador tenga
aCCIOnes contra el librado, porque se 'ha hecho provisión de fondos; entonces,
el libractor tiene acción de reembolso; si no hay provisión no hay reembolso.
Puede que la letra haya sido girada por orden y cuenta, siempre responde el
librador por cuenrta. Paga éste. Entonces," este librador por cuenta tiene acción
contra el ordenador y, además, según el Art. 653 inc. e3, tiene .acción contra ei
librado o aceptante: " . I
. El Art. 741 se refiere a las relaciones del interviniente o aceptante c~n aquel
por quien interviene. . .
Art. 741: "La intervención no supone, ni aún respecto del tenedor de la
letra. la provisión de fondos, ni confiere al interviniente derecho a reclamarla".
El interviniente no puede exigir fondos, porque todavía no ha pagado, y
puede ser que el librado pague la letra a último momento. Si al vencimiento,
el librado no paga, el inierviniente tiene acción contra aquel por quien inter-
viene y contra los demás responsables. '
Art. 742:- inc. 1: "El aceptante por intervencién queda responsable de la
letra y debe dar aviso por el s·egundo correo, a más tardar, él la persona por
quiE'n interviene, so pena de daños y perjuicios".
Relaciones entre el aceptante por inhwvención y el portador. Desde que el
aceptante por intervención consintió en obligarse a favor del portador, qUE'da
obligado, y entonces el portador 'tiene acción directa contra ese aceptante, pero
con una diferencia con el aceptante corriente:
Art. 742: inc. 2: "Pero la responsabilidad del interviniente cesa pnr las
mismas causas que las garantías de los endosantes".
La responsabilidad del aceptante corrie~, te no caduca por la falta de pro-
testo cuando no paga, la letra no se perjudica con respecto a él; mientras tan':'
to, al decir la ley "que la responsabilidad del interviniente cesa por las mis-
mas causas que las garantías de los endosantes", está indicando en forma evi-
dente que si, al vencimiento, la letra no se protesta, se perjudica respecto del
aceptante por intervención.
, Relaciones del portador y los demás obligados. Art. 744: "La interven-
ción en la aceptación no obsta al portador para exigir del librado o endosantc~
el afianzamiento, depósito o reembolso conforme al Art. 687".
Hay que recordar que, en caso de falta de aceptación y de protesto por
falta de aceptación, tiene el portador las acciones del Art. 687 (afianzamiento,
depósito y reembolso anticipado). Pues bien, protestada la letra por falta de
aceptación y habiendo aceptado. un tercero por intervención, ¿queda el porta-
dor privado ·de esas acciones?: Parece que debiere ser así, por cuanto ya se
le ha satisfecho: pero esto no ocurre, comO se despre:cde de la lectura del Art.
744.
Esto tiene su razón de ser, porque ál portador se le había ofrecido la res-
ponsabilidad del librado y endosantes y ahora resulta que ~e le da la de otra
-.257 --
persona distinta, y según las reglas generales del D.Q Civil, a nadie puede dár-
sele nuevo deudor. contra su voluntad. .
Árt. 743: . "Por el hecho del pago el interviniente se subroga en los de-'
rechos del portador,cumpliend<? las obligaciones que a éste impone la ley, pero
la subrogación se verifica cOn las siguientes restricciones.
Pagando por cuenta del librador, sólo éste quedará r~sponsable de la
cantidad desembolsada y costos.
Si pagare por cuenta de un endosante, podrá sin perjuicio .de sus dere-
chos contra el librador, exigir a aquél y demás que le precedan en el orden
de los endOsos el reembolso del valor de la letra y gastos.
Los endosantes posteriores quedan 'exonerados 'eneste caso de toda res-
ponsabilidad". .
Si interviene porer librador, el .interviniente queda subrogado en las ac-
ciones del portador contra el librador, y nada más. El que quiera tener acción
contra el librador y todos los' endosantes, tiene que intervenir por el último
de estos.
Según el Art. 1610, N.Q 5 del C. ,C., si hubiera habido mandato del deudor
se habría operado la subrogación legal conforme a esa disposición.
Art. 1610: "Se efectúa la subrogación por el ministerio de la 'ley y aún
contra la voluntad del acreedor, en todos los casos señalados por las leyes, y
especialmente a beneficio: . .
5.9 Del que paga una deuda ajena; consintiéndolo expresa o tácitamente
el deudor".
Además, según el Art. 1573, "el que paga sin el conocimiento del deudor
no tendrá acción sino para que éste le reembotse 10 pagado; y no se enten1e-
rA subrogado por la ley en el lugar y derechos. del acreedor, ni podrá compe-
lar a.¡ acreedor a que lo subrogue" .
.Pues bien, el Art. 743. como vemos, introdujo modificaciones' a esos. ar-
tklllos del .c. IC., pues ,no exigió mandato ·expreso para que se operara la su-
~)rogación, y aún sin conocimiento del deudor, se opera, por el sólo ministe-
rio de la ley.
Si estos son los efectos del pago por intervención ¿cuáles son' sus venta-
jas? Hay ventajas prácticas: evita el descrédito y, además ,es de esperar que
por el hecho de que el tercero intervenga, sea un acreedor más benévolo.
El Art. 747 se refiere al caso de intervención del librado. Como intervi;-
.:ücnte se asegura acción contrq 19S end<;lsan1es y el librador.
Art. 747: "Si el librado que rehusó su aceptación se presentare a cu-
brir la letra a su vencimiento, le será admitido el pago con preferencia al que
intervino en la aceptación y a cualquier otro que quisiere pagar la letra.
El librado en este caSQ deberá reembolsar ,los gastos ocasionados por no
haber aceptado en tiempo".
El Art. 748 dice:
"La intervención en la aceptación o pago y,el nombre de la persona por
ql1ien se interviene,. se harán constar a, continuación del protesto bajo la firma
del interviniente, notario y testigos".
El D /L 777 suprimió las palabras "y testigos".,
- 258-
Procedimientos de que puede valerse el portador para cobrar una letra.
Los caminos que tiene el portador SOIl dos:
1.9 Entablar acciones judiciales ante los tribunales ordinarios de justicia,
siguiendo un procedimiento ordinario o ejecutivo, según el caso, y
2.Q Girar una resaca o letra de recambio.
El portador tiene derecho para exigir del librador o endosan tes estas tres
cosas:-
1.Q El valor de la letra de cambio;
2.Q Los gastos del protesto; y
3.Q Intereses corrientes a partir del día del protesto (Art. 737).
Sólo estas tres cosas puede exigir el portador; no puede exigir indemni-
zación de perjuicios; se trata de una obligación de dinero, y los perjuicios se
resuelven en intereses, intereses que en este caso son 'los corrientes, y no los
legales. Se comprende, que si, a más de los intereses, se facultara al portador
para cobrar perjuicios, el librador y endosan tes estarían expuestos a una si-
tuación de incertidumbre, puesto que no sabrían hasta donde quedarían respon-
sables; mientras que así saben hasta donde alcanza su responsabilidad.
I.Q El portador puede dirigirse judicialmente oontra el aceptante, en- pri-
mer lugar, y contra el librador y endosantes, haciendo valer su acción ordi-
naria o ejecutiva.
Según el Art 456. -del C. de ,P. c., para iniciar juicio ejecutivo
es menester hacer valer algún título ejecutivo de los indicados en ese Código.
El N.Q 4 de ese artículo reconoce mérito ejecutivo a los documentos privados,
reconocidos judicialmente o mandados tener por reconocidos. Esta regla gene-
ral se aplicaría a la letra de cambio; pero por D jL 778 de 19 de I?iciembre de
1925, se introdujo una modificación a este N.Q 4 del Art. 456 del C. de P. C.,
para facilitar el procedimiento ejecutivo, quedando esta disposición como sigue:
Art. 456:' "E-l juicio ejecutivo tiene lugar en las obligaciones de dar cuan-
do para reclamar su cumplimiento se hace valer algunos de los siguientes tí-
tulos: ' .
4.Q Instrumento privado, reconocido judicialmente o mandado tener por
reconocido. Sin embargo no será necesario este reconocimiento respecto del
.aceptante de una letra de cambio o suscriptor de un pagaré a la orden que
no hubieren puesto fecha de falsedad a su firma al tiempo de protestarse e!'
documento por falta de pago, siempre qu~ el proltesto haya sido personal, ni
respecto de cualquiera de :los obligados al pago de una letra de cambio, pa-
garé a la orden o cheque, cuando puesto el protesto en su conocimiento por no-
tificación judicial, no alegare tampoco en ese mismo acto o dentro de tercero
día tacha de falsedad".
Tendrá también mérito ejecutivo, sin ,necesidad de reconocimiento previo,
la letra de cambio, pagaré a la orden o cheque, respecto del obligado, cuy:;!.
firma aparezca autorizada por un notario"'. '
El D/L ha dicho "siempre que el protesto sea personal". Sabemos que el
protesto puede hacerse al aceptante, a su mujer, hijos, dependientes, etc. De
modo que si no es personal, para darle mérito ejecutivo a 'la letra, habrá que
llamar al aceptante, librador o endosante a la presencia del juez para comu-
nicarle judicialmente el protesto y si dentro de tres días, no se presenta ale-
gando tach8 de falsedad el documento adquiere mérito ejecutivo.
El inc. final del N5' 4 dice "tendrá también ... " Como regla, general, el
hecho de que una firma aparezca autorizada por un notario, no le da al docu-
me!1to, legalment~, mayor valor; el notario no es más que un testigo en ese
caso. Para que pueda tener valor especial la certificación de un notario, es
menester que la ley le dé ese valor expresamente. Este es uno de esos caS05:
aquí 'la firma del notario le da a la letra, el. carácter de documento auténtico.
259 -
Si el portador obtiene el pago del aceptante, éste puede dirigirse contra
los demás responsables, empleando acción ordinaria o ejecutiva,. según el caso;
si un endosante paga, se dirige contra cualquiera de los que le precedan, y así
hasta llegar al librador.
2.~ Del recambio y resaca. Art. 749: "El portador de una letra de cambio
protestada por falta de pago puede usar del derecho que le confiE're el Art. 703
para reembolsarse de su importe y gastos de protesto, o girar una nueva letra
a cargo del librador o de' cualquiera de los endosa!ntes, a su elección.
Esta nljeva letra se llama resaca o letra de recambio, y está sujeta a las
mismas reglas que 'las letras ordinarias, respecto a su presentación, pago y
nrotesto". .
. Es entonces, una tlup-va letra, en sentido contrario, en la cual es librador
d portador, y. librado, el librador o alguno de los endosan tes .de la letra pro-
testada. .
¿Por qué puede tener utilidad esta resaca? Porque es útil y rápida; un
portador puede girar a su nombre una resaca, documento que puede ser des-o
contado, con lo cual obtiene dinero. (Eso sí que el librado de la resaca queda
responsable para el caso de que no sea pagada).
En estm~ letras de recambio o resaca se encuentra hecha de antemano la
provisión de fondos, porque se gira contra un deudor del portador; el libra-
d.or y endosantes son deudores del valor de la letra.
E'l nombre de esta letra se comprende por sí 'solo, porque equivale a
¡m nuevo' contrato de cambio; y se 'I1ama reca,mbio el precio del nuevo cam-
bio que tellg~ que pagar el portador.
La resaca puede librarse sólo una vez protestada la letra primitiva, por-
qu,= no puede girars'e la letra de recambio sino después de vencida, no pagada
y protestada la letra primitiva.
El librado también puede girar una resaca; por ejemplo, el librado paga.
Entonces, para reemb01sarse de 10 que pagó, gira una resaca cOntra un endo-
sante, el cual, a su vez, también puede girar otra y así sucesivamente hasta
llegar al librádor.
Art. 750: "Puede también, girar una ¡'esaca cualquiera de los endosan-
tes que hubiera pagado la letra protestada o la resaCa girada. a su cargo".
La resaca no puede girarse sobre cualquiera plaza 10 dice el:
Art. 751: "iLas resaca:s no podrán ser dirigidas sino sobre las plazas don-
de la 'letra de cambio fué girada o negociada".
La resaca puede no ser pagada. Esta circunstancia no hace perder los
derechos que el portador tiene contra los responsables. '
ArL 752: "El librador de la resaca no cubierta, conserva íntegros sus
derechos contra todas las personas obligadas al pago de la letra protestada".
Hay en el Art. 752 una explicación de l,os principios generales en virtud
de los cuales, el giro de una resaca no produce novación (Art. 123 y 124 del
C. de C.).
En el ArL 753 y siguientes la, ley determina'las forma'Iidades del giro de
la resaca.
Art. 753: "El que gire una resaca deberá acompañar'a ésta la letra pro-
testada, testimonio del protesto y la cuenta de retorno o resaca".
Art. 760: "El portador de una resaca protestada por falta de pago' tiene
derecho al interés corriente desde la fecha del protesto".
Consa!gra este artículo una regla análoga a 1a del Art. 737, y al mismo
tiempo una excepción a las reglas generales del C. C., en cuyo Art. 1559 N.~ 3,
se dice que "Jos intereses atrasados .no producen intereses". En efecto, aquí
hay un caso en que los intereses atrasados producen intereses, y ve¡:¡.mospor
qué: hemos dicho que la resaca comprende los intereses de la primitiva letra,
- 260
devengados desde el día del protesto, y como ahora se protesta la resaca y
se pagan intereses corrientes a partir de su protesto, resulta que se cobran
intereses de intereses.
TITULO XI
TITULO XII
TITULO. IX
Cuenta clausurada.
Precisando las causales por las cuales termina la cuenta corriente mer-
cantil, debemos tener presente dos ideas: 1.9 La cuenta corriente es un con-
trato de confianza recíproca; si 'Se altera esa confianza, se termina la c~!e'1-
ta de pleno derecho, y 2.9 Las partes se remiten los valores en propiedad, y
como éste es un contrato de tracto sucesivo, se necesita crupacid.ad de libre
disposición tanto al comienzo como durante toda la existencia de la c'lcnta
corriente. I
Plazo de prescripción.
, Esta' materia fué legislada por primera vez entre nosotros por la Ley N.Q
3845 de 8 de Febrero de 1922; y hasta e!}to':t1>ces, por no existir legislación: apli-
cable, aunque la cuenta corriente bancaria era de uso frecuente en la prác-
tica, tuvo' ella que regirse por la costumbre y por los principios generales del
derecho, lo cual acarreaba inconvenientes, e incertidumbres graves e impedía
que la cuenta corriente bancaria prestara todos 10s1 servicios que estaba lla-.
mad a a prestar en el comercio ( 1 ) . , .
La primitiva ley de 1922 a que nos hemos referido ha sido objeto de al-
gunas reformas en tres ocasiones. La primera de· e.s'tas reformas se, hizo por
(1) Ee esta una materia que aun se halla poco legislada, pues casi todas las leyes
dict,adas en Europa se refieren exclusivamente a los cheques, 10 cual real:i>aaun más el valor
de la ley chilena que la trata con detenimiento.
~ 280 -.
I
Ley N.Q 3877 de 9 de Agosto de 1922; la segunda, por Ley N.Q 3909 de 8 de
Er:ero de 1923; y la última, por D/L N.Q 611 de 16 de Octubre de 1925. (Todas
estas ·leyes fueron refundidas en un sólo texto por el Decreto Supremo N.? 394
de 23 de Marzo de 1926 que es el texto definitivo a 'que nos referiremos).
Hoy ha quedado perfectamente caracterizada la cuenta corriente banca-
ria y se ha determinado también cuales son las. disposiciones de la cuenta co-
rriente mercantil que le son aplicables.
El Art. 1 de la ley .comienza definiendo este contrato en términos muy
sencillos, pues dice: "La cuenta corriente bancaria es un contrato a virtud de'
cual un Banco se obliga a cumplir las órdenes de pago de otra persona, hasta
concurrencia de las cantidades de dinero que hubi~re depositado en ella o del
crédito que se haya estipulado".
Basta leer esta definición para caracterizar bien la cuenta corriente ban-
caria, para distinguir las dos clases que existen Y.. para anotar sus diferencias
con la cuenta corriente mercantil.
Como su nombre lo indica, la cuenta corriente bancaria se .::elebra siem-
pre con un Banco; pero hay una contFadicción manifiesta en la Ley, porque,
después dE' haber definido este contrato, más adelante en el Art. 10, al defi-
nir el cheque, dice que es una "orden escrita para que una persona pague a su
presentación una suma etc.... " Esto puede dar a entender que el cheque pue-
de girarse contra cualquier persona, lo que es un error, porque ~l chequ~ su-
pone la existencia de una cuenta corriente bancaria y esta no puede celebrar-
se sino con un Banco; sin embargo, tal contradicción no tiene mayor graveda·j
práctica, porque en el hecho resulta que sólo los Bancos SOn capaces de lle-
var a cabo estas operaciones. .
Agrega la definición que en virtud de. ella, el Banco se obliga a cu.mplir
las órdenes de pago de oma perSO!tla; en 10 cual se ve de manifit.'s~o fma se-
mejanza entre la cuenta corriente y el mandato, porque con ocasión de la
cuenta corriente hay un mandato para el pago· y es por esto que en la prácti-
ca se designa generalmente al cliente del Banco bajo el nombre de "cOil11itenie".
Agrega también la definición que "el Banco se obliga hasta la concurren-
cia de las cantidades de dinero que hubiere depositado en ella o del crél;lito
. que se haya estipu.Iado", en lo cual vemos que este contrato se parece en algo
al depósito irregular porque versa sobre dinero o cosas fungibles y el Banoo
no se obliga a dar precisamente las mismas cosas entregadas sino otras de
igual calidad.
Al decir la definición que "el Banco se obliga hasta concurrencia del cre-
dito estipulado", está indicando que la cuenta corri~nte bancaria puede ser
de depósito o de crédito, o sea, se está poniendo en el caso de que el Banen
se obligue a pagar más allá de las sumas que el comitente haIYa depositado
en su poder (cuenta corriente de crédito). En este caso hay préstamos de!
Banco a su cliente y encontramos así incorporado a este contrato algunos ca-
racteres del contrato de mutuo. .'
Podemos ver también, por la definición que hemos dado, que éste es ur.
contrato que versa exclusivamente sobre dinero, y en ello se diferenda de la
cuenta corriente mercantil en la cual las partes se pueden hacer recíproca-
111(-nte remesas de dinero u otros valores (602-604). .
Además, en el contrato de cuenta corriente mercantil el recE'ptor no esta
obligado a acreditar una suma equivalente a la enviada por el remitente pan
que responda a sus órdenes; mientras que acá el Banco que recibe cierta CRtl-
tidad de su comitente está obligado a mantener a sLlorden una cantidad equi-
valente a la recibida para atender a los giros que haga el· client-= hasta C{l11-
currencia de esa cantidad. .
- 281 -
lo-,- 284 -
Prese!itan interés estos documentos desde varios puntos de vista.
Su finalidad, principal es la de servir de instrumento de pago, como ml··
dio de solucionar obligaciones, reemplazando al numerario. Se asemejan en
(>sto a 'la letra de cambio; pero ,con la diferencia de que mientras allá este
fin es una de las características secundarias :del documento, aquí es esta una
de las finalidades esenciales.
Además, de la combinación del cheque con la cuenta corriente resulta una
economía de numerario, porque por medio del cheque puede, hacerse pagos
mediante simples anotaciones en los libros de 'los Bancos.
El cheque, por lo mismo que es un instrumento de pago, no puede giran,e
s'ino a la vista; y en ello se diferencia fundamentalmente de la letra de cambio,
la cual, como sabemos, puede no ser girada a la vista. (Días vista, Días fe-
cha, etc).
El cheque sirve también como un medio de evitar los gastos y los viajes
de trasporte material deL dinero de un lugar a otro porque puede ejecutarse de
twa plaza a otra, en cuyo caso presupone y prueba la existencia de un contra-
to de cambio.
El cheque no sirve como instrumento de crédito, porque debiendo girar-
se necesariamente a la vista no puede so metérselo a la operación del descuentü.
Dennición: La ley de cuenta corriente define el cheque en su Art. 10 en
los siguientes términos: .
"El cheque es una orden escrita y girada contra una persona para qllli.
esü¡, pague a su presentación el todo o parte de los fondos que el librador ftene
disponibles en cuenta corriente con el librado.
El cheque puede ser a la orden, al portador o nominativo".
De aquí se desprende que este documen,to, lo mismo que la letra :de cam-
bio, es Un acto solemne, porque debe ser otorgado necesariamente por '!serito
y con arreglo a las formalidades que prescribe la ley, (.formularios impre-
sos, etc.).
Es una o.rden, dice la definición; por consig!.!iente en el cheque, lo mismo
que en la letra, hay un mandato que encomienda el librador o girador del che-
que al Banco librado.
Agrega la definición: que es una "orden escrita y girada contra una per-
sona". Ya hemos señalaJdo la contradicción que existe 'entre esta definición y
el Art. 1 de la ley que supone la intervención de un Banco, mientras que de
aquí se desprende que los cheques pueden girarse contra cualquiera persona.
La contradicción es man.ifiesta y no hay forma de salvarla, pero prácticamente
no tiene consecuencias pot:que los cheques sólo se giran contrá los Bancos.
Se dice más adelante: "Para que esta pague a su presentación ... " Esta
frase nos está diciendo que los cheques son siempre a la vista, deben pagarsl:
en el momento en que se presenten y no son susceptibles de aceptación previa
por parte del librado.
Agrega la ley que esta orden es para que el librad!? pague a su presen-
tación "el todo o parte de los fondos que el librador tiene disponibles en cuen-
ta corriente con el librado". Esto nos indica que en el cheque es menester que el
librador tenga de antemano provisión de fondos en poder- del librado; ,a dife-
rencia de lo que ocurre en la letra de cambio, en la cual la provisión pl1ede
hacerse en cualquier momento (aún en el momento del pago del documento).
(Art 22) ,
Además, no basta que haya provisión, es menester que esta provisión esté
disponible, o sea, que esté a la orden del librador porque si no está dispo-
nible por cualquier motivo (embargo, etc.), es lo mismo que si no eXiS-
tiera. De aquÍ se desprenden otras consecuencias y otras diferencias con la
letra de cambio: en la letra la provisión puede consistir en dinero o en credi-
tos, aquÍ no, y la provisión sólo puede consistir en dinero que tenga disponible
- 285-
en el haber de su cuenta corriente el librador o eÍ\ un crédito que le haya Cl.ln-
cedido el librado .
• Por último, es necesario que la provisión sea suficiente; de modo que el
Banco no debe pagar ni puede el librador exigir el pago del cheque si la pro-
visión es insuficiente; a menos que se le quiera conceder un sobregiro .
. . Fo.t1maextemaael ,cheque.
(1) El cheque debe expresar el nombre del librado. (Este nombre siempre
figura impreso en el formulario que entrega el Banco).
(2) Debe contener el lugar del giro del cheque. Esta mención tiene e::;pc-
cial importancia para los efectos de determinar el plazo de presentación <.le
estos documentos.
Art. 23: "El portador de un cheque deberá presentarlo al cobro dentro
del plazo de treinta días, contados desde su fecha, si el librado estuviere en
la misma plaza de su emisión, y dentro de sesenta días, si estuviere en, .jtra.
Este plazo se aumentará tres meses para los cheques girados desde el
extranjero. • .
El portador de un cheque que no reclama su pago dentro de los plaz(\$ se-
ñalados, peJ,"derá su acción contra los endosantes. En el mismo caso el porta-
dor p~rderá su acción contra el librador si .el pago se hace imposible por heche;
o culpa del librado, posteriores al vencimiento de dichos plazos".
(3) D(!be indicar la fecha del giro del cheque. El señalamiento de esta
fecha tiene importancia para los mismos efectos que señalábamos en el nú-
mero anterior, y además para los efectos de la provisión de fondos, porq L1C,
como sabemos, el cheque debe girarse con provisión de fondos constituílla
de antemano.
En consecuencia, un Banco librado debe rechazar un cheque que se le
pre~ente sin fecha, aun cuando es esta una práctica muy corriente en el co-
mercio; a diferencia de lo que ocurre en Francia donde se exige que la fe-
eha del documento haya sido puesta de puño y letra por el librador o gi.ra-
dar del cheque.
Otra prádica muy usada en el comercio, especialmente por los usure-
ros, es la postdata del cheque, o sea, el giro de éste con una fecha poste-
riQ1. Se suscitan cuestiones acerca del valor' de estos cheques, pero hay quo;
llegar necesariamente a la conclusión de que esta es una operación irregu-
lar que desnaturaliza los objetivos del cheque porque '10 hace servir a fines
a que no está destinado.
(4). El cheque debe contener también la indicación de la cantidad gi-
rada, en letras y números. (En la letra de cambio vimos que era facultativ)
el expresar la cantidad en letras y números; aqui esto es obligatorio y, e!1
casn de disconformidad entre ambas menciones, debe aplicarse la regla del
artículo 636, según la cual debe tenerse a la expresian en letras por el ver··
dadero valor) ..
- 287-
Se ha omitido en el Art. 13 una mención que debe entenderse incorporada
al cheque por si sola: la indicación del beneficiario, de la persona a ql1iea
debe haceme el pago, que puede ser el mismo librador o una tercera per-
sona.
Tampoco ha establecido este artículo que se mencione el plazo de pre-
sentación del cheque, ni el precio del cheque y el objeto en que se ha reci-
bido ,este precio (valor recibido en ,dinero, en mercaderías o valor en cuenta).
No se indica el ,plazo de presentación, porque como es sabido el cheque es
un documento pagadero a 'la vista; y no se indica el precio ni los obje'tos en
que se ha recibido, porque estas mendones equivalen a la mención de La cau-
sa del contrato, y como es sabido ellas tambiéh fueron suprimidas respecto a
la letra por el D¡el 777,
Cheque nO,minativo.
Art. 14: "El cheque en que se hayan borrado conjuntamente las palabras
"a la orden de" y "al portador", deja de ser transferible y sólo podrá pagarse
a la persona a cuyo nombre fué girado.
No obstante podrá ser endosado a un Banco en comisión de cobranza y
únicamente por la person,a a cuyo nombre fué girado".
. El primitivo Art. 14 de la ley sólo contenía el primer inciso, lo cual se
prestaba a dificultades porque al decir "deja de ser transferible, ,." inducía a
creer que no podía cederse en la forma corriente en que se ceden los créditos
nominativos ni podría ser depositado por el mismo beneficiario en una cnenta
corriente que tuviera' en un Banco distinto del Banco librado.
Para evitar estos inconvenientes la ley de 19 de Agosto de· 1922 agregó
1111 artículo que es el que hoy figura como inciso 2 del Art. 14, y desde enton-
ces la ley permite endosar el cheque nominativo en comisión de cubranza. (No
'Se trata de endoso traslaticio de dominio).,
Cheque a la orden~
a) Cheque-Mandato.
Este cheque, como todo mandato, termina por las causales de caducidad
generales a este contrato, y por las siguientes causales especiales:
1.9 El trascurso del plazo que la ley señala para su· presentacióti.- (30
días, si fuere pagadero en la misma plaza; 60, si fuere pagadero en una dis-
tin,ta; y 3 meses más sobre el último plazo si se gira para ser pagado en el
extranjero) .
2. Q La revocación del mandato.
Art. 26: "Si el librador avisare. por escrito al librado q'ue 110 efeCtúe el
pago de un cheque éste se abstendrá de hacerlo; pero, si el aviso se diere
después de estar pagado, el librado queda exento de toda respon.sabilidad.
La orden de no pagar el cheque puede ser dada por el librador solamen-
te en l.os siguientes casos: .
!.<' Cuando la firma del librador hubiere sido falsificada;
2.9 Cuando el cheque hubiere sido alterado con respecto a li). suma o a
la person·a del beneficiario, con ;posterio'ridad a la emisión; .
3.9 Cuando el cheque hubiere sido perdido, hurtado o robado.
Se observará en tales casos 10 dispuesto en el artículo 29.
3.Q La muerte del nmndarite o del mandatario.
Art. 36: "El cheque en comisión de cobranza caduca por la muerte del
tenedor o librador, siempre que el hecho se haya puesto por escrito en co-
nocimiento del librado por cualquier. persona interesada".
b) Cheq,ue-plago.
Situación del cheque protestado.- Para estos efectos hay que distlr guir
dos órdenes de relaciones. 1.9 Relacion-es entre el portador del cheque y el
Banco librado; y 2.9 Relaciones entre el portador y los demas Llbligado~.
1.9 Relaciones entre el portador del cheque y el Banco librado.- Aquí, lo
mismo que en la letra de cambio, no hay entre el portador y el Iíbrado rda-
ción alguna; y además, como el cheque no es susceptible de aceptación n.tn-
ca podrá el Banco incurrir en responsabilidades especiales respit'cto del li-
brador.
Hay que aplicar sobre el particular todo lo que dijimos al tratar dp. la
letra de cambio éon respecto a que el tenedor del cheque no tiene ningún de-
recho con respecto a la provisión' de fondos que el librador pudiera tener en
poder del Banco librado, porque como la ley de cheques no hace ninguna re-
ferencia . especial sobre esto, se aplica lisa y nánamente la disposició!1J del
Ari. 695 del tC. de C" a virtud dél Art. 1 fine. 3, según la cual "el cheque dado
en pago se sujeta a las reglas de la letra de cambio, salvo lo dispuesto en la
presente ley".
Dice ese articulo:
Art. 695: "El portador de una letra de cambio protestada por faIfa de
aceptación o de pago en ningún caso tiene derecho a la provisión' hech:l por
el librador u ordenador".
2.9 Relaciones entre el portador del cheque y ios demás obligados.- Hay
que distinguir aquí varias clases dE' acciones: a) acciones fundadas en el che-
que mismo (contra el librador y endosantes); b) acciones especiales en caso
"de que no se pague el cheque pdr falta de provisión de fondos (acciones c¡-
viles y penales), y c) acciones del portadór contra el librador y endosantes ex-
trañas al cheque y que provienen de otros contratos que se pudieran. haber
celebrado entte ellos.
a) Acciones fundadas en el cheque m1.smo.,--- Ya hemos dicí10 que 1(1 ley
le dió a estos documentos mucho más füerza deT<1' que antes tenían, pues
. según ella presuponen la existencia de una obligación del librador a favor del
port::l'dor, de modo que sin que haya que fundar las acciones en otros co-ntratos,
basta el sólo cheque para poder iniciar las acciones de cobro contra el libra-
dor y endosan tes.
Además, aplicando al cheque-pago las reglas de la letra de cambio, Ljue-
-dar¡ responsables ante el último endosatario y último tenedor, el librador y to-
dos los endosantes del cheque, a menos que no se haya presentauo el cheque
en cobro dentro de los plazos máximos que señala la ley.
Estas acciones pueden ser de dos clases: ejecutivas' ti ordi::arias.
Para los efecíos del ejercicio de la acción ejecutivat bastará ateners<:: a
los principios establecidos en el C. de P. C. (Art. 457 modificado por el D¡'L
778), Y con respecto a la cual el Art. 34 de la ley señala un plazo brew de
prescripción de un año, pues dice:
"La acción ejecutiva contra los obligados al pago de un cheque protesta-
do,. prescribe en un año, contado ,desde la fecha del protesto establecido en
el Art. 33".
293 -
También pu~de el portador del cheque entablar la correspondien,te aCClOn
ordinada, pero con la particularidad de que esta acción ordinaria prescribe
en cuatro años por disposición expresa del Art. 761 del C. de C.
b) Acciones especiales en caso de no pal~ diel cheque por falta de provi-
sión de fondos.-Confornie a las reglas ya estudiadas,es de rigor que en el che-
que exista provisión de fondos con anterioridad' a su giro y que en el protesto
se exprese la causa del no pago del documento.
Podrá a veces constituir esto un verdadero engaño, pero también puede
ser que el giro del cheque en estas condiciones se deba simplemente a un
error o a un olvido del librador.
Con anterioridad a la diCtación de la ley de cheques era muy difícil d,e-,
terminar si había habido dolo del librador en caso de no pago :del cheque por
faltd 'de provisión', y' a esto se agregabá todavía 'la dificultad ,de determinar
si el cheque había sido dado en pago o sólo en comisió,DI de cobranza.
La ley actual dispone sobre el particular:
Art. 22: "El librador >deberá tener de antemano fondos disponibles su-
ficientes en poder del librado. El que girare sin este requisito, será responsa-
ble de los perjuicios irrogados al tenedor, y, en caso de dolo, será castigado
como reo de estafa. .
El dolo se presume cuando el librador retire voluntariamente ,los: fondos
disponibles después de girado el cheque; cuando gire a sabiendas sobre 'cu,en-
fas cerradas; y, cuando, puesto en su conocimiento el protesto del cheque por
falta de fondos, no 10 consignare dentro del tercero día, con el objeto de efec-
tual' el pago. , "
El dolo se presume, además, cuando 'el librador revoca el cheque sin que,
a juicio del tri:bunal, 'existan las causalesi a que se refiere el Art. 26.
El dolo puede purgarse efectuando el pago del cheque y c.ostas dentro
,del tercer día desde el requerimiento judicial""
O sea nace acciónl civil para obten'er indemnización de perjuicios y e~'la
se rige por las reglas generales del derecho; y nace acción penal para ob'te-
ner el ca digo del culpable en caso de dolo. (No podía 'la ley establecer de
una ,manera absoluta la procedencia de la acción penal).
En conformidad a las reglas generales el dolo podría tener- cabida si se
probára, pero como ello podría también ser muy difícil la ley ha~eñaladQ tres
casos en los cddes, por el hecho de concurrir ciertas circunsta.ndas, hay pre-
sunción legal de dolo. ,
U El dolo se presume por el retiro volu!ltario de los fondos después' de
girado el cheque.- Para que tenga lugar esta primera presunción es necesa-
rio que el retiro de la provisión sea posterior al giro del cheque y es por esto
que tiene importan<;:ia 'el conocer la fecha exacta de la emisión delcheqne.
Además, es menester que el' retiro !de la provisión sea voluntario; no lo será,
por ejemplo, si ella queda paralizada por ordenl judicial (embargos, ,etc.).
2.Q El dolo se presume cuandp se gira a sabie'ndas sobre cuenta cerl1ada.--Lo
que hay que probar aquí es que el giro sobre cuenta cerrfada se hizo a sa-
biendas. ' .
3.9 El dolo se presume cuando, avisado el librador del pl'Otesto del cheque
por falta de fondos, no los 'consigna idientro de terc,ero dia cO'n el Oibjeto d~
efectuar el pago
El DjL 611 agregó todavía otro caso de presunción de dolo que tiene
sin embargo po'ca aplicación en la práctica:i'Se presume también dolO', dice,
euoodo el librador revoca el cheque s~nl que a juicio del tribunal existan .las
causales a que 'se 'refiere el Art. 26".
. - 294 -
En todos estos casos el dolo constituye al librador reo del delito de esta-
fa y deberán pasar los antecedentes al juzgado del crimen a fin de seguir el
prü'ceso y aplicar la pena correspondiente. .
Sin embargo, se da todavía al librador una última oportunidad, pues el
inc. final del Art. 22 dice:· "El dolo puede purgarse ef~ctuando el pago del
cheque y costas dent¡o de tercero dla desde el requerimiento judicial".
c) Acciones sobre falsificaciÓt1!.- Tiene este párrafo una gran impor-
tancia porque en él vamos a ver como se determina quien debe resp~mder del
valor del cheque.
Las regla$ de la ley son claras y precisas a este respecto y están tomada:;
de las disposiciones sobre el particular del C. de Comercio argentino.
Para saber quien debe responder de la pél"dida de un cheque en caso d~
falsificación hay que distinguir varias. situaciones, contempláda:3 en el Art.
16 que dice:
Art. 16: "En caso de falsificación de un cheque el librado es responsable::
U Si la firma del librador es visiblemente disconforme con la dejada en
poder del librado para cotejo;.
2.Q Si el cheque tiene raspaduras, enmendaturas u otras a1teracione~ no-
torias; y
3.Q Si el cheque no es de la serie entregada al librador.
Si la falsificación se limitare al endoso, el librado no será responsable,
sino en el caso de haber pagado a persona desconocida, sin tomar la prt:cau·
ció n establecida en el Art. 715 del Código de Comercio".
l.Q Falsificación de la firma del librador.- En este caso hay que cH$tin~
guir según que la falsificación se haya hecho en un ejemplar de la ser!\:! en-
tregada al librado o en otro distinto, y según que esa falsificación 'Sea o no
notoria.
Desde luego, basta la sola circunstancia de que un Banco haya pa-
gado un cheque falsificado 'de una serie distinta a la que corresponde al
librador, para que el Banco pierda su valor. Se presume aquí que hay negli-
gencia de parte del librado al no haber hecho la comprobación correspon.:
diente, mientras tanto que al librador no hay ningún cargo que imputarlú>
No hay que atender aquí a si la falsificación es .o no notoria, porque aun
cuando la falsificación esté' muy bien hecha siempre el Banco será responsa ..
ble, porqlle subsiste esa causal de negligencia de su parte.
Refiriéndose al otro caso dice el .
Art. 17: "El librador es responsable si su firma es falsificada en cheque
de su propia serie y no visiblemente disconforme".
Según esto, cuando la falsificación se ha hecho en un ejemplar de la mis-
ma serie dada al librador, se presume que ha habido negligencia de éste en
la guarda o custodia de su libreta de cheques; pero para que pueda ·achncár-
sele a él la responsabilidad de la suma que el cheque comprende es necesario,
además, que la firma no haya sido visiblemente disconforme. (A contrario
sensu, subsiste la responsabilidad del Banco si la firma es notablemente dis-
con,forme).
Se entiende que la firma es "visiblemente disconforme" cuando la fal,sHicación
puede ser advertida por cualquiera persona, sin necesidad de recurrir a un
perito callgrafo.
2.Q Falsificación de la fecha u otras mclnciones.- En este caso el Banc0-
será responsable cuando el cheque contenga raspaduras.
3.Q Falsificación del endoso.- Por lo general, en e~te caso no es res-
ponsable el librado, porque. él nó tiene la obli~ación de verificar las firmas
de los endosantes ni tiene tampoco medios d.e hacerlo. (Responde del cheque la
perSO'na cuya firma fué falsificada; y esto a manera de sanción por su des-
295 --
cuido al permitir que le susirajeran el' documento). Sólo es responsable cuan-
do le paga a una persona desconocida !s,in ,éxigirle comprobación ,ete su identi-
dad (Art.715 del ,C. de C.).
El Art. 29 de la ley de cheques nos indica las medidas que deben tomar-
se en caso de pérdida~ hurto o robo del cheque. (El C. de C. ya hª-bfl3. con-
templado esta situación cori respecto a las letras de cambio en sus Arts.
706 a 709).
Art. 29: "En caso, de pérdida, hurto o robo, de un cheque, el portador
practicará la,s diligencias siguientes: -
}.Q Dar aviso escrito del hecho al librado, quien suspenderá el pago del
cheque por diez días; -
2," Publicará el aviso del hecho, en un diario de la localidad durante
éinco días; , , "
3.Q Requerirá del librador y endosantes, dentro del mismo plazo, la anu-
lación del cheque extraviado y el otorgamiento de otro nuevo a su favor;
4.Q En subsidio acudirá al juez, para que prohiba al librado el pago del
cheque extraviado. El juez resolverá breve y sumariamente, previa caución
que garantice las resultas.
'La caución subsistirá por el término de un año si no se hubiere trahado
litis ni hubiere mérito para cancelarla". .
Como vemos, se ha ampliado el pla,zo del Art. 707 de 24 horas a 5 días,
y se exigen publicaciones. Además, se faculta al librador para anular el che-
que mediante una carta dirigida al Banco librado, por la cual se le ordena
que no pague el documento; en subsidio ;de todas- estas- medidas, debe el !ibra-
dar recurrir al juez para que éste ordene al librado 'el no pago del cheque.
d) Acciones ajenas al cheque.- Son estas las que emanan del contra-
to que da origen al cheque mismo.
Ya hemos visto que es regla general que los efectos de cOílllercio no pro-
ducen novación. Pues bien, ei cheque no hac.e excepción a e~sta regla general,
pero con la' diferencia de que aun cuando 'se trate de cheques al portadcr, su
giro tampoco produce novación.
Cheque-cruzado.
Se llaman cheques cruzados los que tienen en su anverso dos rayas trans-
versales paralelas y que no pueden ser presentados al pago sino por un
Banco. (Art. 3.0). ..
La sola circun,stancia de que el cheque lleve estas rayas, ya en el for-
mulario, ya escritas con tinta, supüne siempre que' no podrá ser presentado al
pago sino por intermedio de un Banco. . '
Es ,esta una medida que tiende a evitar ahusos y falsificaciones, suplan-
taciones de personas, etc. '
,El cruzamiento puede ser general o especial:
'El cruzamiento es general cuando lleva· simplemente dos líneas parale-
las, sin ninguna indicación entre ellas; y faculta al tenedor para dar el che-o
que en cobro al Banco que a él 'se le ocurra. .
El cruzamiento es especial, cuando entre esas líneas va indicado, el nom-
bre de un Banlco, que precisamente será el único que ·podrá servirle de i'nter-
mediaría al portador para el efecto de practicar el cobro.
El cruzami,ento puede hacerse en el momento mismo del giro del cheque
o posteriormente, y el portador de un cheque de este tipo se servirá. de rol de·-
positándolo en su cuenta: corriente, para que su Banco lo cobre .a su turno
al Banco respectivo.
- 296-
Ha habido dudas acerca de si bas.ía o no el cruzamiento para realizar
el cobro; y es por esto que, para evitar dificultades; conviene endosar pre-
viamente el cheque.
El Banco es, pues, un simple mandatario, porque no hay transferencia del
documen tn, ni tampoco significa el cruzamiento que pueda limitarse la cesibili-
dad del cheque. La única particularidad consiste en que el último portador
debe recurrir a un Banco para los efectos de su cobro.
Tratándose del cruzamiento especial el Banco encargado puede delegae
esta comisión a otro Banco mediante el endoso del cheque.
El ArL 40 de la ley se refiere a 10 que en la práctica bancaria se :;ueie
llamar el "Cementerio de los Bancos", y dice:
"Dentro de los meses de Enero y Julio de cada año, los Bancos a\Ísa-
rán a sus respectivos acreedores, la existencia de los créditos que aparezcan
a nombre de ellos en la institución, siempre que pueda creerse ,¡ue lo :gno-
ran u olvidan, lo cual se presumirá de los que, siendo líquidos y exigibles, no
devengan intereses ni han sidO' cobrados en los años siguientes a su vencI-
miento. '
Se aplicará la misma regla a los créditos no comprendido~ en el inciso
anterior después de cinco años, contados desde la última percepción o liqui-
dación de intereses. .
Por cada infracción a lo dispuesto en los incisos precedentes, el Banco in-
currirá en una multa de cincuenta a cien pesos a beneficio fiscal.
El inspector fiscal de Bancos vigilará el cumplimiento de lo ordenado en
este artículo".
En el proyecto esta disposición contenía también la obligación de pu-
blicar avisos en los periódicos; pero con muy buen acuerdo se la 'Suprimió,
teniendo en cuenta los abusos a que podía prestarse semejante medida.
índice
TITULO xm
DEL -PRESTAMO O MUTUO
TITULO xm
DEL -PRESTAMO O MUTUO
De los, intereses.
Desde luego, hay una regla de derecho común según la cual los intereses
plleden estipularse en dinero o en mercaderías; pero, mientras según el Código
Civil, pueden pactarse indistintamente en dinero o mercaderías, según el Cúd.
de Comercio, deben estipularse en cantidades determinadas de dinero, aLln
cuando el préstamo consista" en mercaderías, de cualquier clase que sean. Lo
que tiene por objeto determinar con precisión la responsabilidad de los contra-
tantes, y evitar así, que al cumplimiento del contrato, ocurran, dificultades por
diferencia~ de apreciación. .
Art. 2205. Cód. Civil: "Se puede estipular intereses en dinero o cosas
fungibles" .
Art. 800. Cód. de Comer.: '~Los intereses serán estipulados en cantidades
determinadas de dinero, aun cuando el préstamo consista en mercaderías, de
cualquier especie que sean.
Para hacer el cómputo de los intereses en este último caso se estimarán
las mercaderías por el precio corriente que tengan en el día y lugar en que
deba hacerse la restitución".
Lo principal es saber si se deben o no siempre intereses en materia mer-
cantil. En principio, el préstamo civil es gratuito, mientras que en el CódigG .:le
Comercio se le presume oneroso.
Art. 798. C. de Com.: "La gratuidad no se presume en los pré~tam()~,
mercantiles, y estos ganarán intereses legales, salvo' que las partes acordaren
lo contrario".
Ea de la naturaleza del préstamo mercantil que devengue intereses, por-
que por el sólo ministerio de la ley, el mutuante gana intereses legales sin ne-
cesidad de estipularlos. Si la,s partes desean que el préstamo no devengue in-
tereses, o devengue, otros que los legales, deben estipularlo expresamente.
Art. 799. C. de Com.: 'ILa estipulación de in,tereses o la que exonere al
prestamista de su pago, deberá celebrarse por escrito, y sin esta circunstancia
será ineficaz en juicio". " .
El ICódigo de Comercio emplea la palabra prestamista aplicándola .:11 que
recibe el préstamo y en ese sentido debemos tomarla cuando la encontremus
en dicho Código. (El Cód.Civil, >en el Art. 578, la emplea en sentido contrario,
aplicándola al acreedor y no al deudor).
El Código de Comercio no contiene ninguna disposición especial sobre lí-
mite máximo de intereses en préstamo mercantil. En esta situación, hay que
aplicar el Art. 2206 del C. Civil.
Art. 2206. C. !Civil: "El interés convencional no tiene más lí:nites que los
que fueren designados por ley especial; sal~o que, no limitándolo la ley, ex-
ceda en una mitad al que se probare haber sido interés corrient~ al tiel11¡),) de
la convencIón, en cuyo caso será reducido por el juez a dicho, interés corriente".
- 299 ..:...-
Hasta 1929 no había ninguna ley sobre la materia, rigiendo mientras tanto
la regla del Art. 2206. .
De 'manera que la ley señalaba una regla elástica, no rígida; y así, si se
pactaba un interés que excediera en una mitad al interés corriente, la sanción
no era la nulidad, sino que la reducción de intereses ai interés corriente. El
interés qUE' ,es mayor al corrhmte en una mitad, es excesivo: si el interés co ...
rrieníe es 8%, para que el interés convencional no sea excesivo, debe set,
11,999%, y no 12, porque entonces excede en una mitad.
Por ley 4694, publicada en el Diario Oficial de 27 de Noviembre le 1929,
llamada Ley de ,Represión de la Usura, se dispuso que ,en, los contratos de mu-
tuo de dinero o de depósito, el interés no podrá exceder en más de una mitad
al término medio del interés corriente bancario en el semestre anterior.
Art. 1.9: "En los contratos de mutuos de dinero o de depósito del mismo,
en que haya derecho a emplearlo, con arreglo al Art. 2221 del C. Civil, el inte-
rés convenéion,al no podrá exoeder en más de una mitad al término medio del
interés corriente báncario en el semestre ant.erÍor. .
f La Superintendencia de Bancos dará a conocer ese término medio, por
publicaciones, que deberá hacer en el Diario Oficial en la primera quincena de
Enero y Julio de cada año. "
Esta ley se refiere a todo c.ontrato de mutuo de dir.ero, sin distinguir entre
mutuo civil o mercantil, y comprendé los depósitos de dinero con derecho a
emplearlo, que toman el nombre de depósitos irregulares. El Banco paga interés
porque utiliza los préstamos. Por esto la h~y asimila el depósito al mutu0. Pe-
ro hay que ,advertir que para el interés máximo 'd'e depósitos. bancarios; hay
regias especiales, fijadas por el Banco Central de, acuerdo con la Superinten~
d,encia de Bancos.'
Dice el Art. 1.Q que "el interés conve.ndonal, no' podrá exceder en mas de
una mitad al, término m~diodel interés, corrienté, bancario en el semes:tr2 an- ....
terior". Desde luego, emplea las palabras en más de una, mitad. El Código decía
en tina 'mitad. De modo' que, mientras en el Código, si el interés corriente es
8%, es excesivo el convencional de 12%, aquí ,no ocurre tal cosa pues para
que, según este ejemplo, el intérés sea excesivo, debe ser mayor de 12%.
El interés corriente lo da a conocer 'semestralmente la Superintendencia -de
Bancos.
La ley ha establecido una sanción para la trasgresión de lo que dispone
e!1 el Art. l,Q, al decir ,en su Art. 2.Q:
Art. 2.Q: "E.n caso de contravenCión a 10 dispuesto en el artículo anterior.
se reducirá el interés convenido al interés .leJg¡al. Este derecho es irrenunciable y
será nula toda estipulación en contrario.
En el Código, lo que vale dedr, antes, la sanción era la reducción al in~
terés, corriente. Aquí, la 'sanción es más severa; como se ve; porque la rebaja
se hace al interés legal., ' . '
El artículo 3.Q de esta ley tie,nde, precisamente a suprimir la usura 'asimi-
lando a los intereses, cualquiera' prestación a que, sé obligue al ,deudor V con
la cual se le haga más' gravoso el cumplimr:ento de su obligación.
Art. 3.\>: "Para los efectos _d~ los artículos precedentes, se cÜ'n,siderarán in-
tereses los que en forma: directa se estipulen como tales'y cualesquiéra comisióJI,
honorarios, costas, y en general, toda otra pre1s.tación estipulada que tienda a
aumentar la cantidad que debe pagar el deudor, sin perjuicio del derecho del
acreedor para exigir el pago de las costas procesales y personales que fijare
el juez de la causa en la forma ordinaria".
Ya habíamos encontrado en la Ley de Cuentas Corrientes una disposición
análoga, que declaracba que, para los ef~ctos de fijar el interés, convencional,
se sumaban los intereses y las comisiones.
- ' 300-
Estas reglas, como nemas dicho, se aplican' tanto a los préstamos civiles
como a los mercantiles, porque en materia de intereses la ley no establece di··
ferencias. En Francia, la ley declara que las partes son libres para fijar inre~
reses en préstamos mercantiles, no así en los civiles. Allí se permite intrrest's.
más altos en los primeros, porque en materia comercial los capitales CSÜll1
sujetos a mayores riesgos, y, por otra parte, IQS deudores pueden obtener m:l-
yores utilidades en el comercio.
E.n Chile hay excepciones al principio general del Art. 1.<>, y así, el ArL 5. 0
declara:
Art. 5.'1: "La presente ley no se aplicará a las instituciones y contrah}::,
que en cuanto a los intereses que se permite estipular, se rijan por dispo.;i-
ciones o leyes especiales".
Prescindiendo de las Cajas, que quedarían comprendidas en la excepción
del Arf. copiado, y con referencia a los C"onfratos del Derecho Mercantil, hay
dos excepcinnes que señalar:
U El préstamo a la gruesa, préstamo de carácter aleatorio propio Jel
Derecho Marítimo.
Art. 1184. C. de Com.: "El cambio marítimo no está sujeto a tasa algu-
na; y las partes podrán determinarlo libremente, señalando una ~.:lntidad alza-
da por el viaje o una 's'uma cierta por mes o por ida o vuelta, y convenir en
que el premio se aumente o disminuya, según el aumento o dismi)1Ución de IOR
riesgos o de la duración del viaje.
En defecto de una convención expresa, la superviniencia de un aumento o
disminución de riesgos y la prolongación o acortamiento del viaje no dan d~
recho a un aumento o disminución del provecho marítimo".
2.9 La ley que rige la hipoteca naval, que ha declarado que los présta-
mos con hipoteca de naves no tiene límite en la estipulación de intereses.
Se explican estas excepciones por los riesgos a que están expuestas !as co-
sas con que se garantizan estos préstamos. .
El Art. 4.'1, determina los efectos que produce la declaración judicial de
nulidad de la estipulación de intereses, y dispone que declarada la nulidad de la
estipulación de intereses, en conformidad a las reglas precedentes, el acreedor
sólo podrá exigir la devolución del capital entregado realmente, con más el
interés legal. Si hubiese recibido por intereses más de lo que corresponde, es-
tará obligado a restituir el exceso. .
Hay todavía otras particularidades en los préstamos mercantiles, e3pe-
cialmente tratándose. de intereses moratorios (Arts. 801 y 802 del Cód. de
Comercio y 1559 N.Q 1 del Cód. 'Civil). Según el CMigo Civil, Art. 1559 N.''> 1,
si la obligación es de pagar una cantidad de dinero, la indemnización de per-
juicio por la mora se resuelve como sigue: se siguen debiendo los inter~ses
convencionales, si se ha pactado un fnterés superior al legal, o empiezan .:l de-
berse los intereses legales, en el caso contrario; quedando sin embargo, en sa
fuerza las disposiciones especiales que AUTORICEN el cobro de los intereses.
corrientes en ciertos casos.
Ahora bien, 'segú,n el Arf. 802 del Cód de Comercio, "el curso de los ink-
reses convencionales no cesa por el advenimiento del plazo en :¡ue deba ha-
cerse la devolución del capital". De acuerdo con la regla del 1559 N.'! 1, estan-
do el deudor en mora, deben seguir corriendo los intereses convencionales, COI!
lo que se confirma la regla general; pero el Art. 801 declara que "el pre~ta
mista (refiriéndose al deudor) que retarde el cumplimiento de las obligaci()ne'5
que le impone el préstamo, haya o no estipulación de intereses, queda obli¿ado
a pagar el interés corriente desde el día en que fuere reclamado el pago en
virtud de una providencia judicial".
- 301 -
Desde luego, tenemos que a~uí, cuando (~1 deudor está en mora, se ordena
pagar, no los intereses legales' ,ni los convencionales, sino los corrientes. De
modo que, si se había pactado un interés del. 40/0 o' no h'abía intereses, tratán~
dose de préstamos mercantiles, deben pagarse los corrientes.
Pero aun hay otra modificación a los principios del Código Civil: para que
procedan los intereses corrientes, no basta que haya vencido el plazo, sino
que es menester que haya requerimiento judicial.
De manera que la excepción al 1559 N.o 1 del CM. ¡Civil, comprende dos
aspectos: U Se pagan los intereses corrientes.; y 2.9 Es menester requerimiento
judicial para reclamar el pago, aUn existiendo plazo.
El Art. SQ3 dice: .
Ari. S03. C. de Com.: "El recibo de los intereses correspol1diente 11 los
tres últimos períodos de pago, hace presumi r que los anteriores han sido' cu-
biertos, a no ser que el recibo contenga alguna cláusula preservatívadel de'"
recho del acreedor". ~
. Esta presundón es simplemente legal como se ve.
Finalmente, hay un precepto que introduce un.a modificaciÓ'n a las reglas
generales referentes al anatocismo. El Cód. Civil, en elArt. 2210 "prohibe es"-
tipular intereses de il}tereses". A su vez, el Art. 1559 N.Q3 del mismo Código
dice que "los intere~les atrasados no proditeen intereses". En call1bio, el Art.
. 804 del Cód. de Comercio autoriza la capitalización de intereses en ciertas
condiciones.
Art. S04, C.de Com.: "Los intereses de un capital prestado pueden pro-
ducir' nuevos intereses o mediante una demanda judicial o un convenio espe-
cial, con tal que la demanda o el convenio verse sqbre intereses rlebidos a. 1JI
menos por 'un año completo".
Este artículo fué tomado riel 2210 del Código Civil Francés.
Según el S04, hay dos medios para que opere fa ca'pitalizaci6m:' 1.9 Una
demanda judicial; y.2. Q Un convenio especial. Pero en ambos casos deben c·)n-
currir los dos siguientes requisitos J.9 Debe tratarse de intereSles debidos, eS!
decir, de intereSe.1SI vencidos. (No admite la ley que se capitalicen los intereses'
que vienen después de la demanda o desp'ués del convenio); y 2.? Los intereses=
que se van a capitalizar deben corresponder a un añ9 completo, por lo menos.
La razón de ésto es que se creyó que si la capitalización operaba 'por intereses
debidos en períodos menores, la deuda crecería con rapidez suma. S"in em-
bargo, no hay tal cosa; porque, capitalizando cada 6 meses, la denda se c!Upll--
. ca. en 13 años y medio más o menos, y capitalizando año por año, se duplica
en 14 años aproximadamente. (Como se ve, la diferencia' no es tanta.) -
Hemos visto ya dos casos, ·fuera de e·stos de que trata el S04, en que en
Derecho Mercan,ti1 se capitalizan los intereses. Ellos son: en la cuenta corriente
men;:antil (Arf. 617 del Código) y en la cuenta corriente bancaria (Arf. 9 dI"
la ley que .cita al 617 del Código). .
Fuera de la forma corriente de 'préstamo, hay en materia comercial Hna
especial: el que solicitan las .sociedades anónimas, mediante la emisión de de-
bentures y a que ya tuvimos oportunidad de referirnos CQn cierta extensión.
TITULO XIV
El Reglamento de esta ley señala los requisitos que debe reunir la soli-
citud en que se pide autorización para establecer un Almacén General de De-
pósito (Art. 10). '
Esta solicitud debe presentarse al Ministerio de Agrículturq" quien la re-
mite. ~n informe al llamado "Comité de Wéj.rrants", organismo de control de
estos Almacenes, formado por el Subsecretario del dicho e Ministerio, po'r un
representante del Banco Central de Chile. y por un representante de la Caja
de Crédíto Agrario. Ante este Comité, el o la sodedad~ solicitante debe acre-
ditar; 1. Q El monto del capital destinado a la explotación;' 2/' Organización
legal de la Empresa soliéitante, indicando el nombre de la persona que' re-
presentará al establecimiento; 3.Q Condiciones de seguridad. y número de in s-
talacior.es. (Se acompañará co·nstancia de los seguros que las resguarden y
Jo~ títu.los que tenga sobre el establecimiento); 4.Q Clase o especie de produc-
tos a que se' destinará su explotación; y 5.9 Forma de administraCión y siste-
má 'de vigilancia, acompañ·ando un reglamento por que han de regirse, en caso
de que estas operaciones se sujeten a normas especiales y sistemáticas.
Además, la ley ha exigido no 'Sólo la autorización del Píesidente de la
República para legalízar su creación, silno que somete estos Almacenes al
. control de Jaautoridad. Este control se ejerce poi' el "Comité de Warrants",
sobre cuya compos'ición ya hemos hablado, y el cual, como hemos dicho, in-
torma la autorización, y, además, dicta las medidas para su buen funciona-
mienfo, p'ropone las tarifas que deben cobr'arse, etc. '
Dentro de esta idea de sujeción a la autoridad, se encuentra la disposi-
ción del Art. 23 del Reglamento, según la cual, los Almacenes sólo podrán
cobrar aquellos precios comprendidos en las tarifas ap'robada'i por el Comité
de Warrants y en las condiciones que éste determine. Ocurre aquí algo se-
mejante a lo que pasa con las tarifas ferroviarias, que deben ser' aprohadas
por el Presidente de la República, puesto que los almacenes. al igua:l Que los
ferrocarriles, celebran verdaderos contratos de adhesión con 10'3 deposita¡r.fes·.
Así como estos Almacenes necesitan autorización del. P.resldente para su
establecimiento, es lógico que éste puede revocársela. El artículo 6.Q de( Re-
glamento establece sobre el particular lo siguiente:
Art. 5.? Reglam. "La autorización pOdrá terminar por caducidad o bien
por revocación decretada por .el Presidente de 1>3' República.
Serán causales de caducidad:
a) E,xpiración del plazo fijado· para la autorización, si ésta se hubiere
otorgado a 'término fijo;
b) La quiebra del almacenista;,
c) La liquidación total o parcial del establecimiento, si se hubiere efec~
tuado sin el consen,tjrúiento del Comité".
Para que operen, estas causales· no se necesita u.n nuevo decreto del Pre-
SIdente, ya que la caducidad, de acuerdo eon las, normas generales, produc,e
'Sus efectos de pleno derecho, sin que, para ello deba ser judicialmente decla-
rada como ocurre, por ej.: con la prescripción.
Y agrega: •
. "Serán causales de revocación:,
a) El abandono que el almacenista hiciera de .la administración o di-
rección de su cargo, con perjuició evidente para la' buena marcha del esta-·
blecimiento;
b) La incompetencia manifiesta del almacenista u otra causa relativa a
la orgahización interna del establecimiento que, a juicio del Presidente de la
República, lesione gravemente los' intereses del comercio;
-,306 -
c) Las infracciones graves a las disposicio::es de la ley, del presente re-
glamento o de las instrucciones que $e dictaren para' el funcionamiento de los
almacenes;
d) La insolvencia del almacenista, pérdida o disminución considerable
de 13s garantías de buen funcionamiento con que contare el almacén en el mo-
mento de su constitución;
e) La disolución de la sociedad empresaria, salvo que se autorice 13
continuación del giro del negocio",
Pero, en vez de que el negocio termine por caducidad o por revocación,
pueden suspenderse temporalmente sus operaciones. Son causales de suspen-
sión las de las letras a); b), c) y d) del párrafo de las causales de revoca-
ción, cuando estas no 'son- de tal gravedad que reclamen imperiosamente la
disolución de la institución .
. En todos estos casos debe procederse con intervénción, o sea, con' infor-
me del Comité de Warrants.
El establecimiento de los Almacenes Generales puede ser hecho por per-
sonas naturales o jurídicas (Art. }.Q de la Ley). Lo común será que se haga
por sociedades porque para estas operaciones se requiere capitales muy su-
bidos ($ 500.000, por lo menos)'.
El artículo 1.9 , inciso 3.9 de la Ley, contiene una salvedad a lo dispuegto
en el i;:c. 2.9 sobre el monto del capital. Dice:
"No obstante 10 dispuesto en e.l inciso anterior (que exige un mínimo de
$ 500.000.), el capital de explotación de los almacenes generales de depósito
que se de~tinen exclusivamente a cereales, leguminosas y demás granos sec()s
que determine el Reglamento, será fijado por el Presidente ,de la República,
quién podrá exigir también otras cauciones".
No sólo se necesita autorizaci6!1' del Presidente de la República para el
establecimiento de los Almacenes, sino que también para abrir sucursales.
(Art. 5. 9 , inciso II, del Reglamento). Esto deberá informarlo, también el Co-
mité de Warrants.
En el sistema de nuestra ley, los Almacen'es pueden recibir mercaderías
y ohjetos muebles de cualquiera clase. (Lo di~e el Art. 1.9 , letra d) del Regla-
mento).
El Reglamento :no hace restricciones en este sentido y tampoco hay nin-
guna en la ley. En esta cuestión, nuestra ley se ha apaMaljo de la legislacjún
francesa. En Francía, los Almaéenes pueden recibir mercaderías y productos
de los comerciantes e industriales; por consiguiente, queda¡:11 excluidos tos
agricultores. En Chile no hay diferencias, y pueden ocurrir tanto los comer-
ciantes, industriales, agricultores, etc.
Los Almacenes pueden establecerse para recibir toda clase de merc'aie-
rías, si así se indica en la solicitud; o bien para recibir una clase determinaJa.
Algunos reciben líquidos, otros cereales. Lá ley no hace diferencias entre am-
bas clases de artículos; pero el Reglamento, sí, y se comprende que un alma-
cón se circunscriba a una clase determinada de producíos, por la diversidad
de instalaciones que en otra forma habría que exigirle.
Después de dada la autorización, si se quiere cambiar el objeto de los
Almacenes, hay que pres.entar una nueva solicitud C0n este objeto, tramitán-
dola en la misma forma que aquella en que se pidió la autorización de InS-
talación.
De la cosa objeto del depósito.
Según los principios gen,eraies del' depósito (Art. 2211 del C: Civil), el
depósito versa siempre sobre especie o cuerpo cierto. Siempre jebe re,Ptuir-
se e-: especie aunque se trate de cosas fungibles, salvo que se trate de dine-
307
ro que no es dado en arca cerrada cuya llave conserva· el· depositante, en cuyo
caso se permite al depositario emplearlo, con la obligación de restituir otro
tanto, de la misma moneda. _
De acuerdo con estos principios,cuéUndo en tiln Almacén se deposila~
,cosas fungibles (p,asto, por ejemplo), el almacenista debe restituir los mismos
productos. Esto está conforme con los principios generales del Derecho y es
necesario para la negociación de las mercaderías; el comprador debe saber
cuales 'son sus mercaderías, y así, si' compra papas, debe recuperar las mis-
mas papas.
Por otra parte, esto .se. encuentra de acuerdo con los principios de la plen-
da relativos a la especificación. 'de la wsa objeto de ella. Según el Código
Civil y el de Comercio, debe especificarse la cosa dada en prenda, esto es,
debe individualizársela perfectamente, señ'alando todas Stl'S características; por
10 tanto, desde el punto de vista de la constitución de la prenda de la nler-
cadería, en depósito, indispensable es que el vale y el certificado de depósito,
se refier,an a cuerpo cierto, a mercaderías que no puedan .confundirse con otras.
Estos pri'n.cipios estaban wnsagrados en la ley de 1922. Pero, en la ley
actual se introdujo una excepción tratándose del depósito de trigo en silos.
Ari. 23, de la Ley. "En los depósitos de trigo,. facúltase a los almacenes
génerales', siempre que lo autorice el depositante, para almacenar este producto
en silos o a granel y devolver a quien corregponda otro trigo de iguales ca-
racteristicas y valor. En este caso el ,almacén que careciere de trigo de igua-
les condiciOln'esdevolverá otro de la calidad. más aproximada y abonlará o
dt>ducirá la diferencia de valo¡: que corresponda, etc".
Continúa. este artículo diciendo que, en caso' de dificultad. resolverá· la
Junta de Exportación Agrícola, y que el Presidente de la Repúblioa fijará el
precio' del ·bodegaje en estos casos. Además; en estos depÓ'sitos' - agrega -
no se aplica la disposici6ndel Art. 19, inciso 2.Q de la Ley, qwe dice: ,
"Pero no responderá (el almacén.) de las pérdidas o deterioros ocasio'na-
dO$ por fuerza mayor, oaso fortuito,
tadas". .
° vicios propios de la's, especies deposi-
. .
De modo, pues, que en casos de depótSHo de trigo en silos, el almacén
responde hasta del caso fortuito, ya que no otra cosa significa el excluir este
depósito de la aplicación del precepto indicado.
El Reglamento ha. 'dado minuciosas reglas sobre esta clase de depósito,'
que, siendo de carácter estrictamente reglamentario, no ofrece dificultades de
interprétació1rt.
Endoso del vale de prenda y del certificado ele depósito a ,una misma persona.
Dada la' responsabilidad que pesa sobre los almacenes, hay 'sanciones es-
trictas en caso de infracciones.
Estas sanciones ,son de dos categorias: multas y sanciones penales: las
1)1ultas varían de' $ 100 a $ 1,000 aplicándose dobladas en caso de reincidencia.
Por último, hay que considerar la situación en que se encontraría, desde
ei pnn1to ~e vista legal, un almacén colocado fuera de la ley. pueden esta-
blecerse almac~nes que se rijan por leyes comtmes, bodegas, por ejemplo,
pero no püeden emitir vales o certificados. Esos almacenes no quedan regi-
dos por esta ley; los depositantes no pueden negociar las mercaderías mc-'
diante un certificado de. depós,ito, Ini podrán constituirlas en prenda mediante'
el endoso. Si esto se hiciera, se aplicarían las. sanciones de la ley.
Hay, sin embargo, una cuestión cj.udosa sobr.e si puede constibtirse prenda
sobre mercaderías depositadas en bodegas no autor,izadas como almac~n ge-
neral, a ',¡rtud de lo dispuesto en el Art. 817 del Código de Comercio.
Art. 817: "El privilegio nace, subsiste y se extingue co'n la posesión de
la prenda: bien. la tenga el acreedor prendario o un tercero elegido por las
partes".
- 318-
Tratán,dose de una prenda mercantil, no se vé inconveniente para que
esto se haga, siempre que se cumplan con las formalidades d~l conste, de que
trata el
Art. 815 C. de Com.: "Para que el acreedor prendario goce del privi-
legiü enunciado en concurrencia de otros acreedores, se requiere:
Lo Que el contrato de prenda sea otorgado por escritura pública n en
dócumento privado protocolizado, previa certificación en el mismo de la fe-
cha de esa diligencia, puesta por el notario respectivo;
2.1) Que la escritura o documento con'ten.ga la declaración de la suma de
la deuda y la especie y naturaleza de las cosas empeñadas, o que lleve J.nua
u'na descripción de su calidad, peso y. medida".
índice
TITULO XV
TITULO XV
Pero, además de estas reglas generales, hay que estudiar las leyes es-'
peciales que hay sobre algunas clases de prenda.
- 320-
"Se inspira esta ley en el propósito -de facilitar a las empresas _bancarias
y al público en sus relaciones mutuas, las oper<¡tciones de crédito, estableciendo
formalidades rápidas y. sencillas para la constitución y realización de las
prendas que se otorguen a favor de los Bancos, mo~iíicando a este respc~to
,las di~posiciones del derecho común.
Es esta una ley de excepción, por cuanto se refiere únicamente a las oren...
das que se constituyan en garantía de obligaciones a favor de las empresas
bancarias, excepción que está justificada por la seriedad de dkhas instit!tc!t)-
nes, por el imp9rtante papel que desempeñan en la economía aacion,al y por
las precauciones con que la actual Ley d~ Bancos ha asegurado su funciona-
miento. . ,
No es una ley de carácter general para todas las prendas que se utorguen
a los Ban\os. Sus disposiciones se limitan a las que se con,stitu,yan sobre va-
lores mobiliarios, por ser ello~ los que principalmente sirven de caución a Io.s
operaciones bancarias. Quedan por tanto, excluídas de los beneficit):) de la
ley las prendas que versen sobre mercaderías u O'tros bienes muebles, las
cU8les seguirán regidas por los preceptos del derecho común, aun cu:mdo se
otorgl1en, en garantía de obligaciones a favor de los Bancos.
Las disposiciones de la ley se refieren a tres disUntos puntos. a sahe!:
la constitución de la pren,da (Arts. 1 a 4); los efectos de la misma en cuanto
a las obligaciones que garantiza (Art. 5)~ y 1ft realización de los valores dados
en prenda (Art. 6).
Con respecto a estos tres puntos, se moJifican sltstancialme,;]te las reglas
del Código Civil, del de Comercio, del de Procedimiento y las del D/L 776, Y
se exime a los Bancos y ,a sus clientes de las formalidades y trabas impuestas
'pílr esas reglas, que constituían muchas veces un obstáculo para la concesión
de préstamos y créditos.
Para eludir esas formalidades se habían ideado en la práctica nutnerü-
sas combinaciones, como las compras condicionales, entrega de traspasos en
blanco, inscripció~ de acciQí1es a nombre del Banco acreedor, garanltíals sueltas,
etc., que no correspondían siempre a la verdad de la situación, que importa-
ban muchas veces contratos simulados, que eran en algunos casos de lega-
lidad dudosa, y que exponían alas Bancos a pérdidas, juicios y dificultades.
Hoy día no será necesario recurrir a esas combinaciones y tendrán los
Bancos y el público medios fáciles y expéditos para conseguir el fin que con
ellas se perseguía.
En lo concerniente a la constitución de la prenda era antes necesario ob-
servar las disposiciones del Art. 815 del C. de C., segÚn el ,cual, para que el
acreedor pren,dario goce del privilegio en concurrencia con otros acreedores,
se requiere: l.g Que el contrato de prenda sea otorgado por escritura públk~
o en documento privado protocolizado, previa certificación en el mismo, u·;
la fecha de esa diligencia,puesta por el notario respectivo; 2.9 Que la escritura
o documento contenga la declaración de la suma de la deuda y la especie y
naturaleza de las cosas empeñadas, o que lleve anexa una descripción de
su calidad, peso y medida.
Estas formalidades, cor:ocidas en la p~áctica bitncaria con el nombr~ lIl'
«conste", regían para toda prenda 1nercantü, ya versara sobre mueble,; Ct~r
porales y mercaderías o sobre títulos de crédito (Art. 816 del C. de C.). yu
fllcr~n estos. nominativos, a la orden, o al portador.
DE LA PRENDA INDUSTRIAL
DE LA PRENDA AGRARIA
(l) Informe de don GabriCl Palm3 Rogers; ~nex() ,1 la Circular N,Q 65 de 5 d,~
l'"hrzo de 1928 de la Supcrincndcncia de B.lnws,
(2) Ley 4163 de Agosto de 1927,
' - 531 _.
H:ríeccionamiento del contrato.-1:.1 COI1¡r¿cLO ue prenda agraria se perfec-
ciona entre las partes y, respecto de tercero8, por I:scntura pumIca u pur es-
cntura privada, deblcnuo en CSle UlttllLU caso :,er autonzada la tlrma por un
notario, o en las localldades en que no eXlstlere notario por el ollcial tiel f<c-
gistro Civil.
t.n ambos casos, el contrato deberá ser inscrito en el registro especíai ~k
prenda agraria que llevará el Conserva!.1or UI: t)lene" Kaíces del respectivo
ucpartamento.
1:.1 contrato de prenda agraria otorgado. en documento privado, cuya fir·,
ma haya sido autol'lzada pOr Un. notario o por un oficial del f<egistro Civ:l,
tendrá merito ejecutiv'o sin nece8idad ae recunocinllento prevlO. (Art. 5.9 ).
Ve acuerdo con el Art 8.9 de la ley, un reglamento especial deterllllflará
la forma y modo de llevar el Registro de la Premia Agraria, la manera de pro':'
ceder a las inscripciones y la." indicaCiones que deben contener los certiilca-
dos qe inscripció n. (1).
Derechos y obligaciones d~l acreedor.-' Fuera de los derechos que las
leyes ordinarias confieren a todo acreedor prendario, el a¡;reedor de prenda
agraria tiene en todo momento derecho a' illspecclOnar, por SI o por d.ekga-
dus, los efectos dados en prenda (Art. 12). '
E"ta comisi6n puede darse por una sllllple carta, y, en caso de 'que cua
estas visitas se causara daño o rnolestia al deudor, podrá el juez; oyendo a las
partes, regularlas en la forma que estime conveniente. '
1::.1 acreedor prendario puede ejercitar en todo caso sus derechos con pre-
ferencia al de retención, que pudiera hacer valer el arrendador; pero éste con-
serva su derecho sobre los bienes que resten, una vez hecho entero pago al
acreedor prendario. (Agrega la ley que esta preferencia no rige res,pecto le
10& bienes depositados en predios urbanos);
En conformidad al A~t. 7.'! de la ley, el derecho del acreedor prendario es
transferible por endoso escrito a continuación, a1margen o al dorso del ~jem-
piar del contrato ,inscrito. (2). '
Este endoso deberá contener la fecha, el nombre, domicilio y firma del
endosante y del endosatario, y ser autorizado por un Notario o por Oficial del
Regi'stro· Cívíl.Agr,ega la ley que debe ser anotado por el endosatario en
el registro de prenda agraria.
Los endosan tes y endosatarios son solidariamente responsables del pago
de la obligación, prendaria.'
Derechos y obligaciones del deu¡dor.- Se destaca, en primer término, el
derecho del ,deudor de prenda agraria para conservar la tenencia, de la cosa
en nombre del acreedor, y nos remitimos sobre el particular a lo que p.xpusi-
mos sobre este punto al tratar del contrato de prenda industrial. '
Según la ley, sus deberes y responsabilidades son las del depositario y
corren de su cargo los gastos de custodia y conservación de la prenda.
Los bienes dados en prenda no pueden trasladarse del lugar de explo-
tación en que se encontraban al constituírsela, salvo que el contrato lo auto-
rice o que las partes convengan en ello.
, 'Los bienes dados en prenda pueden ser vendidos. por el deudor pero no
pueden ser transferidos al comprador sin previa cancelación de los valores [\
cuyo reembolso se encuentran afectos, y queda prohibid.o· al . deudor (mien-
(1) Este Reglamento lleva el N:9 1511 y se dictó con f~cha 29 de' Septiembnl de 1927.
(2) Valgan aquí a propósí:o de. este modo .~special de· cesión de los dorechos del
"a~edor prendario, las apreciaciones que hicimos al tratar de la Cesión de Créditos. (Tomí'
L Pág. 223). '
índice
índice
- 333-
1 N DIe E
'T o M o l
Pág.
NOCIONES GENERALES '" '" ... ',.. ". '" .. , '" 5
Fuentes del Dere.cho Comercial 5'
otr~s. fu~t;tes.. ... .... ... ... ....... ...,.. '. .... ...... ... '" '" '.~-¡ • 9
CodlflCaclOn del DeDe'cho. Comer·dial . ••• - ~. o.' 10
Legiislación com'parada .. ... '" .. ::' .::' ...... ...... ...... ::: 10
Historia de la legislación mercantil en Chile 14
Objeto d'el Derecho Comercial . .. ... . ..... .
17
Cla.sificación del comercio '" ::: ::: ::: ::: ;:: ::: ::: 19
Concepto del Derrecho Comercial.... ... ... ..' ... '" ... 19
Clasificaciones del Derecho Comercial ' , 20
Legislación comercial ,y 'legisladón civil':: .. : :. '::. ''':. :..... 21
Ensayos de. unificación '" ... ... '" '" ... '" ". ... .., ... 23
Leyes complementarias o modificatorias del Código de Comercio 24
COlDliQiO DE CQiM'EJRCIO.-Título preliminar ............ '" 27
DispOlsiciones generales '" ... '" ... . .. ' '" .,. ... ... . .. 27
De los aJetos del comercio '" ... '" ." .,. ... ... ... .., 31
Cla.sificaci'ones de los actos del comercio' . .. ... ... ... . .. 34
Análisis del núm. 1 del Ait 3.~ ... ... ... ... ". ". ... . .. 34
~~:~~g: .':." ....... :: ............... :.::: . . :::. . ,. . . ::. ':: ... .
Ngmero 4 ......... '" '" '" '" '" ........ .
41
42
44
Numero 5 ... '" . . . . . . . . . . . '. ". '" '" ..... , ..... , 46
índice
T 'O M O 11
TITtJL<? V.-"Del transporte por tierra, lagos, canales o ríos naveg:tbles" 3
Definicwnes y regla.s general€'3 ... '" ... '" .. ' ... .., .... '" ... 3
Cla.si!icadones del transporte ... ". .., .. , ... '" '" '" ., 3
Contrato de transporte ... ... ... '" '" ... ... .., ". ... '" 5
De la carta de porte o carta guía '" ". ... ... ... 9
De las obligaciones y del's'chos del cargador ... .., ... 11
De las obligaciones y derechos del porteador '" .. , ... 12
RespoU'.,abilida:! del porteador ... '" ... ... ... '" ... ... .,. ... 16
De 1a.s obligaciones y derechos del consignatario ... .., '" ... ." 27
Reglas especiales relativas al transporte ajustado con empresarios p;'"'~)lico' 27
Transportes ferroviarios ... ... ... .,. '" 32
Ferrocarriles del Estado ... '" ... ... ... 34
Trans~orte de !lersonas '" ... '" ... '" 34
Tran'spone Aéreo. .. '" ... ". .., ... '" 36
LA REP'RESENTACIQN y LA MEDIACrON EN LOS NEGOCIOS ~fER-
CANTILES ... ... ... .. . '" ... '" '" ... .., '" ... 39
Los representantes '" ... ... ... ... '" ." .. , ... '" '" 39
El mandato mercantil ... '" '" ... ... '" '" .:. ... '" .... 43
El mandato de los factores y de los dependj.;'ntes de ~omercio '" 44
LA OOMISION . ' ... ... .., ... '" .. , ... '" .,. ..' '" ... 52
LOS MARTJI,LOS '" ... ... '" .. , ... ... ... .,. .., '" '" 64
La me.diación y los mediadores '" .. , '" '" .. , '" '" ... ... .,. 67
Obligaciones profesionales del corredor y prohibiciones a que e,tán su,ietos 69
TITULO VII.-''De la sociedad" ...... '" .. , ; '.' .. , ... 71
Requisitos comunes a todo contrato de sociedad ... ... '" 72
Personalidad jurídi~a de la sociedad ... '" '" .,. .., '" 77
Diferencias entre la comunidad o indivisión y la I,ociedad .. , 79
Clasificación de 1a.s sociedades .. ' ". ... ... '" ... .,. ... 81
Sociedades coloeetivas '" ... ... .,. ... ... '" ... .., '" 89
Diferencias entre la sociedad colectiva civil ·v la romercial 90
De la formación y prueba de la sociedad colecUva. 91
De la ra.zón o firma social de lf! sociedad col2'ctiva '" .,. ..' 104
Principio, que rigen la responsa):¡ilidad de los so~ios .. ' '" ... 105
Del fondo social y de la división de las ganancias y pérdidas en la so-
ciedad colectiva ... ... ... '" .. , ... '" ... .,. .., .. ... 108
De la administr~ción de la sociedad cole~tiva '" ... ." ... ". ... 114
De las prohibif'ionE"> a aue están ~l1iet,os los ,~o~ios pn 1'3. sociedad colectiva 120
De la disolución v liquida :,ión 't" la sociedad colectiv? .,. ..' '" ... . . 122
De la prescripción de las acciones procedentes de la sociedad oolectiv,t. 132
DE LAS SOCIEDADES ANONIMAS.--Generalidades .. , 1~4
R~1a!s de constitución '" .. , ... ... '" ... ..: .. , ... 136
Formación del capital social '" ... '.. ~ '" ... . .... , .. ' 146
De las acciones de la sociedad anónima .... '" ... 148
Funcionamiento de las sociedades anónimas '" ... ." '" 155'
Liquidación y disolución de la sociedad anónima ... ., ... , 161
Fusión de dos o más 'Sociedades .. , ... ... '" ... ... .., 162
Situación de las sociedades anónimas €óXtranjeras en Chile 163
Formalidades de la autorización .. , ... ... '" ... ." .. , 165
Emisiones de bonos o debentures '" .. , .. , ... ... .,. ... ~ i66
Ley 4,657 \Sobre emisión de bonos por sociedades anónimas '" .. , 168
DE LA SOCIEDAD EN COMANDITA .. , ... '" ... .,. 175
De la comandita slmpk' ........ , ...... '" ... ... 176
DE LA COMANDITA POR AOCIONES .,. .., '" '" ... 180
DE LA ASOCIACION O CUENTAS EN PARTICIPACION 184
- 335 --
Pág.
SOCIEDADES DE RESPONSABILIDAD LIMITADA ... '" '" .. . 185
'1:'J.'JmlL0 :X.-"Del ontrato y de las letras de ca.mb~o" .,. '" .. . un
Relaciones y diferencias entre el contrato y la letra de cambio . 193
De la letra ,de cambio ... ... '" ... ... '" ... ... ... '" .. , 194
Die- la forma de las letra.s de cambio .. , '" ... '" . . ... '" 198
Modalidades eSpeciales de l~ letra de cambio ... .., ... '" .. . 204
De los términos de la letra de cambio -y ,de su v~mcimiento '" .. . 209
Manera de computar los plazos ... '" ... ... .., ... '" '. .. .,. 21J
De las obligacion€'s del -librador '" .. ' ... ... .., ... '" .. . 212
Reladonesdel librador con el librado '" '" ... . ..•..-. .., .. . 215
Relaciones del librador con el portador ... .., ... ... '" ... . .. 216
Efectos d,o, la quiebra del librador en la provisión de fondos ... . . 218
Efectos .de la quiebra del librado a quien se le ha hecho provisión 220
Librador por ,cuenta ... ... '" '" .,. ." .'. .., " ~ ...... .. 220
Relacion€lsentre el. librador por cuenta v el librado .. . 221
R2h\;ciones entre el librador po-r cuenta yel tomador .. . 221
Del endoso y sus efectos '" ... .., .,. '" ... ... '" 222
Endoso regular .. ' '" '" .. , '" ...' ... ... ... .,. 223
Epoca en que puede endosarse una' letra . 226
Rndoso en blanco .. , .... '" ... .., '" ". . .. '" '.... 227
Endoso en comisión de cobranza ... ... . .. 2?..8
Endoso de garantía '" '" '" .. , .,. .,. . .. 22-9
De'l librado y de la aceptación y' SUl3 efe~tos .. , 2:-\0
Reglas de forma sobre la aceptación ...... . .. - •• '1. 2:n
¡.Desde qué momento surte efe·ctos la aceptación? .,. z.~?
Reglas de fondo sobre la ace'ptación . .'. ... '.. . 2:-\2
Efectos U2' la aceptación .,. '" .. , .,. ... ... .,. 234
Caso en que el librado se niega a aceptar '" .. , ." '" . 23li
Vencimitmto de la létra ..................... '" ......0' ... ". 2~7
Consecuencias de la falt·a de pago ". ,.. .... ... ". ". . . 2RR
C2ducidad de la¡, accioneS del. portador ... '" ... 239
Efectos del perjuicio de la letm ... o" . . . _ o'
?)~<l
De los docum.entos qu." emite ·el alma cp.n .. , .,. ... ... .,. 307
Endoso del vale de prenda ,v del certificado ,':¡o denósito a una misma
~M
persona .. , ... .., .,. ... .., ;.. .., ...... ,'.' ..'
~10
Enéfol;-o del certificado de denÓsit.o ,'lin pI va.le el,', nren'la
~1l
F.ncJoso del vale de prenc'Ja sin pI c2rtifi"ado de depó,<;ito .,,?
Derechr>¡;; elel portador 0.,"·1 '191" do nren':¡>;J. .. , ., ....... ,
~1fl
Préstamos eon ganllltia'l de los vales ..... ' ., . . ,. .., "11 R.
Dé"ó.~itl) de cosa.s fungibles ... ... ." ... ... ....... ." 'l11l
Oblig-acion?l' v resnonsabi.Iidades del proniet.ario del almacén
TITULO XV ...:....."Del contrato de nrencla" .. .,. ... ... .,. 31ll
"1?1)
nI'! la prenela .sobre valores mobiliarios a favor de los b"n"os
De la. prenda industrial ... ..' ... . .. 324
.;:<"1'-
De 1[>. nrenda agraria '" ... ... .. o •••
2R?
Anéndice ... '" ." .......... , ... .
rñdice .. , .. , ....o •••••• , ., •• ,' '" •• '
333
índice
INDICE
del
Tomo II
TITULO V
Del transporte por tierra, lagos, canales o ríos navegables
La comisión
Los martillos
TITULO VII
De la sociedad
De la sociedad en comandita
TITULO X
Del ontrato y las letras de cambio
TITULO XI
De las libranzas y de los vales o pagarés a la orden
TITULO XII
De las cartas órdenes de crédito
TITULOS IX
Del contrato de cuenta corriente mercantil
TITULO XIII
Del préstamo o mutuo
TITULO XIV
Del depósito mercantil
TITULO XV
Del contrato de prenda
APENDICE
INDICE GENERAL