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Notas sobre EL CONTRATO DE TRANSPORTE

I. Consideraciones generales. La actividad de transporte.


II. Concepto y caracteres del contrato de transporte mercantil. Su distinción con el
contrato de transporte civil. Clases de transporte.
III. Transporte terrestre de cosas. A) Transporte por carretera. Elementos del contra-
to. Obligaciones y derechos del porteador, cargador y destinatario. B) Especialidades del trans-
porte ferroviario de cosas.
IV. Transporte de viajeros por vías terrestres. A) Transporte por carretera: Concepto
y características. Contenido del contrato. B) Transporte ferroviario de personas.
V. Contrato de transporte aéreo. Transporte de viajeros. Transporte de mercancías.
VI. Contrato de transporte marítimo. Transporte de viajeros: referencia a los cruceros
turísticos. Transporte de cosas.
VII. Régimen de los llamados «viajes combinados».

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I. Consideraciones generales. La actividad de transporte.


El transporte constituye una actividad económica esencial, mediante la cual se
aproximan las materias primas a los centros de producción y de éstos los productos
manufacturados a los centros de distribución y a los consumidores. Sirve, además,
para transportar las personas de un lugar a otro.
El ejercicio de esta actividad de una manera profesional da lugar a las empre-
sas de transporte. Pero la iniciativa privada en el ejercicio de este tipo de empresas se
ve fuertemente controlada por el Estado, lo que se debe tanto a razones de orden téc-
nico —que impide el desarrollo de esta actividad en régimen de competencia, pues en
algunos casos no tiene sentido establecer una duplicidad de líneas— como a la impor-
tancia que, como servicio público tiene el transporte.
Estas razones, cuando no han dado origen a la aparición de empresas públicas
que ejercitan determinados transportes (como sucede en el caso del transporte ferro-
viario), han justificado la promulgación de un amplio conjunto de disposiciones relati-
vas al ejercicio de la actividad del transporte, las cuales son normalmente de Derecho
público. No obstante, a nosotros lo que nos interesa es el estudio del contrato que sur-
ge entre los transportistas o porteadores y sus clientes.

II. Concepto y caracteres del contrato de transporte mercantil.


El contrato de transporte es «aquél por el cual el porteador se obliga, median-
te un precio, a trasladar de un lugar a otro a personas o cosas». Esta definición com-
prende todos los tipos o variedades del transporte.
Caracteres. Las dos notas fundamentales del contrato de transporte son:
1.ª El porteador se obliga a realizar el traslado de una cosa (o persona) de un
lugar a otro.

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2.ª Esta prestación tiene como contrapartida el pago de una determinada canti-
dad, ya que el contrato de transporte es oneroso.
Su distinción con el contrato de transporte civil: el contrato de transporte tiene
su regulación, además de en el Código de Comercio (actualmente derogada tras la
publicación de la Ley 15/2009, de 11 de noviembre, del Contrato de Transporte Terres-
tre de Mercancías), en el Código Civil. Esto plantea el tema de la naturaleza mercantil
o civil de esta figura; el criterio delimitador del transporte mercantil nos lo facilita el art.
349 C. Co. (derogado, pero útil a estos efectos), que declara: «El contrato de transpor-
te por vías terrestres o fluviales de todo género se reputará mercantil: 1.º Cuando ten-
ga por objeto mercaderías o cualquiera efectos de comercio. 2.º Cuando, siendo cual-
quiera su objeto, sea comerciante el porteador, o se dedique habitualmente a verificar
transportes para el público». Así, el criterio delimitador es el de la “habitualidad”, en el
que está implícito el carácter de empresa que el transporte tiene.
Puede considerarse al transporte como un contrato autónomo y típico.

Clases de transportes.
El criterio más importante es el que atiende al objeto, en base al cual puede
distinguirse entre transporte de cosas y de personas; a su vez, en el transporte de co-
sas se puede hablar de tres clases: el de mercaderías en el sentido amplio; el de efec-
tos mercantiles; y el postal (paquetes y correspondencia).
Por otra parte, según el medio en que se desarrolle el transporte, puede distin-
guirse entre el ferroviario, por carretera (o por vías fluviales, asimilado al primero en
virtud de la disp. adic. 1.ª Ley 15/2009), marítimo y aéreo.

III. Transporte terrestre de cosas.

A) Transporte por carretera.


Regulado por la Ley 15/2009, que deroga los arts. 349-379 del C.Com. Tam-
bién hay que tener en cuenta otras normas de carácter administrativo, fundamental-
mente las contenidas en la Ley 16/1987, de 30 de julio, de Ordenación de los Trans-
portes Terrestres (LOTT), aplicable tanto a los transportes por carretera como al trans-
porte ferroviario.
Es de gran importancia práctica el que la Administración se haya reservado la
facultad de aprobar los contratos-tipo y las condiciones generales de los mismos; sin
embargo, tales condiciones generales tienen un carácter especial, al ser aplicables
supletoria o subsidiariamente «a las que libremente pacten las partes de forma escrita
en los correspondientes contratos singulares» y consideradas mínimas, pues las em-

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presas de transporte sólo podrán ofrecer a sus usuarios condiciones más favorables a
las establecidas en los propios contratos.
El concepto de esta modalidad de transporte de cosas se encuentra en el art.
2.1 Ley 15/2009, que lo define como aquel en el que «el porteador se obliga frente al
cargador, a cambio de un precio, a trasladar mercancías de un lugar a otro y ponerlas
a disposición de la persona designada en el contrato».
Las cosas que son transportadas se han de entregar al porteador, que se en-
cargará de su custodia (a diferencia del transporte de personas); la entrega se configu-
ra como un presupuesto esencial para la ejecución del contrato, lo cual no implica que
estemos ante un contrato real, ya que por regla general se trata de un contrato con-
sensual (la excepción la representan el transporte ferroviario y aéreo, con naturaleza
real); la entrega de la cosa es una de las obligaciones del cargador o remitente, o sea,
un presupuesto necesario para que el porteador pueda cumplir su obligación de reali-
zar el transporte.

Elementos del contrato.

a) Elementos personales. Son necesarias dos personas: el porteador y el


cargador, pero lo normal es que aparezca una tercera, el destinatario, que puede coin-
cidir o no con el cargador. Además, puede existir una cuarta persona, el expedidor.
* El porteador o transportista. Es la persona física o jurídica (de naturaleza
pública o privada) que asume, en nombre propio, la obligación de transportar la cosa o
cosas en las condiciones pactadas, con independencia de que lo ejecute por sus pro-
pios medios o contrate su realización con otros sujetos.
Para ejecutar el transporte puede existir un único porteador, que por sí sólo de-
be trasladar la cosa desde el lugar de su recepción hasta el de su destino, o puede
intervenir una pluralidad de porteadores. Mas esta pluralidad puede concurrir de tres
formas distintas:
1.ª El cargador estipula por separado un contrato con cada porteador aislado.
2.ª El cargador estipula un solo contrato con su porteador, en el que éste se
obliga a transportar en una parte del trayecto total y buscar —como comisionista—
otros porteadores con los que contratará en nombre propio el resto del trayecto hasta
el punto de destino de las mercancías; para el cargador hay un solo contrato (con su
porteador) y un solo porteador que responde del total trayecto.
3.ª El cargador estipula un solo contrato de transporte combinado (o cumulati-
vo) con una sola carta de porte, pero sabiendo que en él intervendrá una pluralidad de

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porteadores que —designados o no en ese momento— irán entrando en el contrato y
asumiendo la obligación de portear (por itinerarios parciales) la carga hasta su destino.
Necesario es distinguir el porteador del comisionista de transportes: no es éste
un porteador, sino una persona que se obliga —normalmente en forma profesional— a
buscar porteadores para sus clientes, y a contratar con ellos por cuenta de éstos los
transportes de mercancías que les encargan. El comisionista no transporta, sino que
contrata los transportes por cuenta de otros.
* El remitente o cargador. Es quien en nombre propio estipula el transporte
con el porteador y entrega o pone a su disposición la cosa o cosas objeto del contrato.
Puede ser, además, la persona a la que van dirigidas las mercancías en el lugar de su
destino, en cuyo caso será la obligada a pagar el precio del porte. Pero lo más fre-
cuente es que, junto al remitente o cargador y como destinatario de la carga exista otra
persona distinta: el destinatario o consignatario.
* El expedidor. Es el tercero que, por cuenta del cargador o remitente, hace
entrega de las mercancías al transportista en el lugar de recepción de las mismas (art.
4.4).
* El destinatario o consignatario. Es la persona a la que la carga va dirigida y
a la que el porteador viene obligado a entregarla en el lugar convenido. Su personali-
dad puede ser conocida cuando se haya identificado en el contrato o carta de porte
expedida en forma “nominativa”; o puede no serlo (hasta que las mercancías lleguen a
destino y sean reclamadas), si ésta se ha expedido “a la orden” o “al portador”. En
estos dos últimos casos, el porteador no podrá por sí solo conocer la identidad del
destinatario: será éste quien deberá acudir a aquél en el lugar pactado, identificándose
y legitimándose como tal. El destinatario es el acreedor a la entrega de la carga y
será, cuando la reciba, el deudor del precio del transporte, a menos que éste se haya
verificado a portes pagados.

b) Elementos reales.Son dos los elementos reales del contrato de transporte


de cosas: la cosa y el precio.
Son “cosas”, a efectos del transporte, las mercaderías en sentido amplio; pri-
meras materias, productos manufacturados, semovientes, etc.; también pueden ser
objeto de transporte los efectos de crédito, los billetes de banco, los papeles de nego-
cio, etc., pero nunca lo serán los bienes inmateriales (envío de noticias por fax, e-mail,
teléfono, radio, ...). Las cosas deben describirse de forma que resulte fácil su identi-
ficación, así como el estado en que se recibieron. Deben estar adecuadamente emba-
ladas, pudiendo comprobar el porteador si el contenido responde efectivamente a lo
declarado por el cargador.

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Siendo el transporte un contrato oneroso, su “precio” es elemento que debe
consignarse en la carta de porte (art. 10.1.k), pero puede omitirse si está fijado por
tarifas, establecidas o aprobadas por la Administración pública, como suele ser el caso
del transporte verificado por líneas regulares.

c) Elementos formales. Elemento formal del contrato de transporte es la “car-


ta de porte”. Aunque el contrato de transporte por carretera es consensual (a diferen-
cia del ferroviario, que es real, ya que exige para su perfección la entrega de la cosa al
porteador) suele extenderse en un documento relativo al contrato denominado “carta
de porte”. El art. 10.1 Ley 15/2009 señala que tanto el porteador como el cargador
podrán exigírsela recíprocamente.
En los transportes por carretera el porteador está obligado a expedir la carta de
porte en tres ejemplares originales, firmados por cargador y porteador (art. 11.1): uno
para el remitente, otro ha de llevarlo el porteador durante el transporte y un tercero,
que también retiene el porteador, el cual ha de archivar (art. 11.3).
Contenido mínimo de la “carta de porte” (art. 10.1). En ésta habrán de recoger-
se los datos que describen los elementos del contrato, debiendo expresarse:
* los nombres y direcciones del cargador, expedidor, porteador y consignatario (nomi-
nativo ―es lo habitual―, a la orden o al portador);
* la designación de los efectos transportados, con especificación de la naturaleza de la
mercancía, del número de bultos y signos de identificación, indicación del carácter peligroso de
la mercancía enviada, la cantidad de éstas (p. ej., su peso) y la clase de embalaje;
* los gastos previsibles y el precio, con indicación de la persona que paga el precio;
* la fecha y lugar de la expedición;
* la fecha y lugar de entrega al porteador;
* la fecha y lugar de entrega al destinatario;
* la indemnización para el caso de retardo;
* las instrucciones para cumplir las formalidades administrativas.
La carta de porte puede ser extendida en forma nominativa, a la orden o al por-
tador, aunque lo habitual es que se haga de forma nominativa. La “carta de porte” se
considera un título de tradición, de manera que la posesión del título equivale a la po-
sesión de las mercancías.
Distinta de la carta de porte es el “talón”. Se trata de un documento de conte-
nido más escueto, que las empresas de transporte ferroviario y de servicio por carrete-
ra en líneas regulares entregan al cargador, en sustitución de la carta de porte y en el
que se expresan las condiciones del transporte, por remisión de las tarifas y reglamen-
tos.

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Obligaciones y derechos del porteador, cargador y destinatario.

A) Obligaciones y derechos del cargador o remitente.


Una vez perfeccionado el contrato de transporte por el consentimiento de las
partes (menos en el ferroviario, que se perfecciona por la entrega de las cosas al por-
teador), el cargador tiene algunas obligaciones:
a) Entregar al porteador la cosa o cosas convenidas en el lugar y en el momen-
to pactados, y en su defecto, según las condiciones generales del porteador o las se-
ñaladas por el uso; si no lo hace así, incurrirá en responsabilidad por retraso o incum-
plimiento (art. 19.1). Tal entrega deberá realizarse en debida forma para su adecuado
transporte (art. 21.1).
b) Declarar su calidad genérica o su contenido con exactitud y sin falsedad (art.
23.1), acompañándolas de los documentos que, en su caso, sean necesarios para su
transporte (p. ej., licencias de exportación). Debe expresar la naturaleza exacta del
peligro de algunas mercancías (art. 24.1).
c) Pagar el precio y gastos, si el transporte se hace “a portes pagados”, salvo
pacto en contrario (art. 37.1).
d) Hacerse cargo de las operaciones de carga de las mercancías a bordo de
los vehículos, salvo que las asuma expresamente el porteador. Habrá de soportar el
cargador los daños derivados de tales operaciones (art. 20.1 y 2).

Dos son los derechos fundamentales del cargador:


a) Puede exigir que el transporte se realice en la forma, tiempo e itinerarios
pactados.
b) Mientras sea dueño de las mercancías y éstas no sean entregadas en su
destino, el art. 29.1 reconoce al cargador como titular de un derecho de disposición,
consistente en la facultad para variar la consignación de las mercancías, o sea, para
cambiar la persona del destinatario de la carga o el lugar de destino de la misma, pu-
diendo también detener el transporte o devolver la mercancía a su punto de origen.
Este derecho de disposición puede ser atribuido por el cargador expresamente al des-
tinatario (art. 29.2).

B) Obligaciones y derechos del porteador o transportista.


Las obligaciones del porteador son asumidas en tres momentos y etapas dis-
tintas:
1.ª En el momento de la entrega de las mercancías, el porteador debe recibirlas
y custodiarlas (por sí o por medio de sus encargados) en el tiempo y el lugar pactados,

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siempre que sean de recibo para su transporte, comprobando el estado aparente y el
embalaje de las mercancías (art. 25.1).
2.ª Durante el transporte hasta el lugar al que está obligado a conducirlas y
entregarlas, el porteador soporta un cúmulo de obligaciones esenciales:
a) Poner el vehículo a disposición del cargador en el lugar y tiempo pactados,
debiendo ser adecuado para el tipo y circunstancias del transporte a realizar (arts. 17 y
18).
b) Custodiar las cosas con la diligencia pactada o que resulte connatural (se-
gún los usos técnicos) para la adecuada conservación de las mercancías.
c) Transportar las cosas por el itinerario pactado, a menos que lo impida causa
de fuerza mayor; si nada se subiese pactado, el transporte se hará por la ruta más
adecuada a las características de la mercancía y a las circunstancias de la operación
(art. 28.2).
d) Transportar las cosas en el plazo pactado, o en defecto de él, en las prime-
ras expediciones que haga al punto de destino.
e) Cumplir las formalidades administrativas inherentes a la naturaleza de la
carga que le fuere conocida.
f) De no poder realizarse el transporte en las condiciones pactadas, por causas
debidamente justificadas, el porteador deberá comunicarlo al cargador, pidiéndole
nuevas instrucciones. Si no se diesen éstas, el porteador habrá de tomar las medidas
adecuadas para el buen fin de la operación: devolver las mercancías al lugar de ori-
gen, depositarlas en almacén seguro o llevarlas al destino (art. 31.1 y 2).
3.ª Desde la arribada de las mercancías a su destino, soporta el porteador
otras obligaciones:
a) Entregar las cosas a su destinatario en el mismo estado en que las recibió
(sin pérdida ni menoscabo alguno) y dentro del plazo y en el lugar pactado, si lo hubie-
re (art. 33.1).
b) Entregar las cosas transportadas a la persona legitimada para recibirlas (le-
gitimación que dependerá de si la carta de porte es nominativa, a la orden o al porta-
dor); mas si el destinatario no fuera hallado, se negare a pagar los portes o rehusase
su recepción, el porteador deberá proceder a su depósito judicial, surtiendo éste para
él todos los efectos de la entrega.

La responsabilidad del porteador. El incumplimiento de tales obligaciones gene-


ra la responsabilidad del porteador (bien frente al cargador o bien frente al destina-
tario) siempre que aquél sea debido a culpa que le sea jurídicamente imputable. Mas

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para concretar tal responsabilidad es necesario averiguar a riesgo de quién viajan las
cosas porteadas.
El porteador habrá de responder en los siguientes casos:
* De las consecuencias derivadas de la pérdida o mala utilización de los docu-
mentos relativos a la mercancía que sean necesarios para realizar el transporte (art.
23.3).
* De la pérdida total o parcial de las mercancías, así como de sus averías, des-
de su recepción para el transporte hasta su entrega en destino, respondiendo también
del retraso en la ejecución del transporte (art. 47.1).
* De los actos y omisiones de sus auxiliares, dependientes o independientes, a
cuyos servicios recurra aquél (art. 47.3).
Supuestos de exoneración de responsabilidad del porteador (art. 48.1): aque-
llos casos en que pruebe que la pérdida (total o parcial) o avería de las mercancías, o
el retraso, se deben a la culpa del cargador o destinatario, por instrucciones no moti-
vadas de éstos, por vicio propio de las mercancías o por circunstancias que el portea-
dor no puede evitar y cuyas consecuencias no pudiera impedir. Ahora bien, en ningún
caso se exonera de responsabilidad por defectos de los vehículos utilizados para el
transporte (art. 48.2).

El porteador también es titular de derechos:


a) Percibir el precio del transporte, bien del cargador (si es “a portes pagados”),
bien del destinatario de las mercancías (si es “a portes debidos”). Cuando las mercan-
cías viajan “a portes debidos”, la obligación de entregarlas se condiciona al pago del
mismo, de modo que si el destinatario no lo efectúa, el porteador puede denegar dicha
entrega, sustituyéndola por su depósito judicial o en la Junta Arbitral de Transporte
competente (art. 44.1). No obstante, la mora en el pago del transporte comienza a los
30 días desde la puesta a disposición del destinatario (art. 41.1).
b) El porteador está facultado para solicitar la venta judicial de las mercancías
depositadas para cobrar los créditos derivados del pago del precio y los gastos origi-
nados por el transporte, privilegio que podrá hacerse efectivo con preferencia sobre los
restantes acreedores del deudor (art. 40.1).
c) El porteador podrá ordenar el registro de los bultos que se le entreguen para
transportar o verificar el peso y las medidas de las mercancías cuando sospeche fun-
dadamente de su falsedad (art. 26.1).
d) Podrá igualmente solicitar la venta judicial o ante la Junta Arbitral de Trans-
porte, de las mercancías que puedan deteriorarse durante el transporte (art. 44.2).

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e) Puede rechazar los bultos mal acondicionados o identificados para el trans-
porte o no acompañados de su documentación (art. 27.1).

C) Obligaciones y derechos del destinatario o consignatario.


La principal obligación del destinatario será pagar los gastos y el precio del
transporte, cuando las mercancías viajen “a portes debidos”; si no pagase, lo haría
subsidiariamente el cargador (art. 37.2). Además, deberá recibir las mercancías en el
lugar y en el momento pactados, debiendo asumir las operaciones de descarga de la
mercancía y los daños derivados, salvo que expresamente las asuma el porteador (art.
20.1 y 2).

Son varios los derechos del destinatario:


a) Está legitimado para exigir del porteador la entrega de las mercancías cuan-
do lleguen a destino, así como para exigirle la responsabilidad derivada del incumpli-
miento de esta obligación (art. 35.1).
b) El destinatario goza del denominado derecho de abandono o deje de cuenta,
con el fin de no verse obligado a recibir mercancías de tal forma deterioradas o averia-
das que resulten inútiles para su venta o consumo o que pretendan serle entregadas
con retraso imputable al porteador; en ambos casos puede el destinatario negarse a
recibirlas (abandonándolas o dejándolas de cuenta del porteador), exigiéndole al
transportista en su sustitución el valor objetivo o corriente (precio de mercado) que
aquéllas tuvieran en el lugar de destino en el día en que debió verificarse su entrega.
c) Si se pactase de forma expresa, tendrá un derecho de disposición de la mer-
cancía, pudiendo pedir al porteador que detenga el transporte, que devuelva la mer-
cancía a su origen o la entregue en lugar o a destinatario diferente (art. 29.2).

B) Especialidades del transporte ferroviario de cosas.


El transporte ferroviario está sujeto a una disciplina especial, la Ley 39/2003, de
17 de noviembre, del Sector Ferroviario.
Las características más importantes del contrato de transporte ferroviario son
(consultar la anterior Ley y comprobar):
a) Que tiene naturaleza de contrato real, de manera que se perfecciona con la
entrega de la cosa al porteador.
b) La responsabilidad del porteador comienza desde el mismo momento de la
entrega, aunque no se haya registrado la operación.
c) Se prescriben, como documentos del contrato, una declaración de expedi-
ción hecha por el remitente en la que se describan las mercancías y el porteador dará

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al remitente, nada más entregar las mercancías, un talón donde se expresa el número,
clase y peso de las mismas, el precio del transporte y el tiempo en que deba efectuar-
se.

IV. Transporte de viajeros por vías terrestres.

A) Transporte por carretera.

Concepto y características. Este transporte que, por vía terrestre, puede reali-
zarse tanto por ferrocarril como por medios automóviles por carretera, puede definirse
como «contrato por el que un empresario (porteador) se obliga mediante precio a tras-
ladar a una persona de un lugar a otro, en las condiciones pactadas». Regulado en el
art. 352 C.Com. El viajero es una persona que utiliza los medios de transporte que el
transportista pone a su disposición. Los elementos personales del contrato se simplifi-
can, pues junto al porteador aparece simplemente el viajero. La carta de porte se ve
sustituida por el billete, que habrá de contener los datos esenciales relativos al trans-
porte (indicación del porteador, fecha de expedición, puntos de salida y llegada y pre-
cio, ex art. 352).

Contenido del contrato. Perfeccionado el contrato por el consentimiento de las


partes, la entrega del billete prueba su existencia y, en general, su contenido míni-mo
(art. 352). De él surgen obligaciones y derechos fundamentales:
* El porteador está obligado no sólo a portear al viajero por el itinerario y plazo
pactados, sino también a poner a su disposición para hacerlo una plaza de la clase,
categoría y condiciones pactadas y fijadas por las disposiciones que le sean de aplica-
ción. Además, debe transportar su equipaje.
* El viajero está obligado principalmente a pagar el precio del transporte (fijado
por tarifas aprobadas por la Administración) y a respetar la adecuada utilización y
compostura en el viaje. Mas el billete no le autoriza para viajar por cualquier medio,
itinerario y fecha, sino exclusivamente por los fijados en él.

B) Transporte ferroviario de personas.


Existen normas particulares sobre el transporte ferroviario de personas: espe-
cialmente son de aplicación las “disposiciones concernientes a los viajeros” contenidas
en los siguientes textos:
Ley 38/2015 de 29 de septiembre, del sector ferroviario.
Real Decreto-ley 23/2018 de 21 de diciembre, de transposición de directivas en materia de marcas,
transporte ferroviario y viajes combinados y servicios de viaje vinculados.

Real Decreto 2387/2004 de 30 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento del Sector Ferroviario.
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En el ámbito internacional se han de tener en cuenta las “Reglas uniformes
relativas al contrato de transporte internacional de viajeros y equipajes por ferrocarril
(C.I.V.)”, que constituyen otro apéndice del citado Convenio relativo a los transportes
por ferrocarriles (C.O.T.I.F.) de 1980.

V. Contrato de transporte aéreo.

Transporte de viajeros.
Naturaleza. Se trata de un contrato consensual (de adhesión) y sometido a tarifas.
Obligaciones del porteador.
El porteador está obligado a expedir y entregar el “billete de pasaje” en forma
nominativa, con un contenido predeterminado por la LNA (art. 92). Este billete es in-
transferible y el porteador debe —en él o en talón adjunto— acusar recepción del
equipaje, legitimando al pasajero para exigir su devolución (arts. 93 y 99 LNA).

El porteador se compromete a transportar el equipaje del viajero, pero sólo se


hace responsable de él si lo ha recibido (art. 98); para que el viajero no pierda el ejer-
cicio de su acción contra el porteador por los daños sufridos por el equipaje, habrá de
formalizar la protesta o reclamación en el momento de su devolución por los defectos
averías ocasionados (art. 100).
El porteador se obliga a poner una plaza adecuada a disposición del viajero
para el vuelo contratado.
Obligaciones del viajero.
Serían las mismas del viajero en cualquier otro medio de transporte; pueden
consultarse las del transporte por carretera.

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Anulación o suspensión del viaje.
* El viaje podrá ser rescindido por el viajero si notifica su propósito al porteador
dentro de un plazo anterior al transporte, debiendo éste devolverle una parte del precio
pagado, según la antelación con que lo haga (art. 95 LNA).
* El viaje podrá anularse o retrasarse por iniciativa del porteador, rescindiendo
el contrato, si antes de su inicio fuese necesario por causa de fuerza mayor (art. 94.1
LNA), así como la exclusión del viajero se deba a padecer alguna enfermedad o a la
concurrencia de alguna circunstancia constitutiva de peligro o perturbación para el
buen régimen de la aeronave; quedará obligado el porteador sólo a devolver el importe
del pasaje (art. 96).
* Si el viaje debiera interrumpirse o suspenderse ya iniciado por causa de fuer-
za mayor, el porteador deberá transportar al pasajero hasta su destino por el medio
más rápido e idóneo, debiendo sufragar los posibles gastos de alojamiento y comida
producidos por aquellas causas (art. 92).

B) Transporte de mercancías.
1. Naturaleza del contrato. El contrato de transporte aéreo de mercancías
tiene una naturaleza real, en cuanto que se perfecciona con la entrega de las mercan-
cías (art. 102 LNA).
2. Elemento formal. El documento necesario para la formalización del contrato
es el “talón”, expedido (en forma nominativa, a la orden o al portador) sobre la base
de la declaración del remitente y que constituye prueba plena del contrato. Se trata de
un título de tradición que incorpora el derecho a retirar las mercancías y la posesión de
las mismas (arts. 102 y 103).
3. Obligaciones del porteador. El porteador está obligado a transportar la
mercancía dentro del plazo pactado y en la misma forma en que la recibió; su respon-
sabilidad es muy rigurosa y sólo queda eximido de ella por no haber realizado el trans-
porte en el tiempo pactado a cauda de fuerza mayor (art. 105); y sólo quedará liberado
de responsabilidad por no devolver la mercancía tal como la recibió, si la pérdida o
avería se debe a vicio propio de la cosa (art. 108); sin embargo, si la pérdida o avería
es debida a accidente, el porteador responde en cualquier supuesto, si bien dentro de
los límites que expondremos más adelante.
El porteador está obligado a entregar la cosa transportada inmediatamente
después de que ésta llegue a su destino (art. 107). Si la entrega no puede efectuarse
porque no se encuentra al destinatario o éste se niega a recibirla, el porteador lo co-
municará al remitente constituyéndose en depositario, y si transcurre un mes sin que el

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remitente disponga de ella, podrán venderse las mercancías en pública subasta (art.
109).
4. Obligaciones del remitente. Una vez perfeccionado el contrato de transpor-
te por la entrega de las cosas al porteador, el cargador o remitente se obliga a (son los
mismos deberes que en el transporte por carretera):
a) Entregar la cosa o cosas convenidas en el lugar y en el momento pactados,
y en su defecto, según las condiciones generales del porteador o las señaladas por el
uso; si no lo hace así, incurrirá en responsabilidad por retraso o incumplimiento. Tal
entrega deberá realizarse en debida forma para su adecuado transporte.
b) Declarar su calidad genérica o su contenido con exactitud y sin falsedad,
acompañándolas de los documentos que, en su caso, sean necesarios para su trans-
porte (p. ej., licencias de exportación).
5. El derecho de disposición del remitente. El remitente goza de un am-
plio derecho de disposición de las mercancías, pudiendo retirarlas del aeropuerto de
salida o de destino, detenerlas en el curso del viaje en un aeropuerto, cambiar el lugar
de destino o la persona del destinatario o pedir su retorno al aeropuerto de salida,
siendo de cuenta del remitente los gastos ocasionados por el ejercicio de tal derecho
(art. 112).
Cuando se trate de un transporte combinado entre varias empresas de nave-
gación aérea, se reconoce la responsabilidad solidaria frente al remitente o destinata-
rio de todos los porteadores (art. 110, en coincidencia con el art. 373 C.c.).

C) Responsabilidad del porteador en caso de accidente.


Las normas que la LNA prevé para regular la responsabilidad del porteador por
los daños producidos por accidente son comunes al transporte aéreo de personas y de
cosas.
Los daños con relación a las personas son la muerte, lesiones o cualquier otro
daño corporal acaecido a bordo o en las operaciones de embarque o desembarque
(arts. 115.1.º y 116.1.º). También prevén los arts. 115.3.º y 116.2.º el daño a las cosas
(mercancías o equipajes) desde que se entregan al porteador hasta que se devuelven.
El principio general (art. 121 LNA) contempla la responsabilidad objetiva del
porteador (por lo tanto, sin tener en cuenta si ha existido culpa por su parte), ya que
respondería por los daños causados por accidentes, aun en los supuestos de fuerza
mayor y caso fortuito.
Si los daños se hubiesen ocasionado por colisión entre aeronaves, los empre-
sarios de las mismas serían responsables solidariamente de los daños causados a
tercero. A los efectos de la relación ente los dos empresarios, se establece la norma

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de que si la colisión ocurre por culpa de la tripulación de una de ellas serán de cargo
del empresario los daños y pérdidas, y si la culpa fuese común, indeterminada o por
caso fortuito, cada uno de los empresarios responderá en proporción al peso de la
aeronave (art. 123). El porteador está obligado a suscribir un contrato de seguro que
cubra la responsabilidad por los daños sufridos por los pasajeros.

VI. Contrato de Transporte Marítimo.

A) Transporte de viajeros. [pasaje marítimo y cruceros, ]

1. Contrato de pasaje marítimo. Es un contrato mercantil regulado en los


arts. 693-705 C.Co., dentro del marco general del contrato de fletamento, pese a que
no es una modalidad del mismo, sino un contrato autónomo y modalidad del contrato
de transporte. Las condiciones generales incluidas en los billetes alteran la regulación
del C.Co., siendo controlados éstos en cierta manera por la Administración pública.
El contrato de fletamento es aquel por el que una persona (fletante) se obliga a
poner un buque armado y equipado (algo que falta en el arrendamiento del buque) a
disposición de otra (fletador), que se compromete a pagar una determinada cantidad
(flete), bien en proporción a un tiempo determinado o bien por la realización de uno o
más viajes.
El contrato de pasaje es aquel mediante el cual una de las partes (transportista
o porteador), mediante precio, se obliga frente a la otra (pasajero), a trasladarle de un
lugar a otro, con arreglo a las condiciones pactadas.
En el pasaje marítimo, que es un contrato consensual, se emite el billete como
medio de prueba que legitima al pasajero para gozar del derecho a la prestación del
servicio por el porteador; al ser nominativo el billete, no puede ser transmitido sin el
consentimiento del capitán.

2 Los cruceros turísticos. El contrato de crucero es una figura innominada y


atípica en el Derecho español. Es el «contrato en virtud del cual una parte, el organi-
zador o responsable del crucero, se obliga a transportar a un colectivo de pasajeros,
mediante precio, a una o varias localidades determinadas, según un itinerario conveni-
do, y a proporcionar otra serie de prestaciones, a bordo o en tierra, según las condi-
ciones del contrato». Aunque puede subsumirse el contrato de crucero marítimo dentro
de la categoría del contrato de pasaje.

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B) Transporte de cosas.
No reúne especialidades significativas respecto al transporte de mercancías
realizado por las vías anteriormente estudiadas, a las cuales nos remitimos.

Régimen de los llamados «Viajes Combinados».


El reconocimiento jurídico en una norma específica de viajes combinados persigue
proteger a los que contratan con una Agencia de Viajes un “viaje combinado”, o sea,
aquel en el que se ofrece al usuario no sólo un determinado transporte, sino también el
alojamiento y otros servicios turísticos que constituyan parte significativa del viaje or-
ganizado. Por tanto, existen dos partes del contrato: el organizador del viaje, que
puede actuar directamente o mediante un “detallista” (ambos considerados «Agencias
de viajes»); y el consumidor o usuario.
Regulación: Real Decreto-ley 23/2018, de 21 de diciembre, mediante el que se
procede a modificar el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los
Consumidores y Usuarios y otras leyes complementarias, a fin de transponer al
derecho interno la Directiva (UE) 2015/2302 del Parlamento Europeo y del Consejo, de
25 de noviembre de 2015 relativa a los viajes combinados y a los servicios de viaje
vinculados, por la que se modifican el Reglamento (CE) 2006/2004 y la Directiva
2011/83/UE del Parlamento Europeo y del Consejo y por la que se deroga la Directiva
90/314/CEE del Consejo.

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