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• La educación es un campo que trasciende la mera transmisión de

conocimientos. La escuela es un lugar donde se forjan valores, se


cultivan relaciones y se construyen comunidades. Sin embargo, a
pesar de este noble propósito, el ambiente laboral en las
instituciones educativas no está exento de los desafíos que afectan
a cualquier organización. Uno de estos desafíos, que a menudo
pasa inadvertido, pero que tiene un impacto significativo, es la
incivilidad en el ámbito educativo.
• La incivilidad laboral, como la definen Anderson & Pearson (1999),
comprende comportamientos de descortesía de baja intensidad
que van en contra de las normas de respeto mutuo en el lugar de
trabajo. Estos comportamientos, si bien no alcanzan la gravedad
que ameritaría sanciones formales, pueden minar la cultura de
respeto y colaboración que debería caracterizar a cualquier
institución educativa.
• Algunos ejemplos de incivilidad en el ámbito educativo podrían
ser: el uso de lenguaje inapropiado, ignorar a los colegas, esparcir
rumores, llegar tarde a reuniones, hacer chistes hirientes o
realizar gestos de desprecio. Estas acciones, aparentemente
inofensivas, pueden tener un impacto perjudicial en la moral y la
productividad de la comunidad educativa.
PRINCIPALES CAUSAS DE LA INCIVILIDAD EN
EL ÁMBITO EDUCATIVO

• La incivilidad en el ámbito educativo puede atribuirse a varias


causas, entre las cuales hay dos que suelen considerarse como las
más importantes. Una de ellas es la mayor informalidad en las
relaciones laborales. A medida que las normas tradicionales, como
la vestimenta y el uso de un lenguaje formal, se desdibujan, se
vuelve más difícil distinguir entre los comportamientos aceptables
y los inaceptables. Esta ambigüedad puede dar lugar a la
incivilidad.
• Otra causa importante es la explotación del estatus social y del
poder. Quienes tienen más poder o mayor estatus social a menudo
sienten que tienen más margen para cometer incivilidades sin
enfrentar consecuencias. Esta dinámica desigual puede crear
tensiones y divisiones en el ambiente laboral.
CONSECUENCIAS DE LA INCIVILIDAD EN EL
ÁMBITO EDUCATIVO

• A pesar de ser comportamientos de baja intensidad y


aparentemente sin intención de herir, la incivilidad persistente
puede tener consecuencias no deseadas en el ambiente educativo.
Estas consecuencias incluyen un aumento en los niveles de
trastornos psicológicos, como estrés, ansiedad y depresión entre el
personal educativo. Además, la incivilidad puede llevar a tasas
más altas de renuncias, menor motivación laboral, niveles
reducidos de pertenencia e identificación con la institución y una
disminución de la colaboración entre los miembros del personal.
• A largo plazo, la persistencia de la incivilidad puede incluso
afectar el rendimiento académico de los estudiantes, ya que un
ambiente laboral tenso y disfuncional no es propicio para el
aprendizaje efectivo.
¿QUÉ PUEDEN HACER LOS DIRECTIVOS
ESCOLARES?

• Ante este panorama, es fundamental que los directivos escolares


asuman un papel activo en la prevención y abordaje de la
incivilidad en sus instituciones. Aquí se sugieren algunas
estrategias clave que pueden implementar:

• Fomentar una cultura de respeto: Esto comienza con el ejemplo.


Los directivos deben ser modelos de comportamiento respetuoso y
promover activamente una cultura de respeto en toda la
institución.
• Establecer políticas y procedimientos claros: Las instituciones
educativas deben contar con políticas y procedimientos que definan
claramente lo que se considera incivilidad y las consecuencias de
estos comportamientos. Es importante comunicar estas políticas de
manera efectiva a todo el personal.

• Capacitación y sensibilización: Ofrecer capacitación sobre la


incivilidad y sus efectos puede ayudar a que los miembros del
personal sean más conscientes de sus acciones y su impacto en otros.
• Fomentar la resolución pacífica de conflictos: Los directivos
pueden proporcionar herramientas y recursos para que los miembros
del personal puedan abordar los conflictos de manera constructiva y
evitar que escalen hacia la incivilidad.

• Promover la igualdad y la inclusión: Trabajar para reducir las


brechas de poder y estatus social en la institución es fundamental
para prevenir la incivilidad. Esto incluye asegurarse de que todos los
miembros del personal se sientan valorados y escuchados.
• La incivilidad en el ámbito educativo es un problema real que no
debe subestimarse. Aunque los comportamientos de incivilidad
pueden parecer insignificantes individualmente, su impacto
colectivo puede ser devastador. Los directivos escolares tienen un
papel crucial en la creación de un ambiente laboral respetuoso y
colaborativo que beneficie a todo el personal y, en consecuencia,
a los estudiantes. Al tomar medidas proactivas para prevenir y
abordar la incivilidad, pueden contribuir a construir comunidades
educativas más saludables y exitosas.
• En resumen, recordemos que la educación no solo se trata de lo
que enseñamos en el aula, sino también de cómo tratamos a
quienes trabajan en nuestras escuelas. La incivilidad no tiene
cabida en un ambiente educativo que busca el bienestar de todos.
Juntos podemos construir un lugar donde el respeto mutuo y la
colaboración sean los pilares de nuestra labor educativa.

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