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Autismo y trabajo en el aula.

• Amplio espectro o
heterogeneidad de los
comportamientos y
procesos
neuropsicológicos que
manifiesta la población
autista.
• Además de la
diversidad de
síntomas, el autismo
también se puede
manifestar
Autismo y trabajo en el aula.
• Esto implica que no todas las actividades ni todas las
estrategias pedagógicas van a ayudar por igual a la totalidad
de la población autista.
• Por eso, y especialmente en los casos de autismo, es
imprescindible la individualización de los procesos de
enseñanza y los programas de intervención personalizados.
• No obstante, los manuales de diagnóstico en
psicología, como el DSM-V, advierten una serie
de características comunes en los niños autistas:
• Claras dificultades en la comunicación
• Problemas de interacción social
• Baja flexibilidad en comportamientos y pensamiento
Autismo y trabajo en el aula.
• Trabajar de manera colaborativa con la familia, entrevistas para
conocer al estudiante, intereses, formas de comunicarse, rutinas,
entre otros.
• Entrenar la motricidad fina y gruesa, mediante diversas actividades.
• Contacto visual. Durante las interacciones con el niño, ya
sea durante las conversaciones o cuando le va a dar
instrucciones, el adulto debe invitar al niño a que le mire a
la cara. Los juegos de imitación ayudan para acostumbrar al
niño a mantener el contacto visual con los demás.
• El niño autista no solo se caracteriza por manifestar una
serie de dificultades en su desarrollo como individuo,
también dispone de pequeños grandes talentos que
beneficiarán su aprendizaje: su minuciosidad en la
realización de tareas, sus altas destrezas en tareas
mecánicas o la curiosidad que muestra ante el
funcionamiento de un objeto.
Autismo y trabajo en el aula.
Ambiente organizado y estructurado, le da seguridad, y ayuda a
regular su comportamiento, saben a que corresponde cada momento.

Utilizar material concreto, como medida de refuerzo o para compensar


ansiedad o frustración frente alguna actividad, ejemplo: bloques,
cubos para hacer torres, rompecabezas, juegos para ensartar.

Utilizar juguetes que imiten roles, set de cocina, casa de muñecas,


carrito de compras, comida en miniatura.

A través del juego, los niños y niñas en general desarrollan la


capacidad de observar a las personas, de imitar a otros, de
representar o simular lo que han visto o lo que piensan y por esto, el
juego es para ellos una vía o un medio de aprendizaje. Por tanto, en
lugar de que el juego sea un mediador, o una estrategia, para los niños
y niñas con autismo el juego es un objetivo. Esto significa que es
necesario enseñarles a jugar, dándoles los apoyos y ayudas necesarias
para que aprendan a hacerlo.
Autismo y trabajo en el aula.
Manténgase al nivel físico del niño o niña:
Esto significa ponerse cara a cara y se sorprenderá de lo que sucede: Por un lado, el
adulto aprende más acerca de los niños al observar sus expresiones faciales, lo que les
llama la atención. Por otra parte, ellos le observan al pronunciar una palabra, utilizar
un gesto o hacer una expresión facial. Se debe hablar con los niños/as, no a los
niños/as.
Las láminas son una herramienta fundamental en el aprendizaje y el desarrollo de la
comunicación, por las siguientes razones:
Le facilitan al niño o niña la comprensión de los eventos, actividades y situaciones
que suceden día a día. Por esto, es posible utilizar agendas de actividades y secuenciar
las actividades que van a realizar. Ayudan a comprender la información más
rápidamente, porque permanecen más tiempo que la palabra.
Pueden ser una herramienta para la expresión cuando los estudiantes no hablan o su
lenguaje es deficiente.
Mejoran el procesamiento de la información, porque los estímulos visuales se
codifican en el cerebro más rápidamente que los auditivos. Incrementan los niveles de
participación de los niños y niñas, así como la independencia en el desarrollo de las
tareas.

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