Es un tratamiento quirúrgico de fracturas, en el que estas son
reducidas y fijadas en forma estable. Para ello se utiliza la implantación de diferentes dispositivos tales como placas clavos tornillos alambres agujas entre otros. Inicialmente estos implantes estaban fabricados de acero de grado medico, pero al ir revolucionando se han sumado otros materiales mas biocompatibles como aleaciones de titanio y polímeros bioabsorbibles como PLLA(polimero de acido poli láctico) Reparación de fracturas radio-cubitales y complicaciones
El tratamiento de este tipo de lesiones, habitualmente
centradas en los tercios medio o distal del antebrazo, suele ser quirúrgico, mediante el implante de placas de osteosíntesis, fijadores externos, agujas de Kirchner u otras combinaciones. Las fracturas radio-cubitales constituyen en torno al 10-20% de todas las fracturas presentes en los animales de compañía. Entre estas fracturas, las más frecuentes son las que afectan a los tercios medio y distal de ambos huesos. Cuando las fracturas afectan a la zona proximal en muchas ocasiones únicamente se ve afectado uno de ambos huesos, como en el caso de las fracturas de olécranon. Causas de fracturas en el miembro anterior
La etiología de las fracturas del antebrazo es muy
variada y, entre otras, podemos citar: • Atropellos por vehículos de motor. • Ataques y mordeduras de otros animales (particularmente cuando hay diferencias de tamaño). • Caídas desde distintas alturas. En este caso tendremos desde gatos con “síndrome paracaidista” hasta caninos de razas miniatura que se fracturan el antebrazo por pequeños traumatismos al caer desde el regazo de sus propietarios, sillones, mesas, etc • En animales de razas “mini” otra causa frecuente es que los dueños pisen de forma no intencionada a su mascota. • En el caso de perros de caza también existen fracturas por torsión o atrapamiento del miembro anterior durante las carreras y/o saltos en terrenos de piso irregular o desniveles propios del lugar en el que realizan ejercicio. También son Combinación de una placa con frecuentes las fracturas por un fijador armas de fuego e incluso por externo. El objetivo en este caso fue aumentar engancharse en trampas tipo la estabilidad mecánica una vez colocada la cepo. placa, y estabilizar las fuerzas de tensión en el foco de fractura. Suelen ser fracturas abiertas
Las fracturas radio-cubitales abiertas son probablemente
las más frecuentes si se comparan con el resto de fracturas abiertas de los huesos del esqueleto apendicular y se pueden dar en cualquiera de las situaciones anteriores, sobre todo en los casos en los que la energía cinética que provoca la fractura sea alta. En estos casos, como la envoltura muscular en el antebrazo medio-distal es pequeña, el propio hueso fracturado corta y genera una solución de continuidad con la piel a través de las envolturas músculo-tendinosas. Tratamiento conservador
El tratamiento de las fracturas de antebrazo de forma
conservadora suele limitarse a casos excepcionales, como por ejemplo animales jóvenes en los que se producen fracturas en tallo verde con un desplazamiento mínimo interfragmentario o animales con fractura de radio o cúbito si uno de ambos huesos permanece intacto y puede actuar como “férula” para contribuir a la estabilización del antebrazo junto con una inmovilización adecuada. En la mayoría de las situaciones, las inmovilizaciones con férulas, vendajes y escayolas están contraindicadas porque suelen tener un alto índice de aparición de fracasos, entre los que destacan: deformidades angulares, fibrosis y sinóstosis radio- cubitales, mala unión e incluso no-unión, que pueden conducir a la pérdida completa de la funcionalidad del miembro afectado. Para estos casos y, especialmente, en el caso de fracturas abiertas y/o contaminadas el tratamiento de elección es la reparación quirúrgica. Tratamiento quirúrgico
Para reparar una fractura de radio, cúbito o radio-cubital
podremos utilizar placas de osteosíntesis, fijadores externos, agujas de Kischner u otras combinaciones. El uso de clavos centromedulares puede estar indicado como método complementario en el caso de fracturas de cúbito, pero no debe ser usado para reparar las fracturas de radio debido a las dificultades técnicas que esto puede plantear y los pobres resultados obtenidos puesto que el radio es un hueso aplanado en dirección cráneo-caudal, sin curvatura y con las epífisis bloqueadas anatómicamente . Otro tipo de fracturas frecuentes son las que afectan únicamente al cúbito proximal (fracturas de olecranon y de tercio proximal de cúbito), que a menudo son reparadas con bandas de tensión.
Otros factores que determinan la elección de la técnica quirúrgica y
los implantes Dando por supuesto que todavía no se ha descubierto el implante ideal como tampoco se ha descubierto, por ejemplo, el anestésico ideal, y haciéndonos eco de la expresión de que “en cirugía ortopédica se operan pacientes vivos y no radiografías” consideramos que la elección de la técnica quirúrgica y los implantes más adecuados debe basarse en el estudio completo del caso, así como en la evaluación de riesgos y complicaciones, teniendo para ello presente las oportunidades y desventajas de los métodos elegidos, así como otros factores entre los que podremos citar: 1. Raza, peso y tamaño del animal. 2. Especie. 3. Edad del animal. 4. Clasificación de la fractura. 5. Presencia de contaminación. 6. Condicionantes humanos, carácter del animal, colaboración del propietario y experiencia por parte del cirujano. Raza, peso y tamaño del animal Razas toy Las razas toy, en casos de fracturas distales, son las más castigadas en cuanto a la aparición de complicaciones. En estos animales conseguir una consolidación de la fractura puede llegar a ser un reto para el cirujano, no sólo por la dificultad técnica de la reducción y aplicación de implantes en un radio que en algunos casos no supera los 3-4 mm de diámetro, sino porque son muy frecuentes los retrasos de consolidación debido probablemente a la combinación de un compromiso vascular que se une a fenómenos de “stress protection”. Muchos animales de razas pequeñas y miniaturas tratados previamente de manera conservadora con inmovilizaciones externas durante periodos de tiempo prolongados sufren una rápida aparición de osteoporosis. Si esto ocurre se compromete de forma grave la reparación posterior con implantes al estar la resistencia mecánica del hueso completamente mermada. En el caso de que sea una fijación externa la utilizada en estos animales de pequeña talla (tanto perros como gatos), la utilización de cementos acrílicos en lugar de “clamps” conectores mejora los resultados porque aligeran el sistema, con el consiguiente confort para el paciente, además de simplificar el trabajo para el cirujano. El uso de placas con materiales biodegradables y tornillos AO está descrito en la bibliografía para la reparación de fracturas en razas toy sin que el autor tenga experiencia en estos casos. Razas grandes y gigantes La reparación de fracturas radio-cubitales en casos de razas grandes y gigantes también puede complicarse en numerosas ocasiones. En estas situaciones es más probable la aparición de problemas relacionados con la rotura y/o aflojamiento precoz de los implantes. Se trata de perros difíciles de controlar en la etapa posoperatoria (animales que suelen hacer vida exterior y a cuyos propietarios les cuesta controlarlos físicamente) y que someten al foco de fractura a unas potentes fuerzas de carga, por lo que una correcta elección y aplicación de material ortopédico es el punto crítico para la obtención de la consolidación adecuada. Para reforzar la estabilidad en este tipo de situaciones a menudo se recurre a la combinación de implantes, entre los que se pueden citar: • Combinación de dos placas de osteosíntesis (placa mayor en cara anteroposterior del radio y menor en la cara medial del radio). • Placa de osteosíntesis en cara craneal o medial combinada con un clavo centromedular en el cúbito. • Placa tanto en radio como en cúbito. • Combinación de placa y fijador o hemi- fijador externo. Especie En este punto el gato merece una mención especial porque, como ya se ha dicho muchas veces, “un gato no es un perro pequeño”. Conviene recordar que muchos gatos que presentan fracturas radio-cubitales son “paracaidistas” y, por tanto, poli traumatizados. A menudo las fracturas de metacarpianos pasan desapercibidas en las primeras exploraciones y se hacen evidentes después de reparar la fractura, con la consiguiente reprobación por parte del propietario. El hueso del gato adulto tiene un módulo de elasticidad más bajo que el del perro, por lo que es frecuente la aparición de líneas de fisura que, partiendo del foco de fractura, se desestabilizan y extienden durante el momento de la reducción de los fragmentos. Por el mismo motivo las manipulaciones con pinzas de hueso, el perforado con brocas, agujas, etc., el tensado de alambre ortopédico o el roscado de los tornillos pueden ser críticos durante la cirugía y en el posoperatorio inmediato. Esta situación puede resultar crítica en el caso de gatos obesos y que, sin embargo, reciben alimentación de baja calidad nutricional. Edad del animal Las fracturas radio-cubitales son especialmente delicadas si se producen en cachorros de razas grandes cuando todavía existen potenciales de crecimiento considerables. En estas situaciones, al tratarse de un crecimiento par de huesos (cúbito y radio), si hay lesiones que provoquen el cierre prematuro y/o irregular de alguna de las placas de crecimiento o bien sinóstosis cicatriciales, la consecuencia derivada será la aparición de una deformidad angular en el antebrazo por asincronía de crecimiento entre ambos huesos. Clasificación de la fractura
Desde el punto de vista biomecánico una consideración
muy importante que se debe tener en cuenta es la ley física descrita por Arquímedes y conocida como el efecto palanca. En las fracturas de radio de tercio distal hemos de tener muy presente esta ley física, puesto que cuando apliquemos una placa de osteosíntesis debe ser suficientemente larga para no producir una concentración de fuerzas en un punto de apoyo que haga que se pueda fracturar de nuevo el hueso Fracturas abierta y/o contaminadas
En las fracturas radio-cubitales cualquier caso de
aparición de osteomielitis es una grave complicación debido a la escasa presencia de masa muscular e irrigación de la zona, lo que provoca un rápido avance de la infección si no se trata en tiempo y forma adecuada. Esto conduce a la lisis y pérdida irremplazable de grandes cantidades de tejido óseo. En estas ocasiones resulta determinante el manejo inicial adecuado de la herida (lavado, inmovilización necesaria, terapia antibiótica) y en la mayoría de las situaciones se va a requerir una hospitalización prolongada. La fijación externa suele ser la opción más adecuada, sobre todo si se trata de fracturas abiertas de tipo III, con un alto riesgo de contaminación. En este punto debemos tener precaución con los vendajes en las fracturas contaminadas que, si son aplicados con una técnica incorrecta y con un seguimiento deficiente, pueden complicar más que servir de ayuda. En cualquier caso, las complicaciones posquirúrgicas de este tipo de fracturas son frecuentes y, en algunos casos, pueden conducir a la pérdida completa de la funcionalidad de la extremidad (algunas requieren la amputación del miembro). Para la reparación de fracturas con grandes defectos de hueso, la utilización de placas fabricadas a medida junto con la utilización de injerto óseo esponjoso y ayudado con factores de crecimiento plaquetario es una interesante opción. Conclusiones
A modo de resumen podríamos añadir que la
reparación de fracturas radio-cubitales precisa una evaluación pre quirúrgica minuciosa, así como un seguimiento continuo y estricto que nos permita identificar y tratar cuanto antes la presencia de complicaciones. Contar con el implante adecuado y el equipo necesario para su aplicación puede ser un punto crítico, sobre todo en animales de raza toy.