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TRASTORNOS DE

PERSONALIDAD
( 2020)
¿Qué es la personalidad?
En psicología, cuando hablamos
de personalidad nos referimos a
un conjunto de pensamientos,
sentimientos y comportamientos
profundamente incorporados,
que persisten en el tiempo y nos
hacen únicos e irrepetibles.
Dimensiones

la inteligencia, que hace referencia a nuestro comportamiento


cognitivo, formada por algunas variables como la atención, la
capacidad de observación, la memoria, el aprendizaje y las
habilidades para socializarse.
Genotipo y Fenotipo.
Genotipo: las potencialidades que tenemos debido a nuestra
constitución biológica, es decir, lo que podríamos o
deberíamos ser y está determinado por la herencia y el
desarrollo neuropsicológico.

Fenotipo: hace referencia a la manifestación conductual de


nuestra personalidad, es decir, lo que hacemos y cómo lo
mostramos, y está determinado por el genotipo y por los
procesos de aprendizaje a lo largo de nuestra vida
Aunque es objeto de debate intenso, todas las clasificaciones
actuales de los trastornos de la personalidad exigen: 1) que el
comienzo del trastorno se ubique en la infancia o en la
adolescencia (inicio precoz); 2) que haya una persistencia de
la conducta en el tiempo y en casi todas las situaciones
(estabilidad y consistencia); y 3) que cause sufrimiento
TRASTORNOS SEGÚN DSM 5
personal, problemas en el trabajo o dificultades en las
relaciones familiares o sociales. Al igual que los problemas de
salud mental, los trastornos de la personalidad son
probablemente el resultado de la interacción de múltiples
factores ambientales y genéticos.
Trastorno general de la personalidad
 A. Patrón perdurable de experiencia interna y comportamiento que se
desvía notablemente de las expectativas de la cultura del individuo.
Este patrón se manifiesta en dos (o más) de los ámbitos siguientes:

1. Cognición (es decir, maneras de percibirse e interpretarse a uno


mismo, a otras personas y a los acontecimientos).

2. Afectividad (es decir, amplitud, intensidad, labilidad e idoneidad de


la repuesta emocional).

3. Funcionamiento interpersonal.

4. Control de los impulsos.


10 diagnósticos agrupables en tres categorías
(clusters),
Grupo A (trastornos raros o excéntricos): Este
grupo se caracteriza por un patrón penetrante de
cognición (por ej. sospecha), expresión (por ej.
lenguaje extraño) y relación con otros (por ej.
aislamiento) anormales.
• Paranoide
La persona tiene un patrón de
desconfianza y recelos de los
demás en forma prolongada. Son
individuos suspicaces, resentidos y
hostiles que responden
airadamente ante cualquier
situación próxima al ridículo.
Ellos se perciben como inocentes,
justos y nobles, por el contrario
consideran a los demás maliciosos,
malintencionados e interesados.
Cuestiones terapéuticas
 El sujeto con un TPP que acude a tratamiento
lo hará generalmente por problemas en las
relaciones con los demás
 La primera tarea del terapeuta al abordar este
trastorno es establecer una relación de
colaboración con el paciente. (aceptar
abiertamente la desconfianza del paciente)
a. Reducción de la sensibilidad del paciente ante las críticas
provenientes de los demás. Entre los procedimientos que se
utilizan para alcanzar este objetivo se encuentran la relajación
muscular o alguna estrategia de reestructuración cognitiva,

b. Entrenamiento en habilidades sociales. Aquí se plantean


cuatro áreas que el paciente debería mejorar: 1. Atención social,
2. Procesamiento de la información, 3. Emisión de la respuesta,
4, Retroalimentación, con el fin de utilizar las consecuencias de
su conducta de forma apropiada, aprendiendo a utilizar la
retroalimentación negativa (a pesar de su sensibilidad a las
críticas) de forma constructiva y prestando atención al aumento
de retroalimentación positiva.
• Esquizoide
La persona tiene un patrón
vitalicio (de por vida) de
indiferencia hacia los demás y de
aislamiento social. La ausencia de
relaciones sociales no es debida a
la ansiedad sino a un rechazo
voluntario porque se autopercibe
como suficiente y a los demás
como intrusivos e indeseables.
Cuestiones terapéuticas
 La falta de motivación para cambiar de estos sujetos, así
como sus limitaciones en la expresión afectiva,
constituyen importantes obstáculos para que una terapia
tenga éxito.

 Entrenamiento en habilidades sociales (especialmente en


grupo) y la exposición graduada a tareas sociales, como el
establecimiento de actividades sociales estructuradas,
pueden ser procedimientos de ayuda para mejorar y
aumentar las relaciones interpersonales de los sujetos con
un TEP
Esquizotípico
Es una condición mental por la cual una persona tiene
dificultad con las relaciones interpersonales y
alteraciones en los patrones de pensamiento,
apariencia y comportamiento. Es decir, se comportan
de manera extraña, destacan por una apariencia muy
peculiar, resulta difícil entender qué dicen tanto por el
contenido como por la forma. Tienen escasa
afectividad y se mantienen aislados socialmente
debido a la gran ansiedad que les produce el contacto
social, además de sostener creencias extravagantes.
Cuestiones terapéuticas
 El entrenamiento en habilidades sociales y el
manejo del estrés, utilizados de manera similar
a la expuesta en el apartado del trastorno
paranoide de la personalidad
Grupo B (trastornos dramáticos,
emocionales o erráticos) Estos
trastornos se caracterizan por un
patrón penetrante de violación de
las normas sociales (por ej.
comportamiento criminal),
comportamiento impulsivo,
emotividad excesiva y
grandiosidad.
Antisocial
 Es una condición mental por la cual
una persona tiene un patrón
prolongado de manipulación,
explotación o violación de los
derechos de otros. Percibe a los
demás como débiles y muestran
deshonestidad, impulsividad,
agresividad e irresponsabilidad en
sus actos, así como una falta de
remordimientos frente al daño
causado a los demás
Cuestiones terapéuticas
 a. Los programas son más eficaces con sujetos que se
encuentran en el rango moderado del trastorno.

 b. La intervención es más eficaz cuando se abordan


aspectos que conducen a la conducta delictiva, como los
valores y actitudes antisociales, relaciones con otros
delincuentes, dependencia de las drogas y déficit
educativos-laborales.

 c. El tratamiento debería enseñar y fortalecer las


habilidades interpersonales y modelar las actitudes
prosociales
Para el tratamiento de delincuentes sexuales donde los
objetivos de la intervención se dividen en dos áreas:

Objetivos específicos al delito, que incluyen superar la


negación y la minimización, mejorar la empatía con la víctima,
cambiar las creencias y actitudes distorsionadas, modificar las
fantasías inapropiadas y desarrollar un plan de prevención de
las recaídas.

Objetivos relacionados con el delito, que se refieren a temas


considerados como precursores o que influyen en el delito, tales
como deficientes habilidades de relación, pobre solución de
problemas, consumo de sustancias psicoactivas, escaso control
de la ira y habilidades para la vida inadecuadas.
Límite
Es una condición mental por la cual
una persona tiene patrones
prolongados de emociones
turbulentas o inestables. Se define
por la inestabilidad tanto de la
autoimagen y de las relaciones
interpersonales, como del humor.
Por esto, es frecuente observar una
alternancia entre la idealización y la
devaluación de sus amistades, junto
con un esfuerzo frenético por no ser
abandonado.
Cuestiones terapéuticas
 1. La terapia cognitiva de Beck: El enfoque de Beck y
Freeman (1990) consiste en cuestionar los patrones de
pensamiento disfuncionales, prestando especial atención a
las suposiciones y a los errores básicos del pensamiento
(distorsiones cognitivas). Para este enfoque, el individuo
con un TLP mantiene tres suposiciones básicas que
influyen sobre la conducta y las respuestas emocionales:
«El mundo es peligroso y malévolo», «soy débil y
vulnerable» y «soy inaceptable en esencia». Igualmente, el
pensamiento dicotómico juega un papel esencial en
perpetuar las crisis y los conflictos.
2. La terapia cognitiva centrada en Los
esquemas, de Young: ha desarrollado la
“terapia cognitiva centrada en los esquemas”
para el tratamiento de los trastornos de
personalidad en general.

La terapia cognitivo-conductual dinámica (TCCD),


propuesta por Turner (1989, 1992, 1994), aborda el
tratamiento del TLP centrándose principalmente en los
componentes impulsivos de ira del TLP. Este enfoque de
terapia cognitivo-conductual integra estrategias
terapéuticas dinámicas para clarificar y modificar los
esquemas del paciente.
La terapia dialéctica conductual implica, de forma simultánea,
terapia individual y entrenamiento en habilidades sociales,
acompañados normalmente por terapia de grupo (Aramburu,
1996; Linehan, 1993a, b). El formato de grupo es psicoeducativo,
enfatizando la adquisición de las habilidades conductuales, como
la eficacia interpersonal, la regulación de las emociones, la
tolerancia ante el malestar, las prácticas de meditación y el
autocontrol.

La formulación clínica de caso, de Turkat


Histriónico
Es una condición mental por la cual las personas actúan
de una manera muy emocional y dramática que atrae la
atención hacia ellas. No soportan ser ignorados o
rechazados. Utilizan su aspecto físico para llamar la
atención, así como mostrarse exageradamente emotivos.
Cuestiones terapéuticas
 El entrenamiento en empatía puede ser útil. Por
medio de este procedimiento se le enseñan al
paciente habilidades básicas como la escucha
activa, parafrasear y a reflejar lo que el otro dice.
El objetivo es que aprenda a prestar más atención
a la gente que está a su alrededor y a centrarse
cada vez más en los sentimientos de los demás.
Se puede utilizar la representación de papeles
con retroalimentación por medio del vídeo.
1. La terapia de integración, de Horowitz

2. La terapia cognitiva, de Beck

a. Anotar los pensamientos por medio de la hoja de Registro Diario


de Pensamientos

b. Dedicar un tiempo extra a explicar a los sujetos con un THP la


utilidad de las tareas para casa,

c. Entrenamiento en habilidades de solución de problemas.


d. Entrenamiento en asertividad.

e. Cuestionar la creencia de que la pérdida de una relación sería


desastroso.
f. Si tienen una relación íntima con otra persona, es probable
que necesiten terapia de pareja.
3. La terapia de valoración cognitiva, de
Wessler
Es una condición mental por la
cual una persona tiene: sentido
exagerado de egocentrismo, una
preocupación extrema por sí
misma y falta de empatía con
otras personas. Puesto que ellos
son un caso especial, les parece
lícito saltarse las normas y utilizar
a los demás para su beneficio. En
Narcisista la mayoría de los casos son muy
sensibles a la crítica y por tanto
pueden presentar problemas
relacionados con estados de
ánimo.
Cuestiones terapéuticas
 Una vez que se han identificado los objetivos de
tratamiento, se pueden utilizar las técnicas
conductuales y/o cognitivas que sean necesarias,
aunque es probable que las primeras sean más
útiles, al menos inicialmente, al requerir menos
autorrevelación que los procedimientos
cognitivos. Un aspecto esencial de la terapia es
que el terapeuta establezca y mantenga
directrices y límites firmes y sólidos en la terapia
 Grupo C (trastornos ansiosos o temerosos) Este
grupo se caracteriza por un patrón penetrante
de temores anormales, incluyendo relaciones
sociales, separación y necesidad de control.
 Es una condición mental por
la cual una persona tiene un Evitación
patrón vitalicio de sentirse
muy tímida, inadecuada y
sensible al rechazo, debido a
que se percibe como muy
vulnerable y socialmente
incapaz. Ven a los demás
como superiores y críticos, y
evitan situaciones en las que
puedan sentirse juzgadas o
evaluadas.
Cuestiones terapéuticas
 a. Entrenamiento en relajación con o sin desensibilización
sistemática, utilizadas para disminuir la ansiedad asociada
con los encuentros sociales problemáticos. b.
Entrenamiento en habilidades sociales, con los elementos
del ensayo de conducta, el modelado, las instrucciones, la
retroalimentación/reforzamiento y las tareas para casa. c.
Terapias cognitivas dirigidas a eliminar las suposiciones,
atribuciones y autoverbalizaciones asociadas
frecuentemente con las ansiedades sociales. d. Técnicas de
exposición, utilizadas conjuntamente con uno o varios de
los procedimientos anteriores.
Dependencia
Es una condición mental por la cual las personas
dependen demasiado de otros para satisfacer sus
necesidades emocionales y físicas. Tienden a
idealizar a los demás, mostrándose desvalidos,
incapaces de hacer nada por su propia cuenta y
muy absorbentes en sus relaciones con los
demás.
Cuestiones terapéuticas
 El principal objetivo de la terapia para sujetos
con un TPD es ayudarles a que aprendan a ser
gradualmente más independientes de las
personas de su entorno (incluyendo al
terapeuta), aumentar la confianza en sí mismo
y la sensación de autoeficacia (Freeman et al.,
1990).
1. El terapeuta no debe sentir pena por el paciente, ni
expresar actitudes que indiquen lástima. 2. No permitir
al paciente que intente agradar o complacer al
terapeuta. 3. No tomar la responsabilidad de establecer
los problemas del paciente. 4. Incitar la ira. En la
seguridad de la clínica, se intenta provocar sentimientos
negativos, especialmente la ira. Esto se puede hacer, por
ejemplo, defendiendo a la persona de la que se queja el
sujeto. 5. Pedir al paciente que sea su propio terapeuta.
6. Suponer que el paciente etiqueta erróneamente al
menos parte de su ira como “ansiedad”. 7. Ayudar al
paciente a colocar límites en sus relaciones
interpersonales. 8. Utilizar la retroalimentación para
contrarrestar las maniobras de dependencia realizadas por
el paciente.
Obsesivo-compulsivo

Es una condición mental por la cual la persona está


preocupada por las reglas, el orden y el control. Son
personas sumamente perfeccionistas, detallistas y
organizadas, con dificultad para delegar tareas, muy
escrupulosas. Se consideran a ellos mismos como
muy responsables y competentes, pero a los demás
como lo contrario. Esto, evidentemente, les llega a
resultar incapacitante.
Cuestiones terapéuticas
 a. Establecimiento de un programa de trabajo, dando
prioridad a algunos problemas y concentrándose en un
tema cada vez. b. Entrenamiento en relajación, para
reducir la tensión y la ansiedad de forma adaptativa. c.
Entrenamiento en solución de problemas, para establecer
prioridades y escoger soluciones. d. Controlar los
pensamientos obsesivos. Esto se puede hacer por medio de
la detención del pensamiento o imaginando cosas
agradables o neutrales. A veces puede ser útil establecer un
momento específico y limitado del día en el que el
paciente puede darle vueltas y vueltas a sus pensamientos.
e. Programación de actividades. Este procedimiento puede ser
útil cuando la ineficacia y la demora en hacer el trabajo están
causados porque el paciente se siente abrumado debido a que
no aborda las tareas de forma sistemática. f. Utilización de la
hoja de Registro de Pensamientos Disfuncionales, prestando
atención especialmente a la columna donde se recogen las
emociones. g. Entrenamiento en autoinstrucciones,
desarrollando un conjunto de verbalizaciones de afrontamiento
como respuesta a los pensamientos automáticos. h.
Identificación de las suposiciones subyacentes al TOCP y su
sustitución por ideas más racionales y adaptativas. i.
Procedimientos para aumentar la empatía del paciente, dada la
tendencia de éste a prestar poca atención a sus emociones y a
las emociones de los demás. Ese aumento de empatía le
ayudará a resolver aspectos problemáticos de sus relaciones
interpersonales.
10 creencias erróneas que tiene la
gente sobre
los trastornos de personalidad
1. Rasgos de Personalidad = Trastorno de Personalidad
Una persona puede tener los rasgos de un trastorno de
personalidad sin necesariamente tener un diagnóstico. Por
ejemplo, pueden demostrar
conductas narcisistas en el trabajo, pero no en casa. Para ser un
trastorno de
personalidad, los síntomas deben extenderse a múltiples
entornos.
2. Trastorno de Personalidad = Conducta Abusiva
No todas las personas con un trastorno de personalidad diagnosticado
demuestran conductas abusivas. Ni tampoco la presencia de comportamientos
abusivos indica que existe un trastorno de personalidad. Una persona puede
tener un trastorno de personalidad y no tratar a otros de manera abusiva. El
abuso no es un resultado natural de los trastornos de personalidad.
3. Los Trastornos de Personalidad se ven igual en todos
La razón por la cual hay una clasificación de diferentes trastornos de
personalidad es que hay similitudes notables. Pero de ninguna manera
significa que se verá exactamente igual en todos. Pueden compartir
características similares pero sus experiencias de vida, emociones, reacciones,
historia de trabajo y relaciones son muy diferentes.
4. Trastorno de Personalidad = Disfunción Laboral
Mientras que algunos individuos pueden tener problemas en el
trabajo, hay muchísimas personas diagnosticadas con trastornos de
personalidad que funcionan muy bien en ambientes de trabajo.
Algunas profesiones incluso son
más adecuadas para personas con ciertos trastornos de
personalidad. Por ejemplo, una persona con trastorno Paranoide
de la Personalidad puede ser un
detective, investigador u oficial de inteligencia excelente.
5. El Trastorno de Personalidad lo explica todo Al contrario,
frecuentemente es el principio que ayuda a entender, no el final.
Los Trastornos de Personalidad pueden tener comorbilidad con
una variedad
de trastornos, incluso otros trastornos de personalidad.
Generalmente ayuda a enmarcar a otros trastornos como
depresión, ansiedad o adicción
6. Las personas con Trastornos de Personalidad exhiben
todas las
características
Hay una razón por la cual el DSM-V afirma que se necesitan
cuatro o más de
las 8 posibles características de un Trastorno Obsesivo-
Compulsivo de la
Personalidad, por ejemplo. No todas las personas con el mismo
diagnóstico
exhiben todos los rasgos.
7. La cultura no tiene relación con los Trastornos de
Personalidad
Es muy importante tomar en cuenta el contexto cultural de una
persona antes
de diagnosticar un trastorno de personalidad. Por ejemplo,
algunas culturas
alientan el desapego emocional mientras que otras fomentan el
apego
emocional. Si se toma a la persona sin considerar su contexto,
puede parecer
que tiene un trastorno de personalidad cuando en realidad está
siguiendo la
norma de su cultura.
8. Las personas con Trastornos
de Personalidad deben ser
evitadas
Muchas personas con trastornos
de personalidad son excelentes
amigos,
esposos, padres o compañeros de
trabajo. Otros no. La decisión
sobre mantener
una relación con una persona
diagnosticada con un trastorno
de personalidad
debería hacerse basada en sus
méritos individuales, no en su
trastorno.
9. Hay Trastornos de Personalidad Específicos de cada
Genero. No los hay

Puede que haya más casos reportados de


Trastorno Histriónico de la Personalidad
en mujeres pero esto nos significa que no
pueda darse en
hombres. Existen sólo diferencias sutiles
en relación a la manifestación de
trastornos de personalidad en cada género.
El diagnóstico no toma en cuenta
un género antes de determinar si existe o
no un trastorno de personalidad.
10. Los Trastornos de Personalidad son Intratables
Como siempre en terapia, las personas obtienen
tanto como ponen. Podemos
obtener cambios y avances importantes si así lo
deseamos, pero el individuo es
el que debe elegir. Rogar, alegar, manipular o
intimidar no son buenos métodos
para inspirar un cambio saludable. Incluso una
persona con Trastorno
Antisocial de la Personalidad puede lograr
cambios para ajustarse a las normas
sociales, pero deben querer hacerlo por ellos
mismos.

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