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Tema 7, primera parte:

La defensa de la competencia
1. Introducción
• El art. 38 CE reconoce el principio de libertad de empresa. Aunque
el art. 128 CE reconoce la posibilidad de iniciativa pública en la
economía, la regla es la excepcionalidad de la misma: ha de
llevarse a cabo siempre por ley formal, debidamente justificada.
• La competencia acrecienta la eficacia del sistema al conseguir que
los recursos productivos se asignen de la mejor manera posible, que
sólo sobrevivan las empresas más eficientes y que los
consumidores tengan a su alcance más y mejores productos a
menor precio. Así pues, la libre competencia implica también como
fenómeno natural la desaparición continua de empresas.
1.1. Rasgos socioeconómicos de la
economía de mercado
• La libertad de competencia se presenta actualmente en países que
respetan los siguientes principios:
• Sistema capitalista.
• Propiedad privada de los medios de producción.
• Libre circulación e inversión del capital.
• Búsqueda del lucro económico como motor de la economía.
• Moderada intervención del Estado en economía (hasta 2008, tendencia a
reducirla).
• Tendencia hacia la privatización de las empresas y de las actividades
económicas públicas.
1.2. El principio de libertad de
competencia
• Teóricamente es el propio mercado con su demanda el que dicta la ley y
establece los objetivos de las empresas, aunque en verdad son las
grandes concentraciones de capital las que dominan y condicionan el
mercado.
• La competencia implica una situación en la que dos o más empresarios
ofrecen bienes o servicios similares en el mercado, intentando atraerse a
los consumidores. La competencia es sinónimo de libertad y de lucha y
presupone necesariamente tres requisitos:
• Libertad de iniciativa o de acceso a la actividad económica.
• Libertad para determinar las circunstancias y forma de su actividad.
• La igualdad de los competidores ante la ley.
El principio de libertad de competencia.
Historia
• Durante el Antiguo Régimen, para iniciar la explotación de una actividad
económica era preciso conseguir (con ciertas excepciones temporales y
espaciales) la autorización real o la de los gremios o corporaciones profesionales.
• Con la Revolución francesa (Ley Chapelier, 1791), se instaura el principio del libre
acceso al ejercicio de cualquier actividad económica, porque todos los sujetos
son iguales ante la ley.
• Cualquier ciudadano puede iniciar una actividad mercantil o industrial, pudiendo además
fijar libremente las circunstancias y las condiciones de su ejercicio.
• Como consecuencia, los empresarios pueden concurrir y competir con otros que
se dedican a la misma actividad, aunque al obrar así se sustraiga o pueda
sustraer la clientela. Surge de esta forma la libertad de competencia reconocida
en las Constituciones.
El principio de libertad de competencia.
Historia
• La libertad de iniciativa económica tenía como consecuencia la
libertad de competencia, pero también la autonomía de la voluntad
en el aspecto contractual. Los competidores podían perder la
agresividad que de ellos se esperaba estableciendo acuerdos entre sí
de no hacerse competencia, con daño para los competidores que
están al margen de esos acuerdos, y para los competidores en
general. Por eso el legislador ha debido intervenir para poner coto a
las prácticas restrictivas de la competencia: Ley de defensa de la
competencia.
El principio de libertad de competencia.
Historia
• A diferencia de lo que hacían los ordenamientos del siglo pasado, que
estimaban que la protección de la libre competencia se debía basar pura
y simplemente en su reconocimiento, en el momento presente se
considera que la disciplina de la libre competencia es más compleja.
• A partir de la Segunda Guerra Mundial se incorpora en Europa el
Derecho antitrust norteamericano, la Sherman Act de 1891, por ejemplo
en la Ley alemana contra las restricciones de la libre competencia de 27
de julio de 1957, y en el Tratado de Roma del mismo año.
• En España, en la Ley de represión de prácticas restrictivas de la
competencia de 20 de julio de 1963.
El principio de libertad de competencia.
Historia
• Si con la proclamación de la libertad de industria y comercio se
establece el derecho de todos los ciudadanos a participar y competir
en el mercado, con las normas antitrust se produce un cambio radical
de postura: tienen la obligación de competir.
• No sólo por los intereses de los empresarios, sino que hay que tener
en cuenta también el interés público en que el sistema funcione
correctamente.
• Es destacable en este sentido el mensaje al Congreso de los EEUU del
presidente Kennedy de 15 de marzo de 1962, iniciando la línea
protectora de los intereses de los consumidores.
El principio de libertad de competencia.
• También existe el fenómeno opuesto: la degeneración en la lucha con
utilización de prácticas desleales.
• El empresario acude a cualquier medio para atraerse a los
consumidores: denigración de los productos del contrario, publicidad
engañosa, soborno de los colaboradores del competidor.
• El ordenamiento también interviene aquí con una disciplina de la
competencia ilícita o desleal, mediante la cual se quiere poner un
freno a la libre competencia de forma que discurra dentro de unos
cauces de lealtad: Ley de competencia desleal.
El principio de libertad de competencia.
• El competir en el mercado, tratando de conseguir más clientela ofreciendo
la mejor ratio precio / calidad, implica un riesgo: la lucha por la clientela, la
competencia, significa que habrá vencedores y vencidos: algunos
desaparecen por ineficientes.
• Pero la competencia como institución no se limita a ser un mero incentivo
que empuja al enfrentamiento entre competidores, sino que tiene
también que convertirse en un auténtico principio regulador de conductas.
• La libertad de competencia implica que todos los sujetos interesados
tienen un derecho a la participación en el mercado y que existe un
correspondiente deber exigible a cada uno de ellos para que lo hagan de
manera leal.
El principio de libertad de competencia
• A estos principios no quedan sometidos únicamente los empresarios
en sentido estricto, sino también los profesionales colegiados: noción
amplia de empresa, todo operador económico autónomo en el
mercado. El derecho subjetivo a la libre competencia asiste a todo
ciudadano.
• Aunque no es posible reconocer la libertad de competencia a los
poderes públicos, ni siquiera sobre la base del art. 128 CE, si
participan en el mercado se ven sometidos sin duda al Derecho de la
competencia.
El principio de libertad de competencia
• El libre juego del mercado no siempre permite satisfacer determinadas
demandas económicas: la prestación de servicios básicos (medicina,
transporte, comunicaciones, energía a todos los ciudadanos,
reconversión de sectores en crisis, desarrollo de regiones deprimidas).
• La competencia salvaje puede producir efectos contrarios a los
perseguidos. Por ello, no se puede excluir cierta intervención del
Estado, promoviendo la introducción de la competencia en un
mercado o estableciendo normas que garanticen la competencia
suficiente, desarrollando, en definitiva, una política activa de defensa
de la competencia.
Competencia perfecta e imperfecta
• Los economistas clásicos hablaban de competencia perfecta o pura: teórica
situación del mercado en el que por su propia estructura ninguna empresa o
grupo de empresas se encontraba en situación de influir sobre los precios, los
cuales habían de ser, además, el resultado perfecto del libre juego de la oferta
y la demanda. El mercado, y dentro de él los consumidores, es soberano, pues
es el que fija los precios.
• Esta idílica situación no se ha dado nunca, y mucho menos en la economía
moderna, en la que el régimen del mercado suele ser monopolístico y
oligopolístico. Las grandes industrias tienden a concentrarse en pocas manos
que pueden fijar o controlar, directa o indirectamente, la oferta y la demanda,
y con ellas los precios. Tendencia a que sean las grandes empresas las que
dominen y configuren el mercado.
Competencia perfecta e imperfecta

• Distorsiones u obstáculos a la competencia perfecta:


• Frecuencia de situaciones de dominio en el mercado por parte de algunas empresas. Las
grandes unidades industriales pueden fijar o controlar, directa o indirectamente la oferta
y la demanda, y con ellas los precios.
• Falta de homogeneidad de las mercancías que se ofrecen, que aun siendo
sustancialmente idénticas aparecen como diversas por efecto de las marcas y de la
publicidad, lo que impide la transparencia del mercado.
• Restricciones legales para el establecimiento de nuevas empresas y las dificultades para
desmontar empresas ya creadas.
• Acuerdos entre empresarios que deciden no competir: Ley de defensa de la competencia.
• La degeneración en la lucha con la utilización de prácticas desleales: Ley de competencia
desleal.
Competencia perfecta e imperfecta
• Existen dos tipos de obstáculos a la competencia:
• Los naturales o connaturales al propio sistema:
• la necesidad de grandes masas de capital para realizar determinadas actividades;
• el tamaño cada vez mayor de ciertas empresas,
• el coste cada vez mayor de la tecnología,
• la indispensable ampliación de los mercados.
• Son condiciones naturales y esenciales de la economía moderna que
crean de por sí obstáculos para que los competidores ingresen o
permanezcan en el mercado por no poseer tales requisitos. En términos
absolutos pueden considerarse obstáculos a la libertad de competencia.
Competencia perfecta e imperfecta
• Los obstáculos artificiales o patológicos son aquellos que no surgen
de la propia estructura del mercado, sino que son creados o
impuestos voluntariamente por los propios competidores para
eliminar falsear, restringir o limitar entre ellos la competencia
imperfecta o practicable.
• Y lo hacen normalmente en beneficio propio, y en perjuicio de los
demás competidores y de los consumidores:
• convenios entre empresarios para la fijación de precios,
• abusos de la posición de dominio del monopolista…
Competencia perfecta e imperfecta
• Cuando la doctrina o la ley se refieren a la tutela de la libertad de
competencia, no se refieren al establecimiento de unas idílicas
condiciones de libertad y absoluta y universal igualdad, superadas por
la propia naturaleza de las cosas y por la estructura de la economía
moderna.
• La regulación de defensa de la competencia se dirige a prevenir,
reprimir y sancionar los abusos que constituyen los obstáculos
artificiales, voluntariamente creados por los empresarios, que son
perjudiciales para el ordenado desarrollo de la competencia
practicable o imperfecta en el mercado.
El marco legal de la protección de la libre
competencia en España
• En España rigen simultáneamente dos regulaciones legales
protectoras de la libre competencia: la nacional y la comunitaria.
• a) Derecho comunitario europeo.
• b) Derecho estatal. Se pueden invocar simultáneamente varias de estas
normas:
• Ley general de publicidad.
• Ley de competencia desleal.
• Ley de defensa de la competencia.
• Ley de ordenación del comercio minorista.
• c) CCAA: competencias ejecutivas en relación con las conductas que tengan
lugar dentro de su territorio.
El marco legal de la protección de la libre
competencia en España
• Los artículos de la Constitución española en los que encuentra su punto de
anclaje la regulación de la competencia en España son el 38, el 53.1, el
128.2, el 149.1.1 (igualdad de todos los españoles) y el 149.1.13 (bases y
coordinación de la planificación general de la actividad económica).
• Las comunidades autónomas tienen competencias de ejecución sobre las
conductas que tengan lugar en el territorio de la correspondiente CA.
• La competencia económica, como principio rector de toda la economía de
mercado constituye en el plano de las libertades individuales la primera y
más importante forma en que se manifiesta el ejercicio de la libertad de
empresa reconocida por el art. 38 C. La defensa de la competencia es un
mandato constitucional.
La Ley de defensa de la competencia de 3 de
julio de 2007
• La ley se inspira en las normas comunitarias de política de la competencia, que han
desempeñado un papel fundamental en la creación y funcionamiento del mercado
común. El objetivo de la norma es garantizar la existencia de una competencia
suficiente y protegerla frente a todo ataque contrario al interés público.
• Los cambios más importantes que ha introducido en el sistema la nueva ley del
año 2007, obligados en gran medida por el Reglamento 1/2003 del Consejo, de 16
de diciembre de 2002, son los siguientes:
• Regula las relaciones entre la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) y los órganos
competentes de las CCAA, arts. 12, 13 y 15 LDC, suprimiéndose simultáneamente el Tribunal
y el Servicio de Defensa de la competencia. La CNC se convierte en un organismo único,
formado por el Presidente, el Consejo y la Dirección de investigación.
• Se reconoce expresamente la competencia de los juzgados de lo mercantil (ordinarios) para
aplicar los arts. 1-6 LDC. Véase la DA1.
La Ley de defensa de la competencia de 3 de
julio de 2007
• Se suprime la exigencia de autorización previa para que el sistema de
exenciones de los arts. 81.3 del Tratado y 1.3 LDC puedan aplicarse. Se
convierten en exenciones legales.
• El art. 5 LDC deja fuera los acuerdos de importancia menor.
• El art. 65 LDC permite la llamada política de clemencia, que reduce las
sanciones al denunciante-colaborador.
• Hay que recordar la aplicación directa, además de la LDC, de las normas
comunitarias en España, ambas regulaciones se basan en los mismos
principios y están estructuradas de la misma manera. El sistema en ambos
casos se basa en la actuación de órganos administrativos especializados.
Destinatarios de la ley
• a) Empresas: también públicas: art. 4.2 LDC. Las limitaciones
resultantes de actuaciones públicas son tan graves o más que las
producidas por los empresarios.
• b) Profesionales titulados: también notarios, corredores de comercio
y registradores.
• c) DA 4.ª: Cualquier persona o entidad que ejerza una actividad
económica con independencia del estatuto jurídico de dicha entidad y
de su modo de financiación.
Objetivos de la ley
• Impedir pactos que falseen o impidan la competencia, que sean
obstáculo al libre juego de los operadores en el mercado. Vela por que
los empresarios en el mercado compitan entre sí.
• Evitar los abusos de la posición de dominio en el mercado.
• Otros extremos también regulados en esta ley:
• Ayudas estatales: no es tolerable que con cargo al presupuesto se refloten
empresas deficitarias y luego se revendan a particulares, se coloca en distinta
situación a los distintos operadores económicos.
• Concentraciones económicas: crean posiciones de dominio peligrosas, a veces
quienes la tienen encubren auténticos acuerdos de prohibición de
competencia que perjudican en último extremo al consumidor.
El sistema vigente
• Hay que distinguir las conductas que la ley prohíbe de las conductas
que, aun poseyendo rasgos anticompetitivos, son permitidas por la
ley.
• Prohíbe acuerdos que produzcan restricciones en la competencia,
pero no de forma absoluta, pues se prevén reglamentos de exención
por categorías, y también exenciones particulares.
• Por otro lado, es destacable que la normativa no prohíbe los
monopolios: sólo los abusos de los que se encuentran en una
situación de dominio en el mercado.
La Ley de Defensa de la Competencia:
• 1 Prohíbe:
• a) Conductas colusorias: art. 1.1 LDC y art. 101.1 TrR. Requisitos:
• Acuerdos, prácticas concertadas o paralelas. Concierto de voluntades o entendimiento que pueda afectar a la actividad de 2 o más empresas
(no del mismo grupo).
• Efecto restrictivo de la competencia.
• Exenciones. Con dos posibles fundamentos:
• Una ley: art. 4.1 LDC.
• Las normas de defensa de la competencia: operan automáticamente, las propias empresas las valoran. Autoevaluación, según el art. 1.3 LDC.
• Acuerdos de importancia menor. Art. 5 LDC. RD 261/2008, de 22 de febrero.
• Declaraciones de inaplicabilidad, art. 6 LDC, art. 10 Reglamento 1/2003. Para dar seguridad en los casos en que lo exija el interés público.
• Exenciones por categorías: art. 1.3 LDC y 81.3 TrR. Reglamentos de exención por categorías. RD 602/2006 de 19 de mayo, intercambio de
información sobre morosidad.
• b) Abusos de la posición de dominio: sin excepción: art. 2 LDC y 102 TrR.
• c) Algunos actos de competencia desleal. Art. 3 LDC.
• 2 Controla las concentraciones económicas.
• Art. 7-10 LDC y Reglamento CE 139/2004 del Consejo, de 20-1-04, desarrollado por el n.º 802 de la Comisión, de 7-
4-04.
• Obligación de notificación a la Comisión de la UE o a la CNC.
• 3 Afecta a los poderes públicos, si restringen la competencia: ayudas públicas.
• Art.107 a 109 TrR. Prohibición.
• Art. 11 LDC. Informe.
Las conductas colusorias prohibidas
• Los elementos que configuran la prohibición son tres: el acuerdo, práctica o
conducta, el efecto restrictivo de la competencia, y la afectación del
mercado. Y según el art. 1.1 LDC, son tres los tipos de conductas prohibidas:
• a) acuerdos, decisiones o recomendaciones: negocios jurídicos per se
prohibidos si poseen capacidad para ser creadores de prácticas ilícitas.
• b) prácticas concertadas: actos que se realizan por los empresarios en
ejecución de los acuerdos, decisiones o recomendaciones anteriormente
expuestos, mediante los que se consuma el atentado contra la competencia.
• c) conductas conscientemente paralelas: las realizan dos o más empresarios
competidores que explotando una actividad similar o idéntica en el mercado,
de forma consciente pero no pactada, evitan hacerse competencia.
Las conductas colusorias prohibidas
• Las prácticas pueden tener un origen:
• Consensual: la práctica procede de la ejecución de acuerdos o decisiones jurídicamente vinculantes para
las partes.
• Mimético: la práctica nace sin negocio jurídico vinculante previo entre las partes, por la mera
observación, reflexión o análisis de la conducta que, siendo lesiva para la competencia y para el normal
funcionamiento del mercado, resulta conveniente realizar a los empresarios que la adoptan.
• No viola la ley el pacto alcanzado entre un empresario y el comisionista o agente comercial
que distribuye sus productos o servicios, o entre empresas del mismo grupo: no hay
pluralidad de voluntades, desde un punto de vista económico carecen de autonomía para
establecer su propia política comercial.
• Las prácticas concertadas inducen a pensar en la existencia de acuerdos tácitos, difícilmente
demostrables. Prueba de presunciones que hace realidad la aplicación de la ley. Se dan
siempre que la actuación anticompetitiva de las empresas no pueda ser explicada sin una
coordinación consciente entre ellas.
Las conductas colusorias prohibidas

• Si se tiene en cuenta que un mercado competitivo tiende, por


definición, a expulsar a quienes no ofrecen sus productos o
servicios a precio y en condiciones de mercado, sólo se podrán
considerar prácticas concertada o conscientemente paralelas los
casos en que el entendimiento entre las empresas sea la única
explicación razonable de su comportamiento en el mercado.
• Por otro lado, para que los negocios o las prácticas descritas se
vean prohibidas por la LDC, es necesario que tengan por objeto,
produzcan o puedan producir el efecto de impedir, restringir o
falsear la competencia en todo o parte del mercado nacional.
Las conductas colusorias prohibidas
• Es indiferente la motivación o el objetivo que persigan las partes: no
sólo se prohíben los supuestos en que el responsable tenga intención
anticompetitiva, sino siempre que se produzca o pueda producirse el
resultado. Incluso es irrelevante que se dé o no, de forma efectiva,
ese resultado anticompetitivo: basta con que pueda producir el efecto
restrictivo para que el negocio o la práctica sean prohibidos y basta
con la adopción del acuerdo, no es preciso esperar a su puesta en
práctica para aplicar la ley. La culpabilidad sólo se toma en
consideración para la determinación de la sanción.
Las conductas colusorias prohibidas
• Da igual que la restricción de la competencia sea horizontal o vertical, que
afecte sólo al comportamiento de las empresas o que incida en la propia
estructura del mercado. Entre las restricciones verticales, destacan los
pactos contractuales de exclusiva, en virtud de los cuales una o ambas
partes del contrato se obligan a no aceptar de terceras personas, o a no
realizar para ellas, las prestaciones objeto de la relación contractual,
cláusulas habituales en contratos de suministro, compraventa,
distribución o agencia. Estos pactos no implican necesariamente un
comportamiento prohibido por los art. 101 TrR o 1 LDC.
• El art. 1.1 LDC contempla los tipos prohibidos específicamente. La lista es
ejemplificativa, no exhaustiva, de los supuestos de mayor gravedad.
Las conductas colusorias prohibidas
• Conductas autorizadas por la ley: el art. 4 LDC establece que sin perjuicio de la
eventual aplicación de las disposiciones comunitarias en materia de defensa de la
competencia, las prohibiciones del presente capítulo no se aplicarán a los acuerdos,
decisiones, recomendaciones, y prácticas que resulten de la aplicación de una ley,
por ejemplo las siguientes:
• Leyes sobre reconversión industrial que han excluido expresamente la aplicación de ésta ley a
los sectores en esta situación de crisis.
• Ley 18/1982 de 26 mayo para la creación de Uniones temporales y agrupaciones de empresas.
• Ley 30/1995 de 8 de noviembre de Ordenación y Supervisión de seguros privados, que excluye
de la prohibición en el art. 24.3 la utilización de tarifas de primas de riesgo basadas en
estadísticas comunes.
• La Administración pública sólo está al margen si actúa al amparo de una ley, no en
otro caso.
Las conductas o prácticas de abuso de la
posición dominante en el mercado
• No se prohíben los monopolios ni oligopolios ni las posiciones de dominio de
uno o varios empresarios en el mercado. La ley se limita a prohibir los abusos,
conductas o prácticas abusivas, a través de los cuales una o varias empresas
explotan su posición de dominio, en la totalidad o parte del mercado nacional,
art. 2 LDC.
• Para que exista una conducta o práctica abusiva resulta indispensable que
concurran dos requisitos:
• que exista una situación o posición de dominio unilateral, bilateral o plurilateral,
• y que se abuse de dicha posición, cometiendo alguno de los tipos o supuestos de abusos
contenidos en el art. 2.2 LDC.
• También están prohibidos los abusos de la posición de dominio realizados por
monopolios legales, art. 2.3 LDC.
Las conductas o prácticas de abuso de la
posición dominante en el mercado
• Después del principio general la ley recoge una lista de los principales
tipos de abusos. Se trata de una enumeración ad exemplum, inspirada
directamente en la legislación comunitaria.
• ¿Qué se entiende por posición de dominio? Al contrario de lo que hacía
la Ley de defensa de la competencia de 1963, la actual no lo describe.
El art. 2 de la ley antigua entendía que existía posición de dominio
cuando para un determinado producto o servicio las empresas en
cuestión eran las únicas oferentes o demandantes o no estaban
sometidas a competencia sustancial de terceros. Son los criterios que
aplicaba el TDC pero es una cuestión de hecho que tiene que apreciar
ahora la CNMC.
Concentraciones económicas
• La ley actual regula las concentraciones económicas, que pueden
crear posiciones de dominio. Las autoridades que velan por la
competencia deben conocer y aprobar estas concentraciones, art. 7
LDC. Se establece un determinado volumen de mercado que hace
necesario pedir autorización al Ministerio de Economía. En este
sentido, el art. 8 LDC establece el deber de notificación a la CNMC
cuando concurra al menos una de las siguientes circunstancias:
• volumen de ventas, más de 240 millones de euros al año,
• adquisición o incremento de una cuota de mercado igual o superior al 30%
del mercado nacional del producto o servicio o de un determinado mercado
dentro del mismo.
Concentraciones económicas
• No son criterios que deban usarse para determinar si una empresa
tiene o no posición de dominio, sólo para ver si está obligada a
solicitar autorización. No todas las empresas que cumplan esos
requisitos tienen una posición de dominio en el mercado reprochable
por el Derecho de la competencia.
• La LDC no prohíbe el monopolio, no prohíbe la posición de dominio,
sino el abuso. Los acuerdos podían autorizarse singularmente; los
abusos, no. Nunca puede ser bueno para la economía nacional. Aquí
no cabe autorización singular.
Ayudas públicas
• Directiva 2006/111/CE de la Comisión, de 16 de noviembre de 2006,
relativa a la transparencia de las relaciones financieras entre los
Estados miembros y empresas públicas, implementada por la Ley
4/2007, de 3 de abril, de transparencia de las relaciones financieras
entre las Administracioens públicas y las empresas públicas, y de
trasnsparencia financiera de determinadas empresas.
Los órganos encargados de la aplicación de la
ley. Sanciones sobre las conductas prohibidas
• En España los órganos encargados de la aplicación de la LDC son la Comisión Nacional de los
Mercados y de la Competencia, estatal, y los órganos equivalentes de defensa de la
competencia constituidos por las CCAA en el ejercicio de sus competencias estatutarias (Ley
1/2002, de 21 de febrero, de coordinación de las competencias del estado y las CCAA en
materia de defensa de la competencia.)
• Los arts. 12 y ss. LDC regulan la CNMC. Se crea además el Consejo de Defensa de la
competencia para lograr la aplicación uniforme de la LDC (art. 5 L 1/2002, de coordinación…)
• En cuanto a las sanciones, la LDC distingue entre las infracciones leves, graves y muy graves,
art. 62 LDC.
• Incorpora la denominada política de clemencia, art. 65 y 66 LDC, en virtud de la cual se puede
eximir a una empresa o persona física del pago de una multa que se le hubiera podido
imponer cuando hayan aportado elementos de prueba que hayan permitido probar la
existencia de un cártel.
El derecho comunitario de la competencia
• Es un instrumento esencial para la consecución del mercado único.
Con él se trata de impedir:
• Que las empresas mediante pactos vuelvan a establecer barreras invisibles
tan eficaces como las aduanas.
• Que alguna empresa concentre un gran poder económico que le permita
realizar prácticas contrarias a los intereses de los consumidores o resto de
competidores.
• Que las ayudas del Estado a algunas empresas distorsione el Mercado Único.
Normas:
• a) Art. 101-106 del Tratado de Funcionamiento de la UE.
• Prohíben acuerdos restrictivos y abusos de la posición de dominio en todos los sectores, si las
prácticas afectan al comercio comunitario.
• Los Estados no pueden crear medidas equivalentes a restricciones a la libre circulación de
productos (por ejemplo, mediante exigencias normativas sobre denominación, forma,
dimensiones, peso, composición, etiquetado, envasado...)
• Las restricciones sólo pueden justificarse por razones de orden público, protección de la salud,
preservación de los vegetales, protección del patrimonio artístico, histórico o arqueológico
nacional, o protección de la propiedad industrial y comercial.
• En materia de sistemas de venta y publicidad rige el principio de subsidiariedad: los Estados
pueden crear una diferenciación normativa en el seno del Mercado Único con tal que se aplique
por igual a nacionales y a comunitarios. (Prohibición de venta a pérdida, prohibición a los
farmacéuticos de hacer publicidad, represión de la competencia desleal, protección del
consumidor...)
Normas:
• b) Ayudas públicas, art. 107-109 TFUE. El art. 106 reconoce la igualdad de
trato entre empresas públicas y privadas en el Derecho de la competencia.
No se pueden constituir nuevos monopolios ni amparar acuerdos
anticompetitivos adoptados por empresas públicas.
• c) Concentraciones económicas. Reglamento CE 139/2004 del Consejo de
20 de enero que modifica y refunde el Reglamento CEE 4064/1989 del
Consejo, de 21 de diciembre: Regula las concentraciones que afecten al
comercio comunitario. Pueden quedar prohibidas si impiden en un futuro
un régimen de competencia. Lo decisivo es que el control confiera la
posibilidad de ejercer una influencia decisiva sobre la empresa.
Normas:

• d) Autorizaciones individuales:
• Reglamento del Consejo 1/2003 de 16 de diciembre de 2002, reforma el sistema legal de
represión de las prácticas restrictivas y afecta a la distribución de competencias entre
autoridades comunitarias y estatales, implantando una radical descentralización y
siguiendo el principio de subsidiariedad. Acaba con las notificaciones a la comisión,
autorización automática de los acuerdos que cumplan las condiciones del art. 81.3 TCE.
• e) Reglamentos de exención por categorías.
• Reglamento 2790/99 de la Comisión de 22 de diciembre de 1999, relativo a la aplicación
del art. 81.3 a determinadas categorías de acuerdos verticales. Deroga los anteriores
sobre franquicia, compra exclusiva y distribución en exclusiva.
• Reglamento (CE) 1400/2002 de la Comisión de 31 de julio de 2002, relativo a la
aplicación del ap. 3 del art. 81 del Tratado CE a determinadas categorías de acuerdos
verticales y prácticas concertadas en el sector de los vehículos de motor.
Normas:
• Estos reglamentos producen una importante desregulación y
simplificación de la materia. En principio no prohíben los acuerdos
restrictivos si la empresa no alcanza el 30% de la cuota de mercado,
sin perjuicio de que la Comisión pueda levantar aquella presunción.
No obstante contienen una lista negra de cláusulas que se consideran
prohibidas: imposición de precios de reventa, prohibición de ventas
pasivas, etc.
El derecho comunitario de la competencia
• Estas normas prohíben dos tipos de comportamiento:
• a) La colusión. Prácticas prohibidas:
• Acuerdos y prácticas concertadas entre empresas.
• Que produzcan de modo real o potencial una restricción sensible de la competencia de mercado.
• No se aplica la prohibición a acuerdos de importancia menor, cuotas establecidas por la comunicación
de la Comisión de 9-12-97.
• Que afecten al comercio intracomunitario. Si sólo produce efectos en un estado miembro resulta
de aplicación el Derecho nacional de la competencia. El Consejo de Ministros UE ha aprobado
Reglamentos de exención por categorías.
• b) El abuso de la posición de dominio. Es incompatible con el mercado único la
explotación abusiva, por parte de una o más empresas, de una posición dominante
en el mismo. Requisitos:
• Existencia de una posición de dominio en el mercado.
• Comportamiento abusivo.
Relaciones entre el derecho nacional y el
comunitario de la competencia
• El ámbito de aplicación de cada una de las normas vendrá
determinado por el mercado que resulte afectado.
• Ambos ordenamientos pueden aplicarse simultáneamente si la
infracción afecta tanto al mercado nacional como al comunitario.
Regla de la Doble barrera.
• La Comisión europea es competente para aplicar los artículos 101 y
102 TFUE (R. 1/2003).

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