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UNIVERSIDAD NACIONAL

PEDRO HENRÍQUEZ UREÑA

Informe presentado por:


Raynieri Elizabeth Romero (22- 0659)
Para la asignatura de:
Derecho comercial

Facilitador (a):
Prof. Doménico E. Núñez

Tema:
Libre comercio y competencia desleal
LA VEGA, REPÚBLICA DOMINICANA
2023
La libertad de comercio y la competencia desleal

Introducción

En el siguiente trabajo estaré presentando un tema muy interesante en lo personal, ya que trata
sobre la libertad de comercio y la competencia desleal básicamente centrándonos en República
Dominicana.

Las normas que abarcan este convenio se podrían decir que elimina cualquier intención de
monopolio que quiera existir, ya que permite que todo ciudadano dentro de lo que respecta la ley
pueda ejercer como comerciante, así como también pueda realizar una campaña de
comercialización para crecimiento de su negocio, sin importar que haya más negocios del mismo
tiempo, aunque siempre respetando los derechos de cada uno.

En palabras llanas, la libertad de comercio trata de darle la oportunidad a cada quien de poder
superarse y buscar un mejor por venir a través de la comercialización .
El libre mercado

El libre mercado, o mercado liberal, es un espacio físico o virtual en el que los compradores y
vendedores intercambian los productos y servicios por dinero. El mercado es considerado liberal
porque los vendedores pueden elegir qué vender y a qué precio, y los consumidores pueden elegir
qué comprar entre los distintos competidores u ofertantes. Lo opuesto a la economía de libre
mercado es una economía planificada que es regulada y controlada por el Estado que, además, es
propietario de los medios de producción, decide qué se produce y a qué precio se vende. En la
actualidad, el libre mercado es propio de las economías capitalistas y, aunque sea en menor
medida, existe cierto control gubernamental que impacta en los precios, las materias primas y las
importaciones y exportaciones.

Origen del término “libre mercado”

El término “libre mercado” proviene de las antiguas teorías económicas, como la expuesta por el
escocés Adam Smith (1723-1790), considerado el mayor exponente del capitalismo, que
promovía la libertad económica sin la intervención del Estado.

La teoría de Smith sostuvo que:

• El mercado podía autorregularse. A modo de metáfora, Smith usó la frase “la mano invisible
del mercado” para hacer referencia a que la libre competencia y el libre mercado eran capaces de
ser regulados por la ley de oferta y demanda para mantener el equilibrio de los precios, tanto para
generar ganancias a los productores como para que los consumidores puedan pagarlos sin que
disminuya la demanda.
• El beneficio individual en la sociedad. El hecho de que las personas busquen su propio interés
económico contribuía a generar un impacto indirecto, pero positivo, en toda la sociedad. El
bienestar social era considerado como la sumatoria del bienestar económico individual.
Características del libre mercado

Entre las principales características del libre mercado podemos destacar las siguientes:

• El intercambio comercial entre los individuos se realiza de forma espontánea y libre, con escasas
restricciones o controles del Estado.
• El alcance de la intervención del Estado puede variar entre las distintas naciones de economías
capitalistas del mundo, aunque la teoría plantea que el control gubernamental sobre el mercado
debe ser el menor posible.
• El rol del Estado es garantizar los derechos de los trabajadores y empleadores con el respaldo de
las situaciones y no debe intervenir en las leyes del mercado, excepto que los derechos humanos
se vean vulnerados.
• La competencia perfecta es una situación ideal en la que los oferentes y los demandantes
coexisten en equilibrio para establecer el precio de mercado de los productos. Es tanta la cantidad
de competidores y de consumidores que un solo vendedor no puede influenciar en la definición de
los precios de un producto en el mercado. Distinto es lo que ocurre en un monopolio u oligopolio,
en el que existe uno o muy pocos oferentes que pueden decidir el precio, aunque sea desmedido,
porque nadie más ofrece su producto.
• Los medios de producción son de propiedad privada y pueden producir de forma espontánea y en
base a intereses individuales para satisfacer la demanda de los consumidores.
• El precio de los bienes y servicios es fijado por la ley de oferta y demanda, que permite alcanzar
un equilibrio entre las cantidades demandadas y lo producido u ofertado.
• La ley de oferta y demanda se rige por la interacción libre entre oferentes y demandantes, es decir,
los oferentes pueden elegir qué y a qué precio venderlo, mientras que los demandantes pueden
elegir entre varias opciones o competidores de un mismo producto.
• La gran cantidad de competidores u oferentes de un mismo producto contribuye a la diversidad de
precios en el mercado, lo que resulta un beneficio para los compradores.
• Las personas de clases vulnerables que no cuentan con capital suelen quedar marginadas del
grupo de consumidores y de emprendedores.
• Las situaciones de competencia desleal o monopolio suelen ocurrir y, en la mayoría de esos casos,
es necesaria la intervención del Estado para aplicar penas a esos delitos.
• El impacto negativo en el medioambiente como consecuencia del sistema de producción y de
consumo rara vez fue mencionado en las clásicas teorías de mercado, incluso, en la actualidad es
abordado de forma parcial.

Defensa de la Competencia desleal en el mercado libre

La competencia, como principio rector de toda economía de mercado, representa un elemento


consustancial al modelo de organización económica de nuestra sociedad y constituye, en el plano
de las libertades individuales, la primera y más importante forma en que se manifiesta el ejercicio
de la libertad de empresa. En este artículo se analiza cómo se ha ido regulando progresivamente en
España la defensa de la competencia y la competencia desleal, así como los aspectos más
sobresalientes

de las normativas promulgadas.

En la actualidad, la defensa de la competencia debe de garantizar la existencia de una competencia


suficiente y protegerla frente a todo ataque contrario al interés público. Asimismo, deber ser
compatible con las restantes leyes que regulan el mercado conforme a otras exigencias jurídicas o
económicas, de orden público o privado.

En el desarrollo de este trabajo pondremos de manifiesto las incumbencias del Tribunal de Defensa
de la Competencia (TDC) y del Servicio de Defensa de la Competencia (SDC), órganos
administrativos que pueden informar y someter al Gobierno propuestas para la modificación de
leyes, evidenciándose la doble persecución que puede tener ciertas prácticas desleales.

Antecedentes

Regulación de las prácticas restrictivas de la competencia

Mediante la Ley 110/63 se regula las prácticas restrictivas de la competencia. Se prohíben las
prácticas surgidas de convenios, decisiones o conductas conscientemente paralelas que tengan por
objeto o produzcan el efecto de impedir, falsear o limitar la competencia en todo o en parte del
mercado nacional. Se prohíbe las prácticas abusivas mediante las cuales, una o varias empresas,
exploten su posición de dominio en la totalidad o en parte del mercado, de manera injustificada
lesiva para la economía nacional, los intereses de los consumidores o la actuación de los restantes
competidores.

En particular, se prohíben prácticas concertadas o abusivas que, incluidas en las prácticas anteriores
consistan en fijar directa o indirectamente los precios de compra, de venta y otras condiciones de
transacción; limitar la producción, la distribución, el desarrollo técnico o las inversiones en perjuicio
de la economía nacional; repartir los mercados, las áreas territoriales o sectores de suministros o las
fuentes de aprovisionamiento; desarrollar una política comercial que tienda, por competencia
desleal, a la eliminación de los competidores; aplicar, en las relaciones comerciales con terceros
contratantes, condiciones diferentes para prestaciones similares o equivalentes, ocasionándoles con
ello desigualdades en su situación competitiva; subordinar la conclusión de contratos a la aceptación
de prestaciones o de operaciones comerciales suplementarias que, por su naturaleza y con arreglo a
los usos del comercio, no guarden relación con el objeto de tales contratos.

Constitución y actuación del Tribunal de Defensa de la Competencia

En la Ley 110/63 se crea el Tribunal de Defensa de la Competencia, adscrito, en lo administrativo,


al Ministerio de Comercio. Lo integran un presidente, designado por el jefe del Estado, y 8 vocales,
nombrados entre personas de prestigio nacional, y que pertenecen, en situación activa o pasiva, a la
carrera judicial o fiscal o a cualquier otra del Estado con categoría de magistrado de término, jefe
superior de Administración o equivalente, o abogado con 15 años de ejercicio profesional como
mínimo.

Admitido a trámite el expediente, el Tribunal, si declara la existencia de prácticas prohibidas puede:


dirigir una intimidación a los autores de las prácticas para que cesen en ellas; proponer, en su caso,
al Consejo de ministros la aplicación de la sanción correspondiente; pasar, en su caso, el tanto de
culpa a los Tribunales de la Jurisdicción ordinaria.
Jurisdicción y régimen del Tribunal de Defensa de la Competencia

El Decreto de 4 de marzo de 1965 establece que el Tribunal de Defensa de la Competencia ejercerá


su jurisdicción en todo el territorio español para asegurar la libre actividad del mercado, dentro del
orden público económico exigido por el bien común.

Su jurisdicción se extiende a todas las situaciones que se contemplan en la Ley 110/63, de 20 de


julio, siempre que produzcan efectos dentro del mercado nacional. Goza de plena y absoluta
independencia en su función. Y a efectos exclusivamente administrativos continúa adscrito al
Ministerio de Comercio.

competencia desleal

Se entiende por competencia ilícita o desleal todo aquel comportamiento que pueda encuadrarse,
usando elementos objetivos de análisis, como contrario a las exigencias de buena fe dentro del
plano del comercio con el propósito de incitar la compra de un producto en un enclave
determinando, afectando negativamente y mermando la libre decisión y elección del comprador.

Los textos legales que comentamos anteriormente, en los cuales aparece esta definición, son los
encargados de proteger a todos los agentes del mercado, es decir, tanto a los consumidores como a
los comerciantes, de acciones que puedan entenderse como competencia ilícita. De hecho,
también abarca la publicidad desleal, aunque esta aparece representada en la Ley General de
Publicidad.

Nunca debe confundirse con la libre competencia, que es una de las bases sobre las que se
sustenta el tráfico mercantil. Además, para que se considere como tal, es necesario que se
cumplan dos requisitos: que la acción tenga lugar “dentro del mercado” y que, por tanto, tenga
trascendencia externa, y que posea “fines concurrenciales”, es decir, que pretenda asegurar o
promover la difusión de sus prestaciones o de las de otro.

Actos de engaño y de confusión

El engaño va a dar lugar siempre a que la competencia sea considerada como desleal. Y es que
la ley no contempla en modo alguno que pueda haber prácticas mercantiles basadas en
informaciones falsas o que, aun siendo veraces, tengan el propósito de llevar a error a quienes
las reciben con el propósito de obtener un beneficio económico.

Por su parte, también se considerará desleal cualquier acción, dentro del ámbito de la libre
competencia, que tenga el propósito de generar confusión en las prestaciones, la actividad o el
establecimiento de un sujeto comercial ajeno.

¿El exceso de agresividad se entiende como deslealtad en la competencia?

La respuesta es que sí. De hecho, este es uno de los casos más habituales y, a la vez, de los que
generan más controversias. Y es que las leyes que hemos citado anteriormente especifican que
todo comportamiento que pueda considerarse como coacción o acoso es desleal sin importar si se
utiliza o no la fuerza o una influencia indebida con el propósito de afectar a la libertad de acción
del destinatario. Basta con interpretar que persigue el objetivo de alterar su comportamiento
económico para que sea considerado como tal.

En este sentido, hay que hacer una puntualización tan importante como sutil. Y es que, a efectos
de competencia ilícita o desleal, el derecho mercantil interpreta que, cuando un ente utiliza su
posición de fuerza predominante sobre otro para ejercer presión de cualquier tipo, sin importar
que haya fuerza o amenazas o no, se produce esta conducta punible.

Actos de denigración e imitación a la competencia

Seguro que recuerdas algunos anuncios publicitarios en los que se decía que la marca
promocionaba contenía más cantidad de jugo natural de frutas que otro en concreto, del cual se
especificaba la marca con todo lujo de detalles. ¿Es esto competencia ilícita o desleal? La
respuesta es que no ya que, si se entiende que la información aportada es verdadera, pertinente y
exacta, puede competirse de este modo.

El problema viene cuando la información utilizada para menoscabar el crédito de otro producto o
empresa dentro del mercado no es absolutamente real o está sujeta a interpretación. Además, la
ley tampoco consiente que se utilicen elementos relacionados con las creencias, la religión, la
ideología, la vida privada o cualquiera otra circunstancia personal para competir libremente
dentro del mercado.

¿Y qué sucede con las imitaciones? Al fin y al cabo, un mismo producto puede ser fabricado y
comercializado por diferentes compañías siempre y cuando no exista un derecho en exclusiva
sobre él que esté reconocido legislativamente.

Lo cierto es que las leyes que hemos mencionado permiten las imitaciones dentro del ámbito de la
libre competencia siempre y cuando no se utilicen con el propósito de menoscabar el esfuerzo o la
reputación ajeno
Identificación de empresas

Lo primero que hace una empresa antes de establecer relaciones, ya sea con el cliente o con otros
negocios, es crear una identidad para sí misma, así como para sus productos y servicios. La
competencia de libre mercado supone que los consumidores pueden distinguir inteligentemente
entre los productos ofrecidos por los competidores en el mercado. La competencia se hace más
difícil cuando los productos rivales se confunden fácilmente entre sí, ya que una empresa puede
empeorar si vende un producto a los consumidores que creen que están comprando el producto de
un rival.

Cuando una empresa utiliza una marca comercial, una marca de servicio, un nombre
comercial o una imagen comercial que es engañosamente similar a la de la competencia, puede
existir una causa de acción por infracción de esos intereses de propiedad intelectual. La ley de
competencia desleal prohíbe a las empresas confundir a los clientes mediante el uso de
dispositivos comerciales de identificación que hacen que sus negocios, productos o servicios sean
difíciles de distinguir de otros en el mercado. Al respecto, el artículo 11 expresa lo siguiente:

b) Actos de confusión. Todo acto que se preste para crear confusión con la actividad, los
productos, los nombres, las prestaciones, el establecimiento y los derechos de propiedad
intelectual de terceros; En particular se reputa desleal el empleo o imitación de signos distintivos
ajenos, así como el empleo de etiquetas, envases, recipientes u otros medios de identificación que
en el mercado se asocien a un tercero. (Ley No. 42-08)

No es necesario probar la confusión real para establecer una acción de infracción, siempre
que exista la probabilidad de que los consumidores sean engañados por dispositivos comerciales
de identificación similares. Se da mayor libertad a las empresas que comparten dispositivos de
identificación corporativa similares en áreas comerciales no relacionadas o en diferentes
mercados geográficos. Es más probable que un tribunal permite que dos empresas utilicen el
mismo nombre comercial “Dove” cuando una empresa vende chocolates y otros productos de
higiene personal. Por esto, Ley No. 42-08 sobre la Defensa de la Competencia, específica dentro
sus consideraciones el término de ‘mercado relevante’
Competencia desleal

Las invenciones, trabajos creativos y esfuerzos artísticos se incluyen en los activos intangibles de
las empresas. Esta información es cualquier proceso o elemento distintivo que brinde a una
empresa la oportunidad de obtener una ventaja sobre un competidor. Aunque un secreto comercial
no está patentado ni protegido por derechos de autor, la ley de competencia desleal otorga a las
personas un derecho de propiedad sobre cualquier información comercial valiosa que descubran e
intenten mantener en secreto a través de pasos razonables. También considera actos violatorios
del secreto empresarial la apropiación, divulgación o explotación sin autorización de su titular de
secretos empresariales o industriales.

El uso y beneficio de un secreto comercial es exclusivo a su titular. Un secreto comercial es


valioso no solo porque permite que una empresa obtenga una ventaja sobre un competidor, sino
también porque puede venderse o licenciarse como cualquier otro derecho de propiedad. Como
consecuencia, las empresas pueden ser consideradas responsables de cualquier daño económico
que resulte de su robo del secreto comercial de un competidor, al igual que otros miembros
oportunistas del público en general. Los empleados pueden ser considerados responsables por la
divulgación de los secretos comerciales de su empleador, incluso si la divulgación se produce
después de que haya terminado la relación laboral.

La ley de derechos de autor otorga a las personas y las empresas los derechos exclusivos sobre
cualquier obra original de su autoría, incluidas películas, libros, partituras musicales, grabaciones
de sonido, creaciones dramáticas y pantomimas. Las patentes otorgan a las personas y empresas
los derechos exclusivos para fabricar, usar y vender tipos específicos de invenciones, como
dispositivos mecánicos, procesos de fabricación, fórmulas químicas y equipos eléctricos. Por lo
cual, la ley sobre competencia desleal también condena los actos de
imitación que define como, “La imitación sistemática de las prestaciones e iniciativas
empresariales de un agente económico competidor cuando dicha estrategia se halle encaminada a
impedir u obstaculizar su afirmación en el mercado y exceda de lo que según las
circunstancias, puede reputarse como una respuesta natural del mercado”
Competencia desleal en la difamación

No es necesario que la publicidad sea completamente falsa para que sea procesable conforme a la
ley de competencia desleal, siempre que sea lo suficientemente inexacta como para inducir a error
o engañar a los consumidores de manera que inflija daño a un competidor. En general, las
empresas tienen prohibido colocar anuncios que menosprecien injustamente los bienes o servicios
de un competidor o inflen injustamente el valor de sus propios bienes y servicios. La publicidad
engañosa priva a los consumidores de la oportunidad de hacer comparaciones inteligentes entre
productos rivales. La Ley No. 42-08 plantea estos como:

c) Actos de comparación indebida. La comparación pública de actividades, prestaciones,


productos, servicios o establecimientos propios o ajenos con los de un tercero cuando la
comparación se refiera a extremos que no sean objetivamente comprobables o que siéndolo
contengan afirmaciones o informaciones falsas o inexactas. No es de aplicación la presente norma
respecto de aquellas informaciones, expresiones o mensajes que por su naturaleza sean percibidas
por un consumidor razonable como subjetivas y que reflejan sólo una opinión no sujeta a
comprobación;

g) Actos de denigración. La propagación de noticias o la realización o difusión de


manifestaciones sobre la actividad, el producto, las prestaciones, el establecimiento o las
relaciones comerciales de un tercero o de sus gestores, que puedan menoscabar su crédito en el
mercado a no ser que sean exactas, verdaderas y pertinentes.

También se considera ilícito que una empresa se apropie del nombre o la imagen de una persona
famosa para obtener ventajas comerciales. Todos los individuos tienen un derecho de propiedad
exclusivo sobre su identidad. Ninguna persona, empresa u otra entidad puede apropiarse del
nombre o semejanza de una persona sin permiso. La Ley No. 42-08 plantea estos como actos de
engaño los cuales abarcan la utilización o difusión de indicaciones incorrectas o falsas, publicidad
engañosa, la omisión de la verdadera información o cualquier otro tipo de práctica que, por las
circunstancias en que tenga lugar, sea susceptible de inducir a error a sus destinatarios.
Conclusión

Al concluir con este tema me doy cuenta de la gran importancia de la libertad de


comercio , lo satisfactorio que es comprar o adquirir un servicio de donde gustemos ,
que tengamos la libertad de elegir .

Y de la importancia que es una competencia sana , ya que esto permite que se nos
ofrezca cada vez más un mejor servicio como consumidores finales

Que esos negocios y empresas se esfuercen cada día por llamar la atención de los
clientes, pero esto de manera que no afecte intencionalmente a los demás comercios
Bibliografía

Libre mercado

Fuente: https://humanidades.com/mercado-libre/#ixzz7weJwP100

Teoría de Adams Smith

Fuente: https://humanidades.com/mercado-libre/#ixzz7weLBThUG

Defensa de la Competencia Desleal”.

https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-la-defensa-
competenciacompetencia-desleal-13015498

El exceso de agresividad se entiende como deslealtad en la competencia

https://www.eliasymunozabogados.com/blog/competencia-desleal

Ley No. 42-08 sobre la Defensa de la Competencia, G. O. No. 10458, del 25 de enero de
2008.

la identificación de empresa y producto

Philippine Competition Commission, 2008,


https://www.phcc.gov.ph/wpcontent/uploads/2017/04/PCC-MODULE-1-
1.pdf.

Actos de denigración

Monografias.com, el 12 de marzo de 2021,


https://www.monografias.com/trabajos102/derecho-
comercialdominicano-parte-i/derecho-comercial-dominicano-parte-i2.

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