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IGLESIA ADVENTISTA DEL

7º DÍA “MOVIMIENTO DE
REFORMA”

DEPARTAMENTO DE
MÚSICA

ASOCIACIÓN OCCIDENTAL BOLIVIANA.

TEMA 2
TEMA 2

EL DIOS QUE
.

ADORAMOS
“Señor, digno eres de
recibir la gloria y la honra
y el poder; porque tú
creaste todas las cosas, y
por tu voluntad existen y
fueron creadas”. Ap. 4:11
«El mundo está envuelto por las
tinieblas de la falsa concepción de Dios.
Los hombres están perdiendo el
conocimiento de su carácter, el cual ha
sido mal entendido y mal interpretado…
Su carácter ha de ser dado a conocer.
Sobre las tinieblas del mundo ha de
resplandecer la luz de su gloria, de su
bondad, su misericordia y su verdad”. 1
¿POR QUÉ DEBEMOS
PENSAR SOBRE DIOS
CORRECTAMENTE?
La adoración será pura, o
baja, según el lugar en que el
adorador tenga a Dios. Lo más
revelador acerca de la Iglesia
y del creyente en particular
será siempre su idea de Dios,
así como su mensaje más
significativo es lo que diga
sobre Él, o lo que deje sin
decir, porque con frecuencia,
su silencio es más elocuente
que sus palabras..
Entre los pecados a los que
tiende el corazón humano, es
difícil hallar otro que sea más
odioso para Dios que la
idolatría. El corazón idólatra
da por sentado que Dios es
otro distinto a quien es algo
que es en sí un monstruoso
pecado y sustituye al Dios
verdadero por otro hecho a
su propia semejanza.
Este dios siempre se
conformará a la imagen del que
lo ha creado, y será bajo o puro,
cruel o bondadoso, según el
estado moral de la mente de la
cual ha surgido. Es muy natural
que un dios engendrado en las
sombras de un corazón caído
no sea una verdadera
semejanza del Dios verdadero.
El Señor le dice al malvado en
el salmo: ''Tú pensabas que yo
era totalmente igual a ti” (Sal
50:21).
Mantengámonos alerta, no vaya a ser que en nuestro orgullo
aceptemos la noción errónea de que la idolatría sólo consiste
en doblarla rodilla ante objetos visibles de adoración, y que
por tanto, los pueblos civilizados se hallan libres de ella.
Comienza en la mente, y puede
estar presente donde no se haya
producido ningún acto abierto
de adoración. Pablo dice:
"Habiendo conocido a Dios, no
le glorificaron como a Dios, ni le
dieron gracias, sino que se
envanecieron en sus
razonamientos, y su necio
corazón fue entenebrecido
(Ro 1:21).
El enemigo utiliza la
verdad a medias para
engañar. En cuanto al
carácter de Dios, suele
sobreenfatizar algunos de
sus atributos,
menoscabando otros; así
pervierte el conocimiento
del ser de Dios, llevando a
los incautos a tener una
concepción parcial de su
carácter.
Generalmente se ven dos extremos en la
concepción del carácter de Dios.
Por una parte: “Satanás indujo a los hombres a
concebir a Dios como un ser cuyo principal
atributo es una justicia inexorable, como un juez
severo, un duro y estricto acreedor. Pintó al
Creador como un ser que está velando con ojo
celoso por discernir los errores y faltas de los
hombres, para visitarlos con juicios. Jesús vino a
vivir entre los hombres para disipar esa densa
sombra, revelando al mundo el amor infinito de
Dios”.
Por otra parte: Satanás disminuye la Santidad de
Dios haciendo verle como un Dios al que no le
interesa tanto el pecado, y que su amor consiente
al hombre a seguir pecando. Su lema es: “Errar es
humano y perdonar es divino”. Esto conlleva la
idea implícita de que la persona que no comete
errores no es humana, y que Dios está obligado a
perdonar cuantas veces sea. Pero Jesucristo nos
enseñó que el amor de Dios es un poder
vivificante y transformador. Y que el amor de Dios
nos conduce a la obediencia y la santidad.
En ambos extremos hay personas que
tributan una falsa adoración. En realidad
adoran a un ídolo y no al Dios verdadero.
No es necesario adorar imágenes para ser
idólatra; basta que tengamos una idea reducida
o incompleta de Dios estaremos en apostasía.

“Ninguna desgracia es tan grande: como llegar


a ser adorador de un dios falso”. TM, 442
La obligación más fuerte que pesa sobre la Iglesia
de hoy consiste en purificar y elevar su concepto
de Dios. En todas sus oraciones, trabajos y
servicios de adoración, esto debiera ocupar el
primer lugar. Si hacemos esto, entonces
podremos dejar una gran herencia a las nuevas
generaciones, entregándoles sin rebajar ni
amortiguar el concepto de Dios que también
nosotros recibimos de nuestros padres hebreos y
cristianos de generaciones pasadas. Esto
demostrará ser de mayor valor para ellos, que
todo cuanto se les pueda ocurrir al arte o a la
ciencia.
LA DIVINIDAD
“La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la
comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros.
Amén”.( 2 Co 13:14)
“Hay tres personas vivientes en el trío celestial…
El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo
…esos poderes colaborarán con los súbditos obedientes
del cielo en sus esfuerzos por vivir la nueva vida en
Cristo”. Ev, 446.
Enfoquemos nuestra adoración a las tres personas de la
Divinidad.
Reflejos de la DIVINIDAD

• La MÚSICA. La serie de sobre-


tonos.
• UNIVERSO. Espacio – materia –
tiempo.
• ESPACIO. Largo – alto – ancho.
• MATERIA. masa – energía –
fenómeno.
• TIEMPO. pasado – presente –
futuro.
CANTEMOS:
A nuestro Padre Celestial,
Al Hijo nuestro Redentor,
Al eterno Consolador.
Unidos todos a Alabad.
Amén.
EL DIOS INCOMPRENSIBLE.
El niño, el filósofo y el religioso
hacen todos la misma pregunta:
¿Cómo es Dios? Si con esta
pregunta queremos decir ¿Cómo
es Dios en sí mismo?, no hay
respuesta.
Si queremos decir ¿Qué ha
revelado Dios acerca de si mismo,
que la razón reverente pueda
comprender?, sí hay, una
respuesta plena y satisfactoria.
Porque aunque el nombre
de Dios sea secreto y su
naturaleza esencial sea
incomprensible, Él, en su
condescendiente amor, ha
declarado por revelación
que hay ciertas cosas que
son verdaderas con
respecto a sí mismo. Éstas
son las que llamamos
atributos.
No podemos adorar a alguien
que no conocemos, pero nuestro
Dios se ha revelado. Mientras
más conozcamos acerca de Él,
más razones y motivos
tendremos para adorarle.
CANTEMOS:
Himno 406

Más de Jesús deseo saber, más


de su gracia conocer…

Más de su gloria he de gozar,


más su gran nombre he de
alabar.
LOS ATRIBUTOS DIVINOS:
• Dios es AUTOEXISTENTE y
AUTOSUFICIENTE.
• Dios es ETERNO e INFINITO.
• Dios es INMUTABLE.
• Dios es SABIO.
• Dios es OMNIPOTENTE.
• Dios es OMNIPRESENTE.
LOS ATRIBUTOS DIVINOS:
• Dios es FIEL.
• Dios es BUENO.
• Dios es JUSTO.
• Dios es SANTO.
• Dios es AMOR.
• La GRACIA de DIOS
Cuestionario:
• ¿QUÉ SIGNIFICA QUE DIOS ES ……..?
• SUSTENTE CON 5 TEXTOS BIBLICOS, DICHO ATRIBUTO
DIVINO.
• ¿DE QUÉ MANERAS, LA COMPRENCIÓN DE ESTE
ATRIBUTO DIVINO, ME IMPULSA A ADORAR?
• ¿CÓMO DEBERÍA AFECTAR, LA COMPRENSIÓN DE ESTE
ATRIBUTO DIVINO, NUESTRA MÚSICA DE ADORACIÓN?
• BUSQUE UN HIMNO QUE TRATE ACERCA DE ESTE
ATRIBUTO DIVINO Y CÁNTELO.
¿CÓMO PODEMOS
CONOCER MEJOR A
DIOS PARA ASÍ
ADORARLE MEJOR?
En primer lugar. Tenemos que
abandonar nuestros pecados.

Los hombres que llevan una vida


confirmadamente mala no pueden llegar
a conocer al Dios santo. El Señor
Jesucristo pronunció: “Bienaventurados
los de limpio corazón, porque ellos verán
a Dios”. (Mt 5:8)
En segundo lugar. Debe haber una
consagración total de la vida a Cristo en fe.
Esto es lo que significa “creer en Cristo”.
Comprende un apego intelectual, volitivo y
emocional a Él, acompañado por un firme
propósito de obedecerle en todas las cosas. Esto
exige que guardemos sus mandamientos,
llevemos nuestra cruz, y amemos a Dios y a los
demás seres humanos.
“Sin obediencia a sus mandamientos, ninguna
adoración puede agradar a Dios”. Exaltad a Jesús, 336.
En tercer lugar. Debemos morir al pecado y
vivir para Dios en Cristo Jesús, seguido por
un abrir total de nuestra vida al poder del
Espíritu Santo.
“Debemos nacer del Espíritu divino. Esto
purificará el corazón y renovará la mente y
nos dará una nueva capacidad para conocer y
amar a Dios. Nos dará obediencia voluntaria a
todos sus requerimientos. Esa es la verdadera
adoración”. Maranatha, 368
En cuarto lugar. Debemos repudiar
valientemente la mundanalidad y
apreciar los deleites de Dios.

Rechazando el mezquino sistema de valores


del mundo, sus filosofías y estilos de vida que
están contaminados de incredulidad. Y
debemos abrirnos al universo de opciones
que podemos disfrutar en una vida de
obediencia a la “Ley de la Libertad.
En quinto lugar. Debemos practicar el
arte de la meditación larga y amorosa
sobre la majestad de Dios.
Esto exigirá algún esfuerzo, puesto que el
concepto de majestad ha desaparecido casi
por completo de la raza humana. El foco del
interés del hombre es ahora él mismo. El
humanismo, en sus diversas formas, ha
desplazado a la Palabra de Dios como clave
para la comprensión de la vida.*
Necesitemos romper y protestar contra
el formalismo seco y frío, y contra lo
liberal y frívolo, que caracterizan a mu-
chas cosas y actividades que pasan por
cristianas entre nosotros.

Un verdadero adorador debe


representar y defender el carácter de
Dios.
En sexto lugar. A medida que el conocimiento
de Dios se asimile en nosotros, será también
imprescindible un mayor servicio a favor de
los seres humanos.

Este bienaventurado conocimiento no debemos


disfrutarlo egoístamente. Todo conocimiento
intensificado de Dios comenzará pronto a afectar a los
que nos rodean en la comunidad cristiana. Y nosotros
debemos buscar conscientemente las oportunidades
de compartir nuestra luz creciente con los demás
miembros de la casa de Dios.
NUESTRA INCAPACIDAD DE ADORAR.

«Por cuanto los designios de la carne son


enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la
ley de Dios, ni tampoco pueden”. (Romanos 8: 7)

“El hombre, antes de su caída, gozaba de completa


comunión con Dios. Pero después que se hizo
esclavo del pecado, no pudo encontrar gozo en la
adoración a un Dios Santo y procuró ocultarse de
su presencia. Y esa condición permanece todavía en
el corazón no regenerado”. CC, cap. 2
EL DIOS QUE TRANSFORMA.
“Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; y por ello te vendrá bien”. (Job 22: 21)

“Debe haber un poder que obre en el interior,


una vida nueva de lo alto, antes de que el
hombre pueda convertirse del pecado a la
santidad. Ese poder es Cristo. Solamente su
gracia puede vivificar las facultades muertas del
alma y atraerlas a Dios, a la santidad”. CC, cap. 2
Adoración es el reconocimiento de la
grandeza Divina y la reacción que eso
de-be provocar en nosotros. Por eso la
ver-dadera adoración tiene que ser
inicialmente motivada por Dios mismo;
le conocemos mejor adorándole; en la
medida en que le contemplemos y le
adoremos, seremos transformados a su
semejanza.

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