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DIÓCESIS DE CARTAGO

PASTORAL CATEQUÉTICA

FORMACIÓN DE CATEQUISTAS 2021


Este año, proponemos para los catequistas un estudio del
“Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica”
para las reuniones semanales tomando como referencia las catequesis ofrecidas por
Monseñor José Ignacio Munilla (Obispo Español)

PRIMER MES - SEMANA 1

PRIMERA PARTE

LA PROFESIÓN DE LA FE
PRIMERA SECCIÓN
«CREO» – «CREEMOS» 

1. ¿Cuál es el designio de Dios para el hombre?

Dios, infinitamente perfecto y bienaventurado en sí mismo, en un designio de pura


bondad ha creado libremente al hombre para hacerle partícipe de su vida
bienaventurada. En la plenitud de los tiempos, Dios Padre envió a su Hijo como
Redentor y Salvador de los hombres caídos en el pecado, convocándolos en su
Iglesia, y haciéndolos hijos suyos de adopción por obra del Espíritu Santo y herederos
de su eterna bienaventuranza.

Es muy importante la pregunta sobre el designio de Dios, el por qué


nos ha creado. ¿De dónde ha nacido esa voluntad de Dios de que
existamos nosotros? Hay que comenzar diciendo, como dice el catecismo,
que Dios es infinitamente perfecto, bienaventurado en sí mismo,
eternamente feliz, autosuficiente, lo tiene todo y no tenía necesidad de crear
nada, tiene toda perfección. Pero es cierto que Dios es amor, su ser es
amoroso, y el amor es difusivo, y la decisión de crearnos es coherente con
su ser. Cuando alguien es plenamente feliz, tiende a compartir su felicidad.

A diferencia del aquel filósofo “Descartes” que afirmaba “pienso, luego


existo”, nosotros sostenemos que “Soy amado, luego existo”. Ese es el
punto de partida. La decisión de crear al hombre a su imagen y semejanza
hace del mismo hombre el lugar donde se expresa la profundidad de su
amor. Pero después ocurrió un gran desastre, la rebelión contra Dios, con el
pecado. El pecado es muy dramático, porque significa que el hombre se
rebela ante Dios. Pero Dios no deja de amar. Nos ama en la creación, pero
también en la redención. Si grande fue su amor en la creación, mas grande
es su amor en la redención en Jesucristo. Y convoca a la Iglesia para que
ese amor redentor de Dios, ese designio, sea comunicado hasta la eternidad.
Estamos llamados a participar con Dios de la eternidad para siempre.
Hemos nacido del amor de Dios, tenemos un origen temporal, pero somos
eternos. Tenemos un origen en el tiempo, pero no tenemos un fin en el
tiempo, nos fundimos con la eternidad de Dios. Este es el designio de amor
de Dios para el hombre. Lo mas grave es que al hombre le cuesta creer, le
cuesta experimentar que su existencia haya nacido del amor de Dios. Ese
tiene que ser nuestro mayor convencimiento: hemos nacido de Dios y
estamos invitados a gozar de Él por siempre.

TALLER PERSONAL

1. ¿Eres consciente que tu papel como catequista dentro de la Iglesia, es


la continuación en el “aquí y ahora” del designio de amor de Dios
por los hombres?

2. ¿Has tenido una experiencia concreta del amor de Dios por ti, amor
creador y redentor?

3. ¿Cuándo enseñas las verdades de la fe, tienes en cuenta tu


experiencia personal del infinito amor de Dios?

4. ¿Qué puedes hacer para que la catequesis que compartes sea la


experiencia de amor de Dios que los niños, jóvenes y adultos tengan?

5. ¿Qué hacer para que las catequesis se asuman como experiencias de


fe y no como clases u obligaciones?
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PRIMER MES - SEMANA 2

CAPÍTULO PRIMERO

EL HOMBRE ES «CAPAZ» DE DIOS

«Tú eres grande, Señor, y muy digno de alabanza (…). Nos has hecho para ti y
nuestro corazón está inquieto mientras no descansa en ti» (San Agustín).

2. ¿Por qué late en el hombre el deseo de Dios?

Dios mismo, al crear al hombre a su propia imagen, inscribió en el corazón de éste el


deseo de verlo. Aunque el hombre a menudo ignore tal deseo, Dios no cesa de
atraerlo hacia sí, para que viva y encuentre en Él aquella plenitud de verdad y
felicidad a la que aspira sin descanso. En consecuencia, el hombre, por naturaleza y
vocación, es un ser esencialmente religioso, capaz de entrar en comunión con Dios.
Esta íntima y vital relación con Dios otorga al hombre su dignidad fundamental.

Así se abre el capítulo primero. “El hombre es capaz de Dios”. El hombre


tiene la capacidad de abrirse a Dios. Dios cuando ha creado al hombre, ha
dejado inscrito en su alma como un “ADN” espiritual. Y ese “ADN”
espiritual es el deseo de plenitud e infinitud, el deseo de Dios y ello está
inscrito en el corazón del hombre de todos los tiempos y culturas. Hay
muchos que piensan que la religiosidad depende de lo cultural o tradiciones
educativas. Pero nosotros sostenemos que somos religiosos no por
educación o cultura sino por naturaleza, por el deseo que Dios ha dejado en
el corazón. Incluso el hombre es religioso sin saberlo; cuando busca la
plenitud está buscando a Dios sin saberlo. Cuando el hombre busca “más y
más” en el fondo está el deseo de Dios, porque Dios es el único que puede
satisfacer el deseo de plenitud. Al hombre en esta vida todo se le queda
corto, a veces creemos que si tuviéramos una cosa seríamos plenamente
felices, pero no es así, cuando las conseguimos se nos quedan pequeñas,
queremos más. Allí está el deseo de Dios. Dostoievski decía que en realidad
no existen ateos, existen idólatras, porque el hombre cuando no se arrodilla
ante Dios se arrodilla ante los ídolos: dinero, política, poder, personas,
ideologías. El corazón del hombre ha sido creado para arrodillarse, somos
así. Forma parte de nuestro ADN el ser buscadores. Ojalá nos percatemos
en que buscamos porque amamos y encontramos porque somos amados.
Buscamos porque Dios ha dejado ese deseo de Él en nuestro corazón. «Tú
eres grande, Señor, y muy digno de alabanza (…). Nos has hecho para ti y
nuestro corazón está inquieto mientras no descansa en ti» (San Agustín).
Solamente cuando encontramos a Dios podemos sentir que llegamos al
puerto, a casa. Bendita inquietud que experimentamos y que esconde el
hambre y sed de Dios.

TALLER PERSONAL

1. ¿Has experimentado ese deseo natural de plenitud, o crees que tu fe


es fruto de una tradición?

2. ¿Cómo crees que se puede conjugar el deseo natural con la


educación religiosa?

3. ¿Te has “arrodillado” ante algún ídolo alguna vez en tu vida?

4. ¿Qué le dirías a un ateo para convencerlo de ese deseo natural de


Dios?

5. ¿Crees que los niños de hoy conservan esa inquietud por Dios?
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PRIMER MES - SEMANA 3

3. ¿Cómo se puede conocer a Dios con la sola luz de la razón?

A partir de la Creación, esto es, del mundo y de la persona humana, el hombre, con la
sola razón, puede con certeza conocer a Dios como origen y fin del universo y como
sumo bien, verdad y belleza infinita.

Dios nos ha dado una razón o capacidad para conocer la verdad. A Dios es
posible conocerle a través de la razón. Dios no es conocible desde lo
experimental porque es espíritu puro, pero si desde lo razonable, se puede
tener certeza de su existencia. Hay un texto de la Sagrada Escritura que
afirma esto: Romanos 1, 20: “pues lo invisible de Dios, su poder eterno y
su divinidad, son perceptibles para la inteligencia, a partir de la creación
del mundo, a través de sus obras. De modo que son inexcusables, pues
habiendo conocido a Dios no lo glorificaron como Dios ni le dieron
gracias, todo lo contrario, se ofuscaron en sus razonamientos de tal modo
que su corazón insensato quedó envuelto en tinieblas”. Es decir que no
pudieron llegar a la conclusión de la existencia del creador a través de la
contemplación de las creaturas. Dios es conocible desde la razón,
obviamente Dios no es conocible en su intimidad, pero si en su
existencia, en su infinitud y omnipotencia. El Concilio Vaticano I lo
afirma: “La santa Iglesia, nuestra madre, mantiene y enseña que Dios,
principio y fin de todas las cosas, puede ser conocido con certeza mediante
la luz de la razón humana, mediante las cosas creadas”. Existen a lo largo
de la historia, diversos intentos por descubrir las vías del conocimiento
humano para acceder a Dios. Las más conocidas son las cinco vías
propuestas por Santo Tomás de Aquino. De ellos hay dos que tienen un
peso específico:
a) El orden del mundo: Todo en este mundo está ordenado no por
casualidad sino respondiendo a una ley que las ordena. El mundo no
se explica por casualidad sino por causalidad. El mundo necesita un
ordenador, necesita a Dios que es orden y ordena.

b) La contingencia: Ej. La mesa de madera existe porque existió un


árbol y ese árbol existió porque existió una semilla y la semilla
existió porque existió otro árbol. Si seguimos así hacia atrás
llegaremos a alguien que diera el ser a los seres. La naturaleza no es
eterna, tiene su inicio en el tiempo. Dios es el que da el ser a los
demás seres, porque no es contingente sino permanente.

TALLER PERSONAL

1. ¿Cuál es la diferencia entre casualidad y causalidad?

2. ¿Puedo decir que conozco a Dios?

3. ¿Vez en la naturaleza la prueba evidente de la existencia de Dios?

4. Puedes consultar y leer las “cinco vías para el conocimiento de Dios”


de Santo Tomás de Aquino.

5. ¿Cómo integrar en nuestras catequesis la contemplación de la


naturaleza como medio de comunicación de la fe?
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PRIMER MES - SEMANA 4

4. ¿Basta la sola luz de la razón para conocer el misterio de Dios?

Para conocer a Dios con la sola luz de la razón, el hombre encuentra muchas
dificultades. Además, no puede entrar por sí mismo en la intimidad del misterio
divino. Por ello, Dios ha querido iluminarlo con su Revelación, no sólo acerca de las
verdades que superan la comprensión humana, sino también sobre verdades religiosas
y morales, que, aun siendo de por sí accesibles a la razón, de esta manera pueden ser
conocidas por todos sin dificultad, con firme certeza y sin mezcla de error.

Nuestra capacidad racional está herida por el pecado, así como el pecado
nos obstaculiza nuestra capacidad de amar, también lo hace con nuestra
capacidad de razonar. Dios ha tenido misericordia de nosotros, de nuestro
entendimiento que le cuesta conocer la verdad y ha querido mostrarse, ha
dado un salto de un conocimiento natural, a darse a conocer. La diferencia
entre el conocimiento de Dios por naturaleza y el conocimiento por
revelación es inmensa. Ej. Imaginemos un periodista que intenta conocer la
vida de un famoso, debe conocerle desde la distancia, debe suponer cosas.
Pero imaginemos que ese periodista un día llega a su casa y suena el
teléfono y al contestar se da cuenta que ese personaje a quien está
queriendo conocer es quien le llama y le dice que le quiere contar su vida.
Esa es la diferencia.

La revelación permite conocer aspectos que por la razón no hubiéramos


conocido, por ejemplo: la razón no nos dejaría conocer que Dios es Padre,
Hijo y Espíritu Santo, pero la revelación nos expone la intimidad de Dios.
La revelación de Dios supone que ya no somos siervos sino amigos,
confidentes de Dios, Él nos muestra la intimidad de su corazón. Por la
revelación podemos conocer mejor aquello que por la razón ya habíamos
conocido. Dios ha tenido una gran misericordia, se ha revelado, no se ha
quedado con los brazos cruzados esperando que el hombre no fuera capaz
de hallarlo por su sola razón.

TALLER PERSONAL

6. ¿Alguna vez has dudado de que Dios existe?

7. ¿Crees que el pecado ha sembrado dudas en tu corazón frente al


amor inmenso de Dios?

8. ¿Cómo has recibido la revelación de Dios?

9. ¿Sabes que la catequesis es continuación de la revelación de Dios?

10.¿Qué tanto conoces a Dios, te consideras su confidente?


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Este año, proponemos para los catequistas un estudio del
“Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica”
para las reuniones semanales tomando como referencia las catequesis ofrecidas por
Monseñor José Ignacio Munilla (Obispo Español)

SEGUNDO MES - SEMANA 1

5. ¿Cómo se puede hablar de Dios?

Se puede hablar de Dios a todos y con todos, partiendo de las perfecciones del
hombre y las demás criaturas, las cuales son un reflejo, si bien limitado, de la infinita
perfección de Dios. Sin embargo, es necesario purificar continuamente nuestro
lenguaje de todo lo que tiene de fantasioso e imperfecto, sabiendo bien que nunca
podrá expresar plenamente el infinito misterio de Dios.

Por una parte, se nos invita a pensar que para poder hablar de Dios no hay
que ser necesariamente un profesional, se trata del algo íntimo ya que Dios
es más íntimo que nuestra propia intimidad, por lo tanto, cuando hablamos
de Dios, debemos saber que vamos a hablar de lo más íntimo. Hay que
hablar de Dios porque “de la abundancia del corazón habla la boca”. Es
importante que quien tiene a Dios en su corazón hable, que le salga por los
poros Dios mismo. Es importante caer en la cuenta de que las cosas que
decimos de Dios hay que intentar purificarlas. Dios será siempre más de los
que expresamos, siempre nuestras palabras se quedarán cortas. Lo cual no
quiere decir que no hablemos de Dios, pero sí que hablemos con humildad.
Porque Dios es superior a nuestra capacidad de entenderle. Somos nosotros
los que tenemos que hacernos a imagen y semejanza de Dios, no pretender
meter a Dios en nuestros conceptos. No hacerlo a Él a nuestra imagen y
semejanza, no manipular el concepto de Dios.

Hay tres sabidurías para acercarse a Dios: la primera es la sabiduría de la


razón, Dios nos ha dotado de razón para conocerle. La segunda sabiduría
superior a la primera es la sabiduría de la fe. Pero existe algo superior a la
fe que es la sabiduría de la experiencia mística. Razón, fe, experiencia
mística, los tres niveles de la sabiduría. Santo Tomás de Aquino, después
de haber tenido su experiencia mística, quiso quemar sus escritos porque le
parecían basura comparado con ello. Sim embargo son necesarias la razón
y la fe, no se pueden obviar. Nuestro conocimiento de Dios siempre es
imperfecto. El método más sencillo, pero a la vez más profundo para hablar
de Dios es el Evangelio. Los Evangelios tienen la capacidad del lenguaje de
los sencillos, pero a su vez tiene la capacidad de expresar el misterio de
Dios en toda su profundidad. Todas las imágenes de los Evangelios nos
muestran el lenguaje de las almas sencillas y la profundidad de los
catedráticos. El lenguaje del Evangelio tiene como interlocutor a todos los
hombres, de todas las razas, de todas las culturas, clases sociales y niveles
intelectuales. El Evangelio es la Palabra revelada a todos. Otra forma para
hablar de Dios es el testimonio. Una manera de hablar de Dios
efectivamente es a través de la propia experiencia, reflejar el don de Dios
ante los que nos rodean.

TALLER PERSONAL

1. ¿Siempre hablas de Dios, o a veces te da pena?

2. ¿Qué crees que debes hacer para hablar con mayor propiedad de
Dios?

3. ¿Con qué frecuencia lees los Evangelios?

4. ¿En tu catequesis utilizas los Evangelios?

5. ¿Compartes a menudo tu experiencia de Dios con los niños y


jóvenes?
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SEGUNDO MES - SEMANA 2

CAPÍTULO SEGUNDO

DIOS VIENE AL ENCUENTRO DEL HOMBRE

LA REVELACIÓN DE DIOS

6. ¿Qué revela Dios al hombre?

Dios, en su bondad y sabiduría, se revela al hombre. Por medio de acontecimientos y


palabras, se revela a sí mismo y el designio de benevolencia que él mismo ha
preestablecido desde la eternidad en Cristo en favor de los hombres. Este designio
consiste en hacer partícipes de la vida divina a todos los hombres, mediante la gracia
del Espíritu Santo, para hacer de ellos hijos adoptivos en su Hijo Unigénito.

Dios se revela a sí mismo. No es que Dios diga cosas, sino que revela su
intimidad. La gracia de Dios mal entendida, consiste en cosas que Dios me
da, pero es mejor entenderla como el amor de Dios que me acompaña. La
revelación no son cosas que Dios me dice, sino la amistad que Él me ofrece
y lo hace por su bondad. Lo hace a través de acontecimientos y palabras.
En esa comunicación de la intimidad de Dios, Él nos muestra su plan para
con el hombre en Cristo. Como un pintor que tiene un modelo y desea
pintarlo en un lienzo. Dios Padre es el pintor, Cristo el modelo y nosotros
el lienzo. Dios ha tenido un designio desde toda la eternidad que es
hacernos participar de la sobreabundancia de la relación paterno-filial que
tiene con Jesucristo. Él ha querido “injertarnos” en esa filiación divina,
participamos de ella. Por ello le podemos llamar “PAPÁ” y cuando le llama
Hijo a Cristo, también nos llama a nosotros. Somos hijos en el Hijo, en
Jesucristo. El Padre nos ha querido crear en Cristo y nos ha querido
introducir en la intimidad que Él tiene con Jesucristo y con el Espíritu
Santo. No podría habernos dado un designio de mayor gracia e intimidad.
No nos hubiésemos ni atrevido a soñar algo de estas dimensiones. No son
cosas que Dios nos comunica, sino que es Él mismo quien se nos da a
conocer y nos hace participar de su vida. Lo que viene a continuación a este
misterio es nuestra respuesta.

TALLER PERSONAL

1. ¿Me siento hijo de Dios?

2. ¿De qué manera puedo responder al designio de amor de Dios para


conmigo?

3. ¿Qué puedo hacer en mis catequesis para que los jóvenes y niños
sientan a Dios como Padre?
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SEGUNDO MES - SEMANA 3

7. ¿Cuáles son las primeras etapas de la Revelación de Dios?

Desde el principio, Dios se manifiesta a Adán y Eva, nuestros primeros padres, y les
invita a una íntima comunión con Él. Después de la caída, Dios no interrumpe su
revelación, y les promete la salvación para toda su descendencia. Después del diluvio,
establece con Noé una alianza que abraza a todos los seres vivientes.

A Adán y a Eva, Dios les crea en un estado de gracia impresionante, vivían


en la plena intimidad con Dios, gozaban de la presencia de Dios y sin
embargo el drama terrible del pecado rompe aquella relación tan cercana
que tenían con Dios y luego del pecado se esconden, no pueden resistir la
mirada de Dios. Lo que es hermoso, es que en el mismo momento en que
sucede este drama del pecado, que es la perdida de la intimidad con Dios,
allí Dios anuncia una salvación, Dios anuncia que el pecado no va a tener la
última palabra. Hay un texto bíblico (Gn3, 14-15) que la tradición ha
llamado el proto-Evangelio: “Por haber hecho eso, maldita tu entre todo el
ganado y todas las fieras del campo. Te arrastrarás sobre el vientre y
comerás polvo toda tu vida. Pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu
descendencia y la suya. Ésta te aplastará la cabeza cuando tu la hieras en
el talón”. Dios afirma su eterna condena a Satanás, pero anuncia que habrá
una mujer y su descendencia que aplastará la cabeza de la serpiente.

La lógica de Dios no es la de los hombres. En el diluvio, vemos la


consecuencia del pecado del hombre, ante su falta de gratitud el hombre
merece que se acabe su vida, ha rechazado el amor de Dios y merece la
muerte. Pero Dios en medio del diluvio, que es imagen de lo que el hombre
merece, hace aparecer el Arca que es la imagen de la Iglesia que en medio
de las aguas lleva al hombre para que se salve. En el arco iris que aparece
al final del diluvio, algunos padres de la Iglesia ven a Jesucristo, como
puente entre la humanidad y la divinidad (Alianza).

TALLER PERSONAL

1. ¿He leído el Libro del Génesis en su totalidad?

2. ¿Alguna vez he sentido que por mi pecado he roto mi relación con


Dios?

3. ¿Cómo explicarle a los niños y jóvenes el drama del pecado?

4. ¿Qué herramientas didácticas puedo usar para ilustrar estas dos


primeras etapas de la revelación de Dios?
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SEGUNDO MES - SEMANA 4

8. ¿Cuáles son las sucesivas etapas de la Revelación de Dios?

Dios escogió a Abram llamándolo a abandonar su tierra para hacer de él «el padre de
una multitud de naciones» (Gn 17, 5), y prometiéndole bendecir en él a «todas las
naciones de la tierra» (Gn 12,3). Los descendientes de Abraham serán los depositarios
de las promesas divinas hechas a los patriarcas. Dios forma a Israel como su pueblo
elegido, salvándolo de la esclavitud de Egipto, establece con él la Alianza del Sinaí, y
le da su Ley por medio de Moisés. Los Profetas anuncian una radical redención del
pueblo y una salvación que abrazará a todas las naciones en una Alianza nueva y
eterna. Del pueblo de Israel, de la estirpe del rey David, nacerá el Mesías: Jesús.

Hay una afirmación clave: Dios para llevar a cabo su plan ha optado por
elegir a Abraham para formar un pueblo. En nuestro mundo igualitarista
se discute si esto puede ser así y no mas bien que Dios se vaya revelando
en todas las religiones. Jesús en su diálogo con la Samaritana afirma que la
salvación viene de los judíos (Jn, 4, 22). El pueblo judío ha sido elegido
para que, a través de él, Dios se muestre al mundo. Mas que el orgullo de
ser elegidos, Jesús llama al pueblo judío a la conciencia. La revelación de
Dios es concreta en el tiempo, lugares, personas y acontecimientos. Ello va
escribiendo una historia, historia de salvación. Dios hace alianza con su
pueblo y le acompaña a través de los profetas. Dios ha elegido un camino
con sus etapas para revelarse.

TALLER PERSONAL
1. ¿Sabes qué es el Pentateuco?

2. ¿Qué elementos creativos se puedes usar para comunicar a los niños


y jóvenes estas etapas de la revelación?

3. ¿En qué etapa de la revelación crees que estamos ahora?

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