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Derecho penal
Tipo objetivo: sujeto activo – pasivo, verbo rector, objeto jurídico, objeto material, elementos
descriptivos, elementos normativos, elementos subjetivos.
Tipo subjetivo:
Tipicidad subjetiva: este elemento hace relación a la modalidad bajo la cual el sujeto despliega la
conducta. Es decir, el ordenamiento jurídico colombiano, exige que exista una subjetividad en la acción
desplegada por el sujeto. El código penal colombiano contempla tres formas de tipicidad subjetiva: el
dolo, la culpa y la preterintención.
Dolo: esta modalidad hace relación a la “voluntad realizadora del tipo objetivo necesarios para su
configuración” (Zaffaroni, 2006, p. 403). En virtud de lo anterior, el dolo se entiende como el saber y
querer, es decir, es el comportamiento desplegado por el autor que quiere alcanzar el resultado típico.
De esta forma, el dolo está compuesto tanto por el elemento cognitivo como el volitivo. El dolo se
puede distinguir en tres formas:
Dolo directo o de primer grado: esta modalidad se configura cuando el sujeto quiere provocar el resultado
típico. Esta forma de dolo se caracteriza porque predomina el elemento volitivo. De esta forma, la voluntad
del sujeto está dirigida a obtener un resultado ya sea que la realización se dé como segura o como sólo
posible (Wessels et al., 2018).
Ejemplo: Manuel, quiere asesinar a su padre para poder acceder a la herencia que le corresponde y de esta
forma poder pagar sus deudas. En consecuencia, Manuel espera a que su progenitor esté dormido y lo ahoga
con la almohada causándole la muerte.
Dolo indirecto o de segundo grado: esta modalidad se presenta cuando el sujeto “sabe o prevé como algo
seguro que su comportamiento conducirá a la realización del tipo legal” (Wessels et al., 2018, p. 138). Cabe
aclarar, que en esta forma de dolo prevalece el elemento cognitivo sobre el volitivo.
Ejemplo: E, decide prenderle fuego al granero de su familia el cual se encuentra asegurado por millones de
pesos. Sin embargo, E, sabe que J, se encuentra dentro del granero y aun así inicia el incendio. En este caso,
E, actúa con dolo de segundo grado con relación a causar el daño de J.
Dolo eventual: esta forma de dolo se presenta cuando el autor “considera seriamente la posibilidad de que
su comportamiento conduzca a la realización del tipo legal y se conforma con ello” (Wessels et al., 2018, p.
138). En ese orden de ideas, tanto el elemento cognitivo como volitivo concurren débilmente en el
individuo. Sin embargo, ambos se siguen presentando en el sujeto.
Ejemplo: J, quiere matar al presidente así que decide que atacará la comitiva presidencial la cual pasará por
una calle donde se encuentra un jardín de niños. J, sabe que los menores pueden llegar a estar en el patio
de receso cuando la bomba estalle y decide actuar permitiendo la posibilidad de que los niños terminen
lesionados, dejando las consecuencias al azar.
Culpa: esta modalidad de la conducta se presenta cuando el sujeto actúa no queriendo la realización
del tipo legal. Sin embargo, con su conducta genera una infracción al deber objetivo de cuidado
requerido en el despliegue de las relaciones sociales (Wessels et al., 2018). En este sentido, se
entiende lo siguiente:
Actúa imprudentemente quien incurre en una infracción objetiva del deber que podía evitar de
acuerdo con sus conocimientos subjetivos y capacidades, siempre que sea precisamente la infracción
del deber la que haya causado objetivamente y de un modo subjetivamente previsible el resultado
típico. (Wessels et al., 2018, p. 462)
Para poder imputar una conducta como culposa es necesario que se dé una constatación en dos
niveles:
La constatación de la inobservancia del deber objetivo de cuidado se realiza a través de la figura del
baremo diferenciada. Esta consiste en preguntarse cómo se habría comportado una persona
consciente y cuidadosa en la situación concreta o, como suele decirse, cómo se habría comportado un
buen padre de familia.
A partir de esta construcción, puede entenderse que lo que se reprocha al sujeto es el haber creado un
peligro no amparado por el riesgo permitido.
Culpa con representación o consciente: el individuo considera
como posible la causación del daño, pero, “de un modo
contrario al deber, confía en la no realización del tipo” (Wessels
et al., 2018, p. 464).
Cuando hablamos de antijuridicidad estamos Dentro del sistema de teoría del delito se
indicando que existe una contradicción entre la entiende que la antijuridicidad se compone
conducta que despliega el sujeto y lo que el de la formal y la material.
ordenamiento jurídico le exige. La formal se entiende como la contradicción
En tal sentido, el concepto de antijuridicidad no es existente entre la conducta y lo señalado por
exclusivo del derecho penal, sino que, por el la norma, mientras que la material hace
contrario, es propio del ordenamiento en su referencia a la lesión o puesta en peligro del
totalidad. De hecho, lo que cambia son los efectos bien jurídico que se busca proteger a través
que produce (Muñoz y García, 2010) de la norma penal (Muñoz y García, 2010).
Es menester tener presente que la presunción de antijuridicidad se puede desvirtuar a través de la existencia
de una causal de justificación, las mismas están contempladas en el artículo 32 del Código Penal (aunque no
todas las causales reunidas en este artículo son de justificación). En general, las causales de justificación
señalan preceptos permisivos que permiten que el sujeto despliegue una conducta en principio prohibida
pero que en el caso concreto y, debido a las circunstancias particulares, el Estado las valida.