La culpa en sentido amplio abarca la culpa en sentido estricto. La culpa en sentido estricto es definida
como la falta de intención en el sujeto activo de provocar las consecuencias que el acto que emprende
suscita -por lo que se dice que no se representó mentalmente el resultado de su accionar-, mientras que
el dolo es la intención de cometer el acto en cuestión y consecuentemente, causar sus consecuencias -por
lo que previamente se representó mentalmente el resultado de su acto-. La culpa entonces es el actuar
imprudente, negligente, en otras palabras la conducta atrevida o descuidada del sujeto activo. El límite
entre culpa y dolo -límite entre el actuar culposo y el doloso-, está dado por la culpa consciente y el dolo
eventual. Así, en la culpa consciente hay representación mental del resultado que conlleva el acto
efectuado, pero se suma a ello el criterio del sujeto activo de que tal resultado perjudicial, finalmente
delictual, no se concretará por una mala valoración de las circunstancias del hecho -que podría calificarse
generalmente como un exceso de confianza-, no susceptible de ocurrir si se actuara con un criterio
estándar de cuidado y atención. Por otra parte, en el dolo eventual, como en el directo, hay una
representación del resultado disvalioso, pero difiere de éste, del dolo eventual, en que a ello se le suma el
desinterés de si tal resultado se produce o no. Un ejemplo de lo expuesto se daría si consideramos a una
persona que conduce un automóvil a gran velocidad por una calle céntrica y atropella a un peatón que
cruzaba dicha arteria. Habrá conducta culposa si lo hizo pensando en que no se produciría el accidente por
su habilidad para el manejo, y habrá conducta dolosa si condujo en tal forma sin importarle el atropellar o
no a alguien. Tal diferencia, a todas luces subjetiva, es de difícil valoración y aún más difícil prueba en la
práctica judicial.
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El dolo:
En Derecho, es la voluntad deliberada de cometer un delito a sabiendas de su ilicitud. En los actos
jurídicos, el dolo implica la voluntad maliciosa de engañar a alguien o de incumplir una obligación
contraída.
En el derecho el término dolo, se usa con significados diferentes. En derecho penal, el dolo significa la
intención de cometer la acción típica prohibida por la ley. En derecho covil se refiere a la característica
esencial del ilícito civil, en el incumplimiento de las obligaciones designa la deliberada inejecución por
parte del deudor y, por último, es un vicio de actos voluntarios.
En el derecho el término dolo, se usa con significados diferentes. En derecho penal, el dolo significa la
intención de cometer la acción típica prohibida por la ley. En derecho civil se refiere a la característica
esencial del ilícito civil, en el incumplimiento de las obligaciones designa la deliberada inejecución por
parte del deudor y, por último, es un vicios de actos voluntarios.
El dolo, para el derecho penal, supone la intención tanto en el obrar del sujeto como en la abstención
cuando la obligación legal es la actuación (comisión por omisión).
El dolo es la forma principal y más grave de la culpabilidad, y por ello la que acarrea penas más severas.
Actúa dolosamente quien actúa con la intención de cometer un delito a sabiendas de su ilicitud.
Definiciones
El encuadramiento del dolo dentro de los elementos del delito no es una cuestión pacífica en la doctrina.
El ‘Dolo’ ha sido definido por numerosos e importantes autores. Entre ellos encontramos a Grisanti,
Carrara, Manzini, Jiménez de Asúa y Castellanos Tena, quienes han emitido un concepto completo de lo
que se entiende por el dolo.
Según Hernando Grisanti el dolo es la voluntad consciente, encaminada u orientada a la perpetración de un
acto que la ley tipifica como delito.
Según Francesco Carrara el dolo es la intención más o menos perfecta de hacer un acto que se sabe
contrario a la ley.
Vincenzo Manzini define al dolo como la voluntad consciente y no coaccionada de ejecutar u omitir un
hecho lesivo o peligroso para un interés legitimo de otro, del cual no se tiene la facultad de disposición
conociendo o no que tal hecho esta reprimido por la ley.
Luis Jiménez de Asúa dice que el dolo es la producción del resultado típicamente antijurídico con la
conciencia de que se está quebrantando el deber, con conocimiento de las circunstancias de hecho y del
curso esencial de la relación de causalidad existente entre las manifestaciones humanas y el cambio en el
mundo exterior, con la voluntad de realizar la acción u con representación del resultado que se requiere.
Para Fernando Castellanos Tena, el dolo consiste en el actuar, consciente y voluntario, dirigido a la
producción de un resultado típico y antijurídico.
b) El volitivo, éste se encuentra en el ámbito de los deseos del sujeto, motivados por estímulos originados
en las necesidades de la contingencia humana; es aquí en donde se encuentra, el querer, que
propiamente afirma la voluntad de alterar el mundo circundante al desencadenar el proceso causal, o
bien, aceptar tal alteración, absteniéndose de intervenir para que éste se interrumpa.
Derivado de ambos elementos del dolo, el ser humano, a través de su inteligencia que conoce, dirige su
voluntad hacia lo que quiere, lo que se manifiesta fenomenológicamente en acciones u omisiones,
productoras de resultados.
Como puede advertirse, ambos elementos (cognitivo y volitivo), ligados entre sí, producen la intención, ya
sea como causa originadora de los procesos causales que mutan o transforman el mundo exterior, o bien,
la violación al deber establecido en las normas de cultura subyacentes en las penales, produciéndose
siempre en ambos casos, la lesión o puesta en peligro de bienes jurídicos tutelados por estas.
Contexto
En las diversas escuelas penales modernas la discusión en relación con el dolo se ha escenificado
principalmente sobre el alcance que se le da al elemento cognitivo del mismo y su ubicación sistemática:
Es así como para el causalismo (clásico y neoclásico) -escuela penal alemana que tuvo su auge entre 1870
y 1930 aproximadamente en ese país-, el elemento cognitivo del dolo comprende el conocimiento de los
hechos, esto es, el conocimiento del comportamiento que se está realizando, y el conocimiento de la
antijuridicidad del hecho, es decir, el conocimiento de que el comportamiento que se está realizando se
encuentra prohibido por el derecho penal. El dolo en el causalismo es concebido como un elemento o
característica de la culpabilidad, categoría en la cual se evalúan la mayor parte de los aspectos subjetivos
o psicológicos del hecho punible.
Por el contrario, para el finalismo -escuela penal germana que tuvo su esplendor entre 1945 y 1960
aproximadamente en el país teutón-, el elemento cognitivo del dolo sólo abarca el conocimiento de los
hechos, valga decir, el conocimiento del comportamiento que se está realizando. El dolo en el finalismo es
ubicado como un elemento de la tipicidad, conformando el denominado tipo subjetivo del delito doloso. El
conocimiento de la antijuridicidad, o sea, el conocimiento de que el comportamiento que se realiza está
proscrito por el derecho penal, es deslindado del dolo y es concebido como un elemento de la
culpabilidad.
También se le puede definir como aquella intención positiva de inferir daño o perjuicio en la persona o en
la propiedad de otro.
Tipos de Dolo
Existen diversas clases de dolo, he aquí las más importantes:
Se da cuando la realización de la conducta (y el resultado en los delitos materiales) es el fin que el sujeto
se proponía alcanzar. Existe una completa correspondencia entre lo que el sujeto quería y el suceso
externo que ha tenido lugar. (A dispara contra B, porque quiere matarle y le causa la muerte).
Denominado por otros autores “dolo de consecuencias necesarias (según Sainz Cantero) o dolo indirecto
(según Quintero Olivares). Se da cuando se produce un resultado no querido directamente pero que es
consecuencia necesaria y está inevitablemente unido al resultado qué se pretende conseguir, de tal forma
que si esto último se produce se producirá siempre, también, aquel. Así el que coloca un explosivo en un
turismo para matar a su conductor y lo consigue. En el homicidio del conductor se deberá apreciar un dolo
directo de primer grado. En el delito de daños causados en el coche un dolo directo de segundo grado.
3) Dolo eventual
En torno al dolo eventual por otros denominados dolo condicional o dolo indirecto, se han formulado
diversas teorías.
Teoría de la probabilidad
Esta teoría exige menos requisitos que la teoría del consentimiento para afirmar la existencia del dolo. Es
suficiente que el autor se haya planteado la posibilidad de que el resultado pudiera producirse y a pesar
de ello haya actuado. Prescinde pues, de indagar si el sujeto consintió o no consintió, por entender ante
todo que no es preciso político criminalmente saberlo y, en segundo lugar, porque esta averiguación
psicológica ofrece dificultades enormes.
Teoría ecléctica
Un sector de la doctrina se inclina por una postura ecléctica que combina los criterios anteriores. Se exige,
por una parte que el sujeto “tome en serio” la posibilidad de la producción de un delito y por otra que el
mismo “se conforme” con dicha posibilidad, aunque sea a disgusto.
4) Dolo de peligro
Esta clase de dolo, suficiente para la realización dolosa de algunas clases de delito (delitos contra la salud
pública, contra la seguridad del tráfico, etc.), se da cuando el sujeto quiere o acepta la puesta en peligro
de bienes jurídicos, aunque no quiere su lesión (según Sainz Cantero).
5) Dolo genérico y dolo específico
Tradicionalmente se venía distinguiendo entre un dolo genérico y un dolo específico o duplicado acorde,
por lo general, con la distinción entre tipos genéricos y tipos específicos agravados.
Definición: “acción dolosa para conseguir la ejecución de un acto es toda aserción de lo que es falso o
disimulación de lo verdadero, cualquier artificio, astucia o maquinación que se emplee con ese fin” (conf.
Art. 931 Código Civil Argentino)
Requisitos:
Son cuatro los requisitos para que el dolo determine la anulación del acto:
Que haya sido grave: es decir que se apto para engañar a una persona que pone un cuidado corriente en el manejo
de sus asuntos. Si fuera tan grosera que una mínima precaución lo hubiera puesto al descubierto, el dolo no es
grave.
Que haya sido causa determinante de la acción del sujeto a quien se vicia la voluntad: se entiende por tal el engaño
sin el cual el acto no se hubiera llevado a cabo.
Que haya ocasionado un daño importante: es decir de una significación económica para la persona que lo sufre.
Que no haya habido dolo recíproco: la justicia no puede ponerse a discutir sobre las trampas que empleen los
inescrupulosos.
El dolo en el incumplimiento de la
obligación
El dolo en la inejecución de la obligación consiste en su deliberado incumplimiento, es decir, comete dolo
aquel deudor que pudiendo cumplir no quiere hacerlo.
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La culpa:
Culpa es el término jurídico que, según Francesco Carrara, al igual que la negligencia, supone la
“voluntaria omisión de diligencia en calcular las consecuencias posibles y previsibles del propio hecho“.
A esta teoría se le han formulado diversas críticas, lo que no implica que no se reconozca que el concepto
de previsibilidad desempeña un papel de importancia en la culpa, sino tan solo que ese elemento no
puede considerarse como suficiente para servirle de fundamento, dado que en otras razones, aun siendo
previsible el resultado, puede no darse la culpa, si el sujeto ha actuado con la debida diligencia y
prudencia.
Culpa civil y culpa penal:
El concepto de culpa penal es semejante al de culpa civil: en ambos casos la culpa se define por una
omisión de la conducta debida para prever y evitar el daño. Se manifiesta por la imprudencia, negligencia,
impericia o inobservancia de reglamentos o deberes. Sin embargo, en la apreciación de la culpa a los fines
del resarcimiento del daño, en un caso, y de la represión del delito, en el otro, existen pautas diversas: en
el primer caso la culpa se aprecia como un criterio muy afinado para no dejar a la víctima sin reparación;
en el segundo, existe mayor rigor para valorar las circunstancias constitutivas de la culpa con el propósito
de no condenar a un inocente. De allí que: la más leve culpa impone responsabilidad civil al autor de un
daño y, por consiguiente, una absolución penal por falta de culpa no hace cosa juzgada en lo civil.
Corolario del mismo principio es que puede fundarse la responsabilidad civil en una simple culpa en la
vigilancia y que aun ésta se presuma, lo que no se admite, en principio, en materia penal.
Delito culposo:
En Derecho se define al delito culposo como el acto u omisión que produce un resultado descrito y
sancionado en laley penal, a causa de no haber previsto ese resultado siendo previsible, o se previó
confiando en que no se produciría, en virtud de no observar un deber de cuidado que debía y podía
observar según las circunstancias y condiciones personales.
Esto plantea varios problemas, en primer lugar el ciudadano puede sentir que el Estado al penar su
conducta no intencional pero dañosa sea injusto, ya que el infractor jamás quiso que se produjera un
daño, pero para el Estado existe la presunción de que todo ciudadano trae consigo la idea elemental de lo
que es bueno y lo que es malo por lo que esa comprensión podrá proyectarlo a prever el resultado dañoso
que sanciona la ley penal. Es decir, se sanciona la responsabilidad por un acontecimiento o hecho.
Formas de la culpa
Negligencia.– Descuido en el actuar. Omisión consciente, descuido por impericia o dejar de cumplir un
acto que el deber funcional exige. En materia penal, es punible.
Imprudencia.- Punible e inexcusable negligencia con olvido de las precauciones que la prudencia vulgar
aconseja, la cual conduce a ejecutar hechos que, a mediar malicia en el actor, serían delitos.
Impericia.- Falta de pericia. Pericia.Sabiduría, práctica, experiencia y habilidad en una ciencia o arte.
Inobservancia.- Consiste que al desempeñar ciertas actividades o cargos, el sujeto omita cumplir los
deberes impuestos por los reglamentos u ordenanzas.
Culpa levísima.
En muchos casos la jurisprudencia hace equivaler la culpa grave al dolo. Realmente, no se está haciendo
equivaler ambos conceptos pero, en la práctica, y dado que probar la intención es sumamente difícil, se
entiende que una culpa grave o muy grave se asemeja demasiado a una actuación intencionada, dado que
es difícil comprender que se haya hecho de forma involuntaria.