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Cómo Desarrollar Conductas Responsables en Tus Hijos
Cómo Desarrollar Conductas Responsables en Tus Hijos
tus hijos
Inculcar conductas responsables en nuestros hijos no es algo sencillo. Todas tenemos claro
que la educación se basa dando siempre un buen ejemplo, aplicando normas claras y
congruentes, y por supuesto, en la necesidad de infundir en los niños una adecuada
Inteligencia Emocional.
Muchas madres se suelen quejar a menudo de lo diferentes que son los hermanos entre sí:
uno es descuidado, el otro es más extrovertido, uno más responsable, y el otro, aún no ha
madurado a pesar de ser un adolescente de casi metro ochenta.
Todo ello hace que a menudo, se llegue a pensar que las conductas responsables vayan
más ligadas al carácter que a la educación, lo cual, no es cierto. Es importante pues que
intentemos definir primero qué entendemos por responsabilidad:
Como puedes ver es un valor indispensable en la educación de nuestros hijos, algo que
deberíamos promover en el día a día desde edades muy tempranas. Debemos recordar que
los objetivos que tenemos como madres, como educadoras y como esa primera esfera
social y afectiva que tienen los niños al venir al mundo, son los siguientes:
La aventura de educar, aunque no lo creas, empieza desde el primer momento en que los
niños vienen al mundo. Nuestros hijos necesitan pautas, hábitos, un estilo de crianza
equilibrado, lleno de afectos y sin incongruencias. Es decir, si por ejemplo en casa
atiendes a tu bebé cada vez que lo oyes llorar, pero sin embargo, cuando lo dejas con los
abuelos ellos no lo hacen «porque creen que así lo malcrían», no es lo correcto.
A la hora de educar, debemos ser siempre iguales, con conductas estables que aporten
seguridad al niño en todo momento. Un niño seguro es un niño feliz y receptivo a todo lo
que le enseñemos. Ahora bien… ¿Es posible desarrollar en niños tan pequeños conductas
responsables?
Te lo mostramos a continuación.
Con un niño de dos años…¿No es quizá un momento demasiado temprano para educar en
responsabilidad? Todo lo contrario, es ideal y necesario, y más si tenemos en cuenta que
están en pleno proceso de aprender a hablar, de comunicar, de manifestar…
Puede que entre los 2 y los 3 años el niño aún no tenga plena conciencia de lo que
está bien o mal, pero es un instante propicio para que nos imiten, para que nos
ayuden en tareas sencillas que habrán de formar parte de su día a día: guardar
juguetes, ropa, objetos de aseo, poner la mesa… Son tareas básicas que deben
normalizar.
Entre los 3 y los 4 años nuestros hijos entienden muy bien la recompensa y el
castigo, el reconocimiento… Fomenta el que aprendan a vestirse solos, a
compartir, a respetar su turno, a controlar la frustración, a saber escuchar lo que
dicen los otros y a callar mientras los demás hablan…
Intenta que tomen la iniciativa en cosas cotidianas, permíteles que hagan cosas, que
den su opinión… Las conductas responsables aparecerán siempre que les demos
nuestro apoyo y confianza. Si sancionas, si solo castigas, el niño tendrá miedo a
tener iniciativas.
Si hemos puesto en práctica los consejos anteriores, tendremos mucho terreno ganado. A
partir de los 5 años nuestros hijos van a darnos su opinión sobre muchas cosas, y sobre
todo, nos van a mostrar sus deseos: tener esto y lo otro, hacer esto y no aquello, irme aquí
y no hacer eso que tu le mandas…
¿Qué es lo más importante de esta etapa?
No tengas miedo a decir NO. Debe ser claro y explicarles el por qué de esa
negativa.
Te van a poner a prueba en muchas cosas, sé paciente, marca límites y comunícate
mucho con ellos. Ten siempre una respuesta a sus preguntas.
Deben habituarse a las rutinas, y saber cuál es su responsabilidad en cada
momento del día.
Sigue trabajando su resistencia a la frustración. Es importante que en estas edades,
acepten una negativa y sepan gestionarla ya sin gritos ni lloros.
Pueden parecer mayores pero no lo son. Estamos en una edad en la que pensamos
que ya han interiorizado las normas anteriores y que no necesitan supervisión en
muchos aspectos.
No obstante, no te descuides, es típico que en estas edades surjan muchos olvidos y
errores involuntarios. Suelen perder cosas, se despistan, y si pasa algo negativo,
atribuirá la culpa a los demás.
Es importante que supervises sus tareas de forma sutil, sin presionar pero estando
con ellos.
Es un buen momento para que asienten las costumbres sociales: saber recibir,
saludar, despedirse, llevar una conversación cordial, saber agradecer…