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Cronograma de Proyectos
Cronograma de Proyectos
Independientemente
licar este método se observa que los recursos están disponibles sólo en
cantidades limitadas, será necesario aplicar cambios en el cronograma
de actividades para asegurar que las actividades más críticas tengan
suficientes recursos.
El punto de partida para hacer el cronograma de actividades del proyecto son los
trabajos unitarios definidos en la Work Breakdown Structure. A partir de esta deben
definirse las actividades necesarias para completar cada uno de paquetes, lo cual suele
hacerse junto con expertos o el equipo del proyecto.
La diferencia entre la WBS y la lista de actividades que creamos en este paso es que la
primera muestra la descomposición del alcance (él QUÉ), y la segunda las tareas
necesarias para completar este alcance (él COMO). Aunque ambas están estrechamente
relacionadas, puede haber diferentes formas de llegar a un mismo objetivo, así mientras
el alcance es fijo y un compromiso del proyecto (WBS), las actividades no lo son.
Una vez definidas el conjunto de actividades que componen el proyecto, estas deben
ordenarse en función de las relaciones de precedencia y antecedencia oportunas, las
cuales pueden ser de carácter obligatorio o no. De esta forma las tareas pueden
ordenarse según cuatro tipos de relaciones
Fin – Comienzo: la segunda tarea no puede empezar hasta que acaba la primera.
Es la relación más habitual.
Comienzo – Comienzo: la segunda tarea empieza al mismo tiempo, o con un
cierto desfase, que la primera.
Comienzo – Fin: la primera tarea comienza al mismo tiempo, o con un cierto
desfase, respecto al final de la segunda.
Fin – Fin: la segunda tarea finaliza al mismo tiempo, o con un cierto desfase,
que la primera
Este paso consiste en estimar el número de horas, días, semanas, etc. que se requieren
para completar cada una de las actividades del proyecto. Para ello pueden usarse las
técnicas de estimación de la duración de actividades explicadas en otros artículos, las
cuales pueden basarse en el análisis de datos estadísticos, o técnicas de trabajo grupal.
Por tanto, el siguiente paso será incluir los recursos, lo que implica asignar a cada tarea
el recurso que la ejecutará, considerando su porcentaje de dedicación (en el caso de
realizar varias tareas simultáneamente), su capacidad de trabajo máxima, y su
calendario laboral específico si lo tuviera.
Balancear los recursos no es más que ajustar el cronograma de actividades para que
ningún recurso supere su capacidad de trabajo máxima. Con ello nos podemos encontrar
con dos situaciones diferentes:
Si volvemos al cronograma que usamos como ejemplo, podemos imaginar que el hito 2
y la entrega final son entregables, y por tanto necesitamos protegerlos. En este caso el
hito 2 depende de las tareas 2 y 4, por lo que protegeremos el hito 2 con un margen
igual al atraso estimado para los riesgos asociados a estas dos tareas. En el caso de la
entrega final haremos lo mismo, pero considerando las tareas 5 y 6, que son las tareas
que hay entre el último margen incluido y la entrega.
Una vez tenemos el cronograma de actividades del proyecto, este debe alinearse con el
resto de planes del proyecto (riesgos, costes, etc.), y contrastarse con las limitaciones y
requerimientos del proyecto, lo que puede implicar cambios en los pasos anteriores, y
por tanto volver a hacer el cronograma.
Existen multitud de motivos por los cuales deberemos ajustar o hacer el cronograma de
nuevo. Pero podríamos destacar: