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Vera Posek, B. (2007).

Principales áreas de estudio de la psicología


positiva. (Manuscrito no publicado)
3.6. Flow (Fluir)
El concepto de flow, traducido a nuestro idioma como fluir o flujo, ha sido desarrollado
por el psicólogo Mihalyi Csikzentmihalyi, quien lo ha definido como un estado en
el que la persona se encuentra completamente absorta en una actividad para su propio
placer y disfrute, durante la cual el tiempo vuela y las acciones, pensamientos y
movimientos se suceden unos a otros sin pausa. Todo el ser está envuelto en esta
actividad, y la persona utiliza sus destrezas y habilidades llevándolas hasta el extremo.
En definitiva, una persona está en flow cuando se encuentra completamente absorbida
por una actividad durante la cual pierde la noción del tiempo y experimenta una enorme
satisfacción.
Csikszentmihalyi lleva desde la década de los 70 estudiando las experiencias que
permiten a las personas a ser felices. Comenzó sus estudios sobre la felicidad pidiendo
a cientos de personas que describieran en sus propias palabras lo que sentían cuando se
encontraban realizando actividades gratificantes. Le interesaba conocer cómo se sentían
las personas cuando llevaban a cabo actividades que requerían cantidades considerables
de tiempo y esfuerzo y por las que no se recibía reconocimiento ni dinero, actividades
que eran gratificantes por sí mismas. Durante las entrevistas, jugadores de ajedrez y de
baloncesto relataban cómo se sentían completamente entregados y comprometidos con
el juego, bailarines contaban cómo los momentos en los que se encontraban en la pista
de baile eran sin duda los mejores de su vida, o escaladores profesionales retrataban sus
experiencias en alta montaña… Csikszentmihalyi recogió todas estas entrevistas y
organizó un análisis fenomenológico de las mismas, analizando los temas comunes que
aparecían en todas ellas. Así, encontró un elemento que compartían casi todas, un estado
muy determinado y particular de conciencia que comenzó llamando experiencia
autotélica y que terminó definiendo como flow, dado que era un término que habían
utilizado muchos de los propios entrevistados para describir estas experiencias.
Las personas describen los estados de flujo como la sensación de que todas las
habilidades o destrezas personales son adecuadas para hacer frente a los retos que se
presentan. La concentración es muy intensa, no se piensa en nada irrelevante o no hay
tiempo para preocuparse por los problemas, y la conciencia de uno mismo desaparece a
la vez que la sensación de tiempo se pierde.

La base del fluir: la experiencia óptima


Csikszentmihalyi distingue dos tipos de experiencia: la que llama entropía psicológica,
en la que la conciencia se halla desordenada, alterada y dispersa, no hay concentración y
sí una desorganización en la información que se recibe, que va en contra de las metas
personales. El individuo en entropía psicológica se ve obligado a centrarse en problemas
y su energía psíquica se estanca, no fluye. Los problemas no nos dejan concentrarnos,
dispersan nuestra mente. El estado opuesto es la experiencia óptima, durante la cual
la información que se recibe se ajusta a los objetivos personales, la energía psíquica
fluye y no hay necesidad de preocuparse o cuestionarse la idoneidad de los actos. La
atención puede dirigirse libremente a conseguir metas personales, ya que no existe
ningún problema que resolver, ninguna amenaza a la que hacer frente. Toda nuestra
energía psíquica fluye en dirección a conseguir esa meta personal. Es en esta situación
de experiencia óptima donde se experimenta la flujo.
La experiencia óptima es un fin en sí mismo. La actividad se convierte en beneficiosa y
recompensante por sí misma, pues el mero hecho de realizar esa actividad es
reconfortante. La persona presta atención a la actividad por su propio beneficio, no en
las consecuencias de la actividad, sino en la actividad misma.

El fluir es un estado de máxima concentración durante el cual estamos en pleno control


de nuestra energía psíquica, y todo lo que hacemos añade orden a nuestra conciencia. La
organización de la conciencia que produce el fluir es cada vez más rica y compleja, de
manera que se produce un crecimiento personal. El estado de flujo reúne pensamientos,
sentimientos, acciones, emociones…. hacia una misma meta. Todo es armonioso.
Durante el fluir se produce una integración completa de uno mismo, y cuando el
episodio de flujo termina, uno se siente más unido, como una unidad, no sólo
interiormente sino más unido al resto de cosas y personas.

Csikszentmihalyi afirma que la flujo puede describirse en función de 8 parámetros:


1) Unión: Las personas que experimentan flujo se encuentran envueltas en la actividad
hasta el punto de que se sienten parte de esa actividad.
2) Concentración: Las personas que experimentan flujo se encuentran absolutamente
concentradas en la actividad, pero es una concentración que no requiere esfuerzo
alguno.
3) Control: Existe una ausencia total de preocupaciones. La persona siente que domina y
controla la situación.
4) Pérdida de la conciencia de uno mismo: Durante los estados de flujo, se pierde la
conciencia de uno mismo, esa parte de la conciencia que analiza y evalúa los planes
antes de ponerlos en marcha permanece dormida, la persona no piensa antes de actuar,
no hay confrontación entre diferentes opciones de actuación.
5) Distorsión del sentido temporal: Durante los estados de flujo se distorsiona la
conciencia del paso del tiempo. Parece que el tiempo pasa más rápido de lo normal o
por el contrario que avanza especialmente lento.
6) Valor de la experiencia por sí misma: La actividad que provoca estados de flujo se
lleva a cabo por sí misma, no por los beneficios que dará como resultado. Es una
actividad es reconfortante por sí misma.
7) Valor de las habilidades o fortalezas personales: La actividad que provoca estados de
flujo pone en marcha el uso de habilidades personales. Sólo cuando las demandas de la
actividad presentan un reto para las habilidades personales se producen estados de flujo.
En este sentido, conecta con las teorías de Seligman acerca de la importancia de conocer
y desarrollar las fortalezas personales (rasgos positivos) para llevar una vida llena de
gratificaciones (vida significativa).
8) Metas y feedback: La actividad que provoca estados de flujo debe estar claramente
dirigida a conseguir metas y a recibir feedback inmediato, de forma que la persona no
debe preocuparse sobre cómo lo está haciendo durante la flujo.

La importancia de vivir en el presente: el saboreo


Cuando una persona fluye mientras realiza una determinada actividad, se encuentra
totalmente envuelta en la vivencia del presente. En la experiencia de flujo la actividad
nos absorbe de tal manera que pasado y futuro dejan de tener importancia; lo único que
importa es el momento presente.
Por regla general, las personas tendemos a prestar demasiada atención a los éxitos
futuros y a los fracasos pasados. Estamos tan ensimismados planeando lo que pasará
mañana o reprochándonos lo que ocurrió ayer que no aprovechamos lo que nos está
pasando hoy, de manera que perdemos las grandes oportunidades que nos ofrece cada
día la vida.
Fred B. Bryant y Joseph Veroff son dos investigadores de la Universidad de
Loyola que han propuesto un concepto muy relacionado con la importancia de vivir el
momento: el saboreo (savoring). Destacan la necesidad de recuperar el valor perdido
del presente y nos invitan a saborear o disfrutar de los buenos momentos que vivimos,
aprendiendo a ser más conscientes de ellos. La clave del saboreo reside en aprender a
focalizar nuestra atención hacia el presente. Al igual que la experiencia de flujo, el
saboreo remite a la atención consciente sobre la experiencia cotidiana del presente.
Es probable que la predisposición para saborear los buenos momentos de la vida sea una
característica de personalidad bastante estable. Sin embargo, es posible aumentar la
capacidad de saboreo utilizando una serie de técnicas muy sencillas:
. Compartir la experiencia con los demás: Encontrar a otras personas con las que
compartir el momento o a las que contarles la experiencia vivida. Compartiendo los
buenos momentos con los demás se toma conciencia de ellos y se hacen perdurar.
. Recordar la experiencia: Tomar fotografías mentales del momento para recrearnos
más tarde en su recuerdo. También es una gran idea usar una cámara fotográfica que nos
permita rememorar la situación en el futuro y enseñársela a otras personas.
. Elogiarse a uno mismo: No debe existir temor a mostrarse orgulloso por lo que se ha
vivido. Es importante reconocer los logros y no escatimar en elogios hacia los objetivos
cumplidos.
. Agudizar nuestros sentidos: Centrarse en escoger determinados elementos de la
experiencia vivida y realzarlos. Para aprovechar en todo su potencial el momento, es
necesario escoger ciertos elementos y descartar otros. No es posible abarcarlo todo pues
la atención se difumina y disminuye el nivel de conciencia, por eso, en el saboreo
adquieren vital importancia los detalles.
. Ensimismarse: Aprender a concentrarse profundamente en la actividad que se está
realizando, dejando que ésta nos envuelva y absorba por completo. Tratar de no pensar
en nada, sólo en disfrutar plenamente del momento y fluir.
¿Podemos potenciar los estados de flujo?
Existen una serie de actividades que producen flujo, como los deportes, los juegos, el
arte, los hobbies… pero en realidad, se pueden experimentar estados de flujo en todo
tipo de actividades.
Los estados de flujo pueden ocurrir ocasionalmente por azar, cuando se unen
determinadas circunstancias externas y estados internos. Hay actividades que por sí
mismas son más tendentes a despertar estados de flujo: componer y tocar música,
escalar montañas, bailar, pescar, leer, jugar al ajedrez… Lo que hace que estas
actividades sean típicamente conductoras de estados de flujo es que están diseñadas para
hacer que la experiencia óptima sea fácil de conseguir: tienen reglas que requieren el
aprendizaje de habilidades, establecen metas, proveen de feedback y hacen posible el
control, facilitan la concentración… Son actividades cuya función primordial es proveer
de experiencias reconfortantes y amenas.
El deporte es uno de los campos en los que con mayor frecuencia se experimentan
estados de flujo.
Csikszentmihalyi también resalta en sus obras la importancia de encontrar estados de
flujo en el trabajo, pues éstos pueden ser la clave de la satisfacción laboral.

Cuando una persona es capaz de organizar su conciencia para experimentar estados de


flujo con la mayor frecuencia posible, la calidad de su vida inevitablemente mejora,
pues incluso las actividades más comunes y rutinarias pueden convertirse en
significativas y divertidas.
Estos estados tienen la potencialidad de hacer la vida más rica, intensa y significativa,
aumentando la riqueza y complejidad del yo. Los estados de flujo permiten a las
personas disfrutar de la vida, sentirse felices y funcionar mejor en diversos ámbitos de
la vida.

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