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El concepto de flow se refiere a un estado mental de completa absorción y concentración en una actividad. El psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi estudió este estado y lo definió como caracterizado por la pérdida de la noción del tiempo, un sentimiento de control y satisfacción. Csikszentmihalyi identificó 8 parámetros que definen el estado de flow, como la unión total con la actividad y la recepción de retroalimentación inmediata. Vivir en el presente a través del "saboreo" de los momentos también está rel
Descripción original:
habla de la psicología de las experiencias optimas y como podemos fluir por medio de una actividad en particular
El concepto de flow se refiere a un estado mental de completa absorción y concentración en una actividad. El psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi estudió este estado y lo definió como caracterizado por la pérdida de la noción del tiempo, un sentimiento de control y satisfacción. Csikszentmihalyi identificó 8 parámetros que definen el estado de flow, como la unión total con la actividad y la recepción de retroalimentación inmediata. Vivir en el presente a través del "saboreo" de los momentos también está rel
El concepto de flow se refiere a un estado mental de completa absorción y concentración en una actividad. El psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi estudió este estado y lo definió como caracterizado por la pérdida de la noción del tiempo, un sentimiento de control y satisfacción. Csikszentmihalyi identificó 8 parámetros que definen el estado de flow, como la unión total con la actividad y la recepción de retroalimentación inmediata. Vivir en el presente a través del "saboreo" de los momentos también está rel
positiva. (Manuscrito no publicado) 3.6. Flow (Fluir) El concepto de flow, traducido a nuestro idioma como fluir o flujo, ha sido desarrollado por el psicólogo Mihalyi Csikzentmihalyi, quien lo ha definido como un estado en el que la persona se encuentra completamente absorta en una actividad para su propio placer y disfrute, durante la cual el tiempo vuela y las acciones, pensamientos y movimientos se suceden unos a otros sin pausa. Todo el ser está envuelto en esta actividad, y la persona utiliza sus destrezas y habilidades llevándolas hasta el extremo. En definitiva, una persona está en flow cuando se encuentra completamente absorbida por una actividad durante la cual pierde la noción del tiempo y experimenta una enorme satisfacción. Csikszentmihalyi lleva desde la década de los 70 estudiando las experiencias que permiten a las personas a ser felices. Comenzó sus estudios sobre la felicidad pidiendo a cientos de personas que describieran en sus propias palabras lo que sentían cuando se encontraban realizando actividades gratificantes. Le interesaba conocer cómo se sentían las personas cuando llevaban a cabo actividades que requerían cantidades considerables de tiempo y esfuerzo y por las que no se recibía reconocimiento ni dinero, actividades que eran gratificantes por sí mismas. Durante las entrevistas, jugadores de ajedrez y de baloncesto relataban cómo se sentían completamente entregados y comprometidos con el juego, bailarines contaban cómo los momentos en los que se encontraban en la pista de baile eran sin duda los mejores de su vida, o escaladores profesionales retrataban sus experiencias en alta montaña… Csikszentmihalyi recogió todas estas entrevistas y organizó un análisis fenomenológico de las mismas, analizando los temas comunes que aparecían en todas ellas. Así, encontró un elemento que compartían casi todas, un estado muy determinado y particular de conciencia que comenzó llamando experiencia autotélica y que terminó definiendo como flow, dado que era un término que habían utilizado muchos de los propios entrevistados para describir estas experiencias. Las personas describen los estados de flujo como la sensación de que todas las habilidades o destrezas personales son adecuadas para hacer frente a los retos que se presentan. La concentración es muy intensa, no se piensa en nada irrelevante o no hay tiempo para preocuparse por los problemas, y la conciencia de uno mismo desaparece a la vez que la sensación de tiempo se pierde.
La base del fluir: la experiencia óptima
Csikszentmihalyi distingue dos tipos de experiencia: la que llama entropía psicológica, en la que la conciencia se halla desordenada, alterada y dispersa, no hay concentración y sí una desorganización en la información que se recibe, que va en contra de las metas personales. El individuo en entropía psicológica se ve obligado a centrarse en problemas y su energía psíquica se estanca, no fluye. Los problemas no nos dejan concentrarnos, dispersan nuestra mente. El estado opuesto es la experiencia óptima, durante la cual la información que se recibe se ajusta a los objetivos personales, la energía psíquica fluye y no hay necesidad de preocuparse o cuestionarse la idoneidad de los actos. La atención puede dirigirse libremente a conseguir metas personales, ya que no existe ningún problema que resolver, ninguna amenaza a la que hacer frente. Toda nuestra energía psíquica fluye en dirección a conseguir esa meta personal. Es en esta situación de experiencia óptima donde se experimenta la flujo. La experiencia óptima es un fin en sí mismo. La actividad se convierte en beneficiosa y recompensante por sí misma, pues el mero hecho de realizar esa actividad es reconfortante. La persona presta atención a la actividad por su propio beneficio, no en las consecuencias de la actividad, sino en la actividad misma.
El fluir es un estado de máxima concentración durante el cual estamos en pleno control
de nuestra energía psíquica, y todo lo que hacemos añade orden a nuestra conciencia. La organización de la conciencia que produce el fluir es cada vez más rica y compleja, de manera que se produce un crecimiento personal. El estado de flujo reúne pensamientos, sentimientos, acciones, emociones…. hacia una misma meta. Todo es armonioso. Durante el fluir se produce una integración completa de uno mismo, y cuando el episodio de flujo termina, uno se siente más unido, como una unidad, no sólo interiormente sino más unido al resto de cosas y personas.
Csikszentmihalyi afirma que la flujo puede describirse en función de 8 parámetros:
1) Unión: Las personas que experimentan flujo se encuentran envueltas en la actividad hasta el punto de que se sienten parte de esa actividad. 2) Concentración: Las personas que experimentan flujo se encuentran absolutamente concentradas en la actividad, pero es una concentración que no requiere esfuerzo alguno. 3) Control: Existe una ausencia total de preocupaciones. La persona siente que domina y controla la situación. 4) Pérdida de la conciencia de uno mismo: Durante los estados de flujo, se pierde la conciencia de uno mismo, esa parte de la conciencia que analiza y evalúa los planes antes de ponerlos en marcha permanece dormida, la persona no piensa antes de actuar, no hay confrontación entre diferentes opciones de actuación. 5) Distorsión del sentido temporal: Durante los estados de flujo se distorsiona la conciencia del paso del tiempo. Parece que el tiempo pasa más rápido de lo normal o por el contrario que avanza especialmente lento. 6) Valor de la experiencia por sí misma: La actividad que provoca estados de flujo se lleva a cabo por sí misma, no por los beneficios que dará como resultado. Es una actividad es reconfortante por sí misma. 7) Valor de las habilidades o fortalezas personales: La actividad que provoca estados de flujo pone en marcha el uso de habilidades personales. Sólo cuando las demandas de la actividad presentan un reto para las habilidades personales se producen estados de flujo. En este sentido, conecta con las teorías de Seligman acerca de la importancia de conocer y desarrollar las fortalezas personales (rasgos positivos) para llevar una vida llena de gratificaciones (vida significativa). 8) Metas y feedback: La actividad que provoca estados de flujo debe estar claramente dirigida a conseguir metas y a recibir feedback inmediato, de forma que la persona no debe preocuparse sobre cómo lo está haciendo durante la flujo.
La importancia de vivir en el presente: el saboreo
Cuando una persona fluye mientras realiza una determinada actividad, se encuentra totalmente envuelta en la vivencia del presente. En la experiencia de flujo la actividad nos absorbe de tal manera que pasado y futuro dejan de tener importancia; lo único que importa es el momento presente. Por regla general, las personas tendemos a prestar demasiada atención a los éxitos futuros y a los fracasos pasados. Estamos tan ensimismados planeando lo que pasará mañana o reprochándonos lo que ocurrió ayer que no aprovechamos lo que nos está pasando hoy, de manera que perdemos las grandes oportunidades que nos ofrece cada día la vida. Fred B. Bryant y Joseph Veroff son dos investigadores de la Universidad de Loyola que han propuesto un concepto muy relacionado con la importancia de vivir el momento: el saboreo (savoring). Destacan la necesidad de recuperar el valor perdido del presente y nos invitan a saborear o disfrutar de los buenos momentos que vivimos, aprendiendo a ser más conscientes de ellos. La clave del saboreo reside en aprender a focalizar nuestra atención hacia el presente. Al igual que la experiencia de flujo, el saboreo remite a la atención consciente sobre la experiencia cotidiana del presente. Es probable que la predisposición para saborear los buenos momentos de la vida sea una característica de personalidad bastante estable. Sin embargo, es posible aumentar la capacidad de saboreo utilizando una serie de técnicas muy sencillas: . Compartir la experiencia con los demás: Encontrar a otras personas con las que compartir el momento o a las que contarles la experiencia vivida. Compartiendo los buenos momentos con los demás se toma conciencia de ellos y se hacen perdurar. . Recordar la experiencia: Tomar fotografías mentales del momento para recrearnos más tarde en su recuerdo. También es una gran idea usar una cámara fotográfica que nos permita rememorar la situación en el futuro y enseñársela a otras personas. . Elogiarse a uno mismo: No debe existir temor a mostrarse orgulloso por lo que se ha vivido. Es importante reconocer los logros y no escatimar en elogios hacia los objetivos cumplidos. . Agudizar nuestros sentidos: Centrarse en escoger determinados elementos de la experiencia vivida y realzarlos. Para aprovechar en todo su potencial el momento, es necesario escoger ciertos elementos y descartar otros. No es posible abarcarlo todo pues la atención se difumina y disminuye el nivel de conciencia, por eso, en el saboreo adquieren vital importancia los detalles. . Ensimismarse: Aprender a concentrarse profundamente en la actividad que se está realizando, dejando que ésta nos envuelva y absorba por completo. Tratar de no pensar en nada, sólo en disfrutar plenamente del momento y fluir. ¿Podemos potenciar los estados de flujo? Existen una serie de actividades que producen flujo, como los deportes, los juegos, el arte, los hobbies… pero en realidad, se pueden experimentar estados de flujo en todo tipo de actividades. Los estados de flujo pueden ocurrir ocasionalmente por azar, cuando se unen determinadas circunstancias externas y estados internos. Hay actividades que por sí mismas son más tendentes a despertar estados de flujo: componer y tocar música, escalar montañas, bailar, pescar, leer, jugar al ajedrez… Lo que hace que estas actividades sean típicamente conductoras de estados de flujo es que están diseñadas para hacer que la experiencia óptima sea fácil de conseguir: tienen reglas que requieren el aprendizaje de habilidades, establecen metas, proveen de feedback y hacen posible el control, facilitan la concentración… Son actividades cuya función primordial es proveer de experiencias reconfortantes y amenas. El deporte es uno de los campos en los que con mayor frecuencia se experimentan estados de flujo. Csikszentmihalyi también resalta en sus obras la importancia de encontrar estados de flujo en el trabajo, pues éstos pueden ser la clave de la satisfacción laboral.
Cuando una persona es capaz de organizar su conciencia para experimentar estados de
flujo con la mayor frecuencia posible, la calidad de su vida inevitablemente mejora, pues incluso las actividades más comunes y rutinarias pueden convertirse en significativas y divertidas. Estos estados tienen la potencialidad de hacer la vida más rica, intensa y significativa, aumentando la riqueza y complejidad del yo. Los estados de flujo permiten a las personas disfrutar de la vida, sentirse felices y funcionar mejor en diversos ámbitos de la vida.