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TRABAJO PRÁCTICO EVALUATIVO:

Lic. Ardá Agostina. Hospital El Carmen.

Texto: LA ENTREVISTA COMO INTERVENCIÓN (parte II y III), de Karl Tomm


(1987).

Parte II:

5- Defina preguntas reflexivas

Las preguntas reflexivas son preguntas hechas con la intención de facilitar la


autocuración en un individuo o familia mediante la activación de la reflexividad entre
significados dentro de sistemas preexistentes de creencias que permiten a los
miembros de la familia generar o generalizar por sí mismos patrones constructivos de
cognición y conducta.

6- A que se llama interrogatorio circular

El proceso de hacer preguntas circulares, lineales o estratégicas es denominado


interrogatorio circular. Implica una utilización del lenguaje cuidadosamente
considerada y deliberada, que supone una postura conceptual de diseño de
estrategias que es facilitadora más que directiva. Permite explorar nuevos patrones de
interacción, es más bien un proceso circular e interactivo de co-creación tendiente a lo
exploratorio, lo que genera un efecto liberador.

7- ¿Cómo impactan las preguntas reflexivas en el cambio?

El cambio se produce como resultado de las alteraciones en la organización y


estructura del sistema de significados preexistente de la familia. Desde esta
formulación, el mecanismo básico del cambio no es el «insight», sino la reflexividad.
Las alteraciones organizacionales no llegan a la conciencia (aunque puede que los
miembros de la familia se hagan conscientes subsiguientemente de los efectos o
consecuencias de los cambios reflexivos). Llamamos reflexivas a estas preguntas en
base a este posible mecanismo de cambio.

8- Seleccione dos tipos de preguntas reflexivas y dé ejemplos de cada una

Preguntas orientadas al futuro


Las familias con problemas están a veces tan preocupadas por las dificultades
actuales o las injusticias pasadas que, en efecto, viven como si «no tuvieran futuro».
Es decir, se centran tan poco en el tiempo que tienen por delante que quedan
empobrecidas respecto a las alternativas y elecciones futuras. Haciendo
deliberadamente una larga serie de preguntas acerca del futuro, el terapeuta puede
incitar a los miembros de la familia a crear más perspectivas de futuro para ellas.

Un ejemplo de esto puede ser que una familia se encuentre muy centrada en que su
hijo ha perdido por tercera vez su trabajo y se encuentren enfocadas en cual es el
trabajo ideal para él. Algunas preguntas podrían ser ¿De qué forma creen que podrían
acompañar a su hijo al momento que deba cumplir un horario de trabajo? ¿Cómo
creen que podrían colaborar si él no se encuentra a gusto con el rol que cumple?
¿Que postura creen que deberán tomar para que el se sienta acompañado?

Preguntas que irrumpen procesos

Pueden usarse para comentar el proceso inmediato de una entrevista. Si durante la


entrevista familiar la pareja comienza a discutir sobre diferencias entre ellos se pueden
dirigir preguntas a sus hijos como ¿Cómo se sienten ustedes cuando sus padres
discuten elevando el tono de voz? ¿Esto suele pasar seguido? ¿Ustedes tienen alguna
forma para distanciarse de esto y que no les produzca malestar?

Parte III:

9- ¿Qué diferencia a una conversación terapéutica de otro tipo de conversaciones?

Las conversaciones terapéuticas están organizadas por el deseo de aliviar el dolor


psíquico y el sufrimiento y producir la curación. Se dan entre terapeutas y clientes
dentro del contexto de un acuerdo consensuado de que el terapeuta contribuirá de
forma intencional a la consecución de un cambio constructivo en las experiencias y
conductas problemáticas de los dientes. Aunque puede que otras conversaciones
tengan efectos terapéuticos (por ejemplo, conversaciones personales entre miembros
de la familia, amigos, compañeros de trabajo, conocidos e incluso extraños), no se las
consideraría «terapia» a no ser que existiera cierto acuerdo respecto a que un
participante acepta la responsabilidad por guiar la conversación de tal forma que sea
terapéutica para el otro. Por lo tanto, un terapeuta asume siempre un papel especial
en una conversación dirigida a la curación. Este papel implica el compromiso de ser
útil respecto a los problemas personales y las dificultades interpersonales del otro.

10- Afirmaciones y preguntas: ¿en qué momentos son más oportunas unas u otras?

Durante una conversación que pretende ser curativa, el terapeuta hace habitualmente
tanto afirmaciones como preguntas. Se trata de dos tipos bien distintos de emisiones.
En general las afirmaciones exponen temas, posiciones, o puntos de vista, mientras
que las preguntas generan temas, posiciones o puntos de vista. En otras palabras, las
preguntas tienden a pedir respuestas y las afirmaciones tienden a proporcionarlas. Al
mismo tiempo, sin embargo, estas características no son exclusivas; hay un
solapamiento considerable entre preguntas y afirmaciones. Pese a este solapamiento,
parece razonable esperar que la forma lingüística predominante de las aportaciones
del terapeuta tenga un efecto importante sobre la naturaleza y dirección de la
conversación.

11- Dimensión I: distinguir preguntas que orientan y preguntas que influyen y el lugar
del cambio en cada una.

Las preguntas orientadoras están diseñadas para suscitar una respuesta que altere las
percepciones y concepciones del terapeuta. Durante este proceso de hacer preguntas
el lugar principal del cambio pretendido es el terapeuta, no el cliente o la familia. En
esos momentos de la entrevista el objetivo del terapeuta es llegar a orientarse
respecto a la situación problemática y las experiencias idiosincrásicas del cliente y de
los miembros de la familia.

Las preguntas influenciadoras están diseñadas para desencadenar una respuesta que
podría alterar las percepciones y concepciones de la familia. El lugar del cambio se
encuentra centrado en el cliente o la familia.

Por lo tanto, una dimensión básica para diferenciar las preguntas es un continuo
referente al lugar del cambio que se pretende con la pregunta. En un extremo del
continuo está un propósito predominantemente orientador, de cambio en uno mismo, y
en el otro extremo se sitúa un propósito predominantemente influenciador, de cambio
en otros.

12- Dimensión II: asunciones acerca de los fenómenos mentales y del proceso
terapéutico, asunciones lineales y asunciones circulares. ¿Son excluyentes?
Una segunda dimensión principal para diferenciar las preguntas tiene que ver con las
diversas asunciones acerca de la naturaleza de los fenómenos mentales y del proceso
terapéutico. Parece razonable asumir que existe en la mente del terapeuta una red de
asunciones y presuposiciones referentes a los temas sobre los que pregunta, como
base o fundamentación teórica de la pregunta. En su mayor parte, estas asunciones o
presuposiciones subyacentes tienden a permanecer no-conscientes durante la
conducción de la entrevista. Puede, sin embargo, que se lleven a la conciencia y se
modifiquen deliberadamente en una u otra dirección. En otras palabras, puede que
estas asunciones también estén distribuidas a lo largo de un continuo. En un extremo
de este continuo podrían estar las asunciones predominantemente lineales o de
causa-electo, y en el otro, asunciones predominantemente circulares o cibernéticas.

Se tiende a asociar las asunciones lineales con reduccionismo, principios dormitivos,


determinismo causal, actitudes críticas y enfoques estratégicos. Las asunciones
circulares se tienden a asociar con holismo, principios interaccionales, determinismo
estructural, actitudes neutrales y enfoques sistémicos. Estas asociaciones no implican
necesariamente identidad o isomorfismo dentro de cada grupo de conceptos. Ni
denotan que las asunciones lineales y circulares sean mutuamente excluyentes.
Puesto que la distinción entre lineal y circular puede ser considerada como
complementaria y no simplemente como o/o, puede que estas asunciones y sus
asociaciones se solapen y enriquezcan mutuamente. La mayor parte de los terapeutas
han internalizado estos conceptos en grados diferentes y probablemente operan con
ambos conjuntos de ideas, pero de manera diferente, con diferente coherencia, y en
momentos distintos. Pese a que estas asunciones y presuposiciones tienden a ejercer
sus efectos de forma encubierta y no consciente, tienen no obstante un efecto
significativo sobre la naturaleza de las preguntas hechas. Por consiguiente, esta
segunda dimensión aporta una profundidad considerable a una comprensión de las
diferencias entre las preguntas que se hacen.

13- Ubique los cuatro tipos de preguntas según las 2 dimensiones

La intersección de estas dos dimensiones básicas (propósito del terapeuta y


asunciones del terapeuta) da lugar a cuatro cuadrantes, que se podrían usar para
diferenciar cuatro tipos básicos de preguntas: lineales, estratégicas, circulares y
reflexivas.

14- Defina los diferentes tipos de preguntas, sus propósitos o intenciones y sus
probables efectos:
Preguntas lineales: Se hacen para orientar al terapeuta respecto a la situación del
cliente y se basan en asunciones lineales acerca de la naturaleza de los fenómenos
mentales. El propósito de estas preguntas es predominantemente investigador. El
terapeuta se comporta en buena medida como un investigador o detective que está
intentando descifrar un enigma complejo. Las preguntas básicas son: ¿Quién hizo qué
cosa? ¿Dónde? ¿Cuándo? y ¿Por qué?. Esto es con frecuencia necesario para unirse
a la familia a través de sus puntos de vista, habitualmente lineales, acerca de la
situación. Con esta forma de investigar, el terapeuta tiende a adoptar una postura
reduccionista al intentar determinar la causa específica del problema. Se hacen
esfuerzos para desenredar las cosas de forma que finalmente quede claramente
delineado el origen del problema.

Preguntas circulares: También se hacen para orientar al terapeuta respecto a la


situación del cliente, pero se basan en presupuestos circulares acerca de la naturaleza
de los fenómenos mentales. El propósito de estas preguntas es predominantemente
exploratorio. El terapeuta se comporta más como un explorador, investigador o
científico que se dispone a hacer un nuevo descubrimiento. Los presupuestos que le
guían son interaccionales y sistémicos. Se asume que todo está conectado de alguna
forma con todo lo demás. Se formulan preguntas para poner de manifiesto los
«patrones que conectan» personas, objetos, acciones, percepciones, ideas,
sentimientos, eventos, creencias, contextos, etc., en circuitos recurrentes o
cibernéticos.

Preguntas estratégicas: Se hacen para influenciar al cliente o familia de una forma


específica, y se basan en asunciones lineales acerca de la naturaleza del proceso
terapéutico. La intención de estas preguntas es predominantemente correctiva. Se
asume que es posible la interacción instructiva. El terapeuta se comporta como un
maestro, instructor o juez, que dice a los miembros de la familia cómo se equivocaron
y cómo deberían comportarse (aunque indirectamente, en forma de preguntas). En
base a hipótesis formuladas acerca de la dinámica de la familia, el terapeuta llega a la
conclusión de que algo está «mal» y trata mediante preguntas estratégicas de hacer
cambiar a la familia, es decir, trata de que piense o se comporte de una forma que el
terapeuta considera más «correcta».

Preguntas reflexivas: Pretenden influenciar al cliente o familia de una manera indirecta


o general, y se basan en presupuestos circulares acerca del proceso que tiene lugar
en el sistema terapéutico. El propósito de estas preguntas es predominantemente
facilitador. Se asume que los miembros de la familia son individuos autónomos y que
no se les puede determinar directamente. Por tanto, el terapeuta se comporta más
bien como un guía o entrenador que anima a los miembros de la familia a movilizar
sus propios recursos de resolución de problemas. Un presupuesto importante que se
halla tras estas preguntas es que el sistema terapéutico es evolutivo y que lo que hace
el terapeuta es desencadenar actividades reflexivas en los sistemas de creencias
preexistentes de la familia. El terapeuta procura interactuar de una manera que abra
espacios para que la familia vea nuevas posibilidades y evolucione más libremente y
de forma espontánea.

15- ¿Cómo se mejora la contingencia entre la intención y el efecto?

Reconocer y aceptar esta división entre intención y efecto reduce la frustración del
terapeuta cuando la terapia no progresa bien, y abre oportunidades de que el
terapeuta considere otras vías alternativas. Desde la perspectiva de un observador del
proceso terapéutico (que es habitualmente el terapeuta observándose a si mismo
trabajando) hay dos puntos, uno principal y otro secundario, en los que se producen
discontinuidades. La primera se da entre lo que el terapeuta pretende hacer y lo que
hace realmente. Esta brecha puede disminuirse de forma constante a medida que los
terapeutas buscan una mayor integración personal y desarrollan una mayor habilidad
para llevar a la práctica sus intenciones. La segunda es la discontinuidad entre lo que
el terapeuta pregunta realmente y cómo lo oyen los miembros de la familia. Aquí hay
una limitación absoluta. El escuchar y responder de los clientes está siempre
determinado por su propia autonomía biológica. Al mismo tiempo, sin embargo, las
respuestas de los miembros de la familia no son arbitrarias; son desencadenadas por
y contingentes con lo que el terapeuta dice y hace. Es mucho lo que un terapeuta
puede hacer para mejorar la contingencia entre propósito y efecto, aumentando su
acoplamiento lingüístico con los clientes mediante la postura conceptual de la
circularidad (Tomm, K., 1987). Pero, en definitiva, las intenciones de un terapeuta al
hacer preguntas específicas nunca garantizan ningún efecto específico sobre los
clientes, ni lo garantizaría una mayor precisión en la elección de las palabras y el tono
de las preguntas. Lo que de hecho suceda con el cliente o familia depende siempre de
la unicidad de su propia organización y estructura en cada momento. Nunca se
subrayará lo suficiente la importancia que tiene reconocer y aceptar esta brecha entre
intención y efecto, entre acción del terapeuta y respuesta del cliente. Los efectos que
de hecho se producen son siempre impredecibles.

16- El terapeuta estima probabilidades


No obstante, un terapeuta puede estimar y estima probabilidades. Por ejemplo, es más
probable que los clientes se lleguen a interesar por sus propios patrones de
interacción a través eje una serie de preguntas circulares que mediante preguntas
lineales, o que se sientan más culpabilizados por preguntas estratégicas que
reflexivas. Puesto que el terapeuta no puede saber por adelantado cuáles serán los
efectos reales de cualquier pregunta dada, pero tienen que tomar decisiones acerca
de qué preguntar antes de hacer las preguntas, estas decisiones se toman en base a
los efectos anticipados. El terapeuta puede considerar los efectos probables, posibles,
improbables e imposibles de diversas preguntas. Este proceso de anticipación es un
aspecto importante de la postura conceptual del diseño de estrategias. Las siguientes
generalizaciones acerca de los efectos más probables de diferentes preguntas podrían
incorporarse a los hábitos no conscientes del diseño de estrategias de un terapeuta y
guiar el proceso de decidir qué preguntas hacer.

17- Reflexione sobre los climas que generan las preguntas.

Preguntas lineales: si bien son preguntas que pueden aportar mucha información al
terapeuta, pueden resultar contraproducentes en pacientes que no conozcan de que
trata un proceso terapéutico ya que se podrían sentir "cuestionados".

Las preguntas circulares pueden producir, según mi entendimiento, un espacio de


reflexión ya que mediante estos interrogantes la familia puede conocer que los hechos
no se dan de forma aislada sino interactúan y producen consecuencias entre ellos. Así
los integrantes podrían hacer un análisis con tendencia global.

Las preguntas estratégicas podrían generar un clima de resistencia en ciertas


ocasiones ya que al introducir cambios significativos, mediante la corrección esto se
podría convertir en una estrategia contraproducente. Así mismo con un buen manejo
del timing podrían colaborar a la modificación de conductas.

El clima que considero más favorable sería el que producen las preguntas reflexivas
ya que permite mayor libertad a la familia en la toma de decisiones planteándose este
sistema como autónomo.

18- Revise sus propias asunciones al formular diferentes preguntas

Durante el recorrido de la residencia he percibido que al inicio solía generar preguntas


más bien lineales ya que así sentía que la entrevista podía tener un orden y recolectar
la información necesaria para realizar un diagnóstico o pensar un abordaje,
principalmente en la guardia. Con el correr del tiempo podría decir que he
implementado más preguntas circulares lo que me ha permitido conocer de otra forma
a cada paciente. Así puedo pensar en un aspecto más exploratorio siendo el norte lo
que al paciente se le va volviendo necesario verbalizar e historizar.

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