Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Farida Definitivo Estudiar Lrgiimacion Proponibilidad
Farida Definitivo Estudiar Lrgiimacion Proponibilidad
En tal sentido guarda estrecha relación con la idea de capacidad, pero se diferencia de ella en
que mientras la capacidad define las condiciones generales para intervenir en el proceso, la
legitimación determina las condiciones necesarias para poder participar en un proceso
concreto en atención al derecho material que se acciona. No constituye un presupuesto del
derecho al proceso, sino un requisito de la acción que se ejercita en el proceso, que deriva de
la titularidad de la acción que se reclama, pues, en definitiva, la legitimación se determina por
esa titularidad.
La legitimación proviene de la relación del sujeto del proceso con el derecho material que se
ejercita en él. De ahí que se trate de una cuestión que afecta al fondo del asunto debatido en
el juicio y traspase la frontera de las condiciones procesales para actuar en él.
"La condición de parte que aquí se debate es la material o "ad causam", no la procesal, aunque
la primera determine la segunda y la legitime. Esta legitimación, en definitiva, viene
prefigurada por la atribución a la persona del derecho material discutido; por su titularidad,
sea directa o indirecta, sea convencional o legal, mediante la cual se incluye en el ámbito de su
patrimonio la cosa o el derecho discutido"
Sobre la legitimación “Ad causam”, diremos que es la condición particular y concreta de las
partes, que se deriva en su vinculación con el objeto del litigio.
Así también, podemos citar el criterio de Hernando Devis Echandía, quien en su obra Teoría
General del Proceso, 2da Edición Buenos Aires Edit. Universidad 1997 página 269, señala:
“Tener legitimación en la causa consiste en ser la persona que, de conformidad con la ley
sustancial, puede formular o contradecir las pretensiones contenidas en la demanda o en la
imputación penal, por ser sujeto activo o pasivo de la relación jurídica sustancial pretendida o
del ilícito penal imputado, que deben ser objeto de la decisión del Juez…” Esto quiere decir que
la legitimación en la causa es un elemento esencial de la acción que presupone o implica la
necesidad de que la demanda sea presentada por quien tenga la titularidad del derecho que se
cuestiona, esto es, que la acción sea entablada por aquella persona que la ley considera como
particularmente idónea para estimular en el caso concreto la función jurisdiccional.
Sobre el particular, existe una vasta jurisprudencia emitida por este Tribunal Supremo de
Justicia, citando entre algunos de los Autos Supremos a los A.S. Nº 071/2014 de 14 de marzo
de 2014 y 536/2014 de 19 de septiembre de 2014 y, concordante con dichos Autos tenemos a
la Sentencia Constitucional 1587/2011-R de 11 de octubre que al referirse a la legitimación
dijo: “La legitimación en el orden procesal debe relacionarse con el concepto de acción y por
consiguiente, con sus sujetos activo y pasivo, se configura con el reconocimiento que el
derecho hace a una persona de la posibilidad de ejercitar y mantener con eficacia una
pretensión procesal - legitimación activa -, o de resistirse a ella eficazmente - legitimación
pasiva…”, por lo que la legitimación resulta ser un presupuesto que afecta tanto al actor como
al demandado. La pretensión, en efecto, debe ser deducida por y frente a una persona
procesalmente legitimada, lo contrario torna inadmisible la demanda.” (A.S. N° 233/2016 de
15 de marzo)
De toda esta visión es menester comprender que actualmente (en la nueva visión del proceso
como instrumento y medio para declarar los derechos de las partes), la pretensión resulta la
expresión del derecho subjetivo material que puede autoatribuirse la parte actora; de ahí que,
no obstante, el art. 27 del Cód. Proc. Civil define que son parte en el proceso: el demandante y
el demandado; no es menos cierto, que para constituirse como PARTE LEGITIMADA en el
proceso, no es suficiente afirmar tener capacidad procesal; sino autoatribuirse (el actor(a)) un
derecho subjetivo material que necesite ser protegido e imputar a otro sujeto procesal
(demandado)como responsable de la obligación que subyace al derecho material invocado.
Ahora, desde otro punto de vista, en otro análisis, referir que cuando se habla de ‘pretensión’,
resumidos como el conjunto de hechos con trascendencia jurídica, donde el actor, auto
atribuyéndose el derecho material sustantivo, pide del órgano jurisdiccional la tutela judicial
efectiva, es decir, pide sean reconocidos, protegidos, etc. frente al demandado, que también
está vinculado al objeto procesal, por medio de las obligaciones que se generan hacía él de
forma inmodificable; reiterar entonces, en el actual contexto normativo, definimos que para
constituirse como parte en el proceso y ser reconocido como tal por el órgano jurisdiccional,
no es suficiente tener legitimación procesal, sino que debe asistir a los que acuden al proceso
(para ser considerados como parte) legitimación material de derecho subjetivo, o conocido
también como legitimación ad causam.
El autor Montero Aroca, nos ayuda precisar: “La legitimación viene, pues, establecida por una
norma de Derecho material que otorga, a quien interpone la pretensión o se opone a ella, la
titularidad del derecho subjetivo u obligación jurídico material, del bien jurídico o del interés
legítimo que se discute en el proceso la cual ejercita el actor frente a quien reclama su
propiedad o impide disfrute, y que le faculta para obtener la tutela jurisdiccional de dicho
derecho, bien o interés legítimo. Consiste precisamente en esa titularidad jurídica o, bien, es la
afirmación de una titularidad subjetiva, coherente con las consecuencias jurídicos pedidas, es
la legitimación al actor o al demandado para impetrar la tutela de los tribunales de sus
derechos e intereses legítimos, toda vez que, en un proceso civil, regido por el principio
dispositivo, solo los titulares de tales derechos e intereses pueden ejercitar su defensa ante
los tribunales”.
Para lograr desentrañar adecuadamente el poder que ejerce el Juez frente a la interposición de
una demanda, resulta relevante distinguir, entre el control formal de la demanda y el control
material o de fondo; o lo que el Autor Carlo Carli denomina condiciones de procedibilidad y de
fundabilidad.
En el primer caso, una vez deducida una determinada pretensión el Juez no queda
Automáticamente conminado a admitirla y promover en consecuencia el proceso, debe en
principio analizar la concurrencia de los presupuestos procesales y el cumplimiento de las
formas necesarias de las que debe estar revestido al acto de demanda. Constituye pues un
juicio netamente formal que se realiza es antes a cualquier análisis sobre el fondo de la
pretensión y está relacionado con el poder reconocido al Juez de sanear el proceso lo más
pronto posible, para librarlo de impedimentos y óbices formales y facilitar el rápido y
ordenado pasaje a las etapas vinculadas al mérito. En consecuencia, en este examen de
admisibilidad el Juez deberá tener en cuenta, por ejemplo, si el conocimiento de la demanda
que se le presenta es de su competencia o no; si la demanda se ajusta a las reglas previstas por
el artículo 327 del Código de Procedimiento Civil.
Ahora bien, una vez comprobada por el Juez la concurrencia de los presupuestos procesales y
el cumplimiento de los requisitos formales, le corresponde efectuar un control de la
proponibilidad o fundamento intrínseco de la acción tal como ha sido propuesta. A diferencia
del control formal, el juicio de fundabilidad opera con elementos que corresponden al derecho
material, con los preceptos sustanciales llamados a zanjar la litis en la sentencia definitiva.
Ahora bien, corresponde precisar en qué situaciones resulta justificado rechazar in limine una
pretensión; es decir en qué casos el Juez debe ejercer la facultad de repulsar una demanda por
infundabilidad o improponibilidad objetiva.
Al respecto, son varios los criterios de clasificación que adopta la doctrina, empero, diremos
que en principio esa facultad comprende aquellas pretensiones en las que falta un interés
susceptible de ser protegido, o demanda imposible; de la multiplicidad de relaciones subjetivas
que se suceden en el tráfico jurídico no todas encuentran un amparo por el derecho, existen
relaciones jurídicas que se crean al margen de la legalidad y que el ordenamiento las priva de
tutela jurídica por estar en pugna con el orden público o ser contrarias a la ley.
En esta hipótesis cabe encuadrar los casos donde el objeto o la causa que conforma una
determinada pretensión son ilícitos, o pugnan contra la ley o las buenas costumbres o bien una
pretensión que se dirige a algo material o jurídicamente imposible. Ejemplo, la pretensión de
cobro de una deuda que resulte de un juego prohibido, supuesto expresamente previsto por el
artículo 910-I del Código Civil; el pago que se demanda en cumplimiento de una obligación
cuya prestación resulta ilegal o inmoral, ese sería el caso de un sicario que demanda el pago
por un asesinato llevado a cabo, o de aquel que demanda el pago por la venta de sustancias
prohibidas; la demanda de reivindicación de un bien que se encuentra fuera del comercio
humano -jurídicamente imposible-. En estos supuestos, no hay un interés legítimo
jurídicamente protegido, por ello no se justifica la tramitación completa de un proceso que se
sabe infecundo, en cuanto necesariamente terminará con una Sentencia desfavorable para el
demandante.
Ingresa, igualmente en esta primera clasificación aquellos supuestos en los que la pretensión
recae sobre relaciones subjetivas que no poseen relevancia jurídica en la medida en que no se
encuentran reguladas por el derecho, por tratarse, precisamente de cuestiones que carecen de
contenido jurídico. Ejemplo, la pretensión dirigida a exigir el cumplimiento de una obligación
de trato social.
El segundo supuesto en que el Juez puede ejercer la facultad de rechazar in limine una
demanda, lo constituye aquellos casos en los que la ley excluye la posibilidad de tutela jurídica,
o demanda objetivamente improponible; Quedan incluidos, dentro de esta posibilidad todos
los casos de obligaciones naturales; además aquellos en los que la ley sustantiva excluye
determinadas pretensiones jurídicas, es decir cuando nos encontramos frente a una
pretensión inviable de inicio. Por ejemplo, la imposibilidad de demandar la lesión o vicios
ocultos, respecto de una venta judicial, supuesto expresamente prohibido por el artículo 1481
del C.C., la inadmisibilidad de la acción de desconocimiento de paternidad intentada por el
padre en el supuesto de concepción por fecundación artificial con autorización escrita del
marido, previsto por el artículo 187 del Código de Familia…”.
“(…)
Civ., tanherencia de
una
B-cesión insolo no resulta ser ble las normas contenidas para invalidar los contratos, por
expresa disposición del secundo parágrafo del att. 451 del Cód. Civ., cuya norma
condiciona su aplicación a los actos jurídicos en general, cuando la norma que regula los
actos no sea contradictoria, y la especie el propio art. 1021, señala la calidad de su
irrevocabilidad y describe los es para su impugnación, por vía de nulidad,. en ese sentido
no se evidencia haberse 'Ciado e/ art. 451-11 del Cód. Civ. y como efecto de la misma
menos se advierte 'terpretación errónea o aplicación indebida de los nums. 6) y 5) de los
arts. 554 y 549 Cód. Civ., en forma respectiva".
UPROPONIBILIDAD DE LA PRETENSIÓN / LEGITIMACIÓN
ACTIVA, LEGITIMACIÓN PASIVA.
Improponibilidad objetiva - improponibilidad subjetiva.
este tribunal, ha emitido la línea jurisprudencial contenida en el AS. NO 153/2013 de de
abril, razonando lo siguiente: 'El att. 252 del Cód. Pdto. Civ., permite a este tribunal
casación, revisar si el proceso se ha desarrollado de acuerdo a normativa legal «vente y que
el mismo no atente el orden público, como es la improponibilidad objetiva subjetiva de una
pretensión.
Para el entendimiento de este fallo es necesario recurrir a la doctrina, a/ efecto ponde citar
l a Lino E. Palacio quien en su obra 'Derecho Procesal Civil' Ed. Ateledo Perrot, Tomo l,
a
s
n
o
r
m
JURISPRUDENCIA
201 a
con randa
(rectius, tras
'7dada), sean momento del dictado de una sentencia de mérito, es decir, en cualquier estado del proceso
últimas son
aracterizarlas Conforme a la amplia gama de los aportes doctrinarios y la evolución de la jurisprudencia,
ián procesal. corresponde señalar que el juicio de improponibilidad supone un análisis de la pretensión
ISito en cuya que concluye con un pronunciamiento sobre el fondo de la misma. Se Trata entonces de un
actúan en el juicio general que se funda en el hecho de que la pretensión no puede plantearse en modo
pretender alguno ante ningún órgano jurisdiccional, ya que existe un defecto absoluto en la facultad
materia sobre de otorgar la tutela o derecho, porque el interés que se busca ser tutelado no es amparado
requisito que por el ordenamiento legal vigente, por lo que al nunciarse sobre el mérito jurídico de la
ser deducida pretensión, genera cosa juzgada formal y material.
nderá que la Así concluiremos diciendo que la improponibilidad puede ser objetiva: cuando el juicio se
defensa de centra en analizar los efectos jurídicos materiales de la pretensión y la falta de aptitud
jurídica del objeto para ser juzgado en derecho, lo que hace posible que el juez rechace
rio de Rafael [imine la litis, tal pretensión por ser manifiestamente improponible, por estar inmersa en
Tutela de los los supuestos de ser manifiesta y evidentemente contraria a las buenas costumbres o alorden
onalmente la público, al lado de la misma se presenta la improponibilidad desde el punto de a
oneidad de la subjetivo, la cual se centra en el juicio que hace el juez, pero sobre la falta evidente de
sa pretensión interés sustancial en el actor para proponer la pretensión.
presentarse Consiguientemente conforme al art. 333 del Cód. Pdto. Civ., que textualmente señala:
los efectos (Demanda defectuosa).- Cuando la demanda no se ajuste a las reglas establecidas podrá el
jeto para ser
juez ordenar de oficio se subsanen los defectos dentro del plazo prudencial que bajo
ser juzgado
demanda o • apercibimiento de que si no se subsanaren se la tendrá por no presentada...
que analiza espondía al juez analizar si la pretensión contenía los requisitos intrínsecos establecidos
pretensión, en el att. 327 del Cód. Pdto. Civ., al que se suma la legitimación activa del demandante para
para proponer formular la acción, y los aspectos extrínsecos como los de abilidad, o proponibilidad
objetiva de la pretensión, ya que se entiende por falta de —tfmación, la falta evidente de
interés sustancial en el actor para proponer la PGtensión o falta de titularidad del derecho.
zado con la
En resumen se dirá que cuando surge en forma manifiesta que la pretensión carece de '-tela
n Angeludis les jurídica, ya sea porque la demanda tiene un objeto inmoral o prohibido por las o
son los s cuando la causa invocada como fundamento de la petición es ilícita o inmoral, mos
supuestos o frente a una 'improponibilidad objetiva', por oposición a la 'improponibilidad jetiva
falta de decidir, derivada de la falta de legitimación (de quien tiene el legítimo derecho de andar una
antes ustancial cosa)', razón por la cual el juez al ser manifiestamente evidente la ncia de legitimación
para pudiendo activa para solicitar la pretensión invocada, correspondía azar la misma in límine".
en esponde en tanto: INFUNDADO.
tal Relator: Magistrado Dr. Rómulo Calle Mamani. AS.
declaraciones N O 346, de 15 de julio de 2013.
nen a ella surge
en forma da
tiene un
rechazarse in
Por su parte,
'rechazo sin
LECCIÓN 6. LA LEGITMACIÓN
1. LA LEGITMACIÓN
141
JURISPRUDENCIA para obrar o procesal,
aquel requisito en cuya
debe mediar una coincid
201 3 entre las personas
efectivamente actúan
proceso y las personas
quienes de hecho intemenen en el proceso como partes (actora o demandada), sean quienes deban que la ley ha
figurar en ese proceso concreto asumiendo tal calidad. Estas últimas son las 'justas partes' o las especialmente para pret
'partes legítimas', y la aptitud jurídica que permite caracterizarlas mediante esos términos se (legitimación activa) y
denomina legitimación para obrar o legitimación procesal. Cabe, pues, definir a la legitimación contradecir (legitim
pasiva) respecto de la materia sobre la cual el proceso versa...', por ello se deduce que la LECCIÓN 6. LA
legitimación es un requisito que afecta tanto al actor como al demandado. La pretensión, en efecto, LEGITIMACIÓN
debe ser deducida por y frente a una persona procesalmente legitimada, por lo que se entenderá
que la ausencia de legitimación, sea activa o pasiva, torna admisible la llamada defensa de 'falta
de legitimación'. o interés jurídico,
La jurisprudencia venezolana en distintos fallos alude al aporte doctrinario de Rafael Ortiz-Ortiz, en tanto que la
cuya obra titulada 'Teoría General de la Acción Procesal en la Tutela de los Intereses Jurídicos', fundamentación
desglosando que en dicha obra señala que tradicionalmente la improponibilidad manifiesta, se lo es de los
centra en el objeto de la pretensión, en la idoneidad de [a relación jurídico sustancial presentada
en el proceso y la aptitud que tiene esa pretensión de ser actuada en derecho, entendiendo que la
hechos con
improponibilidad puede presentarse como: 1) Improponibilidad Objetiva: Cuyo radio de significación
evaluación analiza los efectos jurídicos materiales de la pretensión y la falta de aptitud jurídica jurídica que
del objeto para ser juzgado en derecho. Se trata de [os que se pretende, no puede ser juzgado justifican el
absolutamente, alguna veces a esto le llaman rechazo in limine de [a demanda o improponjbilidad «pefitum» y, de la
manifiesta de la pretensión, y 2) Improponibilidad Subjetiva: que analiza en las condiciones fundamentación
subjetivas, personales necesarias para interponer la pretensión, estamos en el caso específico de
la falta de interés sustancial en el actor para proponer la pretensión.
de la
pretensión es
Por otra parte, diremos que en la legislación peruana, también se ha avanzado con la teoría
de la improponibilidad de una pretensión, así se cita a Cristian Angeludis Tomassini, quien mucho más
señala en su ponencia '¿Qué significado tiene y cuáles son los alcances de la calificación de amplia, pues
la demanda in limine?' alude que: 'Existen tres supuestos de improponibilidad jurídica de la abarca la totalidad
demanda: a) Improponibilidad subjetiva o falta de legitimación.- (...) Se ha resuelto que el de las causas de
juez tiene facultades oficiosas para decidir, antes de dar traslado de la demanda, si las partes pedir que hacen
tienen legitimación sustancial para demandar o ser demandadas, cuando esta carencia sea
manifiesta, pudiendo en consecuencia, rechazar in limine la demanda, b) Falta de Interés.- atendible la
Corresponde en tal situación la misma solución anteriormente señalada. Los jueces no hacen estimación de la
declaraciones abstractas, por tanto, quienes interponen una pretensión o quienes se oponen petición y, así,
a ella deben tener interés para litigar y c) Improponibilidad Objetiva.- Cuando surge en como se ha dicho,
forma manifiesta que la pretensión carece de sustento legal o porque la demanda tiene un se puede estar
objeto inmoral o prohibido (...). En todos estos casos, la demanda puede rechazarse in límine
por carecer de algún requisito de fundabilidad y ésta se manifiesta. Por su parte, el jurista
legitimado en un
argentino Jorge Peyrano, señala que hemos empleado la locución 'rechazo sin trámite proceso
completo', en lugar de la habitual fórmula 'rechazo in límine de la demanda'. Ello no es determinado y no
gratuito ni producto de una inadvertencia. El asunto (...) tiene íntima conexión con la recibir del Juez la
oportunidad en la cual el tribunal puede repeler in límine una demanda (rectius, safisfacción de la
'pretensión'). Expresado de otro modo: luego de admitida la demanda y tras haberse
sustanciado un tramo del proceso respectivo creemos que, todavía, el juez interviniente
pretensión, por
(advertido de la improponjbilidad objetiva de la pretensión en cuestión) está en condiciones enconä•arse
de desestimada sin estar obligado a tramitar toda la causa y a aguardar el infundadas las
causas de pedir.
La
circunstancia de
que la legiúmación
68 esù-iba en una
determinada
relación o
situación jurídica
material, que liga o
vincula a las partes
con el objeto del
proceso, ocasiona
que pueda ser
examinada con
carácter previo al
de la fundamentación de la pretensión o de la relación jurídica debatida. afirmación acerca
Pero esta condición de consfituir un «prius» lógico, un anaisis previo o de su relación
preliminar al examen del «fondo» del asunto (SSTS 342,2006 Sección 1, jurídica material y
de 30 de marzo -RJ 2006\1870-, de 14 de junio de 2002 -2002/5826-, 11 de la del demandado
febrero de 2002 -2002\3106-), no la convierte en un presupuesto procesal, con el objeto
sino en una condición para dictar una sentencia de fondo que, en cualquier litigioso y a este
caso, gozará de los efectos de la cosa juzgada material. último le incumbe
la carga procesal
de reconocerla o
2. CLASES negarla a ù•avés de
las excepciones de
Desde un punto de vista subjetivo, la legitimación puede ser activa y «falta de
pasiva y, desde el objetivo, originaria y extraordinaria. legitimación
activa o pasiva»
A) Legitimación activa y pasiva (art. 405.1 y 2), en
cuyo caso se
A la legitimación activa se refiere el art. 10.1, cuando afirma que serán convertirá en tema
considerados como partes legítimas «los titulares de la relación jurídica u de prueba y de
objeto litigioso» y, a la pasiva, el art. 512, cuando dispone que «las decisión la
pretensiones... se formularán... frente a los sujetos a quienes haya de afectar comprobación de
la deciSión pretendida».
Legitimado activamente es, pues, quien, por afirmar la titularidad, 143
directa o indirecta, de un derecho subjetivo o de crédito, de un bien o interés
jurídico, deduce una pretensión y se convierte en parte demandante en el
proceso, en tanto que legitimado pasivamente lo está quien deba cumplir
con una obligación o soportar las consecuencias jurídicas de la pretensión,
por lo que le incumbe la carga procesal de comparecer en el proceso como
parte demandada.
Corresponde al actor éfectuar en su escrito de demanda, a la que
incorporará la oportuna justificación documental (art. 265.1.1), la
B) La legitimación ordinaria
La legitimación ordinaria, originaria, directa o
propia es la que se ostenta en viltud de la titularidad
de un derecho o interés legítimo. A ella se refiere,
tanto el art. 24.1 CE, al proclamar el derecho a la
tutela judicial efecüva de «los derechos e intereses
legítimos», como el art. 10.1 LEC que conù•apone dicha
legitimación frente a la extraordinaria contemplada en
el segundo párrafo de dicho precepto.
Así, pues, tanto los titulares de las relaciones
jurídicas —a título de dueño (así, por ejemplo, el de
propiedad para el ejercicio de la acción
reivindicatoria del 348 CC) o al de cualquier derecho
real o de crédito—, como los obligados por dichas
relaciones, ostentan legitimación ordinaria para
comparecer en el proceso en calidad de partes
principales, sean originarias o sobrevenidas, lo que
puede acontecer, en este último caso, como
consecuencia de la aparición de alguno de los
fenómenos de sucesión procesal contemplados en los
arts. 16-18 LEC.
Pero la legitimación originaria, no sólo viene
otorgada por la titularidad de un derecho subjetivo,
sino que, en ocasiones, la Ley facúlta a comparecer
como partes a quienes ostenten un «interés legítimo».
Aun cuando en nuestro proceso civil, no tenga cabida,
como se ha reiterado en otras Lecciones de este Manual,
la «acción civil popular», existen procesos, cuyo
objeto no lo constituye una relación, sino una
situación jurídica, en la que la legitimación
originaria viene determinada por la afirmación de un
interés legítimo. Ello es lo que sucede en los procesos
de incapacitación, matrimoniales o de filiación, en
los que, junto a la capacidad de conducción procesal
determinada por el parentesco (arts. 757, 765 y 766,
771, 773 y 777), las panes han de ostentar un interés
legfmo (art. 24.1 CE), pues el ordenamiento procesal
no puede amparar pretensiones que puedan obedecer a
intereses espurios (así, el internamiento de un menor
o la incapacitación de un mayor de edad con la
exclusiva finalidad de obtener la indebida
administración de sus bienes).
También en la impugnación de negocios jurídicos
radicalmente nulos, bien para ejercitar la acción de
declaración de inexistencia de un contrato, por
carencia de algunos de los requisitos esenciales que
determina el art. 1261 CC, bién la de nülidad
radical de pleno derecho del mismo, por ser
contrario a las normas imperativas o 6.3 CC—, y
siempre que dicho tercero tenga un interés jurídico
en dicha impugnación, la jurisprudencia otorga
legiti-mación a terceros con interés legítimo (SSTS
237/2006, Sección 1, de 8 de maru 1 L, ue 01 uC