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ACCION MERCANTIL.

Respecto a esta acción hay que tomar en consideración lo siguiente:


a) Quien está en pleno ejercicio de sus derechos puede comparecer en un juicio
mercantil, por su propio derecho o por medio de su representante legitimo o los
que deban suplir su incapacidad conforme a derecho.
b) La improcedencia de la acción, por falta de uno de sus requisitos esenciales,
puede ser estimada por el juez, incluso de oficio, ya que se considera de orden
público el cumplimiento de las condiciones requeridas para su ejercicio.

ACCIÓN. ESTUDIO OFICIOSO DE SU IMPROCEDENCIA. La improcedencia de la acción, por


falta de uno de sus requisitos esenciales, puede ser estimada por el juzgador, aun de oficio , por ser
de orden público el cumplimiento de las condiciones requeridas para la procedencia de dicha acción.

c) Quien tiene interés en que la autoridad judicial declare o constituya en derecho


o imponga una condena y quien tenga interés en contrario pueden iniciar un
proceso o intervenir en el.
Es importante distinguir entra la legitimación en el proceso (ad procesum), que
puede ser activa o pasiva y la legitimación en la causa (ad causam).
Según la Suprema Corte de Justicia de la Nación debe entenderse
Legitimación procesal activa debe entenderse como la potestad legal para acudir
al órgano jurisdiccional con la petición que se inicie la tramitación del juicio o de
una instancia y se produce cuando el derecho que se cuestionará en el juicio es
ejercitado en juicio por quien tiene aptitud para hacerlo valer.
Legitimación ad causam, implica tener la titularidad de ese derecho cuestionado
en el litigio, esta se produce cuando cuando la acción es ejercitada por aquel que
tiene aptitud para hacer valer el derecho que se cuestiona, bien porque se
ostente como titular del mismo o bien porque cuente con la representación legal
de su titular.
La legitimación ad procesum es requisito indispensable para la procedencia del
juicio, mientras que la legitimación ad causam lo es para que se pronuncie
sentencia favorable.
LEGITIMACIÓN "AD-PROCESUM y LEGITIMACIÓN "AD-CAUSAM" . La legitimación en el
proceso y la legitimación en la causa son situaciones jurídicas distintas, toda vez que la primera de ellas,
que se identifica con la falta de personalidad o capacidad en el actor, se encuentra referida a un
presupuesto procesal, necesario para el ejercicio del derecho de acción que pretenda hacer valer
quien se encuentre facultado para actuar en el proceso como actor, demandado o tercero; la falta de
personalidad se refiere a la capacidad, potestad o facultad de una persona física o moral, para comparecer
en juicio, a nombre o en representación de otra persona, en los términos de los artículos 44 a 46 del
Código de Procedimientos Civiles, por lo que si no se acredita tener personalidad," legitimatio ad
procesum", ello impide el nacimiento del ejercicio del derecho de acción deducido en el juicio; es decir, la
falta de dicho requisito procesal puede ser examinada oficiosamente por el Juez de la instancia, conforme
lo dispone el artículo 47 del Código de Procedimientos Civiles, o bien opuesta como excepción por el
demandado en términos de lo preceptuado por la fracción IV del artículo 35 de dicho ordenamiento, en
cuyo caso, por tratarse de una excepción dilatoria que no tiende a destruir la acción ejercitada, sino que
retarda su curso, y además de previo y especial pronunciamiento, puede resolverse en cualquier momento,
sea durante el procedimiento o en la sentencia; en cambio, la legitimación activa en la causa es un
elemento esencial de la acción que presupone o implica la necesidad de que la demanda sea
presentada por quien tenga la titularidad del derecho que se cuestiona, esto es, que la acción sea
entablada por aquella persona que la ley considera como particularmente idónea para estimular en
el caso concreto la función jurisdiccional; por tanto, tal cuestión no puede resolverse en el
procedimiento sino únicamente en la sentencia, por tratarse de una cuestión de fondo, perentoria; así,
estima este Tribunal Colegiado que cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación alude a que la
legitimación puede estudiarse de oficio en cualquier fase del juicio, se refiere a la legitimación "ad
procesum", no a la legitimación ad causam. En consecuencia, si la parte demandada niega el derecho que
hace valer la parte actora, por considerar aquélla que ésta no es la titular del derecho litigioso, resulta
inconcuso que se trata de una excepción perentoria y no dilatoria que tiende a excluir la acción deducida
en el juicio, por lo que tal cuestión debe examinarse en la sentencia que se llegue a pronunciar en el
juicio.

d) Si dos personas ejercitan una misma acción (litisconsorcio activo) u oponen la


misma excepción (litisconsorcio pasivo) debe litigar unidas bajo una mis
representación.
LITISCONSORCIO. Ésta es una figura jurídico-procesal sui generis, que evita difusión y contradicción
en la autoridad procesal y se materializa cuando en un proceso existen diversos actores o
demandados, o cuando la resolución que recaiga en el mismo, necesariamente afecte a una persona
extraña, es decir, cuando varias personas deducen una acción contra un solo demandado, cuando
una persona demanda a varias, y cuando dos o más incoan a su vez un juicio en contra de dos o
más. Así también, dicha figura es activa cuando se refiere a los actores y pasiva cuando se trata de los
llamados a juicio y de igual modo podrá ser voluntaria o necesaria, dándose el primer caso, cuando las
partes litisconsortes, tanto activas como pasivas, en ejercicio de una facultad que la ley les confiere,
invocan la figura procesal en comento, y litisconsorcio necesario, por disposición expresa, o bien, cuando
materialmente existe imposibilidad legal de emitir autónomamente diversas sentencias en relación con
varias personas en que éstas tuvieren interés.

El litisconsorcio tanto activo como pasivo, puede ser voluntario o necesario,


originario o sucesivo.
Es voluntario cuando los litisconsortes en ejercicio de una facultad que la ley les
confiere invocan la figura procesal que se comenta.
Es necesario, cuando existe disposición expresa en la lay, o bien cuando
materialmente existe imposibilidad legal de emitir un forma autónoma diversas
sentencias.
Es originario, cuando el litisconsorcio se configura desde el inicio del proceso y es
sucesivo cuando esa parte compleja se integra después de iniciado el mismo, a
instancia de parte interesada.

LITISCONSORCIO PASIVO NECESARIO. DEBE ESTUDIARSE DE OFICIO. Si como lo refiere


la doctrina, "El litisconsorcio necesario, tiene lugar aunque la ley no lo establezca expresamente, en los
siguientes casos: Cuando se ejercitan acciones constitutivas que tengan por objeto constituir un nuevo
estado de derecho que sólo puede existir legalmente con relación a diversas personas; ... cuando se
demanda... la nulidad de los acuerdos tomados por varias personas..." (Diccionario de Derecho Procesal
Civil de don Eduardo Pallares, cuarta edición, 1963, página 504), es incuestionable que encaja
precisamente en esa figura, el caso en que se demanda la nulidad de un acuerdo (una compraventa)
concertado entre varias partes, sin oír a una de ellas. Luego, si el efecto principal del litisconsorcio pasivo
necesario, es el de que sólo puede haber una sentencia para todos los litisconsortes, está claro que el
tribunal de alzada está en posibilidad de realizar oficiosamente el examen correspondiente.

No hay que confundir la litispendencia con la tercería con la coadyuvante, ya que


en la primera las diversas personas tiene un mismo interés, mientras que en la
segunda el tercero no comparece al juicio defendiendo un derecho propio, sino
que el mismo pertenece al sujeto con quien coadyuva y la sentencia que se dicte
puede pararle un perjuicio cuando la misma sea adversa a su coadyuvante.
En el caso de litisconsorte tiene que designar a un representante común dentro
del término de tres días siguientes al que se da, el cual debe ser elegido entre uno
de ellos, y si no lo hacen el juez o no se ponen de acuerdo el juez lo nombrara
PRESCRIPCION DE LA ACCION MERCANTIL
El código de comercio en sus artículos 1038 a 1048 establece los lineamientos en
relación a la caducidad en materia mercantil.
I.- Los términos para el ejercicio de las acciones procedentes de actos comerciales
son fatales, sin que en su contra se de la restitución.
II.- Comienzan a contarse desde el mismo día en que la acción pudo ser
ejercitada.
III.- Corre contra menores e incapacitados, quedando a salvos sus derechos para
repetir en contra de sus tutores o curadores.
IV.- Se interrumpe por la demanda o cualquier género de interpelación hecha al
deudor, por el reconocimiento de las obligaciones o por la renovación del
documento en que se funde el derecho, en el entendido de que la interpelación
judicial no interrumpe la prescripción cuando el actor se desista de la demanda o
cuando es desestimada su demanda.
V.- Salvo los plazos específicos señalados en las leyes mercantiles y en los
apartados siguientes, se contempla por el transcurso de 10 años.
a) prescriben en 1 año:
_ Las ventas al por menor hachas a fiado.
_Los sueldos de los dependientes de comercio contados desde el tiempo de su
separación.
_La responsabilidad de los agentes de bolsa o corredores de comercio por las
obligaciones que intervengan en relación con su oficio.

b) Prescriben en 5 años:

_Las acciones derivadas del contrato de sociedad y de sus operaciones sociales,


por lo que se refiere a los derechos y obligaciones de la sociedad para los socios,
de los socios con la sociedad y de socios entre si, por razón de la sociedad, y
aquellas en contra de los liquidadores de la sociedad por razón de su cargo.
CADUCIDAD DEL PROCESO MERCANTIL (ARTICULO 1076)

I.- Reglas generales:


a) Es de orden público, por lo que es irrenunciables y no puede ser materia de
convenio entre los interesados.
b) Actúa de pleno derecho y puede decretarse de oficio o a petición de parte
interesada.
CADUCIDAD DE LA INSTANCIA EN MATERIA MERCANTIL. LA CITACIÓN PARA
SENTENCIA NO LA EXTINGUE, PUES OPERA DE PLENO DERECHO, SIN NECESIDAD DE
DECLARACIÓN. La caducidad de la instancia se incorpora en el Código de Comercio reformado el
veinticuatro de mayo de mil novecientos noventa y seis, a partir de la experiencia forense derivada de la
aplicación del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, según se estableció en la
exposición de motivos de la mencionada reforma. Ahora bien, en la exposición de motivos de la reforma
de treinta y uno de enero de mil novecientos sesenta y cuatro, que instituyó en el segundo de los
ordenamientos mencionados la figura jurídica que nos ocupa, se adujo, entre otras circunstancias, que al
establecerse que la caducidad de la instancia opera de pleno derecho por el solo transcurso del término
establecido sin que las partes actúen, se daba a entender que no son necesarios a ese fin ni incidentes ni
sentencias especiales, si bien se deja abierta la posibilidad de que cualquiera de las partes solicite al Juez,
para mayor formalidad, una declaración al respecto, o éste lo haga de oficio; y su efecto es que todas las
actuaciones posteriores serán nulas y ni siquiera el consentimiento de las partes puede revalidar la
instancia ya que, siendo ésta de interés público, no se establece en beneficio de los litigantes, sino para
proteger el interés del Estado en que no existan juicios pendientes de fallarse, sin causa justificada. Por su
parte, Eduardo J. Couture, en su obra Vocabulario Jurídico, define la expresión de pleno derecho como:
"Locución utilizada para significar que un efecto jurídico se produce por ministerio de la ley, sin
necesidad de declaración judicial o acto jurídico privado alguno.". De lo anterior se advierte que la
intención del legislador, al señalar en el artículo 1076 del Código de Comercio: "La caducidad de la
instancia operará de pleno derecho", fue la de establecer que dicha figura procesal opera por el solo
transcurso del tiempo, es decir, sin necesidad de declaración, estimando, además, que todas las
actuaciones posteriores serán nulas y ni siquiera el consentimiento de las partes puede revalidar la
instancia; en ese contexto, la citación para sentencia no extingue la posibilidad de declarar la caducidad
de la instancia, en la medida en que si ésta ya operó dentro del lapso que prevé la ley, es evidente que no
existe impedimento para que se declare con posterioridad, razón por la que el tribunal de alzada puede
decretar la caducidad de la primera instancia, atendiendo al agravio expuesto ante su potestad.

c) Opera desde el primer auto que se dicte en el proceso y hasta la citación para
sentencia, tanto la primera instancia como en la segunda instancia. Procede
aunque no haya sido emplazado el demandado
CADUCIDAD DE LA INSTANCIA EN MATERIA MERCANTIL. OPERA DESDE EL PRIMER
AUTO QUE SE DICTE EN EL JUICIO AUNQUE NO SE HAYA EMPLAZADO AL
DEMANDADO. El artículo 1076 del Código de Comercio señala que la caducidad de la instancia
operará de pleno derecho cualquiera que sea el estado del juicio, desde el primer auto que se dicte en el
mismo y hasta la citación para oír sentencia, cuando hayan transcurrido ciento veinte días contados a
partir del día siguiente a aquel en que surtió efectos la notificación de la última resolución judicial
dictada, y que no hubiere promoción de cualquiera de las partes, dando impulso al procedimiento para su
trámite, solicitando la continuación para la conclusión del mismo. La expresión "cualquiera que sea el
estado del juicio, desde el primer auto que se dicte en el mismo", indudablemente atañe a cualquier
momento procesal dentro de una instancia, la cual da inicio con la presentación de la demanda; por lo que
es evidente que la caducidad de la instancia puede operar desde el primer auto que se dicte en ésta, y no a
partir de que se emplace al demandado, pues ningún dispositivo de la legislación mercantil exige esa
actuación procesal para que opere esta figura, ya que en todo caso, ese requisito será necesario para la
integración de la litis, pero la falta de ésta, de manera alguna releva al actor de mantener viva la instancia.

d) Procede a los 120 días hábiles de haber surtido efectos la notificación de la


última resolución judicial dictada, sin que exista promoción de cualquiera de las
partes que de impulso el procedimiento para su trámite. Es necesario la
notificación de este último auto. (VER LO DE LA NOTIFICACION DEL BOLETIN O
DEL ACTUARIO. VER LA ACTUACIONES DEL ACTUARIO EN BUSCA NO INTERRUMPE
Y PROMOCIONES ACORDES Y LOGICAS CON EL PROCEDIMIENTO.

e) En los incidentes la caducidad procede cuando transcurran 60 días hábiles a


partir de que haya surtido efectos la notificación de la última resolución judicial
dictada en el proceso, sin que exista promoción alguna de las partes que tiendan
a impulsar el procedimiento.

f) Es improcedente en los juicios universales de concurso, pero si en aquellos que


se tramitan en forma independiente aunque estén relacionados o surjan de los
primeros.

g) Debe sancionarse en costas al actor, cuando opera en la primera instancia y al


apelante cuando opera en segunda instancia y en los incidentes el que lo haya
interpuesto. También hay que tomar en cuenta que también debe sancionarse en
costas al demandado y estas se compensaran con las de actor, cuando el
demandado hubiera opuesto reconvención, compensación, nulidad y en general
excepciones o defensas que tiendan a variar la situación jurídica que regia entre
las partes antes de la presentación de la demanda.
h) No opera cuando el proceso se encuentra suspendido por causa de fuerza
mayor sin que el juez o las partes puedan actuar.

i) No opera cuando es necesario esperar una resolución de cuestión previa o


conexa, ya sea del mismo juez o de otras autoridades
CADUCIDAD DE LA INSTANCIA EN EL PROCEDIMIENTO MERCANTIL. LA EXISTENCIA
DE RECURSOS DE APELACIÓN PENDIENTES DE RESOLVER, POR REGLA GENERAL,
NO INTERRUMPE EL TÉRMINO PARA QUE OPERE, TODA VEZ QUE LAS PARTES ESTÁN
OBLIGADAS A IMPULSAR EL PROCEDIMIENTO HASTA EL AUTO DE CITACIÓN PARA
SENTENCIA O AL DE ALEGATOS (CÓDIGO DE COMERCIO POSTERIOR A LAS
REFORMAS DE VEINTICUATRO DE MAYO DE MIL NOVECIENTOS NOVENTA Y SEIS).
Por tanto, como la fracción VI del artículo 1076 de la codificación en cita, establece que no opera la
caducidad en los casos en que sea necesario esperar una resolución de cuestión previa o conexa por el
mismo Juez o por otras autoridades, ello revela que no cualquier cuestión de las que se habla en dicho
precepto es susceptible de impedir que opere la caducidad en el juicio natural, sino que debe ser de una
naturaleza tal, que sea necesario que el juzgador espere el dictado de ese tipo de resoluciones. Al
respecto, el contenido de los artículos 1057, 1126, 1114, fracción III, 1127, primera parte, 1128, 1129,
última parte, 1131, 1139, segundo párrafo, 1350 y 1381 revela que el Código de Comercio no contiene
excepciones de previo y especial pronunciamiento, pues ninguna de éstas suspende el procedimiento,
como tampoco las perentorias, las que deben resolverse con el juicio principal (artículo 1381). Por tanto,
se estima que el Código de Comercio al hablar de cuestiones previas, no se refiere a las de especial
pronunciamiento, sino a aquellas que por su naturaleza van encaminadas a impulsar el procedimiento o
que pueden influir en el resultado del juicio natural, como por ejemplo: A) Cuando esté pendiente de
resolución un recurso de apelación en que se controvierta la determinación de primer grado sobre la
excepción de litispendencia, conexidad o acumulación de autos; en el primer caso, si se declara
procedente la litispendencia el efecto es decretar el sobreseimiento en el segundo juicio, de acuerdo a lo
dispuesto en el artículo 1127 del mencionado código; mientras que en el segundo y tercer supuestos, de
ser fundada, tendrá como consecuencia la acumulación de los expedientes, con el fin de que se dicte una
sola sentencia, es evidente la necesidad de que el Juez espere esa determinación, por la influencia que
tendrá en la sentencia definitiva, pues no se puede llegar a resolver, precisamente, porque no se encuentra
debidamente integrado el procedimiento, en cuanto a la falta de documentos o pruebas que deban tenerse
a la vista al momento de fallar en definitiva. En estos casos, la caducidad se interrumpirá siempre y
cuando el procedimiento se haya llevado hasta antes de la etapa de alegatos, faltando únicamente el
dictado del auto de citación para sentencia, pues como quedó establecido, la caducidad se actualiza desde
el primer auto que se dicte en el juicio, hasta el auto de citación de sentencia, y en los casos en que
existan apelaciones como las precisadas, el Juez no puede proveer de conformidad la solicitud de que se
dicte sentencia, pues dicho auto cierra la participación de las partes y presume que el procedimiento está
debidamente integrado, cuando de ser fundada alguna de las excepciones apuntadas tendría el efecto de
ordenar la acumulación de los juicios, lo que revelaría que el procedimiento no estaba totalmente
integrado; B) Cuando en la alzada se controvierte un auto mediante el cual se desconoce el carácter de
parte de un tercero con interés en el juicio (cesionario, copropietario, heredero, etcétera); pues en tal caso,
es evidente que éste no puede actuar en él; y, C) Cuando se controvierta en la alzada la resolución que
declaró fundado un incidente de nulidad de actuaciones por defecto en el emplazamiento, caso en el cual,
es evidente que el actor no podrá impulsar el procedimiento en el juicio natural, al no ser válido el
emplazamiento hecho a la parte demandada, por lo que debe esperarse al dictado de la determinación de
la alzada. Sólo por mencionar algunos de ellos, pues la lista de hipótesis sería interminable; empero, todos
los señalados con antelación tienen el común denominador de que por su naturaleza existe la necesidad de
que el juzgador espere el dictado de tales determinaciones por su trascendencia en el juicio, la cual, como
ya se dijo, no exime a las partes de impulsar el procedimiento, en estos casos, hasta antes de la citación
para sentencia, es decir, hasta la etapa de alegatos, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 1388
del ordenamiento legal en cita. Sostener lo contrario, es decir, aceptar que la existencia de cualquier
recurso de apelación interrumpe la caducidad, sería ir en contra del objetivo que se persigue con la
inclusión de dicha figura en el Código de Comercio, a saber, que no se prolonguen en forma indefinida
los juicios y así evitar prácticas viciadas de los litigantes.

2.- Efectos de la caducidad

Las consecuencias de la caducidad son:

a).-Extingue la instancia pero no la acción, por lo que se puede inicial nuevamente


el juicio.

b).- En primera instancia, convierte en ineficaces las actuaciones y las cosas


vuelven a su estado que se encontraban antes de presentarse la demanda, por lo
que deben levantarse los embargos y mandarse cancelar las inscripciones en los
registros públicos.

c) En segunda Instancia, deja firme las resoluciones apeladas y las cosas vuelven al
estado que se encontraban hasta antes de presentarse la apelación.

d) En los incidentes, convierten en ineficaces las actuaciones de los mismos, sin


comprende la instancia principal.

3.- Recursos en contra de la caducidad

a) Apelación en ambos efectos, si el juicio admite la impugnación.

b) Reposición, cuando la declaratoria se realiza en segunda instancia.

Época: Novena Época

Registro: 187149

Instancia: Primera Sala

Tipo de Tesis: Jurisprudencia

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta


Tomo XV, Abril de 2002

Materia(s): Común

Tesis: 1a./J. 21/2002

Página: 314

PRECLUSIÓN. ES UNA FIGURA JURÍDICA QUE EXTINGUE O CONSUMA LA OPORTUNIDAD


PROCESAL DE REALIZAR UN ACTO. La preclusión es uno de los principios que rigen el proceso y
se funda en el hecho de que las diversas etapas del proceso se desarrollan en forma sucesiva,
mediante la clausura definitiva de cada una de ellas, impidiéndose el regreso a momentos
procesales ya extinguidos y consumados, esto es, en virtud del principio de la preclusión,
extinguida o consumada la oportunidad procesal para realizar un acto, éste ya no podrá
ejecutarse nuevamente. Además doctrinariamente, la preclusión se define generalmente como
la pérdida, extinción o consumación de una facultad procesal, que resulta normalmente, de tres
situaciones: a) de no haber observado el orden u oportunidad dada por la ley para la realización
de un acto; b) de haber cumplido una actividad incompatible con el ejercicio de otra; y c) de
haber ejercitado ya una vez, válidamente, esa facultad (consumación propiamente dicha). Estas
tres posibilidades significan que la mencionada institución no es, en verdad, única y distinta,
sino más bien una circunstancia atinente a la misma estructura del juicio.

Contradicción de tesis 92/2000-PS. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados
Segundo, Tercero, Séptimo y Décimo Segundo, todos en Materia Civil del Primer Circuito. 19 de
septiembre de 2001. Mayoría de cuatro votos. Disidente: Juventino V. Castro y Castro. Ponente:
Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Secretario: Heriberto Pérez Reyes.

Tesis de jurisprudencia 21/2002. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión
de veinte de marzo de dos mil dos, por unanimidad de cinco votos de los señores Ministros:
presidente Juan N. Silva Meza, Juventino V. Castro y Castro, Humberto Román Palacios, José de
Jesús Gudiño Pelayo y Olga Sánchez Cordero de García Villegas.

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