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Diagnostico Cultural
Diagnostico Cultural
Paulo Freire, en su libro “La educación como práctica de libertad”, comenta una
anécdota sobre cómo le enseñó a un campesino lo que “verdaderamente”
significaba ser “culto”. “Sé ahora que soy culto —afirmó enfáticamente un viejo
campesino. Y al preguntársele cómo lo sabía, respondió con el mismo énfasis:
Si bien los integrantes del CMTI pueden ir variando las bases ideológicas y
partidarias son siempre las mismas, siendo la Universidad la usina ideológica y
política detrás de esto. Utilizando no sólo los fondos sino también el dispositivo
cultural para posicionarse, difundir sus ideas y valores y promover su agenda
política y social ante la mirada atónita del ejecutivo que en parte por
incapacidad, pero también por omisión y conveniencia, cede la política cultural.
Son conceptos que siempre deben estar presentes en todo tipo de acción
cultural y principalmente en la comunicación ya que forman parte del
inconsciente colectivo de gran parte de la ciudadanía y despertarlos es
despertar también el compromiso ciudadano con la política. Si esta parte, por
decirlo de alguna manera “antropológica” de la gestión cultural se lleva a cabo
correctamente cambiará seguramente y por completo la percepción de la
gestión, ya que el ciudadano no estará solamente apoyando un “partido
político” sino una visión de mundo y un ideal moral, y cada una de estas
acciones será apreciada no solo como una “obra política” sino como un paso
más hacia ese ideal.
Conclusiones
Tandil cuenta con una inmensa cantidad de excelentes artistas que dedican su
vida al arte y la cultura en distintas disciplinas, formándose permanentemente y
obteniendo reconocimientos casi siempre fuera de nuestra ciudad. Es
inconcebible que una ciudad como la nuestra, que cuenta con facultades de
cine, arte, teatro y que destina millones de pesos al año no pueda contener,
coordinar o gestionar producciones de primer nivel, indudablemente algo se
está haciendo mal. Es necesario un programa de mecenazgo para acompañar
a estos casos de talento excepcional ya que sus logros y visibilidad
eventualmente volverán en forma de loas hacia nuestra ciudad y nuestra
política.
Muchas veces se habla de presupuesto y está claro que nunca suficiente, pero
en materia de cultura, muchas veces el problema no es la falta sino el pésimo
criterio de distribución. Una gestión sólida y comprometida no solo se debe
limitar a asistir con dinero, también tiene que ser un espacio de desarrollo de
proyectos, de vinculación interdisciplinaria, coordinación y logística.
Koestler decía que “dos medias verdades no hacen una verdad, y dos medias
culturas no hacen una cultura” hoy tenemos una gestión cultural partida en dos
que debemos unificar y ponerla al servicio de quien verdaderamente debe
estar, ni los funcionarios, ni los artistas, ni los espacios culturales: la cultura al
servicio del ciudadano de la ciudad.