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Para Silvia López, mi maestra de Lengua de la

Escuela Primaria N°1, que lejos de desmoralizarme con sus ataques


sistemáticos y humillaciones públicas, encendió esta mecha
imparable de pensamiento crítico y desobediencia civil.
¡Mirá hasta dónde llegué, Silvia!
¿Vos cuántos libros tenés?
Yo con este ya tengo dos.
Prólogo de Joen

Si uno hiciera caso a las circunstancias, este libro por


múltiples razones no debería haber sido escrito y mucho
menos publicado. Un libro debiera ser escrito solo cuando
alguien tiene algo muy importante para decir, algo que
merezca la trascendencia que brinda un libro. Un libro debiera
estar permitido solamente para los Borges, los Stevenson,
Shakespeare, Guillard, Nietzsche, qué sé yo, los José
Hernández, si quieren un ejemplo de alguien más terrenal.
Las librerías están atestadas de libros que no sirven, libros
que no son libros sino meros objetos rectangulares de tapa
dura y con hojas en su interior. Hojas que a su vez están
salpicadas con diminutas manchitas de tinta negra, que por
alguna misteriosa razón hemos convenido en llamar palabras.
Sin embargo, y a riesgo de poder confundirse, el verdadero
lector sabrá cuál es un libro real y cuál una mera imitación. La
diferencia no está en el gramaje del papel o en la calidad del
diseño de tapa, ni siquiera en el precio. La verdadera
diferencia está en las manchitas que salpican sus hojas. No
es fácil darse cuenta, ya que en apariencia son muy similares,
pero el secreto para diferenciar un libro de una imitación
radica en hacia donde te llevan cada una de esas palabras. Si
las palabras te conducen a lugares comunes, altamente

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transitados, banales, de ocio y entretenimiento, estamos en
presencia de una simple imitación; en cambio, si te revuelven
las tripas, interpelan tus emociones, te abren portales hacia
nuevos conocimientos o te inspiran, mi querido amigo, usted
está en presencia de una de las cosas más preciadas que
existen: un legítimo libro.
Es como la manteca y la margarina o un ciudadano
inglés y uno norteamericano. Se parecen mucho, pero uno
sabe cuál es el de mejor calidad.
En esa lamentable feria de variedades en la que se ha
transformado la cultura y el arte, abundan estos cuasi libros
que solo son funcionales a alimentar el ego de los torpes y las
necesidades del mercado, que solo sirven para que el
imprentero, el diseñador, el corrector y el librero tengan un
poco más de trabajo. Por eso insisto en que este libro no
debería haber sido escrito y mucho menos publicado. Sin
embargo, por razones que no vienen al caso, acepté esta
publicación a regañadientes, incluso sabiendo que el destino
final de cada uno de los ejemplares que se impriman será el
de dormir el sueño infame y eterno de los cuasi libros, dentro
de la misma caja en la que llegaron por correo desde la
imprenta.
Aun así aquí está, y no puedo estar más feliz de que así
sea. No entiendo por qué, pero me hace feliz tenerlo en mis

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manos, olerlo, recorrer las páginas con mis pulgares. Me hace
feliz guardarlo en la biblioteca y luego ir a buscarlo entre todos
los libros importantes que tengo. Leerlo y releerlo, una y otra
vez. No tiene mucho sentido pero quizá para eso haya
servido. Quizá no es un libro para los demás, ni encuentren
aquí dentro nuevos conocimientos, ni experiencias. Quizá las
palabras no los conduzcan a esos lugares fascinantes a los
que hice referencia. Quizá solo tengan sentido para mí, y me
lleven, a través del recuerdo, a mi paraíso casi perdido a
causa de la demencia y la tetrabrik. Ahí donde, sin quererlo,
sin buscarlo y sin saberlo, alguna vez fui feliz.
Este libro es para mí, y al que no le guste ya sabe lo que
tiene que hacer.
Joen Vivienne Pedho

Prólogo del autor

Joen, más conocido como El Perro, nació


probablemente en Francia entre la década del ‘20 y el ‘30 del
siglo pasado. No están muy claros los datos, ya que es muy
difícil encontrar documentación de la época y además su
demencia senil, sumada a su tendencia natural a fabular, hace
que sea muy difícil distinguir entre la realidad y el relato
acerca de este misterioso personaje. Según cuenta, su madre
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y su padre discutían permanentemente por el nombre que
llevaría el cuarto de sus cinco hermanos. Su papá, convencido
de que por fin tendría una niña que sirviera para ocuparse de
las tareas de la casa, quería llamarlo Vivienne, lo que sería
Viviana en su equivalente al español; sin embargo, su madre
quería llamarlo Joen, como su actor preferido. La discusión
prosiguió hasta casi sus seis años cuando la madre, harta del
capricho de su marido pero también harta del matrimonio y
por qué no de Joen, decidió ir a la oficina de natalidad de Albi
a inscribirlo. “Joen Vivienne Pedho”, asentó la burócrata de la
oficina, quien colocó los sellos que terminarían por fin con el
suplicio de esa mujer. Joen fue dejado bajo la custodia de su
padre para así vivir unas de las historias de vida más
apasionantes y a la vez tristes de las que yo haya sido testigo.
Joen es de esas personas que, debido a su experiencia,
se puede decir que ha vivido varias vidas en una sola. Esto,
sumado a su capacidad innata de comunicar y transmitir, hace
que se desdibuje la frontera de lo real y que no sepamos si las
cosas ocurrieron tal cual él las contó, de un modo diferente o
si directamente no sucedieron y sean, en realidad, tibios
relatos con los que arropó nuestras tardes de invierno en el
geriátrico, mientras escribíamos este libro.
En este trabajo de recopilación varias veces me vi
tentado a dejar afuera algunas anécdotas por prejuzgarlas

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como inverosímiles para luego confirmar a través de testigos o
documentos que efectivamente habían sido reales. Fue un
trabajo sin duda desgastante que abandoné rápidamente
porque comprendí que no importaba la veracidad de los
hechos tal cual los contaba, sino que se hacían reales en el
momento en que él los transformaba en una enseñanza de
vida y que nosotros lo incorporábamos como un aprendizaje.
Después de todo, qué importa si la caverna a la que hace
referencia Platón verdaderamente existió o fue creada por su
imaginación, qué importa si Jesús multiplicó o no los peces y
convirtió el agua en vino, si lo importante verdaderamente son
los nutrientes y enseñanzas que nos dejan esas historias.
Su estilo controversial, rebelde y anarquista hicieron de
Joen Vivienne Pedho un tipo que sin duda no pasaba
inadvertido, a excepción de los cumpleaños, que por algún
trauma desconocido lo retraían un poco, al menos hasta la
cuarta o quinta copa. Ese carácter casi indomable, ese ladrido
oportuno ante el peligro y la amenaza, esa mordida certera a
la hora de confrontar y esa fidelidad incondicional, le valieron
un apodo que por supuesto él detestaba y prohibía a sus
conocidos, pero que fue tomando tanta fuerza que terminó por
imponerse por sobre su nombre: El Perro.
“Cuidado con el perro” era un cartel invisible que se
colgaba en cuanto despacho él habitase, en forma de

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advertencia para todos los que tenían que trabajar con él. De
aspecto apacible, solo mostraba los dientes cuando era
necesario y se le contaban pocas pero letales mordidas. Un
perro callejero que, a pesar de la tentación de la seguridad y
los placeres del dinero, nunca se dejó domesticar ni se quedó
en el mismo lugar por mucho tiempo. Un sabueso para los
negocios, un ovejero alemán para la política y un caniche para
las mujeres. Habitaban en Joen, tal como habitan en los
perros, desde la jerarquía y disciplina de cuidar y proteger a
los suyos, hasta la desfachatez de tener relaciones sexuales
en público
Hoy, ya sin dientes (en sentido literal), y en esas
“perreras” que el Estado gestiona para aquellos que no se
dejan domesticar, Joen o El Perro, como le solían decir de
joven, pasa sus últimos días intentando revivir en cada
anécdota un pedacito de su alma perdida, con la utópica
esperanza de que aquellos pocos a los que les lleguen estas
palabras puedan por fin morder la mano de los que los
domestican, cortar las correas que los atan a la rutina y huir
por fin a la estoica libertad del que sigue sus instintos. Vaya
este humilde libro a esos pocos locos que encuentren en
estos personajes la verdadera sabiduría.
Nicolás Arizcuren

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Prólogo de su psicólogo
JOEN, EL ÚLTIMO CANCERBERO

En la mitología griega, Cancerbero era el perro de


Hades, dios del inframundo; un monstruo de tres cabezas, con
una serpiente en lugar de cola.
En principio, hay que aclarar que monstruo no es lo que
todos imaginamos hoy, por culpa de Jolibud. Monstruo viene
del latín monstruum, que significa ‘prodigio’. Originariamente
era una voz religiosa que designaba un ser excepcional que
reflejaba la voluntad de los dioses, de ahí se comenzó a
aplicar a un ser de carácter único. Es alguien diferente, en
apariencia enfrentado al orden regular de la naturaleza, y se le
aplica a un ser fantástico que por ser tan diferente asusta.
Joen es justamente eso, un error divino de la naturaleza
y un caso de estudio que tuve la oportunidad de analizar
detalladamente. Joen fumaba debajo del agua. Era un tipo
que lograba aturdir con sus silencios. Recuerda Joen que en
su adolescencia, en una noche de juerga, se había traído un
mono de Misiones y sin ningún tipo de experiencia en
adiestramiento, le había ensañado a ir a robar el diario al

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kiosco de la esquina. Compulsión de repetición que aplicó
luego a su hijo de nueve años al enviarlo a pedir limosnas en
silla de ruedas a la salida de las reuniones del Rotary Club.
Esa dosis de inteligencia, maldad y carisma lo convierten en el
peor monstruo que he conocido, en todos los sentidos que
engloban esa palabra.
Cancerbero, el perro mitológico, tenía tres cabezas y
Joen también. Por un lado, una cabeza política, que le
permitía despojarse de cualquier pasión o ideología, dejar de
lado cualquier rencor y sentarse a negociar con cualquiera
que tuviese algo que pueda servir a sus intereses. Después,
una cabeza pragmática, que le permitía, cuando las papas
quemaban, solucionar los problemas de manera práctica, sin
rodeos, como cuando, ante la falta de fondos para ornamentar
la ciudad para las fiestas navideñas, extorsionó al consejo
deliberante diciendo que si no le firmaban el presupuesto para
las luces iba a salir con un megáfono por toda la ciudad a
decir que Papá Noel no existía. Y, finalmente, una cabeza
intelectual, que derrochaba verdadera sabiduría y no ese
conocimiento inútil del que algunos suelen jactarse, como
saber de memoria las capitales del mundo o generar dinero
con dinero heredado; Joen gozaba de una lumbre sin igual
con la que iluminaba las oscuras mentes y calentaba las
almas muertas. Solía escaparle a los lugares muy transitados

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o de moda y en cambio, se recluía en pequeños bares de
mala muerte o clubes donde, entre billar y juegos de cartas,
uno podía encontrarlo solo, en la mesa del fondo, tomando
alguna caña y acercarse a él por largas horas en sus historias.
Joen, al igual que Cancerbero, también tenía una cola
de serpiente, artera y traicionera, que era más fuerte que su
propia voluntad. Una serpiente que en un segundo era capaz
de herir al más desprevenido o a quien le brindara ayuda,
como hizo conmigo cuando se acostó con mi mujer. O cuando
jamás me pagó casi cinco años de consultas. Los cheques
rebotaban, se amontonaban los pagarés y a pesar de que ya
no le atendía el teléfono, él igual se hacia presente en mi
consultorio, sin cita previa y pasando por delante de quien
estuviese para ser atendido. Aun así lo considero un amigo.
Un mal amigo, pero un amigo al fin. A él le gustaba estar solo
y solo terminó. Sea este prólogo el último gesto de amistad
que tendré para con él, solamente en honor a aquellas
hermosas charlas que teníamos sobre Jung, tomando brandy
en mi consultorio, y en memoria de esa frase que jamás
olvidaré:
“Ya le dije, Luis, que su mujer lo engañaba y usted no
me creía. Le había advertido que esa mujer no era para usted,
que era impura. Tuve que sacrificarme y tener sexo con ella

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para que se dé cuenta de que era verdad y
que este servidor es íntegro y jamás le va a fallar”.

Dr. Luis Enrique Santos Dumont


Matrícula en trámite de recuperación.

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La pasión de los boludos

Hace algunos años un periodista de la revista


Philosophie Magazine llegó a mi ciudad en busca de los pasos
de Witold Gombrowicz. Desinteresadamente le di una mano
para contactar a personas y explorar lugares que pudo haber
frecuentado quien para mí fue el escritor que mejor describió a
nuestro país, junto con Ortega y Gasset. El periodista, que
casi nada de español hablaba, me pidió que lo ayude a
entrevistar a diferentes personas y también a escribir el
artículo que luego salió en la revista con un éxito que por
supuesto nadie me reconoció. C’est la vie.
La cuestión es que durante esas entrevistas lo visitamos
a Joen, quien afirmaba haberlo conocido a Gombrowicz.
Luego descubrimos que era mentira y me reconoció que lo
había hecho solo para llamarnos la atención y que lo
saquemos del geriátrico por un rato y lo llevemos a comer a
uno de los restaurantes más caros de la ciudad. Obviamente
al periodista no le sirvió su testimonio; sin embargo, yo, que
andaba mendigando historias comunes, quedé obnubilado
con Joen y su forma cáustica de describir la realidad de
nuestro país. Vos quédate con Gombrowicz, yo me quedo con
este viejo loco. Y así fue que durante más de un año tuvimos
encuentros semanales donde alternaba reflexiones,

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anécdotas, crónicas y varias mentiras, siempre alrededor de lo
que él llamaba “el argentino promedio”, un exquisito ejemplar
de boludo.
Según Joen, el boludo es un estado de resignación,
adaptación y supervivencia del argentino. El boludo es una
categoría intermedia entre la víctima y el victimario. Un
sociópata que culpa al sistema de sus comportamientos. El
boludo caga porque lo cagaron o por si las dudas lo vayan a
cagar. Miente porque le mintieron y por si acaso le vuelvan a
mentir. Traiciona antes de ser traicionado. Evade impuestos
porque los políticos son corruptos y el Estado siempre lo
defrauda. El boludo vive en una línea imaginaria entre el bien
moral y el mal justificado, una dualidad esquizofrénica que no
le permite verse como lo nefasto y vulnerable que es y
también distorsiona la mirada de un país decadente,
miserable y en ruinas hacia un paraíso de futbol, asado,
mujeres y eventuales logros ajenos.
El boludo no estudia, no se capacita, no escucha. El
boludo opina.
El boludo no pierde tiempo leyendo el manual. El boludo
aprende mientras rompe. El boludo no te trae soluciones. El
boludo te descubre los problemas y en el mejor de los casos
te cobra una fortuna por atártelo con alambre.

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En el fondo, al boludo lo mueve la pasión. Puede ser el
futbol, las carreras, la guita, la política, el poder o las minas.
No importa: la pasión es su combustible inagotable. Es por
eso que un tipo apasionado no mide riesgos y tampoco asume
consecuencias. Una persona movida por la pasión no usa la
racionalidad, simplemente se deja llevar.
La pasión no es sólo algarabía. Tiene su origen en el
griego pathos, y su acepción más usada es para describir los
sucesos que acontecieron entre la última cena y la crucifixión
de Cristo. Ese mismo calvario es el que sufre el boludo menos
agraciado, que no es más que el que sigue votando con la
ferviente convicción de que algún partido político le va a
solucionar la vida, el que se rompe el lomo laburando
confiando que la voluntad de Dios o la mano invisible del
mercado lo va a premiar por su esfuerzo, el que paga los
impuestos pensando que ese dinero se invertirá en mejor
educación, salud y seguridad, el que manda sus hijos a la
universidad confiando en que allí obtendrá una formación pura
y de calidad que le garantice un buen futuro.
Ese sufrimiento sistemático, ese estado impotente de
permanente injusticia, esa degradación de la moral y la
dignidad, en manos de estos hijos de puta, también hacen de
la vida del boludo menos afortunado una verdadera pasión: la
pasión de los boludos.

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Feliz día del maestro

Maestro era Sócrates, que frecuentaba las plazas


transmitiendo su sabiduría gratuitamente a quien caminara a
su lado, inspirándolos a través de preguntas y no de
respuestas repetidas de un manual.
¡Ustedes no son maestros, ustedes son parásitos del
Estado!
(Joen, en su auto importado, ante un piquete docente)

Las (s)obras de mi padre

Cuando vivíamos en París, mi padre, que hacía diez


años que no encontraba trabajo, todos los días salía a pedir
comida y volvía cansado por la noche con algunas sobras que
le daban en los restaurantes de lujo de aquella gente que,
harta de abundancia, dejaba trozos enteros de jugosa carne o
suculentos pasteles. A veces traía todo mezclado dentro de
una bolsa o con cenizas de cigarrillo que cuidadosamente
intentábamos quitar para poder alimentarnos.
La comida nunca alcanzaba para todos pero mi papá, a
pesar del cansancio y de haber caminado todo el día, se

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acostaba sin probar bocado para que comiéramos nosotros.
Con el correr de los días empecé a notar que el saco ya no le
prendía y un día lo encontré de madrugada perforando el
cinturón con un alambre caliente para hacerlo más holgado.
Al día siguiente salió bien temprano y decidí seguirlo. Su
andar era cada vez más lento y fatigoso. Se robó un ejemplar
de Liberation y se sentó en uno de los restaurantes más
exclusivos de París. Pidió un bogavante azul, un pollo de
Bresse y de postre una omelette noruega. Pidió la cuenta,
metió todas las sobras dentro de la bolsa y cuando el
camarero se distrajo, tomó su maletín marrón, le dio un sorbo
largo a la copa de chateaux margaux y se fue caminando
como si nada, con ese aire elegante que solía portar hasta
que cruzaba la puerta de la casa abandonada donde nos tenía
viviendo.

Con la mierda al cuello

Argentina me recuerda a mi infancia. Más precisamente a una


etapa en la que vivíamos en una casita prestada y muy
humilde. En realidad, el calificativo no corresponde para una
casa, es un eufemismo sutil para no decir abandonada,
pestilente y derruida. Esta propiedad en su momento
seguramente fue una mansión del siglo XVII pero con el
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tiempo y la falta de mantenimiento se fue deteriorando hasta
volverse prácticamente inhabitable.
Éramos muy pobres y no teníamos más remedio que
meternos ahí con mis padres y mis hermanos pero también mi
tía, mi tío y mis primos.
Era un caos. Algunos trabajábamos, otros no. La comida
no alcanzaba, pero todos teníamos que comer lo mismo, los
que no trabajaban y lo que sí lo hacían. Eso era claramente
injusto, por lo que a veces nos veíamos en la necesidad de
esconder la comida. Como mis primos se daban cuenta,
aprovechaban los momentos en los que salíamos a trabajar
nos la robaban y después, cuando ellos salían nosotros
revisamos cada centímetro de sus habitaciones y volvíamos a
robarles lo que ellos nos habían robado. Todo esto llevaba a
eternas discusiones que nunca llegaban a ningún lado.
Nadie quería poner dinero en arreglar la casa por lo que cada
vez se iba deteriorando más y más, hasta que un día, por
algún motivo, explotó el caño general que iba del inodoro al
pozo ciego. Aparentemente el pozo se había tapado, ya que
éramos diez los que vivíamos diez ahí adentro, por lo que
empezó a salir la mierda por todos lados.
Argentina me recuerda a ese momento. Estamos
muertos de hambre, en una casa en ruinas, robándonos entre
nosotros, con la mierda al cuello y sólo veo políticos tirando

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perfume o a analistas tratando de a ver a quién le
corresponde cada sorete.

El curioso caso de las mujeres con bigote

Cuando llegué a Argentina, una de las primeras cosas


que me explicaron fue que hay mujeres que usan bigotes y
por lo tanto no están disponibles sexualmente. Está claro que,
por cuestiones de machismo cultural, eran los hombres
quienes me lo advertían. En general, lo hacían con una
simpatía y complicidad impropia de las conductas de macho
territorial de otras culturas.
En código de broma pero muy en serio, el boludo
advierte que tanto las mujeres concubinas, o amantes de
alguien de la manada, como las hermanas o incluso las
madres, son afines a este extraño culto de dejarse crecer el
vello sobre el labio superior como un indicador de
indisposición sexual.
La verdad es que había visto extravagancias en distintas
partes del mundo y rarezas propias de antiguos arraigos
culturales pero, para ser sincero, nunca había visto mujeres
que expresaran su castidad provisoria dejándose el bigote.
Una tarde fuimos a lo de un colega, amigo de un amigo y,
para ser sincero, esa visita me tenía muy entusiasmado
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porque ya me habían anticipado que su hermana era muy
atractiva, pero también me adviertieron que ni siquiera se me
ocurra cortejarla porque “tenía bigotes”.
—Ojo con mi hermana, Joen, que tiene bigotes ¡No te
hagas el boludo!
Yo estaba confundido pero debo reconocer que esa
advertencia me producía más morbo todavía. El resto sucedió
bastante rápido. Recuerdo que habíamos tomado mucho, mi
colega estaba completamente desmayado y de pronto una
joven se acercó, me llamó por mi nombre, me tomó la mano y
me condujo hacia la escalera. No pude verle la cara. Ella
simplemente me agarró bien fuerte y me arrastró a su
habitación. Mientras teníamos relaciones sexuales me dijo al
oído que se trataba de la hermana de mi colega, algo que
para ser sincero me puso muy incómodo porque no podía
dejar de imaginarme el momento en el que encendiera la luz y
me encontrara con el peor de los escenarios.
Por momentos quería pensar en una mujer hermosa
para no deserotizarme, pero, a pesar de la borrachera, no
dejaba de venirse a mi cabeza la idea de estar fornicando con
Freddy Mercury o con un comisario de la 37 que había
conocido unos años atrás.
Cuando todo culminó, en lo más oscuro de la habitación,
ella se fue al baño. Se demoró algunos minutos y luego

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regresó en tímido silencio. Podía ver su silueta perfecta
caminando de una forma tan cautivante, seductora y
armónica, como si en realidad estuviera bailando el lago de
los cisnes. Cuando puso su mano en el pulsador de la luz mi
cuerpo se estremeció. Temí que toda esa belleza que había
imaginado se viera arruinada por ese puñado de vellos que
por infame obediencia usaban las mujeres de mis amigos.
Finalmente, la luz se encendió y dejó en evidencia su
rostro hermoso y afeitado. Se había rasurado rápidamente en
el baño poniéndole fin así a uno de los rituales más extraños
que he conocido.

Para los lindos está el éxito, para los feos el poder

Un buen día, mientras me afeitaba, noté que mi hijo


estaba bastante más callado de lo normal y me decidí a
preguntarle qué le pasaba.
—Estoy enojado con vos porque por tu culpa soy feo.
Los genes de mamá son casi perfectos: todos mis primos son
rubios, flacos, altos y de ojos claros. Sin embargo viniste tú y
tu pene a meterle esos putos genes defectuosos de perro
callejero a mamá y por tu culpa soy feo, todos se ríen de mi y
las chicas no me prestan atención.

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Estaba notablemente contrariado y cualquier cosa que le
dijera o argumentara sería peor, por lo que lo dejé pasar y
para mis adentros organicé una salida pedagógica para el fin
de semana.
Juntos hicimos visitas guiadas por casi siete empresas.
Recorrimos sus instalaciones pero más importante conocimos
su plantilla de personal. A cada empresa que llegábamos
éramos recibidos por “los lindos”, quienes con su simpatía y
belleza lograban hacer de la visita algo mucho más atractivo y
cautivante. Muchas veces mujeres y otras pocas hombres,
pero todos eran incuestionablemente portadores de una
belleza normativa.
Los lindos eran sin duda los más consentidos, los más
populares y mayormente los del sueldo más alto. Eran a los
que siempre se les perdonaba todo y a quienes menos se les
exigía. Ascendían más rápido, lograban las mejores
comisiones e ingresaban más fácilmente a esos grupos de
pertenencia de las clases altas e influyentes de la empresa.
Cada lugar que visitábamos parecía reforzar más y más
el pensamiento de mi hijo. En sus ojos podía leer lo que
estaba sintiendo. Cada uno de estos “lindos” por un lado
reafirmaban su razón, pero por el otro lo hundían en el
inefable paraíso de los incogibles.

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Al finalizar la recorrida y antes de volver para casa, nos
dirigimos hacia las afueras de la ciudad. Cruzamos un arroyo
de muy poco caudal y luego condujimos durante varios
minutos por un estrecho camino que atravesaba el monte. Al
llegar, nos esperaba una mujer muy viejita para abrirnos la
tranquera. Entramos a la pequeña cabaña, la estufa estaba
encendida y había dos copas para nosotros .
Compartimos casi cuatro horas juntos a Boris, un viejo
amigo que luego de sufrir un tremendo accidente con una
granada en la guerra de los Balcanes y perder completamente
su rostro, se instaló en nuestro país y fundó unos de los
holdings de inversión más importantes e influyentes de este
país, siendo propietario de más de trescientas empresas en el
mundo. Siete de ellas eran las que habíamos visitado hoy.
Yo casi me mantuve en silencio pero mi hijo comenzó
acribillándolo con preguntas para luego simplemente rendirse
a escucharlo durante varias horas.
—Los lindos pueden ser modelos, actores, cantantes o
quién sabe qué cosa pero pueden estar tranquilos con que
siempre estará el éxito esperándolos. Es su destino.
Para los feos hay un camino más largo y dificultoso; sin
embargo, la recompensa es aún mayor, porque más allá del
éxito, muy lejos de la ciudad y en el medio del monte hay una
posada esperándolos, la del poder

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El arte

El arte se ha reducido al culto exacerbado de la pereza,


el ocio y el entretenimiento. Ya no voy a museos, teatros ni
conciertos. El arte escapa de esos lugares porque ya no
queda nada de divino ni de humano. Cuando quiero sentir un
poco de verdadero arte escucho a un niño reír, me detengo en
la danza incierta de un borracho al volver a casa o en una
prostituta maquillándose antes de ir a trabajar.
(Joen en una charla sobre la importancia del arte en las profesiones
del futuro. Escuela Primaria número 8, Berazategui)

Yo, dios en mis libros.

Los escritores tenemos la capacidad de construir


mundos y realidades con las palabras. Mundos y realidades
que nos son prohibidas en el mundo ordinario e insoportable
que nos toca vivir cotidianamente. Inventamos viajes,
diferentes trabajos, conflictos y experimentamos también, a
través de nuestros personajes, las fantasías más alocadas,
porque es ahí dentro del libro donde podemos ser libres al fin.
Pero esos mundos son irreconciliables. Si aplicamos la
realidad cotidiana en los libros serían un fracaso, aburridos e
insoportables. Y si, por lo contrario, intentáramos llevar
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elementos de la ficción a la vida diaria, probablemente
terminaríamos muertos, presos o en un manicomio.
Cuando mi ex mujer se entero que el personaje
femenino al que yo perseguía durante toda la novela no era
ella sino su hermana me pidió el divorcio. La tuve que matar.
En la ficción, claro.

Greenpeace

Sacarle el jamón al sándwich de cocido y queso no le


devuelve la vida al cerdo que murió. El proteccionismo
ambiental no se hace donando diez dólares por mes a
Greenpeace para luego devorarse una familia entera de
anchoas en una pizza. Las causas nobles se pelean con
acciones concretas y se defienden con las manos, no alcanza
con simbolismos poéticos e intervenciones artísticas una vez
al año. Eso es una masturbación de conciencia.

El bombo

Desde el principio de la historia de la humanidad hay


cientos de ejemplos de cómo el ritmo, o sea, la sucesión de
sonidos o pulsos que se repiten en un tiempo determinado,
afecta la conducta y el comportamiento de las personas. El
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ritmo se utilizó en los primitivos barcos para sincronizar a los
esclavos remadores, en la antigüedad para ordenar el paso de
los ejércitos numerosos o en algunas tribus de manera casi
ritualista para inducir al trance a los indígenas.
El ritmo ordena, corrige, estructura, limita y subordina. El
ritmo te envuelve, no te deja pensar y te pone instintivamente
en movimiento perpetuo hasta que alguien dispone su final.
Hoy, la ingeniería social ha tomado apunte de esto y
podemos ver, por ejemplo cómo el peronismo utiliza el bombo
para inducir a sus fieles a un estado irracional de hipnosis
populista que los lleva lento pero alegremente marchando
hace 70 años hacia el abismo
(Joen, notablemente borracho intentando generar conversación con
una profesora de música)

Tiempo era el de antes

Yo soy de un tiempo en que el tiempo era otro tiempo y


no había más remedio que esperarlo. Nacer tardaba mucho
más porque no había tantos controles de embarazo, no había
ansiedad ni tanto apuro. En mi tiempo, los embarazos se
medían en meses. Sin embargo, a partir de la posibilidad de
interferir en el mismo, hoy se mide en semanas. No descarto
que los avances tecnológicos permitan a los padres intervenir
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en el momento preciso en que el feto adopta el color de ojos,
en ese momento el embarazo será una cuestión de decisiones
instantáneas y seguramente se medirá en minutos, y
solamente las mujeres pobres cargarán en su vientre a su
propio hijo, ya que las mujeres ricas, para evitar la celulitis y la
caída de sus pechos, directamente los mandarán a hacer a
alguna multinacional que se encargue de tercerizar ese
proceso en algún país de Centroamérica que tenga como
actividad productiva principal ser el feto del mundo.
(Joen en la sala de parto intentando seducir a la obstetra mientras
esperaba el nacimiento de su primer hijo)

Emigrar

En el 2001 me contrataron para asesorar al Shushi


Group que no eran ni más ni menos que los supuestos
intelectuales que llevaron a De La Rua del poder a la debacle.
Ellos estaban buscando una alternativa marketinera para
calmar los ánimos caldeados de la clase media.
Me ofrecieron pagarme con cheques de don Fernando a
30, 60 y 90 días pero como yo ya olfateaba que se iba todo a
la mierda, les exigí el pago contado en dólares y los metí en
un plazo fijo. Una vez acreditado el pago les acerqué un
proyecto que pocos me reconocen pero que allá por el 2001
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sirvió para que muchos compatriotas de la gloriosa clase
media pudiesen irse del país y recomenzar su vida en otro
lado.
"EMIGR.AR"

(Estrategia de Movilidad Inducida General y Rápida de


ARgentina)
La campaña básicamente apuntaba a incentivar
sutilmente a cierto nicho de la población a emigrar a Europa y
Estados Unidos, antes de que sus gobiernos se aviven y les
pongan restricciones. La idea apuntaba a fomentar el éxodo
de las clases medias conflictivas, golpistas y demandantes
que sin duda votarían en nuestra contra en las próximas
elecciones. Si esta franja de la población se iba del país,
automáticamente se bajarían los índices de desempleo,
habría menos conflictividad social y seria una manera
inteligente y rápida de exportar desocupación. 
Mediante importantes descuentos en aerolíneas y un
convenio con algunas empresas que nos permitían darles un
frasco de dulce de leche, un paquete de yerba y una botella
de fernet a cada uno de los que se iba, logramos que la
campaña fuese un éxito y según la OIM (Organización Integral
para las Migraciones) más de 800 mil argentinos emigraron en
el 2001.

29
Esa misma gente que se iba sacaba su plata del banco,
todos juntos, y de esa manera precipitaron lo inevitable: que
estalle el corralito. En ese lapso perdí casi todo lo que había
ganado.
Años después le mandé a Don Fernando un whisky de
regalo con una nota que decía:
“Para que lo comparta con sus hijos”
Me lo agradeció y en su carta corroboré que así lo había
hecho y que lo disfrutaron junto a todos los hijos de puta del
Sushi Group.
Antes le había metido la chota adentro.

La enfermedad es la vida

La enfermedad no existe doctor. La única enfermedad


comprobada es la vida misma porque todos los días por
alguna u otra razón nos acerca irremediablemente hacia la
muerte. Si me despierto, estoy vivo y si estoy vivo hago todo
lo que puedo, aunque me falte una pierna o un pulmón, o
tenga los triglicéridos por las nubes. Las enfermedades son
estadísticas que cambian todos los días de acuerdo a la
necesidades de la farmacéutica para vender uno u otro
medicamento.

30
Yo lo hago más fácil; si me despierto estoy vivo y sino seguiré
durmiendo, igual que tarde o temprano dormirán los que no
toman, no fuman, no comen carne y no fornican.

(Joen, a su médico de cabecera luego de realizarse un chequeo al


regresar de su viaje a Tailandia y registrar un aumento de peso de
20kg, dos soplos en el corazón por el uso crónico de Sildenafil y 5
enfermedades venéreas, dos de las cuales se creían extintas y una
relacionada con la zoofilia)

Justicia social o justicia poética

Cuando llegué a Buenos Aires, no tuve más remedio


que trabajar de camarero. Al bar donde trabajaba asistía un
reconocido dirigente peronista que se arrogaba la
representación de los trabajadores y sin embargo era muy
maltratador como cliente. Además, aprovechando su
impunidad de político famoso, se robaba los caramelos del
mostrador, aduciendo “justicia social” cuando en realidad eran
para regalárselos a sus pequeños hijos, con los que
usualmente iba al bar.
Un día me pasé los caramelos bien por la bolsa escrotal
y los metí nuevamente en el papel.

31
Hoy uno de sus hijos es dirigente radical y el otro murió
de diabetes.

El pueblo fantasma

En el año 95, cuando volvía de Capital Federal de una


reunión con un conocido empresario supermercadista, con el
baúl lleno de dólares para financiar la campaña de otro
conocido gobernador, decido parar unos minutos en doble fila
a comprar unas gomitas en el kiosco porque se me había
bajado el azúcar. Con tanta mala suerte que viene la grúa y
me levanta el coche con toda la plata en el baúl.
Desesperado, decido pedirle un favor al intendente del lugar
sin saber que a los pocos años me iba a salir muy caro.
—¡Joen! ¿Se acuerda de mí? Bueno lo llamo por ese favorcito
que me debe.
Su hermano artista y cocainómano en recuperación
había decidido abandonar su (intra) ascendente carrera en el
rock a los 55 años y comenzar con sus primeros pasos en
política en un devastado pueblo de 300 personas en el interior
de la provincia. Un paraje inhóspito con casi ningún recurso,
completamente derruido por una gran inundación y donde sólo
permanecían ancianos, algunos jóvenes con pocas luces y
una familia de enanos que se había quedado luego del
32
fatídico incendio en el circo, donde dos payasos y un
equilibrista murieron frente al público, prendidos fuego por la
explosión de la máquina de pochoclos,. La gente del pueblo
aplaudía y reía ya que pensaba que era parte del show.
Yo hacía muy poco que había llegado de una conferencia en
California donde funcionaban los estudios Universal. Una
mole que le daba de comer a casi 300 personas entre actores
y trabajadores, en bares, estaciones de servicio, etc., ya que
eran cientos de personas que se movilizaban para alguna
película y montaban literalmente un pueblo en el medio de la
nada.
Empezamos a trabajar día y noche en el proyecto.
Principalmente de noche, debo ser sincero. Costó mucho
convencer a la población pero luego de varios meses
logramos el compromiso de casi la totalidad. Cada cual en su
rol, [esta movilización] hacía que el pueblo viva el florecer de
progreso más grande después de la llegada del tren, en 1938.
Miles de personas llegaban cada fin de semana en busca de
esa industria sin chimeneas que habíamos creado casi sin
fondos y en muy poco tiempo.
“Bienvenidos al pueblo fantasma”, citaba el cartel de
ingreso para un público que se abarrotaba en la boletería
donde se compraban entradas para vivir la experiencia de un
pueblo post apocalíptico, con enanos asesinos, zombies,

33
autos prendidos fuego y la posibilidad de romper todo lo que
quisieran. Al final, un borracho los esperaba en el bar y les
contaba historias que los dejaban completamente
hipnotizados.
Todo el pueblo trabajaba asociativamente en la
confección de vestuarios, la parte técnica, la logística y la
actuación para llegar al fin de semana y montar una y otra vez
el gran show. Las ganancias se utilizaban para mejorar la
infraestructura de la ciudad y el resto se dividía entre los
pobladores.
Así fue como levantamos un pueblo destruido y
olvidado, potenciando nuestras propias miserias.
Yo hacía del borracho que contaba historias.

Infeliz Navidad

La peor decepción de un niño no es que le digan que


Papá Noel no existe, sino cuando descubre que sus padres lo
engañaron, pisotearon su ilusión y ahogaron su infancia con
medias, remeras y juguetes baratos simplemente por ser
fieles a una estúpida campaña publicitaria de Coca-Cola de
1931.

34
Peronismo radical

Recuerdo que hace algunos años, me tocó dirigir desde


las sombras la campaña de reelección de un intendente
puramente radical. Su imagen se había deteriorado y luego de
varios años en el poder habían empezado a surgir algunas
fracturas internas y aparecieron jóvenes dentro de su facción
que le disputaban el poder. En una interna del partido, vio
como por primera vez le daban la espalda. Desesperado,
como a las 3 de la mañana, cuando terminó esa asamblea del
partido, me llamó:
—Discúlpeme, Joen, pero estoy desesperado. Después
de todo lo que les di, de todos los que acomodé en la función
publica, a sus amigos y familiares. Después de todos los
contratos que regalé con el Estado, me dejaron tirado y fuera
de la interna ¡Esta gente no tiene códigos! Yo no puedo volver
a la función privada con 65 años. Yo no puedo volver a mi
casa después de 20 años ¿Qué hago, tomo mate con mi
mujer?¡Tiene que darme una mano!
A pesar de que al principio opuso mucha resistencia,
tomamos una estrategia arriesgada. Si los radicales no le
daban su apoyo, teníamos que ir a pescar votos peronistas. Y
así, de a poquito empezamos a implementar algunos guiños y
referencias justicialistas en el discurso. Hicimos algunos actos

35
donde empezamos tímidamente a implementar el bombo y el
choripán y así, de a poquito, armamos un partido vecinalista y
arrasamos las elecciones obteniendo casi un 70% del
electorado, captando votos tanto radicales, fieles al
intendente, como peronistas, cautivados por su nueva imagen.
-¡Gracias Joen, si no fuese por usted, ahora estaría
desempolvando la matrícula!
De lo que el intendente no se dio cuenta es de que lo
único que yo había hecho era quitarle el fino velo de moral y
honestidad que le daba el radicalismo y dejar entrever en
realidad su verdadera cara caudillista, autoritaria y sedienta de
poder.

¡Cuba libre!

Recuerdo que era una cálida noche de verano cuando lo


conocí. Si la memoria no me falla, estábamos en un all
inclusive en Varadero, Cuba, junto a varios colegas escritores,
periodistas e intelectuales entre los que se encontraba Pérez
Esquivel, todos preparándonos para dar un ciclo de charlas
pagadas en dólares por el gobierno cubano.
Mientras Pérez Esquivel relataba con altivez sus
fenomenales hazañas en la defensa de los derechos
humanos, terminaba lo que sería su cuarto o quinto trago
36
monopolizando la conversación. Ya notablemente entrado en
copas, empezó a coquetear con algunas chicas de la limpieza.
Llamó de muy mala manera al camarero del hotel y le
recriminó la demora de su trago.
—A ver, querido, ¿me podés decir cuánto va tardar mi
Cuba Libre?
Y el camarero, aun sabiendo que se vendrían quince
años de prisión por atentar contra la revolución, hizo corpóreo
en Pérez Esquivel su asco, impotencia y rebeldía ante la
hipocresía de un régimen que solo sirvió para enriquecer a
unos pocos, le aplicó un bofetón en la oreja con la mano
cóncava, dejándole un pitido que le duró por casi una semana
y le respondió:
—¡Cuba libre va a tardar lo que demore el pueblo en
levantarse contra las ratas hipócritas como usted, señor!

No hay mejor ataque que un buen Defensa

Cuando mi hijo cumplió 18 años, como todo adolescente


se creía intelectual, maduro, omnipotente e inmortal. Un
pelotudo.
Lo invite a cenar al Club Defensa y él ya intuía que esa
cena, como las de los cumpleaños anteriores, vendría con

37
otro torpe intento de enseñanza de vida de parte de un viejo
boludo como yo.
Entre borrachines jugando al casin y un aluvión
inesperado de motoqueros de aspecto rudo y barbudo,
resaltaba un grupito de laburantes discutiendo fervientemente
de política y otros menos de futbol. Había también una mesa
de jóvenes que festejaban un cumpleaños y una parejita en lo
que parecía una cena romántica compartiendo, casi sin
soltarse de la mano, una milanesa napolitana con fritas. El
dueño corría entre las mesas con un repasador viejo y sucio
con el que limpiaba las mesas y espantaba las moscas
preguntando a los comensales, casi hasta el hartazgo, si
necesitaban algo. Adriana, la ayudante de cocina, seguía
poniéndole mucha mozzarella a la pizza a pesar de las
indicaciones del cocinero y del dueño sobre que había que
ahorrar. Y Raúl, el mozo más antiguo, no dejaba de buscar la
manera de encontrar la excusa para criticar al país para así
poder contar una y otra vez acerca de esos quince días que
pasó en un país civilizado cuando visitaba a su hija, en
Barcelona.
Al fondo, casi en la frontera con los baños y la cancha
de bochas, habitaba un hombre solo, siempre en la misma
mesa. Solo, pero no solamente de compañía. Solo, en la más
íntima y profunda soledad de vivir y sentir el mundo. De esos

38
hombres que ya dejaron de comprarse calzoncillos nuevos.
Que casi ni se lavan los dientes. Un hombre en donde el
estado, el capital y la sociedad, ya no tienen jurisdicción.
—¿Qué ves? —le pregunté. Ante uno de los frescos
populares más impactantes que habíamos presenciado juntos.
—Vamos papa, ya entendí el mensaje. Estudiar y
trabajar para no convertirme en esta gente.
Había fracasado como padre, había criado un simple
burgués.
Lo mande a la India y cuando llegó le corté las tarjetas
de crédito e hice que en la embajada le retengan el pasaporte.
Estuvo seis meses vagando en las calles, sin dinero. Tuvo
que trabajar en un taller clandestino de confección de
indumentaria hasta que pudo seducir a un marinero polaco y
lograr así infiltrarse de polizonte en un barco con destino a
Buenos Aires.
Volvió a los dos años. Por tres años más no me dirigió la
palabra. Una noche me lo encontré cenando en el Club
Defensa y por fin volvimos a charlar.

El arte de perder

Recuerdo un político al que asesoré hace algunos años,


luego de que perdiéramos la elección por su forma agresiva
39
de comunicar y porque agarró a trompadas a su competidor
en medio del debate televisivo. Al terminar la campaña,
notablemente ofuscado, me dijo:
“No le voy a pagar lo que le debo porque yo contraté al
mejor asesor de campaña y me trajeron a un fracasado”
Sonreí y acepte la derrota pero no el calificativo porque
yo soy un perdedor pero no un fracasado.
Yo soy un perdedor nato. Nunca conocí un mejor
perdedor que yo. He sabido de ganadores y también de gente
que ha perdido incluso más que yo, pero nunca mejores,
porque yo así me lo propuse y trabajo todos los días para ser
el mejor de los perdedores pero, eso sí, jamás un fracasado.
Cuando era niño perdí la ilusión y me frustré y me
enojé.. Cuando cumplí los doce me di cuenta de que había
perdido la infancia por culpa de mis padres. Cuando cumplí
los quince, la necesidad de trabajar para poder escapar de
casa me hizo saber que perdería también la adolescencia. A
partir de ese día entendí que tenía que hacer algo, que la vida
no funcionaba así.
De ahí en adelante, intenté por todos los medios dejar
de perder, sin embargo era imposible, cuanto más trataba de
evitarlo más perdía. Y perdí matrimonios, trabajos y mucho
dinero. Perdí posibilidades, perdí salud y perdí amigos. Perdí
también cosas insignificantes como billeteras, llaves y

40
teléfonos. Perdí el pelo, la capacidad de seducir y perdí
también algunos dientes.
Perdí, siempre perdí más de lo que gané. Entonces, a
los golpes, aprendí a perder y me convertí en el mejor
perdedor. De eso se trata la vida, de aprender a perder sin
dramatizar, sin enojarse, sin bloquearse, sin desparramar
culpas. Perder sin fracasar. Simplemente aceptarlo y seguir
adelante porque esa es la única manera de ganar que
tenemos los perdedores.
Mientras volvíamos en el auto en silencio podía observar
derrumbarse a un hombre que parecía invencible. Estaba
solo, viviendo en un campo rodeado de alambrados eléctricos
y por miedo a que le roben se había alejado de los hijos, de
los nietos y sostenía una relación esclavizante con una mujer
que sólo esperaba el momento en que se muera para al fin
poder vivir libremente. La demencia senil avanzaba tan rápido
que ya ni recordaba todos los agujeros donde alguna vez
enterró los dólares que había juntado. Y ahí estábamos los
dos, yo sabiendo que había perdido, pero él sumido en la peor
de las derrotas: la de ignorar que había fracasado.

41
Cumpleaños

Hace unos meses fue el cumpleaños de la albóndiga de


mi nieto. Cumplió quince años y no me dejaron llevarlo a
debutar. Dicen que eso era antes, ahora hay que esperar
porque por ahí él decide hacerse invertido.
Le compraron un disfraz del hombre araña. Lo usó todo
el cumpleaños. Sus amigos también estaban disfrazados.
“La supervivencia de la especie corre peligro”, anoté en una
libretita de apuntes. Estos pibes no la ponen más.

Papelitos de colores

El experimento comenzó en 1492 cuando los


conquistadores descubrieron que podían intercambiar los
metales preciosos de los nativos por espejitos de colores y
otras chucherías baratas que deslumbraban a los habitantes
de estas tierras. Y aunque parezca absurdo, el sistema se fue
perfeccionando hasta la actualidad donde casi la totalidad de
las personas entregan su bien más preciado, que es el tiempo
y su fuerza de trabajo, todos los días durante ocho horas a
cambio de papelitos de colores.

42
Burocracias biológicas, mostrador 4.

Miren el nivel de esclavitud al que estamos sometidos


que para darnos de alta en algo tan personal, subjetivo y
natural como la vida, tenemos que pasar por un mostrador del
Estado, hacer la cola, llenar los papeles necesarios, recibir un
número de ciudadano y luego, con todo eso, homologarlo en
la multinacional católica.

A contramano

Señores del consejo deliberante.


Mediante la presente y a los efectos de que el trazado
urbano tenga una correspondencia directa con la realidad
histórico política de nuestro país, exijo que de manera
inmediata se realicen los siguientes cambios:
1) La avenida Perón debe necesariamente tener una
intersección con la calle Alemania.

2) Por razones obvias debe dejar de ser “doble mano”.

3) Los vecinos que vivan allí deberán ser indemnizados.

43
4) La avenida Perón es inconcebible que no termine en la
avenida La Plata. Porque el peronismo siempre conduce a la
plata.

5) Las calles Piazzolla, Sábato y Pugliese no deberán ser


intersecciones ni tampoco circular paralelas en un radio de
500mts en homenaje a estos artistas que tuvieron que
exiliarse o sufrieron la persecución del dictador.

6) La calle Jorge Luis Borges, en su intersección con Avenida


Perón, deberá renombrarse: “Inspector de aves de corral
Jorge Luis Borges”, cargo al que fue degradado por el
dictador.

7) La avenida Atahualpa Yupanqui, en su intersección con


Avenida Perón, deberá circular con una sola mano en
homenaje al atentado con un martillo contra su mano hábil,
por facciones afines al dictador.

8) Los alumnos de las escuelas 34, 2 y Politécnica, ubicadas


sobre dicha avenida, deberán entonar los siguientes versos
antes de ingresar al aula:

“Perón es el líder.

Todos aman a Perón.

44
Todos cantan: ¡Viva Perón!

¡Viva el líder! ¡Viva!”

En homenaje al adoctrinamiento al que eran sometidos los


alumnos durante la dictadura del general Perón.

9) La librería ubicada sobre dicha avenida deberá


obligatoriamente destinar al menos un 30% de la estantería de
la vidriera a la exhibición de alpargatas, en homenaje a la
persecución en manos de facciones afines al dictador de los
jóvenes universitarios del 1945, a la voz de “alpargatas si,
libros no”.

10) La ferretería ubicada sobre dicha avenida deberá tener


descuentos de hasta 50% en alambre fardo para, como decía
el dictador, colgar a los opositores si hiciese falta.

Sin más, saluda atentamente.

Joen Vivienne Pedho.

Nicho 2.0

Señores del consejo deliberante.

45
Teniendo en cuenta la imperante crisis urbanística, la
falta de viviendas y de espacios verdes y que ya casi nadie va
a visitarlo quedando en estado deplorable y de abandono,
propongo se traslade el actual cementerio municipal a la
virtualidad. De esta manera, se propone crear una plataforma
en la internet en donde, desde la comodidad de su casa, el
familiar pueda visitar fácilmente y en cualquier ratito la página
de su fallecido, con fotos, videos y todo el contenido que
desee. Incorporar una tienda online donde el familiar pueda
comprar flores digitales, diseños nuevos, stickers como me
entristece o me encanta que te hayas muerto y hasta editar el
epitafio.
(Joen. Presentación de proyecto de ordenanza para la creación del
primer cementerio virtual. Consejo deliberante de la municipalidad
de Venado Tuerto)

Lloverá azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra.

Recuerdo corría el año 1995 y yo estaba pasando unas


gloriosas vacaciones en Río. Río Tercero, Córdoba. En
realidad se trataba de un retiro espiritual en un monasterio de
clausura.
Esa había sido hasta el momento. Una mañana
apacible, los pájaros canturreaban y los sacerdotes de
46
claustro lavaban a mano sus humildes ropajes al sol. Por fin,
cada cual a su manera, había encontrado la calma lejos de la
ira de las grandes capitales.
De pronto el día se volvió noche, las entrañas del cielo
comenzaron a convulsionarse y escupir una lluvia de fuego
sobre la ciudad. Realmente parecía el mismísimo apocalipsis.
Ninguno sabía con certeza lo que estaba sucediendo, aun así,
el sacerdote principal de claustro, que llevaba casi veinticinco
años encerrado ahí adentro, aislado, en silencio y
completamente impermeable a la realidad, se arrodilló en el
piso y con ambas manos levantadas, mirando al cielo, gritó:
—¡Es culpa del peronismo! El hambre, la corrupción
moral y la degradación humana a la que nos ha llevado
despertó la ira del Señor. Llévate a aquellos impuros. ¡Llévate
a los impuros, Señor!
Paradójicamente, antes de que termine su discurso, un
proyectil M754 cayó sobre la cabeza del sacerdote y a otro,
que sin duda venía en mi dirección, pude evadirlo gracias a
cubrirme detrás de Miguel, un joven seminarista que también
murió fatídicamente. Esa fue la primera vez que creí en Dios.

47
El bien y el mal

“Mire, doctor Dumont, la noción del bien y del mal es


muy subjetiva pero por sobre todo, temporal. Lo que para mí
está bien ahora, para usted está mal. Pero confíe en lo que le
digo, que cuando pase el tiempo y dentro de algunos años
nos crucemos nuevamente en algún bar, verá que el hecho de
haberme acostado con su esposa y habérsela sacado de
encima, para usted, en ese futuro, será lo mejor que le pasó
en la vida y en mi caso, el peor de los errores”

Se perdió Michifuz

Los gatos y los perros no se pierden, se escapan.


Buscan la oportunidad para huir de su prisión infame de
domesticación y salen en busca de ese mundo de placeres
infinitos detrás del portón que se les tiene prohibidos.
Así que, no querida, ¡Michifuz no se perdió! Huyó de tu
tiranía bienintencionada de piedritas sanitarias y alimento
balanceado, al Eden de la fornicación, las peleas nocturnas y
la ingesta de roedores.
(Joen a una niñita que lloraba pegando carteles buscando a su
gatito)

48
Comunismo de consorcio

Quieren que todo sea de todos porque cuando todo sea de


todos en realidad no será de nadie. Y cuando al fin todo sea
de nadie será el momento en que se lo queden ellos.

(Joen, en un acalorado debate sobre el supuesto avance del


comunismo en el consorcio del edificio respecto del uso del SUM y
la piscina)

El cerdo y el jabalí

De muy joven me tocó trabajar para pagar mis estudios


en una granja de cerdos de un pequeño pueblo a las afueras
de Praga. La zona lindaba con una reserva natural, por lo que
a veces diferentes animales salvajes se acercaban hasta el
alambrado que contenía a los cerdos. Una tarde, mientras
paleaba la mierda, observé el tímido encuentro entre unos de
los cerdos de la granja y un jabalí salvaje que se había
acercado hambriento a la valla. El cerdo estaba rechoncho,
con su piel impecable y vacunado, mientras que el jabalí se lo
notaba magullado, famélico, sucio y con viejas mordeduras
infectadas quién sabe del ataque de qué animal salvaje.

49
Se miraron. El cerdo con su hocico le señaló una rendija
en el alambrado por donde podría pasar a disfrutar de los
placeres del progreso y la civilización. Del alimento sin fin, de
la salud de las vacunas, los baños semanales y la buena
convivencia alejado del ambiente salvaje. El jabalí dio media
vuelta y volvió al monte.
Esa tarde, esos dos animales nos enseñaron realmente
el significado de la libertad, el sistema, el mercado y las
elecciones de vida. Esa tarde los que trabajábamos allí sin
duda fuimos un poco menos humanos e ignorantes y un poco
más animales y sabios.
Hasta que, caída la noche, prendimos un fuego y como
una suerte de llamado ancestral, matamos y calcinamos al
cerdo y más tarde, con varias copas de más, fuimos a buscar
las escopetas y salimos a cazar también al jabalí.

Rompan todo

¿Qué le aconsejaría a los adolescentes? Que rompan


todo. Sí, me escuchó bien. Que rompan todo. Pero no los
tachos de basura, los baños de la escuela o los autos de los
pobres laburantes. Eso es para niñatos principiantes. Si van a
romper, rompan todo lo que realmente hay que romper.

50
Si realmente quieren cambiar el mundo empiecen
rompiendo la dependencia con sus padres y exímanlos de la
responsabilidad de sus actos. Rompan con las relaciones
esclavizantes de autoridad y aprendan a ganar su propio
sustento. Rompan con los mandatos culturales y familiares.
Rompan con los rituales obligatorios. Rompan con los
vínculos enfermizos.
Rompan también los santuarios de los falsos ídolos.
Rompan la estúpida militancia política. Rompan lo instituido.
Rompan con el pensamiento lineal. Rompan con lo imposible.
Rompan esta democracia engañosa e injusta. Y lo más
importante: rómpanse a ustedes mismos en mil pedazos cada
vez que crean que ya saben todo.
Pero eso si, antes de irse, barran todo el desastre y
después se ponen a armar un mundo nuevo.

Comunista a los 20, capitalista a los 40, anarquista a los


60

Churchill decía “el que no es de izquierda a los 20 años


no tiene corazón, pero el que a los 40 lo sigue siendo, no tiene
cerebro”
A eso le sumo que quien sigue siendo capitalista a los
60 es un hijo de puta.
51
La vejez es el mejor momento para dejarse de lado,
despojarse de todo lo que hemos construido y ganado y
fogonear las revoluciones que cambien ese mundo
conservador y egoísta que hemos alimentado a nuestra
imagen y semejanza. Total, en el peor de los casos, en unos
pocos años ya no estaremos vivos para ver los resultados.

Cortitas y al pie

¡Pueblo! ¿Qué es más importante, comer hoy o saber que van


a tener para comer mañana?

(Discurso escrito para el gobernador de Formosa)

Cooperativas

Hace varios años colaboré en la recuperación de un conocido


periódico para que luego pueda reconvertirse en cooperativa.
Recuerdo haber estado varios meses en litigios judiciales y
hasta puse mi departamento en Recoleta en garantía. Cuando
todo se normalizó e hicimos la asamblea resultó que a mí, que
era su mejor pluma y además incuestionable director, me
querían poner turnos rotativos y entre otras cosas, una vez
cada quince días, tenía que hacer de sereno porque Miguel, el
52
hombre que se quedaba a la noche, no solo iba a escribir la
sección de deportes ese día, porque le gustaba mucho el
“fulbo”, sino que también iba a ganar lo mismo que yo.
Intenté explicar los verdaderos fundamentos del
cooperativismo acuñados por los pioneros de Rochdale, pero
fue en vano. Durante la asamblea me tiraron con un
redoblante por la cabeza al grito de:

“No queremos más patrón


fuera viejo maricón”

A los tres meses la cooperativa se fundió. Perdí el


departamento. Cuando salí de la última asamblea encontré mi
auto arriba de cuatro tacos. Me habían robado las cubiertas.
Al menos me llevé unos diarios para la salamandra.

“Crea cooperativas y te comerán los socios”.

La editorial

En mi viaje a Inglaterra estuve asesorando a varias


empresas de allí, que intentaban desesperadamente entender
cómo funcionaba Argentina. Recuerdo que en una reunión el
primer ministro de aquel entonces, con su conjunto de
asesores, discutían sobre la posibilidad de que en realidad
eran tan surrealistas nuestros políticos que podría tratarse de
53
una magistral jugada que encubría verdaderamente una
estrategia sorprendente de geopolítica.
Mi escritorio funcionaba en una dependencia dentro de
un ministerio intrascendente al que llamaban “La editorial”.
Estaba llena de escritores, guionistas, dramaturgos y
especialistas en ciencias políticas creando constantemente las
“narrativas” que dominarían el mundo a través de los medios,
y luego desde las redes.
Un día se determinaba que el limón era peligroso para la
salud, se buscaba algún informe o se le pagaba a algún
científico, y se enviaba a los medios para que se instale como
verdad. A los pocos días, la gente dejaba de comprar limones,
su precio bajaba e Inglaterra compraba todo lo que había.
Otro día, como por cuestiones comerciales había que quedar
bien con el cruento dictador de Uganda, se armaba una
narrativa sobre los avances del sujeto en la erradicación de la
isoca ñambutu culpable de un extraño virus
neurodegenerativo. Como realmente no existían ni el virus ni
la isoca, la gente solo percibía que las cosas estaban bien,
pero que estaban bien gracias al dictador.
Día a día, escribíamos los cuentos más surrealistas que
se pudiesen imaginar para que el mundo duerma y así poder
robarles por las noches.

54
El día que finalizó mi contrato, me di el gusto de
limpiarme el culo con el grueso cortinado del salón de eventos
del Palacio de Buckingham.

Volver al futuro en un falcón

Contra todos mis argumentos lo inscribieron a mi nieto


en una escuela técnica, donde lo encerraran durante 6 años a
estudiar la electromecánica de hace cien años. Porque, según
dicen, es fundamental salir de ahí con un oficio, quién te dice
que para cuando egrese se invente la máquina del tiempo y
pueda ir a buscar laburo a 1948.
No entienden el mundo en el que vivimos. No quieren
aceptar que está muriendo el sistema educativo tal cual lo
concebimos. Los docentes se aferran desesperadamente a su
estabilidad laboral y romantizan la educación cuando las
papas queman y les duele el bolsillo.
Los padres necesitan una guardería, los docentes
estabilidad laboral y el Estado, embrutecer sistemáticamente
las nuevas generaciones.
Al menos, espero que cuando se reciba, en el 2027, me
pueda arreglar el problema de carburación del falcón.

55
Mengele gano la guerra

Cuando era camarero de Perón en la quinta de Olivos


pude presenciar la reunión que tuvo con Mengele. Este
andaba siempre con una libretita que contenía seguramente
los resultados de sus nefastos experimentos realizados
durante el nazismo en la línea de la creación de una raza aria.
—Gracias, Josecito, ¿pero para qué quiero yo en el
peronismo rubios con ojos celestes?
Sentenció de forma socarrona mientras le indicaba el
lugar donde le darían los nuevos papeles de identidad a
cambio de algunos lingotes de oro y obras de arte. La
siguiente vez que lo vi, estaba de veterinario en el sur viviendo
en una humilde cabaña y rodeado de gatos mellizos y
siameses.
Jamás imaginé que hoy, setenta años más tarde, la
sociedad practique el aborto, la eugenesia y la eutanasia con
la misma naturalidad que lo hacia el “Ángel de la muerte”. Así
que, una de dos: o nos replanteamos la doble vara con la que
hoy juzgamos el valor de la vida o le devolvemos la matrícula
y le pedimos disculpas.

56
La diva de los teléfonos

Creo fue en un ágape celebrado en la embajada de


Gran Bretaña. Serían las seis de la tarde y estaba toda la
fauna oligarca tomando té. A mí me habían invitado porque
era el gurú del entonces gobernador, a ella supongo que
porque salía en televisión. Se me acercó y muy gentilmente se
me insinuó. Yo, que en aquel entonces no podía decirle que
no a una dama, y menos a una tan bella, accedí. Fuimos a su
apartamento en Viamonte y Talcahuano y pasó lo que tenía
que pasar. Al otro día, al despertar, me encontré solo en la
inmensidad de la cama. Me vestí y me dirigí a la cocina donde
me encontré con una señora muy viejita preparando el
desayuno. Supuse que sería la criada.
—Disculpe, abuela, dígale a Susana que tengo que salir
a hacer unas diligencias, que ha sido un placer y que con
gusto aceptaré otra invitación.
La señora de aspecto decrepito y larga cabellera rubia,
dio vuelta su rostro con notable enfado y en incómodo silencio
siguió untando con palta una tostada de pan integral.

57
La moral mosquito

No comprendo la lógica proteccionista que tiende a


abrazar solo a ciertas especies, en general las de mayor
tamaño. Elefantes, ballenas, vacas, etc.
Algunos por acción del hombre y otros de la misma
naturaleza, lo que sí es cierto es que muchos de estos se han
ido extinguiendo igual, como los mamuts, el smilodon “dientes
de sable” o los mismos dinosaurios. Esto demuestra en
principio la ignorancia de esta gente y lo fácilmente
influenciables que son.
Nadie habla, por ejemplo, sobre la importancia del
mosquito para el equilibrio del ecosistema, ya que estos son el
alimento de muchos insectos, peces, aves o incluso
mamíferos, como el murciélago. Si desaparecieran, estos
animales se quedarían sin su principal fuente de alimento.
También desaparecerían las plantas porque sin la polinización
de los mosquitos no pueden reproducirse. Y no veo a nadie
saliendo con carteles diciendo "salven al mosquito” o “no
maten al mosquito”. Por lo contrario, al primer zumbido salen
blandiendo chancletas.

58
Tránsito lento

¡Señor, no se da cuenta de que es un mero engranaje del


sistema político al cual usted mismo intenta combatir! Así que,
si quiere romper la maquinaria perversa y represiva del
Estado, empiece por girar al revés el engranaje y no a favor
de la misma, acelerando el mecanismo. ¡Gire al revés! ¡Al
revés! ¡Para el otro lado! Así, así. ¡Vaya caminando despacito,
derechito a la puta madre que lo parió!

(Joen frente a una manifestación que interrumpía el normal flujo


automovilístico)

El fin del mundo viene en bolsa de plástico

Que imbécil debe ser Dios y que frágil su creación máxima, la


naturaleza, para que después de haber logrado un equilibrio
perfecto durante miles de millones de años, conviviendo entre
erupciones de volcanes, sequías, inundaciones, glaciaciones
y meteoritos, aun así y entre todo eso, haya logrado, entre
otras cosas, el milagro de la vida en este planeta y que hoy
necesite que un pobre viejo pelotudo como yo se lleve las
cosas en la mano para no usar una bolsa de plástico porque si
no según usted se termina el mundo.

(Joen a los gritos en una conocida cadena de supermercados)


59
Nuevo mundo sintético

La sal enferma. El azúcar enferma. La leche enferma. El


huevo enferma. El arroz enferma. La harina enferma. La carne
enferma. El sol enferma. El agua enferma. El sexo enferma. El
beso enferma. El abrazo enferma.
El hombre oprime. La familia oprime. El trabajo oprime.
La empresa oprime. La monogamia oprime. El heterosexual
oprime.
La patria es facho. Progresar es facho. Cumplir la ley es
facho. Los datos son fachos. Los hechos son fachos. El orden
es facho.
La matemática es facho. El mercado es facho. La
propiedad es facho. Ahorrar es facho. Circular libremente es
facho. Proteger tu familia es facho.
No sé si es que yo estoy viejo pero este nuevo mundo
sintético, creado por el neocomunismo, me parece una
distopía barata y muy mal guionada.

El huevo y la gallina

Corría el año cuarenta y pico, primer gobierno de Perón,


y yo en ese entonces trabajaba de camarero en la Casa
Rosada, el puesto sin duda más importante que tuve en toda

60
mi vida porque fue el que me permitió el acceso irrestricto a
todos los lugares de poder y el de menos exposición y
responsabilidad.
Normalmente, Perón no tomaba vino, solo soda y le quitaba
las burbujas aunque cuando andaba medio mal de la
circulación se tomaba un whisky. Estaba muy solo y
demasiado acostumbrado a hablar y que lo escuchen por lo
que insistió en que me siente con él durante unos minutos. En
esa charla me contó el verdadero nacimiento del peronismo
que, a diferencia de lo que muchos piensan, no tiene semilla
en su estadía en Italia y su admiración por Mussolini; por el
contrario, eso fue la culminación de un proceso que comenzó
en su propia casa a los 9 años.
—En mi casa de Lobos éramos muy pobres, apenas si
teníamos unas gallinas y podíamos sembrar unas verduras.
Casi todos los días comíamos lo mismo: huevos y verduras.
Tortilla. Huevos fritos. Puré. Mi padre decía que nos teníamos
que acostumbrar a eso y que había gente que estaba peor.
Por lo menos nosotros mientras tuviésemos las gallinas y la
tierra siempre íbamos a poder poner una tortilla arriba de la
mesa.
Yo ya venía pensándolo hacia mucho, pero un domingo
en el que mi padre tuvo que viajar, tomé coraje y aproveché.
Maté las únicas dos gallinas que teníamos, las metí en agua

61
hirviendo, les saqué las plumas y preparé un puchero. Ese día
me juré que mientras dependa de mí, nunca más habría un
peronista que se quede con ganas de comer puchero.
—Claro, tiene razón mi general —repliqué con
automática e incuestionable obsecuencia, pero no sin
guardarme las ganas de preguntarle qué comieron el resto de
los días, ya sin gallinas y sin huevos.
—Salía a la noche a hacer justicia social con los vecinos
oligarcas que tenían gallinas, hijo.
—Viva Perón, mi general —contesté.

La hiperinflación de imagen

Del 2000 para adelante trabajé como jefe de imagen


para Alfonsín y gracias a la estrategia del “abuelito bueno”
logramos remontar la pésima imagen que tenía después de su
decadente gobierno, casi al punto de candidatearlo
nuevamente a presidente, sino fuera porque prefería darle
paso a otro invento del marketing político: su hijo Ricardito.
Cuando había terminado de plantear la estrategia y
empezaron a ver los resultados positivos, decidieron cancelar
mi contrato, seguir con mis ideas pero ejecutarlas con alguien
más barato. Don Raúl me llamó a su despacho y con la misma

62
cara de abuelo bueno que yo había fabricado, me preguntó
cuánto se me debía, a lo que respondí que quince mil dólares.
—Faltan mil dólares, Don Raúl —le advertí.
—No puede ser, contá bien, pibe —me respondió con
esa pose paternalista con la que subestimaba a todos y
encubría para la opinión pública su verdadero ser oscuro.
—Lo conté dos veces, don Raúl, y hay 15 mil dólares y
son 16 mil dólares.
—Pero como puede ser si usted me dijo 15 mil dólares
hace 5 minutos —me replicó, ya notablemente enojado.
—¿Cómo me va a decir que ahora son 16 mil, está loco?
—Ah, ahora viste lo que se siente la hiperinflación, viejo cínico
incompetente.
(Joen con Raúl Alfonsín, ex presidente que se retiro de su mandato
con una hiperinflación anual superior al 3000%. Lo que sería algo
así como 0,35% por hora)

Comunismo

El comunismo está formado por esa clase media universitaria


culpoburguesa que aspira a los mismos beneficios rancios,
soretes, mezquinos y dominantes de las clases altas
oligarcas, sólo que a través del Estado y con olor a porro.

63
Del orden de los factores

Creo que fue el año 1961 o 1962, cuando en uno de mis


viajes a París para visitar a mis padres y pedirles dinero, me
crucé con un traductor y conferencista con aires de escritor
que tenía entre manos una novela rupturista e innovadora que
por supuesto nadie quería editar. Tomamos un café y al cabo
de algunos minutos la charla tomó los carriles lógicos del
mangazo, o mecenazgo, ignorando que yo era más pobre y
desdichado que él. Puso en mis manos el manuscrito de una
novela llamada “Mandala”, cursi, demagógica y con berrinches
adolescentes sofisticados donde entre los peores pecados se
estigmatiza a la mujer colocándola en un lugar naif,
despreocupado e infantiloide. Prometí leerla, cosa que al cabo
de algunas páginas se me hizo imposible, y luego acercarla a
un amigo que trabajaba para Alfaguara.
Era tal la insistencia de este hombre que una mañana
por cansancio junté su manuscrito, completamente
desordenado como lo tenía, en un cajón, y se lo entregué en
mano a mi amigo. Me preguntó como se llamaba la novela y
como por supuesto no recordaba el nombre original,
“Mandala”, porque era un rebuscado guiño al budismo que
nadie que se levante a la mañana a trabajar iba a a reconocer,
inconscientemente le dije “Rayuela”, si total daba igual; pensé

64
que sería una más de esas novelas que quedaban
encajonadas sin leer en los escritorios de las editoriales.

De la incomodidad de lo femenino

Con Jorge teníamos una relación muy cercana. Él me


invitaba asiduamente porque decía que yo era el único con el
que disfrutaba escuchar, ya que todos los demás que lo
visitaban, en una suerte de contrato tácito, asistían a
escucharlo y él no tenía más remedio que llenar ese silencio
con Borges, ese monstruo que lentamente lo estaba
fagocitando. Él, sin embargo, disfrutaba escuchando mis
disparatadas anécdotas de vida, que era algo a lo que sin
duda nunca podría acceder, simplemente por la obligación
social de tener que ser Borges.
Una de las tantas veces que me tocó asistir al apartamento en
el que vivía, en la calle Maipú 994, me dijo, al ingresar, que
estaba cansado de Bioy Casares porque siempre se llevaba
las mejores minas y lo dejaba hablando con las viejas gordas
con aliento a 43/70, profesoras de filosofía y letras o
sociólogas de izquierda.
A Borges lo femenino lo ponía incomodo, le costaba
mucho sostener una conversación con una mujer bella por
más de diez segundos, sin embargo siempre insistía en que
65
antes de morir quería que salgamos una noche juntos de
farra. Que le oficie de lazarillo por las profanas tierras del
pecado, como él solía decir. Para luego, poder escribir algo al
respecto bajo su seudónimo “Benito Suarez Lynch”. Por lo que
una tarde noche, luego de apenas mojar los labios en una
copa de brandy, “Chorch”, como yo lo nombraba, que estaba
en pijamas, se dirigió hacia el vestidor que compartía con
María Kodama, se cambió rápidamente y entonces salimos.
Durante toda la noche se lo notó claramente incómodo,
aunque yo lo adjudiqué justamente a su nerviosismo con las
mujeres. Hasta que llegó un momento en que no aguantó
más:
—Vamos a casa, que me siento incómodo —me dijo con
una extraña sensación de dolor en su rostro.
—No es para tanto, Chorch —le retruqué—. Si te sentís
incómodo le decimos a las chicas que se vayan y nos
quedamos solos.
—No es eso. Es que presumo que otra vez María
guardó sus tangas en mi cajón de los calzoncillos y siento
como si tuviese la inclemente espada de Lævateinn de los
nórdicos entre mis nalgas.

66
Las venas abiertas

Una tarde de verano, antes de asistir al congreso de


filosofía política que se llevaba a cabo en un prestigioso hotel
de Punta del Este, ingresé a un local de una famosa franquicia
de comidas rápidas para tomar un tentempié antes de una
larga jornada. Mientras hacía la fila para recoger mi pedido no
pude evitar ver a un conocido escritor uruguayo que se
encontraba junto a sus nietos reclamando vehementemente y
con notable ofuscación a una empleada de la cadena por la
demora en los pedidos.
Mientras terminaba mi doble carne con queso, veía
cómo la filosa gillette del capitalismo atravesaba las venas,
ahora abiertas, de quien fuera el buque insignia del
culpoburguesismo latinoamericano, sucumbiendo en las tibias
aguas de la bañera infame de un mostrador de McDonalds.

Luces y sombras

Nunca me llevé bien con las luces. Ni con el éxito, ni con


la fama, ni con la exposición pública. Por lo contrario, siempre
ocupé cargos de formación o asesoría, siempre me mantuve
detrás del telón accionando las palancas necesarias para que
un puñado de mediocres se encandilen con las luces arriba
del escenario.
67
La luz deja en evidencia las imperfecciones y además
hace más grandes las sombras. Yo siempre me sentí más
grande en las sombras.
Una ex mujer mía me pedía que apague la luz para que
tengamos relaciones porque así sentía que era poseída por
un espíritu diabólico.

Fascismo criollo

A Perón y Evita juntos los vi una sola vez. Yo era muy


joven y asistía asiduamente a uno de los exclusivos cines de
Capital Federal. Ellos solían llegar tarde, cuando las luces se
apagaban y se sentaban detrás, para poder salir rápidamente
unos minutos antes del final y así no ser vistos. A pesar de su
infinita fortuna malhabida, conservaban esa culpa socialista y
ese metejón pretencioso de querer rodearse de pobres que
los adulen.
En ese momento las radios, los diarios y por supuesto
los cines estaban obligados a pasar la propaganda peronista
bajo amenaza de ser cerrados. Cuando terminó uno de estos
avisos que vanagloriaban al matrimonio presidencial, todo el
cine se puso de pie y comenzó a aplaudir. En ese momento
Perón le dijo a Evita:
—¡Ha visto, Eva, cómo nos quiere la gente!
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Un hombre que estaba en la fila de adelante se dio
vuelta y sin darse cuenta de que se estaba refiriendo al
mismísimo general dictador, en voz baja y temeroso les
susurró:
—Disculpe, señor, si no se para a aplaudir lo a van a
meter preso en nombre del general. Hágame caso.

La moral de consorcio, cuestión de mal gusto

En el año 89 recuerdo, habitaba un exclusivo


apartamento en una de las zonas más paquetas de Capital
Federal. Ahí, dicen, residía un conocido pintor al que le habían
comprado el nobel de la paz, la famosa diva de los almuerzos
y otro puñado de viejas oligarcas. En una reunión de
consorcio habían decidido unánimemente rescindirme el
contrato y expulsarme por ser considerado “de mal gusto” y
afectar la moral del consorcio.
Tenía cinco días para encontrar una solución, así que
salí corriendo para una librería e imprimí en un papel duro,
como el de los títulos universitarios, una falsa carta que entre
otras cosas decía que el Rey Juan Carlos I aceptaba mi
invitación y que llegaría en unos pocos días. Dejé la carta
“accidentalmente abierta” en el buzón, conociendo la
indiscreción del portero y su habilidad para regar el rumor. A
69
los pocos días toda la puta oligarquía no sólo habían
reconsiderado la expulsión sino que me prestaron dinero para
pagar el alquiler. Todos expectantes de la llegada del Rey.
Viví dos años gratis. Antes de irme, me di el gusto: pasé por la
mítica panadería “Flores Porteñas” y envié un pastel a cada
vecino en nombre del rey, agradeciendo los gestos conmigo.
Por supuesto, le metí la chota a cada uno de ellos, para que
aprendan que a veces el buen gusto esconde las peores
miserias. Al del falso nobel dos veces.

Mandamientos para un nieto Milei-nnial

1. Trata bien a todos tus amigos aunque sean


socialistas. Nunca sabés cuál de todos se convertirá en
tu proctólogo.

2. No le pidas racionalidad a gente que va en auto a un


gimnasio a hacer bicicleta fija.

3. Vivís en una sociedad de mercado, no te olvides. La gente


desenchufa a sus familiares por los costos hospitalarios.
4. Spinetta era músico, no inventó el Bypass, ese fue
Favaloro.
5. Cuidado con los carpinteros, son todos garcas.

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6. Si tenés menos de 55 años y crees que la tenés clara, es
probable que seas un pelotudo.

7. Ser empresario exitoso, abogado, actor o neurólogo no te


habilita a decirle a un pobre cómo tiene que vivir, pensar o
sentir. Quedate en tu country tomando limonada con pepino y
festejando año nuevo vestido de blanco y no le rompas las
pelotas a la gente que toma vino en caja hasta desmayarse
porque le duele el mundo que vos manejás.
8. Haber leído cuatro libros de economía nunca le agrandó la
poronga a nadie.

9. La empanada es de carne, la aceituna, las pasas y el huevo


son secundarios. No pierdas nunca el foco de lo importante.

10. Viví todo lo que puedas. Muchas vidas en una sola.


Racionalizá menos. Es lo único que vale la pena en este
mundo de mierda. Que en el cementerio, al lado de tu tumba,
te mirarán de reojo con envidia un millonario que jamás pudo
comprar tu experiencia de vida y la de un boludo, profesor de
yoga, que le sacaba el cuerito al pollo pensando que así su
vida sería más integra, armoniosa y por sobre todo, más larga.

71
Software y Hardware

Como imaginarán soy de la vieja escuela, sin embargo,


hoy es imposible gobernar sin un equipo de anteojudos
interpretando el algoritmo de la computación.
Cuando arranqué, el gobernador manejaba la Provincia
de Buenos Aires con una libretita de bolsillo y yo, para morder
una jugosa comisión, lo insté a comprar unas computadoras
Commmodore 64, con la promesa de que con ellas íbamos a
ganar todas las elecciones. La cuestión era que no sabíamos
ni prenderlas. Pero me quedo grabada una frase para
distinguir en ese entonces la diferencia práctica entre
Hardware y Software; Sofware es lo que se putea. Hardward
es lo que se golpea.

La liga de moral petrificada

Al ser un librepensador siempre sufrí los embates tanto


de izquierda como de derecha. También he sufrido varios
escraches, más aún en esta, la llamada época de la
cancelación, la dictadura del pensamiento acotado y
correctísmo político. Sin embargo, nunca he encontrado tanta
resistencia hacia mis ideas como en lo que yo llamé la liga de
moral petrificada.
72
Este disminuido pero persistente grupo de señoras de
bien, todas pitucas y perfumadas y de correctísimos modales,
siempre se manifestaban en contra de cualquier tipo de
progreso al que aspirara la ciudad. No importaba de qué
modernización estética o tecnológica se tratase, podría ser
cambiar una parada de colectivo derruida, reemplazar los
viejos adoquines por asfalto, pintar la fachada de una
institución, cortar un árbol peligroso o hacer algún cambio en
la telefonía de la ciudad, ellas siempre velaban porque las
cosas queden como estaban. Así, a imagen de semejanza de
ellas: viejas, deterioradas, anacrónicas y en desuso.

El hombre y la mujer

El tema es que el hombre es más básico. No está tan


conectado con lo emocional sino con las necesidades
primarias. ¿Tiene hambre?, come. ¿Está nervioso?, se va al
bar. ¿Está caliente?, fornica. La mujer es más compleja.
Siente hambre pero desconfía, porque puede ser angustia
oral, entonces espera un rato a ver si se le pasa. Le empieza
a doler la panza, entonces piensa que puede ser
premenstrual, menstrual o post menstrual. Por un lado se
queda tranquila porque no está embarazada; por otro, siente
que nunca va a ser el momento perfecto para tener hijos.
73
Entonces se frustra. Siente que se va a quedar sola. Se
angustia. Vuelve la ansiedad oral. Le da culpa porque si
engorda, el novio la puede dejar por una pendeja. Aunque si
envejece también, y es inevitable. Se angustia. Necesita la
aprobación de su novio. Le manda un WhatsApp. Lo recibe,
pero no lo lee. Siente ansiedad. Se toma un yogurt. Se toma
otro. Sigue teniendo hambre. Se siente gorda. Se relaja y
prepara una cena. Se siente mejor, liberada. Llega el novio
casi cenado de ver un partido con los amigos, por lo tanto casi
ni toca la comida. Ella lo siente como un rechazo. ¿Tendrá
otra mujer? ¿Porque no es como era antes? Se pregunta si
esta con el hombre indicado para formar una familia. Se
acuestan. Él quiere fornicar, ella no está de animo. Él se
siente rechazado, toma distancia. Ella lo nota, toma distancia.
Él se va al bar. Ella va al psicólogo.

La escuela

Joen, ¿podés dejar de meterle esas ideas retorcidas en


la cabeza a nuestro hijo? Ahora dice que no va a empezar
primer grado porque no quiere someterse a una institución
retrógrada y obsoleta, arquitectónica y conceptualmente
basada en el panóptico de Bentham, al igual que las cárceles
y los manicomios, donde se infunde la doctrina del castigo del
74
error y la formación estandarizada, orientada a suplir los
puestos más alienantes que el mercado laboral requiere, ¿qué
hacemos?
—Brindemos con champagne, amada mía, hemos
creado un ser libre.
(Charla entre Joen y su primer mujer cuando su hijo de seis años
despertó del sistema)

Piropos sin deconstruir

Me gustas cuando callas porque estoy como soltero.

(Joen, a Cristina su primera mujer en la fila para subirse al avión)

Oktubre en Nueva York

Hace varios años fui invitado a dar una charla sobre


liberalismo cultural en la universidad de Columbia en New
York. Luego me quedé de ilegal varios meses para conocer el
país. Caminando apaciblemente y disfrutando de la opulencia
absurda, decidí parar en uno de los mejores hoteles de la
quinta avenida. En general tenía por costumbre comer hasta
reventar y después cargarle los consumos a un número de
habitación cualquiera. Se preguntaran, ¿cómo sabía que esa
habitación justo estaba ocupada? Lo sabía porque antes daba
75
un paseo por el hotel y observaba los números de las
habitaciones donde había personal de limpieza.
El boludo que estaba en la puerta del restaurante me
dijo que no podía ingresar porque no tenia reserva pero al
mostrar la credencial de la facultad de Columbia me hicieron
pasar al vip del restaurante.
Pedí un plato de Faisán en cocotte au vin blanc y
cuando me disponía a untar la rodaja de pan de masa madre
con una manteca de finas hierbas del Himalaya se me acercó
un pelado de lentes para pedirme un autógrafo. Nos
quedamos toda la noche tomando Royal Salut, un whiskicito
medio pelo de unos tres mil dólares la botella, y hablando de
la revolución rusa. Ya se había puesto medio denso y
monotemático (como sus líricas), el pelado, así que me paré
para despedirme, no sin antes advertir que no le había
preguntado el nombre. Soy el indio me dice. Y como pensé
que me estaba tomando el pelo, arremetí:
—De alguna tribu de boludos, seguramente.
Se despidió notablemente herido ya que sin querer había
dado en la tecla.

76
La esperanza es el opio de los mediocres

Una vez, al llegar al aeropuerto de Miami, me dispuse a


caminar hasta la parada del bus que me dejara lo más cerca
del hotel de medio pelo que había contratado. En la puerta me
interceptó una limusina que aseguraba que alguien importante
quería conocerme. Por supuesto me negué y seguí mi
camino.
Al otro día, al salir del hotel, me encontré en la puerta
con la misma limusina, pero esta vez con la persona
importante.
—No entiendo por qué se hace el difícil. ¿Sabe la
cantidad de gente que daría cualquier cosa por subirse a esta
limusina? —me dijo este personaje patético, sin ningún tipo de
formación musical ni poética, fellatista de las multinacionales y
pseudo artista.
Fuimos a su mansión llena de abundancia y frivolidad y
por respeto escuché su bajada de línea sobre cómo se
solucionan los problemas sociales y políticos de Argentina. Me
llevé, solo de compromiso, cerca de catorce discos que me
había regalado y dejé mi dedicatoria escrita con dentífrico en
el inmenso espejo del baño: “la esperanza es el opio de los
mediocres. Con cariño, para Diego”

77
Antes de irme me limpié bien el culo con unas cortinas
de seda verde que tenía en el baño.

Del sentimiento propio

Los sentimientos son como un pedo. Nacen en lo más


profundo de nuestro ser y por mandatos culturales uno
termina por reprimirlos. A veces la gente insiste en que los
dejemos salir pero cuando por fin los sacás nadie los quiere
aguantar.
(Joen, Congreso iberoamericano de psicoanálisis freudiano)

Del sentimiento ajeno

Llegó un momento en la vida en que me propuse no


hacerme cargo de los sentimientos de los demás. Bajar los
umbrales de la empatía casi al mínimo para no seguir
sintiéndome responsable del sufrimiento y el fracaso de los
otros y enfocarme en mi felicidad personal.
Algo así como poder disfrutar un poco más sin que te importe
el otro, pero a la vez actuar como si te importara. Es como un
country-peronismo emocional.

(Joen, Congreso iberoamericano de psicoanálisis freudiano)

78
Los invisibles

Se puede ver la clara intención del mainstream al


fomentar el culto al arte pornográfico de pseudo artistas de
laboratorio en los cuales los adolescentes proyectan su
idealización. En general chicos jóvenes, de aspecto rebelde,
con poca formación, escasa cultura y aún menos talento que
son llevados al éxito de la mano de grandes multinacionales y
tirados a la basura cuando ya no sirven.
¿Qué es lo que nos intentan vender?
¿Que el éxito, la fama, el reconocimiento, los autos
caros, los yates y la vida obscena le puede tocar a cualquier
joven rebelde, con poca formación, con escasa cultura y poco
talento?
Por lo contario, su trabajo es distraer, esconder e
invisibilizar a los otros miles de jóvenes violinistas,
matemáticos, bailarines clásicos, escritores, científicos o
cualquiera que sea ejemplo de que el verdadero éxito lleva
años de trabajo, dedicación, pasión y aprendizaje.
¡Eso también es droga! ¡Eso también enferma!

(Joen, charla debate sobre nuevos paradigmas educativos. Escuela


primera numero 1. Amatitlan, Guatemala)

79
Del sexo y la felicidad

Antes de que el alumno termine la secundaria hay que


enseñarle a coger. No el aparato reproductivo, el ciclo de
embarazo y todo eso de anatomía, eso no sirve para nada.
Hay que enseñarles el ritual de la conquista y el sexo en todo
el sentido de la palabra. A tratar a una mujer, a interesarla, a
hablarle de cosas interesantes. Educarlos en el arte de la
seducción y el ritual del sexo, que es algo sagrado. A lidiar
también con el rechazo, con la frustración y seguir adelante.
Si así fuera, tendríamos menos embarazos no deseados,
parejas más felices y plenas o separaciones más armoniosas.
La gente bien cogida es feliz, aunque sea pobre. La
gente mal cogida no, aunque sea millonaria. Está siempre
enojada, tensa.
Si las sociedades practicaran el buen sexo al menos tres
veces por semana el mundo sería mejor porque la gente
estaría siempre de buen humor. Habría más telos que
cárceles, más viagra que antidepresivos, más consoladores
que armas y más profesores de bachata que psicólogos.

80
Máscaras virtuales

La gente utiliza la virtualidad no sólo por comodidad sino por


cobardía. Porque es más fácil despedir a alguien por mail, es
más fácil cancelar una reunión por WhatsApp, es más fácil
decirle a una gorda por Instagram que no hay talle. Por eso
Silvia, a pesar de que te estoy diciendo que no quiero verte
nunca más, al menos valorá que me vine hasta un locutorio
para llamarte al fijo.

(Joen, separándose de su segunda ex mujer)

¿Tomás?

Estaba en el fondo de un conocido bar de Manchester,


un lugar bastante oscuro donde solía concurrir toda la
juventud rebelde y punk de la ciudad. Si bien lo mío fue
siempre el tango tampoco me desagradaba el rock británico.
Empecé a cruzar miradas con una mujer cautivante. Su
mirada penetrante e inquisidora, curiosa y titubeante, hacía
despertar mi volcán dormido. En eso, vi venir a la cuarentona
exuberante, toda vestida de cuero, con un peinado salvaje y
una boca roja, casi diabólica. Nos apuñalamos a miradas. Sus
ojos parecían invitarme al pecado. Yo no era de los que se

81
resistían. La música estaba muy fuerte, creo imaginar que
sonaba el mítico tema de Eric Clapton que hace referencia a
la oscura dama de blanco.
Acercó sus labios a mis oídos, al punto casi de tocarlos.
—¿Tomás? —me dijo con una voz grave que hizo
temblar mis juramentos católicos y monogámicos.
—Nunca probé —le respondí con atrevimiento— pero
por usted me tomo un saque de mandanga y le prometo que
nos encerramos dos días en un hotel de mala muerte y nos
entreguemos a los instintos más animales, dejamos que
hablen nuestros cuerpos, que peleen en la guerra sagrada del
sexo prohibido y escatológico hasta que ambos terminemos
exhaustos y que sea esa calma solamente el trampolín para
tomarnos otro saque y volver a empezar. ¿Qué le parece?
—¡Le pregunto si se llama Tomás, viejo enfermo!

Que fluya

La nueva espiritualidad light pseudo hindú es un invento


de los verdaderos poderes para mantener a la población
quieta, sumisa y desespiritualizada.
“Deja que las cosas fluyan”, nos dicen justamente para
que dejemos que ellos hagan lo quieran y evitar que
intervengamos en nuestro propio destino.
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Si las cosas fluyen bien, debemos agradecer la
generosidad del universo y si fluyen mal, seguramente es un
aprendizaje.
Las civilizaciones que dejaron que las cosas fluyan
desaparecieron; en cambio, las civilizaciones y sociedades
que tomaron las armas y pelearon hasta ver agonizar a su
enemigo fueron las únicas que pudieron forjar su propio
destino y las que prevalecen hasta nuestros días.

(Joen, charla en jardín de infantes 903, Trenque Lauquen)

No hay mal que por bien no venga

Lo peor que le puede pasar a una sociedad no es una


guerra o un virus mortal, es la pasividad y sumisión ante el
destino que le eligen.
“¿Qué le vamos a hacer? No hay mal que por bien no
venga”
En esa frase se cifra el germen del fracaso y la
esclavitud. El abandono, la ignominia y la negación de aquel
que es capaz de justificar cualquier vejamen con tal de
encubrir su cobardía y genuflexión.
Yo tenía un tío bastante joven que era diabético y por
pereza y miedo a pincharse, siempre se negó a tratarse, al

83
punto de que un día tuvieron que amputarle de urgencia una
pierna. Cuando despertó en el hospital y se vio sin la pierna
derecha, hizo un largo silencio, sonrió, levanto la mirada y nos
dijo:
“Y bueh, es lo mejor que me podía pasar, tenia dos
uñas encarnadas que me estaban volviendo loco”

Amistad

La amistad no existe. Es un simple mercadeo egoísta y


miserable de emociones y necesidades. Yo me acostaría con
su esposa, Dumont.

(Joen, notablemente ebrio en su terapia semanal)

Prostitución

Una noche luego de terminar una conferencia en un


pequeño pueblo del interior de la Provincia de La Rioja y
varias copas después, cometí el grave error de preguntarle al
recepcionista del hotel por algún prostíbulo. Me avergüenzo
mucho, pero fue así, tal cual lo estoy contando. El
recepcionista inmediatamente levantó el teléfono y a los pocos
minutos llegó la policía. Sentí muchísimo pudor y acepté con
84
resignación lo que tuviera que pasar. Al cabo de un rato, me
llevaron al despacho del comisario quien, en tono firme, me
preguntó si yo era el que estaba buscando prostitutas en su
pueblo. Con voz de perro castigado le dije que sí y que estaba
muy arrepentido.
—¡No se me arrepienta ahora, amigo, que lo mandamos
a buscar porque ya están viniendo las chicas!

El precio de los sueños

Yo siempre tuve por costumbre preguntarle a mis hijos


qué soñaban. Siempre me inquietó el alcance y la potencia de
su imaginación que es, en definitiva, la única forma de
cambiar la realidad.
Jhonny nació en Kentucky, durante mi capacitación en
contraterrorismo en los Estados Unidos y soñaba con ser
astronauta.
Juan, el más chico, nació en Argentina, y no soñaba con
ser astronauta. A diferencia de Jhonny, Juan ni siquiera
soñaba con ser, Juan soñaba con tener todo lo que nos
faltaba. Ningún niño en este país sueña con ser astronauta,
porque hasta a los sueños se van devaluando.

85
Sócrates y el tratado epistemológico de la prioridad de las
cosas

“Platón ingresa a la cabaña de Sócrates, su maestro, al


grito de:
—¡Maestro, maestro! ¡He descubierto el sentido de la
vida!
Y Sócrates fiel a su costumbre de responder con
preguntas le dispara:
—¡Platón! ¿Qué es más urgente: el hambre de comida o
el de conocimiento?
—Supongo que el hambre de comida, maestro, ya que
un cuerpo muerto no puede absorber las encantadoras mieles
del conocimiento.
—Entonces dejame terminar de cenar y no me rompas
más los huevos después de las ocho de la noche.
(Conferencia sobre filosofía aplicada, Facultad de Filosofía y Letras
de la Universidad de Buenos Aires)

Vidas pasadas, vidas futuras.

Observo la negación como mecanismo de defensa en


su máxima expresión en la gente que justifica su presente
creyendo en la narrativa de las vidas pasadas o cree

86
fervientemente que el sufrimiento en esta vida le garantizará
una experiencia mejor en la siguiente. Y de esa manera
racionalizan su miseria, justifican su cobardía y postergan las
decisiones para hacer de esta vida, que es la única que
tienen, un lugar mejor.
Si existiera una nueva vida (en la próxima) me gustaría
vivirla alejada del dolor y la insatisfacción propios del
conocimiento y la racionalidad y entregarme sin culpa a la
frivolidad de ser un diseñador de interiores, una wedding
planner o un director de cine subsidiado por el INCAA.

Comunismo

El comunismo es como el jean. Lo usan todas las clases


sociales, combina con todo y nunca pasa de moda, a pesar de
ser vulgar y poco práctico.

Demagogia

La demagogia puede tener muchas caras siniestras, la


discursiva política es sin duda una de ellas pero la peor son
los historietistas e ilustradores que reducen todo a una
moralina naif, infantiloide y políticamente correcta. Como si

87
hacer mejor el mundo no se tratase de empuñar un arma y
ajustar cuentas con el poder y se redujera a un dibujito
entusiasta y simplón de un gatito abrazando un árbol al
amanecer y diciendo:
“El capitalismo no entiende que tenemos sentimientos”
Dibujitos plasmados en un libro con más de 500 mil
ejemplares vendidos.
Nota al margen 1: El libro se hace con papel.
Nota al margen 2: El papel sale de los árboles.

Verdades de aerosol

Luego de quedarse durante 35 noches en vela


esperando a los adolescentes grafitteros que le pintaban la
casa, una noche, finalmente, los atrapó con las manos en la
masa. Los metió a su casa y con la Bersa Thunder sobre la
mesa les empezó a hablar de filosofía, sociología, para
terminar dando una cátedra de política revolucionaria y
anarquismo. La charla duró casi cuatro horas e incluyó alcohol
y drogas. Los jóvenes, al principio temerosos del viejo loco, se
mantenían en silencio, aunque entrada la noche y las copas,
se fueron soltando. Estaban obnubilados por las palabras de
Joen. Al fin alguien les había explicado de una forma práctica
qué significaba ser rebelde y antisistema. Al finalizar, y
88
cuando pensaban que la noche había terminado, acompañó a
los jóvenes por toda la ciudad y con sus propias manos
estampó unas verdades de aerosol en la ciudad.

“Los reyes magos no existen, son los miserables de tus viejos.


Y al perro no se lo llevaron al campo, lo mataron porque
mordió a tu hermanita"
(Jardín de Infantes 903, salita azul)

"Estás lijando este grafitti y te sentís un pelotudo como el de


Karate Kid. Ahora te estás riendo y al menos te alegré la
mañana"
(Domicilio particular)

“Este débil escucha Lerner sin auriculares”


(Casa contigua de Joen)

“Sabemos que a vos te cabe la cola”


(Zapatería céntrica de la ciudad)

“Cachete, pagá las cuentas”


(A un reconocido estafador de la ciudad)

89
Piropos sin deconstruir

Quizá no me enamore de usted esta noche, sino de esa


absurda sensación inexplicable de fantasía a la que estoy
obligado para imaginarla conmigo.
Tal vez, lo que nos une no sea estar juntos, sino sentirnos
menos solos. Y descubrir en este estúpido sentimiento de
amor adolescente que toda esa construcción lógica se cae a
pedazos cuando aparece la magia inexplicable de desearnos.
¿Discúlpeme, señorita, me permitiría tocarle un poquito los
pechos?

(Joen, notablemente ebrio, en la barra del bar del Hotel Hilton


Buenos Aires, luego de una conferencia sobre Simón de Beauvoir)

En África no se consigue

Hace algunos años tuve el honor de acompañar al


embajador de Sudáfrica a un almuerzo de bienvenida donde
se hablaría de la posibilidad de traer inversiones al país.
Cuando llegamos junto al embajador notamos que a este
almuerzo estaban invitados políticos del oficialismo, la
oposición, algunos periodistas coimeros, empresarios y
dueños de medios de comunicación. El típico establishment
oligarca que normalmente estaba enemistado y eran capaces
90
de arrancarse los ojos por una porción de la torta y que ahora
de pronto se ponía de acuerdo para recibir a un inversor que
llegaba con dólares frescos del exterior.
La pintura era como la de la última cena de Da Vinci solo que
en versión conurbano. En el centro se encontraba el
presidente sin camisa y en vez de apóstoles variopintos había
directamente doce Judas, esperando el momento para
traicionarlo.
Hacía calor, así que estaban todos sudados, sin camisa,
riendo exageradamente, con la boca llena, algunos
abrazados, tomando un vino muy caro y calcinando animales
alrededor de un fuego. Para recibirlo le pusieron sobre un
plato unos crocantes intestinos vacunos calcinados, a los
cuales llamaban “chinchulín”, o algo así.
Luego de unos minutos, el embajador saludó cortésmente,
adujo motivos personales y me solicitó que me retirase con él
de manera inmediata.
El fuego, los gritos incomprensibles, la violencia verbal,
las vísceras asadas.
—Disculpe, Joen, mire que he visto muchas
aberraciones en mi continente, pero en Sudáfrica no estamos
acostumbrados a este tipo de rituales tribales.

91
Cultura

El gran problema de este país no son los políticos corruptos,


ni la economía, ni los terratenientes, ni Estados Unidos, ni
nada que se le parezca. El gran problema de este país es la
desculturización que se viene realizando sistemáticamente
desde hace 70 años. Porque un pueblo pobre, hambriento,
incluso abatido después de una catástrofe o una guerra, si
tiene cultura se aferra a si mismo y sale adelante. Pero un
pueblo desculturizado es un pueblo sumiso y condenado a la
peor de las miserias, la espiritual.

(Palabras de Joen a su hijo pequeño mientras cargaban un baúl


lleno de libros, durante la ola de saqueos del 2001)

El Maquiavelo del conurbano

Ya lo dijo Maquiavelo: “es conveniente ser temido y


amado a la vez pero dada la dificultad de esto y habiendo que
elegir una de las dos, es preferible ser temido” El miedo los
paraliza. Invénteles un enemigo. Un enemigo tan grande y tan
malo al que todos le tengan miedo.
Un fantasma que sobrevuele todo el tiempo, algo que
con solo agitarlo ponga a todos a temblar. Y ahí aparece
usted, el elegido para vencer ese enemigo. Y en ese contexto
92
de guerra se le van a perdonar todos los errores, porque todo
pasa a segundo plano en medio de una guerra. Se
conformarán simplemente con sobrevivir. No le hable a la
gente, háblele a los miedos de ellos, que es ahí donde
duerme su debilidad. ¡Hágase amo y patrón de sus miedos y
los conquistará para siempre!
Y después, vaya dándoles esperanza de a poco, a
cuentagotas. Le aseguro que cuando llegue a la mitad del
vaso lo van a idolatrar. Entonces quíteles todo, diga que fue el
enemigo, ¡y arranque otra vez!
¡Y vuelva a comenzar! Agitando nuevamente los
fantasmas y prometiendo que pronto volverán a estar como
antes. Anclándolos a un pasado tan pesado y grandioso que
jamás los deje avanzar.
No le tenga miedo a la justicia porque es ciega, no le tenga
miedo a la prensa porque es sobornable, no le tenga miedo al
pueblo porque no tiene memoria. Crea solamente en usted y
en nadie más. Bueno, también en mí, pero en nadie más.
Porque un buen político tiene todo, pero no tiene a nadie.

(Discurso de Joen extraído del libro titulado Joen Pedho: El


Maquiavelo del conurbano)

93
Promesas

La gente quiere escuchar propuestas, no les importa


como lo va hacer. Prometa una cosa y también lo contrario,
pero sin límites, porque es gratis.
“Vamos a legalizar las drogas y vamos a luchar contra el
narcotráfico”
“Vamos a condenar el maltrato animal y vamos a
exportar más carne que nunca”
“Vamos a acelerar las causas de corrupción aunque
haya que sobornar algunos jueces”

(Asesoramiento de Joen en campañas electorales)

El capital es la ignorancia

Durante mis asesorías en la función pública vi a mucha


gente hablando de la clase obrera y los trabajadores y no
sabían siquiera lo que significaba la plusvalía, ni la toma de
medios de producción y en el mejor de los casos creían que
Marx había sido un cómico famoso.

94
Fortuna

El ahorro de los pobres es la base de la mera


supervivencia.
La fortuna de los ricos es la consecuencia de las herencias,
de no pagar las deudas y de financiarse con el Estado.

(Charla debate “Implosionando la meritocracia”)

Clases de países

Hay cuatro clases de países en el mundo. Los países


ricos, los países pobres y luego están Japón y la Argentina,
dos excepciones que vale la pena remarcar. Japón es un país
casi sin recursos naturales, con poco territorio y que sufrió los
embates de dos guerra mundiales y dos bombas atómicas.
Aun así es una de las cinco economías más prósperas del
mundo y una potencia a nivel geopolítico. Y Argentina es el
caso inverso: teniendo uno de los territorios más extensos,
una posición geopolítica privilegiada y todos los recursos
naturales imaginables, se hunde lentamente en la miseria.
Sólo hay una explicación posible. Y es porque en Japón
no hay argentinos.
(Joen pagando una probation por golpear con su bastón a un trapito,
ofreciendo clases de geografía en una escuela primaria)

95
Cultura
—Hola, ¿hablo con el Ministerio de Cultura y Educación?
—Sí, ¿en qué carajo lo puedo ayudar?

Conicet
-Hola, ¿este es el Ministerio para la Investigación de la
Electrónica Compleja y las Altas Tecnologías"?
- Sí, ¡espere que no anda el portero, ya le tiro la llave!

(Anécdotas sobre su fugaz paso por algunos ministerios)

No pregunte si no quiere saber

Aquí estoy, sumido en una insoportable secuencia repetitiva.


Una calesita perversa plagada de trágicas distracciones. Una
absurda navegación entre el dolor y el tedio, entre la
insoportable sed de deseo y su efímero cumplimiento. Entre el
hambre dictador y el eros insatisfecho. Mi vida es una ilusión
que acaba en desilusión, un engaño que acaba en
desengaño, una admiración que termina por decepcionarme.
Pero claro, a usted en realidad no le importa. Usted no quiere
darse cuenta de que su vida es igual o peor que la mía. Usted
96
solo quiere que a su pregunta de cómo ando yo le responda
con la síntesis perversa, fría y desinteresada: “bien, acá
andamos”
(Joen cuando la teleoperadora de una multinacional de telefonía
móvil lo saludó y cortésmente le preguntó cómo estaba )

Fascismo

Al fascista no le alcanza con pensar cómo piensa y


sentirse moral e intelectualmente superior. El fascista tiene
que confrontar para convencer a los demás de pensar igual. Y
si acaso eso no fuese posible, perseguirlos, segregarlos,
humillarlos, ridiculizarlos y si fuese de noche, en un callejón
oscuro y sin testigos, eliminarlos.
El fascismo no sólo esta representado por Hitler o Stalin.
Ambos están muertos, sin embargo, el fascismo sigue más
vivo que nunca. Porque el fascista no necesita grandes
lugares de poder para inocular su veneno. El fascismo está
siempre latente en la vieja de matemáticas, en el inspector de
tránsito, en el taxista y en cualquier espacio en el que el
fascista pueda ejercer su miserable cuota de poder.

(Del seminario Mussolini, Perón y los taxistas: Camino al


pensamiento único)

97
Individualismo filosófico

Yo me creía muy libertario, autosuficiente y enemigo del


estado hasta que una noche no aguanté más y sucumbí a los
placeres prohibidos y gratuitos del Estado. Resulta que me
había salido en el glúteo derecho un forúnculo del tamaño de
un pomelo. Llamé siete veces a mi prepaga y como no se
había acreditado el pago no me querían atender.
Desesperado, ofrecí pagar nuevamente la cuota pero era de
noche y la parte administrativa abría recién por la mañana.
Finalmente hice lo que cualquier libertario de bien haría:
masticar el orgullo, agachar la cabeza y, sin que me vean, ir a
un hospital público.
Paradojas de la vida: cuando el libertarismo te hace
doler mucho el culo, uno no tiene más remedio que refugiarse
en el Estado.

Dios me cambió la vida

Un día me sentía solo, muy solo. No pensé que se


pudiera estar peor en la vida. Hasta que un amigo me empezó
a hablar sobre religión. Al principio me resistí pero luego me
llego la revelación y me sentí mucho mejor, porque me di

98
cuenta de que peor que sentirse solo es estar solo y
engañado.

De la propiedad de los seres vivos

Tu perro no es tu hijo, de hecho no es tu perro tampoco,


porque los seres vivos no tienen propiedad. Dejale el portón
abierto, a ver si te quiere tanto como vos pensás. Vas a ver
que se viene conmigo.

(Joen discutiendo en los tribunales con su segunda ex mujer sobre


la patria potestad del caniche)

Eventos paranormales

—¿Joen, cómo es eso de que perdieron las elecciones


contra el peronismo, por cuestiones paranormales?
—No voy a dar más detalles. Por favor, déjenme subir al
auto.
—Pero, ¿podría responder eso nada más, por favor?
—No hay que explicar mucho. Perdimos las elecciones por
cuestiones paranormales. Al peronismo lo votaron todos los
muertos de la ciudad.

(Conferencia de prensa luego de perder las elecciones)


99
Héroes anónimos

Y mientras veneramos los muertos, honramos los


muertos, leemos los muertos, escuchamos los muertos,
citamos los muertos y nombramos las calles como nuestros
muertos, a la vuelta de nuestra esquina vive en la más
absoluta soledad e indiferencia aquel que en silencio está
esperando morirse para poder al fin ser venerado, honrado,
leído, escuchado y citado. Es por eso que quiero presentar
este proyecto de ley para que las calles se llamen como los
héroes vivos de la ciudad. Pero no políticos, empresarios o
deportistas exitosos. Personas vivas que verdaderamente se
hayan destacado fuera de la búsqueda del poder o el dinero,
sino por el impulso de la pasión y el bien social común.
Es por eso que exijo se de tratamiento urgente al
consejo deliberante para tratar la ordenanza y nombrar la
actual calle principal como: Calle Arturo García “El loco
cartucho”.
En honor al linyera más conocido de la ciudad, por
alegrarnos todos los días y mostrarnos que existe una vida
plena más allá de las posesiones materiales.
Nada más, señor presidente.
(Discurso de Joen durante su etapa de concejal en el recordado
paquete de leyes insólitas que presentó antes de ser sometido al
juicio de insania por el que fue desplazado)
100
Ser gregario o ser Gregorio, esa es la cuestión.

Hay personas que aman a su familia o amigos. Algunos


solo aman a su pareja subordinando algo tan inmenso como
el amor casi exclusivamente a la tensión sexual. Otros,
defraudados por su propia especie, han desplazado el amor
hacia las mascotas, ya que los animales no tienen elección,
no tienen otra alternativa más que ser incondicionales, sino no
comen.
Yo, sin embargo, encuentro sentimientos tan complejos
psíquicamente como el amor en lugares casi inhabitados,
sitios donde todo el mundo circula diariamente, casi sin
prestarles atención. Amo una ducha caliente, una milanesa
con bastante ajo y perejil, una jalada de nutria furtiva en un
avión o regatearle trescientos pesos a un vendedor extranjero
ilegal. Yo encuentro el amor en mí y en mis pequeños actos.

(Joen borracho hablando con una estatua en una plaza)

Droga

Basta de decir que la droga mata. Van Gogh, Basquiat,


Dick, Tchaicovsky eran adictos a alguna sustancia y sin
embargo nunca se subieron a una moto y salieron a reventar

101
jubiladas; al contrario, utilizaban la sustancia para potenciar la
creación y hacer más bello el mundo.
La droga por sí sola no mata, lo que mata es la
ignorancia, el mal uso y el exceso. El agua en exceso también
mata, sino pregúntenle a Alfonsina Storni.
(Congreso internacional de lucha contra el narcotráfico. Sinaloa,
México)

Jaque al mate

Nunca confíes un puesto jerárquico de tu empresa a alguien


que toma mate en una tacita de café, de cerámica o de
silicona. Son débiles y timoratos a la hora de tomar
decisiones. Y ojo con los que no toman mate. Están a una
serie de Netflix de convertirse en asesinos en serie.

La revolución de los delantales

Sueño con el día en que los alumnos despierten y hagan


un paro general. Digan: hasta acá llegamos. Están jugando
con nuestra adolescencia, están manipulando nuestra cabeza,
se están cagando en nuestro futuro.

102
Ya no queremos manejar la fotocopiadora y el kiosco,
ahora queremos manejar la educación.
Ese día, docentes, gremialistas y políticos ya no podrán
decir más "lo hacemos por los chicos" y por fin quedarán en
evidencia quiénes discuten educación y quiénes dinero.

Democracia

Si los votos de todos valen uno (no importa si se es


licenciado en ciencias políticas, ex combatiente o plomero:
vale uno), entonces nadie tiene derecho a decirme a quién
votar, o cuál es la mejor o la peor opción para "la sociedad".
Eso es creerse más que el resto. Esconde en el fondo un
deseo epistocrático reprimido.
Suponer que hay una parte de la sociedad ignorante que
no sabe votar es antidemocrático o, para hacerlo más fácil,
facho, como les gusta decir a ellos.
La sociedad somos nosotros y ellos son el problema.
Por eso, el que se arrogue la autoridad de saber qué es
lo mejor para mí lo hará por tres razones: o es un pelotudo, o
es un manipulador hijo de puta o es un pelotudo manipulado
por hijos de puta.
Voten por sus propuestas, por su pasado o por tu futuro,
por lo que tenés o por lo que deseás, por lo que te conviene y
103
por tu bolsillo, por el bien común, tu religión o tu ateísmo, por
tu negocio propio o por tu laburo, por tus hijos o por tu perro.
No importa, nadie te puede enajenar del derecho a votar lo
que se te canta el ojete.
(Joen, seminario sobre ciencias políticas y sufragio universal.
Universidad de Cambridge)

El poder es como un traje prestado

Un cliente importante me invitó a su casamiento.


Naturalmente, como no tenía traje y no tenía sentido comprar
uno solo para esa ocasión, pedí uno prestado.
—¿Cuél querés?
—El más caro.
Cuando me vi con el traje puesto, me sentí diferente.
Qué se yo, importante, atractivo, sofisticado. Me jerarquizaba.
Después de casi un año, mi amigo me llamó varias
veces para que se lo devuelva pero yo sentía que ese traje ya
era mío. Que me pertenecía. Iba a tomar café al centro o al
supermercado con el traje y por primera vez los boludos me
decían “señor”. Finalmente lo tuve que devolver y volví a
sentirme el mismo pobre viejo de antes.
El poder es como un traje de prestado.

104
Fascismo practico

La mayoría de las veces, el fascista no es quien es señalado


como tal. Fascista es quien señala.

La educación secundaria

Al finalizar la Escuela Primaria la educación se vuelve


secundaria.

Coaching ontológico

Recuerdo que hace unos años me sentía muy solo,


desanimado y sin ganas de vivir. No pensé que se pudiera
estar peor en la vida. Sentí que mi vida no tenía sentido, que
había fracasado en todo lo que había intentando, que no era
bueno para absolutamente nada.
Me acerqué a la casa de un amigo, que practicaba tiro
deportivo, con claras intenciones de pedirle un arma prestada
para terminar con mi vida.
Empezamos a charlar y para no ser tan directo y que no
sospeche de los fines para los cuales usaría el arma, me
mostré alegre, positivo y con unas ganas locas de vivir y

105
disfrutar la vida y el presente. Paradójicamente, al verme así
empezó a confesarme que estaba pasando por un mal
momento en su vida. De pronto, me vi envuelto en su drama
personal por lo que decidí aconsejarlo rápidamente ya que yo
quería llegar a mi objetivo, que era conseguir que me preste el
arma. Él se mantenía en su negatividad extrema y sumido en
una gran depresión, por lo que tuve que hacer un esfuerzo
inmenso para mostrarme alegre, destruir cada uno de sus
argumentos pesimistas e intentar así contagiarle mi
positividad y unas ganas artificiales de vivir la vida. Finalmente
se sintió un poco mejor y aprovechando su buen humor le
pedí la escopeta.
Al final no me maté. Es obvio, sino no estarían leyendo
esto.
Esa inyección artificial de vida me llevó a estudiar coaching
ontológico, con “Sensei Adrian P.” Ahora, le hago ver a las
personas que la vida es hermosa y que merece ser vivida.
Repito algunas frases rimbombantes, los escucho treinta
minutos y les pongo objetivos incumplibles para garantizarme
que tengan que volver.
En lo personal, bien. Qué se yo. Hay noches que lloro
mucho. Otras, no tanto. Y los fines de semana bailo salsa.

106
Del orden de los factores

Cuando era niño le pedí a Dios una bicicleta para


poder ir a la escuela que quedaba a casi doce kilómetros de la
casa donde vivíamos. Tres años esperé y sin embargo la
bicicleta nunca llegó. La maestra de religión me dijo que Dios
estaba muy ocupado perdonando la gente que se portaba mal
como para ocuparse de mi bicicleta, que era un egoísta y un
desconsiderado y me hizo arrodillarme en maíz.
Entonces, al salir de ahí, me robé la bicicleta que a mi me
gustaba y luego le pedí perdón a Dios.

Déficit de atención

El déficit de atención es una condición que hace que


los niños de temprana edad gocen de una infinita libertad para
jugar saltar, reír, moverse y hacer varias cosas al mismo
tiempo. Además, los aborda una extraña lucidez y se dan
cuenta que no tiene sentido intentar satisfacer las
expectativas de una vieja de mierda que de niña estuvo en su
lugar y pudiendo escapar decidió quedarse dando clases toda
la vida dentro de la misma escuela y ser funcional a los
intereses de un sistema educativo anacrónico, estandarizado
y alienante.
107
Ruta

Si vos no elegís tu ruta alguien te elige la rutina.


De nada. Te ahorré dos matrimonios frustrados y varios
laburos de mierda.

(Joen a su hijo mayor)

Político

Ser político es una de las formas más deleznables de


sociópatia porque no solo abusa simultáneamente de millones
de victimas sino que su labor es convencerlas de que le sigan
prestando su consentimiento a través del voto para que ese
abuso se pueda seguir perpetuando y replicándolo también en
sus hijos.

Justicia

Hay una justicia burócrata y formal, chiquita, mezquina y


cobarde, de la cual aquellos con poder y dinero pueden
escapar fácilmente. Pero la condena social no se recusa, no
apela ni prescribe. Sepan que cada noche tendrán que
acostarse pensando si no será mañana el día en el que se

108
despierten, tomen su rico desayuno de naranjas exprimidas y
panes integrales y mientras leen la sección económica del
diario, para ver como van sus especulaciones financieras,
llegue uno de sus hijos llorando y gritando porque los rebeldes
le cagamos el picaporte de la puerta y le cogimos el perro
caniche.

Corrupción

La corrupción es todo eso que te indigna y asquea,


hasta que un amigo o familiar te acomoda en la función
pública para que te rasques los huevos o gastes fortunas en
ideas de mierda sin riesgo a fundirte.
La corrupción en Argentina no existe, es simplemente
una de las tantas formas de envidia.

Canciones de mierda

Entiendo a los músicos que son títeres de las


multinacionales y discográficas, que se vean obligados a
hacer canciones de mierda porque sino les rescinden el
contrato y no tocan nunca más. Pero que un artista emergente
o under lo haga me parece insultante. La música de mierda no
es inocente; perturba y corroe la mente de las personas. Así
109
como hay que pedir autorización para comprar una escopeta y
someterse a diferentes pruebas psicológicas, lo mismo
debería funcionar para comprar una guitarra. Y debería ser
penado con cárcel quien haga canciones de mierda.

Artista

La carrera del artista es como la del equilibrista. El


público naturaliza todo lo que hagas y siempre te exige más
porque en el fondo están esperando que te caigas y te hagas
mierda.

El arte

Hay tanto mandato, tanta estructura y tanto estándar en


el arte contemporáneo, que la libertad y la creatividad se han
mudado a la locura y al instinto.

Marketing

¿Por qué no venden un desodorante de ambiente con


fragancia a tierra llovida?
¿Por qué no venden un chicle sabor primer beso?

110
¿Por que hay miles clases de champú, pero el jabón
blanco siempre sigue siendo el mismo?
Porque para lo verdaderamente importante no hace falta
que alguien te diga que lo necesitás.
(Joen, luego de ser despedido de una famosa agencia publicitaria
donde trabajaba como asesor en comunicación)

Tatuajes

Los tatuajes son una forma de gritarle a nuestro entorno


lo que sentimos o pensamos y no nos animamos a decir. Yo
en cambio los usaría de una manera práctica, justamente
como una suerte de advertencia para evitar el mal trago de
tener que intercambiar fatigosos y repetitivos diálogos con
boludos.
Por ejemplo, me tatuaría:
“No dejo propina, es su trabajo atenderme bien”
“Sí, mamá, ya me lo contaste a eso”
O:
“No financio actividades irregulares, por lo que si quiere
limpiar mis vidrios o cuidar mi coche, primeramente dese de
alta en Afip como monotributista”

111
Toboganes

Creeré en la formación académica el día en que en la


Facultad de Arquitectura enseñen que en las escuelas hay
que poner toboganes en vez de escaleras.

Arte “In The Pendiente”

Cuando no hay riesgo no hay arte, hay repetición, y la


repetición no es arte, es producto. Y si la financia el Estado,
es propaganda.
(Joen en la Facultad de Arte, charla debate: “Arte independiente o
hipismo subsidiado”)

Masculinidad

En un congreso de psicología escuché que algunos


hombres suelen compensar su carencia de personalidad y
masculinidad exacerbando otras conductas. Los autos
llamativos, los perros peligrosos o el culto de la musculación y
los deportes de violencia suelen ser algunos de los artificios
que utiliza el boludo como forma de reafirmación ante la
impotencia de mostrarse todo lo débil e ignorante que es.
(Joen, columna de radio, “cómo coger siendo feo”)

112
El modelo finlandés

El éxito en las políticas educativas de Finlandia no


radica en lo novedoso o pedagógico de su método de
enseñanza, sino en que es llevado a cabo por docentes que
no son argentinos.

Acoso imaginario

Que no nos conozcamos no significa que no pueda


mirarla.
Que la mire no implica que vaya a hablarle.
Que charlemos no quiere decir que quiera besarla.
Que la bese apasionadamente, si usted me lo permite, no
necesariamente tiene que representar una obligación para mí,
como macho, de que tome la iniciativa de invitarla a tener
sexo en mi apartamento.
Solo quiero beber, mirarla toda noche y encender la
maquinaria infinita de mi imaginación. Y por más que se
enoje, me insulte, llame a la policía y un juez le de la razón y
me encarcelen por acoso, ninguno de ustedes podrá jamás
tener soberanía sobre lo que pasa en mi cabeza. Así que,
quiera o no, la orgía se hará igual.
(Joen, disertación sobre los límites legales del deseo, en el hotel
Hilton de Montevideo. En el bar. Borracho. A la camarera)
113
El boludo mágico

Uno de los tipos de boludos más peligrosos es en


general un adulto que tiene un serio anclaje en el
pensamiento mágico como refugio ante la realidad,
recordando que este consiste en una manera de llegar a
conclusiones basada en supuestos informales, erróneos o no
justificados y, frecuentemente, sobrenaturales, lo cual genera
opiniones o ideas carentes de fundamentación empírica
robusta. Básicamente, como su nombre lo indica, este tipo de
boludo cree que las cosas ocurren, llegan o se solucionan
mágicamente por el arte del azar, la energía, Dios o la
voluntad del fantasma de algún familiar muerto que lo ayuda.

En su estado menos avanzado presenta conductas


absurdas pero que no alteran del todo su comportamiento. Se
lo observa, por ejemplo, supersticioso a la hora de entregar el
salero en la mano o al abrir un paraguas adentro de una casa.
Sin embargo, cuando la enfermedad mental va avanzando, el
pensamiento mágico se agudiza y termina por suplantar a la
realidad, llegando al extremo de votar sistemáticamente a
gobiernos peronistas, pensando que el que viene será

114
definitivamente el mejor y el que los saque de la miseria y la
mediocridad, a la cual lo condenaron los anteriores.

(Joen, en su charla “Argentina: Un país que increíblemente no está


en África”)

Pulsión

Existe una sola pulsión que puede superar al amor, a


la violencia o al sexo. Es una sensación inexplicable e
incontenible que empuja al hombre, cualquiera que fuera,
quizás, al menos importante de los pecados. Y a este vacío
que nos han dejado los grandes pensadores de la humanidad
he decidido dedicarle casi cinco años de investigación; a lo
que para mí es la tentación más intensa a la que puede
sucumbir un hombre: la gula de una milanesa napolitana con
papas y huevo frito. Me avergüenzo, pero debo confesar que
una vez aporreé un linyera casi hasta la muerte con un
paraguas por defender una milanesa.

115
Falacia lógica del falso dilema o la construcción de la
auto infelicidad

La falacia lógica del falso dilema involucra una


situación en la que se presentan dos puntos de vista como las
únicas opciones posibles, cuando en realidad existen una o
más opciones alternativas que no han sido consideradas. Al
llegar a este país notaba que gran parte de la población se
dividía entre hinchas de River y Boca. Además de los muertos
en enfrentamientos de hinchadas, cabe resaltar aquellos que
murieron, por ejemplo, por infartos, mirando los partidos. Eso
sin contar males menores como depresiones, angustias,
desvelo, ansiedad, etc. Estas personas son presas de ese
esquema binario al que son empujadas ignorando que no hay
absolutamente nada que prohíba, por ejemplo, ser hincha de
River y Boca a la vez. Esto aumentaría notablemente su
calidad de vida.

(Joen cuando fue encontrado con la camiseta de River en el medio


de la hinchada de Boca)

Sindicalismo

Que pocas mujeres en el sindicalismo.

116
¿Qué pasa? ¿Hay que tener pene para extorsionar a los
gobiernos de turno?

(Joen en una conferencia aniversario de la CGT)

Confianza

Querido hijo:

Los gobiernos te defraudarán, tu pareja te mentirá, tus


amigos te traicionarán, tu familia te abandonará y aprenderás
que no debes confiar en nadie. Finalmente, llegará un día en
el que te tirarás un inocente pedo y te cagarás encima y
aprenderás que no puedes confiar ni siquiera en ti mismo.

(Cartas de un padre abandónico)

Razón

Yo no tengo razón. La razón es la afortunada de tenerme a


mí.

(Joen en un debate sobre política internacional en Washington. En


un bar)

117
Discriminación

En mi vida puedo enumerar cientos de mujeres que me


han discriminado y no han querido tener relaciones sexuales
conmigo a pesar de ser hombre, europeo, blanco, profesional,
hetero y profundamente liberal así que inclúyame también
entre las minorías damnificadas o acepte que la
discriminación también forma parte de la libertad de elección.

La cuestión de la discriminación racial no es algo ideológico.


Es una cuestión, ¿cómo decirlo?, "de piel" entre las personas.
Por eso tenemos que ser cautos y ante la duda "poner blanco
sobre negro".

(Joen en una conferencia sobre la marginación de las minorías)

Revolución

Muchachos, para que entiendan, la revolución es como el orto


estando acá adentro. Se lo hacés vos a ellos primero o ellos
te lo hacen a vos.

(Marco del Congreso interanual de filosofía política en las cárceles)

118
Marketing vs. Autoestima

Cuando era muy muy joven, había una publicidad en la


televisión francesa donde se mostraba a un joven feo,
tartamudo, de nariz prominente y con calvicie prematura
ponerse una colonia después de bañarse e inmediatamente,
al momento de pisar la calle, ser abordado por cientos de
atractivas mujeres. Ahorré durante muchas semanas
trabajando de jardinero hasta que me la pude comprar. Desde
ese mismo día dejé de creer en las publicidades, campañas
políticas y cualquiera que me diga lo que tengo que hacer,
pensar, comprar o creer.
Recién cuando lo descubrí por mi mismo y forjé un
pensamiento propio, acompañado por un autoestima
avasallante, digamos a los 28 años, pude lograr el “efecto
perfume”. Las mujeres de pronto se olvidaron que era feo,
calvo y obeso y empezaron a tener interés sexual conmigo,
igual que en la publicidad.
El mejor perfume es el que emana el cuerpo cuando
decidís ser vos mismo.

119
La televisión

Responsabilizar a la televisión por la estupidez social es


como culpar a la heladera por la desnutrición en África. Basta
de consentir la ignorancia y quitarle responsabilidad a la
plebe. Ellos son los culpables por acción u omisión de todo lo
que les pasa. Todo ciudadano tiene, además de la obligación
de trabajar y cuidar a su familia, la de formarse y educarse
intelectualmente para no ser dominado y avasallado por
programas de concursos y vedetongas de cuarta que se
candidatean a diputadas.

Revolución desde las trincheras all inclusive

Algún día voy a contar a detalle la triste historia de


Martin D. L, un pobre fracasado que se hizo escritor para que
le crezca la poronga.
El creía que con cada libro de Galeano que compraba
para guardar sin leer en la biblioteca, con cada cita de
Cortázar que publicaba en Facebook y con cada comentario
superador utilizando palabras complejas, propias de la
sociología o la filosofía, su pitito crecería más y más hasta al
fin poder cumplir el sueño de todo fascista culpo-burgués

120
pseudo intelectual: poder utilizar su poronga como objeto de
poder, para golpear y amedrentar a los demás.
Hoy, desde las confortables trincheras all-inclusive a la
que pertenece, sigue calmando su culpa burguesa,
blandiendo garrotazos de chota en los comentarios de diarios
y recitando pomposas consignas revolucionarias para cautivar
la admiración de jovencitas adolescentes.

La religión política

El peronismo y el catolicismo tienen ese tufillo a doctrina


única y totalitaria. Ambos se nos imponen casi desde el
nacimiento y estructuran el pensamiento de la plebe de
boludos que están siempre a la espera de un mesías, un
salvador que los despoje de su miseria. Prohíben el
librepensamiento haciendo ver a cualquiera que los cuestione
o disienta con ellos como hereje, sectario, peligroso y
contrario al bien del pueblo, justificando así su persecución,
censura y hasta muerte, en alguno de los casos.
Cuando llegué a Buenos Aires, conseguí una suplencia de
camarero.
Al bar donde trabajaba asistía todos los días a leer el
horóscopo un reconocido dirigente peronista llamado Jose
Lopez Rega, mano derecha de Perón e Isabelita. Como sabía
121
que era anticomunista, juntamos los escupitajos de todos los
mozos y personal de cocina y con eso le hacíamos el cortado.

Fascismo

Fascismo no es solamente milicos en la calle,


armados, entonando la “Avenida de las Camelias”. Fascismo
es que te digan qué votar, qué comer, qué pensar, cómo
hablar y cómo educar a tus hijos. Fascismo es también que te
digan que no podes escuchar Arjona y que tenés que
escuchar a Spinetta porque sino sos un ignorante y un boludo.

(Joen, charla sobre microfísica del progre-fascismo en el


conservatorio municipal de música de Rosario)

La lucha

Peleen por lo que les parece justo. No se dejen


avasallar por la autoridad. Griten. Si no los escuchan, ¡griten
más fuerte! Y si los callan, griten con sus manos contra los
pupitres. Porque en la lucha está la verdadera revolución.

(Joen en una charla para alumnos de primer grado de la Escuelita


Ernesto Sábato, en Chivilcoy)

122
Lucha de clases

Las clases trabajadoras no quieren trabajar, las clases


medias ya no tienen medios y las clases altas no están a la
altura de las circunstancias. Y como si fuese poco, los niños,
que son la esperanza del futuro, no tienen clases. Vayan
juntando palitos de helados porque, en 30 años, de acá nos
vamos flotando en una patera hacia África en busca de un
futuro mejor.

(Joen, charla motivadora para jóvenes emprendedores)

Comunismo teórico, capitalismo practico

Fui invitado a un debate intelectual donde expondría mi


teoría liberal contra un colega filósofo comunista. El evento
salió muy bien, colmado de un público que escuchó cómo
ambos expusimos y debatimos, con mucho respeto, nuestras
ideas. Al finalizar, nos pagaron y noté, con cierta inquietud,
que su cachet era siete veces superior al mío. Al consultar con
el organizador, este argumentó:
—Yo pienso como usted, pero las ideas del comunismo
son más populares. Y más entradas es más dinero.
123
El argumento era “irrebatible”: las ideas comunistas son
sin duda mucho más funcionales al capitalismo,que las ideas
capitalistas.
Al finalizar, llovía de una manera casi cinematográfica.
Un taxi, pago por la organización, lo estaba esperando y se
ofreció gentilmente a acercarme hasta su hotel, que quedaba
a pocas cuadras del mío. En el camino nos fundimos en un
intercambio apasionante de ideas por lo que decidimos
continuar la charla en el bar de su hotel. Entrada la
madrugada pedimos la cuenta.
—Yo tomé un whisky menos que tú, por lo que aquí te
dejo mi parte. Ah, y deja tú la propina que yo pagué el taxi —
me dijo sin titubear el mayor exponente intelectual de las
ideas comunistas, que no dudó ni un segundo en defender su
capital.
Para su cumpleaños le envié una botella de whisky de
regalo con una cita que decía: “para que te embriagues de
ideales”
Antes le había metido la chota adentro.

Feminismo ortográfico

Me costo mucho convencer a mis colegas de Europa de que


el feminismo en este país se trataba de un movimiento político
124
y no de una iniciativa de acción poética de correctoras léxicas.

Oxímoron

“Lealtad peronista” es un oxímoron.

4 junio del 1946

Ese día un argentino va al medico a hacerse un estudio


de rutina y cuando el doctor le muestra los resultados su vida
cambia para siempre.
—Tiene un adenocarcinoma progresivo e irreversible.
—¿Me voy a morir, doctor?
—Eso seguramente, como todos. Pero si los extirpamos
hoy, podrá seguir con su vida normal de progreso y libertad.
—¡No! ¿Está loco? Me lo voy a dejar, que crezca hasta que
prácticamente me consuma todos los recursos naturales, mi
educación, cultura, mis recursos económicos y mi libertad y
soberanía. Es más, lo voy a llamar Juan Domingo.

(Joen, chiste introductorio en el Congreso Iberoamericano de


Políticas Publicas)

125
Obsolescencia programada

Hay cosas a las que uno le agarra cariño y luego le


cuesta desprenderse de ellas, aunque le hagan mal o hayan
quedado obsoletas. Algunos estudios psicológicos lo
relacionan con el apego que el ser humano tiene hacia las
rutinas repetitivas o al hábito y, por otra parte, por miedo al
cambio.
Mi abuelo, por ejemplo, se negaba a mirar la televisión y
descreía de las noticias que allí aparecían porque confiaba en
su vieja radio a transistores. Mi padre, en cambio, se niega a
ver las redes sociales y sigue mirando las noticias en su viejo
televisor a color de 29 pulgadas. Aquí sucede lo mismo con
las doctrinas paternalistas, los feudos y el peronismo.

Al calor de la revolución

Cuando estudiaba en Paris, vivía en un pequeño


apartamento frente a la facultad. Se accedía a través de unas
eternas escaleras ya que en el piso de abajo funcionaba un
restaurante de comida griega. Desde la cocina del restaurante
asomaba una chimenea muy alta que finalizaba justo en mi
ventana. Por allí salían todos los gases, el humo y la grasa del
126
restaurante. Esto inevitablemente atraía de un modo
constante a una cantidad inmensa de cucarachas. No
importaba qué hiciera para eliminarlas, tarde o temprano y de
alguna manera inexplicable se volvía a llenar de cucarachas.
El fumigador me explicó que por más que las eliminara una y
otra vez se había creado allí un ambiente propicio para ellas,
por lo que irremediablemente volverían. La única alternativa
sería incendiar todo el edificio, me dijo entre risas y me
recomendó mudarme urgente de allí. Durante varios días
filosofé profundamente sobre qué era lo correcto, si emigrar y
buscar yo un nuevo ecosistema donde me sienta más
aceptado o bien quedarme a pelear para modificar el
ambiente actual.
Extrañamente, a los pocos días, alguien vertió algún tipo
de solvente por el conducto de ventilación del restaurante y
provocó un gran incendio. Los daños fueron tremendos pero
poco a poco la gente empezó a reconstruirlo. Al cabo de unos
meses el edificio estaba casi como nuevo y naturalmente,
cerrado el restaurante, las cucarachas empezaron a
desaparecer.
—Disculpe, Joen, pero no entiendo qué relación tiene
esto con la política nacional.
—Que hay que incendiar el país y se terminan las cucarachas.

127
(Joen, entrevista en el programa “Lazos de amistad”. Rio Cuarto,
Córdoba)

Palabras de esperanza

—¿Qué le diría sobre el futuro a los jóvenes argentinos


que recién están terminando la universidad?
—Que les quedan al menos ocho gobiernos peronistas
por delante y que la salida es Ezeiza.
(Joen, conferencia en la Universidad de Buenos Aires)

¿Que es la vida Joen?

La vida es esa enfermedad lenta y fatigosa, de miseria e


injusticia, que ocurre mientras los peronistas se disputan el
poder.

Extracción

En Argentina la gente tiene mucho miedo y hace cosas


insólitas para poder resguardar su capital. Recuerdo la
anécdota de un hombre que llega a un hospital, se dirige a la
mesa de entrada y les dice:

128
—Buenas noches, vengo a hacer una extracción.
—Pero, señor, esto no es un banco, es un hospital.
—Sí, es que me quisieron asaltar cuando entré al cajero
y me metí la Banelco en culo para que no me la quiten. ¡¿Me
van a hacer la extracción, sí o no?!
(Joen, en conferencia sobre Seguridad Jurídica de Capitales.
Santiago de Chile)

Los trabajos del futuro

En algunos pocos años (digamos, no más de veinte)


desaparecerán casi la totalidad de los trabajos tal cual los
conocemos y sólo aquellas personas que puedan adaptarse y
reconvertirse podrán sobrevivir. El resto dependerá
exclusivamente de las prebendas del Estado y la voluntad de
sus dictadores de turno.
Por ejemplo, en mi edificio vive un hombre que tiene uno
de esos lugares que reparan neumáticos pinchados. Pero
durante el fin de semana aprovecha las fiestas y la perversión
sexual que se va acrecentando y repara muñecas inflables a
domicilio.

El instinto de supervivencia

129
Somos una especie en constante evolución y vamos
aprendiendo a identificar las nuevas amenazas para
adaptarnos. Una amiga que estudia antropología social me
contaba que cuando ella iba a la discoteca y por ahí bailaba
con algún muchacho y este le preguntaba si vivía sola, ella
analizaba sus placas dentarias. Si las tenía completas era
porque quería tener sexo con ella pero si tenía muchos
faltantes significaba que quizá le querría robar.

El mate

En Argentina el mate es sin duda la bebida que más se


consume, por lejos; sin embargo, he notado que los hombres
no invitan a una mujer a tomar mate si no hay una intención
sexual subrepticia. Curioso.

Porteros

En la compleja fauna de boludos que habitan en el país


uno de los especímenes más apasionantes son los porteros
de edificios. Sé de agentes de la KGB y el Mossad que han
viajado a capacitarse con porteros de edificios para aprender
cómo sacarle información a alguien sin que se de cuenta.

130
De hecho, uno de los asesores de Nicolás Maduro es
Yefferson Castillo quien, valiéndose de su experiencia como
ex portero de edificio, lo ayudó a consolidar el régimen
autoritario que el ya había aplicado en su edificio. Horarios de
entrada y salida, control de visitas, generación conflictos,
autoritarismo y robo hormiga.

La post verdad

Una vez le regalé irónicamente el libro de Darrell Huff,


“Como mentir con las estadísticas”, a un gobernador peronista
del norte del país. Él lo acepto cordialmente y prometió leerlo,
cosa que yo sinceramente pensé que no cumpliría. Nunca
más lo volví a ver, pero al cabo de muchos años regresé a la
provincia y por supuesto el gobernador era el mismo, sin
embargo, me di cuenta de que efectivamente había leído el
libro de Huff que yo le había recomendado, ya que al ingresar
a la provincia había un cartel inmenso con su cara que decía:
“Peronismo: Combatiendo el sobrepeso en todo el norte del país
desde 1945”

La gran revista de Buenos Aires

131
Cuando llegué a Buenos Aires lo primero que hicieron
fue presentarme al Ministro de Cultura que gentilmente me
acompañó a recorrer la calle Corrientes y sus teatros. La
verdad es que la arquitectura era bastante buena, aunque
jamás pude superar ver a esas señoras mayores
semidesnudas haciendo el ridículo, con una decena de
bailarines afeminados orbitando a su alrededor, acompañando
a un viejo borracho, casi siempre cordobés, haciendo un
humor tan precario y poco cuidado como su dentadura. Al
finalizar la gente aplaudía de pie, incluido el Ministro de
Cultura.
Cuando salimos, a escasos cien metros del lugar, había
una conferencia gratuita de Borges en una conocida librería
donde solo habían asistido ocho personas. Recién ahí
comprendí la verdadera raíz de todos los problemas. Un
pueblo inculto naturaliza la miseria, la injusticia, el robo, la
corrupción y la mediocridad, porque un pueblo inculto no sabe
soñar.
Me quedé escuchando un rato a Borges y le compré su
último libro. Jamás lo leí. No se le entendía nada lo que
escribía, aún así es el mejor.

Método de Ludovico

132
Doce años de reclusión educativa para que podamos
"socializar" y nunca aprendimos a vivir en sociedad.
Doce años de matemáticas y todavía no resolvimos el
teorema de llegar a fin de mes.
Doce años de música y ya nadie silba en la calle.
Doce años de educación cívica y nos gobiernan hijos y
nietos de los mismos ladrones de siempre.
Doce años de educación sexual y hay cada vez más
abortos, violaciones y embarazos prematuros.
Doce años de ciencias naturales y cada año empeora la
ecología, el maltrato animal y la contaminación.
Doce años de química y aumenta cada vez más el
consumo de alcohol y drogas.
Doce años de lengua y un pueblo callado, sin palabras.
Señores, fracasaron y ganaron buena plata en el intento.
Algún día la sociedad verá una escuela como hoy se
mira una iglesia.
Ese día, por fin, las tirarán abajo y levantarán un
shopping o una de esas tiendas que venden cosas y juguetes
para mascotas o no sé, algo más útil que esa institución
adoctrinante, nefasta y obsoleta.

Cosificación

133
Yendo para mi oficina me cruce con una manifestación
de jóvenes muchachas exhibiendo orgullosamente sus senos.
Bajé la ventanilla y les pregunté cuál era el motivo de la
protesta.
—¡Estamos protestando contra la cosificación de la
mujer, abuelo!
Qué paradójico, pensé, protestan contra la cosificación,
justamente cosificándose.
—Ahá, muy bien, señorita. La verdad, hermosa la
protesta. ¿Y se podrá saber cuándo protestan de nuevo?

Facebook

Ayer le preguntaba a la albóndiga de mi nieto cómo se


hacía en la internet del Facebook para cortejar a una mujer.
Porque no entiendo si “Me Gusta” es referido a la publicación
o a la persona.
—Fácil, abuelo. Tenés el botón “Me Gusta” y también
pusieron el “Me Encanta”, que tiene un corazón, por lo que es
como algo más que “Me Gusta”. Pero ahora, al existir el “Me
Encanta”, poner “Me Gusta” queda como frío, desinteresado.
Aunque poner “Me Encanta” es como demostrar demasiado
interés. ¿Entendés?
Yo no se porque no ponen un botón “Vamo al Telo” y listo.
134
Zapatería cool

Fui a la misma zapatería de siempre pero ahora parece


que cambió de dueño. Pusieron luces led, música a todo lo
que da y a chicos jóvenes que no entienden nada de calzado.
Mientras esperaba que me traigan los zapatos me detuve a
escuchar una música tribal, de fácil comprensión, graves
profundos y melodía y letra repetitivas y vulgares para
empatizar con la masa de boludos sub culturizados que
asistían a ese lugar.
—¡Lo veo copado con la música abuelo!
—¡Si! Creo que logra su objetivo. Hace nada más diez
minutos que la escucho y ya me entraron ganas de fracasar
en la vida, victimizarme y votar peronismo.

Feminismo

Cuando voy a un bar y veo esos señores mayores, de


pelo incipiente y blanco, bebiendo whisky barato y acodados
en la barra desde donde lanzan miradas como penes erectos
hacia las jovencitas que están bebiendo con amigas, entiendo

135
la violencia y la irracionalidad del feminismo contemporáneo.
Lo que no entiendo es lo de los pelos abajo del brazo, eso sí
que no. Si te gustan los pelos, déjate la barba también.
Orgullo

Nunca entendí lo del orgullo gay. Tampoco el orgullo


negro, ni el orgullo americano. No entiendo qué relación
pueden tener el orgullo, que habla de un sentimiento de
autosatisfacción por algo que se considera meritorio, con
cómo o por dónde uno fornica.

Originarios

Es una falacia la terminología contemporánea que se les


da a los habitantes que ocupaban este territorio antes de la
llegada de los españoles. Si no les gusta el termino indígenas
pueden inventar otro, lo que sí, no es verdad es que fueran
originarios. No nos olvidemos que también había conquista y
muerte y ocupación de territorio entre las mismas tribus y
siempre mediante la violencia. Por lo que es imposible
determinar cuál es la civilización “originaria”, quiénes fueron
los que ocuparon ese territorio en origen.
Así que si sienten culpa burguesa y quieren homenajear
a los indígenas no le pongan nombres de caciques a sus

136
hijos, como Catriel, Teruel o Nehuen, intérnense diez años en
una tribu, sin luz, gas, agua e internet. A cazar y recolectar, y
si tienen suerte de no morirse de gripe a los treinta años, ahí
si, salgan a pelear con una lanza de caña, contra el Estado
por sus territorios.

Elogio de la soledad

—Me quedaré con el hombre que me quiera loca, histérica,


sensible, irascible, contradictoria y feminista.
—¡Anda comprándote un gato porque te vas a quedar sola
querida!

(Joen, gritando desde el techo de su limusina descapotable frente a


una manifestación)

Dios me proteja del proteccionismo

La moral selectiva de los proteccionistas es muy curiosa


y paradójica. Condenan la compra de animales de raza, que
viven en jaulas en veterinarias o criaderos y que merecen ser
rescatados, pero le dicen rescatar a arrancar a un perro de su
estado de libertad más pleno, que es la calle, donde circula
libremente comiendo lo que quiere de la basura, fornicando a

137
diestra y siniestra y autofelandose sin pruritos, para
depositarlo en un monoambiente, ponerle un pullover ridículo
y controlar hasta las veces que defeca.

Del devenir romántico de la pobreza


Hace algunos años asistí a la conferencia de un eximio
escritor que hacía sus masturbaciones intelectuales sobre el
escenario y en el afán de defender al gobierno deslizó que
detestaba las grandes capitales y la selva de cemento y que
prefería caminar por las afueras de la ciudad y dejarse
enamorar por el olor de la tierra mojada cuando es acribillada
por las impunes gotas de lluvia.
—Dejá de romantizar la pobreza, hijo de puta, vos
porque no vivís en el conurbano que cuando llueve no podés
salir, se rebalsan las cloacas y se llena de olor mierda el
barrio.
(Joen, en mitad de la conferencia parado sobre las butacas del
teatro)

Inteligencia

La inteligencia es un proceso cíclico: cuando te pasás


de inteligente corrés el riesgo de convertirte en un boludo.
Sino miren como penetra el socialismo en las universidades.
138
Fitness intelectual

Chicas, les cuento que la mente también engorda; se pone


fofa, lenta y muy poco sexi. Así que ejercítenla para cuando
se les caiga el culo y las tetas.

(Joen, comiendo churros frente a la vidriera de un gimnasio. Miami


Beach)

¡Ay, dios! o Hay Dios

Una sola vez fingí un orgasmo y fue por motivos de


fuerza mayor. Estábamos teniendo intimidad con una señora
muy atractiva, teóloga de profesión y especialista en la lógica
trinitaria. ¡La cuestión es que en el medio del acto sexual
escuchó la fatídica frase!
Si bien podía ser una simple expresión de placer
involuntaria, viniendo de ella y su alto conocimiento en
teología, me dejó dudando si no era una suerte de revelación
que me estaba haciendo. Si era tal cual ella afirmaba y Dios
139
existía, seguramente estaría, como dicen, en todas partes, por
lo que también estaría en esa habitación. No podía dejar de
imaginarme a Dios sentado en la silla donde yo había dejado
los calzoncillos colgando, mirándome con sus enormes ojos
que todo lo ven, engañando a mi esposa y pecando,
entregado desenfrenadamente a la lujuria cual si fuera un
neandertal endemoniado con convulsiones.
No podía arriesgarme, así que fingí el orgasmo. Patadita corta
como contractura isquiotibial y puse en valor ese talento
absurdo que tenía de poner los ojos bizcos. Me hice la señal
de la cruz, me vestí y me fui.

Virgo

La albóndiga de mi nieto se enoja porque cuando vienen


sus amigos hago siempre el mismo chiste. Les pregunto uno a
uno de qué signo son y cuando llega su turno y me dice Virgo,
todos explotamos en carcajadas.
No quiere que lo lleve a debutar, dice que hay mucho
olor a cigarrillo y que el whisky le hace arder la garganta.

El rock ha muerto

140
Antes, los jóvenes encontraban en el rock and roll una
bocanada fresca de rebeldía y desobediencia, pero poco a
poco fue perdiendo el carácter y se convirtió en un panfleto
pop, patético, desdibujado, genuflexo al estado, servil de las
discográficas y con la masculinidad de un pote de crema para
manos.

Libertad

Recuerdo que en el año 87’ intercedimos junto al


embajador de España y rescatamos unos somalíes de una
patera que venía naufragando a la deriva, sin agua ni comida,
y habían sido victimas de una organización de tráfico de
personas. Gracias a mi rol como negociador, logré entablar
contacto con varios gobiernos, embajadores y empresas
pesqueras para rescatarlos, asistirlos, darles alojamiento,
comida y luego asilo en diferentes países de Europa.
Finalmente, se organizó un acto, en Zurich, de entrega de
permisos de residencia para que puedan circular libremente
por todo el territorio europeo.
Si bien fue algo de lo que siempre me sentí orgulloso, a
veces, cuando llega el fin de semana y me siento un esclavo
teniendo que cortar el césped del inmenso terreno que tengo,

141
pienso que no hubiese estado tan mal éticamente, quedarme
aunque sea con uno de esos esclavos.

Profesora de lengua

En una conferencia sobre literatura y política, nos


cruzamos en un acalorado debate académico sobre la
importancia de Borges en el pensamiento político
latinoamericano, con una mujer claramente peronista que
detestaba la figura del gran escritor. Utilizando toda una
batería de falacias lógicas muy predecibles intentaba llevar el
debate hacia su terreno y con diferentes artilugios trataba de
dejar en evidencia que ella sabía más de Borges que yo,
solamente por ser académica en literatura.
Discutimos y ella guillotinó el debate argumentando que tenía
algo que yo no, un máster en lengua.
—Eso lo voy a comprobar en camarines.

Los astros desalineados

Algún día de 1989, en un almuerzo de negocios en la


embajada de Francia, donde participó el entonces presidente

142
Menem, sabiendo mi afición por el devenir de los astros, don
Carlos Saúl, se acercó a mi mesa y tímidamente me pidió que
le lea la borra del café en busca de alguna predicción
astrológica sobre su gobierno, que recién comenzaba, y sobre
el futuro de su amada Argentina.
Le pregunté su fecha de nacimiento.
—2 de Julio de 1930 —contestó entusiasmado.
—Usted es Cáncer —respondí determinante, mientras
revolvía con mi dedo índice el fondo de la taza de café.
Se mantuvo en silencio, con los ojos encendidos como
los de un niño, esperando que desarrolle mi predicción y
replicó:
—No comprendo.
—Que usted es Cáncer.
—¡Si ya sé que soy de ese signo pero dígame algo más!

—No tengo mucho más que agregar: usted es Cáncer. Ya


entenderá en algunos años.

Impunidad

Puedo putear en un semáforo sabiendo que por mi edad


nadie me va a pegar. Puedo colarme en la panadería, pedir
una docena de sanguchitos de miga especiales e irme sin
143
pagar con cara de “hoy no tomé las pastillas para el
alzheimer” o comer asado frío con mayonesa mirando porno
en el living del geriátrico sin temor a que alguien me diga
nada.
Es por eso que lo que más me gusta de ser viejo es que
me recuerda a esa impunidad que gozaba cuando era político.

Pensar con la izquierda y ejecutar con la derecha

—Señor Joen, ¿qué opina de esa contradicción social y


política que existe entre los que lo señalan como alguien
conservador, liberal y de derechas y los que se hacen eco de
sus ideas progresistas y cuasi anarcas que lo tildan de
izquierdas?
—Es que para los lactantes del Estado cualquiera que trabaje
en buena ley, progrese y quiera pasarse un mes en una isla
paradisíaca tomando champan y siendo abanicado por los
nativos es un facho. Y para los empresarios fellatistas del
poder, terratenientes, herederos infames de la conquista del
desierto, cualquiera que señale que gozan de privilegios
inmerecidos y que si fuera por el libre mercado ellos ya
hubieran perdido todo, es un comunista.
Yo pienso con la izquierda y ejecuto con la derecha.

144
Mal de Plata

El día que los afiliados sindicales aprendan a sumar y


restar con calculadora y se pongan a calcular cuánto le
descuenta el sindicato de su sueldo por ir quince días de
vacaciones a Mar del Plata, a un hotel sindical de dos
estrellas, con ventilador de techo, televisor color de catorce
pulgadas y un café con leche con tostadas, y decidan
renunciar al sindicato y empezar a negociar con sus
empleadores los aportes en negro por debajo del mostrador,
volverán los trenes de alta velocidad, las mejores aerolíneas,
se terminarán las villas, habrán cloacas y agua potable para
toda urbanización y todas las rutas nacionales del país serán
autopistas.
Será tal la demanda que probablemente en París tengan
que lotear los Campos Eliseos para levantar hoteles cinco
estrellas para alojar a estos boludos.

Refranes de Joen Pedho

1. Donde hubo socialismo, cenizas quedan.


2. Lo caro sale barato cuando lo paga el Estado.

145
3. La casa con buen cimiento no le tiene miedo al viento.
Salvo que la licitación la gane Enrique Cimiento.
4. Dime con quién coges y te diré quién eres.
5. El que siempre mal ha andado, termina preso y condenado
o trabajando en el Estado.
6. Más tira un pelo de concha que la reputación política.
7. A falta de partuzas, buenas son las tortas.
8. A buen hambre no hay saqueos.
9. El que vive de esperanzas muere de peronismo.
10. A río revuelto no se le notan los cadáveres de los
opositores.
11. El antiperonismo es un peine que conseguís cuando ya
estás viejo y pelado para irte del país.
12. Donde un peronista no puede meter la mano enchufa un
amigo.
13. Del dicho al hecho hay una campaña electoral.
14. Sin espuelas ni freno no hay opositor bueno.
15. Dios los cría, la iglesia los junta y el vaticano los condona.
16. Cuando un ministerio se cierra, una embajada se abre.
17. El peronismo se corta por la cabeza.
18. La mentira tiene patas cortas, pero en campaña la
subimos a una silla de ruedas para que a la gente le dé
lastima.
19. Si la mona se viste de seda, primera dama queda.

146
20. Quien nada debe no llega a intendente.
21. El que no llora no mama del Estado.
22. Una mano lava la otra y las dos, la plata en negro.
23. El peronismo te arranca los dientes y luego te aumenta el
pan.
24. El que tiene cola de paja no debe echar fuego sobre un
opositor.
25. El que a hierro mata, sindicalista muere.
26. Cuanto más alto escalés, menos ruido hará el escandalo
por corrupción.
27. El hilo de corrupción se corta por el peronista con menos
contactos.
28. No hay mal que peronista no venga.
29. El que se acuesta con peronistas amanece desclasado.
30. A buen emprendedor, facturación en negro.
31. Cuando la limosna es grande hasta los testaferros
desconfían.
32. Candidato a intendente que se duerme es concejal.
33. Cuentas claras no conservan el puesto político.
34. Al que calla, le otorgan (obras públicas).
35. Quien mucho aprieta, más abarca en el sindicalismo.
36. Dime de qué presumes y te diré en qué partido militas.
37. Al que madruga el peronismo lo fuma.
38. Cree el comunista que todos deben ser de su condición.

147
39. La culpa no la tiene el político sino quienes votos le dan de
comer.
40. Políticos municipales, problemas para nosotros. Políticos
nacionales problemas para nuestros nietos.
41. El diablo sabe por diablo pero más sabe por asesor de
campaña.
42. Cuando el río suena, saca la guita del banco.
43. Mal de muchos, democracia populista.
44. En boca de periodista, si antes entra la mosca.
45. Nunca digas de este partido no he de beber.
46. No por mucho militar, candidato más temprano.
47. Todo se puede perdonar, menos delatar a los
compañeros.
48. Ojos que no ven, obra realizada.
49. Todo tiene arreglo, incluso la muerte. Excepto perder el
poder.
50. Hoy por mí, mañana por mí.

Profecías de Joen Pedho

1. Desindustrialización:

El efecto Detroit se aplicará a todo el mundo generando


la desindustrialización necesaria para disminuir el crecimiento
148
económico mundial. En Argentina no será tan traumático
porque el peronismo ya lo viene haciendo desde hace medio
siglo. Vuelven a invadirnos los productos chinos. Vuelven los
“todo por dos pesos”. Se llamarán “todo por dos mil pesos”.
Se decreta por ley que el “Calamelo” es, también, moneda de
cambio oficial del país. Se elige al primer diputado chino.

2. Pobreza:

Esto acarreará una pobreza lo suficientemente grande


como para que, cada vez, masas más grandes de personas
dependan de las prebendas del Estado. El país se convierte
en una suerte de Cuba pero con playas de mierda. Se inventa
una maquina para cortar el grano de arroz al medio. Se
declara el guiso de arroz y el arroz con leche la comida
nacional. Científicos de CONICET, que cobran en dólares,
descubren increíbles nuevos beneficios nutricionales de
comer arroz.

3. Reducción poblacional:

El mundo es un lugar finito, al igual que sus recursos.


Donde comen dos, comen tres, pero no 7.8 billones de
personas. Así que la OMS lanza una batería de medidas para
reducir la población:
149
- Una línea de profilácticos saborizados de cheddar,
asado al carbón y napolitana con fritas, para incentivar su uso
y evitar embarazos.
- Distribución gratuita de muñecas inflables con cara de
famosas en hospitales y centros de salud.
- Cuando los niños se portan mal en la escuela sus
padres deberán ir a hacer un curso de responsabilidad
procreativa a la Planned Parenthood.
- Se lanza la Campaña “¿Estás segura? Mirá que un
pibe a esta edad te caga la vida”, donde se muestran todos
los problemas, amarguras y frustraciones que conlleva criar
un hijo. Las modelos también hablan sobre la aparición de
estrías y celulitis en los programas de chimentos.
- Se popularizan en los países nórdicos las Euta-Cab,
son receptáculos donde los viejos pueden meterse a dormir la
siesta eterna. Vienen equipados con periódicos, cenicero y la
filmografía completa de James Dean, Marlon Brando y
Humphrey Bogart. Cuando lleguen a la Argentina vendrán
disponibles con la aplicación para morir escuchando radio
Mitre.
- Una nueva corriente musical surge de las entrañas de
algún país caribeño subdesarrollado, se lo denomina
“Trapetón”. De pronto las redes sociales se inundan de este
nuevo género que promete ser el definitivo. Las líricas

150
simplemente están compuestas por verbos en modo
imperativo:

“Muévelo, agárralo, vótame, cállate,


chúpalo, vacúnate, dámelo, mátalo.
Drógate, duerme, despierta y consume.
Págalo, úsalo, tíralo y cómpralo”

Los viejos fracasados de las antiguas modas musicales


se pelean por hacer colaboraciones con estos nuevos jóvenes
que revolucionan las redes sociales. Estos son adolescentes
andróginos asexuados de una nueva tribu urbana que
permanece drogada o durmiendo durante 22hs al día. Solo
despiertan para subirse a cantar y luego vuelven a “hibernar”
al hotel cinco estrellas que le reservó la discográfica porque
no soportan la violencia, contaminación y la heterosexualidad
del planeta. Miles de jóvenes en el mundo los imitan.

4. Argentina se suma al Metaverso Global:

Gracias a las protestas por Twitter y a los miles de


hashtags, millones de usuarios son reconocidos por el gran
Metaverso Global y Argentina pasa a integrar la extensa lista
de países que lo componen. Al fin y al cabo solo hubo que
entregar la Patagonia. Esto permitirá, por fin, a la población de

151
la vieja Argentina real, poder obtener el reconocimiento como
ciudadano global del mundo. De esta manera, desbloquean
muchos tipos de vestuarios y, entre otras cosas, permiten
escuchar Trapetón sin límites ni publicidades y descargar
memes y stickers. En paralelo, el Presidente de Metaverso
Argentina, Lukitas098, le ordena al Presidente de la vieja
Argentina que instruya un comando de drones a la búsqueda
y captura de aquellos que aun se niegan a abrirse una cuenta
en el Metaverso Global e insisten con actividades
sanitariamente peligrosas como juntarse a tomar mate,
fornicar a pelo o caminar por la naturaleza expuestos a los
terribles virus de gripe y la radiación del sol.

5. Nueva religión única y global:

Por primera vez en la historia de la humanidad, una


diosa mujer guía los caminos espirituales del mundo. Se trata
de Siri 8.0., un complejo algoritmo de inteligencia artificial que
nuclea todas las religiones existentes en una sola y es
instalado mediante un pendrive en un ciborg mitad mujer y
mitad robot. Este, a su vez, tiene presencia permanente en las
redes sociales, por lo que uno puede bajarse la aplicación y
consultarle cada decisión a tomar para obtener una respuesta
inmediata de aprobación o rechazo de la diosa Siri 8.0.

152
Además tiene una base de datos de música que con solo
tararear, identifica la canción.
El prototipo en un principio tenía conexión bluetooth
para manejar los electrodomésticos de la casa y además, una
función que mediante scanner detectaba qué alimentos
faltaban en la heladera y gestionaba automáticamente una
compra online. Sin embargo, algunos colectivos feministas se
quejaron porque decían que una diosa no tendría que
dedicarse a tareas tan mundanas y despreciables como la
organización, alimentación y cuidado de la familia. Por lo que,
en una segunda etapa, se destinó esas tareas a Beta
Asunción 2.0., “la ciborg que nos ayuda en casa”, y Siri 8.0.
empezó a incorporar rasgos de mujeres más empoderadas
como Cleopatra, Mata Hari, Charlotte Corday, Shi Jianqiao,
Margaret Thatcher, entre otras.
Finalmente vio la luz de manera accidentada en la feria
de tecnología de Silicon Valley, ya que a mitad del discurso un
fundamentalista del oscurantismo retrógrado del viejo mundo
saltó al escenario a la voz de: “viva la naturaleza y el ser
humano, no a la puta dictadura del algoritmo” y bajó el
interruptor de la luz, dejando sin energía a toda la sala y, por
supuesto, a la diosa Siri 8.0., que demoró casi veinte minutos
en volver a cargar y poder retomar la palabra.

153
La clemencia y misericordia de Siri 8.0. hizo que se
perdone al terrorista y se le de a elegir entre la muerte o la
vacunación completa con su correspondiente pasaporte
sanitario, una cuenta en el banco, un rastreador permanente
de GPS y alistarse en el ejército blanco para combatir a las
fuerzas rebeldes del ejército oscuro, que quiere imponer el
mal de lo natural y humano.

Atardecer serrano

Hoy, en el ocaso de una gran vida, con varias pequeñas


vidas vividas, puedo decir que seguramente he cometido
muchos errores humanos, pero al ser yo de los más
reconocidos estadistas políticos, debo asumir un solo gran
error de cálculo: no haberle comprado el “Family Game” a mi
hijo, aun teniendo el dinero y haberle dado, en cambio, un
cassette de Maria Elena Walsh. ¿El argumento? No te dejes
obnubilar por los placeres mundanos y las distracciones del
capital.
Treinta y cinco años más tarde, y casi con una excusa
similar, mi hijo sentencia mis últimos días en “Atardecer
Serrano”, un geriátrico de mala muerte, entre rebanadas de
pan duro, mermelada de damasco light y enfermeras gordas.
Antepenúltima lección:
154
Cuidado que los valores que inculcás no se vuelvan en
tu contra.

La última campaña

Antes de partir, me gustaría que la vida me regalara la


última campaña electoral. Ya he llevado al poder a
empresarios, políticos, hijos de políticos, mujeres de políticos,
amantes de políticos, jardineros de políticos. También a
futbolistas, modelos, periodistas, economistas, cantantes,
médicos, chacareros, cocineros cool, etc. Después de un
tiempo hacer ganar a los más ignorantes, superficiales e
insensibles representaba el único desafío en esta ingrata
profesión.
Me sentí vacío. Durante muchos años me dediqué al
alcohol. Sí, al contrabando de whisky de Paraguay. Hice
mucho dinero, aun así me sentí vacío. Siento que la única
forma que tengo de reparar tanto daño que causé es una
última campaña. Poder finalmente llevar al trono a alguien
verdaderamente digno de él. Un tipo común, un albañil, un
almacenero, un médico de guardia, un tipo sin ninguna
instrucción política que por primera vez tenga la posibilidad de
dirigir desde el instinto, el sentido común y el corazón.
Ojala la vida y la SIDE me lo permitan.

155
Palabras finales de Joen Vivienne Pedho

La historia comenzó hace como un año y medio, un


domingo cualquiera, acá en el patio del geriátrico, donde al
igual que en las prisiones o en los manicomios, van juntando a
las visitas. Por primera vez en seis meses se me anunció un
visitante. Al principio pensé que se habían equivocado o bien
que podía ser una broma de Osvaldo, el dictador, dueño de
este vertedero de ancianos, que a pesar de su actitud
condescendiente, intuyo que por dentro disfruta cada una de
mis nuevas hemorroides. Pero no, era el gordo, y partir de esa
tarde debo reconocer que mis días cambiaron.
Con el gordo he cultivado uno de los vínculos más
importantes entre dos opuestos que parecen irreconciliables:
los jóvenes y los viejos. Hicimos un pacto de conveniencia
mutua: él me dá su atención, me ayuda a combatir la soledad
y también a ingresar algunas sustancias prohibidas al
geriátrico y yo, a cambio, le brindo mi experiencia de vida.
Exactamente igual que hace cincuenta años, cuando abuelos
y nietos caminaban por las plazas, antes de que aparezcan
estos vertederos de viejos, mal llamados geriátricos u hogares
de ancianos. El hogar del anciano es junto a su familia, sus
hijos, su esposa y en última instancia, si no tuviera, en su
156
casa, junto a su perro. Esto no es un hogar, esto es un sitio de
reclusión, al igual que la escuela, las prisiones o los
manicomios. Basta de eufemismos. “Atardecer serrano”, las
pelotas de mi tío Juan, esto es “Alcatraz Serrano”.
Cuando el gordo entró debo confesar que desconfié de
él, nunca me gustaron los gordos. Alguien que no se quiere a
sí mismo como para llegar a ese estado no puede querer a los
demás. Afortunadamente el tiempo no me dio la razón y aquí
estamos. Hemos resuelto una tregua temporal en esa
constante guerra del cerdo, citada por Bioy Casares, que
enfrenta a jóvenes con ancianos. Él deja de lado su teléfono
celular, su búsqueda incesante de quién sabe qué notoriedad,
su persistente terquedad y sus pajas, y yo, por mi lado, le
prometo algunas historias de vida que la vejez y la demencia
se han encargado de entreverar para al fin perder la certeza
de cuáles fueron reales y cuáles inventadas por mí para
presumir.
Según me cuenta, el libro está a punto de llegar a su fin, y con
este, su correspondiente alivio ya que luego de casi un año
voy a poder tomar la leche tranquilo por las tardes sin la
insoportable presencia del gordito. Por otra parte, no puedo
negar que su compañía ha callado muchas veces los
demonios que desde el balcón me llamaban insistentemente a
dar el paso final. No lo hice, no por mis hijos ni por mis nietos,

157
ya que no vienen nunca a verme, sino por Mabel, que es la
única que me convida cigarrillos y me trae petacas de vodka.
Y es a la pobre diabla que mandan todos los días a baldear la
vereda. Si me tiro la estaría condenando, al igual que hice con
todas mis mujeres, a que limpie el desastre que dejo.
El gordo me ha pedido un capítulo de despedida y me
enfrento contra la gran responsabilidad, primero de hablarle a
un lector que desconozco, y segundo, de decirle algo que sea
presumiblemente importante o trascendental. Que los deje
pensando, al menos, ya que es el final y los finales deben ser
contundentes. De esas cosas que se espera que digan los
viejos que han vivido mucho y ya están cerca de la muerte. La
verdad es que no tengo mucho más para contar que lo
expresado a través de mis vivencias en este humilde libro,
que espero compren y no mangueen, ya que una parte de lo
recaudado será destinado a conseguirme una chata nueva y
poder cambiar la marca de pañales por esos que vienen con
perfume ya incorporado y no aprietan tanto.
No me siento en la posición de darles lecciones de
moral a nadie; la vejez no necesariamente trae experiencia, la
vejez es el paso del tiempo y la experiencia, su correcto uso.
Yo sí puedo decir que lo usé, aunque quizá no siempre de la
forma correcta. El peor de los castigos de mi vejez
probablemente no sea esta prisión de insulso mate cocido con

158
leche y revistas Caras, sino la culpa y el arrepentimiento que
me asaltan por no haber hecho lo que tendría, o por haberlo
hecho mal.
Tengo medio controladas las salidas y las visitas, pero
seguramente en algún momento me haré, literalmente, una
escapada por la claraboya del baño de afuera, para alguna
presentación. Seguramente lo miraré desde atrás, para no ser
protagonista y hacerme cargo, como hice con todos los
sucesos importantes de mi vida.
Me inquieta saber qué piensan de mí, cómo me
imaginan. Si me juzgarán o si se aplicará en mí la impunidad
que protege a cada viejo hijo de puta con cara de abuelito
simpático.
Le encomendé al gordo que este capítulo que voy
escribiendo de puño y letra y de manera clandestina en un
papel de fiambre, mientras voy al baño, quede tal cual se lo
entrego. No quiero se corrijan las faltas (si las tuviera) ni se
modere el lenguaje de ninguna manera. Quiero que este
breve capitulo tenga la misma intimidad y libertad que siento
en este sucio baño donde estoy cagando ahora. Es por eso
que en una de estas sentadas creativas entendí realmente el
sentido de este libro. Yo no tengo ninguna autoridad que
proteger, ningún legado que cultivar, no descubrí la cura de
nada y ni siquiera he sido una buena persona.

159
Entonces, ¿para qué escribir un libro?
En un principio pensé que lo hacía para mí, y temí caer
en el error de mucho viejo mediocre que se hace escritor para
verter ahí dentro un puñado de anécdotas descafeinadas que
él presume importantes para que sus nietos o dos boludos
amigos algún día digan:
“Mirá que genio el abuelo, abrió una panadería a los 20
años y 65 años después se murió”.
No es mi caso, el libro no es para mí pero tampoco para
mis nietos, ni para reivindicarme ante ninguna tribuna de
boludos.
Entonces, ¿para qué escribir un libro?
Tanto trabajo, tantas horas dedicadas a un objeto ya
casi extinto al que pocos le dan importancia. Y ahí me di
cuenta de que era justamente para eso. Por la misma razón
que alguien paga para subirse a una montaña rusa, para que
le pase algo diferente, para exponerse a nuevas sensaciones.
¡Para sentir de una puta vez y cortar con una existencia
amorfinada e indolente!
Este libro es mi montaña rusa. Aquí me permití jugar y a
la vez sentir nuevamente esa adrenalina que creí que había
perdido.
La navidad se aproxima, intuyo que será una de las últimas
para casi todos. El gran gobierno global esta tratando de

160
destruir todas las viejas costumbres occidentales. Mi
compañero de habitación se ríe, me llama conspiranoico. Sus
nietos me darán la razón. Espero que los embates de la
demencia y los psicofármacos me den una tregua de unos
minutos por día para poder terminar este capítulo, el único
escrito por mí. Créanme que el televisor a fondo del geriátrico,
puesto en Crónica las 24 horas, y los casi 60 grados de calor
que hace en el living, por tener en pleno diciembre los
calefactores prendidos al máximo, porque a doña Hayde, de
doble apellido, la persigue la muerte y tiene frío, hacen casi
imposible poder concentrarme. Pero bueno, espero también
que los embates de la demencia y los psicofármacos me den
una tregua de unos minutos por día para poder escribir este
ultimo capitulo, el único escrito por mi.
De mí que nadie se preocupe, a pesar de que ya están
mostrando mi pieza con la promesa que se desocupa en
marzo. Yo creo que me queda al menos un libro más por
escribir, siempre y cuando el gordo me ayude. Está más solo
que yo así que, salvo que se caliente con alguna en el verano,
supongo que lo tendré disponible para escribir el libro que
verdaderamente quiero escribir (que quiero que escriba el
gordo, en realidad; yo con la tecnología no me llevo bien y a la
máquina de escribir me la prohibieron porque mete mucho
batifondo).

161
Hoy vino una enfermera nueva, una hermosa jovencita
de pelo oscuro y laceraciones de tinta en sus brazos.
“Son tatuajes, abuelo, ya le dije”
Disfruto de esos pequeños momentos. La piba se hizo
un toc toc. Algo así dice que se llama el programa de
computación que es como una emisora de televisión portátil
dentro de su teléfono celular. ¡Increíble! Ahí va contando el
día a día de su vida y como dice que soy un viejo copado me
pidió que hagamos una filmación donde yo le doy unos
consejos a la gente para estas fiestas. Sin ningún tipo de
expectativa lo hicimos e increíblemente lo vieron casi 700 mil
personas. No puedo creerlo, son como diez canchas de River
mirándome. Es increíble que todo ese potencial no sea usado
para el bien común sino para la estupidización social.
Comparto brevemente mi mensaje en ese toc toc:
Hola, soy Joen Pedho, y mis deseos para estas fiestas
son:
Desobedezcan a la OMS, el único virus mortal es el Estado.
Reúnanse en familia, cojan por donde cojan, los integrantes
no importa, mientras haya amor y respeto será la familia una
de las últimas instituciones que podrán voltear.
Si sos católico festejá la navidad y si no lo sos, como yo,
festejá al menos que es la narrativa de un tipo pobre, que tuvo

162
los huevos de luchar contra el poder y que ni aun matándolo
pudieron borrar su legado.
Abrácense, bésense y garchen, que ni 30 años de
campaña mediática y educativa por el miedo al sida, han
podido detener el ritual del sexo y el contacto físico.
Devoren animales calcinados alrededor de un fuego en
honor a nuestros ancestros cazadores que murieron lanza en
mano para enseñarnos a buscar nuestro alimento.
Embriáguense hasta perder el conocimiento, que es por
el momento la única droga legal que nos permiten para olvidar
el estado de esclavitud, pobreza y miedo al que nos tienen
sometidos.
Pisen el pasto descalzos, báñense desnudos, acaricien
un perro, tomen sol y caminen bajo la lluvia. Que ninguna
narrativa ecológica se podrá imponer por sobre nuestro
instinto de pertenencia a la naturaleza.
Descansen. Apaguen el teléfono. No hagan nada. No
pierdan el tiempo en subir las fotos de la comida o en posar
con familiares. A nadie le interesa qué comen, con quién
están o cómo se vistieron. En serio. No pierdan tiempo, vivan
el momento.
Hablen. Conversen. Acérquense a ese tía borracha, a
ese tío facho, a ese abuelo que desvaría y escúchenlos
atentamente. Hay un mundo entero por descubrir detrás de

163
cada persona. No planifiquen tanto. Planificar y ejecutar
puede servir para una empresa pero no siempre para la vida.
Necesitamos más sorpresas, necesitamos más improvisación,
necesitamos más instinto.
Sé vos. Pensá en vos. Priorizate vos. No es egoísmo, no
es mezquindad. Es amor propio.
Por la ventana de la habitación ya puedo ver los adornos
navideños de un año muy particular, el primero de todos los
que me falten, ya que estaré aquí en “Alcatraz Serrano”,
completamente privado de mi libertad y dignidad, pagando las
culpas por haber sido un mal padre, hasta la hora de mi
muerte. Es por eso que si pudiese volver el tiempo atrás,
quizá ya no le dispararía con el rifle de aire comprimido a los
que tiran cohetes en las fiestas, ni daría esas charlas contra el
consumismo navideño en las escuelas primarias. Si pudiese
volver el tiempo atrás, antes de morirme me gustaría gritar un
gol de Boca hasta quedarme sin voz. Ahí, en el medio de
cientos de hombres semidesnudos, ebrios y transpirados. Y
abrazarlos con la ferviente convicción de que la felicidad es
eso. Me gustaría también ir a votar a un gobierno peronista
con la ilusión de que esta vez sí, este no nos miente, este es
honesto y por fin nos va a sacar de pobres. Me gustaría abrir
una rotisería y facturar todo sintiendo que así estoy ayudando
a la construcción de escuelas y hospitales para mi país.

164
Casarme pensando que va a ser para siempre. Darle una
moneda a un vagabundo con la esperanza de que no se
compre vino y se busque un trabajo. Leer un diario y creer lo
que dicen. Darle la bordeadora al vecino con la esperanza de
que la devuelva. Prestar libros. Y, por supuesto, si pudiese
volver el tiempo atrás, me disfrazaría de Papá Noel solamente
para que, por unos segundos, me abracen mis nietos.
Aunque sé que faltan unos meses, me gustaría, antes
de morir, ser aunque sea una sola vez en la vida el boludo
que se le quema el asado, el que prende la cañita y sale
disparada a lo del vecino o el que tiene que ir a la guardia por
un corchazo de sidra en el ojo. Me gustaría ser ese padre que
por esa noche olvida las cagadas de sus hijos y, aun así, se
funde en un inexplicable abrazo con ellos, olvidando los seres
ignorantes y amorales que ha formado. Me gustaría saber
mentir en el truco y decir la verdad en la vida y no al revés. Me
gustaría tener esa inocencia que me haga más feliz, esa
ignorancia que me haga más impune, esa inconciencia que
me haga más valiente. Me gustaría tener un poco más de ese
pensamiento mágico que hace que los boludos sigan adelante
con la misma ilusión con la que un niño de la villa le escribe
una larga carta de regalos a Papá Noel. Si pudiese volver el
tiempo atrás a un solo día volvería a alguna de todas esas
navidades que desperdicié leyendo a Nietzsche, creyendo que

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estaba creando un mundo mejor matando a dios y, en cambio,
le pediría a Papá Noel que me traiga un poco de ese engaño,
de esa distracción, de esa ignorancia, de esa mediocridad
necesaria para ser feliz en la vida. Si pudiese pedir un solo
deseo, pediría dejar de ser quien soy y poder disfrutar durante
24hs de eso de lo que tanto renegué durante toda mi vida y
que forma parte de la esencia de este libro. Pediría tener lo
único que jamás tuve ni podría comprar: la pasión de los
boludos.

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