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INTRODUCCIÓN

1.
1!

-Pueblo, grupos sociales, clase, estratos, sociedad civil: no


son simplemente denominaciones o títulos que las ciencias
sociales colocaron a un fenómeno, sino que constituyen el
centro del torbellino en torno del cual han girado los conflic-
tos políticos y debates teóricos de las ciencias sociales. Cada
uno de estos términos representa, a su vez, las construcciones
sociales de cada época respecto de los lazos que se constru-
yen entre las personas y los grupos ·Y cuál es justamente el
contenido, la fibra de ese lazo: la solidaridad, los espacios
compartidos, los sufrimientos comunes, la identidad. .
EJ nuevo siglo, más que marcar un rumbo definido, pare-
ce presentar un escenario cambiante que, semejante a un ca-
leidoscopio, no logra afianzarse debido a una gran cantidad
· de tensiones: las fuerzas de la globalización frente a la sobe-
ranía de los Estados nacion,ales. Ese mismo Estado puesto en
cuestión se enfrenta también a planteos internos provenien-
tes de una sociedad civil cada vez más heterogénea; ella mis-
i:na se fragmenta en grupos sociales, culturales y políticos,
disp ~ rso y diferenciados, reticentes a ubicarse en torno de
un espacio ordenador y dador de sentidos compartidos. Pare-
ciera que ya no existe un espejo, un reflejo, donde el conjun-
to, ? amplios grupos de la sociedad, puedan mirarse y
reconocer en él un destino más o menos común.
Estos son los aspectos que están en juego y sobre los cua-
les se basa buena parte de la discusión de las ciencias sociales.
¡ , A su vez, lo que podríamos denominar "clima de época'' se
!

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22 Se1-gio De Piero Introducción 2'3
estructura como una creciente dificultad para pensar y desa- años, la literatura ha sido más qu'e extensa sobre este tema ..
rrollar lazos sociales y comunicativos que refuercen la vida en Gracias a ella y a varias investigaFiones, hemos conocido el
común. Por una parte, se erósionaron las construcciones po:.. desarrollo que han tenido .las organizaciones en nuestro país,
líticas que alimentaron las distintas constelaciones de agrupa- sus áreas de trabajo, las diversas metodologías que se llevan
miento que conocimos en el siglo XX, . de la mano de los adelante, las articulaciones con el ;Estado y el sector privado,
partidos políticos y las ideologías de transformación. Por la algunas clasificaciones. En este sel).tido, ha salido a la super-
otra, se rompieront los mecanismos de inclusión social, una ficie un mundo sorprendente de experiencias y construccio-
suerte de contrato que ligaba a las personas entre sí y estable- nes sociales que dan cuenta de ¡un movimiento social e.lil
cía algunas pautas (en ocasiones mínimas) de seguridad y per- . transformación. Como veremos, 1 ~ dispersión es una caracte-
tenencia a la comunidad que se construyó en torno del rística del sector. Ante esta considerable diferenciación que el
Estado naCional; nos referirnos, claro está, al fin del Estado tema genera, la justificación de es ~ e libro es la de trazar uná
de Bienestar en sus diferentes versiones. De allí la dificultad suerte de mapa, una c~rta de navegación que nos permita
de asirse de una noción definitiva sobre el concepto de socie- identificar las princal~$ corrientes que se han desarrollado
dad civil que pueda explicar el conjunto de prácticas, ideolo- en la Argentina en torno de lasose.
gías y concepciones que dentro de ella se debaten. Este mapa pretende entonces señalar las principales líneas
Este libro quiere reflejar estas tensiones; Desde el retorno en donde pueden ubicarse .el trabaJO, la ideología y los tipos
de .la.democracia en 1983 se ha mencionado reiteradamente de intervención que sobre la ·socieClad y el Estado generan las
que emergió un nuevo tipo de sociedad civil, que implicó la OSC. No es, en este sentido, ni uri catálogo del sector, prk::
aparición de nuevos actores sociales con una dinámica reno- ricamente imposible de realizar, ru 1U1a serie indefinida de
vada, en particul¡u- a partir de. los cambios en la relación Es- grillas donde cada organización pued1 ubicarse. El mapa sí 't. S t\1~
tado/sociedad. ,Para dar cuenta de estos . cambios se ha procura mostrar que el universo de la sociedad civil nci es ni
apelado a difere:Íltes enfoques que enfatizan, cada uno, distin- homogéneo ni políticamente neutro, ya que en su interior se
tos aspectos: el fm del capitalismo industrial, la caída de los reproducen las mismas disputas políticas que en elEstado o
socialismos reales y el auge del neoliberalismo, el agotamien- · en el mercado. La diversidad de organizaciones da euenta de
to de las formas organizativas de tipo corporativo, la confor- ello.
mación de nuevas solidaridades, la crisis del Estado-nación, . Ahora· bien, por corriente vamos·a entender un euerpo que · '
etcétera. En cualquier caso, se trata de explicar un momento encierra cierta homogeneidad: ideó1ógica en lo que se refiere a
de cambios y transformaciones, que abarcan los distintos sis- la relación Estado-sociedad y a los:interc:¡_mbios entre los ac-
temas sociales, y se expresan tanto en lo político y económi-:- tores relevantes de ·esa relación; rn'etodológica, en cuanto a los
co, como en lo social y cultural. modos de intervención que se dan ias organizaciones respecto
.En este trabajo abordaremos estos cambios analizando la al resto de la sociedad; histórica, por el período sociopolítico
p,óldi~ consolidación de un sector que denominaremos las organiza- en el que se desarrolla su construcción. Así, una corriente ex-
ciones de la sociedad civil (OSC): Es· decir, el vasto y extenso presa un panorama, una referencia¡a la cual pueden vincular-
ofe. mundo de asociaciones que atraviesan a la sociedad desde di- se las distintas organizaciones existentes. Algunas corrientes
versas perspectivas ideológicas, metodológicas, culturales y son más homogéneas y explícitas· en sus percepciones, ideo-
políticas, y que es equivalente a lo que otros autores denomi- logía y contenidos que otras, por tener tras de sí un desarro-
nan ·t ercer sector, organizaciones no gubernamentales o ·aso- llo teórico importante, investig ..twnes, debates desde las
ciaciones sin fmes de lucro. Desde hace al menos quince mismas organizaciones, publicaciones; etcétera. Otras pare-
- - - - - - - - - - - - -CAPÍTULO
- - - -.l
Volver a pensar la sociedad
como colectivo
o

l. ¿Qué es para nosotros la sociedad civil?

1.1. La pe7'spectiva teó?'ica

Desde la teoría política y social, definir qué es la sociedad


civil es clave y complejo a la vez. Ello es así porque implica
un recorrido por toda la filosofía política moderna, lo que
obliga a abordar las mutaciones tanto del concepto mismo de
sociedad civil como de su relación con el Estado. Como ve-
remos, las definiciones sobre la sociedad civil no son acaba-
: das; por eso , además de pasar revista a las princal ~ s formu-
laciones, nos interesa comprender el concepto ilustrando los
componentes, los límites y los actores relevantes de la socie-
dad civil pensándola a partir de sus organizaciones.
Si bien no optaremos por una enunciación definitiva, an-
tes de adentrarnos en el debate queremos señalar que, en pri-
.. mer lugar, en nuestro caso acordamos con una nocfón de so- ~
ciedad civiPque se construya a partir de la conformación de
grupos o movimientos plurales y autónomos de las acciones 'CIL~
estatales y del mercado, vale decir, cuyo objetivo inmediato o
primario no es la dominación política ni la acumulación de
capital. Pero esos grupos no se encuentran escindidos de es-
tos dos fundamentales espacios de las sociedades modernas
-Estado y mercado-, ya que sus intervenciones se manifies-
tan e influyen en el campo de lo político, lo económico, lo so-
. ·cial y la cultura en términos generales, al trabajar y buscar la

·15S
28 Se1-gio De Pie1·o Tió/vc1· n pensf/1· la sociedad como colccth•o 29
rep:esemación r ~ los derechos, del espacio público, de tradicio- este interés por la sociedad civil como concepto aparezca lue-
nes y opciones culturales o sociales, constituyendo a su vez bs go de la crisis de los dos grandes paradigmas que construye-
prácticas propias de la vida de los ciudadanos. Esta noción de so- . ;on las ciencias sociales en el siglo XX (el marxista y el fun-
ciedad civil puede construirse a partir de los conceptos de grn- cionalista), con la consecuente crisis del concepto de clase Y
po, clase, pueblo, comunidad o individuos, según la óptica que de Jos estudios de la cultura en la óptica parsoniana. Cohen Y
se tenga, que en nuestro caso no se ata necesariamente a w1 su- Arato (2000) proponen un recorrido de la noción de sociedad
jeto único vertebrador. Noción autónoma, en cuanto también civil desde Hegel hasta las propuestas de Habermas, atrave-
busca la defensa de su multiplicidad interna, pero no es esencia- sando las principales corrientes que vincularon la cuestión de
lista ni autorreferencial, sino que se conso·uve en el devenir de la sociedad civil a las luchas revolucionarias, a la democracia,
b s relaciones que est1blece c; n el Estado ~ . el mercado. Esu ,1 los marcos de transición a la modernidad y <1 la sociedad de
concepción nos distancia ele aquellas que la Í:oman como W1 es- masas, a la construcción del espacio público, la expansión del
pacio por completo diferenciado y escindido del Est:~d o , est:l- industrialismo, la formaci ón de la opinión pública, la ética
bleciéndolo como w1 reino absoluto de lo privado, pero también ciudadana, la construcción de los movimientos sociales y la
de la visión de comunidades cerradas y corporativas. desobediencia civil. La pregunta es: ¿hasta dónde se puede
Pensar la sociedad civil, entonces, nos remite tanto a las estirar la cuerda de la sociedad civil, sin hacer del concepto
nsociaciones que generan los mismos ciudadanos (agrupados algo tan vago que comience a perder un sentido valedero?
por clases, estratos u otra categoría) así como también al tipo T;mpoco esta respuesta es simple, pero puede orientarse por
de relaciones que se plantean entre el Estado y la sociedad, todos los intentos de comprender la conformación de los es-
teniendo en cuenta' que nos referimos a sociedades capitalis- pacios de integración generados por la propia comunidad,
tas, donde el mercado opera como un ordenador económico que no se expliquen a partir de la autoridad estatal (la rela-
central. Así, la visión dual planteada por el liberalismo no es ve~ o~ ~ ción mando/obediencia) ni apartir del mercado (la acumula-
exacta, pues esconde que se trataria de tres actores o dimen- . . ción de capital), aunque se vmculen con ambos. En este sen-
siones en juego (Estado, sociedad, mercado), dos de los cua- de-l A~\ ~ tido, Hegel señalaba a la sociedad civil como un espacio de
les definen con mayor claridad su rol: el Estado (la domina- tensión entre la alienación de la modernidad y la búsqueda de
ción política) y el mercado (la generación de riqueza) . En esta integración social que esa misma sociedad civil persigue, lo
perspectiva, la sociedad civil pasa a ocupar el espacio del res- que llamó sistema de necsida.~ En general se planteó co-
to de las instancias sociales, que según el enfoque puede re- mo un dilema a resolver por todos los filósofos de la moder-
presentar la vida privada, la subjetividad, la defensa de Jos de- · nidad la cuestión de los niveles de dependencia y autonomía
rechos, las relaciones familiares, las preferencias estéticas, las entre Estado, sociedad civil y mercado, y a su vez los princi-
identidades culturales, o todo ello a la vez, pero vista como píos mediante los cuales cada uno podía establecerse Y legiti-
residual (y funcional) al mercado. marse (Quiroga, 1991).
La conformación de la totalidad del debate y de las pro- Por ello el debate girará siempre en el contexto de ~a
puestas de análisis sobre la sociedad civil excede en mucho irrupción de la modernidad en Europa occidental, caracten-
este libro. En los últimos años se han presentado buenos zada en este sentido por los enfrentamientos entre el poder
avances para sistematizar estas discusiones. 1 No es casual que de Jos Estados despóticos y las nuevas clases emergentes. De
2. C omo sabemos, Hegel u bic~ b síntesis de esa bús queda en el Es t:~ do .
i. El r~ bajo de mayor profun did.l d en este sentid o es el de Coher. y Ar:n n
(2000). Véase C ohen y Anto (2000: 124 y ss.).
allí que la teoría política ha presentado una definición en es- sobre el rol del Estado, ya que, y sobre esto no suele prestar-
ta dirección: "Se entiende por sociedad civil la esfera de las se la debida atención, a toda concepción de sociedad civil le
relaciones entre individuos, entre grupos y entre clases socia- corresponde una forma o tipo particular de Estado, haciendo
les que se desarrollan fuera de las relaciones de poder que ca- que ambos se correspondan y complementen.
racterizan a las instituciones estatales" (Bobbio, 1997: 1523). Los debates indagan no sólo sobre una concepción de la
El enunciado es vago, justamente para no restringir la socie- sociedad civil, sino también respecto de las definiciones posi-
dad civil a una sola actividad o dimensión, pero marca como bles que otras corrientes ideológicas pueden presentar.
eje la diferenciación del Estado. De aquí se desprenden dos Aquí, no sin algunas simplificaciones inevitables para asir-
problemas: por una parte, la impronta que la historia de Eu- se del concepto, hemos agrupado los debates en tres principa-
ropa impone al concepto (y que, dado que es un concepto les vertientes o tradiciones teóricas. A su vez, cada una de ellas
históricamente construido, dificulta hablar de sociedad civil se presenta en dos variantes, que denominamos "abierta" y
en América latina); por la otra, que en este tipo de definicio- "cerrada", ~sumiendo el sentido más llano para estas expresio-
nes no se distingue lo económico de lo político, sino que se nes, es ~ecir, los 'modelos abiertos consideran a la interla~
opta por el enfoque dicotómico Estado/sociedad, propio del ción entre actores, sujetos y políticas como ·un componente
liberalismo. Trataremos el primer aspecto, las particularida- clave, mientras que los modelos cerrados· pretenden mayor
des de la sociedad civil en la región, en el siguiente punto; en homogeneidad hacia adentro y demarcación de límites con un
cuanto al segundo, la definición de Bobbio puede completar- afuera. En definitiva, se trata de dar cU"enta de los matices que
se con los desarrollos que dan cuenta de la complejidad de la pueden diferir dentro de modelos semejantes. 3
noción de sociedad civil y que no remiten tan sólo a su "dis-
tancia" con el Estado. En este sentido, el concepto de comu-
nidad que plantea Hannah .t\rendt, así como el concepto de 1.1.1. Perspectiva liberal
acción comunicativa de Jürgen Habermas se inscriben en los
debates sobre la constitución del espacio público que inten- A partir del pensamiento liberal, la sociedad civil puede
tan superar la relación dicotómica entre sociedad civil y ser considerada el espacio privado y el ámbito de la libertad,
Estado. · en contraposición al Estado y a lo público. Es el espacio pro-
A partir de estos postulados nos orientamos hacia una pio de los individuos que sin la tutela del Estado pueden lle-
concepción que dé importancia a la dimensión relacional de var adelante sus intereses y deseos, organizarse, participar, et-
la sociedad civil, sea con el Estado, el mercado o dentro del cétera, visión que se construyó a partir de la noción del
marco de las organizaciones. derecho positivo. En el modelo cerrado( propio de los liber-
En la actualidad existe un importante debate teórico en tarios o neoliberales, se confunden los planos y, como afirma
torno a qué debe entenderse por sociedad civil y en cuanto a Barber: "el modelo libertario no da paso a la sociedad civil si-
cuál es la idea de buena sociedad civil, es decir, discusiones no al sector privado [... ]; por ello si no nos gusta la labor del
epistemológicas, pero por sobre todo políticas, que puedan
explicar la vinculación del concepto con los debates sobre la
ciudadanía y en particular acerca del Estado. Esta misma ten- 3. Nos referimos a ellos sólo de manera introductoria, para los fines de es-
sión describe, en el fondo, una lucha por apropiarse de la sig- te libro y como apoyo al conocimiento de las corrientes de las ose en la Ar-
/¡. .. : 1· gentina, y de ninguna manera plantearnos los profundos debates y diversos
nificación de un concepto y del rol de la sociedad civil y sus
aportes de cada ·perspecúva. Para ahondar en ellos recomendarnos tornar b bi-
organizaciones en la actualidad e implica también una visión bliografía citada en cada caso.
151-

. i
::2
~ 32 Senrio De Piero
~ Vol-uer a pensaT la sociedad como colectivo
o 33
4 gobierno debemos debilitarlo y limi tarlo, privatizar sus fun- ciudadanos deliberantes, sino la normación de una sociedad
o
ciones civiles y dejar a los individuos, corporaciones y comu- económica en forma de Estado de derecho" (Habermas;
~ nidad que actúen a su antoj o" (I3arber, 2001: 26 y 27). De allí 1998: 374). Por ello, ambas visiones son enemigas de las re-
:S
que, cuanto más poder, m en os libertad; cuanto m ás privado,
~ menos público, y viceversa. De esta manera, sociedad civil se
gulaciones estatales sobre los grupos o individuos que puedan
~ poner en juego la libertad, inclinándose, en todo caso, por
funde con el concepto de sociedad de mercado y, por ello, políticas que trabajen por la equidad, pero no por una acción ~ ~ ICWW4t,·
fortalecer la primera significa trabajar por el mejoramiento directa a favor de la igualdad.
~
de la segunda, mediante el desmantelamiento del tutelaje es-
~
::5
ta tal , para "liberar" a los individuos, ya que "la libertad del
ciuoadano se funda en la libertad de merca do " (Lechner, 1. 1.2. P erspectiva comunitaria
1997: 44). Baj o esta prédica, se propone la despolit za ción ~ d e
b vida social, para entregarla a la regulación del m ercado!, ya Una segu nda concepción percibe a la soci edad civil como
que el Estad o es considerado una institución que, mediante comunidad . Los comunitaristas defienden la concepción de
sus regulaciones, impid e el desarrollo y el bienestar de los in- una sociedad civil donde las personas poseen una pertenencia
dividuos; en definitiva, se funde el afianzamiento de la socie- definida, cercana y no anónima, que favorece la formación de ·
dad civil con la defensa del mercado. C omo veremos en el ca- grupos y asociaciones de mutua colaboración . Se pertenece
pítulo 3, esta visión fue el soporte para llevar adelante las no como individuo anónimo, sino por adhesión a determina-
reformas económicas en la década de 1990. dos valores o creencias compartidas. De este modo, la socie-
La visión abier ta ~ se constituye desde la teoría política nor- dad civil es el espacio de la solidaridad y el intercambio entre
teamericana, con el pluralismo. Según Cohen y Arato, "una personas que se sienten vinculadas por lazos comunes.
sociedad civil muy articulada con divisiones a través de sus Las diferencias que podemos encontrar en su interior
elementos, grupos que comparten miembros en común y consisten en que, para el modelo cerrado (de tip() tradiciona- .OJVr{\~C k.o).{D ~
movilidad social es el pr esupuesto para una organización po- lista o corporativo), la generación de responsabilidades entre
lítica democrática estable, una ga rantía contra el dominio los miembros implica que se crea distancia con quienes no :>u~( bl.CW~ "NJt\Á.~ r-._
permanente por cualqui'er grupo y contra el surgimiento ele pertenecen a la comunidad. Concebir la sociedad civil desde
movimientos masivos fundamentallstas e ideologías antide- esta mirada implica retomar los intentos corporativos de la OA<4l..-{\Kí0
mocráticas" (2000: 37). Las asociaciones cívicas , y también Edad Media o algunos de los intentos autoritarios del siglo
. los partidos políticos y toda organización, serían represen- XX; la libre expresión es sacrificada a cambio de la seguridad
tantes de la sociedad civil en tanto cumplan con dos requisi- de sus miembros. En distintos momentos del siglo XX, el n a-
tos básicos: favorecer la pluralidad y ajustarse al cumplimien- cionalismo imaginó esta construcción, que tiene algo de pre-
to estricto de los procedimientos legales vigentes. Es la moderna y que derivÓ luego en los fundamentalismos nacio-
sociedad' civil vista como el espacio de las oportunidades y el nal-religiosos de fines de siglo ..Ante el avance desintegrador
Estado como el garante de los distintos derechos. La autono- y excluyente del neoliberalismo, surge en el imaginario cier-
mía respecto de los poderes del Estado continúa siendo un tO deseo, cierta utopía, de una comunidad homogénea, pro-
requisito. tectora e incluyente, que asegure la vida a sus miembros, así
Si bien las construccion es resubmtes pueden ser diver- com o también referencias -a com uni dades más pequeñas, de
gentes, en ambos se resalta una par :- ~ c uiard d: "la visión del emocio nes y afectos, que buscan, m ás que la distinción de
modelo liberal no es la autOdetermi nación democrática de "otros", la protección para sus miembros .
En el m_..9delo abiert g , ~ en cambio, se trata de establecer la- mayor motor de esta perspectiva ha sido sin duda el marxis-
Ul..l S.\YJJ e.LÜ~ ¿J zos de pertenencia entre los miembros de la comunid ad a mo . Su modelo cerradój por medio de !k_vanguardia y el par ~
partir del fortalecimiento del momento dialógico, de la cons- tido de clase que se coloca a la cabeza del proletariado ): lo
f- o&~ ~ 'J. . trucción de un nosotros no preocupado por la exclusión de conduce' hasta la victoria revolucionaria, es el modelo leni-
lrJ T-~<9M. los distintos, sino por la integración, y que en términos teó- nista imitado por infinidad de movimientos políticos, cuan-
ricos podemos encontrar en Habermas, quien parte de do la Revolución Rusa se convirtió en un referente para los
Arendt y discute con . ella en particular. La sociedad civil se países del Tercer Mundo . Prevaleció en esta visión la idea de
presenta como un espacio autónomo que a su vez expres:J un la revolución como asalto, como golpe, pero también la im-
entramado de múltiples actores sociales, capaces de generar y portancia del sujeto histórico, expresado en un partido polí-
de actuar políticamente, ya que la sociedad no se sostiene de tico de clase. Por otra parte, aplicamos el concepto de mo-
manera exclusiva en la relación de mando y obediencia. Por delo a bieno\ a la conformación de la sociedad civil como la
otra parte, los comunitaristas sostienen que "la sociedad civil , búsqueda de una nueva hegemonía' o de la construcción de
en tanto que base social de los espacios públicos autónomos, una contrahegemonía dominate ~ Será Gramsci el mayor
se distingue tanto del sistema económico como de la admi- sostén de esta visión y quien imprimió su sello a buena par-
nistración pública", y completan: "Antes, su núcleo institu- te de los movimientos revolucionarios de origen socialista,
cional lo constituye esta trama asociativa de base voluntaria, junto con la experiencia leninista. Para Gramsci, en una ver-
que ancla las estructuras comunicativas del espacio de opi- sión instrumental de su teoría, "la finalidad[ ... ] es erosionar
nión pública en la componente del mundo de vida" (Haber- las formas existentes de integración soda!, crear asociacio-
mas, 1998: 375 y 447). Al romper con el supuesto de la dico- nes alternativas y preparar el sujeto de la política revolucio-
tomía liberal, se establece a la sociedad civil como el espacio naria" (Cohen y Arato, 2000: 180). En esta perspectiva, el
de integración a través de los mecanismos de la solidaridad partido político se convierte en la articulación necesaria pa-
(en contraposición a. la riqueza dependiente del mercado y a ra la construcciÓn política de esta nueva hegemonía, y se lo
la administración estatal). Pero esta solidaridad no es cerrada percibe como un príncipe moderno, pero ahora como una
(corporativa), ya que se encuentra en todo momento condu- expresión colectiva. El eje se desplaza de una mera dístín-
cida por el diálogo, y .tampoco es meramente pluralista, pues ?\ ción entre Estado y sociedad hacía la conflictividad derivada
no se basa exclusivamente en relaciones entre individuos ais- del capitalismo, pero no se la reduce a la relación capital/tra-
lados, sino mutuamente vinculados, donde las subjetividades bajo, sino precisamente a la lucha establecida en términos de
adquieren un espacio relevante. la hegemonía de un grupo social. Buena parte de las luchas
actuales contra la globalización neoliberal se inscriben en es-
te modelo.
1.1.3. Perspectiva radical Estas perspectivas teóricas, entre normativas y realistas,
esconden muchas veces variaciones sustanciales que en rigor
Finalmente se presenta una concepción que logrP, Ú~ im- ocurren en las sociedades actuales. Muchos textos que buscan
p :L ·-o notable durante el siglo XX, y que hoy se encuentra en marcar las principales visiones de la sociedad civil acaban op-
eL; c·etroceso o al menos en crisis: la sociedad civil como es- tando por una de ellas y manifestando las desventajas de las
paciu tl t: sde donde generar la transformación social radical. , 1~ otras. Aquí quisimos señalar que existen diferentes puntos so-
Se trata de generar las condiciones (o acelerarlas) para lograr IJ1 bre los que se puede colocar el énfasi? y, sir1 e ! 9~rgo, se re-
el fin del capitalismo y el paso hacia una nueva sociedad. El. fieren siempre (en los modelos abiertos) a. la lucha por una
36 Senrio De Piero
~ ~
T/oh!c¡· fl pensar ltt sociedad como colectivo 37
construcció1 : democrática. Para nosotros se trata, también, ele un mercado (en tanto construcción y defensa de la propie-
·de contrast<1r en perspectiva histórica y en referencia a la rea - dad privada), sino por una combinación de la amoprotección "
lidad de América latina, cómo las distintas corrientes de la so- y la idea del movimiento, que a lo largo del último siglo
ciedad civil han asumido estos discursos; en particular, por :-~doptó diferentes significaciones: liberación nacional, am-
qué cada una de ellas logró una infl uencia de distinto tenor pliación de la participación, revolución, modernización, etcé-
en espacios o grupos diversos de la sociedad y en momemos ,- tera. No se trat::l sólo de un espacio de construcción de insti- o-4~C do Y'v~o
históricos determinados. tuciones, ni siquiera de la idea de democracia'Jiberal. Expresa
Por otra parte, lo que deseamos establecer, de acuerdo con en particular la conjunción de sectores y gmpos, y del con-
1
la perspectiva que aquí sostenemos, es que la sociedad civil ceptO de pueblo en general, como un sujeto articulador de
no debe interpretarse ni como correlato social a la id e:1 ele so- L dc m:-~ndas y expectatiYas de construcción de un nuevo orden.
cied ad ele mercado, ni como mera oposición al Estado. En es- Por ello, los movimientOs nacional -populares expres?n de
te sentido, la sociedad civil representa mucho más que el me- ¡y¡ ;m e r:1 más amplia y articulada una idea de sociedad civil du-
i
ro agregad o de los derechos individuales, ya que signific: b r<mte el siglo XX. Es cierto que su cons trucción tendió a un
construcción de instancias colectivas ele representación tanto horizonte esta ralista, pero fu e parte de la orientación que
social como política, de pronmdización de la ciudadanía y, acompai'ló a todos los movimientos de masas en el mundo en-
también, de la generación de lazos comunitarios! No excluvc , tero. En no pocas ocasiones estos movimientos de ampliación
/?.
por otra parte, el énfasis transformador de la sociedad y de las S. de derechos se toparon con los principios de la democracia li -
1
relaciones de poder en su conjunto. J beral. Son movimientos que, además (pensando en Arendt),
son capaces de generar memoria, símbolos, pertenencias.
Ahora bien, el debate sobre las transforma ciones en la so-
Tres perspectivas.teóricas sobre la sociedad civil cied::ld civil se inaugura en nuestra región junto con el deba-
te sobre las transiciones en la posdictadura . Al principio , es-
!5:1
tnvo centrado en los cambios en las formas de participación
Li beral Comunitaria 1 Ra dical y en los nuevos rasgos que asumía la sociedad civil. En la
década de 1980, frente a la amenaza de continuar con el
o "péndulo cívico-militar" , comenzó a ganar terreno la concer-
t::lción. Un acuerdo entre los actores políticos, en particular
Cerrado Neoliberal Co rporativo Vanguardist? entre los partidos políticos, que se extendió a roda la socie-
4
dad, fue claramente el tema central de varios autores. De es-
Abierto Pluralista Comunicativo Contrahege- te modo, la sociedad civil, desde la primera mita d de esa ~ YJ\!~G j...
mónico década, fue caracterizada con nuevos rasgos, ya que la cate-
_,_ 6.\...-'Y\ W / fd!JP U<: L
- - - -- -
goría de pueblo comenzó a perder su peso específico y tendió 1
a reemplazarse por la gente o la sociedad civil, ya que aquél ct>t\L
implicaba un marco ideológico-político (el de los movimien-
l. 2. La pe1·spectiva histórica tos de liberación nacional, nacional-populares o revoluciona-
' :(-_,
La sociedad civil en América latina se ca racterizó, no por 4. En algunos casos, el acuerdo era se ña lado corno dilema (P onantiero,
la oposición al E stado ni de manera cenrr;;) pN la generación 1988); en otTOS era estimu hrb (O 'Donncll v Schmiterr, '1994).
1Go
o - · -- .. r ··- --· - . .. --- ------·-· _.., , . ..... ...... ....... ... . . . .

.ríos) atravesado ahora por una profunda erosión. Como sei1a- te proceso aparece el mercado ubicándose como enfrentado al
la García Canclini: Estado y, de ese modo, cercano a la sociedad civil.
En este contexto social y político, varios autores comen-
Todavía se escucha en manifestaciones políticas de ciudades la- zaron a afirmar la creciente importancia de la sociedad civil
-. , tinoamericanas: si éste no es el pueblo, ¿el pueblo dónde está? [... ]; la cri- en el fin de siglo, en una época paradÓjicamente marcada por
sis de los modelos liberales, populistas y socialistas, el agotamiento la ausencia de proyectos populares transformadores, la caída
de las formas tradicionales de representación y la absurción de la de las ideologías, el individualismo y la amenaza de un cre-
esfera pública por parte de los medios masivos volvieron duclos:t
ciente dualismo sociq.l. Sin embargo, es posible que esta con-
aquella proclama (García Canclini, 1995: 27).
tradicción o paradoja no fuera más que aparente, en tanto
que dicha emergencia de la temática de la sociedad civil cons-
Esta cita parece oportuna por la complejidad que implica la
tituía, en ·verdad, una respuesta a esta nueva dinámica. Por
cuestión de la sociedad civil. En general, la literarura ha abun-
ello se afirma actualmente que la sociedad civil se convertía
dado en destacar el "resurgimiento" de la sociedad civil en con-
"en una nueva fuente de certezas en este tiempo de incerti-
traposición al Estado, dada la faz represiva con la que este últi-
dumbres" (García Canclini, 1995: 29). Estas certezas alcan-
mo se presentó durante las dictaduras militares. Con la
zan diversas dimensiones y convierten a la sociedad civil en
reinstalación de las democracias en el Cono Sur comenzaron a
un espacio de solución de conflictos múltiples, donde lo so-
destacarse, en las lecruras de los teóricos, "las pretensiones de
cial y lo individual, la política y el ámbito de la familia, o tan-
autonorrúa de la sociedad civil, frente al Estado y la sociedad
tos otros conflictos, podrían canalizarse, expresarse y lograr
política, con éxito variado en América latina" (Flisfich, Leclmer
un desarrollo, constituyendo un nuevo universo de significa-
y Mouli:m, 1994), lo cual claramente manifestaba la ruptura del
. dos variables sujetos a las distintas dimensiones que atravie-
tipo de relación hasta entonces vigente entre ambos términos.
san. Incluso, esta tendencia sostenía que en la sociedad civil
Ahora bien, con el transcurso de los años y la consolida-
todos estos conflictos podían llegar a encontrar una solución.
ción del sistema político, el conflicto cívico-militar fue lenta-
Al mismo tiempo, en medio de las reformas de mercado,
mente diluyéndose, pero la conflictividad se trasladó a otras
la sociedad civil _fue comprendida como un espacio ya no de
instancias, vinculadas a la crisis económica y social. Cuando
democratizaciórr (como en los años ochenta), sino de conten-
se redujo la capacidad de acción de actores antisistema, las
ción del conflicto social y de protección para aquellas vícti-
demandas ciudadanas comenzaron a concentrarse en la nue-
mas del nuevo modelo (desocupados, empobrecidos, exclui-
va conflictividad emergente caracterizada por la aparición de
dos). La disminución del aparato estatal sería equivalente al
la nueva cuestión social y las transformaciones en el Estado y
aumento de la generación de instancias de ayuda desde la so-
su nueva relación con la sociedad. En otros términos, estos
ciedad civil, ya que sus organizaciones, o algunas de ellas,
procesos de transformación se tradujeron en un cambio "de
eran presentadas corno más eficientes, transparentes y cerca-
Jo ~ ~t\4 \C..utkJXM.l.( la cultura igualitaria al individualismo competitivo, del corn-
nas a los destinatarios, en contraposición al burocrático apa-
. . W}k\,U~/t() c.J promiso al estar bien, del trabajador al consumidor, de lo,pú-
1 rato estatal. La perspectiva de la gerencia social demanda, co-
k.v l.!~ \1\ blico a lo privado, "al individuo" (García Delgado, 19.94:
mo punto de partida, la no intervención del Estado en
TN'.?b.f!... fl\c-t>Q!L k\- ~N.>I{i 211). Al mismo tiempo, la creciente centralidad del mercado
asuntos que le serían ajenos, en términos semejantes a los
- y del poder financiero mundial condiciona fuertemente la ca-
pl!\nteos realizados desde el neoliberalismo al referirse a la
- boll 1 ¿, \.O fu %v\co pacidad .decisoria ..deJos Estados-nación, abandonándose así
1 ¡'-(~ macroeconomía. En este sentido, las políticas dela década_de__ ·- ____: .
. " el modelo de matriz estadocérmica (Garretón, 200la). En es- i
~ \.0 'f'lc{li.-1>() . 1990 tendieron a reforzar la separación del Estado y la socie-
1Ef\
40 Sergio De Piero
T/ófvcr· a pm.rm· la sociedad como colt i ~·o 41
· dad civil o, mejor dicho, la f..IJ.1c.ión que ella asume al asignar
se presenta con una visión sobre su trabajo y el cipo de rela-
a las organizaciones sociales el rol de aplacar las "imperfec-
ción que busca lograr con otros actores. Cada denominación
ciones" del mercado.
comprende una historia y un proceso sociopolít:ico parcicular.
Pero a medida que la crisis avanzaba, y en particular des- U na de las primeras expresiones utilizadas fue la de Q¡·grmi-
de la recesión iniciada en 1998, la sociedad civil comenzó 2 :..ncion.es n.o Gubemamentales (ONG), que nació a raíz de la in-
sufrir nuevas transformaciones, y si su rol a favor de la asis- vitación recibida por algun<is organizaciones sociales por par-
tencia focaEzada había sido un a marca de los años n m<entt., a te de la ONU en la década de 1960, para presenciar sus
finales de esa décad a, la protesta y 1:.; dema...'1da por U.'1 cambio ;:;sambleas como invitadas; dado que se trata de una organiza-
de rumbo y por una nuev;e rebción política comienzan :1 pe¡-- ción de Estados, se buscó diferenciar los niveles . Q¡·ganizacio-
filarse como las caracteristicas distim:iYas sobre las cuaies se ne..r siu fir.c.r de lucro rep resenta más bien una cotegoría jurídi -
articul:m las práccicas y los discursos. Esw !ndeyó en p:m:i- c:::, para distinguirla en el Código Civil de las organizaciones
cular una nue\'2 ocupación del espacio público. empresari ales. Los términos se multiplican (organizaciones
u.coo¡ r D eman·J a enea
,. en 10s - ochen ta por ,tos a,erecnos
, anos , ,nu-
sociales o de b comunidad, organizaciones libres del pueblo
manos junto a la aparición de nuev2s identidades sociales y - en la óptica del peronismo-, ciudadanas, de base, etcétera),
i <l¡(\0~ culturales, asistencia en torno de la nueva cuestión social en pero dos marcan parte del debate ideológico y político que
los noventa, protesta y ocupación del espacio público en el desarrollaremos en este libro: el 'tener- secto1·, como represen-
Looo L inicio del nuevo siglo marcan las tendencias centrales, aun- tante de las organizaciones que trabajan en la asistencia di-
que no las únicas, de los procesos de construcción de las or- recta, acotadas a lo social, y con un discurso polít:ico por lo
ganizaciones de la sociedad civil e...r1 las nuevas democracias. general conservador, y las o1-ganizaciones de p1·omoción y desa-
Así, algunos autores sostienen que "pasamos de una ima- rrollo, surgidas en los años sesenta, que alientan la participa-
gen de la sociedad civil como CU"llpo predominantemente po- ción social desde la base y el compromiso político con los
lítico estatal, palco de luchas democráti cas y nuevas hegemo- movimientos populares. Como veremos en cada capítulo, las
nías, a una imagen que com-ierte a la sociedad civii o en un de,.'1ominaciones también dejan enrrever visiones sobre la so-
recurso gerencial [...] o en UI1 factor de reconstrucción étia1 ciedad en su conjunto. Son importantes los trabajos que han
y dialógica de la vida social" (Nogueira Jvíarco, 2003: 67). buscado un mayor conocimiento sobre el tema . Uno de los
primeros estudios construyó una clasificación basada en el ni-
vel y el tipo de intervención que cada organización se daba;
2. ¿Qué son para nosotros las organizaciones define tres tipos: las organizaciones dedicadas principalmen-
de la sociedad civil? te a la asistencia directa (OPAD), aquellas que se concentran
en la asistencia técnica a otras organizaciones (OPAT) y final-
Si el espacio de la sociedad civil tiende a ser muy amplio, mente las que desarrollan principalmente estudios e invesci-
el de las organizaciones que ia componen lo es aún más. La gaciones (OPEI) (Filmus y otros, 1997). Este criterio, al rea-
dispersión refiere tanto a las temáticas de trabajo cuanto a la lizar un análisis del sector, permite distinguir las diferencias
metodología, la organización imema, la ideología, las formas que existen ':~"re las organizaciones, en particular si se evalúa
jurídicas, etcétera. Los mismos n ombres par2 distinguir estos su nivel de impacto en las políticas públicas o en la atención
espacios tienden a ser residuales: e1 tercer sector, organiz-a- a determinado tema. Esta clasificación es más úcil que la ju-
ciones no gubemamen cates, sin fines iucrativos, et c éte~" - Sin rídico-legal (que sólo discrimina por el cipo jurídico elegido,
pe,..o no dice nada de su rol) e, incluso, que las tem áticas, pues
embargo, en su accionar y en sus discursos, cada un2 de ellas
1b2 en un mismo tema se. pueden hallar organiz-aciones mu/ disí-
, .,
J áh.JiT a pe!IJf/1. Ít! socicrlt1d como <"oicct i·eo "1" .J
·ti. :::,ergw üc Ftr:1 ·o

r11iles qnc quizá poc.J tengan que ver en su a...:cionar. Lo me- t\licutras algunas trabajan en torno del J.gra varniento de h
codológico, en este sentido, puede ayudar a buscar cuincic.kn- u H:sLión sociai y h n·ansfonnación de la cso1.1ctu n1 social m e··
cias? políticas de <lcción conjunta. Por ellu aquí hemos op u- Ji :HHC: 1.1 atención direc t::J o la prOJT!O ción de personas en situ;J-
du por apreh ender esta relación a partir de las expresion es ción de exclusión, ou·as buscan gencrJr rn ccanisnJUs de control
sociales que denominamos Q¡ganiz.arivncs de la Sociedad Ci~:l sobre el apar:Ho estatal y sus agencias, promoviend o rmevas
(OSC), término utiiizado también yor otros investigad ores y formas de participación poií t:i G, mmrjmiemos ele reclamos ve-
org-;mismos públicos, ya que las define a partir del espacio en cin :-~les, J:::fensa de identidades; también, :1ficnzar solidaridades
el cual se reconoctn su origen y su id entidad . 07·grmizaciones entre ví.::r.imas de distinto tipo , impuisar la partici pación, pro-
de la co1mmid.zd es un::; expresión también correcta , por refe- teger ~d consumidor, gener<H espacios productivos pJrticipati-
rencia a la solidaridad que p<lrece estar en la base de tocl:1 s es- vos, cqmplt.:~r b acción educ::ttiva o en salud del Estado, recla- .
tas experiencias, pero nos puede ~cotar a una de las corrien- mar, también, por un orden mundial más justo e incluyente.
tes que desarro llaremos. SerL1 un errcr constreñir el mundo asociativo a una o dos
Al referimos a estas organizaciones estamos excluyendo los :írcJs de trabajo, busca ndo despolitizar su acciona r, cuando
partidos políticos y los sindicaros, debido a que ambos h;;.n en realic.lad el o bje t ivL ~ es siem pre claram ente político: modi- ctS\rr ·lo
consrjtu.ido un espacio propio, ~m sistema que los explica y les ficar la constn.iEción del espacio público.
PmLr\CD
asigna un rol en h sociedad. Además, la importancia rle cad:~
uno de cUos en la h.istori<l del siglo XX les brinda suficiemc au- Jo '1-':. e:/~
v:momia para constimir áre~ts diferenciadas. Distinto es el caso 3. La nueva, t ransfonnación
de la empresa pr:ivada, la cual responde claramente ~ la lógica
del merc:1do capitalista y por tanto su estructura, sus fin es y sus En la accidf:nt<:Ja historia de América latina, el conceptO
med1os de acción serán sustancial.m eme distintos de cualqu ier de pueblo representó durame un largo período la expecta;:iv;;
ose. Con el mismo criterio hemos excluido a las iglesi<lS como por un desti no común, y en torno de él los p:~rtidos políti cos,
ules, a las asociaciones de profesionales, a los centros ck esru- los sindicatos y h may or parte de las orgJniz.ar::iones soci::des
diam es, a l;1s cámaras empresariales, en cuanto representan tr:"- constmyeron su identid ;;d y su rol en la sociedad. Las organi ·
diciones particulares y no son vistos hoy como miembros del zaci onts encontr:.J ban su sentido como misi ón en la historia,
sec wr que nos mteresa . en tanto llevaban adelante sus acciones en nombre de un pue-
Una idea atravi esa tod o el libro: las organizaciones de la blo que las :11nparaba y las c.:.>ntenía. Al m ismo tiemp o, esta
sociedad civil no represenran un conjclütO h"omo géneo, en ca- fuerza de; la noción de pueblo subordina:~ íos espacios de par-
si ninguna dimensión que se pretenda . Aunque en muchos ticipación a esr~1 premisa . Se trata, pues, de un período en el
casos efec6vamente: lo sea, no es nc.::esariameme un espacio cnal bs org;wi;:aciones de masas dominan la escena pública, y
de: refugio ético ni el Jepositamt dd sentido de solidaric!ad [;I S que 110 lo SOn apoyan en SU mayor parte esta consigna.
en los tiempos presentes, por defini ción o por esencia. Se tra- Pero en algún momento la fractura fue evidente. La con-
ta, en cualquier caso, de organizaciones sociales que buscm
flic¡jvidacl asomó a través de distintas expresiones que gene-
i.nte;-venir C.i1 b construcr.ión dt la agenda pública desde dis-
ra!"L)i\ p:Jres enfrentados, conto homogeneidad/heterogeneidad,
tina~ dimensione:; y con varias herr<imientds. 5
igu •.lldad/ di fcrcncia, orga nizacíones de masas/ orga11ización
por vínculos, verti calidad/horizon talidad. Todos ellos a la
vez, i)ero cada nno detrás de fines no siemp r~ complementa-
S. AbuwJan también en este :ímbito ],;s simul~cone de empresas, consultoras,
¡mudo:; políticos u otros grupos bajo ti disf:raz de organi7.aciones de otro tipo.
rios o con capacidad de agregación: derechos hum anos, veci-
1 (6~
44 Sergio De Pzáo f/ólvc1· n pmsm· la sociedad como colectivo 45
nalismo, g1,.pos culturales, demandas de género, gn1pos émi- No se trata de sostener que en el pasado inmediato se ha-
cos, exclusión social, desocupados, etcétera. Este mapa social, bían consolidado estas tres cuestiones, pero la sociedad, por
tan distinto del que conocimos en el período de posguerra, medio del Estado, contaba con al gunos mecanismos institu-
llevó a que la noción de sociedad civil ganara espacio como cionales que le permitían generar inclusión, o abrigar la es-
explicación de la diversidad y de los cambios qu e en l:J socie- peranza de que en cierto momento llegarían oportunidades a
dad y en su relación con el Estado se habían producid o. buena parte de sus miembros. Por el contrario, vivimos abru-
D e este modo, el pueblo comienza a desdibujarse y prác- mados por esta libertad que señala el autor, que al mismo
ticamente fun dirse en la sociedad civil, pero también en los tiempo nos impide pensar un presente y un futuro en común,
conceptos menos ortodoxos de tumulto o multitud, sin suje- es decir:
to, indiferenciados y sin un destino común, proceso agudiza-
do por el agotamiento de los rnodelos de cambio social que [... ] no es qne havamos perdido la human idad , el encanto y ia
calidez que con tanta facilidad manifestaban nuestros antepasados,
caracterizaron al siglo .Xt\:.
sino más bien que nuestras penurias rara vez pueden aliviarse com-
En nuestro presente, el cam bio es vivido.en su faz más ne-
partiéndolas, ni si quiera con los mayores afectos. Los sufrimientos
gativa, es decir, como· pérdida. No está cerrada la discusión que tendemos a experimentar no son comunes y, por lo tanto, no
sobre las políticas implementadas durante el apogeo del Es- r eúnen a sus víctimas. N uestros sufrimientos dividen y aíslan : nues-
tado de Bien estar o sus variantes, pero sí está claro que mu- tras desich~1 nos separan desgarrand o el delicado tejido de la so-
chas de sus políticas y de los procesos que generó son añora- lidarid:Jd humana (Bauman , 200 1).
dos por buena parte de la población, en particular en América
latina, donde su reemplazo consistió en la instalación violen- Justamente, no se trata de pensar el es tado de crisis per-
ta de las políticas neoliberales. Este proceso no debe medirse manente en el que parece ,,.ivir la sociedad, a partir de un di-
exclusivamente corno reformas de mercado o de la estructu- lema moral o de su descomposición; sin negar que algo de
ra económica, sino que, como seiiala Bourdieu, se trat<1 de un ello existe, la cuestión parece rad icar en que se rompió "eso"
programa destinad o a destruir las estructllras colectivas capa - que nos permitía pensar el modo de construir alguna noción
ces de resistirse a la lógica del "mercado puro" (Bourdieu, de bien común, la posibilidad de un destino compartido, ya
1998). . fuera desde el pueblo, la clase o la sociedad misma. Cuando
Por ello, el cambio, que en política suele relacionarse con se vuelve imposible pensar en sentidos y pertenencias colec-
equivalentes tales como progreso o bienestar, en la actualidad tivas que lleven dentro fuerzas de transformación, afloran los
se manifiesta a través de sus caras más oscuras y contradicto- miedos. Los tres más destacados serían los mencionados por
rias. Bauman sostiene que el presente está signado por una Bauman. A partir de ese planteo, querríamos formular algu-
contradicción: la sensación de que los miembros de la socie- nas breves reflexiones que se vinculan a la cuestión de pensar
dad gozamos cada vez de mayor libertad individual, pero colectivamente, y no sólo sumatoriamente, a la sociedad.
contamos con menos posibilidades de transformar el mundo. En primer lugar, la pérdida de seguridad se construye a ~ Ab. f ~?\R()j
Por el contrario, rla crisis a la que nos enfrentamos bien po- partir de la instalación del desempleo' como factor clave del 12 x.QJ;J<r:\()r-1 .
dría caracterizarse por la pérdida de tres componentes bási- nuevo modelo económico y la consecuente situación de ex-
cos de la convivencia social: la seguridad, la certeza y la pro- clusión' que ello genera. Cuando es necesario dej ar de tener
tección, elementos que a su vez plantean la discusión por los ..., en·cuenta a millones de seres humanos para que la economía
límites entre estímulo y libertad, por una parte, y cOntTo] y crezca, ¿desde que perspectiva pu ede pbntearse la b ú~; queda
burocratización , por ia otra .
'Al~= ~> &> ~c.wli\>) Ce-~ j rw~
V.o~
46 Sergio De Piao T,ólver 11 pcnsnT la sociedad conw colect.i"i.Jo 47

de un destino común o, más humildemente, brindar seguri- dumbre de las personas respecto ele su trabajo y un mínimo
dad a la vida de cada uno de los miembros? Las consecu en- grado de bienestar. La globali zación, junto con la crisis de los
cias para los movimientos social es en este sentido han sido model os socialistas y los nacional-populares, implica la des-
devastadoras, ya que millones de personas claman hoy, des es- confianza en el Estado y en los movimientos sociales , e impi-
peradas, por e] "derecho" a ser explotadas en las con diciones de generar desde h1 sociedad caminos de salid a, es decir,
que sea, con tal de poder asegurarse la sobrevivencia . En es- construcción de certezas para todos. La certidumbre del pre-
te marco, ¿cómo pensar la construcción de alterna tivas cuan- sente, sei1ala Bauman, sólo se refiere a libertad absoluta para ·
do la urgencia parece devorarlo todo? Estas perspectivas tra - el capital y la consecuente liberalización de todos los merca-
bajan negativamente en la consolida ción de los movimi en tos dos. Si se -quiere ampliar esta cenidumbre a otras esferas, no
sociales, lo cual se ha hecho evidente en el campo sindical, debe hacerse otra cos:1. qu e ajustar toda la vida social a la ló-
pero en general son fuerzas que alimentan, desde la teoría de gica del mercado y la competencia: fu era de ello, sólo hay in-
la opción racional (costo-beneficio), la salida individual. certidumbre . La hiperaceleración del tiempo histórico, la
En este aspecto es donde más desafi antemente se plantea descomposiciÓn en segundos de tantas rea lidades y la aparen-
el futuro para las organizaciones sociales. La seguridad es una te imposibilidad de pensar el largo plazo hacen de la incerti-
?slQD~ ~- dumbre el estado de vida continuo, y propician el pen:sar el
sensaci ón subjetiva, pero en particular una construcción po-
lítica efectiva; las organizacion es pueden traba_iar much o en futuro sólo en términos de crisis, cuando no 1
de caos .
~m i:-l.M~ e...ull>!Lfli >-~ ,( En esta instancia , se valora la capacidad de las organiza-
el primer aspecto, pero el segundo no se genera de cualquier
+ modo; éste implica la capacid ad y la legitimidad para actuar ciones de la sociedad civil para generar nuevas certidumbres
~0UJ<?-e.Ró ~di ri QA en una situación cuyas causas traspasan sus espacios de in - que difícilmente se vinculen a grandes relatos, ya que si bien
fluencia , implicando a diversos actores, muchas veces más algunas pueden alimentar la ilusión de soluciones simplifica-
allá del ord en local o nacional. das, otras colaboran desde la participación en la reducción de
En segundo lugar, Bauman nos remite a la ausencia de la realidad que mencionamos, pues nacen también como un
certzas ~ Ellas fueron construidas durante el siglo XX en tor- espacio para reconstruir certezas vinculadas a realidades por
no de la presencia del Estado, tanto en su faz "protectora" lo general (aunque no sólo) más cercanas, vividas por sus
como en la construcción político-cultural de la nación. A es to miembros y acotadas en sus objetivos y en las pertenencias
lo acompai1ó la configuración del pueblo como complemen- que puedeh generar. Son objetivos mínimos, pero en el
to en tanto espacio común de los miembros de la sociedad. marco actual" ayudan a reconstruir un tejido social daüado.
Pero, en la actualidad , ¿quién puede afirmar con seguridad a Finalmente, el presente se caracteriza por la desprotec-
qué nos referimos cuando nombramos estos términos? L o ción. La sensaci ón de no estar protegido corresponde a la es-
cierto es que, en este tiempo, la apelación al pueblo parece pecie humana. Pero, nuevamente, la modernidad construyó
ser en realidad una convocatoria difícil de materializar, ya instituciones capaces de morigerar esa sensación bajo el pre-
que aquél se compone de sectores diferenciados y con pers- cepto de que hay un destino común para todos los seres hu-
pectivas distintas, por lo cual no es posible que todos se sien- manos y nadie es ajeno a la desgracia, a los accidentes y, en
tan identificados por esa convocatoria. Por el cono·ario, pa- definitiva, a la muerte. Las instit.uciones modernas, en parti-
reciera presentarse una incertidumbre ante el fin de bs cular el Estado, no podían impedir que estas realidades dej a-
instituciones que generaban algún m ecanismo para regular a ran de suceder, pero los mecanismos creados garantizaban
los poderes sociales. Con sus limitaciones, los Estados nacio-· protección para los miembros que se hallaban en una situa-
nales lograron construir mecanismos para reducir la incerti- ción "menos favorable", ya que en ella podía encontrarse ca-
,105 r¡
48 Serrrio
_., De Picro Volve1: rt pensm· In socied({d co7Jio colccti:.:o 49
si cualqu: ·. r miembro dela sociedad. Con estos principios na- persas, diferenciados y con poca capacidad agregativa y de
cieron los seguros de salud y las jubilaciones ele sistema solida- u·ansformación. Ello es cierto en tanto hay baja articulación
rio de reparto, y más tarde todas las formas de protección ema- entre las distintas organizaciones y las instituciones con vo-
nadas desde el Estado como políticas públicas. Pero, volviendo cación de poder (los partidos políticos, básicamente) o, como
a Bauma?, podemos sumar una segunda clesprotección: la de la bien indica Wallerstein: "Lo que unía a estos movimientos
nación. Esta pudo mantenerse viva mientras el Estado le asegu- [de liberación nacional] era el sentimiento de que sabían
raba un espacio donde reproducirse; amenazada por la globali- quién era el 'pueblo' y qué significaba para el pueblo la 'libe-
zación, la nación se ve envuelta en procesos culturales que ya no ración' [... ]. Creían en lo que nosotros llamamos la estrategia
puede contener; en particular, en ternas tan cenrrales como el en dos tiempos: primero alcanzar el poder político, después
lenguaje. Todo ello abre, es cierto, 1m nuevo mundo de inter- transformar el nmndo" (\Vallerstein, 2001: 26). Esta realidad
culturalidad que permite generar nuevas representaciones so- afecta notablemente a los objetivos y las posibilidades del
ciales; pero también puede presentarse en dos fases que no fa - conjunto de los movimientos sociales .
cilitan este proceso: o bien como amenaza en la vida cotidiana, Sin embargo, si bien las organizaciones de la sociedad ci-
a través del rechazo a lo distinto y a lo nuevo, o bien como un vil se han caracterizado por ser expresión de la heterogenei-
ámbito que el mercado puede resolver bajo la lógica de los be- dad de conflictos presentes en la sociedad, hay un conflicto
neficios (y por lo tanto de la desigualdad) y de la generalización que manifiesta pretensiones más univers;:¡les que el resco: la
de la cultura del sbopping. lucha contra la exclusión. En verdad, ella aún no está defini-
Desprotegidos frente a los cambios globales y con un Es- da claramente en cuanto a sus alcances, qué proyecto social
tado en retroceso, la búsqueda de protección comienza a implica, las posibilidades ciertas de resolverla o los actores en
concentrarse en la sociedad y en la apelación a la solidaridad juego, pero junto a la lucha contra el desempleo, clara herra-
de los cercanos, a la formación de grupos de "amenazados", mienta de inclusión, ocupa el mayor espacio en el debate de
que puede derivar en la xenofbia ~ u otras expresiones de la las organizaciones de la sociedad, lo cual incluye a su vez
intolerancia. Pero también puede despertar la capacidad por cuestiones políticas y económicas, aspecto global que desea-
la conformación de caminos de salida que impliquen alguna mos tratar en este libro.
noción renovada del desarrollo; pues no subyace necesaria-
mente en la búsqueda de protección la construcción ele ene-
migos. Aun cuando el presente resulta tan difuso, la articula- 4. Las transformaciones de la acción colectiva
ción y la creación de nuevos consensos, que impliquen a en la Argentina reciente
nuevos actores (las organizaciones sociales, los movimientos
de protesta, las redes productivas de nuevo tipo) y espacios El retorno de la democracia en 1983 significó uno de los
(las microrregiones, el Mercosur), son también una posibili- picos en la movilización colectiva. ¿Quién puede imaginarse
dad de reducir la incertidumbre. hoy un cierre de campaña electoral con un millón de perso-
Entonces, ¿ya no es posible pensar lo colectivo sino desde nas, partidos políticos movilizados o la asunción de un presi-
lo pequeño, lo cercano? Si el camino es ése, nos dirigimos de- dente ante multitudes? La efervescencia posterior a la guerra
cididamente hacia un neomedievalismo, con comunidades de Malvinas llegó cansadamente a la última plaza rnultirudi-
aisladas e, incluso, enfren'tadas. Algunos autores (Garretón, na'ria, en las Pascuas de 1987, ante el levantamiento carapin-
200 1a) afirman que en la actualidad elnwvirnienro social ha de- tada. Hubo, por supuesta, ot: as concentraciones (la plaza del
~aprec ido, pero ha dad o lugar 2. los 1novimientos s(¡r:iolcs, dis- sí a las reformas de M enem en 1990, las marchas por la edu -
1~
)I/ .Jel~f!n' uc r1r1ro ¡. ¡,¡.i-'<'1' r; pmsm· /({ JWicdad con1o colecti<Jo n
\, ¡)er o t:n P,·encraJ la m tw iliz,Kión cu-
""'
lo. ·
:;¡cion pú blica en i 9~
, 1'·
nw : d Partido [ntransigente (198:i), b Unión del Cent.ro De-
ie.ctiv:1 fue cecl.ic:.ndo a l:ls esrrategi :1.s ind ividu:d es . mocd tico (1987), el Mm'imienro d ·~ Dignidad Nacionál
Lo C]Uf ~ podcm(IS denomin:1r el nue vo tipo de movili zación (19 91) y el qnc ral vez generó las rn:1yoe~ expect:ttiva s, el
. .l
. .en tos u<:
- Y:J no, est;Jrw
e o Jt:ctJ.V:J., ' vmcu 1a e1o H l os HiOVlllll masas .Frente Gran de--Frente por un Pús Solidario (1995). ¿Po r
propios del si g-lo XX, estl"ucruraclos der ~ s de los partidos pu·· gué esta enume ración? ju s carnet~ para demostrar que, du-
lírir:os y de los sindicatos, con estrategias politic::ts de acción, rante veinte años, el sistema ele P'lrridos no se mantuvo inmó--
negociación u objetivos rcvolu ciouarios, sino en torno de de- vil y rígido en su esquema supuestamente tradicional (condi-
mandas puntuales: acot;¡das a un universo restringido, en to- cionado por los sucesivos golpes de Estado y la proscripción
do caso más subjetivas que obj etivas, o bien n explosiones el e ;¡J peronismo), sino que, por el contrario, desde la centroi:!.-
Ln-onca y rechazo a la clase política y a ];:¡ dirigencia soci<1l en quierda, el nacionalismo y b derecha liberal, se construyeron
su conjunto. En este sentido, las manifestaciones de fin;J]es de inst::mcias que ;¡fect:1ron y modificaron en distinto grado la
los noventa ya no se Yin culan sólo a una crisis de representa- composición del sistema. A ello se debe sumar la notable
ción, sino a una crisis de legitimidad (García D e l ~ aclo, 2003 ). consolidación de ;¡lgunos partidos provinciales: el .Movimien-
Las manifestaciones del 19 y 20 de diciembre de 2001 se to Popular Nc:nguino, el lvlovimiento Popular Fueguino, el
convirtieron en la expresión de mayor impacto de este fenó - Partido Demócrata de Mendoz.a, el Partido Autonomista de
meno; : d remin~1 nada menos que con un gobierno nJcional. Corrientes, entre otros. ·
Sin conducción clara, sin obje tivos políticos definidos, Cl' lm- En este sentido, la crisis ele la ac;ción colectiva no puede
puesw por sectores heterogéneos, en fin, una multitud unida vincularse exclusivamente al supuesto anquilosamiento ele las
por demandas no siempre Hciles de unificar (el co1·ralito, el estructuras partidarias, las cuales -aunque conservadoras y je-
desempleo, la recesión de la economía , el rechazo a la clase drqui<;:JS en su funcionamiento- sufrieron varios golpes des-
política y al gobierno en particular, etcétera) retomó para sí de distintos án!_,rulos.
el espacio público que habL1 sido ganado casi exc!Ltsivamente Propo11emos tres instancias par<J explic<Jr esta crisis:
por la lógica del mercado y un proyecto de globalización ex- I. El proceso hiperinflacionario de 198Y, que ya forma
cluyente . Esta conflictividad ya se estab;¡ expresando en t:odo parte de las nuevas efemérides de la historia (trágica) de la
el país y en buena parte de América latina, luego del "golpe Ar gentina. Si bien el proceso de deterioro ·económico estaba
de efecto" del neoliberalismo y su discurso de transform:Jci ón ya larvado desde la seg·unda mitad de la década , en aquel aüo
y consumo con el que se presentó en los noven ta. Pero des- quedó bastante claro para la mayor parte de la población que
de las marchas contra la dicta dura en 198.2 basta aquella ca- la democracia no podría cumplir sus promesas de una vida
lurosa noche de diciembre de 2001 , b acción colectiva había mejor, y que incluso ésta podía empeorar. La conflictividad
cambiado notablemente: mientras la primera pedía democra- social se hizo explícita durante el mes de abril con saqueos,
ci2 de la mano de los partidos políticos, la última terminó "puebl.adas" y posterior represión policial que dejaron cator-
configurando el que se vayan todos. Notable contraste. En el. ce personas muertas. Este momento es fundamental para
medio asistimos a momentos clave de los partidos políticos: comprender el proceso desmovilizador que lo seguirá, ya que
la renovación de la UCR con l\lfonsín y la renovación pero- se instala la imagen de represión en la vida democrática sobre
nista , que buscó delinear los nuevos p a~o s del PJ sin Ferón, los sectores populares. El discurso alfonsin.ista ("con la de-
pero que finalmente fue desplazada por una reno-. .:;c:i,' n no mocracia se come, se cura y se educa,,) llegaba a su fin.
esperada, de la mano de Carl os Menem. Podemos contar al II. La plurifragmentación del conflicto, erosionado el eje
menos cuatro partidos que intentaron romper el bipartidis- capital-trabajo como representativo de la mayor parte de la
16l
-~ -- 52 Se1~({io De Pie1·o Volver a pmsm· fa )"UCicdrul co7llo wlccti¡_·o 53
població.1. Ya no existe un eje aglutinante c:tpaz de convocar ciedad civil. Algunos de estos elementos han afectado su tra-
no a individuos particulares, sino a masas enteras identifica- bajo de manera indirecta, pero otros fueron decisivos 8 la ho-
das por una demanda común antepuesta a cuJlguier otro ra de pensar su rol en la sociedad y los espacios sociales que
conflicto. Nos referimos a b ausencia de una estructuración favorecen su desarrollo. La generación de una nueva cuestión
política del conflicto, ya que la exclusión, aun siendo mayo- social forma parte de estos últimos, al instalarse corno un fac -
ritaria, no alcanza esta categoría. En este sentido, la defens<1 tor clave para comprender la sociedad del pres.::nte.
de las identidades (barriales, émicas, se:A:uales, religiosas, Al referirnos a una nueva cuestión social, estamos presupo-
ideológicas, culturales) se impone a la noción común de ciu- niendo que se diferencia de una anterior: la gener<1da desde fi-
dadanía, mientras que la pertenencia a grupos se atrJvicsa nes del siglo XIX a raíz de los cambios introducidos por la in-
con la idea de pueblo, fundamental en el período anterior. D e dustrialización y el crecimiento de bs ciudades; ello se tradujo
esta manera comienza a hablarse de cíudodrmíru, para ab~mdo­ en Ll e¿,:plotación laboral, graves problemas de hacinamiento. de
nar su característica singular, constituida por los derechos salud, etcétera. Lentamente fue construyéndose una respuesta
que el Estado garantizaba a todos los habitantes de la polis desde diferentes perspectivas ideológicas, para deri:var en la ins-
moderna. Las ciudadanías, en cambio, construyen esta defen- talación del Estado de Bienestar en Europa y algunas de sus po-
sa de derechos por medio del apoyo a la diferenciación y, por líricas en América latina. Las recetas consistieron en diversas
lo tanto, la defensa de las identidades, las cuales ya no ema - políticas emanadas de la idea del seguro social (nuevamente b
nan del Estado-nación, sino de pertenencias individuales y li- opacidad del individuo), del acuerdismo entre sindicatos y em-
bremente construidas, subjetivas. presas, de las políticas activas de pleno empleo, de la regulación
III. En la extensión utópica de los principios de mercado, y protección de lo social por parte del Estado, etcétera. El mo-
¡·'
el individuo competitivo no gana nada movilizándose junto a delo, si bien no logró acabar con la desigualdad, produjo una
otros, que ahora sólo son parecidos a él, pero no iguales a él. sociedad más equilibrada y brindó, en los distintos casos, opor-
La diferenciació,n, tanto en las opciones de vida corno gracias tunidades de desarrollo para sus ciudadanos, completando el ci-
al avance de la. ciencia a través de la genética (Rosanvallon, clo de la ciudadanía: civil, política y social (Marshall, 1990).
1995), permite descifrar el futuro que a cada uno le depara la Pero luego de la crisis de este modelo y el av~nce de las
vida en la sociedad. La opacidad del individuo (es decir, la per- políticas neoliberales, desde inicios de la década de 1990 co-
cepción de que todos estábamos sometidos por igual a deter- menzó a hablarse de una nueva crisis de lo social, que ya no
minados hechos corno los accidentes, las enfermedades, la responde a los parámetros de la anterior. Es decir, el proble-
vejez) fue uno de los argumentos centrales en la construcción ma ya no son las consecuencias de la industrialización y la ex-
de mecanismos de solidaridad social desde el Estado y un ele- plotación laboral, sino justamente la ausencia de ellas. La
mento convocante para la movilización, tras la demanda por nueva cuestión social es la suma del desempleo permanente,
la igualdad. La diferenciación y la especificación, dos caras de el aumento de la pobreza, el alza de todos los indicadores ne-
un mismo fenómeno, ponen en t~la de juicio esta cuestión. gativos sobre nivel de vida. Desde mediados del siglo XIX,
cada modelo social generó algunos mecanismos de inclusión
social, mínimos en el modelo agroexportador (paulatina
5. Nueva cuestión social y participación reducción de la jornada laboral, derecho de asociación sindi-
cal, etcétera) y ampliados durante la etapa del proceso de in-
Hemos desarrollado lo que consideramos aspectos clave dustrialización y partiCipaci ón ampliada (jornada de ocho
para comprender el nuevo rol de las or g ~ miz:.1 cion e s de la so- 18() horas, vacaciones, jnbih ción , etcétera). E n los últimos años,
Vohxr a pmsm· la sooedrui C071/. 0 colectivo ))

por primera veZ en la hi storia argentina, se ha ímplantaclo un Negando b existencüt de determinismos mecán icos, se trau
modelo económi co social c¡l1e expulsa person2s sin brin cLu- just;Jm ente de un pumo al que h teoría polític:J siempre le ha
up or tuni dades sostenidas de reingreso. Es cierto que el deno-- dado un lugar especial: la in flu encia de las condiciones socia-
minado Plan de Convertibilidad permitió el acceso a nuevos les en el des{lt-rollo de hs estrucmras políticas. En este senti-
bienes importados y al créditO para una fra nja de la pobla- do , la tra dición desde los orígenes de la democracia moderna
ción; pero al mismo ti empo significó la destrucción del em- ha expresado la certeza de que democracia y desigualdad no
pleo, la caída sostenida de los ingresos y la inviabilidad de la conforman un par de convivencia pacífica (Strasser, 2000),
prod ucción en el nivel local por la apertura de los mercados. pero esto no quita que puedan convivir en aparente equilibro
Los datos de la nu eva cuestión social ya se encuentran (en tanto que las democracias actuales, frente a los mayores
dram áti camente instalados en el espacio público, elemento índices de desigualdad históricos, no se ven amenazadas en su
que fue negado durante los primeros años del menemismo . continuidad formal). Pero las presentes condiciones de em-
Sin embargo, dos cuestiones son de mayor importancia: la pobrecimiento y exclusión social derivan necesariamente en
actual constitución de la sociedad argentina y el diagnóstico un cambio en la dinámica de las relaciones sociales en gene-
sobre esta situación. rar'"y en particularlfJ actúan como cuna para el surgimiento de
Ya a principios de los noventa comenzó a utilizarse la ex- nuevos actores sociales y colectivos, que buscan atende¡; (des-
presión nuevos pobres (Minujin y Kessler, 1992) 'pJrf\ referirse ele la asistencia) o representar (desde la organización) esta
a un fenómeno particular: las clases medias de la Argen tina, nueva realidad, sin que ello implique necesariamente un rol
otror{l destacadas en toda la región, comienzan un decidido mayor en la sociedad. En este marco fue donde más visible-
proceso descen.deme en su nivel de vida por caída de ingre- mente se desarrollaron el crecimiento y la acción de las ose.
sos; así se vieron obligadas a bajar la calidad de los servicios Luego de percibirse, muy pronto, que el "efecto derrame"
de salud, educación, vivienda, entretenimiento y descanso, no generaría un ciclo positivo para la resolución de la cues-
etcétera . Al mismo tiempo, y en particular a partir de 1995, tión social, comenzó a gestarse un cambio fundamental en el
los sectores populares se ven atrapados en una situación de rol de las organizaciones sociales. Por una parte, las que ve-
pobreza sin precedentes y más recientemente de indigencia. nían trabajando en lo que puede denominarse el ámbito de lo
Esta situación ha multiplicado los factores negativos q~e se social notarori que su labor ya no podía orientarse exclusiva-
expresan, ya no en la disminución de la calidad de vida, sino mente hacia los sectores marginales "tradicion ales", sino que
directamente en la destrucción de las condiciones de sobrevi·- surgían nuevos grupos sociales, con demandas en el mismo
vencia: desnutrición, ha cinamiento, reins talación de enfer-· sentido, pero con culturas y prácticas políticas diferenciadas.
meda des vincuh1das a la pobreza, analfabetismo, etcétera. Por la otra, la política social comenzó a ocupar un lugar des-
Dichas realidades, que pueden tomarse separadamente en tacado dentro del ámbito de la reforma del Estado, en parti-
cuanto a grupos socioeconómicos, pero que forman parte del cular en sus niveles de intervención en la sociedad civiL Nos
mismo proceso, se bifurcan en distintas dimensiones, ya que referiremos a· ello en los capítulos siguientes, pero aquí nos
comienzan a afectar el modo como se desarrolla la vida coti- interesa destacar que el rol y la preponderancia otorgada a las
diana, modifican las pautas de vida familiar e, incluso, la ose en la actualidad se apoyan en sus niveles de interven-
constitución misma de la familia (J elin , 1998); a su vez, pen- ción y capacidad de acción en torno a las demandas surgidas
sando en procesos sociales más amplios, actúa sobre el modo de la riueva cuestión social. Esta preponderancia puede estar
en que se desenvuelven la cultura y las prácticas políticas, la b1sada en la medición real de sus posibilidades, pero también
percepción sobre la sociedad en general y el rol del Estado. en corrientes ideológicas a favor de ello. En este sentido, es
f\~ •
Volvc1· n pe7Jsm· In sociedad como colcai¡Jo 57
56 Sen;io De Piero
~ .
.:lave cor:. ~ Jrender que el auge de las organizaciones sociales y tintos conflictos que hemos mencionado. No es posiule; por
el despe71:ttT de la sociedad civil no se comprenden por fuera ello , hablar de una tensión exclusivamente reduci~1 a la reb -
del marco histórico caracterizado por las dictaduras y las re- ción entre Estado y sociedad civil, porque ello supone no sólo
formas que buscaban crear no una sociedad con mercado sino negar lo que la misma realidad nos muestra, sino los aportes
de mercado. Si no se toman en cuenta estas variables, desde las ciencias sociales que han presentado la multiplici- ·
considerando la cuestión como un mero fenómeno , se corre dad de conflictos que se establecen en la sociedad, tanto cul-
el riesgo de pasar por alto la conexión con el resto de los pro- turales e ideológicos como económicos, vinculados a las cla-
cesos desatados en el período. Fundamentalmente, compren- ses sociales. Esta misma conflicrividad nos impide habla r de
der que cada visión sobre la sociedad civil y sus organizacio- "un a" sociedad civil, enfrentada al Estado. Por el contrari o,
nes implica una visión del Estado. la ra íz de la tensión se halla en la misma sociedad civil, una
de cuyas ramas es el conflicto con el Estado por las libenacies
~ kitr 0 f.l&> .... 1;>; ~ ~ So~ do }{ELCk):.o
individuales, pero no es el único.
6. Tensiones en la sociedad civii Estas tensiones expresan los modelos sociales que están en
juego, o mejor aún, las posibilidades ele pensar alternativas al
En el inicio de Jos debates sobre la sociedad civil, H egel la camino único neoliberal; las metodologías sobre los tipos de
planteaba como un espacio de tensiones entre lo qu e "es" y intervención qne las organizaciones deben darse respecto del
lo que "debería ser". Sin embargo, nuestro objetivo no se resto de la sociedad; el rol que se le asigna al Estado en b si-
plantea exclusivamente en términos de dilucidación normati- tuación actual y el tipo de relación que deberían mantener las
va, sino en el intento de expresar la conflictividad que se pre- organizaciones y los movimientos; el tipo de ciudadanía a
senta hoy al conceptualizar la sociedad civil. Nos hallamos en construir; las formas de enfrentar la nueva cuestión social: si
un momento en el cual las teorías que dieron impulso e in- tan sólo es ayudar a 1(1 contención o es desafiar la exclusión
terpretaron a los movimientos sociales se ven limitadas y con social.
dificult(ldes para alimentarlos con nuevas perspectivas de ac- Sobre estas discusiones y las posibilidades de consrrucción
ción, así como para otorgarles una orientación y destino po- desde las ose quiere realizar su aporte este libro.
lítico acabado. Esta crisis se desenvuelve junto a la que atra-
viesa la noción de sujeto histórico de transformación, sea la
clase o el pueblo, cuyos significados y representaciones no lo-
gran aprehender un espacio social tan claro, como al rhenos
pretendieron hacerlo durante el siglo XX. Esto se comple-
menta conla erosión que sufren los Estados nacionales como
organizaciones políticas debido a los procesos de ~;lobaiz­
ción frente a los cuales surgieron los movimientos sociales
del siglo XX. Por ello, no debemos olvidar que las organiza-
ciones y los movimientos sociales que se construyen y desa-
rrollan en el presente trabajan manifiesta o latentemente so-
bre este escenario de crisis.
Nos referimos, entonces, a l.::ts tensiones que se gene ran en
el interior de la misma sociedad civi l, atravesada por los dis-
~1-o
CAPÍTUL03
· Asistencia, d~ ~ arol, inclusión:
discusiones sobre la n ~ vab cuestión social

l. Introducción

Las transformaciones operadas en el modelo estatal y en


la sociedad en general durante la década de 1990 no habrían
sido posibles de no existir un relato qri'e las interconectara y
[n
les diera un sentido de conjunto. Ese relato, el neoliberal, '2...
(J;
contó con la esencial virtud de brindar una nueva idea de or-
den, tanto para los Estados nacionales como en la explicación ~.
de un proceso conjunto de desmoronariúento de los socialis- ~
mos reales y la configuración de un nuevo tipo de capitalis- ~
mo bajo la: preponderancia del sector f~anciero mundial, aun
cuando este relato no daba cuenta de la!inserción de millones
de personas dentro de la sociedad. ·
Sin embárgo, en pocos años quedó en evidencia que la ge-
neración de un mundo de libertad y consumo para todos los
sectores sociales no estaba en los objetivos del modelo neoli.!
· beral y que el prometido "efecto derrax;ne" no se presentaba ¡.
con las consecuencias deseadas.1
Pero la denominada nueva cuestión 1'social no remite sólo
a la faz cuantitativa de la cuestión, asumida desde el aumen-
to de personas desempleadas, o que viven con necesidades

l. Por el contrario, el empobrecinúento de importantes sectores medios tu-


vo un efecto negativo e inmediato sobre los pobres estructurales de aquel sec-
tor {cuentapropistas, trabajos temporales, etcétera), que sobrév:ivían desde la··
informalidad. ·

Ft1
~ iJ . ..~ .. .. .
u [Uuu:; 1u:; lnuicaaures ae pooreza ae- (política tiscal, monetana, etcétera), tamDlen en 10 soc1a1 el
~ ~
ua:w... a:, l:;aut= . t.:u<~;,
0
'
sarrollados en los últimos años. En términos más amplios nos diagnóstico apuntó a un necesario cambio en su concepción,
presenta la confor.mación de una nueva sociedad donde el alentando un gerenciamiento sobre él, y a imponer una nue- "' ~
empobrecimiento transforma las prácticas cotidianas de las .
personas, modifca ~ a realidad urbana, presenta la emergencia
va lógica cuyos valores centrales ya no fueran la capacidad de
integración, de tejido social o de ciudadanía que est ~ s ~ políti­

& ];>.
cas puedan generar, sino su grado de eficacia, transp~ci
de nuevos actores:'sociales que se organiz~
Plantea también nuevas relaciones de los sectores afectados
arite 1~ crisis.
eficiencia en su concepción y ejecución. ·
y
~ ó
con la política, donde ya no encuentran un camino colectivo Se creó así uri proceso con rasgos esquizofrénicos: las polí- 1>-:> k>
o º
para la solución de, sus problemas. Y en particular porque el
. trayecto por todos asumido para alcanzar un buen nivel de vi-
ticas neoliberales llevaron a que lo social fuera violentamente
separado de lo económico y al mismo tiempo sometido a éL ~ ~·
da (educación, sacrificio, trabajo) quedó pulveri~ado
· mayoría de la pobhción. De allí la incidencia notable de la
para la ~ g-
· pobreza en los procesos de subjetivación de los individuos. Si 2. Las organizaciones de la sociedad civil ~ 6'
el país se transformó, también lo hicieron las representacio- en las políticas públicas
nes y construcciones de la pobreza, los modos de concebirla
y, por lo tanto, los posibles caminos para revercirla (Feijoo, ¿De dónde surge la legitimidad para que las OSC partici-
2001). La nueva cuestión social presenta, por sobre todo, el pen (en distintos niveles) de las políticas públicas? La Cons-
camino de la incertidumbre frente al futuro, ausentes ya las titución Nacional, al menos hasta la reforma de 1994, privi-
:construcciones políticas que ayudaron a menguada, como se- legiaba el carácter delegativo sobre los poderes públicos para .
ñalamos en el capítulo l. la resolución de las demandas sociales, y reservaba a los ciu-
Aunque evidente en sus presupuestos iniciales, fue con dadanos tan sólo el derecho de peticionar, pero no los de de-
:posr-:rioridad a las políticas de privatizaciones, de reforma y liber.ar ni gobernar. Así, la planificación, el financiamiento, la
:reducción del Estado; y de ajuste estructural permanente ejecución y el control del conjunto de las políticas pú p .ij ~ cas se
cuando se manifestó con mayor crudeza el impacto social de hallabar.1. en manos .del Estado nacional, en un perío.ifo que,
este proceso, que ya fue señalado. En estos .1ños, a mediados como vinios, se caracterizaba por su centralidad en ~ó . dos los
de la década de 1990, comienzan a surgir desarrollos teóricos órdenes. Ahora bien, incluso antes de la reforma constitucio-
2
y propuestas polític~s y sociales en pos de completar aquel es- nal que otorgó algunos espacios nu~vos a las OSC, comen-
pacio que las · refo>:I,Tias no sólo no desarrollaron, sino que zó a instalarse un discurso que les otorgaba a éstas una canti-
tendieron a destruir: lo social. Desde la lógica del proceso dad importantr de virtudes y de supuestos respecto de las
.neoliberal, la política social tampoco podía formar parte de la polít:i,cas públicas, de algunas de las cuales el Estado estaría
?. _ f1 s ,. l \. f n, L :agenda pública como lo había sido hasta ese momento, en careciendo. Esta discusión y argumentación general podría
' N> ~ 'T lA/>-7 ..... D QI:/\A(L dos sentl'd os: por un;a . parte, 1o soc1a. 1 deb'1a ser
. separa do tan-
agruparse en cinco puntos centrales: .
u..rrro & Lo Ro!in ea . to de lo político como de lo económico, de manera tal que su 1) la transparencia: los miembros de las ose tienden a ser
resolución no fuera un tema politizable ni afectara a variables menos opacos en el manejo de los fondos;
-en JJ...J:J Co Lo eWÓJJJ económicas, sino que debería resolverse, aunque ·con ínter-
- .vención del Estado, ¡principalmente desde lo social; por otra
Ce parte, del mismo mgdo en que el FMI y el BM generaron
2. Véanse los artículos 42 (sobre las asociaciones de defensa del consumi-
dor) y 43 de la Constitución Nacional, así como los tratados y pactos interna-
·nuevas políticas de 0,.tervención en las economías nacionalest;' cional~ incluidos en ella.
41)
- .f\-7_
Asistencia, desarrollo, incÜtsión 107
106 Sergio De_PieTo
tran fondos de deuda contraída con organismos multiaer~
2) la cercanía con los beneficiarios: el anclaje territorial les les como fue el caso del PRANI (Programa de Atendón a
brinda un conocimiento de la realidad local que el Estado no Menores en Riesgo), :financiado por el B:W,co Interamericano
posee con la misma claridad; . de Desarrollo, o el del PROAMBA (Prdg-rama de Atenc,i ón a
3) la operatividad: logran mayor eficacia y eficiencia en sus _ Menores en la Provincia de Buenos Aiies) con ·fondos de la
prácticas; Unión Europea, o actualmente el Programa Familiar, tam-
4) su mayor flexibilidad: al sostenerse en el voluntariado y bién con frnanciamiento del BID. Finalmente, las organiza-
no depender de estructuras jerárquicas como el Estado, no ciones reciben frnanciamiento directo d~ fundaciones (orga-
están sujetas a un .normativismo burocrático; nizaciones sociales, religiosas, europeas y norteamericanas en
5) la baja de costos: por varios de los aspectos anteriores, particuhir) o de gobiernos extranjeros, lo cual implica una in-
en particular el voluntariado. .
tervención de éstos en la política local. .
Aunque las argumentaciones varí~nde acuerdo con el per- Pero no se trata exclusivamente de manejo y descentrali-
fil de la organización y con las distintas corrientes en las que zación o tercerización del presupuesto del Estado, sino en
·pueden ubicarse, se trata de un planteo que, si bien da cuenta particular, y esto implica a lo anterior, de establecer la legiti-
en algún sentido de la nueva relación entre Estado y socie- midad de las ose para intervenir en eL1diseño de la misma
dad, está signado en particular por la sociología organizacio- sociedad, producto obtenido de la aplicación de las políticas
nal y a·su vez plagado de supuestos difícilmente demostra- públicas. Estas, en efecto, tienen la capaCidad de moldear as-
bles.3 pectos clave de la sociedad en campos como la educación, la
Pero más allá de discusiones operativas al respecto, el nu- salud, la justicia, la ecología, etcétera, temas sobre los que in-
do de la cuestión es si las ose están legitimadas para admi- terviene buena parte de las OSC. eomo.vimos en el capítulo
nistrar fondos públicos, para intervenir en temas que intere- anterior y veremos en éste y el siguiente, la variación en la
san al conjunto de la sociedad, que afectan al bien común o al forma de intervención y el tipo de articulación con el Estado
interés público, y, si la respuesta es afirmativa, en qué grado son los aspectos que distinguen a una corriente de otra, pero
deberían hacerlo. El debate es más cótnplejo que la asigna- todas coinciden en el derecho a la incidencia sobre la gestión
ción de partidas para mejorar la producción de un programa. del Estado y a:su intervención en la sociedad.
En primer término, porque la financiación desde el Estado Por ello, al'tomar la cuestión en conjunto, de lo que se tra-
de las OSe no es 1m dato novedoso, ya que la misma Socie- ta es de observar la crisis por la que atraviesa el Estado nacio-
dad de Beneficencia, furidada por Bernardino ;Rivadavia en nal, que no es sólo de raíz identitaria, sino fundamentalmen-
182 3, administró fondos públicos, y lo mismo puede afirmar- te política, pues implica la pérdida en su nivel de incidencia
se de un gran conjunto de organizaciones. En segundo lugar, sobre el proceso global de la sociedad. La discusión sobre el
porque la :financiación no se restringe ya a una sola dimen- · Estado que caracterizó el debate teórico y político del siglo
sión, sino que desde los noventa la participación de las orga- XX se centraba sobre todo en la dominación y la explotación,
nizaciones en políticas públicas, en particular las sociales, se y se dividió básicamente en dos corrientes principales: una
. a diversas fuentes. Por una parte reciben fondos pú- perspectiva liberal (orientada en particular por el furicionalis- .
provenientes del presupuesto nacional, del provincial mo de origen norteamericano), que veía en el Estado la ne~ :
menor medida, del municipal. Pero también adminis- cesaría mediación de los diversos intereses que se manifiestan
en la sociedad pluralista, y que aun cuando lo concebía como '
cantidad de bibliografía sobre organización y gerencia.Iniento da una institución que debía autolimitarse y no invadir la socie- ;
de debate.
u<Lu '-l v.1.1, 11:; uwrgaoa un rol vital en la sociedad y el desaro ~
~e gi . tinuda es una tarea bastante más compleja y ardua. La
llo, como regulador; y la marxista, que encontraba en el Esf1
~ e otorgó al Estado, entre otras cosas, el uso de la violencia
tado al garante de la explotación capitalista y de la socied i i" ~ J egítima demandó un va~t proceso histórc~, quedebió pri-
pnero desarmar el andanua¡e de la Edad Med1a, ~ par luego es-
de Clases, motivo por el cual su misma existencia significabiy
la perpetuación de ,la explotación, .pero que en la-práctica sigJ' ptablecer las bas~ de. un nuevo contrato sociaL . f-l ~ ~ ebat ac-
!·tual parece mas b1en concentrado en deshac:erse! de las
nificó la conformiición de modelos de socialismo de _Estado.:
; políticas de regulación estatal sobre el espaCio p'1blico crea-
La ruptura·o el agotamiento de ambos paradigmas, derivados
das en el siglo XX, y que en algunos casos encuentra. en.las
del nuevo escnar~o internacional, dejan en un "vacío teóri-
co" la legitimidad ~el Estado; reduciendo su rol a una discu-
ose una herramienta capaz de llevar adelante ese'nuevo rol.
En lo que sigue veremos los diferentes modelos de inter-
sión estratégica y procedimental sobre políticas públicas y a
su perfil de agente. facilitador de los negocios y la expansión vención desde las ose sobre la nueva cuestión social.
del mercado (disminuir los ruidos de la política, concepción
de un Estado inteligente, etcétera).. 4 ·
A partir de este nuevo cliffia la intervención de las OSC en 3. El modelo de la neobeneficencia ·
las políticas socialc::s se justifica sin mayores esfuerzos . con-
Nos referimos antes a cierta: tendencia actual que favore-
ceptuales ni políticos: en medio de un proceso de globaliza:-
cía la aparición de organizaciones que trabajaban mediante la
ción que erosiona los Estados nacionales, no es necesario dar
asistencia directa, tanto desde sectores altos como medios.
·' cuenta de manera acabada de por qué las organizaciones pue-
En esta perspectiva, el fin es brindar atención, inmediata a ·
~ den llevar adelante las políticas públicas, e incluso asumir ro-
.: les estatales. Ello explica que los puntos mencionados respec- personas pertenecientes a sectores compuestos por pobres
estrUcturales y cuyas necesidades ~e centran en la alimenta-
' -· .· to a las virtudes de las ose sean su.puestos que en ocasiones
-:pueden ser demostr_ados, pero de ninguna manera son exten-
ción, la salud, la educación y la emergencia. Es,te ·paradigma
es ,el que se ha instalado en el espacio público, ;· (!~ , particular
. ~ sibles a toda orga:i~cón social. · ·
por los medios de comunicación, como el t auge ~: qf, ocianst,
La discusión actual sobre el papel del Estado justifica, por
ausencia, el nivel de intervención de las ose en-las políticas el cual es presentado como un espacio de altruismo. y, por so-
• públicas. N o son correctos, por ello, los planteas que señalan . bre todo, totalmente contrario a la particiRación política.
· que las organizaciones sociales pueden o deben reemplazar al
a
Al encontrarse tan fuerterne,nte .ligado una '"opción per:
sonal y al mundo de la vida privada, no existen desarrollos
Estado. Lo que sucede es que, al desmoronarse el Estado, los
teóricos de tipo político que lo respalden, sino alientos ideo-
·violentos espacios que deja a la intemperie son rellenados con
los instrumentos que se tienen a mano: no necesariamente los lógicos, a la manera de los manuales de autoayuda: la solida-
de mayor legitmda~, ni los mejores. La construcción de una ridad para estar bien con uno mismo. Corno afirma Bauman,
la autoauyuda es el nuevo rostro del individualismo moder-
no. En épocas de autoayuda, la solidaridad aparece c.omo te-
4. Uno de los trabajos 'recientes más 'interesantes afirma que, en realidad, el rapia y entretenimiento; la participación social, corno distrac-
Estado nacional se encu ~ a sometido a un riuevo tipo de Estado, el trasnacio- ción y sociabilidad. Esta concepción valora lo informal, lo
nal, no ya territorial, sino que atraviesa el orden internacional, el cual no se en- espontáneo y la ausencia de estrUcturas o, si existen, que no
cuentra sometido a un pacto político democrático, y que significa el traslado de exijan una pertenencia ideológica, y, si la hubiera, que ésta
}a capacidad decisoria del E;,stado n.acional hacia los centros financieros (Ro hin-
sea homogénea, que no ponga en cuestión el orden social vi-
son, 2001).
~ ~. l\
.;
"'
t -li-4
lJO Sergio De Piero
Asistencia, desarrollo, inclusión 111
gente, sino que persiga la realización de acciones de manera
inmediata y palpable, ya que la inmediatez y lo visible pasan "despertar" la solidaridad de la pob~ación. Al ser un hecho
a ocupar el lugar de valores. · mismo d.e excepción,.justificaba la ne~sida de una ayuda ex-
La neobeneficencia no cree que el orden estructural inci- traordinaria para quienes eran considerados víctimas; lo que
da en la vida económica y política de las sociedades, de ma- trabaja a. favor del estímulo a la ayuda es que esta caracteriza-
nera que la política económica no es un dato relevante para ción y situación era ·plausible de sucederle a cualquiera (sobre
medir el crecimiento de la pobreza. De allí que su objetivo no todo a un hijo, mensaje tan clarme~t utilizado durante la
MI~ ~l> Guerra de las Malvinas). Ante estas Situaciones, las convoca-
sea alterar el orden sino preservarlo; procura impedir que las
desigualdades de.la pobreza (a las que en general denomina todas a la solidaridad no precisan de ;mcentivos selectivos, ya
(j~ que los mismos hechos y el llamado al patriotismo, a la argen-
inequidadesi se 'traduzcan · o se manifiesten en un conflicto
social abierto que genere espacios contrapuestos (ricos vs. tinidad, a la opacidad de la víctima, !movilizan a favor de la
pobres); en cambio, favorece la colaboración entre los secto- a}ruda. De · todos modos, para convertir esto en un proceso
res sociales, en los que se manifiesta, en ''la ayuda desintere- donde la mayor cantidad de personas se sienta incluida, se ge-
sada", la solidaridad individual. Si el conflicto se hace explí- nere un sentido colectivo en la acción!y las personas reconoz-
. cito, no será por obra de los pobres, sino de "agentes can hs necesidades de los demás comu superiores a la propia,
ideológicos externos", quienes buscan politizar el orden so- es necesaria su ubicación en el espacio público mediático.
cial. De esta manera, la beneficencia, en concordancia con un · Pueden ser las agendas estatales las que convoquen a colabo-
modelo económico que separa lo social de lo económico, rar, pero sólo será efectiva si se produce una alianza entre las
busca adueñarse de la cuestión social bajo la premisa de lo in- ose de filantropía y los med!os de comunicación, en parti-
dividual, donde lo social encuentra la solución en lo social. cular la Tv. La importancia de ella en la vida de las personas
Al recluirs.e en la participación individual y apuntar a des- se demuestra también aquí por el alto grado de legitimidad
pertar la compasión hacia los otros, la neobeneficencia nece- que puede .b rindar a una situación soCial dada, al colocarla en
sita de casos :especiales que reanimen en los individuos el es- su espacio y con su lenguaje.
píritu desinteresado por la ayuda, y si ello no es .fácil de Pero ¿qué sucede cuando la ayud ~ se convierte en una ne-

obtener se recurrirá a algún incentivo, colectivo o selectivo, cesidad ~otidan y la pobreza alcanza 'tlimensiones descontro-
M1C <k . ~ para estimularlo. Así, los medios de comunicación cumplen ladas y las víctimas son cada vez más? Ya no se trata ·de vícti-
un rol fundamental también en este modelo, lo mismo que el mas de un desastre natural o de la guerra, sino de un modelo
~ c& doJ económico que genera exclusión. Los otros hechos sociales
campo empresario en ge.neral.
- /
~.lWr\ <'~!. Durante mucho tiempo fueron los desastres naturales permiten enfrentar a la víctima inocente frente a la naturaleza
(inundaciones, terremotos) o una situación social grave (la o a la guerra.'O como un servidor de la Patria. Aquí se trata de
J (!AM,fo Guerra de las Malvinas en 1982, la hiperinflación de 1989, asumir las Mnsecuendas de un modelo que la filantropía no
etcétera) los que se convirtieron en momentos clave para pone en cuestión, en particular porque:;quienes apoyan esta co-
'{;N¡f~ rriente en términos sociales forrnan parte de los sectores bene-
ficiados. De todos modos, ante la misma necesidad de estable-
5. Un debate al que no nos hemos referido aquí. La desigualdad es un con- cer una causalidad y una justificación de la situación y generar
cepto político que remite a una noción de justicia, si se quiere de la utopía de una responsabilidades y culpas, ella recaerá' en la ineficacia y la co-
construcción social. La equidad, como afinna la CEPAL, "debe entenderse en re-
rrupción estatal y de la <;:lase política.
lación con el establecimiento de metas que la sociedad sea capaz efectivamente de
alcanzar[ ...). Su punto de referencia es lo realizable" (CEPAL, 2000). Sin embargo, prevalece un problema y es el del estímulo a
la ayuda y a la solidaridad individual. :!Los incentivos colecti-
f15
vos uan proauc1enno caaa vez menos resultados, por lo que En un nivel semejante se mueven los medios de comuni-
debe pasarse a una lógica que genere algún tipo de mecanis- lcación, los cuales han mcorporado la solidaridad como terna
mo selectivo. Por parte de distintas empresas comienzan a rque también atraviesa la programación cotidiana, sin alterar-
~n.J t...C?.NJA ~ ~ 'la. Corno el resto de las empresas; otorgan al~ } ~efico
generarse propuestas en las que el consumidor, ya no el indi-
~W/-.tl()A , ,J o LSL. viduo ni el ciudadano, puede llevar a cabo acciones solidarias ¡
¡por la ayuda (conocer a un "famoso";· un prem1o, . ~t,8era)
por medio de la rnercantilización de éstas: si se consume un !pero agregan a ello dos poderes clave de los medi()~ ;- ~ I?-u~va­
- C.W~Mo producto o servicio 'peterrninado, la empresa colabora con al- rnente en particular de la T\1. En primer lugar, inte ~ i=:alí1
guna "obra de caridad", o directamente brinda un benf!~io solidaridad dentro de la programación común del caniJ, bajo
directo para el cons't.liilidor si éste aporta algún bien (pasajes los formatos de información o de entretenimiento; es decir,
gratis, descuentos, ~ ~ cambio de la donación de ropa o jugue- no existe disrupción con el lenguaje teÍevisivo. Ello se extien- foM.b-l yp., ~
. tes). Además de otorgar un bien selectivo al consumidor so- de a un segundo rasgo de la T\T, que se c<:mstituye como me- CJl.,li\UI\1\... c6
lidario, el mercado lpgra incorporar la solidaridad a la lQgica dio entre la realidad de la pobreza y la exclusión y los televi- (,6_
mercantil, de maner:a que la ayuda social no yie1;~ a. romper dentes; pero no para vincular sino para separar. Los 1?-.fWeoA~
el mismo principio de acumulación de capital ni "crea disfun- programas especiales dedicados a la búsqueda de fondos se
ciones en la cadena de negocios. No hay interrupción; la so- realizan en estudios de TV y son conducidos y animados por
_lidaridad no se presepta como un momento extraordinario de la gente del espectáculo; los televidentes, una forma particu-
.J a vida social, sino como cotidianidad subsumida ·a la lógica lar del consumo, participan lejanamente a través del teléfono .
del mercado y fome~ta h conCiencia de la buena persona, la UNICEF, Caritas, la Red Solidaria, COAS, u otra institu-
. generosidad, sin que:: ~u o ponga en tela de juicio el orden so- ción, brindan la garantía del buen uso de lo recaudado. Los .
Cial, la economía, los "negocias personales", etcétera, DichQ ~ pobres, sujetos de la nueva cuestión social, se cosifican en la
de otra forma: las eJJ,lpresas auspiciantes de eventos de fllan- opacidad de las sobrerrepresentaciones y mediaciones que
hopía, que originalmente buscaqan adherirse a este tipo de ocultan y distancian. No representan sino otra alte.r.nativa
acciones, acompañáJ.?.dolas, hoy colocan la beneficencia por entre las que ofrece el menú cotidiano: las imágen~§. ;' Y los
detrás dellogo: la m~rca se convierte en un símbolo que su- mensajes de la tragedia que significa la pobrez~ , no W. ~ ren al
pera la representación de Un producto, para intentar confor- televidente, que disfruta de lin espectáculo, ni se con_trastan
7
:ffiar un modo de vid ~ y una visión del mundo (Klein, 2001). 6 con la lógica del "show televisivo". · •.
La vindicación de lasolidaridad como beneficencia y fi-
lantropía desinteresada se expresa en las mismas creencias de
6. Las mismas empres;i< asumen la colabo¡;-ación en estos términos: "Para las personas que participan en estas organizaciones, en tanto
John L. Cook la ecología es una verdadera preocupación. Más allá de su carác- están totalmente despojadas de otros intereses. Afirmaba la
ter filantrópico, estas campañas dan un cierto valor e imagen a la·marca" (del
jefe de producto de la empresa) o "Nuestras campañas con Unicef nos permi- entonces presidente del Foro del Sector Social: "al no buscar
tieron trascender a un nuevo público que anteriormente no conocía la marca o rédito personal o poder político, ni un resultado !;!COnómico,
no concurría a nuestros loc;.ales" (de la encargada de mm·keting de Vitamina). el tercer sector posee una gran objetividad en su accionar, y
Ambos testimonios fueron ~ . ublicados en la revista Ter·w· Secto1·, n• 21, septiem- su trabajo busca la eficiencia y la solución de los problemas
bre de 1998. De estas afirmaciones se desprenden dos conceptos importantes de manera inmediata" (Martini, 1998). Lo cierto es que esta
para comprender la filantropía empresaria: en primer lugar, puede generar más
y mejores negocios; en se~do lugar, y derivado de ello, la filantropía y la so-
lidaridad son mercantilizad3,;s y no presentan ningún factor de ruptura con la 7. De hecho, en los últimos años han aparecido en distintos canales de te-
lógica empresarial. ' levisión programas del tipo Hntity show pero con contenidos "solidarios".
~ r~
114 Sergio De Pie1·o •f Asistencia, .desarrollo, incl¡¡sión 115
visión es percibida también a nivel general en la sociedad, por · . ';r•: • ~han ocupa:dó el vacío
~ -
de. lo político, 1? ·¡ ayuda, la solidaridad
ejemplo, por la alta confianza que lograrían estas organiza- ' : .·! \
inmediata, la beneficencia han sido nuevamente magnifica-
cienes según las encuestas s.obre imagen y por la capaciciad de .• ¡ das" (Lipovetsky, 1994: 143). Es decir qüe, presentándose co ~
reclutar voluntarios. 8 :¡ mo un espacio de solidaridad, la benefic:encia también encie-
Retomando el tema de las OSC de beneficencia, ellas ge- . • ! rra las tendencias actuales al fortaleciip.iento de un nuevo
neran también una colonización sobre la cuestión de la soli- : r individualismo: "La acción voluntarista·no se basa ya en un
daridad: "Yo lo he conversado c~n el Foro del Tercer Sector: · imperativo rigorista, es terapéutica id,entificadora; [... ] no
depurar cuáles son realmente las instituciones que trabaja- erradica la compasión y el deseo de ayudar a los semejantes,
mos en la solidaridad y, en base a esa primera depuración, ver : · los asocia a la búsqueda de uno miso~' (Lipovetsky, 1994:
cómo podemos trabajar mejor[...]; el voluntariado es casi una .· .145).
9
misión divina". Este tipo de conceptos remite también a la · j? La autonomización de lo social y de la labor en esa área le
apropiación que sectores sociales (la clase dominante, la .. ; permite a la beneficencia, por una parte, simplificar la reso-
"aristocracia" local) efectúan sobre el tema. Argum~ntos se- • j lución de la cuestión social, y, por otra, presentar al volunta- \f oVJ ...l lk\AÁt>o ea).{ o
mejantes se esgrimieron para impedir la sanción de una ley . f riada como la contracara tanto del despiadado mundo de lo
del voluntariado, en el año 2001. : ¡económico, donde no existen reglas ni cG>mpromisos morales Col nM.Ck\A dJ ~
Si durante el siglo XIX la Iglesia tuvo mucho que ver en •· i (el mercado-existe para obtener ganancias, las organizaciones t¿ c.o,.l ¿; M.LCo ~ do '4
la construcción del imaginario de la caridad o la piedad indi- . ¡ son sin fines de lucro), como, yen especial, de la política eón-
vidual para estas organizaciones,·en la actualidad una religión . & cebida como corrupta y saturada de intereses mezquinos. De P~rt CA.;
más bien difusa, casi laica (lo cual nos asemeja, si se quiere, a {¡' hecho, para algunos de los miembros de~ sector, ellos no de-
la sociedad estadounidense), pasa a cumplir ese rol, donde se ti ben vincularse a la política:
en~mzcla valores como la misma solidaridad, el hacer el ~ ­

bien para estar uno mismo bien, la confiabilidad, la transpa- ~ [.. .] un líder natural de una organización di:l tercer sector, con res-
rencia, h autonomía. En este sentido, la presencia creciente 1 paldo de otras, podrá organizar más cambios·que ocupando una ban-
¡ •. ca en las condiciones actuales. Y esto es así porque trabajando por
de voluntarios en el ámbito de la ayuda social no escapa a las ¡:
fuera de .ias estructuras partidarias no está sometido a presiones in- .
variaciones sobre la moral y el individuo, vinculados a las r,~
~ ternas y no será presa fácil de la tentación ... {Bardecci, 1999: 52). 10
concepciones posmodernas: "Desde que los megadiscursos ·t
políticos e ideológicos se _han disipado, los valores morales
·¡· De esta manera se convierte a la so~ieda civil en el espacio
: del buen ciudadano, honesto, solidario y,· por sobre todo, no
8. Véanse las encuestas de Gallup Argentina sobre el tema (La Nación, Su- •f vinculado a la política, lo que también es causa de sus virtudes.
plemento Solidario y diversos editoriales: "La gente se vuelca cada día más a la . [ , . Esta ap~re.;-t neutralidad -,Y; cuándo no, rechazo ~e. la po-
solidaridad", 15 de diciembre de 2001). Respecto a los voluntarios, llama la
atención que la encuesta de 199 5 revela 1,5 millones de voluntarios en la Ar-
·¡ línea- no 1mp1de la construcc10n de un proyecto pohnco. El
gentina, mientras que la realizada en el 2001 estima unos 9 millones. Parece ~ filantropismo fue lentamente virando desde actitudes. conser-
desproporcionado el salto numérico indicado, cuando en términos de observa- .,
.'
ción no se percibe un movimiento sócial de estas características. Por supuesto
no se trata de un censo sino de una encuesta proyectiva. · t.\ 10. Bardecci es representante de la Agrupación di- Vecinos de Vicente Ló-
9. De una participante en el IV Encuentro Iberoamericano del Tercer pez. En una lógica parecida, la revista 3 Puntos denominaba como pm-tido de la
Sector, Buenos Aires, 14-16 de septiembre de 1998, Memoria del Encuentro, buena lec!Je,. a la Red Solidaria, en contraste con los partidos políticos (3 Pumos,
p. 145. . ...,, n• 151, mayo de 2000).

rrt
~ - r __ _ ._ .... ...,, ................. "' J:'V.l\~ . uc:;, U.la:> Illlll- cierto también que la alta ·des~onfiaz que generan institucio-
tan tes. nes tales como los partidos políticos o el mismo Estado ha re-
En efecto, hasta aquí rios hemos referido en pa.rticular a la vitalizado a este sector en una época caracteriZada por la bús-
fuerza principal del paradigma que se sostiene en la ayuda di- queda de "hechos" de la acción directa, de lo p~able_ : . ~n este
recta; la contención social, etcétera. Pero en los últimos años · sentido la beneficencia se valoriza, frente a aquello (la:.p9lítica,
han surgido organizaciones muy cercanas a las anteriore.<¡, por la economía) que se vislumbra como distante y ajen9 : ~1 ,
pertenencia social e ideológica, que trabajan sobre temas más . Al ni.isrno tiempo, la ocupación del espacio público) in.plica •
de carácter político y ,pe gestión de gobierno, lo que las lleva ;;' la "apropiación" de ciertos temas, como concepto de s~cieda ·
a enmarcarse con las organizaciones que tratamos en el capí- : civil -supsunliéndolo a las organizaciones de ayuda social-, el
tulo anterior, provenientes del neoinstitucionalismo. ·Un voluntariado, la noción de buen ciudadano, etcétera.
ejemplo de esta tendencia puede verse en la participacióú en Otra. práctica o conceptualización que se ha desarrollado
los foros de reforma p9lítica y en las conclusiones "Encuentro es la den.orninada "responsabilidad social empresaria", con-
a
para el Consenso", lleyado cabo en el mes de noviembre de cepto y prácticas sociales sobre los que.no existe una concep-
2001 en San Nicolás de los Arroyos, en el intento de emular ción única, ya que mientras algunos refuerzan el trabajo in-
'
uno de los acuerdos p~ , econstiual de la Argentina. 11 terno de la empresa, otros remiten a su contexto, al apoyo
·~
· ·. En el documento final se plasma la visión política que po- que la empresa pueda dar en el orden local. En nuestro país,
see el modelo de la filantropía. Además de ciertas demandas la implicancia de las empresas en el contexto social, más allá
~stald en toda la sociedad, corno la transparencia de la fi- de su labor propia, se extendió particularmente en el ámbito
nanciación de los partidos políticos, la reforma de!"régimen de la cultura y los deportes, con auspicios yformación de en-
electoral, los nuevos mecanismos de la justicia, el achica- tidades propias. Algunas entidades cuentan con ·una impor-
miento de las campañas, etcétera, el documento avanza soli- tante tradición en financiación de proyectos sociales, mien-
cit.ando la anulación d~l voto obligatorio, el fin del sistema tras que la gr·an mayoría aporta de manera esporádiC:~L· · Con la
federal de gobierno, la¡; disoluciórt de las provincias, etc. To- crisis dC los últimos años, la participación se ha concéntrado
do ello sin explicitar ningún diagnóstico o estudio que justi- en planes alimentarios (comedores), pero se tr ~ i:a 'alíll de un
espacio de acción muy restringido y de impactÓ ~ .rehit v o. : Los
fique las medidas, salvo: el único demento que atraviesa todo
textos que hacen referencia a este punto son más bien de ca-
el documento y que se na constituido en dogma de los secto-
rácter normativo; invitando a las empresas a participar; de las
res dominantes: la reducción del gasto p:úblico.
investigaciones se destacan algunos trabajos producidos en la
En síntesis, la tradición de la beneficencia se ha reconsti-
década de 1990 (Roitter, 1996). En esta línea se ha desarro-
tuido en la Argentina, tomando elementos propios de su his-
llado el voluntariado empresarial, consistente en programas
toria (la ayuda inmeda~¡., la asistencia directa, el rechazo a la
de acción social pensados por las empresas para ser llevados
política y al conflicto social, y en ocasiones la peftenencia de
adelante pór sus empleados, pero entendiendo siempre que el j
clase) con elementos nuevos como las alianzas con el mundo
voluntariado es también parte de la acció.n corporativá de la
empresario y una nueva ocupación del espacio ¡:. úblko. Es
compañía, ·una tarea anexa al trabajo, y no desvinculan te, en
tanto debe rendir respuestas que importen también a sus in-
tereses (mejorar la imagen, el clima de trabajo, etcétera)¡ así
11. Si bien la ONG Concit!ncia fue la organizadora, participaron· otras va- refuerzan nuevamente la idea de que esas acciones volunta-
rias vinculadas al Foro del Secror Social. Documento fmal elab01;ado durante rias son trabajos desinteresados no "manipulados por la polí-
el programa "Encuentro para e.l, Consenso", Buenos Aires, enero de 2002 . tica" (Clm·fn, 7 de marzo de 2004: 14). .
·,
~re
118 Se1-gio De Piero Asistencia, desarrollo, inclitsión 119

3.1. Los aportes del modelo gerencial-tecnocrático parencia, como un atenuante del seguni;!o, aunque en reali-'
dad no tematizara la cuestión de fondo: ~1 rol del Estado y la
En páginas anteriores expusimos la idea de que las trans- participación ciudadana. En segundo 11\Igar, el modelo fue
formaciones operadas desde el Estado generaron nuevos pa- complementario al resurgimiento de las organizaciones de
trones de relación entre éste y la sociedad .y cambios en Ias beneficencia, en las que esta tendencia encontró un lugar óp-
relaciones sociales dadas en esta última. : timo para desarrollarse, así corno también en un buen núme-
La impronta que la lógica del mercado provocó en el res- l ro de organizaciones vinculadas al paradigma del desarrollo y
to de la sociedad hizo que otros espacios de la sociedad ten- ~ muchas de base, que durante los noventafse vieron desafiadas
dieran a imitar la lógica de organización del mercado. Esta ~ . por la crisis no sólo económica, sino también de horizonte y
lógica, además de transmitir la primacía de la ganancia en las , de visión política sobre la realidad. Ante· ello, muchas inten-
relaciones sociales, consagró la racionalidad instrumental, se- taron combinar su visión político-social con las herramientas
gún los términos weberianos con arreglo a fines, como el mo- ¡ que el gernc~aliso les venía a ofrecer.
do de resolver y proceder en las distintas acciones sociales El paradigma gerencial ha intentado constituirse corno
desde las instituciones o las prácticas cotidianas. De esta ma- ' 'e·quilibrio entre las prácticas clientelares '"-las que serían pro- .
nera, la constitución de un modelo gerencial-tecnocrático . r l ~S de América latina en el diseño y eje¿ución de las políti- '
viene a complementar el modelo económico neoliberal, del ¡Cas sociales- y aquellos sectores que "politizan", por medio
· cual refleja algunas características fundamentales: el poder de ~ ' el conflicto, 1a cuestión social. En este sentido, . como en
los técnicos, la opacidad del conflicto y la absolutización de los ~ os, el gerencialisrno puede vincularse directamente con el
fines Oa organización, la eficacia y la eficiencia como valores). ¡freoinstitucionalismo. · · · · · 1
Para que este modelo alcanzara el desarrollo que se regis- "' El modelo gerencial-tecnocrático, entonces, co:qsidera laJ
tró en la Argentina fueron necesarias algunas condiciones iedad civil como el espacio fundamental para la resolución
anexas, amén de la concordancia con el modelo económico. ·la cuestión social. Esta perspectiva, al mismo tiempo, re-:
Por una parte influyó la visión que asumía que la política so- la sociedad ciVil a una tarea de acompañamiento y lirni-
cial debía mejorar su capacidad de acción y de resultados, en de su rol a esta tarea, de manera tal;que no siempre los
momentos en que la euestión social tendía a agravarse; pero, . políticos o los sindicatos serán tornados como repre-
sin lugar a dudas, la. existencia de una burocracia estatal ine- de· ella, y aun pueden quedar excluidas aquellas ar-
ficiente y con escasa capacidad de adaptarse a las nuevas de- que se presenten privilegiariclo el conflicto soJ
mandas fue el escenario que propició la imposición de las : la .cooperación. Así el rol del Estado 'es definido con las
prácticas gerenciales. El Estado, con su tendencia a la buro- 1 tes premisas: "debe tratarse de un Estado reformado,!
cratización de los procesos, no escapó a ello en el ámbito de ; iiado, ·profesionalmente gerenéiado, eficiente, un
las políticas sociales, las cuales además se ven afectadas por las . desprendido de tareas ajenas, para concentrarse en
prácticas clientelistas,· que se mantienen con una vigencia no- ' de fondo corno la social, un Eswdo Inteligente". En'
table. Burocratización y clientelismo son las claves para cali-·: perspectiva, "la sociedad civil debe hacer suyo el
ficar la presencia de un 'Estado que aborda la cuestión social . [de la pobreza] porque de su resolución depende su
desde la peor de las perspectivas, ya que no consigue resulta- · configuración y condiciones básicas de existencia" 1
dos y tiende a impedir una participación que fortalezca la ciu- \ 1994:38). La gerencia social demanda, como
dadanía; el gerencialismo, como veremos, se presentó como j de partida, la no intervención del Estado en asuntos '
la solución clara al primer aspecto y por el énfasis en la trans- . serían ajenos, en términos sem~jan1: a los planteas '.
,.

., ·~
- - · - -- ----- -• ;v v~VHI.Jl,;> :el! .¡.C!Cl'l l:ie a la macroeco- __ _. . ._.,...,..., .·*busca un rédito ni político ni la acumulación de capital (Bres..:
nomía, . , ser Pereira y Cunill Grau, 1998). · .
De esta manera, para el gerencialismo, el rol de las orga- , '. En este sentido, la participación brindada . a los pob.res
nizaciones ~ociales es clave, pues son las mayores poseedo- ! desde este modelo "intenta .escindir en estas ppblaciones la
ras de capital social y mediante ellas se vehiculiza el_volun- f esfera de la satisfacción de sus necesidades ; ' p~ales, del
tariado. Esta clave de participación se inscribe en un círculo ' campo político de la reivindicación de los dercho ~ · (Carda-
1
virtuoso, ya que se torna genuina cuando se gerencia con , ! relli y Rosenfeld, 1998:73) · - ~z.;< - ·
\6)-C,AelA., excelencia (Kliksberg y Tomassini, 2000). El espacio de la .; Por ello, aunque no figure en los desarrollos teóricos de
sociedad civil que se v ~ loriza es aquel que trabaja sobre la aten- . los diversos autores mencionados, lo cierto es que las organi-
+ ción de la pobreza, las organizaciones de base, de asistencia !;. · zaciones enroladas de manera más explícita en esta corriente
~ directa y de desarrollo, siempre que se muevan en la ló~ica ,' , se presentan ante la sociedad como las portadoras de una res-
gerencial, es decir que la eficacia y la eficiencia formen par- . ; · ponsabilidad y capacidades propias superiores y moralmente
te de su constitución. En cuanto a lo temático, nos referi- más probas que el Estado. Esta visión se ha traducido no só-
mos a organizaciones que abren comedores, sostienen pla- lo en un discurso favorable a la corriente neoliberal de Esta-
nes de vivienda y d'e servicios básicos, salud, educación, do mínimo, sino ':!n .la generación de una suerte de movi-
~tcéera. . . mientos antipolíticos, que ven en los partidos, el Congreso,
: Ante esta realidad podemos observar que la búsqueda de los ministerios, las municipalidades, etcétera, instituciones
soluciones a la nueva ~ uestión social parece, en principio, de- ineficaces y espacios colonizados por individuos carentes de
sestimar la prioridad ~stal, para valerse de la~ 1 organizc­ toda moral y, por lo tanto, propensos a la corrupción.
nes y los movient~ sociales existentes, los cuales son valc- Para que las OSC no caigan también presas de las falen-
r~dos por su cerca·nía . con los pobres y . su supuesta cias de las que sufre el Estado, se propone la in~orpacó
efectividad. Pero por ::.obre todo se· trata de una nueva visiÓn . de t~cnios y asesores y la generación de procesqs de capaci-
sobre la sociedad .civil y sobre la relación entre el Estado y la taciÓ'n, a través de los expertos en desm-rollo (Reilly;J§l99)Y El
sociedad. Aparece así J.a necesidad de fortalecer a las.OSC co- rol de los expertos viene en reemplazo de aqueUo ~ ~: que sólo
mo eje para mejorar eJ funcionamiento de la democracia y de aportan conceptos ideológicos y desvirtúan el tr.abajo de la
la sociedad en genera,!. Como ya se mencionó, para Bresser sociedad civil, espacio que de esta forma se apre-lugar a cos-
Pereira y Cunill Grau:(1998), la diferencia radica en que, en ta de la economía y la política, según el mismo autor.
la sociedad, existirían ,cuatro tipos de propiedad: la estatal, la En síntesis, las diferentes versiones que este paradigma asu-
privada, la corporativa y la pública no estatal. . me trabajan sobre la propuesta de complementariedad de los
La primera habrí ~· demostra su fracaso para la resolu- cambios producidos en la estructura económica. De este mo-
ción de la problemáti ~ a social sujeta, precisamente, al para- do, se supone que el modelo neoliberal genera algún tipo de
digma burocrático; y ya que la privada y la corporativa (en la transferencia de recursos desde los sectores más concentrados
que los autores ubican¡a los sindicatos) no representan el bien de la economía hacia los más pobres, y que en todo caso no es
común sino de grupo ~ 1 o individuos, ·debe recurrirse a la pro-
piedad pública no est ~ tal como uná forma de mejorar la ad-
12. El rol de los técnicos y los exper tos en el campo de lo social no deja de
ministración y organi ~ ación de las políticas públicas en gene- despertar polémicas. Otros·autores afirman que estos expertos "reciben sus sa-.
ral y de las sociales · ~n particular, y ~ que representaría la !arios y sus derechos sociales con base en la pobreza de otra gente" (Kruijt,
diversidad .social, trab ~ ja sobre la copfianza, es flexible y no . 2000: 91).
:l¡
~6o
122 Sergio De Piero · Asistencia, desm-rollo, ,inclusión 123
sobre ese punto que debe plantearse el nudo del problema si- es la nueva clave, la llave que abre la$ puertas al desarroJo, o
no en la administración y ejecuCión de tales recursos. De esta · ! ·
al menos a la lucha contra ia pobreza; luego de los devastado-
manera, la solución a la cuestión social deviene en una relación res resultados de las reformas estruc'prrales en la región.
virtuosa entre la econornia y lo social (reformas estructurales A partir de allí, y en la lógica de la replicabilidad, se mul-
más gerenciamiento). tiplicaron los estudios en diversos centros de investigación,
incluso de los organismos multilaterales de crédito, con el
objeto 'de establecer una consideración más exacta del con-
3.2. La invención del capital social como clave del desarrollo cepto, cuál era el grado y el tipo de capital social que se cons-
truía en América latina y a qué tipo se debía favorecer para el
El gerenciamiento Jue presentado como el mecanismo de desarrollo de la equidad y la disminución de la inequidad. 13
optimización de las políticas sociales de carácter focalizado y Esto ha llevado a la construcción de innumerables definicio-
tendientes a la asistencia directa. Pero a esta corriente le fal- nes sobre c'~pital social, pero a pesar Cle la notable producción
taba aún una mirada sobre el rol de los sujetos-beneficiarios no existe un acuerdo al respecto en términos más precisos, así .
que indicara algún espacio de participación para estos últimos, como tampoco sobre la operación óptima para lograr su medi-
de manera que no fueran presentados como simples recepto- ción. La discusión no se plantea sólo ~ntre quienes otorgan o
res pasivos. Para cubrir esta ausencia, se toma el concepto de ¡ no relevancia al término, sino entre quienes pretenden definir-
"capital social'', que se convierte en la conexión clave entre ! lo. Aunque existen algunos intentos, al mismo tiempo la mayor
las reformas estructurales, el gerenciarniento y la visión sobre t parte de lás discusiones carece de un marco teórico firme.
~
el rol de los sujetos. Como veremos, el tipo de desarrollo que 1 Quienes valorizan el capital social han señalado que halla-
se realiza sobre este concepto evita incluir la tradición de los ~ ron el hilo que entreteje y optimiza los espacios de genera-
movimientos y organizaciones sociales, según ha desarrolla- f ción de riqueza e, incluso, un nuevo mecanismo para explicar
do la sociología en los últimos cincuenta años, y de esta ma- ¡ la articulación entre distintas dimensiones sociales: "Se reco-
nera logra despolibzar en términos conceptuales a la socie- ~ rioce ampliamente la importancia de incluir el capital social
dad civil. ~ .en el análisis del desarrollo. El capital social no sólo tiene
El término "capital social" es utilizado por primera vez t consecu'erl:cias sociales; sino que también afecta a las esferas
por Pierre Bourdieu en la década de 1980, para dar cuenta de ·~ ( ~conómias y políticas. El crecimiento, la disminución de la
los recursos que permiten estaolecer relaciones formales e in- r pobreza, la equidad, la calidad institucional, los regímenes
formales, es decir; la pertenencia a un grupo. Estos recursos ·políticos y la eficiencia son afectdos~ dependen del nivel y
son variados y lo central en este caso es que no se derivan ne- 1
del tipo de capital social frecuente en la estructura" (Zumba-
cesariamente del poder económico, sino de aquello que per- i~ do; 1998: 7). En otras palabras, para esta corriente el capital
mite crear vínculos y relaciones con grupos o con el conjun- isocial ·se convirtió en "el eslabón ph·dido del desarrollo"
to de la sociedad. Sin embargo; en lá perspectiva que aquí nos ;CBanco Mundial, 1997). · ·
interesa, en la década de 1990, ciertos estudios de carácter l
teórico que explicaban la capacidad de las personas para tra- fj
bajar eh grupo (véase Gherardi, 2002), y en particular un tra- &. : 13. La bibliografía es extensa y se concentra tanto en la discusión teórica,
.bajo de carácter empírico que compara las redes <le coopera- 5como en las prácticas de medición. Pueden citarsé ~arios trabajos con distintos
~ p~tos de vista: Zumbado, (1998), BID-Gadis (1998), Kliksberg y Tomassini
ción en el norte y en el sur de Italia (Putnam, 199.3), dieron ~ ~ 0), Durston (2000), PNUD-BID-Gadis (2000), Banco Mundial (2001),
pie a la argumentación de que la existencia de capital social rf>.'tria y Siles (2003), Fomi {2003), Caracciolo Basco y Foti Laxalde (2003).

·~6"\
_ _ ___ - - · - · - · u 1 ........ l.U.!i:t u e 1as aenrucwnes, el capital sdiÍ culturalistas sobre la organización 'y ·el desarrollo
cial es concebido como "las normas, instituciones y organiz
'1
~ ·.:4 sociedades, donde algunas serían más propensas al tra-
dones que promueven la co.p.fianza, la ayuda recíproea y ¡ ~ colectivo, otras más individualistas, otras a agruparse .en
cooperación [...], las cuales contribuyen a: reducir los cost ~ de mafias, etcétera. ·; · ·
f de transacción, pn;>ducir bienes públicos, y facilitar la constid
tución de organiz~ . ciones de gestión de base efectivas, de ac ~
Sin duda, se plantean muchos incove\ _ tes ~ 1Qi
blecer una definición que pueda abarcar tantos:j spectos,
hora de
tares sociales y de sociedades ciViles saludables" (Durston,,; en particular por la ausencia de 1in marco teorico con-
2000: 7). En este caso nos referimos a una visión institucio-, más allá de tomarlo como una complementariedad ·
nal, donde el capital social actt}.a para favorecer las operacio- los programas de desarrollo o, más precisamente, de re-
nes de intercambio. entre los agentes. Si se construye un mar- ¡¡¡ormas estructurales y ajuste. En efecto, persisten muchas
co institucional correcto, el resultado será que se optimizan Miscusiones que los diversos enfoques no logran resolver. Por
las posibilidades de, alcanzar el desarrollo par,a la sociedad en ;ejemplo, si es un recurso y no una construcción, es ~ntoces
su conjunto. Esta Visión se empalma directamente con otras un bien escaso, y si un grupo lo utiliza, será a eipensas de
miradas . que asignan un valor sistémico al · ~apitl social. Se otros. No queda claro tampoco cómo se generan los círculos
afirma que en una· s,ociedad preponderantemente orgaillzada virtuosos que hacen que el capital social crezca y no degene-
en la lógica del mercado nJ debería buscarse exclusivamente re en conductas mafiosas, sin caer en el determinismo cultu-
la reproducción de ·.bienes materiales: "Sentido de pertenen- ral. Resta también un análisis diferenciado del capital social
cia, identificación con propósitos colectivos y necesidad de de acuerdo con los grupos a que nos estemos refiriendo (em-
crear lazos de solidftridad, parecen ser en la actualidad algu- presas, clubes, sindicatos, organizaciones de protesta, etcéte-
;nas de las principales metas a las que debe encaminarse el de- ra). Y en particular los condicionamientos socioeconómicos
sarrollo económi. '~ Por ello, hemos afirmado que uno de los (es decir, las condiciones estructurales) para la construcción
~ objetivs básicos de': nuestro desarrollo [...] es crear sociedad", de capital social. 14 .. ...
':ya que "la asociatividad, que está en la base de la noción de ASimismo, para algunos autores, el debate ~bor "' é l capital
'capital social, puede constituirse en un medio privilegiado social incluye dos visiones: una que creé' que 1~ cultura es un
para crear sociedad" :(Ocampo, 2003: 28). Implícitamente se sistema cerrado, que no puede ser "alteL lo" desde afuera, lo
está sosteniendo que' el capital social puede ser la herramienta que debería conducir a suspender la cooperaCiÓn internacio-
que permite reconstruirlos lazos sociales (y la sociedad mis- nal desde los países desarrollados hacia el Tercer Mundo,
ma) que el mercado tiende a destruir (y al mismo tiempo que abandonando los criterios de replicabilidad; para la otra se
ese proceso de reconstrucción no necesita plantear cambios trata de un factor instrumental, que imede ser alterado a fa-
en el modelo econórrpco para alcanzar el objetivo). En síntesis, vor del desarrollo. Ambas estarían l~mitads por su concep-
no se trata sólo de rr:ejorar las herramientas de intercambio ción excesivamente culturalista. Sea como fuere, lo central es
entre los grupos y ag~ntes sociales, sino en la construcción de que se trata de una cuestión de poder.(Vallado, 2000:151).
prácticas que compl~ ' menta, a través de instancias de equi- Ahora bien, si nos encasillamos en esta discusión, cual-
dad, la desigualdad q~e genera el mercado. quiera que fuese la mirada que se adópte, queda claro que el
,..
: Parte de esta discu.Sión,· que los autores señalan, es si el ca-
pital social es una pr9piedad individual o si, por el contrario,
pertenece al conjunto· de la soci~da, si es ella quiei1 propen- 14. Para un desarrollo de estas y otras críticas, en particular a la visión de
de a· su generación. Estas visiones tienden a· favorecer· con- Pumarn, véase Gherardi (2002).
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126 t·· Se1gio De Fiero Asistencia, desarrollr inclusión : 127


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rol de las organizationes de la sociedad civil es clave. Es más, - señalar: en primer lugar, si es posible i ~stmular desde "fuer~ el
para algunos direCtamente es ésa su misión primordial, en capital_social, es decir, si existen herramientas, procesos y poli-
tanto agerites privleg~ados capaces de generar confianza y de ticas .que puedan trabajar en esa dirección; y, en segundo lugar,
crear redes de asistencia y contención, donde los individuos si se encara esta tarea,-cuál sería el tipo de capital social que se
puedan recurrirpara satisfacer las demandas que el mercado desea apoyar, ya que puede tratarse de fortalecer los lazos de
no puede atender. En esta línea, el informe realizado por el cooperación en el interior de la socie.dad, a escala mínima co-
Barico Mundial (2001) en la Argentina, busca trazar: y medir mo el barrio, o bien en un grado más amplio con el Estado, con
el capital social en las distintas regiones del país. Las condu- el mercado; o, por el contrario, de consolidar los canales de
-siones a las que lle'ga son algo apresuradas, en particular por protesta Y movilización, como de algt.i.na manera lo habían he-
el tipo de estudio que se llevó adelante (una encuesta): por cho los movimientos sociales en la década antei:-ior o los parti-
ejemplo, cuando afirma (nueve meses antes de las moviliza- dos y sindicatos en los últimos cincue:¡1ta años. Tomado en ro-
ciones de diciembre de 2001) que "en tiempos normales los das sus dimensiones, e incluyendo :las variables políticas y
argentinos rara vez participan en acciones colectivas [... ); es- estructurales que lo. afectan, la generación del capital social no
to se debe a que no creen que dichas acciones sean eficaces" es un elemento neutro ni vinculado exclusivamente al desarro-
(Banco Mundial, 2001:4). Marcando UJ).a tendencia metodo- llo, sino que sus posibilidades de orientación son múltiples.
lógica que se acentúa en trabajos de los organismos multila- Decíamos entonces que la invención del concepto de ca-
terales de crédito de los últimos tiempos, el informe sólo to- . pital social se c0nstruye para observa:r; la acción de los sujetos
ma como base de datos las respuestas de los entrevistados, es en torno de la cuestión social y el desarrollo y alentar su par-
decir, las miradas de los sujetos, lo que ellos. "sienten", y no _ ticipación. En este sentido, se produce una disrupción con la
un análisis de tipo estructural sobre el tema. Por otra parte, . tradición de las ciencias sociales de la región, las cuales ha-
el informe tampocologra dar cuenta de si existe una relación - bían enfocado la participación en el marco de la ciudadanía,
causal_entre confianza y participación. Este tipo de medicio- _la demanda por derec;hos, los nuevos movimientos sociales.
nes, como otras realizadas, tienden a simplificar la cuestión y • Por_ ello; si bien puede aportar en términos de e~timular me-
medir el capital social como se puede medir el capital econá:- - carusmos para la participación, no puede omitir los aspectos
míco, pero en particular resultan descontextualizadas, y lo : que omite desarrollar y, como veremos más adelante, son la
consideran como un dato y no como un producto social. So- !clave para una gran corriente de las organizaciones de desa-
bre todo porque "la existencia de abundante capital social y ! rrollo. ·
cultural no es el único prerrequisito (para el desartollo) pues- :l
to que si no hay inversiones productivas [... ] no se produCirá :t .. , . . .
el desarrollo esperado" (Caracciolo Basca y Foti Laxalde, ~ 3. La vmon de los organzsmos multzlaterales de crédito
2003:44). Por otra parte, las miradas que ponen un peso ex- ·~: -- - . ·
cesivo en el capital social y cultural para explicar el desarro- • _ En la -cónstrucción de este modelo cumplen un papel des-
lio, llevadas al extremo, podrían justificar los niveles de atra- ¿tacado_ las agencias internacionales y en particular los OMC -
so. y desarrollo de los distintos países, bajo explicaciones · ¡ ~ (por eJemplo, el BID fue uno de los primeros que alentó la
endógenas y subjetivas, desesti1n.ando los factores exógenos y • } ~.nstrució del concepto d~ ~pi tal · sodal~. ~on el agota-
estructurales. ._ ento del debate de la translClon deLautontansmo a la de-
. Ahora bien, tomando la dificUltad por establecer una de- ·_, ~ ocrai propio de los ochenta, con la aparición de nuevos
y
finición y aun su construcción, quedan todavía dos aspectos a 1 \Problemas no vinculados necesariamerúe a la: continuidad del
régimen político democrático (aunque ello continuara con fi¿J, !. te la i~clusón de las organizaciones como observadoras en
nal abierto en algunos países como Perú o Ecuador), las di.s) ~ su asambleas y conferencias extraordinarias. Sin embargo,
tintas organizaciones regionales y mundiales . comenzaron ar ~ en los términos que nos interesan, esta nueva ~culaión se
centrar el debate en torno a los procesos de reforma: estatal;. ~ impulsa a inicios de la década de 1980, cuando::orga,nizacio-
las dificultades para su implementación y las consecuencias i nes defensoras del medio ambiente comenz : ~rq ~ a ; , generar
sociales de éstas. E:p. el caso particular de países como la Ar- 1una intervención para incluir sus demandas en la con"sidera-
gentina, calificadí.l. desde ese momento como mercado emer- ¡ ción de los préstamos que otorgaban los orga'nismos:multila-
gente; 15 junto al monitoreo de su política económica desde el .. terales de crédito. A partir de ese momento, ·el Banco Mun-
FMI, los distintos C)rganismos comenzaron a tener un mayor dial comenzó a interesarse en el rol que las ose podían
grado de incidencia en la política social, participando en su cumplir en sus políticas, para lo cual inició una relación con
financiamiento y diseño, y articulando su intervención con ellas, ya que no forman parte .del organismo, pues se trata de
instancias de ejecuqón tanto con las age:rt,cias estatales en sus una orgknización de Estados o entidades fmancieras. Años
tres niveles, como con OSC. Este accionár se desarrolló bajo después, una política semejante encarará el BID. 16
diversas políticas: en algunos casos se trató de la financiación Para el Banco Mundial se trata de "implementar mecanis-
y planificación de políticas sociales de nivel nacional, donde mos innovadores para elevar la calidad y sustentabilidad de
el organismo financiador propiciaba la participación de ·las las operaciones del Banco a trav.és del establecimiento de
· ONG en el proceso de ejecución (por ejemplo, ·el Banco alianzas con organizaciones de la sociedad civil"Y En la vi-
. Mundial con el Programa Materno Infantil y Nutrición sión del BM, . estas · organizaciones son íimovadoras, tienen
- [PROMIN], o el BID con el Programa de Atención a Meno- mayor contacto con los pobres, son más transparentes y rea-
, res y Adolescentes ~n Riego [PROAME]). Otro modo de in- lizan proyectos a costo más reducido. En su relación con las
' tervención fue la vinculación, en particular desde el BID, con organizaciones, el BM busca que éstas mejoren la _ i~agen que
~ la formación de gerentes.en desarrollo social, mediante cursos de tiene¡;¡. de él, en particular en su vinculación con l_qs procesos
. ~ posgrad en convenios con universidades; o la realización de de ajuste estructural, ya que el BM careció de ;una,;est;rategia
. encuentros con ONG por medio de talleres y jornadas. En comunicativa con la sociedad hasta me(i~ ~ .dos He la ~ década de
. síntesis, los distintos organismos, pero en particular el Banco 1980. El objetivo a alcanzar es que el B2A s~a : un a~tiuldor
· Mun:dial y el Banco Interamericano de Desarrollo; generaron entre d gobierno, la sociedad civil y el sectoi-..privado para la
una política efectiva:y específica dirigida hacia la sociedad ci- resolución del problema de la pobreza en la región. 18 Uno de
vil a través de lo qu~ se denominó la búsqueda de una alian- los inconvenientes que encuentra es la heterogeneidad de la
za estratégica. sociedad civil, problema que debe ser salvado con la búsque-
El organismo internacional impulsor de la apertura a las da de aquellas organizaciones que mejor representan los in-
.:·.· !
ONG fue Naciones ;P nidas ya en la década de 1970, median- tereses de los pobres, sin especificar el contenido de ello. Pe..:
15. Esta denominación viene en reemplazo de las que se utilizaron en el pa- 16. Sobre la historia y la construcción de estas relaciones puede verse Tus-
sado en la región, vinculadas a temas políticos y sociales de cada período: socie- sie (1997 y 2000).
dades w desmTollo, en los cincuenta y sesenta (paradigma desarrollista), países del 17. Banco Mundial, "Estrategia Regional para el trabajo con la Sociedad
Tem1 · Mundo en los setenta (los distintos paradigmas de liberación o antiimpe- Civil en América Latina y el Caribe. Facilitando las Alianzas, el diálogo y las si-
' rialistas), sociedades en tmnsi,ción en los ochenta (paradigma democratizador de la nergias" (AFOO-AFOl), www.bancomundial.org.ar.
· tercera ola). 18. Ídem, pág. 7.
\fA
130 Sergio De Piero · Asistencia, desarrollo, inclusión 131
i
ro la pobreza no ha sido el único interés del BM, ya que tam- dad debe alcanzarse con transforrnadbnes reales en la situa-
bién ha desarrollado importantes programas, en conjunto ción de 'pobreza y no solamente con parches que se aplican
con varias ONG, sobre reforma de la Justicia y participadón transitoriamente. Desde el Banco Mundial intentaremos que
' · ciudadana, ya que las voces de toda la sociedad civil contribuyan para diseñar la
mejor estrategia posible para la consducción de un p.aís me-
[... ]la fuerza motriz de la.relación entre los Bancos Multilaterales
jor".19 De esta manera, el GTONG, surgido a principios de
de Desarrollo yJas organizaciones de la sociedad civil se basa por
los noventa, constituye una de las alianzas estratégicas que el
un lado en la capacidad de promover una colaboración efectiva en
la identificación de necesidades sociales y de grupos vulnerables BM conforma en la región para sus f~es. El trabajo de este
dentro del disefío de programas asistenciales y proyectos asistencia- grupo se concentró en el análisis de\ las privatizaciones, el
"listas; y por el otro, la posibilidad de maximizar la capacidad de dar ajuste estructural y la pobreza; a su vez, fue el grupo de apo-
respuesta a las complejas demandas de desarrollo por medio de la yo sobre el que se extendió el eAS a la:, )ociedad civil. Esta se-
asignación de sus fondos. glinda iriicüitiva es definida de la siguíbnte manera:

Ahora bien, se pueden distinguir modos de abordaje del te- Sobre la base de la evaluación que hace el Banco de las priori-
ma según se trate del BM o del BID. "Si en el Banco Mundial dades de un país miembro,·del desempeño de la cartera de proyec-
la entrada de la sociedad civil sigue la-racionalidad mercado- tos en ese país en el pasado y de la capacidad crediticia de éste, la
sociedad, en el BID la agenda de participación de la sociedad estrategia de asistenCia al país (EAP) est~blc el nivel y la compo-
sición de la asistencia financiera y técnica que el Banco pretende
civil está estrechamente vinculada a la relación Estado-socie-
proporcionarle. Así como el país debe identificarse con su propia
dad" (Robotnikof, 2000: 48 y 49). Esta distinción implica que,
visión y programa, el Banco debe identificarse con el diagnóstico
para el BM, la percepción de la sociedad civil es de tipo sisté- que hace y con los·programas que apoya,' Y rendir cuenta de éstos a
mica, en tanto í el desarrollo de ésta puede contribuir a una los accionistas. La EAP se formula en cooperación con el gobierno
mejor competitividad de todo el sistema, en particular del respectivo y, a menudo, con la sociedad civil, y normalmente abar-
mercado. Por su parte, el BID, quizás en razón de su perte- ca las actividades del Banco durante un período de tres años". 20 .
nencia regional, aunque parece compartir las premisas de la
competitividad, también moviliza otras lógicas que apuntan al Para la Argentina, la novedad fue que, en el año 2000, el
fortalecimiento del Estado y la sociedad, no exclusivamente CAS se extendió a la sociedad civil a través de la realización
en función del mercado. Ello se verifica, incluso, a la hora de :le foros regionales para que las ose 'se expresaran sobre la
acordar préstamos para los países miembros. · )Olítica económica en general y la alentada por el BM en par-
Probablemente por cierta debilidad frente a la incidencia icular. La consulta, desde luego, era no vinculante para el
del BID en las OSe, el BM generó dos iniciativas institucio- >anco, peroi"generó un proceso de participación en los cinco
nales para crear uria relación más estable con las organizacio- mntos del país en que se realizó. ·
nes. Nos referirnos al GTONG-BM (Grupo de Trabajo de De ·todo este proceso, sólo desearnos referirnos .a dos as-
Organizaciones no Gubernamentales sobre el Banco Mun- ,ectos importantes. En primer lugar, las consultas reflejaron
. dial) y el eAS (eountry Assistance Strategy [Estrategia de a existencia de diversos paradigmas sobre la sociedad civil.
Asistencia a los Países]). La primera surge en referencia a la Ja representación más fuerte de este. conflicto se suscitó en
cuestión de la pobreza, lo cual puede leerse en la presenta-
ción, y al argumentar el apoyo al GTONG afirma: "La equi- 19. World Bank, Argentina, sección Sociedad .Civil.
20. Ídem.
la región de Buenos Arres (tanto la ciudad cotiio la proVincia), - -..-. ,5 ean financiamiento del Banco. Finalmente se trabajó sobre
donde no pudo realizarse una sola relatoría (encuentro) debi- el FOPAR (Fondo de Participación). Esta vez las discusiones
do a profundas dife~ncas entre las ose vinculadas al para- ¡:uvieron un carácter más técnico, aunque tambiénchubo fuer-
digma de la beneficencia y 1~ relacionadas con el desarrollo y tes criticas a las políticas $OCiales llevadas a c ~ bo por,el Esta-
la promoción, sobre el modo como se encararía la relatoría y do (clientelisrno, etcétera). . . . ~, _,~;:
las perspectivas sobre el rol del Banco Mundial. Este caso .se Sin embargo, estas iniciativas no fueron lasúnicas,-_ni tam-
convirtió en una referencia central para demostrar que el mun- poco las más importantes de los noventa, ya : que, ~ ~n las dis-
do de las organízaciones sociales no es homogéneo y que con- tintas visitas que las misiones del FMI o del BM realizaron al
flictos políticos y soCiales están presentes en ellas. 21 país, ciertos temas de fondo, como la reformi del sistema de
El segundo aspecto remite a que la consulta generó tam- , salud o del régimen laboral, fueron discutidos con las centra-
bién una importan~ crítica al rol del BM en la situación eco-: . les sindicales, en particular en la segúnda mitad de la década.
nómica del país, po~ ejemplo en la relatoría sobre pobreza, Incluso, las mismas centrales (CGT, MTA, CTA) se convir-
donde se afirmaba: , "Se responsabiliza al propio BM por tieron en el eje de los temas a discutir, ·ya que efectivamente .
.acompañar, coexist:i:f, tolerar o impulsar ese mismo .modelo constituían una representación real pues las obras s ~ ciales y
que produce la exclusión social" (Banco M~dial, 2001:12). la ley laboral eran cuestiones que afectaban (y afectan) a la
Todos los documentos tuvieron un importante énfasis en es- población trabajadora representada pór los sindicatos. En es-
te sentido, a pesar de la intención del Banco Mundial de for- tos temas, las demás ose podían constituir foros de expre-
talecer una alianza estratégica con la sociedad civil, en la que sión, pero carecían de capacidad de representación, Lanto for-
<;!l Estado aparecierd como el principal responsable.
mal como informal (Acuña y Tuozzo, 2000).
. En 2003 se realiz9la segunda consulta del eAS, que reu- Estas iniciativas componen en parte los tipos de abordaje
nió nuevamente a la~ , organizaciones en las cinco regiones en:' que tanto el BM como el BID dirigen hacia la sociedad civil.
que se divide al país; Esta vez, las discusiones de los talleres Segúp un texto citado (Robotnikof, 2000), tres son'las "entra-
no giraron sobre temas "generales" como pobreza, salud, et- das" que los bancos generan: las estrategias pa~tic · a!lvs (los
cétera, sino que se d.iseñaron para discutir los programas del foros, el GTONG del BM, el Sociallnvestment Fzmdf.Cl.el BID,
Banco Mundial en la Argentina: ERES (Evaluación Rápida etcétera), centralizadas en los programas de :Juch · a: ~ j: ontra la
de la Emergencia Social) es un programa que busca estable- pobreza; las inversiones en capital social Oas 0:tales ya _fueron
cer monitoreos sobre la situación de pobreza en el país me- mencionadas en el punto anterior); y finalmeii:te la perspecti-
diante una metodología que incluye la realización de grupos va del buen gobierno (governance) ü~pulsad a partir del apo-
focales, entrevistas e~ profundidad, acompañadas de las ose yo a las reformas de segunda generación que en líneas gene-
que actúan en el terreno, trabajando con las "percepciones" rales apUn.tan al fortalecimiento institucional y no sólo al ·
de las personas en sit);lación de pobreza (InformeJmal ERES, desmantelamiento estatal a favor del mercado. Se define co-
2003:25), antes que ~,obre datos cuantificables. Otro progra- mo una nueva articulación entre el Estado, el mercado y la so-
ma que se trabajó en los talleres es el MS (Monitor Social), ciedad civil, que permita alcanzar acuerdos, fortale -:er los me-
destinado a crear un equipo estable de ose que pueda mo- canismos de vigilancia pública (accountability) a fin de
nitorear programas sociales ejecutados por el Estado quepo- controlar los "ruidos" de la política sobre el mercado.
De esta manera, mediante un conjunto diverso de políticas
dirigidas a la región, la influencia de los OMe en las políticas
21. Véanse también la Declamción de lns Iglesias hotestantes sobre el CASy el sociales, en las ose y desde luego en los gobiernos es cada vez .
Comu11icado de las ONGD's q11te el CAS. más decidida, en particular porque la agenda del BM, pc:ir ejem-
1~ b
Asistencia, desan·ó ~ lo, inclusión 135
134 Sergio De Piero
plo, se ha exten:dido a dist:Últos aspectos sociales como la pobre- ·4. La solidaridad como principio
za, el desarrollo, la participación ciudadana, el conocimiento, ·
como lo vienen demostrando las prioridades señaladas cada año ¿Qué lugar ocupa la solidaridad? ¿Se trata sólo de una · ·
por el organismo. El Banco Mundial se ha convertido, así, en el ;imple atención y asistencia, vinculada más a los momentos
redactor de la agenda social en todo el mundo, tras lograr la ie ocio, a una terapia de autoayuda e, incluso; al entreteni-
despolitización de todos los temas que la misma sociedad civil niento? No. Pero es cierto que de la mano del pensamit~o
logró instalar durante los noventa y que el organismo reseman- único y del individualismo compe'titivo, el debate sobre la so-
tiza y hace coherentes con las reformas de mercado: "Disocia- lidaridad se ha banalizado, minimizado a acciones circunstan- ·
das de las políticas macroeconómicas, estas estrategias focalizan ciales, a preguntarle a la gente eri : ~ ncuesta "¿~s usted solida-
en el individuo y proponen soluciones individuales como cami- rio?", o a conformar un espacio en el campo de los hobbies. O
no de superación de la pobreza" (Caccia Bava, 2002). se presenta simplemente como ~a cuestión de conveniencia ,
Finalmente eXistió una instancia en que las OSC no supie- o de imagen que pueda aplacar la ·distancia social y econórni- ·
ron {algunas no lo pretendían) cambiar la relación entre la ca que se acrecienta en la sociedad. Así, la solidaridad es pre-
sociedad civil y los OMC: fueluego del default, donde sí exis- sentada ..como aquello que se realiza sin ánimo de :·1ucro, es : ·
tió un replanteo en la relación de los organismos, en particu- decir, lo que hacemos cuando no pacemos negocios. De esta ·
lar el FMI con el gobierno. Es cierto también que el BID manera la solidaridad se convierte en una mercancía más,
mantuvo una postura más flexible (también porque necesita- ·aunque provista de un valor diferente, pues se pr~senta como ·
ba que la Argentina restableciera sus pagos), pero en general la contracara de los negocios, per0 no como una oposición; · :
el replanteo de la relación con los organismos no pareció te- por el contrario, la solidaridad puede inmiscuirse, sin alterar, · ·
ner un impacto relevante en la sociedad civil, salvo en los el mundo del dinero. Es,.en todo caso, el espacio de la virtud ~
grupos de protesta, como veremos más adelante, sino que individual, de las buenas intenciones. • '
conti.O.uó en la línea de recargar la crisis en la política; ello su- Las imágenes de riqueza y miseria son tan :evidentes,,cerca-
cede porque "los organismos tienen de hecho-mejor relación nas y contrastantes que necesitan de un filtro, de un.velo que
con unas u otras ONG, las cuales resultan a veces cooptadas se interponga entre ambas para establecer una armonía de si-
o bien·clientidizadaspor aquéllos para sus agendas o puntos de mulación que haga menos evidente,.el conflicto. Resulta casi un
Vista, lo que parcializa aún más la representatividad social ge- chiste de mal gusto que, en una época con índices de desem-
neral de muchas . de estas organizaciones" (Strasser, 2003: pleo tan·elevados, de precarización.laboral y de erosión de los
173),·según puede verse a modo .de ejemplo en las conclusio- derechos de los trabajadores, se proponga la responsabilidad
nes de los talleres del CAS del Banco Mundial. 22 social empresaria como estrategia de ayuda social en el mundo
del ~ercado ... puertas afuera de la empresa.
·Ese parece ser el rostro de la solidaridad actual, no porque
· 22. Una excepción importante se produjo en un encuentro que mantuvie- la humanidad se haya vuelto más despiadada que en otras
ron en Buenos Aires los representantes de distintas iglesias cristianas con el
presidente del F.MI (K.i:ihler) en 2003. Al!ile manifestaron la necesidad de asu-
épocas, sino porque ell.azo que unía los destinos de cada uno
mir una responsabilidad compartida entre el país y el organismo, y que la deu- con los otros se rompió. Los proyectos políticos de la moder-
da ya había sido pagada sobradamente; entonces uno de los presentes argumen- nidad, fundamentados en los derechos y la emanciRación, im-
tó que existían tres posibilidades: o el banco es un 'filántropo, o no sabe a''quién plicaron siempre un alto nivel de solidaridad para poder al-
le presta o presta para mantener la dominación sobre el deudor. La única res- canz~r los objetivos: ¡Trabajadores del mundo, uníos!, ¡El pueblo
puesta de Ki:ihler fue que los argentinos siempre· buscaban ·la culpa fuera y no
unido ja·más será vencido!, ¡Todos po1~ ¡ la patria! Ese lazo no era
se hacían cargo de sus errores (Clm·í11, 30 de junio de 2003).

~i
sólo un elemento cocnunitario, endógeno, sino que por' e! ~ ' ~ .olítica, no logrará trasGender los límit~s de prácticas rníni-
contrario hacía posiqle que el proyecto de libei-ació:11 fues '~ fiP.as y fragmentadas. .
para todos. Pero debemos tomar otro dato fundamental: ese 1 r: En el próximo punto desarrollaremos las propuest!lS y ac-
modelo de solidaridad en sentido amplio fue encarado, en su ~ ciones a favor de instrumentar una solidaridaq_que ~e _distin-
distintas verSiones, por el Estado nacional, y en particular por ·~ gue de la mencionada hasta aquí: el valor fundaqmeÜ.tj l-;reside
los modelos del Estad~ de Bienestar, durante "los treinta glo- i, en la implicación activa de todos los actores en eEptoyecto
riosos años" (1945-19.75).La traducción política de la solida-: \ que se lleva adelante. · \ . . :./<- ~ ·
.. : -~ ~ _:-
ridad implicó un pacto social entre las empresas y los sindi- J
catos, centrado en la distribución del ingreso~ Este programa j
fue exitoso en Europa, mientras que en nuestro país los. . 5. El otro tercer sector: la articulación entre
representantes del capital fueron renue!ltes a cumplirlo y la parti~cón, lo productivo y lo social
buscaron en la salida militar el mecanismo para destruir el
pacto y torcer la balan,za en su favor. Las iniciativas para resolver la cuestión social desde la so-
Asumiendo entoc~s estas lecturas y estas rupturas, el de- ciedad civil no remiten exclusivamente a la opción de la be-
bate sobre la solidaridad plantea otras cuestiones, que supe- neficencia y de los mecanismos gerenciales. Por el contrario,
ren una visión de ayuda o mero intercambio. la tradición participativa, que se apoya en la promoción y d
Las acciones de qUienes estarán dispuestos a sacrificar su desarrollo, ocupa un espacio más que destacado en la Argen-
dinero y su tiempo an~e los dramas que atraviesan otras per- tina y en América latina en general. Se trata de organizacio-
so'nas constituyen sin .duda un gesto solidario. En muchos nes que no buscaron exclusivamente la satisfacción de de-
casos, miles de perso~a que espontáneamente organizaron mandas materiales. por medio de la asistencia directa; sino
comedores o consiguieron ropa fueron el único auxilio para tambi~n la articulación en el interior de las comunidades, ur-
otros miles, y se convirtieron en experiencias de solidaridad, banas p rurales, la mediación con el Estado, la promoción
inCluso en encuentros ;entre sectores sociales e historias muy humana vinculada a la educación, protección deJa - ~al:tid, es-
distintas: la clase medí~ en caída, los empobrecidos y los po- tímulo a las actividades culturales, etcétera. En''H senó'' de es-
bres estructurales. Un potencial notable que afirma la per- · ta amplia corriente encontraremos distintas opci~es '· meto-
manencia de lazos sociales que se manifiestan en cuidados a dológicas, áreas de trabajo y variadas po§,turas' ': en las
enfermos, donaciones de comida y ropa o frente a catástro- discusiones políticas que se plantean en su interior (relación
fes. Pero este libro no..es un tratado de moral o de ~tica, si- con un proyecto político más amplio, relación con el Estado,
no un análisis polítiq:> que desde luego no prescinde de etcétera). ·
aquéllas; sólo que no es su objeto específico de estudio eva- En los diversos -discursos y prácticas que transitan en este
luar las acciones individuales de este tipo, que nq pueden ser espacio, se puede observar la defensa de la autonorrúa de lo
tomadas como categorías políticas. ~ ~ social frente a la institución estatal y al mercado. La autono- .
No son éstos los aspectos que aquí discutimos, sino la pro- mía se erige cdmo un principio básico, aunque ello no signi-
'.:'-:
pensión a separar y a cpntraponer la solidaridad·con la polí- fica el rechazo a la articulación con los otros actores; se trata
tica, a escindidas como;.construcciones conjuntas de la reali- de que las propias comunidades y los grupos puedan partici-
dad social; si la pol,ític~ no asume un discurso y una acción par activamente en su destino colectivo, concibiendo a la de-
desde la solidaridad, só~9 crecerá como práctica burocrática e mocracia no sólo como un procedimiento que se reduce a la
instrumental; pero a la ·,~. ez, si esta última no contempla a la faz representativa. Esta mirada implicó, desde la década de
... - .- .·----- -- ·1ee
138 Sergio De Piero Asistencia, desarrollo, inclusión 139

1970, un importante debate entre los comunitaristas, que de- : más allá de las garantías que la ley puede brindar para una
fendían esta visión, y los liberales. No es nuestra intención ,J buena vida. Frente a la antinomia entre libertad e igualdad,
extendernos en esta discusión, sino sólo señalar los elemen- j los comunitaristas encuentran, en la te1¡cera premisa de la Re-
~ · volución Francesa, la conjunción para· que ambas sean posi- ...- .
tos que el comunitarismo aportó a la teoría social y cuáles son .
! bies y evitar el mutuo sometimiento. En efecto, la fraternida a 'fl'lkf\_1'1\r(t ~[:, ~
los puntos que entran en fricción con los liberales.
En toda la tradición del pensamiento moderno, la comu- ; es presentada como el momento de ·construcción social por
nidad política se contrapone a la comunidad natural, pues ella • excelencia, no sólo en los términos de E. Durkheim a partir li ~'L -t- ·¡ CoiJ/(\,)l:kb
surge fruto del acuerdo o, al menos, de la voluntad de los de la noción de lazo social, como previsión a los efectos des-
hombres y el sometimiento a una ley, y a partir de allí, según tructivos del capitalismo y del temor a la anomia social, sino
•. Cohen y Arato (2000), "los teóricos liberales ven el respeto como el momento del diálogo (donde se descubren las im-
0
Ll~\. de los derechos individuales y el principio de la neutralidad portantes influencias de H. Arendt) y ;de la pertenencia, ya
política como la norma para lalegitimidad en las democracias que ella "es-importante porque es lo qu¿ los miembros de una
constitucionales", bajo otros tres principios: la autonomía in- comunidad política se deben unos a otros, a nadie más en el
J dividual, ·el igualitarismo moral y el universalismo, inheren- mismo grado. Y lo primero que se debe_n entre sí es la previ-
T tes a la idea de derechos morales. Frente a ello, los comuni- sión comunitaria de la seguridad y el Bienestar [... ) la previ-
sión comunitaria es importante porque nos enseña el valor de !
J• ~
' .1mú ~ taristas argumentan que "los individuos están situados de,ntro
~LUJN" de un contexto histórico y social; se les socializa dentro de la pertenencia" (Walzer, 1998: 75). He aquí otro elemento . ~

comunidades de las cuales derivan su identidad individual y fundamental sobre el que también trabajan los nuevos movi-
colectiva, su lengua, sus conceptos del mundo [...) acusando a mientos sociales y es la cuestión de la identidad y la pertenen-
los liberales de no percibir que las comunidades son fuentes cia. Para el comunitarismo, ambas no se constituyen a partir
independientes de valores y que existen deberes y virtudes de la existencia de derechos universales y anónimos, sino por
comunales" (Cohen y Arato, 2000: 28 y 29). Para el comuni- .'::el reconocimiento común, ya que "el bien primario que dis-
tarismo, los hombres no son tan sólo sujetos de derecho en ~ tribuimos entre nosotros es el de la pertenencia a alguna co- .
un sentido negativo, sino constructores y creadores de una munidad humana" (Walzer, 1998: 44). El resto de distribu-
subjetividad que da sentido a sus vidas, a partir de las expe- ción del poder que la comunidad realice partirá de esta .
riencias compartidas, ya que "las personas no sólo tienen ne- premisa de pertenencia y no pertenencia. Todo ello, sin em-
cesidades, tienen ideas acerca de sus necesidades, tienen prio- · bargo, no quita que los ciudadanos quieran y puedan cambiar
ridades, grados de necesidad y tales grados y prioridades se su pertenencia a otras comunidades políticas.
. refieren no solamente a su naturaleza humana sino también a Uno de los aspectos relevantes que se critica desde otras co- í
rrientes teóricas no liberales radica en la relación entre comuni- \
su historia y cultUra" (Walzer, 1998: 77). Frente a la opacidad
del individuo en la ética liberal, afirman la supremacía de la dad y sociedad. En efecto, el individuo pertenece a la sociedad
construcción intersubjetiva y la responsabilidad de las perso-
[... ] no en ·tanto que persona concreta que originaria o cooperati-
nas unas de las otras, mediante la planificación estatal, "pero
vamente tenga una vida comúr1 con los otr~ ; sino en tanto que ciu-
es igualmente importante que cualquier programa de previ- dadano, es decir en tanto que persona abstrdcta definida en su uni-
sión comunitaria deje espacio para diversas formas de autoa- versalidad por derechos {y deberes) instituidos jurídicamente
yuda y asociación voluntaria" (Walzer, 1998: 103). De esta fonnaliza.dos, políticamente garantizados por un Estado" (Gorz,
manera, el comunitarismo impulsa y demanda que se penru- 1998: 127).
ta la responsabilidad de las_personas frente a sus semejantes
· Su 'ciudadanía no nace de la pértenencia a una corilunida¿ tir de una situación geográfica determinada, son las relacio-
de afectos, vienc~s, etcétera, sino tan sólo de su universali- nes sociales las que determinan la constitución de esa comu-
dad, la cual se ha institucionalizado. El punto que se señ~la nidad. 't_a experienéla es coleti v_l ' preci~amnt porque la
remite a la posibl~ derivación en la que el comunitarismo viven cornpartidamente un conjunto de a~tores _q ue [...] pue-
pueda caer, respect:o a }'lL'Ctaponer sobre la identidad política den resignificar esos sucesos o eventos cdi;i.djillp§\J extraco-
(la ciudadanía) una identidad cultural determinada, de ma,ne-
ra que los derechos deban ser obtenidos previa asunción de
tidianos como colectivos, y recordarlos en:
el::¡:iorvenir como
nuestros y no simplemente como míos" (Estr.ad~ Saavedra,
esta identidad. Y porque, en el fondo, la identidad de los in- 195~ 79). > ~/ -
dividuos, lo que ellos soh, no se agota con la pertenencia a Así,la comunidad se distingue de los componentes estruc-
esas comunidad e~ : del mundo de vida, ya que ellas tampoco son turales) · anónimos de la sociedad que les son desconocidos a
capaces de generar una vinculación a la comunidad política sus ~ mbros y que pueden operar a favor de la alienación.
¡ como ciudadanos; smo que, por el contrario, el comunitaris- La tensión se produce en torno a los elementos en pro de la
mo genera un dilema de dificil solución en las sóciedades mo- constitución de la comunidad que los mismos individuos
.ciernas, el de multiplicar las comunidades de pertenencia, lo puedan crear y no sólo reproducir. Es decir, lo vivido frente
que incluso puede derivar en los integrismos o en la simplifi- a lo anóniino y enajenante. .
cada idea de que sea posible la conformación de comunida- Desde luego, la construcción de comunidades presenta
des premodernas, transparentes, simples (Gorz, 1998). también serias dificultades, en particular por la idea de los lí-
En cuanto a la participación directa de las personas, ésta mites y en la relación con quienes no son miembros de la co-
dependerá en prim~ lugar de la definición y demarcación de munidad.
la comunidad. A su ·Vez,
La gente que sueñ ~ con una comunidad con la esperanza de encon-
[...] el concepto de comunidad involucra al de espado social [...], : trar la seguridad a largo plazo [...] quedará amrg~Ú:nte , desiluona­
un lugar que comparten los actores en sus interacciones cotidianas, \ da[...]. En ve .• de una isla de enterzdimiento natzir ( d.~ . prt círculo cáli-
reconociéndolo subjetivamente como un espacio propio, común y do en el que pueda bajar la guardia y dejar de :\ pel ~; . " J. ?. comunidad
· compartido (...]; es:t ambién un lugar de exprsi ~ , es afectivas, cul~ realmente e#stente se sentirá como una fortalez · ~ l!d1a [...], ten-
turales, sociales, políticas o económicas comunitarias, en el que el drá que pasar la mayor parte de su tiempo eri1muiillas y baluartes
lugar físico es el so¡~rte geográfico de la interacción" (Estrada Saa- (Bauman, 2003: 21). ,~. . .·. ...
vedra, 1995: 73).
~ .
Si las organizaciones sociales presentan la construcción de
Este énfasis en las vivencias cotidianas, lo cercano en de- una comunidad en términos de ideales, con la posibilidad
trimento de lo lejano, se presenta como las relaciones socia- de expulsar el conflicto fuera de sus murallas, el resultado será
les fundamentales de manera que la subjetividad ocupa un lu- sin duda éste. El perfil que adquieren las demandas por la segu- .
gar central en la constitución de la identidad de los ridad urbana en la actualidad se parecen a estas concepciones.
individuos y en la construcción que ellos hacen del mundo, Pero, ¿son estas comunidades las que alientan las organi-
· tal cual lo demostró la sociología desarrollada en particular zaciones sociales? Desde luego existen quienes sueñan con un
por A Heller y A Sr:hütz. Así, la comunidad del mundo de vi- retorno a "la inocencia", a la utopía arcaica, como afmria Var-
da se nutre y forma a través de las experiencias cotidianas y gas Llosa, a una comunidad sin :conflictos. Según señala el
compartidas entre sus miembros. Si bien se construye a par- mismo Bauman, la palabra "comunidad", además de tener un .
~ 1 0
.t
i.
142 Sergio D.e Piero Asistencia, desarrqllo, inclusión 143
1!
significado, produce "sensaciones" que nos ligan a la idea de sa son también una tarea que se percibe a partir de la corres- .
placer, de seguridad, pero también a la privación o erosión de ponsabilidad de todos los miembros que se encuentran em-
la libertad. Esta ha sido sin duda la tensión primordial. El barcados en esa tarea, ya que la ~ olidar ? es comprendida
problema es que, en la actualidad, la comunidad ya no brin- ·no como intercambio sino en tanto destino común ~ Comuni- ·
da ninguna de las dos cosas, y para los poderosos, además, no dad no como diferenciación fren:ii:e a una otredad, sirio como
es ya necesaria para conservar su dominio, que se ha extrate- rechazo al progreso individual a ,bxpensas del resto de la co-
rritorializado; la comunidad para ellos no es sino una carga munída'd. Es cierto que esta co*struccíón de comunidades
de obligaciones de la que buscan huir, en fugas colectivas ha- también se nutrió de distintas identidades que le dieron sus-
cia sus barrios privados (Remedí, 2000). Para el resto, si- tento, como lo local, la etnia, algtma tradición o historia co-
guiendo a Bauman1 la comunidad y el espacio público son si- mún. Pero en particular se fortificó bajo dos nociones clave: Co UjJ J\ \>4'b ~
tios hostiles. ¡ la búsqueda de la ciudadania y la'i convicción de que a ella se
Entonces, ¿es posible, y deseable, construir principios de llegaba a través del ·desarrollo ínc~usivo. CuJ 't>A:t>A.r( A,. J-
comunidad en las sociedades (pos)modernas, que no signifi-
quen meras ilusiones o reducción de la autonomía de las per- ~&MA. ü'J ..O l ,.ietJ~\f O
so.nas? Y, en medio de la crisis de los estados nacionales y de 5.1. Tres modelos en la perspectiva del comunitarismo .
los proyectos colectivos, ¿dónde abrevar para hacerlos posi-
bles? S.1.1. Las organizaciones sociales
Como ya hicimos mención, la construcción de la identi- para el desarrollo y la pro~ción
dad a partir de la diferencia adquiere un alto valor en las so- ' - ,,¡f
1 '
ciedades actuales, en tanto respeto a la diversidad y la auto- La pobreza, la marginación y el subdesarrollo han sido si-
nomía, en contraposición a la homogeneida? impuesta desde tuaciones identitarias para Amér.lb latina desde los tiempos
: 'i. modelos que tiendan a ser globalizantes. Este es el primer de la organización de los diferentbs Estados. Si en Europa la
· elemento clave para asumir que la construcción de una co- · cuestión fue generar una socieda~ [ cívil capaz de resistir el po- ·
munidad, 'hoy, debe sostenerse necesariamente en una rela- ' der de las monarquías absolutas, oel resto de los poderes no '
' ción abierta con las identidades; de otro modo, se caerá en la
1
' representativos Oa· Iglesia, el señor feudal, la nobleza), para
:¡ generación de espacios aislados y de gueto. f América latina consistió básicarriente en crear espacios de
Cuando nos referimos a OSC que se presentan en esté ca- t participación a favor y en defensa e los derechos básic'os a lo
¡
mino, se trata de las que ven, en la reconstrucción ·de una no-
a
t largo de su historia, ya que ellos fueron, y son, negados a
ción de comunidad, un espacio abierto en el cual sustentar la ~"' buena parte de la población. En efecto, hasta mediados del sí-
construcción de ciudadania para aquellos que el sistema no es ~· glo ?CX' las oligarquías locales pe~ ~ istían eii el ejercicio de los
capaz de incorporar, ·pero cuyo ingreso ahora se plantea no ~ gobierns y el control de los parados, hasta que la llegada de
en simplestérminos de garantías jurídicas, sino en un proce- .:los movimientos populares y de la!izquierda vino a modificar
so de generación y participación colectiva. No es una ciuda-' {¡esta relaCión, constituyendo los (movimientos sociales más
daniafde enunciación, sino fruto de un proceso de acción po- ydestacados de la región. Pero junto a la formación de parti- .
lítica y sacian Más que permanecer sumergidos en nuevos · f ~ os y sindicatos s:mg~n, al ca~or de. esta visión par~cítiv,
debates sobre el alcance, las bondades y los perjuicios de la f.Aiumerosas orgamzac10nes (aliadas o no a los partidos) que .
noción de comunidad, el objetivo está Pll:esto en que la am- j toman el desarrollo y la promoción como metodología y ob- · i
;¡,,
pliación del espacio público y la inclusión social como premi- fjetivo de su acción. Dentro de las bsc, constituyeron el prí- ·
~ ' ~
l!l ~
~
144 j¡ Sergio De .Piero Asistencia, desarrollo, inclusión 145
mer entramdops : ~ ntaivo de la sociedad civil donde las
solidaridades no fueron verticales (de abajo hacia arriba y por
lo tanto desiguales) shlo horizontales. Por ello, las organiza-
' sión por la lucha armada. De esta manera se compone un mix
difícil de encasillar, pero que ha alentado la creación de nu-
merosas organizaciones. Con el retorno de la democracia en
ciones de desarrollo y pe promoción son un típico producto 1983 , se plantea tambíén a·qui un nuevo escn ~: io, l~ en parti-
de las sociedades emer:gentes o periféricas; donde el Estado cular durante los procesos de reforma del Estacfo de la déca-
no es capaz de cubrir, lterritorial y temáticamente, todas. las da de 1990, donde se presentaron nuevos dilemas ~~ como la
1
dema,ndas sociales y dopde el mercado -,que en sí mismo no participación o no en programas nacionales de mievo tipo,
genera inclusión y pr9yoca desigualdad- no estimula ciclos recibir créditos de organismos multilaterales, releer sus prác-
productivos inclusivos, · ~ on una burguesía "nacional" muy dé- ticas a la luz de la nueva cuestión social, etcétera. En C:uanto
bil, o directamente en ~ ondices de economías de enclave. a su presencia en el mundo de las organizaciones de la socie-
El entorno históricO. en el que nace esta corriente marca dad civil, las de desarrollo representan alrededor del lO % del
su perfil ideológico y su:'concepción del trabajo en la sociedad. total; si bien no ocupan el mayor espacio en términos numé-
1
En América latina, la tJ oría de la dependencia, la' revolución ricos, ·su influencia en la sociedad civil, en las políticas públi-
cubana, las organizacioh es armadas, la resitn~ ~ peronista cas y en los modos de articulación con el Estado ha sido de
en la Argentina, las conj.entes cristianas posconciJ.iares, entre suma importancia (Bombarolo y Pén~z Coscio, 1997).
'~ otros fenómenos, incidieron directamente en las orientacio- La relevancia dada a la práctica social concreta y a la mi-
nes: que la sociedad civ~ va a tomar en las décadas del sesen- litancia ubica a las organizaciones en la línea que _Flis:fich se-
ta y el setenta, en partic.ular al discutir la noción de revolu- ñala como aquella tendiente a trabajar por el fortalecimiento
ción. La concepción de esta corriente se crea en torno de de la sociedad civil en términos de un aumento de la capaci-
quienes constituyen algU.na comunidad ideológica o cultural. dad asociativa voluntaria en las sociedades (vinculándolo a la
Pero en particular la ideología adquiere, seguramente como concepción de Tocqueville) y de un proceso de dem~cratiz­
en .Pingún otro modelo;' una gran importancia a la hora ~e ción, es; decir, la expansión de las posibilidades de ~ tervn­
constituir la identidad ~ ! los objetivos de las organizaciones. ción y control de las mayorías, tanto en la polítid i ~ co i}j o en la
Existe, no ya la fe en el ~roges, propia del siglo XIX, sino economía. · . · :~ ':~-
1~ lucha por la justicia so ~ ial, la cual es el fruto del desarrollo. Por otra parte, y en relación a esta corriente, ..,Eecliner se-
Este se definirá como mi, proceso más amplio que el progre- ñala que se trabajaría por el fortalecimiento de la sociedad ci-
so, combinando lo eco ~ rnico con lo sociopolítico, en una vil como correctiva de la sociedad de mercado. "Asumiendo
época caracterizada por 1 ~ participación ampliada. A su vez se el proceso de modernización en curso, tal concepción ve en
convierte en un espacio donde se generan nuevos lidera~gos la reorganización de la acción colectiva un antídoto contra las
que logran ocupar el espa:cio público, en particular en el orden tendencias desintegradoras (... ) del mercado" (Lechner, ·
~ local, donde tienen su ra ~ z. Estas organizaciones no se iden- 1997 :46). Aquí se apoyan las organizaciones de base y las 1
. tif ~ an necesariamente con un úníco o definido cuerpo teóri- . ONG como canales de participación y desarrollo ciudadano. l
· co o ideológico, ya que ~ u historia tiene más que ver con la Con respecto a las concepciones sociales que alimentan
1
práctica que con la refl~ ón. Se pueden encontrar en ella in- esta práctica, podemos detallar algunos principios comunes,
fluencias del comunitarisi,no europeo, de la tradición coope- tales como una fuerte creencia en los lazos horizontales y cer-
~a ti ~ sta proveniente deljr_ocialismo! de las comu~dae .de canos, en la democratización de la toma de decisiones y el re-
mrrugrantes, o de la ens ~ naz - soctal de la Iglesia Catohca chazo a la burocratización. Aunque de hecho ocurran prácti-
del Concilio Vaticano rr.¡r en los setenta incluyen la . discu~
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cas contrarias a estos principios, las organizaciones de

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~\(o · 146 Sergio De Pie1·o Asistencia, desarro1!o, inclusión 147
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2.o-.J }Nj.JQ.e_m"' desarrollo ponen especial énfasis en la organización demo- apoyo, compuestas en muchos d ~ os por profesionales, pue-
crática y el procesamiento de las decisiones, pues el objetivo den brindar el saber técnico en al:gcmas áreas.
~\fA. ~ primordial no es la eficacia, sino la construcción colectiva y Para llevar adelante el modelp de sociedad pretendido,
r. democrática de un espacio social proclive al desarrollo y a la "en la actualidad, y considera ~ que el. universo de temas
~onCJl
ciudadanía. abordados por las ONGD es vasto y diverso, las organizacio-
f · En general las · organizaciones de desarrollo no realizan nes argentinas concentran partic ~ larment su trabajo en al-
~fieA.c, una lectura contraria a las prácticas políticas, sino que éstas se gunas áreas temáticas específicas ;Como: educación, menor y
asumen corno parte integrante de la vida de la comunidad y, familia, salud, tercera edad, vivieAda, jóvenes, tra~jo y me-
aunque hubo cooptaciones desde los partidos, ·ésta no fue la dioambiente" (Bombarolo y Pérez Coscio, 1997: 30). Si bien
regla. Por el contrario, luego de las reformas dé los noventa puede establecerse una analogía con el trabajo realizado por
y ante la reducción de la interirención estatal y el aumento de las organizaciones vinculadas a lal¡ beneficencia, la diferencia
la pobreza, estas organizaciones comenzaron a desarrollar un .· radica en la metodología utilizada y en la incorporación de
perfil de relaciones críticas con el Estado¡ por las demandas . ·. elementos políticos y de ·· otra pePspectiva ideológica .en los
no satisfechas, en particrilarJas vinculadas a las necesidades procesos; más aún: "la diferencia ~ ntre el enfoque asistencial
básicas. Por ello, las articulaciones que se generan con el Es- 'f promci~nal estaría fundamentaimente dada por la presen-
tado y el mercado se deben realizar siempre en un marco que :ia o ausencia de una explícita intencionalidad metodológica
garantice la autonomía, punto que se torna particularmente Je acrecentar el poder social de lds grupos de beneficiarios"
complejo y conflictivo frente a la necesidad de financia- (Benencia: y.Flood, 1998: 59). Co~ ejemplo puede mencio-
miento. narse la introducción de la educación popular que esta co-
En líneas gC1nerales, si bien estas organizaciones pueden rriente generó desde la década de i1960. N o se trata simple-
asumir o respaldar un compromiso pOlítico más amplio, tie- t?ente de una técnica pedagógica, smo de una transformación
nen una fuerte creencia en el trabajo en la base, en la trans- en los procesos educativos, ya que:"en la educación popular
formación social "desde abajo", propio del discurso basista análisis de la realidad es una condición sine qúa non: un aná-
forjado en los setenta, en la lucha cotidiana, en el fortaleci- . orientado a ·la crítica y la transformación, a través de ta-
miento de la sociedad civil corno mejora de las condiciones y procesos dialécticos compartidos de forma participa-
de desarrollo personal y grupal, siempre en el marco de "lo dialógica y crítica" (Giorgetd, 2001: 57). Aspectos que
popular". La estructura de este modelo se traduce tanto en medida precedieron a cambios en el sistema oficial
las llamadas organizaciones para el desarrollo cdmo en orga.: eñanza. La diferencia con otras estrategias de inciden-
nizaciones de base, las cuales suelen trabajar en forma coro- ¡ · ~ es que las organizaciones de prÓmoción trabajan, en pri-
plementaria en tanto las primeras funcionan como organiza-1· lugar, desde las prácticas en stis espacios de acción y en
ciones de apoyo de · las segundas, en· particular cuando 1 caso desde allí influyen sobre el sistema, pero valorizan-
coinciden en aspectos ideológicos sobre la sociedad. Una di""· la construcción compartida y sus grados de autono-
: entre la asistencia directa y la asistencia téc que el hecho de convertirse en un grupo de presión.
nica, aunque en ocasiones esta distinción no es tan clara (Fil'"¡ áreas de interés fueron rnúcho más claramente asu-
mus y otros, 1997). Esta articulación se manifiesta mediaritf por las organizaciones de apoyci que por las de base, las
la capacitación, la transferencia tecnológica, el acompañaf¡ tienden a ser mucho .más heterogéneas, dispersas en
miento de procesos, etcétera. Las de base cuentan con 1 \C·~
unJ' a su estructuración, y con~trads en la resolución
"llegada" al terreno corno ninguna otra, mientras que las d.':' • ~ provenientes de las ne ~ esida básicas,· aunque
J .
· - - ---'-'---- ---- --- --
con la mene ca.ljacterística de ser organizaciones d
t!pH;;ia y la atención sectorial (mujer, niños, ancia-
bres, con ·particjpación y construcción 'de': s · ~ lidar' ct' é en los noventa. Las tendencias mundiales siempre
zontales. En los noventa, y ante el avance d~ la
·1entado el trabajo de las ONGD" (l3o,mbarolo y Pérez
ron redefinir pi te de su estrategia y metodología.de ··
1997:3 0). Las grandes modi:fca~s p:t:oducidas en
en la década de 1990 también alcanzaron a las or-
A partir de Ja crisis de 1989, muchas de estas pequeñas
ciones, en temas tales como el :financiaÍniento, las áreas
Has ONG han ~ omenzad a conformar redes interorgani7.o.
u org¡mizacion9s red de carácter local y zonal, a fin de ·o, la estructura organizativa, la capi c;itadón, etcéte-
supe.rvivencia y jpesarrolio en un entorno altamente-hostil, embargo, así como se constituyó el modelo tecnocrá-
jo e inestable. Estas redes representan 1m nuevo fenómeno también nacieron procesos de rede:finición del desarro-
zacional que adquiere magnitud a fines de la presente década la promoción a partir de los cambios estructurales, pero
con la consolidación de algunas de ellas, el surgimiento de i n teniendo las opciones origínales. A principios de lo-s no-
redes y la articulación de diferentes organizaciones red que el Fóro Nacional de las ONG de la Argentina (cuyos
eran a numeros~ ' ONG de base en amplias. áreas geográficas estaban vinculados al modelo que aquí nos in-
ni, 2003). t daba cuenta de este nuevo proceso:
i'
También han ~ genrado algunas redes nacionaies que 1~ ~: Desde una perspectiva política, las ONG son instrumentos de
vinculan por temáticas o por posiciones ideológico-políticli '" consolidación democrática, en tanto constituyen experiencias donde
como Amuyen, elE ncuentro de Orgaruzac10nes . . no Gu b ert
¿~ -.;~ [, se consolida la diversidad, el pluralismo y una fuerte dosis de com-
namentales, o In s~ reds, y también como mec411ismos paFJi ! promiso con los grupos sociales más desprotegidos [...} las prácticas
presentarse en el ~ spacio público y distinguirse de las orgaru:J de las ONG constituyen, no sólo una alternativa complementaria en
zaciones de ben~cia, que poseen mayor llegada a los me :.~ el terreno de la promoción social, sino la emergencia de un nuevo pa-
,., dios de comunicasión y tienden a monopolizar el ámbito. -~ radigma de desarrollo que requiere ser fonnalizago. (Xnforrne Final
,, A su vez, la cri ~ is generó una gran capacidad creativa y de'
movilización de nvevos recursos, que en ocasiones parecían · .
del Foro, 1992, citado en Cardarelli y Rosenfeld, 1998).
-r~ ::'f
Esta nueva mirada sobre el desarrollo y k -promoción es la
no existir en la co~unida. De allí que la resolución de algún
conflicto o situac~n problemática en ocasiqnes. pu~de diluir muestra del debate que se generará en el perí9 ~ do áctual en pos
al grupo (al habe ~ se satisfecho la demanda), pero también de definir al sector. La construcción implicará que otros ele-
puede significar elj!momento fundacional de una nueva ins- mentos se incorporen a la acción de las ONG; ante la notable
tancia de participa'ción y movilización. De hecho, ésa es la transformación ocurrida, no sólo por los .índices sociales, sino
por la tendencia a la mercantilización de los derechos y la im-
\&ru.J e,_I\)J M_..J N ~ CW rJ,. o . '\."< 1 .h istoria de ia mayof,ía de las organizaciones ·de base.
La vinculación ~ . on temas propios de las políticas públicas posición desde la lógica del pensamiento único, junto a los
'fl.S'YI.Mi. c-1 Qll.. ~ o~ J 'lleva a que las org~zacines pertenecientes a este modelo proyectos, las organizaciones se ven obligadas a ampliar sus
prácticas a la ocup_ación del espacio público por medio de la
discutan también e~ : rol del Estado y estructuren su discurso
f Q(.,l í) ~oQ. 1 j ~ ~ VJ 1\_rrl 'Q_ protesta, la articulación con otros actores sociales y la creación
en términos sociale1 y políticos. En este eje justamente se han
producido los princ'ipales cambios en el discurso en torno al de nuevos espacios de reflexión y participación.
1\Á)'\_ 0-J ~ La dificultad por la d~:fincó de un sujeto histórico (la
desarrollo y la prorlwción. Como algunos han señalado: "el
medio ambiente fu11 el motivo de nacimiento en los ochenta; y clase, el pueblo, el pobre) se alimenta también· por nuevas
concepciones culturales, lo cual plantea un desafío para las
il
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150 . Sergio De Pie7'0 ' ¡
AsiStencia, desarrollo, inclusión 1S1
organizaciones de la sociedad civil; así, "lo más nuevo, no só-
amig9s de la plaza de sus "enemigt ". Pero, en inuchos casos, : '
lo para la Argentina sirio para otras realidades de América la-
estas organizaciones han logradoj tomar un rumbo que las
tina, pareciera-ser la incorporación más plena de otras di-
vincula a la búsqueda de proyectos y emprendimientos que
mensiones subjetivas y culturales de la realidad popular"
asumen la nueva situación, y gen ~ ran capacidad de articula-
(Mallimaci, 199 5: 39). Para el autor, esta nueva conformación
ción entre los vecinos. La escuela pública también ha forma-
e importancia .de las subjetividades repercutirá de manera di-
do parte de este impulso. ~. · :
recta en las ONG, ya que la noción de lo popular siempre ha 1
La crisis de 2001, aun con las ~ ifcultades que implica el
sido clave en ellas. Esta ampliación de los espacios para el de- 1
contexto del neoliberalismo, abrió : ~ 1 espacio para multiplicar
sarrollo no se vincula sólo a las nuevas subjetividades, sino
algunas experiencias de · prácticas ~ reativs a favor del desa-
también a sectores que durante mucho tiempo no necesita-
. rrolló, como el Presupuesto Parti c ~ pativo, implementado en
ron recurrir .a la acción colectiva, .de ·cualquier tipo, para sa'-
. Port~ Alegre, ·Brasil,: que generó uh importante movimiento
tisfaceLalguna demanda: El desempleo y el ·einpobrecirnien.:.-
de redefinición de los .asuntos públicos y.,de ''gobierrro; los
to vuelven . vulnerables·-a: nuevas franjas . de la . población ..
Consejos Consultivos-Locales ·del itf>lan Nacional de Jefas y
. Muchas organizaciones de sectores medios -como las-jlintas·
Jefes de Hogar, foros, consejos · d'e .planificación; · etcétera,
vecinales; :las sóeiedades ·de fomento; -lO's clubes deportivOs -y
donde las ONG de este modelo cumplen un papel funda-
el vecinalismo ·en general- se convierten en organizaciones
mental como espacios de transmisión.
que ven transformar su acción. Surgieron durante el siglo
No podemos dejar de señalar que el modelo de desarrollo
-con el crecimiento de los barrios en distintos puntos del país,
y promoción, forjado durante la primacía de los modelos de
para acompañar la acción del Estado, organizar a los vecinos
desarrollo endógeno, se encuentra también en un proceso de
para mejorada ciudad, .s er un lugar de encuentro y diversión.
crisis. Snrgen así, como respuesta, distintos modelos que bus-
Hoy se les presenta el, panorama de barrios derrumbados, fá-
can replantear la noción del desarrollo, pero ahora .en clave
bricas cerradas y un escenario urbano que se transforma, pe-
acotada. Hablamos así de desarrollo:local, sustentable (vincu-
ro en sentido.inverso de como lo ·vivieron años atrás. Por
. lado a _la ecología), educativo, humano, etcétera.
ello, en algún sentido, estas organizaciones también se en- ' ,i
'' ,¡
marcan en h búsqueda, a veces desesperada, de algún tipo de tt. Lo cierto es que estas visiones sectoriales del desarrollo, que se
desarrollo que les permita recuperar lentamente los anterio- ~- · · - incorpa al trabajo de numerosas ;ONG y fund aciones, no al-
" t .
res niveles de vida.· Si la lectura de esta realid~ es percibida f canzaron ·a compensar el impacto desarticulador de la orientación
como un ataque, estas organizaciones a veces pueden enmar- il- macroeconómica dominante sobr e el cqnjunto de la economía y, en
carse en una guerra de empobrecidos contra pobres, en par- 1
algunosic.asos, despolitizaron y sirviere{¡_ para fragmentar la proble-
ticular cuando a la acción no la acompaña un proceso de re- , ¡, mática (García Delgado, 2003:127). J
flexión y capacitación (nuevamente el tema de la inseguridad).
Suele ocurrir algo semejante con las organizaciones de ami- ,· Muchas de estas iniciativas muestran un notable esfuerzo
gos de determinados espacios públicos Oagos, plazas, par- .r corifigurar nuevos horizontes de desarrollo dando cuen-
ques, etcétera). Persiste en ocasiones la ilusión de recuperar: ·de la crisis. Pero también es cierto ~ que las dificultades pa-
1
el barrio tal cua:l era (quizás) en décadas pasadas, con su po ~ ~ articul la política, lo social y la m:acroeconomía son difí-
blación "de siempre", sin asumir las transformaciones deriva- ; r,S de resolver, lo que lleva a que en ocasiones se apele a
das del nuevo modelo. La defensa del espacio urbano los·pue~ J uciones restringidas a una sola dim ~ nsió (lo local, la edu-
de llevar a la demarcación de un territorio que separa a lo ~ l § n, etcétera) y también a un solo actor (la sociedad civil).
., ACAC. 1
W:uce también en la incorporación al camp~ académico, la
_ - -~, Y" • .,_, auu1·a en un nive¡'¡
~ ultipcaón de organizaciones que asumen esta perspecti-
regional y global. En esa línea, a través de las distintas red~ ' ~ a, y la creación de organismos gubernamentales que traba-
J
r de las llamadas O:t'{GD, en particular A¡.,OP (Asociación La- ;
jan en el sector. De hecho, parte de la ·po g , ~ca social, en el
tinoamericana de Qrganizaciones de Promoción, que agrupa :
.abandono· del modelo focalizado de los rioyenta, tiende a
a unas cincuenta), s.e ha retomado el debate por encarar en el :
nuevo escenario la ~onstrució y las prácticas que s.e relacio- orientarse en esta dirección. ··· ~[ ,:.
El debate en la actualidad es muy rico y l v ~iado, e impli-
nen directamente eón el desarrollo, lo mismo que la consoli-
ca otras cuestiones no tratadas en este libr Ó~ ~ ya que no for-
dación de una nuev ~A! identidad vinculada a ello. En• . este sen-
man parte de la discusión aquí planteada, de modo que nos
ti do, la salida del modelo neoliberal es un _camino, _pero
referiremos rápidamente a algunos puntos centrales. Si bien
- incierto. l\ es complejo ajustarse a una única defullción, podemos reali-
¡!
zar la búsqueda desde sus componentes básicos:
' l\ '
t 5.1.2 . La economía social La organización o empresa tiene por finalidad servir a sus
! \1
,¡ miembros o a la colectividad más que simplemente generar benefi-
Por lo general, y¡:como hemos expresado hasta aquí, las
·.:·,
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.organizaciones de sociedad civil son comprendidas, las
cios u orientarse al rendinii.ento financiero; tiene autonomía de
gestión con relación al Estado; integra en sus estatutos y en sus for-
.:·,:·
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más de las veces, como instancias de mediación entre el ciu- mas de hacer un proceso de decisión democr:itico que implica usua-
dadano y el Estado y ~o el mercado o entre los mi;mos ciuda- rios y trabajadores; defiende la primacía de las personas y del traba-
danos.
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Sin embargo,\!1! un espacio de antigua tradi<;:ión en la jo sobre el capital en el reparto de sus excedentes e ingresos; funda
Argentina está comppesto por las numerosas y diversas ini- sus actividades en los principios de participación, del hacerse cargo
c,iativas en pos de gen,erar espacios productivos, es decir, eco- y de la responsabilidad individual y colectiva (Elgue, 2003:11).
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nómicos. La refere,ncja más antigua que fundó esta tradición .::·
e§ el cooperativismo, "que, en particular en los sectores agra- . Por una parte, cortlleva una crítica implíc ~t referida al ti-
rios, emerge a inicipJI del siglo XX, como la Asociación de po de organización de producción del capitl ~ mo, y, en par-
Cooperativas Argent0as surgida ya en 1912, tras el llamado ticular hoy, del neolíberalismo, que tiende a d ~ strui las bases
Grito de Alcorta. Lu ~ go surgirán otras iniciativas, como 18. y relaciones sociales que paradójicamente necesita para re-
cogestión de los traB_ajadores, y, a partir de la década de producirse; y, por la otra, su definición da cuenta más de una
1_960, los ernprendin},.ientos comunitarios productivos, la intenCionalidad en la relación economía-sociedad, en los lu-
econoriúa popular, el inicrocrédito y, más recientemente, los gares y roles que las organizaciones y las personas ocupan en
microepndt d , ~ , los clubes de trueque, etcétera. To- la producción (incorporando la noción de lo colectivo como
dos ellos dan muestra i ~ e combinaciones novedosas entre lo sujeto y no sólo de los individuos) que de una metodología
económico y lo social, ~; de manera diferente del planteo de la unificada. A partir de esto, vemos que la economía social se
..:; ... economía capitalista, el,incluso del soéialismo, ya que, si bien expresa como un conjunto de actividades con diferenciás en }
no se presenta un modelo económico de reemplazo, recha- sus componentes y métodos. Corno dijimos, la más antigua es ,
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zan 1as caractenstlcas lr cweconomrcas e am os mo e os .
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r 154 Sergio De Piero .
Asistencia, des!wrollo, inclusión 1 S5
el cooperativismo, que se originó en dos espacios: por una .
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. 1, m
. d'IV!·.dua1y po1'Itlco, .'1~
. y expresa una cnsis
. . d e CIVI .' .
. '1'1zacwn,
r .. parte, entre los pequeños y medianos agricultores, con el ob-
elemento que se repite en varips análisis de otros autores. De
f jeto de unificar sus esfuerzos por demanda·s y tareas comunes
este modo, las organizceS ~ que se inscriben en esta línea
(negociaciones con los exportadores de granos, fmanciar la buscan fundamentalmente crear tipos de organización dife-
r siembra y la cosecha, etcétera), y por otra parte las coopera- rentes a las promovidas por ei:!capitalismo, no sólo en la lógi-
tivas que brindaron servicios públicos (luz, teléfono, agua) en ca de distribución de las gan~cis, sino también en la orga-
numerosos pueblos del país. Otra de las experiencias que nización y la promoción de1 un espíritu comunitario, de
¡
l!¡, pueden ubicarse en este grupo son las mutuales, muchas ve- manera que los valores y un ca'fn.bio de las conciencias pór un
't ces de ayuda financiera. El cooperativismo buscó desde sus orden social más justo cumplen un papel central. Algunos
J.
orígenes "el desarrollo humano (esto es, social y económico) elementos del 'comunitarismo.;¡que mencionamos se encuen-
de las clases bajas a través de la organización cooperativa [, ..]. tran claramente presentes en este espacio. '
¡1'' El desarrollo cooperativo es, de esta manera; un proces ~ ' de . Otra de las variantes·importlmtes es.la denominada ·econo'- ·
cambio gradual dondela· cultura y la gestión de la empr.esa1:. .mía-del trabajo; la cual puede 4finirse ..deLsiguiente -modo: ·
avnz ~ hacia más y más •cooperación:.y democracia." Qakob ~ · ' . , '
. ~
sen, 1994:48). Por ello, aun ,cuando,las cooperativas no son [... ]un subsistema· económico &gánicamente articulado, centrado
estrictamente.ose y se encuentran vinculadas al mundo em::- : en .el trabajo, la .Economía del Trabajo, con una lógica:propia, no
¡¡' presarial, no deja de ser cierto que constituyen una variante subordinada a la del capital: la lógica de la reproducción ampliada
¡¡ importante de la generación y la economía capitalista clásica. de la vida de todos en sociedades más igualitarias y democráticas
ij [...); se plantea como sistema altérnativo, c.o n otras reglas, otras re-
.1 . Pero la importancia de este espacio comenzó a despertar
el interés de varios teóricos. Así, ya desde los ochenta, diver- laciones de poder {Coraggio, 2001).
J ¡¡
¡, sos abordajes daban cuenta de un cambio propuesto desde lo
..••q..; económico-social; ·pero que no ·provenía necesariamente de Es decir, se trata de. poner ~b cuestión no sólo el ordena-
los movimientos sociales ·existentes en el período. Uno de miento de la producción a peqlieña escala, ·sino ·también fac-
ellos buscó incorporar el concepto de solidaridad para defuiir tores estructurales del capitalisiuo, ya .que, si no se produce
un espacio particular de la economía y brindar la posibilidad ese cuestionamiento, las unidades de producción domésticas
de pensarlo como un espacio diferenciado: "Podemos decir ·Se verán arrastradas a reproducif la lógica de la competencia y
inicialmente que al incorporar la solidaridad en la economía la eliminación de los otros, codo sucede en el mercado capi-
suceden cosas sorprendentes en ésta. Aparece urt nuevo mo- talista. Lo cual implica el estímclo a la participación y una ne-
do de hacer econornia, una nueva racionalidad económica" cesaria democratización de todci el entramado de las relacio-
(Razzeto, 1997: 14). Sin embargo, "la econornia de solidari- . nes sociales. Por otra parte, est6s aportes, en cuanto a incluir
dad no es negación de la economía del mercado; pero tampo- r· elementos estructurales, no dejah de llamar la atención acer-.
1
co es su simple reafirmación [...]; es más bien una orientación ¡,,ca del peso de la subjetividad en:Ja determinación de los con-!
fuertemente crítica y decididamente transformadora de las {eptos de calidad de vida y nivbles de bienestar. En efecto,·
grandes estruct:ufas y los modos de organización que caracte- l ,,parte de la crisis sobre la que no ~ encontramos parados radica:
rizan la economía contemporánea" (Razzeto, 1997: 17). En la f1 ~ambién en la ruptura de conceBciones homogéneas sobre la:
. perspectiva de Razzeto, que tuvo una notable influencia en { .I~ea de buena sociedad, c~mo e~_part hemos expr,esado, Se :
toda América latina, en particular en ámbitos -católicos, en el , . ~ ~ gue, entonces, que la construcclOn de una econorma del tra- ·
fondo se trata de una crisis más global que abarca el orden so- ' ~ 1 ajo también depen?e de un diál?go y una interacci?n nuevos :
~' que pueden redefinir estos conceptos de manera abierta. ·
f 11
156 '¡ Sergio De Piero . Asistencia, desarrotto, mctuszon J..J 1
¡,
Separándose en ~ lgún sentido de ..esta úÚ.ima c.oncepción, :.// en particular de la inevitabie burocratización que ellas ge-
23
. surgi~on distintas l;fueas a principios de los se~nta en apoy~ 1:neran, como ya había afirmado Weber. ..
· a los microempreri'dimientos mediante los microcréditos, r; , Al mencionar estos cuatro desarrollos ri:lás destacados
[ los cuales resugi~n a fines de los ochenta como expresión l (cooperativismo, econOmí~ solidaria, -econor#,ía del trabajo,
, de valores comunitarios, participativos y cooperativos que ·! ~croempndits), nos referimos a .n t'!evos procesos
··buscaron expresar 1!una contraposición a los procesos de ' sociales y no sólo a distintas metodologías pa\!a la obtención
· aj]..lste y reforma de :mercado a la que era someti~a la econo- .de ganancias. En este sentido, esta dimensó~ ] sume la socie-
dad civil como un espacio de creación de n~vas realidades
. mía, y que en términos sociales generaba un proceso· de de-
económicas y fundamento de una concepción diferenciada de
.•. sintegración sobre !os proyectos que se construían desde la .
¡ sociedad civil. Est ~ i prouesta se presentaba como la alter- .la economía capitalista. .
La tensión fundamental de estas diversas corrientes se en-
. nativa de impulsar :; un proceso inverso, con el objetivo de
cuentra en el grado de relación/ruptura con el Estado y con
: conjugar los efct~ de la crisis económica con las nuevas
la economía capitalista. De este modo, se plantean dos di-
, formas de acción colectiva. Hay up.a cultura de la sobrevi-
mensiones. En primer lugar, la cuestión de la ética y los prin- .:: ';
vencia, pero también una nueva vinculación entre ciuqada.;
cipios. Una de las experiencias que buscó plantear una nueva
nía y política y entre Estado y sociedad que se expresa, por ética en términos amplios fue la extendida modalidad del
~· ejmplo, en los mo'?,mientos de fábricas recuperadas por los Club del Trueque, que entró en una violenta crisis luego de
.: trabajadores. . 1~ la .devaluación, pero que ya mostraba serias dificultades me~
. Una variante de esta tendencia, aunque más reCiente y que . ses antes, a pesar de que la experiencia argentina habría sido
! ha ganado espacio ~n la sociedad por su metodología, ha si- de las más importantes del mundo (Página/12, 9 .de mayo de
.do el Grameen Bank surgido en Bangladesh en los setenta y 2002). En su d~clarión de principios, se afil:p¡a entre otras
diseñado por un economista de ese país, Muhammad Yunus. cosa~ que la realización del hombre no neces4a condicionar-
~ Sus orientaciones centrales se ~poyan en otorgar·minicrédi- se por el dinero, y que la competencia, elluci§ 'y la espcula~ .
·•tos .a, personas de muy bajos o nulos recursos financieros, pa- ción -deben ser reemplazados por la recipoq~d, para fundar
ra la realización de ffi,icroemprendimientos. Su lógica es la de una economía del amor (Cavas y De Sanzo:: 1997). Así se
·trabajar de manera inversa a como lo hacen los bancos tradi- plantea que para ser parte de estos espacios d ;'necesario asu-
cionales, ya que no pide garantías para los créditos y se apo- mir una ética distinta de la del capitalismo, -en cuanto a los
'Ya cre.cientemente en la confianza (una de las orientac2ones principios de acumulación y competencia. La práctica se de-
del capital social). L~ concepción del banco no se limita sólo sarrollaba en nodos, clubes, donde un día a la semana los pro-
a este aspecto, sino que apunta a una filosofía de vida, un ti-
po de consumo y una relación social (Yunus, 1997). En cuan- 23 . A riesgo de encasillar el análisis, queremos sin embargo mencionar dos
l
-~
to a la socied.a,d civil, se presenta enfrentada tanto al merca- elementos llamativos .en esta propuesta. En primer lugar, el te."{tO de Yunus es ·
do como al Estado; a los que considera igualmente presentado como la historia personal del autor, en la que se entronca el Gra- d
burocratizados e inepcl.entes para resolver el tema de la po-'
br.eza. La sociedad civil es visualizada como un espacio autó-
meen Bank; en este punto puede vincularse a la tradición oriental, así como con
la de los libros de autoayuda y autosuperación, donde se mezclan lo público y
lo privado, pero donde está ausente la historia colectiva. Por otra parte, este
r l
nomo y capaz de generar otro tipo de organización, más jus- proyecto ha sido alentado para ser aplicado en otras partes del mundo, trasla-
ta y más eficiente. E~ evidente que la crítica gira en torno de dando acríti1=amente su conformación, sin una lectura histórica, y presentando
las grandes construcciones institucionales de la' modernid;¡d, la ~olución de 1a pobreza como una cuestión técnica.
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158 Sergio De Piero : Asistencia, desarrollo, inc/J ión 159
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sumidores (productores-consumidores) intercambiaban, por ~ue este espacio en sus diferentes expresi!bnes pueda tener es
medio de una moneda interna, distintos productos. Sus pro- ~ - ·SI la economía social puede o no pensarse ;bomo un subite~a
blemas se originaron no en el aspecto comercial-productivo, con grados. de autonomía (en tanto no so 1 ~revia a costa de la
sino en el financiero co~ la aparición de c~ditos (n?~bre de benfic~ ?er~ant) y perdurable co!Uo mecanismo para
la moneda de.~trcamblO) falsos, acurnlo~ de cre~tos que generar po~acs mclusi~a. Numerosos factores entran en jue-
luego eran utilizados en otros nodos, prestamistas, etcetera. Es go par:a que ello se~ posible: afianzar espacios de construcción.
decir, no logró evitar lo~ n:Jsmos mecanis~o de ~os cual~s -· · colecava, una pol~ade ap~yo ~ostenida desde el Estado, pro:-
adolece la economía capitalista en la actualidad: la mfluencia gr:unas de financiacwn, algun tlpo de compromiso del seCtor
sin regulacion~s del poder ~an_ero. Luego se sumaron l~s ., pnva~? (en_ la co~erialzón, finac~meto, · etcétera),
problemas denvados de la mflacmn .(mayor demanda de ah- ; creacwn o a?anzarniento de pautas de corisumo diferentes de
m entos, pérdida de la paridad_cambiaria triple: un:.peso = un .las que dornmaron los noventa;-y una acdlsn .de toda la sociec.
dólar= un crédíto, "remación . de · prec~os?; et~éra). Ensín- . dad en fa~or de-un desarrollo:cori,inclusiórl y del trabajo como _
tesis, la malla tejida entorno de valores diferenciados de los del :. la herra!Tilenta' clave ·paralograrl-o:. . ¡:
capitalismo y una nueva visión sobre el consumo no lograron ., ¡,
contener el agravamiento de la situación social que estalló en :¡
medio de la experiencia del trueque. 5 : -L3. : ~a sociedad civil como protección:¡/
Por otra parte, además de la cuestión de los valores, "pa~ el fenómeno de las redes sociales ¡[
que la economía sea eficiente socialmente, debe ser de cali- . ¡l .
dad; es fundamental no sólo que tenga otros valores, relacio- .r. Fmalmente, un modo de asumir la m.i'eva cuestión social
nes sociales y disposiciones, sino que el conocimiento tácito, ' desde la ~ocie dad civil apunta a consolidar r~des u organizado-
práctico, sea sistematizado y potenciado en su contacto con ~ nes (aq~ las tomaremos como semejantes)'/que puedan prote:.
el conocimiento científico y sus aplicaciones técnicas y orga- !., ger a qmenes han sido afectados e11 distintds sentidos.H Desde
nizativas" (Coraggio, 2000: ~) Es decir, las "econmí~s alter- ;(, luego, la búsqueda ~e pr?tección es una empresa de mayor en-
nativas", si pretenden ser eXItosas, no pueden renunciar a los .· ver~adu Y puede l!Tiplicar todo un modelo de organización
elementos que la ciencia brinda; de allí que no se trata de una \ social Y política. Las políticas de posguerta como sabemos
ilusión de regreso a un orden medieval o de .reemplazo pro- '·t g.e?eraron instituciones ~e protección soc!J como la jubila~
gresivo, sino de un.cambio en las reglas del Juego de la eco- ~ '· · CI~n, los seguros por accrdentes, una cobehura mínima a los
hornía de l~s Estados. . . tmas pobres, Y en parti~ul las políticas /[de pleno empleo.
Ahora bien, nó ·se debe deJar de tomar en ~eta que la · ~uando s; h~ce refncia . ~ la sociedad del!;riesgo, se da cuen-
economía social también e.s, planteada como pali~uvo ~1 de- 1,' a d~ la perdida de pr~tecwn en esta línea ~ (Beck, 1997). .
sempleo y a la fragmentacwn que genera el neoliberalismo, W: St tomamos el caracter que este enfoqúe asume desde las
per~ _buscan~ o preserVar la lógi~a de acuml~ión .Y caneen- . ··) ose, veremos que la intención es el resgu ~ rdo de personas y
tracwn que este plan. tea; es decir, la economia social es. pen- . . .l
sada como "un espacio de los pobres", para que ellos mismos - E d . ·;
· n e1 aparta o 5.1.1. sobre• desarrollo y pro ·• b' • .
a las redes· !1 t • • tam ren nos refen-
resuelvan sus· demandas y en partlcu . l ar para que no se vea · mos24 • . mo~n
. 1986) p ll '. ' . e as eruan un caracter mas político y se referían a construccio
afectado el mundo de los negociOs (De Soto, · or e o, " nes de este tipo desde la base para la relación confli t1' • f: d -
· · , · · 1 ·, , 1 ·! · • e va con actores e poder,
Sl se piensa en tenrunos de generar me uswn y autonom1a, e ~ n paracular el Estado. A falta de otro término que logre expresa ·. d
· · . :Sta m • . .. , r con exactltu
-"necto fundamep.tal, y que _ pl ~ ntea el grado de relevan:Ia :_ etodolog.¡a, aqmla utilizaremos en relación con es E a c:_! ~ roteció~
9
..a. J.- - - ~ - - - - -- ------r----·---.. . . -..., '1. .......... .... .~- ..........., .... ,&.e;& '-V.LJ.- ;.: : VlVlr l···J· ve anrmar la pos10ll.lclacl ele un conocimiento absoluto,
tención afectiva y em1bcional. Se trata de atender lo emrgn- ~ verdadero, objetivo y universal pasarnos a afirmar el perspectivis-
te del conflicto y buscar un nuevo marco para la persona: '
1
mo, la no separabilidad absoluta del observador ylo observado, la
(aquí estamos pensmdo en el mundo . de las adicciones) me- !. íntima ligazón entre la teoría, la acción, la emoción y los valores
diante una perscti
1
~ a que se concentra en el individuo y sus . (Dabas y Najmanovich, 1995:34). '¿
capacidades; de allí que la psicología aporte mucho en este ·. ·~J
espacio: 1 A partir de aqlli se construye la crítica al_ pensamiento
' La concepción de las redes sociales implica 1ma serie de científico "racionalista", al desarrollo lineal y' cuantificable
desarrollos tanto informales. como formales. Los primeros, propio, según las autoras, del pensamiento mercantilista, y
de larga data, se cond\:ítuyen en torno a las relaciones de pa- sobre esta base se conforman dos ideas fundamentales: se nie-
~entsco o vecinda ~ ; tienden a se~ de carácter interpersonal. ga la existencia de una unidad que explique to~as las realida-
Los segundos, en ca~bio, han aparecido más recientemente des human.as -ya que el conocimiento depende de la perspec-
como otra de las forlmas novedosas de combatir las ¡::onse- tiva que,se.tome, la cual siempre es dinámica-y se desmiente ~1 ,"
cuencias de la nueva ~uestión social, y se sostiene en torno a que el todo es desarmable el?- partes a ser indagadas, pues ellas 'fS
la relación de carácter(estable entre grupos o asociaciones, que construyen su identidad a partir de las relaCiones. Todo ello
·7~.
~ambién puede incl~ al Estado. De esta manera podemos implica también negar que existan leyes históricas: la socie- •\:
distinguir dos vertientes centrales que influyen en este mode- dad es pura creación humana continua y subjetiva.
lo. Una de ellas proviene de un nuevo diseño de políticas so- Este desarrollo respalda la formación de redes sociales so-
ciales proclive a gen.~¡ar, mediante organizaciones ya .existen- bre la.base de las experiencias compartidas, la Sl:.bjetividad de
tes, redes sociales, en,:las que circulen bienes, se fomente la la persona concreta que se relaciona en un ambiente determi-
é,ooperacÍÓn y se COmP,le~nt los esfuerzos (creación'de ca- nado Cúü·otros seres humanos en busca de felictdad. Si para
pital social). Desde nn,J principio semejante, la otra vertiente el mod.elo del desarrollo el centro son las comú,_nidades y la
.
nociónfde pueblo, aquí el sujeto es la persona q\ie sufre (en-
~.
parte de la revalorización de las vivencias personales (psicoló-
gicas), la creación de j;comunidad de valores, de vinculas, es fermedades, soledad, pobreza, adicciones) y pq&'ello es tarea
decir, la necesidad de ~ontar con otros para SUP,~ ~ il" una situa- de las redes construir espacios, no para solucir! ~ r problemas
ción, mediante una relación de intercambio (aunque sea sim- . bajo ''recetas", a partir del saber de los experto.s3(aunque in-
bólico), pero que no ~ e construye exclusivamel)..te desde una cluye desde luego el saber técnico), sino para la contención
lógica de costo-beneficio, sino que ésta se combina con la va- social y afectiva de los que sufren, lo cual se realiza necesaria-
lorización de las misrrias vivencias interpersonales. mente desde una construcción colectiva. En definitiva se tra-
En los desarrollos ~eóricos y prácticos de este modelo es- ta de la búsqueda de un destino común y compartido, tanto
qe
.tán presentes algunos los aspectos del debate modernidad- en su objetivo como en su metodología. •
'posmodernidad, con ~ a fuerte crítica a la primera, en tanto En cuanto a la comprensión más global de la sociedad, se
proceso de conocimiento fundado en el racionalismo y el po- plantea un fuerte distanciamiento con las construcciones teó-
... j:
ricas de la modernidad:
SltlVlSIDO: ~~ .
La civilización qu; lcreyó en la~ certezas definitivas, en el cono- [.. .] abandonada la noción de un sujeto histórico que pueda asumir
1
cimiento absoluto, y en el progreso permanente ha comenzado a la racionalidad global, finalista y omnicomprensiva que actúe en
\. 11 .
!1 .
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l! . :-;~
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162 Sergio De Piero Asistencia, delcm·ollo, inclusión 163


. 1'1 . '·.
nombre de la sociedad en su conjunto, ¿las únicas respuestas.posi- ilias ·ante una nueva oleada inihigratoria, sobre todo de país'es
bles son el retorno al individualismo o el refugio en el comunitaris-
latinoamericanos. Además de l ~ s redes de ayuda y el mutualis-
mo antiindividualista? Una manera de superar estas dos alternati-
. mo, estas organizaciones busclb preservar los lazos culturales
vas no satisfactorias puede ser rescatar la idea de individuo con
pertenencias múltiples {Martínez Nogueira, 1995 :342). y de sentido, "trasladando" y nianten,ü!rido viva la nacionalidad
fuera del propio país, a través 'tle distintas construcciones cul-
De e~ta manera, las· redes son presentadas con múltiples turale."'
s: bailes, comidas, erít ~.¡ nimetos, etcétera. .'
virtudes: superan el análisis r.acionalista decimonónico respec- Por qtra parte se han generado numerosos emprendimien-
to a la búsqueda de un sujeto histórico; su flexibilidad permite tos con vistas a ayudar a persorias con adicciones, con discapa-
. encontrar soluciones más creativas a los problemas de exclu- cidades, enfermedades, o victi±nas de alguna tragedia, donde
sión social; se presentan como espacios de libertad para las per- se articula a un tiempo la contención con la "reinserción"' en
sonas; y, en una sociedad. caracterizada por las múltiples mani- la sociedad y ·en particular d el ámbito laboral. Los sufri-
festaciones socioculturales, fomenta la tolerancia y la libertad mientos compartidos se prese&an aquí corno un parti~ul la-
de identidades. Desde luego, esta estructura laxa se expresa al zo social entre personas que qmzá no cuentan con otras carac-
mismo tiempo con una gran labilidad política, que le dificulta terísticas por compartir y en d ~ nde lo ideológico y lo político
la construcción de alternativas más .amplias que la contención ocU.pan un espacio menor. Est?. último aparece como deman-
inmediata de los conflictos emergentes, ya que no existe un da al Estado para legislar sobreiialgún aspecto (leyes de protec-
conflicto social básico que estructure las relaciones sociales. La ción, investigación de una tragedia, etcétera). Pero también
tensión se encuentra entre la persona y las estructuras (el Es- como articulación}ya que muchos emprendimientos cuentan
1 con apoyo estatal mediante subsidios, compra de la produc-
tado, el mercado, etcétera) que impiden una vida mejor y, en
general, todo aquello que invada la subjetividad de las personas ~ ción, asesoramiento, etcétera. En cuanto a la cuestión laboral,
es concebido como los conflictos sociales más relevantes. t muchas de estas organizaciones''y redes se convierten ellas mis-
~ mas en pequeñas·unidades de producción que ajudan al sus-
Recogiendo experiencias en este sentido, las redes más im-
portantes son las parentales o las de vecindad. Se multiplican, !' tento de las personas y de la misma ose (talleres, huertas, co-
.• en particular en sectores populares, las redes de intercambio y mercio~ chicos, servico~). El v ~ luntari~ ~pie también ~quí
~rol rmpo~tane, mediante el ; ~companut en orgaruza-
it
ayuda en temas de la vida cotidiana y que diñcilmente superen
esa frontera, lo cual no quita que se convierta en un elemento t Clones, hos~1tale, centros de ay¡uda, parroqwas o templos. , ·
importante en la supervivencia de los participantes. ~ Como VImos, en este modelo surge de manera firme la
~ concepción de los espacios de J a sociedad civil, las redes en
Las redes de reciprocidad -en especial en la ancianidad-:- cum-·:- ~ est caso, como reservas de valores que ayudan a la:vida en-
plen funciones de seguridad social y protección, lo que da a los .an- f tre las personas, como contraphtida a las estructuras institu-
cianos un Cierto margen de estabilidad y seguridad, en particular en ~ cionales, que tienden a ser un obstáculo para ello. Al presen-
un momento en que las continuas pérdidas y la declinación ñsica f¡ tarse de forma dinámica y .desestructurada, las redes serían
hacen que la posible ayuda o el poder recurrir a otro se constituya p ~s espacios clave para pensar lá.formación de una nueva :o-
en un recurso organizador de la vida y se convierta en sí mismo en l Ciedad, que abandona los paradigmas absolutos que habnan
una estrategia de supervivencia (Oddone, 1986: 21). F ~educio al hombre a ser tan sólo un elemento. Corno debi~
~ lida, ·presenta su baja preocupación por la generación de
Otro caso sustancial es el de las comunidades de inmi- ~ ciudaní y la falta de una visión política más amplia de
grantes, ya desde el siglo XIX, pero nuevamente .en nuestros ~ a quelo que buscan resolver. !f · !
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